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La revolución rusa fue un movimiento político y social que derrocó al régimen imperial zarista (es una forma de
gobierno relativamente absolutista (más tarde monarquía absoluta) específica del Gran Ducado de Moscú, que más tarde
se convirtió en el Zarato ruso y el Imperio ruso con el Emperador de toda Rusia. En él, todo el poder y la riqueza están
controlados (y distribuidos) por el Zar) que gobernaba Rusia de manera autoritaria.
Comenzó en febrero de 1917, con la abdicación del zar Nicolás II, que fue reemplazado por un gobierno
provisional encabezado por el socialista moderado Alejandro Kerensky.
En octubre, la revolución se profundizó con la sustitución del gobierno provisional por un gobierno liderado por
los bolcheviques, que impulsaron la fundación de la Unión Soviética en 1922.
La revolución se gestó a fines de la Primera Guerra Mundial, en un contexto en el que el pueblo ruso se encontraba
agotado por el esfuerzo de guerra, la escasez de alimentos y la represión que el régimen imponía para acallar todo tipo de
protestas.
Revolución de octubre
El 25 octubre de 1917 (equivalente a nuestro 7 de noviembre porque en Rusia todavía se usaba el calendario juliano), el
gobierno provisional fue derrocado por una revolución encabezada por los bolcheviques, que eran una facción
radicalizada del Partido Socialdemócrata Ruso.
Una vez en el poder, los bolcheviques, liderados por Vladimir Lenin, y apoyados en los soviets, abolieron las grandes
propiedades rurales, nacionalizaron los bancos, establecieron el control obrero sobre la producción y firmaron el Tratado
de Brest-Litovsk que, en marzo de 1918, dio por terminada la participación de Rusia en la Primera Guerra Mundial.
Causas
La vigencia de un régimen autocrático encabezado por el zar, que tenía un poder absoluto, no
toleraba las críticas y se negaba a avanzar hacia una apertura política.
La impopularidad de la zarina Alejandra, que se dejaba influenciar por el místico Rasputin.
La creación del Ejército Rojo sobre la base de la Guardia Roja. Este ejército fue el instrumento
utilizado por los bolcheviques para luchar contra el Ejército Blanco, y para afirmar su autoridad sobre
toda Rusia.
La creación, en 1922, de la Unión Soviética, un Estado que instauró un sistema de economía
planificada y un régimen político de partido único.
La independencia de Polonia, Finlandia, Estonia, Lituania y Letonia, que hasta 1918 habían
formado parte del Imperio ruso.
Las detenciones, asesinatos y traslados forzados a Siberia de simpatizantes del zarismo y de
socialistas moderados (mencheviques).
La confiscación de los bienes de la Iglesia ortodoxa rusa, que apoyó el Movimiento Blanco.