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Au1 UYA. Jn 15,15b. • Acercaos los que vais a ser ordenados diáconos.
A vosotros os llamo amigos, dice el Señor, 1 porq111 E mn edwtamentc son nombrados cada uno; y cada uno de Jo,
todo lo que he oído a mi Padre 1 os lo he dado a conoet 1 m ~dosdin· ·
EVANGELIO
Presente.
Ya no os llamo siervos; a vosotros os llamo amigos Y se ac.. n .. al obispo, al que hace una reverencia.
Estando todos delante del obispo, el presbítero señalado por el
t Lectura del santo Evangelio según San Juan. 15,9-l f l 1 po dice :
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Reverendísimo Padre, la Santa Madre Iglesia pide
Como el Padre me ha amado, así os he amado y11 ¡ut• ordenes diáconos a estos hermanos nuestros.
permaneced en mi amor.
194 Orden Ordenación de diáconos y /Jresbíccros 195
- --
196 Orden
Ordenación de diáconos y presbíteros 197
Teniendo, pues, por raíz y cimiento la fe, mostraos
sin mancha e intachables ante Dios y ante los homdbres, la alabanza, la acción de gracias y la súplica no sólo
según conviene a ministros de Cristo y a dispensa ores por el Pueblo de Dios, sino por el mundo entero, re-
de los santos misterios. No os dejéis arrancar la esper~nza cordad que habéis sido escogidos entre los hombres y
del Evangelio, al que debéis no sólo escuchar, sino, puestos al servicio de ellos en las cosas de Dios.
además, servir. . . Realizad, pues, con alegría de verdadera caridad el
Viviendo el misterio de la fe con alma hmp,1~, mos- ministerio de Cristo Sacerdote no buscando vuestra
trad en vuestras obras la palabra que procl~1'.1ª1s, para propia gloria, sino la de Jesucristo.
que el pueblo cristiano, vivificado por el Espmtu ?a~to , Finalmente, al ejercer en la parte que os corresponde
sea oblación agradable a Dios, y vo~otros, ~n el ,ultimo la función de Cristo, Cabeza y Pastor, permaneciendo
día podáis salir al encuentro del Senor y o1r de el estas unidos bajo la dirección del obispo, esforzaos por reunir
pal~bras: «Bien, servidor bueno y fiel, entra al banquete a los fieles en una sola familia, de forma que en la unidad
del Espíritu Santo, por Cristo, podáis conducirlos al
de tu Señor». . d d
y vosotros, queridos hijos, que vais a ser or ena os Padre. Tened siempre presente el ejemplo del Buen
presbíteros, debéis realizar, en la parte que os ~orresÍ Pastor, que no vino a ser servido, sino a servir y a buscar
y salvar lo que estaba perdido.
d la función de enseñar en nombre de Cnsto, e
pon e, l b d D' e
Maestro. Transmitid a todos las Pa a . ras e ios qu
Acabada la homilía, los elegidos, que deben manifestar el pro-
habéis recibido con alegría. y al meditar en la ley del pósito de aceptar el sagrado celibato, se levantan y se sitúan delante
Señor, procurad creer lo qu_: , .leéis, enseñar lo que del obispo, que les dirige estas palabras u otras semejantes:
creéis y practicar lo que ensenarn.
Que vuestra enseñanza sea ahme?to para el Pueb~ ~ Queridos hijos: Deseáis libremente formar parte del
de Dios, que vuestra vida sea un estimulo para lob d1s o rden de los diáconos y debéis tener presente que ten-
cípulos de Cristo, a fin de que con vuestra pala ra y d réis que ejercer este ministerio observando el celibato
vuestro ejemplo se vaya edificando la casa, que es la d urante toda la vida, pues el celibato será para vosotros
Iglesia de Dios. , ., ·fi símbolo y, al mismo tiempo, estímulo de vuestro amor
Os corresponde tambien la func10n de sant~ ~ar ~n pastoral y fuente peculiar de fecundidad apostólica en el
. to · Por medio de vuestro mm1steno mundo.
nomb re d e C ns fi 1
alcanza su plenitud el sacrificio espiritual de los e es, Movidos por un amor sincero a Jesucristo, el Señor,
que por vuestras manos será ofrecido sobre el altar ~? y viviendo en este estado con una total entrega, vuestra
celebración incruenta. Daos cuenta de lo que hace1s consagración a Cristo se renueva de modo excelente. Por
e imitad lo que conmemoráis, de tal manera .que, al vuestro celibato, en efecto, os resultará más fácil con-
celebrar el misterio de la muerte y resurrecc1on del sagrarse, sio dividir el corazón, al servicio de Dios y de
Señor os esforcéis por hacer morir en vosotros el mal los hombres, y con mayor facilidad seréis ministros de la
y pro~uréis caminar en una vida nueva. . obra de regeneración sobrenatural. Este mismo estado
Al introducir a los hombres en el Pueblo de Dios de vida será para vuestros hermanos como un signo de
por el Bautismo, al perdonar los pecados en nombr~ aquel amor con el que todos hemos de amar a Dios
de Cristo y de la Iglesia por el sacramento de la Pem sobre todas las cosas y servirle con preferencia a todos
tencia, al dar a los enfermos el alivio del óleo santo, ~¡ y en todos ellos.
celebrar los ritos sagrados, al ofrecer durante el din Por tanto: ¿Prometéis ante Dios y ante la Iglesia,
como signo de vuestra consagración a Cristo, observar
198 Orden Ordenación de diáconos y presbíteros 199
durante toda la vida el celibato por causa del reino de los Obispo:
cielos y para servicio de Dios y de los hombres? ¿Prometéis conservar y acrecentar el espíritu de ora-
~ Sí, lo prometo. ción, tal como responde a vuestro ministerio, y, fieles
a este espíritu, celebrar la Liturgia de las Horas, según
El Obispo añade : vuestra condición, para el bien de la Iglesia y de todo
el mundo?
Que el Señor os conceda perseverar en este santo
propósito. Elegidos :
~ Amén. Sí, lo prometo.
Se acercan después los otros elegidos para el diaconado que no Obispo:
tienen la obligación de guardar el sagrado celibato.
¿Queréis imitar siempre en vuestra vida el ejemplo
• El obispo les pregunta conjuntamente con estas palabras : de Cristo, cuyo Cuerpo y Sangre serviréis con vuestras
manos?
Queridos hijos: antes de entrar en el orden de los Elegidos·
diáconos debéis manifestar ante el pueblo vuestra vo-
luntad de recibir este ministerio. Sí, quiero, con la gracia de Dios.
¿Queréis consagraros al servicio de la Iglesia por la Seguidamen te, cada uno de los elegidos se acerca al o bispo y,
imposición de mis manos y la gracia del Espíritu Santo ? arrodillado ante él pone sus manos juntas entre las manos d el obispo.
odos los eic"idos responden ~1 tiempo · Pero, si este modo parece menos oportuno, según el juicio de la Con-
ferencia episcopal, elijase otro. El obispo pregunta al elegido d iciendo,
Sí, quiero. ~ i es su O rdinario.
Obispo
¿Prometes obediencia y respeto a mí y a mis suce-
sores?
¿Estáis dispuestos a desempeñar, con humildad y
Elegido:
amor, el ministerio de diáconos, como colaboradores
del orden sacerdotal y en bien del pueblo cristiano? Prometo.
Elegidos·
Pero s1 el obispo no es su Ordinario, díce.
Sí, estoy dispuesto.
¿Prometes obediencia y respeto a tu obispo?
Obi,po :
Elegido:
¿Estáis dispuestos a vivir el misterio de la fe con alma
limpia, y de palabra y obra proclamar esta fe, según Prometo.
el Evangelio y la tradición de la Iglesia?
Ob"po :
Elegidos .
Dios, que comenzó en ti la obra buena, él mismo la
Sí, estoy dispuesto. lleve a término.
200 Orden Ordenación de diáconos y presbíteros 201
• Seguidamente, los elegidos para el orden del presh1ter.1do se le· Después cada uno de los elegidos se acerca al obispo y, arrodi·
vanran, el ohi~po les pregunta conjuntamente con estas palabras' liado ante él, pone sus manos juntas enrre las manos del obispo.
Queridos hijos: antes de entrar en el orden de los Pero, si este modo parece menos oportuno, según el juicio de la Con-
fe rencia episcopal, elí¡ase otro. El obispo pregunta al elegido diciendo,
presbíteros debéis manifestar ante el pueblo vuestra 'i es su Ordinario:
voluntad de recibir este ministerio.
¿Prometes obediencia y respeto a mí y a mis suce-
¿Estáis dispuestos a desempeñar siempre el minis· sores?
terio sacerdotal en el grado de presbíteros, como buenos
colaboradores del orden episcopal, apacentando el re- Elegi<ln·
baño del Señor y dejándoos guiar por el Espíritu Santo ? Prometo.
Todos 1<1' t'h·gidos responden al tiempo.
Obispo:
¿Prometes obediencia y respeto a tu obispo?
¿Estáis dispuestos a presidir fielmente la celebra- l::legido
ción de los misterios de Cristo, para alabanza de Dios
Prometo.
y santificación del pueblo cristiano, según la tradición
de la Iglesia?
Elegidos Obispo:
¿Queréis uniros cada día más a Cristo, sumo Sacerdo- Pongámonos de rodillas.
te, que por nosotros se ofreció al Padre como víctima
E inmediatamente el obispo se arrodilla ante la sede; los elegidos
santa, y con él consagraros para la salvación de los e tu mban; los demás se ponen de rodillas.
hombres? Entonces los cantores comienzan las letanías, en las que pueden
riadirse, en su lugar, algunos nombres de santos (por ejemplo: del
Elegidos· patrono, del titular de la iglesia, del fundador, del patrono de los que
e o rdenan, etc.) o algunas invocaciones más adaptadas a cuda una
Sí, quiero, con la gracia de Dios. .le las circunstancias. ·
202 Orden Ordenación de diáconos y presbíteros 203
Para que bendigas, sancifiques y consagres a
Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad. estos elegidos. Te rogamos , óyenos.
Señor, ten piedad. Je•ús, Hi¡o <le Dios vivo. Te rogamos, óyenos.
Ruega por nosotros. Cristo, óyenos.
Santa María, Madre de Dios. 1)7 Cristo, esc1'.tchanos.
San Miguel. Ruega por nosotros.
Santos ángeles de Dios. Rogad por nosotros.
Ruega por nosotros. A cabadas las lewnfas, solamence se levanta el olw.po y, con la.
San José. 1an1"'S 1unt;1s 1 dict::
San Juan Bautista. Ruega por nosotros.
Santos Pedro y Pablo. Rogad por nosotros.
Ruega por nosotros. Señor Dios, escucha nuestras súplicas
S:!n Andrés.
San Juan. Ruega par nosotros. V confirma con tu gracia este ministerio que realizamos:
Santa María Magdalena. Ruega par nosotros. aantifica con tu bendición a estos
San Esteban. Ruega par nosotros. gue juzgamos aptos para el servicio de los santos m isterios.
San Lorenzo. Ruega par nosotros.
Ruega por nosotros. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
San Ignacio de Antioquía.
Santa Inés. Ruega por nosotros.
Santas Perpetua y Felicidad. Rogad por nosotros. Después el diácono dice:
San Gregario. Ruega por nosotros.
San Agustín. Rtiega por nosotros. Podéis levantaros.
San Atanasia. Ruega por nosotros.
San Basilio. Riiega por nosotros. Todos se levancan. Los elegidos para el orden del presbttera<lo se
San Martín. Riiega par nosotros. tmm, y tiene lugar la ordenación de los d iáconos.
San Benito. Ruega par nosotros.
Santos Francisco y Domingo. Rogad por nosotros.
San Francisco Javier. Ruega par nosotros. ÜRllENACIÓN DE LOS DIÁCONOS
San Juan María Vianney. Ruega par nosotros.
Santa Teresa. Ruega par nosotros.
Ruega par nosotros. Cada uno de los elegidos para el diaconado se acerca al obispo y
Santa Catalina de Siena.
Santos y santas de Dios. Rogad por nosotros. urrod1lla ante él. El obispo impone las manos a cada uno sobre la
Líbranos, Señor. 1hez<1 en silcncw.
Muéstrate propicio. Arrodillados los elegidos ante él, el obIBpo, con las manos exten-
De todo mal. Líbranos, Señor.
Líbranos, Señor. 1.l.1s, dice la oraci!'ín dl' consagrnc1ón:
De todo pecado.
De la muerte eterna. Líbranos, Señor. ~uamlo e' uno solo el ordenando se recttaní la Plcgana en sm-
Por tu encarnación. Líbranos, Señor. 111.u.
Por tu muerte y resurrección. Líbranos, Señor.
Por el envío del Espíritu Santo. Líbranos, Señor.
Te rogamos, óyenos. A sístenos, Dios todopoderoso, de quien procede
Nosotros, que somos pecadores.
Para que gobiernes y conserves a tu santa toda gracia, que estableces los ministerios regulando
Iglesia. Te rogamos, óyenos. us órdenes; inmutable en ti mismo, todo lo renuevas;
Para que asistas al Papa y a todos los miembros por Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro -palabra,
del clero en tu servicio santo. Te rogamos, ó,enos.
1hiduría y fuerza tuya-, con providencia eterna todo
Para que concedas paz y concordia a todos los
pueblos de la tierra. Te rogamos, óyenos. lo proyectas y concedes en cada momento cuanto con-
Para que nos fortalezcas y asistas en tu servicio viene.
santo. Te rogamos, óyenos. A tu Iglesia, cuerpo de Cristo, enriquecida con
Para que bendigas a estos elegidos. Te rogamos, óyenos.
Iones celestes variados, articulada con miembros dis-
Para que bendigas y santifiques a estos ele-
gidos. Te rogamos, óyenos. tintos y unificada en admirable estructura por la acción
Orclcnadón de diácono; y presbítn°' 205
204 Orden
ter'? ' imponen a e.ida uno la estola segiín d modo d 1,innu l y los
<lel Espíritu Santo, la haces crecer y dilatarse como rcnsten con la dalm<'itica.
templo nuevo y grandioso. Mientras tanto puede cantarse.
Como un día elegiste a los levitas para servir en el
primitivo tabernáculo, así ahora has establecido tres Ant. Dichosos los que habitan en tu casa, Señor,
órdenes de ministros encargados de tu servicio. u>n el salmo 83 u otro canto apropiado.
Así también, en los comienzos de la Iglesia, los após- Los ordenados, con Lls vestiduras diaconales, se .K<:rcan al obis-
toles de tu Hijo, movidos por el Espíritu Santo, eligie- po, q ue cmrcga en las manos a cada uno, arrodillado anee él, el libro
J,. los F.vangelms, d 1uendo·
ron, como auxiliares suyos en el ministerio cotidiano a
siete varones acreditados ante el pueblo a quienes, oran- Recibe el Evangelio de Cristo, del cual has sido
do e imponiéndoles las manos, les confiaron el cuidado constituido mensajero; convierte en fe viva lo que lees,
de los pobres, a fin de poder ellos entregarse con mayo r y lo que has hecho fe viva enséñalo, y cumple aquello
empeño a la oración y a la predicación de la palabra. que has enseñado.
Te suplicamos, Señor, que atiendas propicio a estos
tus siervos, a quienes consagramos humildemente para ÜRtlENACIÓN OE LOS PRE!:'BITEROS
el orden del diaconado y el servicio de tu altar. Acnhad;t la onknanón de lcis diáconos, los <>rdenados se re tiran
e an·rnm los ekgidos para el orden del presh1ll'raclo.
Envía sobre ellos, Señor, e l Espíritu San to, El oh1spo, de pie, y sin n1itr;l, con la!-. rnanos 1untas, , uelto hac1: 1
para que fortalecidos 1pueblo, dice:
con tu gracia de los siete dones
desempeñen con fidelidad el ministerio. Oremos, hermanos, a Dios Padre todopoderoso,
para que derrame generosamente sus dones sobre estos
Que resplandezca en ellos un estilo de vida evangé legidos para el ministerio de los presbíteros.
lica, un amor sincero, solicitud por pobres y enfermos, El diJcono:
una autoridad discreta, una pureza sin tacha y un;1
observancia de sus obligaciones espirituales. Pongámonos de rodillas.
Que tus mandamientos, Señor, se vean reflej adm Todos se arrodillan y en silencio oran por los elL•gidns. D<•spu<'s
en sus costumbres, y que el ejemplo <le su vida suscit\ ll'\·anta sobmente el obispo y dice:
la imitación del pueblo santo; que, manifestando el tes
timonio de su buena conciencia, perseveren firme::. y Escúchanos, Señor Dios nuestro, y derrama sobre
constantes con Cristo, de forma que imitando en la tic atos siervos tu Espíritu Santo y la gracia sacerdotal; con-
rra a tu Hijo que no vino a ser servido sino a servi1 de la abundancia de tus bienes a quienes consagramos
merezcan reinar con él en el cielo. Por nuestro Seño1 ll tu presencia. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la u111 Después d di.icono dice·
dad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de 111
Podéis levantaros.
siglos.
Tvdos se levantan. C,1da uno de los elegidos se acerca ,11 obispo
Todos:
< .irrod1lLt ttntl' él. El obispo impone a cada uno las manos s11hre la
~ Amén. 1b1 1 t"n silem:io.
J\c.;\ba<la la oración de consagracu.'in, ,.J obispo se sienta CcH1 1 Dt•spul-.s todos los presbíteros presentes, reveMidos con estoL1s,
1po1wn en silt•1K io las manos a cada uno de los elt•gidos. D ..spués
mnr,1 puesta. Los <lrdenados se levantan y alg11nos diáconos o p11 hl
206 Orden Ordenación de diáconos y presb(tero\ 207
de la 1mpos1ción de manos, los presbíteros permanecen ¡unto al ob1s·
po hasta que acabe la oración de consagración.
renueva en sus corazones el espíritu de santidad,
Arrod11lados los elegidos ante él, d oh1spo, con las manos exten reciban de ti el segundo grado
d1das, dice b oración de consagración. del ministerio sacerdotal
y sean, con su conducta, ejemplo de vida.
Cuando es uno solo el ordenando se recitará la Plegana en sm·
guiar.
Sean honrados colaboradores del orden de Los obis·
Asístenos, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y pos, para que por su predicación, y con La gracia del
eterno, autor de la dignidad humana y dispensador de Espíritu Santo, La palabra del Evangelio dé fruto en el
todo don y gracia, por TI progresan tus criaturas y por 11 corazón de los hombres, y llegue hasta los confines del
se consolidan todas las cosas. Para formar e l pueblo orbe. Sean con nosotros fieles dispensadores de tus mis-
sacerdotal, tú dispones con la fuerza del Espíritu Santo, terios, para que tu pueblo se renueve con el baño <le!
en ór<lenes diversos a los ministros de tu Hijo Jesucristo. nuevo nacimiento, y se alimente de tu a ltar; para que
Ya en la primera Alianza au mentaron los oficios, ins· los pecadores sean reconciliados y sean confortados los
tituidos con signos sagrados. Cuando pusiste a Moisés y enfermos. Que en comunión con nosotros, Señor,
Aarón al frente de tu pueblo, para gobernarlo y santifi· imploren tu misericordia por el pueblo que se les con-
carla, les elegiste colaboradores, subordinados en orden fía y en favor del mundo entero.
y dignidad, que les acompañaran y secundaran. Así todas las naciones, congregadas en Cristo, for-
Así, en el desierto, diste parte del espíritu dl· marán un único pueblo tuyo que alcanzará su plenitud
Moisés, comunicándolo a los setenta varones pruden en tu Reino.
tes con los cuales gobernó más fácilmente a tu pueblo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
Así también hiciste partícipes a los hijos de Aarón dt• rema contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios
la abundante plenitud otorgada a su padre para que un por los siglos de los siglos.
número suficiente de sacerdotes ofreciera, según la Ley,
Todos:
los sacrificios, sombra de los bienes futuros.
Finalmente, cuando llegó la plenitud de los tiem ~ Amén.
pos, enviaste al mundo, Padre sa nto, a tu Hijo, Jes ú~, Acabada la oración de consagración, e l ohisixi se sienta con la
Apóstol y Pontífice de la fe que profesamos. El, movi mitra puesta. Los ordenados se levantan. Los presbíte ros presentes
do por el Espíritu Santo, se ofreció a ti como sacrificio vuelven a su lugar; pero algunos de ellos ponen a cada uno de los
sin mancha, y h abiendo consagrado a los apóstoles con nrdenados la estola según la forma presbiteral y los revisten con la
1sulla.
la verdad, los hizo partícipes de su misión; a e llos, a su Despu~s el ohispo se pone el gremial y unge con el sanco crisma
vez, les diste colaboradores para anunciar y realizar poi l 1s palmas de las mano> <le cada ordenado, que está arrodillado ante
el mundo entero la obra de la salvación. •l. J1Liendo:
También ahora, Señor, te pedimos nos conceda~.
Jesucristo, el Señor, a quien el Padre ungió con la
como ayuda a nuestra limitación, estos colaboradon•,
tuerza del Espíritu Santo, te auxilie para santificar al
que necesitamos para ejercer el sacerdocio apostólico
pueblo cristiano y para ofrecer a Dios el sacrificio.
Te pedimos, Padre todopoderoso, Mientras los ordenados se ponen la estola y la casulla, y mientras
que confieras a estos siervos tuyos 1 obispo les unge las manos, se canta el himno ~ Veni, Creator
Spiritus», o e l salmo 109 u otro canto apropiado. Después el obispo
la dignidad del presbiterado, '· »· ordenados se lavan las manos.
208 Orden Ordenación de diáconos y presbf1crus 209
Mientras tanto el diácono prepara para la celt:hración Je la M"ª
el pan soht> la patena, y el vmo y el agua en el dliz, y se lo 11.eva al 'V El Señor esté con vosotros.
obispo, que los entrega en Ja, manos a cada ordenado, que eotci arm· ~ Y con tu espíritu.
di1lad<>ante él, diciendo'
Y! Levantemos el corazón.
Recibe la ofrenda del pueblo santo para presentarla 1)7 Lo tenemos levantado hacia el Señor.
a Dios. Consi<lera lo que realizas e imita lo que conme- Y! Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
moras, y conforma tu vida con el misterio de la cruz del
~ Es justo y necesario.
Señor.
Finalmente, el oh1'pn da el beso de la paz a todos los ordenados. En verdad es justo y necesario,
en primer lugar a lm presbíteros, después a los diáconos, dinendo: es nuestro deber y salvación
darte gracias
La paz contigo. siempre y en todo lugar,
~ Y con tu espíritu. Señor, Padre Santo,
Si las circunstancias lo permiten, hacen igual los prt>sbíteros Y Dios todopoderoso y eterno.
los diáconos presentes. Que constituiste a tu único Hijo
Mientras tantn puede canean.e el salmo 99 u otro cant<) apropia-
do, o un responsorio. Pontífice de la Alianza nueva y eterna
por la unción del Espíritu Santo,
y determinaste, en tu designio salvífico,
UTURGIA EUCARISTICA
perpetuar en la Iglesia su único sacerdocio.
Todo se hace segíin el Ordinario de la concelchrauún de la Mi a El no sólo ha conferido el honor del sacerdocio real
Se omite la prep::iración del cáliz. a todo su pueblo santo,
sino también, con amor de hermano,
ÜRAC!ÓN SOllRE LAS OFRENDAS ha elegi<lo a hombres de este pueblo,
para que, por la imposición de las manos,
Dios, Padre Santo, cuyo Hijo quiso lavar los pies de participen de su sagrada misión.
los discípulos para darnos ejemplo; recibe los dones que Ellos renuevan en nombre de Cristo
te presentamos y haz que, al ofrecemos como oblación el sacrificio de la redención,
espiritual, nos llenemos de espíritu de humil<lad y de y preparan a tus h ijos el banquete pascual,
celo. Por Jesucristo. donde el pueblo santo se reúne en t u amor
e alimenta con tu palabra '
O h1en (para sacerdott>s}: y se fortalece con tus sacramentos.
Tú has querido, Señor, que tus sacerdotes sean minis- Tus sacerdotes, Señor, al entregar su vida por ti
tros del altar y del pueblo; te rogamos que, por la efica- y por la salvación de los hermanos,
cia de este sacrificio, su ministerio te sea siempre grato Y van configurándose a Cristo,
dé frutos permanentes en tu Iglesia. Por Jesucristo. V así dan testimonio constante de fidelidad y amor.
Por eso, nosotros, Señor,
PRHAC:lO 1 on los ánge les y los santos
A no ser que haya q11e decir un prefacio propio, en la <.mlen_ación 1 amamos tu gloria diciendo:
de sacerdotes pm•de emplearse el siguiente prefacio dt• la Misa cnsmal Santo, Santo, Santo ...
210 Orden