Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1.La Nueva Era es un fenómeno propio del siglo XX, la explosión de un nuevo tipo
de espiritualidad
La New Age nace como una especie de sensibilidad “epocal”, principalmente en los
países y naciones de los llamados primeros mundos. Cuando se tiene el estómago lleno,
hay que llenar también la cabeza y el corazón. Este nuevo fenómeno aflora como un
gran pulpo, con tentáculos en todos los ámbitos culturales, pero al que es muy difícil
descubrir los ojos y el cerebro.
¿Por qué se denomina al New Age también como «Era de Acuario”? – Porque nos
encontraríamos casi al final de un ciclo astronómico (Piscis) e inicio de otro (Acuario).
Hubo un tiempo en el que se vivió bajo el signo de Tauro, y aparecieron los imperios y
religiones de Mesopotamia. Vino después Aries, y floreció la religión judía. El signo de
Piscis, que comenzó su reinado el 21 de marzo del primer año de nuestra era, ha sido
denominado «crístico” (IXCIS). Hacia el año 2016 el sol entrará en el signo de Acuario,
y este signo traerá consigo una nueva religiosidad mundial capaz de reconciliar todas las
demás religiones. Acuario va a suponer un nuevo orden mundial, una humanidad
nueva , y una nueva religión. La New Age comportará una era de amor, concordia y luz,
de verdadera liberación del espíritu. Se habla del retorno de un nuevo Cristo: no el
histórico Jesús de Nazaret, sino de Maitreya.
La New Age (la “Era Acuario”) constituye una verdadera bomba de relojería para las
religiones. Porque no se trata sólo de una religión más, ni de un nuevo movimiento o
una nueva secta. Es una completa «gnosis”, o visión integral de la realidad. Y, lo que es
más grave, no se enfrenta con el cristianismo, ni con las religiones en general, sino que
se instala en ellos; e incluso utilizando su mismo lenguaje, su misma espiritualidad y sus
mismos símbolos, les da un sentido completamente diferente.
3. La Nueva Era, aunque hunde sus raíces en los movimientos esotéricos del siglo
XIX, es un producto cultural típico de la crisis espiritual del siglo XX.
Según otras opiniones sobre el origen y desarrollo de la New Age, ésta se remonta hasta
los movimientos gnósticos de los ss. II-IV. Para otros es la convergencia de la
transformación del socialismo en ecologismo; y del capitalismo individualista en
narcisismo. Es algo así como la confluencia natural “postmoderna” de la caída y
transformación de las dos grandes ideologías del s. XX. Hay quienes opinan que es fruto
maduro de una “religiosidad postmoderna”: del geocentrismo al antropocentrismo; y de
éste al cosmocentrismo.
Una nueva cristología: La base de la nueva Era se centra en el nuevo regreso de Cristo.
Pero de un Cristo total: capaz de unificar las fuerzas espirituales de la humanidad,
resumidas en el triángulo Luz-Amor, Poder, capaz de darnos el nuevo agua de la Era de
Acuario, y capaz de iniciarnos en nuevas formas de conciencia e iluminación anterior.
Cristo es el paradigma de la humanidad, de la religión, y de la unión de las culturas
orientales y occidentales. Es la espiritualidad del Cristo-Cósmico, del Cristo-Energía,
del Espíritu Crístico-Universal, antes encarnado en grandes personalidades religiosas:
Buda, Krishna, Jesús de Nazaret, Mahoma. De cualquier forma, el Cristo no es sólo uno,
único, mediador y salvador. Se aplica a diversos personajes, y, finalmente, a cada uno
de nosotros .
Una nueva teología cósmica, capaz de cubrir el vacío y sin sentido del hombre y la
sociedad actuales, y abrir a una nueva liberación más integral que la meramente
racionalista-ilustrada o práxica. Es una cosmología inspirada en la visión de Teilhard de
Chardin, pero dando un paso más: es la evolución transformadora de la cosmogénesis a
la biogénesis; y de la biogénesis a la antropogénesis. Una vez vivenciada la
antropogénesis como conciencia colectiva y vivencia del amor total, se pasará a la
noogénesis superior . Es decir, se pasa de lo natural inerte a lo biológico; de lo biológico
a lo humano; de lo humano a la humanidad; y de la humanidad «nueva”, con conciencia
ecológica y holística, o de fusión, a una conciencia superior y perfecta. Todo ello
moviéndonos dentro de un inmanentismo (sólo un mundo: el nuestro) y de un panteísmo
(todo es a la vez natural y divino) .
Este movimiento del potencial humano es uno de los aspectos más valorados por los
networks neperianos. El Human Potencial Movement se fija entres sus fines principales
el desarrollo de las potencialidades latentes en el hombre en su más amplia
disponibilidad para acoger experiencias de integración mente-cuerpo y todas las
técnicas de expansión de la conciencia: “Expanded vuestra conciencia” “Realizad
vuestro yo”, “pensad en positivo”, “Usad vuestro potencial creativo”, son los gritos de
guerra…
5. La Nueva Era plantea retos muy serios a la Iglesia, en esta era postmoderna.
– Más grave aún: Se habla de una espiritualidad más allá de la religión y se insiste en
que lo que está en crisis en la actualidad no es lo espiritual, sino, algunas formas de lo
religioso: concretamente las religiones institucionales tradicionales, que se encuentran
desorientadas, han perdido el contacto con la realidad y los sectores que mueven la
sociedad (jóvenes), no aciertan a comunicarse adecuadamente con sus contemporáneos,
y están en una permanente quiebra de credibilidad moral (ejem. pederastia y pecados de
la larga historia de la Iglesia).
– La feligresía de las religiones tradicionales se ha “autoexiliado” voluntariamente, en
silencio y por la puerta de atrás, sin plantear polémica con una institución con la que no
creen que sea posible dialogar. Y se han ido, en muchos casos, no por falta de espíritu,
de espiritualidad, sino precisamente por lo contrario: por insatisfacción insoportable con
el espíritu estrecho y muerto que se respiraba de las instituciones religiosas.
– Se subraya que, tal vez, las religiones estén muriendo por habérselas pasado su tiempo
(su “kairós”) pero dejarán un gran legado para la humanidad, lo mejor de sí mismas: la
espiritualidad que quisieron vehicular y que con frecuencia sofocaron.
Sobre los retos que esta nueva teología plantea al cristianismo señalaremos, con M.Fuss,
que está en juego, al menos, las siguientes realidades: la interpretación de lo religioso en
clave panenteísta, fusionando cosmos-hombre y divinidad, sin la necesidad de recurrir a
un Dios Trascendente. La no necesidad de un Cristo Mediador-Salvador, sino sólo
como maestro interior. La necesidad de volver a una experiencia de Dios profunda,
personal y comunitaria. El diálogo entre religiones. Y, finalmente, la profundización de
dogmas como el trinitario, cristológico y la pneumatología.
a) por un lado, ante la New Age nos encontraríamos en una versión modernizada del
sueño neoliberal norteamericano que desembocará en el fenómeno de la globalización
“económica”. Sostengo en este sentido que la New Age es como el “alma o espíritu” de
la globalización económica neoliberal. Baste leer, para reafirmar esta postura, las obras
de Novak, Bell, Berger y Fukuyama.
c) Por otro lado, y al final de este recorrido afirmamos que la moda de la New Age se
esfumará pero las preguntas planteadas por ella permanecerán. Preguntas que hacen
referencia al sentido del hombre, de la naturaleza, y de la divinidad. Preguntas a las que
el cristianismo ha sabido y sabrá responder desde el misterio profundo e integral de
Jesucristo, verdadera y única fuente de agua viva. Hay que seguir apagando la sed de las
generaciones “ de edades medias en las que ha cuajado” (abyssus abyssum invocat);
“cuando no se cree en el verdadero Dios se cree en cualquier cosa” (M Eliade); “cuando
desaparecen los dioses de los altares, se llenan de demonios” (Heidegger). La mística
cristiana, incluida la de genuina tradición carmelitana, encuentra actualidad y misión
relevante en esta tarea. Todo un reto lleno de esperanza.