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Apis mellifera en la clasificación sistemática

Himenópteros
Orden:

Suborden: Sínfitos Apócritos


(Symphyta) (Apocrita)

Infraorden
Aculeados Avispas parasitoides
(y grupo (Aculeata) (grupo parafilético
parafilético): “Terebrantia”)

etc.

Superfamilia: Apoidea Vespoidea Chrysidoidea


(Apoideos) (avispas, hormigas, etc.) (avispas cuco y afines)

etc.

Familia: Crabronidae Sphecidae Apidae Megachilidae Andrenidae Colletidae Melittidae

Subfamilia: Nomadinae Apinae Xylocopinae


(abejas parásitas) (abejas de la madera
y afines)

etc.

Tribu: Apini Euglossini Meliponini Bombini


(abejas de las orquídeas) (abejas sin aguijón) (abejorros)

Género: Apis

Especie: Apis mellifera Linnaeus

etc.
Subespecie
o raza: Apis mellifera mellifera Apis mellifera iberica Apis mellifera ligustica

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1. L A A B E J A M E L Í F E R A : U N H I M E N Ó P T E R O S I N G U L A R

las avIspas, prIMas de las abejas


Las avispas “verdaderas” se distinguen de las abejas por la posición de las alas anteriores,
que en reposo se pliegan longitudinalmente sin separarse de las alas posteriores. Las típicas
manchas negras y amarillas de las avispas son características de cada especie.

El comportamiento social •  La subfamilia Vespinae com- trucción de un nido en un lugar


de las avispas verdaderas prende los géneros Vespula (cuyas abrigado (subfamilia Vespinae) o al
especies más conocidas son Vespula aire libre (subfamilia Polistinae). Tras
Las avispas “verdaderas” o véspi- vulgaris y V. germanica), Provespa, Doli- realizar su puesta, la hembra realiza
dos (familia Vespidae) pertenecen al chovespula y Vespa, cuya especie más todas las tareas necesarias para el
mismo suborden (Vespoidea) que las notoria es el avispón (Vespa crabro). desarrollo de los huevos, de los que
hormigas (Formicidae), las hormi- al principio sólo nacerán obreras.
gas aterciopeladas (Mutillidae) las •  La subfamilia Polistinae com- Éstas reemplazarán progresivamente
avispas de las arañas (Pompilidae) y prende unas 1100 especies distribui- a la fundadora en las tareas de cons-
las avispas escólidas (Scoliidae). das en numerosos géneros, pero en trucción, pecoreo y cuidado de las
nuestra fauna sólo hay nueve del larvas.
La familia véspidos comprende género Polistes. Las avispas Polistes
unas 5000 especies distribuidas construyen nidos de papel o cartón Las sociedades de avispas verda-
en varias subfamilias: Eumeninae con un solo panal de celdas hexago- deras son anuales: en otoño, la colo-
(avispas alfareras), Euparagiinae y nales. nia produce un gran número de
Masarinae (avispas del polen), Ste- machos y de futuras reinas; el nido
nogastrinae del SE de Asia y Nueva En primavera, las hembras fecun- quedará desierto y las jóvenes hem-
Guinea, Polistinae y Vespinae. dadas inician en solitario la cons- bras fecundadas hibernarán.

DIFERENCIAS ENTRE AVISPAS


EUSOCIALES Y ABEJAS MELÍFERAS
• Las avispas construyen sus nidos con una especie
de papel hecho con fibras vegetales mezcladas
con saliva. Las celdas de los panales suelen estar
orientadas hacia abajo.
• La división del trabajo y los sistemas de comunicación
están más desarrollados entre las abejas. En las
avispas Polistes, los individuos son morfológicamente
similares y pueden desempeñar distintas tareas.
• Las poblaciones de abejas son perennes y pasan el
invierno en sus colonias iniciales.
• Las avispas tienen un aguijón liso con el que pueden
picar varias veces sin perder la vida por ello.
• Aunque a veces liban néctar, las avispas son prin-
cipalmente carnívoras y comen insectos (adultos y
larvas), trozos de carne, etc. Y a diferencia de las
abejas, que consumen polen y la miel que producen,
las avispas no producen miel ni almacenan provi-
siones para el invierno.

Avispa Polistes gallicus sobre su nido.

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Avispa Vespula vulgaris.

Obrera pecoreadora de Apis mellifera.

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El lenguaje de las abejas
En los insectos sociales, la comunicación, muy desarrollada entre los distintos individuos,
permite armonizar los comportamientos. En las abejas, la comunicación está relacionada
con comportamientos tales como la identificación, la cría o la danza de las pecoreadoras,
que informa a las congéneres sobre el lugar exacto de la recolección.

Las abejas se comunican entre sí


coordinando varios tipos de señales: La marca química de una colonia
táctiles, químicas y vibratorias.
Las obreras se reconocen entre sí gracias a unos compuestos
cutilares específicos de la colonia que equivalen a un
Las señales táctiles código de barras. Las guardianas situadas en la entrada
de la colmena inspeccionan con sus antenas cada una de
Captadas por las antenas, las seña- las abejas que llegan; si su “código de barras” no
les táctiles permiten reconocer la corresponde al de la colonia, le negarán la entrada.
posición de las congéneres, pero tam- Este sistema desempeña un papel capital en las hambrunas,
bién intervienen en otros comporta- durante las cuales las abejas tienden a saquear las otras
mientos más complejos como colonias. Toda deficiencia en esta protección se traduce
pueden ser la trofolaxia o intercam- a la larga en la muerte de la colonia.
bio de alimentos.

Las feromonas,
unos estímulos
muy potentes

Cada individuo de la colonia


puede emitir sustancias químicas
que al ser percibidas por sus con-
géneres, desencadenan en ellos un
comportamiento específico. Estos
mediadores químicos son feromonas
y se denominan incitadoras cuando
suscitan un comportamiento. Otras
feromonas, las modificadoras, pue-
den modificar la fisiología del indi-
viduo que las capta; éste es el caso
de las feromonas reales, muy impor-
tantes en la regulación social de la
colonia.

Las larvas también emiten fero-


monas gracias a las cuales las obre-
ras pueden apreciar su edad, su casta
y sus necesidades. También produ-

Obreras alimentando larvas de obreras.

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2. B I O L O G Í A D E L A A B E J A

La danza oscilante o en ocho

néctar de colza

néctar de endrino

mielato de roble

mielato de abeto néctar de Epilobium

40°
80° 120°

cen una feromona modificadora que Las danzas de las abejas


UN PREMIO NOBEL ralentiza el desarrollo conductual de
las nodrizas: debido a ella, éstas irán La danza circular y la danza osci-
GRACIAS A LAS ABEJAS
a pecorear más tarde y pasarán más lante, que se realizan sobre los pana-
Los trabajos del profesor Karl von tiempo cuidando las larvas. les, informan a las otras abejas sobre la
Frisch y de sus colaboradores
permitieron descifrar el significado ubicación de una fuente de alimen-
de la danza de las abejas. Las obreras emiten varias fero- tación o de los lugares de nidifica-
Este investigador genial empezó a monas incitadoras diferentes. Las ción durante la enjambrazón.
experimentar con abejas durante feromonas de la glándula mandibu-
la década de 1920 y ha publicado lar y de la glándula de veneno pro- • La danza circular la realizan las
un gran número de investigaciones ducidas por las guardianas provocan pecoreadoras que han encontrado
originales sobre la danza y la
orientación gracias a las cuales el reclutamiento de soldados para la una fuente de alimentación a menos
ganó el premio Nobel de fisiología defensa de la colonia. Las feromonas de 80 m de la colmena. Las abejas se
y de medicina en 1973, junto de la glándula de Nasanov se emiten desplazan en pequeños círculos sobre
con Konrad Lorenz y Nikolaas en la entrada de la colonia o durante las celdas de los panales, cambiando
Tinbergen, otros dos especialistas
del comportamiento animal. la enjambrazón para atraer y orien- de dirección cada dos o tres círculos.
tar a las abejas. Les siguen las obreras reclutadas, que

38 TraTado de apiculTura • Capítulo I Mejorar el ConoCIMIento de las abejas


L A VIDA SOCIAL
DE LA COLONIA
La organización de una colonia
de abejas es un tema fascinante.
Cada abeja individual depende
de las demás, en un sistema
basado en unos mecanismos
de comunicación complejos
que regulan la división
y el reparto de las tareas y
que aseguran la cohesión social.

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1. I N D I V I D U O S D E L A C O L O N I A

una soCIedad muy estruCturada


Las colonias de abejas están formadas por tres castas que difieren por su morfología
y por los papeles que desempeñan. Las tareas indispensables para el desarrollo de la
colonia son tan variadas que requieren una organización estricta para que tengan lugar
en el momento más oportuno y con la intervención de un número óptimo de obreras.

Un nido estructurado y mantener la temperatura óptima – los zánganos tienen como tarea
para el desarrollo de la cría, que esencial la de fecundar las reinas.
El nido es el centro vital de la oscila en torno a los 35 °C.
colonia. Está formado por panales Los machos o zánganos proceden
construidos paralelamente y cuyas Las tres castas de huevos no fecundados que pue-
dos caras están formadas por celdi- den provenir de la reina o de obreras
llas hexagonales hechas con la cera Las colonias de abejas agrupan in- ponedoras. La reina es la única abeja
que segregan las obreras. Estas cel- dividuos de tres castas diferentes: en de la colonia de cuyos huevos nace-
dillas, celdas o alvéolos albergan los primavera se componen de una reina, rán hembras (excepto en A. m. capen-
diferentes estadios inmaduros (hue- varias decenas de miles de obreras y sis). La diferencia entre las reinas y
vos, larvas y pupas), que en conjunto varios miles de machos o zánganos. las obreras se debe sobre todo a la
se sitúan en el centro del nido y en alimentación distinta que reciben
el caso concreto de una colmena, en el Las adaptaciones morfológicas, unas y otras a partir del 3.er día de su
centro de los cuadros. fisiológicas y de comportamiento desarrollo larval.
permiten que los individuos de cada
Las obreras utilizan las celdillas casta realicen las diferentes tareas del Dependiendo de las dimensiones
situadas en torno a las celdas de cría mejor modo posible: y de la fase de desarrollo de la colo-
para almacenar el polen. Las obreras – la reina pone los huevos y asegura nia, sus efectivos pueden variar entre
también vierten el néctar que han trans- la descendencia de la colonia; 20.000 y 80.000 individuos, con una
formado en miel dentro de las celdas – las obreras cumplen todas las demás reina (o durante un corto tiempo,
situadas por encima de las reser- funciones necesarias para el desarro- varias) y entre 1000 y 4000 zánga-
vas de polen. llo y la supervivencia de la colonia; nos. No obstante, en colonias fuertes

En las colmenas, el volumen ocu-


pado por la cría durante la estación
más próspera para la colonia tiene el
tamaño y la forma de una pelota de
rugby; en invierno, su volumen se
reduce, a menudo hasta el punto de
desaparecer.

Con el propóleos, especie de goma


recolectada esencialmente en las
yemas de los árboles, las obreras
tapan los intersticios del nido para
asegurar al máximo su estanqueidad.
De este modo pueden regular el clima

Reina rodeada de su “corte” de obreras.

54 T r a T a d o d e a p i c u l T u r a • C a p í t u l o II l a v I d a s o C I a l d e l a C o l o n I a
1. P O L I N I Z A C I Ó N

polInIzaCIón de plantas sIlVestres


No se conoce gran cosa sobre la reproducción sexual y el modo de polinización de la
mayoría de las plantas silvestres. Por esta razón, la incidencia de la abeja doméstica es
difícil de evaluar, si bien los pocos datos disponibles hacen pensar que su importancia
debe ser considerable.

La sucesión vegetal: cies de ciclo corto, que se desarro- •  Esta primera fase de coloni-
evolución esquemática llan rápidamente y cuya reproducción zación tiende a ser reemplazada por
de un biotopo sexual no depende de ningún insecto. especies perennes y alógamas, es
decir, que sólo se fecundan por poli-
En la flora espontánea de un Estas plantas recurren esencial- nización cruzada.
lugar suelen distinguirse varias mente a la autopolinización pasiva
comunidades vegetales que se suce- y sus óvulos son fecundados por su •  El término final de esta suce-
den en función de la historia y del propio polen (especies autógamas). sión vegetal es la vegetación climá-
grado de perturbación del suelo. Éste es el caso de la pimpinela escar- cica (o del clímax), que se define
lata, la hierba de Santiago, numerosas como una comunidad vegetal que ha
•  Así, cuando una superficie de crucíferas como la bolsa de pastor, y alcanzado un equilibrio con su
tierra labrada se deja en barbecho, numerosas gramíneas. entorno y que, si no se presentan
las primeras especies que la nuevas perturbaciones, se mantiene
colonizan suelen ser espe- Estas especies tienen flores en un estado más o menos estable.
muy pequeñas que casi Esta vegetación climácica contiene
nunca reciben la visita esencialmente plantas perennes, en
de las abejas. Con todo, su mayoría estrictamente alógamas.
algunas especies de esta
categoría son melitófi- Muchas de estas especies son tam-
las, como la mostaza de bién en gran parte o exclusivamente
campo, el rábano sil- melitófilas, y las abejas son entonces
vestre y la amapola. indispensables para asegurar su fe-

Adelfillas (en primer plano) en la montaña.


cundación. Se pueden citar especies melitófilas, como varias especies de un radio que alcanza con frecuencia
forestales de las familias rosáceas narcisos o la convolvulácea Cressa 10 km, es decir con más de 31.400
(serbal silvestre y de cazadores, ce- cretica. Su supervivencia va por tanto ha de superficie–, las pecoreadoras
rezo silvestre, majuelo, escaramujo, ligada estrechamente a la actividad se encontrarán con un gran número
endrino), aceráceas (arces) o de las polinizadora de las abejas. de especies salvajes. Es fácil deducir
cornáceas (cornejos), de las especies entonces hasta qué punto el apicul-
leñosas de las familias cistáceas (ja- La flora silvestre, un tor interviene, la mayoría de veces
ras, jaguarzos, jarillas), ericáceas dominio desconocido de forma inconsciente, en la evolu-
(arándanos, madroño, brezos, biér- ción de la flora salvaje de los ecosis-
col), lamiáceas (romero, tomillo, Pese a que disponemos de estos temas.
etc.) y fabáceas (retama negra o de datos, la incidencia ecológica de la
escobas, retama de olor). abeja doméstica continúa siendo
poco cuantificable. Por una parte, la OMG y plantas silvestres
Éste es también el caso de muchas ecología floral de una mayoría de La mayoría de los OMG (organismos
especies herbáceas perennes que per- plantas salvajes es poco conocida y modificados genéticamente)
tenecen a las familias antes citadas y la incidencia de la actividad polini- obtenidos y utilizados hasta la fecha
a muchas otras como amarilidáceas, zadora de las abejas ya es difícil de son plantas de grandes monocultivos
como la remolacha, el algodón,
convolvuláceas, cucurbitáceas, iri- medir de un modo preciso en una
el maíz y la soja. Los riesgos de
dáceas, liliáceas, malváceas, onagrá- única especie. Por otra parte, actual- contaminación de la flora silvestre
ceas, orquidáceas, escrofulariáceas y mente no existe un método para con genes procedentes de estos
verbenáceas. Dado que estas espe- determinar de un modo exhaustivo cultivos se deben principalmente a la
cies de la vegetación climácica sólo las plantas que las abejas de una colo- dispersión del polen y de las semillas.
se establecen como fase final de la nia han pecoreado. Hasta el presente, Ahora bien, en la abeja doméstica,
sucesión vegetal al cabo de varias el apicultor no dispone de ningún entre las obreras de una misma
decenas de años y en un medio no medio de control de las especies flo- colonia se realizan transferencias de
perturbado, no es sorprendente que rales visitadas por sus abejas y en el polen responsables de fecundaciones.
una mayoría de especies raras sean área de pecoreo de una colonia –con Esto significa que el polen de un
cultivo de OMG puede ir a parar al
estigma de una planta silvestre que
se encuentra en el área de pecoreo.
Así pues, no hay que bajar la guardia
por lo que respecta a los genes
introducidos en los cultivos melitófilos,
especialmente en los que tienen
especies silvestres emparentadas,
como la zanahoria, la achicoria, la
lechuga y el rábano.
2. L A S C O L M E N A S

Colmenas tradICIonales
En gran parte de Europa, cada región tiene su tipo de colmena. Incluso hay
nombres locales para designar el tronco de árbol o el cesto que alberga las abejas.
En los numerosos ecomuseos dedicados a la apicultura puede verse que
la relación entre hombres y abejas era muy intensa.

El éxito de la colmena Algunas colmenas


tradicionales españolas
keniana
Desde la década de 1970, los países en En la sierra de la Demanda, Bur-
vías de desarrollo adoptan cada vez gos, se fabricaban los cuezos con
más un tipo de colmena denominado gruesos troncos de roble que se va-
“keniano”. Este modelo se inspira di- Colmena del país
ciaban por dentro. En el hueco se vasco francés
rectamente en las colmenas tradicio-
colocaban dos palos en forma de
nales griegas y se puede construir sin
cruz, las denominadas trencas, que
herramientas ni materiales especiales.
hacían de tope cuando se extraían en la isla de la Gomera, se cons-
De forma trapezoidal para desengan- los panales de los cuezos. truían colmenas con troncos de pal-
char fácilmente los panales, esta col-
mera tapados con una laja de piedra.
mena no tiene unas dimensiones Colmena tronco
de las Cévennes. Las bases que sus- Y en las zonas más aisladas de la cor-
precisas, salvo las de las barritas supe-
riores, que se corresponden con la tentaban los cue- dillera Cantábrica, los miembros del
separación natural entre panales zos eran lachas Fapas reutilizan las colmenas tradi-
(unos 33 mm para las abejas de piedra. Como cionales de la zona, hechas con tron-
africanas). cubrepanales se cos huecos de castaño, para dar de
La difusión de estas KTBH (Kenyan empleaban tres o comer a los osos.
Top Bar Hive) ha permitido un im- cuatro tablas y des-
portante despegue de la apicultura pués se añadía pa- En Extremadura y en el O de An-
en otros países del Este de África, ja o helechos que dalucía también era común este ti-
como Tanzania y Uganda. Se servían de aislante.
manejan como las colmenas de Luego se colocaba
cuadros ordinarias y permiten la una gran losa de
recolección de una miel bien oper- piedra que hacía de
culada (y que por tanto no fermen- tapa o techo.
tará), sin destruir las abejas.
Para fabricar los cue-
zos hacían falta mucho trabajo y
mucha dedicación, pero el resulta-
do que daban en el campo era ópti-
mo. El tronco de roble y la materia
vegetal aislaban muy bien a las abe-
jas de las inclemencias del tiempo,
tan extremo en esta sierra de invier-
nos muy fríos y veranos calurosos.

Este modelo de colmena se repe-


tía por toda la geografía española. Así, Uno de los numerosos modelos de colmenas
cesta que se utilizan en el O de Francia.

240 T r a T a d o de apiculTura • Capítulo V Instalar el Colmenar y adquIrIr el equIpo


Fachada típica de un colmenar de cajones esloveno.

po de colmenas circulares pero allí,


en vez de troncos vaciados se utili- La entrada a la colmena es un
zaba corcho, lo que facilitaba las co- motivo de decoración para los
sas además de aislar a las abejas. Las apicultores inspirados.
lajas de piedra se utilizaban sobre la
colmena para disuadir a los tejones
y otros mustélidos.

Las colmenas pintadas

La tradición eslovena de las col-


menas pintadas se observa en las re-
giones de Radovljica y de Kranj,
donde entre la segunda mitad del
s. xvii y principios del xx se deco-
raba el frontón de las colmenas con
magníficas pinturas. Al principio,
estas pinturas servían para evitar que
las abejas se equivocaran de colonia.

La elección de temas religiosos o


políticos servía para afirmar el par-
ticularismo esloveno. Los frontones
de las colmenas eslovenas (kranjis)
se convirtieron muy pronto en el
medio de expresión privilegiado de
la cultura popular.

241
3. V I S I T A R U N A C O L M E N A

abrIr una Colmena


El apicultor no debe abrir sus col-
menas por simple curiosidad, sino
sólo cuando se impone una visita
con un objeto definido, ya que esta
intervención tiene siempre en la co-
lonia un efecto perturbador que hay
que limitar al máximo.

No visite nunca las colmenas


cuando las condiciones meteoroló-
gicas sean desfavorables: en invier-
no, con viento, bajo la lluvia...

No intervenga demasiado pronto


por la mañana; espere a que las abe-
jas estén activas.
1 Empiece siempre ahumando la 2 Retire el techo de la colmena.
piquera o entrada de la colmena. Deposítelo cerca, en un
Dentro del colmenar, ahúme lugar que no moleste.
ligeramente las colmenas cercanas
para evitar que sus abejas le agredan.

4 La colmena está abierta. Antes


de dejar la plancha cubrecuadros a
un lado, compruebe que la reina no
se encuentre encima de ella. Para
no herir a las abejas, hágalas caer
dentro de la colmena dando un golpe
seco con la palma de la mano sobre el
canto de la plancha cubrecuadros.

3 Despegue la plancha cubrecuadros


y ahúme justo después con regularidad.
Esta operación deberá ser rápida.

270
5. R E C O L E C T A R L A M I E L

FIltrar la mIel
Cuando la miel se escurre del ex-
tractor, lleva numerosos detritos que
el apicultor se encargará de elimi-
nar mediante unas rejillas de malla
fina. Limpie estas rejillas de forma
regular con una espátula porque se
obstruyen rápidamente y entonces
ya no pueden cumplir su función.
En las explotaciones de gran volu-
men, es más conveniente utilizar fil-
tros rotativos o unas máquinas
actuales que son todavía más efi-
cientes.

Una filtración bien realizada per-


mite ofrecer al consumidor una
miel de calidad, libre de todo tipo
de impurezas. Esta operación resul-
ta difícil para algunas mieles como 1 Con la rejilla de doble filtro 2 El filtro superior retiene los residuos
colocada sobre el cubo, puede dejar fluir más gruesos tales como partículas de
la de biércol.
la miel, vigilando en todo momento que propóleos, de cera o de opérculos, de
no se desborde. patas de abejas o de masas de polen.

3 El filtro inferior, con sus mallas • Este tipo de máquina que gira a escasa velocidad
permite filtrar en continuo grandes cantidades de miel,
mucho más finas, retiene incluso las
reteniendo la cera y los fragmentos dentro de grandes
impurezas indetectables a simple vista.
cestas.

288 T r a T a d o de apiculTura • Capítulo VI Guía de las téCnICas del apICultor


La miel, filtrada a la salida
del extractor, fluye desde
la rejilla hasta dentro del
madurador.
ruedaS de oloreS y aromaS de laS mieleS

SenSacioneS y
aromaS exógenoS

Los olores o aromas exógenos


provienen de una contaminación exterior
asociada a una técnica apícola poco
apropiada durante la producción de la miel
o durante la recolección de las alzas,
el transporte, el envasado o el almacenaje.

359
Mieles poliflorales

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