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TAROT MENTAL

“Una lectura sin naipes”

ALEXANDER L. SAMANIEGO
Copyright © 2020 Alexander L. Samaniego

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Todos los derechos reservados.


DEDICATORIA

Para aquellos que no quieren creer en lo oficialmente establecido, y que


sin embargo sí creen en algo.
CONTENIDO

AGRADECIMIENTOS

1. SABER EL FUTURO

2. LAS CARTAS DEL TAROT

3. UN NAIPE POR PREGUNTA

4. ORDENAMIENTO MENTAL

5. EL MAZO DE OROS

6. EL MAZO DE COPAS

7. EL MAZO DE ESPADAS

8. EL MAZO DE BASTOS

9. LOS ARCANOS MAYORES

10. INTERPRETACIÓN CORRECTA

11. AUGURIO GRIS

12. FINAL DEL AUGURIO GRIS

13. GEOMETRÍA VS UNIDAD

OTRAS OBRAS
AGRADECIMIENTOS

Al cosmos, por dejarme ahondarme hace tiempo en temas en los que hoy
ya no puedo seguir. Sin embargo, te agradezco a ti, sí, tú que lees ahora, pues
me elegiste para ser tu guía provisorio en este trecho de conocimiento
arcano.
1. SABER EL FUTURO

Alo largo de la historia, el ser humano ha querido conocer su futuro,


para prever situaciones y estar preparado para lo que venga. Muchas veces
se valió de señales que interpretaba, y generalmente esas señales tenían su
origen en mecanismos de la naturaleza que no podía entender. Fue así que, al
no comprender dichos mecanismos, las consideró extraordinarias o divinas.
Al poseer tales mecanismos un origen “extraordinario”, consideró que todo
tenía un por qué.

Así, los resultados azarosos podían deberse a decisiones por capricho de


entidades o dioses, pudiendo el hombre vislumbrar en lo pequeño
aconteceres de mayor envergadura, tanto pasadas, presentes, como futuras.
Los resultados del azar los consideraba como mensajes divinos, los cuales
debían ser interpretados. De esta manera nacieron las “artes adivinatorias”,
las cuales poseen múltiples variantes, dependiendo del pueblo o etnia de
origen. La cartomancia, pues, es uno de esos artes mencionados para saber lo
que no se puede por los propios sentidos físicos.

En la actualidad, creer en las técnicas adivinatorias hace que a uno lo


cataloguen como supersticioso, y hasta como ignorante. Pero hay muchos
testimonios de gente que acudió a estas prácticas, y obtuvo resultados
satisfactorios. Muchos abogan que esto se debe sólo a autosugestión, a
interpretación oportuna y relacionamiento de los resultados con las
situaciones de uno mismo. Pero, sea como fuere, a algunos les ha ayudado,
pues en algunos casos la “adivinación” se ha cumplido al pie de la letra,
según parece. Muchos defienden estas prácticas, muchos las aborrecen y las
creen, otros las repudian y no las creen, y a otros no les importa si son reales
o no.

Están esas personas que se consideran de mente abierta, que piensan que
el simple azar de ninguna manera puede predecir aconteceres que tengan que
ver con su vida; sin embargo, creen que una entidad amiga utiliza estos
azares para comunicarse con ellos, si la invocan. Se realiza, pues, una
pregunta, por ejemplo, a un oráculo, y la entidad responde, y dicha respuesta
es interpretada en vista de la ilegibilidad de la respuesta dada.

Muchos consideran que el futuro no está escrito, y aun así creen en la


adivinación. Ello es contradictorio, pues si todos los aconteceres no están ya
escritos, no puede existir una forma para saber lo que acontecerá. Lo mismo
ocurre con las ideas de ficción de viajar en el futuro, pues no puede viajarse
a un universo en donde las cosas no están aún establecidas.

Por su lado, considerar que todos los aconteceres ya se hallan


preestablecidos, entonces sí permite la posibilidad de saber el futuro. Siendo
así, ¿dónde quedan las decisiones que tomamos? Se supone que, si todo ya
está escrito, entonces las decisiones que habremos de tomar también se
hallan escritas. La libertad de decisión, y por ende el libre albedrío, pues,
resultan una ilusión, si el preestablecimiento fuese real.

No obstante, según el Moemismo, se establece una diferencia entre azar


y preestablecimiento, como sigue[1]:

El azar y el preestablecimiento son contrarios; no obstante, visto


virtualmente a ambos desde afuera. resultan ser una sola cosa. El azar es
toda probabilidad inesperada, y, por tanto, es visto (virtualmente) desde la
eternidad como forma difusa del universo nuestro.

El preestablecimiento es toda probabilidad establecida ya desde la


eternidad, y dicha probabilidad es vista (virtualmente) desde la eternidad
como forma inalterable del universo en el que nos hallamos. Sin embargo, el
azar está preestablecido, y es por esta razón que dicho azar es contenido
por el preestablecimiento.

Si uno cree en el azar, entonces el libre albedrío es real, las


coincidencias existen, y el viaje en el tiempo es imposible. Si se cree en la
predestinación, he allí que el libre albedrío no existe (puesto que hasta las
opciones tomadas ya están preestablecidas), las coincidencias son
imposibles (pues todo ocurre porque así ya estaba establecido), y el viaje en
el tiempo es realizable.
Sin embargo, lo que en realidad sucede es que el cosmos es tan amplio
que está preestablecido ya con casi infinitas opciones, de modo que los seres
con facultad de volición opten por el azar, siempre dentro de los marcos de
lo preestablecido.

Saber el futuro es el deseo de muchos seres humanos; pero el futuro,


como se mencionó anteriormente, es algo preestablecido y no preestablecido
al mismo tiempo. Lo que hace la diferencia, es la decisión, o el acto de
volición, que es lo mismo. Por tanto, al preestablecimiento de las cosas a
suceder debe verse como un acontecimiento natural de tales cosas, que
puede ser comparado con el viento, por dar un ejemplo. Si el viento sopla
hacia una dirección, obviamente todo apunta a que una hoja lanzada en
dicho viento irá hacia la dirección en que éste sopla. Pero si estamos en el
mar, en un velero, y el viento sopla, ¿debemos ir únicamente hacia donde
nos lanza el viento? Si decidimos ir hacia la derecha o hacia la izquierda,
movemos las velas a nuestra conveniencia, y con ello vamos hacia babor o
estribor, tal como hemos decidido.
Un ejemplo similar puede aplicarse con el curso de un río. El agua
originalmente transcurrió de acuerdo a las variaciones del terreno, y a su
paso fue profundizando su huella donde pudo, quedando con el tiempo un
camino único de dicha corriente. El ser humano, con su decisión, puede
crear un surco amplio y profundo, redirigiendo el agua hacia donde quiere,
creando una bifurcación del río, o estableciendo un dique en el surco natural
del río, para que el agua vaya sólo donde se desea que vaya. Hasta los
castores hacen diques.
El surco natural del río, es lo preestablecido, pero el surco artificial del
ser humano, es obra de su voluntad, lo cual cambia el curso natural del agua.
Lo mismo se aplica para todo cuanto acontece en el universo. Todo ya está
preestablecido desde antes de la creación de todo, por la ley de causa y
efecto, pero las decisiones pueden reconfigurar dicho preestablecimiento.
Por tanto, cuando uno puede acceder a saber el futuro, lo que hace es saber
lo preestablecido, lo cual puede variar con las decisiones que se tomen en los
momentos clave.

De esta manera, puede estar preestablecido que seremos pobres toda la


vida, en vista de las condiciones actuales de nuestro entorno; pero con la
decisión, podemos romper ese preestablecimiento. Sin embargo, saber el
futuro es clave para muchas personas, desde tiempos inmemoriales, porque
los que no tienen la inteligencia para prever con la lógica los
acontecimientos futuros en base a las variables establecidas con las
condiciones del presente, necesitan de un oráculo que les muestre lo
establecido ya desde el ayer. Para muchos, pues, es una gran herramienta
saber al menos lo preestablecido, para poder tomar las decisiones correctas
que posibiliten sus deseos.
2. LAS CARTAS DEL TAROT

El tarot es conocido por todo el mundo como un arte adivinatorio a


través del azar. La llamada “cartomancia” existe gracias al tarot, cuyo origen
algunos remontan al Antiguo Egipto. Se dice que había un vetusto lenguaje
de símbolos, los cuales se perdieron, quedando sólo los existentes hoy en día
en los naipes del tarot, específicamente en los “arcanos mayores”. Los
“arcanos menores”, algunos dicen que vinieron después, tratando de emular
las imágenes perdidas en el tiempo.

Es cierto que el tarot ha ido evolucionando, y dependiendo de la cultura


en la que se hallaba, a los arcanos los representaban de una u otra forma, y
hasta les cambiaban los nombres a las imágenes. Pero en general, y en el
fondo, significaban lo mismo que en la antigüedad, con muy pocas variantes.
En el tarot tenemos dos grandes grupos de naipes, que, como ya ha sido
mencionado al principio, se dividen entre “arcanos menores” y “arcanos
mayores”. Los arcanos menores se vuelven a subdividir en cuatro mazos o
grupos, que en la actualidad generalmente son: oros, copas, espadas y bastos.
Los arcanos mayores, por su parte, son un grupo o mazo que consta de
veintidós cartas especiales, cuyos significados son mucho más profundos
que de los arcanos menores. Pero debe aclararse, que los arcanos mayores se
enumeran del cero al veintiuno, siendo la carta cero considerada por muchos
como un tercer mazo del tarot; mas, en general, la carta cero es incluida en
los arcanos mayores como antes de la primera carta.

Cada mazo de los arcanos menores consta de catorce cartas, y como son
cuatro mazos, sumándoles las veintidós cartas de los arcanos mayores,
tenemos que el tarot consta de un total de setenta y ocho cartas. Los cuatro
mazos de los arcanos menores, generalmente engloban cuatro yoes de una
persona, siendo los “oros” representación de lo físico, las “copas” de las
emociones, las “espadas” de lo intelectual, y los “bastos” de lo espiritual.
Los arcanos mayores, por su lado, son cartas más profundas, de carácter más
iniciático.
La costumbre es mezclar boca abajo todo el mazo de setenta y ocho
cartas, y entreverarlos, para luego cortar (dividir) el mazo por el consultante.
Luego, el cartomántico vuelve a juntar las cartas cortadas, y las va
posicionando en una distribución geométrica muchas veces, y luego las
revela, diciendo con su interpretación aspectos de carácter general tanto del
pasado, presente y futuro del consultante. También pueden hacerse preguntas
sueltas, distribuyéndose las cartas de cierta forma y boca abajo,
generalmente como abanico, haciendo el consultante la elección de la carta a
ser leída; sin embargo, hay tarotistas que no acceden a que el consultante
toque sus cartas ni para cortar el mazo, aseverando que las energías del
consultante pueden interferir en la precisión de los resultados si las tocare.
Cada quien con lo suyo…
3. UN NAIPE POR PREGUNTA

El sistema que antiguamente me gustaba utilizar cuando era un


practicante de la cartomancia, era una carta por cada pregunta, ya no una
tirada geométrica; para que la persona saque la carta que era su respuesta,
solía yo poner una distribución en abanico.

Pero luego, la forma que más me gustó fue poner todo el mazo
previamente entreverado boca abajo en mi mano izquierda; hacía mi
pregunta, o me preguntaba el consultante, sacaba una carta de abajo, y esa
carta era la respuesta. Luego volvía a poner sobre dicho mazo la carta leída,
y mi siguiente pregunta era dada por la otra carta de abajo.

Pasando el tiempo, dejé de usar las cartas físicas, y metí el tarot en mi


cabeza en un orden específico; pero necesitaba que el consultante me dijera
un número al azar que para mí correspondía a cierta carta. Si el número era
mayor a 78, como de tres cifras o más, yo reducía mentalmente los dígitos
hasta tener números menores o iguales a ese 78. Si yo me leía a mí mismo,
necesitaba una fuente de azar, algo que me diera un número que no sea
elegido por mí. ¿Qué sentido tendría mi respuesta, si yo mismo sabía qué
carta significaba cierto número? ¿Acaso no me daría inconscientemente la
respuesta que yo quería darme al elegir yo mismo un número? Era
despóticamente necesario que accediera al azar, como eran números salidos
de la fecha, el minuto de la hora, hora más minuto, dados, aplicaciones de
números aleatorios en mi teléfono móvil, y similares.
No obstante, pasando más el tiempo, ya no necesité del número dado por
el consultante, ni de ninguna fuente de azar externa a mi propia mente. Yo
mismo lograba una simulación de entrevero de las cartas que yo ya tenía
ordenadas en mi cabeza. No recurrí a fórmulas de números randómicos o
aleatorios, sino que logré hacer algo similar sólo con la psique.

Si uno se propone, puede llegar a desarrollar una lectura sin naipes, con
lo que utilizaremos números, sí, y también la memoria. En verdad la
memoria juega un papel muy importante para lograr esto, y también nuestra
capacidad de cálculo; pero no son cálculos muy complejos realmente…
“Tarot Mental”, título de la obra, dice mental, y, por tanto, si algo es mental,
debe constar irremediablemente de memoria y cálculo. Lograr una lectura
sin naipes, ciertamente requerirá de nosotros un esfuerzo mental que luego
se hará más liviano con la práctica. Ése es el objetivo, y es realizable por una
persona interesada en el tema.
Mas, ¿cómo entreverar una lista en nuestra cabeza? Para poder hacerlo,
primero debemos tener la lista, es decir, todo el tarot ordenado en nuestra
cabeza, tal como hice en antaño. Luego, crear una simulación de entrevero,
como podrá verse a continuación…
4. ORDENAMIENTO MENTAL

Debemos, en nuestra lista, poner en primer lugar los arcanos menores,


empezando por los oros. Estos oros irán del 1 al 10, y luego le seguirán la
sota de oros como 11, el caballo de oros como el 12, la reina de oros como
13, y el rey de oros como 14. El mismo orden se aplicará con el resto de los
arcanos menores. Pero primero irán los oros, luego las copas, después las
espadas, posteriormente los bastos, y por último los arcanos mayores que
deben empezar con la carta cero (El Loco).

Tenemos así, que los números 1 al 14, serán los oros en el orden
especificado anteriormente (el 1 sería el as de oros, y el 14 el rey de oros);
los números del 15 al 28 las copas; los números 29 al 42 las espadas; los
números 43 al 56 los bastos; la carta cero de los arcanos mayores será el
número 57, la carta 58 será la primera carta de los arcanos mayores (El
Mago), y la carta número 78 será el arcano mayor 21 (El Mundo).
Antes de entreverar mentalmente las cartas, debemos realizar la consulta,
y luego realizar la operación de simulación de barajeo. Ese dígito que será
nuestra respuesta, bien puede salir de la suma de números a partir de un
número original, sumándose un número específico a ese número con cada
pregunta que se haga. Ese número al que iremos sumando cantidades de
manera ascendente, puede salir de la fecha actual.

Por ejemplo, si hoy es fecha 26 del mes, debemos considerar el 26 como


nuestro cero (o nuestro punto de partida), y luego le sumamos un número a
ese 26, quedando el resultado en 27, y este 27 será la respuesta a nuestra
pregunta (siendo el resultado la reina de copas). La siguiente pregunta, será 2
sumado al 27 anterior, quedando el resultado en 29 (que corresponde al as de
espadas). La tercera pregunta será 3 más al anterior 29, dando como
resultado 32 (que es la carta 5 de espadas). La cuarta pregunta será 4 sumado
a ese 32, y el resultado dará 36 (que corresponde al 8 de espadas. Y para ver
cómo se opera cuando pasa la carta 78, seguiré desde donde nos
quedamos…
La quinta pregunta será 5 más 36, que da 41 (reina de espadas). La sexta
pregunta será 6 sumado al 41, que dará 47 (5 de bastos). La séptima pregunta
será 7 sumado al 47, que dará 54 (caballo de bastos). La octava pregunta será
8 sumado al 54, que dará 62 (El Sumo Sacerdote, quinta carta de los arcanos
mayores). La novena pregunta será 9 sumado al 62, que dará 71 (La
Templanza, catorceava carta de los arcanos mayores). La siguiente pregunta,
será 10 sumado al 71, que nos dará 3 (es decir 3 de oros); esto porque el
número 78 es el tope, y hasta el 78 partiendo del 71 son sólo 7 cartas, y el
resultado era 10; y 10 menos 7, son 3, empezando de nuevo la rueda, es
decir, viniendo el número 1 (o as de oros) directamente luego de la carta
número 78… La siguiente pregunta será 11 sumado a ese 3, que dará 14 (rey
de oros). La siguiente pregunta será 12 sumado a ese 14, que dará 26
(caballo de copas). Y así con cada nueva pregunta del consultante o nosotros
mismos.

Sólo debemos recordar qué número fue nuestra última respuesta, cosa
que no es difícil si practicamos. El principiante de esta técnica puede ir
anotando los números que den las respuestas, para no confundirse. En mi
caso, nunca anoté los dígitos que salían, pues siempre hice el esfuerzo de
recordar. Es cierto que con este método uno ya puede prever, consciente o
inconscientemente, qué carta viene en la siguiente pregunta. Pero si se hace
el esfuerzo de no pensar en las cartas venideras, sino sólo enfocarse en la
pregunta, uno de verdad hará preguntas que no sabe las respuestas.

Y, cabe destacar, que, en un momento dado, y haciendo muchas


preguntas con este método, pueden volver a caer algunas veces cartas que ya
cayeron en preguntas anteriores. Con esto, la ilusión de entrevero es más
fina, pero no puramente aleatoria.

Sabiendo ya la técnica de poner el tarot a modo de lista mental, y su


posterior entrevero o barajeo, ya se puede proceder a memorizar los
significados de cada carta. Los significados deberán interpretarse de acuerdo
a la pregunta, y como ya mencioné, dichos significados son muy similares en
las diferentes culturas.
5. EL MAZO DE OROS

Como ya se ha mencionado, el mazo de oros, o medallones, se refiere a


lo físico, a nuestro cuerpo material, a lo terrenal, al dinero, a lo mundano, a
la carne. El mazo de los oros pertenece a los arcanos menores, y es el primer
mazo de la lista mental, empezando desde el número 1 y terminando con el
14. Su elemento es la tierra, o el estado sólido de la materia. A
continuación, se establecen los detalles a memorizar de cada carta, con
dibujos que hice en antaño, los cuales estaban basados en los números y
algunos símbolos del moemismo[2].
Nombre: Un Medallón.

Respuesta directa: Sí.

Letra: A.

Significado: Riqueza, dinero, gozo físico, ascensión.

Símbolo: Es la escalera a la gran mesa.

Orden numérico: 1

Nombre en tarot normal: As de Oros.


Nombre: Dos Medallones.

Respuesta directa: Sí y no (dualidad, puede ser sí o no dependiendo de


las circunstancias).

Letra: B.

Significado: Engaño, falsedad, hipocresía, manejo de dos situaciones a


la vez.

Símbolo: Es el espejo.

Orden numérico: 2

Nombre en tarot normal: Dos de Oros.

Nombre: Tres Medallones.


Respuesta directa: Sí.

Letra: C.

Significado: Maestría, habilidad, el ego (el yo), la autovaloración, la


intermediación entre dos partes.

Símbolo: Es el autorretrato.

Orden numérico: 3.

Nombre en tarot normal: Tres de Oros.

Nombre: Cuatro Medallones.

Respuesta directa: No.

Letra: Ch.

Significado: Tacañería, avaricia, materialismo, egoísmo, ser miserable.


Símbolo: Es la caja fuerte.

Orden numérico: 4

Nombre en tarot normal: Cuatro de Oros.

Nombre: Cinco Medallones.

Respuesta directa: No.

Letra: D.

Significado: Pobreza, miseria, desprotección, estar a merced de lo


desfavorable.

Símbolo: Es el vagabundo.

Orden numérico: 5.
Nombre en tarot normal: Cinco de Oros.

Nombre: Seis Medallones.

Respuesta directa: Sí.

Letra: E.

Significado: Generosidad, bondad, desprendimiento voluntario de las


cosas materiales, dar ayuda al necesitado.

Símbolo: Es el filántropo.

Orden numérico: 6.

Nombre en tarot normal: Seis de Oros.


Nombre: Siete Medallones.

Respuesta directa: Sí.

Letra: F.

Significado: Beneficios tras el esfuerzo, voluntad para emprender


cualquier empresa, fatiga remunerada.

Símbolo: Es el recolector de frutos.

Orden numérico: 7.

Nombre en tarot normal: Siete de Oros.


Nombre: Ocho Medallones.

Respuesta directa: Sí.

Letra: G.

Significado: Trabajo, ocupación, excelencia.

Símbolo: Es el obrero.

Orden numérico: 8.

Nombre en tarot normal: Ocho de Oros.


Nombre: Nueve Medallones.

Respuesta directa: Sí.

Letra: H.

Significado: Goce o disfrute solitario de las propias posesiones. Riqueza


acompañada de soledad, o beneficios logrados únicamente sin la ayuda de
nadie.

Símbolo: Es el autónomo.

Orden numérico: 9.

Nombre en tarot normal: Nueve de Oros.


Nombre: Diez Medallones.

Respuesta directa: Sí.

Letra: I.

Significado: Abundancia, larga vida, familia fructífera.

Símbolo: Es el rico y vetusto amo de casa.

Orden numérico: 10.

Nombre en tarot normal: Diez de Oros.


Nombre: Señorita con Medallón.

Respuesta directa: Sí.

Letra: J.

Significado: Nuevas ideas, la lucha por la vida para obtener beneficios,


ser multifacético.

Símbolo: Es la colección de diferentes uniformes.

Orden numérico: 11.

Nombre en tarot normal: Sota de Oros.


Nombre: Muchacho con Medallón.

Respuesta directa: Sí.

Letra: K.

Significado: Tenacidad, poder destruir los obstáculos con las propias


manos.

Símbolo: Es el guante de acero.

Orden numérico: 12.

Nombre en tarot normal: Caballo de Oros.


Nombre: Mujer con Medallón.

Respuesta directa: Sí.

Letra: L.

Significado: Opulencia, lujo, indulgencia, lascivia.

Símbolo: Es el palacio de los placeres terrenales.

Orden numérico: 13.

Nombre en tarot normal: Reina de Oros.


Nombre: Hombre con Medallón.

Respuesta directa: Sí.

Letra: M.

Significado: Prosperidad, protección, alto nivel social.

Símbolo: Es la sala de los tesoros.

Orden numérico: 14.

Nombre en tarot normal: Rey de Oros.

Hasta aquí la memorización de los oros o medallones.


6. EL MAZO DE COPAS

El mazo de copas, segundo mazo a memorizar, se refiere a lo


emocional, los sentimientos, el arte, la religión. Representa el “yo
emocional”, llamado también por algunas escuelas esoteristas como “cuerpo
de deseos”. Su elemento es el agua., o el estado líquido de la materia.

Los sentimientos son de una naturaleza dual, teniendo cada sentimiento


un lado opuesto. Cada estado emocional, pues, corresponde a una frecuencia
específica en el funcionamiento eléctrico cerebral. Para entender mejor,
todos los sentimientos básicamente funcionan como atracción o repulsión, o
positivo y negativo, así como: amor y odio, felicidad y tristeza, paciencia e
impaciencia, tranquilidad e intranquilidad, bondad y maldad, y muchos otros
más.

A continuación, pues, las cartas del mazo de copas, que también me


gusta llamar cálices:
Nombre: Un Cáliz.

Respuesta directa: Sí.

Letra: N.

Significado: Alegría en todas sus formas, disfrute, convite. Aura


brillante.

Símbolo: Es la fiesta.

Orden numérico: 15

Nombre en tarot normal: As de Copas.


Nombre: Dos Cálices.

Respuesta directa: Sí.

Letra: Ñ.

Significado: Pacto, unión, acuerdo.

Símbolo: Es el eslabón de la cadena.

Orden numérico: 16

Nombre en tarot normal: Dos de Copas.


Nombre: Tres Cálices.

Respuesta directa: Sí.

Letra: O.

Significado: Brindis, festejo de una victoria, júbilo por la ganancia de


algo.

Símbolo: Es la sala de baile.

Orden numérico: 17.

Nombre en tarot normal: Tres de Copas.


Nombre: Cuatro Cálices.

Respuesta directa: No.

Letra: P.

Significado: Insatisfacción, ser mal agradecido, no valorar lo que se


concede de buena gana. Cerrarse a todo consejo o ayuda.

Símbolo: Es el ídolo de piedra.

Orden numérico: 18

Nombre en tarot normal: Cuatro de Copas.


Nombre: Cinco Cálices.

Respuesta directa: No.

Letra: Q.

Significado: Rechazo del placer, de la alegría; luto, reniego a causa de


una desgracia.

Símbolo: Es el hereje.

Orden numérico: 19.

Nombre en tarot normal: Cinco de Copas.


Nombre: Seis Cálices.

Respuesta directa: Sí.

Letra: R.

Significado: El pasado, los recuerdos, algo que ya se sabe, herencia.

Símbolo: Es el obsequio.

Orden numérico: 20.

Nombre en tarot normal: Seis de Copas.


Nombre: Siete Cálices.

Respuesta directa: No.

Letra: S.

Significado: Pensamientos vanos, imaginación dañina, pérdida del


control, ideas disparejas, dispersión de la mente, incapacidad de decisión.

Símbolo: Es el castillo sobre la nube.

Orden numérico: 21.

Nombre en tarot normal: Siete de Copas.


Nombre: Ocho Cálices.

Respuesta directa: Sí.

Letra: T.

Significado: Abandono de algo por otra cosa mejor, mejoramiento,


progreso.

Símbolo: Es el alpinista.

Orden numérico: 22.

Nombre en tarot normal: Ocho de Copas.


Nombre: Nueve Cálices.

Respuesta directa: Sí.

Letra: U.

Significado: Abundancia, buena posición social, seguridad.

Símbolo: Es el millonario.

Orden numérico: 23.

Nombre en tarot normal: Nueve de Copas.


Nombre: Diez Cálices.

Respuesta directa: Sí.

Letra: V.

Significado: Éxito en o con la familia o la amistad. Alegría, festejo.


Bendición.

Símbolo: Es el arcoíris.

Orden numérico: 24.

Nombre en tarot normal: Diez de Copas.


Nombre: Señorita con Cáliz.

Respuesta directa: Sí.

Letra: W.

Significado: Meditación, pensar en algo para resolverlo, en armonía el


interior con el exterior.

Símbolo: Es el yogui.

Orden numérico: 25.

Nombre en tarot normal: Sota de Copas.


Nombre: Muchacho con Cáliz.

Respuesta directa: No.

Letra: X.

Significado: Trampa, seducción para engañar, mala noticia.

Símbolo: Es la emboscada.

Orden numérico: 26.

Nombre en tarot normal: Caballo de Copas.


Nombre: Mujer con Cáliz.

Respuesta directa: Sí.

Letra: Y.

Significado: El esperado amor, la persona soñada para uno. Dulzura. La


mirada tierna.

Símbolo: Es el corazón.

Orden numérico: 27.

Nombre en tarot normal: Reina de Copas.


Nombre: Hombre con Cáliz.

Respuesta directa: Sí.

Letra: Z.

Significado: Trabajo múltiple, dones diversos, generosidad.

Símbolo: Es el superdotado.

Orden numérico: 28.

Nombre en tarot normal: Rey de Copas.

Hasta aquí la memorización de las copas o cálices.


7. EL MAZO DE ESPADAS

El mazo de espadas, al que también llamo dagas, es el tercer mazo a


memorizarse, abarcando ámbitos intelectuales, por lo que representa
fácilmente aspectos del “yo mental”, o cuerpo mental, o hasta astral, según
algunos. Su elemento esotérico, pues, debe ser uno más sutil que el agua,
siendo en este caso el aire, o lo que es lo mismo: el estado gaseoso de la
materia.

Muchos ven a la mente como algo muy complejo e indescifrable, pero la


mente puede bien entenderse como una máquina que se encarga de guardar y
procesar los datos que recibe el cerebro a través de los sentidos. Posee como
dos estados: consciente e inconsciente. El consciente es el estado lúcido de
la persona, siendo el subconsciente el estado predominante durante el sueño.
El subconsciente es más vasto que el consciente, y posee infinidad de
información desordenada; el consciente, por su lado, posee la información
guardada y ordenada de manera lógica.

Como podrá verse, las letras del alfabeto vuelven a empezar con este
tercer mazo. Las cartas a memorizar, pues, son como siguen…
Nombre: Una Daga.

Respuesta directa: Sí.

Letra: A.

Significado: Conquista, victoria, poder.

Símbolo: Es el viento favorable.

Orden numérico: 29.

Nombre en tarot normal: As de Espadas.


Nombre: Dos Dagas.

Respuesta directa: Sí y No (dependiendo del caso).

Letra: B.

Significado: Dualidad, equilibrio mental en dos situaciones antagónicas


a la vez, concentración.

Símbolo: Es el águila bicéfala.

Orden numérico: 30.

Nombre en tarot normal: Dos de Espadas.


Nombre: Tres Dagas.

Respuesta directa: No.

Letra: C.

Significado: Tristeza, corazón partido, desdicha, ira, oscuridad interior.

Símbolo: Es la tormenta.

Orden numérico: 31.

Nombre en tarot normal: Tres de Espadas.


Nombre: Cuatro Dagas.

Respuesta directa: Sí.

Letra: Ch.

Significado: Descanso, soledad momentánea, convalecencia, pausa en


las actividades.

Símbolo: Es la cama del hospital.

Orden numérico: 32.

Nombre en tarot normal: Cuatro de Espadas.


Nombre: Cinco Dagas.

Respuesta directa: Sí.

Letra: D.

Significado: Superioridad sobre los demás por algún don, fuerza, o


privilegio que se nos concede.

Símbolo: Es el campeón.

Orden numérico: 33.

Nombre en tarot normal: Cinco de Espadas.


Nombre: Seis Dagas.

Respuesta directa: Sí.

Letra: E.

Significado: Superar un problema, recibir la ayuda de alguien, depender


de otro u otros, pasar por un proceso de transición.

Símbolo: Es el puente.

Orden numérico: 34.

Nombre en tarot normal: Seis de Espadas.


Nombre: Siete Dagas.

Respuesta directa: Sí (pero sólo si se cumple cierta condición).

Letra: F.

Significado: Éxito momentáneo, felicidad efímera, posesión que se


deshará o arruinará pasado cierto tiempo. Relación que se disfruta mientras
dure el momento.

Símbolo: Es la flor.

Orden numérico: 35.

Nombre en tarot normal: Siete de Espadas.


Nombre: Ocho Dagas.

Respuesta directa: No.

Letra: G.

Significado: Duda, ataduras (estar atado o muy apegado a algo),


incredulidad, impedimento. Miedo.

Símbolo: Es el velo ante los ojos.

Orden numérico: 36.

Nombre en tarot normal: Ocho de Espadas.


Nombre: Nueve Dagas.

Respuesta directa: No.

Letra: H.

Significado: Lágrimas, sufrimiento, quebranto, insomnio. Pérdida de


algún interés que puede ser humano, material o intelectual.

Símbolo: Es la lágrima.

Orden numérico: 37.

Nombre en tarot normal: Nueve de Espadas.


Nombre: Diez Dagas.

Respuesta directa: No.

Letra: I.

Significado: Ruina, derrota, mala suerte.

Símbolo: Es el muerto.

Orden numérico: 38.

Nombre en tarot normal: Diez de Espadas.


Nombre: Señorita con Daga.

Respuesta directa: Sí.

Letra: J.

Significado: Vigilancia, escrutinio, la mente enfocada en algo específico,


estar muy pendiente de algo.

Símbolo: Es la cámara de seguridad.

Orden numérico: 39.

Nombre en tarot normal: Sota de Espadas.


Nombre: Muchacho con Daga.

Respuesta directa: Sí.

Letra: K.

Significado: Valentía, no temer a nada, rapidez. Ser presto al enojo.

Símbolo: Es el soldado.

Orden numérico: 40.

Nombre en tarot normal: Caballo de Espadas.


Nombre: Mujer con Daga.

Respuesta directa: No.

Letra: L.

Significado: Celos, inteligencia para dañar a otros, viudedad.

Símbolo: Es el asesino.

Orden numérico: 41.

Nombre en tarot normal: Reina de Espadas.


Nombre: Hombre con Daga.

Respuesta directa: Sí.

Letra: M.

Significado: Sabiduría, protección, gran poderío.

Símbolo: Es la fortaleza.

Orden numérico: 42.

Nombre en tarot normal: Rey de Espadas.

Hasta acá la memorización del mazo de espadas o dagas.


8. EL MAZO DE BASTOS

Podría decirse que el mazo de bastos, que también llamo báculos, se


refiere a lo espiritual, a la energía, al ánimo. Es el cuarto mazo a memorizar
de los arcanos menores. Representa el “yo espiritual”, al que algunos llaman
“cuerpo etérico”. Muchos no creen en el espíritu, y por otro lado otros
afirman que todo tiene espíritu. El elemento esotérico de este aspecto, sería
el fuego, o el estado plasmático de la materia, que vibracionalmente es lo
que viene después del estado gaseoso..

Se crea o no en el espíritu, no puede negarse que hay una energía que


afecta a los otros yoes, impulsando al cuerpo a moverse, a las emociones
para darle intensidad, y a la mente para darle concentración a un
pensamiento o idea. Hay muchas formas de energía, pero todas producen esa
fuerza o impulso que genera la acción de algo en todos los aspectos del ser.

El alfabeto vuelve a terminar con este mazo, y las cartas son como
siguen a continuación…
Nombre: Un Báculo.

Respuesta directa: Sí.

Letra: N.

Significado: Poder, creación, los sueño hechos realidad.

Símbolo: Es la supernova.

Orden numérico: 43.

Nombre en tarot normal: As de Bastos.


Nombre: Dos Báculos.

Respuesta directa: Sí.

Letra: Ñ.

Significado: Logros, dominio, estar por encima de todo.

Símbolo: Es el globo terráqueo.

Orden numérico: 44.

Nombre en tarot normal: Dos de Bastos.


Nombre: Tres Báculos.

Respuesta directa: Sí.

Letra: O.

Significado: Surgimiento de algo nuevo, edificación de algo, comienzo


de un proyecto.

Símbolo: Es la pisada en los primeros escalones de una escalinata.

Orden numérico: 45.

Nombre en tarot normal: Tres de Bastos.


Nombre: Cuatro Báculos.

Respuesta directa: Sí.

Letra: P.

Significado: Amor, romance, prosperidad, paz.

Símbolo: Es el jardín desde donde se contempla el ocaso.

Orden numérico: 46.

Nombre en tarot normal: Cuatro de Bastos.


Nombre: Cinco Báculos.

Respuesta directa: No.

Letra: Q.

Significado: Pelea, discusión, separación.

Símbolo: Es el campo de batalla.

Orden numérico: 47.

Nombre en tarot normal: Cinco de Bastos.


Nombre: Seis Báculos.

Respuesta directa: Sí.

Letra: R.

Significado: Beneficios obtenidos después de una lucha, llegada triunfal


de la guerra.

Símbolo: Es la calma después de la tormenta.

Orden numérico: 48.

Nombre en tarot normal: Seis de Bastos.


Nombre: Siete Báculos.

Respuesta directa: Sí.

Letra: S.

Significado: Éxito tras la lucha, estar sobre los demás en una contienda,
habilidad para enfrentar a quien sea.

Símbolo: Es la torre de asalto.

Orden numérico: 49.

Nombre en tarot normal: Siete de Bastos.


Nombre: Ocho Báculos.

Respuesta directa: Sí.

Letra: T.

Significado: Rapidez, viaje, repentino amor.

Símbolo: Es el ave.

Orden numérico: 50.

Nombre en tarot normal: Ocho de Bastos.


Nombre: Nueve Báculos.

Respuesta directa: No.

Letra: U.

Significado: Estar de guardia, enemigos ocultos, estar asechado.

Símbolo: Es el viajante astral.

Orden numérico: 51.

Nombre en tarot normal: Nueve de Bastos.


Nombre: Diez Báculos.

Respuesta directa: No.

Letra: V.

Significado: Problemas que sin embargo pueden resolverse, llevar una


pesada carga, estar temporalmente en una difícil situación.

Símbolo: Es el pedestal de una estatua.

Orden numérico: 52.

Nombre en tarot normal: Diez de Bastos.


Nombre: Señorita con Báculo.

Respuesta directa: No.

Letra: W.

Significado: Mala organización, estar hundido por una decisión errada.

Símbolo: Es la arena movediza.

Orden numérico: 53.

Nombre en tarot normal: Sota de Bastos.


Nombre: Muchacho con Báculo.

Respuesta directa: No.

Letra: X.

Significado: Mudanza, conflictos, pensamientos vacíos.

Símbolo: Es el exiliado.

Orden numérico: 54.

Nombre en tarot normal: Caballo de Bastos.


Nombre: Mujer con Báculo.

Respuesta directa: Sí.

Letra: Y.

Significado: Atracción, encantamiento, lugar o memento donde se goza


plenamente.

Símbolo: Es el palacio.

Orden numérico: 55.

Nombre en tarot normal: Reina de Bastos.


Nombre: Hombre con Báculo.

Respuesta directa: Sí.

Letra: Z.

Significado: Madurez, conciencia, tener a otros en nuestras manos.

Símbolo: Es la cadena.

Orden numérico: 56.

Nombre en tarot normal: Rey de Bastos.

Así termina la memorización del mazo de bastos, y de los arcanos


menores en sí.
9. LOS ARCANOS MAYORES

Los arcanos mayores tienen un significado más profundo e iniciático


que los arcanos menores. Su elemento esotérico, sería la vida, a la que los
cuatro elementos anteriores le abastecen o nutren. Por ejemplo, al árbol (lo
viviente), le abastece la tierra (suelo), el agua (lluvia), el aire (los gases
atmosféricos), y el fuego (la luz del sol). La vida sería el quinto elemento
esotérico, y los arcanos mayores en sí vienen a ser el quinto mazo del tarot;
algunos consideran a la carta cero de los arcanos mayores como un tercer
mazo, pero a mí me gusta verla dentro del mazo de los arcanos mayores.

Al hablar de este mazo y relacionarlo con el ser humano, no lo podemos


ver como un cuerpo, ya que este aspecto es el que toma las decisiones para
cada uno de dichos cuerpos (el físico, el emocional, el intelectual y el
espiritual). Los cuatro yoes forman un tetraedro que en cada punta posee una
esfera que representa cada cuerpo; dicho tetraedro posee en el centro una
quinta esfera, que sería la que se manifiesta a través de los diferentes cuerpos
de su ser. Esa quinta esfera, es la consciencia, la esencia, la fuente de la
volición en el ser. Es esta consciencia la que decide que el cuerpo físico se
mueva, que se sienta cierta emoción, que se piense o recuerde algo, y que
establezca con qué intensidad trabajará el físico, la emoción, o el
pensamiento. La esencia es el verdadero yo detrás de los cuatro yoes.

En vez de letras, le relacionaremos números. Los arcanos a memorizar a


continuación, que tienen más datos que los arcanos menores, son como
siguen…
Nombre: La Nada.

Respuesta directa: Neutral (ni Sí ni No, o como que no responde).

Número: 0.

Significado: El vacío, el espacio, la oscuridad más profunda, estar en el


punto donde todavía no se pisa el primer escalón.

Símbolo: Es la nada.

Deidad: Caos.

Orden numérico: 57.

Nombre en tarot normal: El Loco (0).


Nombre: La Pirámide.

Respuesta directa: Sí.

Número: 1.

Significado: Creación, imaginación, poder. Inteligencia para crear.

Símbolo: Es la lámpara mágica.

Deidad: Hermes.

Orden numérico: 58.

Nombre en tarot normal: El Mago (I).


Nombre: La Dupla.

Respuesta directa: Sí y No (un poco de ambos).

Número: 2.

Significado: Secretos, castidad, abstinencia. Verdad revelada sólo al


meritoso.

Símbolo: Es el imán, porque tiene dos polos a la vez.

Deidad: Hestia.

Orden numérico: 59

Nombre en tarot normal: La Sacerdotisa (II).


Nombre: La Naturaleza.

Respuesta directa: Sí.

Número: 3.

Significado: Inteligencia para entender lo ya creado, fertilidad,


crecimiento, independencia.

Símbolo: Es la semilla germinando.

Deidad: Deméter.

Orden numérico: 60.

Nombre en tarot normal: La Emperatriz (III).


Nombre: La Pirámide Invertida.

Respuesta directa: Sí.

Número: 4.

Significado: Intelectualismo, cultura, gobierno sobre otros, superioridad


en cosas materiales.

Símbolo: Es el pozo lleno.

Deidad: Hades.

Orden numérico: 61.

Nombre en tarot normal: El Emperador (IV).


Nombre: El Altar.

Respuesta directa: Sí.

Número: 5.

Significado: Dignidad, paciencia, tener fe en algo. Controlar los


pensamientos de otros valiéndose de artilugios emocionales.

Símbolo: Es la reliquia.

Deidad: Dionisos.

Orden numérico: 62.

Nombre en tarot normal: El Sumo Sacerdote (V).


Nombre: La Unión.

Respuesta directa: Sí.

Número: 6.

Significado: Unión, amor, estar atado emocionalmente a alguien o algo.

Símbolo: Es el injerto.

Deidad: Eros.

Orden numérico: 63.

Nombre en tarot normal: Los Enamorados (VI).


Nombre: El Mecanismo.

Respuesta directa: Sí.

Número: 7.

Significado: Victoria, supremacía, dominio de esclavos, movimiento


constante.

Símbolo: Es la máquina.

Deidad: Poseidón.

Orden numérico: 64.

Nombre en tarot normal: El Carro (VII).


Nombre: La Balanza.

Respuesta directa: Sí.

Número: 8.

Significado: Equidad, rigurosidad, exactitud, seriedad, rectitud.

Símbolo: Es el juez.

Deidad: Némesis.

Orden numérico: 65.

Nombre en tarot normal: La Justicia (VIII).


Nombre: El Ojo Dador.

Respuesta directa: Sí.

Número: 9.

Significado: Sabiduría, profundidad de pensamientos, soledad voluntaria


para un fin productivo.

Símbolo: Es la fuente cristalina.

Deidad: Atenea.

Orden numérico: 66.

Nombre en tarot normal: El Ermitaño (IX).


Nombre: La Serpiente Automordida.

Respuesta directa: Sí.

Número: 10.

Significado: Estar favorecido por el azar. Acontecimientos que pasado


cierto tiempo vuelven a ocurrir. La línea del tiempo que se curva hasta
formar un anillo. Representa la automatización, y la retroalimentación.

Símbolo: Ouróboros.

Deidad: Cronos.

Orden numérico: 67.

Nombre en tarot normal: La Rueda de la Fortuna (X).


Nombre: El Obelisco.

Respuesta directa: Sí.

Número: 1 (los números vuelven a empezar desde esta carta).

Significado: Vigor, capacidad para cambiar o modificar lo que nos


molesta, tener gran voluntad para realizar cualquier empresa.

Símbolo: Es la motivación.

Deidad: Gea.

Orden numérico: 68.

Nombre en tarot normal: La Fuerza (XI).


Nombre: El Caído.

Respuesta directa: No.

Número: 2.

Significado: Autosacrificarse por algo correcto, estar por placer


sometido a otra persona o situación, estar vulnerable a algún dolor o alguna
enfermedad.

Símbolo: Es el escudo.

Deidad: Prometeo.

Orden numérico: 69.

Nombre en tarot normal: El Colgado (XII).


Nombre: La Guadaña.

Respuesta directa: No.

Número: 3.

Significado: Conclusión de una situación, la muerte de una cosa a favor


de la vida de otra, cambio, transición.

Símbolo: Es la oruga.

Deidad: Tanátos.

Orden numérico: 70.

Nombre en tarot normal: La Muerte (XIII).


Nombre: El Equilibrio.

Respuesta directa: Sí.

Número: 4.

Significado: Armonía, autonomía, individualidad, paz, calma.

Símbolo: Es la brisa.

Deidad: Eiréne.

Orden numérico: 71.

Nombre en tarot normal: La Templanza (XIV).


Nombre: El Pentáculo.

Respuesta directa: No.

Número: 5.

Significado: Egoísmo, separatismo, ambición, crueldad, sometimiento.

Símbolo: Es la esclavitud.

Deidad: Ares.

Orden numérico: 72.

Nombre en tarot normal: El Diablo (XV).


Nombre: El Rayo.

Respuesta directa: No.

Número: 6.

Significado: Destrucción, cambio violento, castigo.

Símbolo: Es el edificio en ruinas.

Deidad: Zeus.

Orden numérico: 73.

Nombre en tarot normal: La Torre (XVI).


Nombre: La Fusión Piramidal.

Respuesta directa: Sí.

Número: 7.

Significado: Equilibrio entre lo elevado y lo bajo, inspiración, arte,


protección.

Símbolo: Es el ángel.

Deidad: Afrodita.

Orden numérico: 74.

Nombre en tarot normal: La Estrella (XVII).


Nombre: La Noche.

Respuesta directa: No.

Número: 8.

Significado: Inestabilidad, ser cambiante, accidente, peligro, recibir


abuso.

Símbolo: Es el río.

Deidad: Artemisa.

Orden numérico: 75.

Nombre en tarot normal: La Luna (XVIII).


Nombre: El Día.

Respuesta directa: Sí.

Número: 9.

Significado: Contemplar desde un nivel superior las cosas, ser el centro


de atención, dominar el derredor o a los demás. Es la fuente, foco u origen
de algo o de varias cosas.

Símbolo: Es el eje.

Deidad: Apolo.

Orden numérico: 76.

Nombre en tarot normal: El Sol (XIX).


Nombre: La Ascensión.

Respuesta directa: Sí.

Número: 10.

Significado: Renovación, ser juzgado, estar en el momento último de


una situación, el aviso.

Símbolo: Es la alarma.

Deidad: Asclepios.

Orden numérico: 77.

Nombre en tarot normal: El Juicio Final (XX).


Nombre: El Todo.

Respuesta directa: Sí.

Número: ∞ (infinito).

Significado: Terminar satisfactoriamente algo, la totalidad, recibir el


pago del trabajo, la perfección. El superconsciente, que es el origen de todos
los poderes.

Símbolo: Es el premio.

Deidad: Aión.

Orden numérico: 78.

Nombre en tarot normal: El Mundo (XXI).


Hasta aquí la memorización de los arcanos mayores.
10. INTERPRETACIÓN CORRECTA

Si buscamos saber la inicial del nombre de algo o alguien que no


conocemos, los arcanos menores nos pueden dar una luz al respecto, si se
cree en ello, pero no así los arcanos mayores. En este último caso, de recibir
como respuesta un arcano mayor, podría considerarse que no se nos está
respondiendo.

Si lo que buscamos es un número de uno al diez, pueden servirnos


perfectamente los arcanos mayores, pero también el orden numérico de
cualquiera de las cartas, dependiendo de qué es lo que queremos saber. Es
decir, que los arcanos menores también pueden respondernos: por ejemplo,
queremos saber un número, y cae la carta 29; la respuesta puede ser 29, o 1
(porque es as de espadas, o bien 11 (porque 2 + 9 da 11, o 2, porque 1 + 1 es
2). Todo depende de qué preguntemos, para evitar caer uno en lo ambiguo.

Si lo que buscamos es saber un simple sí o no, todas las cartas tienen una
respuesta directa dependiendo de si el significado de la carta es mayormente
positivo o negativo, o hasta neutro. Es por ello que le asigné directamente la
respuesta directa a cada naipe, basándome en si los significados son en su
mayoría positivos o negativos, o hasta neutros.

Las cartas que usé como ejemplo, son cartas que yo diseñé en mi
juventud, basándome en cómo yo veía las cartas en mi cabeza. A estas
barajas las llamo: Tarot Moemista. A los arcanos mayores les había yo
relacionado dioses griegos para que me sea más fácil recordar los
significados de las cartas, o símbolos mentales que yo entendía. Ciertamente,
lo que al principio me costó fue memorizar los significados, pero fue más
fácil cuando empecé a relacionar con cosas que ya sabía de antemano.
Siempre el relacionamiento mental me resultó con cualquier cosa que
deseaba aprender.
En todo momento me gustó utilizar un solo naipe para cada pregunta que
tenía, porque siendo así podía preguntar muchísimas cosas. Sin embargo,
cuando fui iniciado en la cartomancia a los cuatro años de edad, por mi
madre, que aprendió de su madre (mi abuela), y que aprendió también de su
madre (mi bisabuela), lo primero que se me enseñó fue un juego llamado
“círculo”, en donde colocaba las cartas a modo de sol, y en el medio dos
grupos. El resultado, podía decir si la respuesta a mi pregunta era un sí
rotundo, un sí o afirmación normal, un no o duda, un puede ser tanto sí
como no, y un no rotundo. Todo dependía de cómo concluía el juego. Era
un proceso largo, pero sólo se utilizaba 40 cartas españolas que tenían nada
más que cuatro mazos de cartas: oros, copas, espadas y bastos, que poseían
numeraciones de uno al siete, y las figuras de sota (10), caballo (11) y rey
(12) solamente.

Primero había que barajar las cartas, hasta tres veces, cortar con la mano
izquierda y hacer la pregunta mientras se cortaba, siempre hacia uno mismo.
Luego con la mano izquierda se recogía todo el mazo boca abajo desde el
que no se cortó sobre el que se cortó, y con la mano derecha se sacaba
siempre la última carta de abajo para echar revelada sobre la mesa y hacer la
figura del sol. Primero se hacía una cruz (la primera carta arriba, la segunda
abajo, la tercera a la izquierda, y la cuarta a la derecha), y luego entre cada
punta de la cruz iban dos cartas (dos en la parte superior derecha, dos en la
parte inferior izquierda, dos en la parte superior izquierda, y dos en la parte
inferior derecha). Recuerdo que la distribución tenía la apariencia de los
indicadores de un reloj.

Una vez completado el círculo, en el lado derecho del centro se echaba


una carta abierta, y en el lado izquierdo del centro otra carta boca abajo. Si la
carta revelada en el centro (la de la derecha) coincidía con una o más cartas
del círculo, las cartas coincidentes del círculo se cerraban, luego se echaba
otra carta boca arriba con otra boca abajo, y se repetía el proceso. Si la
revelada en el centro no coincidía con ninguna carta del círculo, se echaba
otras dos (una abierta y otra cerrada), y así hasta quedarse sin naipes en las
manos.

Una vez terminadas las cartas, había que mirar el círculo si todas las
cartas estaban cerradas, en cuyo caso la respuesta era un sí rotundo. Si
sobraba una sola carta abierta en el círculo, la respuesta era considerada
positiva o sí. Si sobraban dos cartas era considerado que había una duda, o
que era un no. Si sobraban tres cartas, era un puede ser, es decir, podía ser sí
y no al mismo tiempo. Si sobraban cuatro cartas, era un no rotundo. Si por
casualidad sobraban más de cuatro cartas, considerábase que las cartas no
estaban respondiendo a la pregunta.

Otra cosa, si por casualidad en el círculo caían 4 cartas iguales, se


deshacía todo el juego, se volvía a barajar, y se procedía a realizar otra
pregunta. Cuando ello pasaba, se pensaba definitivamente que las cartas no
estaban queriendo responder a dicha pregunta. ¿Por qué se deshacía el
juego? Pues porque sólo existen cuatro cartas iguales en toda la baraja, ya
que ésta contaba de cuatro mazos; era lógico.

Mostraré un ejemplo de una consulta, valiéndome de las cartas españolas


de 40 naipes:
A continuación, podrá verse que, según el juego, no se recibió respuesta,
ya que sobraron más de cuatro cartas abiertas en el círculo:

Daré el ejemplo de otra consulta, con el mismo método y la misma


baraja:
Ahora, pues, podrá verse que, según el juego, el resultado es una duda o
una negación, pues han sobrado dos cartas abiertas en el círculo:
A lo largo de mi niñez he sido inculcado en diferentes juegos
adivinatorios con la cartomancia, pues vivía yo en un entorno muy
supersticiosa. Con el tiempo, sin embargo, cambió mi forma de pensar de
manera drástica, pero esa es otra historia que no merece ser mencionada
aquí…

Las figuras de personas significaban el cutis, siendo la sota una mujer


joven, o niño; el caballo un hombre joven, y el rey un hombre o mujer
mayor. Los oros representaban a una persona rubia o pelirroja, las copas a
una persona morena o de tez oscura, las espadas a una persona blanca o de
piel pálida (no precisamente rubia), y los bastos a una persona trigueña (o
piel intermedia entre blanca y morena).

Luego aprendí que las cartas de 50 naipes eran más completas, y eran en
realidad una presentación abreviada de los arcanos menores del tarot; las
cartas de 50 tenían dos comodines, que coincidían con la carta 0 de los
arcanos mayores del tarot, llamada “El Loco”. Cada mazo tenía su
numeración de uno al nueve, y luego traían la sota (10), el caballo (11) y el
rey (12).

Supe también que las cartas de póker, o francesas (algunos las llaman
inglesas), también poseían cuatro mazos y dos a cuatro comodines o jokers;
sólo que los mazos eran diamantes, corazones, picas, y tréboles; además, en
vez de sota tenían una jota o jack (J), y poseían una reina (Q) que las cartas
españolas no tenían, y el rey (K). Aprendí que los diamantes eran lo mismo
que los oros, los corazones lo mismo que las copas, las picas lo mismo que
las espadas, y los tréboles lo mismo que los bastos. Los comodines y jokers
eran lo mismo, si comparábamos ambas barajas.

Cuando conocí el tarot, ciertamente me di cuenta de que tanto las cartas


españolas como las francesas estaban incompletas realmente. Puede verse
cómo en el tarot el diez es diez y no una figura que represente a alguna sota,
y que la sota en vez de ser 10 debería ser 11 o su equivalente. También
puede notarse cómo el caballo no debe ser 11, sino 12 realmente; y el rey no
puede ser 12, sino 14. Por tanto, la reina, que no existe en la carta española,
de tener un número asignado debería ser 13. Sólo véase la comparación de
los bastos, estando la carta española debajo (con sus bastos de la sota al rey),
la francesa en medio (con sus tréboles del 10 a la K), y el tarot de Waite (del
10 de bastos al rey) encima de ambos:
Si tomamos, por su lado, sólo los ases y el comodín de las tres barajas,
puede verse que el comodín o joker es un intento por introducirnos en los
arcanos mayores tanto en las cartas francesas como en las españolas de 50
naipes. En el ejemplo, las cartas españolas están debajo, las francesas en
medio, y el tarot otra vez encima; primero, a la izquierda, está el oro y
diamante, luego la copa y corazón, después la espada y pica, siguiéndole el
basto y el trébol, y por último el comodín, joker, y El Loco, respectivamente:
Sea como fuere, cuando realizamos una pregunta, siempre el significado
de la carta la debemos adaptar a lo que se quiere saber. Por ejemplo, si
alguien pregunta cómo le irá en el trabajo, y sale la reina de copas, que
significa el amor esperado y demás, entonces quiere decir que a la persona le
irá bien y como desea, todo le irá dulcemente. Si por su lado, le sale el 10 de
espadas, significa que perderá el trabajo o estará en ruina. Si un soltero
pregunta si tendrá pareja en el presente año, y le sale el 8 de bastos, significa
que muy pronto tendrá pareja, ya que esa carta es positiva; mas si le sale el
arcano mayor “El Colgado”, que es una carta negativa, significará que la
respuesta es no.

Como puede verse, la interpretación es muy simple si sabemos el


significado de las cartas, y más aún si también nos sabemos la repuesta
rápida de cada carta. Si no sabemos la respuesta rápida, basta con deducir si
el significado en general es positivo o negativo; la carta “La Luna”, de por sí
habla de cosas negativas, y por lógica sería un no; y la carta del as de oros,
por hablar de riqueza y cosas positivas, obviamente es un sí a cualquier
pregunta. Y no es necesario hacer una especie de juego de solitario para
saber un simple sí o no, ya que una sola carta puede proveernos de dicha
respuesta.
11. AUGURIO GRIS[3]

Pero la gente quiere guiarse por lo que otro ya hizo, y hacer las cosas
con el mismo mecanismo con el que se empezó. Pues bien, tomando las
cartas del tarot yo inventé un sistema, y reconozco que me encanta la
cartomancia. El modo de echar las cartas uno puede inventarlo, o
simplemente sólo practicar un sistema que otro ya inventó. El juego que yo
inventé es una mezcla de juego de solitario modificado, y posee sus reglas, y
lo llamé “Augurio Gris”.

Este juego puede jugarse con cartas del tarot de cualquier tipo. El
objetivo de este juego es saber lo que le acontecerá a uno, pero al mismo
tiempo sabiendo el estado actual en que uno se encuentra. Augurio Gris es
un juego adivinatorio que puede decir a uno predicciones tanto buenas como
malas, por ello su nombre.
Las reglas son así: “Debe utilizare un mazo de tarot completo (setenta y
ocho cartas).

”El mazo debe ser barajado tres veces y en tres secciones, circularmente
y en sentido antihorario: se debe tomar al mismo tiempo una o varias cartas
de arriba y de abajo del mazo con la mano derecha mientras con la izquierda
se sujeta el mazo; si es posible las cartas tomadas de esta forma deben
echarse en la ‘mesa’ como dibujando una pirámide (dos grupos horizontales
uno al lado de otro, pero el tercero en el medio y arriba —este tercer grupo
puede ir abajo si uno es negro—; o sea que se empezará por poner primero
hacia la izquierda, luego a la derecha, y por último arriba, después se
continuará otra vez con la izquierda empezando un ciclo constante hasta que
las cartas se acaben de la mano izquierda, y se recogerán los tres grupos de
cartas que se han echado en la ‘mesa’ empezando por la izquierda y
terminado arriba); la segunda ronda de barajadura se hará del mismo modo
que la primera ronda pero se empezará echando las cartas a la derecha de la
‘pirámide’, y se seguirá siempre en sentido antihorario, y al terminar las
cartas de la mano izquierda se recogerán los tres grupos lanzados; la tercera
ronda se hará igual, pero empezando a echar en la parte de arriba de la
‘pirámide’, y al terminar de echar todas las cartas se recogerán los grupos.
”Si se es oscuro, igual se barajearán las cartas en sentido antihorario. Es
importante que, por ejemplo, al recoger los tres grupos de las cartas
barajeadas, dos de los grupos se tomen con una y otra mano y se echen una
sobre otra encima del grupo en el que se empezó a barajar; como se baraja
tres veces y se empieza a barajar en tres posiciones diferentes, entonces se
echarán dos grupos en donde se empezó cada barajeo.

”Una vez barajado y reunido el mazo por tercera vez, colocar de forma
horizontal y cortar en tres partes hacia uno mismo con ambas manos y
pensando con sinceridad en querer saber el incierto destino propio o el de
otra persona.

”Juntar las tres partes de las cartas en el mismo sentido en que se cortó.

”Coger el mazo y sacar las cartas una a una de debajo de dicho mazo
cuando se van a distribuir en la ‘mesa’.

”Las cartas deben distribuirse en la ‘mesa’ en un total de nueve, de


izquierda a derecha y boca abajo todas.

”Las nueve cartas son columnas: en la primera columna estará la única


carta que se colocó, en la segunda dos cartas, en la tercera tres, en la cuarta
cuatro, en la quinta cinco, en la sexta seis, en la séptima siete, en la octava
ocho, y en la novena nueve.

”Pero las distribuciones no deben hacerse por columna, sino sólo


horizontalmente y de izquierda a derecha. Es decir, que primero se echarán
las nueve primeras cartas de izquierda a derecha, luego se echarán ocho a
partir de la segunda columna sobre las cartas primeras (primera fila). La
tercera fila debe echarse sobre la segunda fila en un total de siete cartas a
partir de la tercera columna. La cuarta fila debe echarse sobre la tercera fila
en un total de seis cartas a partir de la cuarta columna. La quinta fila debe
echarse sobre la cuarta fila en un total de cinco cartas a partir de la quinta
columna. La sexta fila debe echarse sobre la quinta fila en un total de cuatro
cartas a partir de la sexta columna. La séptima fila debe echarse sobre la
sexta fila en un total de tres cartas a partir de la séptima columna. La octava
fila debe echarse sobre la séptima fila en un total de dos cartas a partir de la
octava columna. Y la novena fila debe ir sobre la octava fila en un total de
una carta a partir de la novena columna (es decir, que sólo irá una carta en la
novena fila de la novena columna).

”Las filas deben dejar ver un poco a las cartas de la fila anterior, que no
la cubran completamente.

”Una vez distribuidas las cartas como ya se explicó, poner boca arriba la
última carta que se colocó en cada columna, empezando por la novena
columna y terminando con la primera.

”El esquema debe verse similar a un triángulo rectángulo cuya


hipotenusa estaría hacia abajo y cuyo ángulo recto estaría en la esquina
superior derecha.

”Las cartas descubiertas deben ordenarse una sobre otra de forma


descendente, oros con oros, copas con copas, espadas con espadas, bastos
con bastos, y arcanos mayores con arcanos mayores.

”A la derecha del esquema, o debajo de él, o encima de él, o a la


izquierda de él, debe haber cinco espacios reservados para los mazos que allí
serán ordenados ascendentemente y empilados una vez que se juegue. Estos
espacios estarán dispuestos en forma de cruz, o sea, cuatro espacios en torno
a un quinto espacio que será el céntrico. En el espacio céntrico deben
ordenarse los arcanos mayores a partir de El Loco (carta cero) hasta El
Mundo (carta veintiuno); a la izquierda del espacio de los arcanos mayores,
estarán los oros desde el As hasta el Rey; a la derecha del espacio céntrico,
irán las copas también ascendentemente como los oros; debajo del espacio
céntrico, irán las espadas; y encima del espacio céntrico, los bastos.

”En el esquema, cuando se ordenen descendentemente las cartas del


mismo palo, puede que cartas de la columna que se sacó la carta descubierta,
quede disponible para que se la pueda descubrir. Deben usarse todas las
cartas descubiertas toda vez que se puedan colocar sobre su palo
descendente o bien en la cruz, y deben descubrirse la última carta de una
columna cuya carta descubierta fue sacada de allí.

”Si descubriendo y sacando las cartas una de las columnas queda vacía,
en ese espacio puede ir cualquier carta y sus descendientes.
”Si ya no se puede jugar porque faltan cartas, las treinta y tres cartas que
sobraron luego de la distribución serán un mazo del que se quitarán y
descubrirán a su lado, de a una, cartas que serán sacadas de arriba (no de
abajo como cuando se distribuyó). Este mazo de las treinta y tres cartas
restantes será el ‘mazo de rescate’, cuyas cartas descubiertas pueden
utilizarse en el esquema o en la cruz; y mientras más cartas se usen de este
mazo, menos cartas serán, ya no siendo un mazo de treinta y tres cartas (este
mazo de rescate, sea o no de treinta y tres cartas).

”Si las cartas descubiertas del ‘mazo de rescate’ llegaron a su término,


puede voltearse el mazo y volver a descubrir y utilizar sus cartas tantas veces
sea necesario.

”La prioridad del ‘mazo de rescate’ es el ordenamiento descendente en el


esquema (el original triángulo rectángulo) y a su vez el posterior
ordenamiento ascendente de los distintos palos en su lugar correspondiente
en la cruz. La prioridad del esquema es sólo la cruz.

”Las cartas puestas en la cruz no pueden volver a usarse.

”Terminado el juego, el ‘mazo de rescate’ se recoge en su totalidad, pero


boca abajo. Dicho mazo puede ir cualquier parte.

”El juego termina cuando en la cruz se logró ordenar ascendentemente


todos los palos y el esquema y el ‘mazo de rescate’ quedaron vacíos, o
cuando no se logró ordenar bien en la cruz y ya no se puede hacer nada
porque las cartas descubiertas del esquema y las cartas del ‘mazo de rescate’
no contienen cartas que puedan usarse.

”El juego se gana si termina con la cruz ordenada completamente, y se


pierde si no se puede ordenar porque no vienen las cartas necesarias”.
12. FINAL DEL AUGURIO GRIS[4]

Una vez entendido el mecanismo del juego “augurio gris”, habría que
pasar a su interpretación, que es de la siguiente manera: “Al disponer el
esquema y antes de empezar el juego, las nueve cartas descubiertas son, o
deberían ser, el pasado (sería bueno anotar qué cartas son porque una vez
que se juegue, esas primeras cartas pasarán al olvido); aquí se verá cuánta fe
uno posee, pues en estas nueve primeras cartas descubiertas deberían estar
explicados el pasado de la persona (si coincide con el pasado de la persona,
entonces el juego está funcionando). Si el juego se gana, quiere decir que
falta un solo paso para la perfección en todos los sentidos, y ese paso, es
adquirir mérito solamente; quiere decir que, ya no se necesita adquirir
ningún tipo de experiencia para llegar a la trascendencia.

”Si se pierde el juego, el total de las últimas cartas descubiertas del


esquema son nueve, y éstas se leen empezando por la primera columna, y
dicha lectura corresponde al futuro, lo que acontecerá. Las cartas que se
lograron colocar en la cruz, hablan del estado actual de la persona: los oros
de lo material, las copas de lo emocional, las espadas de lo intelectual, los
bastos de lo espiritual, y los arcanos mayores de lo iniciático
específicamente. Los mazos que más lograron completarse en la cruz,
significa que en ese aspecto se está más desarrollado; comparar todos los
aspectos su nivel de desarrollo. Si en un palo no logró ponerse ni siquiera
una sola carta, no es que en ese aspecto no se está desarrollado en nada, sino
que sólo no se nos quiere decir sobre ese aspecto tal vez por falta de mérito o
alguna razón misteriosa. Las cartas del ‘mazo de rescate’ no se leen. Las
cartas descubiertas detrás de la última carta descubierta de cada columna,
tampoco se leen.

”Realizar este juego el primero de cada mes, por el mes, y el noveno día
del primer mes del año, por el año.
”Si queremos hacer preguntas extras, no se puede si se ganó, pues todo
está en nuestras manos; si perdimos, el ‘mazo de rescate’, con cartas sacadas
de abajo, responden de a una carta las preguntas. Estas dos cosas se hacen
sólo al terminar el juego y no es obligatorio, porque las cartas del ‘mazo de
rescate’ no se leen.

”Si se perdió, para entender mejor el futuro se puede hacer ‘lectura


definitiva’ de las nueve cartas sobrantes del esquema. Esto consiste en: leer
dos cartas del extremo del esquema y concluir con la carta céntrica que,
representa el eje de todo el asunto; es decir, que la última carta de la primera
columna se leerá junto con la última carta de la novena columna, luego la
última carta de la segunda columna se leerá con la última carta de la octava
columna, después la última carta de la tercera columna se leerá con la última
carta de la séptima columna; posteriormente se leerá la última carta de la
cuarta columna con la última carta de la sexta columna; y por último se leerá
la última carta de la quinta columna, que será el fin de todo”.

Este sistema que inventé es sólo un ejemplo de lo que se puede hacer con
la adivinación por los azares.

A continuación, se muestra cómo se empieza el juego, y en el ejemplo


utilizaré el tarot de Aleister Crowley (Thoth Tarot):
Y ahora mostraré la cruz completada, que sería si se gana el juego:
Es muy difícil ganar el juego, y si se cree en esto, resulta bastante
revelador.
13. GEOMETRÍA VS UNIDAD

Cuando me dediqué, hace muchos años, a leerle a las personas su


destino o revelarle sus dudas valiéndome de la cartomancia, a ellos no les
gustaba el método simple de una sola carta por pregunta. A la gente le
gustaba más bien ver una geometría en donde se les dijera todo, tanto
pasado, presente, como futuro. Sólo a algunos logré convencer de que el
método de las preguntas era más personalizado y revelador que el método
geométrico, que era más generalizado y vago.

Y, generalmente las personas que optaban por el método geométrico, casi


siempre sólo querían saber lo básico: dinero, amor, y algunas veces salud.
Muy pocos eran los que estaban realmente interesados en cosas más
profundas de carácter iniciático. Muy pocos tenían interés en cosas cósmicas
o hasta interiores. Y no faltaba el que quería las dos lecturas, la geométrica y
la individualizada. Yo les complacía, porque yo lo tomaba sólo como
práctica para pulir mi capacidad de interpretación.

La gente me quería pagar por las lecturas que hacía, pero yo no quería
cobrar, porque si les decía algo que no era cierto, no quería que luego me
reclamaran que les cobré por decirles mentiras. Aunque me insistían, yo
presionaba en que no quería remuneración por mis lecturas. Nunca quise
usar la cartomancia como fuente de ingreso extra, porque existía siempre la
posibilidad de que el resultado de mis juegos adivinatorios sean sólo
producto del azar, con lo cual podía salir cualquier cosa de la que no quería
hacerme responsable.

Pero la gente creía en mis interpretaciones, y todos relacionaban con


cosas de su vida, y luego de un tiempo las cosas pasaban como yo les había
dicho, y me veían como un verdadero tarotista, y hasta como un clarividente.
Pero antes de leerle a la persona consultante, primero yo hablaba con ella
para que me comentara lo que le aquejaba, y me aseguraba de que lo que
quería saber era algo que de verdad no sabía dicha persona. Prácticamente
psicologaba al consultante, y las respuestas de mis interpretaciones siempre
eran adaptadas al caso de cada persona.

Cuando empecé a hacerme incrédulo de las cosas ocultas, yo advertía a


las personas que ya no quería leer porque ya no creía en ello. Pero la gente
insistía, y entonces yo les decía que, pese a no creer, aun así, interpretaría lo
que caería en las cartas, ya que eso era lo que querían. Las personas igual
aceptaban, y buscaban mi lectura, no sólo porque tenían fe en mí, sino
también porque por causa de mi inseguridad, lo leía gratis, como siempre.

Los que entendían mi incredulidad, sin embargo, veían en mis lecturas


una tendencia a lo probable, y usaban mis interpretaciones como guía pese a
que yo les decía que no debían creer al ciento por ciento en ello. La mayoría
de las veces, las personas que creían de verdad, decían que mis lecturas
siempre se cumplían, sino enseguida, pasado cierto tiempo.

Y a los pocos que últimamente leía, antes de dejar completamente de


leer, les leía tanto de manera individual como geométricamente,
dependiendo de lo que querían las personas. Y para los que querían la
geometría, yo establecí un juego simple al que llamé “pentagrama”. El
pentagrama consistía en echar las cartas en la mesa formando una estrella de
cinco puntas, habiendo en cada punta un total de tres cartas. Luego, en el
medio de la estrella quedaba el resto de las cartas, para las preguntas sueltas.
El pentagrama debería revelar aspectos de lo físico, lo emocional, lo mental,
lo espiritual, y lo iniciático. Pero como dije, la gente casi siempre estaba más
interesada en lo básico.

Para mostrar el pentagrama, utilizaré el primer tarot que compré, que era
un tarot negro (The Black Tarot), con el cual empecé a leerle a la gente para
practicar. Ello ocurrió cuando tenía yo la lozana edad de veinte años…
Las cartas de abajo eran lo físico, las de arriba a la izquierda lo
emocional, las del medio a la derecha lo intelectual, las del medio a la
izquierda lo espiritual, y las de arriba a la derecha lo iniciático; las cartas del
centro eran para las preguntas sueltas. Cada punta de la estrella tenía tres
cartas, porque la primera carta revelaba el pasado, la segunda el presente, y
la última el futuro. En el ejemplo, la carta de lo físico mostraba: El Colgado,
la Sota de Copas, y La Muerte. Mi interpretación, en ese caso, y en ese
aspecto de los yoes, era que la persona había estado con problemas
económicos o de salud, y había tenido que sacrificar ciertas cosas para poder
salir de eso; y que, actualmente, se hallaba en un punto donde la persona
hacía todo lo posible por equilibrar todo; pero pese a ello, en el futuro, las
cosas darían un cambio brusco y tal vez hasta negativo en el plano físico…

Luego de leerle todos los aspectos de los yoes, el consultante quedaba


con ciertas dudas con algunas cosas que le había leído, y para ello el mazo
del medio respondía con una carta de abajo cada pregunta específica que
tenía la persona. Cada carta de respuesta era colocada otra vez boca abajo en
la parte superior de dicho mazo, y las respuestas sólo eran dadas de las cartas
de abajo del mazo.

Pasando el tiempo, cuando al fin convencí a la gran mayoría que ya no


leía al público, los pocos a quienes accedía leer, les leía si me decían un
número al azar, el cual yo relacionaba con mi lista mental. Yo me daba
cuenta que la persona, tal vez inconscientemente, memorizaba el número con
la respuesta que yo le daba, y en futuras preguntas decían el mismo número,
esperando así una respuesta favorable; como yo me percataba de lo que
hacían sea voluntaria o involuntariamente, entonces les decía que me dijeran
otro número, afirmándoles que ese número en específico ya me lo habían
dicho anteriormente. Algunas personas se sorprendían que yo recordara el
número que me dijeron con anterioridad, pese a que me hacían varias
preguntas; pero para mí era fácil, porque cada número yo relacionaba con las
cartas del tarot, y era fácil tener la imagen mental de las cartas que ya
cayeron. Es decir, si el número dado por una persona era 22, que era la
positiva carta “ocho de copas”, y luego de más de 10 preguntas me hacían
una pregunta distinta y volvían a decir 22, yo les decía que ese número ya
me dijeron y que era el ocho de copas, instándoles que me dijeran otro
número, tal vez de tres cifras o más, para que yo los reduzca a un nuevo
número que represente otra carta.

Posteriormente, ya ni siquiera pedía números al consultante, sino que yo


mismo entreveraba en mi cabeza la lista[5], y decía a la persona directamente
la respuesta en base a la carta que le tocaba según mi resultado mental. La
gente quedaba asombrada por mi método, y veía en mí a un clarividente,
mas yo no me veía como tal, sino como alguien que usaba la memoria y la
lógica de manera oportuna.

Al final de cuentas, yo sólo me veía como alguien que, por su


experiencia con las cartas y los números, podía ciertamente leer el tarot sin
usar naipe alguno. Mi don no estaba en las cartas realmente. Mi don, más
bien, estaba en la mente.
FIN
OTRAS OBRAS

Libros de ficción del mismo autor:

◊ MOÉM-I, Detrás de lo Oculto

◊ SHARÚSH, El saurio de los astros

◊ DURÁKA, El sueño de Émughox

◊ MOEMISMO, Iniciación en el Sendero Gris

◊ OSCURISMO, El camino izquierdo

◊ MOÉM-II, El reino de prueba

◊ MOÉM-III, Las preparaciones imperiales

Sus libros de no-ficción:

◊ ENDOMORFO, Cómo perdí 20 kilos en un año

◊ RESOLVIENDO EL CUBO RUBIK

◊ ESCRIBE TU PROPIO LIBRO

◊ CRÁNEOS E INTELIGENCIA

◊ CÓMO MANEJAR EL DINERO Y CRECER

◊ ARMANDO EL MINICUBO
Para conocer más, visita:

www.alexsama.com

[1] Moemismo, parte I, cap. 12, pág. 75-76.


[2] Véase “Moemismo, iniciación en el sendero gris”, cap. 27 “Grafía
Axa”. En dicho capítulo puede verse algunos símbolos utilizados en el tarot
que se muestra en esta obra.
[3] La totalidad del texto del presente capítulo, equivale al capítulo 19 de
“Moemismo, iniciación en el sendero gris”; el capítulo en dicha obra, se
llama igual que aquí.
[4]Gran parte del texto del presente capítulo, corresponde al capítulo 20
de “Moemismo, iniciación en el sendero gris”, sólo que dicho capítulo allí se
llama “Algunas interpretaciones”.
[5] Tal como se explica en el capítulo 4 de la presente obra.

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