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Documento Bilderberg 1968.

Negocios
Internacionales: Aspecto social.

El documento que nos ocupa lo podemos tener traducido gracias a una seguidora de este blog,
Maryam, a la que le agradezco el esfuerzo ya que son muchos años los que llevo pidiendo ayuda
en este aspecto y que no parece haber tenido mucho éxito salvo la excepción de Leticia que se
tradujo unos cuantos y un par de colaboraciones ocasionales. Estas personas que como Maryam
han traducido algunos de los documentos que os ofrezco, demuestran su solidaridad puesto que
ellos ya saben inglés pero los han traducido para que el documento llegue a otras personas,
facilitándoles el acceso a una información a la que no podrían llegar sin el esfuerzo que ellos
han hecho.
La reunión anual Bilderberg de 1968 tuvo lugar en Canadá y uno de sus puntos a tratar fueron
los Negocios Internacionales, para ello como siempre se eligió a las personas encargadas de dar
la conferencia al respecto antes de entrar a debate y el encargado de ilustrar el aspecto social del
tema fue Henri Hartung, que en aquel momento tendría 47 años y que falleció 20 años después
de su intervención en dicha reunión. De nacionalidad Suiza, hijo de un general y nieto de un
banquero, su yerno era Wilfrid Baumgartner quien se desempeñó como Ministro de Finanzas de
De Gaulle. Es el autor del libro la educación permanente y fue uno de los primeros en abogar
por la educación de adultos en la década de los 50. En 1968 era el Presidente del Instituto de
Ciencias y Técnicas Humanas en París, se dice que en 1947 conoció a Venkataraman lyer, más
conocido como Ramana Maharsi, 3 años antes de que este muriera una de las razones por las
que en muchas webs, ninguna de ellas en español se diga de Hartung que era una gran persona y
bla, bla, bla. Cosa que yo dudo, pero esa es solo mi opinión, aunque también opino que por su
argumentación en la conferencia se le puede conceder al señor Hartung algo de ingenuidad o
desconocimiento de los que algunos llamarían los amos del mundo, pero luego recuerdo el Iron
Mountain y se me quitan las ganas de hacer dicha concesión, sobre todo si recordamos que las
reuniones anuales de Bilderberg son propaganda para líderes y recogida de inteligencia sobre
sus impresiones, ideas y sentires. En 1977 trabajó en el Centro de Encuentros Espirituales y
Meditación, ayudando a la expansión de la Nueva Era hasta su muerte.

En el documento dice por ejemplo:

«Por lo tanto, es evidente que la información, si va a producir algún cambio en el


comportamiento, debe ir acompañada de un adiestramiento adaptado a los motivos que rigen la
actitud involucrada. Esto está en línea con las previsiones adelantadas por el Sr. Herman Kahn y
el Instituto Hudson sobre la situación mundial en el año 2000 DC cuando «el principal factor de
progreso radicará en los sistemas educativos» y la extensión más amplia de la cultura y de las
organizaciones sin fines de lucro. El hombre es cada vez más y más poderoso, ha dominado la
materia, está cada vez menos restringido por la distancia, pero todavía es emocionalmente
inestable y psicológicamente ignorante y esto dificulta cualquier cooperación genuina.»
Henri Hartung
Y en el último párrafo es donde veo yo esa ingenuidad del señor Hartung que parece que no
sabe que mucho antes de que él participara en esta reunión, e incluso antes de la creación de
Bilderberg, ya se había decidido que el hombre fuera un consumidor y no un ser humano,
dándoles la pista de como deshumanizar a los recursos humanos dice así:

» Al dejar la vida del espíritu totalmente fuera de la cuenta, los protagonistas del mundo
moderno pueden estar muy afanosamente ocupados organizando un mundo de miseria en sus
esfuerzos por abolir los efectos de la miseria. ¿No puede el hombre contemporáneo preservar las
victorias dramáticas de la ciencia colocándolas al servicio del hombre y no del consumidor?

El documento en cuestión está en los archivos del Instituto Hoover con número de referencia
CA 94305-6010 y lo podéis consultar y/o descargar pinchando aquí. A continuación procedo a
ofreceros la traducción del mismo.
Adjunto documento agenda II Confidencial
Reunión Bilderberg
26-28 de Abril 1968
Bilderberg Negocios Internacionales

Aspecto Social
Por
Dr. Henri Hartung
“Presidente del Instituto de Ciencias y Técnicas Humanas”, París.
La internacionalización de los negocios significa la última transición de este último desde el
nivel nacional al mundial. Desde el ángulo social, por lo tanto, ello significa que el problema
que envuelve las relaciones entre los seres humanos se incrementa en la medida en que las
divergencias financieras y técnicas se complementan con diferencias culturales, históricas y
lingüísticas. ¿Esto implica que las tensiones entre los extranjeros serán mucho más graves que
las que se producen entre los ciudadanos de un mismo país? ¿Implica ello la aparición de nuevas
dificultades o, por el contrario, una mejora en las relaciones humanas? Esto podría constituir una
pregunta inicial, mientras que otra podría referirse al establecimiento de un principio común
diseñado para acercar a los hombres a través del proceso de intercambios profesionales.

A primera vista, la extensión de la ciencia y la tecnología al mundo entero da, si no una


impresión de unidad, en cualquier caso, uno de uniformidad creciente: se ha convertido en un
lugar común para señalar que hay poca diferencia entre los aeropuertos de Ámsterdam, París,
Nueva York o Tokio, o entre una fábrica en Asia, África o en uno de los países más avanzados.
En palabras de Saint-Exupery, «hacer que los hombres trabajen juntos y se gustaran unos a
otros», a lo que Louis Armand ha agregado, «.. se apreciarán mutuamente». No hay duda de que
está surgiendo una especie de clase internacional, compuesta por hombres preocupados por los
mismos problemas, más propensos a tomar aviones que trenes, utilizando el inglés como idioma
común y a quienes les gustaría aplicar una fórmula matemática para el mundo y tenerlo
considerado como una gran organización tecnológica y económica.

Esta es una consecuencia social de un logro tecnológico. La necesidad de comprar y vender a los
extranjeros surgió hace miles de años cuando un rey de Babilonia envió caravanas a las costas
del Mediterráneo a por madera de cedro y al Mar Rojo por cobre y oro. Esto fue acompañado
por la necesidad de echar raíces en países extranjeros para producir, de la misma manera que los
egipcios explotaron las minas de oro de Nubia. El proceso involucra varias etapas las cuales han
sido establecidas por el profesor Howard V. Perlmutter (1) y que parecen hacer para un contacto
más cercano o, en cualquier caso, una mejor comprensión entre técnicos de diferentes orígenes
culturales. Para empezar, ello es «etnocéntrico», ya que la empresa matriz decide e impone su
política en el extranjero; luego ello se vuelve «policéntrico» a medida que se acepta la situación
local y se acepta el grado necesario de descentralización; y, finalmente, ello se vuelve
«geocéntrico» en la medida en que se concibe a escala mundial y tenga objetivos mundiales. Un
observador francés se referiría aquí a compañías nacionales que tienen una actividad
internacional, luego a compañías multinacionales y finalmente a compañías transnacionales
cuyo origen múltiple se refleja en la estructura real de la gestión y la distribución del poder.
(1) La Empresa Internacional. Tres concepciones en la Revista Económica y Social, Lausana,
mayo de 1965; traducido por Miss Marianne Boosey, La Empresa Internacional, tres
concepciones, Imede, Lausanne, Suiza-

Técnicamente y socialmente, «geocentrismo», debido a lo que podría ser llamado su


internacionalización trascendental, crea una relación más estrecha entre hombres de diferente
raza, idioma y educación, pero que poseen antecedentes de formación y niveles conceptuales
similares. De la misma manera, el marketing tiende a crear una formulación estratégica que se
ocupa más de los requisitos del hombre que de las necesidades individualizadas experimentadas
en una nación determinada. Por otro lado, como ha dicho el profesor Perlmutter, desde el punto
de vista legal, «las infraestructuras de la comunidad internacional actúan como un freno donde
el progreso tecnológico actúa como un estímulo».

Cuando consideramos que en un futuro cercano 300 empresas tendrán más del 75% de todos los
activos industriales del mundo occidental, debe reconocerse que cualquier intento de estructurar
estas empresas transnacionales confirmará esa aspiración al ecumenismo que Juan XXIII
describió en Pacem en Terris (Paz en la Tierra) como «un interés creciente en los asuntos de
todos los pueblos para que los seres humanos sean cada vez más conscientes de que ellos son
miembros vivos de una comunidad mundial».

Gracias a la internacionalización de los negocios, esta transición desde el concepto de


comunidad nacional, es decir, una suma de individuos limitados a una región, al de la sociedad
internacional, es decir, un cuerpo de estructuras complejas y diversificadas, y eventualmente al
de la comunidad transnacional. – el producto de los impulsos geocéntricos- está manifiestamente
en línea con la búsqueda instintiva del hombre de un intercambio real y auténtico que encarne
esa paz que es universalmente deseada. ¿Por qué entonces no es menos obvio que esto es
extremadamente difícil de lograr?

En primer lugar, debido a que este mismo geocentrismo, si bien es significativo dentro de un
grupo a nivel internacional, no obstante queda limitado a una entidad que se describiría mejor
con la palabra «coalición» que con la palabra «cooperación». Lo que tenemos hoy, incluso entre
aquellos que han ido más allá del concepto de nacionalismo, son coaliciones de intereses
diseñados ya sea para la defensa de una posición o el ganador o un mercado. Subyacente a estos
acuerdos, siempre existe necesariamente la cuestión de un bajo nivel de materiales y energía,
que ingresa en forma de materia prima y emerge en forma de productos y subproductos. El
elemento de distorsión involucrado aquí es el concepto el cual trata el beneficio como el
estándar por el cual medir el verdadero valor del trabajo. Revertir este elemento no consistiría en
eliminar el beneficio sino en subordinarlo a la calidad de los productos y los medios de
producción. Esto implica ese concepto de valor humano al que nuestros contemporáneos
evitan cuidadosamente referirse a fin de enfatizar aún más el concepto de organización. Sin
reconocer que este lapsus, ya sea deliberado o no, representa una interferencia básica con
cualquier posibilidad para la cooperación real entre los seres humanos. La empresa geocéntrica
debe expresar claramente los valores humanos y los conceptos que la subyacen.
En segundo lugar, porque la fórmula trinomial «información-educación-promoción» todavía no
se aplica ampliamente y porque este fracaso es la raíz de la naturaleza superficial y emotiva de
las relaciones, las cuales con demasiada frecuencia se distorsionan por una confusión entre la
imagen y la realidad. Todavía estamos todos más o menos influenciados por los «estereotipos» –
«imágenes en nuestras cabezas» con el resultado de que reaccionamos espontáneamente en
términos de ideas preconcebidas en lugar de hechos concretos. Pero Otto Klineberg (1) ha
demostrado muy claramente que cada nación es un complejo que varía continuamente. De
manera similar, Katz, Sarnoff y MacLintock (2) han analizado el dual o el origen de la actitud
racista, consecuencia de un mecanismo de defensa propia, por ejemplo: Los negros amenazan
mi situación económica o mi tranquilidad, el otro simplemente refleja una falta de información
que le conduce a la adopción de un estereotipo del negro el cual prevalece en un sistema cultural
dado. Por lo tanto, es evidente que la información, si va a producir algún cambio en el
comportamiento, debe ir acompañada de un adiestramiento adaptado a los motivos que rigen la
actitud involucrada. Esto está en línea con las previsiones adelantadas por el Sr. Herman Kahn y
el Instituto Hudson sobre la situación mundial en el año 2000 DC cuando «el principal factor de
progreso radicará en los sistemas educativos» y la extensión más amplia de la cultura y de las
organizaciones sin fines de lucro. El hombre es cada vez más y más poderoso, ha dominado la
materia, está cada vez menos restringido por la distancia, pero todavía es emocionalmente
inestable y psicológicamente ignorante y esto dificulta cualquier cooperación genuina.

En tercer y último lugar, porque el sistema económico y social contemporáneo aparentemente


solo se está desarrollando en un plano horizontal sin tener en cuenta el proceso vertical que
conduce hacia a una trascendencia que se deniega o, en el mejor de los casos, se rechaza como
científicamente no demostrable. Pero, igualmente, no se ha demostrado que la felicidad pueda
ser garantizada limitando la actividad humana a las realidades materiales. La transición de los
negocios desde el nivel regional y nacional al nivel mundial, como el desarrollo sistemático de
la tecnología, a menos que esté acompañada de una investigación paralela con respecto a la
realidad interna del hombre y la armonía de su personalidad, solo puede conducir a la regresión
a través de un retorno a un positivismo aún más estrecho que el de Auguste Comte y Littre.

Al dejar la vida del espíritu totalmente fuera de la cuenta, los protagonistas del mundo moderno
pueden estar muy afanosamente ocupados organizando un mundo de miseria en sus esfuerzos
por abolir los efectos de la miseria. ¿No puede el hombre contemporáneo preservar las victorias
dramáticas de la ciencia colocándolas al servicio del hombre y no del consumidor?

(1) La dimensión humana en las relaciones internacionales, Holt, Privehart y Winston, Nueva
York, 1964.

(2) Defensa del ego y cambio de actitud. Relaciones Humanas 1956 9.27.45

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