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una serie de efectos que influyen también a la forma en la que el

conocimiento se aprende y se almacena.

ntinuidad ni mantener aquellas cosas que aprenden en la escuela. Seguramente para


muchos no es ú til aquello que aprenden, otros no tienen ningú n interés en las materias que los
colegios imparten. En el futuro de los jó venes se esperan altos niveles de conocimiento, pero
cada vez má s nuevos. Aquellos trabajos en los que v la complejidad del mundo, tan cambiante,
en el que vivimos ha generado una situació n que termina por resultar en un paradigma en el
que el conocimiento es también un asunto que encuentra la virtud cuando es reemplazado,
cuando lo siguiente que se puede aprender es má s ú til o tiene má s valía que lo anterior. El
conocimiento, el aprendizaje, no son la continuació n de otros conocimientos o aprendizajes
precedentes, sino nuevas adquisiciones que sustituyen a las anteriores y que, pronto, será n
sustituidas por otras.

La forma de mercancía propia del capital, como han indicado varios pensadores, no se
resume a los objetos, sino que ejerce influencia sobre todas las capas de lo social, convierte
aquellos lazos só lidos de tiempos pasados en cosas que se agotan rá pidamente y que son
susceptibles muy coloquial, popularmente se dice que hoy el conocimiento se aprende para
después ser “vomitado” en una tarea o prueba pró xima. Después, ese conocimiento se olvida. Le
espera otro nuevo. Y es que los jó venes no tienen intenció n de dar coan a desempeñ arse estos
jó venes está n sujetos a los mismos cambios que el resto de cosas, y lo que hoy supone una idea
brillante, innovadora, mañ ana es cosa del pasado, y sería bueno que eso se olvidase para
centrarse en una tarea nueva.

os que pudieron funcionar en otro tiempo, pero que ahora resultan anticuados. Se
enfrentan a una multitud de jó venes que no esperan recordar aquello que hoy aprendieron,
pero que inevitablemente tendrá n que recordar, aunque sea por la fuerza.

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