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Matricula: 162550
Grupo: K106
Tanto la extracción, como el tratamiento y el consumo del petróleo y del gas natural
pueden contaminar los diferentes elementos básicos de la naturaleza: aire, agua y tierra.
Como ya sabemos el petróleo y el gas natural son fuentes de energía no renovables y
además contribuyen al efecto invernadero. Su combustión emite gases de efecto
invernadero como el dióxido de carbono (CO2) o el metano entre otros, que se van
acumulando en la atmósfera y favoreciendo el calentamiento global. El petróleo y el gas
natural se emplea en numerosas actividades cotidianas (transporte, calefacción, etc.) y
actividades industriales. Aunque es verdad que la combustión de gas natural produce
menos dióxido de carbono que el petróleo (en torno a un 15 -20% menos CO2 que la
gasolina), sí que libera otros gases muy contaminantes como mercurio y óxidos de
nitrógeno y azufre que además son los responsables de fenómenos como la lluvia
ácida y el smog. Durante su extracción también se eliminan gases y partículas que
aumentan la contaminación atmosférica.
Por otro lado, su extracción y transporte también producen contaminación del agua y
también contaminación de los suelos de alrededor. Su extracción en muchos casos
conlleva la fractura del terreno y esto puede provocar fugas de los gases y del petróleo
hacia las aguas subterráneas y mares. Además, el hecho de fracturar el terreno hace que
se pierda el suelo y que sea más susceptible a la erosión, debido a su contaminación
producida por la adición de sustancias para extraer el oro negro y de los restos de este
tras su paso por el material rocoso.
El transporte de estos dos combustibles fósiles también entraña riesgos para el medio
ambiente como fugas o accidentes, la construcción de oleoductos y gasoductos y las
emisiones de los vehículos que los transportan hacia las industrias o lugares donde se les
va a tratar.
Para revertir los efectos y uso de gases, del petróleo y derivados del mismo he llegado a
una serie de acciones para disminuir y reducir la explotación del mismo;
Usa bicicleta, transporte público o comparte el auto cuando lo utilices.
Hablando sobre la industria del petróleo, derivados y gases, no me queda una mejor
opción para reducir la contaminación por éstos mas que el gobierno y organizaciones en
pro del medio ambiente regulen y vigilen mas de cerca las estructuras y procesos que
estas industrias tienen para dar un manejo más consciente de estas materias primas.
Si bien el oro, la plata, el cobre, el carbón son esenciales para satisfacer algunas
necesidades del hombre, su extracción basada en la sobreexplotación de recursos
naturales termina dejando huellas muy difíciles de borrar.
La minería es casi tan antigua como el origen de la civilización. Pero con el crecimiento
poblacional y el consecuente aumento de la actividad industrial para satisfacer sus
demandas, dicho sector empezó a crecer exponencialmente.
El hombre siempre ha hecho uso de todo lo que le provee la Tierra para satisfacer sus
distintas necesidades, para la supervivencia o para la mejora de su calidad de vida. De
ello, ni las piedras ni los metales se han salvado.
Su necesidad por nuevas construcciones y por el abastecimiento de energía hizo disparar
la demanda de materias primas, presentes en yacimientos acumulados en el suelo y el
subsuelo. Esto, rápidamente, comenzó a acarrear serios problemas para el medio
ambiente, e incluso para los seres humanos.
Estos son las principales áreas afectadas por la minería:
1. Destrucción de la corteza terrestre
La extracción de minerales exige de grandes excavaciones, lo que significa que no solo
requiere que se elimine el suelo, sino también la vegetación que está sobre él. Por eso,
grandes extensiones de tierras son víctimas de la deforestación a causa de las
actividades mineras.
Un efecto inmediato: la erosión. El suelo queda a la intemperie, expuesto al
desplazamiento de partículas muchas veces compuestas de materiales tóxicos, como el
arsénico, el cadmio y el plomo.
En las zonas agrícolas, la minería puede destruir o alterar las tierras cultivables o de
pastoreo; y en las áreas silvestres, puede destruir ecosistemas y alterar muchos procesos
biológicos.
Además de los efectos adversos sobre el medio ambiente, la fuga de productos químicos
como resultado de la actividad minera puede afectar a la salud de las personas. Al ser
absorbidas por la piel o ingeridas, pueden generar problemas respiratorios o condiciones
de la piel.
Algo muy frecuente en la minería es que cuando se terminan los trabajos de extracción
suelen dejar maquinaria o residuos en la zona, provocando así, que la el daño por la
maquinaría y químicos usados se prolonguen por mucho tiempo más, se propone la
desmantelación de dichas maquinarias y tratar restaurar el daño limpiando y
reestableciendo las superficies y buscar la manera de regresar a su estado anterior el
sitio.