Oración de liberación

Libranos Señor de todo mal y de toda acción del demonio, Vos que por la muerte y
Resurrección de Jesucristo, tu Amado Hijo nos liberasteis del poder de las tinieblas y
nos transferisteis para tu Reino de luz y santidad. Liberadnos de cualquier acción y
dominio de los espíritus malignos, liberadnos de las fuerzas del mal, destruidlas para
que podamos recuperar la paz, y vivir según vuestra Santísima voluntad, liberadnos de
todos los maleficios, hechizos, brujerías, magia negra, misas negras etc. Destruid Señor
cualquier ligación con los espíritus malignos. Liberadnos de toda acción del mal y de
todo aquello que es pecado o consecuencia del pecado. Destruid todos estos males
para que no nos atormenten. Dios Todopoderoso os pedimos en nombre de Nuestro
Señor Jesucristo Salvador por la intercesión de la Santísima Virgen Inmaculada, por la
intercesión de San José que ordeneis a todos los espíritus malignos y a todas las
presencias que puedan estar atormentándonos a que nos dejen inmediatamente y que
nos dejen definitivamente y con la protección de San Miguel arcángel, de San Gabriel
arcángel, de San Rafael arcángel, con la intercesión de nuestros Santos Angeles de la
Guarda sen expulsados y puestos debajo del talón de la Santísima Virgen María,
Nuestra Madre Inmaculada. Vos Señor que creasteis al hombre a vuestra imagen y
semejanza en la santidad y la justicia y después del pecado no lo abandonasteis antes
con sabia providencia cuidasteis de su salvación, por el Misterio de la Encarnación,
Pasión, muerte y resurrección de vuestro muy amado hijo Salvadnos y liberadnos del
mal y de cualquier esclavitud de los espíritus malignos. Apartad de nosotros el espíritu
de mentira, soberbia, lujuria, avaricia, ira, envidia, gula, pereza y de toda especie de
maldad. Recibidnos en vuestro Reino, abrid nuestro corazón para entender vuestro
Evangelio para que llevemos Siempre como hijos de la luz demos testimonio de la
verdad y practiquemos obras de bien según vuestros mandamientos. Con el soplo de
vuestra boca expulsad Señor todos los espíritus malignos, ordenad que se retiren para
que llegue vuestro Reino, por el Señor Jesucristo tu hijo que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amen.