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Glenys Machado

mc.lenys@gmail.com
Mayo 11 de 2022
Bogotá D.C.

Buenos días
Apreciado contacto, si esta carta la esta leyendo desde su WhatsApp es porque seguramente
tuve un acercamiento con usted y aprovechando la ocasión me permito hacerle la siguiente pregunta que
tiene que ver con las amistades que hemos formado a lo largo de nuestra vida y es: ¿Cuántas de ellas se
han acabado por errores o faltas que no hemos estado dispuesto a perdonar?
Quizás lo primero que piense es que una pregunta como esa, no es tan fácil de responder y
aunque es cierto, por lo menos la pregunta nos induce reflexionar y es por ello que mientras analiza su
propia situación haga un paralelo con la siguiente ilustración que utilizo Jesús sobre la importancia de
perdonar las deudas. Mateo 18: 23-35 “un rey que quiso ajustar cuentas con sus esclavos.  Cuando
comenzó a ajustarlas, le trajeron a uno que le debía 10.000 talentos. Como el esclavo no  tenía con qué
pagarle, […], cayó a sus pies, se inclinó ante él y le suplicó: ‘Ten paciencia conmigo y te lo pagaré
todo’. Esto conmovió mucho al amo, así que dejó que el esclavo se fuera y le perdonó la deuda. Pero
aquel esclavo salió y encontró a uno de sus compañeros de esclavitud, que le debía 100 denarios. Él lo
agarró y comenzó a estrangularlo. Le decía: ‘¡Paga todo lo que debes!’.  Y este compañero suyo cayó a
sus pies y le suplicó: ‘Ten paciencia conmigo y te lo pagaré’.  Pero él no  quiso escucharlo. Se fue y
mandó que lo metieran en prisión hasta que pudiera pagar la deuda Cuando los demás compañeros
esclavos se enteraron de lo que había pasado, se disgustaron mucho y fueron a contárselo todo a su
amo. Entonces su amo lo mandó llamar y le dijo: ‘¡Esclavo malvado! Yo te perdoné toda aquella deuda
cuando me lo suplicaste. ¿No  deberías haber tenido misericordia de tu compañero igual que yo tuve
misericordia de ti?’. Su amo se indignó tanto que se lo entregó a los carceleros hasta que pagara todo
lo que debía.  Así es como mi Padre celestial los tratará a ustedes si no  perdonan  de corazón a sus
hermanos.
Como pudo notar, la anterior ilustración es un fiel ejemplo de lo duro y severos que somos
nosotros a la hora de perdonar los errores y faltas de otros.
No obstante, cuando somos nosotros los que cometemos los errores deseamos que se nos trate
con compasión y así lo termina haciendo nuestro creador.
Ahora bien, ¿no le anima este relato a recuperar una vieja amistad que haya perdido por algo
insignificante?
Si cree que necesita mas valor, para dar ese paso comuníquese conmigo y a través de ayudas
practicas basadas en la biblia le podre decir cómo hacerlo.
Cordialmente,

Glenys Machado

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