Se le llama competencia desleal, a aquel que resulta contraria a la buena fe
comercial y que van contra las normas de corrección que rigen las actividades económicas, tratando así de utilizar de una forma indebida las ventajas de una reputación industrial o comercial que es adquirido por el esfuerzo de otro que tenga su propiedad al amparo de las leyes existentes que se gobiernan. La competencia desleal dejó de ser parte del Estatuto Mercantil, para después pasar a ser una norma de utilidad pública e interés social, la cual vela o preserva el derecho constitucional colectivo a la libre competencia económica, para el beneficio de todos los participantes en el mercado. Es decir, la competencia desleal, se ocupa y ampara hoy en día, una trilogía de intereses, en el que el competidor, el consumidor y el estado sostienen un interés estable y permanente por la transparencia del mercado. La protección de una organización, depende a la acción de empresa, según el código de comercio que están sujetas a leyes, lo cual hace alusión a un estado mercantil y como tal se le protege por su carácter patrimonial. De manera que exista un caso de competencia desleal, como los casos mencionados anteriormente, el damnificado puede ejercer una acción en el tribunal mercantil, allí se ordenará la dimisión de los actos ilícitos, la indemnización por el daño causado a la empresa, por otro lado, si vuelve a repetir dicho acto, se le cancelará la matrícula de comerciante, como lo establece el reglamente o la ley mercantil.