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D.
まっく
1
4
(
1
PAMELA ANDREWS,

LA VIRTUD PREMIADA.

$
,
PAMELA ANDREWS ,
ó
LA VIRTUD PREMIADA.

ESCRITA EN INGLES

POR TOMAS RICHÁRDSON.


TRADUCIDA AL CASTELLANO ,

CORREGIDA Y ACOMODADA A NUESTRAS


COSTUMBRES POR EL TRADUCTOR .

SEGUNDA EDICION .
12 ay
820 Ric
TOMO III.
277p
CON LICENCIA.

MADRID EN LA IMPRENTA REAL.


POR D. PEDRO PEREYRA , IMPRESOR DE CÁMARA DE S, M.
MDCCXCIX .

R.34.382
1

.
PAMELA ANDREWS,
ó
LA VIRTUD PREMIADA .

CONTINUACION DEL DIARIO .

Domingo á las once de la mañana,


Acabamos de apearnos en la posada que
tienen aquí los parientes de la Jewkes, y
el primer cumplimiento que me hizo la més
sonera fue preguntarme con mucha familia
ridad como quedaba mi amo. Yo la dí á en
tender en el semblante que no me gustaba
tanta satisfaccion en una persona á quien no
habia conocido hasta entonces , y que era
mal modo de hospedar á las gentes que ve
nian á su posada. Ella me pidio perdon , ase
gurándome no haberme hecho la pregunta con
mal fin ; y aun volvió de nuevo á excusarse
con mucha sumision despues de haber habla
do un rato con Roberto у Colbrand .
Este último me entregó con muchas ce
semonias y en presencia del mismo Rober
to
2

to la carta de que ayer os hablé. Yo me


retiré como para leerla , y efectivamente }

la leí y releí , y me parece que jamas me


cansaria de hacerlo > sin embargo de que |1

para mi tranquilidad me tendria mucha mas


cuenta procurar olvidarla . Siento infinito 9
amados padres mios , no poder llevaros un
corazon mas tranquilo , aunque estoy segu
ra de que os llevo un corazon honesto , у
que solo dexa de serlo respecto de mí misa 1

ma , y no de ningun otro , pues yo soy la 1

única á quien este desgraciado corazon ha 1

engañado . 1

¡Prodigio sobre prodigio ! Apenas acaba 1

ba de sentarme á la mesa para ver si podia


comer á fin de continuar despues mi cami
no , quando entró Colbrand con mucha pri
sa , y me dixo : Señorita , aquí está el ayu 1
da de cámara de M. B. que os trae un re 1
cado de su parte , y así él como su caba
llo 'estan nadando en sudor. Al instante se
mé sobresaltó el corazon. ¿ Qué novedad se
rá esta ? me decia á mí misma, Colbrand ha
baxado у ha vuelto á subir como una saeta
con una carta con sobrescrito para mí , y otra
dentro para él , lo que me pareció extraño,
y me hizo temblar de pies á cabeza. Yo me
encerré para leerla , y tuve la satisfaccion
de ver que contenia la feliz noticia que vais
á leer .
» Mi querida Pamela : Conozco claramente
» que
3
» que es inútil luchar contra el amor que te
» profeso. Despues que te has ido no he po
»dido resistir al deseo que tenia de leer
» tu diario ; pero quando he llegado á ver
» la crueldad con que te tratá la Jewkes,
» prescindiendo de las terribles tentaciones á
» que te expuso , las heridas que te has hecho,
» y sobre todo tu generoso cuidado por mi
» Salud quando has sabido el riesgo á que he
» estado expuesto de ahogarme ( y esto en
» ocasion en que yo te habia puesto en la
» necesidad de deseármela , pues de ella se
» hubiera seguido tu libertad ) : quando he visto
» en otra parte, la ingenuidad con que confie
» sas serte imposible aborrecerme a pesar del
» mal trato que de mí estabas experimentando
» ( confesion que haces con tanto candor, que
» me atrevo á pronosticar que algun dia po
» drás amarme), sin contar otros enérgicos pasa
ges de tu apreciable diario , he empezado á
» arrepentirme de haberme separado de tí.
» Mas Dios me es testigo de que en este ar
» repentimiento no entra ningun motivo de
» los que tú llamas ilegítimos , antes bien to
» do lo contrario. Mi pesar se aumenta acore
» dándome del modo con que te has separa
do de mí. ¡ Ah ! ¡ con quanto placer me pa
» rece oir todavía aquella sonora voz con que
» rogabas a Dios por mí quando te has despe
» dido ! Sí , aun resuena en mis oidos la melo
día de sus dulces inflexîones.
» Aun
4
» Aunque me he acostado anoche á la ho
» ra regular no he podido dormir ; y me he
» levantado á las dos de la mañana , y he man
» dado á Tomas ensillar uno de inis mejores
» caballos , mientras yo te escribia la presens
o te carta , para que en toda diligencia fuese
» á alcanzarte .
» Permíteme te suplique , querida Pame
» la, que inmediatamente que recibas esta man
» des á Roberto volver atras , y que te cons
» duzca aquí. Yo mismo hubiera montado á 1

» caballo , é ido á buscarte para tener el gus


» to de venir acompañándote en el coche; pe
» ro me siento verdaderamente indispuesto , y
» discurro que mi mal proviene de haberme
» separado de una persona que es el único 1

» consuelo de mi vida. Sí , Pamela : ahora co


» nozco que eres mi única delicia, y que lo
» serás eternamente , á despecho de la altivez
» de mi corazon .
» No puedes imaginarte quanto estimaré
» el que vuelvas á mi compañía ; mas si re
» husares hacerme tan gran favor , nadie te
» molestará , como lo podrás ver por la que
» te remito para Colbrand , y que va sin cer
» rar para que la puedas leer. Pero , amada Pao
» mela , excúsame la confusion que me cau
>
sará el tener que ir a buscarte á casa de tu
» padre, como me veré precisado á hacerlo
» si prosigues tu viage , porque sin tí no pue 1
» do vivir un solo dia.
s Si
3
» Si eres la generosa Pamela que imagino
» (pues hasta ahora solo has mostrado bon
» dad conmigo , mereciendo yo todo lo con
» trario ), dame esta nueva prueba de tu mag
» nánimo corazon : hazme ver que puedes per
» donar al que te quiere mas que á sí mismo,
» y que hasta ahora no has puesto en otro tu
» cariño. Otro favor te suplico , y es , que
» despaches á Colbrand con una carta para tu
» padre, asegurándole que ya no tiene que te
» mer , y suplicándole te remita á mi casa los
» papeles que le has enviado por medio de
„ Mr. Williams. Quando de esta manera hu
» bieres satisfecho á mi orgullo y cavilosidad,
» nada masme resta que hacerte feliz , hacién
» domè yo á mí mismo , porque , sea como
» fuere , es preciso que yo sea entera y úni
» camente tuyo ."

Lunes á las tres de la mañana .

¡ Ah qué sobresaltado está mi corazon! ;có


mo me palpita ! Parece que se resiente de las
reconvenciones que acabo de hacerle por ha
ber empezado a amar á un hombre que me
rece su amor. Pero dime , corazon mio , i no
te parece que eres demasiado crédulo ? Fácil
mente creemos lo que deseamos . Todavía no
sabemos si se verificará el matrimonio supues
to:
6
to : puede tambien renacer en el corazon de
mi amo su antigua vanidad ; y un hombre
que en tan poco tiempo ha podido , primero .

amarme , despues aborrecerme, luego echar .


me de su casa con ignominia , y que ahora 1
me envia á buscar de nuevo , y me insta á
que vuelva con unos términos tan expresivos:
un hombre, digo , de esta naturaleza puede to
davía titubear y engañarte. Sé mas cauto en
lo sucesivo , y modera la impetuosidad de
los halagüeños y seductores movimientos que
pretendes inspirarme. De este modo hablaba
yo á mi corazon , é por mejor decir á mí
misma ,
Luego abrí la carta dirigida á Colbrand,
que decia así : »Mr. Colbrand : Espero disi
» mulareis el trabajo que os ocasiono ; pero
» por ciertas razones he mudado de dictá
» men , y he suplicado á la Señorita An
» drewsque al instante que llegue Tomas
» con esta carta se vuelva desde el parage M

» donde la halle. Me persuado que atendien +

» do á los motivos que la expongo , condes


» cenderá á mis ruegos ; pero si acaso lo
» rehusare , direis á Roberto que conformán
» dose á las órdenes que tiene , la lleve a
» casa de sus padres. En caso de que deter
» mine volver", es regular os dé una carta
» para su padre , á fin de suplicarle os en
» tregue algunos papeles para ella , los que
» la traereis aquí. Si no os encargase llevar
» di,
7
» dicha carta , la acompañareis , en suposicion
» de que ella quiera hacerme el favor de vol
» verse ; y esto lo executareis con la mayor
diligencia que permitan su salud y seguridad,
» porque yo no estoy muy bueno , aunque es
» péro que no se agravará el mal , y que pronto
» me veré libre de él. = Soy & c .
P.D. » Me parece mejor que Tomas lleve
» la carta de la Señorita Andrews, si gusta de
» dársela , y que vos la acompañeis para mayor
» seguridad .”
¡ Quánto placer me causa , amados padres
mios , el 'verme tratada con tanta generosi
dad ! Ahora quisiera poder pediros consejo , y,
tomar vuestro parecer sobre si volveré ó no á
su casa. Él se ha hecho tan dueño de mi cora
zon, que me parece imposible estar tranquila
si no condesciendo á sus ruegos ; bien que
me atemoriza el aviso de la gitana. Me pare
ce que esta vez puedo fiarme de su generosi
dad; porque aunque es verdad que me ha tra
tado muy mal , tambien lo es que siempre me
ha confesado lo torcido de sus intenciones , y
al presente me asegura que son rectas. Por otra
parte puede ser que dándole esta nueva prueba
de mi generosa confianza, sea yo el instrumen
to de la felicidad de muchas personas , como
tambien de la mia propia.
Tambien hubiera podido enviar órden á
Colbrand y á Roberto para que de grado
ó por fuerza me llevasen otra vez á su casa;
pe
8
pero el modo con que actualmente procede
es
muy distinto del de antes ; y si en esta
ocasion me muestro desagradecida , daré á en
tender ( como él dice que estoy apasiona
da de otro. ¿ No seria tambien una especie de
loca vanidad en una muger de mi esfera obli
garle á que fuese á buscarme á casa de mis
padres , como si yo ahora quisiese vengar
me.con esto de los malos tratamientos que
de él he recibido ? Atendidas todas estas ra .
zones, es preciso complacerle; y si abusase
todavía de mi credulidad , su infame corazon
seria mucho mas reprehensible. Ya me hago
cargo que los que juzgan de las cosas des
pues de los hechos , censurarán la confianza
que hago de mi amo si abusa de mi credu PA

lidad: x si se porta bien , todos aplaudirán


mi resolucion ; pero la dificultad está en sa C

ber como se conducirian estos censores pues


tos en mis circunstancias , antes que el acon
tecimiento hubiese justificado ó condenado sus
censuras. Este es precisamente el punto de la.
qüestion.
Por otra parte soy de dictámen de no ha
cer nunca las cosas á medias , y me parece que +

quando se concedé un favor ha de ser con


generosidad. Por eso os he escrito confor
mándome en un todo con los deseos de mi
amo , pues me parece que las cosas toman
mejor semblante que nunca , y espero que to
do se concluirá felizmente. Os suplico en mi
car
9
carta que me remitais con Tomas , ayuda de
cámara de mi amo, los papeles mios que habeis
recibido por medio de Mr. Williams;‫ ܪ‬pues me
importan mucho para aclarar una cosa que
mi amo quiere averiguar bien antes de deter
minarse á favorecerme. Antes recibireis la otra
carta que os lleva Tomas , porque no os quie
ro enviar esta sin los diarios que la correspon
den , los quales se hallan actualmente en poder
de mi amo .
Luego que entregué dicha carta á Tomas
para que os la llevase en descansando de la
fatiga del camino , mandé llamar á Colbrand
у á Roberto ;y habiendo entregado al prime
ro su carta , le dixe , despues que acabó de
leerla : Ya veis quan diferente semblante han
tomado las cosas : por lo mismo he resuel
to volver á casa de mi amo ; y supuesto que
está bastante malo , es preciso que apresureis
vuestra partida sin que os detenga mi inco
modidad y fatiga, cuidando solamente de vos
y de vuestros caballos. Roberto , que segun
discurro estaba informado de todo por la con
versacion que habia tenido con Tomas , me di
xo : El Señor os colme de bendiciones , Seño.
rita , y os premie este buen modo de proceder
con mi amo , dándonos á todos tanta vida que
podamos veros algun dia triunfante de todos
los obstáculos.
Yo estaba admirada de oirle hablar de es.
te modo , porque siempre he tenido mucho
cui
IO
cuidado de no decir mal de mi amo delante
de los criados de escalera abaxo. Dudo mucho
sin embargo que hubiese hablado así, á no
haber inferido, ya de la comision dada á To
mas , ya de mi resolucion de volverme, que
yo tenia bastantes motivos para fiarme de mi
amo . ¡ Qué dominio tan grande tiene el amor
propio sobre el corazon de los míseros mor
tales, pues siempre están dispuestos a seguir el
rumbo de la fortuna !
Todos los preparativos del viage se hicié
ron al instante , partiendo yo con la esperanza
de que no tendria motivo para arrepentirme
de mi resolucion. Roberto nos llevó a rien
da suelta , y habiendo . llegado al lugarcito
donde hicimos noche el Domingo , dió un
pienso á los caballos , y me dixo que si no
me servia de mucha incomodidad procuraria
llegar á casa al salir la luna, porque entre aquel
lugar y la aldea inmediata adonde íbamos no
habia ninguna posada donde poder descansar
aquella noche. Pero por hallarse casi ren
dido de fatiga el caballo de Mr. Colbrand ,
dudaba si podria hacerlo. Yo , que no desea
ba hacer noche en el camino , les dixe que
si la cosa era factible no se detuviesen en
nada , pues esperaba poder resistir ; y que
si acaso el caballo de Mr. Colbrand se ren
dia en un todo , podia dexarle en alguna
casa , y entrarse conmigo en el coche. Am
bos aplaudiéron mi pensamiento , y cosa de
do
II
doce millas antes de llegar á nuestro desti
no dexó Colbrand el caballo , se quitó las
espuelas y las pistolas, y pidiéndome mil per
dones con muchas cortesías, entró en el co
che. Pero a pesar de tanta diligencia no lle
gamos a la aldea inmediata á la casa de mi amo
hasta las doce de la noche, Así Roberto como
los caballos apenas podian mas ; pero yo les
dixe que seria lástima pararnos no faltándonos
ya mas que tres millas.
En fin , llegamos á casa á la una de la
noche , y todos estaban ya acostados. Lla
mamos a la puerta , y un palafrenero su
bió corriendo á pedir las llaves á Madama
Jewkes , y nos abrió. Los caballos apenas po
dian llegar a la caballeriza: yo me caia al tiem
po de salir del coche , y creí no poder dar
un paso :
Madama Jewkes baxó envuelta en las man
tas , y levantó sus ojos y manos al cielo admi
rada de verme ya de vuelta ; pero me parece
que mas cuidado le daban los caballos que yo.
Entre tanto baxáron las dos criadas , y yo lle
gué como pude á mi quarto.
Mi amo , segun supe despues , habia es
tado bien malo , y habia pasado la mayor par
te del dia en cama. Abraham , el sucesor de
Juan , se habia quedado de vela en su quarto;
pero habiéndose dormido profundamente , no
oyó el cocheni el ruido que nosotros hicimos,
porque la habitacion está al otro lado de la
ca
12
casa que dice al jardin. Madama Jewkes me
dixo que mi amo habia tenido calentura y
le habian hecho una sangría. Me parece que
ha hecho muy bien en encargar à Abraham
que quando dispertase no le dixese nada de
mi regreso , porque no le sorprehendiese la
noticia y aumentase la calentura. Igualmente
dispuso que nadie hablase de mí delante de
él hasta que por la mañana , segun el estado en
que se hallase , le comunicase ella misma mi
llegada.
Yo me fuí á acostar con Madama Jewkes
despues de haberme hecho beber un trago de
vino generoso , compuesto con ciertos ingre
dientes que le hacian muy corroborante , lo
que me ha confortado admirablemente ha
ciéndome dormir comojamas lo hubiera
creido.

Martes por la mañana.

Habiendo madrugado escribí hasta este pa


sage mientras que Madama Jewkes ronca
ba en su cama para desquitarse del sueño que
la noche anterior habia perdido. Yo aguardaba
con impaciencia que se levantase para saber
como se hallaba mi pobre amo. ¡ Qué feliz
es esta muger , decia yo , que puede dor
mir con tanto sosiego ! Desde luego aseguro
que
13
que ningun amor sino el de sí misma puede
alterar su sueño. Yo estaba tan molida como
si me hubiesen dado de palos , y jamas hu
biera creido poder resistir a la fatiga que
padecí.
Luego que Madama Jewkes se levantó
fue á ver como estaba mi amo. Habia pasa
do buena noche , y se hallaba casi sin ca
lentura por haber sudado mucho de resultas
de haber tomado la noche antés un gran vam
so de vino de Canarias mezclado con suerò.
Luego le dixo que tenia buenas noticias que
darle. ¡ Pues qué hay ? la preguntó él . En
tonces le dio cuenta de mi llegada , cuya nove
dad le hizo incorporarse inmediatamente en la
cama diciendo : ; És posible ! ¿ cómo tan pronto ?
Desde anoche está aquí, le contestó la Jewa
kes. En esto entró Mr. Colbrand , y habién
dole contado todo lo que habia pasado en
nuestro viage , quedó admirado, y dixo : No
hay duda que las mugeres resisten mejor á
las fatigas que nosotros los hombres : en verdad
que es de mucha satisfaccion para mí esta prue
ba que me ha dado de los deseos que tiene de
complacerine. Despues 'encargó á la Jewkes
que me dexase dormir todo el dia ; y habien
dole ella contestado que hacia dos horas que
estaba leyantada , quedó mucho mas admirado
de mi fortaleza y robustezi
No quise ir a visitarle por no incomodar
le , sin embargo de haberme insinuado . Ma
Tomo III. B da
14
daina Jewkes que él lo deseaba ; pero que
la habia encargado que no insistiese mucho so
bre que yo baxase á verle por poca repugnan
cia que manifestase. Despues de comer se le
vantó , y baxando yo a la sala , le hallé
muy contento y aliviado. Me parece, dixo á
Madama Jewkes , que habiendo dado mi que
rida Pamela una prueba tan grande de lo que
desea complacerme volviendo á mi casa , ra
zon será que use de toda su libertad ; y así,
si quiere pasearse en coche , salir al jardin , ó
al lugar, o á qualquiera otra parte , nadie se lo
impida ; y vos , Madama Jewkes , esmeraos
en complacerla.
Despues me preguntó si le habia hecho
el favor de enviar por los antiguos papeles;
y habiéndole respondido que sí, y que los
esperaba de un dia á otro , se mostró do
blemente agradecido. Quiero decirte , añadió,
una cosa que sé te has de alegrar de saber

aunque no has cuidado de preguntármela. An


tes de tu partida habia mandado prender á
Williams por una suma que me debe , y de
la qual no ha podido encontrar fiador. Ši,no
me da nuevo motivo de queja , puede ser que
se la condone; ya hace algunos dias que sa
lió de la cárcel , y que está libre en su casa
como antes .
Me alegro mucho , Señor , de que Mr.
Williams esté en libertad , pues á la ver
dad yo he sido la causa de su desgracia. ( Y
no
15
no me atreví á hablar mas á pesar del de
seo que tengo de defender a este pobre hom
bre , pues me considero obligada á servir
le en todas las ocasiones posibles.) Siento en
el alma , añadí , que Myladi Davers , que os
quiere tanto , haya incurrido en vuestra indig.
nacion , y que entre los dos hubiese habido
disensiones , aunque discurro no habrán sido
por mí. En esto sacó del bolsillo la cartera,
y me dixo : Por esta carta que leerás quan
do estés en tu quarto sabrás , Pamela , lo
que pasa , y me dirás despues tu modo de
pensar. Añadió al mismo tiempo que se sen
tia mas incomodado , y que queria volverse
á la cama y descansar todo aquel dia ; y
que si á la mañana siguiente estaba mejor,
iria á orearse un poco en el coche . Yo me re .
tiré inmediatamente , y me puse á leer la carta
que me habia entregado , la qual decia de este
modo .
» Hermano mio : Oygo decir de tí tales
» cosas que me inquietan demasiado , y aun
n me precisan á escribirte mi parecer con to
» da claridad , qual lo sientas ó dexes de sen
» tirlo. Aquí han estado algunas personas que
» me han suplicado te hable como herma
» na , las quales ( me avergüenzo de decir -
w lo ) miran , á mi parecer , mas por tu hon
» ra que tú mismo. Jamas hubiera creido que
» un hermano mio pudiese caer en la base
n za de robar la doncella de mi difunta ma
B 2 » dre,
16
» dre , y perder la estimacion de todos sus
» amigos , impidiéndola que se retire á ca
» sa de sus padres ; pero quando tú no la
» permitiste venir á servirme despues de la
» muerte de mi madre, desde luego inferí 1
» que no tenias muy buena intencion . Te ase
» guro que la vergüenza que tú habias de
pasar la paso yo por tí. La muchacha era
» una criatura ' buena é inocente , y quisiera 11
" preguntarte ¿ qué utilidad te resultaria de
» perder a una infeliz tan querida de mi ma
» dre , y que hasta aquí ha sido muy ho
» nesta ? Esta consideracion debiera sin duda
nconfundirte y avergonzarte. No puedo per 19
9.suadirme que te haya pasado por la ima
» ginacion el casarte con ella ; pero si acaso
» te ha venido este pensamiento , es imposi
» ble que puedas hallar excusa para abrazar
„ le . Considera , hermano mio , que nuestra
» familia es de las mas antiguas del Reyno,
» y que hasta ahora no ha habido en ella nin
» guna rama que la haya deshonrado con ma
n trimonios desiguales . Sabes igualmente que 1
» una de las mas distinguidas familias de la ?
» nacion ha querido entroncar con la nues !

» tra . Pudiera de algun modo disimularse es


» ta locura si tu origen fuese menos antiguo,
no solo distase una ó dos generaciones del
» cieno que al parecer tanto apeteces. Debes
w tener por cierto que si te atreves á come .
» ter tal ruindad , yo y todos mis parientes
" ne .
17
negarémos que seas de nuestra familia , y
„ me avergonzaré de que me llamen herma
» na taya . Seria á la verdad una cosa muy
so lastimosa que un caballero de tan buena
» disposicion como tú , de buen talento , bien
» quisto de todos por tu mérito , poseedor
de un rico mayorazgo , que juntamente con
» la antigua é ilustre sangre que corre por
w nuestras venas te han dexado nuestros ama?
» dos padres , se abandonase de este modo á
» la primera muger que se le ha presentado.
» Seria igualmente muy mal hecho que hicie
» ras perder su honor á esa infeliz ; y así te
» suplico la envies á casa de sus padres, y
» la des como unas cien libras esterlinas , con
tribuyendo de este modo á su felicidad ,
» pues con ellas podrá casarse con algun mozo
» honrado de su clase. Esto será portarte como
» quien eres , y el único medio de obligar y
» aplacar á tu irritada hermana = Davers.
P. D. „ Si te escribo con tanta acrimonia,
» hermano mio , es por lo mucho que te quie
sro , y porque siento vivamente la infamia en
» que vas á incurrir. Deseo que esta carta haga
» en tí la impresion que espera tu mas afecta
m hermana.” *)

Ved aquí, queridos padres mios, una car


ta bien cruel, por la qual se ve el orgullo
de los poderosos de la tierra. Es sin embar
go muy cierto que muchos de los que tan=
to ponderan la antigüedad de su sangre qui
sie
18
sieran tenerla tan limpia como la nuestra . Sin
duda que no se acuerdan de lo poco que, dur
ra la vida , y que á pesar de su loca vani
dad , llegará en breve la hora de la muerte,
en que su suerte será igual a la de todos. Rao
zon tenia aquel filósofo que considerando el
cráneo de un poderoso y el de un misera
ble , dixo que no advertia entre ellos di
ferencia ninguna. ¿ Ignoran acaso que el ma-,
yor potentado y el mas abatido mendigo
han de comparecer igualmente en el último
dia ante un supremo y terrible Juez , que
los estempo
no los juzgará por lasantes harálográ
bien loque
distinciones con
ron en >

mas rigor por haber tenido mas ocasiones de


ser buenos? ¡ Oh pobres hombres! ¡ Quánta com
pasion me causa su orgullo ! No permitais , Dios
mio , que me vea elevada -á su clase si he de
ser participante de sus vicios ; 6 he de des
preciar tan sin razon el humilde estado de la
pobreza.
Por otra parte debieran , advertir que aun
suponiendo que puedan presentar una suce
sion de dos , tres ó mas siglos , acaso los
troncos de estas pobres familias, tàn despre
ciadas por no haber cuidado de sus genea
logías , serán mejores que los suyos. Fuera
de que , quién podrá asegurarles que den
tro de doscientos ó trescientos años algu
nas de estas familias, que ellos desprecian en
el dia , no poseerán sus bienes almismo tiem
po
19
po que los descendientes de su linage se ve
rán reducidos á habitar las chozas que actual
mente habitan aquellas ; y aun puede ser (itan
grande es la vanidad é inconstancia de las co
sas humanas ! ) que se vean despreciadas por
las otras , que entonces harán alarde у bla
son de su orígen ?
Tales son las reflexiones que me han ocur
rido . Me puse un poco desazonada , ya por
la indisposicion de mi amo, ya por la sober
bia carta de la humilde Myladi Davers con
tra la altiva Pamela : digo la humilde Myladi
Davers , por haberse abatido hasta tener un
orgullo tan despreciable: digo asimismo la al
tiva Pamela , porque conozco que tiene una al
má tan generosa , que jamas se degradará hasta
este punto. Sobre todo, si nosotros miserables
mortales apenas sabemos lo que somos , mucho
menos sabremos lo que hemos de ser ; por esto
vuelvo á suplicar al cielo me defienda de los vi
cios que la elevacion del mundo inspira ordi
nariamente .

Miércoles por la mañana.


Mi amo acaba de enviarme á decir que se
halla tan mejorado , que despues de desayu
narse quiere dar un paseo en la berlina , yme
suplica le acompañe. Espero que sabré condu
cir
20
cirme con la humildad y moderacion que cor
responde, aun en medio de los grandes favores
queme dispensa .
Madama Jewkes me hace mil finezas, y
todos me tratan con el mismo respeto que si
yo fuera igual á Myladi Davers. Pero ¿ no
puede suceder que todo esto venga. á parar
en el matrimonio supuesto ? Mas por otra par
te no es posible , á lo menos no lo espero. Es
verdad que Myladi Davers habla en su car
ta con tal arte y energía del lustre y gerar
quía de sus progenitores y de otras tantas
cosas , que no me atrevo á esperar una dicha
tan grande como anuncian las apariencias. ¡ Ah !
Si se frustrasen mis esperanzas , os aseguro que
mi suerte seria ahora inas infeliz que nunca. ?
Pero puede ser que este nuevo honor que me ,
hace ini amo me dé ocasion de poder con- 1
jeturar qual será mi suerte. Voy á disponer
me para estar pronta , aunque no sé si me :
convendrá unudar de trage ; porque sime aseo
y adorno con los mejores vestidos que ten- ,
go , será dar á entender que pretendo igua
larme con mi amo ; y si no lo hago así , po 1

drán decir que le hago poco honor en acom


pañarle en este trage . Por otra parte , decia
entre mí misına , esto seria apropiarme en cier
to modo unos vestidos que hasta ahora no he
mirado como mios , ni los he usado desde
que estoy aquí , y ademas no estoy entera
mente segura de que no me sobrevengan nue
vos
21
vos contratiempos. Por consiguiente mejor se
rá ir así ; porque aunque el vestido que llevo es
comun y sencillo , con todo voy bastante asea
da , á menos que me manden lo contrario . Ma
dama Jewkes me instaba á que me vistiese la
ropa mas preciosa ; mas yo la respondí que no
me parecia conveniente .
Despues de haberse desayunado mi amo,
me mandó avisar que baxase ; y habiéndolo
hecho yo , le hallé mucho mas aliviado у de
mejor semblante que ayer , de lo que no me
canso de dar gracias a Dios. Mepareció con
veniente insinuarle que el honor que me ha
cia en llevarme en su compañía en el coche
era demasiado grande para mí; pero él me di
xo que el gusto que tendria en que yo le
acompañase seria mucho mayor que el honor,
que á mí me podria resultar de su compa
ñía ; y así , añadió , no hablemos mas sobre
esto. Y en quanto á mudar de trage me dixo
que.con el que tenia puesto podia hacer ho
nor á un Príncipe.
¿ Qué direis ahora, amados padres mios? No
he hecho yo bien en volverme ? ¡ Ah ! Si yo
pudiera desechar de mí aquellos temores acer
ca del matrimonio fingido ( porque todo esto
aun no se opone á tan horrible proyecto) se-,
ria mil veces mas feliz.
Al salir de casà encargó que la comida
estuviese dispuesta para lasdos, y mandó á
Roberto que fuese despacio. Entramos Mada
ma
22

ma Jewkes , él y yo en el coche. Abraham


subió á la trasera; y á poco rato de haber-/
nos separado de casa me empezó a hablar en
estos términos: No dudo , Pamela , que habrás
leido la atrevida carta de mi hermana, y ve>
rias en ella , como ya te he dicho , que tú
la debes tan poco como yo . Tambien habrás
advertido que me da á entender que han es
tado en su casa algunas personas a hablarla
de nuestro asunto , las quales sin duda habrán
sido Madama Jervis , Mr. Longman y Jona
tan , a quienes rezeloso yo de esto mismo
tuve la precaucion de despedirlos ...... Ya veo,
añadió , que vas a hablar en su favor ; mas
no ha llegado todavía el tiempo.
Yo procuré anticiparme a las amenazas
de mi hermana', mirándola como si no lo
fuera. Dios sabe que me porté con ella co
mo buen hermano , y que quando entré en
la herencia de mi padre la dí por valor de
tres mil libras, esterlinas mas de lo que la -de
xaba en su testamento ; y esta muger olvi-:
dada de tantos favores me escribe tan inso
lentemente como has visto , aunque bien po
dia conocer la fuerza que me harian sus re
convenciones. Pero has de saber , Pamela , que
está muy enojada conmigo porque no he que
rido dar oidos á una boda que ella me ha
propuesto con la hija de Milord *** que aun
que es de buenas prendas y circunstancias , no
puede ser comparada contigo ni en la per
SO
23
sona' ni en el talento. De. esto puedes inferir
el fundamento que tenia para representarme la 1
dignidad de mi nacimiento , y la crítica del
mundo á que me expondria casándome conti
go:: cosas que todavía ( lo debo confesar ) me
hacen bastante impresion ; porque no pudiena
do la muger lucir en público como el ma
rido , no conocerán las gentes sus excelentes
prendas y perfecciones , pues si las cono
cieran , los mas severos censores serian 'mis.
primeros apologistas. Pero el público es tan
injusto , que murmura sin exâminar , y sen
tencia sin conocimiento de causa . Me critica
rán sin duda de que siendo yo tan rico y
distinguido haya querido casarme con una cria
da de mi madre , y no repararán en que no
hay dama en todo el Reyno que pueda aven
tajarla , ni desempeñar con mas esplendor las
obligaciones del rango á que la elevo con mi
casamiento . Por lo que á mi toca , nada me
importa este reparo , pues yo seré el primero
que me ria entre mis camaradas antiguos de
danza , de juego y de bayle de este ridi
culo modo de pensar ; ademas de que yo
nunca dexaré de ser mirado con inucho rész
peto por mis riquezas. Lo que únicamente sien- '
to es la sensacionquetepodrá causar el 'n
no

verte tratada como mereces por la nobleza de


estos contornos , pues es regular que mi her
mana Davers te mire siempre con indigna
cion,, y te traten las demas Señoras como una
per
24
persona que no merece sus atenciones , tenien
do tú un mérito infinitamente superior á to
das ellas. Esto es lo que mas siento por tí , y
lo que mas me incomoda en el dia. Mas ese
pero que se convenzan bien pronto de la in
justicia de su modo de pensar quando vean
en tí un verdadero modelo de la casada mas
perfecta; y que sabrás no solo desengañarlas
de su error con tu conducta , sino tambien
grangearte su estimacion y aun respeto , has
ta el punto de solicitar ellas mismas el tra
to y comunicacion contigo. Por otra parte,
tú tienes bastante superioridad de alma para
despreciar las hablillas comunes , especialmen
te de mugeres , y para saber vivir feliz con
tu marido en una apacible sociedad domésti
ca , que es sin duda el mayor bien á que los
casados ricos ó pobres , nobles ó plebeyos
deben aspirar. ¿ Qué dices á esto , querida
Pamela ?
Ya podeis considerar , queridos padres
mios, la fuerte impresion que causaria en mí
este discurso , y la excesiva complacencia que
tendria mi corazon en oirle hablar de una
manera tan diferente de su antiguo modo de
pensar , y tan conforme á los principios de
la virtud. Yo , Señor , le respondi , solo sen
tiré por vos y no por mí los desprecios y
murmuraciones de las damas de la comarca,
y aun me preciaré de desvanecerlas con la re
gularidad de mi conducta; y si ellas á pe
sar
25
sar de todo esto se empeñasen en ser siem
pre injustas con vos y conmigo , me con
tentaré con ser feliz dentro de mi casa ; aun
que , como ya os he dicho , sentire que os
veais privado de aquel trato y comunicacion
que tendria vuestra muger si os casarais con
una dama correspondiente á vuestras circuns
tancias. Por lo que á mí hace, ni' extrañaré
ni apeteceré las visitas, la tertulia y el juego
en que pasan las noches ó la mayor parte del
dia los nobles de este pais , ni me faltará en
que emplear el tiempo en casa sin necesidad
de buscar ocupaciones fuera de ella. En una
casa como la vuestra no faltan ciertos ramos
de economía doméstica , que tan lejos de opo
nerse á la grandeza , á que por vuestra bona
dad me veré elevada, miraré como una obli
gacion su desempeño. Bien sabeis que mi
difunta ama me habia hecho su tesorera , su
limosnera y su apoderada , y por consiguiene
te tengo este paso dado para saber llevar cuen
ta y razon del gobierno y économía de la
casa .

Por otra parte, en lugar de recibir y pa


gar visitas á las damas , iré á ver , si vos
lo teneis á bien , á los pobres enfermos de
estos alrededores : aliviaré sus necesidades con
ciertos socorros que á ellos les serán muy
útiles , sin ocasionaros á vos el menor per
juicio : los asistiré caritativamente en todos
sus trabajos y necesidades , y ellos agrade
ci
26
cidos rogarán á Dios por vuestra salud y
felicidad. Tambien sabeis que vuestra ama
da madre me ha enseñado todos los juegos
de naypes á que hoy se dedica tanto nues
tro sexổ ; pero todavía no he hecho vicio de
esta diversion , y solamente la usaré en quan
to pueda contribuir á que no dexen la con
currencia de vuestra casa las damas , que sen
tiriais se retirasen del todo por no hallar aquí
un entretenimiento á que estan acostumbra
das. Si me quedasen algunos ratos desocu
pados los emplearé en la música , cuyo arte
me ha hecho aprender con alguna perfeccion
mi difunta Señora. Ademas de esto , gusto mu
cho de leer y escribir , y aunque esta segun
da ocupacion no me será ya necesaria sino
para llevar las cuentas de la casa , ó para
corresponderme con vos si os ausentais de mí
alguna vez , me agrada tanto la lectura , que
no me privaria de ella en las horas proporcio
nadas por la mejor compañía del mundo , ex
cepto la vuestra . Con la lectura cultivaré mi
entendimiento , y me haré mas digna de vos
y de vuestra conversacion ; y la explicacion
que me hagais de aquellos pasages que yo no
entienda , me servirá á un mismo tiempo de
ocupacion deliciosa y de instruccion útil. Pe
rò todavía falta la ocupacion masprincipal de
todas , que es dar gracias a la infinita bondad
de Dios por los beneficios que me ha hecho,
y rogarle por vos y por mí: por vos , para .
que
27
que os premie los favores que os dignais
hacerme: y por mí , para que me dé la gra
cia de desempeñar debidamente las obligacio
nes de mi estado .
¿ Os parece , Señor , que á la muger que
reparta de este modo sus horas la faltarán
ocupaciones en que pasar el tiempo ? Mas co
mo sé que cada desprecio que de mí hagan
las gentes , que no piensan como nosotros , re
caerá en algun modo sobre vos , me anticipo
á suplicaros que en todo mi tren se note una
modesta sencillez , igualmente distante del lu
xo como de la indecencia; porque sé muy bien
que ademas de los perjuicios que origina la
superfluidad ,, nada excita mas la envidia de
las personas de mi sexo como el ver que otra
sobresale entre las demas con atavíos y galas
diferentes; y esto atraeria seguramente sobre
mí sus sátiras y murmuraciones .
Detúveme aquí porque me pareció que ya
habia charlado bastante. ¿ Por qué te detienes?
me dixo lleno de gozo. ¿ Por qué no prosi
gues tu discurso ? Te aseguro que estaria oyen
dote todo el dia. Tú serás dueña de arreglar
tus diversiones y ocupaciones , pues sabes re
partir tan bien el tiempo. ¡ Con quanto pla
cer veré colmados mis deseos ! Ya desprecio
desde ahora la injusta censura de todos aque
llos que tengan. la baxa complacencia de in
sultar tu mérito y virtud sin saber apreciar
sus quilates,
Des
28
Despues de esto hablamos de los lances
pasados y de la desconfianza que habia teni
do de mi correspondencia con Williams , y de
la violencia con que le habian hecho obrar
sus zelos. No hay duda , me dixo , que uno
á otro nos hemos atormentado bastante; y el
único consuelo que tendremos será acordar
nos algun dia de estas pasadas borrascas , quan
do seguros de nuestro recíproco amor con
sideremos los extraordinarios grados por don
de hemos subido á la felicidad en que es
pero nos hemos de ver muy presto. Pero dia
me , prosiguió, qué motivo particular y se
creto te inspiraba el deseo de separarte de
mí al mismo tiempo que yo acababa de ma
nifestarte mi afecto ( la última vez que nos
vimos en el jardin ) de un modo que yo creia
te agradaria , y que seguramente en nada ofen
dia tu virtud ?
Inmediatamente saqué de mi faltriquera la
carta de la gitana ; pero antes de entregáró
sela , le dixe : Vos mismo confesareis que es
ta carta debia darme mucho cuidado ; mas
ante todas cosas , como no sé de quien es , y
la letra parece fingida, os suplico que si adivi
nais de quien' sea ( cosa que no he podido ave
riguar ) no os mostreis enojado contra su au
tor ; pues segun parece se ha escrito única
camente con el fin de servirme.
Tomó la carta y la leyó; y al ver la fir
ma que decia , alguno. Sí , dixo : sin duda es
de
29
de alguno , y aunque la letra está desfigu
rada , conozco muy bien á su autor. Pero
¿ quando la has recibido , Pamela ? El Viernes,
le respondí, despues de vuestra partida á la
boda de Stamford. Pues cómo , añadió , te la
han podido dar sin que lo supiese Madama Jew
kes , habiéndola yo encargado tanto que no
te perdiese de vista , y habiéndome tú prome
tido que no mantendrias semejante correspon
dència ? Quando partí para Stamford ya yo
sabia por aviso particular que se harian las di
ligencias para verte y, entregarte una carta ,
bien que ignoraba si de mi hermana Davers ,
de Madama Jervis , de Mr. Longman , de Juan
Arnold , ó de tu padre ; y como todavía lu
chaba yo conmigo mismo sobre si me casa
ria contigo , é te concederia el permiso de
volverte á casa de tus padres (porque estaba
absclutamente resuelto á no ofender tu de
cencia en lo mas leve ) , te insinué tuvieses á
bien el que Madama Jewkes te guardase con
mayor rigor hasta mi regreso , pues para en
tonces pensaba estar ya resuelto á tomar uno
de los dos partidos , o el de mi vanidad , ó el
de mi amor.
Dicho esto me pareció conveniente re
ferirle todo lo que habia pasado , el lance
de la gitana , el medio de que se habia va
lido para entregarme la carta , y las demas
particularidades ocurridas. Él estaba como ató
nito de lo que yo le decia , y queriendo cor
Tomo III. les
30
responder a una ingenuidad con otra , me cons
fesó que efectivamente habia pensado en se
ducirme por medio del matrimonio supues
to , y, que Mr. Longman lo habia llegado á
entender ( segun le habian dicho despues ) ;
y me lo habia avisado por medio de la car
ta. Al tiempo de decirme esto se mostraba
como avergonzado de sí mismo , y añadió que
si Dios no le hubiera inspirado la resolucion
de abandonar tan infame proyecto , el avi
so de Mr. Longman hubiera llegado tarde;
pero que habian sido tales y tan fuertes las
reflexiones que habia hecho sobre mi inocen
cia , sobre los peligros y tentaciones en que
me habia visto , sobre el abismo de pesares
en que me hubiera sumergido , y en fin , so
bre la horrible traicion que me preparaba,
que inmediatamente habia avisado al suge
to destinado para asistir como Párroco al ma
trimonio , que no saliese de su casa hasta nue
va órden.
Ved ahora , amados padres mios , á qué
peligro ha estado expuesta "mi inocencia » у
las gracias que vosotros y yo debemos dar á
Dios por haberme sacado de él tan felizmen
te. Sin duda que el ángel de mi guarda me ha
protegido especialmente , y que á Mr. Longman
ſe debo mirar desde ahora como otro nuevo
ángel tutelar de mi honor y decoro . Dios por
su infinita bondad se lo recompense, haciénz
dole feliz en esta vida y en la otra.
No
31
No sabia yo como manifestar mi reco
nocimiento á mi amo por la generosidad con
que se explicaba conmigo. Apuré toda mi elo
qüencia y sinceridad en darle una satisfaccion
completa sobre mi afecto natural á su perso
na , a pesar de lo mal que hasta entonces
habia procedido conmigo : le aseguré que siem
pre le habia preferido en mi afecto á otro;
y últimamente quedó tan convencido de mis
razones que me dixo : Quedo enteramente
satisfecho , querida Pamela, y no tengo ne
cesidad de ver los papeles que has enviado á
pedir á tú padre ; aunque será conveniente
feerlos ( añadió mudando de parecer ) para
admirar en ellos el órden con que sabes po
ner por escrito todos tus pensamientos, y la
serie de males que te he ocasionado, á fin
de conocer mejor si el respeto que te pro
fesaré toda mi vida podrá premiarte en algun
modo.
Ya veis > queridos padres mios , como
vuestra dichosa hija ha sido colmada de fa
vores por su generoso amo. Me parece que
esto, agradable conversacion me ha premiado
todos los males que he sufrido. Otras co
sas me dixo muy afectuosas, que omito por
no dilatarme demasiado ; pero nunca las ol
vidaré. ¡ Qué gracias no doy á Dios , y dis
curro que jamas cesaré dę dárselas por tan
tos beneficios como ha derramado sobre su
sierva ! ¡ Qué feliz transformacion la de mi
C 2 suer
!

32
suerte ! ¿ Quién sabe si viendo mi generosa
amo que no soy enteramente indigna de sus
favores, me pondrá en estado de comunicar
á otros , sin perjuicio suyo , las grandes y be
néficas influencias anexas á la condicion á que
su bondad quiere elevarme ? ; Qué felicidad
será la mia si puedo premiar , aunque no sea
mas que la centésima parte de lo que debo
á tanbuenos padres , cuya doctrina у exem
plos han sido , despues de Dios , los instru
mentos de mi actual felicidad , y de la que
puedo prometerme en adelante ? ¡ Ah , qué
excesos de alegría excitan en mi corazon es
tas agradables ideas ! Ya no cabe en mí tan
to contento. Pero es preciso meditar mas desa
pacio todas estas cosas para alabar y bende
cir aquella Providencia que por tantos rodeos
me ha conducido siempre , premiando tan li
beralmente aquellas mismas acciones que su
misma gracia me ha inspirado . El Señor sea
bendito y alabado para siempre , pues ha dis
puesto que vuestra pobre hija se vea en un
estado tan dichoso .

Vuelvo á tomar el hilo de mi agradable


histori a.

Como ya se iba acabando el tiempo del pa


seo dimos la vuelta á casa , y en medio
de
33
de mil excusas afectuosas me dixo mi amo,
que no pudiendo negarse á las importunas ins
tancias de Mr. Danford y de sus hijas , las
habia dado palabra de que vendrian un dia
á verme, y que para esto pensaba convidar
á comer á estas Señoras, á Myladi Jones , y
á la familia de Mr. Peters ; en cuyo supues
to me pedia encarecidamente que aun quan
do yo no quisiera honrar la mesa con mi pre
sencia hasta que pudiese hacerlo como ver
dadera Señora de la casa , desearia á lo me
nos que no dexase de baxar quando él me
llamase; porque me alegraria, añadió , que pa
ra preludio de nuestra boda , toda esta noble
za formase el concepto que es debido de tu
mérito ; y de este modo iré disponiendo po
co á poco áhe mis vecinos para lo sucesivo, á
hablado de tí como mereces , y
quienes ya
su admiracion solamente espera verte.
Yo le respondi, que á pesar del rubor que
necesariamente me habia de causar el verme
entre aquellas gentes , jamas tendria mas volun
tad que la suya .,
Se manifestó muy agradecido á està com
placencia mia , y me pidió que no mudase
de trage ; porque como aquellos Señores es
taban informados de mi clase, y él les habia re
ferido la historia del vestido y el modo de lle
varle, parece que una de las Señoritas le ha
bia dicho que quisiera verme en este trage ;
para mí será tambien , añadió , de mucho gus
to ,
34
to , pues así verán que no debes tas gracias
á la magnificencia del vestido, y que con so
lo las dotes que has recibido de la naturale
za , pareces mas arnable que las mas princi
pales damas con todo el resplandor de sus dia
mantes y perlas.
Á esto le contesté que estaba pronta á
obedecerle , y que nada mas deseaba que ma
nifestar á todos que la felicidad que gozaba
en esta vida , la debia enteramente á su bon
dad en haberme elevado á un honor que las
principales damas del Reyno apetecerian con
seguir. Dicho esto , y otras varias cosas que
la modestia y la gratitud me dictáron , mere
pitió con mucho afecto todas las protestas ima
ginables de la sinceridad de su corazon , di
ciéndome que mi modo de pensar era superior
á mi sexo , y que aunque hubiera podido po
ner la mira en mil mugeres hermosas , jamas
hubiera hallado otra que mereciese tánto co
mo yo su admiracion .
Como yo no refiero estas expresiones tan
lisonjeras , sino en quanto son efectos de la
bondad de mi amo , y por otra parte estoy
bien lejos de presumir que por ningun mo
tivo las merezca , espero , queridos padres
mios , que no lo atribuireis á vanidad , pues
os aseguro que , segun mi modo de pensar,
tanto mayor debe ser mi humildad , quanto
mas grandes los beneficios que me hacen . ¡Gran
pobreza es el estar continuamente recibiendo
fa
35
favores sin tener con que pagarlos! Es ver
dad que las almas generosas se contentan con
poder hacer bien , y no esperan ni desean pre
mio . El hombre que se halla en este estado
puede en algun modo compararse al Criador,
y se puede decir de él que procura imitar
å la divinidad ; y, este es el mayor de todos
los elogios .
En estas conversaciones llegamos á casa
cerca de las dos. Yo daba gracias a Dios por
el restablecimiento y alegría que observaba
en mi bienhechor , y me parecia que nun
ca llegaria el caso de arrepentirse de su bon
dad . Dióme el brazo para baxar del coche,
y me llevó de la mano hasta la sala en pre
sencia de todos los criados , con la misma aten
cion y cortesía que lo habia hecho al salir de
casa . Madama Jewkes le preguntó cómo se
hallaba, y él dixo: Excelentemente , gracias a
Dios y á mi Pamela.
Como Madama Jewkes estaba avergon
zada y sentida del mal trato que en otro tiem
po me habia dado , manifestaba cierto temor
de que con mi nuevo estado la resultase al
gun daño ; y así para congraciarse conmigo
y con mi amo , le dixo en mi presencia: Yo,
Señor , siempre he dicho á Myladi (este es
el título que ahora me da ) que erais fácil
en perdonar vuestras propias ofensas.... No,
la interrumpió mi amo , yo he sido hasta aquí
un libertino ; todaesta árenga , Madama Jew
kes,
36
kes , se reduce á deciros que en adelante pon
gais tanto cuidado en complacer á Pamela , co
ino habeis puesto hastá aquí en agraviarla por
obedecer mis órdenes ; y tened entendido que
en todas las cosas la hábeis 'de mirar y tra
tar con el mismo respeto que á mí. En esto
echó á llorar Madama Jewkes , y dixo apli
cándose el pañuelo á los ojos : Ya preveo qual
será mi suerte. Pamela , dixo entonces mi amo ,
consuela á la pobre Madaina Jewkes.
No podia darse , á la verdad , accion mas
generosa que encomendarme á mí el consue
lo de esta pobre vieja ; y así ' la' dixe tomár
dola de la mano : Madama Jewkes,‫' ܕ‬no ten be

mais que yo abuse de la autoridad que quie


ra concederme mi amo , ni espereis de mí nin
gun mal aun quando puctiera , pues siempre
tendré presente que quanto habeis hecho ' ha
sido para obedecer á una voluntad , á la que
yo tendré tambien la dicha de vivir siempre
sumisa ;y así aunque nuestras ideas hayan siz
do diferentes en orden á sus efectos, como
estos nacen de una misma causa , mę será pre
ciso respetarlos.
i Ó queridos padres mios', rogad ahora á
Dios por mí ! pero sean vuestras oraciones di
versas de las que hasta aquí habeis hecho:
pedidle que no me ensoberbezca , y que no
pierda el juicio á vista de unas cosas tan ca
paces de lisonjear la vanidad de una persona
de mi sexổ y de mi edad. Yo tambien le piu
do
37
do un corazon generoso , y que aparte de mí
todas estas deliciosas esperanzas , si es que me
han de hacer vana y soberbia , ó me han de
servir de motivo para no reconocer con sumi
sion y humildad la mano de la Providencia ,
que visiblemente me ha conducido hasta este
feliz momento por entre las peligrosas sendas
en que hasta ahora he caminado.
Habiéndome yo retirado á mi quarto me
puse inmediatamente de rodillas, y penetrada
del mas vivo contento di mil gracias a la di
vina Providencia por haber trocado de este
modo mi tristeza en alegría , premiándome tan
abundantemente los trabajos que antes habia
padecido. ¡Qué levesme parecen ahora aque
llas penas que entonces miraba micorazon co
mo insufribles! De aquí adelante me pondré
siempre en manos de la Providencia , en to
das las circunstancias y vicisitudes de la vida,
pues ella sabe mejor que nosotros lo que nos
conviene, y de las mismas desgracias que nos
aterran saca muchas veces nuestra felicidad;
convirtiéndolas en medios seguros para librar
nos de los mas crueles desastres. Sin embar
go de mis cortos años , tengo ya tanta expe
riencia de lo mucho que nos conviene poner
toda nuestra confianza en Dios , que estoy en
teramente convencida de la necesidad que te
nemos de hacerlo. Perdonad , amados padres
mios , estas reflexiones por ser de vuestra hi
ja , y porque si tienen algo de bueno , es
fru
38
fruto de vuestro exemplo é instrucciones , - y
de las de mi difunta Señora.
Mucho he escrito en poco tiempo ; sola
mente me falta que decir para complemento
de este dichoso dia , que mi amo se sentia
tan bueno despues de comer , que salió á pa
searse á caballo y no volvió hasta eso de las
nueve de la noche , á cuya hora subió á mi
quarto , y hallándome con la pluma en la ma
no me dixo : Mi querida Pamela , solo ven
go á decirte que me siento muy bueno ; ten
go que escribir un par de cartas, y así quie
ro dexarte para que prosigas la tuya ( yo la
habia retirado a un lado al entrar él ) , pues
supongo que no la has acabado. Despidióse de
mí hasta por la mañana , y yo concluí mi cart
ta hasta este pasage antes de' acostarme. La
Jewkes me dixo que si yo no gustaba de
que ella durmiese en mi quarto pasaria su ca
ma á otro. No por cierto Madama Jewkes,
la respondí, tendré gusto en que me acom
paneis. Dióme las gracias, y me hizo una pro
funda reverencia. ¡ Oh como se mudan los
tiempos!

Jue
39

Jueves.
Mi amo subió á verme por la mañana , y .
me estuvo hablando gran rato acerca de va
rios asuntos , pero principalmente sobre que
mandase hacerme algunos vestidos para el dia
de mi boda (iqué saltos me daba el corazon
quando le oí pronunciar este nombre con tan
ta tranquilidad ! ) ; y yo le respondí que en
todo estaba dispuesta a complacerle; pero que
otra vez le suplicaba por las razones que
antes le habia alegado , que no me manda
se vestir con demasiada magnificencia. Des
pues añadió , que la boda, se haria en secre
to por ciertos motivos partieulares ; y discur
ro , prosiguió , que no temerás que el matri
monio sea fingido; en cuya inteligencia lee el
Ritual y aprende las ceremonias que trae pa
ra este lance , á fin que no se te olvide nin
guna palabra.
Elrubor y la alegria me tenian como fue
ra de mí, y estaba como una grana todo mi
rostro. Yo le contesté que no tenia el mas le
ve rezelo , y que solamente temia mi propia
indignidad ; y él entonces añadió : Discurro
que esto se efectuará de hoy en quince dias
en esta misma casa. i Ah, y como me enter
necí al oir esta nueva Pero ya conocereis,
que
40
queridos padres mios, que no seria porque
me desagradase. ¿Qué dices, mi querida Pa
mela ? añadió. ¿ Tienes algun inconveniente
en elegir un dia de la semana que viene ? Por
que te aseguro que mis negocios estan pidien
do mi asistencia en la otra casa , y no qui
siera salir de aquí sin tener la dicha de po
seerte .
No tengo mas voluntad que la vuestra , le
dixe Hena de confusion ; pero no me ha
beis dicho que esta ceremonia se kabia de efec
tuar en casa ? Sí , me replicó , porque quie
Io que se haga con todo el secreto posible,
y si vamos á la Iglesia se hará público. Ha
biéndole yo contestado que esta era una ce
remonia santa , y que me parecia seria 'me
jor celebrarla en un lugar santo , me dixo con
una especie de sonrisa : Ya comprehendo el
motivo de tu confusion , y no quiero que ten
gas la menor sombra de sospecha; y una vez
que no admites con gusto que se celebre esta
ceremonia en tu quarto ó en el mio , 'man
!e
daré que dispongan y limpien la capilla .d
casa , que de dos generaciones á está parte es
tá inservible por no haber residido mucho tiem
po aquí mis antepasados. Mi bisabuelo fue quien
ia edificó, y mandó bendecir y pintar aquel
quadro tan antiguo del infierno.
Muy bien está , le respondí ; pero como se
trata de un punto de tanta importancia , per
mitidme que os pregunte : ¿ si podré escribir
á
42
mis padres informándoles de mi felicidad ?
Bien puedes , me respondió ; pero encárgales
mucho que guarden secreto , hasta que tú ó
yo les avisemos de que no hay inconvenien
te en publicarlo. Me acuerdo , Pamela , de ha
berte dicho que ya no queria leer tus pape
les , pero esto se entendia sin tu licencia;
si ahora quisieras darme el gusto de enseñár
melos ( y te aseguro que no tengo otro mo
tivo mas que el placer que experimento en
leer lo que escribes ) , me harias un favor
muy señalado .
Aunque no los he escrito , le dixe , pa
sa que los leyeseis , porque contaba siempre
con vuestra palabra, sin embargo os los mos
traré con tal que me permitais trasladar una
hoja. ¿ Y qué hoją es esa ? me dixo. Aunque
te lo pregunto no es con ánimo de condes
cender á tu súplica , porque tengo tanto ma:
yor deseo de ver esa hoja, quanto considero
que contiene expresiones mas importantes y
sencillas, por lo mismo que la has escrito con
ánimo de que yo no la viese. Lo que no qui
siera que leyeseis , le repliqué, son algunas
expresiones poco respetuosas con motivo de la
carta que recibí por medio de la gitana, co
mo escritas en un tiempo en que me tenia so
bresaltada vuestro proyecto del matrimonio fin
gido. Tambien hay algunas otras cosas que no
quisiera que vieseis ; pero este artículo es el
peor de todos. Es imposible , Pamela , me di
хо ,
42
xo , que me pintes con 'mas deformidad que
la que yo mismo he reconocido ya en mí ; y
te doy licencia para que en este punto ha
gas un retrato , cuyo original ha debido pa
recerte el mas horrendo. Pues bien , Señor,
le respondí , procuraré que quedeis obedecido
antes de la noche. Pero mira , añadió , que no
mudes una palabra. No teneis que temer , le
repliqué, pues sé que os disgustaria.
En esto subió la Jewkes y nos dixó que
Tomas estaba ya de vuelta . A , bien , dixo mi
amo , pues que traiga los papeles ( porque así
él como yo discurriamos se los hubieseis en
tregado ) , pero nos hallamos terriblemente bur
lados quando le oimos decir hablando con- sur
amo : Señor , el buen Andrews no ha que
rido entregarme los papeles , diciendo que pre
cisamente habian obligado a su hija que le es-
cribiese por fuerza aquella carta , y el pobre
anciano hacia las mas vivas demostraciones de
dolor , asegurando que su hija estaba ya per
dida , pues de otro modo era imposible que
se hubiese vuelto atrás hallándose ya tan cer
ca de su casa ; y aun yo he tenido mis miem
dos de que me costase caro el viage.
Vamos claros , Tomas , cuéntame sin rom
deos , delante de Pamela , todo lo que han di
cho sus padres. Señor , pro iguió Tomas , in
mediatamente que leyéron su carta y confe
renciáron entre sí acerca de su contenido , em
pezáron á Horár tan amargamente ; que me
da
43
daba lástima; despues decian : ipobre hija , a
estas horas ya está perdida ! Ella ha escri-.
to esta carta por fuerza, ó se ha rendido á
las instancias de su amo ; y de qualquiera ma
nera á ya está perdida , ó tardará muy poco
en estarlo .
Conocí que mi amo se ponia algo enfada
do , y así le dixe : Señor , perdonad los temo
res de mis honrados padres , pues no es extra
* ño que no alcancen hasta donde se extiende .
vuestra bondad para conmigo.
¿ Con que no han querido entregarte los
papeles ? añadió sin contestarme. No, Señor,
dixo Tomas , por mas que les he asegurado
que la Señorita habia escrito aquella carta li
bre y voluntariamente , de resultas de otra
vuestra que yo la habia entregado; pero el
buen viejo dixo : Muger , en estos papeles hay
mil cosas que nadie debe saber sino nosotros,
y que importa con especialidad que no las vea
nuestro amo ; han sido tantas las estratage
mas de que se han valido para engañar á nues
tra pobre hija , que ya por fin lo han logra
do. ¿Cómo es creible , dixo hablando conmi
go , que saliese con tanta aceleración de aque
lla casa para venirse con sus padres , y que
estando ya á la mitad del camino nos envia
se'esta carta , y se volviese gustosa como nos.
asegurais , quando sabemos que su mayor con
suelo seria venirse con nosotros y librarse de
los peligros á que ha estado expuesta tanto
tiein
44
tiempo ? Despues dixo que ya no podia re
sistir á tanto dolor : que su hija era una mu
ger perdida ; y entre estas expresiones se sen
táron los dos viejos , y agarrados de las ma
nos se lamentaban de tal modo que me da
ba compasion el oirlos ; de manera que por mas
que les he dicho no me ha sido posible con
solarlos, niha querido darme los papeles , aun
que les he asegurado que se los entregaria á
su hija en mano propia ; y viendo que no ha
bia remedio me he vuelto sin ellos.
Reparando mi amo que yo me estaba des
haciendo en lágrimas al oir la relacion de vues
tros sustos y temores , me dixo : No llores,
Pamela , pues no estoy verdaderamente enfa
dado con tu padre , y sé muy bien que es un
hombre muy honrado ; solamente deseo le es
cribas inmediatamente , pues enviaré la carta
por el correo á Mr. Atkins, que vive ahora á
dos millas de la casa de tus padres , y le
encargaré que luego que la reciba se la ha
ga entregar en mano propia. No le hables pa
Jabra de enviar los papeles por no aumentar
su pena , pues yo solo deseo verlos por cu
riosidad , y en qualquiera otro tiempo podré
satisfacerla. Y volviéndose á Tomas' le dixo :
disculpa tienen los buenos viejos en hacer lo
que han hecho , pues no saben mis honestas
intenciones para con su querida hija , que en
breve será tu ama ; pero esto estará secreto
por algunos dias , y así ten entendido , Tomas,
que
45
que no quiero que mis criados hablen de ello
fuera de casa .
Oyendo esto Tomas se alegró mucho , y
prorumpió en bendiciones hacia su amo; y
yo de la misma manera le dí todas las gracias
imaginables al ver la paciencia con que lleva
ba el que mis padres no hubiesen querido re
mitirme los papeles .
En esto se retiró Tomas , y mi amo me
dixo : No necesito repetirte que escribas in
mediatamente á tus padres para consolarlos , á
cuyo fin quiero dexarte sola. Por ahora envia
me los papeles que no tengas inconveniente
en que yo lea, para divertirme un rato ; pe
ro se me olvidaba decirte que los caballeros
y damas de estos contornos de quienes ya te
he hablado , han de venir mañana á comer
conmigo , á cuyo fin he dado las órdenes ne
cesarias á Madama Jewkes. ¿ Y me he de pre
sentar yo delante de ellos? le dixe. Sin re
medio , me respondió : į no ves que este es el
principal motivo que los trae aquí ? Pero no te
dé pena , y está segura de que no verás co
sa que te iguale.
Luego que se retiró mi amo desatémis pa
peles , y saqué los que empezaban desde el
Jueves por la mañana , que partió para Stam
ford , y contienen :
„ La visita que me hizo antes de que yo
» me levantase , y las estrechas órdenes da
» das á laJewkes para que no me perdiese
Tomo III. D » de
46
» de vista : la aventura de la gitana del dia
» siguiente , y mis reflexſones acerca de este
» lance , en las que le trato como á un hom
„ bre verdaderamente diabólico , con unas ex
» presiones demasiado agrias , dictadas por el
» horror que entonces habia concebido con
» tra él : su regreso el Sábado : los sustos que
» pasé quando fingió quererme registrar pa
» ra buscar los papeles que seguian á los que
» ya tenia en su poder: la precision en que
» me ví de entregárselos: su modo de portar
» se conmigo despues de haberlos leido , y las
» preguntas que acerca de esto me hizo : el
agrado que me manifestaba á vista de los
» peligros de que me habia librado , y de los
trabajos que habia padecido : como precisa
» mente en la ocasion en que me mostraba
» mas afecto tuve la imprudencia (acordán
» dome del matrimonio fingido ) de decirle que
w to dos mis deseos se reducian á volverme á
1 vuestra casa : lo mucho que se indignó con
migo al oir esto , y como me echó de su
» casa aquel mismo dia enviándome á la vues
» tra : las particularidades de mi viage : mi pe
» sar al separarme de él : la ingenua confesion
» que os hago de que me parece le amaba sin
» poderlo remediar : como envió á buscarme,
» suplicándome que volviese , pero dexándo
» me al mismo tiempo en libertad , siendo así
» que podia mandar me llevasen por fuerza:
» como determiné darle gusto , y las fatigas
» que
47
» que padecí á la vueltas el afable recibimien
» to que me hizo , y como me enseñó la ter
» rible carta de su hermana Davers , en la que
» le reprehende su modo de portarse conmi
» go , le suplica me dé libertad , y le ame
» naza que no le reconocerá por hermano si
» se casa conmigo : mis reflexiones acerca de
» esta carta .”
Espero que vereis muy presto todos estos
papeles , y los demas que siguen hasta el Mar
tes por la tarde . Lo restante , como la con
versacion que tuvimos en el coche el Miér
coles por la tarde , y la afabilidad con que
me trata despues acá , son cosas que no me
parece debo escribir , porque me da vergüen
ża hablar con tanta libertad de un asunto tan
delica do
cadoy lisonjero para mí; bien es verdad
que los favores que continuamente estoy re
cibiendo de su mano merecen de mi parte
quantos testimonios pueda darle de mi agra
decimiento .
Luego que repasé todos estos papeles, se
los llevé yo misma á la sala , y le dixe al tiem
po de entregárselos : Os suplico , Señor , que
useis conmigo de la misma condescendencia
que hasta aquí, y si advertis que he sido de
masiado simple o demasiado libre en mis re
flexîones y en la expresion de mis sentimien
tos , sirvaos de excusa mi sinceridad por una
parte , y por otra mis temores. No temas , me
respondió , que en adelante pueda darte mo
D 2 ti
48
tivo de rezelar ni de mis pensamientos ni de
mis acciones .
Despues me subí á mi quarto para comu
nicaros en pocos renglones mi actual esta
do de felicidad , y manifestaros lo agradeci
do que debe estar mi corazon á los favores
que rec ibo
de mi amo ; y os ase guro
que
muy presto tendré el gusto de volveros á en
viar no solamente los papeles que ahora os
pido , sino su continuacion hasta la hora pre
sente ; porque sé que en vuestros ratos des
ocupados tendreis mucho gusto en leer mis
borrones . Antes de cerrar la carta se la lle
vé á mi amo para que la leyese ; y despues
de haberme agradecido esta confianza у de
elogiar la sencillez de mi estilo , me la volvió
para que la pusiese la oblea. ¡Ah , qué dias tan
felices estos que paso aquí ! ' Dios quiera con
tinuármelos , pues qualquiera contratiempo bas
taria para quitarme la vida. pues
Mi amo salió en coche des de comer ,
y á la vuelta me envió á decir que tendria gus
to en que diésemos una vuelta por el jardin :
yo baxé inmediatamente , y habiéndome sa
ſido al encuentro me dixo : ¿ A quien te pa-
rece que he visto esta tarde , Pamela ? No tu

sé , Señor , le respondí . Pues has de saber,


prosiguió , que á cinco millas de aquí hay un 10

retirado del camino real que da vuel 07

ta age
par á un prado , y en él un delicioso paseo á
lo largo de un arroyuelo , con dos órdenes
de
49
de texos á una y otra orilla , adonde la no
bleza suele ir, å pasear , pescar y divertir
se ; la primera vez que salgamos te llevaré á
este sitio. En él me baxé del coche para atra
vesar el prado, y mandé á Roberto que die
se la vuelta
у. fuese á encontrarme al otro
lado. Pero ¿ á quien te parece que he encon
trado paseándose y leyendo en un libro que
tenia en la mano ? Á tu humilde y rendido
servidor Williams. No te pongas colorada,
Pamela , y oye: como él estaba vuelto de
espaldas hắcia mí me determiné á hablarle an
tes que me viese. ¿ Cómo está mi antiguo ami
go ? le dixe ( porque hemos estudiado juntos
un año en un colegio ) ; mas él al oir mi
voz у al verme junto á sí , hizo un movimien
to tan extraordinario que discurrí iba á echar
se al arroyo. Mucho siento , le dixe , que os
haya asustado tanto mi voz : ¿ qué estais, le
yendo, Mr. Williams? Señor , me respondió
tartamudeando y muy sobresaltado , el Telé
maco en frances, porque quiero perfeccionar
me en lo posible en este idioma. Haceis muy
bien , le contesté : ¿ os parece que esta nu
becilla nos rociará un poco ? ( efectivamente
empezaban á caer algunas gotas.) Me parece
que no será cosa , me respondió. Si quereis vol
veros , proseguí, á la aldea os llevaré en mi .
cohe, porque de vuelta del paseo he de lle
gar á casa del caballero S .....
Pero á esto me respondió Williams , que
no
so
no era merecedor de tanto honor ; y yo le
dixe entonces : No gasteis ceremonias , vamos
paseando hasta el otro lado de la arboleda , que
allí encontrarémos el coche .
De modo , prosiguió mi amo , que traban
do conversacion en el camino , me dixo que
estaba muy sentido de haber incurrido en mi
indignacion , y mucho mas despues que ha
bia oido decir á Myladi Jones ( quien lo sa
bia por la familia del caballero S ......) que
mis fines eran mas honestos de lo que se ha
bia creido al principio. Mr. Williams , le di
xe , los que hemos nacido favorecidos de la
fortuna, solemos algunas veces abusar de ella ,
y dar motivo con nuestras acciones á que
los hombres sensatos digan que nos dexamos
arrastrar sensualmente de las influencias de
una abundancia peligrosa , sin acertar á cami
nar por el camino trillado , sin embargo de
ser el mas seguro y merecer la preferencia.
Ya podiais discurrir que yo no gustaria de ver
que se me impidiese la posesion que tan de
cerca me pertenecia, y especialmente por un
antiguo amigo como vos , cuyo bien estar
habia yo proporcionado por tantos medios an
tes de este negocio. Pero lo que mas me ha
desazonado ha sido , que suponiéndome vos
reprehensible , no me hubieseis reconvenido co
mo podiais , conociendo la docilidad de mi
carácter .
Mucho he sentido , me respondió Wi
lliams,
ſ
lliams , el haber incurrido en vuestra desgra
cia ; pero creed que todo lo que he hecho
ha sido por un impulso de caridad y compa
sion al ver las instancias que me hacia la Se
ñorita Pamela para que la sacase de vuestra
casa. De otro modo no me hubiera propasa
do á nada .
Bien está , Mr. Williams , le dixe , teniais
disculpa en hacer lo que habeis hecho , pues
ignorabais si yo habia de proceder de un mo
do tan honrado , como en efecto he proce
dido. Pero todo se ha acabado ya , y os ase
guro que no conservo ningun rencor .
De este modo , continuó mi amo , hemos
pasado el tiempo Williams y yo , hasta que
Îlegamos á la aldea, y le dexé en su casa ; pe
ro te aseguro , Pamela , que sabe guardar muy
bien tus secretos , pues no ha habido forma
de confesarme que tú le hubieses contesta
do á las preguntas que te hizo acerca de ca
sarse contigo.
En verdad , Señor , le respondí, que na
da tiene que decir en este punto , y espero
que os desengañareis algun dia. No , Pamela,
me respondió , no pienses que dexo de creer
te , pues me haria un agravio á mí mismo en
obrar de otro modo. Lo que únicamente quie
ro darte a entender es , que si yo no hubie
ra descubierto como descubrí que los tiros
venian de parte de Mr. Williams , hubiera to
mado el asunto muy distinto semblante , y no
nos
52
nos veriamos los dos en el feliz estado en que
ahora nos vemos.
Añadid á esto , le repliqué , que por gran.
de que fuera mi vanidad, no podia esperar el
honor á que quereis elevarme ; y por consi
guiente no debiendo esperar yo sino mi des
honra , en vista del cruel trato que me daban,
ninguno creeria que mi amor á la virtud era
verdadero si no hubiera hecho todos los es
fuerzos posibles para librarme; y aun así no
pensaba yo en el casamiento, ni tenia la mas leve
inclinacion á ningun hombre de este mundo.
Qué contento , amados padres mios , qué
satisfaccion no experimenta ahora el corazon de
vuestra feliz hija ! ; Quanto me alegré al oir la
relacion que me hizo de su conversacion con
Mr. Williams , aunque no me atreví á manifes
társelo ! Con esto ya soy mas dichosa , y espero
que con el tiempo se reconciliarán perfectamen
te. Tambien tuvo la bondad de decirme que ha ‫ܘ‬

bia mandado disponer la capilla para celebrar


nuestro matrimonio. j Ah , con qué gozo inte
rior , aunque al mismo tiempo con qué temor
y respeto miro la felicidad que me espera!

Viernes.

Cerca del medio dia llegáron el caballe


ro S ..... su muger y sus dos hijas, Myladi Jo
nes
53
nes , una cuñada suya , y Mr. Peters ' con su
hermana y su sobrina. Madaina Jewkes , que
cada dia manifiesta mayores deseos de compla
cerme , sentia que no me hubiese puesto uno
de mis mejores vestidos , y me hizo muchas
instancias para ello.
Todos entraron en el jardin á pasearse an
tes de comer , y segun comprehendí tenian tan
grandes deseos de verme , que despues de ha
ber dado un par de paseos, les hizo mi amo:
entrar en el cenador grande , y él mismo vi
no á buscarme. Vamos , mi querida Pame
la , me dixo : aquellas damas estan ya impa
cientes por verte ; y es preciso darlas gusto.
Os aseguro , Señor , le repliqué, que estoy lle
na de rubor, pero no dexaré de obedeceros.
Las dos Señoritas , añadió , vienen perfecta
mente vestidas ; pero no llegan ni con mucho
á mi querida Pamela , no obstante la sencillez
de su adorno. Yo le repliqué , que no era cor
respondiente á su grandeza el irme acompa
áando ; y entoncesmeprevino que iba á de
cirles que yo baxaba al instante ; y al mismo
tiempo mandó á la Tewkes llevase un par de
botellas de vino de Canarias con algunos biz
cochos , y se volvió al cenador.
Este cenador está en el centro del jardin,
enfrente de la calle mas larga de árboles que
hay en él : de modo que me viéron en perspec
tiva mucho antes que llegase á ellos ; y mi amo
me contó despues todo quanto decian dePer
mí.
54
Perdonad , amados padres mios , á vues
tra impertinente hija si tiene la vanidad de
contaros todo lo que ha pasado , del mismo
modo que mi aino me lo ha referido. Él fue
el primero que me divisó , é inmediatamen
te dixo : Señoras , ya viene allí mi gracio
sa aldeana. Entonces advertí , aunque con mu
cha vergüenza , que en un instante ocupárom
todas las ventanas y la puerta , y que me mi
raban sin pestañear.
Ya la veo , dixo Myladi Jones á mi amo :
i hermosa criatura ! El caballero S....... que
en su juventud ha sido un hombre muy li
bre , juró que en su vida habia visto ayre mas
gracioso , ni talle mas delicado. Myladi Dan
ford dixo que yo era en extremo agracia
da , y Madama Peters se extendió en mis.
alabanzas. Tambien Mr. Peters quiso favore
cerme, diciendo que yo seria la gloria de to
do aquel Condado. Todo esto lo debia yo al
honor que recibia de mi amo ; mas las Set
ñoritas , segun él me dixo , tuviéron algun em
pacho , y me miráron con algun generillo de
envidia .
Luego que llegué cerca del cenador , mi
amo , que advirtió mi aturdimiento y sobre
salto , me salió al encuentro y me dixo :
Dame la mano , mi querida Pamela ; ¿ por
qué caminas tan de priesa ? ( en efecto iba
inuy apresurada sin yo saber por qué ) Yo
se la dí haciéndole una profunda reveren
cia,
55
cia , y ayudándome á subir los escalones del
cenador , me presentó con mucho donayre á
las damas , que me fuéron besando una por
una , y me dixéron que esperaban tratarme
mas despacio. El caballero S ...... me hizo un
cumplimiento muy expresivo , y sin embar
go de esto no devé de sentir en mi interior
una especie de aversion hacia él por lo que
antes habia pasado.
Todos al parecer me querian tragar con
sus ojos , de modo que yo no me atrevia á
levantar los mios. Me parece que todas las per
sonas de alto nacimiento y bien educadas tie
nen la prerogativa de infundir respeto y te
mor á sus inferiores. Viéndome mi amo así
me dixo : Me parece que estás un poco tur
bada y como fuera de tí : todos estos Seño
ya parte de
res saben ya de tu historia , y cono
cen tu mérito. Sí , mi querida vecina , me
dixo Myladi Danford ( quiero llamaros con
este nombre ) , todos quantos estamos aquí sa
bemos vuestra extraordinaria historia. Pues
Myladi , respondí yo , una vez que la sa
beis tendreis necesidad de toda vuestra con
descendencia para excusar mis yerros. No
por cierto , dixo Myladi Peters , lo que sa
bemos de vuestra historia hará que os mire
mos siempre como honor de nuestro sexo , y
modelo digno de la imitacion de todas las
Señoras del pais. Myladi, la respondí , vues
tra bondad me da aliento para levantar los
ojos
56
ojos, y daros gracias por tanto honor como
me haceis.
En esto entró Madama Jewkes con el vi
no de Canarias y una bandeja de bizcochos 12

que habia llevado Anita hasta la puerta del ce


nador . Permitidme, Madama Jewkes , la dixe,
que os ayude a servir á estas damas ; y to
mando la bandeja dí vuelta a toda la com
pañía , acabando por mi amo. Myladi Jones
dixo que jamas habia sido servida con tan
ta gracia , y que yo me incomodaba dema -

siado. Yo la respondí: Myladi , el favor que


recibo de mi amo no podrá hacerme olvidar
que es obligacion mia servir á sus amigos. ¡ Vues
tro amo ! (i ) replicó el caballero S..... : yo
espero que no llamareis siempre así á M. B. ,
porque todas las damas de este pais tendrán
por moda hacer lo mismo. Señor , le dixe yo,
en mí habrá siempre muchas razones para usar
de este lenguage que no concurren en otras
damas .
Siempre oshabeis de divertir á costa nues
tra , le dixo Myladi Jones ; pero yo con
templo que será muy útil á todos nuestros
ca

( 1 ) En Inglaterra las mugeres humildes


quando hablande sus maridos, regularmente,
dicen mi amo ; las mugeres comunes siempre
lo dicen ; pero entre las damas rara vez se
usa esta expresion.
57
caballeros que haya una persona que pueda
darles un exemplo tan bueno. Myladi , la res
pondí , eso será despues que el honor de te
neros por modelo me haya hecho digna de
serlo suyo .
Todas las damas me hicieron mil favo
res , y la hija mas jóven de Myladi Dan
ford , que era la que habia hecho instan
cias para verme en este trage , me dixo : Se
ñorita ( 1 ) , os suplico que perdoneis mi curio
sidad , pues ya yo sabia lo bien que os caía
este vestido , y estaba informada de la his
toria de él , y por lo mismo he pedido por
favor á M. B .... que os presentaseis así. Me
alegro infinito , la dixe , de que vuestro pre
cepto se haya hallado tan acorde con mi elec
cion. Pues ¿ qué, me replicó , habiais elegi
do vos este trage ? Mucho me alegro , aun
que á la verdad dareis realçę á quanto os
pongais, sin que haya ningun" adorno que os
le pueda añadir.
Cada uno de los concurrentes bebió un
vaso de vino de Canarias : y el caballero S....
por obligarme á mí á hacer lo mismo , me
dió

( 1 ) La palabra Inglesa Miss ' es un títu


lo
que no se da en Inglaterra sino á las don
cellas nobles hasta que se casan. Su equiva
lente en frances es Mademoiselle y en nues
tro idioma castellano Señorita .
--58
dió á entender que seria hacer reprehensi
bles á aquellas damas si no las imitaba. Yo
le respondí , que despues del paseo que ha
bian dado , un vaso de vino generoso era un
estomacal que las haria mucho provecho ; no
obstante , añadí, voy á complaceros , porque
quiero beber á vuestra salud y á la de to
da la ilustre compañía .
Despues de esto la buena Myladi Dan
ford insinuó á mi amo proporcionase á to
dos la satisfaccion de que yo los acompaña
se á la mesa ; pero mi amo la respondió con
mucha urbanidad , que yo era dueña de mí,
y podria hacer lo que gustase. Oyendo yo
esto dixe : Si estas Señoras me lo permitie
1
sen las suplicaria me excusasen por esta vez .
Todos respondieron que no querian condes
cender ; y habiendo yo vuelto á instar á mi
tienes pa
amo , me preguntó : ¿ Qué motivo tienes
ra eso , mi querida Pamela ? Estas damas te
lo suplican con tantas instancias , que quisie
ra las complacieras. Señor , le dixe , vuestra RA

bondad me hará cada dia mas merecedora del


honor que estas damas me dispensan , y en +

pudiendo yo persuadirme que efectivamente


soy mas digna que al presente , abrazaré con
gusto quantas ocasiones se me ofrezcan de
complacerlas.
Madama Peters dixo entonces al oido á
Myladi Jones ( segun mi amo me ha contado 44

despues) : Habeis visto jamas criatura mas, pru


den
59
dente > mas discreta ni mas hermosa ? En
mi vida , ' respondió la buena Señora : ella
será el principal adorno de la alta clase á
que se verá presto elevada. Sin duda , aña
dió Madama Peters , que no hay clase “
estado á que no pueda dar mucho lustre. Á
mi generoso amo y señor fe rebosaba la ale
gría por todo su rostro al ver el buen con
cepto que de mí formaban estas damas ;
yo tambien me complacia interiormente , co
nociendo que esto en algun modo podia re
compensarle de lo mucho que se abatia en su
eleccion.
No queremos molestaros mas , me dixo My
ladi Danford , aunque pudiéramos quejarnos
de vuestra demasiada delicadeza en esta par
te ; pero , añadió volviéndose á mi amo , ya
que nos privamos de la compañía de la Seño
rita Andrews en la mesa , es absolutamente
indispensable que nos acompañe al té y á
jugar ; porque ya os he dicho que hemos de
pasar aquí todo el dia . Mi amo me rogó en
toncès que lo hiciese , y yo condescendí sin
repugnancia.
Entre tanto me convidáron las Señoritas
á dar una vuelta por el jardin , acompañán
donos la cuñada de Myladi Jones y la so
brina de Mr. Peters. Me tratáron todas con
la mayor atencion y afabilidad , y llevamos
una conversacion muy divertida y familiar.
La Señorita Danford , la mayor , me pareció
muy
60
muy amable i pero su hermana estuvo al
go mas reservada ; y, despues he sabido que
un año antes no la hubiera pesado que mi
amo hubiese puesto en ella los ojos ; pero
que no obstante de ser tan rico el caballe
ro S..... su padre , no se habia considerado pro
porcionada esta boda ; y sin duda no dexa
ria de causarla ahora alguna mortificacion el
ver lo mucho que mi amo se abatia en la elec
cion que hacia de mí . Os aseguro , amados pa
dres mios , que esto me daba mucha pena , por
todas las personas
que deseo sumamente que
jóvenes de mi sexÔ sean tan felices como yo
espero serlo .
Mi amo me dixo despues que las otras
damas , el caballero S ......... y Mr. Peters
se hacian lenguas de mí despues de haber
me separado de ellos , y que no sabian ha
blar de otra cosa que de mis gracias , ala
bando uno mi color , otro mis ojos , otro
mis manos , y en una palabra ( porque ya me
acusareis de demasiado presumida ) mi persona
en general , y sobre todo exaltando hasta las
nubes mi porte , mi modo de producirme, mi
cortesanía y mis respuestas. Yo en la realidad
estaba contentísima, como ya os he dicho , al
ver que mi querido amo se bañaba en gozo .
¡ Dios le premie con mil bendiciones tanto bien
como me hace !
Como la comida no estaba todavía dispues
ta , me dixéron las Señoritas que querian oir
me
61
me tocar una aria al clave. Yo las respondí,
le que estaba destemplado , y que quisiera ha
ni berlo sabido antes para darlas este gasto ; pero
TO
que habia mucho tiempo que yo no le tenia
para estas cosas por los motivos que ellas no
0
ignoraban. Sin embargo , fue preciso tocar una
a
el
sonata , y acompañarla con una cancion que
C
mi difunta Señora habia traido de -Bath ( 1 ) ; y
gustaba mucho-de, qirmela cantar. Todas que
2
daron enamoradas de la cancion , y alabáron,
or
mi destreza. Ea Señorita Danford me hizo la
Das honra de decirme que yo sola poseia todas
yo las gracias de mi sexo. Yo la respondí , que la
madre de M. B... habia sido para mí la mejor
-as
ama dėl mundo y pues no habia omitido en
ers mi educacion ningun gasto ni diligencia. ¡ Ah !
me .
r dixo ella : si pudiéramos persuadir M.
2 B... que diese un bayle en celebridad de sus
feliz matrimonio , baylaria yomde muy bue
TO na gana. No quise responderla que no me agra
me
daba su proposicion ; porque soy de sentir que..
112 una solemnidad como esta es demasiado augus- >
as ta, para que laspersonas que hacen el prin - i
mi
d
cipal papel en ella , á lo menos lasete nuestro
sexo , se entreguen á los festejos que en tales !
1 lan

en
( 1 ) : Lugar bastante distante de Londres,
adonde va á tomar aguas minerales y baños
calientes la mayor parte de la nobléza. La
palabra inglesa Bath significa baños.
e Tomo III.
62
lances se acostumbran , especialmente si pien
san como yo. No puedo menos de confesa
ros , amados padres mios , que sin embargo
de la envidiable suerte que me espera , se lle
na mi alma de respeto al acordarme de esta
gran solemnidad , y quanto mas se acerca , tan
ta mayor impresion hace en mí esta memoria.
Á eso de las quatro de la tarde subió mi
amo á mi quarto y me dixo : Dime , Pamela,
¿ te asustarias si vieses abaxo á Mr. Williams?
Señor, le respondí , por qué me he de asus
tar ? Pues mira, me dixo , está dispuesta pa
ra ver un forastero quando entres en la sala:
aquellas damas se preparan ya para jugar, é
insisten en que las acompañes. Me parece , le
dixe , que quereis hacer pruebas de todo mi
valor. Pues qué , añadió , i no tienes valor pa
ra verle ? No es eso lo que quiero decir , le
respondí , sino que ya sabeis lo confusa que
me he visto en la presencia de esas damas
у caballeros; y como algunos de ellos no han
querido dar oidos á los ruegos que por mí les 1
ha hecho Mr. Williams quando yo buscaba
medio de escaparme, me parece extraño ha
berme de encontrar con él en presencia de to
dos ellos, y haber de sufrir que se rian de lo
pasado. Muy bien está , me dixo ; pero procu.
ra no asustarte si al entrar en la sala vieses allí
un hombre , á quien yo te permito amar mu ,
cho , aunque no tanto como á mí.
Este modo de hablar me llenó de sobrea.
sal
3
salto , pues rezelaba: que mi amo empezase
á tener zelos de mici Qué será de mí, Dios
mio ! me decia á mí misma ( porque a la ver
dad mi amo me habia hablado con bastante
seriedad ). ¡ Si me sucederá algun nuevo con
tratiempo ! Mi corazon está en prensa y no
sabe lo que le pasa. Pero no importa , haré
por baxar con lamayor serenidad que pueda,
para que nadie entre en sospechas. Sin em
bargo , quisiera que este Mr. Williams no hu
biera elegido para venir aquí la hora en que
estan juntos todos estos Señores, por las mi
radas misteriosas que nos echarán å él y a mí.
Si no fuera por esto me alegraria infinito de
verle , porque es de buen corazon, y el pobre
ha padecido mucho por mí.
En fin vinieron á avisarmé que baxase á
jugar. Preciso es baxar , me decia á mí mis
ma > aunque temo mucho que he de perder
el buen concepto que todos han hecho de
mí ; porque no podré menos de hacer una figu
ra la mas ridícula. Mi amo con la pregunta tan
seria que me ha hecho melha dexado muy con
fusa : y por otra parte la advertencia de que
procure estar sobre iní , y no asustarme aun-,
que vea en la sala á un hombre ( á quien me
permite amar mucho , pero reservando para si
la preferencia ) , me acongoja en extremo. A
míme pareceque me ama,y me ihteresa in
finito el saberlo de cierto. Yo no puedo me
nos de amarle : el negarlo seria locura , y es
E 2 im
64
imposible que haya otro hombre á quien pues:
da dar la preferencia en mi corazon. Prestodes
cubriré este misterio . " ;
Ahora , querida madre mia, es preciso que
mis cartas se dirijan á vos. Mi estimado aino
tenia mucha razon para advertirme con tanto
misterio que procurasé estar sobre mí y no
asustarme , pues en mi vida he padecido mayor
sobresalto , ni podia haber un hombre á quien
mas quisiese. ¡ Ah , querida madre mia ! el que
me esperaba en la sala no era Mr. Williams,
sino mimuy amado padre , que se disponia á
darme su bendicion . Mi amo y él me han
man
dado que os escriba muy por menor como
ha pasado todo , y quales han sido mis pen
samientos acerca de este feliz encuentro ; y
así tomaré el hilo desde el principio, esto es,
desde la hora en que la Providencia ha trai 1

do aquí á mi padre hasta el momento pre


sente, y os lo referiré todo segun me lo han
contado Madama Jewkes , mi amo, mi padre,
estas Señoras , y 'mi propio corazon. Así se me
ha mandado que lo haga', y espero tendreis
gusto en leer esta relacion , que tiene conexîon
con todo lo demas . v
Parece que vos ý mi amado padre esta I
bais ansiosos de saber la verdad del hecho
que os habia contado Tomas , y que temien
do me hubiesen engañado y perdido sin re
medio'; OS pidió licencia para ponerse en ca
mino , y venir aquí al otro dia de la sa
65
lida de Tomas de vuestra casa. El Viérnés
por la mañana llegó á la aldea inmediata , y
allí supo que la nobleza de estos contornos
estaba en casa de mi amo, y que habian si
do convidados á un gran festin . Entró en una
venta , se hizo afeytar , se puso una camisa
1
y corbata que traia limpias, y despues deha
ber comido un poco de pan y queso , y be
bido un 'vasó de cerbeza , echó á andar há
cia la casa de mi amo , penetrado del mas vi
vo dolor , y temiendo hallar muy mala aco
gida. Parece que en la venta habia pregunta
do qué criados habia traido mi amo consigo,
con la esperanza de oir hablar de mí. Dixé
ronle que por entonces habia en la casa una
ama de llaves , dos criadas , dos cocheros , dos
palafreneros , un lacayo , y un ayuda de ca
mara. ¿ Y no hay mas ? les replicó. Le respon
dieron que tambien habia una mocita muy her
mosa á quien estimaba mucho , y que habia si
do doncella de su madre . Esta especie , segun
nos,ha contado , le confirmó en sus temores,
y acabó de llenarle de tristeza.
Prosiguió su camino , y cerca de las tres
de la tarde llegó á la puerta de hierro , y ha
llando al cochero del caballero, S.... le preguntó
por el ama de llaves, sin embargo de que, des
pues de lo que os he escrito deella , la aborrecia
en extremo. Madama Jewkes, no discurriendo
lo que podria ser , le envió á decir que entra
se , y en la antesala le preguntó qué se le.pfre
cia .
66
cia. Madama , ta dixo , solamente quiero sad
ber si podré hablar una palabra al amo de
casa. No , amigo , lc respondió : ahora es
tá ocupado con muchas damas y caballeros.
Pues yo , replicó mi padre, tenia que hablar
le de un asunto de que pende mi vida ó
mi muerte ; y al decir esto se le saltáron las
lágrimas.
En vista de esto entró la Jewkes á la
sala grande donde mi amo estaba muy di
vertido con los convidados , y le dixo: Se
ñor , ahí está un buen viejo decentemente ves
tido, que dice quiere hablaros de un asunto
muy importante , del qual pende su vida ó su
muerte .' ¿ Quien será ? dixo mi amo. Decidle
que me espere en la antesala , que salgo al ins
tante. Todos se miráron unos á otros , y el
caballero S..... dixo á mi amo una bufonada de
las suyas .
Segun la Jewkes me ha contado despues,
parece que al ver mi amo quien era , se que
dó helado y suspenso , y mucho mas ella quan
do oyó decir á mi padre: ¡ Dios mio , dad
me paciencia ! Señor , no obstante vuestra gran
deza , sabed que vengo a pediros mi hija ; y
en esto echó á Horar amargamente ( i Ah,
quantos pesares os he costado !). Sosegaos, mi
buen Andrews, - le dixo mi amo tomándole
de la mano : vuestra hija está muy próxima á
ser feliz .
Esta expresion asustó mas á mi padre , y
le
67
le hizo decir : Pues qué se está muriendo ?
( era tanto lo que temblaba que apenas podia
estar en pie , y mi amo le hizo sentar , y
se sentó ả su lado. ) No , á Dios gracias, le
dixo : está perfectamente buena; procurad con
solaros , pues no puedo sufrir el veros tan afli
gido : ya os ha escrito una carta participan
doos los motivos que tiene para estar conten
ta y contemplarse feliz.
¡ Ah, Señor ! replicó mi padre, ya me ha
beis dicho en otra ocasion que la habiais envia
do á Londres á una casa de mucho honor , y
todo este tiempo la habeis tenido encerrada
aquí. Es verdad , dixo mi amo ; pero no ha
blemos ya de eso : los tiempos se han muda
do , y actualmente ella es quien me tiene á
mí prisionero , y en breves dias me veré car
gado con las mas suaves cadenas que ningun
hombre ha llevado hasta aquí.
Señor , dixo mi padre, reparad que esas
chanzas son demasiado pesadas para que las
pueda sufrir un corazon que se halla tan afli
gido como el mio. Lo que deseo saber es si
podré ver á mi pobre hija. Ahora mismo la ve
reis , dixo mi amo , porque va á baxar para ju
gar con nosotros ; y ya que no quereis dar
me crédito , espero se lo dareis á ella.
Pero , Señor , replicó mi padre , antes que
ella baxe os pido tengais á bien que os haga
una sola pregunta para saber cómo la he de
recibir quando la vea. ¿ Conserva su inocencia ?
¿ Es
68
3Es virtuosa ? Señor Andrews , respondió mi
amo , en esta parte está como el dia en que
nació , y espero que dentro de diez ó do
ce, dias será mi esposa.
No me lisonjeeis, Señor , de ese modo , ni
los empeñeis en hacerme creer lo imposible,
pues bien conozco que lo es lo que decis. Ma
dama Jewkes, añadió mi amo , mientras yo
vuelvo adentro , informad al padre de mi que.
rida Pamela de todo lo que sabeis en este asun
to , así de mí como de la que muy presto se
rá yuestra ama ; y procurad agasajarle y dar
le de comer , y que beba un buen trago del
vino que mas le guste. Si hay vino , dixo mi
padre , dadme un buen vaso.
La Jewkes se lo saco ; y mi amo toman
do á mi padre de la mano le dixo : Creedme,
Señor Andrews , y sosegaos , pues me da mu
cha pena el ver que vuestras dudas os ten
gan tan afligido. Vuestra amable hija es la
prenda que mas estimo en este mundo; y mę
alegro muchísimo de que hayais venido para
que presencieis el universal contento que hay
hoy en esta casa con este motivo . Vamosbe
biendo a la salud de la buena Madama An
drews, y Dios os colme á ambos de bendicio
nes, pues sois los medios de que se ha dig
nado,valerse para proporcionarme á mí tanta
felicidad. Y diciendo esto brindó a la salud de
tan querida madre.
¡Qué es lo que oigo ! No es posible , ex
clae
69
clamó mi padre. No espero que un Señor co
mo vos tenga la complacencia de burlarse de
un pobre anciano: Señor , añadió , la -fingida
ida de mi hija á Londres me penetra el alma.
Pero vos me asegurais que la veré inocente.
Sin esta circunstancia , Señor , aunque soy tan
pobre y miserable , me desdeñaria de recor
nocerla por hija mia .
Mi amo mandó á Madama Jewkes que
me ocultase la llegada de mi padre ; y vol
viéndose á la sala dixo a los convidados:
Acabo de tener el mayor placer que he expe
rimentado en mi vida , pues ha llegado en
este instante el buen viejo Andrews en bus
ca de su hija. El pobre hombre está afligidi
simo , porque teme que ha sido seducida: y
és:tal su honradez que me ha asegurado que
no la reconocerá por hija : suya si sabe que
no está inocente . ¡ Ah ! exclamáron casi todos
á un tiempo. ¿ Y no hemos de ver nosotros á
ese buen viejo , cuya sencillez , juicio y hon
radez tanto nos habeis ponderado? Si no te
miera , dixo mi amo , que esta vista inopinada
hiciese alguna funesta sensacion en Pamela,
me alegraria que todos fueseis testigos de su
primer encuentro , porque creo que no ha ha
bido hasta ahora padre ehija que mas se ama
sen. La Señorita Danford , y todas las damas
y caballeros le rogáron que lo dispusiese así.
Pero , madre mia , e no era esto una cruel
dad ? ¿No podian discurrir que era imposible
que
70
que yo resistiese á la impresion que en mí ha
bia de hacer tan agradable encuentro ?
Lo que únicamente temo , les dixo mi
amo , es que mi querida Pamela se ha de
sobrecoger demasiado. Perded cuidado , di
xo Myladi Danford , porque todos procuraré
mos animarla. Pues voy a su quarto , les con
testó , á prepararla de algun modo, sin des
cubrirla lo que hay. Subió á mi quarto , co
mo ya os he dicho , y me entretavo un rato
hablando de Mr. Williams , dexándome sus
pensa como sabeis acerca del sentido miste
rioso de sus palabras , y diciéndome que me
enviaria á llamar quando estuviesen los con
vidados sentados para jugar.
En esto salió de allí , y volvió adon
de estaba mi padre ; y preguntando si habia
comido algo , le respondió Madama Jewkes
que el pobre hombre estaba tan afligido, que
no habia querido comer ni hacer cosa algu
na hasta que viese á su querida hija. Enton
ces mi amo convidó á mi padre á que entra
se con él á la sala , donde me esperaban aque
llos Señores para hacerles compañía al jue
go ; pero mi padre se excusaba fuertemen
te diciendo , que no estaba decente para
presentarse delante de tan respetables per
sonas, y que lo único que queria era ver á
solas - á su hija. Mas mi amo le dixo : Ami
go Andrews , todos ellos saben que sois el
hombre mas honrado del mundo , y desean
SU
71
‫ܕ‬ sumamente ver al padre de mi Pamela. .
Tomó á mi padre de la mano , y a pesar
mi de su repugnancia le presentó a los concur
de rentes , que todos le hicieron mil honras. Se
di ñoras y Señores , dixo miamo con mucho des
ré embarazo: Aquí os presento el hombre mas hon
on rado de Inglaterra , este es el padre de mi que
Ees rida Pamela . Mr. Peters se adelantó entonces,
CO y alargando á mi padre la mano le dixo : Mu
rato cho nos alegramos todos de ver al padre mas
sus feliz que ha habido por tener la hija que te
ste neis : hoy es la primera vez que la vemos , pe
ro nunca dexaremos de admirarla.
me
con Las Señoras se le acercáron tambien y le
dixéron mil expresiones llenas de atencion. My
on Jadi Danford le dixo entre otras cosas , que
Labia podia tenerse por el hombre mas feliz de to
-kes da Inglaterra por ser padre de tal hija. Seño
que ra , la respondió mi padre , si es muger hon
gu rada , yo no la pido otra cosa : esto es lo prin
con cipal, que todo lo demas depende del aca
tra so. Pero yo temo que M. B... ha querido di
ue vertirse un rato á costa mia . No , no , dixo
UC Madama Peters : todas somos testigos de la
en rectitud de su intencion para con la amable Pa
Dara mela. Me sirve de mucho consuelo , respondió
ber enxugándose las lágrimas , que unas Señoras de
er á tan alta esfera me hablen de este modo ; pe
$
mi TO ¿quando la podré ver ?
el Todas querian que se sentase á su lado;
ean pero mi padre prefirió un rincon de la sala, ca
su si
72
si detras de la prierta , de modo que yo no
le podia ver al entrar , porque abierta la puer
ta quedaba casi encubiertocon ella. Todas las
damas se sentáron ; y mi amo envió á decir á
Madama Jewkes : subiese á, mi quarto y me
dixese que las Señoras me esperaban. Yo baa
xé al instante .
La Señorita Danford se levantó y me sa
lió á recibir á la puerta diciéndome : ¿ Es po
sible , Señorita , que os hagais desear tanto?
Yo no veia á mi querido padre , quien sin
duda estaba tan sobrecogido que no podia ha
blar una palabra , habiéndose levantado y vuel
to á sentar por tres ó quatro veces , sin de
terminarse á acercarse á mí. Bien veia yo que
las damas miraban continuamente hacia aquel
lado ; pero discurriendo que estaba allí Mr.
Williams apartaba la vista con mucho cuida
do. Me hiciéron sentar entre Myladi Dan
ford y Myladi Jones , y me preguntáron á
que juego queria que jugásemos. Yo las res
pondí que jugaria al que fuese mas de su
agrado. En este intermedio no dexaba yo de
notar que todos se sonreian, y no acababan
de mirar , tan presto hácia mí, tan presto hár
cia el parage donde estaba mi padre ; mas aun
que le tenia enfrente sin que hubiese de por
medio ' mas que la mesa , procuraba no exten
der la vista hácia allí , temiendoi encontrarine
son Mr. Williams .
Estando en esto me preguntó mi amo si
i ha .
73
habia enviado al correo la carta para mi pa
dre ; y habiéndole respondido que no solo
no me habia olvidado de hacerlo, sino que
me habia tomado la libertad de encargar á
E Tomas que él mismo la llevase > ine dixo:
mucho deseo saber qué dirán los buenos vie
jos quando la reciban. Estoy segura , Señor,
le contesté , de que aquellas dos queridas al
mas olvidarán todos sus pesares al instante que
sepan vuestra bondad para conmigo. Al oir es
1 to mi padre, no pudiendo ya contenerse , ni
-
moverse tampoco del asiento en que estaba,
prorumpió en sollozos , dando libre curso á
las lágrimas que tanto tiempo habia tenido re
presadas, y exclamó en alta voz : ¡ Ah que
rida hija mia !
Conociendo yo su voz levanté los ojos,
los
y apenas le ví , quando sin reparar áá los que
estaban presentes , abalanzándome hacia él , dera
ribé la mesa y me eché á sus pies. ; Ah padre,
padre mio ! exclamé: ¿ sois vos ? ¿Es posible ? Sí,
Tos sois; dad vuestra bendición á vuestra fea'
liz... No pude acabar , y me desmayé .
**** Mi amo se asustó sobremanera , y dixo
á los concurrentes que siempre habia temi
do que yo no habia de poder resistir á este:
lance. Todas las damas acudieron á socorrer-
me , y me dieron un vaso de agua , que me
hizo volver en mí ; y hallándome entre los
brazos de mi querido padre , ¡ ah ! exclamé.
mirándole : decidme al instante todo lo que
sa
74
sabeis. ¿ Ha mucho tiempo que estais aquí?
¿ Cómo está mi querida y respetable madre ?
Ya le habia hecho cien preguntas antes que
él hubiese podido responder á una sola.
Permitiéronme que me retirase con él á
solas ; y entonces fue quando exhalándose mi
corazon en acciones de gracias a Dios por
este nuevo exceso de felicidad , le confir
mé los extremos de bondad de mi amo , que
su muda sorpresa parecia negarse á creer. Am
bos nos arrodillamos , y en medio de los pa
rabienes y bendiciones que mútuamente nos
echábamos , dimos unánimemente gracias al Se
ñor , y permanecimos bastante rato en una
especie de éxtasis. De allí á poco entró mi
amo: ¡ Ah Señor ! le dixo mi querido padre,
¿ qué mudanza es esta ? El Todopoderoso os
colme de bendiciones , y os premie en es
ta vida y en la otra tanto bien como - nos
haceis.
Mi amo le contestó correspondiendo á
sus expresiones de gratitud. Me preguntó co
mo me hallaba, y añadió que no podia pon ..
derarme el susto que habia tenido, ni quan
to le habia pesado el no haberme avisado en
tiempo. Tambien me dixo que todos los con
currentes estaban muy contristados , y que
habian suspendido la diversion por este lan
ce , aunque por otra parte habian experimen
tado mucho placer ; y que por lo mismo quan
to antes volviese yo a la sala seria mejor , por
que
75
que estaban deseando verme. Señor Andrews,
dixo volviéndose á mi padre, quanto mas 'os
detengais en esta casa tanto mas gusto nos da
reis ; y con esto se retiró.
¿Veis , dixe entonces á mi padre , hasta
quépunto llega la bondad de este amo, que
hasta ahora se ha portado tan mal conmigo?
¡ Ah ! rogad á Dios por él y tambien por mí,
pidiéndole me haga digna de sus favores.
¿ De quando acá , me preguntó mi ра
dre , es esta mudanza, hija mia ? Ya hace mus
chos dias, le respondí, y todo lo tengo por
escrito ; allí vereis de que abismo de miserias
ha sido Dios servido de sacar á vuestra hu
milde hija . .. ,

Alabado sea para siempre su santo nombre.


Pero dime ¿ estás segura de que se ha de ca
sar contigo ? ¿ Es posible que un caballero co
mo él eleve a la dignidad de esposa á la
hija de un pobre como yo ? ¡ Oh infinita bon
dad de Dios! ¿ cómo tu pobre y querida ma
dre podrá resistir al gozo que la han de cau
sar tan felices nuevas ?Mañana partiré para dár
selas , porque no me consideraré enteramente
dichoso mientras mi amada esposa no parti
cipe conmigo de la misma felicidad. Pero hija
mia , será preciso que así ella como yo nos re
tiremos á otra aldea mas distante de aquí , don
de vivamos desconocidos para que nuestra po
breza no te sirva de afrenta.
i Ah mi querido padre ! exclamé yo. Esta
es
76
es la primera vez que en toda mi vida me ha
beis dado que sentir, pues mi mayor gloria y
riqueza ha sido siempre vuestra pobreza ; y si
he hecho en este mundo alguna cosa de que,
pueda gloriarme , es haber mirado siempre co
mo honor y no como ignominia el ser hija
de padres tan pobres y tan honrados.
En esta dulce conversacion estábamos los
dos , querida madre mia , quando la Señorita
Danford vino á buscarme. ¿ Cómo estais , que
rida Pamela ? me dixo . Mucho me alegro de
veros tan restablecida : vamos , venid á acom
pañarnos , y vos tambien , Señor Andrews , aña-,
>
dió tomando á mi padre de la mano.
Díla las gracias por este favor tan singu
lar , y fuimos todos juntos á la sala. Mi amo th

cogió á mi padre , le hizo sentar a su lado , y WI

bebiéron' ambos un vaso de vino. Entre tanto,


procuré excusarme lo mejor que pude con aque
Ilas damas , que al instante se dieron por satis
fechas con mucha afabilidad y condescenden
cia. El caballero S.... siguiendo siempre la jo
vialidad de su genio , me dixo poniéndome la
mano en el hombro , ¿no sabeis quehabeis ro
tolas piernas á Myladi Jones con la mesa ? My
ladi , enseñádselas para que lo crea .
Esta bufonada dió mucho que reir á los :
concurrentes . Yo les dixe á todos que estaba :
muy pesarosa por la poca reflexion que habia
tenido , y que á no ser ' ini amo el autor,
de todo lo sucedido , diria que habia hecho
muy
77
muy mal en exponerme á una sorpresa tan
grande en presencia de una compañía tan res
petable. Todos dixéron que tenia razon , y
que se alegraban de que no hubiese habido
peores resultas.
Tuvieron tambien la bondad de dispensar
me del juego , y se pusiéron á jugar entre sí.
A este tiempo nos retiramos mi amo, mi pac,
dre y yo al extremo de la sala , donde me ví
colocada entre los dos hombres que mas amo,
y en la situacion mas feliz de que hasta en
tonces habia gozado . Mi padre suspiraba de ***
quando en quando , y levantando los ojos al
cielo decia : ¡ cómo podia yo esperar una co
sa como esta!
Yo le pregunté si me habia hecho el fa
vor de traer los papeles consigo. Respondió
me que sí , mirándome de hito en hito , co
mo queriéndome decir çi me los entregaria
entonces; y habiéndoselos pedido , me los en.
tregó al instante. Entonces ine levanté, y con
una profunda reverencia se los dí á mi amo.
Mucho te lo estimo , mi querida Pamela , me
dixo : tu padre los llevará todos para que vea
no solo como las cosas se han mudado en tu
favor, sino tambien hasta qué grado habia lle
gado mi maldad. Pero es menester que me los
vuelva despues , porque los quiero conservar
por ser tuyos.
Las damas y caballeros , por mas que
me_excusé , me precisáron á que yo hiciese
Tomo III. F el
78
el té ( i ) ; y Abraham se puso junto á mí para
servir a los convidados. Mi amo y mi padre
estaban juntos', y en lugar de té . se be
bieron una botella de vino. El caballero S...
dixo á miamo en su tono festivo : Desde luego
apuesto que no llega vuestra galantería has
ta acompañar á las damas á tomar el té ( 2) :
pero , amigo, ya os llega vuestro tiempo , y .
creo no tardareis mucho en estar de tan buen
humor como yo .
Mi amo hizo muchas instancias a todos pa
ra que se quedasenroá cenar , y por último con
descendiéron , pe con la condicion de que
yo habia de honrar ( esta fue su expresion )
la mesa. Hice todo lo posible para excusar
me ; pero mi amor me suplicó condescen
diese con el gusto de aquellas damas. ' Ade
mas de que , añadió , tu padre ha de cenar
con nosotros , y será bueno que tú tambien
le acompañes.
Yo esperaba cenar sola con mi padre, ó
quando mas con la Jewkes; pero la Señori
ta

( 1 ) En Inglaterra es costumbre que haga


siempre este oficio la Señora principal de la
casa .

( 2 ) Tambien lo es que despues de comer se


retiren las damas á tomar el té juntas , y en
tre tanto se quedan los hombres al rededor de
la mesa cubierta de vasos y de botellas.
79
ta Danford , que es una de las jóvenes mas
atentas que he visto , me dixo : No teneis
que cansaros, porque por mas que hagais no
os hemos de permitir que os retireis.
Luego que estuvo la sopa en la mesa , My
ladi Danford me tomó de la mano : Con vues
tra licencia, caballero , dixo á mi amo , querién
dome colocar en el asiento principal ; pero
excusándome yo con modestia , me dixo mi
aino ( con gran satisfaccion de mi padre , en
cuyo semblante leia yosu placer interior ) que
complaciese á Myladi Danford , pues en subs
tancia no era mas que adelantarme algunos dias
en tomar posesion de mi derecho.
Yo rogué á mi amo, me permitiese sen
tar junto a mi padre. ¡ Bueno va ! exclamó el
caballero S... ¿ qué ruido es este para nada ?
Señorita , sentaos en el lugar principal , que
es el que os corresponde , y vuestro padre
se pondrá junto á vos. No , dixo mi amo, yo
colocaré á cada uno en su lugar. Inmediata
mente hizo sentar á Myladi Danford en la
silla principal , á su derecha puso á Myla
di Jones, á su izquierda á Myladi Peters , y
á mí entre las dos Señoritas ; pero con mll
cha advertencia colocó la primera à la mas
jóven , y despues a la mayor , diciendo que
era razon que todas las Señoritas estuviesen
juntas. Esta disposicion parece que fue á gus
to de las dos hermanas , porque si hubiera
puesto la última á la mas jóven , acaso se
F2 hu
80
hubiera resentido de mi preferencia, atendien
do á los antecedentes que habia ; pero vien
do que su hermana mayor la cedia la prefe
rencia , no era tanto de extrañar me la cedie.
se tambien á mí.
Despues de esto , dixo con grande afabi
lidad á mi padre : Señor Andrews, nosotros
dos nos sentarémos juntos. Sentose á lo úl
timo de la mesa , y puso á mi padre á su
derecha. El caballero S...... se empeñó abso
lutamente en sentarse á su izquierda , y di
xo á Mr. Peters que se sentase al lado de
su hermana.
Habia delante de mí un payo , y mi amo
me dixo : Pamela , si no te parece demasiado
trabajo puedes trinchar esa ave por excusar
esta molestia á Myladi Danford. Yo le trin
ché en un abrir y cerrar de ojos , y le sera
ví á las damas. Mucho me alegraria , dixo la
jóven Danford , de saber trinchar con tanta
destreza. Señorita , la respondí , quando mi di
funta ama convidaba á algunas amigas á su me
sa , como tenia de costumbre en ciertos dias,
siempre me hacia trinchar á mí.
Me acuerdo , dixo mi amo , que quando
yo ó algun otro no trinchábamos bien so
lia decir mi madre : enviaré á llamar á Pa
mela para que os enseñe á trinchar. Myladi
Jones dixo : Pamela tiene todas las habilida
des propias de su sexo , y para su edad es
un prodigio. Yo puedo aseguraros tambien,
aña
81
añadió la Señorita Danford , que toca el cla
ve que es un primor , y canta igualmente,
porque tiene una voz muy excelente. Estima
mos mucho la noticia , dixo el caballero S... ;
pues si la estamos oyendo hablar, ¿ qué ne
cesidad tenemos de que nos digais que tiene
buena voz ?
Así se pasó el tiempo en la mesa en agra
dable y divertida conversacion ; y habiendo
llegado la hora de marcharse los convidados,
Myladi Danford , Myladi Jones y Myladi
Peters nos rogáron á mi amo y á mi se
paradamente que fuésemos á visitarlas antes
de retirarnos de este Condado. Esperamos , me
dixéron á mí , que luego que el feliz lazo
de himeneo os haya unido para siempre ha
reis que M. B... resida mas tiempo en este
pais. Nosotras, dixo Myladi Danford , estamos
muy gustosas siempre que viene; pero ahora
tendremos doble motivo para desear su veni
da. Mi padre estaba como fuera de sí oyen
do semejantes expresiones.
Luego que se retiráron todos, le pregun
tó mi amo á mi padre si fumaba , y le res
pondió que no . Yo he dicho á mi querida
Pamela , añadió mandándonos sentará su
lado , que eligiese el dia que mas la acomo
dase para la celebracion de nuestro matri
monio; y como quisiera volver al Condado
de Bedford lo mas pronto que me fuera posi
ble , desco que ella misma señale el dia di
cho
82
choso de esta solemnidad . Señor, dixo mi pa
dre levantando los ojos y manos al cielo , no sé
decir otra cosa sino que Dios os colme de ben
diciones .
Yo estaba tan sonroxada que no me atrevia
á levantar los ojos. Hija mia , me dixo mi pa
dre , me parece que no tengo necesidad de
persuadirte lo pronta que debes estar para obe
decer á un amo tan bueno en quanto sea de
su agrado. ¿ Qué dices pues , Pamela ? replicó
mi amo. Tú no acostumbras á estudiar las res
puestas. Señor , le dixe , si yo manifestara de
masiada ansia , pareceria que dudaba del afec
to que me tenéis , y que no queria daros tiem
po para reflexionar; pero yo en todo debo re
signarme á vuestra voluntad.
No necesito reflexîonar , me replicó , pues
ya te he dicho muchas veces antes de ahora
que no podia vivir sin tí. Bien sabes que el
orgullo de mi nacimiento me inspiró en otro
tiempo medios irregulares de poseerte ; pero
tu virtud ha sido mas fuerte que todas las
tentaciones , y no ha habido amenaza que haya
podido acobardarte. Tampoco ignoras que no
habiendo podido yo vencer mi pasion , he pro
curado corregir sus excesos , y he resuelto
que ya que no has querido ser mia baxo las
condiciones que te he propuesto , lo seas baxo
las que tú gustes; y te juro por quien soy que
en el dia no te poseeria de otro modo . Esto
supuesto , determina quanto antes nuestra le
gía
83
gítima y feliz union , que yo ya no tengo que
determinar. ¿ Qué decís vos , Señor Andrews ?
Señor , respondió mi padre , por una parte
es tan grande vuestra bondad , y por otra
mi hija ha dado ( gracias a Dios) tantas prue
bas de su juicio y prudencia que estoy resuelto
á no hablar una palabra ; y solamente os ofrez
co que luego que se efectúe vuestro matri
monio , no tendremos mas ocupacion mi es
posa y yo que pedir á Dios por vuestra fe
licidad , y admirar con alegría los inexcruta
bles secretos de la divina Providencia , acor
dándonos de lo que ha pasado.
Hoy todavía estamos en Viernes , dixo mi
amo : ¿Te parece , Pamela , que lo dispongamos
para elLúnes, Mártes , Miércoles ó Jueves por
la mañana ? ¿ Qué dices tú ?
ien que
Señor , le respondí : ¿ llevareis á bien
no resuelva hasta mañana? Sí por cierto , me
contestó ; é inmediatamente tocó la campanilla,
y mandó llamar á Madama Jewkes para que
enseñase á mi padre el quarto donde habia
de dormir , encargándola ſe agasajase mucho,
y advirtiéndola que era un hombre tan vir
tuoso y honrado , que en qualquiera casa
donde entrase atraeria sobre ella las bendicio
nes del cielo.
Mi querido padre lloraba de gozo , y yo
no pude menos de hacer lo mismo. En esto
se despidió mi amo de nosotros con mucho
agrado, retirándose á su quarto. Yo acompa
ñé
84
ñé á mi padre al suyo , y le hablé tànto y
con tanta eficacia acerca de mi amo y de la
felicidad que me esperaba , que aun á mí
misma me parecia haberme convertido en len
guas. Él estuvo oyendo con mucha pacien
cia mis sandeces , y lleno de contento se acos
tó ; pero pasó toda la noche pensando en la
escala de Jacob , y en los ángeles que por
ella subian y baxaban para bendecirle á él
y á su hija.

Sábado.

Me levanté muy temprano ; pero ya mi pa


dre habia salido al jardin á pasearse. Entré
corriendo á buscarle' con mucha alegría , y
dando infinitas gracias a Dios íbamos corriendo
todos los parages que antes habian sido tan ter
ribles para mí , como el estanque , la puerta
falsa , y hasta los mas ocultos rincones ; y en
cada sitio hallaba motivos de alegría y de re
conocimiento.
Cerca de las siete vino mi amo adon
de nosotros estábamos en bata y chinelas ,
y tenia el color bastante caido. Señor , le di
xe , parece que no habeis pasado buena no
che: tú tienes la culpa , Pamela , me respon
dió , pues por leer tus papeles desde la pri-'
mera hasta la última línea eran ya las tres de
la
85
la mafiana quando me acosté ; lo peor es que
no dexan de darme bastante pena por ver
en ellos mi mala conducta , y tú no la disi
mulas. Señor, le dixe... No, Pamela , me in
terrumpió , confieso que has tenido sobrados
motivos ; pero tambien veo que si te hubie
ras escapado ', ya estarias casada con Wi
lliams, y, conozco que no podia ser de otra
suerte. A la verdad , Señor, le respondí , que
jamas pensé en ser esposa suya ni de nin
gun otro hombre. Bien lo creo , me replicó;
pero segun el semblante que iban tomando las
cosas era preciso venir á parar en esto , y
mas quando tu padre lo aprobaba. Señor , le
dixo mi padre , yo no pensaba entonces que
pudiese llegar el caso de que vos la hicieseis
tanto honor , y miraba el partido de Mr. Wi
lliams como una conveniencia muy superior á
quantas yo pudiera proporcionarla ; pero quan
do ví que ella lo repugnaba , no la hice la
menor instancia , antes lo dexé todo á su ar
bitrio y prudencia.
Bien conozco , replicó mi amo , que en
este particular no ha habido mas que sinces
ridad , honradez y virtud , pero hablo co
mo de una cosa que era casi inevitable ; y
en esta materia he tenido quantas satisfaccio.
nes podia desear. Mas no puedo ménos de
admirar la prodigiosa memoria de vuestra hi
ja y el excelente estilo que posee. En me
dio de los extraordinarios artificios de que
se
86
se ha valido para huir de los lazos que yo la
tendia , manifiesta siempre una conducta inocen.
te , amable y digna de admiracion . Vos , Se
ñor Andrews , sois el mas dichoso de todos los
padres, y yo espero serlo en breve de todos
los esposos. Si no ha de ser así , replicó mi pa
dre, permita Dios que no se cumpla vuestro
deseo. No lo temo , Señor Andrews , replicó
mi amo , antes bien confio en que por mi parte
he de merecer esta felicidad .
Pero á la verdad , Pamela , añadió mi amo,
me ha desazonado el ver en algunos pasa- ,
ges de tu diario que Madama Jewkes se hu
biese excedido en el cumplimiento de mis
órdenes , y extraño mucho que jamas te me
hayas quejado de ella en esta parte. Es ver
dad que mucho de lo que ha hecho ha sido
por conformarse con mis órdenes ; pero veo
que ha tenido osadía para poner la mano en
mi querida Pamela. Señor , le dixe , tambien
es cierto que yo he sido bastante provocati
va para con ella , y que como ya nos habia
mos perdonado mútuamente , no tenia derecho
para qu ejarme.
Muy bien , dixo mi amo , tú obras en es
to como quien eres; pero si acaso tienes la
menor queja de ella , explícate , que yo haré
de modo que jamas parezca en tu presencia .
Vos, Señor, le respondí , sois tan bueno , que
yo debo perdonará todo el mundo si repa
ro en que mi presente felicidad me ha venia
do
87
do por aquellos mismos medios que yo mi
raba entonces como mis mayores desgracias;
á mí me corresponde bendecir estos medios,
y perdonar á todos quantos entonces me agra
viaban por el gran bien que me ha resultado.
Ese es un modo de pensar, me dixo , que tie
ne muy pocos exemplares. Yo procuraré en
adelante hacer quanto esté de mi parte para
darte satisfaccion por lo mucho que has pade
cido , y para que no te sea tan molesta la me
moria de tus pasados trabajos,
El corazon de mi querido padre rebosaba
en alegría. Por Dios , Señor , dixo á mi amo
alzando las manos , que me dexeis partir de
aquí para ir á contar á mi amada esposa estas
felices nuevas , si es que el gozo de que está
lleno mi corazon no me oprime antes de lle
gar á mi casa. Hombre honrado , le dixo mi
amo , i quánto me alegro de ver asomarse un
corazon tan bondadoso por unos labios tan lle
nos de candor ! Pamela , tendré gran gusto en
que prosigas tu diario siempre que tengas oca
sion ; aunque tu padre esté aquí escribe á tu
madre para que nada falte á esta admirable
historia, y para que mis amigos y yo podamos
leerle y admirarte mas cada dia. Hazlo , hija
mia , me dixo mi padre , hazlo así , que me
darás mucho gusto .
Este es , querida madre mia , el motivo
por que prosigo escribiéndoos quando pensa
ba haber concluido, y que mi padre os con
ta
88
taria todo quanto ha sucedido mientras ha esa
tado aquí .
Mi amo habia reparado mucho en la apli
cacion que yo habia hecho de cierto salmo
traduciéndole a nuestro idioma ; y despues de
alabar la traduccion me dixo : Pamela , la
version de los últimos versos, que en el ori
ginal incluyen muchas maldiciones, está hecha
con bastante primor y aplicada con tanta mo
deracion , que desde luego se conoce que no
eres implacable ; es verdad que aunque lo fue
ras ,
tenias excusa por los crueles procedimien
tos que contigo he usado. Me darias mucho
gusto ., añadió , si mañana cantaras al clave este
salmo.
Si no tienes ahora otra cosa que hacer nos
irémos á pasear en coche con tu padre despues
que nos desayunemos. Mi padre quiso excusar
se ; pero le dixo miamo que era preciso le die
se este gusto. El pobre estaba avergonzado por
el vestido que llevaba.
Tomamos chocolate los tres , y antes de
acabar me dixo mi amo : Quisiera , Pamela,
que volvieses á vestirte como solias , pues aho
ra me parece que ya puedes llamar tuyos los
dos lios. Si deseas alguna gala para el dia
feliz que nos espera , no obstante de que ha
de ser muy en secreto , dímelo , y enviaré á
Lincoln por todo lo que gustares. Yo le res
pondí que por su liberalidad y la de mi di
funta Señora me hallaba equipada de toda
es
89
especie de trages y adornos muy superiores á
mi clase, y que no queria otros por no dar
motivo á las damas de que me censurasen .
No será así , añadió mi amo con mucha afa
bilidad , despues de publicado nuestro matri
monio ; y una vez que por ahora estás con
tenta con los vestidos que tienes , omitiré prac
ticar otras diligencias.
Yo espero , Señor Andrews , dixo á mi
padre, que no marchareis de aquí hasta que
quede todo concluido , y vayais enteramente
seguro de la rectitud de mi intencion , y
tambien porque vuestra presencia sirva de es.
tímulo á Pamela para que nos anticipe el dia
tan deseado. Señor , replicó mi padre , no
tengo por la misericordia de Dios el mas le
ve motivo para dudar de la rectitud de vues
tras intenciones; y así espero me permitireis
salir de aquí el Línes muy de madrugada pa
ra ir a partir mi contento y felicidad con mi
querida esposa.
Pero Pamela , replicó mi amo , ¿ no habrá
arbitrio para que celebremos nuestro matri
monio el Mártes? Haciéndolo así , podrá ser
que consigamos de tu padre el que se que
de : yo bien quisiera , añadió, que pudiera
ser mañana ; pero he enviado á Colbrand á
buscar los despachos matrimoniales con el fin
de quitar el menor escrúpulo , y no podrá
volver hasta mañana a la noche ó el Lúnes
por la mañana.
No
90
No podia oir yo noticia mas agradable ; y
así le dixe que conociendo el deseo que tenia
mi padre de volverse á su casa , y aprovechán
donie de la facultad que él me habia dado de
elegir el dia que mas me acomodase , elegiria
uno de la semana próxîmna.
Está muy biens me contestó : No quiero
ser molesto , pero quanto ménos lo retardes
será mejor. Señor Andrews , añadió con mu
cha gracia , res preciso que condescendamos
en algun modo con estas hijas de Jepté. Yo
supongo que lo que detiene á mi Pamela es
cierta especie de temor mezclado de modesa
tia , que suele experimentarse aun en los ma
trimonios mašīfelices al contemplar la mudan
za de estado que se va a hacer; y así quiero
dexarla en libertad para que ella misma elija
el dia .
Subí muy poco despues á ,mi quarto , y
me vestí toda de nuevo , tomando posesion
muy á satisfaccion mia de lo que mi amo
habia llamado mnis dos lios, aludiendo al mo
do con que antes habia yo separado las ro
pas que él y mi difunta Señora me habian
dado. Me puse toda la ropa interior muy fi
na , zapatos de seda , un buen zagalejo , un
vestido muy rico de tafetan verde, un collar
de piedras de francia , una cofia, y un pañue
lo de encaxes , y guantes blancos; y ved si
soy bien boba, que tomando el abanico en la
mano fuí á mirarme al espejo , y me pare
ció
91
ció que tenia äyre de Señora . Es verdad que
no me olvidé de dar gracias a Dios por ha
berme puesto en estado de usar estos adornos
con tanta satisfaccion mia. Madámà Jewkes
me ayudó á vestir , y. entre otras cosas me
dixo que la capilla estaba ya dispuesta , y
que el dia siguiente se habia de decir. Misa
en ella ; y aun me dió á entender que se ale
graria que al mismo tiempo se celebrase el sa
grado vínculo . Tambien me dixo que las dos
Šeñoritas Danford y Myladi Jones habian de
asistir á esta funcion , y me habian de acompa
ñar á comer . Pues nada me ha dicho mi amo,
la repliqué yo , de lo que me acabais de
asegurar .
Como mi querido padre no sabia que yo
habia subido á vestirme , me dixo que la pri
mera vez que me habia visto con estos ador
nos habia temido que alguna gran Señora , muy
parecida á mí, era la que estaba destinada
para ser la verdadera esposa de mi amo. En
efecto , el buen viejo se quedó admirado al
verme en aquel trage , y me dixo : Hija .mia,
i qué bien te caerá el nuevo estado ! verdade
ramente pareces ya una Señora. Espero , le res
pondí abrazándole tiernamente , que qualquiera
que sea mi suerte , seré siempre la mas respetuo
sa de todas las hijas. ?
En esto me envió á decir mi amo que
me esperaba ; y , habiendo baxado al instan
te con mi padre , nos hizo subir a los dos
al
92
al coche, empeñándose absolutamente en que
mi padre y yo nos habiamos de sentar a la tes
tera. El se sentó al vidrio enfrente de mí,
у mandó al cochero se dirigiese hacia el pa
seo donde habia encontrado la otra vez a
Mr. Williams.
La conversacion que tuvimos en el cami
no fue muy agradable, así para mi padre co
-mo para mí, porque cada vez nos daba mi
amo mayores pruebas de su bondad y gene
rosidad. Mientras yo me habia estado vistien
do habia regalado a mi padre veinte guineas,
encargándole comprase para él y para vos la
ropa que gustase , y que las gastase todas en
ešto ; pero yo no supe nada de este ras
go de generosidad hasta que volvimos á ca
sa , por no haber tenido mi padre ocasion de
decírmelo .
Me dixo mi amo que la capilla estaba
ya en muy buena disposicion, y que pensaba
la primera vez que volviese á este Condado ha
cerla blanquear, pintar , embaldosar , y añadir
la nuevos adornos. ¿No ha sido buen pensamien
to , añadió , hacerte ver antes que se celebre en
ella nuestro matrimonio que es la casa de Dios,
y que hasta ahora ha estado destinada a este mi
nisterio ? Tambien pienso mantener aquí un Ca
pellan , señalándole su renta correspondiente
para que celebre los divinos oficios. Mañana,
prosiguió , han de acompañarte á comer las Se
ñoritas Danford y Myladi Jones : de modo
que
93
que con estas Señoras , sus criados y la gen
te de casa , habrá en la capilla un medianocon
curso .
En esta conversacion llegamos al prado
ádonde suele ir á pasearse la nobleza , y ha
biéndonos apeado mi amo y yo , me llevó
por las orillas del canal , que es un paseo muy
fresco para tiempo de verano. Antes había
preguntado á mi padre si gustaba pasearse á
pie , ó queria dar la vuelta al prado en el
coche ; pero el pobre cligió quedarse dentro
del coche , por no encontrarse , segun dixo,
con la nobleza ; y despues me refirió que ca
si todo el camino lo habia pasado de rodillas
en el coche , dando gracias a Dios por tan
señalados beneficios , é implorando sus ben
diciones sobre nosotros.
Quando llegamos á un parage sombrío
solitario , me sobresalté al ver alší á Mr. Wi
lliams , que estaba con un libro en la mano
en compañía de un Eclesiástico , que era su
hermano. Este encuentro no ha sido pura cas
sualidad , porque despues he sabido que mi .
amo habia encargado á Mr. Peters le dixese
que á cierta hora de la mañana estuviésen allí
él y su hermano.
Los saludó mi amo con mucha afabilidad ,
correspondiendo ellos en el mismo tono. ¿ Qué
es esto , Pamela ? dixo volviéndose á mí . ¡Mu
cha extrañeza manifiestas con Mr. Williams,
despues de haber tenido los dos tantas .con
Tomo lll. G fian
94
fianzas en otro tiempo ! Sabed , Señores , aña
dió , que no he proporcionado este encuentro,
ni para insultar á Mr. Williams , ni para son
roxar á mi Pamela ,
Mr. Williams , dixe yo entonces , mucho
me alegro de veros bueno ; y aunque por la
generosidad de mi amo se ha mudado tan feliz
mente la escena desde la última vez que nos
vimos , celebro tener esta ocasion de mani
festaros mi agradecimiento por los buenos de
seos que mostrasteis de servirme en unas cir
cunstancias en que yo tenia sobrados moti
vos para juzgar que me hallaba en el mayor
conflicto ; y espero , Señor , dixe volviéndome
á mi amo , que tendreis á bien el que me ex
plique de este modo.
Pamela , me dixo , tú puedes mostrar en
los términos que gustares tu reconocimiento á
la buena intencion de Mr. Williams , y me
alegro infinito que hables lo que siente tu
corazon. Supongo Mr. Williams, añadió , que
vos y vuestro hermano me acompañareis hoy
á comer , y vereis de camino mi capilla nue
vamente compuesta у adornada ; у volviéndo
se á mí, dixo : tú , Pamela , bien puedes con
tar desde ahora á Mr. Williams en el número
de tus amigos .
2 ¡ Qué corazon tan noble ! ¡ Qué afabilidad
tan adinirable ! Mr. Williams y yo llorábamos
de gozo, Yo callaba , pero Mr. Williams le
dixo : Señor , á vista de vuestra generosidad
no
95
no puedo menos de mirar como inexcusables
aun las mas leves faltas que haya cometido con
tra vos , y toda mi vida la emplearé en daros
pruebas de mi respeto y agradecimiento,
De este modo proseguimos caminando has
ta donde estaba el coche con mi padre. Pa
mela ., me dixo mi amo , dile á Mr. Williams
quien es este buen hombre. ¡ Ah , Mr. Wi
lliams! exclamé yo , este es mi querido padre.
Á lo que añadió mi amo: y uno de los hom
bres mas honrados de toda Inglaterra. Pame
la ademas de deberle el ser , le debe tambien
toda su fortuna , porque me parece que nun
ca hubiera conseguido reducirme á este esta
do , ni hubiera podido resistir tan valerosa
mente á mis persecuciones, á no ser la reli
giosa enseñanza , y las buenas lecciones que
su padre la dió á mamar con la leche.
Señor Andrews , dixo Mr. Williams á mi
padre tomándole de la mano , sin duda que
estais viendo ahora con un gozo inexplicable
el fruto de vuestros religiosos cuidados, y que
vos y vuestra hija gozareis bien pronto de sus
felices efectos. Yo no hallo términos con que
explicar los favores que recibo de M. B... , res
pondió mipadre, ni puedo hacer mas que ben
decir á Dios y rogar por él.
Señor Andrews , dixo mi amo á mi pa
dre , ayer os dixe que aquel caballero que
estaba con nosotros no era Mr. Williams ; pe
ro ahora os digo que es este que teneis pre
G 2 .sen
96
sente ; y aunque hasta aquí no me he mostra
do muy agradecido á sus buenas intenciones,
no puedo menos de confesar que vos y Pa
mela debeis estarlo . Mr. Williams iba a contes
tarle , pero mi amo le detuvo diciendo : No ha
blemos mas de este asunto , porque estoy ple
nainente satisfecho de vuestra conducta , y so
lo de mí mismo tengo motivos de quejarme.
¡ Qué dichosa es vuestra Pamela , amada
madre mia ! ¡ Dios quiera que el agradecimien
to de ini corazon , y el buen uso que podré
hacer de los bienes que me esperan contri
buyan á completar la felicidad de este amo,
que la Providencia ha elegido como instru
mento para derramar felicidades sobre todos
los que estan cerca de él! Nunca podré yo
agradecer como debo el valor que da á ini
corto mérito , y la bondad con que se ha an
ticipado á mis deseos, buscando él mismo,
sin que nadie se lo pidiese , la ocasion de
reconciliarse con un hombre honrado, que
por favorecerme habia incurrido en su des
gracia , y cuyo nombre no me permitia pro
nunciar pocos dias . ha. Pero advertid , ama
da madre mia , quan incomprehensibles son
los designios de la Providencia ; pues lo mis
mo que yo tanto temnia , quiero decir, el que
viese mi amo mis papeles , esto es lo que
ha disipado todas sus dudas , y apresurado el
momento de mi felicidad. De aquí infiero
yo que siendo nosotros unos ciegos y mí ,
se.
97 '
seros mortales , no debemos contar con nues
tra propia prudencia , ni tener la vanidad de
pensar que somos dueños de arreglar nues
tro destino. Yo puedo decir de mí que nun
ca he estado mas próxîma á mi felicidad que
quando he visto frustradas todas mis esperan
zas ; porque si me hubiera escapado ( como
tantas veces lo intenté con el mas vivo de
seo de conseguirlo ) , me hubiera alejado de
una felicidad que ahora me sale al encuentro
fara recibirme , y me hubiera precipitado en
las mismas miserias de que solicitaba librar
me. Sin embargo , era necesario obrar como
he obrado para que las cosas llegasen al es
tado en que hoy se hallan. ¡ Oh incompre
hensible sabiduria del Criador ! ¡ Quanto de
bo adorar la grandeza de su bondad en ha
berse dignado de elegirme por instrumento,
no solo de la felicidad como espero , de mi
esposo , sino tambien de la vuestra! ¡ Oxalá
que así se verifique , querida madre de mi co
razon !
En esta conversacion pasamos el tiempo
hasta llegar á casa , y habiéndonos apeado sa
lió á recibirnos Madama Jewkes. Me pare
ce que no la daria mucho gusto el ver vol
ver con nosotros á Mr. Williams , y que se
le trataba con tanto agrado. Comimos juntos
con la mayor franqueza y alegría ; y cono
cí muy bien por el generoso modo de por
tarse mi amo , que podia yo tratar con to
da
98
da satisfaccion á Mr. Williams , pues quando
advertia en mí alguna reserva , él mismo me
alentaba , instándome á que sirviese á Mr. Wi
lliams y á mi padre , y divirtiéndose mucho en
verme trinchar y hacer platos. Despues de co
mer fuimos á ver la capilla , que es muy lin
da y está decentemente adornada, y quedará
mucho mejor quando se la dé la última mano,
segun piensa hacerlo mi amo la primera vez
que vuelva a este Condado.
Mi corazon se llenó de alegría mezclada
de un santo respeto al entrar en la capilla , y
sentí una repentina conmocion , representán
doseme la idea de la augusta ceremonia que
dentro de pocos dias se habia de celebrar en
aquel lugar. Llegamos al pie del altar , y ha
biéndose puesto toda la comitiva á mirar un
quadro que representa el sacramento de la Eu
caristía , y á admirar la destreza del pincel , me
me aparté entre tanto hacia un rincon donde
no podia ser vista , y puesta allí de rodillas
derramé mi corazon en presencia del Señor,
en accion de gracias por tantos beneficios co
mo recibia de su mano omnipotente. Le su
pliqué tambien que me hiciese humilde de co
razon para merecer sus gracias , y llenase de
bendiciones celestiales al instrumento de que
se valia para hacerme dichosa , esto es , á mi
querido amo.
Mi oracion fue mas corta de lo que yo
deseaba , porque habiendo oido á mi amo que /

pres
preguntaba
su lado .
por mí, mepresenté alinitante's
En esto salimos á la puerta , y mi amo
dixo á Mr. Williams que para manifestar á
todos el aprecio que de él y de su herma
no hacia , le suplicaba que no solo asistiesen
los dos á la renovacion de la capilla que se
habia de hacer al otro dia celebrando en ella
los divinos oficios, sino que queria pedir á su
hermano el favor de que se encargase de su
bir al púlpito , y decir quatro palabras acerca
de esta solemnidad .
Mr. Williams le contestó con la mayor
atencion , y prometió por su parte no faltar
con su asistencia a este convite. El hermano
tambien le ofreció lo mismo ; pero en quan
to á encargarse del sermon le dixo : Señor,
no puedo menos de insinuaros que si quereis
oir un discurso muy compuesto y limado no
me será posible complaceros, porque estoy ab
solutamente desprevenido. No , dixo mi amo,
no quiero precisaros á que hableis sobre asun
to determinado ; pero si tuvierais algo traba
jado sobre aquel texto : Mas alegría hay en
el cielo por un pecador que se convierte , que
por noventa y nueve justos que no necesitan
de penitencia , sin que las damas ni los cria
dos que han de asistir pudiesen conocer que
se dirigia á mí la oracion , quedaria muy con
tento ; y creedme que no tengo particular em
peño en la eleccion de este pasage. Es ver
dad
100
dad que todo quanto nos digais será bien re
cibido , porque sabemos lo delicado que sois
en la eleccion de asuntos.
Una oracion tengo escrita , dixo el her
mano de Mr. Williams , que he predicado po
co ha en accion de gracias , con motivo de
haber recibido un favor,muy señalado del cie
lo : este era el texto : Dexa ya , Señor , mare ,
char á tu siervo en paz , porque mis ojos han
visto tu salud.
Este texto , repliqué entonces, me convie
ne á mí perfectamente. No tan perfectamente,
dixo mi amo ; porque yo , Pamela , no te de
xo marchar en paz ; antes bien espero que te
quedes con gusto .
Es verdad , Señor , le respondí ;. pero á
lo menos puedo decir que he visto la salud
de Dios. Tambien , añadí, me convienen en
algun modo aquellas palabras de la Santísi
ma Vírgen : Mi alma ensalza al Señor ... por .
que se ha dignado de atender á la humildad
de su sierva... y ha elevado sí la que se han
llaba abatida.
Yo estoy seguro , dixo mi padre ( 1 ) , que
si
( 1 ) En Inglaterra hasta las personas legas
saben la Escritura , porque la aprenden yes
tudian de memoria desde la niñez , y por eso no
es de extrañar que Pamela y su padre sepuin
usar en esta historia de los pasages de la Bi
blia en las conversaciones familiares.
IOI
si hubiera tiempo , hallariamos en el libro de
Ruth sobrados materiales para ponderar el ho
nor que hoy recibe mi querida hija.
¿ Por qué decis eso , Señor Andrews? le
preguntó mi amo. Yo sé muy bien la historia
que citais ; pero Mr. Williams confirmará ini
opinion , y es que vuestra hija me da por lo
menos tanto honor como ella recibe de mí.
Señor , le repliqué , vuestra generosidad
es inexplicable ; pero en esta parte jamas se
Té de vuestra opinion. Eso es otra cosa , mi
querida Pamela , me dixo : yo debo pensar que
tú serás de mi opinion , aunque por modestia
manifiestes creer lo contrario . Este es un ex
celente principio , que en adelante podrá ser
virnos para arreglar nuestra conducta respec
tivamente uno á otro .
¿ No era esta , querida madre mia , una con
versacion llena degenerosidad y de discrecion?
¡ Oh, qué felicidad para una muger vivir uni
da á un hombre tan generoso y discreto ! ¡ Qué
mayor fortuna! ¡ Qué mayor...! Pero me fal
tan expresiones , y no sé qué decir. En esto se
despidieron Mr. Williams y su herinano , di
ciendo este último que buscaria entre sus ser- /
mones el que fuese mas adaptado a las circuns
tancias del dia siguiente. Antes que partais, di
xo mi amo á Mr. Williams , tengo que comu
nicaros una cosa. Bien presente tendreis que
en el tiempo de mis zelos me he portado cruel
y vengativamente con vos , haciendoos fir
mar
102

mar un vale de aquella suma que yo os ha


bia prestado ; podeis creerme que me aver
güenzo al acordarme de esta accion , y, que :
nunca habia sido mi ánimo obligaros al pago
antes de este lance , y que si lo he hecho ha si
do por conteneros para que no huyeseis con
Pamela; y así ( dixo sacando de su faltriquera
el vale y entregándosele ) no creo que os ha- ,
go un gran presente en esto. Tambien me per
suado que mi apoderado pagaria los gastos he-“
chos con este motivo , á lo menos le he dado :
órden de que lo hiciese. Así lo executó , res
pondió Williams , y os doy mil gracias por
tantos favores. Pues quando querais mārchar,
añadió mi amo , ahí teneis la berlina.
Lo estimo infinito , respondió él, pues la
memoria de vuestros beneficios ocupará de
tal modo mi imaginacion , que prefiero el ir
me á pie para tener mas tiempo depensar en
ellos.
Mi querido padre sentia mucho tener que :
presentarse al siguiente dia con ' el vestido que
habia sacado de su casa ; porque le parecia
que era una especie de afrenta para mi amo
á vista de tan ilustre's convidados. No tu
vo reparo en decírmelo , y al mismo tiem- .
po me contó que mi amo le habia regala- >
do veinte guineas para que las ' emplease en
ropa para él y para vos ; y esto me causó
tal placer que no os lo puedo ponderar. Es
imposible que yo llegue á merecer la mas
mi
103
mínima parte de los beneficios que me ha
ce. Y á la verdad que no dexa de ser des
gracia en algun modo el conocer el peso de
tan grandes obligaciones , sin poder corres
ponder a ellas el que las recibe. ¡ Ah , qué
placer tan celestial es el poder hacer bien ! Es
to es lo que yo mas envidio á los grandes
y poderosos.
No pude menos de decir á mi amo lo
que mi padre me liabia contado del regalo
de las guineas ; pero él aumentó el mérito
de la cosa por la especie de generosidad con
que me respondió : Mi querida Pamela , eso
es una bagatela , y una levisima insinuacion
de mi afecto : y así no hables mas de seme
jante cosa. Pero , Pamela , añadió , no me ocul
tes nada , ¿ no es verdad que tu padre está
como apesadumbrado ? Todo su sentimiento,
le respondí, consiste en haber de presentar
se mañana en aquel trage , que le parece os
ha de servir de afrenta .
No os avergonceis , Señor Andrews , dixo
á mi padre. Yo discurria que sabiais oridad
el poco
es
valor que dan al hombre las exteri .
¡ Oxalá que mi alma estuviese tan adornada co
mo la vuestra ! Pero vamos al caso , Pamela ,
me parece que tu padre y yo nos diferen
ciamos poco en la talla y corpulencia : ire
mos los dos á mi guarda- ropa , que aunque
no está tan bien provisto como el del Con
dado de Bedford , puede ser que no falte lo
quc
104
que necesita. Señor , le dixo mi padre , sien
to infinito que mi hija 'os haya ' hablado de
esto. Pues yo , replicó mi amo , me he ale
grado mucho : no os detengais en cumplimien
tos , y venid conmigo. Tú , Pamela , espérate
ahí hasta que yo te llame.
Le llevó arriba, y sacándole diversos ves
tidos le instó á que escogiese el que mas le
agradase. Mi pobre padre estaba aturdido por
que todos le parecian demasiado buenos , al
mismo tiempo que mi amo no hallaba nin
guno que se lo pareciese. Por último , ad
virtiendo que mi padre fixaba la vista en uno
de buen paño y el mas honesto de color , le
ayudó á probársele que quiso que no quiso.
A no verlo no lo creeria , querida madre mia;
á mí siempre me habia parecido que mi amo
era
mas alto y corpulento que mi padre;
pero me he desengañado al ver que el ves
tido le venia como si se hubiese hecho para él.
Estaba forrado del mismo color , y hecho pa
ra viajar en coche, y por eso le gustó mu
cho á mi padre. Mi amo se lo regaló, y lla
mando inmediatamente á MadamaJewkes la
dixo : Tenedme dispuesto este vestido para ma
ñana por la mañana , porque el Señor An
drews , que no pensaba quedarse aquí hasta
el Domingo , ha venido desprevenido de to
do ; mirať tambien entre mis medias y zapa
tos si hay algunos que le vengan bien , y sa
cadle asimismo ropa blanca. Al mismo tiempo
se
TOS
se quitó las hebillas de plata de los zapatos y
se las dió : de modo , madre mia , que quan
do mi padre llegue a su casa le vereis hecho
un adonis. Peluca , dixo mi amo , no la ne
cesita , porque sus blancas y venerables ca
nas valen mas que todas las pelucas de Ingla
terra. Por lo que toca á sombreros desde lue
go aseguro que tendré aquí para surtir una tien
da. Señor , dixo la Jewkes, bien está , yo
cuidaré de todo .
Mi padre volvió adonde yo estaba lloran
do de gozo. No sé , me dixo con qué he
de pagar tantos beneficios. Ah hija mia ! To
dos estos favores los debo á la bondad divi
na , y á tụs virtudes.

Domingo.
El Domingo por la mañana toda la familia
se puso de gala para celebrar la renovacion
de nuestra capilla. Myladi Jones traxo en su
coche á Mr. Williams y á su hermano , y
las dos Señoritas Danford viniéron en el suo
yo con dos lacayos. Nos desayunamos to
dos juntos con mucha alegría y contento. Mi
querido padre estaba muy placentero y muy
bien vestido, y las damas le hiciéron mil aga
sajos . Mientras nos estábamos desayunando di
xo mi amo á Mr. Williams , que le parecia que
for
106
por falta de sacristán nos seria preciso pasar
sin oir cantar los salmos ; pero él le respon
dió que supliria por su parte este ministerio en
quanto pudiese. Al oir esto mi padre , les di
xo que si lo llevaban á bien ét desempeñaria
este oficio , pues siempre habia sido muy in
clinado á semejante exercicio. Bien sabia yo
que en su juventud habia aprendido á cantar
los salmos , y que todos los Domingos por
la tarde se entretenia en este piadoso exer
cicio , así de soltero como de casado , y aun
que en la escuela , que al principio de sus des
gracias habia puesto , hacia que sus discí
pulos se exercitasen en esto mismo : de mo
do que yo no tenia ningún rezelo de que
desempeñase mal su palabra en nuestra pe
queña congregacion . Todos - los concurren
tes aceptáron gustosos la oferta , y nos fui
mos en compañía у con la mayor compos

tura a la capilla , asistiendo igualmente Ma


dama Jewkes y todos los demas criados de
casa menos la cocinera . Celebráronse tos di
vinos oficios con la mayor solemnidad po
sible , y todos estuvieron con mucha devo
cion y modestia . Mi amo , Myladi Jones
y las dos Señoritas Danford , daban exem
plo con su compostura , y nos edificáron á
)
todos.
Mi querido padre desempeñó si encargo
con general aplauso , y respondió á todo com
mo si- toda su vida hubiera sido sacristan de
Par
107
Parroquia. Escogió el salmo 22 ( 1 ), que cantó
desde el principio al fin , porque solamente tie
ne tres,versículos. Primero nos leía cada ver
si

( 1 ) El Señor me dirige como buen pastor;


denada careceré en losabundantes pastos á
que me ha conducido.
Me ha criado á la orilla de las aguas,
por defenderme de la sed y del calor ; y si
alguna vez me he descarriado, al punto me
hizreducido a su manada.
En fin , por un efecto de su misericordia
me ha guiado por el camino derecho de suley.
Por lo mismo, Señor , mientras esté baxo de
vuestraconducta no tendré miedo alguno , aun
en medio de los mayores peligros. El cayado
que teneis en vuestras manos me asegura
de toda la que podria causarme algun temor ;
vos habeis tenido cuidado de nutrirme con
un alimento fuerte y capaz de sostenerme con
tra los ataques de mis enemigos. Quando pa
recia que me iba á sumergir en la aniargura ,
derramasteis sobre mí los mas dulces consuelos,
y me hicisteis rebosar en alegría. Tantos testi
monios , Señor , de vuestra inefable bondad,
me infunden una firme esperanza de que vues
tra misericordia me acompañará por todos los
dias de mi vida ; y que ella en fin me condu
cirá á vuestra santa morada para vivir con
vos por toda la eternidad .
108
sículo , y despues le cantaba tan penetrado de
lo que decia , que le acababa con el mismo
espíritu y zelo que le habia empezado , pro
nunciando todas sus palabras con claridad y
distincion. Myladi Jones me dixo al oido que
laspersonas virtuosas eran muy útiles en qual
quiera sociedad , pues siempre tenian dispues
to su corazon para executar cosas buenas y
laudables. La Señorita Danford , la mas jóven,
no cesaba de repetir: Dios bendiga á un hom
bre tan bueno y tan honrado. Juzgad vos, man
dre mia , qual seria mi complacencia al oir sem
mejantes expresiones.
No ignoro , querida madre mia , que sa
beis de memoria muchos salmos , y por lo
mismo no os copio aquí el que ha cantado mi
padre ; ademas de que vuestro principal teso
ro es una Biblia , y en realidad es el mayor
tesoro que hay en elmundo , y mas para una
persona que sabe utilizarse de él coino vos.
El hermano de Mr. Williams nos hizo un ex
celente discurso acerca de la liberalidad , y
de las bendiciones vinculadas al buen uso de
las riquezas , tomando por tenna los ver
SOS 24 y 25 del capítulo ir de los Prover
bios : Algunos reparten sus bienes , y se han
cen masricos : otros ahorran mas de la con
veniente , y se hallan siempre necesitandos. El
hombre que bendice será afortunado, y el que
riega con abundancia se verá colmado de ri
quezas.
MA
109
Mi padre sesentó debaxo del púlpito, que
es el puesto del sacristan , y Myladi Jones
Hamó por senas á su lacayo , y le dixo al
oido le suplicase de su parte que nos can
tase otro salmo despues del sermon. Hizolo
así , y nos cantó el salmo 116 ( 1 )' ; que es
el mas corto de todos , porque el anteceden
te le habia parecido largo , segun ha dicho
despues. -Miamo dió las gracias al herma
no de Williams por su excelente sermon , ha
ciendo lo mismo las damas , ' y yo tambien
con mucho gusto. Todos diéron la enhora
buena á mi padre por lo bien que habia des
empeñado su oficio, haciéndole mil honras , y
hasta los criados me parece le miraban con
amor y respeto .
En la mesa me fue preciso tomar el prin
cipal asiento , no obstante de haberlo resis
tido mucho ; y mi amo se puso ' á lo último
de ella , entre Mr. Williams y mi padre: Pa
mela , me dixo me parece que puedo encar
garte con toda satisfaccion que sirvas á es
tas damas , pues sabes hacerlo con primor:
yo

( 1 ) Naciones todas de la tierra , alabad al


Señor : Pueblos del universo , cantad sus ala
banzas.
Porque en nosotros ha sido confirmada su
misericordia : y su inuiolable verdad perma
necerí por toda una eternidad.
Tomo III. H
I10
yo cuidaré aquí de mis amigos.
Se me olvidaba deciros que me habia pues
to un vestido de raso liso de flores que ha
bia sido de mi ama , pero está nuevecito. Es
te ha sido uno de los primeros regalos de mi
amo, y estas damas que no me habian visto has
ta ahora sino con uno de lana me dixéron
mil cosas viéndome tan bien vestida.
De sobremesa se habló de los salmos ,
y se empeñó con mucho arte mi amo en
que mi padre habia de cantar por la tarde
el 137 , por ser mas largo y mas acomodado
á las circunstancias como él decia . Yo le inter
rumpí al instante conociendo su intencion,ha
y
le dixe que era mejor cantar otro. ( Porque
beis de saber , madre mia , que este salmo era
aquel mismo cuya version hice yo en otro tiem
po , aplicándola á las circunstancias en que
me hallaba .) Pero él me salió al encuentro
diciéndome : Ya te entiendo , Pamela, pero no
hay remedio , es preciso que cantes el sal
mo segun tu version , antes que estas damas
se vayan de aquí.
Con esto se excitó la curiosidad de las
damas , y le instáron á que aun quando yo
no quisiese cantarle , tuviese la condescenden
cia de leérselo. Yo me opuse todo lo posi
ble , así á que se cantase como á que se le
yese , porque tenia una especie de rubor
y de inconveniente en ello ; pero mi amo,
sin hacer caso de mis excusas , prometió
com
III
complacerá las dam
damaass en todo y por
todo.
Ya veo , las dixo , que será imposible re
ducir á Pamela á que le cante , sin embar
go de que ningun inconveniente habia en ha
cerlo , siempre que Madama Jewkes no es
tuviese presente ; y así voy a complaceros sin
embargo de que verdaderamente yo soy el que
debiera empeñarse en que no se leyese , por
que no me resultará mucho honor de su lectura.
El asunto es este : quando yo tenia prisionera á
Pamela para ser despues su esclavo ( pues en
esto ha venido á parar toda la historia ) , la ins= '
taba Madama Jewkes un dia á que la cantase
un salıno , y aunque ella no quiso hacerlo á
su ruego porque la miraba de mal ojo , re
tirada despues á su quarto la pareció que el
salıno convenia
136 ( 1 ) adequadamente á su
si

(1) Sentados á las orillas del rio de Babi


lonia', derramámos torrentes de lágrimas acor
dándonos de Sion :
Acosados de tristeza y de disgustoen me
dio de una bárbara ciudad , hemos colgado de
los sauces nuestros instrumentos de música , ģ
nos hemos abandonado enteramente al llanto.
Los que nos arrebatáron de nuestra patria ,
y nos traxéron cautivos , nos instigan á que
les cantemos nuestros cánticos.
Cantadnos , decian ellos , qualquiera de los
H 2 cána
II2

situacion , y desde luego se propuso hacer su


version , aplicando algunos pasages á mí y á
la Jewkes , á quienes miraba entonces como
sus crueles carceleros , segun ella misma dice
en este diario que escribia para que le leyesen
sus padres solamente. Y diciendo esto le sacó
de la faltriquera.
En
cánticosque cantabais en Jerusalen .
Mas ¿ cómo podremos cantar los cánticos 1
del Señor en una tierra extraña?
Si te olvidase alguna vez, Jerusalen, dexáni
dome arrastrar de la alegría ; si tocase en
este destierro los instrumentos de alegría , sés
queseme mi mano derecha , y quedesin nin
gun movimiento.
Péguese mi lengua al paladar , si no te tu
viere siempre presente en mi memoria :
Si no prefiriese á todos los placeres , el que
me resulta de pensar en tí.
Mas acordaos vos tambien , Señor , de las
crueldades que exerciéron los Idumeos en la to
ma de Jerusalen.
Destruidla , decian á gritos hablando con
los Babilonios , destruidla hasta sus cimientos .
.
¡Mal hayas tú, cruel Babilonia! Feliz aquel
que te haga experimentar todos los males que
nos has causado.
¡Venturoso aquel que arranque tus hijos del
seno de sus madres, y los estrelle contra una
piedra!
$
113
En esto empezó Mr. Williams á leer el
original , y luego mi amo leia la aplicacion
hecha por mí , y de este modo fueron siguien
do hasta quese concluyó el salmo. Apenas
me atrevia á levantar los ojos viéndome son
Yoxada con tantos aplausos como me tributaban
las damas ; aunque no dexo de conocer que
todo es porque ven lo mucho que me esti
ma mi amo , y lo que se complace en oir mis
alabanzas , pues por lo que toca á mi glo
sa bien sé que no hay tantos' primores como
ellos ponderan.
Por la tarde fuimos todos juntos á la ca
pilla en la misma forma que por la mañana,
у hasta la misma cocinera. Mi querido padre
concluyó su oficio cantándonos los últimos ver
sos del salmo 145 , en loor del santo nombre
de Dios , por los muchos beneficios que der
ramaba sobre nosotros. Es verdad que no ob
servó el órden en que estaban , sino que de
cia el versículo que le parecia , y despues le
1
cantábamos todos.
Nos paseamos despues por el jardin has
ta que estuvo dispuesto el té; y quando pa
sábamos cerca de la puerta falsa me dixo mi
amo : Entre todas las flores del jardin no hay
otra tan hermosa como el tornasol. Señor , fe
dixe , ¿quereis olvidar ya esas cosas ? Mr. Wi
Hiams que le oyó se sobresaltó un poco ; pero
habiéndolo advertido mi amo le dixo : No pen
seis , amigo mios, que intento daros quę sen
tir :
114
tir : admiro solamente los medios por donde
la Providencia nos ha conducido hasta estos
fines; otros muchos objetos veo aquí que me
confunden al acordarme de los peligros á que
ha estado expuesta mi querida Pamela , mucho
mas de lo que debe confundiros á vos lo que
habeis hecho.
Despues se paseáron juntos mas de un quar
to de hora hablando de cosas indiferentes , y
de literatura, y volviéron muy contentos adon
de nosotras estábamos.
Myladi Jones preguntó á mi amo quan
do llegaria el dia feliz de nuestros desposo
rios, pues toda aquella comarca deseaba que
fuésen quanto antes para tener el gusto de dis
frutar mas a menudo de su presencia en aquel
Condado . Yo quisiera , la respondió , que
fuese mañana , ó pasado mañana á mas tar
dar si consintiera Pamela ; porque he en
viado á buscar la dispensa de las proclamas,
y no puede menos de llegar esta noche ó ma- ,
ñana muy temprano. En esto nos dexó , y se
fue adonde estaban las dos hermanas Dan
ford .
Myladi Jones , á quien habia causado mu
cha extrañeza el que yo retardase el dia de
la boda , me llamó á solas para decirme que
haria muy mahen suspendereste negocio ni un
solo instante , porque ella sabia muy bien que
Myladi Davers hacia los esfuerzos posibles pa
ra impedir que su hermano se casase conmi
go ,
115
go , y que seria lástima se desconcertasen unas
medidas tan bien tomadas. Myladi, la respon
di yo , quando mi amo tuvo la bondad de ha
blarme la primera vez en este asunto , dexó
á mi arbitrio la eleccion del dia, y ya veis que
habiéndome manifestado su intencion de que
esto se verificase dentro de quince dias , no he
faltado hasta ahora por mi parte ; y antes bien
creo que el anticipar yo el término señalado
manifestaria mas ansia en mí de la que es con
veniente á mi situacion.
Teneis razon , me contestó ; pero como
ahora os insta él mismo con tanta atencion
y afabilidad á que adelanteis el dia que de
sea , me parece que hallándome yo en vues
tro lugar le daria gusto. Reparando entonces
Myladi Jones que yo me ponia colorada , y
que estaba como dudosa , añadió : vos sabeis
mejor que yo lo que os conviene , y sola
mente os digo lo que yo haria. Yo la res,
pondi , que lo pensaria con mas reflexion , y
que si veia que instaba mucho me deter
minaria desde luego á condescender con sus
deseos .
Las Señoritas Danford vinieron de allí
á un instante , y me dixéron que no tenia re
medio , que querian asistir á la boda, y de
seaban que hubiese bayle , á cuyo fin me pe
dian que esforzase esta pretension con mi amo,
pues las daria mucho gusto. Yo las respon
dí , á la verdad Señoritas que aun quando
es
116
estuviera en mi mano no accederia á vues
tra súplica..¿ Y por qué? me replicáron. No sé
qué deciros , las respondí : paréceme que pues
de celebrarse con gusto el cumpleaños del
matrimonio ; pero por lo que toca al dia creo
que es demasiado serio , principalmente para
las personas de nuestro sévô, para entregar
se á la alegría y á los festejos. El matrimo
nio es un asunto muy grave , y que da mu
cho que pensar ; y estoy cierta que si os ha
llarais en mis circunstancias pencariais det
mismo modo que yo. Por lo mismo , dixo
la mayor de las dos hermanas , es preciso en
semejante dia alegrarse divertirse lo inas que
sea posible.
No os habia 'dicho ya , Señoritas , dixo
mi amo, la respuesta que podiais esperar de
Pamiela ? La mas jóven 'dixo que en toda su
vida habia oido hablar con tanta gravedad en
semejante ocasion . Discurro , añadió hablando
con mi amo' , que en ese dia no hareis mas
que cantar salmos , y que la Señorita Andrews
le empleará en el ayuno y la oracion : ¿ quien
ha oido hablar hasta ahora de cilicios y pe
nitencias en el dia de una boda ? Parecióme
que se habia alterado un poco , y así no qui
se .contestarla . Ya voy viendo que antes de
mucho tiempo tendré bastante que hacer si he :
de responder a todas las personas que envidien
mi feliz suerte .
si Entramos á tomar el té , y lo mas que 4

las
117
las damas pudiéron conseguir de mi amo fue
que las daria un bayle antes de retirarse de
este Condado . Pero la Señorita Danford di
xo , que el bayle se habia de tener en su ca
şa , porque en caso de no poder ella asistir a
la boda , se tendria por desayrada , y no vols
veria aquí hasta que nosotros la hubiésemos
ido á visitar. -
• Despues que ellas se habian retirado em
pezó 'mi amo á hacer muchas instancias á mi
padre påra que se quedase hasta ver efece
tuado nuestro matrimonio ; pero él le supli
có encarecidamente le permitiese partir el dia
siguiente al amanecer , dando por ' razon et
gran cuidado con que estaria mi madre si
tardaba mas tiempo , y el deseo que tenia de
referirla muy por menor todas las circuns
tancias de la felicidad de su hija . Quando mi
amo advirtió el empeño que tenia en volver
se , llamó á Tomas y le mandó que para el
dia siguiente muy de madrugada tuviese dis
puesto para mi padre cierto caballo bayo , y
una maleta en que llevar los vestidos, y que
le fuese acompañando todo aquel dia, ó has
ta su ' misma casa si él venia en ello ; y aña
dió volviéndose á mi padre : Este caballo os
ha de servir para ir y volver quando fue
reis á visitarnos al Condado de Bedford , y
así os le regalo con todos sus' arreos . Y no
me digais que no , prosiguió viendo que 'mi
padre iba a hablar , porque no gusto que me
des
118
desprecien mis cosas. ¿ Puede darse generosi:
dad semejante ?
Mientras cenamos hizo mil honras á mi
padre , y le entregó todos los papeles que
tenia mios ' , aunque con la condicion de vol
vérselos despues de haberlos leido él y vos.
Un padre y una hija que tanto se quieren ,
añadió , tendrán sin duda mucho gusto en es
tar solos un rato ; y así dad mis memorias
á la buena Madama Andrews , y decidla que
antes de mucho tiempo espero veros jon
tos quando vayais á visitar á vuestra hija á
la otra casa ; quedad con Dios , y llevad buen
viage , por si acaso no nos vemos por la ma
ñana. En esto se retiró , dexando á mi padre
tan penetrado de sus beneficios que apenas
podia articular una palabra.
Ya podeis considerar , querida madre mia,
qual seria mi pena al despedirme de mi ama
do padre , y qual seria tambien la suya al se
pararse de mí; pero era tal el ansia que te
nia de veros y contaros.todas estas buenas
noticias , que no me atreví á instarle para que
se detuviese.
Madama Jewkes traxo quatro botellas de
vino generoso y algunas roscas , y todo lo
acomodó en el maleton , con el vestido nue
vo de mi padre; porque dixo que por quan
to valia el mundo no queria presentarse en
su lugar vestido de aquel modo antes de pu
blicarse mi matrimonio . Tambien determinó no
I lle
119
llegar á las veinte guineas hasta este caso,
por no dar ocasion á hablillas; y aun enton
ces dice que me consultará acerca de lo que
ha de comprar . Pero yo le contesté que en
adelante esperaba tener una correspondencia
libre con él y con vos , sin necesidad de re
currir á artificios.
Díxome que queria recogerse temprano
para madrugar , y se despidió de mí, ame
nazándome con que no me querria mas si
me levantaba por la mañana para verle partir;
porque de este modo , añadió, seria mas sen
sible nuestra separacion , y estariamos todo el
dia tristes .
Tomas traxo á mi padre un par de bo
tas , y le dixo que tendria cuidado de lla
marle antes de amanecer , y dexaria dispues
tas .todas las cosas esta noche. Me echó su
bendicion , y me prometió que vos , queri
da madre mia , hareis lo- mismo. Yo me re
au
tiré á mi gabinete muy triste por su
sencia , aunque consolada por otra parte, 1
considerando que su partida era necesaria pa,
ra ver á su querida esposa , y darla las mas
felices nuevas que podia, recibir en toda su
vida. Le encargué mucho que no trabajase tan
to como hasta ahora , porque estaba persua
dida de que . mi amo no le hubiera dado, las
veinte guineas para vestirse și no estuviera
en ánimo de hacer mucho mas por él : y aña

, que podia recibir gustoso sus beneficios,
por
120
porque teniendo que emplear'muchas perso
nas en el cuidado de las dilatadas haciendas
que poseia , podria emplearle de modo que le
fuesen útiles sus servicios sin hacer perjuicio
á nadie .
Me ofreció que lo hará ; pero os encar
go , madre mia , que cuideis mucho de que
me cumpla la paläbra. Espero que mi amo
no verá estos borrones ; pero 'no os los en
vio hasta que al mismo tiempo -os dé cuen
ta del colmo de mi felicidad ; y porque mi
padre podrá referiros la mayor parte de las
cosas que he escrito desde la última fecha de
los papeles que lleva consigo , pues ha sido
testigo de vista de todo. Quedad con Dios,
querida madre mia , ' á quien suplico conceda
buen viage á mi amado padre , y á vos os de
xe verle sano y contento.

Lunes .

uego que Colbrand llegó de sự viage su


bió mi amoi á mi' quarto y me presentó la
licencia para casarnos . ¡ Oh y como se me so
bresaltó el corazon al verla ! Ahora' , mi que:
rida Pamela , me dixo , podrás determinar el
dia , pues ya no falta mas que tu resolucion
Yo me atreví á besarle la mano , y aunque
sin poder alzar los ojos , le dixe que no sa
bia
I 21
bia como corresponder a susbeneficios,y que
no quisiera por quanto importa el mundo que
me creyese capaz de recibir con indiferencia
un honor , que aunque Dios me concediese
una dilatada vida, nunca alcanzaria para ma
nifestarlemi agradecimiento por él. Yo debie
13
ra , añadí , conformarme en todo con vuestra
voluntad ; pero.....
Al oirme hablar así manifestó cierta sor
presa é impaciencia, y me dixo que no es
peraba hallar en mí tanta irresolucion , y que
iba desde luego á disponer todo lo necesa
rio para que se celebrase la boda aquel mismo
dia. Viéndole yo tan determinado , y que no
parecia bien en aquellas circunstanciate
s unape
di
lacion de muchos dias , comoye lo nia n
sadb , le dixe : Una vez , Señor , que os ems
peñais en que yo haya de elegir el dia ; me
alegraria mucho de que en caso de ser fue
se en Jueves nuestro matrimonio ; porque en
Jueves se casaron mis padres , y sin embar
go de su pobreza creo que no ha habido ca
samiento mas feliz : en Jueves nació la pobre
Pamela : en Jueves me sacó mi difunta Seño
ra de la casa de mis padres para llevarme á
la suya , y hacer conmigo oficios de madre :
en Jueves me habeis despedido de vuestra ca
sa para traerme aquí , donde mediante la di
vina gracia y vuestra bondad me veo desti
nada å una felicidad para mí inesperada ; y así,
Señor , me hareis un favor muy señalado en
con
I 22
condescender con este mi deseo , aunque os
parecerá algo supersticioso...
Yo , querida Pamela , me dixo , no pue
do menos de confesarte que me pareces un
poco agorera en esta parte, y quisiera que en
lugar de tener por aciago el Lunes y los de
mas dias de la semana excepto el Jueves, le
hicieses desde ahora próspero y feliz , dicien
do por exemplo: en Lunes ajustáron mis pa
dres su casamiento para el Jueves inmediato;
tantos años ha que en un Lunes hacia mi madre
sus disposiciones para parirmeel Jueves: po
cas semanas ha que en un Lunes esperaba ser
robada el Jueves. Yo mismo , añadió , me acor
daré siempre de que en un Lunes te he escri
to la carta , ' á que has tenido la bondad de
condescender , volviéndote á'ésta casa : en Lu
nes has entrado tambien en ella , y espero que
esta época sea paratí tan feliz como qualquie
ra de las otras que has nombrado ; y finalmen
te desde hoy podrás decir por remate de to
do :: en Lunes me he casado.
Ya , querida Pamela , ha reynado bastan
te tiempo el Jueves : pongamos ahora el Lu
nes en su lugar, pues tiene derecho para ello
por ser el primer dia de la semana ; y espe
ro que haremos al Martes , Miércoles, Viér
nes , Sábado y Domingo tan felices y prós
peros como el Lunes y Jueves , y que con
las bendiciones del cielo forinaremos de to
dos los dias de nuestra vida un círculo tan
dea
/
123
delicioso que no sepamos á qual dar la pre
ferencia . ¡ Qué discurso este , querida madre
mia , tan agradable! ¡ Qué respuesta tan satis
factoria para mí !
Sin embargo de todo lo dicho le inste
eficazmente á que en medio de tantos favo
res no me negase el de casarnos en Jueves,
á lo que accedió por fin , aunque no sin mu
cha repugnancia. Bien veo , amados padres
mios , y vosotros mismos lo conocereis , que
mis temores parecen mal fundados', tratando
con un hombre tan amable , á quien estimo
de todo corazon ‫ܕ‬ y de cuyo amor me re
sulta tanto honor y utilidad; pero la circuns
tancia de haber de mudar de estado ( mudan
za tan apetecible por las felicidades , que se
gun todas las apariencias me esperan en ella,
pero mudanza al cabo en que no hay lugar
al arrepentimiento ), me asusta y acobarda un
poco. No puedo menos de admirar la preci
pitacion y aturdimiento con que la mayor par
te de los jóvenes de mi sexô mudan de es
tado para toda su vida.
Así es , queridos padres mios , como que
me he visto precisada á señalar el Jueves
próxîmo para la solemnidad de que se tra
ta , y hoy es Lunes. Dios mio , la memo
ria de este dia me tiene en consternacion ! Mu
cho me ha trastornado el 'haber quitado algu
nos dias de mi cuenta . No obstante , me parece
que no he procedido en esto con precipitacion;
por
I 24
por lo menos estoy segura de que el deseo
de dar gusto á mi querido amo justificará mi .
conducta , pues es ciertamente merecedor de
que yo haga todos los esfuerzos posibles pa
ra complacerle.
Despues de esta pequeña altercacion se
fue á pasear á caballo acompañado de Abra
ham , y no volvió hasta la tarde. Reparad
como el amor se apodera insensiblemente de
nuestros corazones : esta corta ausencia me pa
reció un siglo , porque te esperábamos á co
mer. Me lisonico de poderle manifestar de tal
modo mi afecto , que no produzca en el la
indiferencia; pues sé, queridos padresimios,
que vosotros os habeis amado siempre entra
nablemente , sin que la indiferencia haya alte
rado jamas vuestro amor.
Á su regreso me dixo que se habia di
vertido mucho en el paseo , alejándose mas
de lo que habia pensado. Quando estábamos
cenando me insinuó el pensamiento que tenia
de que el hermano de Mr. Williams nos ca
sase , para darles á los dos esta nueva prue
ba de su perfecta reconciliacion . Despues me
habló de lo muy sentido que estaba de la con
ducta de Myladi Davers. Yo le pregunté si
habia algun nuevo motivo. Sí, me respondió:
me han dado una carta bastante impertinente
de su marido , y confiesa con demasiada cla
ridad que la ha escrito á instancias suyas.
Toda ella : se reduce á ridículas amenazas,
fun
125
fundadas en la suposicion de que estoy deter
minado á casarme contigo. Me he enfadado
tanto , añadió , que la he hecho mil pedazos,
encargando al portador dixese á su amo lo
que habia hecho de ella. El criado queria
hablarme; pero yo me he negado á escuchar
le , aunque me parece que ha insinuado algo
de venir aquí mi hermana. Pero seguramen
te no pondrá los pies en mi casa quando
sepa el caso que he hecho de la carta de su
marido.
Esta noticia no dexo de afligirme. Mi amo
que lo advirtió , me dixo con bastante fora
malidad : Pamela , aun quando yo tuviera
cien hermanas , ninguna fuerza meharian
sus persuasiones. No tenia ánimo de que su
pieras esto ; pero es preciso que te prepares
à sufrir alguna oposicion de parte del orgu
llo de mi hermana, ya que has sufrido tan
to de parte del de su hermano. Te asego
ro que no somos ménos hermanos en el ge
nio que en la sangre ; pero à ella no la im
portan estos asuntos, y si queria que todo
se hiciese á su gusto , debiera portarse de otro
modo. No sé por qué se gloría tanto de su
nacimiento , quando sus acciones son tan poco
correspondientes á él.
Mucho siento , le dixe , ser causa de des
avenencias, entre dos tan dignos hermanos. No
digas eso Pamela , me replicó , pues esto
es una conseqüencia necesaria de la felicidad
Tomo III. I que
126
que nos espera. Sufre con paciencia esta moles
tia , porque es mi hermana quien 'te la oca
siona , y déxame á mí el cuidado de hacerla
ver su temeridad .
Señor , le dixe , si mi condescendencia у
sumision en todas mis acciones hácia Myladi
Davers fuesen capaces de aplacar su indigna
cion , y de reconciliaros mútuamente , estad
seguro de que nada omitiria por conseguir
lo. No , Pamela' , no pienses que en siendo
esposa mia te he de permitir que hagas la
menor accion indigna de este título. Sé muy
bien quales son las obligaciones de marido , y
te protegeré del mismo modo que si hụbieses
pacido Princesa.
Señor , le contesté , yo no tengo expre
siones para manifestaros la gratitud que de
bo á vuestra generosidad; pero no puedo creer
que la humildad bien entendida sea indicio
de una alma baxa. Por lo mismo debo estar
dispuesta á pasar por todas estas pruebas ; y
esta me serà menos dolorosa contrapesándo
la con los muchos beneficios que recibo , y
atendiendo á que todo proviene de una mis
ma causa .

Muy bien está , me dixo : lo que ahora


tenemos que hacer es hablar de nuestro ma
trimonio , como si no se hubiese de cele
brar hasta la semana próxima. Yo sé que por
todas partes estoy rodeado de espías; pero
tambien estoy cierto de que mi intencion es
tan
127
tan justa , que no me da ningun cuidado de
ellas ni de quien : las paga. Ya he manda
do á todos mis criados que no hablen á al
1
ma . viviente de este asunto hasta de aquí
á diez ó doce dias ; y Madama Jewkes me
ha asegurado que todos ellos estan en el en
tender de que nos hemos de casar de pasado
mañana en ocho dias. Tambien he suplicado
á Mr. Peters que con pretexto de ver mi ca
pilla venga á desayunarse conmigo pasado ma
ñana, y traiga en su compañía á Mr. Wi
lliams у á su hermano. De nadie mas nece
sitamos, y yo les encargaré mucho que por
algunos dias guarden secreto aun en sus mis
mas casas. ¿ Tienes algo que oponer á esto , mi
querida Pamela ?
No , Señor , le dixe , antes convengo muy
gustosamente en todo lo que dispongais ; y
aun espero que las disensiones entre vos y
Myladi Davers no sean para siempre irrecon
ciliables , y que quando venga á veros , co
mo acostumbra todos los años, para pasar en
vuestra compañía quince dias o tres semanas,
procuraré retirarmé para no irritarla mas con
mi presencia. :

Muy bien , Pamela , me dixo : de eso ha


blaremos á su tiempo , y quando llegue este
caso harás lo que a mí me parezca conve
niente, y yo sabré lo que tú y yo hemos de 1
hacer. Pero lo que mas afea el proceder de
mi hermana es que haya podido obligar al
I 2 mo
128
mono de su marido á escribirme despues
de haberla salido tan mal á ella quando lo
ha hecho. Quisiera haber guardado su carta
para que vieses como siendo él un pobre fá
tuo se mete á escribirme en tono de gran
Señor ; pero creo firmemente que toda la
carta la ha dictado mi hermana, y el pobre
hombre no ha sido mas que un mero ama
nuense .

Martes .

Esta mañana ha vuelto Tomas despues de


haberos acompañado , querido padre mio , y
me ha dado la buena noticia de que continua
bais vuestro viage con perfecta salud. Muy
pronto espero saber vuestro arribo. Mi amo me
ha hecho tocar y cantar al clave , y ha alabado
mucho mi habilidad ; pero igualmente alaba
quanto yo hago : tan grande es su bondad en
todo lo que respeta ámí.
Á la una del dia hemos vuelto de pa
seo , en que me ha tenido encantada todo
el tiempo que duró con su conversacion , ha
blándome de los autores ingleses , particular
mente de los poetas , y refiriéndomemuchas de
las curiosidades que habia visto en Italia y
Francia quando viajaba para instruirse. Me
ha dicho tambien que tenia muchos deseos
de

>
129
de verse en la otra casa , porque aquí no sa
bia que hacerse , pues no habia pensado de
tenerse la mitad de lo que se habia deteni
do. Quando estemos allá , añadió , no me
tendrás tanto tiempo a tu lado como ahora,
pues necesito arreglar muchos negocios , y
me veré precisado á pasar á Londres para
ajustar cuentas con mi corresponsal, que ese
tan mas atrasadas este año que ningun otro .
No sé si acaso se me proporcionará llevarte
á la Corte este invierno próxîmo para que te
diviertas cinco ó seis semanas en ella. Yo le
respondí que su voluntad seria siempre la re
gla de la mia , y que nunca apeteceria es
tas ni otras diversiones , sino en quanto fue .
sen de su gusto y eleccion .
Despues me habló de la felicidad que es
peraba gozar en mi compañía , pidiéndome
olvidase su antigua conducta , y prometién
dome una correspondencia y amor sin igual.
En la mesa quiso que siempre le hiciese
yo plato , y son tantas y tan continuas las
finezas con que me honra , quemi corazon
está cada dia mas satisfecho . Sin embargo
de esto , siento en mí cierta cosa que no
sé explicar , y un peso que me oprime á me:
dida que el Jueves se va acercando , y que
muchas veces me hace suspirar involuntaria
mente , aguando en cierto modo los place
res que me prometo de mi futuro estado. Es
pero que este movimiento interior no sea anya
cio
130
cio de algun mal como los pasados , sino
efecto de la flaqueza de una alma entregada
con exceso a la contemplación de un ne
gocio que , exceptuando el de la muerte ,
me parece el mas importante que nos puede
ocurrir.
Qualquiera bagatela bastaria para entriste
cerme ; pero quiero resignarme absolutamente
en manos de aquella adorable Providencia , que
conduciéndome hasta aquí de la mano por
entre tantos riesgos, me ha puesto ya en el
feliz momento que me promete tantas felici
dades. Solo temo y con razon no hallar en
mí méritos que me grangeen perpetuamente
el afecto de mi bienhechor. Dios por su mi.
sericordia me enseñe á ser humilde , y á co
nocer lo poco que valgo , pues este conven
cimiento , ayudado de su divina gracia , será 11

mi mas segura custodia en el feliz estado


en que a pesar de mi indignidad me veo
tan próxîma á ser colocada. No ceseis , que
ridos padres mios , de rogar á Dios por mí,
porque el nuevo estado acaso me expondrá
á mayores peligros que los que ya he pa
sado , como en efecto sucederia si la pre
suncion , el orgullo y la vanidad se apode
rasen de mi corazon, ó me abandonase á mi
propia direccion y gobierno , qual miserable
barquilla en un mar tempestuoso sin mas pi
loto que mi capricho inconsiderado . Pero me
acuerdo que en cierta ocasion me dixo mi
amo
131
amo que los que mas desconfian de sí mismos
estan menos expuestos á errar; y yo espero vi
vir siempre en esta desconfianza, y no olvidar
jamas lo poco que valgo.
No quiero molestaros con la relacion de
las atenciones que usan conmigo Mr. Colbrand,
Madama Jewkes, y todos los demas criados,
quienes al parecer estan muy contentos del mo
do con que me porto con ellos; y como has
ta ahora no me ha notado mi amo de nimia
mente humilde , ni ellos de demasiado sober
bia , espero que todos mé conservarán el afec
to que ahora me manifiestan . Procuraré no
ganar el de ninguno en particular por vi
les é indignos medios , antes bien observa
ré una afable circunspeccion con todos , y
disimularé y aun ocultaré los defectos invo
luntarios como quisiera que lo hiciesen con
migo. No manifestaré demasiada ansia por des
cubrir los defectos verdaderos , aunque tam
poco disimularé los que sean perjudiciales,
especialmente en asuntos de importancia, co
mo por exemplo en caso de hurto ú otro
que pueda ser perjudicial á mi amo , ó que
manifieste una corrupcion habitual y volunta
ria en el sugeto. En suma procuraré que los
criados honrados hallen en mí una bondad que
los aliente á ser cada dia mas zelosos; y
á emularse recíprocamente en el cumplimien
to de sus obligaciones. Á los malos , con tal
que no sean incorregibles , procuraré ganar
los
132
los con el agrado , con los consejos , y si
fuese necesario con las amenazas ; pero lo mas
principal para mantener á toda la familia con
el arreglo correspondiente será mi buen exem
plo. Así lo haré Dios mediante.

Miércoles,

Yaa por último , queridos padres mios , no


falta mas que un dia para celebrarse la mas
augusta ceremonia en que puedo hallarme. Mi
corazon no está todavía libre de aquel secre
to peso que le oprime: me parece que soy
ingrata para con la divina Providencia , y po
co agradecida á los favores de mi bienhechor,
Pero no ; porque algunas veces siento en mi
alma un contento inexplicable al contem 5

plar el bien que con su permiso podré ha


cer á otros luego que sea su esposa. ¡ Dios
mio , dadme voces para explicar mi recono
cimiento por los muchos beneficios que me
esperan !

Miércoles por la noche,

Mi querido amo cada instante me da nuevas


pruebas de su amor , pues conociendo mi pu
si
133
silanimidad, y generosamente compadecido de
ella , hace quanto está de su parte por animar
me. Durante la cena me habló en un estilo
tan afectuoso qual pudiera dictar el amor mas
puro ; y aunque no tengo tiempo para refe
riros toda la conversacion , os diré sin em
bargo parte de ella , en la confianza de que
perdonareis las impertinencias de vuestra hi
ja que os importuna con sus ridículas bachille
rías ; pero no puede ménos , porque las cosas que
tiene que deciros hacen demasiada impresion
en
su alma, y no dormiria esta noche si se
acostase sin haber antes garrapateado un poco.
Esa apreciable confusion , me dixo , ese ex
traordinario empacho que noto en tí al ver
acercarse nuestra feliz union , y en unas cir
cunstancias en que me consta que todas tus
dudas estan ya desvanecidas , y que no reze
las ningun contratiempo , me hace conocer
quan desgraciado he sido en haber conspi
rado contra tanta pureza con una intencion
ménos recta que la que ahora tengo. Ya no
me admiro de que el deseo de conservar tu
honor te hubiese hecho buscar en las som
bras de la muerte un recurso tan violento,
quando se hallaba amenazado de las terribles
asechanzas de mi pasion insensata . Pero aho
ra ', querida Pamela , que has visto que he
procurado imitar en quanto es posible tu ho
nestidad y candor : ahora que has visto que
por no ofender tu extremado ręcato me he
abs
134
abstenido de nombrar el feliz dia que esta
mos ya tocando por no aumentar tu confu
sion ( que aurique á la verdad muy aprecia
ble , á mí me aflige infinito ) , ahora digo,
voy á proponerte , a pesar de mi mucha re
pugnancia, que si te parece que han sido de
masiado fuertes las instancias que te he hecho
para que , anticipases el dia de mi felicidad,
o si actualmente te hallas con algunos temo
res, que podrás desechar mas adelante, me lo
digas al instante con la mayor ingenuidad y
franqueza ; pues aunque cada instante de los
tres últimos dias que han pasado esperando
el de mañana se me ha hecho un siglo ; con
todo , si deseas que ese dia se difiera , con
sentiré inmediatamente en ello. Habla pues, Pa
mela , y habla con resolucion , y no admi
tas mni propuesta sin tener razones poderosas
para ello , pues te aseguro que no te las pre
guntaré.
Señor , le respondí , hace tanto tiempo que
estoy acostumbrada á vuestros favores , que
no puedo esperar de vos sino una bondad sin
medida. Actualmente me dais una prueba muy
convincente de vuestro generoso corazon ; pe
ro temo .... temo que siempre que me halle
tan próxîma como hoy al dia feliz y terri
ble que me espera , cometeré las mismas ne
cedades que cometo. Es verdad que tengo una
excusa , y es que me hallo sin tener siquie
ra una amiga á quien poder comunicar mis
apre
135
aprehensiones , y cuyos consejos servirian para
darme mas aliento que el que tengo.
En esto mudó al instante de conversa
cion por no hablarme,, segun creo , de un
asunto que me tenia tan preocupada , y me
dixo: ¡ Quánto habrán hablado de tí tus pa
dres a estas horas ! Daria ciertamente algo de
bueno por estar oyéndolos sin que ellos me
viesen , y tendria particular , complacencia en
saber lo que piensan de tí y de mí. ¡Ah Se
ñor! le respondí: vuestros favores los han he
cho completamente felices ; pero os asegu
ro que la desazon de Myladi Davers me es
muy sensible .
Ya siento , me contestó , no haber escucha
do lo que pretendia decirmesu lacayo , porque
me parece que queria darme a entender que
Su
ama se disponia para venir aquí ; pero la
aseguro que si no habla con mas moderacion
que escribe , se ha de arrepentir muchas ve
ces de la visita.
Os suplico , Señor , le dixe , que sufrais con
paciencia á estabuena Señora , reparando en que
entre otras muchas razones hay dos muy pode
rosas para que lo hagais así. ¿ Y quáles son ? mé
preguntó. La primera , que es vuestra herma
na , y que tiene motivo para pensar , como lo
pensará todo el mundo , que afrentais vues
tro linage casándoos conmigo. La segunda,
que no correspondiéndoos en términos regu
lares con Myladi Davers se irritará mas con
tra
136
tra mí , y me despreciará mas cada dia.
No te dé cuidado , me dixo , y sabe que
no es ella la única dama vana y altiva que
tenemos en nuestra vecindad. Hay otras mu .
chas , que no teniendo motivo para ponderar
su linage dirán siguiendo su exemplo: hasta
su hermana le aborrece, y no le quiere ha
blar. Pero si consigo abatir su soberbia ( co
sa que hasta ahora no ha podido lograr nadie
ni su mismo marido ) no será poco triunfo : y
si me diese motivo para cllo , te aseguro que
procuraré humillarla.
He reflexionado , Pamela , añadió , en lo
que poco ha me has insinuado acerca de no
tener en tu compañía persona de tu sexo con
quien poder explayar tu corazon : y sin duda
que me parece cosa dura. No me pesaria
que hubieras hecho confianza de la Señorita
Danford ; pero por otra parte era preciso en
este caso convidar tambien á su hermana , que K

era lo mismo que hacer la boda en público:


y bien conoces que para esto se necesitaban
otras disposiciones. Ademas de que en otro
tiempo me propusieron boda con la menor de
ellas, que tiene dos ó tres mil libras ester
linas mas que la primera , de una manda quo
la hizo su madrina, y ahora no podrá menos
de estar algo resentida. Es verdad que ya po
dia prever que la cosa no saldria bien , porque
ni tiene talento ni buena disposicion ; y las ri
quezas , que era lo que únicamente podria mo
ver
137
verme , me hacian muy poco al caso ; y así des
e eché desde luego la propuesta,
-C Señor , le dixe , tambien estoy pensando en
otra cosa que me aflige mucho , y es que si
er mañana os hubierais de casar con una Seño
rita tan ilustre y rica como vos , se pasaria
todo el dia de hoy en leer y firmar capi
tulaciones y en otras ocupaciones de esta
naturaleza ; pero la pobre Pamela nada os trae :
y y aun es tanta su infelicidad , que los vesti
dos que actualmente la cubren los debe à vues
tra liberalidad y á la de su difunta Señora.
0 Esta idea me,melancoliza , porque es tan gran
0 de el peso de vuestros favores , y me confun
n de tanto el ver lo mucho que os debo , que no
3 puedo manifestar eri este lance toda la satis
a faccion que tendria si estuvieran las cosas en
2 otro pie.
n Mi querida Pamela ,me dixo , quando nos
faltan las facultades , la voluntad y los de
seos equivalen á los efectos. Quantos sepan tu
historia y conozcan tu mérito dirán segura
mente que no podré indemnizarte jamas de
lo mucho que tehe hechopadecer. Tú has su
frido grandes y, terribles tentaciones, y las has
sabido vencer valerosamente ¿ Quién podrá
pues negarte el fruto de una victoria quc
te ha costado tan cara ? Lo que hoy hago es
en mí una accion tan libre y tan voluntaria,
que fundo toda mi vanidad en haber llegado á
descubrir un mérito tan eminente ; y esta for
tu
138
tuna me lisonjea con la esperanza de poder
premiarte en algun modo los graves males que
te he causado .
Cada una de vuestras palabras ', Señor , le
dixe , es para mí un nuevo favor, que no me.
rezco , y que aumenta la suma de los que os
debo. No puedo hacer mas que procurar me
recer cada dia mas’ vuestra bondad por me
dio de una conducta correspondiente á vues
tras atenciones. Pero ' ¡ qué miseria tan grande
el no poder pagar tanta generosidad sino con
palabras y con un yo quisiera ! Porque, qué
es un yo quisiera mas que una confesion de la
imposibilidad de corresponder , y una demos
tracion de que todo falta ménos la voluntad ? ' ,
Pues esa buena voluntad , Pamela , es lo que
equivale a todo, la que yo te pido , ý la que á
todos nos pide el cielo , porque á una voluna
tad recta necesariamente se han de seguir unas
acciones laudables. Pero procura desechar de
tí esos vanós temores :bien conozco que tu
I generoso y agradecido corazon és el que te
los inspira; mas yo no tengo necesidad de for
mar cartas de dote: Firmenlas' enhorabuena los
que buscan en el matrimonio el interes de las
riquezas, que yo tengo las suficientes para
entrambos, y tú mereces disfrutarlas conmigo.
Te servirás de ellas como si me hubieras traido
lo que el mundo llama un equivalente; porque
en mi dictámen metraes una dote de un precio
infinito : me trạes una veracidad experimenta
da ,
139
da , una virtud mil veces probada , un talento
y unas modales superiores todavía á la clase en
que' vas á ser colocada ; sin hablar de tu belle
ža , que ella sola basta para cautivar á un Rey:
de tu genio dócil y de esa bondad angelical,
5 que te hace en mi corazon superior á quantas
mugeres he tratado en mi vida.
De este modo llenaba de favores y finezas
ešte generoso amo a la indigna y cobarde Pas
mela , sin embargo de que no dudaba ya de la
3 dicha que la esperaba. Con toda esta pacien
cià disimulaba mipusilanimidad extremada , y
aun me ofreció ir al dia siguiente á casa de
Myladi Jones para confiarla el secreto, y su
plicarla que me acompañase. Pero habiéndole
yo representado que esto seria en algun modo
desayrar á la Señorita Danford , me dixo : Pues
bien, Pamela , una vez que no quieres que yo
dé este paso , y que por otra parte tenemos pre
cision de confiar todo el secreto á Madama
Jewkes , podrias permitirla que te acompaña
se si te resolvieras á perdonarla todo lo pasa •
do. No tengo inconveniente , le respondi : Man
dama Jewkes se porta al presente conmigo con
mucha urbanidad y atencion, ý yo - la perdono
sus pasadas faltas por los felices efectos que
de ellas han resultado , y porque vos me la
proponeis.
Pues está bien , me respondió : la llamare
ahora si te parece , é inmediatamente tocó la
campanilla. Madama Jewkes, la dixo luego
que
140
que entró , voy á confiaros un importante se
creto, que debereis guardar como tal. Nosotros
hemos determinado casarnos mañana con el
mayor sigilo que sea posible , y Mr. Peters y
los dos hermanos Williams vendrán aquí con
el pretexto de desayunarse conmigo y ver mi
capilla. Luego que se concluya la sagrada
ceremonia saldremos á pasear en coche como
hemos hecho otros dias, y los Señores Peters
у Williams, que me han prometido guardar el
secreto , se irán á sus casas. Tambien me pa
rece necesario confiar el asunto á una de las
criadas; pero esta eleccion la dexo á vues
tra prudencia.
Señor , le replicó la Jewkes, todos estába
mos en que este matrimonio se efectuaria den
tro de breves dias , y discurro que no podrá
estar secreto mucho tiempo. Tampoco quiero
yo que lo esté , dixo mi amo ; pero en el dia
nos hallamos sin los preparativos necesarios
para una boda pública. Luego que me restitu
ya al Condado de Bedford , que será muy
presto , publicaré mimatrimonio ; pero por aho
ra no hay necesidad de que los criados lo lle
guen a entender , porque mi hermana Davers
sabe por un camino o por otro todo quanto
aquí pasa .
¿Sabeis, Señor , le dixo ella, que Myladi
está en ánimo de venir dentro de pocos dias?
El criado que os traxo aquella carta que tan
to enojo os causó me lo ha asegurado así,
an
141
antes de marchar. Nada importa , replicó mi
amo , pues quando ella venga es regular que
hayamos partido ya para el Condado , y me
alegraré mucho que haga el viage en balde. No,
Señor, continuó la Jewkes, Myladi no pien
sa venir por visitaros , sino por impedir vues
tro matrimonio , que cree como todos noso
tros que se ha decelebrar la semana próxîma;
y así llegará de un dia á otro. Venga quan
do ella quiera , dixo miamo; pero os asegu
ro que no tengo deseo de verla.
Señorita , me dixo la Jewkes , permitidme
que os dé el parabien. Bien conozco que he
obedecido á mi amo con demasiada exacti
tud , para poder esperar que me perdoneis. Os
aseguro Madama Jewkes, la respondí, que de
aquí en adelante no seré vuestra enemiga, pues
ya no miro á lo pasado sino á lo venidero:
ni hablaré una palabra que pueda indisponer
á mi amo contra sus criados , siempre que sean
de su agrado.
Podeis estar bien segura , me respondió la
Jewkes , de que procuraré en adelante mere
cer vuestras bondades, y enmendar mis faltas
pasadas con el esmero y cuidado con que mi
raré por vos y por mi amo.
En esto se despidió de mí mi amo con
mucha afabilidad , encomendándonos otra vez
el secreto á Madama Jewkes y á mí; y ha
biéndome subido á mi gabinete, me puse á es
cribir hastaeste pasage por divertir mis ideas.
Tomo III. K Ma
142
Madama Jewkes acaba de entrar : ya son
las doce y voy á acostarme , aunque estoy
cierta de que en toda la noche pegaré los ojos .
No sé lo que me pasa ; pero estoy un poco en
fadada conmigo misma, aunque sin saber á que
atribuirlo . Yo creo que a todas las doncellas
les sucederá lo mismo quando se vean tan pró
xîmas á mudar de estado , porque este lance
es de mucha conseqüencia para mirarle con
tranquilidad é indiferencia.

Jueves á las seis de la mañana .


Para lo que he dormido esta noche hubiera
sido mejor no haberme acostado. Madama Jew
kes me dixo muchas cosas que no venian muy
al caso ; pero la pobre muger no tiene el ta
lento necesario para saber conducirse , y la
mitad de sus discursos son palabras vanas que
no pasan de los oidos .
Discurro que mi amo no habrá dormido
mas que yo , porque al amanecer le he sentido
pasearse en su quarto ; y en verdad que tiene
que pensar mas que yo , porque va á casarse
con una pobre muger á quien ha criado la ca
ridad , ó por mejor decir la generosidad de su
familia ; y sin embargo de todo esto será hoy
al medio dia tan perfectamente esposa suya,
como si se hubiera casado con una Duquesa.
Es
143
Es preciso çamados padresmios , que esté deter
minado á sufrir las mordaces reflexîones que
el público acostumbra áhacer en semejantes
ocasiones. El ilustre M. B ...., dirán algunos,
acaba de hacer un notable desatino , pues se ha
casado con la puerca de su criada. Añadid á es
to las burlas de sus iguales y, amigos , el despre
cio de toda sufamilia , y la indignacion de My
ladi Davers su orgullosa hermana. ¡Mucho ten
drá que sufrir este buen Şeñor ! ¿ Cómo podré
yo merecer tántos favores como me dispensa?
Lo mas que puedo hacer es pedir á Dios que
él mismo sea su premio , y resolverme á amar
le con la mayor pureza, y á servirle con una
ciega obediencia. Espero que atendiendo á es
tas disposiciones de mi corazon proseguirá aman
dome ; porque yo no tengo otros dones que
ofrecerle. Mas como no puedo esperar tanta
felicidad , me tendré por muy dichosa sola
mente con que no me desprecie ; y si sus
amigos ricos y poderosos llegasen á inspirar
le indiferencia hacia mí, no por eso dexaré
de desempeñar con valor y constancia todas
mis obligaciones.

Son las ocho y media .

Ohh corazon mio , procura no olvidarte de


tu indignidad 4 y sírvate siempre de antídoto
K 2 con
144
contra la soberbia ! Mi querido amo acaba de
salir de aquí despues de haberme preveni
do con la mayor afabilidad que procure es 2

tar dispuesta para las nueve y media , á cum C

ya hora han de llegar los convidados. Repas


ró que estaba encima de la ventana el libro 4

de mis devociones , y me dixo ? Creo' , que 1


rida Pamela , que ya sabrás de memoria la
leccion que has de repetir luego , no es ver
dad ? Sí , Señor , le respondí: ya he leido con
mucha atencion todo el oficio de la solemni
dad de este dia.
¿ Y qué te ha parecido ? mor preguntó. Se
ñor , le respondí, muy propio para infundir
respeto al alma ; y al leerle me estremezco
considerando las obligaciones que impone. No
me admiro , Pamela , de que haya hecho en ti
tanta impresion ; yo tambien le he leido es
ta mañana , y te aseguro que le contemplo muy
augusto y acomodado al asunto; pero puedo
asegurarte que no hay en todo él una sílaba
á que yo no subscriba con el mayor gusto. Es
to te debe consolar y servir de estímulo pa
ra imitar la alegría con que yo voy á entre
garte mi libertad.
Yo no podia explicarme como queria; pe
ro él quc lo advirtió me dixo : Ya conoz
co , Pamela , que te faltan palabras ; pero es
toy bien seguro de que recibes gustosa las
protestas que te hago. Los procedimientos que
he usado contigo en otro tiempo han sido sin
du
145
duda de un libertino , y tanto que no podrás
acordarte de ellos, sin afligirte ; pero hoy me
atrevo á asegurarte que estoy verdaderamen
to convencido de mi error , y que mas que tu
hermosura me han cautivado tus virtudes ; y
así puedo salir por fiador de un amor', que
está fundado en tan sólidos principios : de
un amor que , aunque perecieran con el tiem
po todos esos atractivos exteriores , hallaria
siempre otros mas poderosos en las perfeccio
nes de tu alma : y de un amor que recibi
rá cada dia mayor incremento , pues en el nue
vo estado que hoy abrazas tendrás mas di
latado campo en que manifestar tus raras pren
das y virtudes. Pero de todos modos , Pa
mela , procura estar alegre, porque si no po
drá ser que alguno de los concurrentes , no
sabiendo como interpretar tu demasiada timi
dez , piense que hay en el mundo otra per
sona cuya union te fuese mas agradable que
la mia
... i

Esto último me lo dixo con mucha afa


bilidad y gracia , pero hizo en mí una 'fuer
te impresion ; y así me determiné á manifes
tar quanta satisfaccion y alegría me fuese po
sible , pues ninguna otra reflexion más po
derosa me pudiera haber hecho para dester
rar mi pusilanimidad y temores. Casi desea
ba ya que no concurriese á nuestros despo
sorios Mr.Williams, por no cometer alguna
simpleza , y por no dar motivo á que se
pu
146
pudiese sospechar de mí una vileza , en que
no podria incurrir sin ser la mas infame de tom
das las criaturas... LL

Pasé á vestirme deprisa , y mi amo en


vió á la Jewkes para que me ayudase . Yo
en esto nunca gasto mucho tiempo , pero
particularmente entonces por la especie que
me habia dicho mi amo , puesprocuro evi
tar hasta la mas leve sombra que le pueda
dar sospecha de que no es suyo todo mi co
razon .
Acabé de vestirme en un instante ; y co
mo tardáron un rato en subir á avisarme que
baxase a desayunarme , tuve tiempo de escri
bir hasta aquí.
- » ? Se me olvidaba' deciros que me he pues
to una bata muy rica de raso blanco , que
fue de mi difunta Señora , y la mejor esco
fieta que tengo & c . Estoy tan habituada á
escribir , que no sé sentarme_sin una pluma
en la mano en estando sola. Pero ya me lla
man para desayunarm
nido estos Señores:
e, y creo que han ve
Valor , Pamela ', mira como te portas.
Pero i qué vergüenza! Ya empieza mi cora
zon á sobresaltarse de nuevo . No he visto un
corazon ' mas indócil y obstinado : otra vez
se ha abatido sin mi consentimiento . Muchas
semanas ha que solo se ocupa en formar de
seos ; y hoy , que debiera ser feliz y hacer
me á mí dichosa , es tan necio que no hace
mas
147
mas que palpitar y llenarme de unos sustos
que me impiden gozar de la alegría , que na
turalmente tendria al ver la multitud de bie
nes que me esperan .

Jueves a las tres de la tarde.


Creía no tener hoy tiempo ni valor para es
cribiros ; pero impensadamente han venido
tres caballeros á comer con mi amo , de mo
do que no saldré de mi gabinete. Mi amo ha
hecho lo posible para despedirlos cortesmen
te , pero no lo ha podido conseguir. Sé que
lo siente mucho; pero estas son casualidades
inevitables. Así nada tengo que hacer sino es
cribir hasta que vaya a comer con Madama
Jewkes ; porque como mi amo no esperaba
hoy esta compañía , será muy tarde quando
se pongan á la mesa. Vuelvo á tomar el hilo
de mi feliz historia .
Quando baxé á desayunarme hallé á los
Señores Peters y Williams con mi amo , el
qual inmediatamente que me sintió me sa
lió al encuentro , y me llevó de la mano has
ta la sala con extraordinario afecto . Antes ha
bia tenido la bondad de suplicar á aquellos
Señores, como despues me ha dicho , que no
me hablasen del asunto hasta la hora preci
sa. Creo que los saludé á todos con bien po
ca
14.8
ca gracia ; y como casi me faltaba el aliento
para hablar, dí por excusa que habia baxado E

la escalera corriendo .
Luego que Abraham entró para servir el des
ayuno , mi amo por no dar que sospechar a los
criados les dixo a los Señores : Mucho os es
timo que hayais venido á desayunaros á mi
casa , porque mi Pamela y yo ibamos á sa
lir á paseo hasta el medio dia, y espero que
nos acompañareis á comer. De ningun modo
queremos impedir vuestro paseo , dixo Mr. Pe
ters; yo tenia este rato desocupado , y me
ha dado gana de venir á ver vuestra capilla;
pero tengo precision de volver á comer à mi
casa, y estos Señores me han prometido acom
pañarme. Pues bien , dixo mi amo volviéndose
á mí, nosotros nos iremos á pasear un rato en
coche luego que Mr. Peters haya visto la capi
lla . ¿ Quieres tú tambien acompañarnos despues
que nos desayunemos ? Sí.... si vos gustais, res
pondí tartamudeando. ¡ Qué locura! Yo no me
atreví á levantar los ojos para mirar á ninguno
de los concurrentes. Abraham advirtió mi con
fusion , y mi amo que lo notó dixo : ¿Pamela,
parece que no has vuelto todavía del susto?
¿ Cómo ha sido el resbalársete el pie ? Cierto que
ha sido milagro que no te hayas hecho mas da
ño. Mr. Peters siguiendo la idea y conocien
do el motivo me dixo : ¿ Os habeis desconcer
tado por casualidad el tobillo ? No , Señor , le
respondí, me parece que no ; pero no obstante,
no
149
no dexo de sentir algun daño (de parte de mi
excesiva timidez decia yo en miinterior ).Abra
ham, dixo mi amo, ve y dí á Roberto que de
xe la berlina , y mude los caballos al coche
grande , porque ya que estos Señores se em
peñan en volverse á su casa , nosotros los lle
varemos. No es menester, dixo Mr. Peters, pues
tendré mas gusto en volver a pie , si es que no
les incomoda á los Señores Williams. Pues bien,
dixo mi amo volviéndose á Abraham , dí á Ro
berto que ponga los caballos en la berlina.com
mo le tengo mandado.
No pude comer bocado por mas esfuer
ZOS que hice s'y me temblaba de tal mo
do la mano , que vertí parte del chocolate , y
tuve que dexar la xícara encima de la me
sa . Ellos tuvieron la bondad de hacer co
mo que no lo reparaban, y miraban á otra
parte .
Aquí tengo una sortija de poco valor ( di
xo mi amo á Mr. Williams el Clérigo lue
go que Abraham volvió la espalda ) , y es
pero que la solemnidad de este dia là hará
de mucho precio , y que por esta razon la mi
rará mi querida Pamela como la joyamas pre
ciosa que yo podria presentarla. Mr. Williams
respondió que no dudaba de que en mi esti
macion seria mas apreciable que el mas sobre
saliente diamante que pudiese hallarse en to
do el mundo .
Yo habia dicho á la Jewkes que no se en
ga
150
galanase, por nio dar ocasion á sospechas; y ella
siguió mi consejo.
Luego que se acabó el desayuno dixo mi
amo delante de- Abraham : Señores , vamos
á ver mi capilla , pues quiero me digais vues
tro dictámen acerca de las mutaciones que
pienso hacer en ella ; y si nos detenemos
aquí mucho tiempo , nos quedará muy poco
para verla , y dar el paseo que tenemos pro
yectado antes de comer. Pamela , e no quieres
tambien dar tu voto ? Sí , Señor , le respondi,
allá iré tambien .
Saliéron ellos de la sala y yo me volví á
sentar , haciéndome un poco de ayre con el
abanico. Creo , dixe á la Jewkęs , que me ha
de dar algun desmayo. Quereis , me dixo,
que vaya a traeros un poco de vino genero
so ? No , respondi yo : cierto que soy una cria-.
tura muy pusilánime ; pero no puedo reme
diarlo. Entonces sacó la Jewkessu pomito de
agua de la reyna , y me le alargó. Tenedle
en la mano , la dixe , podrá ser que le nece
site , aunque espero que no.:
De allí á un ratome insinuó la Jewkes
que ya era tiempo de ir. Yo me levanté, pe
ro de tal modo me temblaban las rodillasque
me ví'precisada á 'volverme ázsentar. Por úl
timo , me agarré de su brazo , y pasando jun
to á Abraham la dixe en voz alta : Verdade
ramente que el resbalon que dí al baxar la
escalera me hace coxear , y no puedo dar un
pa
IST
paso sino apoyada á vos. ¿ Sabeis, añadí, qué
grandes mutaciones son las que se han de ha
cer en la capilla , que quieren que todos diga
mos nuestro dictámen ?
! a con
Ella me dixo en el camino que habi
fiado el secreto á Anita , y que la habia man ;
dado se estuviese á la puerta de la capilla
para que nadie entrase. Inmediatamente que
puse. el pie en ella me salió mi querido amo
al encuentro y y tomándome de la mano mę
llevó hasta el altar . Hija mia, me dixo al
oido , procura estar alegre . como té lo ten
go encargado. Señor, le respondí, ya lo es
toy , y lo estaré ; , pero yo apenas sabia lo
que me decia. Y podeis muy bien creerlo,
queridos padres mios, pues decia a la Jew
kes : » Por Dios no os aparteis de mí, Mada
» ma Jewkes , no os aparteis de mí un inst
» tante;" como si hubiera puesto en ella to
da mi confianza , y no tuviese alguna del
que la merecia toda entera. Ella estuvo todo
el tiempo pegada á mí. Dios me lo perdo
ne : en mivida he estado tan distraida como
al principio , y aun me duró la distraccion
hasta que el hermano de Mr. Williams hubo
leido aquella parte del oficio que precede á
aquellas terribles palabras en que se nos ref
quiere: hablemos sin disfraz, porque hemos de
responder en el terrible dia del juicio. Despues
pronunció las solemnes palabras que debian
unirnos para siempre ..
Re.
152
Repara en esto , me dixo baxito mique
rido amo. Yo entonces volvízen mí como sobre
saltada. ¿ Tienes algun impedimento ? me dixo
en el mismo tono. Yo me sonroxé , y respon :
dí también muy baxo : no tengo otro mas que
el de mi extrema indignidad.
Oyendo esto Mr. Williams pronunció es
tas agradables palabras: Quereis recibir por es
posa á esta muger dec. Yo empecé a tomar un
poco de alientoquando mi amo respondió en
alta vozcár esta pregunta : Si la quiero. Pero
quando llegó el caso de haber de responder
yo , no pude hacerlo sino con una inclinacion
de cabeza . Sin embargo , : estoy muy segura
de que mi corazon estaba mucho mas pron
to á responder que mi. lengua; y así repitió
todos los artículos en que yo prometí obede
cer ‫و‬ servir , amar g honrar:
Mr. Peters me sirvió de padrino. Yo re
petí con el mayor gusto del mismo modo que
mi querido amo las palabras de la mútua en
trega ; y quando llegó el caso de la ceremo
nia del anillo , recibí este favor de su digna
mano con el corazon penetrado del mas vi
vo agradecimiento. Despues me aseguró en el
paseo que quando él habia pronunciado aque
Ilas palabras: Este anillo.te entrego en señal
de matrimonio , le habia hecho yo una pro
funda reverencia diciéndole : Os doy mil gra
cias , Señor. Es regular que así sucediese , por
que á la verdad , esta parte del oficio me
ha
1
153
habia agradado mucho , y mi corazon esta
ba poseido del mas vivo reconocimiento al
ver la gracia y alegría . con que mi amo la
desempeñaba. Me alegré mucho de que lo
restante del oficio consistiese en oraciones у
genuflexiones , porque el susto y la alegría
me hacian temblar de modo que no podia te
nerme en pie.
Las demas partes de esta solemnidad , co
mo el darnos las manos , la publicacion de
que estábamos casados hecha al corto núme
i ro de testigos que allí asistieron ( porque con
1 tando á Anita , cuya curiosidad no la permi-,
tió estarse á la puesta , todos se reducian á .
Mr. Peters , Mr. Williams y Madama Jew
kes ) , la bendicion , los salmos , las oracio
nes siguientes , y la exhortacion final, causáron
mucho deleyte á mi alma, porque ya me ha- ,
bia recobrado bastante.
De este modo , queridos padres mios , se
ha casado vuestra felicísima Pamela... : Y con
quien? ¡ Oh Dios mio ! con su amable y que
rido amo, con el dueño de todas sus acciones.
De este modo , por un decreto benéfico é in
falible de la Providencia , el que antes fue
perseguidor de mi inocencia , es ahora mi
amante protector , y mi generoso remunerador:
El Señor sea por siempre bendito y alabado,
y me conceda su gracia para no: ser entera
mente indigna de un honor tan singular. Der
rame el cielo sus bendiciones sobre este be

154
néfico amo , que se ha dignado de ensalzar así
á su pobre criada , elevándola á una grande
za que las damas de mayor distincion mira
rian como una dicha.
Acabada la funcion me dió mi amo, el pa
rabien del modo mas afectuoso , y me dixo :
Dios quiera , querida esposa mia , Dios quie
ra concederte tanto contento por el vínculo
que acabamos de contraer , como el que yo
mismo experimento en mi interior. Despues
vino Mr. Peters , y me dixo : Permitidme , My
ladi , que os asegure de nuevo lo mucho que
me intereso en vuestras satisfacciones. Dios
quiera que cada dia se aumenten , y que os
hagais mútuamente felices por muchos años,
pues sois sin duda vos у M. B... la más ama
ble pareja que he visto unirse en toda mi vi
da. Yo le respondí , que agradecia infinito
su buena opinion y sus buenos deseos , y
que esperaba portarme en lo sucesivo de mo
do que no fuese absolutamente indigna de mi
suerte .
Mr. Williams el secretario tuvo la adver
tencia de retirarse un poco ; pero mi amo le
dixo : Os suplico que feliciteis ,á mi queri
da esposa en dia tan dichoso. Él lo hizo al
instante , diciéndome que se interesaba mu
cho en mis felicidades, y que podia asegu
rarme que el ver premiada tan eminentemen
te la virtud y la inocencia habia sido para
él uno de los mayores placeres que en su
vic
355
vida habia tenido. Mi amo le dió las gracias
por su atenta expresioni
Á su hermano le manifestó tambien miamo
su agradecimiento por el trabajo que habia te
nido en , asistir á nuestra boda sirviendo de
ministro del altar , y le dixo que en recom
pensa de este favor le nombraba su capellan
en aquel Condado . ‫ܢ‬

Madama Jewkes quiso besarme la ma +


no al salir de la capilla ; pero como yo, es
taba mas sobre mí , la retiré y la eché los bra
zos al cuello.. Os agradezco, Madama Jew
kes , la dixe , el que me hayais acompañado;
pero es cierto que me he portado muy mal.
No , Señora , respondió ella , no os habeis por :
tado sino muy bien.
Mr. Peters salió acompañándome , y los
hermanos Williams y mi amo, salieron des
pues hablando juntos.
Nosotros entramos en la sala antes que ellos,
y estábamos sentados quando llegáron. Mi amo
me dixo al entrar en la sala : Y bien , hija miaj
¿ cómo estás ? Me parece que te hallas algo mas
tranquila. ¿Has visto ya como esto no era una
cosa tan terrible como tú te habias figurado ?
Señor , le contestó Mr. Peters , este lance
es de los de mayor importancia de la vida , y
á mí me agrada mucho ver una persona que
en semejante ocasion se porta con la gravedad
y respeto con que se ha portado Myladi. Es
ta es una excelente señal , y quanto mayor
es
156
es la reflexion en el principio , mas prudencia
nos asegura para lo sucesivo.
og Madama Jewkes sin habérselo nadie man
dado traxo a la sala vino de Canarias, y unas
tostadas de pan con azúcar y canela. Habeis
hecho muy bien , Madama Jewkes , la dixo mi
amo, pues ninguno de nosotros se ha desayu
nado de provecho. A mí me hizo comer un
poco de tostada , y los demas hicieron lo mis
mo , y despues brindáron á nuestra salud. Yo
tambien bebi un poquito de vino , lo que me
conforto para mas de una hora.
Mi amo se quitó del dedo un hermoso
anillo y se lo regaló á Mr. Peters , quien se
manifestó muy agradecido á esta demostra
cion de amistad . Para vos , mi antiguo ami
go , dixo á Mr. Williams , tengo reservado,
sin embargo de los muchos pretendientes que
le solicitan , el empleo que en mi mente os
he tenido siempre destinado. Os encargo que
paseis á tomar posesion de él ; y como pa
ra esto será preciso hacer algunos gastos , os
he de merecer tambien que admitais esta le
tra de cambio ( que como me dixo despues
era de cincuenta libras esterlinas ) para ayu
da de costa.
De este modo este hombre generoso nos
ha llenado a todos de sus favores, y á mí en
particular , tratándome con tanta distincion co
mo si se hubiera casado con la primera da
ma de Inglaterra .
Fi
Finalmente se despidió de aquellos Se13no7
‫ܪܙ‬

res , encargándoles el sigilo por algunos dias,


y ellos marcháron muy contentos. Ningun cria
do ha sospechado nada ; á lo menos Madama
Jewkes lo cree así.
Yo me arrojé inmediatamente á sus pies,
dando gracias a Dios y á él por tantos bie
nes como me hacia. Él me levantó , Hamán
dome su querida esposa , y otros mil nom
bres tan cariñosos, que no puede explicar mi
corazon , aunque penetrado de la gratitud mas
viva .
Llevóme despues hasta el coche , y dimos
el mas delicioso paseo que puede imaginar
se por los contornos de las aldeas inmediatas.
Hizo los inayores esfuerzos para disipar los
extraños temores que todavía se obstinan en
ser' mis compañeros , y que á pesar de to
das mis diligencias me hacen parecer , como
él mismo me ha dicho despues, demasiado
pensativa.
Volvimos á casa entre una y dos , y quan
do él menos lo esperaba vinieron á decirle
uno de los criados del Caballero Hargrave quo
ha
bia traido recado de que su amo y otros dos
amigos iban de viage á Noltinghan , y que al
paso vendrian á comer con él.
Este accidente le desazonó mucho , y se
hubiera alegrado de que los criados hubiesen
respondido que no comia aquel dia en casa;
porque como él decia : Venir impensadamen
Tomo III. L to
158
te estos caballeros á mi casa en un dia coa
mo este , es una imprudencia de marca ma
yor ; y como son unos bebedores eternos,
acaso me será imposible deshacerme de ellos
esta noche , porque no tienen mas ocupacion
que correr la comarca , y visitar á los ami
gos que encuentran en el camino : y para
ellos es lo mismo detenerse un mes en una
casa que un dia. Pero veré si hallo algun
arbitrio para deshacerme de ellos despues de
comer. Reniego de sus visitas : parece que no
habia en todo el año otro dia sino este para
venir aquí.
Apenas baxamos del coche y entramos
en casa quando llegáron ellos. Yo me aso
mé á la ventana , y ví tres hombres que me
parecian tres bandoleros: y quando llegaron
à la puerta de hierro empezaron a dar unas
voces muy descompasadas, y á chasquear sus
látigos , de modo que se estremecia todo el
patio .
Subí á mi quarto , y hallé á Madama Jew.
kes ocupada en adornarle y componerle. Yo,
entonces me retiré á mi gabinete , y tomé la
pluma para divertir las congojas de mi cora
zon. Si una persona que ama tan tiernamen
te, y que se ve tan favorecida como yo pa,
dece estos sustos , ¿ qué horror no experimen
tarán aquellas pobres doncellas á quienes unos
padres ó unos tutores tiranos obligan por fi
nes indignos á casarse con un hombre que
abore
159
aborrecen ?. Oh infeliz estado! ¡qué cuen
ta no tendrán que dará Dios, unos padres
tan crueles por haber sido verdugos de sus
hijas ! ¡ Y quan grande no será el tormen
to de estas inocentes víctimas ! Pero gracias
al cielo mi suerte es muy diferente de la
suya.
Mi querido amo :( todavía no me atrevo
á llamarle de otro modo ) , mi amable due
ño subió á verme. Vengo , dixo al entrar , á
saber como lo pasa mi querida esposa. ¡ Oh
expresion la mas dulce de todas las expre
siones ! ¿ Parece que estás escribiendo ? Yo creo
que estos hombres estan locos , y temo que
me han de volver loco á mí tambien . ¿ Sa
bes lo que he pensado , Pamela ? He manda
do que pongan los caballos al coche , dándo
les á entender que tengo dada palabra de con.
currir ; esta tarde á un parage cinco millas
de aquí , para echarlos así de casa , si puedo,
saliendo yo con ellos; y luego que nos se
päremos me volveré...
He sabido que Myladi Davers ha toma
1 do muy de su cuenta nuestros asuntos. Ha
habladó largamente de ellos con el Caballe
ro N..... ; y estos locos me han dado hoy
terrible matraca : de modo que he tenido que
revestirme de seriedad , porque no querien
do yo consentir que baxases , como ellos de
seaban , se han empeñado en que por fuer
za habian de subir á verte ; de manera que
L 2 me
160
me parece que reñiremos si se obstinan en no
salir hoy de aquí, pues ya me han usurpado
dos ó tres horas muy preciosas, y no quie
ro que trastornen 'mas el orden de mi casa.
Dicho esto se volvió a buscarlos.
Madama Jewkes vino á decirme que ya
me esperaba la comida en la otra sala. Yo ba
xé sin detenerme, y ella tuvo la atencion de
ofrecerse á servirme á la mesa. Me costó mu
cho trabajo persuadirla que me acompañase á
comer ; pero al fin cedió ámis instancias. Ma
dama Jewkes , la dixe , seria cosa bien ridi
cula el que yo empezase tan presto á réves
tirme de Señora , y á manifestar desde luego
soberbia y vanidad en mi trato ; pero espe
ro en Dios que nada de esto advertireis en
mis acciones.
Myladi , me dixo ella , aunque sois la mis
ma bondad , jamas me olvidaré del respeto que
debo á la esposa de mi amo. Pues bien , re
pliqué yo , supuesto que es preciso usar - tan
pronto de mi autoridad , y que vos teneis tan
presente vuestra obligacion , os mando que por
ahora os senteis conmigo a la mesa .
De este modo la obligué á que se sentase.
Yo no pude comer otra cosa sino un poquito
de asado , y un pedacito de tarta.
De allí á poco rato volvió otra vez mi
querido amo á verme. Gracias á Dios , dixo
al entrar , que ya se van hoy estos calave
ras ; pero es precis acompañarlos un tre
o
cho
161
cho de camino. Voy en coche , porque si
fuera á caballo me seria imposible librarme
de ellos. Estos son como las bolas de nie
ve , que por donde pasan juntan quantos com
pañeros pueden para que dure mas ' la diver,
sion .
Nosotras nos levantamos luego que entró
mi amo. Quietecita , Pamela , me dixo : ya se
han acabado entre : nosotros los cumplimien
toś : ' sentaos. vos tambien Madama Jewkes.
Señor , le dixo esta , yo no hubiera tomado
semejante libertad , á no haberme obligado á
ello mi:ama. Ha hecho muy bien en eso , la
respondió; y sentándose á milado se me que
jó de que en todo el tiempo que habiamos
estado de paseo , apenas le habia hablado qua
tro palabras", ni me habia atrevido á levan
tar los ojos ; y me dixo que esto era ya de
masiado
Yo deseaba contestarle y aun complacer.
le en esta parte ; pero cierta especie de se
creta timidez me lo impedia; y así advirtien
do él mi cobardía , se dirigió á Madama Jew .
kes , y la dixo : Es menester , Madama Jew
kes , que mientras yo esté fuera divertais á mi
Pamela todo lo posible .
En esto entró Abraham á decir á mi amo
que aquellos caballeros iban á marchar , y que
su coche estaba ya puesto : me alegro macho,
dixo él; é inmediatamenté baxó á buscarlos, y
marchó con ellos. ‫۔‬ ‫ یا‬،
Luc
162
.

Luego que se fueron salí a pasearme por


el jardin con Madama: Jewkes , y despues
de haber estado allí un rato la dixe : Qui
siera , Madama Jewkes , que fuésemos hacia
la alameda para esperar allí el coche , por
que yo no sé en qué consiste que quando mi
querido amo está presente no me atrevo á le
vantar los ojos para mirarle , y ahora que es
tá ausente deseo salirle al encuentro . Qué
extraños movimientos inspira esta indefinible
pasion !
;; Qué diverso ' es para mí ahora , querix
el aspecto de esta casa y
dos padres: mios , ela
de todos sus contornos ! El jardin , el estan
que, el cenador , el paseo de la alameda , to
do ha mudado de semblante. Pero qué hay
que extrañar, si lo que antes era mi prision
se havconvertido para mí en palacio de de
licias !
Por último ví volver á mi querido amo,
é inmediatamente que Hegó adonde nosotras
estábamos, mandó parar el coche , y se apeó.
¿ Qué es esto , Pamela '? me dixo: ¿qué te trae
por. aquí? Supongo que habrá sido el deseo
de salirme al encuentro :":ano es así? Sí, Se
ñor , le respondí , no ha sido otro el moti
vo. Quanto té lo agradezco ! Pero ¿ por qué
baxas la vista como tezelando mirarme ? ¿ Por
qué te afliges como si me tuvieras miedo?,
Destierra de tu bello rostro esa nube de
afliccion é inquietud que ofusca su sereni
" I dad.
163
dad. Llena mi corazon de satisfacciones mos
trándote contenta y placentera: ¿ Tienes algun
temor , alguna duda que yo pueda disipar , al
gunas esperanzas que yo pueda alentar , ó algu
na cosa que pedirme , y que yo te pueda con
ceder ? Habla , querida Pamela , pues la me
nor insinuacion bastará para que queden satis
fechos todos tus deseos en quanto penda de
mí , con tal que yo vea asomarse la alegría
en tu semblantei
Señor , le dixe , yo no tengo mas dudas
ni mas temores que el no poder merecer ja
mas õuestros incomparables beneficios. Me con
tento con esperar que mi conducta en lo su
cesivo no os será desagradable , y que mi cons
tancia en el desempeño de las ruevas obliga
ciones ha de ser muy conforme a vuestros
deseos. Por lo que toca á súplicas , la úni
ea que tengo que haceros es que me perdo
neis todas mis faltas , y entre otras esta es
pecie de empacho y timidez, que en medio
de tantos y tan generosos favores de que me
colmais , me hace parecer á vuestros ojos co
moi esquiva y poco sensible . Pero a la ver
dad , Señor , me siento oprimida con el pe
so de vuestros beneficios , ý conozco que por
mas que haga , nunca podré llegar á merecer
el menor de ellos. i 7
Conozco muy bien , me dixo , la grati
tud de tu corazoni ; pero advierte , querida Pa
mela , quellos jurisconsultos dicen que no
re
164
reconocen las leyes vínculo mas poderoso que
el del matrimonio. Este vínculo , querida esa
posa , te ha hecho mia , y á mí tuyo ; y así
tienes ya el mas fundado derecho para para
ticipar de todos mis bienes. Pero dexando apar
te la consideracion de mis riquezas , į no me
dirás en lo demas qué obligaciones puedes des
berme ? Tú tienes un corazón .puro é infinita
mente superior al mio : yo no te igualo ni en
prudencia ni en talento estás adornada con
quantas gracias puede deber una muger á una
buena educacion , y tu genio hace que todas
estas graciasparezcan en tí naturales. Tu agra-,
do y tu noble sencillez no tienen igual, y
excédes en hermosura á quantas, damas yo
conozco.
¿ Pues quien de los dos estará mas obli
gado al otro ? Yo , sin duda ; y así para evi.
tar comparaciones mirémonos como iguales.
La ventaja estará siempre de tu parte ,si se po
nen en paralelo , los tesoros de tu alma y tu
irreprehensible virtud con unas riquezas que
pueden llamarse efecto de la casualidad , y
que son quizá la única ventaja de que yo pue.
do gloriarme : y por lo mismo nunca me ten
dré por digno de tí , hasta que , aprovechán
dome de tu amable exemplo , sean con el tiem ..
po todas mis acciones casi tan irreprehensibles
como las tuyas.
i Ah , Señor, le respondí , qué alegría no
infundís en mi corazon ! Lejos de sentirme
ex
165
expuesta á las peligrosas tentaciones del bri
llante : estado á que me eleva vuestra bondad,
me haceis esperar que cada dia me confirma
ré mas en mis obligaciones con vuestro exem
plo ; y que haciéndonos mútuamente felices los
dos en esta vida , lograrémos perpetuar en la
otra nuestra dicha por toda una eternidad. Vos
me alentais de un modo que desde ahora pro
pongo desechar de mí toda especie de timi
dez y rezelo ; y espero daros cada dia prue
bas mas convincentes de que no tengo mas vo
luntad que la vuestra .
Me dió muchas gracias por mis promesas,
y renovando otra vez las suyas con la mayor
ternura y eficacia , nos volvimos á casa po
co á poco's; mútuamente satisfechos uno de
otro.

A las ocho de la noche.

A hora me direis,amados padres mios , que


estas agradables y voluntarias' protestas eran
quanto yo podia desear para seguridad de mi
corazon . Es verdad ; y por eso estoy resuel
ta á desechar de mí, si es que puedo conse
guirlo , mis ridículos temores."
COMIC
vidundub , ! , 2012
A
166

A las diez de la noche.

Mientras
tras cenamos todo fue una continua fi .
neza de parte de mi amo, y 'me dió á enten
der con mucha afabilidad que conocia que yo
estaba luchando conmigo misma. Me alegro,
añadió , que procures alentarte para compla
cerme, y te aseguró que quedo agradecido á
los esfuerzos que haces para vencerte á tí mis- ,
ma : ya te tengo dicho , querida Pamela , que
estoy infinitamente mas prendado de tu virtud
que de tu belleza ; y así puedes estar segu
ra de que ni en mis acciones ni en mis pa
motivo
labras te daré el menor para que pue
das sospechar de la verdad de mis intencio
res y de mis promesas. Estomismo to podrás
inferir al ver lo mucho que siento mirarte tur
bada sin motivo alguno , aunque no dexo de
hacerme cargo de que es muy fácil que una
alma tan pural como la tuya quede algo 'sor
prehendida á vista de una mudanza tan grandes
Pero yo estoy resuelto á disipar tus penas en
todas las ocasiones de la vida , y á 'reprehen
derte solo en adelante por aquellas cosas que
puedan aumentar tus males y hacerlos mayo ,
res que los mios .
Es imposible ponderaros , amados padres
mios , el ayre de sinceridad y candor con que
me
167
me repetia estas protestas ; pero tambien me
parece que no habrá -habido criatura que en
un estado tan feliz se haya portado tan ne
ciamente como yo... ?
Acabo de entrar en mi gabinete , donde
daré nuevas gracias á Dios por los beneficios
que en este dia me ha concedido , y le su
plicaré que por su divina bondad se digne en
caminar todas mis acciones á su mayor hon
ra y gloria ; y me entregaré absolutamente en
manos de aquella divina Providencia , que des
pues de haberme hecho pasar por tantas tri
bulaciones y trabajos, me ha conducido has
ta este feliz aunque terrible momento.
Quedad con Dios , amados padres mios:
quizá no vereis tan pronto esta carta ; pero
sé que continuamente estais pidiendo por mí,
y acaso en este mismo instante en que os
escribo participo del fruto de vuestras ora +
ciones. A Dios , pues : buenas noches. Su Ma
gestad ós colme de bendiciones. Amen. Amen .
Derramelas tambien abundantemente sobre-mí,
para que toda mi vida pueda llamarme la mas
respetuosa de todas las hijas & c.
.

Vier
168

Viernes por la tarde.


Mili querido esposo se muestra cada dia mas
condes cendie nte conmigo , y su incompara
ble bondad hace que cada instante de mi
vida sea para mí mas feliz que 'el antece
dente. Se compadece de mis flaquezas, y me
las disimula todas. Procura disipar mis temo
res , é inspirarme toda aquella confianza que
debe reynar entre dos almas perfectamente
unidas. En una palabra , sus expresiones , sus
pensamientos y toda su conducta es tan ar
reglada , que juzgo no hay criatura mas vėn
turosa que vuestra Pamela. ¿ Cómo era po
sible que yo esperase lograr la suerte de
poseer un marido de tales prendas ? ¿ Quien
habia de creer que un caballero jóven
que antes habia intentado cometer los des
litos que sabeis, y que yo procuraré olvi.
dar para siempre , se habia de convertir de
tal modo , que la mas severa crítica no ha
lla en él la menor cosa que reprehender , ni
que me pueda ofender ? En suma , amados
padres mios , todas sus acciones y palabras
me alientan á fixar mi vista con la mayor
confianza en el generoso autor de mi fe
licidad .
Al tiempo del desayuno como yo me
no
169
me atrevia á mirarle , procuró alentar mi coa
razon hablándome de vosotros , queridos pa
dres mios , pues conoce que esta conversacion
es la que mas me agrada ; y me aseguró que
no sosegaria hasta que os hiciese enteramente
felices , y que deseaba que yo os escribiese
inmediatamente dandoos parte de mi matri
monio ; y que Tomas , que tiene que ir pre
cisamente hảcia vuestra aldea á otras diligen
cias , podria llevaros la carta. Yo , añadió , no
te pediré que me enseñes lo que escribas,
porque te he prometido no hacerlo, y en ade
1 Jante quiero cumplir religiosamente mis:pro
mesas á mi querida esposa. ¡ Oh qué expre
44 sion tan lisonjera ! Tambien puedes enviar
les todos los papeles que siguen desde los
7 que allá tienen " hasta este feliz momento ; y
solamente te ruego les encargues que los guar
den , y me los remitan despues de haberlos
leido , con los demás que yo no he visto
ni quiero ver antes que ellos , y que te es
timaré como un singular favor el que me per
mitas leerlos. Y

Señor , le respondí, la obediencia á vues


tros preceptos, ademas de ser en mí una obli
gacion indispensable , será siempre mi mayor
delicia . Yo continuaré escribiendo todo lo ocura
rido hasta el presente dia , para que vean mis
padres el colmo de felicidad á que ha llega
do su Pamela. :
No dudo , queridos padres mios , que unis
reis
170
reis vuestras oraciones a las 'mias para ben
decir al Señor , y darle gracias por tantos y
tan singulares favores como derrama sobre
mí y sobre vosotros. Habeis de saber que
mi amo ha querido que le informase
muy por menor del estado de vuestros ne
gocios, y me ha dicho que habia reparado
en algunas de mis primeras cartas que yo su
ponia que teniais deudas : y al mismo tiem
po me hà' dadó cincuenta guineas , mandán
dome que os las envie con la carta , para que
con ellas pagueis hasta donde alcancen ; é
igualmente os diga que por ahora os retireis
de las fatigas del trabajo , y os vistais de
centemente como los labradores acoinodados
de ese pueblo , pues luego que él vuelva al
Condado de Bedford os proporcionará un gé
nero de vida mas cómodo que el que ahora
teneis. ¡ Dios mio , como podré yo agrade
ceri tantos beneficios! Os remito esta canti
dad en diez' cucuruchos de papel de á cin
co gaiñeas cada uno anii.
A mí me ha dado nada menos que eien
to para que las reparta , como que sale de
mí , entre los criados de esta casa el dia que
partamos para el otro Condado ; y habiéndo
ſe preguntado como se habia de hacer la re
particion', me ha dicho que á Madama Jew
kes la de treinta guineas por via de re
galo con motivo de mi boda : diez á Cole
brand : cinco cá cada uno de los cocheros:
otras
171
otras tantas á cada una de las cocineras : cin,
co á Abraham , y cinco á Tomas ; y por
lo que toca á los jardineros-, palafreneros,
у demas criados inferiores , me ha dicho
200 les dé lo restante para que lo repartan i en
tre sí. !

Quando lleguemos al otro Condado , pro


siguió , te daré mayor cantidad para que
compres otras ropas, mas decentes ; porque
21 en adelante es preciso te presentes en tra
‫ניי‬ ge correspondiente al de muger mia , sin re
parar , como pensabas antes , en lo que po
13 drán decir otras damas. Por lo mismo que
12 tú crees que el no vestirte, como todas , ellas
JU
te pondria á cubierto de la envidia de las
personas de tu sexo , por lo mismo debo yo
empeñarme en que lo hagas; porque lo cons
trario podria atribuirse en mi á un despre
cio voluntario de tu persona ; y, en esta par
te espero que nadie pueda tacharme de sea
mejante vileza. Quiero que sepa todo el mun ,
do que te estimo como debo , y tanto como
si me hubiera casado con la Señora .m
i as ni
ca y distinguida del reyno ; y es muy jus-,
to que yo piense de este modo , pues tus in
0 comparables vir
a
tudes exceden á la mas cali
ficada noblez .
1 La imposibilidad de poder explicar los
afectos que yo sentia en esta ocasion me hi
zo enmudecer. Pamela , esposa , querida com
pañera mia , me dixo con un gozo inexpli
ca
172
cable , bien veo tu amable confusion . Yo iba
á romper el silencio , pero él me lo impi
dió diciéndome : No quiero que tengas la sam
tisfaccion de darme gracias , porque aun quan
do hiciera por tí mil veces mas de lo que
hago , nada de esto bastaria para manifesa
tarte el amor que me inspiran las dotes de
tu alma y las gracias de tu persona. Mi ma
yor honor , añadió , consiste en poder decir
hoy que eres mia , y que siempre lo serás
igualmente.
¡ Ah , queridos padres mios ! ¡qué mayor
premio para vuestra hija ! ¡ qué satisfaccion
mas dulce para vuestra amada Pamela ! ¿ Qué
podré hacer yo en adelante sino aumentar
en mi corazon mi ternura , mi gratitud y mi
alegría ?
De este modo procuraba desterrar de mi
imaginacion las ideas que en aquel dia la agi
taban , con unas expresiones tan dulces у li
sonjeras como las que os acabo de referir.
Como le pareció que yo estaba algo pen
sativa , me dixo que iriamos á pasearnos en
coche hasta la hora de comer. En efecto , lo
hicimos así con gran satisfaccion de entram
bos , y me divirtió con especies alegres é ins
tructivas , haciéndome al mismo tiempo una
pintura fiel de los genios y circunstancias de
las damas y caballeros que viven en las in
mediaciones de la otra casa de campo , y
nombrándome señaladamente aquellas cuya
amis
173
amistad y trato deseaba freqüentase. Yo , aun
que con mucho temor , nombré á Myladi Da
vers , y él me dixo : No puedo negar que quie
ro mucho, á mi hermana no obstante su genio
altivo ,ysé queellatambien'mequiere. fam
bien es verdad que debiera perdonar en par
te su altivez , atendiendo a la que yo la he
manifestado no ha mucho tiempo , y á que
1 no conoce bien á mi Pamela , ni vetan de
cerca como yo sus perfecciones ;, pero tú , hi
ja mia , debes tener presente que eres mi esa
I que no te has de baxar á hacer co
posa , y que
sa que desdiga de tus actuales circunstan
cīàs . Sé "muy bien que usarás de toda la
afabilidad posible para reducirla á que te
i trate como es razon; pero jamas permitiré
condescendencia con ella degenere en
que tu.in
baxeza
No obstante , prosiguió , como no pienso
publicar aquí' mi matrimonio , es regular que
no venga å vernos hasta que estemos ya en
el Condado de Bedford , y que sabiendo
entonces nuestro casamiento , se abstenga de
ir á visitarnos , si es que todavía la posee
el espíritu de discordia, porque no me per
suado que quiera armar pendencia sobre una
cosa que ya no tiene remedio : pues se conci
liaria sin duda la indignacion de todo el mun
do si se empeñara en sembrar discordias entre
marido y muger.
Pero dexemos esto , que no quiero hablar
Tomo III. M de
174
de cosas que puedan afligir á mi querida es
posa ; é inmediatamente volvió la conversacion
á otros asuntos mas agradables, diciéndome
mil finezas.
asea oine füe cerca
Quando volvimos á casa , que fue cerca
de la hora de comer , continuó del mismo mo
do , como si no tuviera otro cuidado que el.
de manifestar el generoso afecto que me ha
bia prometido. Despues
ya habia escri
de comer me dixo que
to a Londres á su correspon
sal, encargándole le hiciese libreas nuevas; y
que habia dado órden al de su difunta madre
para que le enviase á Bedford muestras de to
das las telas de seda que tuviese, mas de mo
da , á fin de que eligiese yo las que mas me
agradasen .
Despues de haberle manifestado onmi
i agra
decimiento , le dixe que como él sabia me
jor que yo lo que correspondia á su clase
y condicion , pensaba dexarlo absolutamente á .
su arbitrio : y que oprimida con el peso de
tan singulares favores , no podia acordarme del
nuevo estado sin sobresaltarme toda al con
siderar la dignidad á que me habia elevado,
en la qual temia no poderme conducir con
toda aquella prudencia que era necesaria , pa
ra que el mundo viese justificada su eleccion
en la regularidad de todas mis acciones; en
cuya atencion esperaba disimulase mis defec
tos, como absolutamente involuntarios , y aun
le suplicaba que siempre que notase en mi
con
175
conducta alguna cosa que no fuese de su agra
do , me lo advirtiese caritativamente , pues sus
insinuaciones e instrucciones en esta parte se
rian ciertamente el mayor favor con que po
dria honrarme; porque ademas de servirme
para evitar otras faltas mayores , me asegura
rian para siempre el incomparable tesoro de su
estimacion .
Respondióme con la mas , amorosa aten
cion , y me prometió no ocultarme jamas el
menor pensamiento que pudiese contribuir a
que yo le instruyese, ó á que yo misma que
dase instruida. ?
is Despues me preguntó quando queria par
tir para el Condado de Bedford ; y añadió
que antes del invierno volveriamos aquí pa
ra que yo tratase mas despacio á estos caba
Heros vecinos, y cultivase la amistad que ha
bia contraido con Myladi Jones y con la fa
milia del caballero S ...; y si Dios nos da sa
lud , prosiguió , iremos á Londres este in
vierno por un par de meses , como te he .
ofrecido.
Yo le respondí que en quanto a partir
de aquí lo dispusiese quando gustase ; pero
que no podria excusarse quizá de condescen
der con las instancias de la Señorita Danford,
sobre que antes de partir la diese en su casa
el bayle prometido. Bien está , me respon
dió : si no pudiésemos excusarnos, le dispon
dremos para el Lunes por la noche, y aun
1 M2 si
176
si te parece convidaré á Myladi . Jones', a
Mr. Peters y su familia , al caballero S.... y'la
suya , para que el Domingo vengan á oir Misa
á mi capilla , y despues me acompañen á com
mer : con este motivo les daré partede mi boda,
para que quando nos retiremos de aquí á na
die le quede la menor duda de nuestro ma
trimonio.
No os parece, amados padres mios,que
esta es una bondad sin exemplo ? Pues sabed
que en todo es igualsu conducta , sin que haya
la menor acción que la contradiga. ¡ Qué cria
tura tan feliz es vuestra Pamela !
Podrá ser , añadió , que nos dispensen del
bayle hasta que volvamos, y me alegraria
infinito así por tí como por mí. Pero ¿có
mo ha ser ? Es menester acomodarse a las
circunstancias y vivir con todos. Mira , Pa
mela , si deseas alguna otra cosa , y dímelo con
toda libertad.
Hasta ahora , Señor , le dixe , no solamen
te os habeis anticipado á mis deseos, sino tam
bien á mis esperanzas, y aun á mis pensamien
tos; y en esta inteligencia no puedo menos de
confesar que tengo que pediros dos o tres gra
cias , cuya concesion será el colmo de mi feli
cidad ; pero no quisiera desagradaros , ni que os
pareciese que me valgo de vuestra tan fina con
descendencia , como muger que quando pide
no sabe decir basta .
Habla , me dixo, ¿qué es lo que deseas ?
Una
177
Una sola cosa tengo que advertirte , y es , que
no creas que lo que hasta aquí he hecho con
el fin de agradarte y de tenerte contenta pro
cede de un movimiento impetuoso , ó de una
pasion ciega y violenta. Mi corazon me ase
gura que estas acciones nacen en mí de un
afecto racional y moderado , que durará tan
to como tu mérito , que es lo mismo que de
cir toda mi vida. Me parece que puedo ha
certe esta promesa con toda confianza, pues
en todas mis acciones y pensamientos siento
una complacencia extraordinaria que me dexa
suficientemente premiado ; y es regular que
yo procure aumentarla así por tí como por
mí. En esta inteligencia , querida esposa mia,
( no me canso de pronunciar este nombre
que tanto aborrecia antes mi vanidad ) habla
con toda franqueza ; te prometo concederte
gustoso quanto me sea posible , pues estoy per
suadido de que tus súplicas no saldrán jamas de
estos términos.
Ni por pensamiento , le dixe, me atre
veré á pediros cosas que no sean regulares;
y, supuesto me dais aliento para haceros esta
súplica , puesta de rodillas como correspon
de os pido volvais á admitir á aquellos cria
dos , cuya desgracia he ocasionado yo. Le
vántate , me dixo , querida Pamela , pues en
adelante jamas permitiré que estes en esa hu
milde postura , de que en otro tiempo tan
tas veces te has valido para ablandar mi du
re
178
reza : ¿ quál es el criado que particularmente
solicitas vuelva yo á recibir ? Primeramente,
le respondi, á Madama Jervis , que es la mu
ger mas honrada que conozco , y ademas de
tantas desgracias como ha padecido en esta
vida , se le ha aumentado ahora la de haber
incurrido en la vuestra ,
Lo mismo digo por Mr. Longman ; y creed
que sin embargo del bien que ambos me han
hecho , no intercederia por ellos si no me atre
viera á salir por fiadora de su integridad , y no
estuviera bien persuadida de que son muy úti-
les en vuestra familia unas personas de prendas
tan excelentes ,
Vuestro antiguo repostero , el pobre Jona
tam , que estaba en casa de vuestra madre
muchos años antes de vos nacer , es igual
mente acreedor á mis súplicas y á vuestra com:
pasion.
Una sola cosa , me replicó , tengo que
prevenirte , Pamela , y es , que si Mr. Long
man , Madama Jervis y Jonatam no hubie
ran tenido el atrevimiento de unirse con mi
hermana contra mí , habiéndola servido á ella
esto de pretexto para mezclarse en mis ne
gocios, fácilmente les hubiera perdonado to
do lo demas. Pero una vez que tú intercedes
por ellos , esto basta para que desde este mis
mo instante queden todos restituidos á sus
antiguos empleos, porque quiero que to
dos te amen, y que conozcan que el amor
que
que teprofeso es et origen de sa felicidad;
y aun me glorío infinito de que la estima
cion que ellos у todos los que te tratan ha
sen de tí justifiquen tan claramente mi
eleccion .
Yo mismo escribiré á Mr. Longman par
ticipándole lo que debe a tu intercesion; aun
que no sé si como se ha hecho rico en mi
casaquerrá aceptar la oferta.
En quanto à Madama Jervis , tú misma
puedes escribirla, mandándola que inmediata
mente que reciba tù carta vaya á tomar pose
sion de su antiguo ministerio : porque en
adelante mas bien estará baxo tus órdenes
que de las mias. Sé lo mucho que la esti
mas, y conozco que el gusto de encontrar
la donde la has dexado, aumentará al do
ble el que tendrás en volver a aquella mis
ma casa .
¿ Qué mas tienes que pedirme, querida
Pamela? me dixo : Mr. ' Williams ya está pre
miado , y espero que será feliz. No me ha
blas á favor de Juan Arnold ?
Ya habeis visto en mis cartas el arrepen
timiento de este pobre'mozo , le respondí.....
Es verdad , me interrumpió ; pero se arrepien
te de haberme servido à míen perjuicio tu
yo ; y me parece que como estaba dispues
to á serme traidor en lo sucesivo , no mere
ce que ninguno de los dos nos interesemos
por él.
Pea
180
Pero Señor , añadí , hoy es dia de jubileo,
y quanto mayor es la culpa de este pobre. mo
ZO , tanto mas grande será vuestra bondad en
perdonarle: y por otra parte es preciso haceros
cargo de que como su corazon estaba dividido
entre la obediencia que os debia y el aafecto
que á mí me profesaba , no sabia qué partido
seguir. Mas quando ahora vea que por vuestra
bondad nos hallamos tan felizmente unidos,
ya no tendrá motivo para dudar acerca de lo
que debe hacer ; y como no ha faltado mas que
en este punto , espero que en adelante os servi
rá fielmente.
Pues supongamos, me dixo , que yo pusiesc
á Madama Jewkes en un buen pie : porexem
plo , la diese un meson para que le administra
se , y la propusiese á Juan por marido, ¿ seria
esto acertado? Entonces se verificaba la profe
cía de tu gitana , que la dixo se casaria con un
marido mas mozo que ella,
Señor , le respondi: yo he perdonado de to
do corazon á Madama Jewkes , y la deseo la
mayor felicidad ; pero decidme , no seria esto
un género de riguroso castigo para el pobre
Juan, que haria ver á todos que despues de ha
ber perdonado á los demas no habiais,querido
perdonarle á él?
Mi querida Pamela , exclamó sonriéndose:
jpor cierto que son muy buenas todas esas refle
xiones para una persona que dice haber perdo
nado de corazon á la pobre Madama Jewkes!
Pe
78
Pero yo espero, en Dios no necesitar en ade
lante ni de Juan ni de otro alguno para seme
jantes servicios : y și : tú le perdonas, yo tam
bien le perdono ; y así, puedes hacer con él lo
que gustares. Dime ahora , querida Pamela , si
si deseas todavía alguna otra cosa...
Qué mas puede tener que pediros, la
agradecida Pamela ! Su corazon está ya lle
no de vuestros beneficios; y así permitid que
mis ojos 'exhalen en lágrimas los afectos de
gozo que encierra mi alma. Nada me que
da ya que desear , sino pedir á.Dios que os
conceda á vos honores , salud , y una larga
vida , y á mí la felicidad de merecer y
conservar siempre vuestro amor. Si el Señor
oye mis ruegos, no habrá en el mundo dia
cha que pueda compararse á la de vuestra
Pamela,
No , Pamela , me contestó : la felicidad
de ser tuyo jamas podrá ser tan grande co
mo , la que yo tengo en que tú seas mia;
y detesto con toda mi alma los desenfrena
dos deseos que me induxéron ántes á per
seguirte. ¡ Qué contento , qué alegría introdu ,
ce en el alma un amor puro y virtuoso ! Una
alma vil es incapaz de estas delicias: no can
ben en su imaginacion ; .y mientras yo he via
1
vido como tal , no he tenido ni la mas leve
idea de ellas.
Yo discarria , añadió , que mi querida
Pamela tendria alguna cosa que pedirme pa
ra
182
para sí; pero supuesto que toda sa felicidad
consiste en elgeneroso placer de procurar el
bien ageno', me esmeraré desde hoy en anti
ciparme á sus deseos , sin dar lugar á que ten
ga que apetecer cosa de este mundo .
Ved ahora , amados padres mios , como
vuestra Pamela halla juntas todas las feli
cidades en su esposo . ¡ Ah, qué deleyte es
el pronunciar este nombre ! ¡ Qué impresion
causa en mi corazon ! Nada 'me queda que
hacer , sino ser humilde ; y dar rendidas gra
cias al Soberano dispensador de tantos be
neficios:
? Después de haberle manifestado mi hu
milde reconocimiento , me retiré á mi gabi
nete para escribiros hasta este pasage. Este
paquete contiene todo lo que yo queria es
cribiros , incluso el regalo que os hace mi
amo ; y solo me resta deciros que espero ve
ros muy presto , y recibir vuestra paternal
bendición con motivo de mi felicísimo matri
monio. Estoy segura de que en vuestras ora
ciones pedireis à Dios me conserve humilde
y reconocida á mi querido esposo : que me
continúe sus favores y bendiciones; y no per.
mita que yo dé á persona de este mundo el
menor motivo de disgusto.
Queridos padres mios, es y será siempre
la mas respetuosa de todas las hijas, la mil
veces feliz = Pamela B....
P. D. No creais que me alegro de la dag
mu
183
danza de mi apellido por algun motivo de
vanidad , pues el vuestro me será siempre muy
honroso , y es imposible que en ningun tiem
po me avergüence de él . Pero no obstante,
teniendo un marido como el que tengo......
i Ah ! No sé qué deciros: las mas enérgicas
expresiones no alcanzarian para explicar mi agra.
decimiento .
He copiado la carta de mi amo á Mr. Long
man , y la mia á Madama Jervis. Quando lle
gue al otro Condado os la enviaré con la re
lacion de todo lo que ocurra hasta entonces;
ó quizá os la entregaré en vuestras propias
manos , porque espero veros dentro de po
cos dias.

Sábado por . la mañana : tercero dia de mi


feliz matrimonio.

o cesaré de emborronar papel hasta que me


vea ocupada en las funciones del estado á que
tan generosamente fui elevada , y hasta que
vosotros, queridos padres mios', dividais con
migo los incomparables placeres de mi nuevo
destino , y los favores que cada dia recibo de
mi buen esposo .
Despues de haber cerrado el paquete pa
ra vosotros , me puse á escribir á Madama Jer
vis,
184
vis , como él me lo habia mandado , y solo du
de en el modo de firmar : de manera que
quando baxé la carta para que mi amo la
viese iba con mi nombre ' solamente y sin
el apellido .
Mi querido amo (á quien siempre me de
leytaréen dar este nombre) habia escrito tam
bien á Mr. Longman. Mira , hija mia , me dixo
en tono de chanza , lo que escribo á tu al
guno. Yo leí la carta, y decia así :
» Mr. Longman : Tengo el gusto de par
ticiparos que el Jueves pasado me desposé
» con mi querida Pamela ; y que aunque he
» estado enfadado con vos , con Madama Jer
» vis y con Jonatam , nunca ha sido por el
» afecto que habeis manifestado á mi querida
esposa , sino por el modo con que os ha
„ beis unido con mi hermana Davers, de cu
» yas resultas ha habido entre los dos algu
» nas disensiones bastante pesadas. Pero como
» una de las primeras gracias que me ha pe
» dido mi querida esposa ha sido el que os
» restablezca a todos en vuestros antiguos des
» tinos , me ha parecido conveniente condes
» cender con sus ruegos sin el menor reparo.
» En esta inteligencia , si no tuvieseis incon
» veniente , podréis volver á tomar posesion
» del empleo que hasta ahora habeis desem
» peñado con tanta integridad y tan á satis
» faccion de = Vuestro&c. = "Hoy Viernes
" por la tarde.”
P.
185
P. D. „ El Martes ó Miércoles saldremos
nde aquípara el Condado de Bedford , y de
» seo hallaros á vos y á Jonatam en posesion
3
► de vuestros antiguos empleos. No dudo que
naceptareis con gusto mioferta ,y que no po
ndreis recibir prueba mas convincente det
.
» afecto de mi esposa, de cuyo buen córas
» zon podeis esperar que hará todo lo posi
0
wble para complaceros. Ella misma escribe
» hoy á Madama Jervis."
Yo le di las gracias por sus favores", y
le manifesté la carta que habia escrito a Ma
dama Jervis, que estaba concebida en estos
Ć términos :
. „ Mi querida Madama Tervis : Tengo que
» comunicaros una noticia muy excelente, y
2 nes , que ayer por mi fortuna me casé con
» el mas amable de todos los hombres , mi
» 'querido amo y vuestro :" Lo más que pue
» do deciros es , que no hallo términos para
nexplicar mi felicidad , ý què mi generoso
» bienhechot" no " solo no ime niega nada de
5
» quanto le pido , sino que sus favores se
n anticipar á mis deseos. Bien conoceis que
» soy incapaz de olvidarme de mi querid
„ da Madama' Jervis ; y así pedí y conseguí
» inmediatamente que volviescis à vuestro an
» tiguo empleo , que hasta ahora habeis des
» empeñado tan á satisfaccion de nuestro
» comun amo, ý tan á gusto de toda la
o familia : y en adelante usaré de todas las
fa
186
facultades que me confię mi generoso bien
y hechor para proporcionaros el que vivais
» con mas descaņso y, contento . Muy prone
u to tendré el honor de acompañar á mi ama
» do esposo al Condado de Bedford ; y 0 &
* aseguro que tendria la mayor complacen
v cia , en hallar allí á mi querida: Madama
» Jervis , y ser recibida de ella con el gus
» to que me prometo de su afecto , porque
» soy y seré siempre , mi amada amiga ,= Vuese
» tra mas " afecta y agradecida servidora =
» Pamela.”..,
Mi amo leyó la carta , y me,dixo: Tú la
has escrito , y esto basta para que esté perfecta:
Pero , reparo en que no pones en la firma tu
apellido. wine,2017
Señor, le respondí, es verdad que vues
tra bondad me ha autorizado para poner uno
que me hace mucho honor ; pero como esta
es la primera carta que he escrito despues
de la de mis padres , me ha parecido conve
niente manifestárosla sin poner vuestro ape
llido , para que no se crea que empiezo á
usar demasiado presto del honor que me ha
beis hecho .
Por mas conveniente que pueda parecer
á tu delicadeza , Pamela , esa moderacion tan
extremada , te protesto que cada dia estoy
mas contento del derecho que has 'adquirido
para usar de mi apellido ; y si alguna cosa:
deseo , es únicamente el poder ser la mitad .
dige
187
dignoque tú del feliz vínculo que hemos con
traido . Tomó entonces una pluma, y despues
de, Pamela , añadió su ilustre y honorífico
apellido , y yo, puse debaxo : 1
wybj Ah,mi querida Madama Jervis ! jalegraos
» conmigo de que por la divina,clemencia pues
u da firmarmede este modo !!
-100Estas cartas y el paquete que va para vo
sotros ,-amados padres mios, șe, han remitido
muy de mañana con Tomas. Ahora acaba de
salir miamo á caballo , y piensa pasar por
casa de Myladi Jones, de Mr. Peters, y del
caballero S. , para convidarlos, á que maña
na vengan á vir Misa aquí, y, acompañarle á
comer. Me ha dicho que queria irél en per:
sona , porque eltiempo es corto , y si los con
vidaba por medio de un criado acaso podrian
excusarse .
Se me olvidaba deciros que Mr. Williams
estuvo ayer aquí á despedirse de mi amo , paa
ra ir á tomar la posesion de su nuevo em
pleo. Quedó admirado de ver el afecto y
bondad con que me trata , y recibió de șa
parte tantas pruebas de amistad, que se retiró
contentísimo .
No puedo ,explicaros mi alegría , ama
dos padres mios. ¡ Qué dicha no seria la mia
si yo pudiera ser el humilde instrumento de
la felicidad de todo el género humano ! ¡ Quán
tos ,motivos tengo para dar gracias a Dios!
Qué no deberé hacer para comunicar á quan,
tas
188
tas personas conozco los bienesque sobre mi
derrama la divina Providencia? Y și ho hago
esto de qué servirá que’un vil gusano coa
mo yo se vea elevada à tan alto estado qué
bienespodrán resultar de mifélicidadpårti
cular , si tengo el alma " tan baxa quelimis
te esta felicidad á mi sola ? A mí me pare“
te que en tanto pueden las criaturas hacer
se dignas en los que cabe de las bendición
nes que Dios derrama sobre ellas, en quan
to procuran comunicar su felicidad á todo el
mundo .
į Dios inmenso , Dids bondadoso ! Vos , Sea
ñor , me habeis llenado * de beneficios; pues
aumentadá proporcion mivoluntad , para que
yo distribuya " otros parte de esta copio
sa felicidad que he recibido de vuestra ti
beral mano. De este modo, no seré abso
lutamente inútil" en el mundo , ni una prue
ba esteril de vuestra bondad para con una
pobre criada, que en el orden de la creacion
ocupa un lugar muy poco distante de la nada.
No seré un cero puesto á la izquierda de un
número , sino un cero , que colocado a su
derecha , multiplica su valor. Nada valgo por
mí misma ; pero colocada en el lugar que
ocupo, podré multiplicar los grandes bie
nes que vuestra infinita bondad me hà con?
cedido . bondad me há
Esta es sin duda la obligacion indispen
sable de todas las personas de alta esfera .
Qual
189.
¿ Qual será , pues, la sentencia que en el gran
de y último dia del juicio recibirán tantos po
derosos como hay , a los quales 'se les to
mará estrecha cuenta del uso que han hecho
de las riquezas que el cielo les habia con
fiado para hacer bien á otros ? ¿ Qual será su
dolor quando, entonces se vean precisados á
responder al Juez eterno : nosotros no hemos
vivido mas que para nosotros mismos : hemos
encerrado todo muestro poder dentro de la es
fera de nuestro amor propio : hemos amon
tonado tesoros sobre tesoros para nuestros desa
cendientes , sin saber si harian mejor uso de
ellos que nosotros ? Estos infelices idólatras de
sí mismos no pueden esperar otra sentencia
sino la que contra ellos pronunciará el ter
rible Juez de vivos y muertos diciendo : Apar
t'aos de mí, malditos..
Verdaderamente , queridos padres mios,
que los que así obran ignoran absolutamen
te el placer que resulta de hacer bien , aun
quando no se nos hubiera de pedir cuenta en
el otro mundo de la distribucion de nuestras
riquezas.
Es tan dulce la idea sola de que po
demos contribuir al consuelo y alivio de
los necesitados, que dexa suficientemente
recompensada y satisfecha al alma liberal.
¡ Quantas veces experimenté este deleyte en
vida de mi difunta Señora , sin embar
go_de no ser yo sino una segunda distri
Tomo III. bui
1

190
buidora de las caridades que hacia á los ne
cesitados у enfermos por mano de su po
bre limosnera ! i Qué gozo no recibia mi al
ma al oir las bendiciones de que la llenaban
los infelices , y á mí tambien , aunque no
era mas que el humildecanal por donde lle
gaban á ellos sus liberalidades ! ¡ Qué conten
ta no quedaba yo quando oyendo mi que
rida Señora la triste pintura que la hacia de
la miseria de algunas personas , doblaba la
limosna que antes se habia propuesto seña
larlas !
Me acuerdo de todo esto con mucha com
placencia , porque la divina misericordia ha dis
puesto colocarme en un estado en que estoy
obligada á hacer las mismas buenas acciones
que ella acostumbraba á hacer. Yo procuraré
desconfiar siempre de mí misma', para que mi
feliz estado no me sirva de ocasion para ol
vidarme de la sincera gratitud que debo á es
ta Providencia que me ha confiado tanto po
der ; y para no incurrir en las terribles des
gracias que el abuso ó el ningun uso de las
riquezas atraeria sobre mí.
No lleveis á mal estas reflexîones , que
ridos padres mios , y pedid : a Dios que mi
actual felicidad no me sirva de lazo ' , antes
bien tenga siempre presente que quanto mas
se me ha dado mas se me ha de pedir. Ro
gadle tambien que todas mis acciones vayan
dirigidas al bien de otros , y nunca exclusi
12
191
vamente al mio ; y que jamas se apodere de
mí , la presuncion de creer que las facultades
que Dios y mi querido esposo me han confia
do han de ser para mí sola.

Sábado á las siete de la tarde.

Aunque en casa de Myladi Jones y del Ca


ballero S ..... han hecho muchas instancias á
mi amo para que se quedase á comer , no
ha querido aceptar por no dexarme sola. Mr.
Peters no pudo ofrecerse á venir mañana á
oir Misa aquí , porque tiene una ocupacion
precisa en su casa ; pero discurriendo que por
la tarde se hallara ya desocupado , prometió
venir á comer.
Parece que la Señorita Danford ha dicho á
mi amo en tono de chanza que no vendria, si
antes no la daba, palabra de que la convida
ria á su boda ; de donde inferimos que Mr.
Peters ha guardado secreto , como se lo en
cargó mi amo.
Hoy despues de comer hemos salido á pa
sear en la berlina , y me ha renovado las tiernas
seguridades de su amor , el qual cada dia va en
aumento. Esto me sirve de mucho consuelo,
pues veo que no se arrepiente de tanto bien
como me ha hecho , y me da aliento para mi
tarle con mas libertad y satisfaccion .
N 2 Ha
192
Habeis de saber , amados padres mios , que
habiéndome dicho Madama Jewkes que ha
bia en la vecindad un pobre enfermo redu
cido á la mayor miseria , supliqué á mi amo
me diese licencia para enviarle una guinea.
En efecto , lo mismo ha sido insinuárselo que
decirme : Enviale dos si gustas , querida Pa
mela. Y habiéndole yo hecho presente que ja
mas me atreveria á usar de semejante liber
tad sin su consentimiento , me ha respondi
do que en esta parte hiciese sin su aprobacion
lo que me pareciese , pues de lo contrario
carecerian los pobres de los auxilios que yo
les podia prestar, si siempre habia de ir á pc
dirle su consentimiento . En este supuesto , aña
dió , quiero significarte el método que hemos
de observar en este punto , para quitar en lo
sucesivo la mas leve sombra de duda ó de des
confianza entre nosotros.
Primeramente : en quanto á tus padres
no tenemos que hablar , porque ya he pen
sado lo que he de hacer. Si ellos quieren , y á
tí te parece bien , irán á una hacienda que
tengo en el Condado de Kent , de la qual te
hablé en otro tempo , aunque en términos
que te viste precisada á despreciarla con aque
lla generosa resolucion que tanto me agradó
despues como me irritó entonces. Esta hacien
da es muy decente , y allí hay una buena caa
sa , que aunque no está habitada tiene todos
los muebles necesarios , y mandaré que nue
va
193
vamente la adornen y compongan para ma
yor comodidad suya ; pues siendo tus padres
tan industriosos , ya no podrán acomodarse á
vivir sin alguna ocupacion. Esta hacienda se
rá suya sin que tengan nada que pagar , y ade
mas les daré anualmente cincuenta libras es
terlinas para que hagan un fondo con que po
der socorrer a otros parientes pobres , sin que
estos tengan que darnos gracias por un so
corro tan corto. Si necesitasen de mayores
cantidades , en tu mano tendrás el dárselas, por
que yo estoy muy satisfecho de tu pruden
cia у moderacion .
Tambien tengo pensado ir á visitarlos con
tigo una vez cada año ; y ellos podrán venir
á vernos siempre que quieran , pues nunca nos
cansarán sus visitas ; porque no te parezca , hi
ja mia , que quiero apartarlos con esto de no
sotros. Pero antes de pasar mas adelante qui,
siera saber , querida Pamela , si mi modo de
pensar merece tu aprobacion . Lo que desco
es que apruebes mi proposicion , y si esta no
te agrada , te agradará infaliblemente otra que
te haga , con tal que antes pueda yo adivinar
tu gusto .
¿ Os parece , amados padres mios , que di
xe mucho quando dixe que se aumentaba ca
da instante el amor que me tiene ? ¡ Ah , quien
me diera saber otro idiona , si es que le hay ,
que abundase mas en expresiones de agrade
cimiento para salir de la pena que me aflige,
por
194
por tener siempre encerrados en mi pecho unos
afectos que nopuedo explicar por falta de tér
minos con que hacerlo !
Quisiera , querida esposa , prosiguió, que
tú les hicieses esta propuesta', para saber si era
de su agrado ; pero si fuese mas de su gusto
ó del tuyo el vivir mas cerca de nosotros ó
en nuestra misma casa , desde luego conven
go en ello ,
Mi venerado Señor , le dixe , estoy segu
ra de que mis padres no preferirán este se
gundo partido al primero / no sé si he pro
cedido mal en esta respuesta , solo sé que ha
sido un movimiento casi involuntario de mi
agradecimiento ): puede ser que si viviesen en
vuestra compañía no sirviesen á Dios con tan
ta perfeccion como lo hacen ahora ‫ ;ܪ‬porque
teniendo siempre a la vista la benéfica mano
que los llena de favores , pudieran ser tenta
dos (escollo que yo tambien debo evitar ) á
fixar únicamente sui consideracion en el gene
roso distribuidor de tantas gracias .
El gracioso modo , me respondió , con
que aceptas'mis ofertas, pudiera dar realce
al idioma mas expresivo , y las dexa pagadas
con usuras ; y así yo soy el que debo darte
á tí las gracias. 2,2
En lo demas , prosiguió , ya te diré lo
que has de hacer en quanto á tus limosnas
particulares ; porque no permita Dios que yo
ponga en esta clase lo que acabamos de tra
tar:
195
tar : pacs ni con esto ni con mucho mas
que hagamos satisfaremos jamas la obliga
cion que tenemos á dos personas tan bene
méritas , y que tan de cerca tocan á mi que
rida Pamela, y consiguientemente á mí. ¡ Oh,
cómo soy muy inferior en todo á mi que
rido esposo !
Estas limosnas nunca podrán ser muy gran
des , porque no te daré para tu bolsillo mas
que doscientas libras esterlinas al año ; es ver
dad que jamas te pediré cuenta de ellas. Long
man te entregará cada tres meses cincuenta,
empezando desde el dia que lleguemos á la
otra casa : quiero decir , que se te darán 'ade
lantadas las primeras cincuenta libras , porque
es preciso que tengas algo para empezar.
Á la verdad , Señor , le dixe , que me fal
tan expresiones para manifestaros mi agrade
cimiento; pero permitidme que no use de una
generosidad tan excesiva como esta.
Hija mia , me respondió , no te inquietes
por esas frioleras, Dios me ha dado muchas
riquezas , y mis posesiones están muy segu
ras y bien acondicionadas. Todos los años
entra mucho dinero en mi tesorería , y ten
go ademas impuestas sumas muy considera
bles en los fondos públicos de la Corona, y
en otros no menos seguros; de modo que tú
misma verás que lo que hasta aquí te he
prometido , es poquísimo en comparacion
de aquella porcion de bienes á que tú mis
ma
196
ma tienes ya derecho como mi legítima es
posa.
En esta agradable conversacion pasamos el
tiempo hasta cerca de anochecer que llegamos
á casa ; luego cenamos con igual complacen
cia : y'ved aquí , queridos padres mios , como
mi vida se ha convertido en un círculo de de
licias , en que la última es para mí mucho ma
yor que la primera, ¡ No , no ha habido jamas
criatura tan feliz como yo !

Domingo , quarto dia de mi felicidad.


Ya empiezo á gozar de una tranquilidad,
de una alegría , y de una libertad de espí
ritu perfecta ; y lo que mas me alienta es
ver la serenidad y dulce alegría qué rey
nan en mi querido esposo ; de que infiero
que no está arrepentido de tanto bien como
me hace .
Tomamos juntos chocolate con mucho gus
to , y yo comí antes dos tostadas de mante
ca. Ahora sí , me dixo que empiezas , que
rida Pamela mia , á mirarme con serenidad y
satisfaccion. Mi mayor cuidado será siempre
portarme de modo que tengas cada dia.nuevos
motivas para manifestarıne ese amable contento,
y esa confianza en mí , que da tanto valor á
1
tus menores acciones y palabras.
Mi
197
Mi corazon ', le dixe , está perfectamen
te tranquilo , y libre de aquellos ridículos te
mores que resistian á los impulsos de mi
agradecimiento , y daban un viso de ingrati
tud á toda mi conducta ; pero hoy , Señor,
que vuestra bondad le ha comunicado fuer
za para vencer sus temores y sobresaltos , vi
ve completamente satisfecho , y totalmente en
tregado á vos: y si yo os viera enteramen
te reconciliado con Myladi Davers , nada me
quedaria que desear en este mundo . Hija mia,
me respondió , deseo está reconciliaci tan
de veras como tú , y aun mucho mas onpor tí
que por mí ; y si ella quisiera darse á par
tido , yo la propondria unas condiciones muy
razonables.
Pero volviendo á nuestras cosas , quiero
darte una regla en quanto al vestir , cuya ob
servancia será muy útil para qualquiera bue
na casada. Todo lo demas que me guste ó dis
guste en tí , te lo iré advirtiendo segun se pre
sente la ocasion : y deseo que tú hagas lo mis
mo conmigo , para que entre los dos no ha
ya el menor pensamiento oculto.
He notado muchas veces entre los casados
que á poco tiempo de serlo desprecia la es~
posa el adorno y aseo corporal; y esto , á mi
modo de entender , significa que no quiere
tomarse el trabajo de conservar el corazon
que ha ganado , y manifiesta que hace de
su marido un desprecio que, no hacia quan
do
198
do era su amante . Siempre me ha parecido
muy mal esta conducta , porque las mugeres
han de procurar agradar á sus maridos , vis
tiéndose decentemente aun quando no ten
gan que salir de casa ; y no exponerse á que
quando alguno , sea el que fuere , venga im
pensadamente á visitarlas halle la puerta cer
rada con aquellas ridículas excusas que ha
cen muy poco honor a quien se vale de ellas.
Este método , que comunmente no observan to
das las casadas , trae mas utilidad de lo que
parece , pues la muger que desea engalanarse
para salir a la calle , se habitúa insensiblemen
te á la tentacion de ver y ser vista con mas
yanidad que en su propia casa.
Hay algunas mugeres que viven de una
manera , que parece miran como privilegio de
su estado y nacimiento el hacer del dia no
che y de la noche dia , acostándose quando
se debian levantar , comiendo quando debian -

cenar, cenando quando debian comer &c. Es


pero , Pamela , que en todo te portarás como
gran Señora , menos en esto ; pues siendo mi
querida madre tan amante de la antigualla en
este punto , sin dexar de ser por eso en los
demas una de las principales damas del rey
no , no te será extraño este método . Por con
siguiente debemos arreglar las horas 'natural
y cómodamente , para que nos quede tiem
po para todo , levantándonos temprano , y
acostándonos á una hora regular , sin pasar
las
199
las noches en un continuo juego , y las ma
ñanas en dormir , como regularmente sucede
entre las personas que llama el mundo de
buena educacion . Es verdad que al principio
tendremos que sufrir alguna befa , pero será
de parte de unas personas que regularmente
no merecen que se haga mạcho caso de sus
censuras. Ellas dirán : es locura hacerle ins
fancias , quiere vivir á su modo , y no habrá
quien le saque de sus antiguallas. Otros bur
lándose de mí dirán : está arreglado como un
relox , y otras cosas semejantes. Pero , que
rida Pamela , ¿ que nos importa esto ? ¿ Por qué
no hemos de vivir con arreglo ? El hombre
en la realidad es una máquina tan expuesta á
descomponerse como qualquiera relox , y la
irregularidad en su método de vida le hace muy
poco provecho,
Si logramos'establecer en nuestra casa es
tas antiguas costumbres , obligarémos á los
que nos visiten á conformarse á ellas , y to
mar sus medidas en este punto. Yo siempre
he sido de dictámen que cada uno puede en
tablar en su casa aquel método que le sea mas
cómodo .
De este modo quando se vean recibidos
en mi casa con agrado y franqueza en las
horas determinadas, quando hallen en mi me
sa la variedad y la abundancia , y quando
experimenten que tú y yo nos esmeramos en
agasajarlos, procurarán no interrumpir el ór
den
200
den que tengamos establecido , y se confor
marán con mis estatutos domésticos. Como la
mayor parte de estas gentes nada tienen que
hacer desde que se levantan , podrán ve
nir á desayunarse conmigo a las ocho y me
dia del mismo modo que á las diez ó á
las once ; pues para ellos es igual el comer
á las dos, que a las quatro ó á las cinco,
y cenar á las ocho , que despues de me
dio dia .
Por otra parte nuestros criados sabrán
quales son sus horas de trabajo y de des
canso ; y esta regularidad será tan útil pa
ra ellos como para nosotros. ¿ Y quien sa
be , querida Pamela , si nuestro exemplo ser
virá para que estas antiguas felices costum
bres vuelvan á introducirse en las casas de
nuestros vecinos ? Á lo menos cumpliremos
con aquella máxiina que nos enseñan en la
escuela : El que obra bien , corrige con su
exemplo al que obra mal; y lo peor que pue
de sucederes que quando alguno de mis
antiguos camaradas , como los que , tan in
tempestivamente se nos, entraron en casa el
Jueves pasado , se hallen fuera de camino
( bien que esto es casi imposible entre gen
tes para quienes todos los caminos van á. Ror
mia ), y formen su consejo para determinar
adonde han de ir a hacer medio dia , di
rán : No , no vayamos a su casa que ya ha
brá comido ; y de este modo guardarán su
vi
201
visita para otro tiempo en que sean compati
bles sus horas con las nuestras , ó acaso se
determinarán á venir á cenar y dormir. á mi
casa .
Otra advertencia tengo que hacerte , sin
embargo de que tu genio afable y natural
mente franco apenas necesita de ella , y es,
que en el trato familiar á ringuno distin
gas, sino que á todos obsequies en general
sin preferencia ni exclusion ", pues de este
modo te grangearás de antemano el afecto de
quantos te traten , y nadie tendrá motivo de
resentimiento .
Ten mucho cuidado de que ningun acci
dente adverso ni desazon doméstica ( por
que no obstante nuestra felicidad es indispen
sable que ocurran algunas ) turbe esa apaci
bilidad de semblante que te hace tan ama
ble. Si tuvieses algun motivo de desazon , no
dexes pasar un quarto de hora sin consul
far á tu esposo; y si notases que en tu ros
tro se descubre alguna nube que ofusque su
serenidad , procura desvanecerla al instante,
y recobrar quanto antes tu antigua compos
tura ; y si acaso el conflicto interior de la
pasion fuese demasiado violento para poder
conseguir tan presto la victoria , en este ca
so sabrás retirarte á tu gabinete , é implo
rar allí aquclla divina asistencia que jamas te
ha faltado . De esta manera tu esposo , que
como en otra ocasion lo has notado bien , re
ci
202
cibió de su madre no muy buena educacion
en este punto , hallará en tí un modelo que
imitar , y un deleyte que cada dia será nue-,
vo para él.
Muchas veces he advertido en las casas
de otros caballeros que si alguna vez he
mos ido á visitarlos inopinadamente , ó si por:
casualidad hemos alterado el orden que sus
esposas tenian establecido en su familia ( par
ticularmente si habia motivo para sospechar
que alguno de nosotros habia sido causa de
que el amo de la casa no se retirase á bue
na hora ó hiciese alguna otra falta ) , el po
bre hombre se hallaba avergonzado en nues
tra presencia ; y si la dama nos ponia buen
semblante era á fuerza de una política , que
manifestaba desde luego que era hija de la
violencia. El marido , no obstante su disimulo,
daba tambien á entender su inquietud y te
mor de desagradar á : la muger , haciendo
nuestra apología aun antes que ella se ex

plicase contra ninguno de nosotros. De mo


do que con esto nos daba a conocer desde
Juego lo poco que la agradábamos , y el tra
bajo que al pobre hombre le costaba el per
suadirla á que nos recibiese con tal qual afa
bilidad. Varias veces he visto que quantos ma
yores esfuerzos hacian los maridos para des
enfadarlas, mayor indiferencia y aun despre
cio nos mostraban ellas ; por cuya razon al
gunas veces me pesaba de haber entrado en

203
casa de las tales Señoras , viendo que no era la
de sus maridos.
De aquí puedes inferir los motivos que he
tenido para declamar contra el matrimonio ; por
que aunque, generalmente hablando , un hom
bre pueda llamarse dueño de su casa , y aun
que en las ocasiones de importancia sepa ha
cer valer sus derechos , no ha de estar siem
pre de humor de reñir. Pero estas mugeres
de que acabo de hablar siempre estan dis
puestas á armar pendencia , y son peore
sque
los antiguos Partos , que nunca se enfure
cian mas contra sus enemigos que quando es
tos huian. No se cansan de hacer una guerra
ofensiva hasta dar en tierra con la resisten
cia del marido , y obligarle como á un ene
migo vencido á que se contente con algunas
bagatelas por no perder todos sus derechos. Mu
chas veces el pobre hombre quiere ocultar á
sus amigos su desventura , por no avivar un
fuego que él y ellos conocen que la buena
Señora no gusta de que se apague , y que lue
go que los amigos vuelven la espalda arde de
nuevo con gran satisfaccion suya.
Pamela , me dixo , ¿ te ries de esta ridí
cula pintura ? Estoyseguro de que nunca ten
dré motivo para pintarte con estos colores;
pero no obstante , no extrañes te diga que
venga quien viniere á mi casa , procures ma
nifestarte siempre alegre y serena sin poner
mala cara á nadie : que aunque no nos halle
mos
204
mos en disposicion de recibir a nuestros ami-,
gos , no por esto manifiestes inquietud ni
embarazo si ellos vienen : que si estando qual
quiera en visita contigo llegase otro y no pue
da conocer por ningun ademan que ha he
cho mala obra , ó que ha sido importuna
su venida ; antes bien procures mostrar á to
dos igual agrado y complacencia ; y en caso
de manifestar mayor afabilidad á uno que
á otro , sea siempre al que menos derecho
tenga para esperarla de tí, ó á las personas
menos condecoradas que se hallen en la con
currencia. De este modo , mi querida Pame
la , inspirarás confianza á todos , у harás que ,
reynen en mi casa el contento , el gusto y la
tranquilidad.
Pero sobre todo cuidarás de no alterar
te por cosas de poca importancia. No se me
olvidará jamas que estando yo un dia en ca
sa de Myladi Artur , un lacayo que llevaba
en las manos una hermosa fuente de china
tropezó y la hizo mil pedazos. Daba lás-
tima ver la afliccion de la pobre Señora , y
fue tan poco su disimulo que no hubo nin
gạno de los concurrentes que no se empe
ñase en consolarla ,, ó que no contase algun
cuento de otro desastre semejante. De modo
que en toda la noche no se volvió á hablar
de otra cosa mas que de criados atolondrados:
y yo esperaba la hora en que todos nos con
virtiésemos en platos rotos, en xícaras , va
SOS ,

1
209
sos , y otras materias igualmente frágiles. Esa
te lance hizo en mí tal impresion , que aque
lla misma noche soñé que Roberto habia ro
to de un latigazo el vidrio delantero del co
che ; y que era tal mi inquietud por no sa
ber como impedir la cólera de la dama ( que
queria asomarse á la puerta del coche para
llenar de desvergüenzas á Roberto ), que no
pudiendo yo conseguirlo , le rompí á él de
rabia la cabeza , y atravesé con la espada á
uno de mis caballos. Y me parecia despues de
pasado el lance que todo mi consuelo con
sistia en pensar que nadie me habia visto , y
que las únicas víctimas de mi enojo habian
sido el culpado Roberto y un inocente ca
ballo , porque en el momento de mi cólera
pude con la misma razon haber muerto á los
otros tres .
Divirtióme como á una Princesa con sus
insinuaciones en tono de chanza hechas , á la
verdad , con mucha finura y donayre; y yo
le prometí aprovecharme de las admirables lec
ciones que con sus cuentos indirectamente
me daba. 1

Subí á mi quarto y me vestí como no


via , poniéndome lo mejor que tenia. Des
pues salimos á oir Misa , y repetimos nuevas
gracias al Señor por los beneficios que tan
abundantemente nos dispensaba. Desempeñada
esta obligacion nos dirigimos al jardin para
esperar allí á los convidados.
Tomo III. Bien
206
Bien pudiera , Pamela, me dixo , haber ex
cusado el hacerte las advertencias que te he
hecho ; pero esto no ha sido mas que para
darte una prueba de la libertad con que te
trato , para que tú procedas del mismo modo
conmigo, pues me parece que no puede ha
ber amor durable sin esta libertad , у sin co
municarse los que tiernamente se aman hasta
sus mas frívolos pensamientos: bien que dis
curro que en í no los hay de esta clase.
Señor , le respondí, yo nadatengo que de
scar. Pues yo , me replicó , recibiria una gran
pesadumbre si supiera que tenias algun de
seo , y me lo ocultabas. ¿Pensais , Señor , le
contesté , que vuestra Pamela no tiene con
ciencia ? ¿ Imaginais que porque vos la haceis
tantas finezas , ella se ha de devanar los sesos
para inventar nuevas pruebas de vuestra bon
dad , sin acabar de conocer la dicha que posee ?
¡Ah Señor ! La mitad de los beneficios que
me habeis hecho exceden á quanto yo po
dia desear .
Me habeis encargado que procure ser
agradable con todos en general, y que si
he de mostrar mas afabilidad á una perso
na que á otra , sea siempre á quien menos
derecho tenga para esperarla de mí , ó á aque
llas personas menos caracterizadas que se ha
llen en la concurrencia : esto mismo habeis
practicado vos muchas veces de un modo ad
mirable con la pobre é indigna Pamela , ha
cien
207
ciendo que reynen en su corazon el gusto,
el contento y la serenidad con vuestros ha
lagüeños discursos. 11 .
Asimismo me habeis advertido que no me
desazone por cosas de poco momento quan
do : ocurra venir á vuestra casa inopinada
mente algunos forasteros: vos mismo me ha
beis dado un buen ' exemplo de esto , quan
do en el dia de nuestra boda llegó el Caba.
Hero Hargrave , á quien no esperabais, con
sus dos compañeros , privándonos con su llegada
del gusto de comer juntos en un dia tan se
ñalado. Su visita os desazonó mucho ; pero
no por eso dexasteis de recibirlos con agra
do , y los despedisteis con mucha atencion.
Siempre tendré presente esta prueba de vues
tra exactitud en practicar vuestras propias
máximas .
Esas observaciones , me dixo , son una
señal evidente de la estimacion que haces de
mí ; pero en el lance que acabas de referir
creo que ha tenido mas parte la casualidad
que el mérito : y si alguna vez sucediese que
yo no observe puntualmente las reglas que
te he propuesto , no por eso has de mirar mis
imperfecciones como una dispensa que te exi
ma de la observancia de los que llamas mis
preceptos ; porque nunca podré ser tan per
fecto como tú , y consiguientemente sentiré
que se disminuya tu bondad , aunque yo no
pueda hacer en el cumplimiento de mis obli
O2 ga
208
gaciones todos los progresos que seria justo
hiciese .
Espero , con la ayuda de Dios, le res
pondí, no volver átras en mis propósitos. Así
lo creo , replicó él; y el haberte hablado de
este modo ha sido por el conocimiento que
tengo de mis propios defectos, y porque te
mo que acaso en adelante no serán mis ac
ciones tan conformés á inis máxîmas , como
en los exemplos que con tanta atencion aca
bas de citar.
De este modo estábamos entretenidos en
dulces coloquios, quando oimos el ruido de
los coches de los convidados. Espera tú aqui ,
querida Pamela , me dixo, mientras yo voy á
introducirlos en el jardin .
>
Luego que él se ausentó , de mí , pasando
yo por delante de la puerta falsa, me puse
de rodillas dando infinitas gracias a Dios por
no haber permitido mi huida en el tiempo
en que yo tanto la deseaba. Lo mismo hice
al pasar junto al estanque , por haberme li
brado el Señor de mí misma en ocasion en
que yo era mi mayor enemigo ; y lo mismo
debiera hacer en todos los parages del jardin
y en cada rincon de esta casa. Queriendo ir
otra vez á la capilla á renovar mi gratitud
y reconocimiento a los pies de los altares,
ví á los convidados que me salian al en
cuentro.
Mi querida Pamela , me dixo la Señori
ta
209
ta Danford , ¿ cómo estais ? Bien se dexa ver
en vuestro semblante que estais llena de sa
tisfacciones ; yo espero que he de tener la
de baylar en vuestra boda. Myladi Jones tu
vo la bondad de decirme que parecia un án
gel ; y Myladi Peters añadió que cada vez
queme veia la parecia mas amable. Myla
di Danford me dixo que yo tenia un ayre
mas libre y mas desembarazado que en otras
ocasiones.
De buena gana , decia yo en mi interior,
os dispensaria de esos elogios , y los daria
por recibidos , porque todos ellos no han
de venir á parar dentro de poco sino en
sátiras,
La Señorita Danford , la mas jóven , me
dixo en tono medio sério y medio irónico , que
extrañaba verme tan alegre y satisfecha des
pues de la tristeza y afliccion que habia
notado en mí la última vez que habiamos
estado juntas ; añadiendo que aun quando yo
no quisiera darla á ella el gusto de asistir á
mi boda , esperaba que á lo ménos se lo con
cederia á su hermana , que sin duda se volve
ria loca de contento . Yo no supe darla mas res
puesta que significarla lo mucho que apreciaba
el honor que todas aquellas Señoras me hacian.
Espero , añadió la sobrina de Mr. Peters,
que antes de salir de aquí nos señalareis el
dia feliz que esperamos. Señorita , respon
dió mi amo , que lo estaba oyendo perded
cui
210
cuidado , que lo sabreis antes de iros. Ma
cho me alegro , replicó la Señorita Danford,
la mayor .
En esto se separó un poco mi amo de la
concurrencia , y me dixo: ¿ Te parece que
los lleve al cenador , y que allí les declare
nuestro secreto , o que lo dexe para quando
estemos comiendo ?
Señor , le respondí ,, creo que será mejor
no hacer ni uno ni otro , porque no he de sa
ber salir de este lance , ni portarme como
es razon. Ello es preciso que lo sepan , me
replicó , pues ya ves que este ha sido el
único motivo de convidarlos, y seria nece
dad dexar pasar esta ocasion. Pues bien , le
respondí; pero á lo menos no se lo digais
hasta un poco antes de marcharse. Eso no
puede ser, me contestó ; mira , díselo tú á
Ia Señorita Danford. Señor , le respondi , no
me atrevo.
Estando en esto , vino la Tewkes á pre
guntarle si traeria vino de Rhin y bizcochos,
para que las damas y caballeros bebiesen si
gustaban mientras llegaba la hora de comer.
Me agrada el pensamiento ., la dixo : traedlo
enhorabuena .
La Jewkes volvió muy presto , acompa
ñada de Anita , que traia la salvilla. Su prin
cipal cuidado fue servirme á mí la primera ,
haciéndome una profunda reverencia , y dia
ciéndome: Myladi, e gustais. de empezar vos ?
Yo
21T
Yo me puse encendida como una escarlata,
y con mucha prontitud la respondí : ¿No
sabeis que mi amo es el primero que debe
beber (1 ) ?
Esto bastó para abrir los ojos a todos. ¡ Por
vida mia , exclamó la Señorita Danford , que
nos han soplado la boda ! No hay duda , di
xo Myladi Peters. ¡ Ah Mr. Peters ! exclamó
su muger mirándole fixamente á la cara.
Os aseguro , la replicó el marido, que
no os entiendo. ¿ Pues dónde habeis estado,
añadió ella , el Jueves por la mañana con Mr.
Williams , y su hermano el Clérigo ? Seño
res , interrumpió el Caballero S..... dexadme
á mí , que yo averiguaré muy presto todo
el caso. Ya sabeis que soy Juez de paz ( 2 ) ;
y tomándome inmediatamente de la mano me
dixo : Vamos , Pamela , respondedme con
forme al juramento (3 ) que acabais de hacer.
¿ Estais ó no estais casada?
Mi

( 1 ) En las concurrencias es costumbre en


Inglaterra que beban primero los dueños de
las casas .
: . (2) Es una especie de Alcalde, y la ma
yor parte de los caballeros lo son en sus cabo
sas de campo .
(3 ) . Quando suceden algunas quimeras, ro
bos , į otros accidentes que turban la tran
quilidad en alguna aldea ó quartel de la ciu
dad,
212
Mi amo se sonrió al verme tan apura
da . Dexadme por Dios , le dixe al Caballe
ro S.... que no estoy ahora para responder.
¡ Bueno , bueno ! exclamó él. Ya yo decia que
algo significaban esos ojitos tan alegres.
Querida Pamela , dixo entonces mi amo,
acaba de resolverte , porque tu semblante te
ha hecho traicion , y así confiesa la verdad , y
no te sonroxes .
¡ Qué picardía ! exclamó la Señorita Dan
ford , la mas jóven. ¡ Quánto lo siento ! Pues
yo , dixo su hermana , me alegro en el alma ; y
siendo esto así , sea enhorabuena , mi querida
Pamela , y dadme un abrazo. Todas dixéron lo
mismo, y me abrazáron .
Yo sentia mucho que esto pasase delante de
la Jewkes , que encogia y alargaba sus anchos
hombros , como dándose á sí misma el parabien
de haber sido ella la que habia contribuido á la
anticipacion del descubrimiento del secreto.
¡ Y que ! dixo mi amo : Nadie me da á mí
la enhorabuena ? Ni os la daremos , replicó con
mucha atencion Myladi Jones , porque no hay
hom

dad , comparecen los interesados ante el Juez


de paz, que antes de pronunciar sentencia ha
ce que todos ellos, sean reos ó testigos , prese
ten juramento . Pone tambien en la cárcel, y
sentencia á veces sin apelacion , y tiene otras
prerogativas.
213
a
hombre en el mundo que tenga ménios necesi
Leo dad que vos de que le deseen felicidades ,pues
er. la incomparable esposa que poseéis hace inúti
les todos los deseos .
ue
4
Despues de esto tuve que aguantar algu
10,
nas chanzas de todos; pero particularmente del
te
Caballero S.... ,que como tiene un genio tan
festivo y poco considerado , no se detiene en
decir qualquiera chanza que le viene á la boca.
1 Es cierto que un jóven poco mirado en el ha
blar apenas se puede sufrir ; pero un viejo atre
vido y un petimetre sexagenario con hijas casa
Y deras son dos cosas bien ridículas.
* En la mesa acepté sin ceremonias,el prin
cipal puesto con que todos me brindáron, y los
servi con mucho desembarazo . Costónos bas
tante dificultad el que nos dispensasen del bay
le ; pero fue dando palabra de que antes del in
vierno volveriamos aquí.
Como mi amo habia determinado que salie
semos el Miércoles por la mañana para el Con
dado de Bedford , quedamos en ir el Martes
por la tarde á casa de Myladi Danford para
despedirnos de todos los concurrentes , que han
prometido hallarse alli .
Por la tarde asistimos todos á las víspe
ras en nuestra capilla. Todos , querido padre
mio , se acordaban de vos , y sentian mucho
que no estuviese aquí su viejo sacristan . Que
dáronse tambien á cenar , y se fueron muy
contentos , manifestando todos lo mucho que
Tomo III. P аре
214
apetecian la continuacion de nuestra mútua e
licidad. Mi amo encargó á Mr. Peters que en
caso de que e
el campanero tuvies 'noticia de su
boda antes que él volviese á este Condado ( 1) ,
le asegurase que no estaba olvidado de él.
y que le agasajaria conforme á su generosidad ,
porque no queria publicar aquí su matrimonio
antes que en Bedford .
‫در‬ ‫و‬
(1 ) En las ciudades , y mucho mas en las
aldeas de Inglaterra , las campanas estan á
disposicion de qualquiera que quiere servirse
de ellas pagando. Los que tienen algun motivo
de regocijo casi siempre mandan tocar las can 11

panas para significarle. A veces se tocan por


kaber ganado apuestas.

FIN DEL TOMO TERCERO.

upon
T.
PAMELA ANDREWS ,
ó

LA VIRTUD PREMIADA.
ESCRITA EN INGLES

POR TOMAS RICHÁRDSON .


TRADUCIDA AL CASTELLANO ,

CORREGIDA Y ACOMODADA A NUESTRAS


COSTUMBRES POR EL TRADUCTOR .

SEGUNDA EDICION .

TOMO IV.
I

CON LICENCIA.

MADRID EN LA IMPRENTA REAL.


POR D. PEDRO PEREYRA , IMPRESOR DE CÁMARA DE S. M ,
MDCCXCIX .
>
PAMELA ANDREWS,
ó
LA VIRTUD PREMIADA ...

CONTINUACION DEL DIARIO .


11 ?

Lúnes , quinto dia de mi felicidad.:69


Hoy he disfrutado muy poco de la compa
ñía de mi querido esposo , pues apenas acam
bamos de desayunarnos quando montó áica
ballo para ir tres leguas de aquí á ver á un
amigo suyo que está muy enfermo, el qual
le envió un propio con toda diligencia , su
plicándole vaya al instante porque se halla
sin esperanza de vida ; y mi amo tiene algu
nos intereses hipotecados sobre sus bienes.
Querida Pamela , me dixo , sentiré infi
nito haberme de quedar fuera esta noche ; pero
porque no estés con cuidado , te advierto que
si á las diez no estoy de vuelta , no me espe
res esta noche. El pobre Mr. Carleton y yo
tenemos que tratar varios asuntos importan
tes. Es mi íntimo amigo ; y como en llegan
do á faltar queda toda su familia á mi cui
Tomo IV . da
2
cuidado , me será preciso quedarme allí si
veo que sigue peor, y que mi compañía le pue
de servir de consuelo , pues á esto me obligan
la amistad y la caridad .
Ya son las diez de la noche , y temo que
no vendrá. Tambien temo por su pobre ami
go , que discurro estará muy malo ; y aun
que no le conozco , con todo lo siento mu
cho por él , por su familia , y, por mi que
rido amo , que segun se explico le estima
infinito . Conozco que me hará mucha sen
sacion ver apesadumbrado á mi querido es
poso ; pero como ha de ser. En este mun
do es imposible que aun los mas dichosos
estén libres de contratiempos ; y si no fuera
así , todo nuestro cuidado se reduciria á pro
curar la adquisicion de las cosas terrenas , y
viviriamos como aquellos viageros sensuales,
que hallando un hospedage cómodo y rega-,
lado en el camino se detienen en la posada,
sin pensar en proseguir su viage y regresar
á su patria. Esta ' reflexîon la debo á mi di
funta Señora , que solia hacerla con mucha fre
qüencia.

Son las once de la noche.

Madama Jewkes , que me ha hecho com


pañía todo el dia , me preguntó si gustaba
de
de que durmiese conmigo; pero la respondi
queesta noche pensaba dormir sola.
Se me olvidaba deciros que la he hecho
comer y cenar conmigo , lo que la ha cau
sado una satisfaccion extraordinaria , como tam
bien el modo de portarme con ella. Advierto
en toda su conducta que interiormente está
avergonzada de lo que hizo conmigo , porque
todas
rentes
sus palabrasotro
y acciones son tan dife
tiempo que yo
de las de , si no
la hubiera tratado nunca , creeria ahora que
era una persona de mucha virtud y piedad.
i Pobre muger! Creo sin embargo que toda
su mudan za nace de verme en el estado en
que me hallo , y que no la atormentan de
masiado los escrúpulos.
En esto se conoce , añados padres mios,
el poder del buen exemplo , particularmente
en los padres de familia ; y por consiguiente
el mal exemplo en los superiores necesaria
mente ha de ser mas perjudicial y escanda
loso que en los demas , pues siendo ellos ma
los , tambien lo serán los inferiores y subal
ternos: y por lo mismo se les ha de pedir mas;
estrecha cuenta. ¡ Qué terrible seria la que yo
tendria que dar si habiendo recibido de vo
sotros y de mi difunta Señora una educacion
tan religiosa, me olvidase ahora de cumplir
con las obligaciones propias del estado á que
me veo elevada ! Tengo muchos deseos de
poder hacer bien á otros , porque todo lo
he
4
hecho hasta aquí es obra solamente de mi
querido amo. ¡ Dios me le traiga con bien !
Me parece que ya hace una semana que no
le veo ; y si no le son molestas las demos
traciones de mi cariño , toda mi vida la em
plearé en darle a entender lo que le amo.
Mi alma le vivirá siempre agradecida , y procu
raré conservar esta prenda, que es mi única
riqueza.

Martes a las once de la mañana .


Mi querido...... ( siempre debiera yo decir
mi querido amo , pero procuraré acostums
brarme á nombrarle con otro nombre mas afec
tuoso para mí ) mi querido esposo , digo , no
ha venido aun; aunque espero que no le ha
brá sucedido ningun mal.
Madama Jewkes me ha acompañado á
desayunarme , y no hemos tratado de otra
cosa , porque yo no sé hablar sino de él , ni
pensar mas que en los beneficios que á mí
y á vosotros , queridos padres mios , nos ha
hecho .
En este instante acabo de recibir una car
ta suya escrita ayer noche , y despacha
da esta mañana muy temprano, que dice lo
siguiente :
» Á la Señorita Andrews. = » Mi querida
Pa
» Pamela : Discurro que en atencion a lo que to
» he dicho antes de partir , no habrás ex
» trañado el que yo no volviese esta noche
» á casa ; y bien conocerás, que no he teni
» do arbitrio para apartarme de aquí. Mi po
» bre amigo está muy malo , y pienso que
» se muere sin remedio. Me ha instado tan
» to á que le acompañase , que he resuelto pa:
» sar aquí toda la noche ;es la una , y no
» me permite separarme de su cabecera. He
» procurado consolarle á él , á su muger y
» ả sus hijos , asegurándoles que nunca los
» desampararé : de modo que me miran como
» á su ángel tutelar. Este es el nombre que
» me da la pobre viuda afligida , a quien llamo
» así porque temo que tardará muy poco en
» serlo. Me alegrara no haber dado palabra
» de concurrir mañana con nuestros vecinos
» á casa de Myladi Danford ; aunque por
» otra parte deseo tanto partir el Miércoles
» para el Condado de Bedford , que por esto,
» y por no faltar á los amigos que concurrirán
allí para vernos , es preciso cumplirles lo
»n ofrecido.
» El favor que te pido , querida Pamela ,
» es que vayas tú allá en la berlina ; y quan
» to antes será mejor , porque estarás muy
» divertida en una casa en donde todos los
» concurrentes son tus admiradores. Yo espe
„ro llegar allí despues de comer , á la hora
» del té ; y esto me eş mas cómodo que el ir
Tomo IV .
6
ná buscarte á casa , porque así me ahorro
» dos leguas de camino ; y por otra parte ten
» go satisfaccion de que me disimularán que
» vaya en este trage , en atencion a las cir
» cunstancias. Cada instante de esta corta au
» sencia parece un dia al que es con toda la
» sinceridad imaginable , mi querido dueño , =
» Tuyo siempre& c.
P. D. » Si pudieses ir á comer con ellos,
» será esta libertad muy de su gusto , y tan
» to mas la estimarán , quanto menos la es
» peran . "
Yo empecé á temer que se fatigase mi
amo demasiado , y á compadecerme del en
fermo y de su pobre familia. No obstante,
dixe á Madama Jewkes que la mas leve in
sinuacion de mi amo me serviria siempre de
ley , y que así determinaba ir á comer casa
de Myladi Danford.
Estando dando las órdenes para que me
tuviesen pronta la berlina , y acabando de vese
tirme , subió un criado con mucha prie
sa á decir á la Jewkes que baxase inme
diatamente. Yo me he asomado a la ventana,
у he visto una carroza con seis caballos. Vie
nen ademas tres criados á caballo , y aun me
parece que diviso coronas en la carroza ( 1 ).
Qué será esto ? Quédome aquí, porque es
rea

( 1 ) Solamente se permite llevarlas á los


Pares del Reyno.
regular que suban á darme cuenta de todo.
¡Desgraciada de mí! ¡ Dios mio ! ¿ qué haré
en este lance ? Myladi Davers es la que acaba
de llegar : sí , ella misma en cuerpo y alma : y
mi protector está no sé quantas leguas de
aqui.
Madama Jewkes ha subido á decirme que
Myladi está muy cuidadosa de saber de mí . y
de mi amo ; y que la ha dicho : Quiero ver á
esa infame , si es que tengo paciencia para ello.
¡ Qué expresion està en boca de una dama de
su clase ! Yo no he sabido que responderla ,
prosiguió la Jewkes , y ademasme ha insinua
do que cree que no estais casada : y yo la he
respondido que no ( porque todavía no habeis
publicado el matrimonio ).
Quiero huir de aquí , dixe á la Jewkes,
y para conseguirlo haced que me espere la
berlina á la entrada de la alameda , y me es
caparé sin que me vean. Ella quiere veros
por fuerza , me replicó la Jewkes , pues ha
biéndola dicho que estábais en casa , pero
que íbais á salir inmediamente , me ha res
pondido que queria veros al instante si es
que se lo permitia su paciencia. Muy bien
dicho , repliqué yo ; pero la infame , que ella
llama , no la dará ese gusto . Madama Jew
kes , esta vez és preciso que me ayudeis á
escaparme , porque tengo mucho miedo. Man- '
daré al cochero , dixo ella , que lleve la ber-'
lina al parage que decis , y os espere allí:
A2 en
8
entre tanto voy á cerrar la puerta del quarto
baxo para que podais salir sin que os vea
Myladi , que se ha sentado al fresco en la
otra sala enfrente de la escalera. Mucho os
estimo la prevencion ; ¿y quién viene con
ella ? Su doncella , me respondió , y un so
brino que ha ido á apearse á la puerta de las
caballerizas , porque venia á caballo. Han ve
nido tambien con ellos tres lacayos , y todos 2

estan abaxo.
Quisiera , dixe , que todos ellos estuvieran
trescientas leguas de aquí. ¿ Qué haré , Dios
mio ? Solté la pluma esperando poder salir sin
riesgo ; pero he aquí que ha vuelto á subir
Madama Jewkes, y me ha dicho de parte de
Myladi , que si no queria que ella subiese á mi
quarto era preciso que yo baxase ; pues el
recado que me ha dado , prosiguió la Jewkes,
ha sido : decid.á esa picarona que baxe á ha
blarme al instante ; y está en la sala con su
sobrino y la doncella.
Pues decidla sin rodeos que no quiero bam
xar. Madama
currais
Jewkes , es preciso que disa
algun arbitrio para sacarme de aquí.
No le hay , Señora , porque quando he ido a
cerrar la puerta me ha mandado que la de
xase abierta , y se ha sentado enfrente de la
asista ,, Madama Jewa
escalera. ¡ Dios me asista
kes ! Impulsos me dan de arrojarme por la
ventana. No puedo ponderaros , añadí dán
dome ayrę con el abanico , lo asustada que es
toy .
9
toy. Señora , exclamó la Jewkes extraño
mucho que os asusteis de ese modo : aquí
estais segura ; y si yo me hallara en vuestro
lugar , os juro que nadie seria capaz de in
timidarme. Es verdad
eña
, la repliq ué ; pero no
misma
siempre es una du de sí , y bien
sé que en mi lugar tendriais vos tanto valor
como yo miedo. En verdasde , Myladi t,raasñadió
ella , que si yo me halla en vues cir
ias me revestiria de ama de casa co
cunstanc a
i
mo vos lo sois , meiapresentar á MyladiciaDa
s
ver , y la sal u d a r co mu ha presen de
n c
á n i m o.M u y b , muy bien , dixe yo ; pe
i e n
ro eso no es mas que hablar . ¡Qué desgra
cia la mia en que no esté en casa vuestro
amo !
Señora , ¿ qué la he de responder ? Decid
la que estoy mala , que estoy agonizando,
que no quereis inquietarme , que he salido....
o lo primero que os ocurra.
Pero apenas habia acabado yo de hablar,
quando subió su doncella á decirme que My
ladi queria hablarme , y que con solo este fin
habia venido aquí. Ya es preciso baxar , dixe
entre mí misma : podrá ser que no me maltra
te. ¡ Ah ! i que no esté aquí mi querido pro
tector !
Voy á contaros muy por menor , queridos
padres mios , todo lo que ha pasado en este
ſance , que os aseguro ha sido muy terrible
para mí.
Co
IO

Como estaba para salir de casa , baxé con


mis guantes puestos ' , y el abanico en la mano ,
y, aun me parecia que ya se me habia pasado
el primer temblor , pero me engañé , porque
temblaba desde los pies a la cabeza. Sin em
bargo , procuré animarme todo lo posible , y.
me presente á Myladi. “ Uit
Aquí teneis , Myladi , la dixe haciéndola
una profunda cortesía , á vuestra inuy humil
de servidora . Yo lo soy vuestra , Myladi , me
respondió remedándome : cierto que estais
vestida como una Señora principal. c .
- Tia
Tia , dixo entonces el sobrino , 'vos ishas
beis de perdonar ; que yo no puedo menos
de..... Deteneos ; le dixe , viendo que sse
acercaba á mí , y sabed que no gusto de que
nadie'use " conmigo de tanta llaneza. Siéntate,
sobrino , le dixo Myladi, no te acerques á eså
infame. ¡Qué soberbia , queridos padres mios!
Vaya que está muy mudada desde la última
vez que la ví .
Y bien , hija mia , me dixo con una espe
cie de ironía , ¿como estás ? Mucho has ade
lantado en poco tiempo : he tenido grandes
poticias de ti ; pero me parece que edificas so
bre arena si crees que mi hermano ha de afren
tar su linage por una muger tan despreciable
como tú ; y te aseguro que tardarás muy po
co en caer de lo alto de tu loca fantasía en el
abismo de tu primera nada.
Advertí al mismo tiempo que la donce
lla
II
la y el sobrino se sonreian . Me parece , la
respondí llena de enojo ‫و‬, que Myladi no tiene
que mandarme , y así, me retiraré con su li
cencia. Cierra la puerta , Rebeca , dixo ella á
su doncella , porque tenemos mucho que ha
blar esta Señorita y yo.
Dime , hija mia , prosiguió , ¿ adonde ha
ido tu honrado seductor? Nyladi , la respon
dí , quando me hableis de modo que os entien
da podré contestaros.
9. Está muy bien , querida mia , me contestó
como burlándose de mí ; pero procura hablar
con mas atencion , y advierte que la hermana
de tu amo no te perdonará esas libertades tan
fácilmente como el , porque no es tan afable
ni tan cariñosa . Y así , hija mia , te estará mu
cho mejor aquella modestia y humildad que se
notaba en tí en vida de mi difunta madre , que
no esa altanería de que te has revestido des
pues que su hijo te ha enseñado á olvidarte de
quien eres.
Un solo favor tengo que pediros , Myladi,
la dixe , y es que me enseñeis á acordarme de
quien soy , noolvidandoos vos misma de quien
sois igualmente. ¿ Es posible , atrevida , excla
mó , que porque yo me baxe hasta ponerme á
razones contigo , has de tener tú valor para
reconvenir á la hermana de tu amo ?
Myladi , la respondí , si vos misma no
guardais la distancia que hay entre las dos , es
taremos a la par , y darcis lugar á una igual
dad
I2

dad á que yo nunca he tenido la presuncion


de aspirar ; pues sé que no puedo ser menos
de lo que soy , á lo menos en vuestro con
cepto . Sobrino , dixo entonces ella , ¿ no te
habia dicho - yo que tenia que tratar con una
persona de mucho talento ?
El sobrino está tan mal educado , que cada
palabra que profiere la acompaña con un jura
mento. Señorita Pamela ( me dixo ', añadien
do un juramento muy socarron ) , si lo tuvie
į rais á bien os diria que debeis reparar en que
estais hablando con Myladi Davers. Señor , le
respondí , os doy muchas gracias por el con
sejo , aunque no le necesito ; iy mas quando
para que me haga fuerza habeis tenido que
acompañarle con un juramento.
Como él no esperaba esta salida , se que
do casi tan aturdido como yo lo estaba ya.
¡ Bueno , bueno , Señorita Pamela ! me dixo
por último::os aseguro que me habeis dexa
do confuso con vuestra juiciosa reprehension .
Vuestras trazas , le repliqué , son de no aver
gonzaros con tanta facilidad , y de poder re
sistir tranquilamente á otras mas severas recon
vencio nes.
Atrevida , me dixo Myladi Davers , į sa
bes con quien hablas ? Me parece que no , la
respondí , y por lo mismo será mejor retirar
me de vuestra presencia para no incurrir en
mayores excesos. Y diciendo esto la hice una
reverente cortesía despidiéndome ; pero ella
SC
*
13
se levantó furiosa , me dió un empellon , to
mó una silla , la arrimó, á la puerta , y se sen
tó en ella .'-, 07
Myladi , la dixe , justo será que yo sufra
quanto sea de vuestro agrado. En esto ; no pu
diendo ya contener las lágrimas , me retiré al
otro extremo de la sala ,' me senté , y empe
cé á abanicarme ,
. Su doncella , que todo este tiempo habia
estado de pie , se llegóc á mí, y con disi
mulo me dixo : Advertid , Señorita Pamela,
no es razon esteis sentada en presencia
de Myladi; y su ama sin haber oido lo que me
decia la doncellar, me grito al mismo tiempo
desde la puerta diciéndome : Señorita , haced
me el favor de no sentaros delante de mí sin
!!
que yo 'oso lo mande.
Levantéme inmediatamente , y la dixe : Bien
pudierais permitirme tomar : asiento quando
vos misma sois ila que me quitais las fuerzas
para poderme tener en pie. ¿No te he pre
guntado otra vez , me dixo , adonde ha ido tu
amo ? Ha ido , la respondí, á casa de Mr. Car
leton , que está malo de mucho cuidado. ¿ Y
quando volverá ? Esta noche , Myladi. ¿Y tú
adonde querias ir ahora ? Yo , Señora , iba á
casa de unas damas de la aldea inmediata. ; Y
en qué pensabas ir ? En la berlina , Señora . Ya
veo , dixo entonces , que con el tiempo serás
muger de importancia , y no hay duda que una
berlina está muy bien empleada en tí. Pero di
me,
14
me , has salido :alguna vez en coche con
tu Mejor
amo? será , Myladi, la conteste , que me
bagais de una vez una docena de, semejantes
preguntas, y con una sola respuesta satisfaré á
todas. Atrevida ,exclamó entonces , ¿ te olvidas
de quien eresi , yume tratas como si yo fuera
tu igual sin darte motivo para ello ?
Ya no pude coritener las lágrimas , y la
dixé : tened"á ,bien , Señora , os pregunte , ¿ qué
he hecho yo para que me trateis, con tapta
crueldad ? Á mí me parece que ningun mal
os he causado ; y si , como me habeis insinua
do al principio , estais persuadida deque he si
do engañada, mi desgracia debe moveros á
compasion , y..no á ira . 12
Entonces se levantó , me tomó de la mano ,
me llevó hasta su silla , se volvió a sentar , y
sin desasirse de mí me dixo : Es verdad , Pa
mela , que mientras te he considerado virtuo
sa y honrada te he tenido compasion : tam
bien lo es que me he condolido de tús tra
bajos quando mi hermano te ha sacado en
gañada de su casa , enviándote aquí contra tu
voluntad : mucho mas me he interesado en
tus desgracias ; y aun te amaba tiernamente
quando he sabido tu resistencia , y los gene
rosos esfuerzos que hacias para escaparte ; pero
ahora que veo que te has dexado vencer , que
ya has perdido tu inocencia , y que has au
mentado el número de las muchas infelices: á
quie
15
quienes él ha sedacido ( estò me afligió bastana
te-), no puedo menos de manifestarte lo muy
indignada que estoy contra tí.... in
Myladi , la dixe, os sup?ico que no hagais
de mí un juicio tan temerario , pues no he
perdido mi inocencia. Pamela ,, exclamó en
tonces , mira lo que dices , no sea que des
pues de haber perdido la honrą pierdas tame
bien tu candor y veracidad . ¿ Por qué estás
aquí teniendo como tienes libertad para irte
adonde quisieros? Voy á hacerté una propues
ta , que si estás inocente como dices ,-no por
drás menos de aceptar. ¿ Quieres venir á mi
casa á vivir conmigo? Si consientes en ello , para
tirémos al instante en mi coche ; ġ si te nie
gasá admitir este partido , ¿ cómo podrás des
citme en adelante que estás inocente y en
árilmo de permanecer: tal?1:....
Señora , la diše; estoy inocente, y en áni:
to de permanecer tal , y con todo no puedo
admitir vuestra propuesta. Pues tú mientes , hija
mia , me dixo oốn afectacion , tú mientes, y
no quiero hablar mascontigo . ' " .
– Én esto se levantó , y dió algunos paseos
por la sala como fuera de sí. Su sobrino y la
doncella dixéron à un mismo tiempo : Myladi,
demasiada paciencia teneis : el caso es tan cier
to que salta á los ojos. el caso est
Yo estaba perisando en apartar la silla de
la puerta para escaparme quando su sobrino
se sentó en ella . Esta accion me irritó mu
cho,
16
cho , y me pareció que seria indigna de la
clase á que he sido elevada si en este lance
no manifestaba .algun valor. Caballero , le die
xe, estais aquí para guardarme, ó para ha
cer el oficio cómitre conmigo
de ? Yo estoy
aquí, me respondió , porque quiero. Es ver
dad , le repliqué; pero tambien es cierto que
un caballero que responde así á una persona
de mi sexÔ sé guardaria bien de hacerlo a otra
d suel yo.
- Mýladi , Myladi, cxclamó el : ¡ voto á ...
que este es un desafio ! No, Señor , repliqué
yo , bien sabeis que mi sexo no es á propó
sito para desafios, que de otro modo no os
atreveriais á dar motivo á lo que significa esta
palabra.
No lo extrañes, sobrino ; le dixo Myla
di , pues esta muchacha no hablaria así si no
hubiera tenido con su amo las mayores con
fianzas. ¡ Pamela ', Pamela , me, dixo dándome
palmaditas en el hombro y llena de sana , tú
has perdido tu inocencia , hija, mia , y has
aprendido mucho de la desvergüenza de tu
amo , y ya puedes andar sola por todas par
tes con toda satisfaccion ! Pues , Señora , la res
pondí, de ese modo soy indigna de estar en
vuestra presencia , y por lo mismo os suplico
me permitais retirarme.
No , no , replicó Myladi: ante todas cosas
quiero saber qué razon puedes alegar estando
inocente para no admitir mi propuesta. Pudiera,
12
ig
Ia dixe , alegaros una muy poderosa; pero os
suplico me excuseis el decirla. Quiero que me
la digas. Pues Señora , la razon es que quizá
me seria mas intolerable en vuestra casa que
lo que me es en esta la compañía de este ca
ballero.
Pues bien , me replicó remedándome , ha
gamos otra prueba. Me pondré al instante en
camino para llevarte á casa de tus padres y de
xarte en su poder: ¿ qué respondes á esto ?
Ah ! ah ! Señorita , Pamela , exclamó su so
brino , ya está cogida vuestra inocencia ! A fe
mia , tia , que apretais demasiado el argu
mento .
Señora , la respondí, aunque vuestras pro
puestas me son tan ventajosas , bien conozco
que me las haceis con otro fin muy diferente.
¡ Que me ahorquen , exclamó el sobrino , si esc
ta muchacha no sabe mas que Merlin ! Ya , ya
vereis , tia , como este torillo nos echa a todos
por alto .
Calla , sobrino , calla , pues no haces mas
quedarla pretextos para no responder á mis
preguntas. Vamos , Pamela , respóndeme. Con
mucho gusto , Myladi; pero la respuesta que
voy á daros es que he de salir de aquí ma
fana hacia la casa de mis padres. Mientes otra
vez , infame , me dixo. Señora , la respondí,
no soy muger para poderos contestar en vues
tro estilo. ¿Otra vez ? replicó enfurecida: no
me provoques con tus reflexiones insolentes,
y
1
18
y mira que si te atreves á volverme á hablar
de ese modo no repararé en quien soy , y .
te trataré como mereces. Ya te has olvidar
do bastante de quien eres , decia yo en mi
interior , aunque no me atrevia á profe
rirlo.
Y quién te ha de llevar , añadió , á casa
de tus padres? Quien mi amo disponga , la res
pondí. ¡ Ah ! ya estás entendida : quieres decir
que harás quanto sea de su gusto , si es que ya
no lo has hecho : į no es esto ?
1

¿ Es posible , Myladi, la contesté , que me


hayais de tratar de este modo ? Bien conozco
que no esperais de mí respuesta quando me ha
ceis tales preguntas. Mi sexô y mi corta edad
debieran servirme de defensa para librarme de
los insultos de una persona de vuestra clase,
pues sin embargo de la distincion que entre
las dos pone el nacimiento , á lo menos somos
de un mismo sexo.
Ya te he dicho , me replicó , que eres de
masiado atrevida . Señora , la contesté , per
mitidme que vaya a la casa donde me estan
esperando para comer. No haré tal , replicó
ella , pues te necesito aquí ; y sean quienes
fuerenlos que te esperan , te perdonarán quan
do sepan que yo te he mandado que no va
yas : y tú tambien , Señora de poco acá , tú
tambien puedes conformarte con no ir , aten
diendo á que acaba de llegar improvisamente
á esta casa la bija de tu difunta ama, y que
es
19
es la misma hermana de tu amo quien te man
da no salir de aquí.
Pero , Señora, la dixe, reparad que el ha
ber aceptado un convite merece alguna aten
cion. Mejor lo sé yo que tú , hija mia ; pero
¿por qué una fregona ha de hablar de aceptar
convites ? Ah Pamela , Pamela ! Mucho siento
verte remedar de este modo a las Señoras de
alto nacimiento y revestirte de tanta vanidad :
en otro tiempo te he conocido modesta , ino
cente y humilde; mas ya veo que estás perdi
da sin remedio .
Myladi , interrumpió su sobrino, no os de
sazoneis mas ; ya no hay remedio para esta
muchacha , y ella parece que está contenta con
su suerte : vive sepultada en un sueño que la
encanta , y será lástima despertarla antes que
se disipe la ilusion. Myladi, la dixe yo , no
obstante de ser tan mala como vos pensais, no
estoy acostumbrada á oir semejantes reflexîo
des como las que hace este caballero , ni me
es posible sufrirlas,
Calla tú , sobrino, le dixo Myladi. ¡Pobre
muchacha ! añadió en tono compasivo . ¡ Qué
inocencia tan grande ha naufragado ! ¡ Qué las
tima ! Si mi llanto la pudiera servir de socorro,
lloraria su desgracia ; pero ya está perdida sin
remedio , perdida absolutamente ; y para col
mo de su infelicidad se ha revestido de todos
los ademanes que caracterizan á las mugeres
de su calana.
Es
20
Esta expresion causó en mí tan vivo do
lor que no pude contener las lágrimas , y
solo la respondi : Decid , Myladi , quanto que
rais ; que yo no volveré á responder paa
labra.;
En esto entró Madama Jewkes á pregun
tarla si gustaba de comer. Respondió que sí ; y
queriendo yo salirme con la Jewkes, me cogió
de la mano , y me dixo que no podia estar
sin mí , y que me quitase los guantes y de
xase.el abanico , porque no saldria de allí ; aña
diendo que sime portaba como debia la ser
viria a la mesa , y la mantendria conversacion
mientras comia.
Señora , me dixo despues la Jewkes , ¿po
dré hablaros una palabra?Yo no sé , la respon
dí , pues bien veis que Myladi me tiene de
la mano , y que me hallo aquí poco menos que
prisionera.
¿ Qué teneis que decirla , Madama Jew
kes ? interrumpió Myladi. Decidla todo lo que
querais en mi presencia. Pero la Jewkes se
retiró afligida al ver mi pena , y segun me
dixo despues estaba mi rostro como una cs
carlata .
En la sala inmediata habian puesto la mesa
con tres cubiertos. Myladi me llevó hasta allí
casi arrastrando , y diciéndome : Vamos, va
mos , hijita mia , que yo te serviré de brace
ro , y quisiera que tuvieras en esto tanto gusto
como si fuera mi hermano.
i Que
21

suerte , decia yo en
¡ Qué triste seria miinfame
mi interior , si fuera tan como esta mu
ger piensa ! Sin embargo de esto me ví muy
afligida.
Vamos , sobrino , dixo Myladi ,siéntate á
comer ; y tú Rebeca , añadió volviéndose á
la criada , ayuda á Pamela á servirnos á la
mesa , pues no quiero que hagan hoy este ofi
cio "los criados. "Vamos , Señorita , prosiguió.
dirigiéndose á mí, quereis que os ayude á qui
taros los guantes? Señora , la respondí , no soy
digna de tanto honor.
Madama Jewkes entró entonces con la so
pa. ¿ Esperais alguno mas á comer ? la dixo My
ladi. ¿ Por qué habeis puesto tres cubiertos ?
Yo discurrí , respondió, ella , que Myladi y
Pamela estaban ya reconciliadas , y que co
merian juntas. ¿ Qué quiere decir esta bestia?
exclamó Myladi sumamente airada. ¿ Creeis
por ventura que yo habia de permitir que co
miese á mi mesa una criatura tan vil y despre
ciable como ella? Myladi, dixo la Jewkes , no
os enfadeis de ese modo , pues solo lo digo
porque sé que come á la mesa con mi amo. No
lo dudo , dixo Myladi , y que se tratarán con
toda la familiaridad imaginable : ¿ No es ver
dad , Madama carrillotes ? ( i Qué libertades se
toman las señoras de esta clase ! )
Si comen juntos y se tratan con la fami
liaridad que vos pensais , replicó la Jewkes
al irse , tendrán licencia para ello . ¡Mira , mi
Tomo IV. ra
22

ra la bribona ! exclamó Myladi enfurecida.


¡ Tambien ella está de su parte ! Vamos, hija
mia , ya te he dicho que te quites. los guan
tes ; y sin detenerse empezó ella misma á
quitarme el de la mano izquierda , y reparan
do en mi anillo , exclamó : ; Qué es esto ! ó
yo tengo cataratas , ó este es un anillo. i Esta
es otra comedia ! ¿ Sabes , infeliz , que te han
engañado ? ¡ Pobre tonta! Buen negocio has
hecho cambiando tu honor por esta chuche
ría. Desde luego aseguro que desempeñas muy
bien tu papel , y que sabes revestirte de todo
el carácter de una persona de importancia.
Vaya , añadió ( haciéndome dar vueltas co
mo si fuera una perinola) , que no he visto no
via que sepa representar mejor su nuevo esta
do. Ya no me admiro de vertę tan petimetra,
ni de oirte hablar de visitas y convites. Mírate
al espejo despacio , y vuelve despues á decir
me fas gracias que en tí hallas para desempeñar
el papel que te obligan á representar en esta
comedia .
Sin embargo de verme tan cruelmente in
sultada determiné callar , y me fui á sentar
á la ventana , mientras Myladi se colocaba á
la cabecera de la mesa. Su impertinente so
brino , sentándose a su lado , y mirándome
de hito en hito con el mayor descaro del
mundo , la dixo : Myladi, no se sienta con
nosotros la novia ? Dices bien , respondió ella.
Señora novia , añadió entonces , ¿me permi
tis
23
tis que ocupe vuestro puesto ? Yo á nada de
esto respondí.
No obstante', hija mia , prosiguió en to
no satírico , todavía me parece que conservas
algunas reliquias de tu antigua modestia ; tu
vanidad te debe pesar tanto , que no pudiendo
con ella , te ves precisada á sentarte estando
en mi presencia. Yo proseguí callando y sin
moverme . ¡ Qué desgracia ! decia para conmigo.
Este contratiempo me priva de mostrar mi
obediencia á mi querido bienhechor , y aun tal
vez se indignará contra miviendo que no es
toy á la hora que me ha dicho en el lugar se
ñalado .
Comiéron la sopa Myladi y su sobrino;
y poniéndose este a trinchar una ave , me
dixo: Dueño mio , si gustas te daré un alon
eito ó la pechuga , aunque puede ser que
te guste mas la rabadilla : quieres que te la
lleve ? Y diciendo esto se echó á reir á carca,
jadas como un salvage , sin embargo de que
es hijo de Mylord N ... y de estar en vísperas
de ser Lord ' él tambien. Su madre , que era
hermana de Mylord Davers , murió siendo el
muy niño ; y así debe á su tio la poca educa
cion que tiene, ;Pobre bruto ! Estoy segura de
que , a pesar de su alto nacimiento , no mori
rá degollado por tramar alguna conspiracion.
Si entonces hubiera podido subir á mi quarto
os hubiera hecho un fiel retrato de él. Es hom
bre de veinte y cinco á veinte y seis años,
B2
que
24
que es la misma edad de mi amo ; pero tonto
sin igual.
Dame un vaso de vino , Pamela , me dixo
Myladi. Iba á servírselo su doncella , pero ella
la mandó que no lo hiciese; y añadió :quiero
que me haga este honor Myladi Pamela por
ver al mismo tiempo si puede tenerse en pie.
Yo callé y no me moví de mi sitio.
¿ No oyes lo que te digo ? Dame un vaso
de vino. ¡ Qué ! ¡ no te mueves ? esperas á que
yo me levante y , te sirva á tí ? Yo proseguí
quieta y abanicándome. ¡ Hola, señora de farsa!
parece que estás en ánimo de no responder
una palabra aun quando te haga cien pregun
*as , no es verdad , queridita ?
Yo estaba tan fuera de mí , que no sabia
lo que me hacia ', y aun arranqué con los
dientes un pedazo del abanico. No obstan
te proseguí callando y abanicándome mas
apriesa.
Me parece , continuó , que si te hago otra
pregunta tendré derecho á que por tu humil
dad me respondas.
En esto se levantó el sobrino ý me pre
sentó la botella y el vaso , diciéndome : Va
mos , señora novia , levantaos á servir á My
ladi , que yo os ayudaré. Señor , le contesté,
en buenas manos están el vaso y la botella,
y podeis servir á vuestra tia. ¡ Ah infame ! ex
clamó ella : ¡ Qué! ¿ tienes á ' menos el servir
me ? Haz lo que te mando , prosiguió enfureci
da,
25
da , y sírveme al instante ese vaso de vino,
porque sino.....
Ahora ,dixe para conmigo , no puede ' mes
nos de cascarme ; pero cobrando un poco mas
de ánimo la rešpondí : Si yo no fuera mas
de lo que vos , Myladi , imaginais , y me
mandarais que os sirviese á la mesa y me
postrase á vuestros pies , ós aseguro que lo
haria con mucho gusto ; pero si intentais-triun
far de una persona que cree que el honor que
ha recibidor la obliga": ai po I cometer ninguna
accion indigna de él , en este caso , Myladi,
os digo ingenuamente que no haré lo que me
mandais.
Quedó extraordinariamente admirada de
eirme hablar así s y mirando unas veces' á su
doncella , y otras á su sobrino , exclamó : ¡No
sé lo que me pașa... ¡ qué es esto ! ¡ Con que tú
quieres. , i añadió volviéndose á mí, que yo te
reconozca por muger de mi hermano? ¿ No es
verdad ? .ps
Vos me lo haceis confesar , Myladi , repli
qué yo. Pues dime , ; estás tú en el entender
de que lo eres? Quien calla consiente , dixo
su sobrino ; y es claro que ella lo cree así;
por lo que , si me lo permitis , me levantaré á
tributar mis respetos á mi nuevatia.
¿ Estás poseida del demonio ? me dixo My.
ladi. ¡ Es posible que te has de atrever á mi
rarte como hermana mia ! Señora , la contes
té , vuestro digno hermano podrá responde
ros
26
ros mejor que yo á esa pregunta.
Al oir esto se levantó mas irritada que nun
ca. Sosegaos , Myladi , la dixo su doncella , y
reparad en que vos perdeis mas que ella : si la
pobre muchacha ha sido engañada con el fin
gido matrimonio , de que ya teneis noticia ,
mas bien merece vuestra compasion que vuesa
tro.enojo. Es verdad , Rebeca , no hay duda ,
dixo su ama; pero me es insufrible la insolen
cia de esta infame.
Quise tomar la puerta y salirme, pero el
sobrino fue corriendo y se puso de espaldas
contra ella . Aunque siempre habia temido ser
maltratada por parte de la orgullosa y enfure
cida Myladi Davers , jamas habia pensado que
su sobrino se propasase á tanto. Señor , le dis
xe , quando mi amo llegue ái saber vuestras
desatenciones para conmigo , puede ser que os
arrepintais ; y diciendo esto me volví á sentap
en la ventana.
i Otro desafio ! ó que me emplumen , ex
clamó él ; pero á lo menos me alegro de
oirla llamarle su amo , pues ya weis , My
ladi., que esto es dar a entender que tam
poco ella cree que esté casada yy consiguien
temente que no es tanto su engaño como peni
sais .
Y como es tan bestia , inmediatamente se
vino hacia mí , y poniendo una rodilla en tier
ra me dixo con un ayre provocativo , y el mas
grosero que puede imaginarse Querida tia dad
me
27
me vuestra bendicion ( 1 ) ó vaestra maldicion,
que lo mismo me importa uno que otro , y
despachadme presto que me está esperando la
comida.
Yo mirándole con el mayor desprecio , le
dixe : Pisaverde dorado ( porque llevaba ga
lones hasta en las costuras de la casaca ) , de
aquí á veinte ó treinta años , quando ya ten
gais uso de razon , sabré lo que os he de res
ponder : entre tanto id á jugar con vuestros
lacayos , y dexadme á mí en paz. Inmediata
mente me levanté y fui á sentarme á otra ven
tana mas cerca de la puerta ; y él se de
quedó
ma
con la frescura de lo que era , esto es ,
jadero.
i Rebeca , Rebeca , exclamó Myladi , esto
ya no se puede sufrir ! ¿Cómo he de permitir
yo que un pariente de Mylord Davers' y mio
sea tratado de esta manera por una fregona co
mo ella ? Y al acabar de decir esto se vino dis
jarada como una saeta hácia mí.
Yo empecé a temblar porque conozco mis
pocas fuerzas ; pero Madama Jewkes , que ad
virtió que se acaloraba la disputa , entró con
T. el

( 1 ) En Inglaterra los hijos bien educados,


antes de acostarse., y luego que se levantan,
piden la bendicion á sus padres , y en defecto
de estos á sus tios , y aun á estos en presencia
de aquellos si es muy refinada su crianza.
28
el segundo cubierto , y dixo á Myladi : Pro
curad , Señora , sosegaros , pues temo que lo
que hoypasa en esta casa ha de ser motivo de
grandes desazones entre vos y vuestro herina
no ; porque ama con el mayor extremo á la
Señorita Pamela.
Callad vos , madre Abadesa , la dixo My
ladi ; yo nací en esta casa , y puedo mandar
en ella sin tener que dar oidos á las imperti
nentes reconvenciones de los criados que sir
ven á un hermano mio.
Perdonad , Señora , la replicó la Tewkes;
y volviéndose á mí , me dixo : Señorita , mi
amo llevará muy á mal el que le hagais es
perar tanto. Yo me levanté inmediatamente
para sálr ; pero Myladi dixo :'Si no hay mas
razon que esta , la muchacha no saldrá de
aquí. Fuese despues corriendo hacia la puer
tà , la cerró , y dixo á la Jewkes que se
guardase bien de volver á entrar allí mientras
ella no la llamase ; y vos Señorita , añadió vol
viéndose á mí , haced la prueba de si podeis
estar en pie.
Yo lo hice así ; y pasándome ella la mac
no por las mexillas , me dixo : Bien se co
noce en este color tan encendido el rencor
que tienes en tu corazon . Ven'aquí , añadió
llevándome hasta su silla , estate en pie , y
mientras como.me responderás á lo que ten
go que preguntarte ; despues te permitiré re
tirarte , hasta que en llegando al bribon de
tu
29
tu amo os caree á los dos , y descubra todo
este misterio de iniquidad , porque no me he
de ir de aquí hasta averiguarlo todo.
Luego que ella se volvió á... sentar me
fuí hacia la última ventana de la sala que
mira al jardin. Su doncella que lo advirtió,
se vino á mí sin mas ni "mas , y me dixo:
Señorita Pamela , no irriteis mas á mi ama,
estad en pie como os lo ha mandado. Ques
rida', la respondí, procurad obedecer las ór
denes de vuestra ama , y no os metais á dar
me consejos . Perdonad ", Señorita , me replicó,
pues ya veo que para vos estan muy muda
dos los tiempos . Myladi , proseguí yo , tie
1
neiautoridad para mandar en la casa en que
nació ; pero vos no podeis tenerla para usar
de esas libertades en la casa en que ha
beis recibido vuestra educacion. : i Ah , ah ! ex +
clamó ella. Ya que me obligais à ello voy
á hablaros , Señorita Pamela , con toda clas
ridad acerca de eso , y deciros que Des
pacito', despacito , querida , la dixe , remedan
do el estilo de Myladi con : la Jewkes , que
yo no sé reñir , y Myladi , no necesita que la
ayudeis .
La doncella estaba tan irritada que no .
acertaba á proferir palabra , y por otra par
te el sobrino daba unas risotadas como un ga
yan , y la decia :, Rebeca , mipobré Rebeca ,
te aconsejo que dexes á Myladi el cuidado de
hamillarla ', porque ella puede unas que vein
?? te
30
te como tú ý yo. Y luego , volviendo á reirse
como antes , repetia aquellas palabras mias , yo
no sé reñir. Á fe mia , Señorita , añadió enca
rándose á mí , que sabeis decir unas cosas bien
picantes. ¡ Ah , pobre Rebeca , qué helada te
has quedado !
Pamela , me dixo entonces Myladi , ven
acá , y háblame con toda libertad : ¿crees que
estás realmente casada ? Mi querida Señora , la
respondi arrimándome á su silla , de muy bue
na gana satisfaria á todas vuestras preguntas
si tuvierais la paciencia de oirme sin irritaros;
pero no puedo permitir que ese caballero y
vuestra doncella sigan tratándome del modo
que hasta aquí. Hija mia , me replicó , tu has
sido demasiado 'atrevida conmigo y con mi so
brino ; y aun has de saber que hay mucha di
ferencia de tí á mi doncella ; pero esto no es
del caso ahora : ¿ Crees sinceramente que estás
casada ?
Bien conozco , Myladi , que qualquiera reść
puesta que os dé no os ha de parecernbien ;
porque si digo que no , me tratareis como la
una muger infame, y podrá ser que falte á la
verdad :y si me atrevo á decir que sí , mě re
convendreis con que ¿ cómo tengo osadía para
imaginarlo ? у direis que el matrimonio ha sido
fingido.
Yo quiero , me contestó , que me des una
respuesta positiva. Pero , Señora , la interruin
pí , ¿ de qué os servirá saber lo que yo pien +
SO
31
so en este punto, si por eso no habeis de de
xar de creer lo que os parezca ?
¿ Es posible , exclamó, que:tu orgullo ý tú
tontería puedan llegar hasta el extremo de creer
te verdaderamente casada con mi hermano ?
¿ Tan loco y fuera de juicio le consideras , que
haya podido olvidarse de quien es ? ¡ Ah , no
serás tu sin duda la única víctima de sus en*
gaños !
Aunque estas palabras coueáron en mi mu
cho sobresalto , nu dexé de responderla : Os
suplico , Myladi , que no agiteis mi imagina
cion con lúgubres pensamientos : bueno será
que yo llore mi desgracia quando ya no puea
da dudar de ella : y si fuera tan terrible co
mo vos imaginais , debierais compadeceros de
mí, y no atormentarme de este modo antes
de tiempo.
.. Pero ¿ cómo quieres ,me contestó , que des
xe de irritarme al considerar que una criatura ,
que mi querida madre amaba tan tiernamente,
se haya dexado engañar por último despues
de una tan larga y noble resistencia como la
que has hecho ?
Yo , Señora , estoy muy lejos de creerme
engañada ni perdida , y por consiguiente mer
nos honrada é inocente que hasta aquí. Mientes,
infame, exclamó ella. Señora , la respondí un
poco acaloradar, ya me habeis dicho esa mist
ma expresión por dos veces. O
Estas palabras me...costáron un golpe en
1 la
32
la mano. Myladi, la dixe ( haciéndola una pro
funda reverencia , aunque sin poder contener
las lágrimas ) , mil gracias por tan honrado tra
tamiento ; pero dudo mucho de que os las dé
vuestro querido hermano por haberme tratado
como me tratais . .
&
Acércate , me dixo , hija mia , y si te pa
rece que no has causado bastantes disensio
nes entre mí y mi hermano te suministrare
mas abundanta materia para la relacion que
le has de hacer y sábite
: si estuviera
que
aquí te trataria un poco peor , y no queda
ria él mismo sin su merecido. ¡ Oxalá estuvie
ra presente ! exclamé yo. ¡ Ah insolente ha
bladora ! replicó ella. ¿ Con que te atreves á
amenazarme?
Myladi, la respondí separándome un poco,
considerad las cosas que me habeis dicho des
de que he tenido el honor, ó por mejor de
cir la desgracia de parecer en vuestra presen
cia , y ved si me habeis hablado:una sola pa
labraque sea digna de una persona de vues
tro carácter, aun quando yo fuera una mu
ger tan infame como pensais. Acércate á mí,
desvergonzada , me replicó, ven acá , y verás
1
como te trato deti modo que mereces.
Ella daba á entender que queria llenarme
de bofetadas; pero á mí me parece que hu
biera sido indigna de la dicha que he logrado,
si no la hubiese mostrado resentimiento por
1
las cosas que me decia.
Lue
33
Luego que levantáron la mesa la dixe : Me
5 parece , Señora, que ya puedo separarme de
aquí. A mí me parece que no , respondió ella:
discurro que no tendrás muchas ganas de co
mer , y así bien podrás ayunar hasta que vuel
va tu gracioso amo.
Myladi , dixo á esto su doncella , permi
tid que la pobre muchacha venga á comer
con Madama Jewkes y conmigo. Os agradez
co vuestros buenos oficios, la dixe ; pero, co
mo habeis insinuado poco ba , estan muy mu
dados los tiempos para mí , y ya estoy acos
tumbrada al honor de una compañía muy su
perior á la vuestra , por lo que no puedo aba
tirme á tanto .
¡ Se ha visto insolencia como esta! dixo My
ladi. ¡ Ah Rebeca , pobre Rebeca ! exclamó el
sobrino , i qué grandemente te sacude ! Myla
di , dixe yo , quisiera saber quanto tiempo he
de estar aquí, porque , como vereis en esta
carta , tengo precision de obedecer las órdenes
de mi amo. En esto la saqué de la faltrique
ra , y se la entregué con la esperanza de que
me trataria mejor viendo los honores que re
cibia de parte de su hermano.
Sí , dixo al verla , la letra sin duda es de mi
hermano : el sobrescrito dice : A la Señorita
Andrews. Esta eres tú, hija mia. Leyó des;
pues la carta haciendo las siguientes reflexîo
nes conforme la iba leyendo.
Mi querida Pamela ... ¡ Bien dicho ! Dis
си .
342
curro que én atencion á lo que te he dicho
antes de partir , no habrás extrañado el que
yo no volviese esta noche á casa. ¡ Qué expre
sion tan tierna ! ¿ Lo has extrañado , hija mia ?
Y bien conocerás que no he tenido arbitria
para apartarme de aquí. Esto es claro. ¡ Va
ya que la muger mas ilustre у honrada no
podria ser tratada con mas cariño que con
el que trata á una mugerzuela como tú ! Pe- ,
ro pasemos adelante . Me alegrara : ten cui
dado , sobrino : .me alegrara no haber dado
palabra de concurrir mañana con nuestros ve
cinos á casa de Myladi Danford. ¿ Nuestros
vecinos y Myladi Danford permiten que tú
los visites ? Les aseguro que si esto es así,
no los visitaré yo . Aunque por otra parte
deseo tanto partir el Miércoles para el con
dado. de Bedford . ¡ Ah , ah , sobrino ! Aho
ra justamente va a hablar , segun veo , de
nosotros : que por esto , y por no falt.ir á los
amigos que concurrirán allí para vernos , es
preciso cumplirles lo ofrecido. Sobrino ; ad
vierte lo que sigue : El favor que te pido.
Advierte como este miserable , que á tu tio
y á mí nos ha tratado como sabes , suplica
ahora rendidamente á esta infeliz criatura :
El favor que te pido , querida Pamela. Que
rida Pamela ! ¡ Linda expresion ! Dios quiera
que yo pueda conciuir la carta sin padecer
algun insulto. El favor que te pido, queri
da Pamela ( cada instante se volvia à mi
rar
35.
rarme) es que vayas tá allá en la berlina, y
quanto antés será mejor. i Bravo! ¿ Para qué
tanta priesa si no os esperan hasta la tarde ?
¿ Para qué ? Aquí está bien clara la razon :
porque estarás muy divertida. ¡ Qué cosa tan
tierna! Porque estarás muy divertida en una
casa en donde todos los 'concurrentes : repa
ra bien en esto , sobrino : son tus admirado
$ res. Si él estuviera casado primero se dexa
ria ahorcar que decir una expresion tan tier
na. No hay duda , replicó el sobrino , esto es
evidente. (iPobre matrimonio , cómo te tra
tan ! decia yo entre mí: quizá Myladi Da
vers habla por experiencia ; mas no me atrem
ví á hablar palabra.) En donde todos los con
currentes son tus admiradores . Es preciso
repetirlo , añadió ella : en donde todos los con
currentes son tus admiradores. Yo quisie
ra , graciosa Señorita mia , que pudiesen to
dos ser admiradores de tu virtud , y no de
tu belleza. Espero llegar allí despues de com
mer á la hora del :té. Segun esto , hija
mia , dentro de un par de horas es tiempo
de que te halles en tu convite ? Y esto me
es mas cómodo que el ir á buscarte á casa ,
porque así me ahorro dos leguas de camino;
y por otra parte tengo satisfaccion de que me
disimularán que vaya en este trage en aten-,
cion á las circunstancias, ¡Muy bien dicho,
hija mia ! Qualquiera trage es bueno para una ►

compañía que, te admira , y para el autor de


tu
36
tu ruina.... ¡Sobrino', sobrino ! exclamó , es
cucha esto que sigue, porque vale un mundo .
Cada instante de esta corta ausencia pare
ce un dia. ¿ Qué te parece ? Es preciso vol
verlo a repetir : cada instante de esta cor
ta ausencia parece un dia . ¡ Qué talento
tan despejado el del buen caballero ! Ya se
conoce que no es novicio en el arte de amar,
y le parece que ha pasadomucho tiempo desa
de que no ve á su ídolo. En efecto , su cál
culo amoroso regula este tiempo nada me
nos que por doce dias y doce noches , y no
baxară de aquí un minuto : y sin embargo
de ser para él tan largo y tan molesto , le
llama una corta ausencia. ¡ Vaya vaya , que
mi hermano , habla como un oráculo ! Pero
los sabios que se enamoran suelen decir grans
dísimas necedades. Escucha ahora la razon
por que esta corta ausencia , que es al mis
mo tiempo tan larga , le parece tan moles
ta : Cada instante de esta corta ausencia
parece un dia al que : repara bien en esto:
al que con toda la sinceridad imaginable es....
mi querido dueño. En adelante no podré oir
con paciencia esta expresion. Sobrino , luego
que veas á tu tio le dirás que nunca mas me
llame su querido dueño. Tuyo siempre. ¡ Ah
hermano ! tú mientes , y sabes muy bieni que
mientes .
Y bien , mi querida Myladi Andrews,
6 Myladi lo que tú quieras , . ¿con que este
tu
37
1
tu querido dueño ha de ser tuyo para siem
.
pre ? ¿ Y llega á tanto tu vanidadque lo creas?
Pero todavía hay aquí una posdata. El pobre
hombre no tiene valor para acabar de despe
dirse de su querido dueño : á lo menos le cues
ta mucha pena. A la verdad , querido dueño,
que puedes tenerte por dichosa de tener tal
amante. Si pudieses ir á comer con ellos : im
plora'ahora misericordia , querido dueño , por
que aquí entra el convite aceptado , será esta
)
libertad muy de su gusto , y tanto mas la esti
marán quanto menos la esperan .
¡Gracias a Dios que he acabado de leer
la cariñosa carta ! Ya yes., me dixo , que esta
libertad no esperada , y que seguramente no
esperarian á no ser por condescender con
la tontería de tu amo ", es un honor que no
debes hacer á aquella compañía que tanto te
admira. Á mí me es tan imposible dexar de
admirarte , querido dueño mio , que no te per
deré de vista en toda la tarde ; porque seria
mucha crueldad que la hermana de tu amo
se privase del gusto de gozar de tu amable
compañía .
Inmediatamente conocí lo poco que ha
bia adelantado con mostrarla la carta ; y mien
tras la estaba leyendo me arrepentí muchas
veces de habérsela manifestado. Espero , My
ladi , la dixe , que me permitireis enviar un
criado para excusarme con vuestro hermano,
participándole al mismo tiempo que estais
Tomo IV . с aquí,
38
aquí , y que no me permitis ir adonde él
ha mandado. ¡ Qué cosa tan graciosa ! excla
mó ella. Sin duda quisieras que estuviese
aquí tu querido amo , para que por defen
derte á tỉ riñese á su hermana ? Pero está
segura de que no te perderé de vista. Qui
siera me dixeses ahora ¿ qué fin has tenido
en enseñarme esta carta ? El fin que he teni
do , la respondí , ha sido haceros ver como
estaba convidada para todo el dia. ¿ Y no
has tenido otro que ese ? No lo sé , Señora;
pero si acaso inferis de ello alguna otra co
sa , podré esperar que ceseis de maltratar
me .
Al oir esto arrojaba llamas por los ojos.
Bien conozco me dixo cogiéndome con
violencia de la mano bien conozco 5 insolen
te , que me la has manifestado para insul
tarme, y para que viese que una pobre men
diga , hija de otros tales , es tratada con mas
atencion que yo y que Mylord Davers. Sí , me
la has manifestado para conocer si yo era
tan crédula y tan necia que tuviese por ver
dadero tu matrimonio , en medio de saber,
como sé , todo el artificio que no creo ig
nores tú tampoco : me la has manifestado
por último para hacerme ver evidentemen
te la ruindad que comete mi herma
esclar
no afren
del
tando una familia de las mas ecidas
Reyno. Desde luego te ofrezco cien guineas
por la primera palabra descompasada que me
di
39
digas , para tener motivo de arrancarte la
lengua.
Terrible lance ! ; quánto mejor hubiera si
do no haberla enseñado la carta ! Esta amena
za , el encarnizamiento de sus ojos , y la rabia
que manifestaba en todas sus acciones , me dea
xáron muy asustada y casi sin aliento. Mi que
rida Señora , la dixe llorando , compadeceos
de mí , y hacedme el honor de creer que soy
honrada , y que no cometeria una ruindad por
quanto vale el mundo.
Aunque sé muy bien , me replicó , todos
los enredos de tu fingido matrimonio , y to
das las demas circunstancias de esta iniqua y
extravagante escena , jamas podré sufrir que
tengas la vanidad de creerte casada con mi
hermano ; y así desecha de tí esa idea , y con
téntate con ser una infeliz descendiente de
mendigos.
Myladi, la respondí, no hableis mal de mis
pobres padres , y sabed que son honrados é
industriosos : que en otro tiempo han vivido
con algunas conveniencias , y que jamas han
sido mendigos. Todos estamos expuestos a los
reveses de la fortuna , y quanto digais de
mí lo llevaré con paciencia , porque no me
reprehende la conciencia ; pero no puedo su
frir que insulteis á unas personas tan honesa
tas y aplicadas como mis padres , que siem
pre han vivido con mucha conformidad en
sus trabajos , y debido su subsistencia á la
C2 pie
40
piedad divina y á sus fatigas
¡ Hola , infáme! ¡ Vaya que quieres hallar
ahora entre tus antepasados executorias de
nobleza ? ¡ Dios me dé paciencia y valor para
sufrirtc *! Desde luego aseguro que la necia
vanidad de mihermano , acompañada de su na
tural malicia , querrá registrar los archivos del
Reyno para ennoblecer tu baxo nacimiento .
Vuélveme á provocar , y verás lo que te pa
sa . Daria qualquiera cosa porque te atrevieras
á decir una sola vez que crees estar casada con
mi hermano .
Espero , Myladi , la contesté , que no me :
matareis ; y supuesto que nada de quanto diga
puede agradaros , y que estais determinadaá
maltratarme sin compasion responda del mo-
do que respondiere , haced de mí lo que te
neis resuelto , y permitid . que me retire de
vuestra presencia .
Al oir esto me dió un golpe en la ma
no , é iba á darme una bofetada ; pero Ma
dama Jewkes y, la doncella , que estaban
observándolo todo > entráron al mismo tiem
po , y poniéndose de por medio la Jew
kes la dixo : Myladi , Myladi , i que no sa
beis lo quc haceis ! Mi amo nunca me per
donará el haber permitido que en su pro
pia casa sea tratada de este modo una per
sona á quien ama tan tiernamente ; y sin em
bargo de ser quien sois , yo no lo permitiré.
Su doncelfa habló tambien , y la dixo que yo
era
41
era poca persona para que se irritase tanto . Pe
-ro ella estaba tan fuera de sí que no sabia lo
que se hacia .
Quise entonces salirme de la sala , y Ma
dama Jewkes me cogió de la mano para sa
carme fuera ; pero el buen sobrino se puso
de espaldas contra la puerta , y echando ma
no á la espada dixo que no saldria mientras
su tia no diese licencia para ello. Llegó á des
enváynar la mitad de la espada , y esto me
causó tanto susto , que empecé á dar gritos di
ciendo : ¡Dios mio ! ¡ la espada , la espada ! Y
no sabiendo lo que me hacia mè fui corriendo
hácia Myladi , y me abracé con ella estrecha
mente sin acordarme de que era mi enemiga;
y cayendo á sus pies la dixe : Señora , ampa
radme : i la espada , la espada!
1. ¡ Pobre de mí ! exclamó la Tewkes : ¡ mi
ama se desmaya ! Myladi se asustó tambien al
ver que las cosas habian pasado tan adelante ; y
sin reparar en lo que decia la Jewkes gritó á
su sobrino : No saques la espada'; ya ves que
esta muchacha , sin embargo de ser tan inso
lente , se asusta mucho.
Sosiégate ,me dixo despues , que no vol
vera á asustarte. Vaya , sosiégate , que yo
procuraré aplacarme y mirarte con picdad;
levántate , y no seas tan simple . La Jewkes
me hacia' oler un frasquito de agua de la
reyna , lo que me sirvió para no desmayar
me. Madama Jewkes , la dixo Myladi si >

que
42
quereis que os perdone vuestro atrevimiento
dexadnos solas á Pamela y á mí. Sobrino, retí
rate tú tambien , y que se quede Rebeca con
nosotras.
Yo me senté en la ventana muysobresal
tada , porque en la realidad me habia asus
tado mucho. Señorita Pamela , me dixo la
doncella , reparad en que no parece bien que
esteis sentada en presencia de Myladi. Sí,
sí , dixo su ama , dexala que se siente hasta
que se la pase el susto ; y tú , Rebeca , ar
rímame una silla. Sentóse junto á mí, y me
dixo : Á la verdad , Pamela , que has estado
demasiado atrevida conmigo y con mi so
brino , que es un caballero de las circunstan
cias que no ignoras . Confiesa , añadió ( pa
liando su crueldad , y temiendo sin duda que
su hermano no la perdonaria fácilmente el
haberse propasado á tanto ) , confiesa tu atre
vimiento, y pídenos perdon á los dos , que
si lo haces procuraré compadecerme de tí,
pues no dexo de conocer tus buenas prendas;
y es lástima que te hayas dexado seducir has=
ta perder tu honor.
Myladi , la respondí , sin duda me haceis
la mayor injuria del mundo en no creerme tan
honrada como siempre , y no puedo menos de
significaros que todas vuestras dudas y pregun
)
tas me causan mucha extrañeza.in
i Ah ! exclamó. ¿ Se ofende tu modestia
de mis preguntas ? Yo te aseguro , hija mia,
que
43
que note durarán mucho tiempo esos melin
dres. ¿ Por qué no me respondes claramente
á lo que te pregunto ? Porque mi respuesta,
la contesté , os ha de disgustar precisamente ,
у volvereis á cascarme .
¿ Y quién te ha cascado ? me replico.
¿ No es verdad , Rebeca , que no la he toca
do ? Discurro que buscas motivos para que
jarte á tu amo. Te aseguro que no puedo
tolerar que te pase por el pensamiento que
eres cuñada mia : conozco muy bien la pieza
que te han jugado ; y soy de sentir que tú
tambien lo conoces , y que todo ese disimulo
es un puro artificio paradisfrazar mejor tu fa
cilidad" , y sacar partido de mi hermano. Va
mos , picarona , hazte cargo de que á los trein
ta ' y dos años de mi edad he de conocer un
poco mejor el mundo que tú , que solo tienes
quince.
Al oir esto me levanté de donde estaba , y
retirándome al otro extremo de la sala la di
xe : Matadme si quereis ; pero sabed que des
precio vuestros discursos, y que estoy tán per
fectamente casada como vos.
Lo mismo fue : oir esto que se vino
corriendo hácia mí; pero su doncella se pu
so'entre las dos, y la dixo : Echad , Myla
di , de vuestra presencia á esta insolente , pues
no merece estar aquí , porque no hará mas
que irritaros. Quítate de en medio , Rebeca.
la dixo ella ' , que no puedo tolerarla , y ni
aun
44
aun á mi hermano ' sufriria semejantes expresio ,
nes . ¡ Tan perfectamente casada (repetia ) como
yo! ¿ Y esto se ha de sufrir ? Pero, Myladi , di
xo su doncella , si ella lo cree así , tan digna
es de lástima por su error , como de desprecio
por su vanidad. 直I

Intenté entonces, tomar la puerta , pero


ella me cogió de la ropa ', y me hizo vol
ver atras. Os ruego , Myladi , la dixe , que
no me mateis , porque no he : hecho mal
á nadie. Ella dió dos vueltas a la llave , .y
se la guardó. Viendo yo que Madama Jew
kes estaba junto á la ventana , abrí la vidrie
ra y la dixe : Madama Jewkes , me pare
ce que será mas acertado que vaya el coche
á buscar á mi amo , y á avisarle que ha
llegado Myladi Davers , y no puedo dexarla
sola .
No , no , replicó al'instante Myladi , por- >
que creeria mi hermano que esta infame me
está haciendo compañía , y que es para mí tan
gustosa su conversacion que no puedo sepa
rarme de ella. Yo creia, Myladi, la dixe , que
no podiais llevar á mal este recado de atencion .
¿Qué sabes tú, bribona, ó qué obligacion tienes
á saber lo que se debe practicar entre perso
nas de nuestra clase ? Ni lo deseo, saber a este
precio , dixe para conmigo.
¿ Pues qué recado le he de enviar , Seño
ra ? replicó la Jewkes. Ninguno , respon- ,
dió ella ;'que espere -á su querido dueño , y
que
45
que le espere inútilmente : todo se reduce á
algunashorasmas , que segun sus cálculos amo
rosos serán otros tantos dias .
Viendo yo que la Jewkes se acercaba a la
ventana, y que Myladi se paseaba por la sala,
la dixe sin que esta lo oyese : Advertid á Ro.
berto que me espere á la entrada de la ala
meda , porque voy á hacer el último esfuer
zo para escaparme .
Tan perfectamente casada como yol ¡ qué
insolencia ! ( repetia Myladi paseándose por la
sala , y hablando unas veces consigo misma,
otras con su doncella , y de quando en quando.
conmigo. ) Pero considerando yo que de nin
gun modo podia aplacarla , tuve por mejor.
partido el callar. ¡ Quél no merezco yo res
puesta .? me dixo. Myladi , la respondí, si ha
blo ,, aunque sea con el mayor irespeto , os
irritais ; y si callo tambien meo neprehendeis. Si +

me , dixerais de qué modo podria complaceros,


Jo haria con mucho gåsto. ht ,
Confiesa la verdad , me dixo confiesa que
eres una muger abandonada , que te has dexam
do seducir por tu amo , y que estás ya arre
pentida de esto , y de las discordias que: en
trelos dos has sembrado , y entoncesme com
padeceré de tí , y le persuadiré á qué te des
pida , dotándote en ciento ó doscientas gui
neas ; y no faltará algun labrador honrado
que por compasion só por interes quiera ser
vir de sombra á tu infamia ; y si no hallases
quien
46
quien te quiera', podrás retirarte á hacer pe
nitencia y á ser tan humilde como me pare
cias antes , ‫' تم‬ '

Mi corazon estaba traspasado de dolor al


oir tantas extravagancias dictadas por la ira , y
al verme privada del placer de ir adonde me
esperaba el único objeto de todos mis deseos;
y ademas temia incurrir en la desgracia de mi
querido amo . 1

5. Al tiempo de sentarme habia reparado que


no era muy dificil saltar por la ventana y pues
el piso del patio estaba casi á nivel con el de
la sala ; y por otra parte häbia dexado abierta
la vidriera quando hablé á Madama Jewkes.
En efecto , estuve con cuidado '; y aguardan
do á que Myladi volviese las espaldas en uno
de los paseosque daba por la sala , me subí so
bre la ventana jesalté alpatio , éinmediatamente
eché á correr como un gamo. Myladi que lo
advirtiólgame llamaba desde una ventana , y
(
su criada desde otra. Acudieron a las voces
dos criados a y ella les mandó que me detuvié
ran ; pero yo y sacando fuerzas de fraqueza,
les dixe : guardaos bien de llegar á mí. Bien
es verdad que mas hubieran podido con ellos
las órdenes de su ama que 'mis amenazas , si
Mr. Colbrand fiá quien á prevencion habia
mandado la Jewkes que estuviera á la mira )
no hubiése acudido gy revistiéndose de su fie- .
reza no los hubiese amenazado con que rom
perial el espinazo ( esta fue su expresion ) al
pri
47
primero que se atreviese á acercarse á su ama.
Dicho esto , inmediatamente echó tambien á
correr tras mí; y yo misma oí á .Myladi Da
vers que decia ; la muchacha corre como una
ave.
En efecto , el mismo Colbrand , sin em
bargo de tener buenas zancas , apenas podia
seguirme. Yo no paré hasta el coche : y Ro
berto , que desde lejos me habia visto correr,
volvió hacia atras , y teniendo ya abierta la
puerta me metí en el coche , casi sin nece
2 sidad de poner el pie en el estribo . Echa á
e correr , le dixe , y sácame quanto antes del
poder de Myladi. Montó inmediatamente á
caballo , y Mr. Colbrand cerró la puerta , -ý
me dixo que no tuviese ningún miedo , pues
nadie se atreveria á acercarse al coche. Pico
Roberto á los caballos , y yo estaba tan sin
aliento , que apenas pude serenarme en todo
el camino .
Hasta que llegamos á casa de Myladi Dan
9
· ford no supe que Colbrand venia a la zaga,
rezelándose de que Myladi enviase á sus cria
dos en mi seguimiento ; y parece que quando
volvió a casa dixo á la Jewkes' que nunca ha
bia visto muger que más corriese.. !!!
Eran ya las seis de la tarde ( pues todo es
te tiempo me habia detenido la cruel Mylas
di ) quando llegamos; y la primera que salió
á recibirme á la escalera fue la Señorita Dan
ford , quien me saludó medio sobresaltada
di
48
diciéndome : Seais bien venida-, Myladi, al
cabo de tanto tiempo como os estamos es
perando ; pero tened entendido que os re
ñirán , pues ya hace mas de dos horas que
ha llegado M. B... y está muy enfadado con
tra vos.
¡ Esto solo me faltaba! exclamé yo. Apenas
sabia .lo que me decía , porque aun estaba
sobrecogida del miedo : dexadme sentar , pro
seguí , en qualquiera parte , porque estoy ren
dida. Sentéme , y no permitiéndome sosegar la
agitacion , me recliné sobré sų hombro.
Vuestro esposo , añadió ella , ha llegado
aquí impensadamente ; y viendo que al cabo
de una hora no veniais , ha empezado á re.
chinaç diciendo que no esperaba tan poca con
descendencia por vuestra parte . Le hemos he
cho , tomar las cartas por fuerza , y está ju
gando: Vamos á verle ,porque me parece que
no está de humor de salir á recibiros.
Discurro que no habrá gentes de fuera , la
pregunté. No hay mas , me respondió , que .
das damas parientas nuestras que han venido
de Stamford con un caballero que obsequia mu,
cho á una de ellas. ¡ Pobre de mí ! exclamé.
¡ Poquita gente es esa ! ¿ Qué haré , Dios mio?
Cómome he de presentar á ini querido' es
poso estando tan enfadado ?
i vsAl,acabar de decir esto entráron Myla- .
di Danford y Myladi Jones para reñirme ,
segun mc dixéron despues, por haber tarda
do
49
do tanto tiempo en ir. Mi querido amo” en
tró tambien antes que yo pudiese hablar : y
habiéndome levantado inmediatamente para re
cibirle , me dixo con mas seriedad de la que
! yo hubiera querido : ¿Cómo estás , Pamela ?
: Yo esperaba", añadió , que habiendo hecho
quanto me has pedido con tanto gusto , bas
tase una leve insinuacion mia para que hu
bieses venido a comer aquí , y mas quan
do lo que te saplicabaļ151
era tan puesto en
razon .
Oidme , mi querido Señor , le dixe, oid
me , y en vez de enfadaros contra mí os com
padecereis de mis trabajos. Madama Jewkes
y
podrá informaros como inmediatamente que
recibí vuestras órdenes la dixe que iba á obe
decerlas , y que queria venir a comer con
estos Señores , y me preparé para ello
} con el mayor gusto del mundo. Ahora bien ,
Señor impertinente , dixo la Señorita Danford
á mi amo , i no os decia yo bien que era
preciso que la hubiese ocurrido alguna no
vedad ? ¡Estos maridos son unos tiranos !
-]
¿ Pues qué , hija mia , me preguntó ; qué es
lo que ha sucedido ? Tranquilizate 'un poco,
pues parece que no puedes alentar. Quando
ya estaba dispuesta , le respondí , para salir , en
tró de repente en el patio Myladi Davers con
un grande equipage.
¡ Myladi Davers ! exclamó él. Ya no quie
ro saber mas para conocer que te habrás vis
to
30
to en el lance mas apretado que puede ima..
ginarse. No puedo negar que es mi hermana;
pero tambien aseguro que has hallado en ella
la muger mas altiva de Inglaterra : nuestra dia
funta madre la consintió mucho . Pero , dime,
a la hậs visto ?
Sí, Señor , le respondí, y aun mas que ver
la, Pero antes de pasar adelante decidme si
me perdonais , porque os aseguro que no he
podido, venir antes. Y si estas damas excu
san tambien mi tardanza os contaré todo el
pásage en otra ocasion , porque si lo hiciera
ahora interrumpiria z la diversion de los con
currentes ; y aunque el asunto es, de alguna
mayor importancia que el que dió motivo al
enfado de aquella dama quando su lacayo que
bró la fuente de china ; con todo , siempre
seria incurrir en una falta que me habeis acon
şejado evitar.
Conozco , Pamela , que aun mis leves in
sinuaciones hacen en tí la mas profunda im
presion : te pido mil perdones por haberme
enfadado contigo, y prometo no juzgarte en
adelante sin oirte . Así , así , exclamó la Se
ñora Danford , la confesion de una culpa es
una especie de reparacion ; pero hay muchos
maridos tan sultanes que no se humillarian por
quanto vale el mundo á hacer semejante con
fesion .
Pero dime , añadió mi amo : ¿ Myladi Da
vers ha llegado á insultarte ? Señor, le res
pon
pondi, es hermana vuestra , y no es justo
que yo diga mas ; pero en la realidad me ha
tratado muy cruelmente. ¿ La has dicho que
estabas casada Sí ,-Señor , se lo he dicho por
último; pero ella se ha obstinado en asegurar
que nuestro matrimonio es fingido , y que soy
una muger infame , y da ha faltadomuy pot
co para abofetearme quando la naseguraba
que estaba casada , porque decia que no pot
dia. tolerar el que yo me mirase como her
mana suya. Tend vu
¡ Qué lástima! exclamó, que yo no me hu
biese hallado en casa. ¿ Por qué no me lo hasi
enviado á avisar por algun criado ? Avisaros,
Señor ! le dixe. ¿ De qué medio -podia yo va
lerme hallándome prisionera '? Myladi no me
permitió apartarme de su lado : si no e os
parece que podria haber cosa en este mundo
que me impidiese el obedeceros? Yo la deciæ
que estaba convidada de ante mano ; pero ella
se burlaba de la expresion diciéndome : Es
posible que una cochina de una criada ha de
hablar de convites!!
$
Despues la manifesté vuestra cariñosa car
ta , sobre la qual hizo varios comentarios al
tiempo de leerla. Quanto he sentido habér
1 sela enseñado ! En nada de lo que yo de
cia ó hacia me fue posible complacerla. Me
llamó infame , atrevida , y quanto se le vino
á la boca ; pero vos, Señor , no debeis irrita
ros contra ella por eso.
Muy
52
Muy bien į dixo : él ; pero supongo que no
te haria muchas instancias para que la cacom
pañases a la mesa , porque discurro llegaria an
tes de comer , respecto de que me dices que
ha sido poco despues de haber recibido mi
carta . ¡ Yo , Señor , le repliqué , comer con
Myladi ! No por cierto ; antes bien se tem
peñó en obligarme á que da jsirviese la co
mida con su donicella , pues, tenia á menos el
que las dos comiésemos á una misma mesa .
Está muy bien , Pamela ; pero dime , i la
has .servido a la mesa ? Hubierais querido , le
pregunté , que yo lo hiciese? No tengo que res
ponderte, me dixo , sino que silohubieras he
cho sin acordarte de lo que exige de tí el
título de esposa mia , lo sentiria mucho ? Pues,
Señor, le contesté , porHo mismo no he quem
rido hacerlo nque á no ser esto tendria mu ,
cho honor en servirla de sodillas.
Ahora me confirmo mas en la buena opia
nion que tengo formada de tu juicio' y pru
dencia. Mi hermana es una muger atrevida , y
yo tomaré satisfaccion de su atrevimiento . Vues
tra hermana , Señor , le dixe, merece que la
perdoneis, porque no cree que estemos ver
daderamente casados ; y así no debeis enfa
daros con ella.
Señoras , dixo entonces : mi : amo , os he
de merecer que no dexeis por nosotros vues'
tra compañía : yo solo tengo que hacer un
par de preguntas á Pamela , e inmediatamen
te
53
te iré á acompañaros. Deseo tanto" , dixo Mya
ladi Jones , saber el lance de nuestra amiga,
que si no teneis inconveniente me quedaré
aquí. La Señorita Danford hizo la misma súpli
ca , y mi amo las dixo que no habia ningun
misterio en esto , y que las estimaba mu
cho el interes que manifestaban tomar en mis
penas.
L. Entonces entró la Señorita Danford , á la
sala á decir á los concurrentes el motivo de
mi tardanza , porque parece que mi amo no
pudo disimular su enfado al ver que yo no
estaba allí quando llegó ; y estas Señoras ha
bian hablado de mí á las Señoritas Boroughs
l y á Mr. Perry , que eran los huéspedes que
habian venido de Stamford , y deseaban con
-)
impaciencia verme.
Pamela , dixo mi amo , tú has hablado de
ellos y ellas : dime quién ha venido con mi
hermana ademas de su doncella ? Ha venido
su sobrino y tres lacayos á caballo. Ella y su
doncella han venido en una carroza de seis cam
ballos .
Ese sobrino , replicó niamo , es un gran
majadero. ¿ Y cómo te ha tratado ? No muy
bien , le respondi ; pero no debo quejarme,
2 porque conociendo que no le debia tener tanto
respeto como á Myladi, le he dicho muy bue
nas cosas,
Si supiera , me dixo , que te habia mala
tratado , te aseguro que volveria sin orejas
Tomo IV . D á
54
á casa de su tia. A la verdad , Señor , le res
pondí, que no me he quedado atras para con
él . Ese modo de hablar , añadió , en su favor
es en tí un efecto de tu natural bondad ; pe
ro como yo sepa que se han portado mal con
tigo , te juro que les saldrá bien cara la vi
sita , te
Pero , prosiguió , ¿ cómo no te has escapa
do quando has salido á comer tú sola ? Por
que Myladi cerró la puerta con llave y no
me dexó salir. ¿ Con que segun eso no has
comido ? No , Señor , ni tampoco he te
nido gana. ¡ Pobrecita ! exclamó : ¿ Y cómo
has logrado escaparte por último ? Saltando
por la ventana de la sala , y corriendo á to
do correr hasta el coche , que me estaba espe
rando á la entrada de la alameda ; porque
como ya os he dicho iba yo á salir quando
llegó Myladi. Mr. Colbrand vió que me se
guian los criados que ella habia llamado pa
ra que me detuviesen , y ha venido acompa
ñándome hasta aquí á la trasera del coche sin
yo saberlo .
Discurro , dixo mi amo , que esos atrevi
dos te han tratado indignamente ; pero di
me ¿ qué papel ha hecho en esta ocasion Ma
dama Jewkes ? Debo , Señor , estarla muy
agradecida , porque se ha portado bien con
migo. Tú , Pamela , me dixo , eres tan bue
na que procuras excusar , á todos ; pero des
de luego creo que Madama Jewkes se ha
brá
55
brá portado bien , porque la consta que estás
casada,
Pero vamos a la sala y olvidemos por un
rato los trabajos , por no molestar á los con
currentes con nuestrosemoneg ocios particulares.
En el camino volver s a hablar de esto ,
y verás como te doy la satisfaccion que me
reces . Pero , Señor , le dixe, į ha cesado ya
vuestro enojo ? ¿me perdonais ? Querida Pa
mela , respondió , tú eres la que debes per
donarme á mí, pues no seré ca paz en toda
mi vida de darte la satisfaccion correspon
diente á tantos males como te hę ocasio
nado.
Presentóme con la mayor atencion del
mundo á las dos damas forasteras , y al ca
ballero que las acompañaba. El Caballero S....
que estaba jugando , se levantó inmediatamen
te, y me dixo : Mucho me alegro , Myladi , de
veros aquí. ¿ Con que habeis estado presa ? Á
no ser así , os aseguro que vuestro marido
y yo os hubiéramos hecho una causa terri
hle , é impuesto un castigo exemplar por vues
tro primer delito lesæ majestatis ( despues
me han dicho que esta expresion latina sig
nificaba una especie de traicion contra mi es
poso y señor ) ; porque , añadió , todos los
maridos de esta comarca estamos resueltos á
poner a nuestras mugeres en otro pie , siguien
do el exemplo de vuestro esposo. Ya , ya,
queridita , ya se os conoce enlos ojos , y en
D2 ese
56
ese semblante tan encendido , que estais algo
inquieta y sobresaltada.
Si miramos bien las cosas , dixo la Señori
ta Danford , hallaremos que tenemos mucho
que agradecer a nuestra querida amiga , pues
para venir á visitarnos ha tenido que saltar
por una ventana. ¿ Es eso así ? preguntó My
ladi Peters. Y viendo que mi amo estaba
vuelto hácia otra parte , añadió : Quando he
conocido soltera à Myladi Davers tenia un
genio muy fuerte , aunque es verdad que
despues que se la pasaba el enojo era muy
afable ; y sin embargo de que por qualquiera
friolera daba de bofetadas á sus criadas , las
pedia inmediatamente perdon , y continuamen
te estaba diciendo : ;estas infames me las tie
nen tiesas !
¡Ah ! dixe yo : de eso de infame, bribona
y otras cosas peores ha habido mucho , has
ta que por último me pareció conveniente
revestirme del carácter á que se ha dignado
elevarme su querido hermano ; pero os asegu
ro que ha faltado muy poco para que me diese
una terrible bofetada.
La Señorita Boroughs , creyendo que yo
no la oia , dixo á su hermana : ¡ Qué criatura
tan inocente ! no manifiesta vanidad , antes
bien es muy llana y afable , y con el mas gra
cioso candor confiesa que se considera indigna
del honor que ha recibido. Mr. Perry la dixo al
oido : Es la persona mas amable que he visto en
mi 1
57
mi vida , y me parece imposible enojarse con
tra ella .
Despues de muchos elogios que hiciéron de
mí aquellas damas y caballeros , aunque su
periores á la verdad á mi mérito y circuns
tancias , se pusiéron á jugar , é hicieron va
rias instancias á mi amo para que él tambien
se sentase ; pero les suplicó le dispensasen en
atencion á no haber dormido la noche ante
cedente. Y habiéndole yo preguntado como
quedaba su amigo , me respondió que en otra
ocasion hablariamos de eso : de cuya res
puesta inferí que habia muerto ; y efectiva
mente era así.
Sirviéron la cena mas temprano de lo re
gular_en atencion á que yo no habia comi
do. En la mesa todos se esmeraban a qual
mas en honrarme ; y, Mylad Danfo me
dixo : Quiero serviros la primeria , porque
rd
hoy
habeis ayunado demasiado. El Caballero s ....
quiso sentarse a mi lado ; pero mi amo le
dixo que habiendo igual número de caba
lleros que de damas , le parecia mas del caso
que se sentasen alternativamente , para que los
hombres pudiesen servir mejor á las Señoras.
Mi querido amo no apartaba la vista de mí , у
parecia deleytarse en todo lo que yo hacia y
decia : de modo que los concurrentes estaban
admirados de ver el honor y cariño con que
me trataba .
Durante la cena volvió Myladi Jones á
en
58
entablar la conversacion de Myladi Davers , y
á la verdad que contra todo mi gusto. Tomó
mi amo la palabra , y dixo : Mucho me temo,
Pamela ', que te han tratado mi hermana y su
sobrino algo peor de lo que me has dicho.
Conozco sú genio furioso , y está tan resenti
da por lo
queha pasado entre los dos , que se
de fixo que de qualquier modo hubiera busca
do motivo para maltratarte por la sola razon
de que te estimo. La casualidad de estar yo
fuera de casa es lo que seguramente la habrá
dado á ella mas alas para insultarte ; pero yo
la aseguro que ...
Os suplico Señor , le interrumpi , que
>

no oś irriteis contra la buena Myladi Da


vers .

? ¿ Por qué no , siendo cierto que ha ido


expresamente á provocarte ? Te aseguro que
despues de lo que ha pasado antecedentemen
te entre los dos , y del desprecio con que
he recibido la carta de su marido , era impo
sible que hubiera puesto los pies en mi casa,
á no ser con la expresa determinacion de in
sultarte hasta el último extremo. 3 Y en qué
términos , prosiguió , te ha hablado de mí ?
Señor , le respondí , hablaba muy bien de vos,
y solamente os llamaba el lindo hombre de mi
hermano , ó cosa semejante .
-Si no temiera , añadió , molestar la aten
cion de estos Señores te diria , palabra por
palabra , todo lo que ella te ha dicho , porque 1
la
59
la conozco á fondo ; pero dexémoslo para otra
ocasion. Myladi Jones mostró gran deseo de
oir una relacion mas circunstanciada del lan
ce , y lo mismo la mayor parte de los con
currentes , especialmente Myladi Peters , que
estaba ya enterada de nuestra historia , y co
nocia el genio de Myladi Davers ; y así dixé
ron , que si mi amo y yo no lo llevábamos
á mal , tendrian mucha complacencia en saber
lo que habia pasado , porque discurrian que
este lance habia sido para mí la última
prueba.
Dime , pues , Pamela , prosiguió entonces
mi amo , ¿no te ha levantado la mano ? So
lo me ha dado un golpecito en la muñeca ó
cosa tal , le respondi. ¡ Ah insolente ! exclamó.
¿ Pero supongo que no se habrá atrevido á
llegarte a la cara? Debo confesar , Señor , le
dixe , que en cierta manera la he provocado
dos o tres veces ; y en verdad que si su don
cella y Madama Jewkes no lo hubieran es
torbado poniéndose por medio , acaso me hu
biera dado una bofetada. Pero ¿por qué no
has procurado salirte al instante ? Porque My
ladi , Señor , estuvo algun tiempo sentada jun
to á la puerta de la sala , y despues la cerró y
quitó la Have ; que á no ser esto , desde luego
me hubiera escapado.
Bien sabia ella que yo te aguardaba aquí,
porque me acuerdo que me has dicho que
la habias manifestado mi carta , y supongo que
por
60
por lo mismo se empeñó en hacerte mala
obra. Pero ; es posible que no haya cono
cido por mis tiernas expresiones que no se
podia dudar de nuestro matrimonio ? ¡ Ah Şe
ñor ! le respondi ( é hice reir con esto a todos
los concurrentes ) , ella me . dixo que por
lo mismo creia firmemente que yo no estaba
casada .
Este es el verdadero carácter de mi herma
na , y no se puede pintar mejor. Lo mas parti
cular es , que sin embargo de su genio sabe
ser feliz en su casa ; porque el pobre . Lord
Davers jamas la contradice , ni se atreveria á
hacerlo por quanto hay en el mundo. Pero sien
to en el almaque haya tratado así á mi Pame
la , á quien seguramente no habrá dexado de
llamar muchas veces pícara , bribona , porque
son palabras que jamas se la caen de la boca.
Todo esto es nada , Señor , respecto de los
grandes favores que me habeis hecho; y lo que,
siento es no poder tener el gusto de manifes
tar el respeto con que miro á Myladi Davers
por ser hermana vuestra.
No por eso , Pamela , dexes de decirme
todo lo que ha pasado ; pues aunque me vea
precisado á mostrarla mi resentimiento , no
puedo dexar de amarla. Me consta que , á pe
sar de la altanería que manifiesta , todo su dis
gusto y enfado provienen de la ternura y
amor que me tiene , y que su venida ha si
do con el fin de reconciliarse conmigo , bien
que
61
que esto no podrá ser sino despues de una bue
na riña, porque no sabe aplacarse si no pre
cede una tormenta deshecha ; y así en ade
lante la querré de todo corazon siempre que
no te haya maltratado demasiado, ó no vuelva
á hacerlo en lo sucesivo .
Me alegro mucho , dixo á esto Mr. Peters,
que manifesteis tanta condescendencia hácia
una hermana culpable , y hagais al mismo tiem
po justicia al mérito é inocencia de vuestra es-,
posa . Os protesto , Mr. Peters , respondió mi
amo, que de buena gana daria en la hora mil
libras esterlinas porque mi hermana se recon
ciliase con Pamela ; y creo que mientras ella
misma no la de la enhorabuena , y la trate co
mo verdadera esposa mia , será imposible nues
tra perfecta reconciliacion ; porque estoy intia
mamente persuadido de que la alianza que he
contraido con mi querida Pamela es mucho
mas honrosa para mí que para ella.
- Al decir esto se me saltáron las lágrimas,
y todos unánimemente le llenaron de bendi
ciones ; y Myladi Jones dixo con la atencion
que acostumbra : En mi vida he visto exem
plo de mayor edificacion que el que presenta
la conducta de estos dos esposos ; y cada vez
que los veo me excitan á imitarlos. Por mérito,
que tuviese' qualquiera dama podria conside
rarse dichosa en lograr semejante esposo ; y
para el caballero mas amable seria la mayor
ventura poseer una muger como esta. En una
pa
62
palabra , parece que el uno ha sido criado pa
ra el otro.
Quise manifestarla mi agradecimiento , y
disculpar mi indignidad ; pero ella me inter
rumpió diciendo : Vos mereceis mucho mas
de lo que yo puedo decir , y qualquiera que
sepa vuestra historia os mirará siempre como
una muger sin igual ; y toda la excelencia y
generosidad de vuestro querido esposo no
es mas que el premio debido á vuestra virtud.
Dios os conceda por muchos años la dicha
de vivir en paz y armonía.
Mi amo la correspondió con la misma aten
cion , é hizo 'tales protestas de que estaba aver
gonzado de sus procedimientos pasados, y que
solo deseaba parecerse á mí en lo sucesivo to
mándome por modelo de su conducta , que
todos los concurrentes estaban como embele
sados , y yo llena de rubor y empacho. Te
mo , añadió , volviéndose á mí , que la triste
escena que he presenciado la noche pasada
me haya hecho hablar , querida Pamela , con
mas seriedad de lo que quisiera ; pero te ase
guro en presencia de todos estos Señores , que
lo que acabo de decir no son expresiones pa
sageras , sino verdaderos sentimientos de mi
corazon .
¡ Qué dichosa es vuestra hija , queridos
padres mios ! Pero toda mi felicidad la de
bo á la bondad de Dios , á vaestras lecciones,
y á las de mi difunta Señora. Esto es lo que
63
1
debo tener siempre presente para no atribuir
á mis méritos la inexplicable dicha que
gozo .
Los concurrentes tenian tan particular gus
to en oir hablar de nuestros asuntos , y en ver
1 la afabilidad y cariño con que me trataba mi
D amo , que se empeñaron en que habia de pro
1
seguir mi relacion. Mi amo , que tambien gus
1 taba de saber la cosa por menor me pregun
to si ademas de haberme llamado bribona é
1
infame me habia injuriado con otras palabras.
Yo le respondí , que estando Myladi en el
1
entender de que yo era una muger perdida,
1
me habia tratado con caridad у mirado con
)
mucha compasion , lamentándose amargamen
.
te de mi ruina , y diciendo que era la ma
yor lástima del mundo que una muchacha
tan virtuosa ( esta es la expresion con que
quiso honrarme ) se hubiese dexado per
vertir despues de haber hecho una resisten
cia tan noble. Aseguré á Myladi que hasta
entonces me habia conservado inocente , y que
pensaba continuar siéndolo , y que suponer lo
contrario era hacerme una injuria evidente .
Me hizo despues varias preguntas, que pudie
ra muy bien haber evitado , y me llamó me
lindrosa porque me resistí á.'responderá
ellas : y me dixo por último que era preciso
que tuviese entendido que yo no estaba real
mente casada , que el anillo que vos me ha
biais dado no era mas que una impostura , y
to
64
todo una estratagema ridícula para colorear
mi delito, y sacar mejor partido de vos ; ad
virtiéndome que reflexionase que ella á los
treinta y dos años de edad tenia un poco mas
de experiencia del mundo que yo con solos
quince.
Entonces me tomé la libertad de decirla
( bien que tuve la precaucion de apartarme
bastante de ella ) que despreciaba sus discur
sos , y que estaba tan perfectamente casada
como ella. Al instante se encendió como una
pólvora , y me hubiera dado buenas bofetadas,
si su doncella no se hubiera puesto en medio
de las dos , procurando aplacarla con decirla
que yo no era digna de excitar su cólera , y
que por mi credulidad merecia compasion , y
por mi orgullo desprecio ..
i Pobre Pamela ! exclamó mi amo : esa era
demasiada crueldad. ¡ Ah Señor! le respondí,
i quánto mejor y mas fácil es sufrir este tra
tamiento que merecerle ! Si le hubiera mere
cido quedaria muerta de pesadumbre , y sus
reprehensiones y mi delito me hubieran hecho
verdaderamente infeliz.
La Señorita Danford , que estaba sentada
á mi lado , me abrazó al oir esto como sin
saber lo que se hacia , y me llamó el modelo
mas perfecto de mi sexô. Mr. Peters me: col
mó de elogios , y lo mismo Mr. Perry. El Ca
ballero S .... llorando de ternura dixo á mi amo:
Vecino , i puede darse cosa mas admirable ! A

65
mí me parece ahora que encuentro en la virtud
cierto imperio y atractivo que jamas habia co
nocido : en siglos, enteros no se hallará una
muger tan virtuosa como la que poseeis.
Vamos , querida Pamela , dixo mi amo,
haznos el favor de continuar tu relacion has
ta el fin de la mesa , una vez que estas da
.
mas gustan de oirla. Bien está , Señor , le res
pondi : pues( como iba diciendo ) tomándome
despues Myladi de la mano me ofreció cien
guineas con tal que la respondiese alguna pa
labra mas alta que otra , ó volviese á asegu
rar que me creia verdaderamente casada , pa
ra tener motivo con esto . de hartarme de pun
3
tapies. Os suplico , Señor , que no os enojeis
contra ella ; pero me llamó fregona , puerca,
despreciable , tonta , hija de mendigos ó bri
bones. Yo la respondí , que hallándome inocen
te por mi parte , nada sentia tanto como oir
1
maltratar á mis queridos padres , que jamas
habian sido pordioseros ni bribones : que solo
debian á la Providencia y á su industria lo que
tenian : y que en otro tiempo se habian visto
en mejor suerte ; pero que nadie estaba exento
de los reveses de la fortuna , y que de nin
gun modo podia sufrir que se les tratase con
un desprecio que por ningun título merecian.
Á lo qual me respondió que la ridícula incli
nacion que mi amo me tenia , le moveria muy
pronto á hacer ver que mis antepasados eran
de prosapia ilustre , y que para probarlo no
de
66
dexaria de revolver todos los archivos pú
blicos .
Sí , ese es el carácter de mi hermana , ex
clamó él. En una palabra , ¿ tú no has podido
contentarla de ningun modo ?
No , Señor , por mas que he hecho. Quan
do me mandó que la diese de beber, sin per
mitir que lo hiciese por mí su doncella , me
dixo : ¿ Tienes á mengua el servirme ? Si yo
fuera , la respondí, tan infeliz como pensais,
y me mandarais serviros á la mesa , y aun de
rodillas , lo haria con el mayor gusto ; pero si
pretendeis triunfar de una persona que ha re
cibido un honor que la obliga a portarse de
otro modo por no hacerse indigna de él , me
veo precisada á deciros claramente que en es
ta parte no me es posible obedeceros. Esta
respuesta la levantó en peso. Su sobrino igual
mente me habia presentado poco antes la bo
tella y el vaso , diciéndome que sirviese á su
tia ; mas yo le respondí que estaba en buenas
manos , y que lo hiciese él si queria.
Quedó Myladi muy sorprehendida de mis
respuestas , y dixo : ¿ Yo supongo que quieres
te trate como esposa de mi hermano ? Es pos
sible que tu atrevimiento y desvergüenza hayan
de llegar hasta creerte 'hermana mia ? Yo la
respondi , que seria mejor que á esta pregunta
la contestase su digno hermano. Al oir esto
seguramente se me hubiera echado encima , á
no haberlo estorbado su doncella:
Des
67
Despues dixe por la ventana á Madama
Jewkes , que una vez que no me permitian
salir de allí , me parecia conveniente enviar á
avisaros con Roberto que Myladi Davers es
taba en casa , y que yo no podia dexarla. Pea
ro ni aun esto la pareció á ella bien como yo
pensaba , pues al instante dixo : No , no , por
que creeria mi hermano que tengo mucho
7 gusto en que me hagas compañía , y que no
puedo separarme de tí.
Sí , ese es su maldito genio , replicó mi
amo. Tambien me dixo ( añadí) que yo no
entendia la política de las gentes de distincion,
ni de recados de atencion entre Señoras у Se
ñores. Y habiéndola preguntado la Jewkes que
qué era lo que queria que enviase yo á decir
á mi amo. Nada', la respondió : que espere á
su querido dueño ( aludiendo al tierno nom
bre que vos me dais en vuestra carta ) , y que
le espere inútilmente : todo se reducirá á aña
dir algunas horas mas a la terrible ausen
cia que sus cálculos amorosos le representan
tan larga .
En fin , viendo que no habia otro arbi
trio , y temiendo que vos estuvieseis muy im
paciente y enojado por mi tardanza , esco
gi la ocasion en que Myladi estaba vuelta
de espaldas , salté por la ventana , y eché á
correr. Visto esto , me llamaban Myladi y
su doncella , y acudiendo a las voces los cria
dos , les mandó que me detuviesen ; mas yo
;
les
ll

68
les dixe , que ninguno se atreviese á llegar
á mí. Entre tanto vino Mr. Colbrand que es
taba muy cerca , por habérselo mandado así la
Jewkes ( la qual se ha portado admirablemen
te en todo este tiempo , y ha incurrido mas
de una vez en la indignacion de Myladi por
ponerse de mi parte ) , y con su ayre de va
lenton se caló con la una mano el sombrero,
y empuñando con la otra la espada , dixo que
acogotaria al primero que se atreviese á acer
carse á su ama ; y despues echó á correr tras
mí , aunque con bastante trabajo , por la lige
reza de mis pies: y ved aquí como me hallo
ahora á vuestra disposicion y de toda esta ama
ble compañía.
Mi relacion gustó muchísimo a todos , pe
ro especialmente a mi amo , que me dixo es
taba muy satisfecho de que la Jewkes y Col
brand se hubiesen portado tan bien . Sí , Señor,
le repliqué , ambos se han portado bien , y par
ticularmente la Jewkes , de quien se quejaba
Myladi una vez que se puso en medio de las
dos diciendo: que era cosa fuerte que habien
do nacido ella en aquella casa se atreviesen
los criados á oponerse a su voluntad ; y otra
vez la llamó Madama carrillazos , y continua
mente la trató de pobre criada.
Me admiro mucho , querida Pamela , que
hayas salido tan bien de ese lance. Mi her
mana siempre ha sido furiosa 2 como te lo
puede decir Myladi Peters , que la conoce.
Ella
99
Ella y yo hemos dado mucho que hacer á
mi madre , porque uno y otro éramos muy sos
berbios. Quando yo era muchacho solia enojara
me de tal modo con ella , que a veces no vol
via á casa en todo el dia despues de salir del
estudio. Es verdad que'sin embargo de que
reñiamos todos los dias , continuamente desea
bamos vernos. Como me llevaba á mí siete
ú ocho años de edad , queria mandarme , y
yo no lo podia sufrir. Á veces reñia con las
criadas , y las levantaba la mano con muchí
sima facilidad , por cuya razon solia yo lla
marla el Capitan Bárbaro , porque se llama
Bárbara de nombre . Quando Mylord Davers
la cortejaba , tenia mi madre que apaciguar
los dos o tres veces al dia ; y yo la decia siem
pre , que buenos palos le esperaban al pobre
con quien se casase , á no ser que diese con un
marido que domase su genio , y la cascase an
tes á ella.
3
Sin embargo de todo esto , continuó mi
amo , tiene muy buenas prendas. Ha respeta
do siempre á sus padres : es generosa con
sus criados , constante en la amistad , carita
tiva con los pobres ; y discurro que no ha
habido en el mundo hermana que haya que
rido tanto a su hermano. Tenia gusto en hacer
me rabiar ; pero si veia que ine duraba mucho
tiempo el enfado , me pedia perdon ; y si yo
huiade ella y no queria hacer las paces , me
seguia por todas partes hasta que lo conseguia .
Tomo IV . E Nues
100
Nuestro asunto la tiene tan irritada com
mo sabes ; porque habiéndome ella propor
cionado una boda con una Señorita muy ilus
tre , y teniendo la cosa muy adelantada aun
que sin darme nunca parte de nada , dexé frus
tradas sus esperanzas ; porque yo en aquel
tiempo no queria ni aun oir hablar de ma
trimonio , y me enfadé mucho porque se
habia adelantado á presentarme la Señori
ta sin hablarme antes , ni examinar mi in
clinacion. Por esto no puede menos de al
terarse en pensar que yo esté casado , y lo
que es mas , con la doncella de su madre.
Y con dificultad me lo perdonará despues de
haber desechado yo la propuesta de casamien
to que me hacia con la hija de un Conde muy
ilustre.
Este es todo el asunto. En parte lo atri
buyo á su orgullo y altivez , y en parte no.
Mé hago cargo de que no conoce como yo ,
las raras virtudes de mi querida esposa , y
que en esta materia solo atiende á mi honor
y al de su familia ; por cuyo motivo me pa
rece que debo ser algo indulgente con ella.
No obstante , nada temas/ , querida Pamela,
pues en todas nuestras contiendas siempre la
hę hecho venir á la razon , y ahora tambien
ja obligaré á que nos haga justiciaa á tí ý
á mí .
Este retrato del carácter de Myladi Da
wers , que en general ao era muy desventaa
jo
1

IOI
joso para ella , agradó mucho á todos los con
currentes. Daria algo de bueno , queridos pa
dres mios , por lograr el honor de estar en su
gracia ; mas temoque estosea muy dificil ‫و و‬
acaso imposible. Hasta aquí duró la mesa.
Despues de cenar se empeñáron las Se
ñoritas "Danford y Boroughs en que habia
de haber bayle ; y Mr. Peters , que toca el
violin primorosamente , apoyó la proposicion.
Mi querido amo bayló con la Boroughs ; y
aunque en trage de camino , lo hizo muy bo
nitamente .
El caballero S... , para ser un hombre ya
de edad , hayló muy bien , y me sacó á mí;
pero no noté en él nada de su acostumbrada
desenvoltura , y solo me dixo al acabar que
yo debia baylar con un hombre mas jóven
que él. Sin embargo de que desde la muerte
de mi querida ama no habia yo baylado mas
que una ó dos veces por complacer á Ma
dama Jervis ( y pensaba no volver á baylar
en toda mi vida) ; dixo el caballero S ..., que
mi amo y yo éramos los que mejor lo hacia
mos ; y el buen hombre se empeñó en que
habiamos de baylar juntos. Mi amo condes
cendió al instante , y después de haber bay
lado conmigo , bayló con la Seño: ita Dan
ford ', la qual , á mi parecer , bayla con mas
arte y conocimiento que yo , aunque los con
currentes decian que la aventajaba yo en el
talle y garbo .
12 Coa
IO2
Como mi amo habia estado en vela toda
la noche antecedente , y nuestra casa distaba
de allí mas que las de los otros , nos despe
dimos de la concurrencia a las once , aunque
con mucho sentimiento ; porque como todos
éramos vecinos no pensábamos separarnos tan
temprano. Al despedirnos , todas las damas di
xéron que quedaban con ansia de saber lo que
ocurriese entre los dos hermanos la primera
vez que se viesen. Mi amo las respondió que
temia mucho no poder partir al dia siguien
te para el Condado de Bedford , como tenia
dispuesto , y que acaso nos volveriamos á ver
antes .
Salimos de allí , y llegamos á casa despues
de las doce , donde nos dixéron que Myladi
se habia acostado á las once muy enfadada
porque no habiamos vuelto ; pero yo me ale
gré mucho .
Despues nos dixo la Jewkes que Myladi se
habia irritado sobremanera al ver el modo con
que yo me habia escapado , manifestando al
mismo tiempo algun cuidado de si contaria á
mi amo el mal tratamiento que de ella ha
bia recibido . Tambien nos dixo que la habia
preguntado si creia que estuviésemos verdade
ramente casados ; y que habiéndola respondido
que sí , se habia enfurecido contra ella , y la
habia dicho que se fuese de allí, y no volvie
se á parecer mas en su presencia , con otras
mil expresiones de esta naturaleza.
Nos
103
Nos dixo igualmente que esto habia sido
por la tarde , y que á la hora de cenar
la habia mandado Myladi que entrase. Otra
pregunta tengo que haceros , la dixo , y cui
dado que os atrevais á responderme que sí.
¡ Qué cosa tan extraña ! Pues Señora , replicó
la Jewkes , antes que me pregunteis ya res
pondo que no. ¡ Pobre muger! dixo á esto mi
amo cayéndose de risa. Al oir Myladi esta res
puesta de la Jewkes parece que la trató de
insolente , atrevida &c. &c.
En fin , la pregunta se reducia á saber si
estábamos casados , y en qué quarto habia yo
de dormir ; porque , como ella decia , estoy
empeñada en averiguar todo este misterio de
iniquidad. Despues parece que la dixo que
queria dormir en el quarto donde habia na
cido ; y que así le dispusiese en él la cama.
Pero como precisamente era este el de mi
querido esposo y mio , se quedó un poco pa
rada la Jewkes , y la respondió que en aquel
quarto dormia su amo , y se habia llevado la
llave. Yo creo , la replicó Myladi , que que
reis deslumbrarme . A la verdad , Señora , res
pondió la Jewkes , que mi amo duerme en
este quarto , y tiene en él ciertos papeles que
no quiere que nadie los vea. La Jewkes
nos dixo que habia temido que la sacudie
se algun golpe si , habiendo subido Myla
averiguar lo
di al quarto para averiguar lo que sos
pechaba , hubiese visto allí mis vestidos re
vuel
104 1

vueltos con los de mi amo.


Pues dormiré, la dixo , en el quarto que lla
man el hermoso con mi doncella ; y mi sobri
no dormirá en el quarto verde que está al la
do : ¿ tiene tambien mi hermano las llaves de
estos quartos ? No Señora , respondió la Jew
kes; voy inmediatamente á disponerlos.
¿ Y en dónde descansa ese cuerpazo ? la di
xo Myladi. En el quarto segundo que cae al
jardin ", respondió ella. ¿ Y la graciosa Pamela ?
Señora , dixo la Jewkes , no me atrevo á res
ponderos mas. Pues ya podeis retiraros , la di
xo , muger infame , y capaz de guardar seme
jantes secretos. ¡Pobre Madama Jewkes ! dixo
entonces mi amo muerto de risa.
Mi querido Señor , dixe yo á mi amo,
os he de merecer que luego que os levan
teis por la mañana me permitais encerrarme
en el quarto , y no me mandeis baxar , por
que tiemblo el ver á Myladi ; y mientras tan
to me entretendré en continuar mi diario aho
ra que tengo frescas las especies. ¿ De qué te
asustas , me respondió , querida Pamela? ¿ No
estoy yo aquí ?
Madama Jewkes se me manifestaba muy
compadecida de lo que yo habia pasado el dia
antes ; pero la hice entender que no era razon
que delante de mi amo ponderase el mal trata
miento de Myladi hácia mí , y que en lugar
de agriar mas las cosas debiamos procurar dul
cificarlas.
Ma
TOS
Madama Jewkes , dixo entonces mi amo,
no puedo creer que Myladi hubiese tenido el
atrevimiento de poner las manos en vuestra
ama. No Señor , respondió ella , no ha sido mu
cho ; pero á no haberme interpuesto yo , segu
ramente la hubiera dado un golpe en una de
las ocasiones que han reñido. Sobre todo , Se
ñor , quien se ha mostrado mas descomedido
en este lance ha sido su sobrino. ¿ Pues qué la
ha hecho ? interrumpió mi amo. Referidmelo,
referidmelo todo , Madama Jewkes ; porque
os juro que ya que no pueda castigar á mi her
mana por ser muger , no se irá el bruto de su
sobrino sin su merecido .
Viéndole yo un poco acalorado , le dixe:
No ha habido mas que algunas impertinencias
de su parte , si me es lícito hablar así , y cier
tas tonterías con que me ha irritado bastante;
pero yo tambien he sabido desquitarme ; y así,
Señor , no os irriteis contra el pobre mucha
cho. Es verdad , Señor , dixo la Jewkes : todo
se ha reducido á eso.
Y decidme , prosiguió mi amo , ¿ cómo se
ha portado su doncella ? Tambien ha estado
bastante atrevida , respondió la Jewkes ; pero
bien sabeis , la interrumpi yo , que me ha de
fendido una ó dos veces . Eso tambien es cier
to , me contestó la Jewkes , y aun quando es
tábamos comiendo me dixo que no habia vis
to en toda su vida otra muger como vos , pe
ro que teniais un corazon muy altivo ; y que
ha
106
habia sentido mucho que hubieseis respondido
de aquel modo á Myladi , pues no estaba acosa
tumbrada á sufrir que nadie la contradixese.
Yo la respondí que vos érais la misma afa
bilidad , y que hallándome en vuestro lugar
hubiera hablado en otro tono ; á lo qual me
contestó que bien se conocia que yo estaba
ganada.

Mártes por la mañana , dia sexto de mi


felicidad .
Como mi amo no habia dormido nada la
noche antecedente , dexamos encargado á Ma
dama Jewkes que no entrase á despertarnos
.
hasta las ocho de la mañana . Pero fue el ca
so que sabiendo Myladi que mi amo regu
larmente se levantaba á las seis , se levantó
ella á esta hora , é hizo levantar tambien á su
doncella y sobrino , habiendo formado el ex
travagante proyecto de venir á nuestro quar
to para averiguar lo que deseaba. En efecó
to , á eso de las seis y media llamó á la
puerta.
Despertó mi amo al ruido, y dixo : ¿ Quién
está ahí? Abre la puerta , respondió ella , abre
al instante. Yo me asusté en extremo , y su
pliqué encarecidamente á mi amo que por
Dios no abriese ; pero él me dixo : No temas,
mi
107
mi querida Pamela : ¡ esta muger debe haber
perdido el juicio !
¿ Quién está ahí , volvió á preguntar en
voz mas alta , y qué quiere ? ¿ Pues qué , dixo
Myladi, no conoces mi voz ? Soy yo que quie
ro' entrar . Ella piensa , me dixo mi amo , que
no estamos casados, y que tenemos miedo de
que nos halle juntos : voyrá a abrirla ; pero no
temas , que no se arrima á tí.
Saltó de la cama , se puso la bata y las
chinelas , y abriendo la puerta dixo : ¿ Quién
es la que tiene atrevimiento para venir de es
te modo á perturbar mi sosiego ? Ella se en
tró de repente en el quarto diciendo á voces :
Yo misma quiero averiguar este misterio de
iniquidad : no , ahora no me lo podrás negar .
¿ Y qué es lo que yo tengo que negarte ? re
plicó mi amo. ¿ Cómo tienes osadía para venir
à mi casa despues de haberme tratado con tan
malos modos ?
1
Yo me habia metido debaxo de la ropa,
y estaba temblando como una hoja en el árbol.
Mi amo advirtió que habian entrado tambien
el sobrino y la doncella , y que aquel se habia
puesto á los pies de la cama. ¿ Qué teneis vos
que hacer aquí ? le dixo. Salid inmediatamente
de este quarto. El pobre hombre no dió lu
gar á que se lo dixese otra vez.
En esto exclamó Myladi : Sobrino , Re
beca , sedme testigos : y dirigiéndose como
una fiera á su hermano y á mí , dixo : In-,
dig
108
digno hermano , ¿ tienes valor para provocarme
de este modo ? Yo sacaré arrastrando en tų
presencia á esa bribona , y os trataré á los dos
como merece.s .
Al oir esto mi amo , la cogió en los bra
zos como si fuera una pluma, y la sacó del
quarto. Ella clamaba : Rebeca , Rebeca , so
córreme ; mira que va á arrojarme por la es
calera. La doncella acudió corriendo y le di
xo : Señor , por amor de Dios no maltrateis
á mi ama ; mirad que ha estado muy mala
toda esta noche.
Él la dexó en una silla del quarto en que
habia dormido ; pero tan enfurecida estaba
que habia perdido el uso de la voz, Cuidad
de vuestra ama , dixo á Rebeca , que yo vol
veré á verla quando sepa que es mas digna
de mis atenciones que ahora ; pero entre tanto
guardaqua muy bien una y otra de acercaros
os rto
á mi .
Volvió inmediatamente adonde yo estaba,
y procurando alentarme con las mas cariñosas
expresiones me dixo , que luego que estuvie
se un poco mas sosegada podria retirarme á
mi gabinete á escribir , y esperar allí hasta que
todo se hubiese sosegado. Vistiose en un ins
tante , y al salir del quarto me dixo que si
queria , que cerrase la puerta.
Me cerré en el quarto y me puse á es
cribir , quando a la hora del desayuno lla
máron baxito á la puerta. ¿ Quién está ahí ? di
хс
1c9

xe yo. Y habiéndome respondido mi amo ,
abrí la puerta ; y queriendo volver á cerrar
la me detuvo diciendo : ¿ Qué temes, hija mia ?
¿ No estoy yo aquí? ¿ Quieres baxar á desayu
narte ?
Hacedme , Señor , le respondí , el favor de
dispensarme por hoy de baxar , pues no será
razon que por mi causa irriteis mas á vuestra
hermana. Pero ¿ no ves , me contestó , que es
to seria condescender demasiado con su so
berbia , y darla á entender de algun modo que
te desprecio ? Nada importa eso > Señor , le
repliqué , pues no necesito mas pruebas de
vuestro afecto que las que ya tengo ; y así
procurad obsequiar á vuestra hermana , que
22
és hoy huéspeda en vuestra casa.
Cierto , me dixo , que es una'muger rara ,
o y me compadezco de ella : su furor la ha oca
$ sionado una violenta congoja , y ahora acaba
de decirme su doncella que empieza á experi
mentar algun alivio . Temo , Señor , le respon
di ,, que quando la habeis sacado del quarto
la hayais hecho algun daño. No lo creas, me
respondió. Yo la estimo como que es mi here
mana , y no ha un instante que me ha envia
do á decir que quisiera verme , y que la acom
pañase al desayuno ; porque de lo contrario
dice que no tomará bocado. Pero , si te pa
rece , insistiré en que has de baxar tú tambien
á acompañarnos.
No por cierto , mi querido Señor , le
IIO

xe , no baxaré. Aunque quando estabais ausen


te me pareció que debia portarme con un po
co de entereza con Myladi por razon del ho
nor que de vos he recibido ; ahora que estais
presente me postraria muy gustosa á sus pies:
y si mis mayores demostraciones de humildad
pudiesen bastar á aplacarla , os he de merecer
que no os opongais á ello.
Te guardarás muy bien , me contestó , de
hacer ninguna accion indigna de esposa mia
por complacer á una muger tan altiva. Pero
como no la he visto despues que la he'tra
tado con tanta crueldad , segun ella dice (por
que he sabido que se queja amargamente de
esto , y que no quiere desayunarse si yo no
la acompaño ) , te permitiré por esta sola vez
que te desayunes sola. Inmediatamente se sa
lió , y yo para mayor seguridad volví á echar
la llave .
De allí á poco llamó á la puerta la Jew
kes que me traia el chocolate : abrilă у
me dixo : ¡ Fuerte cosa es , Myladi , que ha
yais de padecer tantas angustias en vuestra
propia casa. ! La pregunté cómo estaba My
İadi Davers , y me dixo que no habia per
mitido que ningun criado entrase en su quar
to mas que su doncella , porque no oyesen
lo que pasaba ; pero que la parecia que el
2ino
se habia enfadado con el joven Mylord
( así llamaba al sobrino de Myladi), y que al
pasar habia oido que le decia muy enfadado:
}
No
III
Ises
No quiero creer que en esta ocasion os hayais
olvidado de quien sois.
Cerca de la una volvió a subir mi amo:
¿ Querrás, me dixo, baxar á comer quando yo
pies
'1lo!!
te llame? Señor , le respondí, yo no tengo
10 . mas voluntad que la vuestra ; 'pero me parece
Tec
que Myladi no gustará de verme. ¿ Qué im
porta , dixo él , que guste ó dexe de gustar?
Jamas permitiré que ella imponga leyes á mi
muger en su propia casa ; antes bien quiero
Pet abatir su orgullo haciéndola testigo de vista
del amor que te profeso .
DO1
1 Mi querido Señor , le contesté , os he de
merecer que me permitais comer sola , pues
esas demostraciones solo servirán de irritar
la mas á Myladi . Ya la he asegurado , me inter
rumpió , que estamos casados , y ella se irri
chi ta de oirlo , y finge no quererlo creer. Por
último la he dicho : quiero concederte que no
2. estoy casado; pero ¿ qué te importa á tí que
lo esté ó no ?
Ella unas veces me reñia , otras me aca
riciaba ; y creo que en el corto tiempo que
hemos estado juntos han pasado de quaren
ta las maldiciones y bendiciones que me ha
ET echado. Yo tambien por mi parte he hecho
lo mismo ; y viendo que no bastaba la he
dexado y me he ido al jardin , donde me he
estado paseando mas de una hora con el fin
de tranquilizarme un poco para que tá no
c me vieses fan alterado . Ahora misnio la le
vis
II2
visto entrar en el jardin , y por eso me he
salido .
Apenas habia acabado de decir esto quan
do yo sin poderlo remediar exclamé: i My
ladi , Myladi ! porque la sentí hablar dentro
del quarto , y que decia : Hermano, herma
no , oye una palabra si gustas. Y se detuvo
antes de entrar en mi gabinete. Mi amo salió
al instante , y ella se arrimó á la ventana
que cae al jardin , y le dixo : ¿ Puede dar
se mayor necedad que la mia en andar cor
riendo de arriba abaxo por encontrarte , al
mismo tiempo que tú huyes de mí ? ¿ Ah ! tú
no eres hermano mio : eres un bárbaro , y
parece imposible que seamos hijos de una mis
ma madre .
¿ Por qué me acusas , la replicó mi amo,
de una cosa á que tú misma estás dando lu
gar ? ¿ Has visto acaso que la querida madre
que acabas de nombrar tratase en la vida á al
guno de sus parientes del modo con que tú
me tratas ? ¿ No era bastante haberme insulta
do , coino lo has hecho en tus cartas , sin ve
nir tambien á provocarme á mi misma casa , y
á elegir en ella por principal objeto de tus
iras å la persona que mas aprecio en este
mundo ?
Muy bien dicho , replicó ella. Justamen
te esa persona es la que yo mas aborrezco:
y aunque he subido en la firme resolucion de
110 alterarme , y solamente para preguntarte
por
113
por que huyes de mí con tanta celeridad , no
puedo menos de iritarme quando veo que
una .

Calla , la interrumpió , y guardate muy bien


de dar á mi querida esposa ningun nombre
indigno de su virtud. Ya te he dicho que no
conoces sus buenas prendas ; y te he de me
recer que no uses otra vez de las libertades
que has usado conmigo allá baxo.
¡ Dios me dé paciencia ! exclamó ella dan
do una fuerte patada. ¡ Es posible que hayas
de despreciar de ese modo á una hermana
que tanto te quiere , manifestando al mismo
tiempo tanto amor á una infame... !
Mira si callas, la dixo , tapándola la boca
con la mano. Tú no conoces la virtud de esa
elepon persona a quien tanto aborreces : y yo ni de
5
bo ni quiero sufrir que la ultrajes.
3
Ella se sentó entonces , empezó á abani
carse , y por último echó a llorar exhalan
3 do su pena , ó por mejor decir su rabia , en
>
tre unos suspiros tan profundos, que a mí me
&
compadecia al oirla. Yo estaba sentada , y sin
embargo me temblaban las rodillas como si
tuviera perlesía.
Mi amo se paseaba por el quartomuy en
furecido , y al cabo de un rato dixo á My
M ladi Davers : Quisiera saber ¿ por qué has
de tener la insolencia de venir á pedirme cuen
ta de mis acciones ? ¿ No soy libre ? ¿No ten
go ya la edad suficiente para, gobernarme?
¿ No
114
¿ No puedo hacer lo que se me antoje.? .; Ah
quanto me alegrara que en lugar de una mu
ger y de una hermana viniese qualquiera
otro hombre que no fuese mi padre á ha
cerme semejantes reconvenciones ! ¿Por qué
no has dado esta maldita comision á tu Lord
Davers , el qual ha tenido atrevimiento para
escribirme una carta que qualquiera hombre
bien nacido debiera avergonzarse de escribirs
y que ningun hombre de honor puede leer
con paciencia ? ¿Por qué no le has encarga
do esta comision , dí ? Ya hubiera él visto la
diferencia.
Todos sabemos , replicó Myladi ,que des
pues del desafio que tuviste en Italia te has
hecho muy guapo , y no respiras ' mas que
libertinage y homicidios en todas tus accio
nes. Ningun cuidado me da , respondió mi
amo , que digas eso , porque no tengo moti
vo para avergonzarme de un desafio en que
solo me empeñé por defender á un ami
go ; y como esa injuria se dirige únicamente
contra mi persona , no tengo dificultad en per:
donártela ; pero guardate bien de volver á
hablar contra mi Pamela.
Ella exclamó entonces enfurecida : ¡ Hay pa
ciencia para aguantar esto ! ¡ Ah infame fregona!
Vete de aquí, insolente , la dixo mi amo mu
cho mas colérico : retírate de mi presencia ,
y sal inmediatamente de mi casa : no quiero
verte mas , y haz cuenta que ya no tienes
tal
115
55
tal hermano. Al mismo tiempo la cogió del bra.
zo para echarla fuera'; pero ella se asió de las
212
cortinas de la ventana , diciendo : No quiero
irme ; no , no conseguirás echarme por fuerza
010
Vu de tu casa á vista de esa infeliz , para que de
00
este modo quede ella triunfante.
Dard
hy )
Yo entonces sin reparar en nada fui cor
100
riendo á mi amo , y postrada á sus pies , mien
- tras tenia agarrada a su hermana del brazo pa
ra echarla fuera , le dixe : Os he de merecer,
Señor , que no haya por mí tantos disturbios
entre dos tan dignos hermanos. Y despues
volviéndome á Myladi , la dixe puesta de ro
des dillas : Señora , mi venerada Señora, perdonad
ehi me: yo soy la desgraciada ocasionde tantos
males , os pido con la mayor humildad que
CCIA me restituyais á vuestra gracia , y vereis co
De mo soy incapaz de mirar como triunfo la bon
not dad con que se me trata.
92 ¡ Pues qué infame! exclamó con mucho des
precio , ¿ te atreves tú á interceder por mí ?
Dent & Tienes valor para interponerte como media
7 nera ? ¿ Quieres que te deba á tí el no ser echa
her da ignominiosamente de esta casa por mi her
mano? Vuélvete á tu rincon , infeliz : vuélvete,
te digo , no sea que te inate tu amo por ha
godi
berte yo hartado de puntapies.
Levántate , ini querida Pamela , me dixo
enca mi amo , levántate , dulcé dueño mio
uicy no vuelvas á cxponer tu incomparable mérito
IEDE
á los ultrajes de esta insolente hermana ; é in
Tomo IV . me
116
mediatamente me llevó él mismo de la mano á
mi gabinete , donde me senté hecha un mar
de lágrimas .
La altivez y soberbia con que Myladi tra
taba a su hermano me hizo conocer que , no
obstante el mal tratamiento que yo habia reci ,
bido de ella el dia antes , habia salido dema
siado bien librada .
En esto volvió a salir mi amo y halló á
Myladi , que algo mas aplacada le dixo : Yo,
hermano , quisiera saber si Pamela Andrews
es real y verdaderamente tu legítima espo
sa ; y para sacarme de una vez de aprehen
siones espero me lo jures sin anfibologías ni
restricciones. Entonces yo sabré lo que he de
hacer,
Quiero complacerte por esta vez , dixo mi
amo , é inmediatamente juró del modo mas so
lemne que era así. Pero , añadió , ino te lo he
dicho desde el principio ?
Todavía , replicó ella , no me determino á
creerte , porque en este asunto , mas quisie
to
ra poder llamarte perjuro000 ton . ¡Mu
ger exclamó mi amo me provoques
mas ! Si yo meportara como tú , ya me hu
biera olvidado de que eres muger y hermana
mia.
¿ Y quién os ha casado ? añadió ella. ; Aquí
te quiero ver yo ! ¿ No ha sido un Notario
de la Curia eclesiástica disfrazado en hábi
to de Párroco ? Dime. la verdad en presencia
de
IIZ
serr que viéndose
de la muchacha', pues puede se
desengañada se porte de otro modo. ¡ Gracias
á Dios , decia yo en mi interior , de que no
haya sido así ! e )
No , respondió mi amo ; puedo asegurar
te que , porla misericordia de Dios , me hor
roricé de ese proyecto antes de ponerle en
execucion. El hermano de Mr. Williams ha
sido el que nos ha casado. Segun eso , dixo

->
ella.... Pero respóndeme todavía á otras dos
preguntas : quién ha servido de padrino , y
dónde se ha celebrado el matrimonio ? El pa
drino , respondió mi amo , ha sido Mr. Peters,
у el matrimonio se ha celebrado en mi capi
Ila ; y si quieres puedes ir á verla , y hallarás
que con este motivo se ha compuesto y
adornado .
Ya empiezo á rézclar», dixo Myladi , que
4 aquí hay mas de lo queyo pensaba. Mas di
me , ¿ quiénes han asistido á la ceremonia ? Me
parece , respondió mi amo', que no puede lle
gar á mas - mi siinpleza quando sufro que
una hermana atrevida me haga tantas pregun
tas. Pero ya que quieres saberlo , Madama ,
Jewkes estaba presente. ¡ Miren la picarona !
exclamó ella . ¿ Y quién mas ? añadió . Allí esta
ba todomi corazon y ve
mi amo.
toda mi alma , respondió
¡ Ah infeliz ! exclamó entonces. ¡ Qué di
rian tus padres si hoy viviesen ! Sé muy bien,
la respondió , que tenia obligacion de pedir
F 2 les
118
les su consentimiento ; pero no el tuyo .
Supongamos , replicó Myladi , que yo me
hubiera casado con el palafrenero de mipadre,
¿qué hubieras dicho tú ? No pudiera haberme
portado contigo peor de lo que tú lo has he
cho conmigo , la respondió . Y bien , añadió
ella , ż no mé hubieras creido en tal caso digna
de este tratamiento??,
Es posible , la replicó miamo , que te ha
ya de cegar tanto la soberbia, que no te ha de
dexar conocer la diferencia que hay entre los
dos casos que me propones? ¿ Pues qué diferen .
cia , le preguntó , puede haber entre una da
ma que se casa con un criado , y un caballero
que elige por esposa a la hija de unos pobre
tones ? .

Yo te lo diré , la respondió mi amo : la di


ferencia consiste en que el hombre ennoblece
á la muger con quien se casa , y la eleva á su
misma dignidad sea la que fuere ; pero una
muger , por distinguida que sea , se degrada
con un matrimonio desigual , y decae de su
clase por igualarse con el hombre á quien eli
ge por marido.
Quando un Par del reyno , cuya fortuna
ha venido á menos , busca para esposa la
hija de un rico negociante , inmediatamente
queda ennoblecida y elevada a la clase de su
marido , sin que nadie se detenga en llamarla
la Duquesa óla Condesa de tal ,segun el títu
lo de su esposo .
1
Pe
1
119
Pero porel contrario , quando una Con
desa ó Duquesa se casa con un hombre de ba
xo nacimiento , se degrada efectivamente , ly
no hay dama de las de su clase que quiera tra
tarla .
Dime ahora que no hay diferencia entre
mi matrimonio con una doncella i tan queri
da y distinguida de mi difunta madre etan
adornada de dotes de cuerpo y alma quepue
de dar honor á la clase mas elevada , y el que
$
tú supones con un miserable palafrenerow -cus
ya educacion у crianza no podrián comušicar
le mas mérito que el que le diesela vergonzot
sa eleccion de la dama que le quisiese para
esposo .
¡ Ah infeliz ! exclamó Myladi , como buscas
pretextos para disimular la infamia que has car
metido ! : uz 105
Advierte tambien ., prosiguió mi amos que
quando un Duque casa con una muger ordi,
naria , él , como marido , queda siempre cabe
za de la familia ' ; pero si una damase -abate á
casarse con un palafrenero , le constituye por
la misma razon xefe y cabeza de la casa.
¿No conoces esta diferencia ? ¿Qué dama quer
ria tratarla despues que por su indigna elec
cion se habia hecho inferior á un palafrenero ?
Si alguna la tratase , seria preciso que ušase
con su marido de la misma atencion que con
ella .
Mira ahora si estas razones son pretextos
CO
I20
como tú los llamas. Pero si no acabas de
conocer la diferencia , te aseguro que estás
ciega zobien es verdad que tú no eres juez
competente para decidir este punto , y que
es muy poca tu autoridad para censurar mis
acciones . 18

is ?
Quisiera , dixo Myladi , que comunicases
alpúblico esaspoderosas razones ; pues leyén
dolas-muchos caballeros jóvenes sel animarian
extraordinariamente á casarse con las criadas
de sus padres.
- Nopor cierto, Myladi Davers , respondió
miramo : qualquiera caballero quehallase una
persona como mi Pamela , tan rica en dotes de
cuerpo y alma , tan perfecta y tan capaz de
dar lustre a la clase mas elevada , tendria la
misma disculpa que yo para con todos losque
la conociesen ; à no ser que haya en el mundo
muchas Myladi Davers , que me parece algo
dificil. " ???

¿Con que tú me aseguras, replicó Myladi,


que has cometido la baxeza de casarte real y
verdaderamente con esa fregona ? !
Te aseguro', respondió mi amo , que real
y verdaderamente estoy casado con la que tra
tas de ese modo ; ¿ y por qué no lo he de es
tar ? ¿ quién tiene que ver en esto ? ¿á quién
perjudico con este matrimonio ? ‫ نی‬mis bienes
no son libres é independientes? por qué sien
do yo tan rico de bienes de fortuna no he
de poder hacer igualmente feliz á una perso
na
..121
na en quien se halla todo lo que á mí mę
falta ? Mi Pamela está adornada de una her
mosura ; de una prudencia , de una virtud,
y de una generosidad que no he visto has
ta ahora en ninguna dama. Estas prendas la
son comó 'naturales y nacidas con ella ; y
por otra parte su buen genio , y la excelen
te educacion que ha tenido , la han puesto en
. un estado que hay muy pocas que se la pa
$ rezcan .
** . Basta , basta . ¡Pobre hombre! exclamó My
ladi ; ya no puedo sufrir tantas simplezas: eres
à peor que un idolatra , pues has grabado en
e tu corazon una imágen a quien tributas ado
raciones ; y qual otro Jeroboan quisieras que
todo el mundo doblase la rodilla delante de tù
te
ídolo.
0 Bravo , Myladi Davers ! exclamó mi amo:
1o. ¡ Bra
0 ya veo que se te va pasando la cólera , pues
te dexa libertad para usar de tu erudicion.
1. Pero te aseguro que aunque idolatro á la
y
amable persona a quien tú das esos nombres
tan injuriosos y no quisiera que otros la idola
trasen ; y sobre todo ,‫ و‬me daria por muy con
tento de que tú no hubieses venido tan in
tempestivamente á interrumpir nuestra mútua
felicidad .
Muy bien dicho , añadió Myladi: ¡ vaya
19 que mi hermano es sumamente atento y afa
ne ble ! Te doy mi palabra de no volver otra
vez á interrumpir tus felicidades. En otro tiem
ро
I 22
po creí que tenias una alma generosa , y me
preciaba de ser tu hermana ; pero en adelante
diré lo que se lee en el oficio de difuntos : el
barro volvió a ser barro .'
Esa es una verdad indubitable , Myladi,
replicó mi amo. Todos hemos de venir á
parar en eso ; y tú con toda tu vanidad
yo con todas mis riquezas , tarde o tempra
no hemos de parar en polvo. ¿ Dónde esta
rán entonces las distinciones ? Permíteme que
te diga que si tú y yo no mejoramos de
costumbres ( sin embargo de que no con
curren en tí los títulos de libertino y mata,
dor con que á mí me has honrado) , esta ama+
ble criatura , á quien tu necia vanidad mira
con tanto desprecio , será colocada en un
grado de gloria muy superior al nuestro ; y
el justo Juez dará la preferencia a quien la
merezca sin atender al nacimiento ni á la
fortuna
Magnífico sermon ! exclamó Myladi : Va
ya , vaya que mi hermano está hecho un ver
dadero ‘misticon ! ¡ Ah , quanto pueden con
un hombre el matrimonio , y el arrepenti+
miento ! Mucho me alegro de esta mudanza,
Vamos , vamos , dixo viniéndose hacia mí (que
estaba toda llena de miedo , aunque su her
mano no se apartaba de ella mientras yo me
levantaba viéndola acercarse ) , dame la ma
no , Myladi Pamela , MyladiAndrews , My
‫و‬

ladi..... ¿ qué sé yo que me diga ? Vaya que


no
123
no solamente' has convertido á un libertino ha
ciéndole esposo, tuyo , sino que tambien le has
hecho excelente predicador !Y añadió con una
risa falsa , y dándome palmaditas en el hom
bro : pero guardate , Pamela , de que empiece
tu vanidad quando acaba la suya , y líbrate
tambien de llamarte, hermana mią. ut?
Á este tiempo entró Madama Jewkes á
avisar que estabı pronta la comida . Vamos ,
mi Pamela dixo , mi amo ; , esta mañana me
has suplicado que te dispensase de baxar á
desayunarte con nosotros ; pero ahora espero
que nos acompañarás á comer á mi hermana
y á mí. 1

Caxi ¿Cómo te atreves á provocarme


arme en estos
términos ? exclamó Myladi, ¿ Y cómo te atres
ves tú á insultarme en mi propia casa, la res
pondió mi amo , despues de haberte dicho re
petidas veces que estoy casado ? ¿ Cómo tie
nes la, osadía de permanecer aquí ni un instan
te , negando a mi esposa los respetos que en
calidad de tal la corresponden ?
Dios mio , exclamó ella levantando las ma
nos al cielo dadme paciencia !
Š Señor , mi querido Señor , le dixe yo : ha
cedme el favor de dispensarme por esta vez
de comer con vos ; no irriteis mas á Myla
di. Calla tú , querida Pamela me dixo : ya
>

ves lo poco que has adelantado con tu su


mision ; te has postrado á sus pies , y ella
la insolente te ha querido pisar . Ahora te
vol
124
volverá á preguntar si ha de deberá tu in
tercesión el que yo la perdóne , siendo así que
solamente por tus respetos podré -reducirme a
hacerlo . :)
i Pobre Señora ! Esta expresión fue para
clla un golpe mortal. Se dirigió hácia donde
estaba la doncella , y apoyándose á sú hom
bro como si estuviera indispuesta , la dixo:
Rebeca , ayudame' á baxår , 'y salgamos al
instante de esta inaldita časa , que yộ tanto
amaba en otro tiempo ? diles a los criados
que vamos a marchar inmediatamente : quie
ro huir de aquí para no volver á ver mas
esta casa ni á su dueño . Diciendo esto se
ba mu angústiadalas, Ý,cosmå
dosxó que ydispusits ndő á sus cria
as para marchar al
en
instante.sizio !?
- Conocí que mi amo estaba verdaderamente
afligido ; y así le dixe : ' Señor, no dexeis å
Myladi ; antes bien procurad aplacarla , pues
todas estas demostraciones que hace son efec
to del amor que os tiene. " Te aseguro , Paa
mela , me respondió , que esta pobre muger
me compadece ; pero habiendo llegado las coc
sás á éste extremo , es preciso que baxes á
coiner con nosotros , porque de no hacerlo
cobraria nuevo aliento su soberbia , y no:) ha
briamos adelantado nada ."
Señor , le respondí, por Dios os pido
que por esta vez tengais á bien que no ba?
xe á comer. No te empeñes en eso , meres
pon
123
pondió. ¿ Qué se diria de mí si se supiera que
mi hermana impedia que mi esposa se sentase
á mi mesa estando yo presente ? No : ya he
sufrido bastante y tú tambien ; y así procura
rás baxar quando te ' avisen .
No me atreví á oponerme viendo su re
solucion ; y aunque tengo ya repetidas prue
bas de su generosidad y amor , en ninguna
ocasión lo ha manifestado tanto como en ese
ta pendencia con su hermana. Myladi se ha
bia puesto ya los guantes con mucha preste
za , y la doncellahabia liado en un pañuelo
aquella ropa que tenian mas a mano , pues to
davía no habian abierto los maletones. El co
chero tambien habia puesto los caballos al
coche , y los lacayos habian ensillado los sue
yos , y todo estaba ya pronto para la marcha,
menos el sobrino, que habia ido á dar una
vuelta con Mr. Colbrand .
Baxó a este tiempo mi amo; y como My
ladi habia resuelto no volverá entrar en ca
sa ', se habia sentado con su doncella en uno
de los poyos que estan en el patio ; y des
pues de haber permanecido un rato muy pen
sativa dixo á uno de sus criados que se que :
dase á acompañar á su sobrino , que ella iba
á marchar .
Salió Madama Jewkes á preguntarla si
gustaba de quedarse á comer , pues iban ya
å servir la comida. No , dixo ella : esta ca
sa me causa horror , y jamás olvidaré la bue
na

!
126
na ' acogida que he tenido en ella ” : decid á
vuestro amo de mi parte que le deseo mas
felicidades que las que él me ha proporcioná
do á mí.. **

En este intermedio me habia enviado re


cado mi amo de que baxasė , y .yo le obe
decí , aunque contra toda mi voluntad. La me
sa estaba puesta en la misma sala donde ha
bia comido Myladi el dia anterior, y mi amo
se andaba paseando bastante pensativo quando
llegó Madama Jewkes , y le dixo : que si
gustaba mandaria servir la comida , pues My
Jadi no solo no queria volver a entrar en casa,
sino que la habia encargado: le dixese que le
deseaba mas felicidades que las que él le ha
bia proporcionado:sá ella..
Asomóse sentonces mi amo a la ventana
por donde yo había saltado , y vió que to
do estaba dispuesto para marchar. Salió in
mediatamente al patio , y llegándose á su her
mana la dixo : Si no temiera que mis instan
cias en vez de aplacarte solo han de contri
buir á que te obstines mas , te suplicaria que
entrases en la sala y permitieses que á lo me
nos tu sobrino y criados comiesen antes de
marchar. Ella oyendo esto se puso á llorar,
y volvió el rostro á otra parte porque no la
viese mi amo, Vamos , hermana mia , la dixo
este tomándola de la mano , hazme el favor
de entrar. No , respondió ella , no te em
peñes en eso .... Quisiera poder aborrecerte
CO
127
como tú me aborreces. Ya lo haces así , dixo
él , y mucho mas á fe mia ; pero no nos de
tengamos : entra ahora á la sala. No te can
ses , le replicó , que no lo haré .
Estando en esto llegó el sobrino y dixo:
¿ Qué novedad es esta ? No pensaba yo , My
ladi , que os fueseis antes de comer. Sí por
cierto , respondió ella , es preciso que me vaya
al instante : conozco que soy aquí una hués
peda importuna‫ܕ‬, que he venido intempestiva
mente á turbar el sosicgo del dueño de la ca
sa. Considera bien , dixo su hermano , el mo
tivo que me has dado para usar de esa ex
presion. Tu altivez es aquí el único huesped
importano : olvídala , y verás en mí el her
mano mas amante de su hermana.
1 No me vuelvas á decir otra expresion co
0 mo esa., repitió Myladi , pues bien sabes que
he sido siempre demasiado facil en perdonar
te quando te he merecido expresiones de ca
riño. Te diré dos 'mil , respondió mi amo , si
con ellas puedo lograr aplacarte : vamos , daa
me tu mano y abrazame.
Juan , dixo dirigiéndose al cochero , vuelve
los caballos á la quadra, pues sin embargo de
4
lo indignada que está conmigo tu ama , es
bien seguro que en ninguna otra parte halla
0 ria tan buena acogida como en esta casa. Van
(
ya ,M. H... dad el brazo á vuestra tia , por
que seguramente no querrá dispensarme á mí
este honor.
Mye
128
Myladi no pudo resistir mas, Si te le dis
pensaré , dixo abrazándole ", y me llevarás
adonde quieras ; mas no por eso pienses que
te perdono. Mi amo la llevó hasta la sala don
de yo estaba ; pero al entrar no pudo con
tenerse , y dixo: ¡ Qué ! ¿ Me traes aquí para
estar en compañía de esta infame? Querida
hermana , la replicó , bastante alterado , es mi
esposa ; y ya que no la ames como debieras,
á lo menos trátala con la atencion que cor
responde.
Pero , Señora , la dixo su sobrino , supues
to que vuestro mismo hermano confiesa su ma
trimonio , debemos nosotros usar de las aten
ciones regulares con su esposa. Señor , aña
dió , permitidme que os de el parabien. Os
lo agradezco mucho , respondió mi amo. Y
despues , mirándome medio avergonzado, me
dió tambien á mí la enhorabuena con el ma
yor respeto , y me dixo : A fe mia , Myla
di , que ayer nada sabia de esto , y así os
suplico me perdoneis si anduve descome
dido.
Eres un gran bruto , le dixo su tia , y
pudieras muy bien excusar todas esas cere
monias hasta tener mi licencia. Pero , tia
mia , la replicó , si ya estan casados , y es
to no tiene remedio , por qué nosotros he
mos de introducir disensiones entre marido y
muger ?
Pero dime, hermano , prosiguió entonces
My
129
Myladi , piensas por ventura que yo me he
200 de sentar a la mesa con esa infame ? Myla
+
di. Davers , exclamó mi amo ,, vamos despa
M
çio : olvida esas palabras de desprecio , pues
M te juro que es mi legítima muger , y seria yo
nen un infame si permitiese que la injuriasen. Soy
11 su único protector , y si tú no te empeñas
en ser terca , hallarás en ella una muger. que
14
sabrá amarte y respetarte. Yo os lo aseguro así,
201 Myladi , repuse yo, con mucha prontitud y
yiveza .
Te Pues yo , respondió ,ni puedo ni quiero sen
M tarme con ella á la mesa ; y me persuado , Pa
. mela , añadió, que tú no esperarás que lo ha
ga. Myladi , la dixe , si vuestro querido her
mano
no lo tiene á mal , yo estaré detras
de, vuestra silla -mientras comais , para ma
D
nifestaros lo mucho que venero á la herma
na de mi generoso protector. Mira , la dixo mi
3
amo , como la ha mudado su nuevo estado.
Pero yo jamas permitiré que haga ninguna
accion indigna de quien ya es : y me per
syado
tira .
que tampoco mi hermana lo permi
Pues si me he de quedar aquí , replicó
Myladi, ha de ser con la precisa condicion
de que ella salga de la sala . Verdaderamen,
tia mia , la dixo su sobrino , que eso ya
me parece demasiado, No , hermana , dixo mi
T amo 9 no te empeñes en eso. Pero para que
veas que desco darte gusto , mandaré poner
dos
130
dos mesas : en la una comereis tú y tu sobri .
brino , y en la otra yo con mi esposa : y verás
que ridículo 'papel te obliga á hacer tu mal
fundada vanidad. Myladi entonces pareció
quedar indecisa , y habiéndose servido á esto
tiempo la primera entrada , que era de pes
cado , la estrechó mi amo á sentarse á la
mesa .
Y dónde te has de sentar tú , me pregun
to Myladi? ¿ Piensas acaso ponerte en cabecera
de mesa ? Vamos , vamos , dixo mi amo: yo
venceré bien pronto esas dificultades. Y di
ciendo esto se sentó á la cabecera de la mesa
junto á Myladi ; y poniéndome á mí á su iz
quierda me dixo al pasar que perdonase por
aquella vez .
¡ Ah ! exclamó Myladi : ¿ por qué has de
usar de esa maldita condescendencia con una...
Poco a poco , hermana , la interrumpió mi
amo , pues ya te he dicho que no permitiré
que hables de ese modo. Me parece que ya
podias darte por satisfecha al ver que por con
descender con tus violentos antojos hago lo
que no debiera hacer.
Despues mandó al sobrino que se
tase al lado de su tia ; y habiendo mandado
esta á Rebeca que se sentase junto á mí , su
puesto que en aquella casa eran iguales amos
y criados , mi amo lo celebró mucho , y dixo
que respetaba tanto a las mugeres , que si hu
biera de dar leyes no permitiria que ningu
na
131
na permaneciese en pie estando el sentado. ' Y
despues la mandó sentar ; pero Rebeca se ex
cuso , diciendo que sabia su obligacion.
Myladi levantaba de quando en quando
las manos al cielo , y exclamaba : ¡ Dios mio,
en qué vendrá á parar este mundo á vista de
tales desórdenes # Mi amo la respondió que en
mucho bien , siempre que las personas como
Myladi Davers quisiesen sujetarse á la razon.
11
Preguntóla despues si queria la mitad de una
FO trucha; y ella respondió que no : que sirvie
se primero á su querida. Mi amo lo aplaudió,
y me dixo que me servia á mí , pues así lo
queria su hermana. Ella al ver esto exclamo:
¡ Bueno va , bueno va ! у al mismo tiempo vol
vió la cara al otro lado como para no verme.
.: ¿ A qué viene todo eso , querida tia mia?
la dixo el sobrino. Ya esto no tiene remedio:
y así es preciso que os reconcilieis con vues
tro hermano. Pero ella le llainó bruto segun
da vez , y le dixo que callase , y que extraña
ba verle tan mudado desde el dia antes.
Tomó mi amo la conversacion , y dixo:
Me persuado que ayer nadie tendria el atre
vimiento de insultar á mi muger en su casa,
Lo mismo fue oir esto Myladi , que le dió
un fuerte golpe en las espaldas diciendo : To
ma , insolente , para que aprendas á decir: ¡ Mi
muger , y en su casa ! Pero volviendo inine
diatamente sobre sí , quedó como avergonza
da de lo que acababa de hacer. Mi amo di
Tomo IV . G si
132
simulando con la mayor generosidad , y sin
mostrarse agraviado , solo la dixo : En verdad,
Myladi Davers , que ya hace algunos años que
no me habias dado otro golpe tan fuerte co
mo este.
El sobrino se quedó admirado de este di
simulo de mi amo , y confesó que sin em
bargo de ser Myladipor otra parte una Se
ñora de un mérito y circunstancias verdade
ramente apreciables , no habia dexado de dar
le a él tambien en otro tiempo buenas bofc
tadas.
Lo creo desde luego , dixo mi amo , y no
podreis negarme que la habeis visto hacer lo
mismo con Mylord Davers.
Yo , le supliqué entonces que mudase de 1
conversacion ; pero pareciéndola á Myladi 1
que el interesarme yo en su favor era un
insulto contra ella , me volvió a tratar de in
fame.
Mi amo la puso en el plato un poco de
pescado , y la dixo que extrañaba que toda
vía usase conmigo de palabras injuriosas ; pe
ro que sin embargo todo se lo perdonaria con
tal de que comiese , asegurándola que esta
ba avergonzado de verla hacer tales ninc
rías.
Myladi intentó comer ; pero inmediata
mente volvió a poner el bocado en el pla
to , diciendo que no le podia atravesar , y que
aquello era querer ahogarla. Mi amo habia
te
133
tenido la precaucion de mandar que no en
trasen á servir los lacayos , porque no pre
senciasen la escena que él ya se esperaba.
Levantóse entonces de la mesa , y llenó un
vaso de vino , acudiendo al mismo tiempo
el sobrino y la doncella para servírsele ; y
como en este intermedio quedamos Myladi y
yo inmediata una de otra , у casi mano á
mano , se volvió á mí con mucha furia y
me dixo : Insolente , ¿cómo tienes aliento pa
ra estarte sentada á mi lado ? ¿ por qué no te
levantas , y tomas los vasos de mano de tu
19 amo ?
st Sin embargo de haberme dicho mi amo que
no me moviera , y que él nos serviria á am
bas , me levanté á toda prisa , porque temia
descargase sobre mí alguna bofetada , y le
supliqué me permitiese servir de beber á My
ladi ; pero él no me permitió hacerlo hasta
que ella estuviese de mejor humor para reci
bir , como era razon , este obsequio. Myladi
le dixo que le presentaba el vaso para insul
tarla ; pero mi amo la protestó que solamente
lo hacia para animarla , pues temia que enfer
>
mase si no comia algo.
Dios te perdone , ingrato , dixo toman
do el vaso , el modo con que hoy me has
tratado ! Otras veces solias obsequiarme y
quererme ; pero ¡ oh , y cómo se han mudaa
do los tiempos! ¿ Y quién tiene la culpa de
todas estas cosas ? ¡ Ah ! Diciendo esto echó
G 2 3
-134
á llorar con tal fuerza, que la fue preciso de
* xar el vaso .
Mi amo la dixo que se atormentaba in
útilmente, y que no le trataba ni como á her
mano' ni como á caballero. La aseguró al mis
mo tiempo que la ainaria del inismo modo que
antes , con tal que ella no se opusiese ; y to
mando el vaso se lo pus él mismo á la bo
ca diciendo : Permite que te dé de beber un
hermano que antes teamaba , porque veia en
tí una muger prudente y discreta , y ahora
' no ve sino una niña sin discernimiento ni dis
crecion . Y despues de haber bebido añadió:
No descubro en tu semblante ninguna de aque.
llas gracias que te son tan naturales , porque
la cólera desfigura aun á las personas mas per
fectas: está segura de que te miraré como her
mana , y sosiégate.
Es cierto que Myladi Davers es natural
mente amable , y que en todas sus modales
se conoce desde luego su distinguido naci
miento ", lo mismo que en las de su her
mano .

Volviéndose este á sentar entre las dos,


sirviéron el segundo cubierto ; y entonces
mandó que entrare Abraham á servirnos : dis
posicion sin duda muy acertada , porque vien
do Myladi que estaban presentes los criados,
"se contuvo mucho mas que antes. Ella se ha
cia el plato con bastante desembarazo , aunque
de quando en quando se la escapaba algún sus
pi
135
piro sin poderlo remediar . Pidió un vaso de.
vino , y mi amo se levantó al instante , pre
guntándola si queria que él se le sirviese ; y .
sin esperar respuesta se le traxo. Myladi lo
T!
M
agradeció, y brindó á sy salud.
Despues me dixo con mucho cariño : Ya
que estoy levantado voy a darte de,beber,
m pues es mucha razon servir á un mismo tiempo.
12 á las dos hermanas. ¿ Qué quieres decir con
10 eso ? replicó Myladi mirando a Abraham , co
40
mo que se detenia por estar el presente. No
desprecies en presencia de mis criados, la di
xo mi amo al oido , a la que tan justamente
he hecho yo su ama , y reflexſona que esto
ya no tiene remedio . Eso es lo que mas me
aflige, exclamó ella.
Mi; amo me alargó un vaso de vino , y
11 yo me levanté y brindé á la salud de My
jadi Davers ; mas elļa yolviéndose á mí , me
dixo en voz baxa : Nada adelantarás con eso.
Iba á añadir bribona , ' atrevida , ú otro epi
teto semejante ; pero advirtiendo mi amo que
Abrahain, la miraba , y que tenia los ojos muy
encendidos é hinchados de llorar , la inter
rumpió diciendo : A la verdad , hermana mia ,
que si yo me hallara en tụ lugar no me to
maria tanta pena porque Mylord Davers no
hubiese venido como te ha prometido. No , in
grato , le contestó ella:, tampoco adelantarás
70 nada con eso. Sin duda ninguna , añadió mi
amo , que una dama de tu mérito tendria mo
ti
1

136
tivo para afligirse si se viese despreciada ; pe
ro estoy cierto de que Mylord te estima tanto
como tú á él , y habrá ocurrido algun acciden
te que impida su venida.
Siempre has sido tú muy hábil en este gé
nero de artificios , le contestó Myladi, y no
sé como siendo tan advertido te has dexado
engañar. ¡ Qué ! la contestó mi amo : ¿ dexar
se engañar Mylord Davers ? No lo creas : es
muy diestro. Pero yo hasta ahora no habia
conocido que eras zelosa. Ella le respondió
que tampoco tenia entonces motivo para creer
lo ; y volviéndose al lacayo le mandó que
se retirase , diciéndole que su doncella acaba
ria de servirles. Mi amo conociendo su in
tencion pidió á Abraham un vaso de vino,
y brindó á la salud de Mylord Davers , aña
diendo que bien sabria disculpar su falta.
Myladi le dixo que no fuese provocativo , y
que ya se contentaria con que él fuera tan
bueno como su niarido ; y añadió que pro
curase no pasar adelante con semejantes chan
zas. Mi amo la respondió que estaba muy
bien , y que conocia que el punto era deli
cado.
En estos dimes y diretes se pasó la co
mida mucho mejor aun de lo que yo dis
curria. Luego que se retiraron los criados,
preguntó mi amo á Myladi si queria acoin
pañarle hasta el Condado de Bedford , pues
en tal caso suspenderia el viage , sin embar
30
137
go de estar resuelto para el dia siguiente.
9 Y dime , replicó Myladi , įtu muger , se
gun tú la llamas , ha de ir tambien contigo?
Sin duda, respondió él sonriéndose. ¿ Y querrás
tú , prosiguió Myladi , que yo vaya en su
3 compañía haciendo de criada suya por el ca
20 mino ? Pero supongamos que yo estuviera de
2 humor de hacer tu gusto , dime ¿ cómo dis
pondrias el viage ?
Siempre has sido muy sagaz , la respon
dió mi amo , y no puedo menos de querer
te por mas injurias que me digas ; y así , su
puesto me preguntas cómo dispondria el via
ge , te digo que iriais tú y mi Pamela .....
( Quita ese mi, le interrumpió , si quieres que
te oiga con paciencia. Eso será lo que no ha
ré , respondió él. ) iriais tú y mi Pamela jun
tas en tu coche de camino , si no tuvieras in
conveniente ; y de esta suerte pareceria que
ella te iba obsequiando á tí , y no tú á ella. Tu
sobrino y yo iriamos unos ratos á caballo , y
16
otros en mi berlinà con tu doncella.
Y dime tú , niña , me preguntó Myladi,
¿ te acomoda esta disposicion ? Ší, Señora , la
respondí , á no ser que Myladi considere es
te honor demasiado grandepara mí. Muy bien,
me replicó ; pero sábete que Myladi asi lo con
8
sidera.
Es verdad , interrumpió mi amo , que si
bien se mira no podemos disponer así el
viage ; porque á no ser que tú dieses la ma
no
138
no á Pamela' para entrar en el coche , pasa
ria mi esposa por criada tuya ; y esto no lo
puedo permitir yo . Pues solo con esa con
dicion , replicó Myladi , y no de otro mo
do podria determinarme á sufrirla á mi la
do en el coche ; pero vaya ., acaba presto.
Bien , bien , prosiguió mi amo : luego que
llegásemos á Bedford convidariamos á My
lord Davers para que fuese á acompañarnos un
par de meses.
Está muy bien , dixo Myladi : y si venia ,
¿ qué hariamos despues ? Como sé , prosiguió
mi amo , que tienes el gusto delicado, te su
plicaria ayudases á Pamela a elegir unas mues
tras de vestidos que espero de Londres. ¡ Ah
atrevido , exclamó ella , mucho será que pueda
contenerme sin darte una bofetada ! Advierte,
replicó mi amo , que no te digo esto para que
te enfades. Si te he dicho ya que estamos ca
sados , ¿ no se sigue necesariamente el haber de
hacernos galas ?
Vaya , prosiguió Myladi, ¿ tienes mas fi
nezas que decirme ? Si quisieras , añadió él,
honrarnos con tu compañía la primera vez que
nos presentemos en la Iglesia ( 1 ), te haria un
regalo proporcionado átu mérito.
¡ Ah

( 1 ) En Inglaterra la gente de forma va


con mucha pompa á la Iglesia el primer Do
mingo despues de la boda .
139 "
¡ Ah bribon ! exclamó Myladi. Toma, aun
que me cueste la vida. Y diciendo esto iba á
descargar sobre mi amo una gran bofetada; pe
ro la detuvo el brazo. El sobrino al ver esto
la dixo : Verdaderamente , tia mia , que no os
comprehendo: ¿ es posible que os hayais de ex
ceder de ese modo ?
Yo entonces pedí licencia para retirarme , y
al salir empezó mi amo á alabarme ; y su her
mana le respondia con tanta insolencia , que me
2.
.
ví precisada á contestarla con bastante desem
10 barazo y franqueza.
Consuélate , amiga , me dixo Myladi, pues
ya conozco que serás dueña de su corazón al
gun tiempo mas que otras. La pobre Sara Go
defroy nunca ha llegado á ser tan querida
como tú. 3 .
Ven acá , Panela , gritó entonces mi amo
enfurecido : vuelve aquí . Ya has oido dos exê.
crables acusaciones contra mí; pero el amor
quc te tengo es tan sincero , que me es preciso
decir algo á mi favor en presencia de esta ma
liciosa acusadora , para que no llegues á' sospe
char que tu incomparable virtud es víctima de
un hombre malvado.
El sobrino se asustó bastante , y aun vi
tuperó la conducta de su tia. Mi amo me his
zo sentar junto á sí , y me dixo : Ya has on.
antes que me han acusado de homicida , yas
ra me acusan de un nuevo delito de cinci
pecie. En otro tiempo no hubiera serios-
140
tas reconvenciones tanto como ahora , pues
quisiera hacer ver a todo el mundo que la efi-,
cacia de tu exemplo ha infundido en mi alma
Jos mas vivos deseos de imitar tusvirtudes. Oye,
pues, en dos palabras el fundamento dela pri
mera acusacion.
Ciertos asesinos pagados por un caballe
ro Italiano , que , como muchos de su esfera,
no conocia el valor ni el honor , acometie- .
ron á un amigo mio para matarle. Yo tuve
la felicidad de rendir á uno de estos bribo
nes en defensa de mi amigo , haciéndole
confesar quien le habia dado esta comision .
En efecto luego que lo supe le desafie
en Sena , donde murió al cabo de un mes
del desafio , no tanto , á mi parecer , de las
ligeras heridas que recibió , como de una fie
bre maligna que le sobrevino . Es verdad que
me ví precisado á retirarme de Italia mu
cho antes de lo que pensaba , por librarine
de sus parientes que me buscaban como an
tor de su muerte; pero tambien lo es que
despues conseguí aplacarlos , inforınándoles
largamente por escrito desde Inspruck del
mal proceder del difunto , y ellos dexaron de
seguirme á Munich , como se habian pro
puesto .
Este es el lance que ha dado motivo a las
caritativas insinuaciones de mi hermana , que
seguramente no habrán dexado de asustarte ,
creyendo que te has casado con un asesino.
La
141
La otra.... Basta, hermano, dixo Myladi , no
pases adelante : ya ves que no te doy motivo
1
para que hables mas. Quiero que lo sepa todo,
añadió él, y mira si tu perversa malicia tiene
mas que decir,
Quando yo era estudiante , prosiguió , con
curria á casa de una Señora viuda , donde erå
bien admitido. Tenia esta muchas hijas ; pe
To poco que darlas ; y la astuta madre pro
curó que una de ellas ( en realidad de mu
cho mérito ) me fuese ganando el afecto con
la mira de casarse conmigo , atendiendo á
las muchas riquezas de que yo habia de ser
heredero. Esta malicia de su madre , que ni
1 la hija ni yo conoclamos , fue causa de la
ruina de la Sara Godefroy , que con tan de
pravada intencion ha nombrado esa malicio
sa hermana. De todas las demas libertades que
acaso habré tenido ( y te hubiera informado
como de esta si las supiera ) pido perdon á
Dios , y al mismo tiempo le suplico me cas
tigue si con nuevos delitos le ofendiese , y
me olvidase de la fidelidad que debo á mi
esposa
Ahora , querida Pamela, ya puedes reti
rarte , pues mi Señora hermana te ha dicho
quanto mal sabia de mí. Es verdad que no
hubiera dexado yo de darte cuenta de todo;
pero lo guardaba para mejor ocasion , y quan
do tú pudieses conocer que te lo referia mas
bien para confusion mia que por vanidad , pues
ja
142
jamas he gustado que me tengan por mejor
de lo que soy. Espero sin embargo que des
de el instante en que ini corazon se rindió á
las virtudes,que en tí resplandecen , hasta el ,
último de mi vida será irreprehensible mi con.
ducta.
Este discurso , y el noble candor.con que.
mi amo confesó sus faltas y manifestó su ar- ,
repentimiento , sorprehendieron de tal suerte a
Myladi, que inmediatamente empezó á llorar .
sin consuelo. Pamela , ine dixo , hazme el gus- ,
to de no retirarte tan presto : ya conozco que
la pasion me ha cegado demasiado : es preciso
que te quedes, añadió , viniendose hácia mí y:
cogiéndome de la mano , para que me veas pe
dirle perdon ,
En esto iba á tomar la mano de su her-,
mano ; pero él ( lo que sentí mucho , pues,
me compadecia el ver la afliccion de Myla
di ) la desechó de sí con violencia , se salió,
de la sala , y se fue al jardin tan enfureci
do , que yo estaba temblando en su presen
cia. Sentose Myladi junto á mí , reclinó la
cabeza sobre mi hombro , y derramaba un
torrente de lágrimas. Yo tambien lloraba al
verla llorar.
Su sobrino se paseaba con mucha inquie
tud por la sala ; y habiendo salido un ins
tante , volvió á decirnos que M. B.... habia
mandado poner la berlina , y no queria que
nadic se acercase á hablarle. ¿ Dónde está ?
pre
143
preguntó Myladi. Se está paseando en el jar
din mientras ponen la berlina , respondió el
sobrino.
Bien conozco , dixo ella , que me he ex
1.
cedido , y que no he sabido lo queme he he
cho. Ahora no querrá en mucho tiempo vol
TA verme á ver , y no puedo menos de decirte,
Pamela , que si alguna vez tienes la desgra
cia de ofenderle , no te será tan fácil apla
carle.
Sin embargo de lo muy enfadada que yo
12
(estaba , me deleytaba en oir á Myladi hablar
me con tanta afabilidad . ¿ Te atreverás , ine
50
-dixo , á acompañarıne para ir á buscarle al
jardin ? Yo os acompañaré, la respondí, adon
de gustareis. Verdaderamente mi .... Pamela ,
quiero decir , que eres de buena índole , y
yo te hubiera estimado siempre tanto como
-te estimaba mi difunta madre, si.... Pero ya
1
no tiene remedio . Tú á la verdad , Pamela mia ,
no debieras haberte casado con mi hermano;
pero vamos á buscarle , que puede ser no
me trate mal ; aunque yo no debiera haberle
irritado tanto , y mas quando tengo experien
cia de que en todas nuestras pendencias siem
pre he salido yo la peor librada. Él såbe que le
amo mucho.
8
Myladi agarrada de mi brazo , y hablán
domede este modo entró conmigo en el jar
din ; y lo mismo fue yo ver á mi querido ese
poso , que conocer que estaba muy enojado,
pues
144
pues tomó otro camino por no encontrarse con
nosotras. Hermano , hermano , le gritó Myla
di , oye una sola palabra. Pero como él pro 1

siguiese andando sin hacer caso de noso


tras , apresuramos el paso hasta que llegamos
á alcanzarle , sin embargo de que iba bastan
te lejos. Él entonces , volviendo la cabaza há
cia atras , dixo á Myladi: Te ruego que no me
molestes mas con tus locuras y extravagancias,
pues ya he sufrido demasiado , y te juro que la
cosa pasará á....
Basta , hermano , le interrumpió ella , no
jures : bien sé , y la experiencia me lo ha en
señado , que eres demasiado constante en ob
servar tus juramentos : ya ves que me he hu
millado hasta suplicar á Pamela me sirva de in
tercesora. Si esto no te aplaca , no sé de que
otro medio valerme.
Segun ahora estoy , la respondió, no quiea
ro ver á ninguna de las dos : dexadme so
lo , y no me atormenteis mas ; y prosiguió
huyendo de nosotras. Pero Myladi ſe volvió
á instar diciéndole : Solo quiero me oigas una
palabra , que se reduce á decirte que si tú
me perdonas , yo estoy pronta á perdonarte. 1

¿ Qué tienes tú que perdonarmet la replicó


mi amo muy ayrado : Myladi se quedó pa
rada con esta respuesta ; y conociendo que
el reconvenirle entonces sobre el casamien
to , y darse por sentida é injuriada de él,
seria irritarle de nuevo , le dixo : Te perdo .
na
145
naré el mal tratamiento que hoy he recibido de
tí en tu casa .
Hermana mia , la respondió él , excuse
mos mas razones : yo te desco las mayores
felicidades ; pero pensemos para lo sucesivo
en nuestra mútua tranquilidad ; y así será
mejor que nunca mas nos volvamos á ver.
¿ Es posible, cruel hermano , le dixo Myla
23 di, es posible que te atrevas á proferir se
mejante expresion ? ¿ Podrás poner en execu
cion lo que dices ? Si podré , la replicó , y
la experiencia te acreditará que puedo. Yo de
bo ocultar de tu vista no un hermano , si
no un asesino , y un malvado , indigno de te
ner sangre tuya. Dexa , pues , queme retire
á hacer penitencia por mis pasados delitos;
á lo menos tendré el consuelo de no verme
insultado en mi retiro por tan maligna acu
sadora.
Y despues , volviendose á mí , me dixo
con un ceño que me hizo estremecer de pies
á cabeza : ¿ Cómo te atreves , Pamela , á se
11 guirme sin mi licencia sabiendo qual estoy ?
1 Guardate , pues , en adelante de ponerte en mi
presencia en semejantes ocasiones mientras yo
no te envie á llamar.
Mi querido Señor , exclamé yo..... Dexa
me, me interrumpió , que voy á ponerme in
mediatamente en camino para el Condado de
Bedford. ¿Y qué , Señor , le dixe , habeis de
iros sin mi? ¿ En qué os he ofendido yo ? En
ha
146
haber obsequiado , me contestó , á mi furio
sa hermana de un modo indigno de quien
ya eres ; y quisiera no haberte visto hasta
que se me hubiera pasado el enfado que me
ha ocasionado su proceder. Colbrand y otros
dos criados te acompañarán á tí hasta Bed
ford , y Madama Jewkes te irá sirviendo has
ta la mitad del camino. Allá quizá me en
.contrarás mejor dispuesto que ahora para re
cibirte .
Creo que no hubiera tenido fuerzas para
resistir este golpe , si no me hubiera parecin
do que fingia en algun modo todo esto pa
ra aterrar á Myladi. Pero á pesar de esta
consideracion estaba traspasada de dolor , por
que conocia que se hallaba sumamente irri
tado .
Ya yo temia , me dixo Myladi , que estu
viese tan enfadado contigo como conmigo;
pues sé muy bien que quando se dexa llevar
de la ira , no da oidos á la razon. Una sola
cosa tengo que decirte , hermano , prosiguió
ella , y es , que ya que no quieres perdonarme
á mí , á lo menos perdones á Pamela , que si
te ha ofendido , ha sido por micausa , y por
haberla suplicado me sirviese de intercesora pa
ra contigo. Por lo que á mí respecta no te in
comodes , pues voy á marchar al instante , co
mo lo hubiera hecho ya á no haberme tú
detenido .
Si te he detenido , la respondió , ha sido
par
147
por un efecto de puro cariño ; pero tú arreba
tada del espíritu de venganza has castigado mi
fineza hiriéndome en lo mas vivo del corazon.
En órden á Painela debes saber que en se
mejantes ocasiones no soy bastante dueño de
mí mismo", y que por lomismo no es de ex
trañar me haya irritado tambien contra ella.
16
No necesito decirte ahora quanto la quiero;
pero en semejantes casos no debe importu
narme ni seguirme . Mi intencion era , lue
go que se me hubiese pasado la cólera que
ha excitado en mí tu osadía , entrar en la sa
la y despedirme de las dos con la atencion
que corresponde á un marido y á un herma
no ; pero Pamela se me ha presentado sin lla
marla , y es preciso que experimente los efec
os de una pasion violenta , que una vez pues
ta en movimiento no conoce mas límites que
la tuya.
Yo estaba tan asustada, que me parecia que
toda la sangre se me habia helado en las venas,
y no sabia que partido tomar.
Si no te amara tanto como la mas fina her
mana puede amar á un hermano , le dixo My
* Tadi , no me hubiera irritado de esta suerte . Y
yo igualmente , la replicó , si no te amara in
finitamente mas de lo que tú mereces , nin
gun caso hubiera hecho de quanto pudieras
decirine ; pero la historia del desafio ( de que
* sabes estoy tan arrepentido , y que me has
echado en cara porque conoces quanto me
Tonio IV. Hн ator
148
atormenta su memoria ) , y la insinuacion
acerca de la pobre Sara Godefroy , son dos ac
ciones tan indignas y maliciosas, que no podré
mirarte como hermana mientras me acuerde de
ellas.
Confieso , respondió Myladi , que me he
excedido mucho , y estoy verdaderamente aver
gonzada de haber incurrido en esta falta. Bien
veo que ha sido una accion ruin é indigna de
tu hermana : y el conocerlo yo así me ha
obligado á baxarme á pedirte perdon, y á bus
car por intercesora una persona que me pare
cia tenia algun lugar en tu corazon , habiendo
visto las singulares demostraciones de afecto
que hacias con ella ; pero ya voy creyendo
que todas aquellas demostraciones se dirigian
únicamente á insultarme mas á mí.
Nada me importa , replicó mi amo , que
pienses, como quieras , porque despues de la
ruindad que has cometido conmigo , te miro
con compasion , y para mí ya nada tienes que
perder.
Bien lo creo , respondió Myladi ; pero so
siégate : voy á marchar al instante : y así, her
mano mio ( permíteme que te dé este nombre
por la última vez ) , á Dios. Á Dios tambien,
mi querida Pamela , añadió volviéndose á
mí , y abrazándome tiernamente deshecha en
llanto .
Yo no me atrevia á hablar ni una pala
bra ; pero luego que Myladi volvió la espal
da
149
da para irse , la dixo mi amo : El diablo sois las
mugeres : vosotras nos sacais de nuestros qui
cios nos irritais , y nos aplacais como se os
antoja. No he podido resistir á tu despedida
de mi Pamela ; y así volved á abrazaros otra
vez , y quedo satisfecho.
Y entonces nos cogió á las dos de las ma
nos' , y Myladi me volvió á abrazar llorando
como yo. Él tambien nos abrazó á entrambas
.con el mayor cariño , diciendo como fuera de
sí : He aquí las dos prendas que mas estimo en
este mundo : Dios os haga tan felices como yo
deseo . !!
Y bien , le preguntó Myladi, me per
10
donarás enteramente mi ligereza en haber ha
blado de Sa...? Olvídala para siempre , la inter
rumpió sin dexarla acabar de pronunciar su
nombre. Yo te perdono tambien , mi querida
Pamela , me dixo , con tal que en adelante
evites el tener en tan poca consideracion como
ahora mi indignacion.
No la ha tenido en poca consideracion,
le replicó Myladi , sino que lo ha hecho á
instancias mias ; y por lo mismo debo estarla
reconocida , pues solo deseaba nuestra mútua
reconciliacion. No importa , la respondió su
hermano , pues siempre es dar a entender con
esto cierta presunción de que podrá aplacarme
quando quiera ; y en esta parte debo asegurar
la que sin embargo del grande amor que la
tengo , no siempre estaráen su mano el con
H2 se
150
seguirlo si voluntariamente me irrita.
Pamela , me dixo entonces Myladi , yo te
aseguro que en mi hermano tendrás un caba
llero que te tratará como corresponde á este
título , á su educacion y á su prudencia ; pe
ro Dios te libre , hija mia , de ofenderle . Ya
has observado lo que - á mí me ha sucedido,
y te juro que jamas le he visto perdonar tan
presto.
Procuraré , la respondí , evitar esta desio
gracia por quantos medios sean imaginables,
pues he tenido un susto terrible ; y os aseguro
que la falta que ahora he comet do ha sido sin
saber lo que me hacia.
De este modo se serenó esta borrasca con
felicidad , quedando Myladi enteramente so
segada y contenta.
Al salir del jardin notamos que estaba ya
puesto el coche. Ya ves , hermana , la dixo mi
amo , que iba á ponerme infaliblemente en ca
mino para el otro Condado ; pero una vez que ,
las cosas han tomado tan diferente semblante,
iremos los dos , si te parece , á dar un paseo
juntos . Tú , Pamela , añadió volviéndose á mí,
manda á Madama Jewkes que tenga dispuesta
la cena para las ocho , á cuya hora procuraré
mos estar de vuelta.
M. H ... dixo al sobrino , ¿ Quereis montar
á caballo y acompañarnos ? Con mucho gus
to , respondió él , pues estoy lleno de satisfac
cion al veros á todos tan acordes y avenidos.
Mi
151
Mi amo dió el brazo á Myladi para subir al
coche ; su sobrino y un lacayo los siguieron,
y yo me subí á mi gabinete para pensar des
pacio en todo lo ocurrido. ¡ Qué necia soy !
No se me puede borrar del pensamiento la po
1 bre Sara Godefroy. ¡Qué pronto se apodera de
nuestro corazon la idea exclusiva de muger
2 propia con relacion á nuestros intereses ! Sin
embargo me parece que desearia saber con todas
sus circunstancias este suceso ¿ En qué consis
tirá que habiéndo estado yo tantos años en la
casa no haya tenido la menor noticia de ello?
Puede ser que haya consistido en que yo vivia
siempre retirada con mi Señora ; y desde luego
aseguro que tampoco esta lo sabia , pues sin
duda me lo hubiera dicho.
Yo no me resolveré á preguntarle nada
acerca de esta pobre muchacha ; pero como ,
quiera , quisiera saber qual fue su destino , y
si su amor tuvo algunas resultas. Puede ser que
no tarde mucho en oir hablar de ella , aunque
espero en Dios que esto no me dará ningun
nuevo motivo de sentimiento .
En quanto al desafio , algunas veces habia
oido hablar de él , y que quando era mas jóven
habia dado muchas inuestras de valor , y era
sumamente diestro en el manejo de la espada.
Dios quiera que en lo sucesivo no tenga que
hacer uso de ella , y que conserve siempre su
honor en paz
Á las siete de la tarde me envió mi amo
á
152
á decir que no le esperase á la hora señala
da , porque no se habia podido excusar de que
darse á cenar en casa de Myladi Jones , la
qual habia convidado tambien á Myladi Dan
ford у á toda la familia de Mr. Peters. Me
alegré mucho de que no me enviasen á buscar,
pues tenia mucha confianza en que siendo tan
amigas mias todas aquellas familias, no dexarian
de hacer los esfuerzos posibles para promo
ver y arraigar en el ánimo de Myladi Davers
las buenas disposiciones que ya habia empeza
do á manifestarme; y así proseguí escribiendo
con sosiego.
Á eso de las once de la noche volviéron
á casa. Yo acababa de baxar de mi gabinete
bastante fatigada de escribir , y estaba en con
Versacion con Madama Jewkes y con la don
cella de Myladi , á quienes habia hecho sen
tar , sin embargo de que lo repugnaban al
principio. Estaban las dos enfrente de mí , у
la doncella me pidió mil perdones con mu
cho rubor suyo por los excesos que el dia
antes habia cometido contra mí , diciéndome
que la habian pintado mi estado con muy dis
tintos colores , y que no pensaba que yo es
tuviese casada , ni podia creer que sus insul
tos se dirigian contra la verdadera Señora de
la casa .
Yo la respondí que en nada me habia
ofendido , que la perdonaba con mucho gus
to , y que en mi nuevo estado esperaba por
tar
153
tarme con todos como era razon.
Madama Jewkes me dixo que mi ac
1 tual situacion me proporcionaria todos los dias
muchas ocasiones en que dará conocer mi
buena índole , y que toda su vida confesaria
- con mucha vergüenza suya las grandes fal
tas que yo habia tenido la bondad de perdo
narla.
21
Madama Jewkes , la respondí , hay muy
pocos criados que sepan como se han de por
tar quando la voluntad de sus amos se halla en
contradiccion con su obediencia. Yo siempre he
sido de dictámen que la obediencia en los
I
criados no debe extenderse á los, actos de pura
malicia y que es preciso hacer distincion en
tre lo justo y lo injusto ; y procediendo así,.
sucede regularmente que aunque los amos se
enfaden en aquel instante en que no son obe
decidos , forman despues mejor concepto de
los criados que han resistido á sus mandatos ile
gítimos.
Me pareció que este lenguage habia morti
2
ficado un poco á Madama Jewkes; y para di
simular añadí que hablaba por mi propia ex- '
periencia , pudiendo decir como ella misma
sabia , que no me habian faltado amenazas ni
tentaciones , y que si me hubiera rendido a las
unas , ó acobardado con las otras nunca hu
>

biera llegado á ser lo que entonces era.


i Ah Myladi ! exclamó la Jewkes. En
mi vida he visto otra persona semejante á
vos;
154
vos ; desde el dia de vuestro matrimonio ha
beis manifestado un genio mucho mas afable
que antes , y me pareceis mas humilde desde
entonces . >

Es muy fácil , la dixe , adivinar la cau


sa : antes me consideraba en un continuo pe
ligro , miraba como enemigos a todos los que
andaban al rededor de mí , y me era imposi
ble en este estado dexar de inanifestar des
confianzas , sobresaltos y temores ; pero des
pues que mi querido esposo ha quitado de
una vez la causa de todas mis inquietudes
haciéndome perfectamente feliz , seria muy
reprehensible și no manifestase una tranquili
dad y contento capaces de grangearme á un
mismo tiempo el respeto y amor de todos;
pues lo contrario seria en algun modo mos
trarme indigna del honor que he recibido.
Ademas de que quantos menos enemigos ten- ,
ga , menos serán los murmuradores de la reso
lựcion de mi querido esposo en haberse casado
conmigo.
Este modo de hablar agradó mucho a las
dos , que me contestáron con mil expresiones
de afecto , manifestándome que me desea- ,
ban tanta felicidad como ellas decian que yo
merecia .
Estando en esto entráron mi amo ,My
ladi y su sobrino. Venian todos tan conten
tos , que yo quedé llena de satisfaccion . Qui
siéron retirarse las dos criadas; pero mi amo
las
153
las mandó que se estuviesen ; y viniéndose á iní
y abrazándome me diko : Discurro ', Pamela ,
que no habré abusado de tu paciencia por la = i
ber tardado mas de lo que pensaba ; pero cree
que nada has perdido en esta ausencia , por
que aunque hemos carecido del gusto de tu
compañía , te aseguro que no hemos hablado
mas que de tí.
Myladi se ' acercó a mí y me dixo : En
verdad , hija mia ', que tú has sido el único
objeto de nuestra conversacion. Yo no sé co
mo es esto ; pero lo cierto es que dos ó tres
familias de nuestra vecindad te admiran del:
mismo modo que tu esposo . ?
Pamela , añadió mi amo. ," mi hermana
$ ha estado oyendo á mas de doce personas !
6
á un mismo tiempo deshacerse en: alabanzası
tuyas ; y te aseguro que las oia con mas

placer del que ella misma puede explicar


ahora.
o Los favores de mi amada Myladi Davers,
y la continuacion de los vuestros , respondí
$ yo , me harán mas feliz que los de todo el
5 mundo junto . "
Hija mia , me dixo Myladi, los corazo
ne's altivos no se humillan de repente ; pero el
mio ya está mas rendido a la voluntad de mi
herinano de lo que yo podia pensar. Te ase
guro que te deseo en su compañía las mayos
res felicidades .
Vos , Señora , la respondi , me obligais so
bre
156
bremanera , y desde este instante miro como
completa mi felicidad. Esto era lo único que
me faltaba : y espero que en toda mi vidano
cesaré de daros pruebas del respeto y agra
decimiento que debo á vuestra bondad .
Pero , hija mia , prosiguió , ¿ qué necesi
dad hay de que yo te acompañe á la Igle
sia la primera vez que te presentes en ella ?
Tu mérito personal te grangeará tantos ad
miradores en el Condado de Bedford como
te ha adquirido en este de Lincoln ; y así no
necesitas de mi recomendacion ni de la de
nadie.
Ahora me toca á mí , dixo el sobrino
volviéndose á mí. Yo os deseo con todas ve
ras las mayores felicidades , y quanto he vis
to y oido me ha convencido de que vuestra
suerte es correspondiente á vuestro mérito .
Los vecinos en cuya casa hemos estado di
cen todos lo mismo. Por último , os suplico
me perdoneis las desatenciones que con VOS

he usado.
Señor , le respondí , estimo mucho vues
tras finezas, y espero que en adelante solo
miraré en vos , como es justo , á un tan in
mediato pariente de Mylord y de Myladi
Davers.
Á fe mia , Rebeca , dixo á la doncella
de su tia , que me parece que tú tambien
tienes que pedir perdon , pues no anduvimos
muy cuerdos ayer en obligarla á saltar por
la
157
la ventana ; pero i quién habia de pensar que la
precisábamos á huir de su misma casa !
3
* Sobrino , dixo Myladi, en tí todo es ex
tremos .
Despues que habeis salido de aquí , le
Țespondió la doncella , he sido tratada con
mucho agrado y afabilidad , y no me he olvi
dado de pedir perdon , como debia , por mi
descomedimiento .
10

10
Myladi se estuvo en conversacion conmigo
cerca de media hora , contándome que habia
tenido un paseo muy divertido con su her
mano , y que la habia informado muy á fon
do de mis buenas prendas , con lo qual se
habia acabado de confirmar en la buena opi- .
nion que ya habia empezado á tener de mí. Ne
112
ha llevado , añadió , á visitar á nuestros an
0
tiguos vecinos sin ánimo de detenerse pe
cu
ro Myladi Jones se empeñó en convidar á
su casa á los demas , y con este motivo ha
OS
sido tanto lo que todos te han alabado , que
yo me hallaba en algun modo desayrada, y pue
do decir que estaba como Saul en medio de
0 los Profetas.
19

Ya podeis discurrir , queridos padres mios,


el placer que me causaria esta conversacion .
Yo procuré contestarla lo mejor que me fue
posible.
11
Al tiempo de irse á acostar Myladi se
despidió de mí con las mayores expresiones
?
de cariño , deseándome que pasase buena no
che,
15 &
che , con el mas sincero afecto de su corazon .
Didme el parabien , amados padres miosy
de esta feliz mudanza , que yo no.. esperaba
tan pronto , y era el único pesar que tenia ,
ep mi nuevo eestado . i Pobre Sara Godefroy!
Quiſiera saber en qué ha parado la pobreci
ta ; Mucho me alegraria que mi amo mę tosi
Case esta conversacion. Es verdad que esto no
es cosa que me dé mucho cuidado , porque si ,
así fuera no, dexariais de decir que era una
impertinente.
Luego que mi amo y yo subimos á nues-,
tro quarto me contó lo que le habia pa- .
sado con su querida hermana ( así la llama 1

ba ya ) , y los grandes elogios que de mí ha- ,


bian hecho los vecinos ; y que aunque al prin
cipio no habia puesto muy buena cara quan
do hablaban de mí como de muger propia, 1

despues que habian brindado á mi salud


nombrándome su esposa , ella tambien lo ha- .
bia hecho diciendo : Hermano , por tu Pa
mela ; añadiendo inmediatamente : No sé co
mo saldré de este negocio , con la Condesa
de.... y sus dos hijas quando vayan á visitar
me. ( Con una de estas dos Señoritas era con
quien Myladi deseaba tanto casar a su herman,
no. ( Bien sé , prosiguió , quanto me ha de
chasquear Myladi Isabel : ya Ta conoces , herto
mano , y no ignoras la gracia y talento que
tiene para satirizar.
Espero , la replicó , que Myladi Isabe
ha
l,
159
hállará quando se case mejor marido que yo;
porque à fe mia te aseguro que para qualquie
Ta otra muger que no fuera mi Pamela , hu
biera sido un marido insufrible .
1
Díxome tambien que le habian dado matra
ca sobre su gerio altivo : que todos le decian
que con la muger que le habia tocado en
29 suerte haria in excelente marido ; pero que
esto se deberia mas á mi buen genio que
17 al suyo '; porqué , dixo la Señorita Danford ,
quando Myladi" la detuvo sin permitirla ve
nir aquí', estaba tan colérico , que mi her
"maria y yo teniamos mas lástima que envidia
á Pamela .
Sí , sí , dixo'Myladi : mi hermano es un
verdadero sultan , y nunca ha podido sufrir
que no le salgan las cosas como piensa.
1 En verdad , hermana , la contestó mi amo,
que nadie menos que tú debiera censurar mi
conducta , pues bien sabes que antes de en
fadarme contigo te he estado aguantando
mucho .
2 Es verdad , le replicó ella , que me he
propasado un poco'; pero bien sabes , bribon,
que te has vengado a tu gusto. Sí , bien lo
sabes; y á la pobre niña de quien me he va
lido para que sirviese de intercesora la has
tratado de un modo que me daba lástima;
aunque supongo que la mayor parte de es
to seria artificio para que yo formase mejor
soncepto de ella.
Por
160
Por cierto , hermana mia , la respondió,
que te engañas. En aquel instante de nada de
eso me acordaba , ni hacia el menor caso de
que formases buen ó mal concepto de ella
ó de mí. Te confieso que despues de haber
me tú provocado tanto , me irrité de que las
dos me hubieseis ido persiguiendo ; y este
lance debe servirle á ella de leccion para
no presentárseme nunca quando me vea tan
enojado. Es verdad que procuraré el que no
me suceda muchas veces , porque en dexán
dome solo tardo poco en volver sobre mí,
conozco el exceso de mi ira , y siento tener
un genio tan parecido al de mi querida her
mana. Por esta razon mientras me dura el
enfado no quiero tener testigos de mi tur
bacion ; y mas quando es preciso , como has
visto en el caso de mi Pamela , que les to
que algo de mi indignacion , merezcanlo ó
no lo merezcan , si se me presentan sin ser
llamados,
Volvióme a repetir con este motivo la
misma leccion , insistiendo mucho en ella , y
confesándome que en aquel instante se ha
bia enfadado seriamente conmigo , aunque de
allí á poco lo estaba mucho mas consigo mis
mo por haberse dexado dominar tanto de
la ira.
Pero , Señor , repliqué yo , bien conoceis
que quanto he hecho ha sido únicamente
con el fin de reconciliaros con Myladi : y
GO
161
como ella misma lo ha notado, la hacia en
esto un obsequio muy particular. Es verdad,
me respondió ; pero jamas vuelvas á hacer
obsequios á ella ni á nadie á costa mia.
Ademas de que 'Myladi se habia portado
conmigo de un modo tan irregular , que ya
yo empezaba á mirar tus obsequios para con
ella como indignas baxezas , que no debia
permitir á mi esposa. Aborrezco naturalmen
te las acciones viles , pero con mas especia
lidad en una persona a quien amo ; y como
3 ella acababa de cometer una gran ruindad,
21
estaba yo en aquel instante mas dispuesto
á negarla por hermana, que á reconciliarme
con ella.
T Espero , Señor, le dixe , ' que en adelan
te me portaré de modo que no tengais mo
tivo para quejaros de mí ; y me bastará co
nocer vuestro gusto para conformarme con
él. Pero este lance me hace ver que podrá
llegar caso en que os desagrade mucho sin
yo pensarlo.
Mi querida Pamela , me dixo , no tomes
estas cosas tan á pechos , pues espero que no
tendrás en mí un marido tirano. No quiero
decir que seré perfecto , ni que en los pri
3 meros impetus de mi ira me avendré fá
cilmente à la razon ; pero espero de tu ca
riño que quando me veas en estas circuns
tancias mé sufras con paciencia. Tengo un
corazon agradecido , y luego que se sosie
ga
162
ga la borrasca me hago cargo de la razon , y
confieso mi .exceso con la misma facilidad que
le cometo .
Pero para que mejor conozcas como te has
de portar en los ímpetus de mi genio , de
bes,advertir que en estando yo irritado sa
carás un partido mas ventajoso evitando mi
presencia por aquel momento, hasta que yo
te busque ó te llame . De este modo ten
drás siempre una especie de dominio sobre
mí. Pero si piensas que con resistir de fren
te á la violencia de mi pasion , has de lograr
oponerla un fuerte dique que la_contenga,
verás. tu engaño en la experiencia. En una pa
labra , si como la caña cedes a la violencia
de un viento tenpestuoso , sin resistirle como
la soberbia encina , siempre permanecerás fir
- me en mi estimacion ; pero una conducta
opuesta á la' qae acabo de insinuarte , podria
desarraigartede mi corazon á pesar de tus
excelentes prendas.'s in the
Procuraré , le respondi , conformarme ab
-solutamente con vuestra voluntad en esta par
te . No lo dudo ; me dixo , y yo tambien
por mi parte procuraré conforinar mi volun
tad con la razon i en quanto pueda ; y debo
confesarte que las disposiciones que en tí he
observado enquanto; á este particular han
-sido uno de los motivris que han acabado de
determinarme á pensar seriamente en casar
-me, porque no creo que haya habido hom
bre
163
1 bre que mirase con mas repugnancia que yo
este estado ; y ya que hemos hablado de es
to te diré de quéprovenia en mí esta re
pugnància.
Las personas de alta fortuna que hemos
nacido para ser dueños de grandes riquezas,
1 regularmente recibimos una educacion muy
contraria á lo que dicta la prudencia. Mu
chas veces has observado esto mismo, por in
cidencia ; en tu diario ; y son tan exâctas y
fundadas tus reflexiones , que tengo muy po- .
co que añadir en este punto. Somos por lo
comun tan amantes de nuestros caprichos , que
no podemos sufrir el que nadie nos contradi
ga en r
la meno cosa .
Nuestros padres gustan de que las ayas
nos crien así , y ordinariamente ellas son las
primeras que experimentan los funestos efec
tos de este mal sistema , siendo el primer agra
decimiento que las damos por el cuidado' que
de nosotros han tenido una insolencia , que
debieran 'reprimir y contener en vez de fo
mentarla .
Inmediatamente que empezamos a ir a la
escuela , dainos muestras del respeto que te
nemos ' á nuestros maestros y maestras con
las extravagancias y altanerías que tienen que
sufrirnos.
Pero nuestros padres todo lo celebran y
para todo hallan disculpa , sin mas razon que
el que somos hijos suyos.
Tomo IV. Quan
164
Quando salimos de la escuela y volvemos
á nuestras casas , empezamos á soltar las rien
das á nuestra indómita soberbia , con gran
confusion de nuestros mismos padres , cuyos
corazones ,son traspasados de dolor al ver el
modo tan irreverente con que procedemos con
ellos; lo qual sin embargo no es mas que un
efecto natural de la culpable indulgencia que
con nosotros han usado , desde la cuna.
Finalmente quando ya estan nuestros pa
dres con un pie en la sepultura piensan en
casarnos. La conveniencia , el nacimiento y
la fortuna son de ordinario los principales mo
tivos que se proponen en la eleccion de la
consorte que nos buscan sin hacer ningun
caso de la inclinacion ; y de esta manera unen
para siempre con lazo indisoluble á dos per
sonas acostumbradas á vivir en una continua
ingratitud , y que han servido de cruel supli
cio , no solo á los que han tenido parte en
su educacion , sino tambien á aquellos a quie
nes han debido el ser. ¿ Qué otra cosa pue
de esperarse de esta union , sino que con
tinuando en el matrimonio con las mismas
costumbres , haga cada uno por su parte todo
. lo posible para atormentarse mútuamente y
darse que sentir? Y en parte es muy justo
que así les suceda , pues de esta manera ven
ga cada uno de ellos en su consorte las inju
rias que hizo en otro tiempo á aquellos de
qnienes dependia.
¿Y
3
165
¿Y todo esto de que proviene ? Proviene
2
sin duda de que como ni uno ni otro han ha
llado jamás quien se opusiese á sus deseos, no
puede sufrirel marido, v. gr. verse desobede
cido por una persona a quien la nueva alianza,
segun sus ideas , la obliga a portarse de muy
distinto modo ; y la muger por su parte mira
como una tiranía insufrible las contradicciones
de un esposo , de quien no esperaba sino ren
dimientos у finezas.
Es tan grande la diferencia que hay entre
lo que uno y otro hallan en su nuevo estado
de lo que esperaban encontrar , que no de
ben causar admiracion los disturbios que en
Ei
tre ellos se originan , y que sus desavenen
cias pasen á desatenciones y escándalos. La
naturaleza humana es tan frágil y miserable,
que aun quando la inclinacion fuera el principal
motivo de la union conyugal , lo que raras ve
ces sucede , no seria de extrañar que el tiempo
borrase las impresiones de los primeros amo
rosos afectos , quanto mas en el caso de que
estamos hablando , en que se supone que los
dos se han casado sin conocerse .
Regularmente se suele apelar en tales lan
ces al tribunal de los parientes ó tutores ; y
si la mediacion de los amigos logra recon
ciliarlos , pocas veces seperm
verifica que la recon
ciliacion sea durable y anente , porque el
mal está en los corazones , y ninguno de los
dos quiere creerlo ; y así como no se llega
I 2 á
166
á lo profundo de la herida, solamente se cura la
superficie , y al cabo de algun tiempo vuelve a
renovarse la llaga con mas crueles dolores. Á
esto se siguen las disensiones, y una indiferen
cia y . frialdad , que suele parar en una mortal
aversion , y quizá quizá en una separacion es
candalosa , prostituyéndose ambos á un amor
extraño ; de modo que quando por razon de
estado tienen que presentarse juntos, todos, co
nocen en sus ademanes que no pueden sufrirse
el uno al otro , y ,solo se muestran alegres y
contentos quando estan separados.
Yo quisiera , querida esposa , que vivie
ses persuadida de que aunque me hubiera ca
sado con la dama mas principal de Inglater
ra , no la trataria con mas honor que trata
ré á mi Pamela. Y espero no darte motivo
para pensar lo contrario , porque mi muger es
mi muger ; y el haber tardado tanto en re
solverme á tomar este estado , ha sido única
mente porque conozco muy bien toda la ex
tension de sus obligaciones , y temia no po
der desempeñarlas.
En este punto me parece que he de ser
mas delicado que otros ; pero consiste en que
habiendo exâminado atentamente la conducta
de varias personas casadas , apenas he hallado
una cuyo exemplo me pareciese digno de ser
imitado. Puede ser que en adelante se ofrezca
ocasion de indicarte algunos exemplares de es
ta naturaleza.
Lo
167
Lo cierto es que si me hubiera casado
segun las ideas de la mayor parte de los ca
balleros que conozco , y los principios de mi
L hermana , que en esta parte pretendia hacer
conmigo oficios de padre y madre , tendria
á estas horas por muger á una Señora de al
to nacimiento, criada poco mas ó menos co
mo yo , y acostumbrada'a seguir en todo su
3 capricho.
Conozco á muchos caballeros que despues
de algunos ligeros debates con sus esposas,
1 ceden fácilmente y se rinden á su voluntad;
1 pero aunque yo me hubiera casado con una
Princesa no podria imitarles ' en este punto ,
Antes de consentir en 'unirme con ella para
siempre , era necesario que yo la amase en
extremo , y la prefiriese á todas las personas
de su sexo , porque sin este amor me pare
ce , querida Pamela , que no puede haber ma
trimonio en que no se introduzca muy pres
to la indiferencia y aun el disgusto , en cu
yo caso no es posible que ningun hombre sea
feliz dentro de su propia casa. Creo que hay
muy pocos exemplaresde hombres cuyo amor
se haya aumentado despues del matrimonio .
Respecto de las mugeres hay algunos mas ; pe
ro ahora no es del caso el explicarte la razon
de está diferencia.
Si yo me hubiera casado en otras cir
cunstancias, nunca lo hubiera hecho sin estar
antes moralmente cierto de que la muger
que
168
1

que elegia por esposa me preferia á to


dos los demas hombres : que procuraba ex
cusar mis defectos en lugar de aumentar
los : que disimulaba todas mis impertinen
cias : que cuidaba atentamente de complacer
me en todo : y que si alguna vez procura
ba atraerme á sus ideas no siendo confor
mes á las mias, lo hubiese de hacer por me
dio del agrado y de la condescendencia; aun
que sin que esta coridescendencia tuviese el
menor viso de esclavitud , y sin que parecie
se efecto mas bien de su insensibilidad que
de su amor y cariño.
Era preciso que cuidase de no oponerse
á ninguna de mis determinaciones con aque
llas instancias que tienen apariencias de fuer
za ó de violencia ; y así por su parte como
por la mia habian de estar desterradas de
entre los dos las palabras mandar y obede
cer. Yo procuraria no desear cosa alguna que
no fuese justa y razonable ; pero tambien quer
ria en recompensa que no manifestase la me
por repugnancia quando se tratase, de darme
gusto , y aun desearia que se anticipase á mis
deseos.
No podria sufrir el tener que mandar dos
veces una misma cosa , en la suposicion del
sumo cuidado que yo tendria en que su con
descendencia para conmigo fuesesiempre jus
ta y razonable, sin privarla á ella de su lia
bertad , ni precisarla á que cediese en lo que
no
169
no fuese regular. Si alguna vez no procedia
yo conforme á razon , quisiera que sufriese
mi yerro con paciencia ; y si conocia que
estaba demasiado preocupado , me manifes
tase en este caso mayor condescendencia; por
que si solamente altercásemos por algunas
frioleras (altercaciones que regularmente sue
len ocurrir entre los mayores amigos ) , en
esto me daria á entender que no 'se oponia á
mi dictámen por espíritu de contradiccion , si
no . por desengañarme de mi error , para que
3 en adelante procediese con mas conocimiento
en semejantes casos.
>
Esta conducta seria para mí tan aprecia
ble que me obligaria á amarla mas y mas ,
4
conociendo que por complacerme sacrificaba
hasta su mismo modo de pensar ; y á vista
de estas demostraciones quedaria yo perfec
tamente convencido de que en las razones de
que se habia valido para impugnarme no
habia llevado mas fin que el de rectificar
mis ideas ; y no podria menos de mirar en
adelante con respeto sus reconvenciones , y
consultarla en los negocios de mas impor
tancia.
En todas las concurrencias deberia ma
nifestar la grande estimacion que hacia de su
marido , aun quando no la mereciese ; pues
semejante modo de proceder , ademas de
adquirirla un concepto superior de mode
las
racion y pradencia , la preservaria de im
.
170
importunaciones de los hombres osados lia
bertinos ; porque lo que principalmente alien
m
ta á esta clase de gente depravada para so
licitar á una muger casada es el oirla ha
blar sin respeto y aun con desprecio de su
marido .
Por esta razon querria yo que la que hubie
se de ser mi muger ocultase prudentemente
mis defectos, que excusase los que no pudie
se ocultar, y que ponderase las buenas accio
nes que en mí se advirtiesen , dando á enten
der a todos que sin embargo de lo mal que
hablaban algunos de mí, ella tenia formado otro
concepto muy diferente.
Querria tambien que estimase á mis ami
gos por mis respetos , y que siempre que yo
los llevasę á mi casa se manifestase risueña y
contenta. Y en orden a los defectos que en
mí advirtiese , jamas deberia reprehendérmelos
en público , á lo menos en un tono que die
se á entender á las gentes que se preciaba
de tener mas juicio que yo.
Esto , mi querida Pamela , no es mas que
un ligero bosquejo de la conducta que yo
desearia observase conmigo mi muger , fue
se de la clase que fuese ; y no siendo así me
parece que hubiéramos logrado muy poca paz
en nuestro matrimonio. De aquí puedes inferir
cómo era posible que yo sufriese á una de es
tas mugeres de moda.
La discordia , la corrupcion y el desor
den ,
171
den , que muchas veces he notado en las per
sonas casadas que he tratado , aun entre las
mas nobles , y que pasaban plaza de mas prų
dentes , me hacia mirar con tal repugnancia
C el estado del matrimonio , que no pensaba en
tomarle , porque veia que me seria insufrible
de hijademia, queno;
por todos respetos. Ya ves.,
y confieso que no siendo tú , no hubiera ha
ilado ninguna otra conforme á mi corazon , y
por consiguiente con ninguna seria perfecta
mente feliz.
Infiere ,de , aquí cómo me sentaria el que
ereyéndote tú señora de mi afecto , mirases
tu intercesion como una satisfaccion superabun
dante de las ofensas que me acababa de hacer
1 mi hermana .
No quiero decir que yo sea perfecto , an
tes por el contrario conozco que tengo mu
chas impertinencias. Pero no quisiera que
estas sirvięsen de excusa ' á las de mi muger,
ni que creyese que yo debia sufrirla unos de
fectos que podia corregir , por la sola ra
zon de que se hallaban en mí otros ma
yores.
Espero que sabrás disimular mis defectos,
que procurarás acomodarte á mi genio , que
me tendrás por incapaz de pagar con ingra
titudes tus finezas , y que me harás el fa
vor de creer que me consideraria por el hom
bre mas indigno de la tierra si negase á
mi
172
mi Pamela alguno de aquellos privilegios que
debiera esperar de mí la dama mas elevada
de Inglaterra á quien hubiera elegido por
muger . Tú eres la esposa de mi corazon , y
viviré perfectamente contento con la suerte
que me ha tocado.
Espero , Señor , le dixe , que mi conduc
ta en lo sucesivo ..... Perdona que te inter-.
' dixo : te pro
rumpa , querida Pamela , me
testo que estoy enteramente persuadido del
amor que me profesas, y conozco que pudie
ra haber excusado la mayor parte de los con
sejos que te acabo de dar. Seriámos los dos
muy infelices si te los hubiera dado por co
nocer que tenias necesidad de ellos ; pero
todo lo contrario : unas cosas han llamado á
otras, y lo que te he dicho ahora ha sido
mas bien por darte á entender lo que mi
delicadeza ha observado en otras familias , que
por entemor que tenga de que suceda lo mis
la mia . Puede
mo asegurarte que hasta
aquí vivo perfectamente satisfecho de "tu con
ducta , y espero no darte motivo de que te
arrepientas , ni tenerle yo de arrepentirme;
verás que a pesar de lo imperfecto que es
tu marido , y lo violento de su genio en al
gunas ocasiones ( defecto que procuraré cor
regir ) , no tendrás en él un hombre bárba
ro , ni un ingrato que pague el bien con el
, sni que corresponda con desprecios á tus
manel za
fi .
Le
|
173
3 Le dí las gracias por sus amorosas lec
2 ciones , y por las tiernas demostraciones de
su afecto , asegurándole que habian hecho
tan fuerte impresion en mi alma, que así es
tas como las antecedentes y quantas me die
se en lo sucesivo serian otras tantas reglas de
mi conducta.
Cada dia me alegro mas , queridos padres
mios , de haber formado el plan de llevar un
diario de quanto me pasa en estas primeras
escenas de mi felicidad , porque de este mo
do lo tendré todo mas presente , y siempre
que desconfie de mi memoria podré recurrir
1 á él con seguridad .
10 Oid ahora las reglas que debo , observar
atendiendo á estas serias é importantes lec
ciones .
1. Que quando se halle muy irritado con
tra alguno , no debo presentarme delante de
él sin su licencia. Muy bien : tendré siempre
presente esta leccion ; no obstante me parece
que esta es una cosa que á pocos les sucederá .
II. Que debo mirar su indignacion como
la mayor desgracia que me pueda suceder .
Tambien es cierto.
III. Y por consiguiente que no debo de
sear incurrir en ella por salvar á otro. ¡ Muy
diestro ha de ser el que me pueda inducir
á lo contrario !
IV . Que nunca he de procurar agradar
á otros á costa suya .
у
174
74. Que nunca cometa voluntariamente' ac
cion que tenga visos de baxeza. Esta regla
comprehende muchos puntos : procuraré ob
servarla estrechamente . El motivo que ha te
nido para decirme esto es la explicacion de
esta regla , pues me ha dicho que aunque es
té muy irritada no debo prorumpir en expre
siones que denoten desprecio , malicia ú ol
vido de mis obligaciones , y otras cosas á es
te modo .
VI. Que debo usar de condescendencia pa
ra con él, aun en aquellos casos en que yo co
Nozca que no lleva razon . Esto es un poco difi
cil , porque hay algunas ocasiones .... Quisiera
saber si lapobre Sara Godefroy vive ó no .
VII. Que debo doblarme como la caña de
la fábula , porque si me empeño en resistir á
la borrasca, acaso me sucederá ser arranca
da de raiz como la encina . ¡ Oh ! En este pun
to procuraré ser muy observante. No me pa
rece , á lo menos lo espero así , que seré obsa
tinada en mis dictámenes, ni que la tempes .

tad llegue á ser tan violenta que ine derri


14

be en tierra ..
VIII. Que generalmente hablando los jó
veries de alto nacimiento reciben una educa
cion muy poco conforme á lo que dicta la pru
dencia . ¡Gran leccion ! Es decir que si Dios
me diese hijos no debo permitirles en ningun
tiempo aquellas cosas que dicta la prudencia
se les nieguen
IX.
175
IX. Que debo acostumbrarlos á sufrir las
desgracias y las contradicciones.
Å. Que no debo permitir que las personas
que cuidan de ellos en su infancia les sufran
mucho .
XI. Ni tampoco en la escuela.
XII. Ni que los corrompan con la dema
siada condescendencia quando vuelvan á
casa ,

XIII. Porque regularmente los niños em


piezan á ser atrevidos con sus ayas , siguen
del mismo modo con sus maestros, y última
mente lo son con sus padres.
21
XIV . Que por justos juicios del cielo, go
en castigo de los males que los niños hacen
en su juventud , llegan ellos mismos despues
á ser infelices.
XV . Que los jóvenes mal criados des
obedientes á sus padres , son despues malos
maridos y malas mugeres. Del mismo modo
malos amos y malas amas.
XVI. Que no estanda acostumbrados á
que nadie se oponga á su voluntad , no pue
den sufrir la menor contradiccion en el matri
monio .
XVII. Que habiendo echado este vicio pro
fundas raices en sus corazones , ninguno de
los consortes se halla en disposicion de enmen
darse.
XVIII. Que de aquí se siguen las disen
de
sjones , las quimeras , el apelar al juicio los
176
los parientes , las reconciliaciones momentá
neas é infructuosas, las separaciones escan
dalosas , la indiferencia , y aun acaso la
aversion . ¡ Leccion excelente ! Este es un fiel
retrato de un matrimonio desgraciado , en que
quando estan juntos el marido у la muger,
aquel parece que se duerme , y esta que so
lo piensa en sus vapores ; pero que luego que
se separan , son cada uno por su parte la mis
ma alegría.
XIX . Que hay pocos casados que vivan á
gusto. Este artículo es necesario pensarlo des
pacio , y aprovecharse de él .
XX. Que muchos maridos mirando á su pro
pio interes y tranquilidad quisieran entrar
en composicion con sus mugeres , pero no se
atreven á hacerlo. Yo lo creo ; aunque á la
verdad no deseo en el mio esta condescen
dencia.
XXI. Que la inclinacion debe preceder ab
solutamente al matrimonio.
XXII. Que entre los hombres se ven muy
pocos exemplares de que el amor se aumente
despues de casados ; pero que entre las mu
geres no son tan raros estos exemplares. ¿ En
qué consistirá esto ? Quisiera que me hubiera
explicado la razon ; aunque me parece que no
serámuy honorífica para su sexô.
XXIII. Que la muger debeportarse de mo
do que se persuada su marido de que le pre
fiere á todos los hombres . Esto no tiene duda.
XXIV .
171
XXIV . Que si alguna vez quiere atraer,
al marido à sus ideas , ha de ser con el
agrado y sumision. Sin duda quiere decir : ce
diendo.
XXV. Que esta sumision no ha de tener
visos de esclavitud , ni ha de ser efecto de
su insensibilidad , sino de su amor y pru
dencia .
· XXVI. Que han de estar desterradas del
lenguage de los esposos las palabras mandar y
1 obedecer. ¡Muy bien hecho !
XXVII. Que el hombre no ha de exigir de
su muger cosa que no sea útil, justa y razona
ble. No puede decirse cosa mas prudente.
XXVIII. Pero que la muger en lo que ha
ga por condescendencia con su maridoʻno de
be manifestar repugnancia , ni esperar á que
la diga dos veces una misma cosa. Mas i no
habrá ocasiones en que esta regla padezca ex
cepcion ? Sin duda que sí , pues el artículo
siguiente dice :
3 XXIX . Que esto ha de ser en aquellas
cosas razonables , y que no se opongan á la
calidad de una persona libre en los puntos
de que se trata. Esto no va tan mal , á lo me
nos por lo que á él toca.
Xxx . Si el marido se obstinase en man
dar una cosa injusta , deberá la muger execu
tarla sin entrar en disputa con él , y despues
proponerle sus razones . ¡Dios mio, no sé qué de
cirá esto ! Me parece un poco duro este con
se

)
178
sejo ; pero veamos el artículo siguiente.
XXXI. Suponiendo que la disputa sea úni
camente por frioleras. ¡ Bueno ! Esto mitiga la
proposicion antecedente , porque en la reali
dad me parece que no se deben armar dispu
tas por cosas de poca importancia.
XXXII. Que las mayores quimeras entre
amigos , tales son el marido у la muger , 6
á lo menos deben serlo , regularmente se ori
ginan de disputas por cosas de poco interes.
Así lo creo ; y á mí me faltó muy poco pa
ra incurrir en la indignacion de mimarido ,
sin embargo de que procedia con la mejor in
tencion del mundo .
XXXIII. · Que la muger nunca debe oponer
se al dictámen del marido por solo el fin de
contradecirle , sino que ha de procurar con
vencerle y ganarle por amor. Esta regla me
parece prudentísima , pues es muy útil á am
bos consortes el conformarse con ella.
XXXIV. En todas las concurrencias de
be la muger manifestar estimacion y amor á
sú marido.
XXXV . Y esto por su propio honory se +

guridad.
XXXVI. Porque nada alienta tanto á los
libertinos para atreverse á insultar la virtud
1
de una muger casada , como el ver que ha
ce poco aprecio de su marido. No hay cosa
mas fundada en razon ; y este es un conse
jo admirable,
XXXVII.
179
XXXVII. Consiguientemente la muger debe
10 ocultar con prudencia los defectos de sumarido.
· XXXVIII. Debe, disculpar los que abso
reas lutamente no puede ocultar.
40

1
XXXIX . Debe alabar , y hacer patentes
sus virtudes.
XL . Debe manifestar á todo el mundo que
ella , por lo menos , tiene formado buen concep
to deél.
19 XLI. Que ha de apreciar, álos amigosdel
08 marido por sus respetos, y manifestar mucho
Til agrado ĝ contento á qualquiera persona que
lleve ásu casa .
XLII. Que nunca reprehenda en presencia
聯 de los extraños los defectos que observe en su
EX familia.
XLIII. . O por lo menos que no lo haga
con cierta especie de superioridad , que dé s
entender el baxo concepto que tiene formado
del talento de sus criados, y el alto del suyo
propio.
XLIV. Que un hombre de un delicado
modo de pensar nunca estará contento si so
$ lo es medianamente feliz en la compañía de su
muger.
XLV. Que la muger debe tener mucho cui
dado de 119 confiar tanto en su propio méri
to , que quiera hacerse responsable de las fal
tas agenas. Bastante tenemos que hacer en
cuidar de nuestros defectos personales. Este
artículo es muy parecido al tercero , y parte
I Tomo IV . K de
180
de aquel sermon , cuya doctrina me tocaba á
mí tan directamente .
XLVI. Que las imperfecciones del marido
no pueden servir de excusa á las de la mu
ger. Sin duda que las mugeres nunca serán en
teramente perfectas ; y por lo mismo es de es
perar que los hombres las disimulen las faltas
leves. Pero vcamos el siguiente artículo con que
concluye , que es muyexcelente.
! . XLVII. Que el marido que desea hallar en
su muger todas estas qualidades ha de ser in
capaz de darla el menor sentimiento , nipri
varla de ninguno de los derechos y privilegios
que corresponden á su sexô.
Verdaderamente , queridos padres mios,
que esta última regla me parece la coro
na de todas , y la que las hace llevaderas;
porque no hay cosa que no deba hacerse por
un hombre prudente y, generoso. Como yo
tengo la dicha de que el que me ha destina
do la Providencia posee en alto grado estas
virtudes , conozco que seria una muger muy
vil si no conformase mis acciones y pensa
mientos á unas máxîmas tan justas y puestas en
razon,
Esverdad que si bien lo miro me parece
que no es poco lo que se ine pide en estas
lecciones ; pero como estoy segura de la rec
titud de mi intencion , y de que no cometere
ninguna falta voluntaria , vivo tranquila en es
ta parte .
Na

.
181
41 Nada me dixo en toda la conversacion de
donde yo pudiese tomar motivo para hablar
de la pobre Sará Godefroy, Quisiera que My
ladi no la hubiese nombrado , porque me ha
el entrado bastante curiosidad , y no me parece
que esto sea muy conveniente , particularmen
te al principio de mi matrimonio . Tambien dixo
á su hermana que habia cometido otros excesos
( sin duda de la misma naturaleza ) , de los que
11 ella no tenia noticia ; pero no dudo que ya
estará arrepentidosy que será bueno en ade
lante. Así lo deseo y se lo pido á Dios , tan
to por su bien como por el mio.

ON

10 Miércoles , séptimo dia de mi felicidad.


1
Inmediatamente que me levanté y me ves
tí , viendo que estaba abierta la puerta de My
ladi Davers, entré á visitarla , y la hallé en
cama , aunque despierta ya , y en conversa
cion con su doncella, La pregunté si la in
comodaria mi visita , y me respondió que de
ningun modo , antes bien se alegraba mucho
de verme. ¿ Cómo estás? me preguntó. ¿ Quan
do marchais para el Condado de Bedford ? Se
ñora , la respondí , no os lo puedo decir á
punto fixo : estaba dispuesto el viage para hoy,
By pero no he vuelto á oir hablar otra palabra
acerca del asunto .
K 2 Sien
182
Siéntate aquí junto á mi cama , me dixo:
Tengo noticia , Pamela ( todavía me es preciso
tratarte de este modo ) , tengo noticia , por
lo que ayer oí , que desde que te han traido á
esta casa , y especialmente en estos últimos
dias , has recibido muy malos tratamientos. La
Jewkes ha hecho á Rebeca una relacion muy
puntual de todo , y te aseguro con verdad que
estoy muy compadecida.
Ciertamente , Myladi, la respondí , que si
supierais todo lo que he pasado os condole
riais mucho mas demí , porque me parece que
no ha habido criatura que se haya visto en
apuros tan terribles como los mios ; pero en
el dia ya
ya debo olvidarlo todo, y pensar sola
mente en ser agradecida. Por lo que veo , in
terrumpió Myladi , es una especie de prodigio
el que te halles aquí: yo no he podido menos
de admirar algunos lances que me han referi
do , ni' de confesar que tu resistencia ha sido
noble , y que eres digna de los mayores elo
gios de nuestro sexộ.
Señora , la respondí , yo debo á Dios todo
el valor que he manifestado. En verdad , aña
dió , que toda tu historia es muy extraordi
naria ; y aun me parece que si supiéramos
bien la verdad del caso hallariamos para ma
yor admiracion que tú tambien amabas á esé
bribon , y que no era poco lo que le ama
bas . En lo mas terrible de mis tribulaciones,
la contesté , solamente pensaba en conservar
mi
183
0 mi inocencia , y de nada me acordaba menos
que del amor.
50

DE Pero dime con ingenuidad , Pamela , ¿ no


;
le has tenido amor en todo este tiempo ? Seño
ra , la respondí , ino puedo negar que siempre
1 he tenido grande veneracion á mi amo, y que
1 $us buenas aceibnes me agradaban sobrema
*
nera ; y en quanto á: łas; malas os confieso que;
sin embargo del horror que me causaban , nun
ça han sido capaces de hacerme aborrecerle
de corazon , antes bien ledeseaba las mayores
felicidades ; pero no sé que esto fuese amor,
ni 'me ha pasado, nunca por la imaginacion el
pensarlo. .
Eso está excelentemente dicho , exclamó
Myladi : i quantas gracias noseencierran en lo
que acabas de proferir ! Pero dime , quando el
conocióque no podia lograr sus intentos , y
empezó a sentir lo que te habia hecho padecer,
á admirar tu virtud , y á amarte honestamen
te , ¿qué pensabas entonces ? :: 7

1
Señora , os aseguro con ingenuidad que
3 no sabia que pensar , pues, no podia esperar
ni creer que estuviese reservado para mí tant
to honor ; y ha habido tiempo en que he
desconfiado mas de sus finezas que de sus
> rigores. Un amigo fiel me habia avisado se
$
cretamente que se formaba el proyecto de
celebrar , un matrimonio fingido', con asist
tencia de un hombre que se decia Párroco
2. sin serlo ; y esta noticia me tenia tan so
"bre
184
bresaltada , que no me permiţia admitir con >
gusto sus cariñosas expresiones.
Pero ¿ no es cierto que en el Condado de
Bedford te habia insultado antes dos ó tres
veces ? Verdad es , Señora = no se puede negar
que ha sido muy malo.
Y despues que has venido aquí , ¿ no te
ha propuesto algunos partidos? Si Señora ; pero
yo temia tanto ser víctima de sus artificios,
que los he despreciado todos con arrogancia,
y me he determinado á sufrir la muerte antes
que aceptarlos.
Despues la conté á instancias suyas los
lances mas terribles que me habian pasado,
cuya relacion oyó con mucha paciencia y
atencion , arqueando las cejas continuamente,
como admirada de mi constancia y sufrimien
to , y de la tenacidad de su hermano en per
seguirme por todos los medios posibles. Y di
me , me interrumpió , ¿ no te amenazaba algu
nas veces revistiéndose de su terrible fiereza ?
¡Ay Señora , si me amenazaba ! He sufrido tan
terribles amenazas , que algunas veces he creido
morir de miedo .
* No sé , continuó , como has tenido valor
para resistirle · porque es el hombre mas altivo
y soberbio que conozco , y niaun de niño ha
visto la cara al miedo. Yo misma he expe
rimentado los efectos de su cólera , y siem
pre que se ha enfadado conmigo , me ha si
do preciso ceder y procurar aplacarle ; y
pue
185
1 puedes creer , hija mia , que si se llega á en
fadar no es fácil contentarle tan presto . ¿Pe
ro supongo que no habrá repetido sus insul
tos, desde que te ha empezado a amar con fin
1 honesto?
No Señora ; pero antes de resolverse á to
mar un partido tan honorífico para mí , y tan
indecoroso paraél , estuvo luchando mucho
5 tiempo con su vanidad , como él decia. Pensó
el asunto con mucha madurez , empezó á tra
tarme con la mayor fineza ; pero habiéndole
yo dicho una o dos palabras que le desagra
dáron , me echó de su casa en el instante , me
hizo poner en camino , y yatenia andada una
jornada hacia la casa de mis padres , quando
me envió un criado á caballo en toda diligen
cia suplicándome que volviese. Desde entonces
me ha tratado siempre con el mayor agrado ý
4 afabilidad, y últimamente me ha hecho per
. fectamente feliz, 1

Esa accion de despedirte con aspercza , y


de volverte á llamar inmediatamente es muy
propia del genio de mi hermano , y serás muy
afortunada si no te sucede lo mismo dos o tres
veces al año ; pero te aseguro que lo propio
1 la sucederia á la dama mas principal de In
glaterra que estuviera casada con él. Sin em
bargo de estos defectos es ' preciso confesar
que tiene muchas virtudes : es generoso , y
aun su misma fiereza tiene algo de noble:
aborrece las ruindades , y se deleyta en ha
cer
186
cer bien á otros : es prudente , sobrio , mag
nánimo , enemigo de la mentira , y confiesa in
genuamente sus propios defectos ; pero no
perdona fácilmente los agenos quando son vo
luntarios.
Pero no hablemos mas de esto ya has vis
to como se ha enfadado conmigo , y aun pues
de ser que te haya tocado á tí parte de su in=
dignacion ; aunque me parece que en aquel
.
lance fingia alguna cosa .
Es menester que sepais , la dixe', que me
ha hecho una excelente plática , y conozco que
se ha irritado seriamente contra mí , de que
infiero que me será preciso vivir con mucha
cautela para no desagradarle , pues es demasia
do delicado en su modo de pensar ; aunque, co
mo vos misma acabais de decir , es sumamente
dócil y generoso.
Me alegro en parte , Pamela , me contestó ,
de que tú tambien hayas experimentado algu
na ráfaga de su ira ; pues á no ser así , cree
ria que todo habia sido fingido : yo tampoco
gusto de ser tratada con engaños ; y si él hu .
biera fingido conmigo en aquel lance lo sen
tiria mucho .
Pero , hija mia , prosiguió , me han di
cho que conservas un diario de todo lo ocur
rido , y que mi hermano tuvo proporcion de
apoderarse de él : ¿ tendrás inconveniente en
que yo le lea ? Me parece que no podrá re
sultařte ningun daño ; pues -sé que su lectúc
ra
187
ra ha hecho grande impresion en el corazon
de mi hermano ; y por otra parte seria para
10 mí de mucha satisfaccion el ver por un lado
VO la relacion de sus artificios , de sus atenta
dos y estratagemas , de sus amenazas , y de
persone las propuestas que te hacia ; y por otro la
de tu resistencia y ardides , que él mismo' ala
ba ahora , la noble constancia con que has
sabido conservar tu virtud ; y los caminos
por los quales se ha ido rindiendo su vani
dad , y apoderándose de su alma un amor.ho
nesto , hasta elpunto de llegar á ser tú lo que
08 hoy eres. Esta historia será sin duda extraor
dinaria ; y no solo me divertirá ,sino que aca
bará de reconciliarme perfectamente con mi
♡ hermano ; aunque te aseguro que jamas pen
sé que llegase el caso de esta reconciliacion ,
porque yo tenia muy adelantado, ya su cas
samiento con Myladi Isabel de **
El Conde su padre y el Duque de * *
to su tio lo aprobaban , y aun ella misma ma
20 nifestaba no repugnar la proposicion . Aho
ra todos darán contra mí , y este : ha sido el
motivo de haberme enfadado tanto con mi
hermano ; pero en viendo por tus escritos que
. con su mano no has recibido mas que el pre
mio debido á 'tu virtud , tendremos excusa
él y yo , y adelantarás mas cada dia en mi
estimacion .
¡ Qué no haré yo , Señora , por compla
ceros ! Pero los papeles estan actualmente en
po
l
188
poder de mis padres , los quales hubieran
querido mas verme enterrada viva , que enga
ñadapor el príncipe mas poderoso de la tier
ra. Vuestro querido hermano se los tiene pe
didos para quando los hayan acabado de leer;
y si me lo permite os los manifestaré con
mucho gusto ; pero espero de vos que usareis
conmigo de la misma indulgencia que he ha
llado en él , en quanto á disimular la libertad
con que estan escritos , y que mirareis todas
sus cláusulas como otras tantas sencillas ex
presiones de mi corazon , que se desahogaba
de tiempo en tiempo con unas personas de
cuya indulgencia yo no podia dudar , y para
quienes solamente los escribia.
Toma un abrazo , dixo al oir esto , en pa
go de la amable condescendencia que mani
fiestas. No dudo que mi hermano consentirá
en que yo vea los papeles , porque sin duda
te harán mucho honor , y él te estima mas
que nadie de este mundo.
Varias veces he oido hablar muy bien de
tus padres : dicen que son aplicados y pru
dentes , que estan dotados de un corazon ad
mirable , y que tienen bastante conocimien
to de las cosas del mundo . Como conozco
la generosidad de mi hermano , no dudo que
en adelante do pasarán con comodidad y de
cencia .
Mis padres, Señora , son las personas mas
honradas y mas religiosas que yo conozco . Go
zá .
U

189
záron en otro tiempo de algunas conveniencias,
y tuvieron una familia muy dilatada , siendo yo
la mas pequeña de todos sus hijos ; pero desa
pues les sobreviniéron muchas desgracias por
haber hecho demasiados esfuerzos a favorde
dos hermanos mios que muriéron en agraz , y
cuyas deudas recayeron sobre ellos. Esta ha
sido la principal causa de la miseria á que se
ven reducidos; pues sin embargo de que esse
tas deudas no eran personales , los acreedores
han usado con ellos del mayor rigor hasta
obligarlos al pago .
Mi padre , que sabe contar y escribir muy
bien , puso escuela de primeras letras en una
miserable aldea ; mas no habiéndole salido
bien su proyecto , tuvo que abandonarle , y
dedicarse á labrar la tierra para ganar su sus
tento . Pero así él como mi madre han vi:
B vido muy honradamente , 'contentándose con
la suerte que les destinaba la Providencia, sin
murmurar jamas , profesándose un tierno y
mútuo amor , y alegres siempre en medio de
su pobreza y desgracias ; y si algun temor
alteraba la paz de sus almas, era únicamen
te el de que yo me perdiese ó me rindie
2 se á la tentacion del amor á las riquezas. Per
ro gracias á los auxilios divinos ;; á las
christianas instrucciones de mis padres , y á
los consejos de vuestra digna ' madre , he sa
bido conservar mi inocencia : y ' debo á Dios,
Goo á mis padres , y á mi difunta :ama el feliz
es
-
190
estado á que hoy me veo elevada.
1
Myladi" me volvió á abrazar tiernamente
diciéndome : Veo una sencillez tan noble en
tus expresiones , un candor tan honesto en tu
alma ,, y una humildad tan extraordinaria en
tu corazon en medio de la mudanza de tu
estado , que me será forzoso amarte aunque
no quiera.No dudo , querida Pamela , que
la lectura de tu diario coronará la obra de
nuestra reconciliacion abatirá mi vanidad,
y desterrará de mi corazon qualquiera sen
timiento que en él haya quedado por el asun
to de Myladi Isabel , justificando la conduc
ta de mi hermano , y mirándote como eterno
honor de nuestro sexo. Espero que mi herma
no me permitirá leerle. Voy ahora á vestit
me, y á suplicarle me conceda esta gracia , pues 1

tendré un gusto muy cumplido en ello , y


el deseo de ver los papeles me servirá de
estímulo para ir quanto antes á visitaros á la
otra casa .
A mí nada me quedaba que desear , la
respondí , sino vuestra amistad y cariño : y una
vez que tenga la felicidad de conseguir y po
seer este , y que vuestro querido hermano
mé continúe el suyo , viviré tranquila y sin
temor de ninguna otra desgracia.
á De este modo me despedi de ella y me
retiré. Al tiempo que yo salia dixo á su don
çella en voz bastante alta para yo poder oir
lo : ¡Hermosa criatura ! Yo no sé qual es. en
ella
190
ella mas admirable ,si su corazon ó su per
1 sona , y esto en una edad tan tierna. Cierto
2 que mi hermano tiene sobrados motivos pa
ra amarla . ¿Has oido nunca expresiones mas
{e sinceras , mas graciosas , ni mas naturales ? No,
Señora , respondió la doncella ; y no puedo
explicar el gusto que tengo en ver una res
conciliacion tan feliz con una muger de tan
distinguido mérito .
Verdaderamente , queridos padres mios,
que tengo mucho miedo de engreirme á vista
de tantas felicidades. Acaso notareis que no
bre he tenido reparo en explicarme con toda
libertad en presencia de la doncella de My
ladi, y en censurar la conducta de mi amo
en lo que ha sido reprehensible , como ni en
ponderar su incomparable bondad para con
migo de algun tiempo á esta parte ; pero he
advertido tanta prudencia en la muchacha,
que así por esto como por la confianza que
{

hacia de ella Myladi , me ha parecido que no


..
habia inconveniente en ello ! * 1
Algunos impulsos he tenido de preguntar
á Myladi por Sara Godefroy; pero me ha paa
recido que era mejor callar supuesto que ella
no se daba por entendida. Puede ser que es
adelante oiga hablar de esta pobre muger maś
de lo que yo quisiera ; pero tambien puede
ser que no. Noobstante me alegraria saber si
es viva ó muerta.
Despues nos desayunamos juntas, y estu:
vi .
192
vimos muy contentas ; me hizo mil finezas , y
mi amo. condescendió sin dificultad con su sú
plica acerca de leer mis papeles inmediatamen
te que me los remitais ; y aun la dixo que yo
tenia muy merecida la fortuna que me habia
tocado en suerte , y que aunque el emplease
toda su vida en obsequiarme y quererme , ape
nas podria premiar mi virtud , ni indemnizar
me de mis pasados trabajos. .
Como Myladi estaba resuelta a partir el
dia siguiente por la mañana para su casa , man
do mi amo.que todo estuviese igualmente dis
puesto para marchar nosotros,al Condado de
Bedford. Esta noche vendrán nuestros veci
nos á cenar aquí para despedirse de Myladi
у de nosotros.
10 ‫ناو‬

Miércoles por la noche.


,
Ni en la comida ni en la cena ha ocurrido
cosa particular mas que las muchas demostra
ciones de afecto que me ha hecho Myládi
Davers , y las finas atenciones que conmigo
han usado la familia de Mr. Peters, del Ca
ballero S ... de Myladi Jones &c.
Todos han manifestado mucho deseo de
volverse á ver , y aun han conseguido de mi
bienhechor les diese palabra formal de vol
ver aquí antes del invierno á pasar unos quin
се
193
ce dias ó tres semanas en buena compa
ñía. Concluyo este artículo con deciros que
he dispuesto del dinero que me regalo mi
27 amo segun, la distribucion que él mismo me
significo. A Madama Jewkes la he dado su
parte de un modo que la ha dexado muy
satisfecha ; pues ademas de mil expresiones
de agradecimiento , me ha suplicado llo
rando que olvidase las iniquidades que ha
11 bia cometido contra mí. He pedido permiso
á mi amo para regalar cinco guineas á la dona
cella de Myladi, para que se comprase un par
de guantes , y me ha respondido que era
muy bien pensado.

Sábado.

El Jueves por la mañana partió Myladi para


su casa de campo , y mi esposo y yo , acom
pañados de Mr. Colbrand , de Abraham y de
Tomas , salimos para la amada casa donde ac
tualmente me hallo . Myladi se despidió de su
hermano con las mayores demostraciones de
amor , y me encargó mucho la remitiese mis
papeles. Discurro que con ellos querrá diver*
tir á Myladi Isabel yalgunas otras damas amis
gas suyas, como tambien á Mylord Davers , y
que espera hallar en ellos algunas razones pa
ra excusar la eleccion de su hermano.
En
194
En todo el camino no cesó mi querido
amo de hacerme finczas , ni de darme las
pruebas mas evidentes de su amor. Verdad
es que en todas partes y ocasiones hace lo
mismo. ¡ Qué distinto ha sido este viage del
otra en qué contra todas mis esperanzas me
lleváron al Condado de Lincoln , -sin mas
compañía que mis terribles aprehensiones y
sobresaltos ! ¡ Qué gracias no debo dar á Dios!
Os aseguro , amados padres mios , que no ce
so de dárselas continuamente. :
* Hasta ayer por la tarde no llegamos á
casa. - Abraham se adelantói para avisar nues
tra llegada : y yo tuve la satisfaccion de ha
llar en ella á todos los criados que tanto de
seaba ver
Inmediatamente que entramos en el patio 1

se me representáron tan vivamente los gran


des favores y misericordias que Dios habia
usado conmigo en otro tiempo en aquella ca
sa : el modo con que habia sido cchada de
ella la última vez en presencia de todos los
criados que me habian salido a despedir á
la puerta : y el diferente estado en que aho
ra volvia á ella con el lisonjero título de es
posa y Señora, despues de haber pasado tan
tos peligros y trabajos , que quedé como ena
genada un largo rato , siendo tan grande la
impresion que hicieron en mí estas conside
raciones , que casi no me cabia ' el corazon
en el pecho de alegría , y como que se me
que
195
queria salir por los ojos. Advirtió mi amo la
conmocion interior de mi alma , y me pregun
tó con mucho agrado , ¿ qué era lo que mein
quietaba ?
¡ Ah , Señor ! exclamé : las misericordias de
Dios para conmigo ; y vuestros favores son tan
superiores á quanto yo puedo explicar, que la
3 solamemoria de ellosme hace desfallecer. ¡Oh
esposa de mi corazon ! me dixo , igualmente so
! bresaltado que yo : bien venida seas á tu casa,
y goza enhorabuena de la felicidad que te pre
para el cielo en ella.
Todos los criados estaban acechando por
las ventanas lo que pasaba, sin dexarse ver. Dió
me el brazo para baxar del coche con la me
jor gracia del mundo , y con un ayre de trivn
fo me llevó de la mano hasta la sala , y me
TA dixo : Querida esposa mia , repito la enhora
7
buena de que tomes posesión de una casa , que
ya estan tuya como mia.
idme
Permit , querido esposo , le dixe
postrada á sus pies , que dé infinitas gracias á
Dios у á vos por tantos favores y beneficios
como recibo. ¡ Qué felicidad será la mia si con-,
sigo acreditar con mis acciones que no soy
absolutamente indigna de tantas gracias! Yo,
querida Pamela , mc replicó , solamente pido á
Dios , para ser el mas feliz de todos los hom
bres mucha salud y vida para emplearla en
premiar tu mérito.
¿ Donde está Madama Jervis ? dixo á Abra
Tomo IV. L ham
1

196
ham que pasabapor delante de la puerta de
la sala. Aquí está , respondió ella misma en
trando de repente : aquí me teneis , mis ve
nerados amos, esperando con impaciencia que
me llamaseis para entrar á daros á ambos el
parabien. Yo me levanté inmediatamente у la
abracé diciéndola : ¡ Oh , mi querida Madama
Jervis , mi segunda madre! Abrazad á vuestra
felicísima Pamela , y ayudadme á dar gracias á
Dios у á nuestro comun amo por los bene
ficios que he recibido. Fue tanta mi alegría ,
queridos padres mios , que temí desmayarme
entre sus brazos al verá esta buena ami
ga , que en tantas ocasiones habia sido testi
go de mis angustias , y entonces lo era de mi
triunfo .
Amada ama mia , me dixo , estimo en el
alma la honra que me haceis , y emplearé to
da mi vida en manifestar el gusto que expe
rimento en veros premiada con una fortuna
que tan bien habeis sabido merecer , y espe
ro daros pruebas en adelante de lo agradecida
que estoy á la fina carta que me habeis escri
to . А
vuestro amo , y no á mí , la respondí, es
á quien se deben dirigir vuestras gracias y las
mias , por haberme concedido el favor de vol
ver á admitiros en su casa inmediatamente
que se lo pedí. Señor , le dixo ella , siempre
viviré reconocida ; y os suplico me perdoneis
el disgusto que os he ocasionado en haber tra
tado con Myladi Davers.
Mi
197
Mi amo la respondió: No hablemos ahora
de eso , Madama Jervis , pues ya he olvidado
todo lo pasado ; siempre os he estimado , y os
estimaré mas de aquí adelante por los respetos
de una persona a quien con tanta satisfaccion
y gusto puedo ya llamar mi querida esposa.
Dios derrame sobre vosotros , exclamó la Jer
vis , sus bendiciones , y os conceda una vida
tan dilatada y feliz , que sea envidiada de quan
tos os traten.
¿ Dónde está el buen Longman ? pregun
tó mi amo : ¿ Dónde está Jonatam ? ' Vamos
amiga mia , dixe yo á Madama Jervis , ha
ced que todos vengan á verme ; pero antes
subidº conmigo á visitar aquellos amados apo
sentos que en otro tiempo miré con tanto
sobresalto , y que en adelante me servirán de
recreacion .
Fuímos visitando uno por uno todos los
aposentos de la casa : el quarto donde me re
fugié quando mi amo me perseguia : el de
mi difunta Señora , y su tocador : el de Mada
ma Jervis , y su gabinete : la alcoba donde
yo dormia , y el quarto verde. En cada uno
de ellos me arrodillaba , y daba gracias á
Dios por los peligros de que me habia librado,
y por la felicidad que me concedia. La bue
na Jervis estaba toda conmovida al ver el fer
vor" y reconocimiento con que yo daba gran
cias á mi Dios , y no pudo menos de excla
mar : ¡ Ah querida ama y Señora mia ! admi
L2 ra .
198
rada estoy de ver como conservais el mismo
corazon piadoso y humilde que siempre os
he conocido ; y espero que vuestro matrimo
nio aumentará la suma de vuestras felicidades,
como ha aumentado , el número de vuestras
prendas y gracias.
Mi querida Madama Jervis , la respondí,
todavía no sabeis bien quantas tribulaciones
he padecido , ni lo dichosa que soy actual
mente ; tengo que contaros tantas cosas , que
aunque no cesara de hablar en toda una se
mana , no alcanzaria el tiempo para referiros
todo lo que me ha acontecido . Espero que
las dos hemos de pasar desde hoy una vida
contenta y feliz ; pero os advierto , mi que
rida Madama Jervis , que aunque en presencia
de gentes de fuera de casa me llameis del
modo que os parezca , quando estemos solas
no me habeis de dar mas tratamiento que

vuestra Pamela ; porque seria yo la mas in


grata de todas las criaturas , si despues de ha
ber recibido de Dios tantos favores , me olvi
dase de atribuirlos todos á su bondad , y me
valiese de ellos para ser soberbia y altanera..
Confio en que segun vaya derramando sobre
mí mayores gracias, se aumentará mi recono
cimiento , y seré mas humilde á proporcion
que Dios , a quien reconozco como único au
tor de mi dicha , se digne dispensarme favores
mas singulares .
Volvimos á baxar á la sala donde estaba
ini
199
0 mi querido amo , que luego que nos vió di
$ xo : Que llamen á Mr. Longman , pues tiene
muchos deseos de verte , hija mia. Entró ins
$
mediatamente Longman , y luego que me vió
exclamó : Mi estimada Señora ( gracias al cie
lo que puedo llamaros de este modo ) , no
os decia yo que la divina Providencia os ha
CB321

bia de proteger ? ¡ Ah Mr. Longman , le con


testé , quantas gracias tengo que dar a Dios
por sus favores! Y bien , añadi tomándole de
la mano, ¿ cómo estais Mr. Longman ? No pue
do explicaros el gusto que tengo en veros , y
lo agradecida que perpetuamente estaré á la
provision que me disteis de tinta, papel y
plumas ; porque no podeis creer la gran par
te que esto ha tenido en mi felicidad .Me per
suadoque ya os habreis reconciliado con mi
amo. Sí , Señora , me respondió , y no puedo
**

contener el gozo de que está lleno mi corazon


por esta dicha. Y diciendo esto sacó el pa
ñuelo para enxugar las lágrimas que bañaban
sus mexilllas.
ot
Sí , sí , exclamó mi amo. Ya le he dicho
TES
que estimó mucho el que haya vuelto gustoso
á mi casa , y que olvidaré para siempre los pa
On
sos que ha dado con Myladi Davers. Espero
cat que en adelante tendrá aquí quantas satisfac
ciones pueda desear ; y os aseguro Mr. Long
0.
man que mi querida compañera contribuirá por
su parte á vuestra felicidad.
che Dios os premie , exclamó , á ambos , y
es
200
estreche cada vez mas el sagrado lazo que os
une : estoy loco de contento al ver lo su .

cedido , é inmediatamente que supe tan feliz


nueva , volví á esta casa lleno de confianza;
y advertid , Señor , que el viejo Longinan os
dice que Dios os llenará de bendiciones por
lo que acabais de hacer. Vos mismo ignorais
á quantas almas habeis hecho felices con esta
accion.
Mucho me alegro , respondió miamo; pe
ro tambien puedo aseguraros que me con
templo el mas feliz de todos . Yo , Mr. Long
man, prosiguió sonriéndose , no puedo menos
de conoceros por un tal alguno; pero como
ya sois anciano , y consiguientemente incapaz
de darme zelos , os permito que deis el para
bien á mi esposa del modo mas, expresivo. Se
ñor , con ese favor acabais de llenar mi alma
de contento ; ya lo deseaba , pero no me atres
via á usar de esta libertad. Querida Pamela,
dixo entonces mi amo , recibela enhorabue
na de uno de los hombres mas honrados de
Inglaterra , y que ha sido siempre admirador
de tus virtudes. El buen viejo me abrazó in
mediatamente con el mayor respeto , dicién
dome con la rodilla en tierra : Dios os colme
á entrambos de sus bendiciones ; permitidme
que me retire; no puedo mas , porque el gozo
me sufoca.
Señor , le dixe á mi amo , vuestra bondad
no tiene límites : ¡ oxála no los tenga tampoco
mi
201
mi agradecimiento! Pamela, me replicó , quan
Z
do el buen Longman se ha acercado á tí lo
ha hecho con tanto respeto , y al mismo tiem
E po con tanta alegría , que desde luego he co
nocido los deseos que tenia de abrazarte ; y
así no he podido menos de conceder esta sa
tisfaccion á una alma tan honesta como la su
ya. ¡ Qué feliz soy ! le respondí , besándole lá
mano .
Á la hora de cenar entró á servirnos el
buen viejo Jonatam , tan aseado como acos
tumbra con su venerable peluca blanca. Y
bien , Mr. Jonatam , le dixe yo , ¿ cómo estais ?
3)
mucho me alegro de veros: ¡ Ah mi querida
1 Señora ! exclamó : hoy me hallo mejor que
núnca con isolo el gusto de ver lo que estoy
viendo : Dios os bendiga , como tambien á mi
querido amo. Espero , Señor, añadió, que me
perdonareis,mis pasados defectos. Sí, sí , Jo
. natam ; respondió mi amo, yo os los perdono,
y mas quando todos han nacido del respeto
que habeis tenido á mi querida esposa . En
adelante ya no podreis cometer ninguna falta
en este punto , porque nunca podrá haber ex
ceso en la estimacion que la manifestais. Señor,
exclamó Jonatam , admiro vuestra generosidad,
y os aseguro queno cesaré de pedir á Dios por
vuestra mutua felicidad .
* Despues de comer entró Mr. Longman , y
estuvo hablando á mi amo de algunos nego
cios que tenia lá su cuidado ; y al acabar le
di
202
dixo : Habeis de saber , Señor , que todos vues
tros criados son ya felices , porque Roberto,
que se habia despedido , acaba de heredar un
patrimonio muy bueno, y á no ser esto per
maneceria todavía en casa. Ayer mismo esta
ba aun aquí para saber quando seria vuestra
llegada, con el fin de tributaros sus respetos.
Muy bien , respondió mi amo, me alegraré
de ver á Roberto , porque tambien es uno de
tus favoritos , Pamela. Ya voy viendo que me
era preciso casarme contigo , aunque no fuera
mas que por grangearme el afecto de todos mis
criados .
Iba á decir ( continuó Longman ) que to
dos los criados de mi amo eran ya felices , ex
cepto uno. ¿Hablais , le replicó mi amo , de
Juan Arnold ? Sí , Señor , y espero que no lo
llevareis á mal. ¡ Ah Mr. Longman ! le dixe en
tonces : ya ha sido oida mi súplica á favor del
pobre Juan ; yo todavía no le he visto : bue
no será dexarle , pues puede ser que en otra
parte haga fortuna.
Es verdad , replicó Longman , que si se :
examinara con rigor la conducta de Juan , se
hallaria que no ha sido de las mas pruden
tes ; pero él era tan fiel á mi amo , y hacia
tanta estimacion de mi ama , que por que
rer servir á los dos ha faltado á entrambos en
la fidelidad. El pobre está muerto de pena: no
ha querido buscar conveniencia en otra par-
te , y dice que si mi amo no le vuelve á rei
ci
203
% cibir se morirá detrás de una tapia.
Á esta sazon se hallaba en la sala Ma
1
dama Jervis , y dixo : Verdaderamente que el
.
pobre "mozo no ha dexado de venir á casa
: ni un solo dia desde que hemos tenido las
felices noticias que tanto regocijo nos haq
causado ; y siempre está diciendo que esper
ra : alcanzar perdon. ¿ Está ahora en casa la
preguntó mi amo. Sí, Señor , aquí estaba quan
do habeis llegado , y se ha ocultado para ve
9 ros baxar del coche ; y he temido que se
volviese loco de contento quando os ha vis
to entrar en casa llevando de la mano á mi..
Señora .
I Pamela , me dixo mi querido amo , como
tú eres la dueña de todo puedes hacer de Juan
lo que quisieres. Pues bien , Señor , le respon
dí , mandadle que entre . ‫ورم م‬
Inmediatamente se presentó el pobre mu
chacho ; pero tan avergonzado y confuso que
en mi vida he visto semblante que con nas!
viveza 'manifestase el arrepentimiento de un
delito , aunque con cierta mezcla al mismo
tiempo de pesar y de alegría . ¿ Qué hay , Juan ?
le dixo , ¿ cómo estás? te va bien ? Él infeliz
apenas podia hablar palabra : miraba á mi amo
con temor , y volvia algunas veces los ojos
hácia mí con cierta complacencia interior.
Juan , le dixo miamo , no hay necesidad de
reconvenir á un hombre que se muestraa tan
reconocido : me han dicho que quieres serviru
me
204
me contra toda mi voluntad ; pero yo te dexo
absolutamente á la disposicion de mi esposa , y
ella hará lo que gustare .
Juan , le dixe entonces , ya ves la bondad
de tu amo , y á vista de este exemplar no
puedo menos de perdonarte :siempre he esta
do satisfecha de tu buena intencion , y bien
conozco ue toda tu culpa ha consistido en no
saber distinguir entre la obediencia que debias
á tu amo , y la buena voluntad que a mí me
profesabas; pero en adelante ya no tendrás que
dudar en este punto , gracias á la bondad de tu
.amo.
Desde ahora me miro como el hombre mas
afortunado de la tierra , exclamó el pobre mo
zo. El Señor derrame sobre mis amos sus ben
diciones. Mi mayor contento consiste en servir
los , y prometo ser en adelante verdadero exem
plar de la fidelidad de los criados. Despues le
dixe que le correria su salario como si no hu
biera faltado de casa ; y el pobre mozo se reti
ró lleno de gozo diciendo : que con solo que
darse en casa estaba mas que suficientemente
premiado.
Esta escena de Juan agradó mucho á Ma
dama Jervis'y á Mr. Longman , porque aun
que mientras duráron mis penalidades estu
viéron muy irritados contra el por la accion
que habia hecho , siempre habia sabido gran
gearse su voluntad, y la de los demas compa
ñeros .
Lue
205
de - Luego que Mr. Longman y Madama Jervis
5 acabaron de comer volviéron a entrar en la
sala para saber si les mandaba alguna cosa. Va
mos , Mr. Longman , dixo mi amo llenándole
un vaso de vino , brindémos a la salud del ma
trimonio mas honrado que hay en toda Ingla
terra , esto es , de los padres de mi querida Pa
mela. Longman aceptó el brindis , dándole mu
... !!!
chas gracias
12 Me parece , Mr. Longman , prosiguió mi
amo , que aquella hacienda del Condado de
Kent necesita de un mayordomo particular;
y como está bastante distante de aquí , he
pensado que si el Señor Juan Andrews qui
siera aceptarla, podria al mismo tiempo encar
* ġarse de la grangería que ha tenido Hodges,
TE y cuidármelo todo. En este caso es necesario
mandar alhajar la casa y proveerla bien de to
do , para que viva en ella con comodidad y re
galo ; y si se encargase del manejo de está ha
cienda , á mí me daria mucho gusto , y á vos
os aliviaria bastante . No podeis pensar , Se
Áor, respondió Longman , una cosa mas acer
tada : á mí me han propuesto la compra de
otra hacienda que está contigua , y es casi
del mismo valor; y me parece que seria con
veniente hacer esta adquisicion , respecto de
haber en las arcas tanto dinero detenido. Pues
bien , le dixo mi amo , en otra ocasion veré
mos lo que se ha de hacer en quanto, á eso,
Pero , hija mia , añadió , volviéndose á mí , tú
me
206
me has de hacer el favor de proponer á tu pa
dre este partido.
Despues habló á Longman sobre mandar
hacer libreas y otras galas indispensables en las
presentes circunstancias , del mismo modo que
si se hubiera casado con una dama cuyas ri
quezas equivaliesen ( lo que era imposible , se
gun él decia al mérito de su Pamela. Y ha
biéndole preguntado si tenia bastante dinero
en su poder para todos estos gastos , le res
pondió : Sí , Señor , y aun mas de lo que qui
siera ; pero si no os determinais á comprar la
hacienda de que os he hablado en el Conda
do de Kent , tengo puesta la mira en una hipo
teca , que meparece os ha de producir mucho;
y luego que se proporcione ocasion os hablaré
del asunto .
Quando salí, prosiguió mi amo , para el
Condado de Lincoln llevé mas de seiscien
tas guineas , pensando gastar allí la mayor
parte (gracias á Dios , decia entre mí , que
no ha sucedido así : porque ya sabeis , que
ridos padres mios , la intencion que lleva
ba de seducirme con dinero ) ; pero apenas
he gastado doscientas y cincuenta : de modo
que dexo en mis gavetas cerca de doscien
tas , porque pienso volver antes del invierno
á pasar allí quince dias o tres semanas ; y he
traido conmigo.como otras doscientas , :sin
contar. otras ' varias sumas, bastante considera
bles que tengo aquí, y no sé á punto fixo á
quan
207
quanto ascienden ; pero la cuenta está en mi
1
cartera, y la he dexado en el quarto de estudio
de Lincoln .
Pamela , dixo volviéndose á mí , el dia
de nuestra boda has hecho algunos regalos
á los criados de la otra casa : ahora quiero
>
entregarte estas doscientas guineas que he
traido para que hagas lo mismo con los de
esta .
Yo le dixe que siendo tan corto mimérito
me avergonzaba de que hiciese por mí tantos
gastos; pero me respondió que las recibiese , y
no hablase mas en el asunto .
¿ Ignorais por ventura , Myladi, me dixo
Longman , que con los caudales que posee
mi amo , así en los fondos públicos como en
otras partes, no podria comprar la mitad de las
haciendas de todos los caballeros vecinos su
yos ? Mi amo no tiene necesidad de dinero ,
1
sin embargo entran todos los años en su casa
sumas considerables ; y así seria lástima que
hubiese elegido otra esposa que la que actual
2
mente posee .
Decís muy bien , Mr. Longman , inter
rumpió mi amo : y sacando el bolsillo me
dixo que contase doscientas guineas , y las
emplease en los usos que me habia dicho. Al
mismo tiempo advirtió á Longman que no de
xase ponerse el sol sin haberme entregado
antes cincuenta libras esterlinas que como
el se explicaba ) debo á mi esposa , segun mi
pro
208
promesa ; y cada tres meses , contando desde
hoy , la pagaréis igual cantidad , que viene á
importar doscientas libras al año. De esta
cantidad dispondrá á su arbitrio sin dar cuen
ta á nadie , y espero que lo hará de modo que
atraiga sobre todos nosotros las bendiciones
del cielo ; porque antes era limosnera de mi
querida madre , y ahora lo será suya y mia.
Voy inmediatamente á entregárselas , dixo Mr.
Longman .
Como yo conocia el carácter de Madama
Jervis y de Mr. Longman , no sabia como
conducirme para que aceptasen sin repugnan
cia el regalo que pensaba hacerles. Por último,
me determiné á presentar veinte guineas á Ma 1
dama Jervis , diciéndola que recibiese aquella !
expresion en celebridad de mi feliz matrimo
nio ; pero la buena Señora se resistió todo lo
posible , como yo me presumia , hasta que la
dixe que no debia negarse á admitir una fine
za , que procedia únicamente del afecto que la
tenia .
Tardó muy poco en volver Mr. Longman,
trayéndome las cincuenta libras esterlinas , y
diciéndome al tiempo de dármelas : He pues
to con suino gusto en el libro de caxa esta
nueva partida que dice : A Myladi B ...cin
cuenta "libras esterlinas , y la quedo siendo
deudor de igual suma cada tres meses. Bien 1

está , Mr. Longman , le dixe ; pero una vez


que decis que yo debo recibir con gusto
( CO
209
M ( como lo hago ) unas sumas tan considera
bles , espero no os daréis por ofendido en
recibir de mi mano esta corta expresion en
celebridad de mi feliz matrimonio. Él se ha
11ó bastante perplexo para responder ; pero di
ciéndole mi amo que el no aceptar mi fine
za seria dar a entender que despreciaba el pri
mer favor que yo le hacia , tomó solo cinco
guineas de las veinte que le presenté ; mas
habiéndole dicho que por aquella vez queria
13 me obedeciese absolutamente , y que lo con
trario lo tendria por un gran desayre , reci
bió las restantes diciendo : Está muy bien,
Señora : las recibiré supuesto que me es preci
so obedecer por ahora; mas yo sé lo que me
he de hacer despues. ¿ Y qué es lo que ha
beis de hacer ? le pregunté yo. Lo que he de
hacer es no llegar á ellas hasta el dia feliz en
qué me nazca un nuevo amo , y espero sea an +
tes de un año .
El buen viejo se retiró despues de haberme
dexado medio avergonzada con una salida tan
inesperada , que mi amo celebraba con gran
des carcajadas diciendo : ¡ Bravo ! Mr. Long
man : Dios lo quiera si conviene: me ha gus
tado la expresion ; mas yo no me hubiera atre
vido á decírsela.
Luego que acabó de comer la familia di
xe que queria ver á las, criadas . Inmediata
1
mente se presentáron todas quatro , y las di
50
xe : ; Ah mis queridas y antiguas amigas,
quan
210

quanto me alegro de veros ! Raquel, Juani


ta , Anita , Cecilia , ¿ cómo estais ? A todas
las dí la mano , y en mi interior estaba dicien
do : la última vez que os ví os abracé á to
das llorando; pues ¿ por qué no os habia de
abrazar hoy que está mi corazon lleno de
alegria ? Sin embargo , no me atreví á hacerlo
por estar su amo delante.
Todas manifestaban una indecible alegría
al verme, y mi amo se deleytaba con esta
escena. Ya estais viendo , hijas mias , las
dixe á vuestra ama : no tengo necesidad de
encargaros que la respeteis , porque siem
pre la habeis amado. Ella como verdadera
Señora de esta casa sabrá premiará cada
una segun su mérito , y tendréis , en mí una
verdadera amiga. Vuestro ano y Señor me
ha mandado daros á cada una,esta expresion
en albricias de nuestro desposorio ; y dicien
do esto entregué á cada una cinco guineas,
y todas se retiraron llenas de contento , y
haciendo las mayores demostraciones de agra
decimiento .
Poco despues entró Madama Jervis di
ciendo : Acabo de ver una cosa muy extra
ordinaria : vuestros favores , Myladi, y vues
tra afabilidad han hecho felices á todas las
criadas ; pues pasando yo por delante de la
puerta de la sala he visto á todas quatro 1
de rodillas pidiendo a Dios por la felicidad
de sus annos. ¡ Ah buenas criaturas! exclamé
yo :
21I
yo ! ¿ Y Juanita , la pregunté, rezaba tambien
Fly con las demas ? Dios oiga sus oraciones y las
CK bendiga.
28 Despues mandó mi amo llamar á Jona
39 tam , á quien di diez guineas diciéndole:
0! Dios bendiga , Mr. Jonatam , esas honradas
canas tan parecidas a las de mi querido pa
dre : siempre miraré con particular distincion
á un criado tan antiguo como vos en esta casa.
i Ah Señora ! exclamó él levantando las manos
al cielo : me parece que estoy oyendo hablar
á un ángel : bendito sea el Señor que me
ha concedido vida para gozar de este feliz
momento . Y diciendo esto se retiró llorando
de gozo .
Luego entráron Henrique , Isaac y Benja
3
min con los dos palafreneros de esta casa , y
Arturo el jardinero ; porque mi amo habia
mandado á la Jervis que me los presentase to
dos juntos. El pobre Juan no habia querido
entrar hasta que le llamó su amo , y entonces
? se presentó con la misma vergüenza que antes.
Di á cada uno cinco guineas como en albri
cias ; y al llegar á Juan le dixe : Ya' te he visto
otra vez , Juan , y ahora.te repito que tu amo
1
y yo olvidaremos todo lo pasado, en atencion
í
á que Dios ha dispuesto que las cosas sucedie
sen así, para conducirme á la felicidad que aho
ra gozo por aquellos mismos caminos que yo
miraba entonces'como mis mayores males ; y
así no nos acordemos ya de aquello , y procu
Tomo IV . M re
212

remos en lo sucesivo obrar con mas prudencias


pues no siempre tienen tan felices conseqüen
cias los desaciertos.
El postillon y dos picadores ( porque mi
amo tiene tambien aquí como en el Condado
de Lincoln hermosos caballos para la caza,
que es su diversion principal ) se presentáron
tambien , y dí á cada uno tres guineas. Al ga
lopin de la cocina le dí dos , encargándole
las entregase á su madre para que se las guar
dase , y así no las malgastaria.
Despues que se retiraron todos , menos Ma
dama Jervis, postrada a los pies de mi amo,
le dixe : Permitidme , mi querido Señor , que
yo tambien os dé mil gracias , y os manifieste
mi reconocimiento : Dios os conceda una di
latada vida , y haga que vuestra mil veces di
chosa Pamela sea siempre agradable a vuestros
ojos , sin que experimente nuestro amor inter
mision ni decadencia.
Ya veis , Madama Jervis , dixo entonces
mi amo , ya veis el excelente corazon de mi
incomparable esposa , cuya belleza corporal es
mil veces menos encantadora que la de su al
ma : dadme pues el parabien , Madama Jervis,
dadme el parabien de que gozo una felicidad
tan completa.
¡ Oh qué dia este tan feliz para mí, ama
dos padres mios ! Mientras que él desahogaba
de este modo con Madama Jervis los afectos 3
amorosos de su pecho hácia vuestra Pamela,
me
213
- -mé pasé al quarto de la biblioteca , y puesta de
rodillas daba gracias a Dios por los favores
que entonces recibia , y por haberme librado
de tantos trabajos como antes habia padecide.
Lo mismo hice en el otro quarto donde habia
pasado la escena de mis primeros temores , ģ
en todos los demas en que en otro tiempo me
habia visto afligida. Supongo que Madama Jer
vis le habia dicho lo que yo estaba haciendo;
pues él sin que yo lo advirtiese , por estar
vuelta de espaldas hacia la puerta , la abrió un
poco y la volvió á cerrar con mucho tiento.
Luego quesalí le dixe , sin saber que me hu
biese visto : Es cierto , Señor , que teneis aquí
excelentes pinturas. No hay duda , hija mia,
me respondió ; pero ninguno de esos quadros
iguala al que tu piedad acaba de presentar á
mi vista : Dios , a quien tan fielmente sirves, te
llene de gracias y bendiciones.
Ahora pues , queridos padres mios , ¿ os
parece que habrá criatura mas feliz que vues
tra Pamela ? Seria yo un monstruo de ingra
titud si la memoria de Sara Godefroy excitara
en mí otro pensamiento que no fuera de com
pasion.
Dixo á Jonatam que queria que todos los
criados se divirtiesen aquella tarde , y que pa
ra ello les franquease todo quanto le pidiesen,
con tal que no hubiese desórden.
Despues me hizo el honor de llevarme á
, todos los quartos , y ponerme en posesion del
M2 ga
214
gabinete y tocador demi difunta Señora , dán
dome su aderezo de diamantes , dos pares de
pendientes , dos sortijas y un precioso collar
de piedras de Francia que su querida madre
tenia destinado para Myladi Jomlins , Señora
muy rica con quien pensaba casarle quando
volvió de sus viages. Pero él no la habia querido,
sin embargo de estar ya todo tratado por parte
de las dos familias; porque (como élmismo di
xo entonces á su madre ) no le gustaba su con
versacion , y todos sus ademanes eran de hom
bre. Nadie pudo.conseguir que volviese á ver
la despues de la primera vez , sin embargo de
que la Señorita Jomlins gustaba mucho de él.
Tambien me entregó los libros y pinturas
de mi difunta Señora , la ropa blanca , los en
1
caxes , finalmente quantas alhajas habia en su
gabinete , mandándome que en adelante lo lla
mase mio. ¡Oh gran Dios , dadme el agradeci
miento y la humildad que necesito !

Do
215

Domingo por la tarde.


de
Como no estaba todavía acabado nuestro tren
de boda para presentarnos hoy por la mañana
en la Iglesia , nos hemos estado en casa todo
el dia , habiendo oido Misa temprano en nues
tra capilla. Mi querido amo ha pasado la ma
yor parte de él en su biblioteca , y yo en el
gabinete que era de mi difunta Señora , rezando
y dando gracias a Dios por sus beneficios. Es
pero que el Señor derramará sobre mí sus ben
diciones, porque hasta ahora no me he ensober
becido con lanueva mudanza de estado ; antes
bien miro como debo mirar tantas gracias y
favores, y los considero como dones del cielo
у demigeneroso bienhechor.
Hemos comido juntos con mucho placer y
contento , siendo cada una de sus palabras y
acciones una demostracion del mas fino amor
que yo pudiera desear. Acabada la comida me
dixo que se volvia á su gabinete , y que á
las cinco vendria a buscarme para salir á pa
searnos un poco por el jardin.
Efectivamente lo cumplió así ; pues entre
cinco y seis vino á mi quarto á buscarme , y
con elmayor gusto del mundo salimos juntos
al jardin .
1
Este jardin está mejor cuidado que el del
Con
216
Condado de Lincoln , annque aquel es mucho
mas grande , y tiene mejores paseos ; pero en
este hay un estanque muy hermoso con una
>

fuente y cascada admirables. Tuvimos una con


versacion muy agradable todo el paseo , y des
pues de dar vuelta al jardin nos dirigimos há
cia el huertecillo ; y quando llegamos al cena
dor me aparté un instante de mi esposo , subí
á toda priesa los escalones de este lugar , que
en otrotiempo habia sido tan terrible para mí,
y puesta de rodillas exclamé llena de gozo:
¡Oh Dios mio ! os doy infinitas gracias por ha
ber usado conmigo de tan grandes misericor 1

dias : dadme un corazon reconocido á vuestros


favores. Concluida esta corta oracion baxé co
mo un rayo , y me volví á juntar con mi amo,
que apenas habia tenido tiempo para notar mi
ausencia .
Muchos caballeros de estos contornos le
envian recado de bienvenida ; pero ninguno
habla de su casamiento. Entre otros le han .
cumplimentado los Señores Artur , Towers,
Brooks , y Mr. Martin.

air
s1
217

Lunes.

He estado bastante divertida y ocupada en


elegir las muestras para mis galas. A mi amo
nada le parecia bueno , y á mí todo me pare
cia demasiado. Ha tenido la bondad de poner
á un lado seis muestras de las mas ricas para
$ que yo escogiera tres , diciéndome al mismo
tiempo que quando hayamos de ir á Londres
clegiremos otras telas mas preciosas. Entre es
tas muestras habia una de campo blanco con
flores de oro , muy exquisita , y me dixo
que siendo yo novia me vendria bien un ves
tido de esta tela para presentarme el Domingo
en la Iglesia por la primera vez ; de modo que
ahora en dos ó tres dias estará la casa llena
de sastres y costureras que vendrán a recoger
obra,
Que gastos tan enormes para una criatu
ra de tan poco mérito como yo ! Verdad es
que por su nacimiento se ve en cierto modo
precisado á hacer esto ; y por otra parte la
estimacion que de mí hace le estimula á que
se porte como si se hubiera casado con una
persona igual á él : ademas de que , como el
dice , si no lo hiciera así se afrentaria á sí
mismo. Por lo que me persuado que habre
mos de seguir así en lo sucesivo ; pues de
qual
218
qualquiera modo que nos portemos , el mundo
siempre ha de hablar. Tambien me ha hecho
escoger lencería y encaxes muy exquisitos , y
ha mandado que todo se haga al instante , pues
ha de estar en mi poder el Sábado por la tarde
sin falta .
Esta mañana ha enviado á Juan con los pa
peles que hasta ahora he escrito. Deseo me ha
gais el favor de remitirme todos los que ha
yais leido para poder cumplir mi palabra á
Myladi Davers. Le he encargado os suplique.
de mi parte que continueis encomendándome
á Dios , y contesteis á la propuesta de mi que
rido bienhechor por lo tocante á la hacienda
del Condado de Kent ; y asimismo le he di
cho , querido padre mio , que os advierta com
preis dos vestidos del mejor paño para vos , y
otros dos de alguna tela regular de seda para
mi querida madre , buena ropa blanca , y todo
lo demas á proporcion ; y que vengais quanto
antes como me lo encarga mi querido espo
So , que os enviará su berlina para el dia que
señaleis. ¡ Oh amados padres mios , qué deseos
de veros , y de haceros participantes de
tengo ha
mi dic !
Antes de partir ajustareis cuentas con to
dos vuestros acreedores , y traereis sabido á
punto fixo lo que les debeis ; pues aunque es
verdad que algunos de ellos han sido bastan
te crueles con vos , como piden lo que en
realidad les debian mis desgraciados herma.
nos ,
219
nos , es preciso pagarles, y darles gracias por
haber prestado.
He pensado despues enviaros con Juan
3
quanto he escrito hasta el dia presente , para
que os entretengais con los sucesos de vues
tra querida hija , ya que os quedais sin los
otros papeles. Continuaré escribiendo hasta
que me encargue del gobierno de la casa , y
vengais á acompañarme : despues aplicaré to
da mi atencion á cuidar de los negocios do
3
mésticos para ser útil á mi generoso bien
hechor en quanto alcancen mis fuerzas y fa
cultades.
Estoy creyendo que Madama Monfort
lo pasa con bastante estrechez ; si os parece
que un par de guineas la podrán hacer al ca
SO , imaré se las deis de mi parte como en
3 albricias de mi boda , que yo os las satisfaré.
Tambien os he de merecer que formeis una
lista de todos los parientes , vecinos y ami-,
gos pobres y aplicados que puedan mirarse
como verdaderos objetos de caridad , y que
carecen de medios para subsistir : compre
hendiendo en ella con mas especialidad á
los ciegos , enfermos é imposibilitados , y
dándome puntual noticia de su actual situacion,
como tambien de aquellas familias , que co
mo la nuestra , se han arruinado por las des-,
gracias que las han sobrevenido , y que por
tener muchos hijos no pueden darles a todos ,
el destino que desean. Entre todas estas per- ,
SO
220
sonas escogeré las que juzgue mas necesita
das , porque tengo vivísimas ansias de empe
zar á emplear las sumas de dinero que cada
tres meses me ha consignado la prodigalidad
de mi amo para estos fines, cuya cuenta pien
so llevar muy exacta , para lo qual me ha
dado ya Mr. Longman un libro en blanco
hermosamente enquadernado ; y espero llenar
muy presto las primeras hojas con los nom
bres de los sugetos mas dignos y necesitados.
Sin embargo de que ini amo no me pedirá
cuenta de este dinero , le haré ver á él solo
la distribucion de cada trimestre ; y siempre
que me sobre algo , lo reservaré para juntarlo
con los tres meses siguientes. Ultimamente, co
mo buena tenedora de libros haré un avance
cada tres meses , y al fin de año uno gene
ral, á manera de comercio , para llevar siem
pre cuenta y razon. Se me olvidaba deciros
que he puesto por título á este libro : Hu
mildes restituciones hechas á Dios por sus 1
singulares beneficios : le tengo muy bien guar
dado en mi nuevo gabinete .
2

Estoy en ánimo de no enseñar á Myladi


Davers mas papeles que los que llegan has
ta la terrible carta que escribió á su herma
no , porque no quiero que vea las reflexiones
que he hecho acerca deella. Con que lea has
ta aquí sabrá lo necesario para satisfacer su
curiosidad en órden á los trabajos que he pa
sado , á las asechanzas que han puesto á mi
ino
221
inocencia , y á la constancia con que ayuda
da de la divina gracia he superado todos los
peligros. Espero que inmediatamente que vea
todas estas cosas quedará perfectamente recon
ciliada conmigo , conociendo que todo ha si
do disposicion inmediata de la divina Provia
DO dencia ; pues no era posible que un caballe
2 ro tan discreto como su hermano se dexase
> alucinar hasta el extremo de elegir por mue
ger á una pobre infeliz como yo.
No quiero detener mas tiempo a Juan : le
he encargado que así que llegue á vuestra ca
3
sa os suplique en mi nombre que leais esta
última parte de micarta antes que la prime
ra. Recibid amados padres mios , finísimas
expresiones de mi esposo , y disponed de =
vuestra humilde y felicísima hija &c.

Miércoles por la tarde.

Queridos padres mios : voy siguiendo mi


diario. El Martes por la mañana salió mi que
rido amo á caballo con Abraham , y á la vuel
ta vinieron acompañándole y se quedáron á
comer los Señores Martin > Artur Brooks
2

y un tal Chambers. Subió inmediatamente á


mi quarto á decirme que no habia podido ve
nir á desayunarse porque se habia alejado de
masiado , y que habia traido en su compañía
al
222
algunos amigos antiguos para que me acompaa
ñasen á comer. Me preguntó tambien si esto
me desagradaba; pero yo acordándome de sus
lecciones , le respondíque de ninguna mane
ra , pues nada de quanto él hiciese podia dis
gustarme. Ya conoces, añadió , el carácter de
Mr. Martin , y en una de tus cartas le censu
ras con bastante severidad como compañero de
mis excesos , y por las correrías de casa en
casa de los amigos .
Oid , amados padres mios , como me contó
el motivo que habia tenido para traerlos con
sigo. Los he hallado á todos , me dixo , en
casa de Mr. Artur , y su esposa me ha pre
guntado si realmente estaba casado. No hay
duda en eso , la respondí. ¿ Y con quién ?
interrumpió su marido . Yo entonces sin de
tenerme le dixe que con la doncella que
habia sido de mi difunta madre . Todos se
miraban unos á otros sin saber qué decirme ,
y conocí que con esta respuesta les habia
tapado la boca . Verdaderamente , dixo My
ladi Artur , que poseeis una de las criatu
ras mas amables que he visto en mi vida,
y que ella tambien puede tenerse por muy
dichosa : no me atrevo á hablar en este asun
to ;, pero me parece que quando un caballe
ro hace una accion de esta naturaleza , aun

que no sea mas que por política , debe darla


los mejores visos que sea posible. Sin duda
alguna , replicó Mr. Artur ; que si en este
pun
223
punto habeis cometido error , seguramente no
habrá sido por falta de conocimiento , pues po
cos caballeros habrá de vuestra edad que ten
gan tanta experiencia de mundo comovos.
2016
Os aseguro , Señores, les dixe , que qui
siera complacer a todos mis amigos; pero me
persuado que no lo podré conseguir tan pres
to , y sin que todos esten plenamente informa
dos de los motivos que he tenido para deter
2 -minärme á lo que acabo de hacer. Lo que pue
do aseguraros es que estoy contentísimo ya
2009 -veis que esto es lo principal.
Yo , dixo Mr. Brooks, he oido á mi mu
ger alabar tanto las prendas y belleza de vues
tra esposa , que tengo grandes deseos de ver
la: Pues bien , le repliqué, si gustais de ve
nir á comer conmigo , podreis satisfacer vues
tra curiosidad , y yo tendré mucha compla
cencia en ello. ¿ Quereis vos acompañarnos,
.
Myladi Artur ? añadí yo. No , Señor , me
respondió. Desde luego aseguro , la repliqué,
que no os atreveis - a hacer amistad con la don
cella de mi difunta madre : no es así ? Vaya,
hablad con libertad. No hay nada de eso ,
me contestó , ni tendré dificultad alguna en
visitar á vuestra querida esposa yendo acom
pañada de las demas Señoras del contorno ;
mas ya conoceis que no parece bien que va–
ya una muger sola entre tantos hombres. Pero,
caballeros , añadió , esto no debe detenerlos
á ustedes .
In
224
Inmediatamente enviáron todos á decir á
-sus casas que no los esperasen á comer , y se
-vinieron conmigo , trayendo en nuestra com
pañía un caballero llamado Chambers , recien
avecindado en este pais : y así, hija mia , quan
do te presentes et Domingo en la Iglesia no
te faltarán padrinos , porque es preciso que
quantos te vean te estimen .
Volvióse abaxo con los compañeros , y
-quando llegó la hora de comer tuvo la bon
dad de venir á buscarme a mi quarto : y des
19

pues de haber entrado en la sala , me fue pre


-sentando uno a uno los convidados , los qua
-les me saludáron con mucha atencion, ' y me
diéron el parabien de mi nuevo, estado.
Por lo que a mí toca , me dixo Mr. Brooks,
os aseguro que me complazco · infinito de
-vuestra felicidad : mi muger me ha infor
„mado muy por menor de vuestras apreciables
prendas ; pero yo jamas he Negado á imagi
nar que tuviésemos en este país una flor tan
bella. Señor , le dixe , vuestra esposa siempre
ha sido muy apasionada:mía, y vos sois un
.caballero tan atento ', qué de ninguna manera
quereis 'contradecir á Myladi Brooks. En esa
parte , me replicó , os aseguro que padeceis
equivocacion , porque no pasa dia en que dos
ó trés veces por lo menos no nos oponga
mos ella y yo en nuestros dictámenes ; pero
en un caso tan evidente como este seria im
posible que no nos conviniésemos.
Ja
225
5 Jamas ha dicho Mr. Brooks dos verdades
TI
.
mas evidentes , interrumpió Mr. Martin ( alur
ON diendo a las contradicciones que habia entre
él y su muger , y á lo acordes que estaban
respecto de mi mérito ) , porque hace ya al
gunos años que estan casados. I

Como yo no tenia formado el mejor con


cepto del que hablaba , y por otra parte no
me gustaban sus donayres , le dixe : Casi me
ha enfadado, Mylord, la chanzoneta de Mr.
Brooks contra sí mismo y contra su esposa;
pero aun me ha parecido peor el modo con
que vos lo habeis confirmado : creo sin em
bargo que el vínculo de algunos años , que es
la principal razon que en confirmacion habeis
alegado , sea precisamente la prueba de que
no sucede así.
Mr. Martin ( dixo á esto Mr. Brooks ), mé
parece que. Myladi os ha dado una leccion
de maestra. Lo mismo me parece á mí, aña
dió Mr. Chambers : y á la verdad que vues
tro cumplimiento no es nada á propósito pa
ra una novia. Sealo . o no lo sea , replicó el,
lo cierto es que yo no he visto matrimonio
de algunos años en que esto no suceda : es
verdad que no por eso creo que en este lle
gue á verificarse.
Bien podeis asegurarlo , le dixe; pues si
así sucediera, seria yo la mas ingrata de las
mugeres , siendo como soy la mas favoreci
da de todas. Esa es una prueba evidente , ana
dió
226
dió Mr. Artur , de que nunca llegará este
caso .
Mr. Brooks dixo á mi amo al oido : Bien
podeis llamar á vuestra esposa del modo que
quisiereis ; pero á fe mia que teneis en ella la
mas perfecta dama de la tierra, así por lo que
mira á su talento como á su belleza. Os ase
guro , amigo , le contestó mi amo , que como
ya he dicho en otras ocasiones 9 su hermo
sura me ha hecho ser su amante ; pero el ta
lento y las virtudes que la adornan me han
movido á elegirla por esposa,
En la mesa alabáron mucho la destreza y
desembarazo con que yo servia á los convi
dados ; y Mr. Artur dixo que queria traer á
su muger para que tomase una leccion . Yo le
contesté que tendria á mucho honor el reci
bir las visitas de Myladi Artur , y que de
seaba hallar ocasiones en que poder aprove
charme del exemplo de su esposa , y de las
de los demas caballeros que allí estaban.
Entonces tomó un vaso de vino у brine
do á mi salud y á la continuacion de mi fe
licidad , diciéndome que su muger habia di
cho á mi esposo que yo era felizel en tener
tal marido ; pero que veia que que ha
bia salido ganancioso en el trato habia sido
Mylord B...
Basta de cumplimientos , dixo á esto
Mr. Brooks' : la verdad es que la generosi
dad y juicio de nuestro vecino son tan cor
res
217
respondientes a la discrecion y hermosura de
su esposa , que es sumamente dificil decidir
qual de los dos ha ganado. Dios los haga fe
lices por muchos años : este es todo mi cum
plimiento ; é inmediatamente bebió á nuestra
salud.
Mi querido esposo , cuyo mayor gusto es
oir mis alabanzas , estaba como encantado con
esta conversacion , y me dixo algunos requie
bros , que diéron motivo al atrevido Mr. Martin
á que exclamase : ¿ Quien creeria que nuestro
amigo, que solia burlarse tanto del matrimo
nio , habia de hacer un marido tan rendido?
¿ Quanto ha de durar esto ? añadió volviéndo
se á mi amo. Durará , le respondió , mientras
lo merezca mi querida esposa , que es lo mis
mo que decir siempre . Pero no debe causa
ros admiracion el que yo haya mudado de
opinion acerca del matrimonio , porque nunca
creí hallar una persona cuyas prendas fuesen
tan á propósito para hacerme feliz.
Concluida la mesa brindé á la salud de
las esposas de todos los caballeros que esta
ban presentes , y me retiré. Ellos se queda
ron allí bebiendo vinos de Francia con mui
cha alegría ; y al cabo de dos horas se reti
ráron á sus casas haciendo mil elogios de mí ,
y prometiéron que volverian otro dia con sus
esposas .
En este intermedio ha venido Juan , que
ridos padres mios , con vuestra respuesta , .y
Tomo IV. N he
228
he baxado a participar á mi amo", despues
que se habian marchado sus amigos, el gus
to con que habeis aceptado sus ofertas, la pro
mesa que le haceis de poner el mayor esme
ro en adelantar la hacienda del Condado de
Kent , y la esperanza que teneis de que con 1

vuestra industria y cuidado la hareis prospe


rar , de modo que no haya necesidad de aña 1
dir nuevos gastos , pues las finezas que en el
dia hace con vosotros son mayores que quan
tas pudierais desear . Mi amo- se ha alegrado
infinito de saber que aceptais su propuesta con
tanto gusto :
Yo tambien le he tenido en saber la cor
ta cantidad á que ascienden vuestras deudas;
y luego que tengais formalizada la cuenta , me
la remitireis con la lista que me habeis pro
metido de todas aquellas personas que mere
cen ser socorridas .
Mi amo es la misma generosidad ; y así
no debeis deteneros en los gastos que hagais
para vestiros : y os vuelvo á encargar que no
repareis en esto. Mi querido esposo está en
ánimo de que en viniendo á vernos no vol
vais mas á ese pueblo , sino que permanez
cais en nuestra compañía hasta que determi
neis iros quando gusteis al Condado de Kent.
En esta inteligencia es necesario que antes de
salir de ahí dexeis arregladas y concluidas to
das vuestras cosas. Me persuado que mi que
rido padre habrá dado ya de mano á todo

229
género de trabajo pesado y molesto. Muchas
1.
veces os he oido decir que el arrendador Jou
:
nes se portaba bien con vosotros ; y así se
rá razon que quando os despidais de él у de
su familia le hagais algun regalo como de va
lor de tres guineas en libros, que me pare
3 ce deberán ser una Biblia , el librito de Ora
ciones dizrias , el tratado de las Obligacio
nes del hombre , ú otros que sepais son de
su gusto ; porque vive muy lejos de la Igle
sia , y en invierno estan intransitables los ca
minos .
Juan me ha traido mis papeles con mu
23
cho cuidado ; y en la primera ocasion re
mitiré á Myladi Davers los que llegan has
13
ta aquel pasage de que en mi última ose he
hablado .
-
Mi querido amo acaba de decirme que ma
ñana hemos de ir a desayunarnos á una famosa
casa de campo , distante una legua de aquí,
adonde sueleconcurrir freqüentemente toda la
3 nobleza de esta comarca á tomar leche , que
dicen es exquisita. Abraham se adelantará á
disponer el desayuno.
1

N2 Jue
230

Jueves.
Salimos efectivamente de casa cerca de las
seis у media , y como ibamos á buen paso
llegamos entre ocho y nueve á la casa re
ferida , que está dispuesta con el mayor aseo ,
y hallamos allí á Abraham , que ya nos es
taba esperando. El ama de casa , su hija y
la criada me gustaron en extremo por su
bellísima disposicion , afabilidad y aseo ; de
modo que advirtiendo mi amo lo mucho que
me agradaba aquella casa , me dixo que vol
veriainos algunas veces á desayunarnos á ella,
porque el exercicio á la ida nos abriria las
ganas para el desayuno , y á la vuelta nos
dispondria para comer con apetito. Pero aun
que esta razon parecia suficiente , advertí que
habia otra muclio mas poderosa , como luego
os referire.
El desayuno , las personas que le servian,
los muebles de la casa , y todas las demas
cosas á proporcion , sin tener nada de aque
lla manificencia hoy dia tan buscada , eran
siimamente decentes , sencillas y naturales .
Madama Dohson , dixo mi esposo al ama
de la casa , ¿ continúan todavía en visitaros de
tiempo en tiempo las niñas de la escuela que
está inmediata ? Sí , Señor , le respondió ,
231
y hoy estoy esperando tres ó quatro.
Entonces me contó mi amo que á una

legua de allí habia una excelente casa de edu


cacion para niñas , cưya maestra mantenia un
coche con dos caballos ; y en tiempo de pri
mavera concedia licencia á las que mas se dis
tinguian en la labor para ir a desayunarse al
gunas mañanas á aquella casa , sirviéndoles es
te pasco de exercício , y de premio á in
mismo tiempo ; con lo qual quedaban ellas
muy ufanas, y se animaban á desempeñar
sus tareas .
Este método , le dixe yo , me parece ex
celente ; y estando en esto llegó el coche
con quatro niñas , que todas eran de una
misma edad con corta diferencia , y venia
acompañándolas una muger mayor. Estaba dis
puesto para ellas un quarto , en donde no po
dian entrar sin pasar por delante del nues
tro , y al tiempo de pasar nos saludáron
2 con mucha gracia . Yo me entré en su quar
to y las hice algunas preguntas acerca de
sus labores ' , y me contestáron á todo con
la mayor viveza del mundo. Preguntéias tam
bien como se llamaban , y una me respon- ,
dió que se llamaba Burdorff, otra Nugent,
la tercera Booth , y la quarta Godwin . No
sé quien de vosotras es mas linda , las di
xe , pero todas sois á qual mejor; y vuestra
maestra hace muy bien en proporcionaros un
desayuno y paseo tan delicioso y agradable.
5 En
232
En esto entró mi amo y fue saludán
dolas á todas , sin que yo sospechase la me
nor cosa del misterio que allí se encerra
ba. Se detuvo algo mas con la Godwin que
con las otras ; pero yo no hice alto en es
to , porque no estaba er nada de lo que
habia .
Salimos de allí y me preguntó qual de
las quatro me parecia mas bonita ; yo le
respondí que la Booth tenia un color mo
reno muy gracioso y unos ojos hermosos:
la Burdorff mucho agrado en el mirar , aun
que no era tan ayrosa : que la Nugent era
muy blanca : y que la Godwin tenia unos
ojos negros muy preciosos, y mejor talle que
las otras; pero que todas quatro me parecian
muy bonitas ,
Llevolas la muger que las acompañaba al
jardin á que viesen las colmenas , y al tiempo
de pasar la chica Godwin hizo´á mi amo
una cortesía muy graciosa y expresiva , en que
me pareció habia algun “misterio. ¿ Cónoces,
hija mia , á este caballero ? la pregunté to
mándola de la mano. Sí , Señora , me respon
dió , es mi querido tio. Yo la abracé inme
diatamente , y exclamé volviéndome á él : ¿ Por
qué no me habeis dicho que entre estas ni
ñas teniais una sobrina ? La solté de mis bra
ZOS , Y ella echó a correr como una exhalacion
en busca de sus compañeras .
Como yo no tenia noticia de que mi que
ri
233
rido amo tuviese mas hermanos que á My
ladi Davers , entré inmediatamente en sospe
cha sin saber cómo explicar aquel misterio ; pe
ro notando él mi confusion , no hacia mas que
mirarme y sonreirse.
Sin duda , querida Pamela , me dixo , que
te habrá venido a la memoria la caritativa in
sinuacion de ini hermana acerca de Sara Go
defroy. Es verdad; Señor , le respondí; pero
veo que esta niña se llama Godwin . Ese es el
apellido, me replicó , que la ha puesto su ma
dre por ocultar el suyo.
Señor , le dixe entonces , os suplico no lle
veis á mal que yo vaya a buscar á esta niña
para hablar con ella . Mandó inmediatamente
que la llamasen , y habiendo venido al ins
tante la tome en mis brazos, y con mucha
complacencia la dixe : Hija de mi corazon , me
has de querer mucho en adelante ? ¿ Quieres
que yo sea tu tia ? Sí , Señora , respondió ella ,
1 y ya no quiero á mi tio. ¿ Por qué ? la pre
guntó él. Porque no me habeis querido hablar
al principio , y porque no queriais que os lla
mase tio ( parece que así se lo habian adver
. tido para que yo no entrase en sospechas ); y
1 m23 9 añadió la niña , quando hace ya tanto
tiempo que no os he visto.
Al oir esto se me saltáron las lágrimas sin
poderlo remediar, y volví la cara hacia la ven
tana , retirándome un poco de la niña ..
¿ Por qué te entristeces, me dixo mi amo,
al
I 34
al mismo tiempo que te explicas con unas ex
presiones de tanto afecto ? ¿ Te causa por vena
tura algun aborrecimiento este angelito?
Seria , Señor , mas que fiera , le respon
dí , si no amnase de corazon á esta criatura,
por vos , por ella , y por su infeliz madre ,
de quien me compadezco aunque no la co
nozco . Mis lágrimas no son de tristeza , sino .
efecto de los varios movimientos de placer y
de pena que este lance excita en mi corazon .
Por una parte no puedo menos de afligirme
al considerar que si todavía vive la desgra
ciada madre de esta inocente criatura , es pre
cibo que mire como una afrenta suya á la
prenda mas querida que tiene en el mundo ;
y si no vive , i qué remordimientos no ator
mentarian su corazon á la hora de la muerte!
Me aflige tambien el contemplar que se re
puta como un especial favor que se hace á
esta pobre inocentita el ocultarla quien sea
su mas cercano pariente. Por otra parte sien
to en mi corazon un afecto extraordinario de
gozo : lo primero por haberme hecho Dios
la gracia de librarıne de la suerte á que se
vió reducida aquella pobre muger ; y lo se
gundo porque en este descubrimiento mepro
porciona su Magestad la ocasion de daros las
mas sinceras pruebas de mi agradecimiento y
del amor que os profeso , en el que tendré
siempre a esta querida niña.
ý olví adonde ella estaba, y tomándola en
mis
235
mis brazos la dixe : Hija de mis entrañas , ven
en coninigo á suplicar á tu querido tio te per
mita ir á vivir en compañía de tu nueva tia .
Ven , corazon mio , y te querré muchísimo.
13, Señor , exclamó entonces la hermosa niña,
re e me permitiréis ir á vivir en compañía de mi
querida tia ?
Al oir esto mi amo me pareció que se
habia enternecido ; pero disimulando con bas
-1 tante entereza su turbacion , dirigió hácia mí
la palabra y me dixo : Conozco , Pamela,
que eres la misma bondad , y que hasta aho
ra no me ha salido errado el concepto que
he formado de tu discrecion y prudencia;
mas ya ves que ...... Pero , Señor , le interrum
pí, ¿es posible que no me hayais de conce
der esta gracia ? Os aseguro que trataré á es
te angelito con el mayor amor , y haré todo
lo posible para su buena educacion , así con
mi exemplo como con mi cariño. No me ne
gueis , Señor , este favor: mirad que lo de
'seo con ansia. ¡ Qué amable compañía , y qué
deliciosa ocupacion me proporcionareis por es
te medio !
1
En otra ocasion , me respondió , hablaré
mos , de esto ; pero la prudencia dicta que yo
3 ponga límites á tu generosidad. Mi intencion
habia sido sorprehenderte con este hallazgo;
mas mi hermana se ha anticipado á mis de
sens, abriéndote camino á las sospechas de un
modo muy ageno de quien ella es.
236
Y bien , Señor , le volvió a decir la niña ,
¿me permitireis que vaya á vivir con mi tia ?
Yo sé que me ha de querer mucho. Si fue
ses buena , la respondió , vendrás á visitar á
tu tia en las próxîmas vacaciones. Os doy mu
chas gracias , contestó la niña , haciéndole una
graciosa cortesía. Sí , hija mia , la dixe yo,
y, entre tanto te compraré muchas cosas bo
nitas para que te diviertas , y hoy te las hu
biera traido si hubiera sabido que te habia de
ver. Os lo agradezco mucho , tia mia , repli
có la pobrecita .
Pregunté qué edad tenia , y mi amo me
respondió que de seis á siete años , y que
su hermana la habia tenido en casa una tem
porada en calidad de parienta de Mylord Da
vers. Ahora me acuerdo , Señor , le dixe , de
una niña que Madama Jervis y yo teniamos
por parienta de Mylord Davers.
Mi hermana , prosiguió , supo todo el
secreto desde el principio , y la estoy muy
obligado por haberle reservado de mi padre,
que vivia entonces, y aun mi misma ma
dre se fue al otro mundo sin saberlo ; pe
ro jamas la perdonaré el habérmelo echado
en cara en tu presencia la última vez que re
ñimos.
De allí á poco se despidieron de noso
tros las niñas , y se volviéron á la casa de
su maestra. No sé en qué consiste , queridos
padres mios , que aquel angelito me haya in
te

1
237
teresado mas de lo que yo puedo explicar.
Quisiera que mi amo me hubiese permitido
traerla á mi compañía , pues así veria en mí
una prueba de lo agradecida que le estoy , y
1
me aprovecharia de esta misma ocasion para
manifestarle el amor que le profeso en el que
tendria á esta mi querida niña.
Luego que entramos en el coche para vol
vernos á casa , me' empezó a contar circunstan

ciadamente esta especie de novela de su ju


ventud en estos términos.
Has de saber , Pamela , que Sará Gode
froy era de una familia honrada, y en ex
tremo hermosa ; pero su madre era una mu
ger artificiosa y astuta , que debiendo mirar
me como á un hombre sin juicio ni pru- /
dencia , y considerar que mi amistad con su
hija podria ser mas perjudicial á ella que á
mí , habia descuidado enteramente sobre este
particular , sin impedir el que nos tratásemos
con la mayor confianza ; antes bien habia
buscado á un lacayo que en otro tiempo me
habia servido , y algunos parientes , para sor
prehenderme en ocasion en que con amena
zas me obligasen á casarme con ella. Efec
tivamente un dia que yo me habia entrado
en el quarto de la dama , se entráron ellos
tras mí con las espadas desnudas , amenazán
dome con la muerte si inmediatamente no me
casaba : y á este efecto habian dispuesto que
al pie de la escalera esperasen las personas
quc
238
que eran necesarias para asistir al contrato ,
como yo mismo observé despues. Sospechan
do entonces por algunos antecedentes que
ya yo tenia que la Señorita era sabidora
de este artificio , é irritado del fin que lle
vaban las amenazas que me hacian , me en
fureci de tal suerte que echando mano á mi
espada me defendí tan valerosamente , que
desde luego hice retirarse al lacayo con una
kerida en el brazo , y arrojándome sobre el
otro que peleaba junto a la escalera le dí
tan fuerte" empellon que le eché á rodar,
quedando muy maltratado de la caida. Co
nozco que estuve muy expuesto á que me cose
tase caro mi arrojo , si no fuera porque mis
contrarios solo tenian órden de intimidarme,
y no de matarme. Lo cierto es que inmedia
tamente sali de aquella casa á vista de la ma
dre y de las otras hijas , vomitando pestes y
maldiciones contra ellas.
Despues de este lance queriendo romper
toda comunicacion y amistad, así con ellas co
mo con la misma Sara Godefroy , no volví á
pisar sus umbrales ; pero ella tuvo el arte de
reducirme con súplicas á que nos viésemos en
Woodstoch, con el pretexto de sincerarse
conmigo. Con esto continuamos tratándo
nos
con mucha freqüencia en Godstone,
en Woodstoch , y en las inmediaciones de
Oxford , donde yo estaba estudiando. Final
mente , llegó á ser tan patente el efecto de
es
239
to estas visitas , que no pudiéndose ocultar fue
preciso encerrar a la pobre Sará por el ho
ra nor de su familia ; y entonces los parientes
se valiéron de varios medios para obligarme
.
á que me casase con ella. Pero viendo que
09 no lo podian conseguir , determinaron acudir
á mis padres por el remedio. En este apuro
determiné informar de todo á mi hermana,
1518

que por casualidad se hallaba allí ; y esta


con sus buenos oficios" no solo logró 'desva
necer el proyecto de casamiento , sino que
por su direccion y consejo los parientes de
Sara Godefroy la enviáron á Malborough
por cuenta de Myladi Davers ( á quien des
pues ha vivido muy agradecida), y allí dió
à luz una niña con el mayor sigilo. Mi her
mana se encargó inmediatamente de cuidar
de ella hasta que llegase á la edad de po
nerla en la escuela donde actualmente se ha
lla. En efecto , no solo se ha verificado así,
sino que he impuesto en cabeza de la mise
ma niña una suma bastante considerable , cu
yos réditos son suficientes para mantenerla
con decencia , y el capital una dote muy de
1
cente para quando se halle en edad de ca
sarse. Esta es en suma la historia ; y te ase
guro , querida Pamela , que quisiera que nun
ca hubiera sucedido ; pero como ya no tiene
remedio deseo que viva la pobre niña , y que
sea feliz, como yo apetezco y tengo obliga
cion de procurar.
Sin
240
Sin duda que lo debeis hacer así , le di
xe yo ; y si me permitis que me la traiga
á casa pondré mi mayor gloria en hacerla fe
liz ; pero , añadí , į tiene por ventura noti
cia de su padre y de su madre ? ( mi inten
cion era ver si podia hacerle decir si su ma
dre vivia ó habia muerto. ) No , respondió él,
mi hermana dixo á su ama de llaves que
era hija de una dama у de un caballero
parientes de Mylord Davers , que actualmen
te viven en la Jamayca ; y por tal ha pa
sado siempre. Ella me llama tio , únicamen
te porque soy hermano de Myladi Davers á
quien llama tia , y la quiere en extremo, co
mo tambien su marido , que sabe todo el se
creto ; y en tiempo de vacaciones la llevan
á su casa , y la agasajan mas que si fuera hi
ja propia .
Creo , prosiguió , que son muy pocos
los que saben este lance , porque como la
madre es de una familia muy honrada , to
dos sus amigos procuran guardar el mismo
secreto que yo ; y Myladi Davers se ha
portado siempre en esta parte con mucha
circunspeccion y prudencia , hasta el otro
dia que se dexó “ llevar del ímpetu de su
ira .
Aquellas palabras , la madre es de una
familia muy honrada , no me dexáron duda
de que vivia la pobre Señora. Pero decidme
añadi yo , ¿ cómo puede vivir la infeliz ma
dre
241
d dre sin el consuelo de tener a su lado este
angelito ?
Ya te entiendo , Pamela , me respondió:
Oti tú quieres saber en qué paró la pobre ma
tre
dre . No es extraño este deseo ; pero yo que
1. ria ver el efecto que causaba en tí esta pe
queña suspension. Mi querido Señor , le re
pliqué .... No pases adelante , me interrumpió,
low
pues esto es muy natural en tí ; conozco que
Tal has tenido demasiada paciencia , y que has
1
manejado la conversacion con tanta discre- .
cion , que mereces el que te satisfaga con to
2
da ingenuidad .
Sabe, pues , que no carece de fundamen
to el decir que su madre vive en la Jamay
CH
ca , pues efectivamente se halla allí , y es
muy feliz . Padeció tanto en el parto que to
dos la tuvieron por muerta ; y habiendo con
valecido , hizo en ella tan viva impresion el
01
riesgo en que se habia visto , que su mayor
tormento era el pensar que podia volver á
caer en la misma falta. Yo confieso que es
be
taba en animo de ir á visitarla luego que
.. se pusiese buena ; pero ella sin comunicar
Od
me su intento resolvió irse á la Jamayca
SI
en compañía de dos Señoritas de aquella isla,
que habian estado quatro años en Inglaterra
á educarse , y regresaban á la sazon á su
tierra. Escribióme una carta muy tierna y
À

‫קחי‬
expresiva , encargándome el cuidado de su
querida niña , y suplicándome que nunca la
nom
NAV
242
nombrase por su apellido , sino por el de
Godwin , para que no padeciese su fama ni
la de sus parientes. Estos la diéron quinien
tas libras esterlinas , haciendo ella una renuno
cia general de quanto podia pertenecerla de
su legítima ; y con este dinero se encami
nó á Londres, y desde allí se fue con sus
dos compañeras á embarcarse á Gravesand
para pasar á la Jamayca , donde vive feliz
y muy bien casada , pasando en el concepto
. de su marido por una joven viuda que tie
ne en Inglaterra una hija , de quien cuidan
los parientes de su primer esposo. Con que
ya ves , Pamela , que por ambas partes seha
procurado decir la verdad en lo que ha sido
posible.
¡ Pobre Señora , exclamé yo , quanto me 1
compadezco de ella ! No obstante me consuela
el saber que ha tenido tan buena suerte.
Pero dime', Pamela , replicó mi amo , ¿ no
te alegras tambien de que esté tan distante
de aquí? En quanto á eso , Señor , le respon
dí, no me pesa , pues goza allí de una feli
cidad que nunca hubiera podido gozar aquí.
La mayor prueba de que estaba sinceramen
te arrepentida es que ha podido resolverse
á abandonar á su amada hijita, á su patria y
parientes , y á vos mismo ( á quien sin duda
amaria ) por ir á ocultar su ignominia en un
nuevo mundo ; exponiéndose á los peligros
de una larga navegacion por no volver á in
cur
243
currir en el mismo delito . Verdaderamente,
Señor , que se me parte el corazon al contem
plarla en aquel estado , y siento las mismas an
gustias que su espíritu habrá sentido en el tiem
po de su desgracia: angustias que han produ
cido despues en ella un efecto tan poderoso y
tan laudable. Yo no puedo menos de admirar
y respetar tan generosa resolucion , ni de colo
car en la clasede las mugeres mas heroycas á
9
una dama que tan perfectamente supo cono
cer su yerro; y no dudó que Dios usará con
2
ella de misericordia , y aun miro la felicidad
que ahora goza como recompensa con que el
3
Señor premia su arrepentimiento. Pero , Señor,
¿ no volvisteis áver a esta pobre dama despue's
de su parto ?
No creyendo yo, Pamela, me respondió,
que su resolucion fuese tan firme , fuí á Malbo
rough , donde supe que habia partido para Cala
ne : me encaminé á Calne, y quando llegué
ya habia salido para Reading a despedirse de
una parienta suya: seguíla''con toda diligen
cia ; pero tambien llegué tarde, porque habia
marchado a Oxford , donde efectivamente est
taba ; mas nunca pude conseguir hablarla.T: 1
Finalmente la escribí una carta end que
la suplicaba me permitiese ir á verla , por
que habia sabido que estaba resuelta á partii
para la Jamayea en compañía de dos Seño
Titás, y que el haber ido á visitat' á sus pa
rientes hábia -sido con el objeto de despedir
W. Tomo IV . se
244
se de ellos , y de recoger la dote que la ha
bian prometido. Me respondió un Miércoles
señalándome el Sábado inmediato para vernos
en Woodstoch , lugar de nuestras antiguas
confianzas.
Creíla efectivamente , y aun me persuadi
poder desconcertar las medidas que tenia pre
meditadas. Salí á este fin de mi casa el Jue
ves para Glocester con pretexto de una di
version , y el Sábado fuí á Woodstoch , que
era el sitio señalado ; pero á mi llegada, en
lugar de la dama , hallé una carta suya en
que me pedia perdon por haberme engañado,
En esta carta manifestaba Un vivísimo pesar
de su pasada faqueza : me significaba el amor
que me tenia , y el temor de no poder ve
rificar su resolucion si volvia á verme . Decia
que el Jueves habia salido para embarcarse,
creyendo ser este : el único medio que la 1
quedaba para salvarse , y que me habia ci
tado para el Sábado en aquel lugar , teatro
en otro tiempo de sus primeras debilidades,
con el fin de que esta memoria hiciese en mí
mayor impresion , y me sirviese de estímulo
para perdonarla y compadecerme de ella ; y
tambien para que ganando el tiempo de aque
llos tres o quatro dias , me hallase yo im
posibilitado de poder seguirla. Me recomen
daba de nuevo á la pobre niña , represen
tándome que me hallaba actualmente en el
mismo lugar donde habia nacido: y añadien
do
245,
do que esta era la única gracia que encare
cidamente me pedia ; y que en medio de to
dos , los riesgos de la larga navegacion á que
3
iba á exponerse ; jamas se olvidaria de ro
11 gar á Dios por mí y por ella. Esta carta
tan tierna y tan enérgica me hizo' derramar
un toriente de lágrimas.
. :: Ah Señor ! le interrumpí : ay un lance
como este no ha causado una profunda sens
sacion en vuestra alma ? Una leccion de esta
10

naturaleza, dada en el mismo lugar donde se


11
habia consumado el delito ( en lo que no pues
do menos de admirar el piadosorardid de la
dama ), es preciso que os tocase extraordina:
riamente en el corazon : y aun parece que
era suficiente para haberos convertido para
siempre ; no puede menos, Señor , de haberos
f hecho mudar de ideas у de pensamientos.
Es constante , querida Pamela , que quan
da einpecé á reflexſonar - me sentí muy, mu
dado ; pero tenia tanta seguridad de lograr
el pensamiento
con
de impedir su viage, que no
pude llevar paciencia este engaño ; y aun
que luego que me serené , ý tuvo lugar en
mí la reflexion , quedé enteramente conven
cido : de la prudencia y firmeza de la' bue
na Sará Godefroy, y la estimé por lo mis
mo. mas que hasta entonces , sentia sin em
bargo que me hubiese burlado así , y me ex
cediese tanto en valor y firmeza. Y así par
tí con toda diligencia para Londres con una
2 le
GO
246
letra de cambio de quinientas libras esterlina's
que me habia dado Mylord Davers contra su
apoderado : pasando antes por Oxford , para
aprovecharme de quantas noticias pudiese ad
quirir en órden á ella.
No pude llegar á Londres hasta el Lunes
por la mañana , sin embargo de la diligencia
que hice ; y habiendo ido inmediatamente á
casa de una amiga de las Señoritas America -
nas , que vivia en Crobysquare , me dixo que
la dama que buscaba habia tomado la posta
el Martes, y habia alcanzado á sus amigas
aquella misma noche ; y que el Sábado ha
bian partido todas juntas para Gravesand , ca
si al mismo tiempo que yo la estaba esperan
do en Woodstoch . >

Ya puedes considerar , querida Pamela , la


impresion que harian en mí todas estas cir
cunstancias. No obstante ,> cobré mi letra de
cambio , y el Lunes despues de comer me
puse en camino acompañado de mi lacayo.
Llegamos á Gravesand ya de noche , у allí
supe que aquella mañana habia salido de la
posada con las dos Señoritas Americanas para ir
à bordo de la embarcacion , que solo esperaba
viento para hacerse á la vela; y el que enton
ces soplaba era muy favorable.
Luego que amaneció tomé un bote en la
playa, y me fuí á bordo del buque, pregunt
tando por la Señorita Godefroy. Considera,
querida. Pamela , qual seria su susto y con
fu .
247
fusion al verme. Faltó muy poco para que
cayese desmayada. Ofrecí al Capitan darle
quanto quisiese para que no se hiciese á la
vela hasta el dia siguiente ; pero todas mis
ofertas fueron en vano. Hice despues todos
mis esfuerzos para persuadirla á ella á que se
volviese á tierra , y aun la ofrecí que si que
ria viajar algun rato por mar , la acompañaria
hasta qualquiera puerto de la costa , donde el
Capitan quisiese echarnos en tierra ; pero to
do , todo fue inútil .
5
Las gentes del buque me miraban como
un apasionado de la dama , y estaban admi
radas de esta visita, con especialidad las Se
ñoritas y las criadas que las acompañaban.
Ya conoces que me habria valido de toda mi
!
eloqüencia para persuadirla á que abandonase
.
su proyecto ; pero siempre sin fruto . En lu
1
gar de darme alguna esperanza, me aseguro
con la mayor resolucion que con aquella vi
sita habia acabado de hacerla infeliz , pues
al sentimiento que habia tanto tiempo tenia
encerrado en su pecho , agregaba entonces
con mi vista una nueva amargura para todo
el viage , dexándola sepultada en un abismo
de aflicciones.
.

El único favor que pude conseguir de ella,


aunque con mucha repugnancia , fue que acep
tase , por via de regalo , las quinientas libras
esterlinas que yo llevaba , y me prometicse,
por condescender con mis ruegos , que en lle
gan
!

248
gando á su destino libraria contra mí las can
tidades que ella necesitase , como contra un
apoderado que cuidaba de sus bienes. En una
palabra , esta fue la única gracia que pude al
canzar de ella , porque ni siquiera quiso ofre
cerme llevar correspondencia conmigo por es
crito ; y creo que aun quando yo la hubiera
prometido casarme con ella, lo que jamas me
ha pasado por la imaginacion , no lá hubiera
podido apartar de su propósito.
Pero , Señor , ¿ cómo os separasteis por úl
timo de ella ?
Estuve casi determinado á partir en su
compañía hasta el primer puerto de Inglater
ra ó de Irlanda adonde arribase la embarca
cion ; mas ella no quiso permitirlo de ningun
modo por estar muy poseida de sus temores.
Por otra parte , el bárbaro patron , á quien
daban nombre de Capitan , y que yo hubie
ra arrojado al mar de muy buena gana , no
quiso detenerse ni un instante , porque el vien
to y la marea le eran favorables. El hombre
me instaba á que me volviera á tierra , ó hi
ciera el viage : ya tú sabes la violencia de mi
genio, y lo poco acostumbrado que estoy
desde niño á sufrir que otro me resista , de
donde puedes inferir cómo estaria al ver que
Sará , el patron , el viento y la marea se
oponian á mi voluntad y poder. Pero no hu
bo mas remedio que ceder.
Entonces me encargó Sará con las lágri
mas
249
mas en los ojos que cuidase de dar buena edu
10 cacion a la hija de sus entrañas, para que no
102
se viese en ningun tiempo en la triste situa
2 cion de su madre: y esto me lo pidió de una
Site manera tan encarecida у tierna , que es mas pa
25
ra imaginada que para expresadā. Finalmente
jena
tuve que salir de allí con el corazon penetra
K
do de amargura ; y despues de haberme apar
tado de Sara, me despedi de las damas y de
mas pasageros , deseándoles a todos feliz viage,
y regalando cinco guineas á la tripulacion pa
ra que cuidasen de las Señoritas en tan larga
I navegacion .
Al separarse mi bote me volvió a encargar
en voz alta desde el buque que cuidase de la
JEN huéspeda que me habia encomendado , dicién
dome que me viviria eternamente agradecida
por este favor , y que por Dios no la olvidase.
Yo me enternecí extraordinariamente con es
ta segunda despedida , y noté que las Señori
tas y la mayor parte de la tripulacion vertian
copiosas lágrimas.
Como mi corazon iba traspasado de dolor
me puse de pie en el bote sin apartar un instan
1
te la vista de ella todo el tiempo que me fue
posible. Sara me miraba tambien desde la popa
del buque , y de tiempo en tiempo acudia á
enxugarse las lágrimas con el pañuelo. Quan
. do llegué á tierra estuve mirando el navío has
ta que se perdió de vista , y despues me en
caminé á la posada tan afligido , que no pu
dien
250
diendo descansar ni divertirme con nada , volví
á la mañana siguiente á Londres, y aquella mis,
ma tarde me retiré á mi casa de campo.
Esto es , Pamela mia ', lo que tenia que de-.
cirte de la pobre Sara Godefroy. Sé que siem
pre que halla ocasion encarga á los que vienen
de allá que sepan de la niña, y que tiene la
satisfaccion de saber que está bien cuidada. Ha
brá cosa de un año que su marido la envió un
negrito de regalo como de diez años para que
la sirviese ; pero al mes de haber desembar
cado murió de viruelas .
Es preciso , Señor, le interrumpí, que vues
tro generoso corazon conservase por mucho
tiempo la impresion de este tristę suceso y de
todas sus circunstancias.
Es verdad , me contestó , que conservé
mucho tiempo esta memoria ; pero entonces
estaba en lo mas vigoroso de mi juventud , y
apenas podia reflexîonar. Empecé luego á via
jar , y la variedad de tantos objetos nuevos
como se me presentaban cada dia acabó de
distraerme de aquellas ideas. Tú misma has vis
to que cinco ó seis años despues de tal modo
se me habian borrado , que formé el pro
yecto de obligar á mi Pamela á que mudase de
nombre, y fuese otra segunda Sara Godefroy .
No lo digais en chanza , le interrumpi,
pues es la pura verdad lo que acabais de
hablar. Pero doy infinitas gracias a Dios por
que lo ha dispuesto de otro modo , y por
que
251
i que os ha convertido y mudado el corazon.
$ Tambien yo se las doy , -- hija mia , con
la mayor sinceridad y complacencia , esperan
do de su bondad me mire con ojos de cle
mencia , y me conceda la gracia de la perse
verancia , para que habiendo reconocido mi
çrror en tiempo , me compadezca de la po
bre Sara Godefroy por los mismos motivos
que me hacen admirar las virtudes de mi que
rida Pamela , y procure hacerme digno de ella
quanto me sea posible.
Entretenidos con estas admirables reflexiones
acerca de la triste é instructiva historia de Sa
0 rá Godefroy , nos hallamos casi sin advertirlo
á la puerta de casa . Baxamos del coche , y
fuimos á pasearnos al jardin hasta la hora de
comer. Actualmente estamos tan ocupados en
disponer las cosas para presentarnos mañana
1
en la Iglesia , que apenas tendré tiempo de
escribir hasta Lunes.
el
!

Lu.
2
252

Lunes por la mañana,

Ayer fuimos á la Iglesta en la mejor care


roza que tenemos acompañados de Juan
Abraham , Benjamin é Isaac , todos con li
breas nuevas. Pero como yo no tengo es
cudo de armas' que poder aquartelar con el
de mi esposo , le di® á entender que sentia
esta desgracia ; y él me respondió sonrién
dose que solo deseaba poner en el quartel
que me correspondia un ramito de oliva, alu
diendo a las esperanzas que tenia de lograr
sucesion .
Yo llevaba el vestido de seda blanco con
flores de oro , un peynado excelente , el co
llar de diamantes , los pendientes y las de
mas joyas de que ya os he hablado. Mi queri
do esposo llevaba una chupa de punto de
seda azul galoneada , y una casaca de finí
simo paño , color de perla , forrada en tafe
tan blanco , con botonadura de oro , y esta
ba muy galan. Al salir de casa le dixe que
me parecia que yo iba muy sobresaliente , y
que aquella pompa era demasiada para mí ; pe
ro me respondió lo de siempre.
Segun ví toda la nobleza del contorno
nos esperaba, porque la Iglesia ya estaba ca
si llena quando nosotros llegamos : y como
fui
253
fuimos de los últimos , y tuvimos que atrave .
: sar de una parte á otra la Iglesia para lle
gar al banco de mi amo , pasé mucha ver
güenza , porque todos nos miraban de arriba
abaxo , y se hablaban baxito unos á otros. Pe
ro mi querido amo se presentó con tal desem
1 barazo,, y se manifestó tan contento y satis
fecho, que a todo el concurso daba una opi
nion muy ventajosa de la eleccion que habia
hecho. Como yo habia salido de casa con in
t tencion de asistir devotamente á la Misa , y
de dar gracias a Dios por los inmensos fa
2. vores que recibia de su misericordia , solo
6 me ocupé en esto , y no hicieron en mí la
1 impresion que era regular las miradas y cu
chicheos de las damas y caballeros , y aun
de todo el concurso , que no quitaba la vis
ta de nosotros .
Acabada la funcion nos detuvimos en la
Iglesia hasta que saliese toda la gente; pero
luego nos hallamos rodeados de una multitud
de hombres y mugeres que nos esperaban á
la puerta y en el atrio. Bien es verdad que
tambien tuve la satisfaccion de oir de todas
partes mil alabanzas , así de mi persona y ta
He , como de mi vestido , sin que oyese una so
la palabra de desprecio.
Mr. Martin , que es soltero , Mr. Chambers,
Mr. Artur, y Mr. Brooks , que estaban allí
con sus faíñilias , nos saliéron al encuentro
quando íbamos á tomar la carroza , saludán
do
254
donos con mucha atencion y como verda
deros amigos. Myladi Arthur y Myladi
Brooks me hicieron el honor de llegar á
saludarme, y la última me dixo que su ma
rido habia ido encantado el otro dia de mis
perfecciones y agrado ; pero que desde aque
Ila hora quedaban convencidos todos los con
currentes de que estas prendas me eran muy
naturales. Yo la respondí que, miraba co
mo el complemento de mi felicidad la .apro
bacion de una persona de su mérito , y que
estimaba sobremanera el honor que me disa
pensaba.
En esto mi querido esposo me dió el
brazo para subir a la carroza , y él se detuvo
al estribo hablando con el caballero Atkins,
que le hacia mil cumplimientos , y le molestaba
con tantas ceremonias . Pienso que mi amo lo
hizo tambien adrede para acostumbrarme á
sufrir la vista del público ; y en efecto , no de
xó de servirme de molestia , porque estaba
sonroxada al oir de todas partes las alabanzas
de las gentes del campo , y al ver que todas
estaban al rededor de la carroza.
Llegáron muchos pobres á pedirme limos
na ; pero yo hice señal á Juan con el aba
nico , y le dixe : Reparte ese dinero entre
los pobres allá en el atrio de la Iglesia , y
díles que vayan mañana á mi casa que les
daré mas , con tal que me dexen ahora. Le
entregué todo el dinero que tenia , que se
rian
255
rian como unas veinte y cinco ó treinta pe
setas ; y de este modo me libré de los cla
mores con que me pedian los socorriese .
Mr. Martin 'se fue por el otro lado de la
carroza , y subiendo al estribo , mientras mi
amo hablaba con el Caballero Atkins', de
quien no podia verse libre, me dixo,que to
do el concurso habia quedado admirado de
vermę , y que no habia una sola persona que
no se ocupase en alabarme ; y os aseguro , aña
dió , que ini buen vecino ha sabido escoger por
sí mismo mucho mejor de lo que nadie pu
diera haberle aconsejado.
04
Yo le respondí que eso era favor que me
hacia. Pero el prosiguió : No ,no : esta es la
verdad ; y yo me casaria mañana si supiera
que habia de hallar una muger en quien con
curriese solamente la mitad del mérito que en
:
ivos: no soy adulador , y únicamente os con
cedo lo que de justicia se os debe : todo el
concurso edificado de vuestra piedad dice eń
alta voz que sois el adorno del vuestro sexò,
la honra de vuestro esposo ), y que haceis amam
ble la religion.
Luego que él acabó : de hablar ," vino el
?
Párroco á cumplimentarme", yi me: dixo que
el exemplo tan piadoso que acababa de dar
una Señora recien casada como yo 'serviria
de mucha edificacion á su rebaño, y le ex
citaria á : su imitacion. Yo le respondí que
le agradecia sus expresiones yi y que espera
1 ba
1
256
ba en lo sucesivo aprovecharme de las sa
bias instrucciones que tendria el honor de oir
de la boca de tan digno Pastor. Me hizo una
cortesía muy atenta , y se retiró .
El Caballero
tambien mientras' Atkins se llegó á hablarme
mi amb subia a la carroza , y
se disculpó de haber detenido tanto tiempo
con su conversacion á mi querido esposa , pis
diéndome mil perdones, y dando por pretex
to que habian estado hablando de mí , y de
la felicidad que habia tenido miamo en la
eleccion de esposa . Le dí las gracias , incli
nando dos ó tres veces la cabeza ; pero la
verdad es , que mas hubiera querido no haber
le encontrado , pues me tuvo expuesta a la
vista de todo el mundo , causándome esto mu
cha confusion , sin embargo de mis siepetidos
conatos para impedirla snim100
. Despues de esto dixo Mr. Martin á mi
amo que siempre que fuésemos clos dos á la
Iglesia los Domingos y dias de fiesta prome
tia no faltar él Mi amo le respondió que pro
curaria no solo ir freqüentemente á la Iglesia,
sino á todos los demas parages donde pudie
se tener el gusto de ver a un amigo tan an
tiguo como era Mr. Martin . ' !

Le dió este muchas gracias ; y le dixo:


Á fe mia que sois el hombre mas feliz de la
tierra: el exemplo de vuestra esposar os ha he
cho mas civil y agasajador de lo que érais án
tes : bien que siempre habeis sido muy atento.
Y
257
$1 Y con esto nos hizo una cortesía , y se me
1.
tió inmediatamente en su coche. El nuestro
empezó á andar , y en todo el camino no oi
mos otra cosa mas que bendiciones de los al
221 deanos que publicaban nuestra felicidad.
Espero, queridos padres mios , me perdo
em nareis la repeticion de todas estas cosas, pues
no tengo en ello mas vanidad que el ver au
torizada con la aprobacion general , la accion
que ha hecho mi amo , abatiéndose hasta ele
20 girme por esposa. 31

Despues de comer volvimos á la Igle


10
1
sia y bastante temprano , por habérselo yo
hu
suplicado así á mi amo ; pero ya estaba to
1
da llena de gente : tan fuerte como todo
esto es el atractivo de la novedad ! Mr. Mar
tin entró poco despues que nosotros , y lle,
gándose á nuestro banco nos dixo , que aque
Ila tarde queria sentarse junto a sus queridos
a amigos . Mi amo le hizo lugar, con mucho
gusto ; y aunque yo lo sentí por entonces,
como estaba resuelta á no dexarme llevar en
la Iglesia de ningun respeto humano , me
mantuve quieta hasta que se empezó el- ofi
cio de vísperas , á cuyo tiempo me retiré de:
tras del banco , dexando delante de mí a los
dos, que estuviéron con la debida -i modestia.
Refiero esto porque Mr. Martin no era has
ta aquí de los mas asistentes á la Iglesia , ni
de los que estaban en ella con la mayor
com postura . ch
El
258
El Párroco , aunque no acostumbraba 3
predicar por la tarde, hizo en obsequio nues
tro una excelente plática sobre las obliga
ciones particulares del christiano , con varias
reflexiones admirables acerca de este asunto .
Mr. Martin quiso hablarme dos o tres veces;
pero no se atrevió á interrumpirme, viéndo
me tan atenta á lo que decia elpredicador.
Yo lo sentia por un lado', acordảndome de
la advertencia que me habia checho mi amo
de que procurase siempre mostrarle mucho
agrado por ser su " mas intimo amigo ; pero
la atencion a la palabra de Dios era primero
que nada .
Á la salida de la Iglesia le suplicó mi
amo nos hiciese el honor de acompañarnos á
cenar , y él le respondió : Amigo , admiro de
tal modo las perfecciones de vuestra esposa,
que os aconsejo no me hagais tantas instan
cias, porque no saldré en todo el dia de vues
tra casa. Amigo mio , le replicó mi amo,
siempre será para mí 'muy apreciable vues
tra compañía'; y como os he dexado de la
noche à la mañana en el precipicio del celi
bato , soy de opinion que lo mejor que podeis
hacer es repetirme vuestras visitas , porque
¿ quién sabê -si mi felicidad'será causa de que
se conviertå otro libertino ? Quien sabe , res
pondió Mr. Mártin ; lo que yo sé es , que es
toy ya medio convertido de 9
Quando llegué á la carroza y los Seño
res
259
res Artur ; Brooks y Chambers 'me présen
táron sus esposas ; y de allí á poco se juntó á
ellas la erudita Myladi Towers', que como
ya os he dicho , se habia burlado de mí en
otra ocasion. Myladi Artur me dió la enhora
buena , y me dixo que todas las vecinas esta
ban en ánimo de juntarse para ir a visitarme.
Mi querida vecina , ' añadió Myladi Towers,
Vos no necesitais de mas proteccion que vues
tro propio mérito : esta mañana no he sali
do de casa por haber estado algo indis
puesta ; però ha sido tanto lo que he oido ala
baros , que no he querido dexar pasar esta tar
de sin veros , y vengo á auméntar el número
de vuestros admiradores. Y despues volviéndo
se á mi amo le dixo : Siempre os he tenido
no
yo por muy gitano ; decidme , ¿ dónde habeis
ol
robado esta hermosa dama ? qué no hay mas
que presentárnosla de manos à boca , sin decir
nos antes una palabra para que nos obscurezca
á todas ?
** Myladi , respondió mi amo", estimo mu
cho quevo s y las demas vecinas la mireis con
los mismos ojos que yo ; y creedme que á no
estar bien seguro de que su excelente corazón
y admirables prendas la habian de ganar á pri
mera vista el afecto de todos los concurrentes,
no me hubiera'atrevido á colocarla en la clase
de unas vecinas de tan distinguido mérito , y
que nos honran de un modo tản singular. Print )
Confieso , le contestó en voz baxa Myla
1
Tomo IV . P di
li

)9
260
di Towers , que he sido del número de vues
tros censores ; pero ya estoy convencida de
que vuestra esposa es digna de la clase mas
elevada : y aun añado que nunca os he esti
mido tanto como desde que conozco la acer
tada eleccion que habeis hecho. Y viniéndose
á mí me dixo : Perdonad , querida vecina,
que habiendoos visto otra vez no haya pro
curado desde entonces el trato y comunica
cion de una persona como vos , tan digna de
ser querida , y que sabe desempeñar con tanta
dignidad las obligaciones del feliz estado en
que se ve colocada.
Mi querida Señora , la respondí , me fal
tan voces para explicar mi agradecimiento ; y
pues la afabilidad y exemplo de unas damas
de tanto mérito me dan aliento para portarme
con el honor á que ine ha elevado el mas ge
neroso de todos los hombres, procuraré desde
hoy esmerarme en merecerle.
Hablais como un ángel , exclamó ella : y
os aseguro que si estuviéramos en otra parte
os daria mil besos por esta respuesta. ¡ Oh fe
liz , mil veces feliz M. B ..., añadió volvién
dose á mi amo : ¡ qué prueba tan grande nos ha
beis dado de vuestro juicio ! Os prometo que
aunque tenga que ir sola á veros , no tardaré
en ir á ofreceros mis respetos. En vos consiste,
Señora , la dixo Myladi Brooks : y así podeis
disponer la visita para quando gusteis , é iremos
todas juntas .
En
261
1124
En esto se despidieron todas de nosotros,
y al mismo tiempo llegó el Párroco , á quien
dixo mi amo le estimaria mucho que nos hi
ciese el honor de ir a visitarnos ; y él respon
dió
que tendria el de ir á ofrecernos sus res
petos en la primera ocasion. Yo le dí las gra
cias por la excelente plática que nos habia pre
dicado , y él me las dió tambien á mí por la
M atencion con que habia estado , y que ha que
1
2
rido llamar exemplar. Mi querido amo me
alargó el brazo para subir á la carroza , y vol
vimos á casa muy satisfechos y contentos, gra
cias al cielo.
Por la noche vino á casa Mr. Martin , y
1 traxo en su compañía otro caballero amigo sur
yo llamado Dormer ; y así toda la conversa
cion se reduxo al alto concepto que los veci
nos habian formado de mí, y de la acertada
eleccion de mi generoso bienhechor. '
Los pobres que ayer habia convidado han
venido á verme esta mañana en número de
veinte у cinco , y todos se han vuelto conten
tos. El Domingo quando Juan les repartió el
dinero no pasaban de doce ó catorce ; pero
3 otros lo han sabido y se han juntado á estos.
.

‫دارای‬
P2 Mir
262

Mártes.

Hooyy me ha dado mi generoso amo una prue


ba muy convincente del verdadero amor que
me profesa ; pero prueba ciertamente muy tris
te por su naturaleza , y que ni yo la deseaba,
ni jamas habia pensado en ella.
Sabed pues , queridos padres mios , que
despues de habernos desayunado me sacó á
pasear al jardin ; y como empezase á lloviznar
nos acogimos á aquel cenador en que otras ve
ces habia padecido yo tantos sustos, y me di
X0 : Ya Pamela mia he salido de todos los cui
dados que me tenian inquieto : ¿ no has extra
ñado el haberme visto estos dias tan ocupado
en mi biblioteca ?
! No Señor , le respondí : jamas he tenido
la curiosidad de querer adivinar vuestras ocu
paciones , y me guardaré bien de importunaros
nunca en esta p rte ; ademas de que como se
>
que habeis resuelto ver y arreglar por vos
mismo todos los asuntos de vuestra casa , me
hago cargo de que esto os debe ocupar algun
tiempo ; y seria mucha imprudencia en mí el
interrumpiros.
Así es , me respondió : pero quiero de
cirte quales han sido mis últimas ocupacio
nes. He reflexionado que si muero sin suce
sion
263
sion pasa mi casa á otra línea , y aun la ma->
yor parte de mi caudal y muebles preciosos
van á caer en manos de unas gentes de quie
nes no quisiera que hubiese de depender mi
I querida Pamela ; y como por otra parte nues
tra vida es tan fragil , he dispuesto las cosas
.
de modo que en todo trance quedes inde
pendiente y feliz , asegurándote medios para
que puedas vivir con la decencia correspon
diente a una persona que tan íntimamente me
pertenece , y aun hacer mucho bien á otros.
Tambien dexo dispuesto que nadie pueda mo
T lestar á tus padres en la posesion de los bie
Alle
nes que les he señalado por los dias de su
vida. Ya todo está concluido , y solo falta que
**
nombres por tu parte fideicomisarios ( 1 ) ; y si
tienes algunos sugetos de toda tu confianza
para este efecto quisiera que me lo dixeses al .
instante .

1
Ved ahora , queridos padres mios , como
0
quedaria yo al oir una cosa de que estaba tan
agena , y la lúgubre sensacion que causaria
en
78

( 1 ) En Inglaterra quando alguno quiere


asegurar á otro algunos bienes los deposi
ta en dos personas abonadas , que se obli
gan por medio de una escritura formal í
responder de dichos bienes á la persona pa
ra quien fueren asegurados , 525 here
deros.
264
en mí esta triste prueba que me dabade su ex
cesivo amor. Baste deciros que no pude ar
ticular palabra en mucho tiempo , hasta que
prorumpiendo en copioso llanto, le dixe abra
zándole estrechamente : ¡ Ah Señor ! sin embar
go de la bondad de que está lleno vuestro dis
curso , me parte cruelmente el corazon ; y no
pude decir mas.
Hija mia , me replicó , siento que te afli
jas por una cosa que á mí me sirve de
consuelo. No porque yo haya hecho testa
mento me he de morir al instante ; pero co
mo nuestra vida está expuesta á tantos acci
dentes , y es tan incierta su duracion me

parece que el mayor error que puede come


ter un hombre es no disponer de estas co
sas en tiempo. Quando un hombre se halla
.próximo á su última hora tiene tantos asun
tos en que pensar , y el ánimo está tan in
quieto é imposibilitado de aplicarse á los ne
gocios de la tierra , que me parece delirio :
devar para semejante ocasion aquellos que
piden meditarse con madurez , y tener para
esto el alma libre y desembarazada ; cosa que
no se consigue regularmente sino en el esta
do de salud. Hizo en mí tan fuerte impresion
la repentina muerte de mi buen amigo Car
leton" , á quien ví en mis brazos agitado por
una parte con cuidados mundanos , y por otra
con la violencia delmal , que he estado desde
entonces impaciente hasta volver a esta casa,
don
265
donde tengo la mayor parte de mis papeles para
1.
hacer el testamento , que ya gracias a Dios he
CO2 concluido ; y supuesto que esta novedad te
causa tanta pena , yo mismo me encargaré
02 de buscarte fideicomisarios que cuiden de tus
US
intereses. Y como no quiero volver á hablar
te en toda mi vida de cosa que pueda en
tristecerte , solo me resta ahora hacerte una sú
plica.
d Iba yo á contestarle , pero fueron inúti
les mis esfuerzos , porque el dolor me tenia
1
anudada la garganta sin permitirme proferir
una palabra. ¿ Y qual os parece , amados pa
dres mios , que fue la súplica que me hi
UV
zo ? i Ah ! estaes otra prueba de su ver
EN dadero amor. Me pidió por favor que si
Dios , en castigo de sus pasados delitos , le
separase de mí quitándole la vida , no pasase
1 yo á segundas nupcias , especialmente con
Mr. Williams ; fundando esta pretension en
que casándome con él me censurarian las
gentes de juicio , y podrian decir que mi
12 amor á mi difunto esposo no habia sido ver
dadero , sino interesado , y que viéndome li
bre habia seguido mi primera inclinacion .
1 i Ah , qué delicado es el amor quando es le
gítimo ! Me protestó que no me hacia esta sú
plica por odio ó mala voluntad á Mr. Wi
lliams , sino porque no podia sufrir la idea
de que otro hubiese de ocupar en mi cora
zon el lugar que él ocupaba ; y porque en
nin
266
pingun tiempo se diga , añadió , que no obstan :
te lo mal que contigo he procedido no he lo
grado siempre la preferencia de tu amor , así
como yo he hecho ver que sin atender á mi ,
nacimiento te he preferido a todas las muge
res del mundo.
Á mí me fue imposible articular palabra
aunque deseaba satisfacerle en parte ; y vién
dome tan turbada me dixo : No quiero que
hables una palabra , ni necesito de protestas
para creerte , pues estoy seguro de que pa
ra obligarte, á cumplir mis deseos me basta
insinuártelos ; y no volveré en toda mi vida
á hablarte de este asunto como tú no me hables
de él . En estoinudó de conversacion con mu
cha maña y gracia ; y como ya habia pasado
la lluvia me alargó el brazo , y seguimos el
paseo .
¿No te gusta , me dixo , respirar la deli
ciosa fragrancia que ha comunicado la lluvia
á estas plantas? Tu presencia me anima de tal
modo que casi me parece que debo á ella lo
que es efecto de la lluvia , cuya frescura em
balsama el ayre , esparciendo al rededor de
nosotros tan suaves perfúmęs. Quando tengo á
mi lado á mi Pamela se me figura que to
da la naturaleza se renueva y florece al re
dedor de mí ; y con este motivo me acuerdo
de un Idilio que compuse años pasados su
poniéndome en un estado enteramente pare
cido al que ahora gozo , y, pintando en el con
tan
267
tanta propiedad y viveza mis felicidades , que
NA parece que un espíritu profético me inspiraba
entonces. Quiero repetírtele porque le sé de
memoria ; é inmediatamente empezó á decir
los versos sin dexar de continuar el paseo,
y despues me dió una copia de ellos , que
es la siguiente .
hi Idilio.
TP 1

Quando celebras , Iris , los matices


que adornan nuestros árboles y flores,
atribuyes la gloria de este adorno
al dulce riego que el calor suave
1 del sol ha fomentado : en esto sigues
quizá de la razon las sabias leyes;
pero si me permites que yo escuche
la voz de mis sentidos encantados
por tu beldad divina , haré que al menos
tengas parte , y no poca , en esta gloria.
Yo diria que el versé tan brillante
naturaleza aquí, de tí procede.
¡Ay ! aunque este jardin fuese un modelo
de perfecta belleza : aunque brillase
aquí la primavera mas florida
de quantas Filomena ha celebrado ,
este bello jardin y primavera
sin tí ¿ qué prestarian ? Quando ausente
me miro de tus ojos , ine parece
que todo desfallece con tu ausencia,
y á mí triste pensar naturaleza
mus
268
mastia у triste se muestra ; pero al verte
todo se torna alegre y placentero,
comunicando tu atractivo dulce
á la naturaleza. Y así juzgo
que tu presencia causa estas bellezas,
o tú las prestas luz para ser vistas.
Decide qué será :pero contempla
estas rosas que alayre han desplegado
ahora mismo sus hojas : mira el lirio,
que mostrando gozarse de tu vista,
emblema de mi amor de abrirse acaba.
Y estos dulces perfumes , este aroma
que el céfiro respira por do pasas,
¿ qué son sino un tributo que las flores
te pagan , derramando sus tesoros
al ver que de tus plantas el influxo
inas fragrancia reparte por do pasas
que la que ellas prodigan ? Estas leyes
sabia naturaleza ha establecido
entre los dones que reparte Flora,
y entre mi dulce Iris ; tú á su gloria
contribuyes , y sirven de retorno
tuya : ellos adornan
ellos para la
tu sen , y de él reciben nuevo ornato.
o
Quando el trono animado de tu seno,
dulce trono de amor la flor ocupa,
orgullosa conoce honor tan alto.
Coge de esos claveles y jazmines ,
y ufanos los verás de que los toque
tu mano soberana . Escucha ahora
del ruiseñor la dulce melodía :
SUS
269
sus trinos me parecen un tributo
que rinde á tu beldad , pues la luz pura
de tus ojos le excita al dulce canto.
Mira la alondra remontando el vuelo
á la mansion celeste , que parece
va á advertir á los ángeles que entonen
tus elogios , previendo que algun dia
has de ocupar la celestial morada.
Hasta las plantas y árboles ostentan
su júbilo ' á tu vista , celebrando
con un lenguage mudo su alegría:
estos olmos moviendo blandamente
sus hojas de placer , parece extienden
sus ramas ofreciéndote su sombra;
pero aquellas espesas enramadas,
zelando sus derechos , solicitan
que prefieras su sombra , mas amena
por ser de amor el delicioso asilo .
Entremos , Iris mia , á la enramada,
donde hay un sitio que en el medio dia
conserva las delicias de la noche .
En este ameno sitio las tinieblas
y el silencio por ti nueva eloqñencia
y vida tomarán : entremos , Iris,
y á tus pies juraré ser tuyo siempre.
De esta suerte en un bello y claro dia
Alcandro , jóven rico , en sus jardines
nuevamente adquiridos , requebraba
á la beldad que reyna en sus potencias.
¿ Quién al oir tan tiernas expresiones
pudiera presumir que el himeneo
mas
270
mas de seis meses antes los ligara
á los dos con su yugo y dulces leyes ?
De esta manera procaraba mi generoso
esposo suavizar con tan dulce conversacion
la tristeza que la gravedad del asunto y
12 extraña súplica que acababa de hacerme
habian infundido en mi corazon . No obstan
te yo estaba realmente afligida , y todavía lo
estoy . No permita Dios que yo llegue a ver
el terrible momento que ponga fin á los precio
sos dias de mi incomparable bienhechor. Dios
quiera que ... Pero me muero de pensaxlo : no
hablemos mas de un asunto tan triste. .
¡ Dios mio ! ¿qué es esta vida , aun quando
esté acompañada de todas las felicidades, ima
ginables ? Nosotros la pasamos en forjarnos ma
les imaginarios quando nos faltan males verda
deros ; y los quiméricos temores de las des
gracias que nos pueden sobrevenir nos ator
mentan tanto como si actualmente las estu
viéramos padeciendo. Me parece que si esto se
reflexiopara bien , cada hombre quedaria con
vencido de que este mundo no puede ser man
sion eterna de unas almas inmortales , y que
á esta vida necesariamente se ha de seguir
otra en que el alma quedará enteramente sa
tisfecha.
Pero no profundicemos mas en este abis
mo. Mi capacidad es demasiado limitada pa
de
ra llegar a comprehender la importancia US
271
estos misterios ; y así mejor será que yo me
reduzca á pedir at -Señor que haciendo buen
uso en esta vida de los indecibles favores que
su Magestad me ha hecho , me conceda go
zar en la otra en compañía de mi amado es
V
poso las puras satisfacciones de aquel feliz es
+
tado en que todo será alegría , paz y caridad
por eternidades de siglos.
Mientras cenábamos le volví á hablar de
21 los versos » у le dixe que habiéndome dado
una prueba como aquella de su : talento para
la poesia , esperaba que en lo suceșivo conti
nuase dispensándome semejantes favores. Has
1
ta ahora , me respondió , ha sido mi vida de
masiado libre y sensual para haberme podido
entregar á una ocupacion tan inocente : no he
hecho sino algunos ligeros ensayos , sin con
cluir nunca cosa que haya empezado , porque
mi poca paciencia no me ha permitido dedi
car la atencion mucho tiempo, á una misma
cosa : no obstante podré manifestarte , si gust
tas' , algunas de mis producciones ; aunque te
aseguro que no son enteramente de mi satisi
faccion.

Vier
272

Viernes .

Ayer casi todos los caballeros de estos


contornos nos hicieron el honor, de venir á
visitarnos con sus esposas , que se habian ci
tado de antemano para venir juntas á darnos
el parabien. Las damas me hicieron mil hon
ras , y los maridos se portáron con toda la
atencion y respeto imaginables. Cenáron con
nosotros , y se sirvió la cena con el mejor
órden y aseo , y muy á gusto de todos : gra
cias al esmero y habilidad de mi querida Ma
dama Jervis , que es una excelente ama de
gobierno .
Parece que yo solamente me habia vesa
tido para llamar la atencion de todos. Ver
daderamente que á no saber que no soy obra
de mis manos , como me decia un dia mi
querido padre , y si pensara de mí tan alta
mente como pensaban todos los concurren
tes , hubiera hallado entrada la soberbia en
mi corazon. Pero nunca me he olvidado ( y
Myladi Davers me lo dixo con tanta có
lera como verdad ) que yo no soy mas que
una pintura y uita muñeca despreciable. To
da ini vanidad se reduce á pensar que Dios
me ha colocado en un estado en que podré
ser útil á muchas personas mas beneméritas
que
273
que yo : este es todo mi orgullo , y espero
no tener otro ; porque ¿ qué era yo por mí
misma ? Aun en el bien que puedo hacer
soy la tercera mano : puesmi querido amo
no es mas que causa segunda. Dios omnipo
tente y misericordioso es únicamente el prin
cipal autor , y á él solo se le debe atribuir
i la gloria.
Como espero , amados padres mios te
ner muy presto el inexplicable consuelo de
1 veros aquí ( consuelo que os suplico me an
ticipeis todo lo posible ), no os refiero ahora
lo que pasó en la dichosa tarde de ayer ; y
reservo esto y otras tantas cosas para quando
nos veamos, que temo os he de cansar con
mis habladurías.
Tuve de visita ocho damas , todas de dis
tintas familias, á cada una de las quales me
es preciso ,visitar separadamente. ¡Dios mio ,
qué obra tan larga esta ! Ya empiezo a temer
que no he de poder emplear el tiempo coino
se lo he prometido á mi querido esposo. No
obstante, él está alegre y contento, y lleno de
agrado para conmigo. ¡Ah , qué felicidad , la
mia ! No permita Dios me olvide jamas de lo
que debo á su Magestad y á mi amado bien
hechor. Inmediatamente que me desocupe de
tantas visitas , espero restituirme del tumulto
del mundo á la calma y tranquilidad domés
tica , para ser útil á mi querido esposo y á su
familia..
Es
274
Esta mañana nos ha enviado Myladi Da
vers un recado muy atento y cariñoso con la
enhorabuena de parte de su marido , pidién
dome al mismo tiempo la remita mis pape
les con el mismo criado , y asegurándome que
luego que los haya leido vendrán ella y My
lord Davers á traérmelos, y á disfrutar mi
casa ( de esta expresion usa Myladi ) por quin
ce dias ó mas.
Una sola cosa ' me queda que lograr , y
que una vez lograda nada me parece que
podré apetecer ya en este mundo , y es vues
tra compañía , amados padres mios. ¡ Qué
dia tan feliz este para mí ! Espero que á to
das horas me dareis vuestra bendicion, hasta
que vayais á estableceros en la hermosa po
sesion que os ha destinado mi querido es
poso .
Deseo con ansia que vengala lista que me
habeis prometido de las persona's honradas que
os consta viven con miseria y necesidad . El di
nero está ocioso en mis manos , y no me fruce
tifica nada . Ya veis que me he hecho usure
ra , y que quiero sacar interes de los mismos
intereses . Conozco sin embargo que aunque
haga todo el bien que pueda nunca haré to
do el que debo ; pero espero que Dios su
plirá todas mis imperf .
eccionesesposo
He dicho á mi querido que quie
ro volver otra vez á la casa de campo dona
de hallamos á la hija de la pobre Sará Go
de
275
defroy ; y si no condescendiere con mis pri
11
+3
meros ruegos , haré lo que hacen todas las
mugeres mimadas de sus maridos ry le ator

22
mentaré hasta que me dé este gusto. Como
Dios me conceda salud y vida no me po
drá negar el consuelo de que yo misma me
encargue de la educacion dela pobrecita niña,
para que no caiga en los mismos lazos que su
desgraciada madre. Estoy haciendo prevencion
de varias chucherías que llevarla para que se
divierta y me tome cariño. >

En este instante acabo de recibir la mas


gustosa de todas las noticias , pues me dicen
que el Mártes por la mañana os poneis en ca
mino para esta . Os saldré á recibir sin falta en
coche. Dios quiera apresurar el momento de
nuestro encuentro. Perdonad mi impaciencia;
pero os envio esta' carta para que os divertais
en el camino ; y soy como siempre vuestra
amante y respetuosa hija = Pamela .

Aquí acaban las cartas de la incompara


ble Pamela á sus padres. Como estos llegáron
á su casa el Mártes por la tarde de la sema
na siguiente , no tuvo la ocasion de continuar
su diario.
Los buenos ancianos fueron recibidos con
todas las demostraciones imaginables de ale
gría , amor y respeto , así por parte de su hi
Tomo IV .
ja,
276
ja , comode su generoso esposos ; en cuya com
pañía permaneciéron hasta queestuvieron itis
puestas todas las cosas en el Condado de Kent;
adonde los fueron acompañando despues por
niéndolos en posesion de laherinosa granja que
les habian destinado : en la qual viviéron mil
cho tiempo felices , haciendo bien á todos sus
vecinos , así con su buen exemplo , como con su
caridad ilustrada,
• Todos los años hacian dos visitas de quin
ce dias á sus hijos : y estos iban igualmentèiá
7 visitarlos a su granja una vez al año. M. B....
aumentó considerablemente la granja con vas
riasadquisiciones nuevas , y ellos por su para
te aumentáron su valor consu cuidado y apli
cacion , haciéndose dignos de los favoresque
les habia hecho .
Por lo que toca á Pamela gozó muchos
años del premio debido á su virtud , piedad
y caridad : haciendo las delicias de quantos
la trataban , y siendo admirada como el mode
lo mas perfecto
doblem
de su siglo y de su sexô.
Hizo ente feliz á su querido esposo
dándole una hermosa y dilatada sucesion . El
por su parte fuepara ella un marido, amante ; è
imitando su exemplo se hizo admirar de todos
por su virtud , su, piedad , y su exactitud en
el cumplimiento de las obligaciones de un ca
ballero christiano. Ambos fuéron admirados de
quantos los tratáron por su afabilidad , por el
órden y economía admirables que establecieron
en
277
en su casa , por sugenerosa hospitalidad , y por
la caridad con que socorrian a todos los nece
sitados.
Todas las damas de aquella comarca visi
taban á Pamela , apetecian su amistad , y se
aprovechaba n de su exemplo ; siendo Myladi
Davers una de sus finas amigas y sinceras
admiradoras , y no menos Mylord Davers.
M. B ... , condescendiendo con sus repetidos
ruegos , convino en que se llevase á su casa á
la niña Godwin , á quien edi :có con su exemplo,
+ logrando por último casarla con un caballero
amable y rico , que halló en ella una excelente
esposa .

FIN DEL TOMO IV.


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3. Por
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Biblioteca Episcopal de Barcelona

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