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D.
まっく
1
4
(
1
PAMELA ANDREWS,
ở
LA VIRTUD PREMIADA.
$
,
PAMELA ANDREWS ,
ó
LA VIRTUD PREMIADA.
ESCRITA EN INGLES
SEGUNDA EDICION .
12 ay
820 Ric
TOMO III.
277p
CON LICENCIA.
R.34.382
1
.
PAMELA ANDREWS,
ó
LA VIRTUD PREMIADA .
engañado . 1
32
suerte ! ¿ Quién sabe si viendo mi generosa
amo que no soy enteramente indigna de sus
favores, me pondrá en estado de comunicar
á otros , sin perjuicio suyo , las grandes y be
néficas influencias anexas á la condicion á que
su bondad quiere elevarme ? ; Qué felicidad
será la mia si puedo premiar , aunque no sea
mas que la centésima parte de lo que debo
á tanbuenos padres , cuya doctrina у exem
plos han sido , despues de Dios , los instru
mentos de mi actual felicidad , y de la que
puedo prometerme en adelante ? ¡ Ah , qué
excesos de alegría excitan en mi corazon es
tas agradables ideas ! Ya no cabe en mí tan
to contento. Pero es preciso meditar mas desa
pacio todas estas cosas para alabar y bende
cir aquella Providencia que por tantos rodeos
me ha conducido siempre , premiando tan li
beralmente aquellas mismas acciones que su
misma gracia me ha inspirado . El Señor sea
bendito y alabado para siempre , pues ha dis
puesto que vuestra pobre hija se vea en un
estado tan dichoso .
Jue
39
Jueves.
Mi amo subió á verme por la mañana , y .
me estuvo hablando gran rato acerca de va
rios asuntos , pero principalmente sobre que
mandase hacerme algunos vestidos para el dia
de mi boda (iqué saltos me daba el corazon
quando le oí pronunciar este nombre con tan
ta tranquilidad ! ) ; y yo le respondí que en
todo estaba dispuesta a complacerle; pero que
otra vez le suplicaba por las razones que
antes le habia alegado , que no me manda
se vestir con demasiada magnificencia. Des
pues añadió , que la boda, se haria en secre
to por ciertos motivos partieulares ; y discur
ro , prosiguió , que no temerás que el matri
monio sea fingido; en cuya inteligencia lee el
Ritual y aprende las ceremonias que trae pa
ra este lance , á fin que no se te olvide nin
guna palabra.
Elrubor y la alegria me tenian como fue
ra de mí, y estaba como una grana todo mi
rostro. Yo le contesté que no tenia el mas le
ve rezelo , y que solamente temia mi propia
indignidad ; y él entonces añadió : Discurro
que esto se efectuará de hoy en quince dias
en esta misma casa. i Ah, y como me enter
necí al oir esta nueva Pero ya conocereis,
que
40
queridos padres mios, que no seria porque
me desagradase. ¿Qué dices, mi querida Pa
mela ? añadió. ¿ Tienes algun inconveniente
en elegir un dia de la semana que viene ? Por
que te aseguro que mis negocios estan pidien
do mi asistencia en la otra casa , y no qui
siera salir de aquí sin tener la dicha de po
seerte .
No tengo mas voluntad que la vuestra , le
dixe Hena de confusion ; pero no me ha
beis dicho que esta ceremonia se kabia de efec
tuar en casa ? Sí , me replicó , porque quie
Io que se haga con todo el secreto posible,
y si vamos á la Iglesia se hará público. Ha
biéndole yo contestado que esta era una ce
remonia santa , y que me parecia seria 'me
jor celebrarla en un lugar santo , me dixo con
una especie de sonrisa : Ya comprehendo el
motivo de tu confusion , y no quiero que ten
gas la menor sombra de sospecha; y una vez
que no admites con gusto que se celebre esta
ceremonia en tu quarto ó en el mio , 'man
!e
daré que dispongan y limpien la capilla .d
casa , que de dos generaciones á está parte es
tá inservible por no haber residido mucho tiem
po aquí mis antepasados. Mi bisabuelo fue quien
ia edificó, y mandó bendecir y pintar aquel
quadro tan antiguo del infierno.
Muy bien está , le respondí ; pero como se
trata de un punto de tanta importancia , per
mitidme que os pregunte : ¿ si podré escribir
á
42
mis padres informándoles de mi felicidad ?
Bien puedes , me respondió ; pero encárgales
mucho que guarden secreto , hasta que tú ó
yo les avisemos de que no hay inconvenien
te en publicarlo. Me acuerdo , Pamela , de ha
berte dicho que ya no queria leer tus pape
les , pero esto se entendia sin tu licencia;
si ahora quisieras darme el gusto de enseñár
melos ( y te aseguro que no tengo otro mo
tivo mas que el placer que experimento en
leer lo que escribes ) , me harias un favor
muy señalado .
Aunque no los he escrito , le dixe , pa
sa que los leyeseis , porque contaba siempre
con vuestra palabra, sin embargo os los mos
traré con tal que me permitais trasladar una
hoja. ¿ Y qué hoją es esa ? me dixo. Aunque
te lo pregunto no es con ánimo de condes
cender á tu súplica , porque tengo tanto ma:
yor deseo de ver esa hoja, quanto considero
que contiene expresiones mas importantes y
sencillas, por lo mismo que la has escrito con
ánimo de que yo no la viese. Lo que no qui
siera que leyeseis , le repliqué, son algunas
expresiones poco respetuosas con motivo de la
carta que recibí por medio de la gitana, co
mo escritas en un tiempo en que me tenia so
bresaltada vuestro proyecto del matrimonio fin
gido. Tambien hay algunas otras cosas que no
quisiera que vieseis ; pero este artículo es el
peor de todos. Es imposible , Pamela , me di
хо ,
42
xo , que me pintes con 'mas deformidad que
la que yo mismo he reconocido ya en mí ; y
te doy licencia para que en este punto ha
gas un retrato , cuyo original ha debido pa
recerte el mas horrendo. Pues bien , Señor,
le respondí , procuraré que quedeis obedecido
antes de la noche. Pero mira , añadió , que no
mudes una palabra. No teneis que temer , le
repliqué, pues sé que os disgustaria.
En esto subió la Jewkes y nos dixó que
Tomas estaba ya de vuelta . A , bien , dixo mi
amo , pues que traiga los papeles ( porque así
él como yo discurriamos se los hubieseis en
tregado ) , pero nos hallamos terriblemente bur
lados quando le oimos decir hablando con- sur
amo : Señor , el buen Andrews no ha que
rido entregarme los papeles , diciendo que pre
cisamente habian obligado a su hija que le es-
cribiese por fuerza aquella carta , y el pobre
anciano hacia las mas vivas demostraciones de
dolor , asegurando que su hija estaba ya per
dida , pues de otro modo era imposible que
se hubiese vuelto atrás hallándose ya tan cer
ca de su casa ; y aun yo he tenido mis miem
dos de que me costase caro el viage.
Vamos claros , Tomas , cuéntame sin rom
deos , delante de Pamela , todo lo que han di
cho sus padres. Señor , pro iguió Tomas , in
mediatamente que leyéron su carta y confe
renciáron entre sí acerca de su contenido , em
pezáron á Horár tan amargamente ; que me
da
43
daba lástima; despues decian : ipobre hija , a
estas horas ya está perdida ! Ella ha escri-.
to esta carta por fuerza, ó se ha rendido á
las instancias de su amo ; y de qualquiera ma
nera á ya está perdida , ó tardará muy poco
en estarlo .
Conocí que mi amo se ponia algo enfada
do , y así le dixe : Señor , perdonad los temo
res de mis honrados padres , pues no es extra
* ño que no alcancen hasta donde se extiende .
vuestra bondad para conmigo.
¿ Con que no han querido entregarte los
papeles ? añadió sin contestarme. No, Señor,
dixo Tomas , por mas que les he asegurado
que la Señorita habia escrito aquella carta li
bre y voluntariamente , de resultas de otra
vuestra que yo la habia entregado; pero el
buen viejo dixo : Muger , en estos papeles hay
mil cosas que nadie debe saber sino nosotros,
y que importa con especialidad que no las vea
nuestro amo ; han sido tantas las estratage
mas de que se han valido para engañar á nues
tra pobre hija , que ya por fin lo han logra
do. ¿Cómo es creible , dixo hablando conmi
go , que saliese con tanta aceleración de aque
lla casa para venirse con sus padres , y que
estando ya á la mitad del camino nos envia
se'esta carta , y se volviese gustosa como nos.
asegurais , quando sabemos que su mayor con
suelo seria venirse con nosotros y librarse de
los peligros á que ha estado expuesta tanto
tiein
44
tiempo ? Despues dixo que ya no podia re
sistir á tanto dolor : que su hija era una mu
ger perdida ; y entre estas expresiones se sen
táron los dos viejos , y agarrados de las ma
nos se lamentaban de tal modo que me da
ba compasion el oirlos ; de manera que por mas
que les he dicho no me ha sido posible con
solarlos, niha querido darme los papeles , aun
que les he asegurado que se los entregaria á
su hija en mano propia ; y viendo que no ha
bia remedio me he vuelto sin ellos.
Reparando mi amo que yo me estaba des
haciendo en lágrimas al oir la relacion de vues
tros sustos y temores , me dixo : No llores,
Pamela , pues no estoy verdaderamente enfa
dado con tu padre , y sé muy bien que es un
hombre muy honrado ; solamente deseo le es
cribas inmediatamente , pues enviaré la carta
por el correo á Mr. Atkins, que vive ahora á
dos millas de la casa de tus padres , y le
encargaré que luego que la reciba se la ha
ga entregar en mano propia. No le hables pa
Jabra de enviar los papeles por no aumentar
su pena , pues yo solo deseo verlos por cu
riosidad , y en qualquiera otro tiempo podré
satisfacerla. Y volviéndose á Tomas' le dixo :
disculpa tienen los buenos viejos en hacer lo
que han hecho , pues no saben mis honestas
intenciones para con su querida hija , que en
breve será tu ama ; pero esto estará secreto
por algunos dias , y así ten entendido , Tomas,
que
45
que no quiero que mis criados hablen de ello
fuera de casa .
Oyendo esto Tomas se alegró mucho , y
prorumpió en bendiciones hacia su amo; y
yo de la misma manera le dí todas las gracias
imaginables al ver la paciencia con que lleva
ba el que mis padres no hubiesen querido re
mitirme los papeles .
En esto se retiró Tomas , y mi amo me
dixo : No necesito repetirte que escribas in
mediatamente á tus padres para consolarlos , á
cuyo fin quiero dexarte sola. Por ahora envia
me los papeles que no tengas inconveniente
en que yo lea, para divertirme un rato ; pe
ro se me olvidaba decirte que los caballeros
y damas de estos contornos de quienes ya te
he hablado , han de venir mañana á comer
conmigo , á cuyo fin he dado las órdenes ne
cesarias á Madama Jewkes. ¿ Y me he de pre
sentar yo delante de ellos? le dixe. Sin re
medio , me respondió : į no ves que este es el
principal motivo que los trae aquí ? Pero no te
dé pena , y está segura de que no verás co
sa que te iguale.
Luego que se retiró mi amo desatémis pa
peles , y saqué los que empezaban desde el
Jueves por la mañana , que partió para Stam
ford , y contienen :
„ La visita que me hizo antes de que yo
» me levantase , y las estrechas órdenes da
» das á laJewkes para que no me perdiese
Tomo III. D » de
46
» de vista : la aventura de la gitana del dia
» siguiente , y mis reflexſones acerca de este
» lance , en las que le trato como á un hom
„ bre verdaderamente diabólico , con unas ex
» presiones demasiado agrias , dictadas por el
» horror que entonces habia concebido con
» tra él : su regreso el Sábado : los sustos que
» pasé quando fingió quererme registrar pa
» ra buscar los papeles que seguian á los que
» ya tenia en su poder: la precision en que
» me ví de entregárselos: su modo de portar
» se conmigo despues de haberlos leido , y las
» preguntas que acerca de esto me hizo : el
agrado que me manifestaba á vista de los
» peligros de que me habia librado , y de los
trabajos que habia padecido : como precisa
» mente en la ocasion en que me mostraba
» mas afecto tuve la imprudencia (acordán
» dome del matrimonio fingido ) de decirle que
w to dos mis deseos se reducian á volverme á
1 vuestra casa : lo mucho que se indignó con
migo al oir esto , y como me echó de su
» casa aquel mismo dia enviándome á la vues
» tra : las particularidades de mi viage : mi pe
» sar al separarme de él : la ingenua confesion
» que os hago de que me parece le amaba sin
» poderlo remediar : como envió á buscarme,
» suplicándome que volviese , pero dexándo
» me al mismo tiempo en libertad , siendo así
» que podia mandar me llevasen por fuerza:
» como determiné darle gusto , y las fatigas
» que
47
» que padecí á la vueltas el afable recibimien
» to que me hizo , y como me enseñó la ter
» rible carta de su hermana Davers , en la que
» le reprehende su modo de portarse conmi
» go , le suplica me dé libertad , y le ame
» naza que no le reconocerá por hermano si
» se casa conmigo : mis reflexiones acerca de
» esta carta .”
Espero que vereis muy presto todos estos
papeles , y los demas que siguen hasta el Mar
tes por la tarde . Lo restante , como la con
versacion que tuvimos en el coche el Miér
coles por la tarde , y la afabilidad con que
me trata despues acá , son cosas que no me
parece debo escribir , porque me da vergüen
ża hablar con tanta libertad de un asunto tan
delica do
cadoy lisonjero para mí; bien es verdad
que los favores que continuamente estoy re
cibiendo de su mano merecen de mi parte
quantos testimonios pueda darle de mi agra
decimiento .
Luego que repasé todos estos papeles, se
los llevé yo misma á la sala , y le dixe al tiem
po de entregárselos : Os suplico , Señor , que
useis conmigo de la misma condescendencia
que hasta aquí, y si advertis que he sido de
masiado simple o demasiado libre en mis re
flexîones y en la expresion de mis sentimien
tos , sirvaos de excusa mi sinceridad por una
parte , y por otra mis temores. No temas , me
respondió , que en adelante pueda darte mo
D 2 ti
48
tivo de rezelar ni de mis pensamientos ni de
mis acciones .
Despues me subí á mi quarto para comu
nicaros en pocos renglones mi actual esta
do de felicidad , y manifestaros lo agradeci
do que debe estar mi corazon á los favores
que rec ibo
de mi amo ; y os ase guro
que
muy presto tendré el gusto de volveros á en
viar no solamente los papeles que ahora os
pido , sino su continuacion hasta la hora pre
sente ; porque sé que en vuestros ratos des
ocupados tendreis mucho gusto en leer mis
borrones . Antes de cerrar la carta se la lle
vé á mi amo para que la leyese ; y despues
de haberme agradecido esta confianza у de
elogiar la sencillez de mi estilo , me la volvió
para que la pusiese la oblea. ¡Ah , qué dias tan
felices estos que paso aquí ! ' Dios quiera con
tinuármelos , pues qualquiera contratiempo bas
taria para quitarme la vida. pues
Mi amo salió en coche des de comer ,
y á la vuelta me envió á decir que tendria gus
to en que diésemos una vuelta por el jardin :
yo baxé inmediatamente , y habiéndome sa
ſido al encuentro me dixo : ¿ A quien te pa-
rece que he visto esta tarde , Pamela ? No tu
ta age
par á un prado , y en él un delicioso paseo á
lo largo de un arroyuelo , con dos órdenes
de
49
de texos á una y otra orilla , adonde la no
bleza suele ir, å pasear , pescar y divertir
se ; la primera vez que salgamos te llevaré á
este sitio. En él me baxé del coche para atra
vesar el prado, y mandé á Roberto que die
se la vuelta
у. fuese á encontrarme al otro
lado. Pero ¿ á quien te parece que he encon
trado paseándose y leyendo en un libro que
tenia en la mano ? Á tu humilde y rendido
servidor Williams. No te pongas colorada,
Pamela , y oye: como él estaba vuelto de
espaldas hắcia mí me determiné á hablarle an
tes que me viese. ¿ Cómo está mi antiguo ami
go ? le dixe ( porque hemos estudiado juntos
un año en un colegio ) ; mas él al oir mi
voz у al verme junto á sí , hizo un movimien
to tan extraordinario que discurrí iba á echar
se al arroyo. Mucho siento , le dixe , que os
haya asustado tanto mi voz : ¿ qué estais, le
yendo, Mr. Williams? Señor , me respondió
tartamudeando y muy sobresaltado , el Telé
maco en frances, porque quiero perfeccionar
me en lo posible en este idioma. Haceis muy
bien , le contesté : ¿ os parece que esta nu
becilla nos rociará un poco ? ( efectivamente
empezaban á caer algunas gotas.) Me parece
que no será cosa , me respondió. Si quereis vol
veros , proseguí, á la aldea os llevaré en mi .
cohe, porque de vuelta del paseo he de lle
gar á casa del caballero S .....
Pero á esto me respondió Williams , que
no
so
no era merecedor de tanto honor ; y yo le
dixe entonces : No gasteis ceremonias , vamos
paseando hasta el otro lado de la arboleda , que
allí encontrarémos el coche .
De modo , prosiguió mi amo , que traban
do conversacion en el camino , me dixo que
estaba muy sentido de haber incurrido en mi
indignacion , y mucho mas despues que ha
bia oido decir á Myladi Jones ( quien lo sa
bia por la familia del caballero S ......) que
mis fines eran mas honestos de lo que se ha
bia creido al principio. Mr. Williams , le di
xe , los que hemos nacido favorecidos de la
fortuna, solemos algunas veces abusar de ella ,
y dar motivo con nuestras acciones á que
los hombres sensatos digan que nos dexamos
arrastrar sensualmente de las influencias de
una abundancia peligrosa , sin acertar á cami
nar por el camino trillado , sin embargo de
ser el mas seguro y merecer la preferencia.
Ya podiais discurrir que yo no gustaria de ver
que se me impidiese la posesion que tan de
cerca me pertenecia, y especialmente por un
antiguo amigo como vos , cuyo bien estar
habia yo proporcionado por tantos medios an
tes de este negocio. Pero lo que mas me ha
desazonado ha sido , que suponiéndome vos
reprehensible , no me hubieseis reconvenido co
mo podiais , conociendo la docilidad de mi
carácter .
Mucho he sentido , me respondió Wi
lliams,
ſ
lliams , el haber incurrido en vuestra desgra
cia ; pero creed que todo lo que he hecho
ha sido por un impulso de caridad y compa
sion al ver las instancias que me hacia la Se
ñorita Pamela para que la sacase de vuestra
casa. De otro modo no me hubiera propasa
do á nada .
Bien está , Mr. Williams , le dixe , teniais
disculpa en hacer lo que habeis hecho , pues
ignorabais si yo habia de proceder de un mo
do tan honrado , como en efecto he proce
dido. Pero todo se ha acabado ya , y os ase
guro que no conservo ningun rencor .
De este modo , continuó mi amo , hemos
pasado el tiempo Williams y yo , hasta que
Îlegamos á la aldea, y le dexé en su casa ; pe
ro te aseguro , Pamela , que sabe guardar muy
bien tus secretos , pues no ha habido forma
de confesarme que tú le hubieses contesta
do á las preguntas que te hizo acerca de ca
sarse contigo.
En verdad , Señor , le respondí, que na
da tiene que decir en este punto , y espero
que os desengañareis algun dia. No , Pamela,
me respondió , no pienses que dexo de creer
te , pues me haria un agravio á mí mismo en
obrar de otro modo. Lo que únicamente quie
ro darte a entender es , que si yo no hubie
ra descubierto como descubrí que los tiros
venian de parte de Mr. Williams , hubiera to
mado el asunto muy distinto semblante , y no
nos
52
nos veriamos los dos en el feliz estado en que
ahora nos vemos.
Añadid á esto , le repliqué , que por gran.
de que fuera mi vanidad, no podia esperar el
honor á que quereis elevarme ; y por consi
guiente no debiendo esperar yo sino mi des
honra , en vista del cruel trato que me daban,
ninguno creeria que mi amor á la virtud era
verdadero si no hubiera hecho todos los es
fuerzos posibles para librarme; y aun así no
pensaba yo en el casamiento, ni tenia la mas leve
inclinacion á ningun hombre de este mundo.
Qué contento , amados padres mios , qué
satisfaccion no experimenta ahora el corazon de
vuestra feliz hija ! ; Quanto me alegré al oir la
relacion que me hizo de su conversacion con
Mr. Williams , aunque no me atreví á manifes
társelo ! Con esto ya soy mas dichosa , y espero
que con el tiempo se reconciliarán perfectamen
te. Tambien tuvo la bondad de decirme que ha ܘ
Viernes.
en
( 1 ) : Lugar bastante distante de Londres,
adonde va á tomar aguas minerales y baños
calientes la mayor parte de la nobléza. La
palabra inglesa Bath significa baños.
e Tomo III.
62
lances se acostumbran , especialmente si pien
san como yo. No puedo menos de confesa
ros , amados padres mios , que sin embargo
de la envidiable suerte que me espera , se lle
na mi alma de respeto al acordarme de esta
gran solemnidad , y quanto mas se acerca , tan
ta mayor impresion hace en mí esta memoria.
Á eso de las quatro de la tarde subió mi
amo á mi quarto y me dixo : Dime , Pamela,
¿ te asustarias si vieses abaxo á Mr. Williams?
Señor, le respondí , por qué me he de asus
tar ? Pues mira, me dixo , está dispuesta pa
ra ver un forastero quando entres en la sala:
aquellas damas se preparan ya para jugar, é
insisten en que las acompañes. Me parece , le
dixe , que quereis hacer pruebas de todo mi
valor. Pues qué , añadió , i no tienes valor pa
ra verle ? No es eso lo que quiero decir , le
respondí , sino que ya sabeis lo confusa que
me he visto en la presencia de esas damas
у caballeros; y como algunos de ellos no han
querido dar oidos á los ruegos que por mí les 1
ha hecho Mr. Williams quando yo buscaba
medio de escaparme, me parece extraño ha
berme de encontrar con él en presencia de to
dos ellos, y haber de sufrir que se rian de lo
pasado. Muy bien está , me dixo ; pero procu.
ra no asustarte si al entrar en la sala vieses allí
un hombre , á quien yo te permito amar mu ,
cho , aunque no tanto como á mí.
Este modo de hablar me llenó de sobrea.
sal
3
salto , pues rezelaba: que mi amo empezase
á tener zelos de mici Qué será de mí, Dios
mio ! me decia á mí misma ( porque a la ver
dad mi amo me habia hablado con bastante
seriedad ). ¡ Si me sucederá algun nuevo con
tratiempo ! Mi corazon está en prensa y no
sabe lo que le pasa. Pero no importa , haré
por baxar con lamayor serenidad que pueda,
para que nadie entre en sospechas. Sin em
bargo , quisiera que este Mr. Williams no hu
biera elegido para venir aquí la hora en que
estan juntos todos estos Señores, por las mi
radas misteriosas que nos echarán å él y a mí.
Si no fuera por esto me alegraria infinito de
verle , porque es de buen corazon, y el pobre
ha padecido mucho por mí.
En fin vinieron á avisarmé que baxase á
jugar. Preciso es baxar , me decia á mí mis
ma > aunque temo mucho que he de perder
el buen concepto que todos han hecho de
mí ; porque no podré menos de hacer una figu
ra la mas ridícula. Mi amo con la pregunta tan
seria que me ha hecho melha dexado muy con
fusa : y por otra parte la advertencia de que
procure estar sobre iní , y no asustarme aun-,
que vea en la sala á un hombre ( á quien me
permite amar mucho , pero reservando para si
la preferencia ) , me acongoja en extremo. A
míme pareceque me ama,y me ihteresa in
finito el saberlo de cierto. Yo no puedo me
nos de amarle : el negarlo seria locura , y es
E 2 im
64
imposible que haya otro hombre á quien pues:
da dar la preferencia en mi corazon. Prestodes
cubriré este misterio . " ;
Ahora , querida madre mia, es preciso que
mis cartas se dirijan á vos. Mi estimado aino
tenia mucha razon para advertirme con tanto
misterio que procurasé estar sobre mí y no
asustarme , pues en mi vida he padecido mayor
sobresalto , ni podia haber un hombre á quien
mas quisiese. ¡ Ah , querida madre mia ! el que
me esperaba en la sala no era Mr. Williams,
sino mimuy amado padre , que se disponia á
darme su bendicion . Mi amo y él me han
man
dado que os escriba muy por menor como
ha pasado todo , y quales han sido mis pen
samientos acerca de este feliz encuentro ; y
así tomaré el hilo desde el principio, esto es,
desde la hora en que la Providencia ha trai 1
Sábado.
pres
preguntaba
su lado .
por mí, mepresenté alinitante's
En esto salimos á la puerta , y mi amo
dixo á Mr. Williams que para manifestar á
todos el aprecio que de él y de su herma
no hacia , le suplicaba que no solo asistiesen
los dos á la renovacion de la capilla que se
habia de hacer al otro dia celebrando en ella
los divinos oficios, sino que queria pedir á su
hermano el favor de que se encargase de su
bir al púlpito , y decir quatro palabras acerca
de esta solemnidad .
Mr. Williams le contestó con la mayor
atencion , y prometió por su parte no faltar
con su asistencia a este convite. El hermano
tambien le ofreció lo mismo ; pero en quan
to á encargarse del sermon le dixo : Señor,
no puedo menos de insinuaros que si quereis
oir un discurso muy compuesto y limado no
me será posible complaceros, porque estoy ab
solutamente desprevenido. No , dixo mi amo,
no quiero precisaros á que hableis sobre asun
to determinado ; pero si tuvierais algo traba
jado sobre aquel texto : Mas alegría hay en
el cielo por un pecador que se convierte , que
por noventa y nueve justos que no necesitan
de penitencia , sin que las damas ni los cria
dos que han de asistir pudiesen conocer que
se dirigia á mí la oracion , quedaria muy con
tento ; y creedme que no tengo particular em
peño en la eleccion de este pasage. Es ver
dad
100
dad que todo quanto nos digais será bien re
cibido , porque sabemos lo delicado que sois
en la eleccion de asuntos.
Una oracion tengo escrita , dixo el her
mano de Mr. Williams , que he predicado po
co ha en accion de gracias , con motivo de
haber recibido un favor,muy señalado del cie
lo : este era el texto : Dexa ya , Señor , mare ,
char á tu siervo en paz , porque mis ojos han
visto tu salud.
Este texto , repliqué entonces, me convie
ne á mí perfectamente. No tan perfectamente,
dixo mi amo ; porque yo , Pamela , no te de
xo marchar en paz ; antes bien espero que te
quedes con gusto .
Es verdad , Señor , le respondí ;. pero á
lo menos puedo decir que he visto la salud
de Dios. Tambien , añadí, me convienen en
algun modo aquellas palabras de la Santísi
ma Vírgen : Mi alma ensalza al Señor ... por .
que se ha dignado de atender á la humildad
de su sierva... y ha elevado sí la que se han
llaba abatida.
Yo estoy seguro , dixo mi padre ( 1 ) , que
si
( 1 ) En Inglaterra hasta las personas legas
saben la Escritura , porque la aprenden yes
tudian de memoria desde la niñez , y por eso no
es de extrañar que Pamela y su padre sepuin
usar en esta historia de los pasages de la Bi
blia en las conversaciones familiares.
IOI
si hubiera tiempo , hallariamos en el libro de
Ruth sobrados materiales para ponderar el ho
nor que hoy recibe mi querida hija.
¿ Por qué decis eso , Señor Andrews? le
preguntó mi amo. Yo sé muy bien la historia
que citais ; pero Mr. Williams confirmará ini
opinion , y es que vuestra hija me da por lo
menos tanto honor como ella recibe de mí.
Señor , le repliqué , vuestra generosidad
es inexplicable ; pero en esta parte jamas se
Té de vuestra opinion. Eso es otra cosa , mi
querida Pamela , me dixo : yo debo pensar que
tú serás de mi opinion , aunque por modestia
manifiestes creer lo contrario . Este es un ex
celente principio , que en adelante podrá ser
virnos para arreglar nuestra conducta respec
tivamente uno á otro .
¿ No era esta , querida madre mia , una con
versacion llena degenerosidad y de discrecion?
¡ Oh, qué felicidad para una muger vivir uni
da á un hombre tan generoso y discreto ! ¡ Qué
mayor fortuna! ¡ Qué mayor...! Pero me fal
tan expresiones , y no sé qué decir. En esto se
despidieron Mr. Williams y su herinano , di
ciendo este último que buscaria entre sus ser- /
mones el que fuese mas adaptado a las circuns
tancias del dia siguiente. Antes que partais, di
xo mi amo á Mr. Williams , tengo que comu
nicaros una cosa. Bien presente tendreis que
en el tiempo de mis zelos me he portado cruel
y vengativamente con vos , haciendoos fir
mar
102
Domingo.
El Domingo por la mañana toda la familia
se puso de gala para celebrar la renovacion
de nuestra capilla. Myladi Jones traxo en su
coche á Mr. Williams y á su hermano , y
las dos Señoritas Danford viniéron en el suo
yo con dos lacayos. Nos desayunamos to
dos juntos con mucha alegría y contento. Mi
querido padre estaba muy placentero y muy
bien vestido, y las damas le hiciéron mil aga
sajos . Mientras nos estábamos desayunando di
xo mi amo á Mr. Williams , que le parecia que
for
106
por falta de sacristán nos seria preciso pasar
sin oir cantar los salmos ; pero él le respon
dió que supliria por su parte este ministerio en
quanto pudiese. Al oir esto mi padre , les di
xo que si lo llevaban á bien ét desempeñaria
este oficio , pues siempre habia sido muy in
clinado á semejante exercicio. Bien sabia yo
que en su juventud habia aprendido á cantar
los salmos , y que todos los Domingos por
la tarde se entretenia en este piadoso exer
cicio , así de soltero como de casado , y aun
que en la escuela , que al principio de sus des
gracias habia puesto , hacia que sus discí
pulos se exercitasen en esto mismo : de mo
do que yo no tenia ningún rezelo de que
desempeñase mal su palabra en nuestra pe
queña congregacion . Todos - los concurren
tes aceptáron gustosos la oferta , y nos fui
mos en compañía у con la mayor compos
las
117
las damas pudiéron conseguir de mi amo fue
que las daria un bayle antes de retirarse de
este Condado . Pero la Señorita Danford di
xo , que el bayle se habia de tener en su ca
şa , porque en caso de no poder ella asistir a
la boda , se tendria por desayrada , y no vols
veria aquí hasta que nosotros la hubiésemos
ido á visitar. -
• Despues que ellas se habian retirado em
pezó 'mi amo á hacer muchas instancias á mi
padre påra que se quedase hasta ver efece
tuado nuestro matrimonio ; pero él le supli
có encarecidamente le permitiese partir el dia
siguiente al amanecer , dando por ' razon et
gran cuidado con que estaria mi madre si
tardaba mas tiempo , y el deseo que tenia de
referirla muy por menor todas las circuns
tancias de la felicidad de su hija . Quando mi
amo advirtió el empeño que tenia en volver
se , llamó á Tomas y le mandó que para el
dia siguiente muy de madrugada tuviese dis
puesto para mi padre cierto caballo bayo , y
una maleta en que llevar los vestidos, y que
le fuese acompañando todo aquel dia, ó has
ta su ' misma casa si él venia en ello ; y aña
dió volviéndose á mi padre : Este caballo os
ha de servir para ir y volver quando fue
reis á visitarnos al Condado de Bedford , y
así os le regalo con todos sus' arreos . Y no
me digais que no , prosiguió viendo que 'mi
padre iba a hablar , porque no gusto que me
des
118
desprecien mis cosas. ¿ Puede darse generosi:
dad semejante ?
Mientras cenamos hizo mil honras á mi
padre , y le entregó todos los papeles que
tenia mios ' , aunque con la condicion de vol
vérselos despues de haberlos leido él y vos.
Un padre y una hija que tanto se quieren ,
añadió , tendrán sin duda mucho gusto en es
tar solos un rato ; y así dad mis memorias
á la buena Madama Andrews , y decidla que
antes de mucho tiempo espero veros jon
tos quando vayais á visitar á vuestra hija á
la otra casa ; quedad con Dios , y llevad buen
viage , por si acaso no nos vemos por la ma
ñana. En esto se retiró , dexando á mi padre
tan penetrado de sus beneficios que apenas
podia articular una palabra.
Ya podeis considerar , querida madre mia,
qual seria mi pena al despedirme de mi ama
do padre , y qual seria tambien la suya al se
pararse de mí; pero era tal el ansia que te
nia de veros y contaros.todas estas buenas
noticias , que no me atreví á instarle para que
se detuviese.
Madama Jewkes traxo quatro botellas de
vino generoso y algunas roscas , y todo lo
acomodó en el maleton , con el vestido nue
vo de mi padre; porque dixo que por quan
to valia el mundo no queria presentarse en
su lugar vestido de aquel modo antes de pu
blicarse mi matrimonio . Tambien determinó no
I lle
119
llegar á las veinte guineas hasta este caso,
por no dar ocasion á hablillas; y aun enton
ces dice que me consultará acerca de lo que
ha de comprar . Pero yo le contesté que en
adelante esperaba tener una correspondencia
libre con él y con vos , sin necesidad de re
currir á artificios.
Díxome que queria recogerse temprano
para madrugar , y se despidió de mí, ame
nazándome con que no me querria mas si
me levantaba por la mañana para verle partir;
porque de este modo , añadió, seria mas sen
sible nuestra separacion , y estariamos todo el
dia tristes .
Tomas traxo á mi padre un par de bo
tas , y le dixo que tendria cuidado de lla
marle antes de amanecer , y dexaria dispues
tas .todas las cosas esta noche. Me echó su
bendicion , y me prometió que vos , queri
da madre mia , hareis lo- mismo. Yo me re
au
tiré á mi gabinete muy triste por su
sencia , aunque consolada por otra parte, 1
considerando que su partida era necesaria pa,
ra ver á su querida esposa , y darla las mas
felices nuevas que podia, recibir en toda su
vida. Le encargué mucho que no trabajase tan
to como hasta ahora , porque estaba persua
dida de que . mi amo no le hubiera dado, las
veinte guineas para vestirse și no estuviera
en ánimo de hacer mucho mas por él : y aña
dí
, que podia recibir gustoso sus beneficios,
por
120
porque teniendo que emplear'muchas perso
nas en el cuidado de las dilatadas haciendas
que poseia , podria emplearle de modo que le
fuesen útiles sus servicios sin hacer perjuicio
á nadie .
Me ofreció que lo hará ; pero os encar
go , madre mia , que cuideis mucho de que
me cumpla la paläbra. Espero que mi amo
no verá estos borrones ; pero 'no os los en
vio hasta que al mismo tiempo -os dé cuen
ta del colmo de mi felicidad ; y porque mi
padre podrá referiros la mayor parte de las
cosas que he escrito desde la última fecha de
los papeles que lleva consigo , pues ha sido
testigo de vista de todo. Quedad con Dios,
querida madre mia , ' á quien suplico conceda
buen viage á mi amado padre , y á vos os de
xe verle sano y contento.
Lunes .
Martes .
>
129
de verse en la otra casa , porque aquí no sa
bia que hacerse , pues no habia pensado de
tenerse la mitad de lo que se habia deteni
do. Quando estemos allá , añadió , no me
tendrás tanto tiempo a tu lado como ahora,
pues necesito arreglar muchos negocios , y
me veré precisado á pasar á Londres para
ajustar cuentas con mi corresponsal, que ese
tan mas atrasadas este año que ningun otro .
No sé si acaso se me proporcionará llevarte
á la Corte este invierno próxîmo para que te
diviertas cinco ó seis semanas en ella. Yo le
respondí que su voluntad seria siempre la re
gla de la mia , y que nunca apeteceria es
tas ni otras diversiones , sino en quanto fue .
sen de su gusto y eleccion .
Despues me habló de la felicidad que es
peraba gozar en mi compañía , pidiéndome
olvidase su antigua conducta , y prometién
dome una correspondencia y amor sin igual.
En la mesa quiso que siempre le hiciese
yo plato , y son tantas y tan continuas las
finezas con que me honra , quemi corazon
está cada dia mas satisfecho . Sin embargo
de esto , siento en mí cierta cosa que no
sé explicar , y un peso que me oprime á me:
dida que el Jueves se va acercando , y que
muchas veces me hace suspirar involuntaria
mente , aguando en cierto modo los place
res que me prometo de mi futuro estado. Es
pero que este movimiento interior no sea anya
cio
130
cio de algun mal como los pasados , sino
efecto de la flaqueza de una alma entregada
con exceso a la contemplación de un ne
gocio que , exceptuando el de la muerte ,
me parece el mas importante que nos puede
ocurrir.
Qualquiera bagatela bastaria para entriste
cerme ; pero quiero resignarme absolutamente
en manos de aquella adorable Providencia , que
conduciéndome hasta aquí de la mano por
entre tantos riesgos, me ha puesto ya en el
feliz momento que me promete tantas felici
dades. Solo temo y con razon no hallar en
mí méritos que me grangeen perpetuamente
el afecto de mi bienhechor. Dios por su mi.
sericordia me enseñe á ser humilde , y á co
nocer lo poco que valgo , pues este conven
cimiento , ayudado de su divina gracia , será 11
Miércoles,
la escalera corriendo .
Luego que Abraham entró para servir el des
ayuno , mi amo por no dar que sospechar a los
criados les dixo a los Señores : Mucho os es
timo que hayais venido á desayunaros á mi
casa , porque mi Pamela y yo ibamos á sa
lir á paseo hasta el medio dia, y espero que
nos acompañareis á comer. De ningun modo
queremos impedir vuestro paseo , dixo Mr. Pe
ters; yo tenia este rato desocupado , y me
ha dado gana de venir á ver vuestra capilla;
pero tengo precision de volver á comer à mi
casa, y estos Señores me han prometido acom
pañarme. Pues bien , dixo mi amo volviéndose
á mí, nosotros nos iremos á pasear un rato en
coche luego que Mr. Peters haya visto la capi
lla . ¿ Quieres tú tambien acompañarnos despues
que nos desayunemos ? Sí.... si vos gustais, res
pondí tartamudeando. ¡ Qué locura! Yo no me
atreví á levantar los ojos para mirar á ninguno
de los concurrentes. Abraham advirtió mi con
fusion , y mi amo que lo notó dixo : ¿Pamela,
parece que no has vuelto todavía del susto?
¿ Cómo ha sido el resbalársete el pie ? Cierto que
ha sido milagro que no te hayas hecho mas da
ño. Mr. Peters siguiendo la idea y conocien
do el motivo me dixo : ¿ Os habeis desconcer
tado por casualidad el tobillo ? No , Señor , le
respondí, me parece que no ; pero no obstante,
no
149
no dexo de sentir algun daño (de parte de mi
excesiva timidez decia yo en miinterior ).Abra
ham, dixo mi amo, ve y dí á Roberto que de
xe la berlina , y mude los caballos al coche
grande , porque ya que estos Señores se em
peñan en volverse á su casa , nosotros los lle
varemos. No es menester, dixo Mr. Peters, pues
tendré mas gusto en volver a pie , si es que no
les incomoda á los Señores Williams. Pues bien,
dixo mi amo volviéndose á Abraham , dí á Ro
berto que ponga los caballos en la berlina.com
mo le tengo mandado.
No pude comer bocado por mas esfuer
ZOS que hice s'y me temblaba de tal mo
do la mano , que vertí parte del chocolate , y
tuve que dexar la xícara encima de la me
sa . Ellos tuvieron la bondad de hacer co
mo que no lo reparaban, y miraban á otra
parte .
Aquí tengo una sortija de poco valor ( di
xo mi amo á Mr. Williams el Clérigo lue
go que Abraham volvió la espalda ) , y es
pero que la solemnidad de este dia là hará
de mucho precio , y que por esta razon la mi
rará mi querida Pamela como la joyamas pre
ciosa que yo podria presentarla. Mr. Williams
respondió que no dudaba de que en mi esti
macion seria mas apreciable que el mas sobre
saliente diamante que pudiese hallarse en to
do el mundo .
Yo habia dicho á la Jewkes que no se en
ga
150
galanase, por nio dar ocasion á sospechas; y ella
siguió mi consejo.
Luego que se acabó el desayuno dixo mi
amo delante de- Abraham : Señores , vamos
á ver mi capilla , pues quiero me digais vues
tro dictámen acerca de las mutaciones que
pienso hacer en ella ; y si nos detenemos
aquí mucho tiempo , nos quedará muy poco
para verla , y dar el paseo que tenemos pro
yectado antes de comer. Pamela , e no quieres
tambien dar tu voto ? Sí , Señor , le respondi,
allá iré tambien .
Saliéron ellos de la sala y yo me volví á
sentar , haciéndome un poco de ayre con el
abanico. Creo , dixe á la Jewkęs , que me ha
de dar algun desmayo. Quereis , me dixo,
que vaya a traeros un poco de vino genero
so ? No , respondi yo : cierto que soy una cria-.
tura muy pusilánime ; pero no puedo reme
diarlo. Entonces sacó la Jewkessu pomito de
agua de la reyna , y me le alargó. Tenedle
en la mano , la dixe , podrá ser que le nece
site , aunque espero que no.:
De allí á un ratome insinuó la Jewkes
que ya era tiempo de ir. Yo me levanté, pe
ro de tal modo me temblaban las rodillasque
me ví'precisada á 'volverme ázsentar. Por úl
timo , me agarré de su brazo , y pasando jun
to á Abraham la dixe en voz alta : Verdade
ramente que el resbalon que dí al baxar la
escalera me hace coxear , y no puedo dar un
pa
IST
paso sino apoyada á vos. ¿ Sabeis, añadí, qué
grandes mutaciones son las que se han de ha
cer en la capilla , que quieren que todos diga
mos nuestro dictámen ?
! a con
Ella me dixo en el camino que habi
fiado el secreto á Anita , y que la habia man ;
dado se estuviese á la puerta de la capilla
para que nadie entrase. Inmediatamente que
puse. el pie en ella me salió mi querido amo
al encuentro y y tomándome de la mano mę
llevó hasta el altar . Hija mia, me dixo al
oido , procura estar alegre . como té lo ten
go encargado. Señor, le respondí, ya lo es
toy , y lo estaré ; , pero yo apenas sabia lo
que me decia. Y podeis muy bien creerlo,
queridos padres mios, pues decia a la Jew
kes : » Por Dios no os aparteis de mí, Mada
» ma Jewkes , no os aparteis de mí un inst
» tante;" como si hubiera puesto en ella to
da mi confianza , y no tuviese alguna del
que la merecia toda entera. Ella estuvo todo
el tiempo pegada á mí. Dios me lo perdo
ne : en mivida he estado tan distraida como
al principio , y aun me duró la distraccion
hasta que el hermano de Mr. Williams hubo
leido aquella parte del oficio que precede á
aquellas terribles palabras en que se nos ref
quiere: hablemos sin disfraz, porque hemos de
responder en el terrible dia del juicio. Despues
pronunció las solemnes palabras que debian
unirnos para siempre ..
Re.
152
Repara en esto , me dixo baxito mique
rido amo. Yo entonces volvízen mí como sobre
saltada. ¿ Tienes algun impedimento ? me dixo
en el mismo tono. Yo me sonroxé , y respon :
dí también muy baxo : no tengo otro mas que
el de mi extrema indignidad.
Oyendo esto Mr. Williams pronunció es
tas agradables palabras: Quereis recibir por es
posa á esta muger dec. Yo empecé a tomar un
poco de alientoquando mi amo respondió en
alta vozcár esta pregunta : Si la quiero. Pero
quando llegó el caso de haber de responder
yo , no pude hacerlo sino con una inclinacion
de cabeza . Sin embargo , : estoy muy segura
de que mi corazon estaba mucho mas pron
to á responder que mi. lengua; y así repitió
todos los artículos en que yo prometí obede
cer و servir , amar g honrar:
Mr. Peters me sirvió de padrino. Yo re
petí con el mayor gusto del mismo modo que
mi querido amo las palabras de la mútua en
trega ; y quando llegó el caso de la ceremo
nia del anillo , recibí este favor de su digna
mano con el corazon penetrado del mas vi
vo agradecimiento. Despues me aseguró en el
paseo que quando él habia pronunciado aque
Ilas palabras: Este anillo.te entrego en señal
de matrimonio , le habia hecho yo una pro
funda reverencia diciéndole : Os doy mil gra
cias , Señor. Es regular que así sucediese , por
que á la verdad , esta parte del oficio me
ha
1
153
habia agradado mucho , y mi corazon esta
ba poseido del mas vivo reconocimiento al
ver la gracia y alegría . con que mi amo la
desempeñaba. Me alegré mucho de que lo
restante del oficio consistiese en oraciones у
genuflexiones , porque el susto y la alegría
me hacian temblar de modo que no podia te
nerme en pie.
Las demas partes de esta solemnidad , co
mo el darnos las manos , la publicacion de
que estábamos casados hecha al corto núme
i ro de testigos que allí asistieron ( porque con
1 tando á Anita , cuya curiosidad no la permi-,
tió estarse á la puesta , todos se reducian á .
Mr. Peters , Mr. Williams y Madama Jew
kes ) , la bendicion , los salmos , las oracio
nes siguientes , y la exhortacion final, causáron
mucho deleyte á mi alma, porque ya me ha- ,
bia recobrado bastante.
De este modo , queridos padres mios , se
ha casado vuestra felicísima Pamela... : Y con
quien? ¡ Oh Dios mio ! con su amable y que
rido amo, con el dueño de todas sus acciones.
De este modo , por un decreto benéfico é in
falible de la Providencia , el que antes fue
perseguidor de mi inocencia , es ahora mi
amante protector , y mi generoso remunerador:
El Señor sea por siempre bendito y alabado,
y me conceda su gracia para no: ser entera
mente indigna de un honor tan singular. Der
rame el cielo sus bendiciones sobre este be
né
154
néfico amo , que se ha dignado de ensalzar así
á su pobre criada , elevándola á una grande
za que las damas de mayor distincion mira
rian como una dicha.
Acabada la funcion me dió mi amo, el pa
rabien del modo mas afectuoso , y me dixo :
Dios quiera , querida esposa mia , Dios quie
ra concederte tanto contento por el vínculo
que acabamos de contraer , como el que yo
mismo experimento en mi interior. Despues
vino Mr. Peters , y me dixo : Permitidme , My
ladi , que os asegure de nuevo lo mucho que
me intereso en vuestras satisfacciones. Dios
quiera que cada dia se aumenten , y que os
hagais mútuamente felices por muchos años,
pues sois sin duda vos у M. B... la más ama
ble pareja que he visto unirse en toda mi vi
da. Yo le respondí , que agradecia infinito
su buena opinion y sus buenos deseos , y
que esperaba portarme en lo sucesivo de mo
do que no fuese absolutamente indigna de mi
suerte .
Mr. Williams el secretario tuvo la adver
tencia de retirarse un poco ; pero mi amo le
dixo : Os suplico que feliciteis ,á mi queri
da esposa en dia tan dichoso. Él lo hizo al
instante , diciéndome que se interesaba mu
cho en mis felicidades, y que podia asegu
rarme que el ver premiada tan eminentemen
te la virtud y la inocencia habia sido para
él uno de los mayores placeres que en su
vic
355
vida habia tenido. Mi amo le dió las gracias
por su atenta expresioni
Á su hermano le manifestó tambien miamo
su agradecimiento por el trabajo que habia te
nido en , asistir á nuestra boda sirviendo de
ministro del altar , y le dixo que en recom
pensa de este favor le nombraba su capellan
en aquel Condado . ܢ
Mientras
tras cenamos todo fue una continua fi .
neza de parte de mi amo, y 'me dió á enten
der con mucha afabilidad que conocia que yo
estaba luchando conmigo misma. Me alegro,
añadió , que procures alentarte para compla
cerme, y te aseguró que quedo agradecido á
los esfuerzos que haces para vencerte á tí mis- ,
ma : ya te tengo dicho , querida Pamela , que
estoy infinitamente mas prendado de tu virtud
que de tu belleza ; y así puedes estar segu
ra de que ni en mis acciones ni en mis pa
motivo
labras te daré el menor para que pue
das sospechar de la verdad de mis intencio
res y de mis promesas. Estomismo to podrás
inferir al ver lo mucho que siento mirarte tur
bada sin motivo alguno , aunque no dexo de
hacerme cargo de que es muy fácil que una
alma tan pural como la tuya quede algo 'sor
prehendida á vista de una mudanza tan grandes
Pero yo estoy resuelto á disipar tus penas en
todas las ocasiones de la vida , y á 'reprehen
derte solo en adelante por aquellas cosas que
puedan aumentar tus males y hacerlos mayo ,
res que los mios .
Es imposible ponderaros , amados padres
mios , el ayre de sinceridad y candor con que
me
167
me repetia estas protestas ; pero tambien me
parece que no habrá -habido criatura que en
un estado tan feliz se haya portado tan ne
ciamente como yo... ?
Acabo de entrar en mi gabinete , donde
daré nuevas gracias á Dios por los beneficios
que en este dia me ha concedido , y le su
plicaré que por su divina bondad se digne en
caminar todas mis acciones á su mayor hon
ra y gloria ; y me entregaré absolutamente en
manos de aquella divina Providencia , que des
pues de haberme hecho pasar por tantas tri
bulaciones y trabajos, me ha conducido has
ta este feliz aunque terrible momento.
Quedad con Dios , amados padres mios:
quizá no vereis tan pronto esta carta ; pero
sé que continuamente estais pidiendo por mí,
y acaso en este mismo instante en que os
escribo participo del fruto de vuestras ora +
ciones. A Dios , pues : buenas noches. Su Ma
gestad ós colme de bendiciones. Amen. Amen .
Derramelas tambien abundantemente sobre-mí,
para que toda mi vida pueda llamarme la mas
respetuosa de todas las hijas & c.
.
Vier
168
190
buidora de las caridades que hacia á los ne
cesitados у enfermos por mano de su po
bre limosnera ! i Qué gozo no recibia mi al
ma al oir las bendiciones de que la llenaban
los infelices , y á mí tambien , aunque no
era mas que el humildecanal por donde lle
gaban á ellos sus liberalidades ! ¡ Qué conten
ta no quedaba yo quando oyendo mi que
rida Señora la triste pintura que la hacia de
la miseria de algunas personas , doblaba la
limosna que antes se habia propuesto seña
larlas !
Me acuerdo de todo esto con mucha com
placencia , porque la divina misericordia ha dis
puesto colocarme en un estado en que estoy
obligada á hacer las mismas buenas acciones
que ella acostumbraba á hacer. Yo procuraré
desconfiar siempre de mí misma', para que mi
feliz estado no me sirva de ocasion para ol
vidarme de la sincera gratitud que debo á es
ta Providencia que me ha confiado tanto po
der ; y para no incurrir en las terribles des
gracias que el abuso ó el ningun uso de las
riquezas atraeria sobre mí.
No lleveis á mal estas reflexîones , que
ridos padres mios , y pedid : a Dios que mi
actual felicidad no me sirva de lazo ' , antes
bien tenga siempre presente que quanto mas
se me ha dado mas se me ha de pedir. Ro
gadle tambien que todas mis acciones vayan
dirigidas al bien de otros , y nunca exclusi
12
191
vamente al mio ; y que jamas se apodere de
mí , la presuncion de creer que las facultades
que Dios y mi querido esposo me han confia
do han de ser para mí sola.
1
209
sos , y otras materias igualmente frágiles. Esa
te lance hizo en mí tal impresion , que aque
lla misma noche soñé que Roberto habia ro
to de un latigazo el vidrio delantero del co
che ; y que era tal mi inquietud por no sa
ber como impedir la cólera de la dama ( que
queria asomarse á la puerta del coche para
llenar de desvergüenzas á Roberto ), que no
pudiendo yo conseguirlo , le rompí á él de
rabia la cabeza , y atravesé con la espada á
uno de mis caballos. Y me parecia despues de
pasado el lance que todo mi consuelo con
sistia en pensar que nadie me habia visto , y
que las únicas víctimas de mi enojo habian
sido el culpado Roberto y un inocente ca
ballo , porque en el momento de mi cólera
pude con la misma razon haber muerto á los
otros tres .
Divirtióme como á una Princesa con sus
insinuaciones en tono de chanza hechas , á la
verdad , con mucha finura y donayre; y yo
le prometí aprovecharme de las admirables lec
ciones que con sus cuentos indirectamente
me daba. 1
upon
T.
PAMELA ANDREWS ,
ó
LA VIRTUD PREMIADA.
ESCRITA EN INGLES
SEGUNDA EDICION .
TOMO IV.
I
CON LICENCIA.
estan abaxo.
Quisiera , dixe , que todos ellos estuvieran
trescientas leguas de aquí. ¿ Qué haré , Dios
mio ? Solté la pluma esperando poder salir sin
riesgo ; pero he aquí que ha vuelto á subir
Madama Jewkes, y me ha dicho de parte de
Myladi , que si no queria que ella subiese á mi
quarto era preciso que yo baxase ; pues el
recado que me ha dado , prosiguió la Jewkes,
ha sido : decid.á esa picarona que baxe á ha
blarme al instante ; y está en la sala con su
sobrino y la doncella.
Pues decidla sin rodeos que no quiero bam
xar. Madama
currais
Jewkes , es preciso que disa
algun arbitrio para sacarme de aquí.
No le hay , Señora , porque quando he ido a
cerrar la puerta me ha mandado que la de
xase abierta , y se ha sentado enfrente de la
asista ,, Madama Jewa
escalera. ¡ Dios me asista
kes ! Impulsos me dan de arrojarme por la
ventana. No puedo ponderaros , añadí dán
dome ayrę con el abanico , lo asustada que es
toy .
9
toy. Señora , exclamó la Jewkes extraño
mucho que os asusteis de ese modo : aquí
estais segura ; y si yo me hallara en vuestro
lugar , os juro que nadie seria capaz de in
timidarme. Es verdad
eña
, la repliq ué ; pero no
misma
siempre es una du de sí , y bien
sé que en mi lugar tendriais vos tanto valor
como yo miedo. En verdasde , Myladi t,raasñadió
ella , que si yo me halla en vues cir
ias me revestiria de ama de casa co
cunstanc a
i
mo vos lo sois , meiapresentar á MyladiciaDa
s
ver , y la sal u d a r co mu ha presen de
n c
á n i m o.M u y b , muy bien , dixe yo ; pe
i e n
ro eso no es mas que hablar . ¡Qué desgra
cia la mia en que no esté en casa vuestro
amo !
Señora , ¿ qué la he de responder ? Decid
la que estoy mala , que estoy agonizando,
que no quereis inquietarme , que he salido....
o lo primero que os ocurra.
Pero apenas habia acabado yo de hablar,
quando subió su doncella á decirme que My
ladi queria hablarme , y que con solo este fin
habia venido aquí. Ya es preciso baxar , dixe
entre mí misma : podrá ser que no me maltra
te. ¡ Ah ! i que no esté aquí mi querido pro
tector !
Voy á contaros muy por menor , queridos
padres mios , todo lo que ha pasado en este
ſance , que os aseguro ha sido muy terrible
para mí.
Co
IO
suerte , decia yo en
¡ Qué triste seria miinfame
mi interior , si fuera tan como esta mu
ger piensa ! Sin embargo de esto me ví muy
afligida.
Vamos , sobrino , dixo Myladi ,siéntate á
comer ; y tú Rebeca , añadió volviéndose á
la criada , ayuda á Pamela á servirnos á la
mesa , pues no quiero que hagan hoy este ofi
cio "los criados. "Vamos , Señorita , prosiguió.
dirigiéndose á mí, quereis que os ayude á qui
taros los guantes? Señora , la respondí , no soy
digna de tanto honor.
Madama Jewkes entró entonces con la so
pa. ¿ Esperais alguno mas á comer ? la dixo My
ladi. ¿ Por qué habeis puesto tres cubiertos ?
Yo discurrí , respondió, ella , que Myladi y
Pamela estaban ya reconciliadas , y que co
merian juntas. ¿ Qué quiere decir esta bestia?
exclamó Myladi sumamente airada. ¿ Creeis
por ventura que yo habia de permitir que co
miese á mi mesa una criatura tan vil y despre
ciable como ella? Myladi, dixo la Jewkes , no
os enfadeis de ese modo , pues solo lo digo
porque sé que come á la mesa con mi amo. No
lo dudo , dixo Myladi , y que se tratarán con
toda la familiaridad imaginable : ¿ No es ver
dad , Madama carrillotes ? ( i Qué libertades se
toman las señoras de esta clase ! )
Si comen juntos y se tratan con la fami
liaridad que vos pensais , replicó la Jewkes
al irse , tendrán licencia para ello . ¡Mira , mi
Tomo IV. ra
22
que
42
quereis que os perdone vuestro atrevimiento
dexadnos solas á Pamela y á mí. Sobrino, retí
rate tú tambien , y que se quede Rebeca con
nosotras.
Yo me senté en la ventana muysobresal
tada , porque en la realidad me habia asus
tado mucho. Señorita Pamela , me dixo la
doncella , reparad en que no parece bien que
esteis sentada en presencia de Myladi. Sí,
sí , dixo su ama , dexala que se siente hasta
que se la pase el susto ; y tú , Rebeca , ar
rímame una silla. Sentóse junto á mí, y me
dixo : Á la verdad , Pamela , que has estado
demasiado atrevida conmigo y con mi so
brino , que es un caballero de las circunstan
cias que no ignoras . Confiesa , añadió ( pa
liando su crueldad , y temiendo sin duda que
su hermano no la perdonaria fácilmente el
haberse propasado á tanto ) , confiesa tu atre
vimiento, y pídenos perdon á los dos , que
si lo haces procuraré compadecerme de tí,
pues no dexo de conocer tus buenas prendas;
y es lástima que te hayas dexado seducir has=
ta perder tu honor.
Myladi , la respondí , sin duda me haceis
la mayor injuria del mundo en no creerme tan
honrada como siempre , y no puedo menos de
significaros que todas vuestras dudas y pregun
)
tas me causan mucha extrañeza.in
i Ah ! exclamó. ¿ Se ofende tu modestia
de mis preguntas ? Yo te aseguro , hija mia,
que
43
que note durarán mucho tiempo esos melin
dres. ¿ Por qué no me respondes claramente
á lo que te pregunto ? Porque mi respuesta,
la contesté , os ha de disgustar precisamente ,
у volvereis á cascarme .
¿ Y quién te ha cascado ? me replico.
¿ No es verdad , Rebeca , que no la he toca
do ? Discurro que buscas motivos para que
jarte á tu amo. Te aseguro que no puedo
tolerar que te pase por el pensamiento que
eres cuñada mia : conozco muy bien la pieza
que te han jugado ; y soy de sentir que tú
tambien lo conoces , y que todo ese disimulo
es un puro artificio paradisfrazar mejor tu fa
cilidad" , y sacar partido de mi hermano. Va
mos , picarona , hazte cargo de que á los trein
ta ' y dos años de mi edad he de conocer un
poco mejor el mundo que tú , que solo tienes
quince.
Al oir esto me levanté de donde estaba , y
retirándome al otro extremo de la sala la di
xe : Matadme si quereis ; pero sabed que des
precio vuestros discursos, y que estoy tán per
fectamente casada como vos.
Lo mismo fue : oir esto que se vino
corriendo hácia mí; pero su doncella se pu
so'entre las dos, y la dixo : Echad , Myla
di , de vuestra presencia á esta insolente , pues
no merece estar aquí , porque no hará mas
que irritaros. Quítate de en medio , Rebeca.
la dixo ella ' , que no puedo tolerarla , y ni
aun
44
aun á mi hermano ' sufriria semejantes expresio ,
nes . ¡ Tan perfectamente casada (repetia ) como
yo! ¿ Y esto se ha de sufrir ? Pero, Myladi , di
xo su doncella , si ella lo cree así , tan digna
es de lástima por su error , como de desprecio
por su vanidad. 直I
68
les dixe , que ninguno se atreviese á llegar
á mí. Entre tanto vino Mr. Colbrand que es
taba muy cerca , por habérselo mandado así la
Jewkes ( la qual se ha portado admirablemen
te en todo este tiempo , y ha incurrido mas
de una vez en la indignacion de Myladi por
ponerse de mi parte ) , y con su ayre de va
lenton se caló con la una mano el sombrero,
y empuñando con la otra la espada , dixo que
acogotaria al primero que se atreviese á acer
carse á su ama ; y despues echó á correr tras
mí , aunque con bastante trabajo , por la lige
reza de mis pies: y ved aquí como me hallo
ahora á vuestra disposicion y de toda esta ama
ble compañía.
Mi relacion gustó muchísimo a todos , pe
ro especialmente a mi amo , que me dixo es
taba muy satisfecho de que la Jewkes y Col
brand se hubiesen portado tan bien . Sí , Señor,
le repliqué , ambos se han portado bien , y par
ticularmente la Jewkes , de quien se quejaba
Myladi una vez que se puso en medio de las
dos diciendo: que era cosa fuerte que habien
do nacido ella en aquella casa se atreviesen
los criados á oponerse a su voluntad ; y otra
vez la llamó Madama carrillazos , y continua
mente la trató de pobre criada.
Me admiro mucho , querida Pamela , que
hayas salido tan bien de ese lance. Mi her
mana siempre ha sido furiosa 2 como te lo
puede decir Myladi Peters , que la conoce.
Ella
99
Ella y yo hemos dado mucho que hacer á
mi madre , porque uno y otro éramos muy sos
berbios. Quando yo era muchacho solia enojara
me de tal modo con ella , que a veces no vol
via á casa en todo el dia despues de salir del
estudio. Es verdad que'sin embargo de que
reñiamos todos los dias , continuamente desea
bamos vernos. Como me llevaba á mí siete
ú ocho años de edad , queria mandarme , y
yo no lo podia sufrir. Á veces reñia con las
criadas , y las levantaba la mano con muchí
sima facilidad , por cuya razon solia yo lla
marla el Capitan Bárbaro , porque se llama
Bárbara de nombre . Quando Mylord Davers
la cortejaba , tenia mi madre que apaciguar
los dos o tres veces al dia ; y yo la decia siem
pre , que buenos palos le esperaban al pobre
con quien se casase , á no ser que diese con un
marido que domase su genio , y la cascase an
tes á ella.
3
Sin embargo de todo esto , continuó mi
amo , tiene muy buenas prendas. Ha respeta
do siempre á sus padres : es generosa con
sus criados , constante en la amistad , carita
tiva con los pobres ; y discurro que no ha
habido en el mundo hermana que haya que
rido tanto a su hermano. Tenia gusto en hacer
me rabiar ; pero si veia que ine duraba mucho
tiempo el enfado , me pedia perdon ; y si yo
huiade ella y no queria hacer las paces , me
seguia por todas partes hasta que lo conseguia .
Tomo IV . E Nues
100
Nuestro asunto la tiene tan irritada com
mo sabes ; porque habiéndome ella propor
cionado una boda con una Señorita muy ilus
tre , y teniendo la cosa muy adelantada aun
que sin darme nunca parte de nada , dexé frus
tradas sus esperanzas ; porque yo en aquel
tiempo no queria ni aun oir hablar de ma
trimonio , y me enfadé mucho porque se
habia adelantado á presentarme la Señori
ta sin hablarme antes , ni examinar mi in
clinacion. Por esto no puede menos de al
terarse en pensar que yo esté casado , y lo
que es mas , con la doncella de su madre.
Y con dificultad me lo perdonará despues de
haber desechado yo la propuesta de casamien
to que me hacia con la hija de un Conde muy
ilustre.
Este es todo el asunto. En parte lo atri
buyo á su orgullo y altivez , y en parte no.
Mé hago cargo de que no conoce como yo ,
las raras virtudes de mi querida esposa , y
que en esta materia solo atiende á mi honor
y al de su familia ; por cuyo motivo me pa
rece que debo ser algo indulgente con ella.
No obstante , nada temas/ , querida Pamela,
pues en todas nuestras contiendas siempre la
hę hecho venir á la razon , y ahora tambien
ja obligaré á que nos haga justiciaa á tí ý
á mí .
Este retrato del carácter de Myladi Da
wers , que en general ao era muy desventaa
jo
1
IOI
joso para ella , agradó mucho á todos los con
currentes. Daria algo de bueno , queridos pa
dres mios , por lograr el honor de estar en su
gracia ; mas temoque estosea muy dificil و و
acaso imposible. Hasta aquí duró la mesa.
Despues de cenar se empeñáron las Se
ñoritas "Danford y Boroughs en que habia
de haber bayle ; y Mr. Peters , que toca el
violin primorosamente , apoyó la proposicion.
Mi querido amo bayló con la Boroughs ; y
aunque en trage de camino , lo hizo muy bo
nitamente .
El caballero S... , para ser un hombre ya
de edad , hayló muy bien , y me sacó á mí;
pero no noté en él nada de su acostumbrada
desenvoltura , y solo me dixo al acabar que
yo debia baylar con un hombre mas jóven
que él. Sin embargo de que desde la muerte
de mi querida ama no habia yo baylado mas
que una ó dos veces por complacer á Ma
dama Jervis ( y pensaba no volver á baylar
en toda mi vida) ; dixo el caballero S ..., que
mi amo y yo éramos los que mejor lo hacia
mos ; y el buen hombre se empeñó en que
habiamos de baylar juntos. Mi amo condes
cendió al instante , y después de haber bay
lado conmigo , bayló con la Seño: ita Dan
ford ', la qual , á mi parecer , bayla con mas
arte y conocimiento que yo , aunque los con
currentes decian que la aventajaba yo en el
talle y garbo .
12 Coa
IO2
Como mi amo habia estado en vela toda
la noche antecedente , y nuestra casa distaba
de allí mas que las de los otros , nos despe
dimos de la concurrencia a las once , aunque
con mucho sentimiento ; porque como todos
éramos vecinos no pensábamos separarnos tan
temprano. Al despedirnos , todas las damas di
xéron que quedaban con ansia de saber lo que
ocurriese entre los dos hermanos la primera
vez que se viesen. Mi amo las respondió que
temia mucho no poder partir al dia siguien
te para el Condado de Bedford , como tenia
dispuesto , y que acaso nos volveriamos á ver
antes .
Salimos de allí , y llegamos á casa despues
de las doce , donde nos dixéron que Myladi
se habia acostado á las once muy enfadada
porque no habiamos vuelto ; pero yo me ale
gré mucho .
Despues nos dixo la Jewkes que Myladi se
habia irritado sobremanera al ver el modo con
que yo me habia escapado , manifestando al
mismo tiempo algun cuidado de si contaria á
mi amo el mal tratamiento que de ella ha
bia recibido . Tambien nos dixo que la habia
preguntado si creia que estuviésemos verdade
ramente casados ; y que habiéndola respondido
que sí , se habia enfurecido contra ella , y la
habia dicho que se fuese de allí, y no volvie
se á parecer mas en su presencia , con otras
mil expresiones de esta naturaleza.
Nos
103
Nos dixo igualmente que esto habia sido
por la tarde , y que á la hora de cenar
la habia mandado Myladi que entrase. Otra
pregunta tengo que haceros , la dixo , y cui
dado que os atrevais á responderme que sí.
¡ Qué cosa tan extraña ! Pues Señora , replicó
la Jewkes , antes que me pregunteis ya res
pondo que no. ¡ Pobre muger! dixo á esto mi
amo cayéndose de risa. Al oir Myladi esta res
puesta de la Jewkes parece que la trató de
insolente , atrevida &c. &c.
En fin , la pregunta se reducia á saber si
estábamos casados , y en qué quarto habia yo
de dormir ; porque , como ella decia , estoy
empeñada en averiguar todo este misterio de
iniquidad. Despues parece que la dixo que
queria dormir en el quarto donde habia na
cido ; y que así le dispusiese en él la cama.
Pero como precisamente era este el de mi
querido esposo y mio , se quedó un poco pa
rada la Jewkes , y la respondió que en aquel
quarto dormia su amo , y se habia llevado la
llave. Yo creo , la replicó Myladi , que que
reis deslumbrarme . A la verdad , Señora , res
pondió la Jewkes , que mi amo duerme en
este quarto , y tiene en él ciertos papeles que
no quiere que nadie los vea. La Jewkes
nos dixo que habia temido que la sacudie
se algun golpe si , habiendo subido Myla
averiguar lo
di al quarto para averiguar lo que sos
pechaba , hubiese visto allí mis vestidos re
vuel
104 1
->
ella.... Pero respóndeme todavía á otras dos
preguntas : quién ha servido de padrino , y
dónde se ha celebrado el matrimonio ? El pa
drino , respondió mi amo , ha sido Mr. Peters,
у el matrimonio se ha celebrado en mi capi
Ila ; y si quieres puedes ir á verla , y hallarás
que con este motivo se ha compuesto y
adornado .
Ya empiezo á rézclar», dixo Myladi , que
4 aquí hay mas de lo queyo pensaba. Mas di
me , ¿ quiénes han asistido á la ceremonia ? Me
parece , respondió mi amo', que no puede lle
gar á mas - mi siinpleza quando sufro que
una hermana atrevida me haga tantas pregun
tas. Pero ya que quieres saberlo , Madama ,
Jewkes estaba presente. ¡ Miren la picarona !
exclamó ella . ¿ Y quién mas ? añadió . Allí esta
ba todomi corazon y ve
mi amo.
toda mi alma , respondió
¡ Ah infeliz ! exclamó entonces. ¡ Qué di
rian tus padres si hoy viviesen ! Sé muy bien,
la respondió , que tenia obligacion de pedir
F 2 les
118
les su consentimiento ; pero no el tuyo .
Supongamos , replicó Myladi , que yo me
hubiera casado con el palafrenero de mipadre,
¿qué hubieras dicho tú ? No pudiera haberme
portado contigo peor de lo que tú lo has he
cho conmigo , la respondió . Y bien , añadió
ella , ż no mé hubieras creido en tal caso digna
de este tratamiento??,
Es posible , la replicó miamo , que te ha
ya de cegar tanto la soberbia, que no te ha de
dexar conocer la diferencia que hay entre los
dos casos que me propones? ¿ Pues qué diferen .
cia , le preguntó , puede haber entre una da
ma que se casa con un criado , y un caballero
que elige por esposa a la hija de unos pobre
tones ? .
is ?
Quisiera , dixo Myladi , que comunicases
alpúblico esaspoderosas razones ; pues leyén
dolas-muchos caballeros jóvenes sel animarian
extraordinariamente á casarse con las criadas
de sus padres.
- Nopor cierto, Myladi Davers , respondió
miramo : qualquiera caballero quehallase una
persona como mi Pamela , tan rica en dotes de
cuerpo y alma , tan perfecta y tan capaz de
dar lustre a la clase mas elevada , tendria la
misma disculpa que yo para con todos losque
la conociesen ; à no ser que haya en el mundo
muchas Myladi Davers , que me parece algo
dificil. " ???
!
126
na ' acogida que he tenido en ella ” : decid á
vuestro amo de mi parte que le deseo mas
felicidades que las que él me ha proporcioná
do á mí.. **
136
tivo para afligirse si se viese despreciada ; pe
ro estoy cierto de que Mylord te estima tanto
como tú á él , y habrá ocurrido algun acciden
te que impida su venida.
Siempre has sido tú muy hábil en este gé
nero de artificios , le contestó Myladi, y no
sé como siendo tan advertido te has dexado
engañar. ¡ Qué ! la contestó mi amo : ¿ dexar
se engañar Mylord Davers ? No lo creas : es
muy diestro. Pero yo hasta ahora no habia
conocido que eras zelosa. Ella le respondió
que tampoco tenia entonces motivo para creer
lo ; y volviéndose al lacayo le mandó que
se retirase , diciéndole que su doncella acaba
ria de servirles. Mi amo conociendo su in
tencion pidió á Abraham un vaso de vino,
y brindó á la salud de Mylord Davers , aña
diendo que bien sabria disculpar su falta.
Myladi le dixo que no fuese provocativo , y
que ya se contentaria con que él fuera tan
bueno como su niarido ; y añadió que pro
curase no pasar adelante con semejantes chan
zas. Mi amo la respondió que estaba muy
bien , y que conocia que el punto era deli
cado.
En estos dimes y diretes se pasó la co
mida mucho mejor aun de lo que yo dis
curria. Luego que se retiraron los criados,
preguntó mi amo á Myladi si queria acoin
pañarle hasta el Condado de Bedford , pues
en tal caso suspenderia el viage , sin embar
30
137
go de estar resuelto para el dia siguiente.
9 Y dime , replicó Myladi , įtu muger , se
gun tú la llamas , ha de ir tambien contigo?
Sin duda, respondió él sonriéndose. ¿ Y querrás
tú , prosiguió Myladi , que yo vaya en su
3 compañía haciendo de criada suya por el ca
20 mino ? Pero supongamos que yo estuviera de
2 humor de hacer tu gusto , dime ¿ cómo dis
pondrias el viage ?
Siempre has sido muy sagaz , la respon
dió mi amo , y no puedo menos de querer
te por mas injurias que me digas ; y así , su
puesto me preguntas cómo dispondria el via
ge , te digo que iriais tú y mi Pamela .....
( Quita ese mi, le interrumpió , si quieres que
te oiga con paciencia. Eso será lo que no ha
ré , respondió él. ) iriais tú y mi Pamela jun
tas en tu coche de camino , si no tuvieras in
conveniente ; y de esta suerte pareceria que
ella te iba obsequiando á tí , y no tú á ella. Tu
sobrino y yo iriamos unos ratos á caballo , y
16
otros en mi berlinà con tu doncella.
Y dime tú , niña , me preguntó Myladi,
¿ te acomoda esta disposicion ? Ší, Señora , la
respondí , á no ser que Myladi considere es
te honor demasiado grandepara mí. Muy bien,
me replicó ; pero sábete que Myladi asi lo con
8
sidera.
Es verdad , interrumpió mi amo , que si
bien se mira no podemos disponer así el
viage ; porque á no ser que tú dieses la ma
no
138
no á Pamela' para entrar en el coche , pasa
ria mi esposa por criada tuya ; y esto no lo
puedo permitir yo . Pues solo con esa con
dicion , replicó Myladi , y no de otro mo
do podria determinarme á sufrirla á mi la
do en el coche ; pero vaya ., acaba presto.
Bien , bien , prosiguió mi amo : luego que
llegásemos á Bedford convidariamos á My
lord Davers para que fuese á acompañarnos un
par de meses.
Está muy bien , dixo Myladi : y si venia ,
¿ qué hariamos despues ? Como sé , prosiguió
mi amo , que tienes el gusto delicado, te su
plicaria ayudases á Pamela a elegir unas mues
tras de vestidos que espero de Londres. ¡ Ah
atrevido , exclamó ella , mucho será que pueda
contenerme sin darte una bofetada ! Advierte,
replicó mi amo , que no te digo esto para que
te enfades. Si te he dicho ya que estamos ca
sados , ¿ no se sigue necesariamente el haber de
hacernos galas ?
Vaya , prosiguió Myladi, ¿ tienes mas fi
nezas que decirme ? Si quisieras , añadió él,
honrarnos con tu compañía la primera vez que
nos presentemos en la Iglesia ( 1 ), te haria un
regalo proporcionado átu mérito.
¡ Ah
he usado.
Señor , le respondí , estimo mucho vues
tras finezas, y espero que en adelante solo
miraré en vos , como es justo , á un tan in
mediato pariente de Mylord y de Myladi
Davers.
Á fe mia , Rebeca , dixo á la doncella
de su tia , que me parece que tú tambien
tienes que pedir perdon , pues no anduvimos
muy cuerdos ayer en obligarla á saltar por
la
157
la ventana ; pero i quién habia de pensar que la
precisábamos á huir de su misma casa !
3
* Sobrino , dixo Myladi, en tí todo es ex
tremos .
Despues que habeis salido de aquí , le
Țespondió la doncella , he sido tratada con
mucho agrado y afabilidad , y no me he olvi
dado de pedir perdon , como debia , por mi
descomedimiento .
10
10
Myladi se estuvo en conversacion conmigo
cerca de media hora , contándome que habia
tenido un paseo muy divertido con su her
mano , y que la habia informado muy á fon
do de mis buenas prendas , con lo qual se
habia acabado de confirmar en la buena opi- .
nion que ya habia empezado á tener de mí. Ne
112
ha llevado , añadió , á visitar á nuestros an
0
tiguos vecinos sin ánimo de detenerse pe
cu
ro Myladi Jones se empeñó en convidar á
su casa á los demas , y con este motivo ha
OS
sido tanto lo que todos te han alabado , que
yo me hallaba en algun modo desayrada, y pue
do decir que estaba como Saul en medio de
0 los Profetas.
19
be en tierra ..
VIII. Que generalmente hablando los jó
veries de alto nacimiento reciben una educa
cion muy poco conforme á lo que dicta la pru
dencia . ¡Gran leccion ! Es decir que si Dios
me diese hijos no debo permitirles en ningun
tiempo aquellas cosas que dicta la prudencia
se les nieguen
IX.
175
IX. Que debo acostumbrarlos á sufrir las
desgracias y las contradicciones.
Å. Que no debo permitir que las personas
que cuidan de ellos en su infancia les sufran
mucho .
XI. Ni tampoco en la escuela.
XII. Ni que los corrompan con la dema
siada condescendencia quando vuelvan á
casa ,
)
178
sejo ; pero veamos el artículo siguiente.
XXXI. Suponiendo que la disputa sea úni
camente por frioleras. ¡ Bueno ! Esto mitiga la
proposicion antecedente , porque en la reali
dad me parece que no se deben armar dispu
tas por cosas de poca importancia.
XXXII. Que las mayores quimeras entre
amigos , tales son el marido у la muger , 6
á lo menos deben serlo , regularmente se ori
ginan de disputas por cosas de poco interes.
Así lo creo ; y á mí me faltó muy poco pa
ra incurrir en la indignacion de mimarido ,
sin embargo de que procedia con la mejor in
tencion del mundo .
XXXIII. · Que la muger nunca debe oponer
se al dictámen del marido por solo el fin de
contradecirle , sino que ha de procurar con
vencerle y ganarle por amor. Esta regla me
parece prudentísima , pues es muy útil á am
bos consortes el conformarse con ella.
XXXIV. En todas las concurrencias de
be la muger manifestar estimacion y amor á
sú marido.
XXXV . Y esto por su propio honory se +
guridad.
XXXVI. Porque nada alienta tanto á los
libertinos para atreverse á insultar la virtud
1
de una muger casada , como el ver que ha
ce poco aprecio de su marido. No hay cosa
mas fundada en razon ; y este es un conse
jo admirable,
XXXVII.
179
XXXVII. Consiguientemente la muger debe
10 ocultar con prudencia los defectos de sumarido.
· XXXVIII. Debe, disculpar los que abso
reas lutamente no puede ocultar.
40
1
XXXIX . Debe alabar , y hacer patentes
sus virtudes.
XL . Debe manifestar á todo el mundo que
ella , por lo menos , tiene formado buen concep
to deél.
19 XLI. Que ha de apreciar, álos amigosdel
08 marido por sus respetos, y manifestar mucho
Til agrado ĝ contento á qualquiera persona que
lleve ásu casa .
XLII. Que nunca reprehenda en presencia
聯 de los extraños los defectos que observe en su
EX familia.
XLIII. . O por lo menos que no lo haga
con cierta especie de superioridad , que dé s
entender el baxo concepto que tiene formado
del talento de sus criados, y el alto del suyo
propio.
XLIV. Que un hombre de un delicado
modo de pensar nunca estará contento si so
$ lo es medianamente feliz en la compañía de su
muger.
XLV. Que la muger debe tener mucho cui
dado de 119 confiar tanto en su propio méri
to , que quiera hacerse responsable de las fal
tas agenas. Bastante tenemos que hacer en
cuidar de nuestros defectos personales. Este
artículo es muy parecido al tercero , y parte
I Tomo IV . K de
180
de aquel sermon , cuya doctrina me tocaba á
mí tan directamente .
XLVI. Que las imperfecciones del marido
no pueden servir de excusa á las de la mu
ger. Sin duda que las mugeres nunca serán en
teramente perfectas ; y por lo mismo es de es
perar que los hombres las disimulen las faltas
leves. Pero vcamos el siguiente artículo con que
concluye , que es muyexcelente.
! . XLVII. Que el marido que desea hallar en
su muger todas estas qualidades ha de ser in
capaz de darla el menor sentimiento , nipri
varla de ninguno de los derechos y privilegios
que corresponden á su sexô.
Verdaderamente , queridos padres mios,
que esta última regla me parece la coro
na de todas , y la que las hace llevaderas;
porque no hay cosa que no deba hacerse por
un hombre prudente y, generoso. Como yo
tengo la dicha de que el que me ha destina
do la Providencia posee en alto grado estas
virtudes , conozco que seria una muger muy
vil si no conformase mis acciones y pensa
mientos á unas máxîmas tan justas y puestas en
razon,
Esverdad que si bien lo miro me parece
que no es poco lo que se ine pide en estas
lecciones ; pero como estoy segura de la rec
titud de mi intencion , y de que no cometere
ninguna falta voluntaria , vivo tranquila en es
ta parte .
Na
.
181
41 Nada me dixo en toda la conversacion de
donde yo pudiese tomar motivo para hablar
de la pobre Sará Godefroy, Quisiera que My
ladi no la hubiese nombrado , porque me ha
el entrado bastante curiosidad , y no me parece
que esto sea muy conveniente , particularmen
te al principio de mi matrimonio . Tambien dixo
á su hermana que habia cometido otros excesos
( sin duda de la misma naturaleza ) , de los que
11 ella no tenia noticia ; pero no dudo que ya
estará arrepentidosy que será bueno en ade
lante. Así lo deseo y se lo pido á Dios , tan
to por su bien como por el mio.
ON
1
Señora , os aseguro con ingenuidad que
3 no sabia que pensar , pues, no podia esperar
ni creer que estuviese reservado para mí tant
to honor ; y ha habido tiempo en que he
desconfiado mas de sus finezas que de sus
> rigores. Un amigo fiel me habia avisado se
$
cretamente que se formaba el proyecto de
celebrar , un matrimonio fingido', con asist
tencia de un hombre que se decia Párroco
2. sin serlo ; y esta noticia me tenia tan so
"bre
184
bresaltada , que no me permiţia admitir con >
gusto sus cariñosas expresiones.
Pero ¿ no es cierto que en el Condado de
Bedford te habia insultado antes dos ó tres
veces ? Verdad es , Señora = no se puede negar
que ha sido muy malo.
Y despues que has venido aquí , ¿ no te
ha propuesto algunos partidos? Si Señora ; pero
yo temia tanto ser víctima de sus artificios,
que los he despreciado todos con arrogancia,
y me he determinado á sufrir la muerte antes
que aceptarlos.
Despues la conté á instancias suyas los
lances mas terribles que me habian pasado,
cuya relacion oyó con mucha paciencia y
atencion , arqueando las cejas continuamente,
como admirada de mi constancia y sufrimien
to , y de la tenacidad de su hermano en per
seguirme por todos los medios posibles. Y di
me , me interrumpió , ¿ no te amenazaba algu
nas veces revistiéndose de su terrible fiereza ?
¡Ay Señora , si me amenazaba ! He sufrido tan
terribles amenazas , que algunas veces he creido
morir de miedo .
* No sé , continuó , como has tenido valor
para resistirle · porque es el hombre mas altivo
y soberbio que conozco , y niaun de niño ha
visto la cara al miedo. Yo misma he expe
rimentado los efectos de su cólera , y siem
pre que se ha enfadado conmigo , me ha si
do preciso ceder y procurar aplacarle ; y
pue
185
1 puedes creer , hija mia , que si se llega á en
fadar no es fácil contentarle tan presto . ¿Pe
ro supongo que no habrá repetido sus insul
tos, desde que te ha empezado a amar con fin
1 honesto?
No Señora ; pero antes de resolverse á to
mar un partido tan honorífico para mí , y tan
indecoroso paraél , estuvo luchando mucho
5 tiempo con su vanidad , como él decia. Pensó
el asunto con mucha madurez , empezó á tra
tarme con la mayor fineza ; pero habiéndole
yo dicho una o dos palabras que le desagra
dáron , me echó de su casa en el instante , me
hizo poner en camino , y yatenia andada una
jornada hacia la casa de mis padres , quando
me envió un criado á caballo en toda diligen
cia suplicándome que volviese. Desde entonces
me ha tratado siempre con el mayor agrado ý
4 afabilidad, y últimamente me ha hecho per
. fectamente feliz, 1
189
záron en otro tiempo de algunas conveniencias,
y tuvieron una familia muy dilatada , siendo yo
la mas pequeña de todos sus hijos ; pero desa
pues les sobreviniéron muchas desgracias por
haber hecho demasiados esfuerzos a favorde
dos hermanos mios que muriéron en agraz , y
cuyas deudas recayeron sobre ellos. Esta ha
sido la principal causa de la miseria á que se
ven reducidos; pues sin embargo de que esse
tas deudas no eran personales , los acreedores
han usado con ellos del mayor rigor hasta
obligarlos al pago .
Mi padre , que sabe contar y escribir muy
bien , puso escuela de primeras letras en una
miserable aldea ; mas no habiéndole salido
bien su proyecto , tuvo que abandonarle , y
dedicarse á labrar la tierra para ganar su sus
tento . Pero así él como mi madre han vi:
B vido muy honradamente , 'contentándose con
la suerte que les destinaba la Providencia, sin
murmurar jamas , profesándose un tierno y
mútuo amor , y alegres siempre en medio de
su pobreza y desgracias ; y si algun temor
alteraba la paz de sus almas, era únicamen
te el de que yo me perdiese ó me rindie
2 se á la tentacion del amor á las riquezas. Per
ro gracias á los auxilios divinos ;; á las
christianas instrucciones de mis padres , y á
los consejos de vuestra digna ' madre , he sa
bido conservar mi inocencia : y ' debo á Dios,
Goo á mis padres , y á mi difunta :ama el feliz
es
-
190
estado á que hoy me veo elevada.
1
Myladi" me volvió á abrazar tiernamente
diciéndome : Veo una sencillez tan noble en
tus expresiones , un candor tan honesto en tu
alma ,, y una humildad tan extraordinaria en
tu corazon en medio de la mudanza de tu
estado , que me será forzoso amarte aunque
no quiera.No dudo , querida Pamela , que
la lectura de tu diario coronará la obra de
nuestra reconciliacion abatirá mi vanidad,
y desterrará de mi corazon qualquiera sen
timiento que en él haya quedado por el asun
to de Myladi Isabel , justificando la conduc
ta de mi hermano , y mirándote como eterno
honor de nuestro sexo. Espero que mi herma
no me permitirá leerle. Voy ahora á vestit
me, y á suplicarle me conceda esta gracia , pues 1
Sábado.
196
ham que pasabapor delante de la puerta de
la sala. Aquí está , respondió ella misma en
trando de repente : aquí me teneis , mis ve
nerados amos, esperando con impaciencia que
me llamaseis para entrar á daros á ambos el
parabien. Yo me levanté inmediatamente у la
abracé diciéndola : ¡ Oh , mi querida Madama
Jervis , mi segunda madre! Abrazad á vuestra
felicísima Pamela , y ayudadme á dar gracias á
Dios у á nuestro comun amo por los bene
ficios que he recibido. Fue tanta mi alegría ,
queridos padres mios , que temí desmayarme
entre sus brazos al verá esta buena ami
ga , que en tantas ocasiones habia sido testi
go de mis angustias , y entonces lo era de mi
triunfo .
Amada ama mia , me dixo , estimo en el
alma la honra que me haceis , y emplearé to
da mi vida en manifestar el gusto que expe
rimento en veros premiada con una fortuna
que tan bien habeis sabido merecer , y espe
ro daros pruebas en adelante de lo agradecida
que estoy á la fina carta que me habeis escri
to . А
vuestro amo , y no á mí , la respondí, es
á quien se deben dirigir vuestras gracias y las
mias , por haberme concedido el favor de vol
ver á admitiros en su casa inmediatamente
que se lo pedí. Señor , le dixo ella , siempre
viviré reconocida ; y os suplico me perdoneis
el disgusto que os he ocasionado en haber tra
tado con Myladi Davers.
Mi
197
Mi amo la respondió: No hablemos ahora
de eso , Madama Jervis , pues ya he olvidado
todo lo pasado ; siempre os he estimado , y os
estimaré mas de aquí adelante por los respetos
de una persona a quien con tanta satisfaccion
y gusto puedo ya llamar mi querida esposa.
Dios derrame sobre vosotros , exclamó la Jer
vis , sus bendiciones , y os conceda una vida
tan dilatada y feliz , que sea envidiada de quan
tos os traten.
¿ Dónde está el buen Longman ? pregun
tó mi amo : ¿ Dónde está Jonatam ? ' Vamos
amiga mia , dixe yo á Madama Jervis , ha
ced que todos vengan á verme ; pero antes
subidº conmigo á visitar aquellos amados apo
sentos que en otro tiempo miré con tanto
sobresalto , y que en adelante me servirán de
recreacion .
Fuímos visitando uno por uno todos los
aposentos de la casa : el quarto donde me re
fugié quando mi amo me perseguia : el de
mi difunta Señora , y su tocador : el de Mada
ma Jervis , y su gabinete : la alcoba donde
yo dormia , y el quarto verde. En cada uno
de ellos me arrodillaba , y daba gracias á
Dios por los peligros de que me habia librado,
y por la felicidad que me concedia. La bue
na Jervis estaba toda conmovida al ver el fer
vor" y reconocimiento con que yo daba gran
cias á mi Dios , y no pudo menos de excla
mar : ¡ Ah querida ama y Señora mia ! admi
L2 ra .
198
rada estoy de ver como conservais el mismo
corazon piadoso y humilde que siempre os
he conocido ; y espero que vuestro matrimo
nio aumentará la suma de vuestras felicidades,
como ha aumentado , el número de vuestras
prendas y gracias.
Mi querida Madama Jervis , la respondí,
todavía no sabeis bien quantas tribulaciones
he padecido , ni lo dichosa que soy actual
mente ; tengo que contaros tantas cosas , que
aunque no cesara de hablar en toda una se
mana , no alcanzaria el tiempo para referiros
todo lo que me ha acontecido . Espero que
las dos hemos de pasar desde hoy una vida
contenta y feliz ; pero os advierto , mi que
rida Madama Jervis , que aunque en presencia
de gentes de fuera de casa me llameis del
modo que os parezca , quando estemos solas
no me habeis de dar mas tratamiento que
Do
215
air
s1
217
Lunes.
N2 Jue
230
Jueves.
Salimos efectivamente de casa cerca de las
seis у media , y como ibamos á buen paso
llegamos entre ocho y nueve á la casa re
ferida , que está dispuesta con el mayor aseo ,
y hallamos allí á Abraham , que ya nos es
taba esperando. El ama de casa , su hija y
la criada me gustaron en extremo por su
bellísima disposicion , afabilidad y aseo ; de
modo que advirtiendo mi amo lo mucho que
me agradaba aquella casa , me dixo que vol
veriainos algunas veces á desayunarnos á ella,
porque el exercicio á la ida nos abriria las
ganas para el desayuno , y á la vuelta nos
dispondria para comer con apetito. Pero aun
que esta razon parecia suficiente , advertí que
habia otra muclio mas poderosa , como luego
os referire.
El desayuno , las personas que le servian,
los muebles de la casa , y todas las demas
cosas á proporcion , sin tener nada de aque
lla manificencia hoy dia tan buscada , eran
siimamente decentes , sencillas y naturales .
Madama Dohson , dixo mi esposo al ama
de la casa , ¿ continúan todavía en visitaros de
tiempo en tiempo las niñas de la escuela que
está inmediata ? Sí , Señor , le respondió ,
231
y hoy estoy esperando tres ó quatro.
Entonces me contó mi amo que á una
1
237
teresado mas de lo que yo puedo explicar.
Quisiera que mi amo me hubiese permitido
traerla á mi compañía , pues así veria en mí
una prueba de lo agradecida que le estoy , y
1
me aprovecharia de esta misma ocasion para
manifestarle el amor que le profeso en el que
tendria á esta mi querida niña.
Luego que entramos en el coche para vol
vernos á casa , me' empezó a contar circunstan
קחי
expresiva , encargándome el cuidado de su
querida niña , y suplicándome que nunca la
nom
NAV
242
nombrase por su apellido , sino por el de
Godwin , para que no padeciese su fama ni
la de sus parientes. Estos la diéron quinien
tas libras esterlinas , haciendo ella una renuno
cia general de quanto podia pertenecerla de
su legítima ; y con este dinero se encami
nó á Londres, y desde allí se fue con sus
dos compañeras á embarcarse á Gravesand
para pasar á la Jamayca , donde vive feliz
y muy bien casada , pasando en el concepto
. de su marido por una joven viuda que tie
ne en Inglaterra una hija , de quien cuidan
los parientes de su primer esposo. Con que
ya ves , Pamela , que por ambas partes seha
procurado decir la verdad en lo que ha sido
posible.
¡ Pobre Señora , exclamé yo , quanto me 1
compadezco de ella ! No obstante me consuela
el saber que ha tenido tan buena suerte.
Pero dime', Pamela , replicó mi amo , ¿ no
te alegras tambien de que esté tan distante
de aquí? En quanto á eso , Señor , le respon
dí, no me pesa , pues goza allí de una feli
cidad que nunca hubiera podido gozar aquí.
La mayor prueba de que estaba sinceramen
te arrepentida es que ha podido resolverse
á abandonar á su amada hijita, á su patria y
parientes , y á vos mismo ( á quien sin duda
amaria ) por ir á ocultar su ignominia en un
nuevo mundo ; exponiéndose á los peligros
de una larga navegacion por no volver á in
cur
243
currir en el mismo delito . Verdaderamente,
Señor , que se me parte el corazon al contem
plarla en aquel estado , y siento las mismas an
gustias que su espíritu habrá sentido en el tiem
po de su desgracia: angustias que han produ
cido despues en ella un efecto tan poderoso y
tan laudable. Yo no puedo menos de admirar
y respetar tan generosa resolucion , ni de colo
car en la clasede las mugeres mas heroycas á
9
una dama que tan perfectamente supo cono
cer su yerro; y no dudó que Dios usará con
2
ella de misericordia , y aun miro la felicidad
que ahora goza como recompensa con que el
3
Señor premia su arrepentimiento. Pero , Señor,
¿ no volvisteis áver a esta pobre dama despue's
de su parto ?
No creyendo yo, Pamela, me respondió,
que su resolucion fuese tan firme , fuí á Malbo
rough , donde supe que habia partido para Cala
ne : me encaminé á Calne, y quando llegué
ya habia salido para Reading a despedirse de
una parienta suya: seguíla''con toda diligen
cia ; pero tambien llegué tarde, porque habia
marchado a Oxford , donde efectivamente est
taba ; mas nunca pude conseguir hablarla.T: 1
Finalmente la escribí una carta end que
la suplicaba me permitiese ir á verla , por
que habia sabido que estaba resuelta á partii
para la Jamayea en compañía de dos Seño
Titás, y que el haber ido á visitat' á sus pa
rientes hábia -sido con el objeto de despedir
W. Tomo IV . se
244
se de ellos , y de recoger la dote que la ha
bian prometido. Me respondió un Miércoles
señalándome el Sábado inmediato para vernos
en Woodstoch , lugar de nuestras antiguas
confianzas.
Creíla efectivamente , y aun me persuadi
poder desconcertar las medidas que tenia pre
meditadas. Salí á este fin de mi casa el Jue
ves para Glocester con pretexto de una di
version , y el Sábado fuí á Woodstoch , que
era el sitio señalado ; pero á mi llegada, en
lugar de la dama , hallé una carta suya en
que me pedia perdon por haberme engañado,
En esta carta manifestaba Un vivísimo pesar
de su pasada faqueza : me significaba el amor
que me tenia , y el temor de no poder ve
rificar su resolucion si volvia á verme . Decia
que el Jueves habia salido para embarcarse,
creyendo ser este : el único medio que la 1
quedaba para salvarse , y que me habia ci
tado para el Sábado en aquel lugar , teatro
en otro tiempo de sus primeras debilidades,
con el fin de que esta memoria hiciese en mí
mayor impresion , y me sirviese de estímulo
para perdonarla y compadecerme de ella ; y
tambien para que ganando el tiempo de aque
llos tres o quatro dias , me hallase yo im
posibilitado de poder seguirla. Me recomen
daba de nuevo á la pobre niña , represen
tándome que me hallaba actualmente en el
mismo lugar donde habia nacido: y añadien
do
245,
do que esta era la única gracia que encare
cidamente me pedia ; y que en medio de to
dos , los riesgos de la larga navegacion á que
3
iba á exponerse ; jamas se olvidaria de ro
11 gar á Dios por mí y por ella. Esta carta
tan tierna y tan enérgica me hizo' derramar
un toriente de lágrimas.
. :: Ah Señor ! le interrumpí : ay un lance
como este no ha causado una profunda sens
sacion en vuestra alma ? Una leccion de esta
10
248
gando á su destino libraria contra mí las can
tidades que ella necesitase , como contra un
apoderado que cuidaba de sus bienes. En una
palabra , esta fue la única gracia que pude al
canzar de ella , porque ni siquiera quiso ofre
cerme llevar correspondencia conmigo por es
crito ; y creo que aun quando yo la hubiera
prometido casarme con ella, lo que jamas me
ha pasado por la imaginacion , no lá hubiera
podido apartar de su propósito.
Pero , Señor , ¿ cómo os separasteis por úl
timo de ella ?
Estuve casi determinado á partir en su
compañía hasta el primer puerto de Inglater
ra ó de Irlanda adonde arribase la embarca
cion ; mas ella no quiso permitirlo de ningun
modo por estar muy poseida de sus temores.
Por otra parte , el bárbaro patron , á quien
daban nombre de Capitan , y que yo hubie
ra arrojado al mar de muy buena gana , no
quiso detenerse ni un instante , porque el vien
to y la marea le eran favorables. El hombre
me instaba á que me volviera á tierra , ó hi
ciera el viage : ya tú sabes la violencia de mi
genio, y lo poco acostumbrado que estoy
desde niño á sufrir que otro me resista , de
donde puedes inferir cómo estaria al ver que
Sará , el patron , el viento y la marea se
oponian á mi voluntad y poder. Pero no hu
bo mas remedio que ceder.
Entonces me encargó Sará con las lágri
mas
249
mas en los ojos que cuidase de dar buena edu
10 cacion a la hija de sus entrañas, para que no
102
se viese en ningun tiempo en la triste situa
2 cion de su madre: y esto me lo pidió de una
Site manera tan encarecida у tierna , que es mas pa
25
ra imaginada que para expresadā. Finalmente
jena
tuve que salir de allí con el corazon penetra
K
do de amargura ; y despues de haberme apar
tado de Sara, me despedi de las damas y de
mas pasageros , deseándoles a todos feliz viage,
y regalando cinco guineas á la tripulacion pa
ra que cuidasen de las Señoritas en tan larga
I navegacion .
Al separarse mi bote me volvió a encargar
en voz alta desde el buque que cuidase de la
JEN huéspeda que me habia encomendado , dicién
dome que me viviria eternamente agradecida
por este favor , y que por Dios no la olvidase.
Yo me enternecí extraordinariamente con es
ta segunda despedida , y noté que las Señori
tas y la mayor parte de la tripulacion vertian
copiosas lágrimas.
Como mi corazon iba traspasado de dolor
me puse de pie en el bote sin apartar un instan
1
te la vista de ella todo el tiempo que me fue
posible. Sara me miraba tambien desde la popa
del buque , y de tiempo en tiempo acudia á
enxugarse las lágrimas con el pañuelo. Quan
. do llegué á tierra estuve mirando el navío has
ta que se perdió de vista , y despues me en
caminé á la posada tan afligido , que no pu
dien
250
diendo descansar ni divertirme con nada , volví
á la mañana siguiente á Londres, y aquella mis,
ma tarde me retiré á mi casa de campo.
Esto es , Pamela mia ', lo que tenia que de-.
cirte de la pobre Sara Godefroy. Sé que siem
pre que halla ocasion encarga á los que vienen
de allá que sepan de la niña, y que tiene la
satisfaccion de saber que está bien cuidada. Ha
brá cosa de un año que su marido la envió un
negrito de regalo como de diez años para que
la sirviese ; pero al mes de haber desembar
cado murió de viruelas .
Es preciso , Señor, le interrumpí, que vues
tro generoso corazon conservase por mucho
tiempo la impresion de este tristę suceso y de
todas sus circunstancias.
Es verdad , me contestó , que conservé
mucho tiempo esta memoria ; pero entonces
estaba en lo mas vigoroso de mi juventud , y
apenas podia reflexîonar. Empecé luego á via
jar , y la variedad de tantos objetos nuevos
como se me presentaban cada dia acabó de
distraerme de aquellas ideas. Tú misma has vis
to que cinco ó seis años despues de tal modo
se me habian borrado , que formé el pro
yecto de obligar á mi Pamela á que mudase de
nombre, y fuese otra segunda Sara Godefroy .
No lo digais en chanza , le interrumpi,
pues es la pura verdad lo que acabais de
hablar. Pero doy infinitas gracias a Dios por
que lo ha dispuesto de otro modo , y por
que
251
i que os ha convertido y mudado el corazon.
$ Tambien yo se las doy , -- hija mia , con
la mayor sinceridad y complacencia , esperan
do de su bondad me mire con ojos de cle
mencia , y me conceda la gracia de la perse
verancia , para que habiendo reconocido mi
çrror en tiempo , me compadezca de la po
bre Sara Godefroy por los mismos motivos
que me hacen admirar las virtudes de mi que
rida Pamela , y procure hacerme digno de ella
quanto me sea posible.
Entretenidos con estas admirables reflexiones
acerca de la triste é instructiva historia de Sa
0 rá Godefroy , nos hallamos casi sin advertirlo
á la puerta de casa . Baxamos del coche , y
fuimos á pasearnos al jardin hasta la hora de
comer. Actualmente estamos tan ocupados en
disponer las cosas para presentarnos mañana
1
en la Iglesia , que apenas tendré tiempo de
escribir hasta Lunes.
el
!
Lu.
2
252
)9
260
di Towers , que he sido del número de vues
tros censores ; pero ya estoy convencida de
que vuestra esposa es digna de la clase mas
elevada : y aun añado que nunca os he esti
mido tanto como desde que conozco la acer
tada eleccion que habeis hecho. Y viniéndose
á mí me dixo : Perdonad , querida vecina,
que habiendoos visto otra vez no haya pro
curado desde entonces el trato y comunica
cion de una persona como vos , tan digna de
ser querida , y que sabe desempeñar con tanta
dignidad las obligaciones del feliz estado en
que se ve colocada.
Mi querida Señora , la respondí , me fal
tan voces para explicar mi agradecimiento ; y
pues la afabilidad y exemplo de unas damas
de tanto mérito me dan aliento para portarme
con el honor á que ine ha elevado el mas ge
neroso de todos los hombres, procuraré desde
hoy esmerarme en merecerle.
Hablais como un ángel , exclamó ella : y
os aseguro que si estuviéramos en otra parte
os daria mil besos por esta respuesta. ¡ Oh fe
liz , mil veces feliz M. B ..., añadió volvién
dose á mi amo : ¡ qué prueba tan grande nos ha
beis dado de vuestro juicio ! Os prometo que
aunque tenga que ir sola á veros , no tardaré
en ir á ofreceros mis respetos. En vos consiste,
Señora , la dixo Myladi Brooks : y así podeis
disponer la visita para quando gusteis , é iremos
todas juntas .
En
261
1124
En esto se despidieron todas de nosotros,
y al mismo tiempo llegó el Párroco , á quien
dixo mi amo le estimaria mucho que nos hi
ciese el honor de ir a visitarnos ; y él respon
dió
que tendria el de ir á ofrecernos sus res
petos en la primera ocasion. Yo le dí las gra
cias por la excelente plática que nos habia pre
dicado , y él me las dió tambien á mí por la
M atencion con que habia estado , y que ha que
1
2
rido llamar exemplar. Mi querido amo me
alargó el brazo para subir á la carroza , y vol
vimos á casa muy satisfechos y contentos, gra
cias al cielo.
Por la noche vino á casa Mr. Martin , y
1 traxo en su compañía otro caballero amigo sur
yo llamado Dormer ; y así toda la conversa
cion se reduxo al alto concepto que los veci
nos habian formado de mí, y de la acertada
eleccion de mi generoso bienhechor. '
Los pobres que ayer habia convidado han
venido á verme esta mañana en número de
veinte у cinco , y todos se han vuelto conten
tos. El Domingo quando Juan les repartió el
dinero no pasaban de doce ó catorce ; pero
3 otros lo han sabido y se han juntado á estos.
.
دارای
P2 Mir
262
Mártes.
1
Ved ahora , queridos padres mios , como
0
quedaria yo al oir una cosa de que estaba tan
agena , y la lúgubre sensacion que causaria
en
78
Vier
272
Viernes .
22
mentaré hasta que me dé este gusto. Como
Dios me conceda salud y vida no me po
drá negar el consuelo de que yo misma me
encargue de la educacion dela pobrecita niña,
para que no caiga en los mismos lazos que su
desgraciada madre. Estoy haciendo prevencion
de varias chucherías que llevarla para que se
divierta y me tome cariño. >
21
3. Por
$
{
Biblioteca Episcopal de Barcelona
13030000029007
11
Am. - 5
Est .