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Guzman Gonzalez Maria Carolina 2016
Guzman Gonzalez Maria Carolina 2016
Agradecimientos
Agradezco a Dios por guiarme en cada paso en el camino hacia mis metas, a mi
mamá que me enseñó con su ejemplo que no hay límites para quien ha decidido
hacer lo que sueña, a Manuel por sus comentarios y amoroso apoyo a mi trabajo
durante estos años, a la profesora Cristina Conforti por su amabilidad y dedicada
precisión en sus comentarios, a mi hermana Mariángela por ser mi compañera
de tesis, mi amiga y consejera, a mi hermano Juan Pablo por su apoyo
incondicional, a Silfredo mi mejor amigo, mi lector, mi compañero y guía, gracias
a Helmer Junco por sus amables consejos. A todos mil gracias porque han hecho
de mí una mejor persona.
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CONTENIDO Pág.
CARTA DE LA DIRECTORA
AGRADECIMIENTOS
INTRODUCCIÓN……………..…………………………………………………...……7
CAPÍTULOI: LOS CONCEPTOS DE REPUGNANCIA Y VERGÜENZA:
UNA PUERTA DE ENTRADA A LAS CUESTIONES FUNDAMENTALES
EN LA CRISIS DE LA EDUCACIÓN CONTEMPORÁNEA...….………………….12
1.1. El sueño de la razón ilustrada y el ocultamiento de lo humano……….……12
1.1.1 El problema de determinar el papel de las emociones
en la vida pública…………………………………………………………………….14
1.1.2. El contenido cognitivo de la repugnancia y la vergüenza……………......24
1.1.3 Debate Nussbaum, Devlin, Kass y Miller sobre el contenido
cognitivo de la repugnancia……………………….…….………………………......25
1.1.4. La repugnancia proyectada en el ámbito social……………………….......28
1.2. El rol de la Vergüenza en la vida pública…………………….…….………....31
1.2.1.El paso de la vergüenza primitiva a la vergüenza proyectada…….…….34
CONCLUSIONES ……………………………………………………………...........90
BIBLIOGRAFÍA……………………………………………………………………...94
7
INTRODUCCIÓN
En diciembre de 2015, Martha Nussbaum visitó durante una semana la
ciudad de Medellín. El ciclo de conferencias organizado por la Universidad de
Antioquia fue llamado El Florecer de las Humanidades. En esos días los
asistentes a sus disertaciones tuvimos la oportunidad de ver de cerca a quien
antes habíamos conocido por su escritura.
Durante sus conferencias, clases y discusiones con colegas estuvo
atenta a las traducciones de los comentarios y preguntas del público. Respondió
a cada inquietud y explicó detenidamente las razones de la crisis de la educación
en Norteamérica y sus consecuencias políticas. Esta jornada que nos permitió
conocer de primera mano algunos de sus argumentos defendidos a lo largo de
su carrera, nos confirma porque Nussbaum es una de las más influyentes
filósofas de nuestro siglo.
Se define como una filosofa práctica y sus investigaciones reflejan un
riguroso trabajo a la hora de contrastar los conceptos y teorías con las realidades
de los contextos en los que ha participado como profesora, investigadora y única
mujer que ha ganado una beca de investigación en Harvard, puede decirse que
Nussbaum conoce —por su propia experiencia— lo que significa ser mujer,
profesora universitaria, investigadora en el área de humanidades y crítica del
sistema educativo en el ámbito filosófico contemporáneo.
Su obra es extensa, combina la filosofía clásica con la teoría de las
emociones, el estudio de la literatura y del arte, la política y el derecho; estos
temas se entrecruzan para consolidar una línea de pensamiento que pone a la
educación en el blanco preferencial de sus preocupaciones, precisamente porque
ha detectado y denunciado que la crisis de la educación actual terminará por
llevarnos a una crisis en los sistemas democráticos.
Siguiendo la línea de pensamiento de Nussbaum, nos proponemos
llamar la atención sobre el estudio de la educación de los sentimientos morales,
las emociones humanas y su función en la vida pública, la sostenibilidad de la
8
otros.
Estos conceptos y sus relaciones trabajados por la filósofa Martha
Nussbaum pueden ser considerados como propuestas para el análisis de los
problemas que aquejan a la educación contemporánea. Sin duda una de las
responsabilidades de las naciones y de los filósofos como agentes formadores
de seres humanos integrales es el promover en las nuevas generaciones
actitudes democráticas, críticas, dialógicas, pero sobretodo formar seres que
sientan y que desarrollen la capacidad de reconocer a los otros no solo desde la
razón sino también desde la emoción.
Hacer empatía, sentir compasión, comprender las diferentes creencias o
ideologías es hoy un reto para los ciudadanos que debemos cultivar no solo
aptitudes para razonar sino también aprender a cultivar la humanidad, lo que
permitirá reconocernos en los otros y sentirnos parte de una misma especie.
Asimismo, es necesario desarrollar la capacidad de ampliar nuestras definiciones
que en muchos casos solo tienen dos posibilidades: malo o bueno, hombre o
mujer, blanco o negro.
La tendencia a dividir nuestras sensaciones o percepciones de la realidad
en solo dos posibilidades es uno de los aspectos problemáticos de las relaciones
sociales, políticas y educativas de las naciones. El propósito de Nussbaum es
hacer un estudio riguroso de las razones que nos llevan a sentir o proyectar estas
emociones como la repugnancia y la vergüenza y dar cuenta de las fallas en los
modelos educativos que han hecho que estas emociones sean “piedras en los
zapatos” para la convivencia.
La contemporaneidad nos enfrenta con la complejidad para delimitar las
fronteras entre estas disciplinas, de ahí que la obra de Martha Nussbaum nos
invite a desdibujar las fronteras de la filosofía para construir argumentos y
propuestas con apoyo de otras ciencias que son, tanto esencia como en la
práctica ciencias humanas.
11
CAPÍTULO I
“En las grandes culturas, como en las obras de arte, las fuerzas oscuras
son atendidas, por más que nos avergüencen o nos den asco.”
Sábato.
1
Las alusiones al pensamiento de Ernesto Sábato (1901) obedecen a la pertinencia de su
concepción dialéctica de la existencia humana. En su cuerpo ensayístico son notables las
coincidencias con el pensamiento de Nussbaum, cuando menciona, por ejemplo, que el ser
humano experimenta un grado de indefensión y al mismo tiempo una conciencia de saberse
superior a otras especies. Esta tensión, descrita en "El escritor y sus fantasmas", según mi sentir,
de manera lírica y hermosa, se comprueba en el pensamiento: “Somos imperfectos, nuestro
cuerpo es débil, la carne es mortal y corruptible. Pero por eso mismo aspiramos a algo que no
tenga esa desgraciada precariedad: a algún género de belleza que sea perfecta, a un
conocimiento que valga para siempre y para todos, a principios éticos que sean absolutos. Al
levantarse sobre las dos patas traseras, este extraño animal abandona para siempre la felicidad
zoológica e inaugura la infelicidad metafísica que resulta de su dualidad: descabellada hambre
de eternidad en un cuerpo miserable y mortal”.
14
2
El sociólogo Norbert Elías hace un análisis de la evolución de las sociedades europeas desde
la época medieval y guerrera hasta el proyecto moderno ilustrado desarrollando temas entre los
que se encuentran: la cultura, las represiones, la construcción de tabúes y el carácter de lo público
y lo privado, entre otros. Es esta visión la que le sirve de base a Nussbaum en la argumentación
sobre el proceso civilizatorio occidental y sus fallas estructurales en cuanto a la racionalidad, el
inconsciente y los modelos de producción, el texto de Elías que es citado por Nussbaum es El
proceso de la civilización. Investigaciones sociogenéticas y psicogenéticas, publicado por el FCE
en 1988.
15
3 Para ampliar la crítica que hace Nussbaum al contractualismo clásico, en cabeza de Locke, se
recomienda revisar el texto Las fronteras de la justicia, en el que la autora hace un recorrido por
las principales ideas de la filosofía política de los siglos XVII y XVIII que inspiraron, en el siglo XX,
el liberalismo político propuesto por John Rawls.
16
4 El texto publicado por Editorial Paidós, traducción de Albino Santos Mosquera, usa la palabra
cultivación, que se traduciría mejor como educación emocional. La palabra cultivación existe en
español como sinónimo de cultivo, pero para el caso de comprender lo que Nussbaum quiere
resaltar sería preciso traducirlo como educación de las emociones o formación de las emociones.
17
serie de valoraciones que socialmente han hecho carrera en dos vías: ya sea que
la creación de códigos punitivos influya en el imaginario axiológico de una cultura,
o que la tradición informal de las prácticas culturales influya en la creación de
estos códigos.
Un ejemplo lo constituye el cambio efectuado en 1973 al interior del
sistema penal acusatorio del estado de Texas respecto de la exculpación del
esposo airado que al descubrir a su esposa cometiendo infidelidad o la mata a
ella o lo mata a él. Anterior al año citado, tratándose de cualquiera de las dos
víctimas especificadas, el agresor resultaba eximido de cualquier cargo
condenatorio. Y la valoración por parte tanto de los jueces como del jurado en
este caso estaba por supuesto inserta en la amplia red de valoraciones que en
ese tiempo y en esa sociedad en particular se tenía respecto de la condición de
ser mujer casada y subordinada a un esposo.
Las valoraciones que daban como resultado la calificación de la ira del
agresor texano como razonable, experimentaron un giro importante a favor de la
condena de quien en principio era justificado apelando a una ira irracional. Pues
bien, es tal sucesión de procederes condenatorios en la historia reciente del
derecho penal norteamericano lo que revela, según Nussbaum, que la
razonabilidad o la no razonabilidad de un acto emotivo siempre depende en gran
medida del sistema de creencias que consciente o inconscientemente un tipo de
sociedad practique, divulgue, enseñe e instituya, hablando específicamente del
ejercicio legislativo permanente que un estado ejerce en favor del bienestar
ciudadano.
Pero, precisemos esta cuestión poniendo sobre la mesa lo que tiene para
decirnos Martha Nussbaum respecto de quienes dotan de voz decisiva y de
manera arbitraria a la repugnancia a la hora de legislar en función del bienestar
ciudadano, no olvidando, por supuesto, que la autora enmarca la razonabilidad
dentro de múltiples circunstancias que varían con el tiempo y de persona en
persona, y que no es susceptible de predicarse como tratándose de un atributo
plenamente identificable y estándar para cualquier caso.
En primera instancia, Nussbaum se enfrenta a algunos postulados que se
proclaman en favor de la repugnancia como un criterio confiable a la hora de
legislar y poner a raya ciertos comportamientos que corrompen, en un sentido
moral, la cohesión social y los vínculos de los ciudadanos para con el bien de la
comunidad.
Nussbaum tiene en cuenta las objeciones a su teoría y en El ocultamiento
de lo humano, desarrolla un debate con los teóricos Patrick Devlin, Leon Kass y
William Miller, exponiendo los puntos problemáticos de la relación entre
repugnancia, vida cotidiana y legislación.
6 Erving Goffman desarrolló sus investigaciones acerca de las unidades mínimas de interacción
entre las personas centrándose en el estudio de grupos reducidos, diferenciándose de la mayoría
de investigaciones sociológicas que se habían hecho hasta el momento, siempre a gran escala.
Su trabajo se basa en una sociología interesada en los procesos micro-sociales de interacción y
su interés central estuvo enfocado en el interaccionismo simbólico por lo que se dedicó a estudiar
la influencia de los significados y los símbolos sobre la acción y la interacción humana.
33
Es así como muchos de los problemas que aquejan hoy por hoy al sistema
legislativo, económico y educativo de muchas naciones, descansan en un
limitado o nulo reconocimiento de lo que implica ser humano en un sentido amplio
o dialéctico, y en la negativa por parte de muchos frentes ideológicos a incorporar
a este concepto todas aquellas experiencias que dotan a la vida de una
complejidad y de un sentido de la dificultad que no pueden ser ignorados, como
bien lo entendían los griegos, pues desde ellos, “por lo menos, se sabe que las
diosas de la noche no se pueden menospreciar, y mucho menos excluirlas,
porque entonces reaccionan vengándose en fatídicas formas” (Sábato, 2003,
pág. 90)
Para finalizar con el tema de repugnancia y vergüenza como una suerte
de puerta de entrada al proyecto educativo de Martha Nussbaum, encontramos
que su obra representa el reto que ha propuesto Giorgio Agamben para los
37
CAPÍTULO II
EDUCACIÓN Y DEMOCRACIA EN LA OBRA DE MARTHA
NUSSBAUM: UNA PROPUESTA DE FORMACIÓN PARA LA
CIUDADANÍA
Los liberales no tienen por qué y no deberían sostener que la sociedad pueda
dispensar de una moral compartida; solo tienen que decir que la moral compartida
debería ser una moral políticamente liberal, que distinga entre valores políticos y
constitucionales compartidos, y otros aspectos de la concepción general de las
personas acerca de lo que es una buena vida. Estos últimos incluirían cuestiones
de religión y —dejando de lado el daño no consentido a terceros— asuntos
relativos a la conducta y a los deseos sexuales. Los liberales pueden añadir que
la protección de la libertad en áreas de profunda significación personal es en sí
misma una norma moral y un valor compartido, uno de los valores más
apreciados en muchas sociedades. (Nussbaum M. , 2006, pág. 95)
Esta dificultad de definir cuáles son los principios morales que deben regir
una sociedad, tropieza a menudo con una defensa de la educación liberal cuando
promueve y difunde algún tipo de programa educativo específico acorde con los
ideales de una democracia saludable, lo que representó incluso una limitación en
las teorizaciones clásicas de corte liberal que ofrecieron los grandes filósofos
políticos de la llamada escuela contractualista moderna.
Recordemos que Nussbaum Señala como demasiado prudentes las
alusiones hechas por Locke y Kant a propósito de las garantías de los derechos
básicos proclamados dentro de la filosofía liberal. Locke, por su lado, dice la
autora, habiéndole concedido un espacio dentro de su argumentación al tema de
la intolerancia como amenaza latente dentro del gobierno civil, no llega al punto
de proponer expresamente un plan para mediar los conflictos provenientes de la
coexistencia de las diferentes creencias religiosas al interior de la Inglaterra de
su época. Se limita solo a sugerir o a recomendar “a las iglesias a que
7 En su famosa conferencia The enforcement of morals (1959), Lord Devlin argumenta que las
sociedades no pueden sostenerse si dejan de tener una “moral establecida” que sea ampliamente
compartida. Aunque no sostiene que esta moral no puede modificarse alguna vez, afirma que
“hay desintegración cuando no se observa una moral común y la historia muestra que la relajación
de los vínculos morales a menudo es la primera fase de la desintegración, de modo que se
justifica que la sociedad tome medidas para preservar su código moral como lo hace para
preservar su gobierno y otras instituciones esenciales”.
41
aconsejaran a sus fieles sobre los deberes de paz y buena voluntad hacia los
hombres” (Nussbaum M. , 2014, pág. 33).
Kant, por su parte, y según Nussbaum, habiendo llegado incluso más allá
de los argumentos de Locke en materia de reflexión sobre la tendencia al mal en
la conducta humana “argumenta que la mala conducta en sociedad no es un
simple producto de las condiciones sociales imperantes en ese momento: tiene
sus raíces en la naturaleza humana universal, que encierra ciertas tendencias al
abuso de otras personas” (Nussbaum M. , 2014, pág. 18), y habiendo señalado
que los individuos “tienen el deber ético de integrarse en un grupo que refuerce
las predisposiciones positivas que ya tienen, para que estas tengan mayores
probabilidades de imponerse a las negativas, no obstante, tampoco adoptó
medidas psicológicas para dirimir este tipo de situaciones.
Y esto, concluye Nussbaum (Nussbaum M. , 2014, pág. 19) se debe a que
tiende a creerse que un Estado liberal tiene las manos atadas a la hora de señalar
derroteros morales a causa de su compromiso con libertades como la de
expresión y la de asociación.
De manera que, si la idea de una educación liberal no es, como lo señala
Nussbaum, incompatible con la dación de un suelo moral vinculante de la praxis
ciudadana, es posible y legítimo encargarle a la educación, en tanto que esfera
cultural pública de los estados, una labor fundamental como la de mantener a
raya, o en un estado de negociación estratégico, todas aquellas pulsiones que
amenacen con deteriorar la salud de una democracia liberal.
Todo lo anterior nos remite una vez más a las emociones troncales que
hacen parte del desarrollo de esta investigación, y que resultan imprescindibles
a la hora de contemplar propuestas encaminadas a la preservación de la
democracia y de los ideales que hacen de ella un modelo político deseable:
respeto por la vida, por la diferencia, libertad de expresión, etc. Así, si la
educación no se compromete con la incursión rigurosa en la psicobiología
humana (como tanto insiste Nussbaum en su obra), con el ánimo de entendernos
42
8 Al respecto, Nussbaum advierte sobre uno de los mayores peligros que supone no haber
cultivado la capacidad del autoexamen y el pensamiento crítico: que los jóvenes que presentan
esta carencia son susceptibles de ser altamente influenciables por cuanto no son hábiles para
expresar y consolidar en el afuero íntimo de su intelecto criterios propios.
44
En palabras de Nussbaum:
El cuestionamiento filosófico surge donde quiera que estén las personas. Los
estudiantes de los cursos que menciono están descubriendo que la filosofía no
es una disciplina abstracta ni lejana, sino que esta entretejida, como los
argumentos de Sócrates lo estuvieron, en sus vidas diarias, en sus discusiones
sobre la vida y la muerte, el aborto y la venganza, la justicia institucional y la
religión [...] La filosofía aparece cada vez que las personas son alentadas a
pensar por sí mismas, cuestionándose a la manera de Sócrates. Para todos estos
estudiantes la filosofía viene a proporcionar algo que antes faltaba: un control
activo o comprensión de las preguntas, la capacidad de hacer distinciones, un
estilo de interacción que no descansa en la sola aserción y una sola contra
aserción, todo lo cual se encuentra importante para sus vidas, su relación consigo
mismos y su relación con los demás. (Nussbaum M. , 2005, pág. 38)
9 Uno de los principales divulgadores de la obra de Nussbaum en Colombia fue Guillermo Hoyos
(1935-2013), su trabajo como profesor universitario y defensor de la educación para la ciudadanía
lo llevaron a convertirse en uno de los referentes obligados a la hora de comprender lo que ocurre
con este tema en Colombia. Para ampliar la visión del profesor Hoyos recomiendo revisar la
publicación de los apuntes de su último seminario de doctorado, en donde dedica una clase a la
obra de Nussbaum.
46
10 La situación del personaje narrador del cuento Tigres azules, de Jorge Luis Borges, ilustra
genuinamente la idea del choque de modelos mentales entre culturas. Los habitantes del pueblo
al que llega el extranjero, por su parte, mantienen en su legado cultural creencias sobre la
existencia de tigres azules, sobre las que el extraño llega a sentir cierta incomodidad y apatía, e
incluso exasperarse, al punto de tratarlos de niños inmaduros y tramposos que se encargan de
mantener una mentira ante los ojos de él, que ya se está convenciendo de que las supuestas
huellas que deja el tigre por las noches en los caminos de la colina parecieran no ser más que
huellas hechas por puños humanos sobre la tierra húmeda. El extranjero encarna las
características del logos occidental y tradicional: es profesor de lógica y estudioso de Spinoza.
Mientras que los nativos del pueblo al que este profesor visita son más dados a la mística.
11 Aunque Nussbaum considera que las “tácticas de confrontación que Diógenes escogió
inquietan y despiertan”, tal como masturbarse en público y comer con las manos, y no le resta
importancia dentro de la tradición filosófica griega, al mismo tiempo duda de que sus métodos
49
resulten del todo provechosos en un nivel argumentativo, por cuanto estas acciones no son
suficientes en sí mismas para ofrecer un sistema de razones plenamente sustentado, y porque
resulta poco sensato el desprecio de este personaje por métodos más discretos y más
académicos en el examen de las costumbres, como por ejemplo el estudio de la literatura y de la
historia. Es decir, el mérito que le otorga Nussbaum a las acciones de Diógenes consiste en el
hecho de haber sacado a la luz las prácticas humanas más básicas del hombre, y haberles
concedido un lugar en el espacio público. Ese llamado reclamó la atención sobre asuntos que por
ser vergonzosos no ocupaban siquiera un lugar dentro de la agenda social griega: defecar, el
deseo sexual, el apetito, etc., funciones todas que nos devuelven a ese suelo básico a cuya
reivindicación se consagraron importantes psicoanalistas y psicólogos experimentales en un
intento por ofrecer un cuadro explicativo mucho más rico de lo que significa ser civilizado.
12 Con Vigotsky, la perspectiva constructivista del conocimiento ofrecida por las investigaciones
del suizo Jean Piaget, adoptan un enfoque culturalista que no había sido tomado en cuenta a la
hora de concebir las estructuras de aprehensión de la realidad por parte de las personas solo
como momentos del desarrollo biológico de la especie humana, independientemente de sus
inscripciones vivenciales en contextos diferenciados, lo cual parecía un paradigma universalista
de la forma de ordenar las percepciones y adecuar categorías mentales. Para mayor información
acerca de la propuesta de Vogotsky, recomiendo revisar el texto de Julián de Zubiría ¿Qué son
las competencias? Un enfoque desde el desarrollo humano.
50
13 Respecto del concepto de axiología y visión de mundo en relación con la obra literaria, cabe
recordar que la sociocrítica como escuela defiende precisamente, desde las primeras incursiones
en ese sentido por parte de los marxistas Georgy Lukacs y Goldmann, la idea de que el nivel
estético de la obra no excluye la visión de mundo puesta en juego por el escritor a partir de una
organización sintagmática específica correspondiente a un género en especial. Y Mijail Bajtín
llega mucho más lejos en esta cuestión, remitiendo el mérito estético de la obra literaria a la
armonización esmerada de los aspectos correspondientes a la forma arquitectónica (nivel
ideológico) y a la forma composicional (nivel material), sin privilegiar ninguna de estas dos
instancias en un juego de exclusiones. Pues bien, tales consideraciones últimas inspiraron
distintas modalidades del enfoque sociocrítico presentes aún en la escena mundial del ejercicio
investigativo en literatura con el que operan y operaron no pocos críticos a la hora de extraer
significados sociales y políticos de las obras. Entre ellos, Nussbaum menciona una nómina en la
que figuran los siguientes nombres: Platón, Aristóteles, los estoicos, Hegel, Nietzsche, Tolstoi y
(recientemente) Arthur Danto, Nelson Goodman y Richard Wollheim.
55
social, ni cuestiones sobre la vida personal ni sobre cómo vivirla”; y califica tal
decisión por parte de los simpatizantes de esta escuela como un acto político en
sí mismo.
A ese reconocimiento se suman autoridades del campo de la literatura,
como lo es Sábato, en calidad de narrador y ensayista consagrado dentro de la
cultura de las letras. Este, en su ensayo El escritor y sus fantasmas, toca esta
misma cuestión para afirmar que la literatura, en todo el tiempo que lleva
existiendo, ha sido antropocéntrica en esencia, y que, si bien estuvo en ciertos
momentos de su historia supeditada a imaginarios estéticos que privilegiaban la
forma material del verbo por encima de asuntos de corte existencial, de dos siglos
para acá tal relación se ha invertido totalmente.
De modo que la literatura parece abocada hoy más que nunca a las
grandes preguntas que nos hacemos acerca de la vida, en la capacidad e
incapacidad de este para resolver su existencia en medio de las limitaciones que
le vienen dadas por cuenta del cuerpo vulnerable y perecedero que habita, por
un lado; y de las incitaciones a trascenderse a sí mismo por cuenta del intelecto
que lo acompaña durante toda su carrera vital y le susurra al oído cuán superior
es en términos de inteligencia al resto de las especies, por el otro.
Cómo se libra en cada caso esta tensión o contradicción es el componente
que más comparten las obras de carácter narrativo y por supuesto también de
expresión lírica, entre cuyas alusiones a tal dialéctica existencial destaca, por
ejemplo, el poema de Raúl Gómez Jattin (Gómez, 2006):
De lo que soy
En este cuerpo
en el cual la vida ya anochece
vivo yo
Vientre blando y cabeza calva
Pocos dientes
Y yo adentro
como un condenado
56
14En esta idea insiste mucho también la gran teórica contemporánea de la literatura Julia Kristeva,
cuando habla de caverna sensorial (Kristevá, 2006) y afirma que dentro del arte hay ciertas
experiencias transmisibles únicamente entre cavernas sensoriales: la del escritor y la del lector,
hablando del caso específico de la literatura, y que son a menudo experiencias no comunicables
por vía de la verbalización simbólica que pone a nuestra disposición la cultura. De ahí las ideas
que se derivan de este planteamiento entre lo comunicativo y lo no comunicativo. Y que sea
preferible, según lo sugiere Nussbaum, que el aprendizaje de la empatía y la compasión no se
imparta confrontando a los estudiantes con frases como “abandonen sus imágenes anteriores de
lo que significa ser humanos y adoptemos estas que a continuación les voy a explicar”, sino
sumergiéndolos dentro de una cultura receptiva tanto en sus contenidos curriculares como en sus
métodos pedagógicos, es decir, dentro de una propuesta educativa imbuida por completo de las
capacidades para el amor y la comprensión. (2010, pág. 151)
58
(Žižek, 2008,) habla de la ideología de noche y la ideología de día, para distinguir entre lo que la
cultura o más bien la civilización adopta como lo que es debido y desdeña como lo que resulta
escandaloso y motivo de sonrojo entre los educados y entendidos. Distinción que también se
corresponde con aquella de hilo rojo e hilo azul, el primero de ellos latente y difícilmente visible
por debajo del segundo, que es el que vale la pena ver.
61
acerca tanto a lo peor como a lo mejor que puede tener lugar o acontecer dentro
de la vida por efecto de las acciones igualmente bien o mal conducidas y sus
respectivas cargas emocionales. De ahí que Aristóteles, comenta Nussbaum
(Nussbaum M. , 2005, pág. 125) “en el capítulo 9 de su Poética, diga que la
literatura es más filosófica que la historia —con lo que quiere decir que es una
vía más propicia para el entendimiento humano— precisamente porque nos
prepara para el tipo de cosas que podrían suceder, para las formas generales de
lo posible y su impacto en las vidas humanas”
Continuando con la idea de que la literatura nos acerca a las vidas
humanas en su acontecer bruto, en su esencialidad temporal, y que ello puede
cultivar la capacidad de los estudiantes de pensarse a sí mismos a través de sus
semejantes y reducir los niveles de impotencia que genera la idea de no tener el
mundo bajo entero dominio, Nussbaum señala otro aspecto fundamental de la
alfabetización literaria en pro del incentivo de la imaginación narrativa y la
comprensión.
Y es que la literatura funciona como un zoom que nos permite apreciar los
detalles ínfimos de las grandes panorámicas sociales y políticas, hechas de tal
forma que dejan detalles por fuera, detalles que el arte literario se encarga de
exhibir a partir de vidas anónimas, de situaciones ordinarias, de los bordes que
aparentemente no tienen nada que ver con los centros constitutivos de la vida
pública.
En ese sentido, la postura que asume Nussbaum encuentra en el filósofo
Jacques Rancière toda una defensa crítica que aboga por la equiparación de lo
estético con lo político; esto es, por una idea de lo estético como reparto
ideológico de las afectaciones sensibles dentro de un tiempo y un espacio
localizados; y en consecuencia, aboga por la asunción de la literatura, y de las
artes en general, como un discurso que presenta un reparto particular de lo
sensible dependiendo del tiempo en que se produzca.
62
17 Sobre este particular, cabe recordar que Nussbaum es muy insistente en el hecho de que, para
lograr los efectos esperados del arte en pro del fortalecimiento de la democracia, se necesita
conducir la educación artística a través de una perspectiva normativa acerca del modo en que
deben relacionarse entre sí los seres humanos (como seres dignos, iguales y poseedores de un
mundo y un valor interno); es decir, a través de la norma moral básica del liberalismo político. De
ahí que se deba ser sumamente cuidadoso en la selección de las obras de arte que se utilizarán
para el cultivo de la imaginación empática, ya que esta pueda resultar caprichosa e irregular si no
se vincula con la idea de igualdad en la dignidad humana. Además, advierte Nussbaum, no
podemos negar que los movimientos antidemocráticos siempre supieron hacer buen uso del arte,
la música y la retórica para contribuir aún más con la estigmatización y la denigración de ciertos
grupos y personas. Como ejemplo de esta última tendencia, Nussbaum invita a revisar su ensayo
The class within, que trata sobre el uso del juego y el arte en la derecha hindú. Y como ejemplo
en ese sentido, están también las alusiones que hace el teórico literario inglés Terry Eagleton de
la literatura moderna de su país como un insumo de conquista ideológica de la clase trabajadora
que apelaba al patriotismo guerrerista de Gran Bretaña como dueña y señora de los mares, y que
63
Hace notar que estas obras se centran en las vicisitudes del cuerpo femenino de
un modo sin paralelo. Tres de ellas, en efecto, tratan el cáncer mamario; una es
el diario de Fanny Burney, donde da cuenta de su mastectomía, una operación
realizada durante el siglo XVIII con sólo vino como anestesia. La brillante idea de
Frank de plantear su versión sobre las controversias curriculares en el contexto
de la vívida, sin sentimentalismos y poderosa descripción de su propio
tratamiento de radiación contra el cáncer mamario –diagnosticado el semestre
después de sus clases sobre las tres obras no tradicionales que aludían al cáncer
mamario– recuerda vivamente a su lector el hecho de que este tipo de crítica,
situada histórica y éticamente, responde a una antigua concepción de la
importancia de la literatura en la vida humana. Frank pregunta: ¿no es eso,
después de todo, lo que las personas piensan que debería hacer la buena
literatura: ¿apoyarnos cuando estamos débiles, ahondar nuestra comprensión de
la historia, expandir nuestro sentido de lo que es posible pensar y sentir?
(Nussbaum M. , 2005, pág. 141)
en ese sentido funcionaba como un suelo unificador de las fuerzas del trabajo y a su vez como
distractor emotivo en reemplazo de los valores victorianos en decadencia. Para una ampliación
voluntaria de estos aportes, recomiendo revisar Teoría literaria. Una introducción, de Eagleton.
64
filosofía copiosa en nuestro contexto, por cierto) como un estado que no deja de
incluir las mismas vicisitudes humanas de aquel que no carga un uniforme militar
con charreteras y con muchas estrellas simbólicas del rango jerárquico a la altura
de sus hombros; de aquel que no ha librado batallas a mano armada ni ha
merecido la venia de los civiles.
Y son precisamente esas las circunstancias que hacen a la literatura digna
de atención, de estudio y de revaloración epistemológica al interior de un currículo
que quiera apostarle a la formación de ciudadanos del mundo, en tanto que
captura la experiencia de vivir en su versión más honesta posible: aquella que
pone sobre el tapete lo que otros discursos prefieren dejar por debajo del tapete,
por efecto de la vergüenza y la repugnancia hacia lo que los procesos
civilizatorios han tenido a bien mantener a raya, por tratarse de información que
recuerda el carácter perenne, débil e inconstante de ser humanos; que se tira la
fiesta de la virilidad malversada, y que en razón de ello (recordando el célebre
postulado de Lacan sobre la pasión por la ignorancia), es ‘mejor no saber’.
Aunque es posible poder saber tales cosas encontrándolas en muchas
narraciones que ha legado el arte literario a la cultura, cuyo propósito ha sido
siempre dotar de voz a los grandes problemas de la vida que por otra vía
discursiva no encuentran cauces lo suficientemente amplios como para liberar su
caudal represado. No es casualidad, comenta Sábato el ensayista sobre esa
misma idea, “que la novela coincida con el desarrollo de los tiempos modernos,
[pues] ¿dónde se iban a refugiar las Furias si dicha cultura las reprimía?” (Sábato,
2003, pág. 87)
Pues bien, en esa idea insistirá Nussbaum a lo largo de todo un capítulo
dedicado a la imaginación narrativa; y con ella, a propósito de puntos ciegos de
la cultura que solo el arte deja entrever, pasamos a la danza, el teatro y a las
artes performativas, las cuales se suman también como insumos provechosos en
lo que a apropiación del significado genuino de lo humano se refiere, pues las
artes en general, afirma Nussbaum “cumplen una función doble en las escuelas
65
18 Sobre este tema Nussbaum escribe un artículo titulado Educar ciudadanos del mundo
publicado en el libro ¿Cosmopolitas o patriotas? (1997) (Nussbaum, Rorty, Rusconi, & Viroli,
1997) que recoge un debate iniciado por Richard Rorty con la publicación de su artículo La
academia antipatriótica. En esta disertación expone su desacuerdo con Rorty, quien proponía
reivindicar el orgullo de ser norteamericanos como bandera para el desarrollo de los procesos
democráticos. Nussbaum, en cambio, escribió sobre la necesidad de educar a los jóvenes
norteamericanos en la dirección opuesta; esto es, saberse norteamericanos con derechos, pero
con la obligación de respetar los derechos humanos universales que compartimos con los demás
habitantes del planeta.
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Ahora bien, para los docentes, enfrentarse a una lista de objetivos como
esta puede significar un imposible, porque lo primero que se les cruza por la
mente es el recorte presupuestal cada vez más despiadado al sector educativo.
Y sí, razones de peso hay para creer que tales propósitos pueden verse
truncados debido a la falta de dinero con la que están obligadas a sobrevivir las
escuelas públicas del país, hablando específicamente del caso de Colombia.
Sin embargo, la misma objeción encuentra Nussbaum para la puesta en
marcha de su propuesta en su contexto norteamericano. Hacia la última parte
tanto de El cultivo de la humanidad como de Sin fines de lucro, Nussbaum no
deja por fuera la preocupación a nivel práctico y estatal que sobrevienen cada
vez que surgen propuestas como la suya.
De hecho, Nussbaum responde argumentando que no es necesario contar
con grandes presupuestos para desarrollar este modelo de educación, de hecho,
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CAPÍTULO III.
Una educación para los derechos humanos se logra más con base en el
fortalecimiento de la sensibilidad moral de las personas que con destrezas
argumentativas y principios universales obligantes. Para nosotros los
intelectuales, en especial para la filosofía y las ciencias sociales y humanas, esto
significa un cambio de paradigma y no partir de una caracterización del ser
humano como animal racional, distinguido por su razón, en cuya esencia se
fundamentan determinados derechos, sino más bien de un reconocimiento de lo
humano, de sus sentimientos, de sus capacidades para “sentir-con” (compasión),
de la simpatía, de sus valoraciones y de una serie de competencias que no son
más que manifestaciones históricas de su insociable sociabilidad.
Guillermo Hoyos.
siente y piensa19) notamos que aún estos temas no trascienden el espacio del
papel ni sobrepasan su estado nominal; esto es, se pueden encontrar en un nivel
intencional, pero al contrastar estas ideas con la praxis educativa y social, estos
principios tienden a desvirtuarse.
Digo esto a propósito de tres asuntos constatables en el escenario
educativo y social de nuestro país que serán el punto de llegada de esta
propuesta de Nussbaum para la ciudadanía, aplicada al contexto colombiano,
primero me referiré a la política pública orientada hacia una educación inclusiva
que se encuentra en el proyecto Currículo para la excelencia 40 x 4020, que
servirá de ejemplo para determinar las falencias o distancias entre la teoría y la
práctica educativa a nivel escolar.
Seguidamente, veremos como en los currículos de las universidades
colombianas están también de manera nominal expresados los asuntos
relacionados con el cultivo de la sensibilidad y reconocimiento de nuestra propia
humanidad y, teniendo en cuenta la critica que hace Nussbaum a los contenidos
curriculares revisaré cual es el panorama respecto a este tema.
Por último, me propongo abordar el tema de la memoria histórica y la
construcción de nuevas formas de convivencia a partir del posconflicto, sobre
este tema tomaré como base el documento público resultado del trabajo de
investigación del grupo de memoria histórica de la comisión nacional de
reparación y reconciliación.
19 En su modelo llamado pedagogía dialogante, Julián de Zubiría Samper (Zubiría, 2006) enfatiza
en esta expresión, acuñada en el discurso pedagógico por el psicólogo César Coll, para enmarcar
su propuesta educativa en un diálogo genuino entre los aspectos que permean la sociabilidad, la
intelectualidad y la sensibilidad de los seres humanos, aspectos que, en su perspectiva, son
inextricables, y que por tanto no deben ser abordados aisladamente. Ya mucho antes, el
psicólogo alemán Karl Bühler había sugerido que el ser humano deviene en su totalidad en el
marco de tres esferas que constituyen su esencia: la expresión (subjetiva), la socialización
(intersubjetiva), y por último la que tiene que ver con el deseo de referenciar el mundo en juicios
con pretensiones de validez universal (objetiva). Para ampliar esta postura, que conecta en
muchos aspectos con la perspectiva de lo que significa ser humano en Martha Nussbaum, se
recomienda revisar las ampliaciones que sobre el tema ofrece Habermas (Habermas, 1987) quien
adopta la teoría de los tres mundos para estructurar su propuesta de la acción comunicativa.
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Este documento que lleva por título ¡Basta ya! recoge las visiones e
investigaciones que sobre el conflicto armado, el desplazamiento y la violencia
en Colombia han realizado un grupo de investigadores, académicos, periodistas,
activistas, víctimas, promotores de derechos humanos y periodistas, quienes a
partir de esta investigación sugieren líneas específicas de acción basadas en una
filosofía del reconocimiento del otro en su dimensión humana y la valoración de
la democracia como garante de la convivencia y la reconciliación con nuestro
pasado.
ni sus primos ni ningún familiar cercano presentaba esa limitación, de modo que
la utilidad práctica de tal aprendizaje, en su caso particular, quedaba en
entredicho.
En este punto resulta interesante recordar lo dicho en capítulos anteriores
sobre la denuncia que hace Nussbaum a las teorías contractualistas clásicas que
ven en la asociación civil una mera negociación con fines utilitarios que tienen
que ver exclusivamente con la supervivencia y la suplencia de algunas
necesidades básicas, lo que como expresa Nussbaum en el texto Crear
capacidades, refuerza la bifurcación entre un mundo que me es conocido, y otro
con el que interactúo solo en función de negociante: qué me das, qué te doy “La
tarea de incluir a las personas con discapacidades y de dar apoyo a sus
capacidades humanas requiere de una nueva concepción de la cooperación
social y de las motivaciones humanas de la misma, un enfoque teórico centrado
en la benevolencia y el altruismo, y no en el mero beneficio mutuo” (Nusbaum,
2012, pág. 178)
Con esto, en la esfera pública termina reflejando una voluntad que
jerarquiza, como lo deja ver la respuesta del niño entrevistado, entre lo que me
es dado respetar y amar y lo que me es dado mirar de reojo y con prudencia.
Si nos detenemos un poco más en el ejemplo del colegio que
nominalmente adopta en su praxis formativa un enfoque diferencial, tocamos otro
de los temas que tanto recomienda Nussbaum y que realmente no se practica ni
al interior de las aulas ni al interior de las familias: la pedagogía socrática, el
fomento de esa voz participativa y crítica capaz de desmontar sus propias
preconcepciones de la que hablamos en el capítulo dos, y de entrar en comunión
con otras voces igualmente válidas de la cultura.
En esa lógica que reduce las posibilidades de cuestionar conceptos o
prácticas en la educación o en la familia notamos que se reducen también las
posibilidades de con-vivir y entrar en comunión con el otro, la razón es que los
discursos sesgados sobre la tolerancia nos convierten en actores de un simulacro
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CONCLUSIONES
La propuesta de pensar la relación entre las emociones y las interacciones
en las sociedades humanas, es un tema que amplía el debate filosófico hacia
campos diversos del saber. Es así como la obra de Martha Nussbaum nos deja
ver la necesidad de establecer alianzas con otras disciplinas con el propósito de
conectar y comprender mejor los aspectos que hoy hacen de nuestras
sociedades sistemas complejos por la variedad de aspectos en crisis.
Es importante mencionar que nuestro siglo precisa de un horizonte de
posibilidades que brinde una educación con un componente crítico fuerte, una
metodología dialógica, un entendimiento de la diversidad de culturas desde las
artes y un ejercicio de la docencia inspirado en la idea de la vida buena como
objetivo común entre los seres humanos.
Una vida buena en sentido socrático, es para nosotros aquella que busca
la armonía en todos los aspectos de la vida humana y es así como hemos tratado
de mostrar a lo largo de esta investigación, que la educación en todos los niveles
podrá marcar la diferencia en la mirada que tendrán nuestros jóvenes hacia el
presente y el futuro de su país.
Ellos están en mora de recibir —en todos los niveles de la educación—
este mensaje que puede ser llevado por cada uno de nosotros: los que pensamos
que en la educación está el motor de las sociedades, los padres que están
formando niños y jóvenes, los gobernantes que están desarrollando políticas
públicas y los artistas que pueden lograr hacernos sentir y pensar al mismo
tiempo.
Es así como podemos resumir los puntos que hemos expuesto en este
trabajo:
Nussbaum considera necesario evaluar el contenido cognitivo de la
repugnancia y la vergüenza, para darnos cuenta de que no son
emociones únicamente biológicas que corresponden al ámbito de la
irracionalidad, sino que también son emociones que nuestra cultura va
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Bibliografía
Nussbaum, M. (2010). Sin fines de lucro. Por qué la democracia necesita de las
humanidades. Buenos Aires: Katz.
Rozin, P., & Fallon, A. (1987). A perspectiveon disgust. Psycological Review 94,
23-41.