Las actividades del viernes me emocionaron mucho ya que después de tanto tiempo pudimos volver a vernos todos y vivir una nueva experiencia. Reflexionamos acerca de la constitución, personalmente el punto que me tocó compartir hablaba sobre que “no es tanto no tener cosas, sino ser pobre y sin riqueza” eso es lo más difícil e importante, ya que es parte del amor. Además compartimos los aspectos positivos y negativos de la cuarentena en nuestra vida consagrada, para mi lo positivo: Aprender a vivir la misa virtual y la adoración del santísimo, lo negativo: fue la falta de la comunión sacramental. Finalmente pudimos vivir la Santa Misa con nuestro asesor el Padre Kiko. 2) Día 2 Sábado 18 de julio En el segundo día de encuentro, tuvimos una formación dirigida por el hermano Bustos y hablamos de temas como: Afectividad y sexualidad, castidad y amor. Realizamos trabajos individuales respondiendo preguntas y reflexionando. Esta formación me ayudó a entender cosas que antes consideraba “Tabú”. Luego realizamos un segundo trabajo sobre las emociones. Cerramos la jornada con la celebración de la misa la cual viví con emoción y participé con la lectura del Salmo. 3) Día 3 Domingo 19 de julio El tercer y último día comenzó con el saludo de todas las cristíferas. El Padre Kiko nos brindó una enseñanza centrada en la palabra de Dios acerca de la paciencia, saber esperar en el silencio espiritual hasta que Dios hable, reconocernos como criaturas pequeñas ante un Dios absoluto, etc. Personalmente siento que desde siempre fui llamada a la vida consagrada, sin embargo lo descubrí más tarde.
A modo de cierre, las ventajas de haber realizado este retiro de forma
virtual es que aprendí una nueva manera de utilizar la tecnología para vivir un retiro, en cuanto a las dificultades hubo un momento en que mi celular dejo de funcionar. En este retiro recordé mucho a nuestro fundador el Padre Hessayne que nos decía “háganse amigos de la tecnología” tal vez él me ayudó.