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Imagen y Sociedad

Prof. Juan Jimenez 


Katherina Halty - Juan Oportot Campillay - Tomás Rabají

La cultura camaleónica y sus matices: un análisis sobre Zelig (Woody Allen,


1983)

Desde los primeros fotogramas de la película Zelig (Allen, 1983), se presenta una
historia inusual, un “documental falso” con intenciones de mostrar a los
espectadores la vida de un hombre que es capaz de transformarse e imitar las
características de sus comunes. Como grupo, pensamos que la producción de
Allen tiene un importante significado social que puede ser contrastado con los
procesos históricos, el significado de la opinión pública, medios de comunicación
y la proyección de los individuos sociales hacia su entorno. Es por eso que en
este ensayo se realizará un análisis de aspectos del film, interpretado bajo
algunos conceptos de la sociología de Erwin Goffman y Georges Balandier.

Opinión pública y apropiación cultural


El concepto de “opinión pública” nace a inicios del siglo XVIII, también
conocido como “siglo de las luces”. Este comprende conceptos como la
ciudadanía, la constitución del Estado, las leyes y regulaciones hacia la sociedad,
el auge de las repúblicas y la democracia, entre otros tópicos que conforman el
constructo social contemporáneo. A través de la opinión, los seres humanos son
capaces de agrupar las visiones plurales de la realidad social generando un punto
de convergencia. Leonard Zelig busca seguir la tendencia de sus semejantes por
medio de la imitación. Esto, debido a que el protagonista no forma desde un inicio
un criterio individual que le permita distinguirse de los grupos.
Nosotros queremos conectar esta característica de Leonard Zelig con la
crítica que se ha hecho estos últimos años al concepto de apropiación cultural. Si
bien, es un movimiento que juzga la romantización de elementos culturales
tercermundistas, queremos enfocar nuestro análisis desde otra interpretación.
Esta tiene que ver con ciertos individuos, pertenecientes a culturas consideradas
“inferiores”, que intentan imitar o formar parte de una cultura vista como
“superior”, o más desarrollada que la de su lugar de origen. En específico, esto se
representa en gran medida con ciudadanos latinoamericanos que buscan tener
características similares a las de locales europeos, o de los países más
desarrollados del continente. 
En las personas que copian o adoptan el pensamiento extranjero o externo
vemos a Zelig. Ese mismo propósito de seguir al resto, hasta el punto de adoptar
las mismas visiones políticas y culturales, es una actitud que sigue siendo común
en la actualidad. También, la masificación de redes sociales y la globalización han
jugado un rol importante en este efecto, debido a la conexión que se genera con
los otros países. Un ejemplo de esto es el trend viral de la plataforma TikTok,
“cultura mixta check”, donde personas buscan puntos en común entre una cultura
latinoamericana y otra extranjera en base a la intención estereotipada de querer
pertenecer a una determinada sociedad.
Pero, ¿esto por qué se produce? Analizando el pensamiento de Georges
Balandier, la realidad social “constituye una construcción; aquello que pudiera, de
algún modo, dar la impresión de natural es un producto de la actividad conjugada,
pasada y presente, de los humanos” (Balandier, 1994, pág. 160). Esa
construcción consiste en un acuerdo que fundamenta la superioridad de las
naciones más relevantes. Esto hace sentir “mejores” a las personas que
aparentan ser de otra cultura, e incluso, se perciben como más “cultas”. En el film,
Zelig imita la apariencia de sus cercanos para encajar y caer bien dentro de la
sociedad, olvidándose de su concepción y opinión personal al punto de sentir que
no tiene una identidad propia. Por ello, este propósito sigue siendo común en una
realidad cada vez más conectada y vigilada, desde el carácter panóptico de las
redes sociales y la tecnología.

La manipulación mediática y los discursos artificiales


Durante el film, aparecen dos periodistas abrumados por la buena
recepción del público hacia una de sus historias. La exitosa noticia es
protagonizada por Leonard Zelig, el cual destaca inmediatamente por su increíble
condición. Reflexionando en esta situación, los dos periodistas terminan
concluyendo que no necesitan recursos extras para que sus productos generen
popularidad entre los lectores.
En la actualidad, no se puede aseverar la existencia de manipulación
informativa tan explícita como la que se indica en la producción cinematográfica.
Aun así, existe una desconfianza a los medios de comunicación y principalmente
a los discursos políticos. Estos comentarios han sido constantemente
desacreditados, principalmente por una distancia observable entre el contenido
del mensaje y el personaje político en sí. Al ser una idea cuidadosamente
premeditada, la veracidad del concepto ya no se puede buscar en el perpetuador
del mensaje, por lo que se recurre a otras herramientas, como lo son los
instrumentos audiovisuales. 
Este problema es bastante similar a lo que plantea Georges Balandier sobre la
desvalorización del lenguaje en regímenes democráticos. 
“La comunicación entre gobernantes y gobernados nunca ha dependido del
instrumento que la hacía posible, ni de los especialistas encargados de su
custodia. Y sin embargo, hoy albergamos la sensación de un cierto
desamparo, de una inquietud que nos invita a buscar algo con que
remediar la acumulación de procedimientos de intervención”. (Balandier,
1994, pág. 155)

La comunicación y las herramientas han sido cada vez más cuestionadas y


desacreditadas. Este fenómeno es atribuible a la debilitación de la opinión pública
política. Estos personajes tienen claro el alcance que puede generar una buena
campaña con eslóganes populares y flexibles. Es en ese punto donde nace el
conflicto, ya que estas consignas al ser prefabricadas por un séquito de
profesionales, carecen de autenticidad. Estas campañas ya no son congruentes
con sus emisarios, distanciándoles de su audiencia. Por esto, acuden a nuevas
estrategias, las cuales se enfocan en la forma de entregar el mensaje, más que el
contenido de este. Ya no es suficiente un contenido escrito, se necesita ser
redundante y utilizar otros elementos estéticos que le agreguen información, ya
sea a través de imágenes, audios o videos. Asimismo, dichos recursos captan con
mayor intensidad la atención de los espectadores. 
Para concluir, observamos que los mecanismos presentados en la película
aplican a la realidad contemporánea y observable. En el film se plantea una
opinión pública inestable, junto con la ambición y competencia de los medios de
comunicación. Estos, quienes en búsqueda de conseguir ganancias tanto
económicas como simbólicas, estaban dispuestos a distorsionar la verdad. Sin
embargo, la recepción del contenido mediático no definía en los individuos una
opinión propia sustentada bajo su criterio. Al contrario, la población carecía de
perspectiva personal, de la misma forma que Zelig. La visión de una comunidad
estaba constituida por una institucionalidad superior, experta en la creación de
verdades y concepciones del mundo, es decir, los discursos políticos y los
medios.  Una población sin criterio propio es un grupo afectado por los medios de
comunicación y las redes sociales que buscan el beneficio antes que la veracidad
y la ética, manifestando una opinión pública artificial que fluctúa sin fundamentos
claros. 

Bibliografía

Allen, W. (Dirección). (1983). Zelig [Película].

Balandier, G. (1994). El poder en escenas: De la representación del poder al


poder de la representación. Capítulo V "El Gran Angular".Barcelona:
Paidos.

Jiménez, J. C. (s.f.). Erwin Goffman: Estigma y representación.

Jiménez, J. C. (s.f.). Paradigmas teóricos generales de la Comunicación.

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