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Desafíos para la calidad

de la democracia
y las políticas públicas
para el fortalecimiento
de la gobernabilidad en México
UNIDAD LERMA
Rector General Rector
Eduardo Abel Peñalosa Castro José Mariano García
Garibay
Secretario General
José Antonio de los Reyes Secretario de Unidad
Heredia Darío Eduardo Guaycochea
Guglielmi
Coordinador General de Difusión
Francisco Mata Rosas Directora de la División
de Ciencias Sociales
Director de Publicaciones y Humanidades
y Promoción Editorial Mónica Francisca Benítez
Bernardo Javier Ruiz López Dávila
Coordinadora del Consejo
Editorial de la División
de Ciencias Sociales
y Humanidades
Mónica Adriana Sosa
Juarico
Raúl Figueroa Romero
Miguel Rodrigo González Ibarra
(coordinadores)

Desafíos para la calidad


de la democracia
y las políticas públicas
para el fortalecimiento
de la gobernabilidad en México

Universidad Autónoma Metropolitana


Unidad Lerma/División de Ciencias Sociales y Humanidades
Juan Pablos Editor
México, 2018
ÍNDICE

Introducción
Raúl Figueroa Romero
y Miguel Rodrigo González Ibarra 11

PRIMERA PARTE
CALIDAD DE LA DEMOCRACIA,
REFORMA POLÍTICO-ELECTORAL
Y CAMBIO INSTITUCIONAL EN MÉXICO

Calidad de la democracia y políticas públicas


para el fortalecimiento del Estado de derecho
Raúl Figueroa Romero y Raúl Hernández Mar 33

Democracias defectuosas en América Latina:


retos de la gobernanza electoral y la calidad
de la democracia en la región
Gonzalo Farrera Bravo y Samantha Castellanos López 63

Las reformas electorales en México y sus dificultades


en la transición a la democracia
Alfonso León Pérez 109

Transición y cambio institucional


en el Poder Legislativo mexicano
Laura Valencia Escamilla 149

[7]
8 ÍNDICE

SEGUNDA PARTE
POLÍTICAS PÚBLICAS PARA LA PREVENCIÓN
DE LA CORRUPCIÓN, TRANSPARENCIA Y CONFIANZA
INSTITUCIONAL EN MÉXICO

El combate a la corrupción en México:


estrategia de política pública a través del SNA
Gabriel Pérez Pérez
y Mario C. Chavarría Suárez 187

Transparencia y responsabilidad gubernamental:


un reto para la democracia en México
Ramiro Daniel Sánchez Gayosso
y Alberto Escamilla Cadena 213

Construcción de confianza institucional


e incidencia pública para el fortalecimiento
de la democracia en México
Miguel Rodrigo González Ibarra 253

La construcción de ciudadanía en el programa


de Comedores Comunitarios.
El caso de Santa María Atarasquillo,
Lerma de Villada (2017)
Manuel Lara Caballero 285

TERCERA PARTE
DESCENTRALIZACIÓN, RENDICIÓN DE CUENTAS
Y FORTALECIMIENTO DE LAS CAPACIDADES
POLÍTICO-INSTITUCIONALES EN MÉXICO

La calidad de la democracia en la rendición de cuentas


electoral del rubro de la fiscalización en México,
2000-2015
Raúl Figueroa Romero,
Alberto Escamilla Cadena
y Luis Fernando Ordaz Bautista 339
ÍNDICE 9

Procesos de descentralización y calidad de la democracia


en México, 1980-2017
David Morales González
y Laura Georgina Ahuactzin Pérez 375

Capacidad institucional y administrativa:


el Modelo Sintético de Información de Desempeño
como instrumento para medir la eficacia
gubernamental en México (2013-2017)
Alma Patricia de León Calderón 403

Entre la utopía y la realidad. Algunos datos e ideas


sobre la condición que guardan los preceptos
del artículo tercero constitucional en el México de
los últimos años
Claudia Alaniz Hernández y Luis Reyes García 433

Sobre los autores 463


BL
A
N
C
A
INTRODUCCIÓN

En los últimos 30 años, nuestro país ha experimentado un com­plejo


proceso para generar reformas político-electorales y el estable­ci­mien­
to de mejores políticas públicas, con el objetivo de fortalecer la ca­
li­dad de la democracia y transitar hacia un desempeño insti­tu­cio­nal
más eficaz y eficiente que contribuya a la gobernabilidad de­mo­crá­
tica.
Entre algunos enfoques y metodologías de análisis para compren­der
los cambios políticos y la necesidad de generar nuevas alternati­vas
de reforma de gobierno (Camou, 2001; INE, 2015; Aguilar, 2007,
González y D’Angello, 2017), existe un cierto consenso en la nece­
sidad de realizar análisis más específicos acerca de los procesos de
transformación en la política local y los desafíos que se presentan
en los me­canismos para encauzar la democratización hacia un
objetivo común, atender la prevención de la corrupción y generar
confianza institucional.
Si bien existen balances importantes sobre los retos que se pre-
sentan al diseño institucional que dé cuenta de un mejor sistema
democrático en México, los procesos de democratización se advier-
ten sumamente complejos sólo con las iniciativas de mejora en la de­
mocracia electoral y un vacío constante para la construcción de una
ciudadanía efectiva y plenamente participativa en los asuntos públi­
cos (INE, 2015).
No obstante que la democracia en nuestro país se ha venido con­
solidando con mayor empeño, es necesario señalar que existen retos
que impiden o limitan su fortalecimiento y progreso. Hechos y fe­

[11]
12 RAÚL FIGUEROA R., MIGUEL RODRIGO GONZÁLEZ I.

nómenos como la crisis de representación en los partidos políticos,


la debilidad institucional, el aumento de la pobreza y la desigualdad, la
falta de transparencia y aumento de la corrupción en los diferentes
niveles de la administración pública, inseguridad pública, educación
de mala calidad, entre otros temas, conforman una larga y densa lis­
ta de temas pendientes en la agenda política nacional que es necesario
revisar, analizar y explicar en el contexto de los principios demo-
cráticos del Estado de derecho y de la urgencia para construir una
nueva ciudadanía política hacia el siglo que transcurre.
En este contexto, y de acuerdo con Morlino (2014:39), un aná-
lisis acerca de la calidad de la democracia —en un sistema y régimen
político específico— advierte no sólo una verificación empírica de
cuán “buena” es, sino cómo generar una definición de “democracia”
para tener una cierta claridad en el estudio de categorías de análisis
y su desempeño. Así, cuando se alude a la calidad de la demo­cracia
es posible distinguir procedimientos que se asocian a un tra­bajo y
proceso para lograr resultados concretos, así como ubicar el diseño
estructural de un producto o su composición en su estructura para
conocer su rendimiento y estimar un resultado con base en la satis­
facción expresada por quien demanda ese producto y su impacto.
En este sentido, la calidad de la democracia se fundamenta en
procedimientos, contenidos y resultados, y propone definirla como
la existencia de una estructura institucional estable que hace posi-
ble la libertad y la igualdad de los ciudadanos con base en el correc-
to funcionamiento legítimo de sus instituciones y mecanismos de
gobierno.
Desde otra perspectiva, para generar una democracia con calidad
es necesario analizar el contexto político, normativo y organizacio-
nal en el que tienen lugar los procesos de gobierno, así como las con­
diciones en las que se desarrolla la relación Estado-sociedad. Como
lo advierte Morlino, citando a Roberts (2014:40), la calidad de la
democracia es equivalente al grado en que los ciudadanos controlan a
sus gobernantes o bien contribuyen a la fortaleza de la vinculación
entre la ciudadanía y los responsables de formular políticas públicas.
En este mismo tenor, y para analizar empíricamente las dimensio­
nes en esta relación, es importante destacar la existencia de cinco
dimensiones que refieren a los procedimientos y articulación del Es­tado
de derecho, la rendición de cuentas en los ámbitos electoral e insti­
INTRODUCCIÓN 13

tucional, y la participación y competencia política, así como enfati­zar


en el análisis de la capacidad de respuesta respecto a la interacción con
los ciudadanos y la sociedad civil en general.
Como se mencionó anteriormente, en México la calidad de la
democracia tiene características muy particulares. El Estado de de­
recho no sólo se ve afectado por la limitada capacidad institucional
y administrativa real, sino que persisten ineficiencias e irregularida­
des tanto en el desempeño del cuerpo burocrático como en la se-
lección y estabilidad de los funcionarios públicos. Lo anterior pone
en evidencia un desempeño institucional con carencias y deficien-
cias en el diseño institucional en los ámbitos del gobierno federal,
estatal y municipal. Por otra parte, la afectación al Estado de dere-
cho también se revela a través de la corrupción política, la pérdida de
confianza y la legitimidad en la acción de los gobiernos.
De la misma manera, México, al igual que otros países de Amé-
rica Latina, como Colombia, registra en las últimas décadas una alta
incidencia del crimen organizado asociado con el narcotráfico, así
como un desempeño cuestionable de las fuerzas armadas para su
atención. En este sentido, predomina la discrecionalidad en la toma
de decisiones hacia casos relacionados con la protección jurídica y
abuso hacia los derechos humanos de las personas, amenazas hacia
la libertad de expresión en activistas políticos y sociales, detencio-
nes arbitrarias, discriminación contra los homosexuales, mujeres y
pueblos indígenas, violencia por razones de género y restricciones
severas a la libertad de prensa e información.
Una de las dimensiones fundamentales para lograr el fortaleci-
miento del Estado de derecho y el acceso a la justicia, es la edificación
de ciudadanía en el sentido de potenciar la democracia participativa
para empoderar a los ciudadanos y equilibrar las diversas áreas po­lí­
tico-institucionales y avanzar hacia el restablecimiento del ejercicio
de la ciudadanía en un gobierno democrático y efectivo.
Resulta cierto que para lograr un funcionamiento positivo de un
régimen político que se asume como democrático es necesario con­
tar con una ciudadanía que se interesa, se informa y participa en los
asun­tos públicos de su comunidad. Sin la participación ciudadana
no tie­ne sentido el concepto de democracia y mucho menos los fun­
damentos políticos que originan los derechos sociales y ciudadanos
que son necesarios para lograr una plena definición.
14 RAÚL FIGUEROA R., MIGUEL RODRIGO GONZÁLEZ I.

Recientemente la idea de la construcción de ciudadanía se ha ve­


nido impulsando a través de los conceptos de buen gobierno y go­
bernanza, debido a que es necesario ampliar los canales de inclusión
y la voz del ciudadano, así como su capacidad de influencia, coope-
ración y exigencia al desempeño de los gobiernos (INE, 2015:23-25).
Si bien la participación ciudadana puede comprenderse como la
acción individual y colectiva que realizan los ciudadanos para ejer-
cer influencia y control sobre el gobierno, es necesario destacar que la
intervención directa en la agenda pública, diseño, ejecución y eva-
luación de políticas públicas se hace cada vez más necesaria para
motivar el interés en los asuntos públicos y con ello incidir políti-
camente en el control social y el ejercicio de la función pública en
representantes y gobernantes (González y D’Angello, 2017).
Es necesario señalar que la calidad de la democracia advierte la
importancia de revalorar la vida comunitaria y recuperar los valores,
en donde los individuos buscan no sólo atender sus problemas pri­
vados, sino también resolver de forma conjunta y solidaria sus nece­
sidades políticas, cívicas y educativas, y públicas. Pese a que la vida
comunitaria va más allá de procedimientos institucionales y acuer-
dos políticos, este espacio es vital para lograr el fortalecimiento del
tejido y la cohesión social, así como la construcción de confianza
institucional y legitimidad hacia el ámbito de lo político.
En síntesis, la idea de ciudadanía en el contexto del fortalecimien­
to a la calidad de la democracia va más allá de los derechos y obliga­
ciones ciudadanas, y advierte una discusión más profunda que tenga
como propósito no sólo una revisión conceptual, sino que tam­bién
demanda análisis empírico para investigar, desde una pers­pectiva
más amplia, el contraste de la teoría con la realidad que se presenta
en sistemas políticos y procesos de gobierno, exactamente como en el
caso mexicano.

OBJETIVOS Y ASUNTOS DE INVESTIGACIÓN


El objetivo de esta obra es estudiar los desafíos que se presentan para
generar calidad de la democracia en México, principalmente en su
dimensión de análisis procedimental, así como explicar los retos que
se observan en las políticas públicas que tienen como objeto lograr el
fortalecimiento de la gobernabilidad democrática en México.
INTRODUCCIÓN 15

En este proyecto se planteó como campo general de investigación


recuperar, para el análisis, los postulados teórico-metodológicos para
el estudio de la calidad de la democracia con base en el informe La
calidad de las democracias en América Latina, editado por el Institu-
to Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA
Internacional), en el año de 2014, y realizado por el politólogo Leo­
nardo Morlino, ya que los coordinadores de este proyecto asumimos
que este trabajo es un recurso teórico y metodológico valioso para
el análisis de los sistemas y regímenes políticos actuales en la región
latinoamericana.
Con base en esta propuesta, se compartió a los investigadores par­
ticipantes la posibilidad de disertar sobre la obra con la finalidad
de elegir una subdimensión más específica y dialogar sobre la pra-
xis de escenarios, actores y contextos sociopolíticos bien delimitados.
En este sentido, y para lograr un hilo conductor, se sugirió atender
y/o vincular en sus propuestas las preguntas de investigación si-
guientes: ¿de qué manera se observan los procesos políticos que tie­-
nen como objetivo fortalecer la calidad y práctica de la democracia
en México?, ¿cuáles son los desafíos de las políticas públicas impul-
sadas para prevenir la corrupción, fortalecer la transparencia del Es­
tado de derecho y la construcción de ciudadanía?
Para lograr lo anterior, se conformó un comité de trabajo, el cual
estuvo integrado por investigadores y académicos especializados y se
realizaron reuniones de trabajo. Las sesiones de seminario se lle­varon
a cabo en la Universidad Autónoma Metropolitana, unidades Izta-
palapa y Lerma, particularmente en el mes de noviembre de 2017,
así como en los meses de enero y abril de 2018. En las sesiones de
trabajo se discutieron los campos e intereses de investigación y se
analizaron las dimensiones analíticas del informe IDEA Internacio-
nal y se recomendó poner énfasis en el estudio de casos específicos
y líneas de investigación en México.
De esta manera, los autores que participan en esta obra diser­taron
sobre temas medulares y de la coyuntura actual referidos al ám­bito
político-electoral, cambio institucional, construcción de ciudada-
nía, políticas públicas para prevenir la corrupción, transparencia, des­
centralización y rendición de cuentas, principalmente. Cabe señalar
que con el propósito de contribuir a la pluralidad y el respeto de las
ideas en cada propuesta, se consideró conveniente incluir la biblio-
16 RAÚL FIGUEROA R., MIGUEL RODRIGO GONZÁLEZ I.

grafía y los anexos al final de cada capítulo para lograr una lectura
integral de las principales proposiciones realizadas por los autores.

ESTRUCTURA Y ORGANIZACIÓN DE LA OBRA

La estructura de la obra se articula en tres secciones temáticas que,


en su conjunto, ofrecen una propuesta alternativa para comprender
los desafíos para la calidad de la democracia y el diseño de políticas
públicas para el fortalecimiento de la gobernabilidad en México: I )
Calidad de la democracia, reforma político-electoral y cambio ins­
titucional en México; II) Políticas públicas para la prevención de la
corrupción, transparencia y confianza institucional en México, y III)
Descentralización, rendición de cuentas y fortalecimiento de las capa-
cidades político-institucionales en México.
En la primera parte, “Calidad de la democracia, reforma político-
electoral y cambio institucional en México”, y como parte de una
discusión más amplia en la agenda política nacional, así como para
estimar el avance de la democracia en la región latinoamericana, Raúl
Figueroa Romero y Raúl Hernández Mar, en “Calidad de la demo-
cracia y políticas públicas para el fortalecimiento del Estado de de­­re-
cho”, realizan un estudio introductorio del informe La calidad de las
democracias en América Latina, editado por el Instituto Internacional
para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA Internacional) en
el año 2014.
En su lectura ofrecen un marco teórico-analítico para com­prender
los elementos mínimos de teoría de la democracia y analizan la ca­
tegoría clave del estudio sobre la calidad y sus tonalidades. En este
sentido, destacan la necesidad de construir políticas públicas con ca­
lidad y que tengan como sustento el sentido que plantean las reco-
mendaciones del informe citado. Este trabajo permite encuadrar las
aportaciones siguientes de esta obra, y en términos generales aporta
una lectura valiosa para comprender los desafíos de la gobernabili-
dad democrática en la región latinoamericana.
En esta misma línea, y como parte de una discusión más amplia,
Gonzalo Farrera Bravo y Samantha Castellanos López proponen un
debate interesante acerca de la calidad y diseño imperfecto de las de-
mocracias en América Latina, y realizan un planteamiento muy
INTRODUCCIÓN 17

interesante sobre la relación entre la gobernanza electoral y concreta­


mente el papel que juegan las autoridades electorales en el proce­so
democrático.
En su propuesta, “Democracias defectuosas en América Lati-
na: retos de la gobernanza electoral y la calidad de la democracia en
la región”, se establece que las transiciones democráticas se han ca­
rac­terizado por ser producto de la negativa del partido en el poder
a dejar el gobierno, el boicot, resistencia y cuestionamiento de la auto-
­ridad electoral por parte de los partidos de oposición; y se presume
que la autoridad electoral está en favor del partido en el poder en un
contexto de rezago en materia de cultura política.
Entre algunas de sus tesis más relevantes se advierte que un ré-
gimen electoral democrático es una condición básica para la conso­
lidación de una sociedad democrática, aunque no suficiente, para la
existencia de un gobierno democrático. Por otra parte, se aclara que
es necesario fortalecer la participación política más allá de la mera
acción de votar, lo cual implica un cambio paulatino en la cultura po-
lítica mexicana, incluso en el mismo Instituto Nacional Electoral
como máxima autoridad en la materia.
Para estos autores, la gobernanza electoral permitirá gobernar de
manera efectiva a los representantes políticos y se afirma que en una
democracia en cuya estructura se respeten los derechos políticos y
sociales se generarán las condiciones favorables que la alejarían de
la democracia defectuosa en sus diferentes versiones: la democracia
exclusiva, la democracia tutelada, la democracia iliberal o la demo-
cracia delegativa.
En otro orden de ideas y como parte del análisis de las reformas
político-electorales en México, el artículo de Alfonso León Pérez,
“Las reformas electorales en México y sus dificultades en la tran­
sición a la democracia”, aporta una discusión sobre los elementos
teó­ricos que definen a la democracia y se describen las principales re-
formas electorales que la orientan en México. En su propuesta se
destaca que existe un trasfondo para determinar la calidad de la de­
mocracia en términos procedimentales y se advierte que en México
existen analistas que enfatizan sobre la existencia en nuestro país de
una democracia de calidad endeble.
En esta discusión se propone verificar que en las distintas refor-
mas electorales se orientó una democratización del espacio público;
18 RAÚL FIGUEROA R., MIGUEL RODRIGO GONZÁLEZ I.

sin embargo, la normatividad no alcanzaba a resolver los problemas


que se presentaban antes y después de la jornada electoral. A su jui­
cio, el autor advierte que, en la transición en el año 2000, en el nivel
presidencial se potenció la idea de que México arribó a una demo-
cracia plena.
No obstante, en los procesos electorales llevados a cabo en los
años 2006 y 2012, se presentaron problemas que impactaron social
y políticamente, al grado de plantear, de nueva cuenta, reformas es­
tructurales en la Constitución. En su tesis principal, se arguye que
las diversas reformas en materia electoral han buscado subsanar as­
pectos de la democracia y consolidar procesos con el fin de generar
con­fianza institucional en la ciudadanía.
El texto concluye matizando que la democracia en México es el
resultado de diversas variantes y distintos procesos políticos, y se subra-
ya la necesidad de estudiar con mayor rigor los ejes de la tran­sición
para dibujar los avances, límites y resultados para evaluar en qué me­
­dida estamos en la etapa transicional.
En este mismo contexto, Laura Valencia Escamilla aporta un
artículo intitulado “Transición y cambio institucional en el Poder
Legislativo mexicano”, en el cual se esboza que el arribo democrá-
tico a la región latinoamericana ha provocado la transformación de
diversas instituciones, particularmente las de corte democrático
como los sistemas electorales, de partidos, así como las instituciones
representativas a través de procesos de modernización institucional,
organizacional, de gestión y tecnológica.
Asimismo, plantea que, si bien existe un cierto interés por trans-
formar los congresos y buscar la activación de los mismos, es necesa­
rio devolver a la institución el control político, fiscal y de gobierno,
además de ampliar la base representativa a fin de contribuir con las
expectativas ciudadanas de gozar de una democracia que tenga como
misión principal acercar la representación nacional a una ciudada-
nía incrédula de gobiernos autoritarios, ineficientes y corruptos.
En esta discusión se sostiene que el proceso de transformación
institucional en la región ha variado de país a país, pero en general se
puede decir que el fenómeno democrático ha sido un proceso his-
tórico diferenciado cuyas peculiaridades se relacionan con la pro-
fundidad de los procesos de consolidación. De acuerdo con Laura
Valencia, existen tareas pendientes para América Latina, especial-
INTRODUCCIÓN 19

mente para México, que se orientan hacia la consolidación y pro-


fundización de las incipientes democracias; y también se dice que
es necesario enfrentar la debilidad institucional que se observa en la
práctica de los procesos democráticos.
En particular, se afirma que las reformas de modernización y de­
mocratización, al ser unilaterales, no han integrado a los diferentes
actores sociales involucrados o afectados por las reformas, situación
que deslegitima la implementación de las mismas. De este modo,
dice la autora, el cambio institucional del Congreso lo ha coloca-
do de una posición pasiva a una reactiva con miras a la construcción
y al involucramiento en la formulación de las políticas; sin embar-
go, no cuenta con suficientes controles para la rendición de cuentas
horizontal y vertical, entre otros elementos, que es necesario revisar
con mayor detalle.
La segunda parte de esta obra, “Políticas públicas para la preven­ción
de la corrupción, transparencia y confianza institucional en México”,
inte­gra artículos que abonan a la discusión teórico-empírica sobre los
procesos de reforma orientados al combate a la co­rrupción, la cons-
trucción de ciudadanía y la confianza institucional.
El artículo de Gabriel Pérez Pérez y Mario C. Chavarría Suá-
rez, “El combate a la corrupción en México: estrategia de política
pública a través del SNA”, realiza un estudio acerca de la gestación de
la agenda política para prevenir la corrupción y establece la necesi-
dad de con­tar con un diseño claro y efectivo del proceso de imple-
mentación de la política pública para enfrentar este fenómeno
generalizado en Mé­xico en los últimos años. Para los autores, el
llamado Sistema Nacional Anticorrupción (SNA) se asemeja más a
un mecanismo que intenta coordinar a distintas instituciones con el
objetivo de prevenir y sancionar la corrupción en México.
Por otra parte, y en el contexto de las contradicciones y discursos de
la formulación de la política pública, se subraya que para que este sis-
tema logre su misión principal es necesario generar un diseño de
política racional con carácter integral para disminuir los altos ín­di­
ces de corrupción en el país, ya que, de lo contrario, el esfuerzo se
quedará en simple administración y simulación de un problema que
durante años ha ido en constante crecimiento.
Con base en lo anterior, la reciente aprobación y entrada en vigor
del Sistema Nacional Anticorrupción se considera como estudio de
20 RAÚL FIGUEROA R., MIGUEL RODRIGO GONZÁLEZ I.

caso para analizar si cumple o no, con esos criterios y, en su caso,


si contribuye de manera eficaz no sólo a limitar la corrupción, sino
a mejorar la calidad de la democracia en México. En primer lugar, se
contextualiza el problema de la corrupción política en el país a tra­
vés de indicadores internacionales y, en segundo, se da cuenta de su
proceso legislativo como sistema nacional, hasta su implementación
en las entidades federativas para vislumbrar si se trata de una polí-
tica pública que podría tener éxito, o si nos encontramos frente a un
caso de simulación institucional para administrar el grave problema
de la corrupción en el país.
El artículo concluye destacando que la corrupción política no es
posible atenderla de la misma manera en los tres órdenes de gobier­
no, sino que se requiere del diseño de una estrategia integral y sec­
­torial que responda específicamente al contexto político, económico
y social de cada entidad federativa. Asimismo, y para que se logre
su pleno funcionamiento y existan evidencias de inclusión social, es
ne­cesario contar con la participación ciudadana, crítica, informada
y responsable, que abone a los contenidos y los procedimientos con
calidad en los resultados.
En esta misma línea de investigación, el trabajo de Ramiro Da-
niel Sánchez Gayosso y Alberto Escamilla Cadena, “Transparen-
cia y responsabilidad gubernamental: un reto para la democracia
en México”, plantea que la democracia mexicana ha sido objeto de un
extenso tratamiento en los últimos años y señalan que una amplia
corriente de estudios ha sostenido la idea de que se trata de un ré­
gimen defectuoso, que no está soportado por un Estado de derecho
y, por el contrario, existe escasa o nula rendición de cuentas por
parte de políticos y funcionarios públicos.
En su tesis principal se arguye que dos dimensiones que han co­
brado relevancia son la transparencia y la rendición de cuentas por
parte de los gobiernos y se analiza con prontitud el marco legal que
rige el acceso a la información, la transparencia y la rendición de
cuentas en México, teniendo como referentes el Instituto Nacional
de Acceso a la Información Pública Gubernamental y Protección de
Datos Personales (Inai) y los resultados que éste ha arrojado en los
últimos años.
En esta tesitura, y después de un análisis riguroso de datos y re­
visión de información cuantitativa, los autores expresan que, si bien
INTRODUCCIÓN 21

el Inai no cuenta con los suficientes instrumentos jurídicos para des-


empeñar su tarea, difícilmente podrá ejercer un auténtico control
sobre la información que maneja el gobierno. En su opinión, los ór­
ganos encargados de la transparencia son una pieza fundamental para
el desempeño de la democracia, dado que su responsabilidad con-
siste en combatir el secretismo y la opacidad.
En una de las varias conclusiones a las que se llega en este traba­
jo, se sostiene que, en los hechos, el estado de la transparencia y la
rendición de cuentas generadas por el Inai en 13 años de funciona-
miento, pese a que no daba signos de equilibrio en la transparencia
con respecto a lo que podría considerarse como opacidad (la informa­
ción no abierta al público), se logró corroborar que exis­ten escena­rios
diversos que confirman que el problema es generado por el mismo
Instituto.
El artículo de Miguel Rodrigo González Ibarra, “Construcción de
confianza institucional e incidencia pública para el fortalecimien­to
de la democracia en México”, plantea que, en las últimas décadas en
América Latina, específicamente en México, el fenómeno de la co­
rrupción se ha expandido por diversos ámbitos, lo que ha generado
un desprestigio de la política y de los políticos, con la consiguiente
crisis de confianza de la ciudadanía. En este contexto, se explica que
la pobreza, la desigualdad económica entre la población, el aumento
del crimen organizado en las ciudades y la violencia social, principal­
mente, contribuyen a debilitar la calidad y estabilidad de la democra­
cia en la región y, con ello, abonan a un clima donde los ciudadanos
están insatisfechos y confían cada vez menos en las instituciones y
los funcionarios públicos.
En particular, el trabajo se propone analizar cuál es la relación
de la confianza institucional con la ética pública y la construcción de
ciudadanía, así como establecer de qué modo la incidencia política
contribuye a la construcción de una democracia ética en México.
Para lograr lo anterior se argumenta que, si bien las instituciones
tienen como misión garantizar la estabilidad política y la coordi-
nación social, y con ello contribuir a la creación de confianza ins­
titucional, es importante revalorar los procesos generados desde las
organizaciones de la sociedad civil, a través de la incidencia política,
con la finalidad de coadyuvar en la construcción de una ciudadanía
activa y en la definición de una democracia ética efectiva.
22 RAÚL FIGUEROA R., MIGUEL RODRIGO GONZÁLEZ I.

Como conclusión principal, el autor opina que la construcción de


la confianza institucional y la ética pública constituyen ingredientes
primordiales para vigorizar la institucionalidad democrática. Se ex-
presa que ésta requiere la articulación de esfuerzos en los diferentes
sectores (público, social y privado) de la comunidad política con la
finalidad de encauzar mayores procesos de participación y repre-
sentación política.
Asimismo, alude que, por un lado, la construcción de ciudadanía
reconoce la importancia de los derechos sociales, políticos y huma-
nos que las personas tienen para intentar influir en el diseño de la
política social y de proyectos concretos a fin de atender la desigual-
dad en sus condiciones de vida y, por otro lado, para que un régi-
men democrático madure y genere las condiciones de mayor igualdad,
libertad y equidad entre sus ciudadanos, es necesario romper el
círcu­lo vicioso de la corrupción política.
Para cerrar esta segunda parte de este libro, se integra el trabajo de
Manuel Lara Caballero, “La construcción de ciudadanía en el pro-
grama de Comedores Co­munitarios. El caso de Santa María Ata-
rasquillo, Lerma de Villada (2017)”, indaga cómo la formación y
operación de la política públi­ca denominada Cruzada Nacional con­
tra el Hambre, a través del pro­grama de Comedores Comunitarios
en la localidad de Atarasquillo, en el Estado de México, permiten
o no la construcción de ciudada­nía; su trabajo intenta responder a
la pregunta: ¿el diseño de política pública del programa de Comedo­
res Comunitarios construye ciudadanía a través de la participación
de los Comités Comunitarios? A lo cual adelantamos que dicho for­
talecimiento de la ciudadanía está condicionado a fortalecerse, siem­
pre y cuando permita el Estado una mayor participación en la toma
de decisiones de dicho pro­grama; entre tanto, así como está diseña­
do e implementado en su operación, sólo es una ventana de opor-
tunidad, sin poder ir más allá, por lo que está desperdiciada dicha
oportunidad.
La tercera y última parte de esta obra, “Descentralización, ren-
dición de cuentas y fortalecimiento de las capacidades político-
institucionales en México”, se orienta por medio de tres líneas de
investigación referidas a la relación de la democracia, la rendición
de cuentas y la construcción de nuevas capacidades político-institu­
cionales del Estado.
INTRODUCCIÓN 23

En el artículo de Raúl Figueroa Romero, Alberto Escamilla Ca­


dena y Luis Fernando Ordaz Bautista, “La calidad de la democracia
en la rendición de cuentas electoral del rubro de la fiscalización en
México, 2000-2015”, se formula la pregunta: ¿la fiscalización a los
partidos políticos en los procesos electorales en México ha coad­
yuvado a incrementar la calidad de la democracia en el rubro de la
rendición de cuentas electoral?
Para responder a la pregunta anterior, de inicio, se plantea un
marco teórico-analítico acerca del concepto de calidad de la demo-
cracia y se concluye que este campo de estudio se ha posicionado
dentro del ámbito académico para analizar al proceso democrático
en México y en otras partes del mundo, con el fin de estimar la
existencia de una democracia adecuada para las expectativas de la ciu­
dadanía.
Por otro lado, para el autor, el análisis sobre la calidad de la de-
mocracia en México es posible llevarlo a cabo a través del estudio
de las demandas que exigen los ciudadanos a las instituciones elec­
torales y a los candidatos de los partidos políticos, para que se ape­
guen a los lineamientos establecidos en la legislación electoral en el
rubro de la rendición de cuentas de los recursos que se utilizan en las
campañas; se explica que existe cierta opacidad para generar trans-
parencia y desarrollar mecanismos apropiados para no manipular
las elecciones en beneficio exclusivo de un solo sector económico o
grupo de la sociedad.
Asimismo, se lleva a cabo un análisis de las reformas electorales
(1990, 1993, 1996, 2007 y 2014) en el rubro de la fiscalización elec­
toral que se ha realizado en México con el propósito de conocer y
analizar el origen y uso de recursos en campaña, la forma de revisión
de los informes contables de los candidatos, entre otros temas que
tienen que ver con las sanciones.
En este artículo se deduce que la calidad de la democracia en el
rubro de la rendición de cuentas electoral en la fiscaliza­ción de los
recursos de los partidos políticos en periodos de campa­ña en México,
se ha conformado por medio de las diversas modificaciones legales
e institucionales al Instituto Nacional electoral (INE). No obstante, el
autor concluye, la calidad de la democracia en la rendición de cuen-
tas electoral sufre de altibajos debido a que los distintos rubros que
conforman el proceso de fiscalización tienen carencias porque los
24 RAÚL FIGUEROA R., MIGUEL RODRIGO GONZÁLEZ I.

candidatos de los partidos políticos han creado estrategias para rea­


lizar sus acciones ilegales sin ser descubiertos y la realidad advierte
un escenario diferente al que plantea la autoridad electoral.
En otra línea de discusión, el trabajo de David Morales Gonzá-
lez y Laura Georgina Ahuactzin Pérez, “Procesos de descentrali­
zación y calidad de la democracia en México, 1980-2017”, reco­noce
que el proceso de democratización en México logró concretarse en
diversos componentes del sistema político y reformas electorales que
permitieron la alternancia en el Poder Ejecutivo y la plura­lidad po­
lítica en el nivel local.
En este marco, el papel que asumieron los gobiernos locales fue
muy relevante respecto a las políticas descentralizadoras e incen-
tivó una actuación política con mayor grado de autonomía en el
ám­bito municipal y estatal respecto al Ejecutivo Federal. Los auto­
res se preguntan: ¿cuál debe ser el alcance de la democracia?, ¿pue-
den sus principios, valores y mecanismos ampliarse a otras piezas del
sistema político mexicano como el ámbito federal? Asimismo, plan­
tean: ¿en qué medida los procesos descentralizadores presentes desde
la década de los ochenta han contribuido a la calidad democrática
en nuestro país?
A lo largo de su propuesta se argumenta que la descentralización
político-administrativa, aunada al proceso de democratización de
las elecciones, ha traído resultados más eficientes que aquéllos pro­
pios de la etapa autoritaria y centralista del sistema político mexi-
cano. No obstante, los autores aseveran que desde las leyes que
detonaron la descentralización se generó una nueva lógica de arti-
culación del sistema federal y se dotó, relativamente, a los gobiernos
estatales y municipales de capacidad institucional para la solución
de los problemas públicos.
El artículo discute en una de sus conjeturas centrales que, desde
la década de los ochenta y de manera más decidida a finales de los
años noventa, se empezaron a ver los resultados de la descentraliza­
ción política al mostrar mayor grado de autonomía del ámbito mu­
nicipal con respecto al poder central, pero quedó pendiente en el
sistema federal mexicano una falta de coordinación intergubernamen­
tal para generar procesos políticos formales y evitar el surgi­miento
de organizaciones no formales. Para los autores, promover la calidad de
la democracia implica un robustecimiento del marco jurídico que
INTRODUCCIÓN 25

tenga como finalidad la regulación de la participación de los tres


órdenes de gobierno, especialmente en el ámbito municipal, y lograr
una evolución favorable de la calidad democrática.
Desde otra perspectiva de análisis, el artículo de Alma Patricia de
León Calderón, intitulado “Capacidad institucional y adminis-
trativa: el Modelo Sintético de Información de Desempeño como
instrumento para medir la eficacia gubernamental en México (2013-
2017)”, constituye una excelente propuesta para conocer una me-
todología hacia la estimación de la eficacia gubernamental en el
contexto de la nueva gestión pública impulsada en los procesos de
gobierno recientes.
Con esta idea, el artículo recupera, para el análisis, la propuesta
de Morlino (2014) acerca de los desafíos para generar y medir la
ca­pacidad administrativa e institucional, y se pregunta: ¿qué nivel
de desarrollo han alcanzado las instituciones y la administración,
y en qué medida es bueno su desempeño real? Los autores advier-
ten que, si bien dicho indicador contribuye más a medir la primera
parte de la subdimensión, es decir, aquella que hace énfasis en el sis­
tema de gobernanza, no necesariamente atiende el desempeño alcan­
zado por las instituciones gubernamentales, cuestión fundamental para
medir dicha categoría.
Con base en un estudio teórico y un análisis de datos del mode-
lo, la autora deduce que ciertamente existen diferentes concepcio-
nes de democracia y de la calidad de la misma. Si bien se recupera el
marco analítico de Morlino para evaluar la calidad de la democra-
cia en América Latina, particularmente en la dimensión de Estado
de derecho en su componente de “capacidad institucional y admi-
nistrativa”, y donde se indica como indicador la eficiencia guberna-
mental, se deriva que existen limitaciones para estimar la calidad
democrática en esta subcategoría debido a que la gobernanza es uti­
lizada como un valor normativo y a que la eficacia y la eficiencia re­
fieren al cumplimiento de objetivos, más que a los procesos, cuestión
que no cubre el indicador seleccionado.
Para el caso del Modelo Sintético de Información de Desempe-
ño, los resultados obtenidos durante el periodo 2013-2017 señalan
que existió un desempeño promedio aceptable en los programas pre-
supuestales de la administración pública federal. Si bien la calidad
de la democracia en términos de capacidad institucional y ad­mi­
26 RAÚL FIGUEROA R., MIGUEL RODRIGO GONZÁLEZ I.

nistrativa cuenta con mecanismos que favorecen el desempeño


gubernamental en su conjunto, en la práctica falta aún el diseño de
estrategias de implementación para impactar en la toma de decisio­
nes del gasto público.
Para concluir la tercera y última sección de esta obra, se presenta
el trabajo de Claudia Alaniz Hernández y Luis Reyes García, “En-
tre la utopía y la realidad. Algunos datos e ideas sobre la condición
que guardan los preceptos del artículo tercero constitucional en el
México de los últimos años”, que resulta una lectura interesante para
vincular el tema de democracia y educación.
Después de más de un siglo de la promulgación de la Constitu-
ción de 1917, es necesario repensar qué ha pasado con los puntos
esenciales de este artículo y reflexionar sobre su vigencia para com-
prender los derechos sociales y las garantías individuales de los
mexicanos a lo largo de todo el siglo XX y lo que va del XXI. En esta
propuesta se explica que los procesos de construcción de la demo-
cracia están, de una u otra forma, cimentados en la calidad de ésta
en términos de los valores construidos y socializados a través de los
procesos educativos y de reglas e instituciones que ordenan y regu-
lan la vida pública.
Los autores subrayan que no fue sino hasta 1921 cuando el Es­
tado formalmente constituido inició la larga ruta de construcción
de un proyecto educativo para toda la población con la fundación de
la Secretaría de Educación Pública bajo el liderazgo de José Vascon­
celos. Asimismo, dicen que durante el gobierno de Lázaro Cárdenas
se establecieron las bases para una educación masiva con una estra-
tegia dirigida a la ruralidad mexicana. Así, muchas reformas ocu-
rrieron para hacer realidad el principio de la gratuidad para todos. No
obstante, y debido a los cambios sociales, nuevos valores y el mun-
do del trabajo y las profesiones, se trazaron nuevos retos para la edu­
cación que hacen necesaria la pregunta: ¿qué tanto los preceptos del
artículo tercero constitucional se han concretado en el contexto de una
sociedad más demandante e inconforme?
En síntesis, se concluye que el compromiso asumido por el Esta­
do mexicano hacia el derecho a la educación se expresa en tres obli-
gaciones: respetar el derecho, protegerlo y hacerlo efectivo. No
obstante, se dice que es necesario generar otros mecanismos de cali-
dad para lograr en el aprendizaje básico una digna inserción social.
INTRODUCCIÓN 27

En esta línea, se asevera que la educación sigue siendo una utopía en


tanto forjadora de expectativas, pero en el caso de México es preciso
reivindicar con mayor ahínco los preceptos del artículo tercero cons-
titucional y hacer realidad las prerrogativas en beneficio de la sociedad.

CONSIDERACIONES
Y AGRADECIMIENTOS

Para concluir, y agradecer el interés en esta obra, es importante se­


ñalar que, si bien en las ciencias sociales es común la idea de que el
proceso de investigación es un terreno donde existe un curso defi-
nido y representado por una línea recta de investigación que parte de
un problema y termina con conclusiones definitivas y congruentes,
es importante aclarar que la selección de los artículos que se pre­sen­
tan como capítulos tiene como esencia la idea de compartir desde un
perspectiva abierta, plural e interdisciplinaria diferentes visiones y
encuadres analíticos respecto a los desafíos para conocer la calidad
de la democracia y la construcción de políticas públicas para el for­
talecimiento de la gobernabilidad en México.
En este camino, las líneas de investigación que se presentan y los
trabajos especializados que integran esta obra constituyen un esfuer­
zo novedoso y que aportan al conocimiento disponible en el campo
de los estudios sobre la democracia, ciudadanía y políticas públicas,
principalmente. Para la elaboración de los ensayos los autores utili­
zaron diferentes enfoques metodológicos y recurrieron a técnicas de
investigación cualitativas y cuantitativas con base en sus propios pre­
supuestos analíticos y experiencias de investigación.
En este sentido, es necesario aclarar que, ante todo, la obra reúne
problemas de investigación que confluyen en temas y categorías co­
munes de análisis donde se someten a revisión las hipótesis teóri-
cas; en su caso, se logra contrastar con proposiciones empíricas. En
este orden de ideas, la lógica de investigación no sólo resulta incom­
pleta y desafiante, sino la construcción metodológica accidentada
y cambiante es una variable a tomar en cuenta en las conclusiones de
cada trabajo. Precisamente, la perspectiva comparada en las ciencias
sociales permite valorar ciertos caminos creativos y plurales en el
proceso de investigación y que se potencian con la propia experien-
28 RAÚL FIGUEROA R., MIGUEL RODRIGO GONZÁLEZ I.

cia de cada investigador, así como su reflexión sobre el tema y cada


caso de análisis en particular.
En esta propuesta colectiva, y para concluir, se exponen las ideas,
experiencia y enfoques de distintos investigadores acerca de los re­tos
que enfrenta la calidad de la democracia en México. En su desarro-
llo participaron docentes e investigadores reconocidos de la Uni-
versidad Autónoma Metropolitana, principalmente de las unidades
Lerma, Iztapalapa y Cuajimalpa, así como de la Universidad Libre
Seccional Pereira-Colombia, la Universidad Pedagógica Nacional,
de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-sede México.
En su conjunto, el aporte de cada uno de los autores constituye un
esfuerzo valioso para comunicar sus propuestas de investigación e
inquietudes intelectuales.
En este camino, los coordinadores de esta obra desean agradecer
al apoyo del Comité Editorial de la División de Ciencias Sociales
y Humanidades de la Universidad Autónoma Metropolitana, Uni-
dad Lerma, por la oportunidad para contribuir al estudio y análisis de
los diferentes fenómenos y hechos de la vida pública e institucional,
y esperan que esta obra sea un referente para la formación de estu-
diantes, así como para la docencia e investigación que contribuya a
generar el debate y, sobre todo, a fortalecer el espacio plural e inter­
disciplinario para la construcción de políticas públicas que den cuen-
ta de los problemas que enfrenta nuestro país en materia de calidad
democrática en los últimos años.

Raúl Figueroa Romero


Miguel Rodrigo González Ibarra

BIBLIOGRAFÍA

Aguilar, L.F. (2007), “El aporte de la política pública y de la nueva


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ma y Democracia, núm. 39, octubre, México, Centro Latino­
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IIS-UNAM/Plaza y Valdés.
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lidad de la ciudadanía en México, México, INE/El Colmex, dis­
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Morlino, L. (2014), La calidad de las democracias en América Latina.
Informe para IDEA Internacional, San José de Costa Rica, Institu­
to Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral
(IDEA Internacional), disponible en <https://www.idea.int/sites/
default/files/publications/la-calidad-de-las-democracias-en-
america-latina.pdf>, consultado el 21 de mayo de 2018.
BL
A
N
C
A
PRIMERA PARTE
CALIDAD DE LA DEMOCRACIA, REFORMA
POLÍTICO-ELECTORAL Y CAMBIO
INSTITUCIONAL EN MÉXICO
BL
A
N
C
A
CALIDAD DE LA DEMOCRACIA Y POLÍTICAS PÚBLICAS
PARA EL FORTALECIMIENTO DEL ESTADO DE DERECHO

Raúl Figueroa Romero*


Raúl Hernández Mar **

RESUMEN

En este capítulo, el lector encontrará elementos mínimos de teoría


de la democracia, la calidad de ésta y nociones básicas de políticas
públicas, dentro de un contexto de calidad de la democracia, con el
propósito de que éste tenga un cristal teórico-conceptual que coad­
yuve con el análisis del objetivo general de esta obra. Se abordarán
los conceptos de democracia, los de calidad, sus dimensiones y sub­
dimensiones y, por último, los de políticas públicas, todo con la fina­li­
dad de fortalecer el Estado de derecho. Para el caso de la calidad de
la democracia y sus diferentes aspectos y características, nos basa­mos
en el informe de IDEA Internacional: La calidad de las democracias en
América Latina, de 2014, realizado por el politólogo italiano Leo-
nardo Morlino.
La presente investigación es un análisis acerca de los retos que
enfrenta nuestra sociedad para acercarse a lo que ha dado en llamar­
se calidad de la democracia, en su aspecto procedimental principal-
mente, a través de las políticas públicas. Saber en qué medida estas
últimas contribuyen al logro de las finalidades y responsabilidades del

* Profesor-investigador del Departamento de Procesos Sociales de la Di-


visión de Ciencias Sociales y Humanidades, UAM-Lerma. Correo electrónico:
<rfigueroa@correo.ler.uam.mx>.
** Profesor-investigador del Departamento de Procesos Sociales de la Di­
visión de Ciencias Sociales y Humanidades, UAM-Lerma. Correo electrónico:
<r.hernandez@correo.ler.uam-ler.mx>.

[33]
34 RAÚL FIGUEROA ROMERO, RAÚL HERNÁNDEZ MAR 

Estado, esto es, lograr el bien común. Incluso, en la actualidad ya no


es suficiente cumplir con el bien común, tema seriamente cuestio-
nado, ahora se debe ir más allá de esto, es decir, el Estado debe propi­
ciar la calidad de vida de su población; en este aspecto, las políticas
públicas desempeñan un papel importantísimo en la mejoría de la
calidad.
Palabras clave: democracia, políticas públicas, calidad de la demo­
cracia, Estado de derecho.

INTRODUCCIÓN

Los graves estragos que provocaron el auge de los regímenes no de­


mocráticos, como el totalitarismo, ejemplificados por el fascismo y
el nacionalsocialismo alemán de los años treinta y hasta mitad de
los años cuarenta del siglo XX, fueron mucho más allá de las dicta­
du­ras al cancelar todo tipo de derechos y libertades. El llamado mundo
occidental, conocido tanto física como geopolítica y culturalmente
(en el sentido de herederos de las civilizaciones occidentales), al fi­
nalizar la Segunda Guerra Mundial en esos países, tanto el ámbito
político como el académico y el intelectual, se volcaron a reflexionar,
investigar y propagar cómo superar dicho episodio y remodernizar
el Estado, sobre todo sus sistemas políticos y sus regímenes de go­
bierno. Muchos autores aportaron teorías y conceptos fundamen-
tales acerca de la teoría política, la teoría del Estado, la democracia,
la teoría de sistemas del ámbito político, las políticas públicas, entre
varios más, como la economía y la administración; algunos de ellos
son: Samuel Phillip Huntington, Robert Alan Dahl, Harold Dwith
Laswell, Paul Felix Lazarsfeld, David Easton, Giovanni Sartori, Nor­
berto Bobbio, Mauricio Duverger, Teodor Adorno, Hanna Arend,
Talcott Parsons, Robert King Merton, Karl Wolfgang Deutsch, Paul
Felix Laszarsfeld, Harold Dwight Lasswell, Philipe Charles Schmit­
ter, Guillermo O’Donell, Leonardo Morlino, sólo por mencionar
algunos, pues la lista es muy amplia. Si observamos sus postulados,
todos ellos están enfocados en los sistemas democráticos.
Para adentrarnos en el estudio de la calidad de la democracia,
definiremos brevemente algunos conceptos básicos de la demo­-
cracia y su vínculo con la calidad. En esta tesitura, después de revisar
CALIDAD DE LA DEMOCRACIA Y POLÍTICAS PÚBLICAS 35

algunas acepciones acerca de la democracia, los relacionaremos con


las políticas públicas, su conceptualización y la finalidad de estas úl­
timas. Ambos aspectos pretenden dar cuenta de la relación que hay
entre el “hacer o quehacer del Estado” mediante las políticas pú­-
blicas y la calidad democrática que se logra con ellas, si es que la
hay. Con respecto a la calidad de la democracia, ésta obedece, desde
el concepto, a factores de la economía o, mejor dicho, de la empresa
y el mercado, en donde se observan características de procedimien-
to, contenidos y resultados, los cuales describiremos aquí.

DEMOCRACIA

El término “democracia” se usa con mucha frecuencia, tanto que se


aplica casi en todo, con una gran variedad de significados y atribu-
tos que en no pocas ocasiones se relacionan inadecuadamente; y ha
sido objeto de serias críticas puesto que a veces no se está seguro de
lo que debe entenderse por él. Así, el concepto ha caído en lo que
Sar­tori denominó como un “gato-perro” (Sartori, 2007). En esta te­
situ­ra, Dahl (1991:16) alude que hoy el término democracia es como
un viejo basurero de cocina, lleno de distintas sobras de 2 500 años
de uso continuo. Por ello, se puntualizarán algunos conceptos que
evi­ten confusiones y clarifiquen nuestros objetivos.
La teoría de la democracia es muy vasta. Al respecto, uno de los
primeros aportes, aunque acotado e incluso restringido, es el que se
ha identificado como democracia mínima o procedimental, como la
llamó Sartori. Esta acepción tiene su origen en el economista inglés
Joseph Alois Schumpeter, quien la definió como: “El método [de-
mocrático] es el que usa una nación para llegar a la toma de decisio­
nes: son reglas para el pueblo” (aunque agrega que dichas reglas son
insuficientes); posteriormente la define: “El método democrático
es el arreglo o mecanismo institucional para llegar a decisiones polí­
ti­cas en las que algunos individuos adquieren el poder para decidir,
por medio de una lucha competitiva por el voto de las personas”
(Sartori, 1992:47). A esta concepción, posteriormente se le denomi­nó
procedimental.
Uno de los autores más prolíficos en la conceptualización de la
democracia es Robert Alan Dahl (1993:13), quien apunta que el go­
36 RAÚL FIGUEROA ROMERO, RAÚL HERNÁNDEZ MAR 

bierno democrático se caracteriza principalmente por su continua


aptitud para responder a las preferencias de sus ciudadanos, sin es­
tablecer diferencias políticas importantes entre ellos; y reserva la uti­
lización del término “democracia” para designar el sistema político
entre cuyas características se encuentra la disposición a satisfacer en­-
tera o casi enteramente a todos sus ciudadanos.
La definición anterior es relevante porque vincula los dos aspectos
importantes de este trabajo: por un lado, nos vincula con la calidad
y sus resultados, que se relaciona con la satisfacción que la definición
alude y, por el otro, con las políticas públicas, que se refieren, de
manera muy básica y simple a las acciones del Estado para resol-
ver problemas públicos o demandas de la población. Más adelante ve-
­remos con más detalle lo que acabamos de afirmar.
Dahl establece que para considerar a un régimen como demo-
crático debe contener los siguientes siete elementos o instituciones
básicas, para dar lugar a una democracia a gran escala en cualquier
sociedad.
1. Funcionarios electos. El control de las decisiones en materia de
política pública corresponde, según lo establece la constitución
del país, a funcionarios electos.
2. Elecciones libres e imparciales. Dichos funcionarios son elegidos
mediante el voto en elecciones limpias que se llevan a cabo con
regularidad y en las cuales rara vez se emplea la coacción.
3. Sufragio inclusivo. Prácticamente todos los adultos tienen derecho
a votar en la elección de funcionarios públicos.
4. Derecho a ocupar cargos públicos. Todos los adultos tienen derecho a
ocupar cargos públicos en el gobierno, aunque la edad mínima para
ello puede ser más alta que para votar.
5. Libertad de expresión. Los ciudadanos tienen derecho a expresar-
se sin correr peligro de recibir castigos severos, en cuestiones
políticas definidas con amplitud, incluida la crítica a los funcio-
narios públicos, el gobierno, el régimen, el sistema socioeconómi­
co y la ideología prevaleciente.
6. Variedad de fuentes de información. Los ciudadanos tienen derecho
a procurarse diversas fuentes de información, que no sólo existen
sino que están protegidas por la ley.
7. Autonomía asociativa. Para propender a la obtención o defensa
de sus derechos (incluidos los ya mencionados), los ciudadanos
gozan también del derecho de constituir asociaciones u organi-
CALIDAD DE LA DEMOCRACIA Y POLÍTICAS PÚBLICAS 37

zaciones relativamente independientes, entre ellas partidos po-


líticos y grupos de intereses (Dahl, 1992:266-267).1

Sin duda resulta indispensable la vigencia de todos los elementos


enunciados y, como se mencionó, en México existen todos ellos. Pero
estos puntos solamente se refieren a la democracia procedimental; en
términos de la vertiente de la calidad de la democracia, estos puntos
se relacionan con la calidad en la esfera de los procedimientos que
veremos más adelante.
Ahora bien, otro autor de igual importancia es Norberto Bobbio; él
ofrece elementos significativos en su definición mínima de demo­
cracia, a saber: “[...] se caracteriza por un conjunto de reglas —pri-
marias o fundamentales— que establecen quién está autorizado para
tomar las decisiones colectivas y bajo qué procedimientos” (Bob­-
bio, 1986:14-15). Asimismo, admite que no basta la distribución del
dere­cho para participar directa o indirectamente en la toma de deci­
sio­nes colectivas para un número muy alto de ciudadanos, ni la exis­
­ten­cia de reglas procesales como la de mayoría o, en el caso extremo, de
unanimidad.
De esta forma, en Bobbio se puede observar que el concepto de
democracia retoma el principio de autogobierno, el cual se refiere
al conjunto de reglas que indican quién está autorizado para decidir,
cómo y bajo cuáles procedimientos debe hacerlo. Es decir, la demo-
cracia es un conjunto de reglas de procedimiento para la formación de
decisiones colectivas (Bobbio, 1986:14); agrega que este término debe
considerarse en un sentido jurídico-institucional y no en un signi-
ficado ético, lo cual nuevamente nos remite a la democracia mínima.
El aspecto jurídico institucional mencionado se relaciona tanto con el
institucionalismo y su desempeño, como con el denominado Estado
de derecho y su función.
Con cautela y algo de riesgo a equivocarnos, podemos decir que,
históricamente, la “democracia” tiene dos significados preponderan­
tes, por lo menos desde su origen. Uno, si se pone el énfasis en el
conjunto de reglas, cuya observancia es necesaria con objeto de que
el poder político no se concentre en muy pocas manos y sea distri-

1
Del mismo autor, véase La democracia. Una guía para los ciudadanos (1999:
99-100).
38 RAÚL FIGUEROA ROMERO, RAÚL HERNÁNDEZ MAR 

buido efectivamente entre la mayor parte de los ciudadanos, las


llamadas reglas del juego; y dos, el ideal en el cual un gobierno de­
mocrático debería inspirarse en la igualdad (Bobbio, 2000:39): y
otros aspectos muy importantes, como aquellos que se refieren a los
derechos fundamentales (Bovero, en Salazar, 2008:33-37). Con base
en esta distinción, se suele diferenciar la democracia formal de la de­
mocracia sustancial, en el sentido de una democracia como gobier-
no del pueblo de aquella democracia como gobierno para el pueblo
(Bovero, 2008:39).
En otra conceptualización importante, Habermas (2008:380)
señala que las democracias cumplen el mínimo procedimental ne­
cesario en la medida en que garanticen: a) la participación política
del mayor número posible de ciudadanos interesados, b) la regla de
la mayoría para las decisiones políticas, c) los derechos de comuni-
cación habituales y con ello la selección entre programas diversos y
grupos rectores diversos y d) la protección de la esfera privada. Aña­de
que la ventaja de esta acepción minimalista consiste precisamente
en su carácter descriptivo, que comprende el contenido normativo
de los sistemas políticos. Obsérvese que los planteamientos de este
autor también coinciden con los de Dahl y Bobbio ya apuntados.
Ahora bien, en este tenor, nuestro principal autor para la calidad
de la democracia será Leonardo Morlino, de quien, antes de en-
trar de lleno al tema de la calidad, anotaremos aquí una breve acep-
ción de democracia: sostiene que en la base del sistema democrático
existe un acuerdo-compromiso de reconocimiento a las reglas acep­
tadas colectivamente, de resolución pacífica de los conflictos entre
las partes sociales, políticamente representadas y relevantes; y agre­
ga una definición que llama genética de la democracia, igualmente de
corte procedimental, que consiste en:
[…] aquel conjunto de normas y procedimientos que resultan de un
acuerdo-compromiso para la resolución pacífica de los conflictos
entre los actores sociales, políticamente relevantes, y los otros acto-
res institucionales presentes en la arena política. Permite, además,
comprender mejor un aspecto de fondo de cualquier régimen de-
mocrático, frecuentemente olvidado o infravalorado: la democracia
es un régimen que se caracteriza concretamente por reglas e insti-
tuciones que ajustan o bien equilibran aspectos diferentes (Morlino,
2009:7).
CALIDAD DE LA DEMOCRACIA Y POLÍTICAS PÚBLICAS 39

Este autor también ofrece una definición mínima de democracia,


es decir, indica cuáles son los aspectos más inmediatamente con-
trolables y esenciales en el nivel empírico, que permiten establecer
un umbral por debajo del cual un régimen no puede considerarse
democrático. En esta perspectiva, agrega que se consideran demo-
cráticos todos los regímenes que presentan al menos los siguientes
aspectos: a) sufragio universal, masculino y femenino; b) eleccio-
nes libres, competitivas, periódicas, limpias; c) más de un partido, y
d ) fuentes de informaciones alternativas y diferentes. Un régimen
político que supera este umbral mínimo se puede considerar una
democracia (Morlino, 2009:8).
También señala que el discurso sobre el estudio de la democracia
gira en torno a qué y cómo debe ser una democracia, y que éste es
un tema normativo que orilla a preguntarse cómo se traduce esta
pregunta normativa en un análisis empírico (Morlino, 2015). Como
se observa en los autores revisados hasta aquí, prevalecen elementos
comunes tanto conceptuales como institucionales de la democracia.
En este abanico de autores también se debe anotar la obra más
reciente de Ferrajoli en relación con la democracia, la cual es com-
patible con la tesitura de Bobbio, Morlino y otros; menciona que
las condiciones de la democracia están evidentemente preestable-
cidas por reglas, en el sentido de que concurren sí y sólo sí están esti­
puladas por normas de derecho positivo, del quién, el cómo y sobre
el qué se toman las decisiones colectivas; que éstas sean lo suficien-
temente idóneas para garantizar, so pena de invalidez, el respeto de
los límites impuestos a la mayoría, el respeto de los derechos de las
minorías y los intereses de todos. Hay, pues, un nexo racional —teó­
rico, metateórico y práctico— entre democracia y derecho (Ferra-
joli, 2011:16). Para Ferrajoli, el derecho positivo no implica en
absoluto la democracia; pero no vale la implicación inversa. La de-
mocracia implica necesariamente el derecho. Bien puede haber
derecho sin democracia, pero no puede haber democracia sin dere-
cho, puesto que la democracia es un conjunto de reglas sobre el
válido ejercicio del poder. Estas reglas valen para limitar y vincular
los dife­rentes tipos de poder en garantía de los intereses de todos en
la medida en que se establezcan la igualdad en los derechos funda-
mentales como normas constitucionales jerárquicamente superiores
a aquellos poderes (Fe­rrajoli, 2011:17).
40 RAÚL FIGUEROA ROMERO, RAÚL HERNÁNDEZ MAR 

En la democracia mínima que hemos descrito, el común deno-


minador consiste en que se basa en un conjunto de instituciones y
de reglas que garanticen su existencia. Pero a estos instrumentos
institucionales se debe añadir la esencial referencia a la legalidad o
al Rule of Law al que se refiere O’Donnell (1998:112-126), que no
sólo implica el respeto a las leyes existentes sino también a la reali­
zación de una administración eficiente, la existencia de un Poder
Judicial independiente y un sistema funcional de resolución de los
conflictos privados y públicos, así como la ausencia de corrupción
y criminalidad extendida sobre el territorio y la presencia de un sis­
tema de información plural y amplio (Morlino, 2009:12).
En esta tesitura, el Rule of Law ha sido abordado desde varias
acepciones y posturas teóricas, como el constitucionalismo demo-
crático, la democracia constitucional (como la llama Ferrajoli), el
Estado democrático de derecho, entre otros. Todos estos matices,
dentro de la calidad de la democracia, se colocan en la dimensión
procedimental, que más adelante se analiza.
En esta línea de ideas, la democracia también señala que un go­
bierno democrático siempre debe estar dispuesto a responder y satis-
facer entera o casi enteramente las preferencias de la ciudadanía,
sin establecer diferencias políticas entre ellos. Aquí interviene otro
análisis de la teoría de la democracia, la cual consiste en la satis­
facción que se tiene de ella o bien de lo que se espera que se logre u
obtenga de acuerdo con sus procedimientos; varios autores le llaman
democracia real e ideal. La relación y la diferencia entre la demo-
cracia ideal y la democracia existente pueden estar en la calidad de
ésta, con la finalidad de aspirar al ideal. La teoría de la democracia
actual debate sobre la calidad de ésta y, sobre todo, en determinar
cuáles serían los factores que se deben considerar para realizar su me­
dición, de tal forma que sea significativo y factible.
La democracia, como se ha visto, es un concepto que puede defi­
nirse de diversas formas de acuerdo con el énfasis que se les dé a sus
componentes. Actualmente la democracia tiene que ver con quién
accede al poder, cómo accede a éste y cómo lo ejerce; es decir, en el
sentido que la define Bobbio. Si consideramos esto, entonces esta-
mos hablando de la democracia en su sentido procedimental y de
lo que se espera que se logre u obtenga, de acuerdo con sus procedi­
mientos estipulados. Esta concepción procesal incluye instituciones,
CALIDAD DE LA DEMOCRACIA Y POLÍTICAS PÚBLICAS 41

reglas establecidas para el acceso y ejercicio del poder, un marco


legal, un sistema electoral y mecanismo de toma de decisiones.
Todos los conceptos anteriores están relacionados con la calidad
de la democracia en términos de procedimientos; a lo largo de esta
obra veremos varios análisis que se dedican a estudiar y reflexionar
sobre algunas dimensiones y subdimensiones que están estrecha-
mente vinculadas.
Como se puede observar, en la literatura especializada sobre el
tema, la democracia tiene dos vertientes metodológicas relevantes,
dependiendo de lo que se quiera expresar con ellas; por un lado, está
la denominada democracia mínima, formal o procedimental y, por
otro, la democracia sustancial o de contenidos. En resumen, se re-
presenta esquemáticamente en la figura 1.
FIGURA 1

DEMOCRACIA

Formal o mínima Sustancial o de contenidos

Esta concepción implica Esta concepción implica


como mínimo: como mínimo:

• Reglas para el acceso Más y mejores condiciones


y para el ejercicio del poder de acceso a:
• Sistemas electorales • La educación
• Sistemas de partidos • La salud
competitivos • La vivienda
• Derechos políticos • La alimentación
garantizados • El empleo (laboral)
• Sufragio universal • Servicios básicos (drenaje,
• Instituciones de DDHH alumbrado, pavimentación,
• Mecanismos de rendición vías de comunicación)
de cuentas y acceso a la • Condiciones más equitativas
información, etcétera de la distribución del ingreso
• Oportunidades de movilidad
entre diferentes estratos
sociales; etcétera
FUENTE: elaboración propia con base en Figueroa (2017:43).
42 RAÚL FIGUEROA ROMERO, RAÚL HERNÁNDEZ MAR 

La democracia mínima se refiere a la dimensión de los procedi-


mientos de acceso al ejercicio del poder, de cómo se obtienen los
cargos públicos; las distintas instituciones que se necesitan para que
mínimamente se pueda hablar de un régimen democrático, como
se ha visto en los conceptos de los distintos autores ya enunciados en
páginas anteriores. Ahora bien, con respecto a la democracia sus-
tancial o de contenidos, entendemos por ella la que se refiere a los
aspectos de la esfera de la salud, la educación, la vivienda, el empleo,
la alimentación, entre otros; en general, puede verse que este ámbito
está emparentado con lo que se denomina derechos sociales, colec-
tivos, vida digna, etc. Conviene advertir aquí que nos enfocaremos
especialmente a la democracia mínima o procedimental (figura 2).

FIGURA 2
DEMOCRACIA PROCEDIMENTAL
Parlamentos y
tribunales dictan
El método para la Joseph instrumentos, sanciones
toma de decisiones Alois Benjamín e incentivos jurídicos
Schumpeter Barber
Acepciones Compromiso de
Instituciones Robert Leonardo reconocimiento
básicas que asequibles
Alan Morlino a las reglas
dan lugar a una de la
Dahl aceptadas
democracia democracia
Norbertto (procedimental) Luigi colectivamente
Bobbio Ferrajoli
Reglas La condición
Jürgen Guillermo de la democracia
para
decisiones Habermas O’Donnell son las reglas
colectivas
Mínimo La legalidad
procedimental o Rule of Law
para su garantía
FUENTE: elaboración propia con base en Figueroa (2017:46).

CALIDAD (CALIDADES) Y CUALIDADES

En este apartado se retomará el concepto de calidad de la demo-


cracia de Leonardo Morlino, principalmente en la obra citada con
anterioridad. Dicho autor aduce que la idea de calidad de la demo-
CALIDAD DE LA DEMOCRACIA Y POLÍTICAS PÚBLICAS 43

cracia se puede ubicar en el ámbito de la economía, principalmente


en el mercado, al proporcionar satisfacción al momento de otorgar-
le algún producto o servicio al ciudadano por parte del Estado. Y la
define de la siguiente manera: “Una democracia de calidad es una
‘buena’ democracia; es decir, ‘una estructura institucional estable que
hace posible la libertad y la igualdad de los ciudadanos mediante el
funcionamiento legítimo y correcto de sus instituciones y mecanis-
mos’” (véase Morlino, 2011, cap. 2).
De lo anterior se puede decir que una buena democracia es un
régimen legitimado que satisface por completo a los ciudadanos
(calidad en términos de resultado), en donde los ciudadanos, las aso-
ciaciones y las comunidades que la conforman gozan de libertad e
igualdad, incluso en formas y grados distintos (calidad en términos
de contenido), y en donde los ciudadanos tienen el poder de verificar y
evaluar en qué medida el gobierno se atiene a los objetivos de li-
bertad e igualdad de acuerdo con el Estado de derecho (calidad en
términos de procedimientos) (Morlino, 2014:39-40). La “legitimidad
radica, por un lado, en el reconocimiento de los ciudadanos sobre
sus instituciones y, por el otro, en su carácter de promotor y garan-
te de la libertad, la igualdad y los derechos de todos”.
A partir de esta noción se distinguen tres tipos de calidad de la
democracia: 1) calidad en términos de procedimiento, 2) calidad en
términos de contenido y 3) calidad en términos de resultados. A
saber:

1. La calidad en términos procedimentales está definida por los


procedimientos establecidos que se asocian a cada producto.
Un producto de “calidad” es el resultado de un proceso contro­
lado y exacto, llevado a cabo con métodos y tiempos preci­sos y
recurrentes; aquí, el énfasis está en los procedimientos.
2. La calidad en términos de contenido consiste en las caracterís­
ticas estructurales de un producto, ya sea el diseño, los materia­
les o el funcionamiento del bien u otros detalles que contiene;
aquí, el énfasis está en el contenido.
3. La calidad en términos de resultados se relaciona con el de
un producto o servicio que deriva indirectamente de la satis-
facción expresada por el consumidor, por su demanda reite-
rada del mismo producto o servicio, independientemente de
44
CUADRO 1

La calidad
en términos Dimensiones Subdimensiones
de:

1) Estado Seguridad Independencia Capacidad Integridad Control civil


de derecho individual del Poder institucional y de las
y orden civil Judicial administrativa fuerzas armadas
2) Rendición Elecciones Libertad de Presencia
de cuentas libres, justas organización y estabilidad
electoral y periódicas partidaria de opciones
3) Rendición Relaciones Corte Suprema Defensor Información Modos
de cuentas entre los o Tribunal del pueblo plural e y alcance de la
interinstitucional poderes Constitucional y tribunales independiente descentralización

Procedimiento
Legislativo de cuentas
y Ejecutivo
4) Participación Oportunidades Participación
RAÚL FIGUEROA ROMERO, RAÚL HERNÁNDEZ MAR 

política de participación electoral


5) Competencia Competencia Alternancia
política entre actores efectiva
CUADRO 1 (CONTINUACIÓN)

La calidad
en términos Dimensiones Subdimensiones
de:

1) Libertad Dignidad Derechos Derechos


de la persona civiles políticos

Contenido 2) Igualdad Distribución Existencia de Seguridad


de recursos discriminación social
económica y derechos
culturales

1) Capacidad Legitimidad Limitaciones


Resultados de respuesta percibida a la capacidad
de respuesta

FUENTE: elaboración propia con base en Morlino (2014).


CALIDAD DE LA DEMOCRACIA Y POLÍTICAS PÚBLICAS
45
46 RAÚL FIGUEROA ROMERO, RAÚL HERNÁNDEZ MAR 

cómo se lo produzca o de cuál sea su contenido específico, o


del procedimiento que siga el consumidor para adquirir dicho
bien o servicio. De acuerdo con este significado, la calidad se
fundamenta simplemente en el resultado.

Dependiendo del concepto de calidad, se tienen diferentes dimen­


siones, por ejemplo: la calidad procedimental tiene cinco dimensio­
nes, la calidad de contenido dos dimensiones y la de resultados tiene
una dimensión; todas ellas con varias subdimensiones. En el cua­-
dro 1 se resumen las dimensiones y subdimensiones que Morlino
establece para los diferentes ámbitos de las calidades de la democra­
cia, con base en el informe de IDEA Internacional de 2014.
Podemos indicar ocho dimensiones o cualidades posibles de las
democracias en las cuales se observan variaciones, y que deberían
constituir el centro del análisis empírico para cubrir las nocio­nes nor­
mativas de la democracia antes señaladas. Las primeras cinco dimen-
siones se refieren a los procedimientos. Aunque también guar­dan
relación con el contenido, su eje principal son las reglas. La pri­mera
cualidad procedimental es el Estado de derecho. La segunda y la ter­
cera se refieren a dos formas de rendición de cuentas (electoral e in­
terinstitucional). La cuarta y la quinta son los conceptos clásicos de
participación y competencia que, sin embargo, tienen un estatus teó­
rico especial (véase más adelante). La sexta es la capacidad de res­
puesta, es decir, la medida en que el sistema se corresponde con los
deseos de los ciudadanos y de la sociedad civil en general. Las di-
mensiones séptima y octava se refieren al contenido. La primera de
ellas es el respeto pleno a los derechos, que se expande mediante la
conquista de una serie de libertades. La segunda es la aplicación pro­
gresiva de una mayor igualdad política, social y económica. Estas
dimensiones se desarrollarán con más detalle en los apartados siguien­
tes (Morlino, 2014:40-41).
En México, de acuerdo con Morlino, la calidad de la democracia
tiene avatares muy particulares. El Estado de derecho se ve afectado
por la limitada capacidad institucional y administrativa, persisten
ineficiencias e irregularidades tanto en el desempeño del cuerpo
bu­rocrático como en la selección y estabilidad de los funcionarios.
Esto revela un desempeño institucional con carencias en los ámbi-
tos federal, estatal y municipal.
CALIDAD DE LA DEMOCRACIA Y POLÍTICAS PÚBLICAS 47

La afectación al Estado de derecho también se revela a través de la


corrupción; Morlino señala que es baja la tasa de condenas por de­
litos, y lo mismo en la transparencia del financiamiento de los parti­dos
políticos, además de la rendición de cuentas en los comicios.
Predomina una considerable distancia entre la protección jurí-
dica y la práctica real de los derechos humanos y personales funda-
mentales, expresión clara de esto son los hostigamientos contra
activistas políticos y sociales, detenciones arbitrarias, discriminación
contra los homosexuales, mujeres y pueblos indígenas, violencia por
razones de género y restricciones severas a la libertad de prensa e
información, por mencionar sólo algunas.
En suma, la calidad de la democracia en México tiene temas pen­
dientes en diferentes ámbitos y niveles de gobierno; en este opúscu­
lo nos centraremos principalmente en el aspecto procedimental de la
calidad de la democracia, como se mencionó al inicio.
Insisto aquí nuevamente en la definición de democracia de Dahl,
quien sostiene que la democracia es un régimen de gobierno cu-
yo principal objetivo es satisfacer las necesidades de todos o de la
ma­yoría de su población (Dahl, 1998:51; 1993), este concepto es vi­
tal para poder entender la relación de la democracia, la calidad de
ésta y las políticas públicas, que se dilucidan en el siguiente apartado.

LAS POLÍTICAS PÚBLICAS Y  LA DEMOCRACIA

El siglo XXI demanda gobiernos cuyas acciones sean eficaces y de


naturaleza pública; actualmente “las acciones de gobierno, que tie­
nen como propósito realizar objetivos de interés público y que los
alcanzan con eficacia y aun con eficiencia, son lo que en términos ge-
néricos puede llamarse política pública” (Aguilar, 2010:17).
Aunque siguen siendo pertinentes las ideas que dieron origen
a la disciplina de las políticas públicas en la década de los cincuen-
ta del siglo XX, hoy la cuestión es otra y se concentra en la capacidad
de los gobiernos elegidos democráticamente para dirigir a sus so-
ciedades, conducirlas, coordinarlas y ésta es la cuestión que hoy más
im­porta. Para Luis Aguilar:
El enfoque y concepto de la gobernanza se presenta como la res-
puesta a esta cuestión nueva de la insuficiencia directiva del gobier-
48 RAÚL FIGUEROA ROMERO, RAÚL HERNÁNDEZ MAR 

no, en tanto afirma que, si bien es necesario otorgar o devolver al


gobierno las capacidades que necesita para superar sus deficiencias
y estar en condiciones de conducir y coordinar a sus sociedades, lo
que fundamentalmente se requiere hoy es más bien un nuevo pro-
ceso de gobernar, dar forma a una nueva conducción y coordinación
de la sociedad, dado que el gobierno por sí solo, con sus capacidades,
facultades y recursos, ya no puede definir la agenda de la sociedad y
menos realizarla, y dado que su patrón directivo unilateral, vertical,
jerárquico, de mando es improductivo y hasta inviable para abordar
numerosos asuntos públicos de la compleja sociedad contemporánea,
particularmente los asuntos económicos (Aguilar, 2016:63).

Siguiendo con lo anterior, la gobernanza usualmente se presenta


como una solución a la crisis de gobernabilidad del Estado, orien-
tada hacia la cooperación entre los protagonistas; sin embargo,
muchas veces minimizando la dimensión conflictiva de las socieda­
des, ya que presenta a la política como una búsqueda del consenso
que se realiza entre la “gente de buena voluntad e igualmente do-
tada de recursos en un contexto ahistórico” (Hufty, 2008:7).
En este sentido, el término cooperación está vinculado con el de las
decisiones, pero ¿quién toma las decisiones en un contexto de go­
bernanza? Si bien en un sentido retórico la sociedad ha interpreta-
do que la democracia es el gobierno de todos, la sociedad moderna
cuestiona que actualmente las decisiones no están vinculadas a la opi­
nión de los ciudadanos, aunque ésta parece ser una limitación de la
propia democracia representativa. Al respecto, Manuel Canto ex-
plica que:

Las grandes sociedades no pueden tomar de manera directa las deci­


siones. Pensemos lo difícil que resultaría reunir en la plaza pública
de cualquier capital de los estados de este país a todos sus habitan-
tes a fin de discutir las decisiones; ya desde siglos atrás quedaba
claro que sólo se podría participar en las decisiones a través de re-
presentantes, la democracia consistiría en la capacidad que todos
tenemos de elegir a nuestros representantes, se trata entonces de una
democracia representativa (Canto, 2002:68).

El planteamiento anterior, permite explicar la construcción de gru­


pos cerrados o elites que compiten entre sí, no sólo por el poder sino
también por el monopolio de las decisiones; quizá esto último sea
CALIDAD DE LA DEMOCRACIA Y POLÍTICAS PÚBLICAS 49

lo más importante. En este contexto, la sociedad, ante la dificultad


de poder influir en las decisiones públicas, tiende a organizarse para
so­lu­cionar sus propios asuntos o problemas a través de la democracia
participativa.
En este sentido, en las sociedades actuales lo que existe son can­
tidades ilimitadas de actores que tienen dificultades para ponerse de
acuerdo y que convergen en un entorno lleno de conflictos, mismos
que tienen un componente territorial importante. De esta manera,
lo que puede existir son escenarios distintos donde las combi­na­cio­
nes y los centros de poder de actores, ni están equilibrados, ni pue­
den presentarse de la misma manera que un proyecto de políti­ca
pública a otro. Por lo tanto, las políticas públicas pueden explicar­se
como
[…] cursos de acción tendientes a la solución de problemas públicos,
definidos a partir de la interacción de diversos sujetos sociales, en
medio de una situación de complejidad social y de relaciones de po­
der, que pretenden utilizar de una manera más eficiente los recursos
públicos y tomar decisiones a través de mecanismos democráticos, con
la participación de la sociedad (Canto, 2002:70).

Por lo anterior, la gobernanza implica una forma nueva y diferen­


te de gobernar caracterizada por la interacción entre una pluralidad
de actores, de relaciones horizontales, de búsqueda del equilibrio
entre poder público y sociedad civil y la participación en el gobier-
no de la sociedad en general, y no de un único actor, sea éste político,
económico o social. De aquí que el interés por usar el concepto de
gobernanza radique en su capacidad de englobar todas las institu-
ciones y relaciones implicadas en los procesos de gobierno.
Según Renate Mayntz, la gobernanza está experimentando una
in­teresante evolución:
Inicialmente se utilizó como sinónimo de gobernación o proceso de
gobernar a través de las organizaciones gubernamentales. Pero ad-
vierte que el campo semántico de la palabra se ha ampliado […]:
hoy se recurre a gobernanza, para indicar un nuevo estilo de gobier-
no, distinto del modelo de control jerárquico y caracterizado por un
mayor grado de cooperación y por la interacción entre el Estado y los
actores no estatales al interior de redes decisionales mixtas entre
lo público y lo privado […] (Mayntz, en Cerrillo, 2005:96).
50 RAÚL FIGUEROA ROMERO, RAÚL HERNÁNDEZ MAR 

Recapitulando, las políticas públicas tienen como propósito rea­li­


zar objetivos de interés público con eficacia y eficiencia, por lo tanto,
éstas hacen referencia a

[…] procesos, decisiones y resultados, pero sin que ello excluya con­
flictos entre intereses presentes en cada momento, tensiones entre
diferentes definiciones del problema a resolver, entre diferentes
racionalidades organizativas y de acción, y entre diferentes perspec-
tivas. Estamos ante un panorama pleno de poderes en conflicto,
enfrentándose y colaborando ante opciones específicas (Lindblom,
1991:3).

De esta manera, queda claro que las políticas públicas para lograr
ser eficientes y eficaces presenta una doble dimensión: política y
téc­nica. Aunque la expresión “política pública” —traducción literal
del término public policy— buscó diferenciarse del término “política”
—politics—, que es utilizado para referirse a las interacciones y con­
flictos entre los actores políticos en su búsqueda por el poder en un
marco institucional específico —polity. En los últimos años se le ha
dado mayor importancia a esta bidimensionalidad de la política pú­
blica, ya que en el marco de la gobernanza es necesario que tanto el
componente normativo como el componente científico-técnico sub­
sistan en armonía, ya que esto significa que cuando “el componente
político y el técnico de la política pública se articulan bien, sin ris­
pideces ni tensiones, [es] cuando las acciones decididas por el gobier-
no cuentan con suficiente aceptación social y producen los re­sultados
esperados” (Aguilar, 2010:17).
Dicho de otra manera, el análisis de políticas públicas se encarga
de estudiar cómo el poder político se utiliza para resolver los pro-
blemas colectivos, por ello, la noción de política pública hace refe-
rencia a los conflictos, interacciones y alianzas entre los diferentes
actores públicos y privados en un marco institucional específico con
el fin de resolver un problema que, por su especificidad, requiere de
una acción concertada.
En este sentido, para Joan Subirats et al., las políticas públicas son

[…] una serie de decisiones o de acciones, intencionalmente cohe-


rentes, tomadas por diferentes actores, públicos y a veces no públicos
CALIDAD DE LA DEMOCRACIA Y POLÍTICAS PÚBLICAS 51

—cuyos recursos, nexos institucionales e intereses varían— a fin de


resolver de manera puntual un problema políticamente definido
como colectivo. Este conjunto de decisiones y acciones da lugar a
actos formales, con un grado de obligatoriedad variable, tendientes
a modificar la conducta de grupos sociales que, se supone, originaron
el problema colectivo a resolver (grupos-objetivo), en el interés de
grupos sociales que padecen los efectos negativos del problema en
cuestión (beneficiarios finales) (Subirats et al., 2008:37).

Al parecer, los nuevos desafíos que se presentan en el contexto


de gobierno actual, vuelven a remitirnos a la importancia de estudiar
el proceso de toma de decisiones que el gobierno sigue para aten-
der asuntos públicos, la manera como se formula las políticas públi­
cas y la implementación de las mismas, con el propósito de elevar
la calidad de la decisión del gobierno y así dar sustento a una demo­
cracia eficiente que acredite capacidad de gobierno. Por lo anterior,
sólo podemos estar de acuerdo con Aguilar en el sentido de que “las
disciplinas que estudian el gobierno y la administración pública vi­
ven un tiempo de exploración más que de certezas” (Aguilar, 2012).

LA DOBLE DIMENSIÓN DE LAS POLÍTICAS PÚBLICAS

El propósito de este apartado es hacer un análisis crítico sobre dos


marcos de referencia de las políticas públicas, propuestos por Harold
D. Lasswell2 (1951 [2003]; 1971 [2003]): el conocimiento del pro­
ceso de la políti­ca y el conocimiento en el proceso de la política. La
propuesta lasswe­lliana, se fundamenta en la noción de que la ciencia
social pue­de con­tribuir a mejorar las decisiones públicas destinadas
a resolver los pro­blemas fundamentales de la humanidad, reuniendo
en un mis­­mo espacio a la ciencia y a la política.

2
En 1951 se publica el trabajo de Lerner y Lasswell: The Policy Sciences, en
donde aparece el artículo “The policy orientation”, de Harold D. Lasswell,
en el cual expone el proyecto original de ciencias de políticas —policy scien-
ce—, que se definen como “el conjunto de disciplinas que se ocupan de expli-
car los procesos de elaboración y ejecución de las políticas, de la recopilación
de datos y de la producción de interpretaciones relevantes para los problemas de
políticas en un periodo determinado” (1951 [2003]:3).
52 RAÚL FIGUEROA ROMERO, RAÚL HERNÁNDEZ MAR 

De acuerdo con Meny y Thoenig (1992), Bardach (1998), Parsons


(2007), Aguilar (2003) y Merino y Cejudo (2010), entre otros, esta
doble di­mensión es construida artificialmente por Lasswell (1951
[2003]; 1971 [2003]) para fines analíticos. El conocimiento de o
knowledge of, cuyo propósito es el análisis del proceso de elaboración
y desarrollo de las políticas por parte de los gobernantes, explica
Aguilar
[…] alude a la tarea de conocer el proceso de decisión de la política,
así como de hecho sucede. Es una empresa de teoría positiva que
busca producir descripciones, definiciones, clasificaciones, explica-
ciones del proceso por medio del cual un sistema político dado —y
en especial el gobierno— elabora y desarrolla las decisiones relativas
a asuntos públicos (Aguilar, 2003a:52).

Por su parte, el conocimiento en o knowledge in tiene como pro-


pósito el análisis en y para el proceso de las políticas públicas, éste
incorpora teorías de distintas disciplinas con el fin de explicar, co-
rregir y mejorar el proceso de la toma de decisiones por parte de las
autoridades públicas; para Parsons “comprende el uso de técnicas de
análisis, investigación y propugnación en la definición de los pro-
blemas, la toma de decisiones, la evaluación y la implementación”
(Parsons, 2009:32).
Estas dos dimensiones “interdependientes y complementarias,
ade­más de interdisciplinarias y contextuales” (Aguilar, 2003a:53) son
un intento de conexión entre política y ciencia. Para Luis Aguilar,
desde el comienzo la propuesta de Lasswell se dividió en dos co-
rrientes:
De inmediato, los que disciplinariamente se interesaban sólo en el
mo­mento normativo-técnico y, por ende, en el análisis y diseño de
la política, se separaron de los que (inter)disciplinariamente se in-
teresaban también en el proceso decisorio pero exclusiva o primor-
dialmente para entender la manera como se tomaban de hecho las
decisiones. Los primeros prefirieron y aún prefieren para sí la ex-
presión policy analysis, los segundos policy sciences (Aguilar, 2003a:58).

De esta manera, el análisis de las políticas públicas ha estado in­


fluido por esta dicotomía o bidimensionalidad, que tiene sentido si
el resultado de sus investigaciones apunta hacia la solución de pro­
CALIDAD DE LA DEMOCRACIA Y POLÍTICAS PÚBLICAS 53

blemas públicos, por lo tanto, el objeto de estudio es la definición y


la búsqueda de soluciones a los problemas públicos, en donde lo “pú­
blico” es un elemento importante. Mientras que la autocontención,
según Merino y Cejudo, “remite a la pluralidad de enfoques y de
métodos de investigación, aun divididos en distintos momentos
del llamado proceso de políticas”3 (2010:12).
Sin embargo, cuando esta dicotomía entre ciencia y política no se
corresponden y una trata de prevalecer sobre la otra, regularmente
se toman decisiones que no son factibles o son absurdamente cos-
tosas; o al contrario, cuando a los decisores no les importan las
consecuencias políticas que pueden provocar sus decisiones técnica­
mente fundadas, el resultado puede ser desastroso.
Repensar la dicotomía de las políticas públicas en un contexto de
calidad de la democracia, que exige soluciones efectivas y eficientes
es muy importante, y más cuando han transcurrido casi siete déca-
das desde que se comenzó a hablar del término políticas —policy—
y, desde entonces, el análisis de las políticas públicas se ha ganado
un lugar en las ciencias sociales como un campo de estudio especí-
fico que se encarga de analizar cómo los gobiernos toman decisio-
nes para solucionar problemas públicos y cómo implementan estas
deci­siones.
De origen, las políticas públicas emergieron en un contexto de
crisis intelectual, sobre “cómo crear una integración entre los obje-
tivos y métodos de la acción pública y privada” (Lasswell, 1951 [2003]:
79). Para Lasswell la especialización de la filosofía, así como la de
las ciencias sociales y naturales, más las tendencias de la vida mo-
derna al aislamiento y la división, son fuerzas centrífugas que han
obstacu­lizado la modulación entre la ciencia y la política.
Frente a esta problemática de su tiempo, Lasswell iba desarro-
llando una orientación hacia el desarrollo del estudio científico de
las políticas,4 convencido de la asociación entre la teoría y la prác-
3
Es importante no confundir el análisis de las políticas públicas con el
estudio del proceso de las políticas públicas; este último se trata de una herra­
mienta heurística para comprender, explicar y organizar el análisis de las polí­
ticas públicas.
4
De acuerdo con Lasswell, “la palabra política (policy) ha sido usada con
frecuencia para designar las elecciones más importantes de la vida organizada
y de la privada” (1951 [2003]:83). Para Subirats, el término policy debe diferen­
54 RAÚL FIGUEROA ROMERO, RAÚL HERNÁNDEZ MAR 

tica como dos pilares que soportarían la racionalidad de las decisio­


nes públicas. Él propuso la doble dimensión de las políticas: que “por
una parte se interesa en el proceso de la política y por la otra en las
necesidades de inteligencia de este proceso” (1951 [2003]:80).
El contenido específico de la orientación hacia las políticas fue
llamado “ciencias de políticas” (Lasswell, 1951 [2003]:81) y ponía
énfasis en el proceso de toma de decisiones, dotándolo de racionali­
dad e in­teligencia. En este sentido, el autor sentenciaba que:

Nos hemos vuelto más conscientes de que el proceso de la política


(policy process), de su elaboración y realización, es objeto de estudio
por derecho propio, fundamentalmente con la esperanza de aumen-
tar la racionalidad de las decisiones. Se ha venido así desarrollando
una orientación hacia las políticas (policy orientation) que atraviesa
todas las especializaciones establecidas (Lasswell, 1951 [2003]:80).

En este sentido, las políticas públicas requieren de la multidiscipli­


nariedad para solucionar problemas públicos. Para su elaboración
sigue un proceso que ha encontrado diferentes expresiones, según la
cultura y los conceptos determinantes de los go­biernos; la prime­
ra clasificación por “etapas” que se estableció fue la propuesta por
Lasswell en 1971, que posteriormente lo llamó el proceso de deci-
sión y que consistía en siete etapas: 1) información, 2) recomenda-
ción, 3) prescripción, 4) invocación, 5) aplicación, 6) valoración y
7) término.
Como se puede observar, Lasswell hizo una gran aportación al
diseñar la estructura en donde descasarían las ciencias de políticas;
sin embargo, “todavía carecemos de una preimagen exhaustiva y
suficientemente concreta de ésta [ciencia] como un área integrada de
co­nocimiento, investigación, enseñanza y profesionalización” (Dror,
1971 [2003]:119). Y aunque, actualmente existe una reivindicación
de la política pública, ésta tiene limitaciones que le fueron conferidas
históricamente desde su nacimiento.

ciarse del término política (politics), “con el que se acostumbra a designar las
interac­ciones y conflictos entre los actores políticos más tradicionales, que pre­
­tenden acceder al Poder Legislativo o gubernamental respetando las reglas
cons­titucionales e institucionales” (Subirats et al., 2008:37).
CALIDAD DE LA DEMOCRACIA Y POLÍTICAS PÚBLICAS 55

En otras palabras, el momento en que surgen y se desarrollan las


ciencias de políticas está marcado por la amplia intervención del
Estado y su rol como barrera a las presiones externas de todo tipo,
por lo tanto, las políticas públicas estaban “centradas en proporcionar
asistencia social (safety nets) y servicios básicos [completamente
insuficiente] para lograr un desarrollo social y económico equili-
brado” (Ortiz, 2007:6-7).
Por ello, el estudio de los problemas públicos en un mundo en
cam­bio constante es una hazaña y es el reto de cualquier investi­­-
ga­dor del campo de las policy science. Sabemos que todas las sociedades
del mun­do se han enfrentado a diversos problemas de esta índole, sin
embargo, en las últimas décadas estos problemas han co­brado di­men­
siones globales e incluso se han acentuado como resul­tado del pro­
ce­so de globalización. No obstante, y a despecho del proyecto original
de Harold D. Lasswell,5 quien se incluía en una sociedad propia de
Occidente, que “reclama y construye un gobierno ilustrado, basa-
do y cuestionado por la razón” (Aguilar, 2003a:39), en la actualidad
las políticas no han logrado construir modelos para anticiparse a los
cam­bios del entorno; esto se ha convertido en una asignatura pen-
diente.
Continuando con lo anterior, la noción que está presente en el
trasfondo del desarrollo de las políticas públicas es la idea de que
cualquier problema humano podía resolverse aplicando la razón y
el conocimiento. Lasswell se circunscribía dentro de una sociedad
que “reclama y construye un gobierno ilustrado, basado y cuestiona­do
por la razón” (Aguilar, 2003a:39). De la misma forma, para Lass­well,
el científico debería ocuparse de problemas sociales poco atendidos
y fundamentales sin abandonar la objetividad. De hecho, estruc­turó
5
En 1951 apareció el proyecto original de las policy science o “ciencias de
políticas” en un artículo de Harold D. Lasswell titulado de “The Policy Orienta­
tion”; en este trabajo pionero se exponía que el objeto principal de las cien­-
cias de políticas sería contribuir a la mejora de las decisiones públicas a largo
plazo. Según Lasswell, esta ciencia se define como “el conjunto de disciplinas
que se ocupan de explicar los procesos de elaboración y ejecución de las polí-
ticas, de la recopilación de datos y de la producción de interpretaciones rele-
vantes para los problemas de políticas en un periodo determinado” (N. del A.
Harold Lasswell, “The Policy Orientation”, en The Policy Sciences [1951], por
Lerner y Lasswell, pp. 3-15, Stanford University Press).
56 RAÚL FIGUEROA ROMERO, RAÚL HERNÁNDEZ MAR 

las ciencias de políticas conforme al arquetipo neopositivista: desarro­


­llando técnicas de observación precisas y desagregando las hipóte­sis
en variables susceptibles de cuantificación matemática.
La importancia de las políticas públicas es su capacidad para re­
solver problemas y “estudiar qué hacen los gobiernos, por qué lo ha­-
cen y cuál es su efecto” (Dye, 1976:1, en Parsons, 2009); lo anterior
exige evitar una perspectiva uniforme y echa mano de una variedad de
enfoques y disciplinas. Las políticas públicas, en este sentido, se en­
cargan del estudio y análisis de “lo público y sus problemas”, es decir,
de la forma en que se definen y construyen cuestiones y problemas
públicos, y la forma en que llegan a la agenda de los gobiernos” (De­
wey, 2004).
En la figura 3 se muestra el proceso de elaboración de la polí­-
tica pública incluyendo sus etapas, definición del problema público,
construcción de la agenda, diseño o formulación, construcción de
alternativas, implementación y evaluación.
En este sentido, Lasswell subrayaba que el contenido específico
de la orientación hacia las políticas ponían énfasis en el conoci-
miento y el proceso de toma de decisiones, dotándolo de raciona-
lidad e inteligencia; el autor argumentaba que “se ha venido así
desarrollando una orientación hacia las políticas —policy orienta­
tion— que atraviesa todas las especializaciones establecidas”.
Esta orientación tiene una doble dimensión:

1. El conocimiento en (knowledge in), que se ocupa del análisis en


y para el proceso de las políticas públicas. Este análisis incorpo­
ra teorías de distintas disciplinas con el fin de explicar, corre-
gir y mejorar el proceso de la toma de decisiones; para Par­sons
“comprende el uso de técnicas de análisis, investigación y pro­
pugnación en la definición de los problemas, la toma de deci­
siones, la evaluación y la implementación” (2007:32).
2. El conocimiento de (knowledge of), se ocupa del conocimiento
acerca de la elaboración y desarrollo de las políticas por parte
de los gobernantes, cómo definen los problemas públicos, cómo
un problema público se inserta en la agenda, cómo se formu-
lan las políticas públicas, cómo se toman las decisiones y cómo
se implementa y evalúan; éstas son preguntas que hacen refe-
rencia al objeto de estudio de esta dimensión.
CALIDAD DE LA DEMOCRACIA Y POLÍTICAS PÚBLICAS 57
FIGURA 3
UNA MIRADA AL PROCESO DE LA POLÍTICA PÚBLICA

Produce

Formación de la agenda Agenda de gobierno


Conduce a

Formulación Produce Las proposiciones de la


y legitimación política (fines, metas y
de la política (programas) Conduce a medios de efectuación)

Produce
Implementación
Acciones de política
de la política
Conduce a

1. Efectos de la política
2. Evaluación de los efectos
3. Decisiones sobre el futuro
de la política(programas)

FUENTE: elaboración propia con datos de Patterson, Davison y Ripley (1985,


en Aguilar, 2003b:22).

Para Aguilar, el conocimiento

[…] alude a la tarea de conocer el proceso de decisión de la política,


así como de hecho sucede. Es una empresa de teoría positiva que
busca producir descripciones, definiciones, clasificaciones, explica-
ciones del proceso por medio del cual un sistema político dado —y
en especial el gobierno— elabora y desarrolla las decisiones relativas
a asuntos públicos (Aguilar, 2003a:52).

Hasta aquí, se puede señalar que la doble dimensión de las po-


líticas públicas presenta las dos caras distintas de la misma moneda,
ya que desde el comienzo la propuesta de Lasswell se dividió en dos
corrientes:
58 RAÚL FIGUEROA ROMERO, RAÚL HERNÁNDEZ MAR 

De inmediato, los que disciplinariamente se interesaban sólo en el


momento normativo-técnico y, por ende, en el análisis y diseño de
la política, se separaron de los que (inter) disciplinariamente se in-
teresaban también en el proceso decisorio pero exclusiva o primor-
dialmente para entender la manera como se tomaban de hecho las
decisiones (Aguilar, 2003a:58).

La principal crítica que se le puede hacer a la doble dimensión de


las políticas públicas de Lasswell, y no es poca cosa, reside en el he­
cho de haber dividido la disciplina en dos corrientes —aunque ese
no fuera el propósito de Lasswell—: 1) el análisis técnico-norma-
tivo del proceso de las políticas públicas —policy analysis— y 2) el uso
de conocimientos analíticos en y para la formulación e implemen-
tación de políticas públicas —policy sciences.
Sin embargo, hoy en día, los criterios técnico-normativos han
de­­finido por mucho el análisis de las políticas públicas, lo que ha
traído como consecuencia una crisis disciplinaria del campo, que
puede provocar en un futuro que el análisis de las políticas públicas
no abor­de con éxito su objeto de estudio, que es la definición y la
búsqueda de soluciones a los problemas públicos a partir del uso de
múltiples enfo­ques y de métodos de investigación, divididos en
distintos momentos del proceso de las políticas públicas.
Desafortunadamente, el policy analysis ha ganado terreno en de-
trimento de las policy sciences, que es igual a decir que hoy en día es
más valorado el conocimiento de la elaboración y desarrollo de las
políticas por parte de los gobernantes que el conocimiento en y para
el proceso de las políticas públicas.
Para finalizar, las políticas públicas ya sea como ciencia, campo de
estudio o técnica, enfrentan un gran desafío y que hasta este momen­
to no se ha encontrado una solución; según Bazúa y Valenti “no sólo
son inadecuadas las políticas hasta ahora diseñadas, sino más grave
aún, crecientemente lo es además el actual esquema de instituciones
políticas y de políticas con que se enfrentan tales problemas” (1993:27).
Para Cohen y Franco, la importancia de las políticas públicas ra­dica
en que “no sólo [pueden] mejorar las condiciones de vida de la po­bla-
ción, sino también, contribuyen a asegurar el crecimiento eco­nómico
futuro” (2006:7); entonces, ¿por qué no se registran mejoras eviden-
tes en los indicadores sociales?, ¿por qué no encontramos me­jores
CALIDAD DE LA DEMOCRACIA Y POLÍTICAS PÚBLICAS 59

diseños de políticas y programas públicos o por qué las políti­cas pú­


blicas no han resuelto los problemas más apremiantes de la sociedad?
Todas estas preguntas son pertinentes, aunque la solución se encuen­
tra en la capacidad de análisis de las políticas públicas para articular
adecuadamente el componente político y técnico, en un contexto de
gobernanza y calidad de la democracia.

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DEMOCRACIAS DEFECTUOSAS EN AMÉRICA LATINA:
RETOS DE LA GOBERNANZA ELECTORAL Y LA CALIDAD
DE LA DEMOCRACIA EN LA REGIÓN

Gonzalo Farrera Bravo *


Samantha Castellanos López **

RESUMEN

El presente trabajo tiene como finalidad analizar el concepto de “demo-


cracia defectuosa”, y su aplicación como paraguas conceptual en el
entendimiento de la realidad institucional de América Latina.
Palabras clave: calidad de la democracia, democracias defectuosas,
gobernanza, elecciones, judicialización de la política.

ABSTRACT

This paper has a purpose analyze under conceptual umbrella of de­


fect democracy that understand Latin America institutional reality.
Key words: democracy quality, defect democracy, governance,
elections and judicialization of politics.

INTRODUCCIÓN

La construcción democrática de América Latina ha sido un largo


proceso cultural y político. La lenta liberalización, aunada al lento pro­

* Catedrático e investigador de la Escuela Libre de Derecho.


** Abogada postulante y adjunta en la Escuela Libre de Derecho.

[63]
64 GONZALO FARRERA B., SAMANTHA CASTELLANOS L.

ceso de institucionalización y adaptación que han sufrido las prácti-


cas democráticas, ha generado una serie de reflexiones que nos ayudan
a entender los alcances del concepto democracia y su taxonomía, así
como de nuevas posturas que incluyen otros paradigmas y referen-
cias de carácter empírico para dar un vuelco a la postura de carácter
tradicional con respecto al tema.
En relación con la metodología, seguimos el método contextual.
Lo que se busca es rescatar la contingencia que caracteriza a cada si­
tuación y contexto específico. Muchas variables estructurales, contex­
tuales, sociales, históricas, culturales y políticas particulares juegan
aquí un papel decisivo. El criterio de superioridad tiene que ver con
el éxito de la adaptabilidad (el mejor sistema es el que se adapta) y no
con una superioridad de tipo ideal.
Con la reivindicación de lo particular, las tipologías devienen mu­
cho más ricas, complejas y variadas.

DE LA DEMOCRACIA PROCEDIMENTAL
Y EL TRANSICIONALISMO
A LA DEMOCRACIA DEFECTUOSA

¿Debemos todavía creer en Norberto Bobbio y en Hans Kelsen, que


entre las reglas del juego democrático, el principio procesal de la ma­
yoría será siempre el más distintivo de la democracia, si bien el único?
Robert Dahl (1956:67) parte del concepto de que cuando ha-
blamos de democracia (en su propia terminología: poliarquía) se
concibe como un conjunto de reglas y procedimientos para su fun-
cionamiento real. De acuerdo con este autor, más que hablar de
democracia en el sentido genérico, tal como se conoció en las ciu-
dades-estado griegas, las sociedades modernas han tenido que gene­
­rar formas de poliarquía o regímenes poliárquicos. Estos sistemas
funcionan a partir de la competencia entre elites, tal como muchas
veces se concibe al momento de identificar y definir los actuales sis­
temas democráticos (Mosca, 2015:45), para que exista dicha com­
petencia es necesario que existan siete instituciones:

1) Funcionarios públicos electos. El control de las decisiones polí-


tico-administrativas gubernamentales está investido de cargos
DEMOCRACIAS DEFECTUOSAS EN AMÉRICA LATINA 65

públicos elegidos por los ciudadanos. Los gobiernos democrá­


ticos modernos son representativos.
2) Elecciones libres, imparciales y frecuentes. Los cargos públicos son
elegidos mediante el voto popular en elecciones frecuentes
conducidas con imparcialidad y limpieza en las que, en térmi­
nos comparativos, haya poca coerción.
3) Derecho a ocupar cargos públicos. Prácticamente todos los adul-
tos tienen derecho a ocupar cargos públicos en el gobierno,
aunque la edad mínima para ello pueda ser más alta que para
votar.
4) Libertad de expresión. Los ciudadanos tienen derecho a expre-
sarse sin correr peligro de sufrir castigos severos en cuestio-
nes políticas definidas con amplitud, incluida la crítica a los
funcionarios públicos, en el gobierno, el régimen, el sistema
socio­económico y la ideología prevaleciente.
5) Acceso a fuentes alternativas de información. Los ciudadanos tie­
nen el derecho de solicitar fuentes de información alt­er­nativa
que están bajo el control de otros ciudadanos, expertos, perió-
dicos, revistas, libros, telecomunicaciones y similares. Además,
existen efectivamente fuentes de información alternativas que
no están bajo el control del gobierno o de cualquier otro grupo
político que intente influir sobre los valores y las actitudes polí-
ticas públicas; estas fuentes alternativas están efec­tivamente pro­
tegidas por la ley.
6) Autonomía de las asociaciones. Para propender a la obtención o
defensa de sus derechos, que abarcan aquéllos requeridos para
la efectiva operación de las instituciones políticas democráti-
cas, los ciudadanos tienen también el derecho de constituir
asociaciones u organizaciones relativamente independientes,
incluyendo partidos políticos y grupos de interés.
7) Ciudadanía inclusiva. Todos los adultos están sujetos a las le­
yes y sus derechos no pueden ser negados, los cuales incluyen,
por fuerza, los de votar y concurrir a cargos de elección popular
(es decir, el derecho a poder postularse, a la libertad de expre-
sión, a formar y organizar asociaciones políticas independien-
tes y a los derechos humanos básicos, sobre todo aquellos que
resulten indispensables para hacer realidad los derechos men-
cionados anteriormente (Dahl, 1997:67).
66 GONZALO FARRERA B., SAMANTHA CASTELLANOS L.

Por su parte, O’Donnell (1997:55) nos brinda la siguiente con-


ceptualización: “liderazgos que compiten por el libre voto, votantes
que en el periodo entre elecciones no participan de la ‘cosa pública’,
liderazgos que son elegidos para decidir (incluso decidir sobre qué
temas se tomarán decisiones), liderazgos libres de controles tanto
verticales como horizontales”.
Recordemos, a modo de ejemplo, las siguientes afirmaciones de
O’Donnell:
[…] el que gana una elección presidencial está autorizado a gobernar
el país como le parezca conveniente; después de la elección se es­pera
que los electores/delegantes retornen a la condición de espectado-
res pasivos. La democracia delegativa es fuertemente mayoritaria
[...] es fuertemente individualista, la democracia delegativa significa
para el presidente la ventaja de no tener prácticamente res­ponsabilidad
horizontal (O’Donnell, 1997:56).

Las democracias delegativas de O’Donnell (1997) no presentan


mucha diferencia con los modelos weberianos y schumpeterianos.
En todo caso, las diferencias las constituyen las referencias empíri-
cas y anecdóticas respecto a los casos latinoamericanos en el texto de
O’Donnell. Pero no hay ningún abordaje novedoso en el tratamien-
to de los liderazgos. Dadas las similitudes con los dos autores cita-
dos (Weber y Schumpeter), lo que O’Donnell trata de describir es un
“nuevo animal”, un subtipo de las democracias existentes que hasta
ahora no fue teorizado.
La democracia delegativa se sitúa aparte en este tipo de demo-
cracias. Para decirlo de forma sintética, los electores efectúan una
“delegación” a los gobernantes el día de las elecciones; una vez rea­
li­zadas éstas no existe un control permanente de la acción de los
órga­nos del poder y además el respeto del Rule of Law (Estado de
derecho) por parte del gobierno se da solamente de forma parcial.
En el momento del voto se da una delegación que es además una dele-
gación a ciegas, pues en su mayoría las campañas electorales no se
basan en propuestas o programas, sino simplemente en el predo-
minio de la imagen de los candidatos soportada por algún eslogan
vacío y retórico.
La concepción ortodoxa de la democracia considera que la des-
aparición de alternativas históricas es una virtud o, en el caso par-
DEMOCRACIAS DEFECTUOSAS EN AMÉRICA LATINA 67

ticular de Fukuyama, incluso hacen una defensa filosófica de ella. La


opinión ortodoxa no es nueva, autores como E.M. Foster decían: “Dos
hurras por la democracia: una porque admite la variedad y dos por­
que permite la crítica” (1936); la democracia adquirió una sólida
forma sociológica gracias a Weber, ya que a principios del siglo XX
este autor estaba influido por la crítica de la democracia y la pro-
ducción capitalista procedente del conservadurismo; aunque no lo
aceptaba, la democracia permite a las poblaciones votar para decidir
quién debe gobernar y en ciertas condiciones, puede ayudar a crear a
buenos dirigentes políticos. Permite cierto grado de elección, algo
que por definición no hace un sistema de partido único; y lo mismo
ocurre con los mercados capitalistas en comparación con una eco-
nomía socializada. Dicho esto, para Weber la democracia era algo
aburrido y la sociedad burguesa, poco heroica y mediocre.
Para Fukuyama, la democracia liberal marca el punto final de la
evolución ideológica de la humanidad y la forma definitiva del go­
bierno humano:
Desde América Latina hasta Europa del Este, desde la Unión Sovié­
tica hasta Oriente Medio y Asia, los gobiernos autoritarios han ido
fracasando durante las dos últimas décadas. Y aunque no es en todos
los casos, han dejado paso a democracias liberales estables, ésta sigue
siendo la única aspiración política coherente que es común a distin-
tas regiones y culturas de todo el mundo (Fukuyama, 1992:90).

Después de esta breve revisión nos damos cuenta de que estos


conceptos adolecen de una variable de cultura política que oriente el
desarrollo institucional. Como lo señala Andras Sajo en los estu-
dios de democratización de Europa del Este, las democracias po-
bres como las latinoamericanas y las de Europa del Este son muy
propensas a generar estructuras clientelistas debido a la carencia de
una renta básica o de un salario estándar para el grueso de la po-
blación; en este sentido, las instituciones de origen occidental van
desenvolviendo conductas institucionales anómalas en gran parte
porque la variable cultural no ha sido contemplada. Factores como
la corrupción y el populismo tienen un gran arraigo en estos regíme­
nes, en donde la pobre institucionalización de los partidos políticos
y el mesianismo político van acompañados de condiciones de po-
breza; en el caso de la República de Moldavia, que es el país más
68 GONZALO FARRERA B., SAMANTHA CASTELLANOS L.

pobre de Europa y cualquier país latinoamericano (Venezuela o Hai­


tí), son susceptibles de cambios abruptos en materia política aunado
a una importante inestabilidad económica.
El sociólogo David Held (2006:67) llama a la democracia el “pro­
yecto cosmopolita del momento a escala mundial”. La política de
la tercera vía toma una actitud diferente hacia la igualdad y la des-
igualdad en comparación con las filosofías tradicionales de la iz-
quierda y la derecha. Toda la antigua democracia social busca la
igualdad, y la igualdad de resultados. Sabemos que esta clase de so­
ciedad sólo es posible si es autoritaria, si está atrapada y si excluye
la individualidad y el pluralismo cultural, y nadie quiere ya, tras la
caída del comunismo, esta clase de sociedad. En este sentido, cabe
aclarar que algunos pensadores como Giddens (1977:78) señalan que
una de las variables más destacadas es la cultural:

• Primero, si tuviéramos una sociedad de igualdad de oportu-


nidades fuerte, habría mucho movimiento hacia abajo. Las
personas con éxito subirían en cada generación, pero por de­
finición muchas personas caerían. Habría muchos perdedo­res
en este sistema. Ahora bien, sabemos, a partir de la investiga-
ción social, que los movimientos hacia abajo a escala masiva
crean divisiones sociales y son socialmente peligrosos. No
podemos tener una sociedad así.
• Segundo, si tuviéramos una cosa que se aproximara a una pura
igualdad de oportunidades —meritocracia—, tendríamos per­
sonas en la base de esta sociedad que no sólo estarían allí sino
que reconocerían que merecen estar donde están. Esta clase
de sociedad crearía esencialmente una clase de excluidos, que
se autorreconocerían como inferiores en comparación con los
otros; y eso no sería tolerable en una sociedad de todos.
• Finalmente, una sociedad de pura igualdad de oportunida-
des produciría una enorme desigualdad de resultados. Podemos
verlo fácilmente si analizamos el fenómeno de los llamados mer-
cados, que ganan todo y que hoy operan en el capitalismo. Los
ganadores ganan todo. Son mercados para la diferencia margi­
nal entre los ejecutivos “superestrella”, empresas que están dis­
puestas a pagar cantidades masivas por una pequeña diferencia
entre un ejecutivo y otro, porque creen que eso añadirá un enor-
DEMOCRACIAS DEFECTUOSAS EN AMÉRICA LATINA 69

me valor a su empresa, independientemente de que sea verdad


o no. Y eso está produciendo una enorme desigualdad en el
capitalismo global, especialmente en Estados Unidos y en otros
países (Giddens, 1998).

Por su parte, David Held nos explica las fallas de la democracia


con­temporánea:

La responsabilidad (accountability) de los líderes por sus decisiones


ante la comunidad, y la total simetría entre las decisiones de éstos
y sus electores, son supuestos del pensamiento democrático liberal
de los siglos XIX y XX. Hoy por hoy, esta situación dista mucho de
la realidad, en cuanto a que en la sociedad global o “red”, las estruc-
turas clásicas de relaciones entre quienes toman las decisiones y los
afectados parecen haberse difuminado. Por lo demás, tampoco es claro
que alguna vez las comunidades políticas hayan respondido a la for­
ma de “sistemas cerrados”, que parece inspirar la reflexión en torno
a supuestos de accountability y simetría entre inputs y outputs en el
marco del Estado-nación (Held, 2006:66).

Según Held (2006:67), hoy en día ninguna de ambas condicio-


nes se cumple. Por un lado la accountability nunca ha sido más pues-
ta en duda por los siguientes puntos. En primer lugar, existen lideres
(po­líticos y no) que dirigen asociaciones cuyas decisiones están aje­
nas de control de parte de los que son afectados por ellas. En este caso
este líder sólo va a responder frente a una pequeña porción del uni­
verso afectado (sus connacionales), quedando libre de todo control
polí­ti­co frente a los demás, o no va a responder en absoluto, que es
el caso de los directores de compañías multinacionales.
En segundo lugar, el territorio que controla la asociación política
no contiene los efectos de las decisiones de ésta (outputs). Es decir,
las decisiones que se toman en una comunidad política determina-
da, asentada sobre la idea de soberanía tradicional conceptualmen-
te territorial, tienen repercusiones que exceden el marco dentro del
cual debieran obrar (el territorio).
Como podemos deducir de este reducto teórico, los conceptos
ideales de la democracia sólo quedan en el ámbito académico, y esto
implica que tenemos que recurrir a teorizaciones que impliquen
análisis de corte cultural para entender esta lógica.
70 GONZALO FARRERA B., SAMANTHA CASTELLANOS L.

En el contexto germánico, algunos autores como Merkel (2006:


45) y Puhle (2001:56) han venido desarrollando categorías analíti­
cas comparadas, en donde la premisa gira en torno a por qué en al­
gunas regiones del mundo la democracia no parece tener un buen
proceso de institucionalización.
Las causas que atribuye Merkel (2006:78) a la Defekte Demokratie
son las siguientes:

a) El inicio de la modernización. Es una de las causas para el sur­


gimiento de las democracias defectuosas, partiendo de la tran­
sición del Estado semi-moderno, teniendo como referencia a
elites que concentraban intereses económicos y políticos.
b) El nivel de la modernización. Ésta es otra de las causas en que
las democracias defectuosas sientan su base, es decir, un cre-
cimiento económico-social bajo en grandes cantidades de los
habitantes de estos Estados. Con una distribución asimétrica
de lo económico, cultural e intelectual, esto provoca una no-
table inequidad social en la manera en que se ejerce el poder,
complicando el ejercicio de los derechos consagrados en las
constituciones y de los estándares democráticos.
c) Las crisis económicas. Éste es otro de los indicadores fuertes de
esta taxonomía, ya que promueve la institucionalización defec­
tuosa, sobre todo en sistemas presidenciales y semipresiden-
ciales.
d) El capital social. Otro factor es la baja inversión en el capital
social que realizan las democracias defectuosas, provocando
la marginación de las clases sociales, además de concentrar los
dineros públicos en pocas manos; en palabras de Alexis de
Tocqueville, el capital social trabaja en contra de las tendencias
monopólicas tanto en lo político como en lo económico.
e) La sociedad civil. Es otro de los grandes factores para la for-
mación de un sistema de partidos bien institucionalizado, así
como de grupos de interés y organizaciones de la sociedad ci­-
vil. Sin la institucionalización de la interacción de la ciudada-
nía, se evita la intervención de la misma como intermediarios
con el Estado, promoviendo el ejercicio de los derechos polí-
ticos, la protección de los derechos fundamentales y la repre-
sentación política en el Parlamento. Cuando una sociedad civil
DEMOCRACIAS DEFECTUOSAS EN AMÉRICA LATINA 71

está organizada, provoca la interacción de las opiniones y de


los diferentes puntos de vista consagrados en las diferentes cos­
movisiones de la sociedad, fomentando la diversidad y la libre
expresión de los miembros de la ciudadanía.
f ) Un régimen autoritario predecesor. Un régimen autoritario que
causó un impacto trascendental en la cultura política de la so­
ciedad, institucionalizando las prácticas de corte corporativo
y patrimonialista, en donde la idea de cheks and balances fue sus­
tituido por un liderazgo carismático conjugado con un parti-
do político de corte hegemónico.
g) Las instituciones políticas. Entre las herencias del autoritarismo
están el clientelismo, el patrimonialismo y la corrupción; éstas
se convierten en los ejes de la interacción política de la socie-
dad civil y las elites que concentran el poder en dicho sistema
político.

La institucionalización de las prácticas políticas anómalas hizo


que los gobiernos fueran desarrollando importantes prácticas de ca­
rácter antidemocrático y que la praxis basada en el Estado de dere­cho
sean anormales y mal aceptadas por el sistema político en cuestión,
eligiendo la manera deformada y, en cierto sentido, habitual en di­
cha sociedad como un patrón de conducta que se puede encontrar en
to­das las capas sociales (Puhle, 2001:22).

LAS CONDICIONES CULTURALES Y POLÍTICAS


DE LAS DEMOCRACIAS DEFECTUOSAS

Antes de adentrarnos en el concepto señalado, es importante enten­


der de manera un tanto lógica y secuencial que los problemas de
la democracia contemporánea radican en la manera en que la praxis
social los ha venido haciendo suyos y, en muchos casos, cambiando
de ma­nera fehaciente.
Empero, pese a estar viviendo esta fase, el problema se relaciona
con el tipo de democracia que se está instaurando en América Lati­
na, ya que ésta registra una serie de defectos y problemas serios en lo
que Andras Sajo (1999:67) denomina destitución autoritaria (fuer-
temente enraizada en la cultura política latinoamericana), obedecien­
72 GONZALO FARRERA B., SAMANTHA CASTELLANOS L.

do a rasgos ancestrales y a sociedades en donde el poder se concen-


tra de manera particular.
Es entonces cuando resulta necesario descubrir la democracia que
empieza a instaurarse, ya que obedece a una realidad única y ésta se
da en un contexto en el cual el pacto político que antecede a la con­
clusión de la transición democrática no se da, o mejor dicho obede­
ce a un pacto sumamente excluyente; esta condición resulta única en
las experiencias de las transiciones democráticas.
Según el profesor Hans-Jürgen Puhle, el concepto de democra-
cia defectuosa se ocupa de

[…] los regímenes en transformación que no han llegado a la con-


solidación de una democracia liberal que corresponda a los criterios
de la embedded democracy [democracia dentro de sus contextos], pero
que ya no están distantes de la consolidación democrática, como
aquéllas donde la destitución autoritaria y la reforma normativa e
ins­titucional ha sido débil, son regímenes autoritarios por el hecho
de que funciona básicamente como principio el régimen electoral
(Puhle, 2001:78).

La base de la conceptualización de las democracias defectuosas se


realiza a partir de la embedded democracy (Levitsky, 2010), que es otro
concepto con una serie de criterios que varios autores han señala-
do como requisitos para una democracia consolidada, a los que el autor
suma la sociedad civil y el contexto socioeconómico.
De acuerdo con estos criterios y sus fallas o defectos, Levitsky cla­
sifica la democracia defectuosa en cuatro subtipos: democracia exclu-
siva, que es cuando se presentan defectos o violaciones en el régimen
electoral; democracia iliberal, con defectos en las libertades políticas,
en el Estado de derecho y en los derechos humanos y civiles; demo­
cracia tutelada, con fallas en el poder real de gobernar; y finalmen­te la
democracia delegativa, con problemas en el control de poderes.
Con base en estos subtipos de democracias defectuosas, se agru-
paría en la democracia iliberal según lo señalado por Jürgen Puhle; su
mayor defecto estaría en lo concerniente al Estado de derecho, don­
de la corrupción, la impunidad y el tráfico de influencias son las re­
ferencias de todos los modelos democráticos del continente. Casos
como el de Odebrecht nos ilustran la debilidad institucional de la
región, en el cuadro 1 podemos ver sus alcances.
DEMOCRACIAS DEFECTUOSAS EN AMÉRICA LATINA 73
CUADRO 1
PAÍSES INVOLUCRADOS EN EL ESCÁNDALO
DE CORRUPCIÓN ODEBRECHT

Países Continente
Brasil América
Argentina América
Angola África
Colombia América
Ecuador América
Guatemala América
México América
Mozambique África
Panamá América
Perú América
República Dominicana América
Venezuela América
FUENTE: elaboración propia con base en Financial Times (s/f ).

LA GOBERNANZA ELECTORAL EN LA REGIÓN

El término gobernanza viene utilizándose desde la década de 1990


para designar la eficacia, calidad y buena orientación de la interven­
ción del Estado, que proporciona a éste buena parte de su legiti­midad
en lo que a veces se define como una “nueva forma de gobernar” en
la globalización del mundo posterior a la caída del muro de Berlín.
La idea de la gobernanza en términos económicos, pero también
sociales o de funcionamiento institucional, es esencialmente la in­
teracción entre sus distintos niveles, sobre todo cuando se produ-
cen grandes cesiones de competencia hacia arriba (por ejemplo la
integración en la Unión Europea) y hacia abajo. También, y muy
especialmente, la forma de interacción de las administraciones pú­
blicas con el mercado y las organizaciones privadas o de la deno-
74 GONZALO FARRERA B., SAMANTHA CASTELLANOS L.

minada sociedad civil (empresas, patronales, sindicatos y otras), que


no obedecen a una subordinación jerárquica, sino a una integración
en red en lo que se ha denominado “redes de interacción público-
privado-civil” a lo largo del eje local/global.
En la última década la comunidad de investigación y de desa-
rrollo internacional ha realizado esfuerzos para evaluar y medir la
calidad de la gobernanza de los países alrededor del mundo.
Uno de estos esfuerzos para crear una medida de gobernanza que
sirva para comparar los países a escala internacional es el proyecto
Worldwide Governance Indicators (WGI) (indicadores de gober­
nan­za a través del mundo), desarrollado por los miembros del Ban­co
Mundial y del Instituto del Banco Mundial. El proyecto publica
indicadores globales e individuales para más de 200 países en seis
dimensiones de la gobernanza: voz y redición de cuentas, estabilidad
política y falta de violencia, efectividad gubernamental, calidad de
la regulación, Estado de derecho, control de la corrupción y admi-
nistración de justicia.
En la comunidad de naciones, la gobernanza se considera “bue-
na” y “democrática” en la medida en que las instituciones y procesos
de cada país sean transparentes. Las instituciones hacen referencia
a órganos tales como el Parlamento y el Poder Judicial.
Asimismo, la gobernanza también es un instrumento para me-
jorar la gobernabilidad social e institucional. Se hace referencia al
concepto para designar la eficacia, calidad y buena orientación en
la intervención del Estado. Por otra parte, la administración electoral
puede estudiarse como gestión administrativa de las elecciones. La
gestión electoral alude a una serie de actos sucesivos y concatenados,
esbozados por el régimen electoral, que tienen por objeto la desig-
nación de cargos públicos. Por administración electoral entendemos
la actividad gerencial del proceso electoral. Entre esa variedad de
actividades ordenadas en fases, destacan la convocatoria a las elec-
ciones, la inscripción de las candidaturas, la elaboración del padrón
electoral, la campaña política, la formación de juntas electorales, la
jornada electoral, el escrutinio y la declaración formal de los candi­
datos electos.
La gobernanza electoral involucra una comprensión del contex-
to, es decir, del particular flujo de las relaciones de poder en caso
concreto. El concepto de gobernanza ubica a la administración elec­
DEMOCRACIAS DEFECTUOSAS EN AMÉRICA LATINA 75

to­ral en un conjunto de interacciones, formales informales, entre los


agentes estatales y no estatales que participan en un proceso electivo.
Ello equivale a observar a la administración electoral como com­
po­nente de un engranaje sistémico. La gobernanza alude a la capaci­
dad de autocoordinación propia de redes de organizaciones públicas
y privadas, estatales y supraestatales, por lo que, aplicada a las elec­
ciones, entraña cierta aspiración normativa a las propias elecciones
de calidad, al buen gobierno de la gestión electoral. Uno de los re­
quisitos más relevantes de la gobernanza electoral es la efectiva in­
dependencia de los organismos electorales (Picado, 2009); uno de
los problemas más relevantes de los gobiernos en vías de desarrollo
o cuya democracia es calificada como defectuosa, implica una serie
de procesos que involucran la generación de actividades que tengan
una amplia credibilidad frente a la sociedad civil.
La política comparada demuestra que en algunos casos, como
ocurre en algunos países africanos, no se pueden enfrentar los cos-
tos monetarios que implica la instauración de una administración
electoral eficiente.1 México no es el único país que se ha planteado
reformar su sistema de administración electoral; por ejemplo, la elec-
ción presidencial del año 2000 entre los candidatos George Bush
y Al Gore generó una importante polémica debido a que en el es­-
tado de Florida hubo irregularidades que favorecerían al candidato
del Partido Republicano. En este sentido, la profesora Heather Ger­
ken planteó en su libro The Democracy Index: Why our Election Sys­tem
is Failing and How to Fix it (2012), la necesidad de establecer un
índice para evaluar la democracia en cada una de las administracio-
nes electorales de Estados Unidos, consecuencia de la polémica elec­
ción presidencial del año 2000. Por otra parte, el Estado mexicano ha
entrado en un importante periodo de “reformas estructurales” que
tratan de ponerlo al día con respecto a importantes adecuaciones
que corresponden a la globalización y a las pautas internaciona­les, sien­
do la reforma de la administración pública un tema prioritario y ur­

1
Un caso relevante es el de Nigeria, ya que a pesar de contar con las dis-
posiciones constitucionales que permiten tener una administración electoral
ad hoc, en algunas ocasiones no tienen fondos económicos para su materiali-
zación.
76 GONZALO FARRERA B., SAMANTHA CASTELLANOS L.

gen­te. Un paso importante en esta materia ha sido la reforma edu­


­cativa y en un segundo momento la reforma político-electoral.2

EL CASO MEXICANO Y LA GOBERNANZA ELECTORAL

Para entender la democracia en sus diversas aristas, es importante


destacar el rol que juega la autoridad electoral en los procesos demo­
cráticos. En el caso particular de nuestro país, la antigua autoridad
electoral (IFE) ayudó a consolidar en los tres niveles de gobierno la
transición del poder y a dinamizar el sistema de partidos mexicanos.
El 1 de julio de 2012 se llevaron a cabo varias elecciones de índole
federal, estatal y municipal, en donde las fuerzas políticas postula-
ron a sus candidatos; a continuación presentamos la numeralia de
la elección (cuadro 2).

CUADRO 2
NUMERALIA DE LA ELECCIÓN 2012

• Presidencia de la Republica renovable cada seis años.


• 128 senadores. Miembros de la cámara alta del Congreso de la Unión,
tres por cada estado de la federación y por el Distrito Federal, electos
de manera directa y 32 por una lista nacional, todos ellos por un pe­
riodo de seis años que comenzará el 1 de septiembre de 2012.
• 500 diputados federales. Miembros de la cámara baja del Congreso
de la Unión, 300 elegidos por mayoría en cada distrito uninominal y
200 elegidos por un sistema de cinco listas nacionales,  por cada una
de las cinco circunscripciones en las que se divide el país; todos para
un periodo de tres años que comenzará el 1 de septiembre de 2012.
• Seis gobernadores y un jefe de gobierno.
• 579 diputados locales.
• 875 ayuntamientos, 16 jefes delegacionales y 20 juntas municipales.

2
En este sentido, el IFE (ahora INE) implicó un gasto de 15 953 millones de
pesos, representando dos veces el gasto. Por ejemplo, de una de las secretarías
con la burocracia más amplia, la SEP, o dos veces el gasto de la Sedesol, la cual
tiene como función desarrollar y poner en macha los programas sociales.
DEMOCRACIAS DEFECTUOSAS EN AMÉRICA LATINA 77

Por otra parte, la elección presidencial generó la mayor expecta-


tiva de la competencia electoral, a pesar de que la lógica estatal y
municipal tiene su importancia,3 la cultura política mexicana y la
consecuencia de que en nuestro sistema presidencial el ganador se
lleve todo provocó una carrera encarnizada,4 con muchas descalifi-
caciones, escándalos de corrupción y una ola de ejércitos electorales
que apoyarían a los candidatos presidenciales; e incluso las plata-
formas en los niveles federal y local se explicarían atendiendo las
propuestas de los candidatos presidenciales. En el cuadro 3 se pre­sen­
tan los índices de votación que obtuvo cada candidato.
Las transiciones democráticas se han caracterizado por ser conse­
cuencia de diversos factores: 1) la negativa del partido en el poder
a dejar el gobierno; 2) el boicot, resistencia y cuestionamiento de la
autoridad electoral por parte de los partidos de oposición; 3) se presu­
me que la autoridad electoral está a favor del partido en el poder, y
4) el país tiene un fuerte rezago en materia de cultura política (Zapf,
2011).
En este sentido, el IFE ayudó a institucionalizar el tránsito de las
autoridades políticas de los tres niveles de gobierno, así como a con­
cientizar a la ciudadanía de la importancia del voto en la vida pú-
blica y a tratar de modificar gradualmente a la cultura política.
Después de la elección presidencial del año 2012, que tuvo como
consecuencia el regreso del Partido Revolucionario Institucional (PRI)
al gobierno federal, los partidos de oposición propusieron al debate

3
Para Gillingham, la transición política de México fue desarrollándose
desde el ámbito municipal, ya que en un periodo de alrededor de una década en
los años noventa, los partidos de oposición fueron acrecentando los lugares
en donde fueron derrotando al PRI, y la población experimentó la alternancia
local. En este sentido no todo el país pudo experimentar dicho fenómeno, algu­
nos estados, como Veracruz y el Estado de México, mostraron reticencia al
cambio, combinado con algunos patrones de la cultura política parroquial ca­rac­
terística de México (Gillingham, 2012).
4
En el caso particular de los contendientes, Josefina Vázquez Mota, Gabriel
Quadri y Andrés Manuel López Obrador, han pasado a esporádicas aparicio-
nes en medios de comunicación, y en algunos casos en mítines de sus respec-
tivas fuerzas políticas. En el caso particular del político tabasqueño, su delicado
estado de salud ha tenido como consecuencia su baja participación en la es-
fera pública.
78 GONZALO FARRERA B., SAMANTHA CASTELLANOS L.

CUADRO 3

Partido/coalición Candidato Número de votos Porcentaje

PRI, PVEM:
Enrique Peña
Compromiso 19 226 784 38.21
Nieto
por México

PRD, PT,
Movimiento
Andrés Manuel
Ciudadano: 15 896 999 31.59
López Obrador
Movimiento
Progresista

Partido Acción Josefina


12 786 647 25.41
Nacional Vázquez Mota

Gabriel Quadri
Nueva Alianza 1 150 662 2.29
de la Torre

FUENTE: elaboración propia con base en información del IFE. “Proceso electo­
ral 2012”, disponible en <http://www.ife.org.mx/portal/site/ifev2/Estadisti
cas_y_Resultados_Electorales/>.

público la necesidad de reformar las reglas electorales, buscando ma­


yor equidad, imparcialidad en las autoridades electorales de índole
federal y local, así como replantear el paradigma de la ins­titución que
hasta entonces organizaba a las elecciones: el Ins­tituto Federal Elec­
toral.
Por otra parte, la tríada electoral mexicana representaba un
impor­tante gasto dentro del presupuesto federal y, a su vez, sus res­
pectivas réplicas estatales buscaban que se llevaran a cabo, tanto en
el nivel municipal como en el federal, transiciones ordenadas y pací­
ficas del poder.
En algunas entidades federativas se logró una importante evo-
lución ya que, de ser gobernadas originariamente por el PRI, han
pasado a ser gobernadas por los partidos de oposición, pero eso sí,
con una bajísima institucionalización de las fuerzas de oposición.
De alguna manera, sólo el PRI tiene representación partidista en to-
dos los estados, dándose una especie de bipartidismo en donde el PRI
es la constante.
DEMOCRACIAS DEFECTUOSAS EN AMÉRICA LATINA 79

Tanto en el año 2000 como en 2006, la credibilidad y la parciali­


dad de las instituciones electorales, ya sea el IFE o el Tribunal Elec­
toral del Poder Judicial de la Federación, quedaron en duda frente
a la ciudadanía al no aclarar debidamente los topes de campaña, la
propaganda velada y las innumerables irregularidades del proceso
electoral federal, que prácticamente se atribuyen a nuestra idiosin-
crasia electoral.

REFORMA ELECTORAL 2014

La reforma electoral mexicana dio importantes pautas para esta-


blecer un modelo de gobernanza electoral (cuadro 4).

CUADRO 4
REFORMA ELECTORAL 2014

1. Autoridades electorales
2. Régimen de partidos
3. Fiscalización y rebase de tope de gastos de campaña
4. Comunicación política
5. Instrumentos de participación ciudadana

En régimen de gobierno, la novedad es la figura de gobierno de co­


a­lición, por el que podrá optar el presidente en cualquier mo­mento
de su gestión, después de haber firmado un convenio con los par-
tidos políticos y obtenido la aprobación del Senado (artículo 89, frac­
ción XVII). También se refuerza la participación de ambas cámaras
en la ratificación de gabinete, donde la Cámara de Diputados ten­
drá la facultad exclusiva de ratificar al secretario de Hacienda y a sus
empleados mayores, salvo que se opte por un gobierno de coalición
(artículo 74, fracción III) y el Senado, de ratificar a los empleados su-
periores de Relaciones Exteriores, de integrar la lista de candida­tos a
fiscal general de la República y enviarla al presidente, quien a su vez
formará, de entre los propuestos, una terna que presentará al Sena-
do, el cual nombrará al procurador y podrá hacer observaciones a su
remoción, que puede hacer el presidente (artículo 76, fracciones II
y XIII; artículo 102, apartado A, fracciones II y III).
80 GONZALO FARRERA B., SAMANTHA CASTELLANOS L.

En cuanto a la reelección legislativa, los senadores podrán ser elec­


tos hasta por dos y los diputados federales hasta por cuatro periodos
consecutivos. Sin embargo, deberán ser postulados por el mismo
partido, a menos que hayan renunciado a su militancia antes de la
mitad de su mandato (artículo 59). Las entidades federativas debe-
rán regular la reelección de los presidentes municipales, regidores
y síndicos, quienes podrán ser reelectos por un periodo consecutivo,
siempre y cuando el periodo de su mandato no sea mayor a tres años.
También deberán permitir la reelección de los diputados de las le­
gislaturas locales y de la Asamblea Legislativa de la Ciudad de Méxi-
co por hasta cuatro periodos consecutivos. Igual que en el nivel
federal, su postulación deberá ser por el mismo partido, a menos que
haya renunciado a su militancia antes de la mitad del mandato (ar­
tículo 115, fracción I). La reforma se aplicará a los diputados y se-
nadores electos en 2018. En cuanto a los cargos de nivel local, no
será aplicable para los funcionarios que se encuentren en funciones
a la entrada en vigor de la reforma.
En lo que se refiere a las autoridades electorales, modifica de ma-
nera sustancial la estructura y la distribución de la facultad de or-
ganización electoral. En primer lugar, la reforma desaparece al IFE
y en su lugar crea el Instituto Nacional Electoral (INE). La función
básica del INE será organizar las elecciones federales, sin embargo, se
le otorgan también facultades en al ámbito local. En principio, será
una autoridad supervisora y que dé lineamientos para el desarrollo
de los procesos locales (artículo 41, base V, apartado B, incisos a y
b). Adicionalmente, podrá organizar las elecciones de los dirigentes
de los partidos políticos, a petición de los mismos (artículo 41, base
V, apartado B), tendrá a su cargo la verificación del requisito nece-
sario para realizar las consultas populares, así como la organización,
desarrollo, cómputo y declaración de resultados de las mismas
(artículo 35, fracción VIII, numeral ocho) y la tarea de fiscalización
de finanzas de los partidos tanto en el ámbito federal, como local
(artículo 41, base V, apartado B).
Un elemento importante que introduce la reforma es la modi­
ficación de las facultades del INE en cuanto a los procedimientos
sancionadores. A partir de ahora, el INE queda encargado de in­
vestigar las infracciones por presuntas violaciones a la normativa re­-
lativa al acceso a los medios de comunicación y de propaganda, para
DEMOCRACIAS DEFECTUOSAS EN AMÉRICA LATINA 81

integrar el expediente y someterlo al conocimiento y resolución del


Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. El INE po-
drá imponer, entre otras medidas cautelares, la orden de suspender
o cancelar de manera inmediata las transmisiones en radio y tele-
visión, de conformidad con lo que disponga la ley (artículo 41, base
III, apartado D).
El Consejo General del INE tendrá nuevas facultades y podrá,
en los supuestos previstos por la ley, y por el voto de al menos ocho
consejeros:

• Asumir directamente la realización de las actividades propias


de la función electoral que corresponden a los órganos elec-
torales locales.
• Delegar en los órganos electorales locales las atribuciones rela­
cionadas con la organización electoral, sin perjuicio de reasumir
su ejercicio directo en cualquier momento.
• Atraer a su conocimiento cualquier asunto de la competencia
de los órganos electorales locales, por su trascendencia o para
sentar un criterio de interpretación (artículo 41, base V, apar-
tado C).

Se incrementa el número de consejeros electorales a 11 y cambia


el procedimiento de nombramiento del Consejo General. El nuevo
procedimiento prevé una evaluación a cargo de un comité técnico,
aunque el nombramiento será por el voto de las dos terceras partes
de los miembros presentes de la Cámara de Diputados (artículo 41,
base V, apartado A).
La reforma mantiene la existencia de los institutos electorales lo­
cales, aunque con importantes cambios en sus facultades, integración
y nombramiento. A partir de la reforma, todos los consejos gene-
rales de los institutos locales se integrarán por seis consejeros y un
consejero presidente. Su designación y remoción correrá a cargo
del Consejo General del INE, aunque todavía no está previsto un pro­
cedimiento en particular (artículo 41, base V, apartado C). En cuan­
­to a sus facultades, realizarán los escrutinios y cómputos, declaración
de validez y otorgamiento de constancias a los candidatos ganado-
res; realizarán los procedimientos de consultas populares en el ám­
bito local; también estarán encargados de administrar el acceso a
82 GONZALO FARRERA B., SAMANTHA CASTELLANOS L.

las pre­rrogativas de los candidatos y partidos políticos, realizarán las


tareas de educación cívica, preparación de la jornada electoral, im-
presión de documentos y la producción de materiales electorales y,
finalmente, de los resultados preliminares; encuestas o sondeos de
opinión; observación electoral y conteos rápidos; algunas de esas fa­
cultades las desarrollarán conforme a los lineamientos establecidos
por el INE (artículo 41, base V, apartado C).
Para el TEPJF, la reforma mantiene todas sus facultades, añadien-
do una nueva: la de resolver los asuntos que el INE someta a su
conocimiento para la imposición de sanciones por violaciones re-
lacionadas con la propaganda política, electoral y gubernamental,
realización de actos anticipados de campaña y acceso a los medios
de comunicación (artículo 41, base III, apartado D y artículo 99,
base IX).
El régimen de partidos también sufre algunos cambios importan-
tes. Con la reforma, el requisito para mantener el registro se eleva
a rango constitucional y ahora se requiere 3% de la votación válida
emitida en cualquiera de las elecciones que se celebren para la re-
novación del Poder Ejecutivo o de las cámaras del Congreso de la
Unión (artículo 41, base I). Este porcentaje también está relaciona­
do con el acceso a las prerrogativas, la cantidad de votos necesarios
para acceder a éstas se eleva aún más con el cambio en la base sobre
la cual se calcula: anteriormente era de 2% de la votación nacional
emitida (artículo 101, inciso b del Cofipe), mientras que la reforma lo
establece en 3% de la votación válida emitida (artículo 41, base I).
Asimismo, de acuerdo con la reforma, todo partido político que al­
cance al menos 3% del total de la votación válida emitida para las
listas regionales de las circunscripciones plurinominales, tendrá de­re­
cho a que le sean atribuidos diputados según el principio de represen­
tación proporcional (artículo 54, base II).
La reforma de 2014 plantea cambios importantes y ordena la
creación de una Ley General de Partidos Políticos que establezca
un sistema uniforme de coaliciones para los procesos electorales
federales y locales. El cambio más importante es la introducción de
las coaliciones flexibles y la modificación en la definición de la coa-
lición parcial. Las coaliciones flexibles serán para postular al menos
25% de las candidaturas en un mismo proceso electoral federal o
local, bajo una misma plataforma electoral. Por coalición parcial se
DEMOCRACIAS DEFECTUOSAS EN AMÉRICA LATINA 83

entenderá la que establezcan los partidos políticos para postular al


menos 50% de las candidaturas en un mismo proceso electoral fe-
deral o local, también bajo una misma plataforma (artículo segundo
transitorio, fracción I, inciso f ).
En el tema de fiscalización, las nuevas reglas que establece la re­for­
ma en el artículo 41 constitucional y en el segundo transitorio pa­recen
indicar que el nuevo procedimiento de fiscalización de gas­tos de
campaña se estará desarrollando en paralelo a las campañas elec­
torales. El artículo 41, base V, apartado B, penúltimo párrafo, estable­
ce que el INE estará encargado de realizar la fiscalización y vigilancia
durante la campaña, del origen y destino de todos los recursos de
los partidos y candidatos. El ar­tículo segundo transitorio estipula
que la nueva ley electoral que deberá expedir el Congreso estable-
cerá un sistema de fiscalización durante la campaña electoral, que
incluirá los lineamientos de contabi­lidad homogénea para los par­
tidos y candidatos, la cual deberá ser pública y de acceso por me­
dios electrónicos. Además, los partidos podrán optar por realizar
todos los pagos relativos a sus actividades y cam­pa­ñas electorales
por conducto del Instituto Nacional Electoral.
El modelo de comunicación política sufre algunos cambios pun-
tuales. Se introduce una nueva causal de nulidad por compra de
cobertura informativa en radio y televisión (artículo 41, base VI).
El mismo artículo señala que dichas violaciones tendrán que acre-
ditarse de manera objetiva y ser determinantes para el resultado
electoral. La Constitución señala que se considerarán determinan-
tes cuando la diferencia entre los candidatos en el primer y segundo
lugar sea menos de cinco por ciento.
A partir de la reforma de 2014, la Constitución establece ciertas
reglas básicas acerca de las consultas populares, que podrán ser con-
vocadas por el presidente de la República, 33% de los integrantes del
Senado o de la Cámara de Diputados (aunque en esos casos se re­
quiere la aprobación de ambas cámaras), o 2% de los ciudadanos
inscritos en la lista nominal de electores. La organización de las con-
sultas estará a cargo del INE y se deberán llevar a cabo el mismo día
de la jornada electoral federal. Sus resultados serán vinculatorios
cuando la participación ciudadana sea mayor a 40% de los ciuda-
danos inscritos en la lista nominal de electores (artículo 35, fracción
VIII).
84 GONZALO FARRERA B., SAMANTHA CASTELLANOS L.

LA CALIDAD DE LA DEMOCRACIA
Y JUDICIALIZACIÓN DE LA POLÍTICA

A pesar de la popularidad que ha ido adquiriendo, la calidad de la


democracia es una cuestión compleja, que no goza de un consenso
elemental respecto a su definición (Norris, 2005:23).
Ciertamente, este término puede estar asociado a concepciones
muy dispares de democracia: desde aquéllas más “minimalistas”, que
ponen el acento en los procedimientos básicos de una democracia,
hasta aquellas que incorporan mayores exigencias normativas. Ade-
más, aun cuando se parta de una concepción similar de democra­-
cia, puede acudirse a distintos parámetros para analizar su nivel de
calidad.
En estas circunstancias, no resulta extraña la confusión que acom­
paña a una parte de los estudios, lo que es resultado, sobre todo, de
dos factores. El primero es confundir la calidad de una democracia
con el nivel de democratización de un régimen político. Sin embar-
go, los análisis de calidad sólo pueden aplicarse a aquellas socieda-
des que han asumido un mínimo grado de democratización, esto es,
aquellas que cumplen los requisitos elementales de una democracia
(Morlino, 2009:45). Y es que no parece lógico pretender examinar
la calidad de un objeto de cuya existencia, en cierta forma, se duda.
Otra fuente de confusión procede de una débil justificación teórica
de la idea de democracia y de los parámetros de calidad utilizados.
Esto se traduce en problemas como incurrir en un análisis tauto­
lógico de la calidad democrática (o usar un instrumental analítico
inapropiado).
Si bien las aproximaciones conceptuales a la calidad de la demo-
cracia son muy diversas, pueden identificarse tres grandes grupos (cua­
dro 5).
CUADRO 5

Grupo 1. Integra las aproximaciones basadas en una concepción pro-


cedimental de la democracia, inspiradas, sobre todo, en la noción de
poliarquía de Dahl (1997:67). La democracia es concebida como un con­
junto específico de procedimientos que regulan el acceso al poder po­
lítico; en definitiva, como un tipo de régimen político. De acuerdo con
DEMOCRACIAS DEFECTUOSAS EN AMÉRICA LATINA 85
CUADRO 5 (CONTINUACIÓN)

esto, la calidad de la democracia es la “capacidad de aprovechar el po­


tencial único que la poliarquía ofrece en tanto régimen político”.
Este planteamiento facilita a este grupo la operacionalización
y el análisis empírico de la calidad democrática.

Grupo 2. Lo conforman los estudios orientados desde enfoques nor-


mativos, vinculados a diferentes tradiciones de teoría política (liberal,
republicana, etc.). Por ejemplo, desde posiciones democrático-deli­
berativas se reivindica la garantía de la discusión pública como criterio
de calidad de una democracia. Otra diferencia con el grupo anterior es
que sus aportaciones se sitúan fundamentalmente en el terreno refle­xivo.

Grupo 3. Incluye los estudios situados en una posición intermedia


respecto a los grupos 1 y 2. Coinciden con el primero en resaltar la
importancia de los aspectos institucionales básicos de una poliarquía,
pero subrayan que la democracia es “algo más” que un régimen políti-
co, lo que les lleva a incorporar algunos componentes normativos
destacados en el grupo 2, como, por ejemplo, el Estado de derecho. Ello
sin renunciar a un análisis empírico de la calidad democrática.

Como se indicaba antes, no existe un consenso general respecto a


los patrones de análisis de la calidad democrática. El cuadro 5 es ilus­
trativo de diferentes patrones utilizados en algunos trabajos recien-
tes que cuentan con una orientación aplicada (ninguno corresponde
al grupo 2). Se puede apreciar una diferencia notable entre los es-
tudios que parten de una noción más acotada de democracia (gru-
po 1) y los que lo hacen desde otra más amplia (grupo 3): el listado
de criterios es mucho más reducido en el primer caso.
Ante esta diversidad de enfoques conceptuales, el concepto de
poliarquía puede funcionar como un marco general para analizar y
evaluar la calidad democrática, pero que incorpora otro aspecto cla­
ve de la idea de democracia no suficientemente desarrollado en el
concepto de Dahl: el control del poder político (Valadés, 2001:65).
Es cierto que la noción de poliarquía comprende uno de los meca­
nismos de control político por excelencia de una democracia, como
86 GONZALO FARRERA B., SAMANTHA CASTELLANOS L.

lo son las elecciones. Sin embargo, deja de lado otros mecanismos


fundamentales de control, así como la referencia a un marco legal
que trate a los ciudadanos como iguales y ponga límites a la acción
del gobierno y los políticos (el Estado de derecho). Como lo indica
O’Donnell (2011:27), “la democracia no es tan sólo un régimen de­
mocrático sino también un modo particular de relación, entre Es-
tado y ciudadanos y entre los propios ciudadanos, bajo un tipo de
Estado de derecho que, junto con la ciudadanía política, sostiene
la ciudadanía civil y una red completa de rendición de cuentas”.
Sobre la base de esta concepción de democracia, el análisis de la
calidad de las democracias latinoamericanas se centrará en cinco
dimensiones básicas. Tres de ellas son características del concepto de
poliarquía: derechos políticos y libertades civiles, responsiveness y par-
ticipación. Las otras dos hacen referencia a la idea de control del
poder político: Estado de derecho y rendición de cuentas (cuadro 6).

CUADRO 6
DIMENSIONES DE LA CALIDAD DE LA DEMOCRACIA

• Derechos políticos y libertades civiles. Su garantía efectiva resulta necesa­


ria para que los ciudadanos puedan —como es propio de una demo-
cracia— seleccionar a los gobernantes, formular sus preferencias
políticas y trasladarlas a la arena pública.

• Responsiveness. Es la “aptitud —del gobierno— para responder a


las preferencias de los ciudadanos” (Dahl, 1997:13). Las elecciones
constituyen el principal instrumento que permite a los ciudada-
nos transmitir qué políticas desean que se lleven a cabo.

• Participación. La inclusión de la participación como criterio de cali-


dad es una cuestión controvertida. Hay quienes aducen que Dahl se
refiere al derecho y no al nivel de participación, y que esto último
no debería formar parte de una definición de democracia. Otros, en
cambio, sostienen que el nivel de participación es una importante
expresión de salud democrática. Una de las razones es que a mayor
participación, mayor probabilidad de que el gobierno y sus decisiones
representen las preferencias de un extenso número de ciudadanos.
DEMOCRACIAS DEFECTUOSAS EN AMÉRICA LATINA 87
CUADRO 6 (CONTINUACIÓN)

• Rendición de cuentas. En una democracia, el gobierno y los representan­


tes políticos están sujetos a tres tipos de mecanismos que ponen lí-
mites a posibles abusos de poder:
i) Rendición de cuentas vertical: a través de elecciones regulares y
justas; ii) horizontal: a través de ciertas instituciones estatales; iii)
social: a través de diferentes grupos de la sociedad civil o incluso
individuos (O’Donnell, 2009:30).

• Estado de derecho. La calidad de una democracia también se mide por


la existencia de un sistema legal que hace efectivos los derechos
políticos, las libertades civiles y los mecanismos de rendición de
cuentas. Sin un vigoroso Estado de derecho, defendido por un po­der
judicial independiente, la igualdad y la dignidad de los ciudada­nos
están en riesgo (O’Donnell, 2009:32).

En algunas ocasiones resulta difícil delimitar con precisión las


fronteras entre unas dimensiones y otras. Por ejemplo, uno de los
mecanismos de rendición de cuentas, el horizontal, trata de mate-
rializar el principio de separación de poderes propio del Estado de
derecho y, por tanto, podría considerarse como parte de este último.
En realidad, todas estas dimensiones, tal como la literatura ha seña-
lado, se encuentran interrelacionadas de forma teórica y empírica.
La investigación empírica de la calidad democrática en América
Latina ha puesto de manifiesto una amplia diversidad de maneras de
operacionalizar y medir este concepto.
De una forma general, pueden identificarse tres planteamien-
tos metodológicos. El primero se basa en métodos cualitativos. Un
ejem­plo es la iniciativa de auditoría ciudadana de calidad democráti­
ca de Costa Rica. En ella no se parte de ninguna teoría para esta­ble­
cer los estándares de calidad, sino que se fijan a partir de diversos
espa­cios de consulta y debate ciudadanos. En esos espacios se eva­
lúa también el estado de la democracia del país en relación con los
estándares de calidad acordados.
Una segunda forma de medir la calidad democrática es a través de
indicadores cuantitativos. Hay dos procedimientos fundamentales:
88 GONZALO FARRERA B., SAMANTHA CASTELLANOS L.

uno es recurrir a uno de los indicadores disponibles de democracia


y utilizarlo como indicador de calidad. Por ejemplo, la garantía de
derechos políticos y libertades civiles de Freedom House (Main-
waring y Pérez-Liñán, 2008:50). El otro procedimiento consiste en
construir un indicador agregado. Para ello, en ocasiones se diseña
un índice de calidad, combinando y ponderando indicadores ya exis­
tentes (Levine y Molina, 2007:45). Otras veces se realiza un análi-
sis factorial de una serie de indicadores para encontrar un factor
subyacente, que es tomado como indicador de calidad democrática.
Finalmente, otros estudios parten de una selección de indicado-
res cuantitativos para examinar por separado diferentes dimensiones
de calidad democrática. Este análisis lo complementan con informa­
ción cualitativa específica (procedente de análisis de documenta­ción,
entrevistas a expertos, etc.). Este planteamiento es característico de
análisis de un número reducido de casos.
Comenzando por los factores estructurales, cabe destacar espe-
cialmente tres. En primer lugar, se ha destacado que el nivel de desa­
rrollo de un país favorece la calidad de su democracia. En particular, se
ha resaltado la importancia del nivel de modernidad de la estructu-
ra socioeconómica y del nivel de desarrollo económico (Mainwaring
y Pérez-Liñán, 2008:51). Como sabemos por la investigación so-
bre democracia y desarrollo, las relaciones entre ambas cuestiones
son complejas y están sujetas a serios problemas de endogeneidad.
Determinar, pues, cuál es la causa y cuál el efecto de la relación
desarrollo-calidad democrática no es fácil y, de momento, no ha
sido resuelto de forma satisfactoria en la literatura sobre calidad
democrática. Otro factor estructural al que se acude con frecuencia
es la desigualdad económica. La idea es que una elevada polarización
económica es desfavorable para la calidad democrática, entre otras
razones porque las elites de sociedades desigualitarias son muy rea­
cias a medidas de profundización democrática que hagan peligrar su
situación privilegiada. Por ejemplo, numerosos estudios han atri-
buido el fracaso de Brasil en garantizar los derechos ciudadanos y
el Estado de derecho a una “herencia de desigualdad brutal”. Al-
gunas investigaciones han evidenciado que las sociedades con baja
fragmentación etnolingüística cuentan con democracias de mayor
calidad —y viceversa (Mainwaring y Pérez-Liñán, 2008:56). Uno
de los argumentos que se aduce es que en las sociedades heterogé-
DEMOCRACIAS DEFECTUOSAS EN AMÉRICA LATINA 89

neas es común que los grupos que acceden al poder desarrollen polí­
ticas para perjudicar a los grupos perdedores.
Una segunda explicación del nivel de calidad democrática tiene
que ver con la experiencia democrática de un país. Se trata de una
idea procedente de la investigación sobre el origen y/o el manteni-
miento de la democracia y que pone el acento en el aprendizaje po­
lítico de cada país.
Diversos estudios han trasladado esta idea al análisis de la calidad
de las democracias latinoamericanas y han constatado el impacto
positivo del pasado democrático en el nivel de calidad. Al margen
de estos factores endógenos, algunos autores han planteado que la
calidad de una democracia podría ser explicada también por facto-
res exógenos, concretamente por la influencia política de países ve­
cinos. La calidad democrática sería, así, el resultado de un proceso
de difusión o contagio institucional. No obstante, en su análisis tal
influencia no resulta significativa.
Un tercer bloque de explicaciones dirige la atención hacia las ins­
tituciones políticas. En especial, se ha resaltado que la presencia de
un sistema de partidos con débil nivel de institucionalización tiene
consecuencias perjudiciales para la calidad democrática. Los argu-
mentos esgrimidos son muy diversos, pero conviene resaltarlos: por
un lado, un sistema de partidos débilmente institucionalizado
plantea problemas para la representación electoral, en la medida en
que se hace más fácil el acceso al poder de políticos outsiders o “anti­
partidistas” que —como la experiencia ha mostrado en muchos ca­
sos— entrañan riesgos para la calidad democrática —tendencia a
rehuir de mecanismos de control, a establecer medidas populistas
y de corto plazo, etc. (Farrera, 2016:22).
El último grupo de explicaciones es de índole sociocultural. En
ocasiones se atribuye la baja calidad democrática a la supervivencia
de rasgos de una cultura autoritaria, pero sin explicar de dónde sur­
gen estos rasgos y las razones de su persistencia Otra variable so-
ciocultural a la que se acude es la confianza interpersonal o, en un
sentido más amplio, el concepto de capital social de Putnam (1993).
Se sostiene que la presencia de relaciones y redes sociales sustenta-
das en la cooperación y en la confianza interpersonal favorece la
calidad democrática; algunos autores dan varios argumentos al res­
pecto: el capital social ayuda a fortalecer la responsabilidad demo-
90 GONZALO FARRERA B., SAMANTHA CASTELLANOS L.

crática, en la medida en que permite a los ciudadanos informarse y


debatir sobre asuntos colectivos; ayuda también a reducir divisiones
y enfrentamientos entre los colectivos sociales.
Siguiendo a Norris (2014:54), la calidad de la democracia como
patrón administrativo tiene una importante relevancia ya que el tra­
tar de estandarizar las prácticas de carácter administrativo electoral
en la gran mayoría de países, y sobre todo en aquéllos en donde las
prácticas democráticas no se han asentado durante los últimos 20
años, nos da la pauta de que es necesario reflexionar acerca de los
factores en los cuales el desarrollo de las instituciones democráticas ha
generado un importante proceso de mutación debido a la variable
cultural. En este sentido, la transformación de las instituciones de
índole electoral desde el punto de vista centralista a uno de carácter
plural puede ser el primer paso para que se pueda dar mayor certe-
za y credibilidad a las instituciones administrativas electorales.
En este sentido, otra importante variable en esta dinámica es la
judicialización de la política; ésta se ha dado en los Estados constitu­
cionales proponiendo nuevas formas de solucionar sus conflictos,
ya sea entre poderes formales, de índole federal y local, así como en
el ámbito municipal. Esta forma de racionalizar el conflicto social
ha generado una lógica muy importante que, desde el paradigmá-
tico caso Madison versus Marbury, ha dado a la supremacía consti­
tucional la relevancia que merece. La independencia judicial viene
a darle un nuevo rol al papel de los tribunales constitucionales, ya
que sobre todo en nuestro continente eran simples apéndices del
Poder Ejecutivo en turno. En este escenario era impensable que los
tribunales se opusieran a las “extravagancias políticas” de los ejecu-
tivos.
La judicialización de la política destaca el papel de los jueces pues
implica someter a la razón los predicamentos de los partidos políti­
cos, cuestiones de política pública y controversias del orden político,
lo cual es uno de los fenómenos más importantes durante los gobier­nos
de la última década del siglo XX y la primera de este siglo.
Tanto los sistemas judiciales, como el estadounidense, con una
tradición de 200 años, hasta las cortes de los países recientemente
democratizados, se sujetan al control de constitucionalidad y al res­
peto al Estado de derecho; además existe una tendencia global y
regional por parte de los tribunales y cortes de derechos humanos en
DEMOCRACIAS DEFECTUOSAS EN AMÉRICA LATINA 91

establecer el respeto a las libertades cívicas, así como a diversos as­


pectos de la vida contemporánea.
Además, en el ámbito político las cortes han tomado un papel
trascendental en la vida humana, esto además explica cómo los tri­
bunales ahora deciden las cuestiones más relevantes de los regímenes
democráticos. Muchos casos, como el recuento de votos en la elec-
ción estadounidense en 2000 o la elección mexicana del año 2006, la
guerra de Chechenia, los problemas del posautoritarismo en Amé­rica
Latina, los problemas posapartheid en Sudáfrica, la secularización
e ilegalización de partidos políticos en Turquía, la explicación del
Estado judío como un Estado democrático o los intentos de separa-
ción de Quebec y el Sahara, son algunas cuestiones trascendentales
para la judicialización de la política en palabras de Gustavo Zagre-
belsky, las decisiones más trascendentes de las sociedades son so-
metidas a la “aristocracia del saber”, o sea los juristas.
A pesar de esta tendencia global, algunos sectores de la academia
han sido escépticos y optan por argumentos clásicos como el de Carl
Schmitt, en donde lo político se debe seguir decidiendo dentro de
la misma política, pero algunos teóricos contemporáneos como
Hirsch (2002:345) nos indican que la judicialización de la política
obedece a dos tendencias de una convergencia global: la suprema-
cía constitucional y el reconocimiento y adopción de los derechos
humanos por parte de los Estados contemporáneos. Por otra parte, a
la judicialización de la política se le atribuye un significado negati­vo
para referirse a varios fenómenos de índole distintita: la politización
del ámbito judicial,5 esta última es una de las ideas mayormente
asociadas al término, el activismo judicial, la jurisprudencia de inte­
reses, y en el caso de los países anglosajones los denominados Ju-
dicial Appointments.
Por judicialización de la política entenderemos los procesos que
se encuentran interrelacionados; en el nivel más abstracto encon-
tramos la divulgación o propagación del contenido de las normas

5
Como podemos observar, en el artículo publicado por el diario El País,
se utiliza el concepto de “judicialización de la política” como sinónimo de “la
po­litización del ámbito judicial”, disponible en <http://elpais.com/diario/
2007/ 02/20/paisvasco/1172004003_850215.html>, consultado el 18 de febre­
ro de 2012.
92 GONZALO FARRERA B., SAMANTHA CASTELLANOS L.

jurídicas en una sociedad, o cultura de la legalidad, en donde los


procesos paralegales han dado paso a la institucionalización de la
vida social; la judicialización es un proceso en el cual la ley captura
al mundo social, de la cultura popular y de la apropiación de los
conflictos sociales. Este tipo de juridificación de la vida humana ha-
bía sido conceptualizada por sociólogos como Emilie Durk­heim con
la frase “del estatus al contrato”, o el célebre Max Weber, quien ha-
cía hincapié en el surgimiento de un formal, pero ambiguo y ra­cio­nal,
sistema legal en las sociedades de Occidente.
Un segundo aspecto, de carácter más concreto, de la judiciali­za­
ción de la política, es la expansión del poder de los jueces y las cor­­tes
en la sociedad, los cuales determinan los alcances de lo que tienen
permitido o prohibido los habitantes de un Estado, así como el
control del poder en diversos ámbitos ya sea el de la administración
pública, el legislativo o de organismo de carácter autónomo reco-
nocidos constitucionalmente, en donde se puede poner en jue­go
la competencia de actuación de los organismos estatales, así como lo
referente a las libertades civiles clásicas, varios aspectos de los dere­
chos de índole privado y las colisiones entre el ámbito constitu­cio­
nal con el privado. En este último punto, el constitucionalismo ha
rede­finido los alcances de los derechos humanos con respecto a la
actuación de índole gubernamental. Otro aspecto de la judi­ciali­za­
ción de la política, según el profesor Ran Hirsch, es la proliferación
de dependencias pertenecientes al Poder Ejecutivo (administra-
ción pú­blica), consecuencia del Estado de bienestar es la expansión
de los pro­cesos de corte jurisdiccional-administrativo, que permite a
los ciudadanos defenderse sobre algún exceso o detrimento en la es­
fera patrimonial de los gobernados. En todos los ámbitos de la esfera
jurídica existen procesos de revisión judicial, que además se rigen por
principios como la equidad procesal, transparencia, rendición de
cuentas, por parte de los miembros de la administración pública que
garantizan al gobernado no ser lesionado en su esfera jurídica; por lo
tanto, la judicialización es un tipo dominante del mismo sistema ju­
rídico que desde los procesos del orden civil hasta los del orden pe-
nal, e incluso hasta áreas como la salud, la recaudación de impues­tos
y las relaciones laborales, somete a la justicia las relaciones so­cia-
les; la judicialización de segundo tipo implicaría el control y los al­
cances de las políticas públicas a favor de los gobernados. Asimismo,
DEMOCRACIAS DEFECTUOSAS EN AMÉRICA LATINA 93

como desde hace dos décadas, la proliferación de la judicialización


ha alcanzado el ámbito internacional con la creación de numero-
sas cortes, paneles y organismo de arbitraje, comisiones de derechos
humanos, etcétera.
Uno de los ejemplos más notorios puede ser el de la Corte Eu-
ropea de Justicia, la cual interpreta los alcances jurídicos de los
tratados de la Unión Europea, que ha creado un enorme cuerpo de
legislaciones del segundo orden que establecen las pautas jurídi-
cas de esa comunidad transnacional. Asimismo, la Corte Europea de
Derechos Humanos, brazo legal del Consejo de Europa, es la que
tiene la última decisión en el ámbito de los derechos humanos de
los habitantes del continente en cuestión. Una tercera clase de ju-
dicialización de la política sería la referente a las cuestiones tras-
cendentales de una sociedad, controversias políticas que pasan al
ámbito jurídico, esperando que la razón de los jueces asista a los con-
­flictos en el entramado del poder en una sociedad. En palabras de
Luhmann en su obra Macht (1975:55), esta judicialización de la
política implica a su vez una subdivisión de la misma en judicializa­
ción de los procesos electorales, del control de constitucionalidad, de
lo que se conoce en la teoría de la constitución como “las decisiones
políticas fundamentales”; uno de los dilemas de esta judicialización
de la política es la relación entre los diversos poderes de un Estado.

LA JUDICIALIZACIÓN DE LA POLÍTICA EN AMÉRICA

El ámbito judicial somete a las cuestiones políticas cuando colisio-


nan con el contenido de la constitución o con los derechos huma-
nos. Esto ha tenido como consecuencia la transformación de las
cortes o tribunales constitucionales en el balance del sistema polí-
tico de sus respectivos países. Algunos autores, como el profesor de
la Universidad de Toronto, Ran Hirsch, se refieren a este proceso
como la transición hacia la “juristocracia” (cuadro 7).

LA JUDICIALIZACIÓN DE LA POLÍTICA EN MÉXICO

Ya en 1993 se inició un grupo de reformas de la Constitución Po­


lí­tica de los Estados Unidos Mexicanos y del Código Federal de
Insti­tu­ciones y Procedimientos Electorales, buscando dar nuevas fa­
94 GONZALO FARRERA B., SAMANTHA CASTELLANOS L.

CUADRO 7

Sala
constitucional,
Tribunales y Salas
entidad ponente
cortes dentro constitucionales
Países con competencias
o fuera del dentro de las
de casación
Poder Judicial cortes supremas
o acciones de
amparo
Guatemala ü
Chile ü
Perú ü
Ecuador ü
Colombia ü
Bolivia ü
Costa Rica ü
El Salvador ü
Paraguay ü
Honduras ü
Venezuela ü ü
México ü
Brasil ü
Perú ü
Colombia ü
FUENTE: elaboración propia con base en la OEA.

cultades al Tribunal Federal Electoral, en donde se destacan las


reformas constitucionales del 3 de septiembre de 1993, la cual
modificó los artículos 41, 54, 56, 60, 63, 74 fracción I y 100 de la
Constitución.
La reforma consistió en las siguientes disposiciones (cuadros 8
y 9).
DEMOCRACIAS DEFECTUOSAS EN AMÉRICA LATINA 95
CUADRO 8
REFORMA CONSTITUCIONAL DE 1993

• Integración y periodos de sesiones de las cámaras del Congreso de


la Unión.
• Desaparición de los colegios electorales de las cámaras de Diputados
y Senadores.
• Facultades al IFE para declarar la validez de las elecciones de dipu-
tados y senadores en cada uno de los distritos electorales uninomi-
nales y en cada una de las entidades federativas.
• Posibilidad de que la declaración de validez de diputados y senadores
sea impugnada ante las salas del Tribunal Federal Electoral.
• Reconocimiento del Tribunal Federal Electoral como un órgano
autónomo y máxima autoridad jurisdiccional en materia electoral.
• Reconocimiento del Tribunal Federal Electoral como un órgano
autónomo y máxima autoridad jurisdiccional en materia electoral.
• Ratificación de la competencia del tribunal para resolver en forma
definitiva e inatacable las impugnaciones que se presenten en mate­
ria federal electoral.
• Incorporación del Poder Judicial para garantizar la debida integra-
ción del tribunal.
• Ampliación sustancial de la jurisdicción del tribunal.
• Fortalecimiento de la estructura orgánica del tribunal y creación de
una nueva sala denominada de “segunda instancia” con cuatro miem-
bros de la Judicatura Federal y el presidente del Tribunal Federal
Electoral, quien la preside.

FUENTE: elaboración propia con base en la OEA.

CUADRO 9
ESTRUCTURA ACTUAL Y FACULTADES DEL TRIBUNAL FEDERAL
ELECTORAL DEL PODER JUDICIAL DE LA FEDERACIÓN

• El Tribunal Electoral será, con excepción de lo dispuesto en la


fracción II del artículo 105 de esta Constitución, la máxima autori-
dad jurisdiccional en la materia y órgano especializado del Poder
Judicial de la Federación.
96 GONZALO FARRERA B., SAMANTHA CASTELLANOS L.

CUADRO 8 (CONTINUACIÓN)

• Para el ejercicio de sus atribuciones, el Tribunal funcionará en forma


permanente con una Sala Superior y salas regionales; sus sesiones
de resolución serán públicas, en los términos que determine la ley.
Contará con el personal jurídico y administrativo necesario para su
adecuado funcionamiento.

• Al Tribunal Electoral le corresponde resolver en forma definitiva e


inatacable, en los términos de esta Constitución y según lo dispon-
ga la ley, sobre:
I. Las impugnaciones en las elecciones federales de diputados
y senadores;
II. Las impugnaciones que se presenten sobre la elección de Presi-
dente de los Estados Unidos Mexicanos que serán resueltas en
única instancia por la Sala Superior.
Las salas Superior y regionales del Tribunal sólo podrán declarar
la nulidad de una elección por las causales que expresamente se
establezcan en las leyes.
La Sala Superior realizará el cómputo final de la elección de Pre­
sidente de los Estados Unidos Mexicanos, una vez resueltas las
impugnaciones que se hubieren interpuesto sobre la misma, proce-
diendo a formular, en su caso, la declaración de validez de la elección
y la de Presidente Electo respecto del candidato que hubiese obte-
nido el mayor número de votos.

• Las impugnaciones de actos y resoluciones de la autoridad electoral


federal, distintas a las señaladas en las dos fracciones anteriores, que
violen normas constitucionales o legales.

• Las impugnaciones de actos o resoluciones definitivos y firmes de


las autoridades competentes de las entidades federativas para orga-
nizar y calificar los comicios o resolver las controversias que surjan
durante los mismos, que puedan resultar determinantes para el
desarrollo del proceso respectivo o el resultado final de las elecciones.
Esta vía procederá solamente cuando la reparación solicitada sea
material y jurídicamente posible dentro de los plazos electorales y
sea factible antes de la fecha constitucional o legalmente fijada para
la instalación de los órganos o la toma de posesión de los funciona-
rios elegidos.
DEMOCRACIAS DEFECTUOSAS EN AMÉRICA LATINA 97
CUADRO 8 (CONTINUACIÓN)

• Las impugnaciones de actos y resoluciones que violen los derechos


político electorales de los ciudadanos de votar, ser votado y de afi-
liación libre y pacífica para tomar parte en los asuntos políticos del
país, en los términos que señalen esta Constitución y las leyes. Para
que un ciudadano pueda acudir a la jurisdicción del Tribunal por
violaciones a sus derechos por el partido político al que se encuentre
afiliado, deberá haber agotado previamente las instancias de solución
de conflictos previstas en sus normas internas, la ley establecerá las
reglas y plazos aplicables.

• Los conflictos o diferencias laborales entre el Tribunal y sus servi-


dores.
• Los conflictos o diferencias laborales entre el Instituto Federal Elec­
toral y sus servidores.
• La determinación e imposición de sanciones por parte del Instituto
Federal Electoral a partidos o agrupaciones políticas o personas
físicas o morales, nacionales o extranjeras, que infrinjan las disposi-
ciones de esta Constitución y las leyes.

• IX. Las demás que señale la ley.


• Las salas del Tribunal Electoral harán uso de los medios de apremio
necesarios para hacer cumplir de manera expedita sus sentencias y
resoluciones, en los términos que fije la ley. Sin perjuicio de lo dis-
puesto por el artículo 105 de esta Constitución, las salas del Tri­-
bunal Electoral podrán resolver la no aplicación de leyes sobre la
materia electoral contrarias a la presente Constitución.

FUENTE: “Informe del libro blanco del TEPJF” (2010).

LA ELECCIÓN DEL AÑO 2006

Durante el periodo que abarcaba del 7 al 10 de julio, los partidos


políticos pudieron promover ante los consejos distritales del IFE
juicios de inconformidad por los resultados. Hasta el 13 de julio a
las 17 horas, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación
(TEPJF) había sido notificado de un total de 359 avisos de juicios de
inconformidad, de los cuales 227 fueron promovidos por la co­ali-
98 GONZALO FARRERA B., SAMANTHA CASTELLANOS L.

ción Por el Bien de Todos (PRD-PT-Convergencia), 131 por el PAN


y por la Alianza por México (PRI-PVEM). La resolución de cual­quier
inconformidad la haría el TEPJF a más tardar el 31 de agosto, el jui-
cio madre de la coalición Por el Bien de Todos estaba en manos del
TEPJF, cuyo presidente era el magistrado Leonel Castillo González.
Aunque se recibieron impugnaciones, los consejos distritales de­ben
enviar los paquetes electorales al TEPJF para que valide las elec­ciones.
El proceso finalizará el 6 de septiembre, cuando el TEPJF realice el
cómputo final de los votos y declare la validez de las elecciones, re­
solución que es enviada a la Cámara de Diputados para que publi-
que el nombre del nuevo presidente. En caso de que se anulen las
elecciones, el Congreso de la Unión tendría que nombrar un pre-
sidente interino, quien a su vez convocaría a elecciones en un plazo
no mayor a un año.
En sesión pública el 5 de agosto, el Tribunal Electoral del Poder
Judicial de la Federación rechazó la petición de la coalición Por
el Bien de Todos de realizar un nuevo escrutinio y cómputo de la
totalidad de los votos. Además, determinó la apertura y el recuento
de votos en “aquellas casillas cuyas actas presentaron inconsistencias
en rubros fundamentales del acta respectiva, específicamente re­la­
cionados con los votos recibidos en las casillas impugnadas, o cuan­
do se advirtieron inconsistencias en aquellos rubros relacionados
con boletas recibidas o sobrantes” [7], lo que significa la apertu­ra
de 11 839 paquetes electorales, que representan 9.07% del total de
casillas instaladas. El recuento de los votos en estas casillas comenzó
el miércoles 9 de agosto y no se detendría hasta concluir el domin-
go 13 de agosto. El sábado 5 de agosto, el TEPJF se reunió en sesión
pública para pronunciarse sobre las solicitudes de López Obrador,
quien alegaba irregularidades y pedía un recuento total de votos. Los
siete magistrados votaron por unanimidad que había su­ficiente justi­
ficación legal para ordenar un recuento en sólo 11 839 urnas en 155
distritos (9.2% del total), por lo tanto, se rechazó la demanda pú-
blica del PRD de que todos los votos y las urnas fueran objeto de un
recuento.
El tribunal basó su decisión de un recuento parcial en el hecho
de que, a pesar de la demanda pública de un recuento general o
“vo­to por voto”, el partido de López Obrador presentó demandas
legales para menos de 44 mil mesas electorales, o menos de 34%.
DEMOCRACIAS DEFECTUOSAS EN AMÉRICA LATINA 99

Por lo tanto, legalmente, sólo los 44 mil puestos de votación se con­si­


deraron polémicos por el tribunal.
Posteriormente se revisaron y desahogaron los 364 juicios de in-
conformidad (231 de la coalición Por el Bien de Todos y 133 del
PAN). Al concluir esta etapa se realizó el cómputo final de la elec­ción
presidencial, y se elaboraron las declaraciones de validez de la elec-
ción y de presidente electo, la cual se hizo el día 5 de septiembre de
2006.

LAS IRREGULARIDADES DE LA ELECCIÓN DE 2012 Y EL BALANCE


DE LA JORNADA ELECTORAL POR PARTE DEL TEPJF

En su escrito de demanda, la Coalición Movimiento Progresista soli-


citó la nulidad de la elección de presidente de la República por con­
siderar que se violaron diversos principios constitucionales rec­tores
de la materia electoral. Las irregularidades que adujo este mo­vi-
miento en su demanda, mismas que fueron atendidas, se aglutinaron
en 11 temas:
1) Adquisición encubierta de tiempos en radio y televisión. En este
apartado se abordó lo relativo a la promoción personal y propa­-
ganda encubierta en Televisa y Radio Fórmula, así como la co­bertura
tendenciosa en Organización Editorial Mexicana y en la revista
Quién. Lo relativo a Televisa fue objeto del SUP-RAP-427/2012, y
mientras que, en cuanto a Radio Fórmula, Organización Editorial
Mexicana y Quién, no se advierte alguna adquisición indebida, ni
que se hubiera cambiado la línea editorial de los medios de comu-
nicación para favorecer a Enrique Peña Nieto.
2) Sesgo informativo según monitoreo realizado por la UNAM. Versó
sobre la cobertura del evento en la Universidad Iberoamericana,
la falta de monitoreo de las barras de opinión y la relación entre el
desequilibrio informativo y la votación. No se advierte que hubiera
algún sesgo informativo favorable a EPN, ni se aportaron pruebas
suficientes que de que sí existió alguna preferencia en favor de dicho
candidato. También se debe considerar que las barras de opinión
no fueron objeto de monitoreo, pues así se estableció por el IFE en
el acuerdo CG412/2012, mismo que no fue impugnado.
Indebida fundamentación y motivación a las peticiones de Andrés
Manuel López Obrador, y mayor tiempo para el Movimiento Pro-
100 GONZALO FARRERA B., SAMANTHA CASTELLANOS L.

gresista en pautas de radio y televisión. Ambos temas fueron mate­


ria de medios de impugnación, SUP-JDC-1696/2012 y SUP-RAP-578/
2012, respectivamente. La asignación de tiempos en radio y televi-
sión obedeció a las reglas establecidas en el Código Federal de Ins­
tituciones y Procedimientos Electorales.
Falta de reglamentación del derecho de réplica. No existe impo-
sibilidad jurídica para que los partidos políticos y sus candidatos lo
ejerzan.
Situación de los medios de comunicación y la libertad de expre-
sión en México. El diseño constitucional brinda garantías especí-
ficas a la libertad de expresión y al derecho a la información, lo cual
no se acredita que haya sido ineficaz durante el proceso.
3) Uso indebido de encuestas y estudios de opinión como propaganda
electoral. La encuesta Milenio/GEA-ISA incumplió con entregar los
criterios exigidos por el IFE. La encuesta sí cumplió con los crite-
rios del IFE según se señala en el acuerdo CG388/2012, apegán­dose
a los lineamientos establecidos en el CG411/3022; se entregaron estu-
dios completos.
4) Encuestas simuladas son propaganda electoral. No se acreditó
que las encuestas incumplieran con los lineamientos legales, por
lo que no se puede afirmar que fueran simuladas.
Falta de transparencia de quienes patrocinaron las encuestas. En
la gran mayoría de los casos se informó y transparentó el dato rela­
tivo al patrocinador de las encuestas, en aquellos que no se hizo no
fueron señalados por el Movimiento Progresista en su demanda.
5) Manipulación por difusión diaria de encuestas electorales. La di­
fusión diaria de las encuestas no necesariamente implica que se cree
una percepción de que la persona que se encuentra al frente de las
preferencias será el ganador. No es posible advertir que a partir de
la difusión diaria de la encuesta se hubiera inducido a los electo-
res. Tampoco se acredita algún sesgo en concreto, únicamente que
los resultados no fueron coincidentes con lo señalado en las encuestas.
6) Financiamiento encubierto: caso Monex. Contratación con Fron­
tera Televisión Networks. Se abordó lo relativo al contrato entre
GM Global Media, Jiramos y Frontera para difundir la imagen de
EPN en Estados Unidos, la transferencia de 56 millones de dólares
a una cuenta de Jiramos en Banco Monex y el contrato entre Intel­
media y Servi­cios Integrales del Sector Agropecuario del Sector Civil.
DEMOCRACIAS DEFECTUOSAS EN AMÉRICA LATINA 101

Se señala que de la información de la queja enviada por la Unidad de


Fiscalización no se advierten elementos que corroboren lo afirma-
do por Movimiento Progresista, tampoco se acreditó vínculo alguno
con la supuesta transferencia, en todo caso, se estima que el último
de los contratos citados únicamente genera un indicio para revelar
que se celebró un contrato entre dichas empresas.
Otras personas vinculadas con el financiamiento. Respecto a Gru­
po Koleos y Grupo Empresarial Tiguan, se señala que tienen un
vínculo con Comercializadora Atama y que han hecho depósitos
en su cuenta en Banco Monex. De Comercializadora Atama seña-
la que celebró un contrato con Rodrigo Fernández Noriega para
realizar depósitos a Grupo Comercial Inizzio en la cuenta de Banco
Monex. De Rodrigo Fernandez Noriega se señala que fue manda-
tario de Comercializadora Atama.
Financiamiento a través de Banco Monex por Inizzio y Efra. Está
acreditada la entrega de tarjetas Monex a representantes del PRI en
Guanajuato, pero no hay elementos que permitan advertir que dicha
distribución se hizo con objeto de vulnerar la libertad del voto a fin
de comprar sufragio a favor de Enrique Peña Nieto.
De los elementos que obran en los expedientes de las quejas, no
se advierte que se hubieran efectuado operaciones económicas con
Inizzio y Efra para que operadores del PRI compraran y coacciona-
ran el voto. Tampoco se demostró que la aplicación de los recursos
recibidos en Guanajuato beneficiara a EPN, en virtud de que no se
demuestra que sus representantes hubieren actuado a fin de movi-
lizar el voto.
7) Distribución de tarjetas Soriana. Existencia de tarjetas Soriana.
Se tiene acreditada la existencia de 5 711 tarjetas de Soriana, sin
que su sola existencia implique que se hayan repartido entre ciuda-
danos que votaron a favor de EPN. Presión o coacción del electo­-
rado mediante la distribución de las tarjetas. Las pruebas no son
suficientes para tener por acreditado que se hubieren repartido las
tarjetas Soriana a fin de que los ciudadanos votaran a favor de EPN.
El video aportado no es suficiente para acreditar que las tarjetas fue­
ron desactivadas, o que la gente que las poseía realizó compras de
pánico con el temor de que les desactivaran las tarjetas. Aportación
de empresas mercantiles. Las pruebas no son suficientes para tener
por acreditada la relación contractual entre Soriana y la Coalición
102 GONZALO FARRERA B., SAMANTHA CASTELLANOS L.

Compromiso por México, sin que sea suficiente lo manifestado por


el representante legal de Soriana en el sentido de que en julio de
2011 celebraron un convenio con el PRI para otorgar beneficios en
Nuevo León a los tenedores de una tarjeta de este tipo, pues con ello
sólo se prueba la existencia del convenio para otorgar beneficios a
500 mil tenedores de tarjetas Soriana en Nuevo León, sin que las
características de dichas tarjetas correspondan a las aportadas por
Movimiento Progresista.
Relación entre Soriana y gobiernos priístas. No se encuentra
acreditado que la relación contractual entre Soriana y 11 gobiernos
estatales, así como un ayuntamiento, haya tenido como objeto la
distribución de tarjetas entre la ciudadanía a cambio de que votaran
a favor de EPN. Aunado a que en la queja que se sigue ante el IFE,
14 entidades señalan que no guardan relación contractual con So-
riana entre 2011 y 2012.6
8) Gastos excesivos en campañas de publicidad y aportaciones de
empresas mercantiles. Aportaciones de empresas mexicanas de carác­
ter mercantil. Tarjeta Premiun Platino. Movimiento Progresista sólo
precisa los sujetos que recibieron el beneficio de las aportaciones en
la tarjeta, sin señalar quién hizo dichas aportaciones y la razón para
considerar que tienen la calidad de empresa mexicana mercantil.
Aunado a que en la queja Q-UFRPP-144/2012 se impuso una sanción
al PVEM de 3 340 800.15 de pesos, con motivo de la distribución
de dicha tarjeta, la cual fue confirmada mediante SUP-RAP-353/2012,
sin que de ello se advierta que existieron aportaciones o donaciones
en di­nero o en especie.
Tarjeta La Tamaulipeca. De los autos de la queja Q-UFRPP147/
2012 no se advierte que existió una aportación o donación de algu-
na per­sona moral, ya que sólo se desprende que existe una supuesta
en­trega que hizo el PRI de diversos artículos promocionales para
influir en las preferencias electorales, entre ellos la tarjeta La Tamau­
lipeca.
Propaganda estática y en medios impresos, gastos operativos de
campaña y producción de mensajes en radio y televisión. Tanto el
PRI como el PVEM tenían derecho a ejercer la prerrogativa en radio

6
Para contrastar la sentencia completa, que consta de 1 346 fojas, véase
<http://portal.te.gob.mx/>, consúltese sup: -JIN-0359-2012.
DEMOCRACIAS DEFECTUOSAS EN AMÉRICA LATINA 103

y televisión por separado, por lo que no existe irregularidad alguna.


Ello fue objeto del SUP-RAP-578/2012.
Financiamiento de actos relacionados con un evento celebrado
en el Estadio Azteca. No existen elementos suficientes que per­-
mitan advertir que hubo gastos excesivos, ni que permitan vincu-
lar de manera evidente a los sujetos que aduce financiaron dicho
evento con los montos erogados, ni que EPN o los partidos que lo
postu­laron hubieren erogado las cantidades que aduce Movimien-
to Progresista.
Gastos excesivos por concepto de encuestas. El audio de la entre­
vista del vicecoordinador de campaña de Josefina Vázquez Mota, en
el que se señala que hubo un gasto excesivo por concepto de encues­
tas, no constituye el medio idóneo para acreditar lo que preten-
de Movimiento Progresista, pues ello es una declaración unilateral de
una persona, sin que se adminicule la prueba con algún otro medio
de convicción.
9) Intervención de funcionarios públicos. La intervención de go-
bernadores emanados del PRI, a partir de una reunión en Toluca. Si
bien se demuestra la celebración de un encuentro entre 16 gober-
nadores del PRI en Toluca, no existen indicios de que dicha reu­nión
fuera para celebrar un convenio entre ellos a fin de cubrir una cuo­
ta o cantidad de votos por cada estado o utilizar recursos públicos para
comprar votos y favorecer a Enrique Peña Nieto.
Intervención de funcionarios federales. No se acredita que los fun­-
cionarios federales hubieren intervenido indebidamente en la elec­ción
presidencial, ni el presidente Felipe Calderón a partir de su cuenta de
twitter.
Uso ilícito de una bodega de la Secretaría de Educación Pública
del gobierno de Veracruz. Los videos que aportan constituyen úni­
camente indicios leves que no permiten identificar el lugar de la gra­
bación o el momento en que ocurrieron los hechos que se pre­tenden
demostrar.
Presión y coacción del voto por elementos policiacos. Los videos
que se ofrecieron como prueba únicamente constituyen indicios que
patentizan la supuesta actuación de los policías en relación con la
violación a la libre emisión del voto.
Presión y coacción del voto por el gobierno de Durango. No se
acredita que hubiere habido presión o coacción del voto por parte
del gobierno de Durango, al usar indebidamente programas sociales.
104 GONZALO FARRERA B., SAMANTHA CASTELLANOS L.

Uso ilegal de recurso públicos del gobierno de Zacatecas. Las prue-


bas aportadas únicamente generan indicios sobre el uso ilegal de
recursos públicos del gobierno de Zacatecas, sin que sea suficiente
para tener por acreditados los hechos que aduce Movimiento Pro-
gresista.
Presión y compra de votos del gobierno de Chihuahua. No se
ofrecieron ni aportaron pruebas para acreditar el uso indebido de
programas sociales por parte del Gobierno del Estado de Chihua-
hua para comprar o coaccionar el voto en favor de Enrique Peña
Nieto.
10) Irregularidades en la jornada electoral. Compra y coacción del
voto previo a la jornada electoral. Entrega de tarjetas para llama-
das telefónicas y de beneficios. No se acreditó que las tarjetas tele-
fónicas se entregaron con el objetivo de provocar que los electores
votarán a favor de Enrique Peña Nieto.
Robo de material y documentación electoral. De la prueba apor-
tada sólo se genera un indicio de que se trataron de robar material
y documentación electoral, sin que se cuenten con mayores elemen-
tos a fin de tener por acreditados los hechos.
Compra y coacción del voto el día de la jornada electoral. Actos
de coacción y presión sobre los electores, operativos Casas Amigas y
Bingo. No se precisan las circunstancias de modo, tiempo y lugar
en que se desarrollaron los operativos que señala Movimiento Pro-
gresista.
Llamadas y mensajes telefónicos a través de call centers. No se
aportaron elementos de convicción para acreditar los hechos.
11) Irregularidades en cómputos distritales. Falta de certeza de las
casillas objeto de recuento. No se precisan las irregularidades ocu-
rridas en los recuentos respecto de cada distrito, aunado a que en su
momento debió haber señalado dichas irregularidades en el conse­jo
distrital, o hacerlas valer en los juicios de inconformidad presenta-
dos ante la Sala Superior del tribunal electoral.
Diferencia de votación entre las elecciones de presidente, dipu-
tados y senadores. La solicitud de nuevo escrutinio y cómputo en
143 114 casillas realizada ante el Consejo General del IFE carece
de eficacia para demostrar que existieron irregularidades y por ello
una diferencia entre la votación de las elecciones presidenciales, de
diputados y senadores.
DEMOCRACIAS DEFECTUOSAS EN AMÉRICA LATINA 105

Las implicaciones de la elección de 2012 dan elementos que cues-


tionan la viabilidad del diseño institucional mexicano, que como
antecedente directo tuvo la desconfianza y el fraude como elemen-
tos que sirvieron para generar instituciones de corte apartidista, pero
que ante la inminente realidad marcada por la lógica de los poderes
fácticos rebasa el poder del Estado; ante esta lógica se debe replan-
tear el sentido de las disposiciones electorales del país, ya que en
esta elección el clima de incertidumbre e insatisfacción fue evidente
ante la notoria exposición de violaciones a la ley electoral, que im­
plicaría generar nuevos escenarios ante estas situaciones.

REFLEXIONES FINALES

1) Un régimen electoral democrático es una condición básica para


la consolidación de una sociedad democrática, aunque no sufi-
ciente, para la existencia de un gobierno democrático. México ha
sido uno de los países que en esta tendencia ha llegado tarde en
adoptar la dinámica de sistemas de partidos de corte competitivo.
2) La posibilidad de participación política, entendida más allá de la
mera acción de votar, implica un cambio paulatino en la cultura
política mexicana. El INE, como máxima autoridad en la mate-
ria, debe promover un conjunto de políticas públicas encamina-
das a ir cambiando los hábitos de los ciudadanos, funcionarios
electorales y partidos políticos.
3) El INE debe optar por una política pública que encumbre a los de­
rechos políticos como derechos humanos, con un Estado de derecho
garante de los mismos que reconozca, a su vez, la limitación del
ejercicio de su poder.
4) La gobernanza electoral es consecuencia del estatus de órgano
constitucional autónomo, esto rompe con la división clásica de po-
deres, teniendo serias implicaciones en las nuevas facultades del
instituto en los estados y municipios. En este sentido, el INE debe
irradiar prácticas democráticas y que encumbren los valores
constitucionales de la materia electoral en el cada día; romper con
la estructura feudal será uno de los mayores retos del instituto,
debido que en la praxis ningún actor político renunciará volun-
106 GONZALO FARRERA B., SAMANTHA CASTELLANOS L.

tariamente a sus canonjías y a considerar a los mismos órganos


estatales como parte de su propiedad.
5) La consolidación de la gobernanza electoral permitirá gobernar
de manera efectiva a los representantes políticos, los cuales no de-
ben estar sometidos a presiones externas por otras fuerzas. En
aquella democracia en cuya estructura se respeten estas condi-
ciones que se han bosquejado en este ensayo, al menos interna-
mente, sería el suelo común para una democracia enraizada con
unas condiciones favorables que la alejarían de la democracia
defectuosa en sus diferentes versiones: la democracia exclusi-
va, la democracia tutelada, la democracia iliberal o la democracia
delegativa.
6) Debemos abandonar la idea según la cual la mera celebración de
elecciones cada periodo electoral es un requisito suficiente para
hablar de una democracia en sentido pleno, pues aunque este
proceso sea necesario no es, ni mucho menos, suficiente. En línea
tenemos varias dimensiones que trabajando juntas puedan dar
insumos para materializar paulatinamente el ideal; la división real
de poderes, el respeto a los derechos humanos y la capacidad de
que la ciudadanía participe en la política a través de la sociedad ci­
vil y la esfera pública son otras condiciones básicas por las que
se debe seguir luchando en el siglo XXI, para que el ideal de la de­
mocracia se expanda de manera real en los tres niveles de gobierno.

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LAS REFORMAS ELECTORALES EN MÉXICO Y SUS DIFICULTADES
EN LA TRANSICIÓN A LA DEMOCRACIA

Alfonso León Pérez*

RESUMEN

En este artículo se presentan aportes teóricos que definen a la de­


mocracia y se describen las principales reformas electorales que la
orientan en México. Lo anterior sirve de trasfondo para determinar
la calidad de la democracia en términos procedimentales; este atri­
buto en México ha sido observado por académicos especialistas e
indican que el país tiene una democracia de calidad endeble. Se
pensó que la transición presidencial en el año 2000 escalaba al país
como una potencia democrática, al menos en el plano electoral. No
obstante, en los procesos electorales llevados a cabo en 2006 y 2012
aparecieron problemas que impactaron social y políticamente, al gra­do
de plantear nuevamente reformas estructurales en la Constitución.
Por lo anterior, diversas reformas en materia electoral han buscado
subsanar aspectos de la democracia y consolidar procesos con el fin
de generar confianza institucional en la ciudadanía. El artículo pre­
senta una introducción y cuatro apartados; en el primero, se exponen
aspectos teóricos de la democracia; en el segundo se resumen los

* Profesor-investigador del Departamento de Relaciones Sociales, UAM-


Xochimilco. En la elaboración del presente artículo se contó con la participación
de la licenciada Elvia León Salazar, a quien agradezco por la sistematización de
los datos.

[109]
110 ALFONSO LEÓN PÉREZ

intentos democráticos en México; en el tercero se explica el proceso


de transición democrática y sus dificultades en el contexto mexicano
y, por último, se presentan las conclusiones.
Palabras clave: transición, democracia, reformas, instituciones, elec-
ciones.

ABSTRACT

This article presents theoretical contributions that define democra­


cy, and describes the main electoral reforms that guide it in Mexico.
The foregoing serves as a background to determine the quality of
democracy in procedural terms; this attribute in Mexico has been
observed by specialist scholars and indicates that the country has a
weak quality democracy. It was thought that the transition in the
year 2000 at the presidential level would scale the country as a de­
mocratic power, at least on the electoral plane. However, in the elec­to-
ral processes carried out in 2006 and 2012, problems appeared that
impacted socially and politically, to the extent of proposing new struc-
tural reforms in the constitution. Due to the above, various elec­toral
reforms have sought to correct aspects of democracy and con­solidate
processes in order to generate institutional trust in the citizenry.
The article present the introduction and four sections; in the first,
theoretical aspects of democracy are exposed; in the second, the de­
mocratic attempts in Mexico are summarized; the third part explains
the process of democratic transition and its difficulties in the Me­
xican context and finally, the conclusions are presented.
Keywords: transition, democracy, reforms, institutions, elections.

INTRODUCCIÓN

Después de la Revolución mexicana, la vida política en México se


puede resumir al gobierno de un partido hegemónico que con el trans-
currir de los años comenzó a debilitarse como fuerza política ante
los reclamos no sólo de partidos opositores, sino de una sociedad
civil que demandaba abrir espacios que permitieran la democra­
tización del país. Sin embargo, la democracia se entendió como la
LAS REFORMAS ELECTORALES EN MÉXICO 111

posibilidad de rotar el poder entre partidos y actores históricamente


excluidos del juego político, haciendo del pluralismo y la alternan­
cia dos metas hacia la transición democrática.
Las crisis políticas exigieron arreglos en materia de reformas
electorales que gradualmente han permitido transitar hacia la de­
mocracia. No obstante, la conceptualización de la democracia y su
aplicación empírica permanecen todavía como un asunto incom­
pleto, toda vez que se le señala como débil e incluso, en casos más
extremos, como inexistente.
El objetivo de este artículo no es debatir sobre la existencia de
la democracia, sino argumentar sobre las nociones teóricas que le han
dado forma hasta la actualidad; asimismo, observar en específico
cómo ha sido su transición en México por medio del análisis de las
distintas reformas electorales que la han orientado y sobre la nor­
matividad que actualmente no alcanza a resolver los problemas que
se presentaban antes y después de la jornada electoral.1
En el año 2009 se realizó en la Universidad Autónoma Metro­
politana, Unidad Iztapalapa (UAM-I) un análisis de la “Situación de
la democracia en México”, el cual incluía una explicación de las con­
diciones que deben cumplirse para considerar a un país como de­
mocrático e incluso establecer una medición de la calidad de la
democracia. Para la elaboración del presente artículo, se retomaron
algunos de los indicadores de la metodología utilizada por el Ins­
tituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral
(IDEA por sus siglas en inglés),2 que fueron la base para la elabora­
ción del documento elaborado por UAM-I; éstos corresponden al es­
tudio de la calidad procedimental en sus cinco dimensiones: Estado
de derecho, rendición de cuentas electoral, rendición de cuentas in­
terinstitucional, participación política y competencia política. El eje
principal en estas dimensiones son las reglas, que refieren a la apli­
cación eficiente de las leyes y a la resolución justa de litigios legales en
el marco del sistema jurídico; para ello se hizo una revisión biblio­

1
La jornada electoral es el medio que, en teoría, permite alcanzar la demo­cra­
cia, al menos en su sentido procedimental o minimalista; es decir, la celebración
periódica de elecciones, voto universal, libre y secreto y condiciones mínimas
de equidad para competir.
2
Para el “Informe de la calidad de la democracia en América Latina”.
112 ALFONSO LEÓN PÉREZ

gráfica del estado de la cuestión de la democracia y se consultó la


legislación en México en materia electoral.

ELEMENTOS TEÓRICOS SOBRE LA DEMOCRACIA

La historia indica que se han producido dos cartografías de la demo­


cracia: 1) participación de forma directa para ejercer el poder por
parte de los ciudadanos, la cual puede ser rastreada a partir de la polis3
griega y de sus imitaciones medievales, y 2) democracia indirecta,
que introduce la representatividad como mecanismo de transmisión
del poder y que es propia de los sistemas democráticos modernos
(Sartori, 2003:201-220). Respecto al estado actual de la democracia,
se recurre a estudios acerca de la estructura y función de los partidos
de masas (Gallagher, 1991:33-51, Ostrogorski, 2008:39-53), así co­
mo a los análisis electorales realizados por Lazarsfeld, Berelson y
Gaudet (1962:91-180) y Lazarsfeld, Berelson y McPhee (1985:23-
51), los cuales versan sobre cómo funciona empíricamente un siste­ma
político supuestamente democrático.
Por lo anterior, se desarrolla la propuesta de la definición de de­mo-
cracia de Schumpeter (1983:321), quien explica que lo democrático
es un orden de instituciones con el fin de lograr decisiones políti-
cas, en donde los individuos obtienen el derecho de decisión por el
sufragio. Robert Dahl antepone un modelo con mayor grado de ope-
racionalidad, deduce las condiciones de la democracia a: i) partici­
pación de los ciudadanos en la elección, ii) igualdad en el voto, iii) la
propuesta con más votos gana, iv) todos tienen derecho a presentar
sus opciones a elección, v) todos disponen de la misma información,
vi) existen renovaciones de cargos públicos, vii) las decisiones de
los responsables elegidos son cumplidas por los no elegidos y viii) las
decisiones en periodos de elección son tomadas en cada elección. Es-
te modelo presupone la aproximación a la regla de la mayoría en un
régimen determinado (Lechner, 1988:24-25).

3
Desde este punto, la polis se manifiesta en la utopía, en donde la vida
política se llevaba a cabo sin la necesidad de un Estado. Esta característica no
exigía la separación entre el pueblo soberano y los representantes, permitiendo
así la horizontalidad entre los iguales; no obstante, es importante recordar que
LAS REFORMAS ELECTORALES EN MÉXICO 113

De modo que se fue disolviendo la discusión acerca de si la demo­


cracia era definida como democracia liberal de masas, pues recupe­
rando lo afirmado por Dahl, “son democracias todos los regímenes
que se distinguen por la garantía real de la más amplia participación
política de la población femenina y masculina y por la posibilidad
de descenso y oposición” (Morlino, 2005:35). Precisamente lo demo­
crático, en palabras de Sartori, es el mecanismo que forma la poliar­
quía abierta en una competencia de mercado electoral, atribuyendo
poder al pueblo, y asigna, específicamente, la reciprocidad de los re­
presentantes en correspondencia de sus electores. Morlino consti­
tuye una propuesta de las tipologías múltiples4 que intervienen en la
democracia como las instituciones de gobierno, sistema de partido
y sociedad civil/política; mediante esto, presenta seis modelos em­
píricos de democracia: i) democracia mayoritaria, ii) democracia ple­
biscitaria, iii) democracia fuertemente mayoritaria, iv) democracia
débilmente mayoritaria, v) democracia proporcional y vi) demo­
cracia conflictual; en cada uno ofrece caracteres detallados sobre la
situación de un régimen.
El argumento central de los análisis de la calidad de la democracia
es caracterizar a los regímenes democráticos. Después de ello, los aná­
lisis empíricos resurgieron con el fin de especificar los caracteres de
los nuevos regímenes, identificando las instituciones de gobierno, sis­
tema de partidos y la función de la sociedad civil. El análisis empí­-
ri­co de la calidad circunscribió —de nuevo— el concepto minimalista
de democracia: sufragio universal, elecciones libres y competitivas,
sistema de partidos, sistema legal que sanciona y respalda, liberta-
des incluidas constitucionalmente para ejercer el derecho político,
y que de forma correlativa no se debe descuidar el reconocimiento
de todos los derechos.
Así, una democracia de calidad es el ordenamiento institucional
estable que mediante instituciones y mecanismos que, por medio
de su correcto funcionamiento, permiten la libertad y la igualdad de

no todos tenían la palabra para participar en los asuntos de la comunidad polí-


tica, a ello la polis floreció sólo en el espacio que la instituía y la hacía posible.
4
Las tipologías múltiples se yuxtaponen a las tipologías polares (Lijphart),
pues permiten constituir modelos más específicos en relación con las dimen­
siones relevantes.
114 ALFONSO LEÓN PÉREZ

los ciudadanos. Lo propio de la calidad es que los sujetos se presen­


ten como participantes activos de los procesos, articulando las deci­
siones de abajo hacia arriba y no al revés.
Para Beetham (2005:93-94), el análisis de la calidad se aplica de
forma análoga en democracias establecidas y en democracias tran­
sicionales; sus criterios de evaluación son correspondientes a la defi­
nición minimalista. Ésta la divide en dos partes: a) derechos civiles,
que comprenden las libertades primordiales para la democracia —la
vida y la seguridad de la persona, libertad de movimiento, derecho
al debido proceso, libertad de pensamiento y expresión, libertad de
asociación, libertad de información, protección contra la discri­
minación—, y b) derechos políticos, que contienen el acceso a los
car­gos públicos, así como la vía electoral para lograrlo —derecho a
ser postulado, derecho a elegir, derecho a votar.
Para mostrar la calidad de la democracia la dividirá en cuatro
aspectos relevantes: en el análisis empírico, por ejemplo, la eviden­
cia jurídica, procedimental y la instrumentación práctica; la segunda
es la evaluación de los resultados con los parámetros internacio­-
nales; la tercera trata del escrutinio de los rubros de las formas de sub­
versión5 de derechos y la percepción del desempeño; la última es un
análisis de la eficacia de las instituciones de protección contra las sub­
versiones (Beetham, 2005:96).
La objeción principal que se hace a los análisis de la calidad de la
democracia es que las variables no se pueden medir. Schmitter in­
dica que existe una limitante para definir la “democracia política y
representativa”, ya que las elecciones no son la única manifestación
de la democracia; además se suele sostener que existen condiciones
como igualdad de recursos, acceso a derechos, así como beneficios en
todos los sectores, lo que ninguna política existente ha satisfecho.
Desde esta postura, emplea la enunciación genérica de democracia:
“un régimen o sistema de gobierno en el que las acciones de los
gobernantes son vigiladas por los ciudadanos que actúan indirecta­
mente a través de la competencia y la cooperación de sus represen­
tantes” (Schmitter, 2005:62).

5
Según Beetham, los modelos genéricos de subversión son: inadecuación
de los procesos judiciales, políticas arbitrarias, uso de poderes extraordinarios
contra opositores, exclusión sistemática de grupos específicos.
LAS REFORMAS ELECTORALES EN MÉXICO 115

No obstante, es posible tomar en consideración que los problemas


no son metodológicos o del cómo se mide. En todo caso, son difi­
cultades sobre la “selección de aquello que se mide y con la interpre­
tación de los resultados obtenidos”, la evidencia la encontramos en
la manera de formular los indicadores que aparecen, por lo general,
mediante términos valorativamente densos:

[…] la adecuada representación de intereses, la influencia indebida


de los poderes económicos, la ausencia de obstáculos a la participa-
ción de los individuos […], la intromisión del poder político en la
formación de la opinión pública, la imparcialidad de los tribunales,
la equidad y no discriminación en las relaciones económicas y sociales, la
efectividad de la rendición de cuentas (Greppi, 2012:62).

Debido a las complicaciones de llevar a cabo un análisis empíri­


co que muestre con precisión la calidad del régimen democrático, se
introdujo una serie de metodologías polisémicas. Entre ellas conver­
gen las enfocadas al poder situadas en el origen —de dónde surge el
poder—, el ejercicio —cómo se ejerce el poder— y finalidad —para
qué se ejerce el poder. Asimismo, hay otras orientadas en la ciuda­
danía —del individuo electoral al individuo ciudadano— que ob­
servan los retrocesos y avances logrados en materia del sistema de
derechos. De esta línea se desprende el análisis de la Freedom Hou­
se,6 las metodologías del Economist Intelligence Unit (conocido
como el índice de poliarquía, pues toma los dos ejes centrales de Ro­
bert Dahl: participación y competencia) y la del IDEA (Rico, 2011:
62-63). Este último propone un marco de trabajo alternativo a la
clasificación jerárquica de países y de los juicios de valor externos, ya
que se “orienta a una evaluación integral basada en equipos de eva­

6
La encuesta Freedom House se basa en análisis y clasificaciones numéri­
cas de los derechos políticos (dividida en tres subcategorías: proceso electoral,
plu­ralismo político y participación, y funcionamiento del gobierno) y las li­
bertades civiles (dividida en cuatro subcategorías: libertad de expresión y de
creencias, derechos de asociación y de organización, imperio de la ley y la
autonomía personal y los derechos individuales). De esta forma, a cada país
se le asigna una calificación numérica de 1 a 7, donde 1 representa el más libre
y 7 los me­nos libres. Disponible en <http://www.freedomhouse.org/report/
freedom-world-2013/methodology>.
116 ALFONSO LEÓN PÉREZ

luación nacionales conducidos por gobiernos, organismos de la


so­ciedad civil o instituciones académicas” (IDEA, 2008:6).
Desde la sistematización que realizan las instituciones antes
des­critas, ponen en el centro los elementos “mínimos” de la democra­
cia: i) el control de los individuos y ii) la igualdad. De ello se des­
prende una serie de análisis7 para responder la cuestión: ¿En qué
medida son democráticos nuestros países y su gobierno?” (IDEA,
2008:18). El es­fuerzo del IDEA hizo posible que en los países par­
ticipantes del estudio se realizara un “mapeo regional” de la calidad
de la democracia; en México, los encargados de hacer un análisis de
la Situación de la democracia en México fue un grupo formado por
académicos y estudian­tes de posgrado de la UAM-I; en este trabajo,
se resaltó la inope­ra­ti­vidad de los poderes públicos para servir a la
ciudadanía (Em­merich, 2009).

LOS INTENTOS DE LA DEMOCRACIA EN MÉXICO

En los años sesenta, ante los enfrentamientos de los bloques socia­


lista y capitalista, en América Latina la revolución apareció no sólo
como la estrategia ineludible frente al “desarrollo del subdesarrollo”,
sino también como respuesta respaldada por la teoría social; no obs­
tante, el análisis político a finales de los años setenta realizó un despla-
zamiento e introdujo la preocupación por el sistema democrático
que, de acuerdo con Lechner (1988), centraría su atención en los
procesos de transición, dejando en segundo plano el tema relaciona­do
con la consolidación democrática.
Específicamente, en México el tratamiento de la democracia pue­
de rastrearse antes de los ochenta y la evidencia puede encontrarse
7
Desde el año 2000, al menos 20 países de todo el mundo —tan diversos
como Mongolia e Italia, Bangladesh y Kenia, Perú y Australia— han utiliza­
do el marco de trabajo a fin de evaluar el funcionamiento de sus democracias.
Algunas evaluaciones fueron pruebas piloto promocionadas por IDEA Inter­
nacional para ensayar la viabilidad del marco de trabajo para la evaluación
(Bangladesh, El Salvador, Italia, Kenia, Malawi, Nueva Zelanda, Perú, Corea
del Sur). Las evaluaciones posteriores comenzaron en forma totalmente in­
terna en los países involucrados, aunque estuvieron a cargo de organismos muy
diversos: instituciones académicas, organizaciones no gubernamentales (ONG)
LAS REFORMAS ELECTORALES EN MÉXICO 117

con el libro La democracia en México, de Pablo González Casanova


(1965), que mediante la discusión de la formación histórica, meto­
dológica y reglamentaria estableció cuál había sido la dinámica polí-
tica, la institucionalización del cambio, los equilibrios y controles y
la concentración y distribución del poder. Asimismo, Meyer, con el
trabajo académico “Historical Roots of the Authoritarian State
in Mexico”, propondría mostrar que la Revolución mexicana no
había destruido la “naturaleza” autoritaria del Porfiriato y a través
del zig­zagueante proceso histórico que planteó se cuestionó si la de-
­mo­cra­cia tenía algún lugar en el sistema político mexicano (Meyer,
1977:19).
Por otro lado, Emmerich ubicó “seis intentos democráticos” lo­
calizados a partir del siglo XIX: i) La primera república (1824-1829),
ii) la Constitución de 1857, iii) la República Restaurada (1867-
1876), iv) el maderismo (1911-1913), v) el carrancismo (1917-1920).
Después de la muerte de Carranza se instauraría el régimen del par­
tido hegemónico por un periodo de 71 años. Emmerich se inclina
por la tesis de que el proceso de modernización económico-social
de México, enmarcado por la urbanización, el aumento en los nive­
les educativos y un mayor acceso a fuentes de información diversas,
llevaron inevitablemente al pluralismo político y a la erosión en el
voto por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) (Emmerich,
2009:15-16).
Desde otra posición, Becerra, Salazar y Woldenberg (2008) des­
cribieron el desenvolvimiento de las reformas registradas de 1977 a

y think tanks, e incluso los mismos gobiernos (Mongolia, Países Bajos). Otras
evaluaciones fueron exhaustivas, como la del Reino Unido (RU); unas abarca­
ron informes de investigación, como en Australia; o bien una paciente reco­
pilación de informes a medida que se conseguían fondos, como en Filipinas.
Asimismo, en ciertos casos se valieron principalmente de un gran número de
encuestas, como en el estudio de Asia meridional sobre Bangladesh, India,
Nepal, Pakistán y Sri Lanka. Por otro lado, algunos equipos de evaluación
procuraron medir las fortalezas cambiantes de sus democracias a lo largo del
tiempo. En el Reino Unido, Auditoría Democrática (Democratic Audit) llevó a
cabo tres evaluaciones desde 1998 y se comprometió a realizar otra evaluación en
los próximos años. Por último, Letonia realizará un ejercicio de evaluación más
acotado para monitorear el progreso experimentado desde el primero hecho
en 2005 (IDEA, 2008:18).
118 ALFONSO LEÓN PÉREZ

1997 para ilustrar la formación del sistema de partidos plural/com­


petitivo y la evolución del sistema electoral. En esta perspectiva, la
democracia formal se presenta como rector de la vida política, cuya
dinámica reside en el método, el cual “es independiente de los con­
tenidos sustanciales, es decir, de las políticas y programas concretos
que las diversas fuerzas políticas promueven. Y se trata, además, de
una democracia representativa, por cuanto la legitimidad de dichos
gobiernos y políticas debe expresar la voluntad de los ciudada-
nos” (Becerra, Salazar y Woldenberg, 1997:24). Estos trabajos se
centra­ron principalmente en el desenvolvimiento de 20 años de re­
formas electorales para trazar el camino de la transición democráti­
ca en México.
México se encaminó a la democracia a causa de dos vertientes:
por un lado, el reclamo a la apertura política exigida por la oposición
que quedó asentada en las reformas político-electorales, y por otro,
los factores contextuales que modificaron el comportamiento elec­
toral de los mexicanos. La aparición de nuevas fuerzas políticas que
buscaron ser contrapesos, las crisis económicas de 1976, 1982, 1987
y la de 1994-1995, así como los movimientos sociales y estudian­
tiles (1968 y 1971), la solidaridad erigida a raíz del sismo de 1985
y el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional,
activaron la conciencia crítica de la sociedad mexicana y promovie­
ron el camino hacia la transición y consolidación de la democracia.
El trayecto comenzó en 1977 cuando el gobierno federal expidió
la Ley de Organizaciones Políticas y Procesos Electorales (LOPPE),
que dio apertura a la vida institucional a fuerzas políticas “no inclui­
das” anteriormente y subsecuentemente obtuvieron su representa­
ción en órganos legislativos, como sucedió con la reforma electoral
de 1987, que introdujo el criterio de representación proporcional en
la constitución de los órganos electorales;8 en ese mismo año se creó
8
Empero, eso significó al mismo tiempo un retroceso en el andamiaje elec­
toral, pues antes de esta reforma los partidos que tenían 60 o más constancias
de mayoría relativa no podían participar en el reparto de diputados plurino­
minales. Ahora, los partidos que obtuvieran 1.5% o más de la votación parti­
ciparían en el reparto de los diputados plurinominales. En estas circunstancias
el PRI, como partido mayoritario, tuvo más representantes en la Comisión
Federal Electoral en comparación con el resto de los partidos. Aun cuando el
PRI dejaría de estar sobrerrepresentado en la cámara por tener el mismo por­
LAS REFORMAS ELECTORALES EN MÉXICO 119

el Tribunal de lo Contencioso Electoral (TCE) como una instancia


de orden jurisdiccional que conoce y resuelve con una técnica jurí­
dica y con estricto apego a las normas que rigen a la sociedad me­
xicana los conflictos de naturaleza política.
La llamada “caída del sistema” en los comicios de 1988 puso en la
agenda política la necesidad de reformular las reglas para las jorna­
das electorales, que desembocaron en la creación de un órgano para
garantizar la imparcialidad en los procesos electorales. Es así como
en agosto de 1990 se expidió el Código Federal de Instituciones y
Procedimientos Electorales (Cofipe), que dio lugar a la creación del
Instituto Federal Electoral (IFE), el cual se constituyó como el nue­vo
organismo que en adelante sería la autoridad electoral; sin embar­
go, esta reforma supeditaba al IFE a los poderes Ejecutivo y Legis­
lativo, pues en el artículo 41 se estableció que la organización de las
elecciones era tarea de éstos en corresponsabilidad con los parti-
dos políticos y los ciudadanos; en 1990 el TCE cambió su nombre
por el de Tribunal Federal Electoral (Trife), al que se le dotó de auto­
nomía en materia electoral y a sus resoluciones se les dio un carác­
ter definitivo.
Para el año de 1993 se realizó una nueva reforma al Cofipe, con la
cual se le otorgó al IFE el poder para declarar la validez de las elec­
ciones de diputados y senadores, expedir constancias de mayoría
para quienes ganaran esos cargos, y establecer topes a los gastos de
campaña; además se establecieron nuevas reglas para los partidos po-
líticos, entre las cuales destacó el entregar informes de ingresos, gas-
tos anuales y de campaña (Becerra, Salazar y Woldenberg, 1997:77).
Al mismo tiempo, se incorporó por ley la figura de los observadores
electorales.
En 1994, la nueva reforma electoral instituyó la figura de “con­
sejeros ciudadanos”, quienes debían ser nombrados por el consenso
de las fracciones partidarias de la Cámara de Diputados y conta-
rían con la mayoría de votos en el Consejo General del IFE, aumen­
tando con esto su influencia dentro de él; las atribuciones de los
órganos de dirección del IFE en los niveles estatal y distrital también
se ampliaron con esta reforma, mientras que los partidos políticos per­

centaje de diputados correspondiente al porcentaje de la votación recibida,


pues seguía siendo mayoritario.
120 ALFONSO LEÓN PÉREZ

dieron su voto pues a partir de entonces tuvieron un representan-


te que sólo tendría voz en el Consejo General (Becerra, Salazar y
Woldenberg, 1997:30). A la par se realizó una reforma al Poder Ju­
dicial, que facultó a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN)
para conocer de controversias constitucionales, racionalizó los pro­
cesos judiciales y profundizó la independencia judicial respecto del
Ejecutivo, sobre todo en el ámbito del nombramiento y promoción
de jueces (Emmerich, 2009:26).
El IFE se deslindó del Poder Ejecutivo con la reforma de 1996
y reafirmó su autonomía e independencia al modificarse el Artículo
41 Constitucional, en el cual se estableció que la organización de las
elecciones es una función estatal que le corresponde a esta instan-
cia, el cual está dotado de personalidad jurídica y patrimonio pro-
pio. Con esta reforma se proporcionó un mayor financiamiento a
los partidos po­líticos, aunque la fórmula para la asignación de re­
cursos favorecía en mayor medida al PRI. En ese mismo año, el Tri­
bunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) quedó
como la máxima autoridad en materia electoral, contando con fa­
cultades jurisdiccionales.9
La reforma electoral de 2002 subrayó la importancia de equidad
de género en el ejercicio de los derechos político-electorales, estable­
ció nuevas reglas a los partidos políticos, los cuales no podían tener
una proporción mayor a 70% de postulaciones a cargo de un mis-
mo género.10 La reforma de 2003 sólo hizo cambios en los requisitos
para integrar un partido o una agrupación política nacional (APN),
mientras que la reforma electoral de 2005 centró su atención en el
reconocimiento del derecho a voto de los mexicanos residentes en

9
Las funciones y atribuciones del TEJPF se establecen en la Constitución;
entre ellas destaca resolver sobre las elecciones federales de diputados y sena­
dores; sobre las impugnaciones a la elección presidencial; sobre las autoridades
competentes en las entidades federativas; impugnaciones y resoluciones en
casos donde se violen los derechos político-electorales; conflictos laborales del
tribunal y del IFE, entre otros.
10
Sin embargo, la cuota de género enmarcada en el reglamento electoral
de México solamente se simula, pues los partidos políticos postulan a candida­
tos del género femenino a puestos de elección popular con el objetivo de que la
candidata sea reemplazada por un suplente varón. A este fenómeno político
se le conoce como las Juanitas.
LAS REFORMAS ELECTORALES EN MÉXICO 121

el extranjero para la elección de presidente de la República previo a


las elecciones de 2006.
La falta de definición de las campañas electorales y de herramien­
tas para fiscalizar gastos, así como las controversias ocurridas en el
proceso electoral de 2006, llevaron a que se abrogaran algunos de
los artículos del Cofipe en la reforma electoral de 2007 (Merino,
2004; Langston, 2009). Se incorporó al Cofipe un libro séptimo, “De
los regímenes sancionador electoral y disciplinario interno”, que
incluye a los sujetos de responsabilidad, el tipo de faltas que pueden
cometer y procedimientos a llevar a cabo si a) se infringe la norma­
tividad electoral dentro y fuera del proceso electoral; b) sobre el fi­
nanciamiento y gasto de los partidos políticos y las APN, y c) sobre las
responsabilidades administrativas de los servidores públicos del ins­
tituto.
El Cofipe de 2007 otorgó al IFE 53 atribuciones para fortalecer
la confianza y credibilidad de los ciudadanos en las instituciones du­
rante los procesos electorales. En consecuencia, se establecieron
nuevas normas para volver más democráticos y transparentes a los
comicios.11 La afiliación corporativa fue prohibida a los partidos po­
líticos, quienes además adquirieron obligaciones en materia de trans­
parencia y acceso a la información. Se incorporó la regulación de
las precampañas y campañas electorales al prohibir la difusión de pro­
paganda gubernamental en el periodo del proceso electoral. En ese
mismo año, con la finalidad de consolidar la imagen de transparen­
cia del IFE, se creó la Contraloría General del IFE.12 En el plano de los
comicios, se agregó al “acta de la jornada electoral” el nombre com­
pleto y la firma autógrafa de los funcionarios de casilla, así como el
número de boletas recibidas para cada elección. En relación con las
11
Entre las atribuciones que se le concedieron al IFE, destaca sin duda
el poder para regular el acceso a los medios de comunicación por parte de los
partidos políticos y las autoridades electorales, así como asegurar condicio-
nes de equidad y civilidad en la época de campañas electorales; también se exi­
gió transparentar el proceso de organización y difusión de los resultados de
los comicios y, sobre todo, promovió la participación de los ciudadanos en los
procesos electorales.
12
A la cual se le asignó la tarea de realizar auditorías, implementar procedi­
mientos, sistemas y métodos para la revisión y fiscalización a cargo de las áreas
y órganos que conforman al Instituto Federal Electoral.
122 ALFONSO LEÓN PÉREZ

facultades del TEPJF,13 se estableció que su Sala Superior tiene como


atribución exclusiva la declaración de nulidad en la elección presi­
dencial y las de atracción y delegación de los juicios que conoz­can
las salas regionales con excepción de las campañas de in­for­ma­­-
ción de las autoridades electorales, en tanto que las salas regio­nales
que sólo funcionaban al haber comicios federales ahora lo hacen de
forma permanente (PAC, 2014). Con este arreglo político se pre­
tendía solventar algunas de las quejas presentadas en el proceso
electoral de 2006.

LA TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA EN MÉXICO


Y SUS DIFICULTADES INSTITUCIONALES

La transición democrática en México se inicia en 1977 con la LOP-


PE, ley que configuró la realidad política del país, dando paso a la
formación de partidos políticos que podían competir al amparo de
una nueva legalidad, a que protagonizaran elecciones competitivas y
a exigir reformas electorales que implicaran cambios en la mecánica
política y el andamiaje institucional, que disolviera la hegemonía
priísta y desembocara en una realidad política abierta, libre, compe­
tida y, por ende, democrática. La transición se consideró concluida
en un primer momento en 1997, cuando el PRI perdió por primera
vez la mayoría en el Congreso y la oposición ganó el gobierno del
Distrito Federal (hoy Ciudad de México); un segundo momento
fueron las elecciones federales en el año 2000, cuando llegó al Poder
Ejecutivo un candidato de la oposición.
Sin embargo, las controversias surgidas del proceso electoral de
2006 mostraron que aún hay asuntos pendientes que deben atender­
se para lograr la democracia deseada, en donde las reglas del juego
y los resultados de los comicios sean respetados por los participan­
tes. En un nuevo esfuerzo por lograr la democratización del país,
en 2014 se presentó una reforma electoral que dio paso a la creación
del Instituto Nacional Electoral, en reemplazo del IFE. Dicha refor­
ma co­menzó a trabajarse en diciembre de 2012, cuando las princi­
pales fuerzas políticas del país y el presidente Enrique Peña Nieto
firmaron el Pacto por México, un acuerdo en el que se estableció que
13
El cual está integrado por una Sala Superior y cinco salas regionales.
LAS REFORMAS ELECTORALES EN MÉXICO 123

el país requería cambios que permitieran a México consolidarse como


una democracia socialmente eficaz, al menos en su ideal imaginario.
La transición democrática en México denota el esfuerzo para
consolidar la democracia en nuestro país. En las últimas dos déca­
das se registraron momentos importantes hacia la celebración de
elecciones libres; México ha afianzado las libertades civiles y políti­
cas y ha modernizado sus instituciones y leyes. No obstante, persis­
te la desconfianza en los procesos electorales y en las instituciones
gubernamentales, sumando la baja participación política de los ciu-
dadanos, la brecha en la desigualdad económica, social y regional y
el contexto de violencia generalizada, lo cual constituyen obstáculos
para percibir esta consolidación.
En palabras de Luis Carlos Ugalde (2015), en nuestro país exis­
te una democracia electoral, no una democracia liberal. Esto signi­
fica que se llevan a cabo elecciones libres y periódicas, sin embargo,
no existe un Estado de derecho que garantice el acceso universal y
equitativo a la justicia. Se ha confundido el instrumento —que son
las elecciones libres— con el fin —que es la democracia liberal y un
gobierno eficaz—; México, entonces, tiene una “democracia iliberal”
en el término acuñado por Fareed Zakaria en Foreing Affairs en 1997.
La revisión teórica sobre lo que implica la democracia se centra
principalmente en el análisis de un proceso considerando sus cuali­
dades de acuerdo con diferentes puntos de vista normativos. Por lo
anterior, el IDEA sostiene que hay dos principios democráticos bási­
cos: control popular sobre las decisiones colectivas e igualdad po­lítica
en­tre los ciudadanos. Una democracia de calidad es una “buena de­
mocracia” si se configura como una estructura institucional esta­
ble, capaz de hacer posible la libertad y la igualdad de los ciudadanos
mediante el funcionamiento legítimo y correcto de sus institucio-
nes y mecanismos (Morlino, 2011:cap. 2). Eso significa que una bue­na
democracia es un régimen ampliamente legitimado que satisface
por completo a los ciudadanos, donde ellos, las asociaciones y las
comunidades que la integran gozan de libertad e igualdad, incluso en
formas o grados distintos y donde los ciudadanos tienen el poder
de verificar y evaluar en qué medida el gobierno se atiene a los obje­
tivos de libertad e igualdad de acuerdo con el Estado de derecho (Mor­
lino, 2014:40).14

14
Para una definición distinta, véase Roberts (2010:31).
124 ALFONSO LEÓN PÉREZ

Morlino establece tres definiciones para determinar la “calidad


de la democracia”: la primera está definida por los procedimientos,
como un proceso controlado y exacto, llevado a cabo con métodos
y tiempos precisos y recurrentes; la segunda consiste en las carac­
terísticas estructurales, ya sea en el diseño, sus materiales o el fun­
cionamiento, donde el énfasis es el contenido; la última, parte de
la satisfacción del producto o servicio sin importar el contenido ni el
pro­ceso que se llevó a cabo, por lo que la calidad se basa simplemen­te
en el resultado (Morlino, 2014:39).
Para el análisis de la calidad de la democracia en México se re­to­
­ma la definición de calidad democrática en términos procedimen­
tales. La calidad procedimental tiene cinco dimensiones: Estado de
derecho, rendición de cuentas electoral, rendición de cuentas inte­
rinstitucional; participación política y competencia política. El eje
principal en estas dimensiones son las reglas, que refieren a la apli­ca­
ción eficiente de las leyes y a la resolución justa de litigios legales en el
marco del sistema jurídico.
El Estado de derecho significa que las autoridades respetan las
leyes y que estas leyes deben ser de conocimiento público, univer­
sales, estables y no retroactivas. Lo anterior implica que exista se­
guridad individual y orden civil, contar con un Poder Judicial
independiente y un sistema judicial moderno, además de que debe
existir la capacidad institucional y administrativa que permita apli­
car las leyes en el marco de un proceso transparente, eficaz, profe­
sional, neutral y sujeto a la rendición de cuentas (Morlino, 2014:41).
No obstante, el Estado de derecho en México se ve afectado por la
limitada capacidad institucional y administrativa, por la ineficiencia
e irregularidades tanto en el desempeño del cuerpo burocrático como
en la selección y estabilidad de los funcionarios, el cual tiene caren­
cias en los ámbitos federal, estatal y municipal.
La procuración de justicia en México es poco eficaz; esto se pue­
de explicar al analizar la poca capacitación de las fuerzas policiacas,
las diferencias salariales entre los encargados de la impartición de
justicia en sus diferentes escaños, la insuficiencia de personal y la es­ca­
sez de recursos materiales. Eso permite que se presenten instancias
frecuentes de corrupción.
La rendición de cuentas es, en general, la obligación de los líde­
res políticos electos de responder por sus decisiones políticas, que
LAS REFORMAS ELECTORALES EN MÉXICO 125

sean interpelados por ciudadanos u organizaciones civiles o por otros


órganos constitucionales (véase Mainwaring, 2003:7). La rendición
de cuentas tiene tres elementos destacados: a) la información, b) la
justificación y c) la compensación o castigo (Schedler, 1999:17). La
rendición de cuentas puede ser electoral o interinstitucional; la pri­
mera es periódica y depende de las fechas de las elecciones, posee
un carácter nacional, local e incluso supranacional; la interinstitu­
cional implica la responsabilidad de los gobernantes de responder
ante otras instituciones o actores colectivos investidos con la capaci­
dad y el poder de controlar la conducta de las figuras de gobierno, se
diferencia de la primera porque suele ser únicamente entre polí­ticos
en situación de paridad.
La participación política tiene como objetivo establecer o forta­
lecer una identidad, o bien satisfacer un interés específico para lograr
ciertos objetivos. Desde el punto de vista empírico, puede tratarse de
la intervención en campañas electorales, el trabajo en actividades
partidarias y formas de acción colectiva. En un sentido de participa­
ción no convencional, podemos encontrar a las huelgas, las mani­
festaciones, disturbios y otras modalidades que incluyen el uso de la
violencia (Sabucedo y Rodríguez, 1990:55-70).
El clientelismo es otra de las prácticas en que la participación
se puede denotar en el país. Para que la participación sea amplia, se
requiere un Estado de derecho que defienda el derecho y la capa­
cidad de participar plenamente de los grupos sociales más débiles
(Diamond y Morlino, 2005), tales como los pueblos originarios, ya
sean in­dígenas o afrodescendientes.15
En lo que refiere a la competencia política, ésta se encuentra no
sólo en el sistema partidario, sino internamente en los partidos y en­
tre distintos grupos de intereses con escenarios diversos e interconec­
tados. Al respecto, se considera que si hay competencia implica la
existencia, per se, de la democracia, pues la competencia es relevante
entre actores políticos y está caracterizada por la libertad, comple­

15
La discusión que existe es que la ciudadanía mexicana no la pueden
ejercer a satisfacción y con plena libertad, y vigencia de sus derechos, aquellos
ciudadanos que se encuentran en extrema pobreza por su condición de mar­
ginalidad. Los arreglos constitucionales e institucionales han sido instrumen­
tales para moderar las principales divisiones sociales.
126 ALFONSO LEÓN PÉREZ

mentada por la justicia de la competencia, en donde hay re­glas del


juego establecidas.
En las democracias contemporáneas establecidas, el financia­
miento de los partidos políticos y de las campañas son un cimien­
to importante para la viabilidad electoral, pues los requisitos sólidos
para la información rápida y completa sobre las contribuciones he­-
chas a partidos políticos y campañas, promueven una mayor compe­ti­
tividad y rectitud electoral (Pinto-Duschinsky, 2002:75).
Las elecciones federales en el año 2000 tuvieron como resultado
la llegada a la presidencia de un candidato de la oposición. Este hecho
señaló que México ya había alcanzado la democracia electoral (Kles­
ner, 1997:573). La elección presidencial de ese año fue ganada con
43% de los votos por Vicente Fox Quesada, candidato de una coa­
lición integrada principalmente por el Partido Acción Nacional.
En 2006 se llevaron a cabo comicios federales en los que Felipe
Calderón Hinojosa, del PAN, fue elegido como presidente con 36.69%
de los votos válidos, apenas 0.58% más que los votos que recibió
Andrés Manuel López Obrador, candidato de la Coalición por el
Bien de Todos (CBT).16 Sin embargo, los conflictos que se presenta­ron
alrededor de los comicios presidenciales pusieron en tela de jui­cio
la idea de que México ya es un país democrático en lo electoral y lo
político. El conflicto poselectoral fue protagonizado por López
Obrador, quien denunció que hubo fraude, no reconoció el triunfo
de Calderón, inicio un movimiento de resistencia pacífica al insta­
lar un campamento en Paseo de la Reforma y posteriormente se
au­to­proclamó como “presidente legítimo”.
La jornada electoral de 2006 se había presentado de manera pa­cí-
­fica, sin embargo los problemas comenzaron cuando llegó el momen­
to de anunciar los resultados de la elección presidencial. Du­rante la
jornada, el Programa de Resultados Electorales Prelimi­nares (PREP)17
arrojó una pequeña ventaja al candidato de la CBT, situación que
cambió en horas posteriores, aunque el margen era muy pequeño co-
mo para definir claramente a un ganador. Fue el IFE el que anunció

16
Integrada por el PRD, el PT y Convergencia.
17
El PREP es un programa computarizado creado por el IFE, no cuenta
votos, sino que captura y publica la información asentada en las actas de escru­
tinio y cómputo de los ciudadanos que participan como funcionarios de casilla.
LAS REFORMAS ELECTORALES EN MÉXICO 127

al ganador de la contienda, dando pie a suspicacias pues le corres­


ponde al TEPJF y no al IFE declarar en última instancia al ganador de
la elección presidencial.
La CBT presentó ante el TEPJF numerosas impugnaciones que in­
cluían varios distritos electorales y casillas; considerando que el
man­dato de la Constitución ordena realizar elecciones libres, autén­
ticas y periódicas basadas en los principios de certeza, legalidad, in­
dependencia, imparcialidad y ser objetivas; argumentaron que el
mismo había sido violado por la indebida interferencia del presi­
dente Vicente Fox y de organizaciones privadas que difundieron
anuncios negativos contra su candidato, así como por la parcialidad
contra este último de los medios masivos de comunicación.
De acuerdo con la CBT, el recuento en las casillas impugnadas re­
ve­ló que hubo un gran número de irregularidades que legitimaban
su demanda de recuento total. En contrapartida, el PAN argumentó
que el recuento demostró que el cómputo había tenido errores, pe-
ro que éstos habían sido mínimos y no afectaban la victoria de Cal­
derón. El 5 de septiembre, el TEPJF emitió su decisión final tras evaluar
las quejas registradas por la CBT y otros partidos, confirmando el
triunfo de Calderón. El TEPJF criticó al presidente y a las organiza­
ciones privadas, así como al PRD por haber incurrido en propaganda
negativa; sin embargo, no consideró que esto fuera determinante
en el resultado final de la elección. López Obrador pidió que los con­
sejeros generales del IFE fuesen removidos del cargo, al tiempo en
que arrojó dudas sobre la integridad de los magistrados del tribunal.
Como resultado de los acontecimientos de los comicios en 2006,
el IFE invitó a los candidatos presidenciales de 2012 a firmar un “pacto
de civilidad”, en el que expresaron su “firme compromiso” de respe­
tar las decisiones del IFE y del TEPJF y a acatar el resultado de las
elecciones. No obstante, la historia pareció repetirse cuando pa­sadas
ape­nas 48 horas de la jornada electoral de 2012, López Obrador con­
vocó a una conferencia de prensa en la que denunció, incluso antes
de que terminara el proceso electoral, que había inconsistencias en
79.5% de las casillas instaladas para la elección presidencial (Mon­
talvo, 2012). Los datos del Programa de Resultados Electorales Pre­
liminares (PREP) indicaron que Enrique Peña Nieto, candidato del
PRI, tuvo 18 727 328 votos a su favor, tres millones más que los ob­
te­nidos por López Obrador.
128 ALFONSO LEÓN PÉREZ

López Obrador apuntó a que los comicios estuvieron plagados de


irregularidades y que, por tanto, basado en ese pacto de civilidad,
tenía derecho a acudir a las instancias correspondientes e impugnar
los resultados;18 su reclamo apelaba a un proceso electoral trans­
parente, sin embargo, se mostró incongruente al declarar que de no
favorecerle el resultado de las elecciones, continuaría impugnando.
A diferencia del proceso electoral de 2006, en 2012 sólo se presen­
taron 401 quejas por actos irregulares en los comicios, poco me­nos
de la mitad de las presentadas en el 2006 (806 quejas). Cabe mencio­
nar que no sólo hubo quejas por parte de Movimiento Progresis­ta,
partido que postuló a López Obrador, el Partido Acción Nacional
(PAN) también presentó quejas contra el PRI por supuestos apoyos
de gobernadores del PRI a la campaña de Enrique Peña Nieto y por
el rebase del tope de gastos de campaña. La Comisión de Quejas
del IFE resolvió que la mayoría de las controversias presentadas por
los par­tidos políticos no tenían sustento, por lo que no se realizaron
accio­nes punitivas contra los partidos políticos, o al menos no des­
tacables (Monroy, 2012).
La transformación del IFE en el INE, en 2014, tuvo como obje­
tivo recuperar la confianza en los resultados de los comicios, por lo
que se configuró como una autoridad electoral de carácter nacional
y legislación única, con la función de encargarse de las elecciones
fe­de­rales, estatales y municipales. Con esta transformación se creó
un nuevo modelo de fiscalización de los recursos de los partidos
políticos y a partir del 2015 la Comisión de Fiscalización, del Con­
sejo General, con el apoyo de la Unidad Técnica de Fiscalización,
se en­cargan de revisar los recursos de las candidaturas de elecciones
locales (INE/CG93/2014). Esto implica un aumento de los informes
financieros y los recursos que van a fiscalizarse, por lo cual se ha im­
plementado un sistema de contabilidad electrónico que opera por
medio de internet en tiempo real durante los procesos electorales,
18
Al respecto, después de las elecciones de 2006 se hizo una reforma al
artículo 295 del Cofipe en el que se establece que los 300 consejeros distri­tales
son quienes tienen la facultad de decidir si se abren o no los paquetes elec­
torales, facultad que el IFE no poseía y como institución no podía ordenar un
recuento total de los votos. Esto cuando los votos nulos fuesen mayores a la
diferencia entre los candidatos de la primera y segunda posición con más vo­
tos, o cuando todos los votos favorezcan a un mismo partido.
LAS REFORMAS ELECTORALES EN MÉXICO 129

con el fin de facilitar y agilizar la revisión de cuentas de los parti-


dos (Ley General de Partidos Políticos, artículo 7, inciso d).
Como se puede observar, las reformas electorales no han minado
las denuncias de fraude electoral en México ya que se han conver­
tido en un alegato de los partidos políticos derrotados en pro de
debilitar a quienes consiguieron la victoria electoral; esto denota
que no acaba de asentarse la aceptabilidad de la derrota y es necesa­
rio subrayar que son los mismos que avalaron, en primer lugar, las
reformas electorales quienes después se quejan de ellas. Los pro­
nunciamientos de los perdedores socavan los alcances democráticos
logrados, prueba de ello es que la población duda de que las eleccio­
nes sean limpias y revela la falta de credibilidad en las instituciones
electorales que han sido producto de más de 20 años de pactos po­­
líticos.
El sistema de justicia electoral en México cuenta con un catálogo
de medios de impugnación19 dividido en cinco juicios y cuatro re­
cursos, dentro de los cuales uno es de carácter administrativo y es com-
petencia del INE resolverlo, mientras que el resto son de carácter
jurisdiccional, por lo cual la autoridad competente para resolverlo es
el tribunal electoral.
El recurso de revisión (RRV) es el medio de impugnación de ca­
rácter administrativo que pueden interponer los partidos o los
ciudadanos en contra de actos de autoridades administrativas elec­
torales que no sean de vigilancia; es competencia del INE resolver­
lo. Su objetivo es garantizar que todos los actos y resoluciones de la
autoridad electoral administrativa federal se sujeten invariablemen­
te al principio de legalidad (TEPJF, 2016:49).
El recurso de apelación (RAP), es un medio de impugnación de
carácter jurisdiccional que procede en contra de actos y resolucio-
nes de diversos órganos del INE. Su objeto es garantizar el apego a
los principios de constitucionalidad y legalidad y su resolución co­
rresponde a las salas del tribunal electoral (TEPJF, 2016:51).

19
Los recursos de impugnación son los procedimientos por medio de los
cuales las partes y los demás sujetos legitimados controvierten la validez o le­
galidad de los actos procesales u omisiones del órgano jurisdiccional y solicitan
una resolu­ción que anule, revoque o modifique el resultado del acto impugna­
do, o que ordene subsanar la omisión.
130 ALFONSO LEÓN PÉREZ

El recurso de revisión del procedimiento especial sancionador


(REP) es el medio de impugnación de carácter jurisdiccional, que
procede en contra de las resoluciones y sentencias emitidas en los pro-
cedimientos especiales sancionadores para garantizar la constitu­
cionalidad y legalidad de actos y resoluciones de la Sala Regional
Especializada; su resolución corresponde a la Sala Superior del TEPJF
(TEPJF, 2016:53).
El recurso de reconsideración es procedente para que la Sala Su­­­
perior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación
revise el control concreto de cons­titucionalidad que llevan a cabo las
salas regionales; procede cuando se aduce la existencia de irregulari­
dades graves que puedan vulnerar los principios constitucionales y
convencionales exigidos para la va­lidez de las elecciones, entre los que
destacan los de certeza y au­ten­ticidad, respecto de los cuales se ale­
gue que la sala re­gional responsable no adoptó las medidas nece­sarias
para garantizar su observancia y hacerlos efectivos, o bien que se omi­
tió el cese de tales irregularidades al realizar una interpretación que
pudiera limitar su alcance (TEPJF, 2016:61-62).
El juicio para la protección de los derechos político-electorales
del ciudadano procede cuando éste, por sí mismo, en forma indivi­
dual o a través de sus representantes legales, haga valer presuntas
viola­ciones a sus derechos político-electorales, o bien de aquéllos
fundamentales vinculados con el ejercicio de éstos, como el no
obtener oportunamente su credencial de elector, no aparezca in­
cluido o que indebidamente haya sido excluido de la lista nominal
de electores correspondiente a su domicilio una vez cumplidos los
requisitos y trámites correspondientes; y cuando considere que se
violó su dere­cho político-electoral de ser votado o le sea negado de
manera indebida su registro como candidato de elección popular
(TEPJF, 2016: 54-55).
El juicio de revisión constitucional electoral es un medio de im­
pugnación de estricto derecho, en el que los magistrados electorales
se encuentran imposibilitados para suplir la deficiencia de la queja
o agravio y sólo es procedente para impugnar actos o resoluciones
de las autoridades de las entidades federativas competentes cuando
la violación reclamada pueda resultar determinante para el desarrollo
del proceso electoral respectivo o el resultado final de las elecciones,
cuando la reparación solicitada sea material y jurídicamente posible
LAS REFORMAS ELECTORALES EN MÉXICO 131

antes de la fecha fijada para la instalación de los órganos o la toma


de posesión de los funcionarios electos y cuando se hayan agotado
todas las instancias previas establecidas por la leyes para combatir
los actos o resoluciones electorales por los cuales los resultados elec­
torales se pudieran haber modificado, revocado o anulado.20
El juicio de inconformidad es el medio de impugnación a través
del cual los partidos políticos y en determinados casos, los candida­
tos, por cuestiones de elegibilidad, pueden combatir los resultados de
los comicios federales, exclusivamente en la etapa de resultados y
declaraciones de validez. Su objeto es garantizar la constituciona­
lidad y legalidad de actos y resoluciones de los órganos del Instituto
Nacional Electoral (TEPJF, 2016:60).
El juicio para dirimir los conflictos laborales entre el INE y sus
servidores tiene por objeto garantizar los derechos laborales de los ser-
vidores públicos del INE, es decir, cuando se presentan controversias
referentes a la interpretación y aplicación de las normas jurídicas vi­
gentes o de los contratos de trabajo. El juicio para resolver los con­
flictos o diferencias laborales entre el TEPJF y sus servidores (CLT) es
un medio de impugnación que no encuentra sustento en la LGSMI-
ME; su finalidad es garantizar la protección de los derechos laborales
de los servidores del TEPJF y procede cuando se presentan contro­
versias relacionadas con la formación, modificación, suspensión o
terminación de las condiciones de trabajo (TEPJF, 2016:65-66).
En ocasiones, ante el tribunal se presentan asuntos que no se en­
cuadran en los supuestos de procedencia previstos en alguno de los
medios de impugnación establecidos por la legislación en materia
político-electoral. Por ello, la Sala Superior consideró pertinente es­
tablecer medios específicos más idóneos para su resolución.
El juicio electoral es un medio de impugnación que procede para
la tramitación y resolución de asuntos carentes de una vía específica
por la LGSMIME y procede solamente en el caso de que la contro­
versia entre en los Lineamientos Generales para la Identificación e
Integración de Expedientes del TEPJF. Los asuntos generales pro­

20
En caso de no alcanzar el tiempo para agotar todas las instancias locales
previas, se puede acudir de manera directa al tribunal vía per saltum, que significa
“saltarse la instancia previa, pero no se pueden agotar las dos vías al mismo tiem­
po (TEPJF, 2016:58-61).
132 ALFONSO LEÓN PÉREZ

ceden cuando es necesario un pronunciamiento del TEPJF sobre un


asunto que no se refiere a una controversia o litigio entre partes (TEPJF,
2016:66).
Del 1 de noviembre de 1996 al 27 de marzo de 2018, se resol­
vieron 184 274 asuntos de los 184 690 que el TEPJF recibió; esto
equivale a 99.7% de los casos que el TEPJF recibe. El juicio para la
protección de los derechos político-electorales (JDC) y el juicio de
revisión constitucional electoral (JRC) son los medios de impugnación
que se presentan en mayor número (véase la tabla 1 en el anexo).
En la jornada electoral de 2006, el margen de diferencia entre los
votos que concedieron la victoria a Calderón y marcaron la derrota
de López Obrador, fue de apenas 0.56%, no obstante, es en los años
2009, 2011, 2012, 2014, 2015 y 2016 que el TEPJF registró una
mayor cantidad de asuntos recibidos. Esto quizás podría indicarnos
que es a partir de los sucesos de la elección en 2006 que se incremen­
tó el número de impugnaciones presentadas tanto por ciudadanos
como por partidos políticos (véase la tabla 2 en el anexo). Los me­
dios de impugnación que más recibe la Sala Superior son el JDC y
el JRC. De los 76 861 asuntos recibidos, 76 726 fueron resueltos, esto
equivale al 99.92% (véase la tabla 3 en el anexo).
En el año 2011 hubo un mayor número de asuntos recibidos por
la Sala Superior; el medio de impugnación que más se presentó en
ese año fue el JDC con un total de 14 865 casos. Los medios de im­
pugnación presentados cuando se señala un rebase en los topes de
gastos de campaña pueden ser de dos tipos, como juicio de incon­
formidad (JIN) y como JRC. El TEPJF registró un total de 495 ca-
sos de JIN en el 2006, 522 en 2012 y 505 en 2015, mientras que del
JRC se presentaron 1 033 casos en 2010 y 1 418 casos en 2012, sien­
­do esos los años en los que las cifras fueron más altas (véase la tabla
4 en el anexo).
Retomando los indicadores para la medición de la calidad de la de-
mocracia en términos procedimentales, los recursos asignados a los
partidos políticos, así como el origen de los mismos acuñado por
una falta de control sobre su flujo, de un mecanismo eficiente para
la fiscalización y un escrutinio más estricto, genera la percepción de
que tenemos una calidad de la democracia media. Es posible argu­
mentar que la calidad de los procesos electorales se ha denigrado
por prácticas como la compra del voto, el pago de cobertura informa­
LAS REFORMAS ELECTORALES EN MÉXICO 133

tiva y el financiamiento ilegal de las campañas políticas.21 Lo que


no debe perderse de vista es que el financiamiento monetario uti­
lizado en las contiendas, no necesariamente causa un impacto en la
decisión de los votantes.
En las resoluciones dadas por el TEPJF se rescata que una gran
cantidad de los casos son resueltos con la explicación final de su no
procedencia, por no presentarse el medio de impugnación en tiem­
po y forma o porque los elementos presentados para impugnar no
son suficientes para dar lugar a una sanción o reconsideración en
los resultados electorales. El problema recae también en atribuirle
a una sola institución las funciones de fiscalización —el INE— en
lugar de atacar el problema de fondo para que no se recurra a prác­
ticas como la corrupción y las prebendas que pareciera que son
endémicas de México. Es cierto que existen prácticas no deseables
para una democracia liberal, pero eso es distinto a que los votos se al­
teren el día de la jornada electoral.

CONCLUSIÓN

El proceso de alternancia democrática fue gradual porque el régimen


fue abriendo sólo aquellos espacios de participación para la oposi­
ción que le eran indispensables. Los procesos contextuales de la lla­­
mada “gue­rra sucia”, los movimientos sociales y estudiantiles, las crisis
económicas, la coyuntura crítica de las elecciones de 1976 —con un
solo candidato a la Presidencia—, la caída del sistema en 1988 y el
reducido margen entre los votos en las elecciones de 2006 han lle­
vado a la modificación de las normas y las instituciones para bus­car
cimentar un escenario político que proporcione las condiciones para
garantizar la democracia que aún se encuentra en transición.
Bajo una definición procedimental o minimalista, México tiene
una democracia electoral, es decir, celebra elecciones de manera pe­
riódica, cuenta con reglas formales que garantizan condiciones mí­

21
Los cuales constituyen delitos en materia electoral y puede ser atendido
por la Fiscalía Especializada para la Atención de los Delitos Electorales (FE-
PADE), el INE y el TEPJF.
134 ALFONSO LEÓN PÉREZ

nimas de equidad para competir, así como voto universal. Es posi­ble


identificar por medio de las reformas electorales el proceso de tran­
sición democrática en el país.
En palabras de Huntington (1994:239), se puede considerar que
un país ha consolidado su democracia si en las primeras elecciones
democráticas, después del cambio de poder, el partido ganador
pue­de ser pacíficamente desplazado por la vía electoral. Con la pér­
dida de la mayoría en la Cámara de Diputados en 1997 por parte del
PRI y que a partir de entonces ningún partido ha obtenido de nue­
va cuenta la mayoría bicameral, podría considerarse a las elecciones
de ese año como el punto donde se concretó la democracia en Mé­
xico. No obstante, quien suscribe considera que la democracia no
está consolidada, sino que se encuentra en transición por los cambios
constantes registrados, no sólo en la arena electoral sino también
en los contextos sociales que enmarcan al país.
Las últimas reformas electorales han buscado mejorar el funcio­
namiento de la democracia electoral y abaratar su costo; sin embar­
go, el resultado ha sido adverso, ya que en los últimos diez años se
ha invertido más en infraestructura democrática, financiamiento
estatal de partidos, salas especializadas del tribunal electoral y más
burocracia para llevar a cabo las nuevas atribuciones del INE, y eso
no ha implicado que la calidad de la democracia haya mejorado, por
el contrario, la confianza en las autoridades electorales se ha mina­
do. Se ha detonado “la industria de la queja”, es decir, desconocer
los resultados de los comicios y presentar impugnaciones, en pala­
bras de Ugalde (2015).
México avanzó en el tema del pluralismo, de la alternancia polí­
tica, pero no ha avanzado, o en todo caso ha retrocedido, en los temas
de integridad, de eficacia gubernamental y en la calidad de los cua­
dros dirigentes, en especial en el ámbito local. La democracia no
ha dado buenos resultados, o al menos no los esperados, y esto se
debe a que persiste la falta del Estado de derecho. De poco sirve pri­
vilegiar el pluralismo si no se construye un piso de legalidad que per­
mita avanzar hacia gobiernos incluyentes, responsables y honestos
que puedan ser supervisados. Una democracia consolidada descan­
sa sobre esos principios, no en la alternancia de los partidos en el
poder. Tener más competencia no significa mayor satisfacción con
la democracia.
LAS REFORMAS ELECTORALES EN MÉXICO 135

Las modificaciones hechas en materia electoral obedecen a me­


didas que buscan corregir aquellos espacios que impiden avanzar
hacia la democracia. En la actualidad hay mayor participación
ciudadana y más pluralismo en los cargos públicos; sin embargo, la
desconfianza en los procesos electorales, las quejas de los partidos
políticos, las peticiones de nulidad, la autoproclamación de triunfo y
el reiterado señalamiento popular de que “todos son iguales”, per­siste.
El pluralismo político y la alternancia pusieron fin a la era del hi­­
perpresidencialismo, no obstante, en su lugar se erigió la partido­
cracia, en donde el poder político está en manos de los partidos, con
escasos controles externos, tal como sucedía con la institución pre­si­
dencial en la era del partido único. A ello hay que sumarle la perma­
nencia del clientelismo, el cual establece relaciones políticas basadas
en el intercambio de favores entre un patrón y sus clientes, entre
políticos que dan prebendas, cargos públicos y presupuestos a cambio
de apoyo político o económico, situación que merma la de­mocracia.
Las controversias presentadas por los partidos políticos desa-
tan tensiones en los comicios, pero a su vez deben transformarse en
opor­­tunidades para mejorar las reglas del juego que conduzcan a
tener más diálogo, honestidad de los políticos y una mayor eficacia
para gobernar. Los votos tendrían que traducirse, necesariamente,
en buenos gobiernos y para ello las reformas no pueden quedarse
sólo en materia electoral, sino también deben trastocar los ámbitos
de lo político, lo financiero y lo social.
En términos procedimentales, la democracia en México tiene
cuentas pendientes. Hace falta un sistema integral de rendición
de cuentas que permita mayor eficiencia sobre la fiscalización de los
partidos políticos. En el centro de la agenda pública se debe poner
una nueva reforma electoral que establezca nuevos controles sobre
los recursos en las elecciones. Hay razón cuando en las controversias
se señala el abuso del poder y la corrupción, no obstante, se polari­
za cuando sólo se les atribuye a los agentes citados como “la mafia
del poder”. Construir los acuerdos para el diseño de esta reforma es
más complejo por la pluralidad de nuestro sistema y rebasa el tema
de la transición a la democracia entendida como el proceso median­
te el cual logran surgir autoridades a partir de procesos electorales
sometidos a una estricta vigilancia de todos los actores políticos y
de las instituciones de la democracia.
136 ALFONSO LEÓN PÉREZ

Hay reglas del sistema que funcionan. Lograr una democracia


liberal es posible mediante secuencias acumulativas que modifiquen
reglas y hábitos, como hemos podido ver en el proceso de transición
democrática, no por pactos fundacionales que no son capaces de
fomentar el acatamiento de los resultados, que es la prueba máxima
de la legitimidad política en una elección.
Los deficientes mecanismos de control del ejercicio presupues­
tario, centran el tema del dinero de las contiendas como uno de los
recursos utilizados en las impugnaciones y peticiones de nulidad en
los comicios celebrados a partir de 2006 y hasta la fecha. Se enten­
dió que más pluralidad es más democracia y que más democracia
significa la necesidad de más dinero. Por ello, los fondos públicos fi­
nancian generosamente a los partidos con base en sus resultados elec-
torales anteriores y a eso deben sumarse los fondos obtenidos del
sector privado.
En el intento de corregir el error de asignar mayores recursos a
los estados se llamó a desaparecer a los institutos electorales esta­tales
(IEE), pero olvidaron que la misma medida debía aplicarse a los Con­
gresos locales. Por su parte, el INE ha cumplido como institución
que organiza las elecciones, pero existe una estrecha relación entre
la insatisfacción que se siente y el desempeño del gobierno, lo que
impacta directamente sobre la percepción que hay en la calidad de la
democracia y en el INE, en especial por parte de los partidos políticos
que no aceptan los resultados cuando éstos no les favorecen.
Es cierto que en los comicios celebrados después de 2014 y
hasta la fecha, existieron irregularidades e inexactitudes —la ma­
yoría de ellas involuntarias, algunas intencionales—, que son parte
inevitable de un proceso electoral donde se involucra a millones de
ciudadanos que participan en el proceso. El INE ha logrado elevar
los estándares de organización electoral, es un órgano con enorme
profesionalismo que puede llegar a un nivel de incompetencia si se
le satura de funciones, varias de las cuales son irrelevantes para me­jo­
rar la calidad y legalidad de la democracia.
No es culpa del INE, sino de un modelo de fiscalización rebasado
por la realidad. Como se vio en el proceso electoral en 2016, cuan­
do pocos días antes de la jornada electoral del 5 de junio el INE aler­
tó que 52% de los 3 385 candidatos en contienda no había reporta­do
un solo gasto. El mal desempeño de los partidos en su obligación
LAS REFORMAS ELECTORALES EN MÉXICO 137

de reportar sus ingresos y cómo los gastan es un asunto difícil de


corregir.
Un gran porcentaje de candidatos y partidos políticos llevan sis­
­temas dobles de contabilidad: uno para entregar a la autoridad, en
el cual se ajustan los montos para no rebasar los topes legales de los
gastos de cam­paña, y otro donde se asientan los gastos reales; y en
ocasiones, algunos de estos gastos se ejercen desde gobiernos, em­
presas o mediante pagos que realizan particulares de forma directa
a los proveedores (Ugalde y Rivera, 2014:23). Atacar el financia­
miento ilegal de las campañas electorales es la tarea más relevante.
El sistema actual es inoperante para rastrear esos recursos y para
lograrlo debe contar con sistemas de inteligencia financiera y apo­
yo en las tareas de fiscalización por los órganos locales de fiscali­
zación.
La democracia en México es el resultado de diversas variantes y
distintos procesos políticos. Los análisis de la transición son los ejes
centrales para dibujar las limitantes y/o los resultados de la demo­
cracia; la explicación versa en saber si fue un cambio político o es
simplemente porque todavía estamos en la etapa transicional. Nos
encontramos lejos de saber si el problema viene del Estado de dere­
cho y de su aplicación correcta. Debe fomentarse un gobierno más
eficaz para tomar decisiones y ejecutarlas sin que sean bloqueadas por
grupos de interés y clientelas políticas.
Es preciso estar conscientes de que los problemas no van a desapa­
recer mediante formulaciones mágicas o aritméticas; en este aspecto
la mecánica ha operado mediante arreglos o compromisos inestables
y evanescentes. Se confunde la equidad con el acceso a más dinero.
La equidad no significa más recursos financieros, sino igualdad de
condiciones para competir. La solución no consiste en desaparecer
el financiamiento público, sino de mantenerlo, repensando sus ob­
jetivos y recalculando sus montos, que éstos no obedezcan a fórmu­las
que se ajusten a los requerimientos de los partidos, sino a la inversa.
La crisis en la democracia debe verse no sólo como una etapa, si-
no como elementos circunstanciales que aparecen en todo mo­mento.
Desde los debates sobre qué es lo benéfico para la voluntad general,
en la inclusión y/o reconocimiento de los grupos, en el ejer­cicio de
los derechos y en la creación de instituciones. La posición de Mé­
xico es endeble ya que los procesos de selección no han sido del todo
138 ALFONSO LEÓN PÉREZ

aceptados por los supuestos fraudes presidenciales (1988, 2006 y


2012) y las constantes críticas de y hacia los partidos políticos.
Pocos fueron los casos en que a partir de las controversias se apro­
vechó la oportunidad de atacar los problemas de fondo. En cambio, se
sobrerreguló la competencia electoral en momentos de crisis, se cons-
truyó un oneroso aparato burocrático para la organización de las
elecciones y se promovió la judicialización de los conflictos electo­
rales. El resultado fueron más reglas, sí, pero más prohibiciones ge­
neraron la creencia de que se puede violar aún más la ley y de que, aun
si no se viola, se puede argumentar que ése fue el caso.
La percepción de la democracia nos muestra un grado de insatis­
facción con la misma, una credibilidad limitada de las instituciones
electorales y que la negación de la derrota sea una práctica común
entre los perdedores. México es un país con avances en materia
social, de cobertura educativa e industrial, así como una clase media;
esto, en el supuesto, se traduce en una ciudadanía más interesada y
crítica de sus procesos políticos, capaz de tomar decisiones racio­
nales; no son entes abstractos calibrados para recibir estímulos que
cambien de un momento a otro sus acciones, tampoco son esta­
dísticas, por lo que el impacto de la influencia de ciertas prácticas
clientelares sobre la decisión de los votantes no es cuantificable.
Las estructuras cambian gradualmente, incorporan nuevos elemen­
tos a los caracteres esenciales de la democracia. Es posible reconocer
la articulación de la democracia representativa con las condicio-
nes legales/políticas, incluso demográficas, y puede que no sea la me­
jor mediando los intereses de los representados; sin embargo, es la
única. Así, pasamos de lo adaptable a la única vía posible o, lo que
es lo mismo, a los procedimientos y los resultados de lo que pue-
de ser aplicado en condiciones de profunda desigualdad económica
y política, en un contexto de crecimiento y recesión.
La consolidación de la democracia se consigue cuando ningún
grupo político significativo intenta derribar el régimen democráti­
co o promover la violencia interna. Cuando incluso ante coyunturas
políticas y crisis económicas severas la población considera que la
solución surgirá de entre los parámetros de los procedimientos de­
mocráticos, cuando los participantes acepten las reglas del juego y
vuelvan a competir bajo las mismas reglas con las que perdieron. En
conclusión, la democracia está en constante transformación.
LAS REFORMAS ELECTORALES EN MÉXICO 139

ANEXO

TABLA 1
ASUNTOS RECIBIDOS Y ASUNTOS RESUELTOS POR EL TRIBUNAL
ELECTORAL POR TIPO DE ASUNTO DEL 1 DE NOVIEMBRE
DE 1996 AL 27 DE MARZO DE 2018

Total de Total de
Medio asuntos asuntos
recibidos resueltos
Conflicto competencial 3 3
Recurso de revisión 313 313
Recurso de apelación 7 189 7 146
Juicio de inconformidad 2 127 2 127
Recurso de reconsideración 5 634 5 610
Juicio para la protección de los derechos
140 789 140 561
político-electorales del ciudadano
Juicio de revisión constitucional electoral 14 851 14 803
Juicio para dirimir los conflictos o
diferencias laborales de los servidores 1 364 1 341
del Instituto Nacional Electoral
Asuntos especiales 284 284
Conflicto o diferencias laborales
47 41
entre el TEPJF y sus servidores
Contradicción de criterios 75 74
Juicios laborales 10 10
Innominado 2 2
REV 42 42
Asuntos generales 3 782 3 773
Opiniones solicitadas por la SCJN respecto
226 226
de acciones de inconstitucionalidad
Solicitud de ejercicio de la facultad
5 610 5 610
de atracción de la Sala Superior
140 ALFONSO LEÓN PÉREZ

TABLA 1 (CONTINUACIÓN)

Total de Total de
Medio asuntos asuntos
recibidos resueltos
Quejas por responsabilidad administrativa
competencia de la Presidencia del 7 7
TEPJF

Apelación por imposición


5 5
de sanciones administrativas
Impedimentos para que los magistrados
electorales conozcan de un 13 13
determinado medio de impugnación
RDJ 10 9
JE 1 246 1 228
REP 1 055 1 040
RVT 6 6
Total 184 690 184 274
FUENTE: elaboración propia con los datos estadísticos del TEPJF (2018).

TABLA 2
NÚMERO DE ASUNTOS RECIBIDOS POR EL TRIBUNAL ELECTORAL
POR AÑO DESDE EL 1 DE NOVIEMBRE
DE 1996 AL 27 DE MARZO DE 2018

Número Número Número Número


Año de asuntos de asuntos Año de asuntos de asuntos
recibidos resueltos recibidos resueltos
1996 36 19 2001 736 698
1997 8 136 8 148* 2002 1 518 1 530*
1998 487 418 2003 1 657 1 657
1999 440 470* 2004 1 702 1 678
2000 2 275 2 293* 2005 1 335 1 349*
LAS REFORMAS ELECTORALES EN MÉXICO 141
TABLA 2 (CONTINUACIÓN)

Número Número Número Número


Año de asuntos de asuntos Año de asuntos de asuntos
recibidos resueltos recibidos resueltos
2006 3 745 3 757 2013 6 134 6 181
2007 3 506 3 414 2014 10 160 9 014
2008 4 068 4 073* 2015 27 234 27 671
2009 21 799 21 890* 2016 10 139 10 831
2010 5 096 5 022 2017 9 663 9 546
2011 35 702 35 628 2018 1 779 1 663
2012 28 592 28 573 Total 185 939 185 523

* El Sistema de Información de la Secretaría General de Acuerdos arroja estos


datos, señalando más asuntos resueltos que aquellos que se reciben sin dar
explicación de estas cifras. Disponible en <http://portal.te.gob.mx/turnos-sen
tencias/estadisticas>.
FUENTE: elaboración propia con los datos estadísticos del TEPJF (2018).

TABLA 3
ASUNTOS RECIBIDOS Y RESUELTOS POR LA SALA SUPERIOR
POR TIPO DE ASUNTO DEL 1 DE NOVIEMBRE DE 1996
AL 27 DE MARZO DE 2018

Total de Total de
Medio asuntos asuntos
recibidos resueltos
Conflicto competencial 3 3
Recurso de revisión 147 147
Recurso de apelación 5 408 5 388
Juicio de inconformidad 804 804
Recurso de reconsideración 5 634 5 610
Juicio para la protección de los derechos
46 962 46 922
político-electorales del ciudadano
Juicio de revisión constitucional electoral 8 107 8 096
142 ALFONSO LEÓN PÉREZ

TABLA 3 (CONTINUACIÓN)

Total de Total de
Medio asuntos asuntos
recibidos resueltos
Juicio para dirimir los conflictos
o diferencias laborales de los 803 794
servidores del Instituto Nacional Electoral
Asuntos especiales 262 262
Conflicto o diferencias laborales entre
47 41
el TEPJF y sus servidores
Contradicción de criterios 75 74
Juicios laborales 10 10
Innominado 42 42
REV 1 281 1 275
Asuntos generales 226 226
Opiniones Solicitadas por la SCJN
respecto de acciones 5 610 5 610
de inconstitucionalidad
Solicitud de ejercicio de la facultad
7 7
de atracción de la Sala Superior
Quejas por responsabilidad administrativa
competencia de la Presidencia 5 5
del TEPJF
Apelación por imposición
10 10
de sanciones administrativas
Impedimentos para que los magistrados
electorales conozcan de 10 9
de un determinado medio de impugnación
RDJ 6 6
RVT 347 345
JE 1 055 1 040
EEP — —
Total 76 861 76 726
FUENTE: elaboración propia con los datos estadísticos del TEPJF (2018).
LAS REFORMAS ELECTORALES EN MÉXICO 143
TABLA 4
NÚMERO DE ASUNTOS RECIBIDOS POR LA SALA SUPERIOR
POR AÑO DEL 1 DE NOVIEMBRE DE 1996
AL 27 DE MARZO DE 2018

Número Número Número Número


Año de asuntos de asuntos Año de asuntos de asuntos
recibidos resueltos recibidos resueltos
1996 31 15 2008 3 518 3 612
1997 440 451* 2009 9 017 9 037
1998 487 418 2010 2 124 2 089
1999 439 469 2011 16 015 15 981
2000 937 955* 2012 4 986 4 936
2001 736 698 2013 1 973 2 012
2002 1 517 1 529 2014 5 248 4 893
2003 1 445 1 449 2015 9 003 8 636
2004 1 702 1 674 2016 4 506 5 220
2005 1 335 1 349 2017 4 462 4 419
2006 2 935 2 947 2018 501 525
2007 3 506 3 414 Total 76 863 76 728
* En ocasiones son más los asuntos que se resuelven que los asuntos que se
reciben, esto se debe a: a) en algunos juicios la carpeta puede incluir tres o cua­
tro temas, por lo que se generan expedientes nuevos o b) un juicio entra como
un medio de impugnación distinto al que debería ser (por ejemplo un juicio para
la protección de los derechos político-electorales del ciudadano debió ingresar
como un juicio de revisión constitucional electoral. A esta figura se le llama
escisión.
FUENTE: elaboración propia con los datos estadísticos del TEPJF (2018).
144 ALFONSO LEÓN PÉREZ

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146 ALFONSO LEÓN PÉREZ

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BL
A
N
C
A
TRANSICIÓN Y  CAMBIO INSTITUCIONAL
EN EL PODER LEGISLATIVO MEXICANO

Laura Valencia Escamilla*

RESUMEN

En este artículo se analiza el papel del Congreso en un doble pro­


ceso de transformación institucional: el equilibrio de poderes en el
sistema político mexicano y la capacidad institucional adquirida por
el nuevo Poder Legislativo para impulsar reformas de cambio es­
tructural hacia la construcción y consolidación de la democracia me­
xicana. En este doble papel, el Congreso mexicano se analiza desde
su transformación interna, particularmente en términos de cambios
reglamentarios al interior, y cómo estos cambios tienen efecto en la
transformación institucional hacia la consolidación democrática de
las instituciones del país. En este sentido, el manuscrito se apoya
en la documentación de los cambios que el Congreso ha sufrido de
1997 a 2018, así como la evaluación de la Red Latinoamericana para
la Transparencia, que se encarga de verificar si dichos cambios tienen
efectos positivos en la evaluación de los congresos. Por otro lado, se
observa el cambio en la composición de las diferentes legislaturas
y se elabora un índice de oposición para verificar el peso de ésta y su
influencia en la transformación del país. Al mismo tiempo, se cons­
tata cuantitativamente el número de reformas constitucionales apro­
badas durante los años antes referidos para identificar el peso del
partido que controla la agenda legislativa, para de esa manera ubi­car

* Profesora-investigadora del Departamento de Política y Cultura de la


UAM-Xochimilco.

[149]
150 LAURA VALENCIA ESCAMILLA

el papel de agente y sujeto de las reformas institucionales en un pro­


ceso de transformación de régimen sin ruptura con su pasado au­
toritario.
Palabras clave : institucionalización parlamentaria, cambio políti­co,
reformas legales, Poder Legislativo, transiciones democráticas.

INTRODUCCIÓN

El arribo democrático a la región latinoamericana ha provocado la


transformación de diversas instituciones, particularmente las de corte
democrático, tales como los sistemas electorales, de partidos, así
como las instituciones representativas a través de procesos de mo­
dernización institucional, organizacional, de gestión y tecnológica.
En el caso de los congresos, el interés por transformarlos no sólo
consistió en la activación de los mismos, sino en devolver a la ins­
titución el control político, fiscal y de gobierno, además de ampliar
la base representativa a fin de contribuir con las expectativas ciu­
dadanas de gozar de una democracia que acercara la representación
nacional a una ciudadanía incrédula de gobiernos autoritarios, inefi­
cientes y corruptos.
El proceso de transformación institucional en la región ha va­
riado de país en país, pero en general se puede decir que el fenómeno
democrático ha sido un proceso histórico diferenciado cuyas pecu­
liaridades se relacionan con la profundidad de los procesos de con­
solidación. Las marcadas diferencias han sido señaladas en torno a
la durabilidad y estabilidad de las democracias (Huntington, 1996;
Colomer, 2001), a la fase histórica en la que ocurrió el proceso de­
mo­crático (Linz, 1988) y al grado de consolidación institucional y
resistencia al cambio (Morlino, 1998; Dahl, 2006), entre las apor­
taciones más importantes. Todos estos procesos intentaron explicar
las causas que llevaron a muchos países a consolidar o no sus demo­
cracias.
Hoy, las tareas pendientes para América Latina y para México
en particular se han orientado hacia la consolidación y profundiza­
ción de las incipientes democracias. Se ha hecho evidente que, por
la debilidad institucional de muchas de estas democracias, no ha
sido posible avanzar en la modernización de las economías y las so­
TRANSICIÓN Y CAMBIO INSTITUCIONAL EN EL PODER 151

ciedades de estos países, pero ¿cuáles son las causas de dicha “debi­
lidad”?
Morlino (1986) identifica dos etapas posteriores a la transición:
instauración y consolidación. La consolidación se identifica con la
fase de reforzamiento del sistema democrático al aumentar la es­
tabilidad y persistencia que contrarresta los posteriores momentos
de crisis. Por otra parte, la instauración es el periodo de creación o
diseño de nuevas instituciones y procedimientos democráticos.
En esta etapa —de instauración—, Cansino (2004) señala dos com­
ponentes adicionales del proceso: la destitución del antiguo régimen y
el nuevo diseño constitucional. En el diseño, se busca derogar aque­
llas normas jurídicas existentes en el régimen autoritario con la
creación de nuevas constituciones o la transformación de reformas
profundas de la Constitución existente, lo que incrementa el poten­
cial de persistencia del nuevo régimen democrático y lo conduce a su
consolidación. La carencia de alguno de los dos elementos sugiere
la proclividad hacia la debilidad institucional, dado que los nuevos
regímenes enfrentan problemas de consolidación y, por tanto, el
afianzamiento democrático es más susceptible frente a las crisis que
pueden devenir en descrédito de los nuevos sistemas.
En la actualidad, los países más susceptibles a los problemas de
consolidación e instauración son aquellas democracias provenientes
de regímenes autoritarios de partido único o cuasi único (Magalo­
ni, 2006) en donde su perdurabilidad depende de la asimetría de
recursos, de una competencia electoral tenue y una oposición débil
incapaz de iniciar el proceso de instauración. El resultado es un bajo
afianzamiento institucional.
Se puede decir en términos muy generales que la transición en
México la podemos caracterizar a partir de cinco elementos:

1) Se trata de una “transición prolongada” en la que se produce más


que una liberalización y posterior democratización, una descom­
presión autoritaria cuya apertura se da a través de la celebración
de elecciones, siempre de manera controlada (Casper, 2001).
2) La transformación del régimen ha sido el resultado de un largo
proceso de construcción de corte democrático caracteriza-
do por un “cambio sin ruptura en el orden institucional estable­
cido” (Elizondo y Nacif, 2002).
152 LAURA VALENCIA ESCAMILLA

3) La transición política no se basó en pactos que irrumpen


desde el pasado y producen transformaciones político-insti­
tucionales, sino en una permanente negociación denominada
“transición votada”, ya que los cambios se llevan a cabo me­
diante el sistema electoral y de partidos (Merino, 2003).
4) El promotor de los cambios en la construcción institucional se
da desde el liderazgo del partido dominante (Magaloni, 2006).
5) La oposición enfrenta los procesos de competencia desde una
postura de desventaja asimétrica reforzada por la fuerza del par­
tido dominante (Magaloni, 2006).

El conjunto de las posturas sobre la transición mexicana nos lleva


a suponer que se trata de un proceso inconcluso en donde surgen
dudas sobre el tipo de instituciones representativas en las que se
finca la democracia mexicana: si la transición mexicana no es con­
secuencia de una ruptura institucional con su pasado autoritario,
¿es posible que estemos hablando de las bases del diseño de una
nueva institucionalidad o la prolongación del pasado autoritario?
Dado que el ingreso del contingente opositor en México surge
por la vía electoral más que por la movilización, ¿es posible afirmar
que el Poder Legislativo mexicano como escenario del intercambio
entre las diferentes fuerzas políticas cumple, por un lado, con la fun­
ción de ser creador de su propia institucionalización como el pro­
ceso mediante el cual un congreso pasivo o caracterizado por ser
un rubber stamps (sello de goma) llega a convertirse en una institu­
ción autónoma, política y técnicamente capacitada y con influencia
en las políticas, y al mismo tiempo, fungen como constructor de las
reformas constitucionales en las que se busca no sólo legitimar el
actual sistema, sino establecer pactos que instauren, consoliden y man­
tengan la democracia que por momentos parece desvanecerse?
En el documento se sostiene que la transformación institucional
estuvo limitada por el dominio y control de la agenda legislativa de
parte del partido autoritario durante todo el proceso de transfor­
mación. Este hecho produjo reformas limitadas y la manutención
de viejos vicios que conviven y se contraponen con el cambio ins­
titucional del Poder Legislativo.
En este sentido, el texto abordará la problemática desde el mo­
delo de institucionalización legislativa propuesto por Copeland y
TRANSICIÓN Y CAMBIO INSTITUCIONAL EN EL PODER 153

Patterson (1994), en el cual se revisan las reformas institucionales a


las que se ha sometido el Poder Legislativo mexicano en términos de
autonomía, organización y estructuras internas del Congreso mexi­
cano. Al mismo tiempo, se evaluará el peso de los actores políticos
en el proceso de transformación, para lo cual se elaboró un índice de
oposición en relación con las reformas impulsadas por los gobier-
nos en turno y averiguar la lógica del cambio de las reformas pro­
puestas.

EL CONGRESO EN LA CONSTRUCCIÓN INSTITUCIONAL

Las transformaciones institucionales juegan un doble papel: por un


lado, implican la posibilidad de un cambio limitado o ampliado que
genera incertidumbre, por el otro, es un proceso de adaptación
que engancha y estabiliza la consolidación (Morlino, 2005); en este
escenario, los congresos al funcionar como agentes del cambio re­
presentan el primer acercamiento hacia la consolidación (figura 1).
Se trata de un proceso identificado con tres variantes en su papel de
agente: la del sistema electoral, que establece las reglas del juego al
mismo tiempo que legitima al sistema mediante la certeza de la par­
ticipación regular de los partidos y electores en las elecciones, así
como la inclusión ciudadana en las decisiones públicas; la del siste­
ma de partidos, como la repercusión de las reformas electorales al
adecuar sus reglas internas de selección de la elite política y el es­
tablecimiento de vínculos de cohesión ciudadana. Al final, las le­
gislaturas surgen como constructoras de las reformas constitucionales
en las que se busca no sólo legitimar el actual sistema, sino estable­
cen pactos a largo plazo que den estabilidad, efectividad y eficacia a
los gobiernos democráticos (Di Palma, 1988).
Si bien es cierto que los congresos son agentes del cambio, esto
no sería posible dado que al tiempo que la democracia emerge y
con ella las estructuras representativas, muchas veces pueden resul­
tar insuficientemente institucionalizadas debido a la dependencia
gu­ber­namental (o falta de autonomía), a la carencia de reglas y pro­
ce­sos legislativos claros (formalidad), o a la ausencia de procesos es­
tablecidos para la toma de decisiones (uniformidad), a la falta de una
estructura técnica y organizativa que fortalezca la labor legislativa
154 LAURA VALENCIA ESCAMILLA

FIGURA 1

Construcción Reformas
de reglas estructurales
y estructura estatal y/o cambio
institucional

Sistema de partidos Reglas internas


Agente

Legislaturas
Sistema electoral Reglas de
competencia y de
inclusión ciudadana

• Institucionalización
Cambios en su • Control legislativo
Sujeto estructura interna • Control político
• Rendición de cuentas
FUENTE: elaboración propia.

(complejidad). De ahí que la institucionalización de las legislaturas


incluya estos cuatro aspectos (Copeland y Patterson, 1994:20).
La autonomía parlamentaria apela a la independencia que la
asamblea representativa tiene para organizarse a sí misma sin la in­
tervención o el dominio del aparato gubernamental, del partido polí-
tico, la burocracia, la Iglesia, la fuerza militar, o de la presión de los
grupos de interés internos y externos.
La formalidad se refiere a los procesos y reglas que indican clara­
mente la normatividad por la que se rige cada uno de los miembros
en el parlamento, así como el papel que éstos cumplen dentro del
proceso y el procedimiento parlamentario.
La uniformidad representa el tipo de organización política expre­
sada en la forma como se lleva a cabo el procedimiento legislativo
en relación con la combinación de intereses a través de coaliciones y
disciplina parlamentaria.
Finalmente, la complejidad trata de la amplia estructura organi­
zativa de la institución que cuenta con fracciones parlamentarias
bien organizadas, minorías fuertes, amplios sistemas de información
TRANSICIÓN Y CAMBIO INSTITUCIONAL EN EL PODER 155

y apoyo técnico, así como organización del trabajo en comités am­


pliamente estructurados.1
La falta o disfuncionalidad de alguno de estos elementos impide
la consolidación de la institucionalización de un parlamento, sobre
todo en el momento del cambio, pues algunas asambleas, por su
endeble institucionalidad, no han sobrevivido a los colapsos en los
sistemas políticos: tal es el caso de la disolución del congreso en
Perú por Alberto Fujimori, o el Reichstag alemán durante la Repú­
blica de Weimar, el parlamento de la Tercera República Francesa o
el congreso argentino disuelto por el régimen peronista, o recien­
temente el desmoronamiento democrático en Venezuela. Éstos son
algunos ejemplos de congresos que además de que adolecían de una
organización y un robustecimiento institucional, carecían del apoyo
popular.
El resultado de este rechazo es perturbador para el conjunto de
los países latinoamericanos, si se observa a la luz de los datos regis­
trados por el Latinobarómetro en su informe 2015 sobre percepción
democrática. La región se destaca por la mala evaluación de las ins­
tituciones democráticas, particularmente los partidos y los congre­
sos. Respecto a estos últimos, los datos proporcionados por el índice
presentado a lo largo de 20 años (1995-2015) destacan que los paí­ses
que mejor evalúan a sus legislaturas son Uruguay y Ecuador, donde
menos de la mitad de los entrevistados opinó tener mucha y algo
de confianza en sus congresos (46%). Del lado contrario, los peor
calificados fueron los congresos de Perú, Colombia, Chile y Gua­
temala con cifras que oscilan entre 85 y 76%, que opina tener poca o

1
Cabe destacar que Nelson Polsby (1967), cuando analiza la instituciona­
lización de la 151 Cámara de Representantes en Estados Unidos, de los siglos
XVIII y XIX hasta la década de 1969 del siglo XX, introdujo tres elementos que
caracterizaron la institucionalización de la cámara: establecimiento de límites
a la inestabilidad producida por la no profesionalización de los líderes o repre­
sentantes, es decir, establecer un sistema de reclutamiento de los mismos; com­
plejidad de la tarea parlamentaria, en la que la división del trabajo legisla­tivo
es necesario para asignar los roles específicos y el funcionamiento adecuado del
recinto; finalmente, el autor menciona un cambio en los criterios manifiestos
para la toma de decisiones, donde lo universal prevalece sobre lo particular,
los méritos subsisten al favoritismo y al nepotismo, y las preferencias perso­
nales se sustituyen por códigos impersonales.
156 LAURA VALENCIA ESCAMILLA

ninguna confianza en sus legislaturas. México se encuentra en una


posición cercana a Venezuela y Bolivia, donde poco más de 60% de
los ciudadanos tiene una percepción negativa de sus parlamentos.2
Alcántara, García y Sánchez (2005) explican este hecho en tér­
minos de los problemas de consolidación democrática, estructu-
ras débiles que han funcionado como herramientas ratificadoras en
manos de los regímenes autoritarios; su baja capacidad técnica y
política frente al Ejecutivo; la ausencia o inadecuada utilización de
mecanismos institucionales de interacción con la sociedad civil le
ha impedido acercar la representación a la ciudadanía. Al mismo
tiempo, ha sido difícil desarraigar prácticas como el manejo de los
congresos bajo criterios patrimonialistas sin ningún apego técnico;
todo ello ha generado entre la población percepciones de descon­
fianza y baja estima en relación con otras instituciones públicas.3
No obstante las debilidades estructurales inherentes a los congre­
sos latinoamericanos, no se puede negar que hoy día las instituciones
legislativas en la región buscan fortalecerse en la medida en que la
crisis representa una oportunidad para equilibrar su peso respecto
a los ejecutivos, integrar a la representación política, la participación
ciudadana; ampliar los canales de interacción social y promover la
rendición de cuentas, la transparencia y la evaluación de los congre­sos.

REFORMA Y CAMBIO INSTITUCIONAL


EN EL PODER LEGISLATIVO MEXICANO

Para Ferrano (2006), el papel activo del congreso sobre las burocra­
cias se inicia con “la concepción normativa de la función legisla­tiva” en
2
En el mismo sentido, podemos relacionar la desconfianza de los ciuda­
danos latinoamericanos con sus parlamentos y su percepción sobre la repre­
sentación. En el informe se menciona que a la pregunta de si se sienten
representados por sus congresos, la respuesta fue que 70% de los latinoame­
ricanos en promedio no se siente representado por sus congresos. Coincide
Uruguay como el país que mejor representado se siente con 45%; en el otro
extremo se encuentra Perú con apenas 8% de aceptación; Brasil 13% y Méxi­
co 17% (véase Latinobarómetro, 2015).
3
Por ejemplo, en la misma encuesta de opinión, el gobierno o la figura pre­
sidencial tienen niveles de aprobación ligeramente superiores a los registrados
por los congresos.
TRANSICIÓN Y CAMBIO INSTITUCIONAL EN EL PODER 157

tanto que asume un rol más técnico en las tareas parlamentarias. De


ahí que parte importante de la consolidación de la institucionaliza­
ción y modernización de un parlamento reside no sólo en los pode­
res que se le otorgan, también la estructura organizativa robustece
a la instancia representativa. Se trata de un proceso mediante el cual
una legislatura poco profesional, inestable y disfuncional llega a con­
vertirse en una institución con autonomía política y técnica (Cope­
land y Patterson, 1994), con estabilidad e influencia pública.
La experiencia mexicana respecto a la institucionalización de su
Po­der Legislativo se vislumbra como un proceso largo pero en cons­
tante cambio, que ha ido de la mano del proceso de transición de­
mocrático caracterizado por ser un proceso político-institucional,
donde los cambios se han llevado a cabo mediante la transformación
institucional del sistema electoral y de partidos (Merino, 2003), donde
la oposición se fortaleció en la arena electoral para luego iniciar un
proceso de transformación e institucionalización. Las etapas de con­
solidación legislativa para el caso mexicano van de la aprobación au­
tomática al actual modelo de transformación que aún se mantiene
inconcluso (figura 2).

FIGURA 2
ETAPAS DEL CONGRESO MEXICANO
POR MODELOS DE TRANSFORMACIÓN

2003-2012 2012-

Antes de 1988 1988-1997 1997-2006 2006-

Aprobación Emergentes Informadas Transformadas


automática Obstruc- ¿Cons-
tiva tructiva?
FUENTE: elaboración propia con base en Díaz (2000) y Saiegh (2010).

En el continuum de la figura 2, hasta antes de 1988 el Poder Le­


gislativo en México se caracterizaba por el predominio del Ejecutivo
sobre el Legislativo, ocasionado por el apoyo mayoritario y la dis­
ciplina impuesta por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), lo
que hacía del congreso mexicano un congreso de aprobación auto­
158 LAURA VALENCIA ESCAMILLA

mática. La organización centralizada en la que se basaba el Legis­


lativo había favorecido al PRI y al presidente, porque este último, al
ser jefe de Estado, de gobierno y de su partido, le otorgaba la facul­
tad metaconstitucional de repartir las candidaturas electorales y las
di­rigencias legislativas. En este caso, las mayorías afines al presiden­te
se aseguraban, porque al interior del congreso se estableció un sis­
tema de gobierno basado en una comisión unipartidista conocida
como la Gran Comisión, cuya autoridad emanaba directamente del
presidente de la Gran Comisión, designado a su vez por el presiden­
te de la República.4
A partir de 1988 hasta 1997, cuando el sistema de partidos deja de
ser un sistema de partido hegemónico para convertirse en uno más
competitivo, se observa un congreso emergente donde una de las pri-
meras tareas de los grupos parlamentarios de los partidos de opo­
sición cuando éstos vieron incrementada su dotación de asientos, fue
despojar al PRI del monopolio de la organización legislativa y trans­
ferir dichos poderes a un órgano multipartidista conocido inicial­
mente como Comisión de Régimen Interno y Concertación Política,
creado en la LV Legislatura (1991-1994), que a su vez incidió en la
composición plural de las comisiones legislativas. En cuanto a los
sistemas de información, nacen incipientes recursos tecnológicos co­
mo la tabla electrónica de votaciones, en donde por primera vez los
ciudadanos tenían la posibilidad de observar los registros de votación
de sus representantes.
En 1999 se lleva a cabo la reforma integral del congreso al refor­
mu­lar su propia ley orgánica, en la que el órgano de dirección in­terno,
ahora llamado Junta de Coordinación Política (creada en 1999) tie­
ne por objetivo, además de integrar a los coordinadores de los grupos
parlamentarios representados en la cámara, impulsar la con­for­
mación de acuerdos parlamentarios relacionados con el conteni­do
de las agen­das de los partidos políticos a través de la Confe­rencia
para la Direc­ción y Programación de los Trabajos Legislativos. La
transparencia y los sistemas de información fueron dos elementos

4
Los poderes de la Gran Comisión eran extensos, abarcaban desde la pre­
paración de la lista de integrantes de cada comisión legislativa, el nombramiento
de los principales cargos administrativos, la asignación de los recursos, hasta
la selección de los miembros de la mesa directiva.
TRANSICIÓN Y CAMBIO INSTITUCIONAL EN EL PODER 159

considerados e integrados a las reformas propuestas en ese periodo.


La difusión del trabajo legislativo estaría a cargo del Canal del Con­
greso, así como los servicios de información en línea a cargo de la
Secreta­ría Parlamentaria. Al mismo tiempo, se reconoce la necesi­
dad de contar con un cuerpo de apoyo técnico en la elaboración de
iniciati­vas y toma de decisiones, quienes tendrían a su cargo la rea­
lización de la actividad de investigación y sondeos para conocer las
problemáti­cas y el análisis de las posibles soluciones.
Asimismo, los sistemas de control se refuerzan en tanto que se
crea una serie de instancias encargadas de fiscalizar, supervisar y con­
trolar al Ejecutivo; por ejemplo, la Auditoría Superior de la Federa­
ción —que sustituye a la Contaduría Mayor de Hacienda— creada
en el año 2000 para la revisión de la cuenta pública, tiene la capaci­
dad de auditar a los poderes públicos, además de sancionar y fin-
car responsabilidad en caso de daño al erario público. No fue sino
años después cuando se expidió la Ley de Fiscalización y Rendición
de Cuentas de la Federación.
Durante este periodo de construcción del propio congreso se
gestan las primeras experiencias de gobierno dividido, que traen
co­mo consecuencia amplios periodos de obstrucción, hasta decisio­
nes legislativas expedidas por el gobierno y los grupos parlamenta­
rios en torno a reformas en la estructura constitucional. Al mismo
tiempo, se observa un proceso de transformación en tanto que el con­
greso es más propositivo en su labor legislativa (en 2006 es obli­
gatoria la presentación de las agendas legislativas de cada grupo
parlamentario representado en el congreso), abre canales de acceso
ciudadano (en 2009 se crea una instancia de gestoría ciudadana; y en
diciembre de 2010 se reglamenta el cabildeo) y los sistemas de trans­
parencia e información experimentan un constante proceso de con­
solidación desde la expedición en el año 2000 del Estatuto de la
Organización Técnica y Administrativa y del Servicio de Carrera
del Congreso.5

5
A los sistemas de información internos se suman otros interesados en
ge­nerar y ordenar la información legislativa, como el Sistema de Información
Legislativa (SIL) y el Sistema del Orden Jurídico Nacional, ambos proyectos
generados por la Secretaría de Gobernación y que opera desde 2003, así como
el banco de información jurídica de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
160 LAURA VALENCIA ESCAMILLA

Además de la reformulación institucional del congreso, éste ha ex­


perimentado el reto de la modernización, tecnificación y transpa­
rencia de las actividades legislativas. Por lo que respecta a la Cámara
de Diputados —uno de los primeros órganos de gobierno en expe­
rimentar el reto de la transparencia—, desde 1997 cuenta con un
sistema electrónico de votación público que ha dado paso a la
creación de diversos órganos de información integrados en la Secre­
taría de Servicios Parlamentarios, en el reforzamiento de los servi­
cios del Comité de Bibliotecas y en la creación de los sistemas de
información electrónicos a disposición del público en general.
De acuerdo con lo dispuesto por el artículo 49 de la Ley Orgáni­
ca del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, la Se­
cretaría de Servicios Parlamentarios tiene como función ofrecer los
siguientes servicios:

a) Servicios de asistencia técnica a la presidencia de la Mesa Direc­


tiva: comprende los de comunicaciones y correspondencia,
turnos y control de documentos, certificación y autentificación
documental, instrumentos de identificación y diligencias re­
lacionados con el fuero de los legisladores, registro biográfico
de los integrantes de las legislaturas, y protocolo, ceremonial
y relaciones públicas.
b) Servicios de la sesión: comprende los de preparación y desa­rrollo
de los trabajos del pleno; registro y seguimiento de las ini­ciati-
vas o minutas de ley o de decreto, distribución en el pleno de
los documentos sujetos a su conocimiento, apoyo a los secre­
tarios para verificar el quórum de asistencia, cómputo y regis­
tro de las votaciones, información y estadística de las actividades
del pleno, elaboración, registro y publicación de las actas de
las sesiones, y registro de leyes y resoluciones que adopte el pleno.
c) Servicios de las comisiones: comprende los de organización y
asis­tencia a cada una de ellas a través de su secretario técnico,
registro de los integrantes de las mismas, seguimiento e infor­
mación sobre el estado que guardan los asuntos turnados a
comisiones, y registro y elaboración del acta de sus reuniones.
d) Servicios del diario de los debates: comprende los de elaboración
integral de la versión estenográfica, del diario de los debates, y
de la gaceta parlamentaria.
TRANSICIÓN Y CAMBIO INSTITUCIONAL EN EL PODER 161

e) Servicios del archivo: comprende los de formación, clasificación


y custodia de expedientes del pleno y las comisiones, y des­
ahogo de las consultas y apoyo documental a los órganos de la
cámara y a los legisladores.
f) Servicios de bibliotecas: comprende los de acervos de libros, he­
meroteca, videoteca, multimedia, museografía e informática par­
lamentaria.

Todos estos servicios han reforzado el trabajo legislativo, sobre


todo porque los cambios en el congreso mexicano se volvieron más
profundos y evidentes a partir de la reestructuración de las activi­
dades legislativas. El servicio centralizó las tareas de investigación:
en el ámbito de antecedentes y estudios comparativos, investigación
de temáticas especializadas y servicio de datos e información esta­
dística.
En México, además de la biblioteca, en el Senado de la Repúbli­
ca está conformado el Instituto de Investigaciones Legislativas del
Senado de la República (IILSEN). El IILSEN es un órgano especia­
lizado dependiente de la Mesa Directiva encargado de desarrollar
actividades de investigación, estudios y análisis relacionados con las
competencias del Senado, así como el establecimiento de víncu-
los institucionales con organismos públicos y privados, nacionales y
extranjeros con el objeto de apoyar el trabajo legislativo del Senado
(CESOP, 2004).
En cuanto a los servicios de asesoría, desde 1997 existen en la Cá-
­mara de Diputados centros de investigación que apoyan a los legis­
ladores en su quehacer de legislar: Centro de Estudios de Desarrollo
Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria (CEDRSSA), creado en
2004; Centro de Estudios de Derecho e Investigaciones Parlamenta­
rias (CEDIP); Centro de Estudios de las Finanzas Públi­cas (CEFP),
creado en 1997; Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública
(CESOP), creado en el año 2000, y no es hasta 2005 cuando se crea
el Centro de Estudios para el Adelanto de las Mujeres y la Equidad
de Género (CEAMEG). El objetivo de estos centros ha sido brindar
apoyo técnico e información analítica a los diputados y a las comi­
siones legislativas. Se constituyeron como instancias de ca­rácter ins­
titucional y no partidista, integrado por especialistas. De hecho, el
acceso tanto al grupo de especialistas como a los administrativos de
162 LAURA VALENCIA ESCAMILLA

los centros es mediante un concurso abierto de oposición y a través


de las promociones de categoría mediante concurso cerrado de méritos.
A pesar de que los centros representan un apoyo sustancial y con­
­tribuyen a la profesionalización de los legisladores, por el número
de investigadores, los centros están limitados en cuanto a sus facul­
tades. Éstos se han limitado a proporcionar apoyo técnico e informa­
ción analítica sin la capacidad de participar en las discusiones en
las comisiones, como en Estados Unidos. Es a petición de los re-
presentantes o de los grupos parlamentarios como se solicita la
colaboración, por lo que la actuación de dichos centros limita su ac­
tuación a la petición de los grupos. A pesar de que los integrantes
de los centros basan su selección en un sistema de méritos, éste no
funciona sobre una base abierta a la población sino mediante la
recomendación de los legisladores. Lo que supone la sujeción ins­
titucional de los centros a los grupos parlamentarios.
Como se puede observar, el conjunto de transformaciones y fa­
cultades adquiridas por los órganos de representación nacional, dan
sentido a las funciones legislativas en su labor legislativa, de veto,
fiscalización y ejercicio del control sobre el presupuesto, la Ley de
Ingresos, el endeudamiento, promover juicios políticos, crear comi­
siones de investigación, demandar la comparecencia de funcionarios
públicos, analizar la celebración de convenios internacionales y
nombrar algunos miembros de la administración pública,6 entre las
principales.
Sin embargo, a la luz de la evaluación de estos cambios se ha po­
dido constatar que la transformación institucional del congreso
mexicano no ha sido suficiente según diversos reportes sobre la
transparencia en el ejercicio del alto presupuesto autoasignado por
sus miembros, la limitada capacidad administrativa y organizacio­
nal, y con ello la reducida labor legislativa y ausencia de integración

6
Pese a que la constitución le otorga al Ejecutivo amplias facultades para
nombrar a los miembros de la administración pública, esta prerrogativa es com­
partida en algunos casos por el congreso. Tales nombramientos se refieren al
cuerpo diplomático, algunos en la Armada, niveles superiores de la Secretaría de
Hacienda, la Suprema Corte de Justicia, el gobernador del Ban­co de México,
el procurador general de la República y algunos más destacados en los artícu­
los 76 y 80 constitucionales.
TRANSICIÓN Y CAMBIO INSTITUCIONAL EN EL PODER 163

ciudadana a través de la participación comparada con sus pares en


América Latina.
Por ejemplo, México, Brasil y Argentina son tres de los congre­
sos con mayor presupuesto en el mundo (Unión Interparlamenta­
ria, 2012). A escala regional, estos mismos congresos ocupan los tres
primeros lugares en asignaciones presupuestales altas, situación que
no se corresponde con los índices de transparencia presupuestal iden­
tificados en el cuadro 1.

CUADRO 1
ASIGNACIONES PRESUPUESTALES E ÍNDICE DE TRANSPARENCIA

Asignación
Índice de
presupuestal
País transparencia
(en millones
presupuestal  *
de dólares)
Brasil 35 105.7 S/D
México 8 878.1 0.21
Argentina 5 016.5 0.17
Colombia 2 468.8 0.25
Venezuela 2 276 0.12
República Dominicana 1 952.7 S/D
Chile 1 633.2 0.50
Uruguay 1 113.4 S/D
Costa Rica 498.1 S/D
* El índice tiene un rango entre 0 y 1; los cercanos al 0 son los menos trans­
parentes y los cercanos al 1 son los más transparentes.
S/D: sin datos.
FUENTE: elaboración propia con base en datos de la Unión Interparlamen­
taria (2012); Red Latinoamericana por la Transparencia Legislativa (2014).

De acuerdo con el índice de transparencia legislativa propuesto


por la Red Latinoamericana por la Transparencia Legislativa en 2014,
la región se caracteriza por sus bajos niveles de transparencia, 40% de
un total de 100, en donde destacan Perú y Chile por arriba del pro­
medio con 55 y 53%, respectivamente, y del lado contrario, Venezue­
la con 21% y Bolivia 24%. Los países intermedios como Argentina,
164 LAURA VALENCIA ESCAMILLA

México y Colombia oscilan entre 36 y 38% del índice de transpa­


rencia (gráfica 1).
Para evaluar las reformas se consideraron, además de la base nor­
mativa que incluye la existencia de leyes y reglamentos relacionados
con el acceso a la información, la fiscalización legislativa, oficinas de
atención ciudadana, gestión y ética. La medición también contiene
códigos que evalúan la implementación de dichas leyes, además de la
publicidad de la labor del congreso y sus órganos internos, como
las comisiones, los grupos parlamentarios, las votaciones, la asesoría
interna y externa, así como la facilidad de acceso a la documentación
legislativa, sin dejar de lado los campos relacionados con el presu­
puesto y la gestión administrativa de los congresos de la región; en
la estimación se valora el cumplimiento de la normativa de aquellos
países que poseen mecanismos legislativos de atención, petición y
respuesta ciudadana. Finalmente, se calcula la capacidad tecnoló­
gica de los diversos medios de comunicación con los que cuentan
los congresos para facilitar la accesibilidad a la información legisla­
tiva de parte de los ciudadanos.
Es decir, el déficit de transparencia de la región, según el informe,
es consecuencia de la ausencia, ambigüedad o discrecionalidad de la
normativa en función de diversos elementos como la existencia de
leyes o reglamentos referentes a la transparencia, participación ciu­
dadana, rendición de cuentas, control del cabildeo, declaraciones patri-
moniales, informes del ejercicio presupuestal legislativo y normativa
sobre la publicidad del trabajo legislativo.7
En la evaluación que se representa en la gráfica 1, de las cuatro
dimensiones y 16 indicadores, los países que más se destacan en la di-
mensión normativa son Perú, Ecuador y Chile; contrariamente,
Venezuela, Colombia y Bolivia son los menos destacados en este
ámbito. En la dimensión labor del congreso, que refiere al trabajo
en comisiones, asesoría interna y externa, el peso de los grupos par­
7
En Chile y Colombia se publican los nombres de los proveedores de bie­
nes no licitados. Chile, Ecuador y Perú brindan informes financieros sobre
viajes dentro y fuera del país; estos países también publican detallados formatos
presupuestales en los que se incluye: gasto de las fracciones, auditorías inter­
nas y externas, publicación de los salarios y prestaciones, estructura administra­
tiva, asesorías contratadas por los congresistas, contrataciones públicas, entre
los principales (Red Latinoamericana por la Transparencia Legislativa, 2014).
TRANSICIÓN Y CAMBIO INSTITUCIONAL EN EL PODER 165

la­mentarios, etc., se destacan Argentina, Perú y Guatemala; en el


ám­bito presupuestal todos cuentan con bajos niveles de transpa­
rencia, pero los menos rezagados son Chile, Ecuador y Perú. Final­
mente, la participación ciudadana es la dimensión con mejores
re­sultados; en esta categoría se destacan los mecanismos legislati-
vos de atención, petición y respuesta ciudadana, además de la capa­
cidad tecnológica que facilite el acceso ciudadano a la información
legislativa. En esta materia sobresalen Chile, Perú y Ecuador, mien­
tras que los países más reticentes a la vinculación ciudadana con la
representación parlamentaria son Bolivia, Argentina y México.

GRÁFICA 1
ÍNDICE DE DESARROLLO LEGISLATIVO

Argentina

Venezuela Bolivia

Perú Chile

México Colombia

Guatemala Ecuador

Normativa Labor del congreso


Presupuesto Participación ciudadana
FUENTE: elaboración propia con base en datos de la Red Latinoamericana
por la Transparencia Legislativa (2014).

La desventaja del congreso mexicano frente a sus pares se obser­


va claramente en el ámbito de transparencia presupuestal y par­
ticipación ciudadana. En las dimensiones “Normativas” y “Labor del
congreso”, la evaluación arroja ligeros avances sin un nivel destacado
en comparación con Chile o Perú. Es decir, el proceso de moder­
166 LAURA VALENCIA ESCAMILLA

nización y cambio institucional en el Poder Legislativo mexicano


continúa inconcluso dado que, a pesar de la adecuación normativa
y la implementación de tecnologías, personal especializado y per­
manente, y la construcción de redes informáticas, son evidentes las
asimetrías de información y conocimiento del Legislativo respecto
del Ejecutivo al momento de legislar, de mejorar la rendición de
cuentas horizontal, de su capacidad de control y fiscalización guber­
namental; además de la construcción de redes informáticas que dan
acceso al control y a la participación ciudadana, cuyo fin es ampliar
la inclusión de los representados en las decisiones legislativas; dichos
mecanismos se muestran limitados, ambiguos y carentes de vincu­
lación con la opinión de los ciudadanos, sin contar la capacidad del
propio congreso para la instauración y consolidación democráti-
cas vía reformas constitucionales.

LAS REFORMAS Y EL CAMBIO INSTITUCIONAL

Para Negretto (2009), los cambios institucionales y en particular las


constituciones, se dan en tres niveles: en el régimen político, en las pre-
ferencias de la distribución del poder y en la ampliación de derechos
y garantías. Las constituciones de transición suelen incluir este tipo
de cambios y generalmente se producen nuevas constituciones o se
adaptan las ya existentes a los cambios en las preferencias de la
distribución de poder. En este último aspecto, el autor enfatiza que
la introducción de nuevas reglas electorales suele cambiar las nor-
mas de decisión; tal es el caso de las reglas que garantizan mayorías,
los sistemas proporcionales o los sistemas de distribución del poder,
que incrementan o disminuyen el control del poder de los sistemas
presidenciales; por ejemplo, control del congreso sobre el gabinete
ministerial o el reforzamiento de los poderes legislativos del presi­
dente.
En lo que respecta a los pesos y contrapesos, Negretto (2009),
Payne et al. (2003) y Shugart (2000) observaron la tendencia de las
transformaciones en el diseño constitucional de los países que
componen la región. En sus análisis podemos identificar tres fenó­
menos: 1) la introducción de rasgos parlamentarios a los sistemas
presidenciales como: la censura y destitución de ministros del ga­
TRANSICIÓN Y CAMBIO INSTITUCIONAL EN EL PODER 167

binete por parte del congreso, facultar al presidente para disolver el


congreso y la creación del cargo de jefe de gabinete, parcialmente
responsable ante el Poder Legislativo (Argentina, Guatemala, Perú
y Uruguay); 2) la restricción del poder presidencial para emitir de­
cretos y fortalecer las capacidades del Poder Legislativo mediante
la modernización de sus sistemas de información y personal espe­
cializado, así como el reforzamiento de las comisiones legislativas
y entidades auditoras (Chile, Colombia, Costa Rica) (Payne et al.,
2003:288), y 3) otorgamiento de facultades extraordinarias a los eje­
cutivos como el poder de veto, el decreto sin restricción, que sólo
po­seen Argentina, Brasil y Colombia; el de política reservada, que
sólo detenta el presidente de Uruguay; el poder de iniciativa pre­
supuestaria extraordinaria, que tienen la mayoría de los mandatarios,
pero sólo en algunos casos se restringe la participación del congreso
en la modificación del mismo; por ejemplo, Brasil, Chile, Colombia
y Perú y el poder de referéndum que no requiere del consentimiento
del congreso para convocarlo (Ecuador y en algún momento de Gua­
temala), lo que supone el consentimiento popular antes que el de sus
contrapartes políticas (Shugart, 2000:167-163).
En el caso de México, como se mencionó líneas arriba, los cam­
bios institucionales de las organizaciones políticas obedecieron a la
capacidad competitiva o distribución de poder que iban adquirien­
do los partidos y a las ganancias electorales de los mismos, más que
a cambios profundos del régimen. El resultado de la competencia
fue la formación de gobiernos divididos a partir de 1997, causado por
un sistema electoral multipartidista, mixto y competitivo, donde
el Ejecutivo ha pertenecido a un partido y los poderes legislativos
han estado fragmentados entre las distintas fuerzas ganadoras. Sin
embargo, es posible que, pese al número de partidos, la fragmenta­
ción sea limitada dado que las fuerzas opositoras no son similares
en tamaño y, por tanto, la capacidad negociadora de la oposición se
redujo a un partido dominante y uno o dos partidos opositores con
pesos relativos (cuadro 2).
Como se observa en el cuadro 2, hasta 2012 se mantiene una ló­-
gica de gobiernos divididos, donde el presidente carece de la ma­yoría
en una o en ambas cámaras y el dominio legislativo lo tiene el par­
tido dominante opositor, que hasta ese momento lo encabeza el PRI.
En este sentido, el PAN como fuerza alternante no tuvo la capacidad
CUADRO 2
168

DISPERSIÓN DEL PODER LEGISLATIVO


(1997-2015)

% de diputados % de senadores
Composición % de diputados % de senadores
del partido del partido
de las del partido del partido
predominante predominante
legislaturas del presidente del presidente*
opositor (pp) opositor (pp)
1997-2000 48 (PRI) Sin PP 60 (PRI) Sin PP
2000-2003 41 (PAN) 42 (PRI) 36 (PAN) 47 (PRI)
2003-2006 30 (PAN) 45 (PRI) 36 (PAN) 47 (PRI)
2006-2009 41 (PAN) Sin PP 40 (PAN) Sin PP
2009-2012 28.6 (PAN) 48 (PRI) 40 (PAN) Sin PP
2012-2015 59 (PRI-PVEM) Sin PP 48 (PRI-PVEM) Sin PP
LAURA VALENCIA ESCAMILLA

2015-2018 55 (PRI-PVEM) Sin PP 48 (PRI-PVEM) Sin PP


Sin PP: sin partido predominante opositor, de 1997 a 2000 el PRD y el PAN com­ponían la fuerza opositora y en conjunto inte­
graron 49% de la composición de la Cámara de Diputados; de 2006 a 2009, el PRI y el PRD agrupaban 47% del total de curules
en la Cámara de Diputados. En el Senado, el PRI y el PRD concentran 51.5% de las bancadas que componen la legislatura desde
2006.
* De 1988 a 1994, el total de senadores era de 64; de 1994 en adelante la Cá­mara de Senadores se integra por 128 legisladores.
FUENTE: elaboración propia con base en el Sistema de Información Legislativa (SIL, s/f ) y el Servicio de Información para la
Estadística Parlamentaria (Infopal, s/f ).
TRANSICIÓN Y CAMBIO INSTITUCIONAL EN EL PODER 169

de pactar los cambios institucionales con el resto de las fuerzas


opositoras al régimen anterior. Lo que se observa es el predominio
del PRI sobre las decisiones legislativas, que hasta ese momento fue­
ron limitadas y reducidas en cuanto a la capacidad de cambio ins­
titucional.
El regreso del PRI al gobierno en 2012 le devolvió la mayoría al
partido del presidente y con ello la capacidad para imponer sus deci­
siones. La oposición, ya de por sí debilitada, se mantiene al margen
o, en este caso, sin la opción de no apoyar el proyecto de transfor­
mación comandado por el régimen anterior, situación que redujo
la posibilidad de consolidación e instauración democrática, dado lo
limitado de la profundidad en las reformas.
Para Camou (2003), las reformas estatales se relacionan direc­
tamente con la modernidad y la gobernabilidad del régimen de­
mocrático, cuyo objetivo es la estabilidad y la eficacia del mismo;
podemos decir que ha habido un acuerdo común en torno a la región
latinoamericana a través de un marco de referencia propuesto por
el Banco Interamericano de Desarrollo en el documento estratégi­
co Modernización del Estado, constituido el 23 de julio de 2003. En
dicho acuerdo se establecieron cuatro campos de acción delineados
para reformar los Estados en la región latinoamericana:

• La reforma democrática: que busca, por un lado, la estabilidad


democrática de la región y, por el otro, mayor inclusión polí­
tica.8
• La reforma judicial: tiene por objeto el desarrollo de sistemas
de justicia independientes, eficaces, confiables, ágiles y accesi­
bles, sin discriminaciones de género, raza y otra índole.9
8
Las líneas de acción establecidas por el BID (2003) para la consecución de
estos objetivos se plantean mediante: el reforzamiento institucional del Poder
Legislativo, la modernización del sistema electoral y de partidos; la neutralidad
y objetividad de la administración pública; el fortalecimiento de los órganos
de fiscalización, control y supervisión; los procesos de descentralización del
poder político y de democratización de los gobiernos subnacionales; el forta­
lecimiento de la participación de los ciudadanos en el diseño e implementación
de políticas públicas y el fomento de la cultura democrática de los ciudadanos.
9
En el ámbito judicial, el BID (2003) propone impulsar programas y ac­
ciones orientadas hacia: la independencia del Poder Judicial, la ampliación de los
170 LAURA VALENCIA ESCAMILLA

• La reforma económica y social: se plantea desarrollar institucio­


nes y políticas públicas que proporcionen las condiciones in­
dispensables y el sistema de incentivos apropiado para lograr
un funcionamiento eficiente y competitivo dentro de la econo­
mía global y la inclusión de amplios sectores de la población.10
• La reforma de la gestión pública: se relaciona con la adminis­
tración pública y la necesidad de constituir la plataforma
institucional para la elaboración e implantación de políticas
públicas que respondan a los intereses generales de la sociedad,
con subordinación plena a la legalidad.11

La efectividad y eficacia de las reformas dependen de los niveles


de profundidad manifestados en los cambios en el redimensiona­
miento del Estado, la transformación en la relación política entre
sociedad y Estado, así como entre poderes y cambios en las leyes fun-
damentales del Estado en tres niveles:
Las reformas constitucionales. Como las reformas del marco jurí­
di­co en el que se rigen las acciones del Estado, son transformaciones
que consuman la acción de las reformas, debido a que este tipo de
cambios requiere mayor consenso, compromiso y lealtad, de parte

mecanismos de acceso a la justicia; la capacidad del sistema judicial en la lucha


contra la corrupción; el desarrollo de sistemas modernos de gestión y admi­
nistración de órganos y procesos judiciales; la promoción de medios alter­-
nativos de resolución de conflictos; la actualización de la norma sustantiva y
procesal; la protección de la seguridad ciudadana y asegurar el control legal del
uso de la fuerza.
10
Al respecto, el BID (2003) plantea a los gobiernos: apoyar la profesiona­
lidad de las instituciones de gestión económica; perfeccionar las instituciones
de regulación económica y social, desarrollar instituciones de diseño y promo­
ción de políticas activas e inclusivas de desarrollo; establecer instrumentos de
concertación socioeconómica y mejorar la gobernabilidad ambiental.
11
Las líneas de acción trazadas para esta transformación se delinean en el
desarrollo y fortalecimiento de los sistemas de servicio civil bajo criterios de
mérito y flexibilidad; el fortalecimiento de la capacidad fiscal del Estado y me­
jorar la eficiencia y transparencia de la gestión del gasto; la mejora de la ca­pacidad
de formulación y coordinación de estrategias y políticas públicas; en la moder­
nización de las formas de gestión de los servicios públicos y en el apro­
vechamiento del potencial de la sociedad del conocimiento y de las tecnologías
de la información.
TRANSICIÓN Y CAMBIO INSTITUCIONAL EN EL PODER 171

no sólo de los actores incluidos en el proceso político, como los par­


tidos en el parlamento, sino porque algunas legislaciones integran
la participación ciudadana en cuanto a la implementación de ins­
trumentos de democracia directa que dan mayor legitimidad a los
procesos; tal es el caso de la iniciativa popular, el referéndum y el
ple­biscito.
Las reformas administrativas. Se enfocan en la mejora de los
procesos al interior de la administración pública, lo que produce
cambios en las estructuras administrativas, en los procedimientos
de decisión, en los instrumentos de selección del personal, así co-
mo en las relaciones con los ciudadanos. No obstante que la profun­
didad de este tipo de reforma resulta intermedia, ésta es una de las más
polémicas, fundamentalmente por la visibilidad de los recortes pre­
supuestarios, de personal, de programas y empresas públicas que son
sometidas a la desregulación administrativa, al compartimiento de la
administración o a la concesión de la misma; de ahí que los pactos so­
ciales —entre empresarios, sindicatos, organizaciones sociales, etc.—
son fundamentales para promover compromisos con los afectados y
para mantener el consenso social.
La reforma política. Busca la mejora en la relación Estado-socie­
dad a través de la legitimidad de las acciones del Estado en la bús­
queda de la modernización. Este tipo de reforma intenta garantizar
la gobernabilidad a través de la adecuación institucional de la rela­
ción Estado-sociedad civil, así como la interrelación entre poderes.
Al mismo tiempo, trata de establecer mecanismos de rendición de
cuentas, de vigilancia y control entre los responsables políticos y los
bu­rócratas. En este tipo de reformas, los partidos políticos y los dis­
tintos sectores sociales son los principales actores, debido a que al
desarrollar sistemas electorales competitivos, transparentes, eficientes,
representativos, entre otros, permite que la formación de gobier­nos
sea legítima y cuente con mayorías estables y leales.
Jaime Preciado (2001) argumenta que las transformaciones vía re­
formas estatales que buscan la gobernabilidad democrática requie­ren
en primer lugar de: legitimidad fomentada por la participación
directa de la población mediante instrumentos tales como referén­
dum, plebiscito, iniciativa popular, consultas públicas, entre las
princi­pales. En segundo lugar, distribuir las responsabilidades en
términos de las presiones y demandas de la sociedad, para lo cual
172 LAURA VALENCIA ESCAMILLA

CUADRO 3
RELACIÓN ENTRE LÍNEAS DE ACCIÓN
Y PROFUNDIDAD DE LA REFORMA

Reforma Reforma
Profundidad Reforma Reforma
de la gestión económica
de la reforma democrática judicial
pública y social
Reforma
constitucional
Reforma
administrativa
Reforma política
FUENTE: elaboración propia con base en el documento estratégico del BID
(2003) y Lugo (2001).

son necesa­rios instrumentos de evaluación de políticas por parte de


los sectores interesados en las reformas. En tercer lugar, es funda­
mental la celebración de pactos sociales consensuados y de largo
plazo, en los que se promuevan compromisos institucionales entre
la sociedad y el gobierno, sobre todo de los actores sociales más
representativos, co­mo sindicatos, corporativos, organizaciones so­
ciales, entre otros. Finalmente, toda reforma del Estado debe con­
tener elementos cuyo objetivo sea el desarrollo económico integral
de la población.
En ambas concepciones hay un acuerdo en el que la reforma no
sólo debe ser integral en cuanto a los temas que abarca, sino que el
acuerdo entre los distintos actores políticos y sociales involucrados,
así como entre los diferentes niveles de gobierno, amplían el nivel de
profundidad de la reforma, lo que garantiza que la transformación
del régimen no implica ingobernabilidad del sistema democrático.

LAS REFORMAS DE MODERNIZACIÓN


Y DEMOCRATIZACIÓN DEL ESTADO MEXICANO

La experiencia de los últimos años en México en relación con las


reformas del Estado ha dado lugar a un proceso de cambio, trans­
formaciones e incluso retrocesos que han llevado a los gobiernos en
turno a plantearse el tema de la modernización del Estado mexica­no
TRANSICIÓN Y CAMBIO INSTITUCIONAL EN EL PODER 173

a través de la reforma gubernamental. El planteamiento ha variado


de acuerdo con la temática propuesta por los diferentes gobiernos.
Para Luis Aguilar (1995), este tipo de planteamientos por parte de
los gobiernos mexicanos en turno ha sido producto de los reajus-
tes estatales en relación con las crisis fiscales, económicas y políticas
más que por el consenso entre los actores. Elizondo y Nacif (2002:7-
11), afirman que la transformación del régimen mexicano es resul­
tado de un largo proceso de construcción caracterizado por un “cam-
bio sin ruptura en el orden institucional establecido”, desde donde
se han promovido cambios sustanciales en el modelo de desarrollo
económico y político del país. No obstante que las transformaciones
han sido constantes y permanentes, éstas habían servido a la conser­
vación de un sistema vinculado a la sobrevivencia del partido hege­
mónico y a la fortaleza de la institución presidencial como símbolo
de poder y dominio sobre todas las instituciones. De ahí que el sis­-
tema político mexicano se explica por su capacidad de transforma­
ción y conservación.
Sólo hay que recordar que, durante la última década del siglo XX,
en México se han llevado a cabo importantes reformas en materia
político-electoral. Tales modificaciones dieron como resultado una
estructura propicia tanto para la competencia electoral como para el
fortalecimiento de los partidos en términos de distribución de po­
der. Desde la década de los noventa se han llevado a cabo importan­tes
reformas. A lo largo de más de 20 años ha habido varias modifica­
ciones a la legislación electoral (1990, 1993, 1994, 1996, 2007, 2012
y la más reciente en 2014). Las reformas no sólo han sido electora­
les, también han servido para ampliar los criterios de selección de los
partidos y equilibrar las condiciones de competencia en la integra­
ción de los órganos legislativos, así como la coparticipación de los
actores políticos en el diseño y formulación de las reformas de mo­
dernización y transformación estatal.
Es posible coincidir con los autores al observar que las reformas
establecidas en las diferentes administraciones en México han su­
puesto cambios unilaterales, verticales y unidireccionales en los que
difícilmente se ha podido involucrar a los diferentes actores al mo­
nopolio político establecido por el PRI y la supremacía de los eje­
cutivos en turno. Con la intervención casi absoluta del presidente
en todo el ámbito estatal, y gracias a la cohesión partidista del PRI, la
174 LAURA VALENCIA ESCAMILLA

formulación de reformas y su consecuente traducción en cambios


legislativos no supuso oposición entre los distintos actores afecta-
dos, sobre todo en el ámbito constitucional.12 Por ejemplo, cuando
el PRI —hasta antes de 1997— mantuvo la mayoría en ambas cáma­
ras y controlaba la mayoría de los 31 congresos locales, la tasa de
aprobación de las iniciativas presidenciales eran superiores a 95%,
al mismo tiempo, las reformas constitucionales se incrementaron
(grá­fica 2). Es decir, la ventaja electoral ofrecida por los diversos go­
biernos unificados priístas supuso el apoyo incondicional a las re­
formas propuestas en las distintas administraciones durante la era
dominante del PRI. Sin embargo, pese a los esfuerzos de los prime­
ros go­biernos reformadores, se ha demostrado en países en proceso
de democratización que las reformas mejor acogidas son aquellas que
se establecen en el marco de la pluralidad y el diálogo entre los di­
versos actores políticos, subordinando los diseños institucionales
a un ámbito democrático. Lo que genera credibilidad, legitimidad y
fortalecimiento de las instituciones. En este sentido, esta primera
fase de reformas en México han sido demeritadas por el déficit de­mo-
crático en el que se concertaron.
Con el advenimiento de la alternancia, y con ello la pérdida del
monopolio de un solo partido, podemos identificar una nueva era
en la producción de reformas estatales en México. Por un lado, la
ca­ren­cia de mayoría de parte del partido del presidente reduce su ca­
pacidad para influir en la agenda de la reforma y, por el otro, la
debilidad presidencial activa la presencia de otros actores en las pro­
puestas de reforma; de ahí que la formulación de las reformas pasó
de ser una tarea concentrada en la figura del presidente a una cole­
giada representada por las coaliciones partidistas; sin embargo, la
12
Se debe recordar que toda reforma constitucional tiene un nivel de pro-
fundidad más amplio que el resto de las reformas, debido al proceso por el cual
transitan las reformas constitucionales. La mecánica legal del proceso legis­
lativo es un procedimiento formulado para tomar decisiones mediante la regla
de mayoría. Este hecho requiere de altos índices de unidad partidaria y fuer­
tes incentivos para que los legisladores se apeguen a la línea del partido. Así,
el Congreso de la Unión y los congresos locales (como instancias involucradas
en la aprobación de leyes constitucionales) opera a través de bloques cohesio­
nados de legisladores que funcionan mediante la aportación de porciones de
votos para aprobar una ley, sobre todo constitucional.
TRANSICIÓN Y CAMBIO INSTITUCIONAL EN EL PODER 175
GRÁFICA 2
CONTINGENTE PARTIDISTA DEL PRESIDENTE, ÍNDICE
DE OPOSICIÓN Y REFORMAS CONSTITUCIONALES
120.0
0.98 0.98
100.0 0.97 0.97
0.78
80.0 147 reformas
Porcentaje

110 reformas constitucionales


0.55
60.0 31 reformas constitucionales 0.55 0.55
0.48 0.55 0.45
constitucionales 0.46 0.40
40.0
60.0

50.1
48.2

47.6
48.0

47.6
20.0

40.0
41.0

41.0
36.0

40.0
36.0
30.0

28.6
0.0
1997- 2000- 2003- 2006- 2009- 2012- 2015-
2000 2003 2006 2009 2012 2015 2018
CD CS IOCD IOCS
CD: Cámara de Diputados.
CS: Cámara de Senadores.
IOCD: Índice de oposición de la Cámara de Diputados.
IOCS: Índice de oposición de la Cámara de Senadores.
FUENTE: elaboración propia con base en Sistema de Información Legislativa
(SIL) (s/f ), y el Servicio de Información para la Estadística Parlamentaria (In­
fopal) (s/f ).

capacidad de los actores de la alternancia se redujo en la medida en


que el dominio del partido del régimen anterior se mantuvo lo sufi-
cientemente fuerte como para limitar, controlar y hasta opo­nerse a
las diferentes reformas para la transformación definitiva del régimen.

ALTERNANCIA ELECTORAL Y REFORMA DEL ESTADO

La administración de Vicente Fox se caracterizó por ser un gobier­


no dividido al carecer de mayoría tanto en la Cámara de Senadores
como en la de Diputados; las legislaturas locales estaban influi-
das por los gobernadores de oposición y su margen de maniobra para
imponer lealtad y disciplina entre los miembros de su partido fue
limitado, ya que carecía de los poderes informales con los que conta­ba
el PRI en el pasado. Esta situación redujo la capacidad reformadora
del presidente, así como la probabilidad de éxito de la misma. Al
mismo tiempo, obligó al presidente de la alternancia a instrumentar
176 LAURA VALENCIA ESCAMILLA

estrategias de negociación no siempre exitosas; la carencia de un li­


derazgo para concretar las reformas provocó el fracaso de las me-
sas de diálogo en torno a la reforma del Estado. No todos los actores,
incluidos partidos políticos, niveles de gobierno e incluso la sociedad
en general, estuvieron dispuestos a cooperar y colaborar con el nuevo
régimen. Esta situación se demuestra sobre todo porque, en el ám­
bito legislativo, fue uno de los presidentes que en las últimas déca­
das disminuyó su capacidad legislativa, sólo logró la reforma a 31
artículos de la Constitución —a diferencia de sus antecesores, el éxi-
to se redujo a más de la mitad— (gráfica 2), esto sin contar las lla­ma­
das reformas estructurales, que nunca lograron discutir.
El enfrentamiento entre poderes fue más que evidente en el
periodo de Vicente Fox. Para el segundo trienio del sexenio foxista,
éste recurrió en nueve ocasiones a la Suprema Corte de Justicia de la
Nación (SCJN) para promover controversias constitucionales en con­
tra de tres entidades estatales en cinco ocasiones y cuatro más en
contra del Poder Legislativo, tres contra la Cámara de Diputados
y una contra la Cámara de Se­nadores.
Al tiempo que se suscitan dichas controversias, el sexenio de Vi­
cente Fox se destacó por reinaugurar, después de 30 años, la facultad
de veto que tiene el presidente mexicano al rechazar en parte o en su
totalidad la legislación aprobada por el Congreso de la Unión. Du­
rante el sexenio se vetaron siete leyes: Ley General de Salud, Códi­
go Penal Federal, Código Federal de Procedimientos Penales, Ley de
Fomento a la Lectura y el Libro, Ley de Desarrollo Rural Sustenta­
ble, Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos, Ley
de Servicio de Administración Tributaria y Presupuesto de Egresos.
Esto es, al mismo tiempo que las iniciativas de reforma disminu­
yeron, el conflicto entre poderes fue evidente ante el rechazo mutuo
mediante el veto del Ejecutivo a las resoluciones del Legislativo, así
como la intervención de la SCJN en los conflictos entre los dos pode­
res. En suma, el sexenio de Fox revela una situación de alta conflicti­
vidad que rayó en la ingobernabilidad e incluso la parálisis, que llegó
a amenazar la institucionalidad democrática del país.
Por su parte, Felipe Calderón arriba a la presidencia en 2006 con
un reducido apoyo electoral, situación que llegó a poner en duda su
propio triunfo, dada la reducida diferencia entre el primer y el segun­
do lugar. Esta situación originó que el conflicto entre poderes se pro-
TRANSICIÓN Y CAMBIO INSTITUCIONAL EN EL PODER 177

fundizara aún más, al grado que la constitución es reformada para


que el presidente no estuviera obligado a acudir a las sesiones de aper-
tura del Congreso de la Unión a presentar su informe presidencial. No
obstante la diferencia entre poderes, llama la atención la cantidad de
reformas constitucionales que se llevan a cabo en ese sexenio, 110,
muy por encima de las aprobadas en administraciones anteriores con
gobiernos divididos. Esto se explica porque son los partidos políti­
cos los que incrementaron su capacidad propositiva, especialmente
el partido dominante que, ante la total carencia de liderazgo político
para emprender nuevas reformas, fue el PRI quien con su propues­
ta de Ley para la Reforma del Estado signada el 14 de noviembre de
2006, en la que se plantea —a partir de la naturaleza del gobierno
dividido— cambiar las reglas adoptándolas y adaptándolas a la go­
bernabilidad de los anteriores gobiernos unificados.
En la propuesta de ley se establecen los lineamientos básicos y el
compromiso institucional para la conformación de las mesas de diá-
logo integradas en comisiones y subcomisiones, encargadas de poner
en marcha el proceso de discusión y conclusión para la reforma del
Estado,13 a fin de evitar los desacuerdos producidos durante el se­
xenio anterior y tratar de obtener acuerdos efectivos. En el proceso
se establece la posibilidad del estudio, análisis y discusión de pro­
puestas venidas desde los ámbitos legislativos hasta las generadas en
las diferentes consultas públicas que se plantea convocar. Con una
invitación tan amplia, la ley prevé que la inclusión de la reforma sea
tan extensa como sea posible, al mismo tiempo que intenta deli­
mitarla al estudio de grupos de expertos académicos para la fundamen­
tación, redacción y validación de la misma, para luego pasar a formar
parte del proceso legislativo.
Así como se establece el proceso que se debe seguir, la ley en­
marca la temática por discutir; la propuesta del PRI establecía cua­tro
temas básicos: régimen de Estado y de gobierno; democracia y siste-
ma electoral; federalismo y reforma del Poder Judicial. A medida que

13
Cabe destacar que la Ley para la Reforma del Estado es una ley transito­
ria que pone límites temporales a la discusión y concertación de las reformas, a
fin de que éstas no caigan en el círculo vicioso de las anteriores comisiones es­
peciales para la reforma del Estado, establecida la primera en el año 2000 y la
segunda en 2003, sin capacidad legislativa. De ahí la necesidad de elevar a ley
178 LAURA VALENCIA ESCAMILLA

la ley es sometida al proceso legislativo y aprobada en el mes de


marzo de 2007, se adiciona el tema de las garantías sociales.
La ley se plantea, por un lado, que para garantizar la goberna­
bilidad democrática en nuestro país, el sistema político mexicano
deberá someterse nuevamente a un proceso de transformación pro­
funda y, por el otro, que ese proceso deberá ser producto de la in­
clusión de actores políticos y sociales a fin de dar mayor legitimidad
y sustentabilidad a las propuestas. Es decir, la unilateralidad y ver­
ti­calidad de las reformas anteriores sólo causaron desajustes y des­
equilibrios, lo que dio como resultado reformas en constante revisión
e incluso disfuncionales ante las experiencias de gobierno dividido.
Respecto a este último punto, la ley se plantea la pregunta sobre
cuáles deberían ser los ajustes o transformaciones que deben su-
frir las instituciones actuales para adaptarse al esquema de gobierno
di­vidido.
No obstante el proyecto de emprendimiento, una vez más el con-
­trol del cambio no fue aceptado por los grupos políticos que discu­
tieron el contenido de la reforma. De las 110 reformas promulgadas
en ese periodo, sobresalen la reforma electoral de 2007, que regula
el financiamiento de las campañas y precampañas electorales, así
como su duración y la prohibición de contratar propaganda en los me-
dios, reformas al sistema penal, topes a la remuneración de los ser­
vidores públicos, juicio de amparo, obligatoriedad de la educación
media superior, entre las más relevantes. Es decir, las reformas no in-
cluían ninguna transformación profunda y mucho menos del régimen
anterior que se mantuvo durante los dos sexenios de la alternancia.
Al cambio en la correlación de fuerzas políticas en 2012, el PRI
nuevamente logra dominar no sólo la arena legislativa, sino que
gana la presidencia y con ello la posibilidad de hacerse con el lide­
razgo del proyecto de transformación mediante las reformas estruc­
turales que suelen ser de corte más económico que de cambio de
régimen. En esta ocasión, el proyecto de cambio institucional se
daría por la vía de un pacto político en el que las principales fuerzas

la iniciativa de propuesta para la discusión. De igual forma, se establecen las con­


diciones del proceso de discusión, así como los temas de pronunciamiento
obligatorio con la posibilidad de incluir otros temas enlistados a los obliga­
torios.
TRANSICIÓN Y CAMBIO INSTITUCIONAL EN EL PODER 179

se comprometerían a apoyar y continuar con la transformación. En


términos cuantitativos, en la administración de Enrique Peña Nieto
el número de reformas constitucionales promulgadas hasta 2016 so­
brepasa las adiciones vertidas a la Carta Magna en la administración
de Felipe Calderón: 147 adiciones a la constitución reproducen las
propuestas de cambio en materia laboral, hacendaria, financiera, trans-
parencia, educativa, energética, política electoral, telecomunicacio­
nes y radiodifusión y mando único estatal, entre las principales. De
éstas, se debe hacer notar la apertura del sector de telecomunica­
ciones al capital extranjero y políticas antimonopolio, la entrada del
capital privado al sector energético y la centralización de la organi­
zación de los procesos electorales a cargo del Instituto Federal Elec-
toral; la reelección consecutiva de legisladores y alcaldes y el ingreso
de mecanismos de participación ciudadana a la arena electoral y le­
gislativa.
Todos estos cambios, si bien es cierto que han sido importantes,
no abarcan la totalidad de las propuestas del pacto original en 99
tipos de reformas. Éstas carecen de acuerdos con los partidos oposi­
to­res, quienes observan la incapacidad en la implementación en
las reformas aprobadas, además de la ausencia de los diferentes ac­
tores sociales afectados por los cambios en las mesas de negocia-
ción. Una vez más la transformación se ve limitada y sin llegar a los
ni­ve­les de profundidad necesarios para instaurar y consolidar el
proceso, democrático del país. Lo cierto es que el congreso ha sido
un ente activo en todo este proceso, de tal manera que el cambio no
sólo ha sido en su calidad de agente, sino que al interior podemos
identifi­car al congreso como sujeto de su propia reforma. La impor­
tancia de éste para impulsar reformas dependía del contin­gente po­
lítico que dominaba la mayoría en ambas cámaras. El PRI dominó
la agenda legislativa y, por tanto, el cambio institucional, de ahí la
pregunta inicial sobre si la ausencia de una ruptura institucional con
el pasado autoritario garantizaba el diseño de una nueva institucio­
nalidad. La respuesta para el caso particular ha sido la dificultad del
cambio profundo y la continuidad de una gran canti­dad de prácticas
que resguardaron los vicios del pasado y ahora con los sistemas de
transparencia evidencian lo limitado de la transformación. Por tan­
to, la correlación de fuerzas ha condicionado el efec­to y el impac­to de
dichos cambios.
180 LAURA VALENCIA ESCAMILLA

CONCLUSIONES

Como se puede observar, la importancia del congreso en el cambio


institucional es fundamental en sus dos vertientes: como agente del
cambio y como sujeto del mismo. La transformación del sistema
político mexicano, al no darse a través de la ruptura con su pasado
autoritario, ha llevado mucho tiempo, de tal manera que los cambios
a veces parecen imperceptibles o ambiguos. La oposición al régimen
anterior fue débil en cuanto al control de la agenda; el dominio en la
oposición o en el gobierno siempre estuvo en manos del PRI, oca­
sionando rezago e incluso parálisis en el papel opositor, e impulsan­do
y concertando con otras fuerzas los cambios en su pa­pel de gobierno.
En el análisis del cambio institucional del congreso mexicano en
dos niveles, como sujeto y como agente del cambio, se pudo ob­servar
que al evaluar la contundencia de los cambios internos éstos fueron
exitosos, según la evaluación de la Red Latinoamericana por la Trans­
parencia. En la dimensión “Creación de leyes y reglamen­tos”, los
cambios registrados a lo largo del documento confirman su ve­racidad
al momento de construir y diseñar las nuevas reglas.
En su papel de agente del cambio, el Poder Legislativo mexica­
no, éste ha sido constante, sin embargo, la efectividad y profundi-
dad de las reformas e incluso la maleabilidad de éstas dependían del
peso de los actores políticos. Se identificaron los cambios median­
te la contabilidad del número de reformas constitucionales apro­
badas en los diferentes gobiernos divididos desde Ernesto Zedillo
hasta Enrique Peña Nieto y se pudo constatar que en su mayoría
los cambios fueron impulsados por amplios contingentes concer­
tados siempre con el partido dominante —PRI—, dado que el alcan­
ce de las mayorías requerido fue condicionado al apoyo del partido
dominante. Y, por el contrario, cuando no existía un grupo domi­
nante la cantidad de reformas disminuyeron.
De forma cualitativa, las reformas más sobresalientes las localiza­
mos en el gobierno del priísta Enrique Peña Nieto; sus pre­deceso­res
impulsaron cambios semejantes pero no contaron con el apoyo de
las fuerzas políticas, particularmente cuando el PRI dominaba el
espectro opositor.
Las reformas más prominentes fueron las impulsadas por el PRI
mediante el Pacto por México; el acuerdo más acabado de cambio
TRANSICIÓN Y CAMBIO INSTITUCIONAL EN EL PODER 181

institucional se llevó a cabo por el grupo proveniente del antiguo


sistema autoritario, lo que facilitó el control de la agenda legislativa
impulsada por el gobierno en turno. El resultado fue la promoción
de reformas favorables en términos económicos y, en menor me­-
dida, políticos; sin embargo, no fue posible el acuerdo entre temáti­
cas de corte social como el salario y la seguridad social universal, o
de tinte político, como fue el caso de la segunda vuelta, la elimina­
ción del fuero o el reforzamiento y autonomía de las instancias de
transparencia y rendición de cuentas.
No obstante que no conocemos del todo los compromisos del nue-
vo gobierno, a la llegada de un nuevo partido dominante, Morena
en 2018, la pregunta para el siguiente documento es saber si la nueva
correlación de fuerzas garantizará los cambios definitivos para la go­
bernabilidad democrática del país.

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SEGUNDA PARTE
POLÍTICAS PÚBLICAS PARA LA PREVENCIÓN
DE LA CORRUPCIÓN, TRANSPARENCIA
Y CONFIANZA INSTITUCIONAL EN MÉXICO
BL
A
N
C
A
EL COMBATE A LA CORRUPCIÓN EN MÉXICO:
ESTRATEGIA DE POLÍTICA PÚBLICA A TRAVÉS DEL SNA

Gabriel Pérez Pérez*


Mario C. Chavarría Suárez**

RESUMEN

El 18 de julio de 2016 se promulgó la Ley General del Sistema Na­


cional Anticorrupción (SNA) con el objetivo de establecer, entre
otras cosas, políticas públicas para la coordinación entre las autorida­
des de todos los niveles de gobierno en la prevención, detección y
sanción de hechos de corrupción. Sin embargo, de acuerdo con el
contexto de la corrupción política en México, el SNA enfrenta serios
desafíos que van desde el origen presidencialista autoritario del sis­
tema político hasta los particulares procesos locales en las 32 enti­
dades federativas que no han logrado armonizar su legislación para

* Profesor-investigador del Departamento de Ciencias Sociales de la UAM-


Cuajimalpa. Doctor en Filosofía Política por la Universidad Complutense de
Madrid. Doctor en Ciencias Sociales por la UAM-Xochimilco y licenciado en
Ciencias Políticas y Administración Pú­blica por la Facultad de Ciencias Polí­
ticas y Sociales de la UNAM. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores,
nivel I.
** Profesor-investigador del Departamento de Ciencias Sociales de la UAM-
Cuajimalpa. Doctor en Ciencias Sociales y Humanidades por la Universidad
Autónoma Metropolitana-Cuajimalpa. Maestro en Sociología por la Univer­
sidad Iberoamericana, Ciudad de México, y licenciado en Sociología por la
UAM-Azcapotzalco.

[187]
188 GABRIEL PÉREZ PÉREZ, MARIO C. CHAVARRÍA SUÁREZ

cumplir de manera eficaz con el combate a la corrupción. Dentro del


marco teórico que analiza la democracia en términos de su ca­lidad
(Morlino, 2012, 2014), cabe preguntar: ¿cuál es el origen institucio­nal
del SNA?, ¿el SNA como política pública, contribuye a la calidad de
la democracia en México?, ¿cuál es el papel de las políticas públicas
locales en materia de corrupción frente al sistema nacional?
Palabras clave: democracia, políticas públicas, corrupción, parti­
cipación.

INTRODUCCIÓN

En las siguientes páginas se analiza el proceso de diseño e imple­


mentación de una de las más recientes políticas públicas de México
en los últimos años. Un llamado sistema nacional, que en su etapa
inicial se asemeja más a un mecanismo que agrupa distintas institu­
ciones para trabajar con dos objetivos en común: prevenir y sancionar
la corrupción en México.
En la medida en que dicha política pública cumpla con su función,
se podrá considerar entonces como un sistema nacional antico­
rrupción (SNA), que racional y ordenadamente permite la disminu­
ción de los altos índices de corrupción en el país. De lo contrario
—aunque aún estamos lejos de su evaluación— el esfuerzo se que­
dará en simple administración y simulación de un problema que du­
rante años ha ido en constante crecimiento.
El argumento central de este capítulo es que el éxito del SNA
—como política pública nacional, en el marco de una agenda glo­-
bal para el mejoramiento de las democracias contemporáneas—,
depende en buena medida de dos condicionantes: 1) del tipo de
implementación que tenga en el ámbito local y 2) de la complemen­
tación que pueda lograr con otras dimensiones de calidad, ade-
más del Estado de derecho. Para enfrentar los retos del siglo XXI, los
go­biernos democráticos deben asumir políticas que involucren la
participación de los niveles federal, estatal y municipal. El tema del
combate a la corrupción es sólo uno de los más importantes y ur­
gentes por atender. De ahí el interés de analizar sus orígenes, carac­
terísticas generales, así como algunos de sus alcances y limitaciones
para funcionar realmente como un sistema.
EL COMBATE A LA CORRUPCIÓN EN MÉXICO 189

En términos generales, las políticas públicas se pueden entender


como acciones de gobierno para resolver problemas específicos. Al
hablar de acciones de gobierno, se alude a un conjunto de institucio­
nes públicas que trabajan en función de los intereses del Estado. Inte-
reses que en el marco de un sistema político democrático, suponen
la protección de un conjunto de derechos y libertades ciudadanas.
Como lo plantea Guillermo O’Donnell, un Estado acorde con los
principios de la democracia como forma de gobierno se define como:
“Un Estado que además de sancionar y respaldar los derechos de
ciudadanía política implicados por un régimen democrático, por me­
dio de su sistema legal e instituciones sanciona y respalda una am­
plia gama de derechos emergentes de la ciudadanía civil, social y
cultural de todos sus habitantes” (O’Donnell, 2008:31).
De acuerdo con esta definición, las nuevas formas de organización
al interior de las instituciones públicas y de interacción entre los
tres niveles de gobierno —federal, estatal y municipal— deberían di­
señar, implementar y evaluar políticas públicas con base en tres direc-
trices: 1) para resolver grandes problemas nacionales, como ahora
lo es la corrupción política; 2) para promover la participación ciu­
dadana en todos los niveles de gobierno, y 3) para contribuir con la
protección de derechos ciudadanos.
Como no sucede así y gran parte de la generación de políticas
públicas en nuestro país resulta muy cuestionable, el Programa de
las Naciones Uni­das para el Desarrollo (PNUD) (2016), a través de los
“Objetivos de de­sarrollo sostenible” (ODS), sugiere que la dificultad
de los retos actuales en las democracias latinoamericanas demanda
la construcción de políticas públicas de nueva generación, cuyo pro­
pósito central sea disminuir la pobreza, la desigualdad y el cambio
climático.
De manera específica, en el contexto de un progreso multidimen­
sional —que propone la atención de esos tres problemas de manera
transversal en todas las acciones de gobierno— plantea la necesidad
de fortalecer el Estado de derecho y reducir de manera sustancial la
corrupción y el soborno en todas sus formas, a través de la creación
de instituciones eficaces, responsables y transparentes en todos los
niveles, con la adopción de decisiones inclusivas, participativas y re­
presentativas que respondan a las necesidades de la sociedad (ODS
número 16) (PNUD, 2016).
190 GABRIEL PÉREZ PÉREZ, MARIO C. CHAVARRÍA SUÁREZ

Con base en lo anterior, la reciente aprobación y entrada en vigor


del SNA se considera como un estudio de caso para analizar si cum­
ple o no con esos criterios y en su caso, si contribuye de manera efi­-
caz no sólo a limitar la corrupción, sino a mejorar la calidad de la
democracia en México.
En el primer apartado, se explica de manera breve que los prime­
ros gobiernos democráticos —en Europa y América del Norte— se
construyeron a partir de instituciones que limitaron el poder de los
Estados nacionales y garantizaron un mínimo de derechos ciuda­
danos. En México, por el contrario, el contexto sociopolítico para
diseñar e implementar un efectivo Estado de derecho a partir del
año 2000, es relativamente nuevo y se ha dado de manera diferente.
Lo anterior se argumenta a partir del análisis de datos estadísticos
que miden y evalúan la percepción ciudadana sobre el desempeño
de la democracia en México (Latinobarómetro, 2017) y el “Índice
Nacional de Corrupción y Buen Gobierno” (Transparencia Mexica­
na, 2018).
Como complemento, en el segundo apartado se incorporan da­tos
cualitativos generados por el PNUD (2016), con el objetivo de lograr
democracias sostenibles y de mayor calidad. En esta agenda de po­
líticas públicas —que tiene como plazo el año 2030—, el combate
a la corrupción es prioritario, principalmente porque su omisión
impacta en la ampliación de brechas de desigualdad y pobreza en las
democracias de reciente instauración.
Por esta razón, se considera importante describir y analizar —en
el tercer apartado— el proceso legislativo que a partir de una refor­
ma constitucional obliga al Estado mexicano a combatir la corrup­
ción mediante un sistema nacional. No sólo por los precedentes de
esta política pública —única en su tipo y en América Latina—, sino
por las implicaciones reales que podría tener en la reconfiguración
del Estado de derecho en México y como experiencia previa en las
políticas públicas de nueva generación.
Hacia el final del capítulo (cuarto apartado), se da cuenta de uno
de los primeros hallazgos de investigación: el interés de prevenir y
sancionar la corrupción en los niveles estatal y municipal, responde
a incentivos diferentes. La descentralización de las políticas públi­
cas y la soberanía de las entidades federativas se encuentran limita­
das por cacicazgos o grupos de poder locales. El fortalecimiento del
EL COMBATE A LA CORRUPCIÓN EN MÉXICO 191

Estado de derecho y la calidad de la democracia en México de­penden,


en gran medida, de la democratización de los gobiernos locales.

APROXIMACIÓN AL FENÓMENO
DE LA CORRUPCIÓN POLÍTICA EN MÉXICO

Una de las grandes deficiencias que se identifican con el papel del


Estado de derecho en México, es el crecimiento sostenido duran-
te décadas de los índices de corrupción y la ausencia de mecanismos
de control al ejercicio del gobierno que, en su conjunto, repercuten de
manera negativa en el incremento de la brecha de desigualdad.
La corrupción se vincula con el desarrollo de los sistemas políti­
cos democráticos, su alcance y crecimiento tiene que ver con la falta
de control social —denuncia—, así como de su eficiente investiga­
ción y sanción; de manera que el sistema judicial, de impartición y
procuración de justicia, están estrechamente relacionados con el Es­
tado de derecho y, a su vez, con los principios de igualdad y libertad
en la medida de su cumplimiento (Cazzola, 2006:41-51). Desde los
primeros Estados-nación, como Inglaterra y Francia, así como de
manera posterior en el siglo XIX en Alemania y Estados Unidos, ya
se configuraban distintas formas de entender, perseguir y castigar
la corrupción de acuerdo con la característica considerada como fun­
damental en los seres humanos.
Así, en Inglaterra se construyó un régimen para limitar el poder
de los gobernantes y garantizar la igualdad ante la ley; en Estados
Unidos, un régimen de separación de poderes para proteger liber­
tades; a principios del siglo XIX en Alemania, un Estado que colocó
la libertad como el valor más importante, no obstante que hacia la
mitad de ese mismo siglo, después de la revolución de 1848, se im­
puso la idea del derecho objetivo legislado por el Estado; mientras
que en Francia durante la Tercera República, el poder estatal debía
asumir funciones de Estado policía, Estado legal y de Estado de dere-
cho (Aguiar, 2013:264-271).
Los cuatro ejemplos que históricamente han mostrado el papel
del Estado para tutelar la igualdad y/o libertad —Inglaterra, Es­tados
Unidos, Alemania y Francia— tienen un elemento en común: la im­
192 GABRIEL PÉREZ PÉREZ, MARIO C. CHAVARRÍA SUÁREZ

plementación de mecanismos de control al poder estatal y para ga­


rantizar derechos fundamentales.
Como característica de las democracias de reciente instauración, la
corrupción política es la que tiene mayor impacto sobre la gene­ración
de desigualdad económica y social, pues las políticas e insti­tu­ciones
públicas que debían estar destinadas para su atención, son las más
susceptibles a prácticas corruptas. De acuerdo con Whitehead (2006),
los dos mecanismos más importantes para controlar el poder desme­
dido de la riqueza privada son: el gobierno de la ley y derechos
ci­viles y políticos de la ciudadanía, ambos ausentes —cuando más li-
mitados— durante más de 70 años en la conformación del sistema
político mexicano.
Es por ello que la corrupción en México tiene que ver, desde su
origen, con el establecimiento de un sistema político presidencia­
lista autoritario y con el partido hegemónico, en donde el poder del
presidente no tenía límites ni controles, aun con la existencia de los
poderes Judicial y Legislativo, con partidos de oposición y eleccio­
nes regulares pero no competitivas.
Algunos de los principales problemas que enfrenta la democracia
mexicana son la violencia, la desigualdad y la corrupción. A partir
de la alternancia política en la presidencia de la República del año
2000, los gobiernos en turno no han podido mejorar de manera sos­-
tenida el apoyo nacional a la democracia como forma de gobierno, al
pasar de 46% en 2001 a 38% en 2017. En tan sólo un año, cuando
el apoyo a la democracia en México era de 48% en 2016, descen­dió
diez puntos porcentuales, lo cual representa la mayor pérdida de apo­
yo a la democracia en la región latinoamericana; dilapida un bono de
credibilidad en 2002, cuando el apoyo a la democracia en México
fue de 63%, el más alto porcentaje que el país había tenido desde
1995 (Latinobarómetro, 2017).
En ese mismo año, la aprobación del gobierno contaba con un
nivel de 47%, mientras que para 2017 su aprobación descendió a
un porcentaje histórico sin precedente: a tan sólo 20% de aprobación
(Latinobarómetro, 2017). Estos datos revelan información impor­
tante para el análisis actual de la democracia mexicana en términos
de su calidad: el fortalecimiento institucional de Méxi­co a partir de
la alternancia en el poder del año 2000 no se ha dado en reciprocidad
con los niveles de satisfacción ciudadana con la democracia.
EL COMBATE A LA CORRUPCIÓN EN MÉXICO 193

Lo anterior traslada la atención al desempeño de las institucio­


nes y de las políticas públicas; a los resultados de nuestra forma de
gobierno y a la manera en que cotidianamente la ciudadanía in­ter­
actúa con ellos. Por ejemplo, hace dos décadas la corrupción no pa-
recía tener las graves dimensiones que hoy tiene en razón de una
explicación posible: la gran mayoría de las democracias en Améri­
ca Latina han implementado mecanismos de transparencia que per­
miten conocer hechos de corrupción que antes eran invisibles, lo
que hace aumentar la percepción de importancia del problema.
De acuerdo con ese mismo informe, México se encuentra entre
los cinco países más corruptos de América Latina, por debajo de Pe­
rú, Venezuela, Honduras y Guatemala, en donde la corrupción se
percibe principalmente en las áreas de gobierno, en los municipios,
en el Poder Legislativo, en los sindicatos, en los tribunales de justi­
cia y en las grandes empresas. La corrupción en México ocupa el
tercer lugar de importancia de problemas por atender, sólo después
de la delincuencia y de la situación política del país. Con respecto a
2015, sólo 27% de las opiniones en México refleja que se ha progre­sa­
do en limitar la corrupción, cuando el promedio regional es de 35%
(Latinobarómetro, 2017). Lo anterior, aun después de la aper­tura
de los sectores privado, académico y social para la discusión y aproba­
ción de la Ley General del Sistema Nacional Anticorrupción en 2016.
En febrero de 2018, Transparencia Internacional publicó el Ín­
dice de Percepción de la Corrupción 2017, en el cual se muestra que
México cayó 12 lugares a escala mundial (en comparación con el año
anterior 2016) y que ha tenido la calificación más baja de los últimos
20 años. En una escala de 0 a 100, en donde 0 significa que es al­
tamente corrupto y 100 quiere decir que es un país sin corrupción,
México tiene una calificación de 29, muy por debajo de la media
internacional de 43 puntos. De acuerdo con este informe, Mé­xico se
ha posicionado como el segundo país más corrupto de América La­
tina, después de Venezuela, ocupando la posición número 135 de
180 países evaluados en materia anticorrupción. En el nivel regio­
nal, México se encuentra entre las peores posiciones de América
Latina y el Caribe, por debajo de Brasil, Argentina y Colombia, ocu­
pando la misma posición que Honduras y Paraguay. Es además, junto
con Rusia, el país peor evaluado del G20 y el peor evaluado de la Or-
­ganización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.
194 GABRIEL PÉREZ PÉREZ, MARIO C. CHAVARRÍA SUÁREZ

Entre algunas de las recomendaciones más importantes sobre


el SNA como política pública, Transparencia Internacional realizó las
siguientes:

1) Asegurar la correcta implementación del sistema anticorrup­


ción en todo el territorio nacional.
2) Incorporar a la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) y al
Servicio de Administración Tributaria (SAT) en el SNA, para
fortalecer las investigaciones de lavado de dinero y las llama­
das “empresas fantasma”.
3) Crear una Fiscalía General de la República capaz, autónoma
e independiente para asegurar que la política anticorrupción
del país no dependa ni de la política, ni de intereses privados.
4) Avanzar hacia sistemas de información en todas las institu­
ciones públicas, incluyendo la máxima publicidad y forma-
tos abiertos respecto del financiamiento a partidos políticos y sus
proveedores (Transparency International, 2017).

En el contexto económico del país, además de medidas de aus­


teridad, deben incorporarse instrumentos adicionales que forta­
lezcan la apertura gubernamental, la integridad y la apropiada
fiscalización del gasto público.
De su análisis en conjunto, los informes Latinobarómetro y de
Transparencia Internacional (2017), reflejan la necesidad de aten-
der rápida y eficientemente dos problemas nacionales en México:
la in­satisfacción ciudadana con el desempeño de sus instituciones
democráticas y la necesidad de adoptar nuevos mecanismos o instru­
mentos que permitan atender y limitar la corrupción.
Como se explica al inicio de este libro, el análisis y la evaluación
de las democracias contemporáneas tienen que ir acompañados de
estudios multidimensionales a partir del tipo de contenidos que pre­
valecen, del tipo de procedimientos que utilizan y del tipo de resul­
tados que generan. El combate a la corrupción, por ejemplo, tiene
que ir acompañado de otras acciones en materia de rendición de
cuentas, del apego al Estado de derecho y de participación ciudada­
na. En la medida en que se garanticen los principios de igualdad y
libertad, se podrán mejorar las condiciones democráticas.
EL COMBATE A LA CORRUPCIÓN EN MÉXICO 195

EL SNA COMO POLÍTICA PÚBLICA

Otro de los organismos internacionales que sugiere atender y limi­


tar el problema de la corrupción, es el Progama de Naciones Unidas
para el Desarrollo (PNUD), a través de los “Objetivos de desarro-
llo sostenible” —antes Objetivos del Milenio—, con un total de 17
metas para transformar al mundo contemporáneo, entre los cuales
destacan:

• Promover el Estado de derecho en los planos nacional e in­


ternacional y garantizar la igualdad de acceso a la justicia para
todos.
• Reducir considerablemente la corrupción y el soborno en to-
das sus formas.
• Crear en todos los niveles instituciones eficaces y transparentes
que rindan cuentas.
• Garantizar la adopción, en todos los niveles, de decisiones in­
­clusivas, participativas y representativas que respondan a las
necesidades de la ciudadanía.
• Ampliar y fortalecer la participación de los países en desarro­
llo en las instituciones de gobernanza mundial.
• Garantizar el acceso público a la información y proteger las
libertades fundamentales, de conformidad con las leyes nacio­
nales y los acuerdos internacionales.
• Promover y aplicar leyes y políticas no discriminatorias en favor
del desarrollo sostenible (PNUD, 2016).

Lo anterior con base en los siguientes criterios:

• El Poder Judicial y la policía están entre las instituciones más


afectadas por la corrupción.
• La corrupción, el soborno, el robo y el fraude fiscal cuestan al-
rededor de 1 260 millones de dólares para los países en de­sa­
rrollo al año; esta cantidad de dinero podría ser utilizada para
elevar por encima de los 1.25 dólares diarios a las personas que
viven con menos de ese dinero durante un mínimo de seis años.
• El Estado de derecho y el desarrollo tienen una interrelación
significativa y se refuerzan mutuamente, por lo que es esencial
para el desarrollo sostenible nacional e internacional.
196 GABRIEL PÉREZ PÉREZ, MARIO C. CHAVARRÍA SUÁREZ

En el nivel nacional existen pocas organizaciones que miden, eva-


lúan y reportan los niveles de corrupción y sus consecuencias en
el país. El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), Trans­
parencia Mexicana (TM), Red por la Rendición de Cuentas (RRC);
Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), México
Evalúa (ME), Confederación Patronal de la República Mexicana (Co­
parmex) —de tipo empresarial—, y el Instituto Nacional de Estadís­
tica y Geografía (INEGI) —institución de gobierno—, son las más
reconocidas en la materia, pero generalmente toman como referen­
cia las mediciones y resultados de los organismos internacionales.
La mayoría funciona con recursos propios —excepto el INEGI— y li­
mitados.
Por ejemplo, con datos de hace ocho años, el “Índice Nacional
de Corrupción y Buen Gobierno 2010”, reportó que en ese año se
identificaron 200 millones de actos de corrupción en el uso de ser­vi­
cios públicos provistos por autoridades federales, estatales, munici­pa­
les, así como concesiones y servicios administrados por particulares,
mientras que en 2007, informe inmediato anterior, se reportaron
197 millones de actos. En promedio, los hogares mexicanos destina­
ron 14% de su ingreso a ese rubro; la frecuencia de corrupción a es­-
cala nacional se incrementó tres décimas y pasó de 10.0 en 2007 a
10.3 en 2010 (Transparencia Mexicana, 2018).
En este sentido, México se inserta de manera tardía en el comba­
te frontal a la corrupción. El Sistema Nacional Anticorrupción, si
bien es un avance, enfrenta desafíos que serán difíciles de cumplir
sin el acompañamiento integral de otras dimensiones democráti­
cas (Morlino, 2012) y, sobre todo, sin el respaldo de las entidades
federativas de nuestro país, que a través de sus respectivos congre­
sos locales, debían crear y armonizar su propia legislación antico­
rrupción.
En el apartado siguiente se analizará la reciente aprobación del
Sistema Nacional Anticorrupción (SNA) en julio de 2016 y sus im­
plicaciones en materia de desarrollo institucional. Para su diseño, se
tomaron en cuenta la opinión y sugerencias de especialistas y acadé­
micos en temas de corrupción, la participación ciudadana a partir de
un foro nacional y la experiencia de funcionarios públicos, lo cual
sugiere una propuesta receptiva y abierta a las necesidades de la so­
ciedad en la materia.
EL COMBATE A LA CORRUPCIÓN EN MÉXICO 197

CARACTERÍSTICAS GENERALES
DEL SISTEMA NACIONAL ANTICORRUPCIÓN

El 18 de julio de 2016, se publicó en el Diario Oficial de la Federa­


ción, como disposición legal y vigente, la Ley General del Sistema
Nacional Anticorrupción, que en términos generales establece los
principios, las bases generales y las políticas públicas para la coor­
dinación entre las autoridades de todos los órdenes de gobierno en
la prevención, detección y sanción de faltas administrativas y hechos
de corrupción, así como para la fiscalización y el control de recur-
sos públicos. Es una instancia cuya finalidad es establecer, articular
y evaluar la política en la materia y cuyos principales propósitos (en­
tre otros) son:

• Establecer las directrices básicas para la coordinación de las


autoridades en la generación de políticas públicas en materia
de prevención, detección, control, sanción, disuasión y comba­
te a la corrupción.
• Definir las bases y políticas para la promoción, fomento y
difusión de la cultura de integridad en el servicio público, así
como de la rendición de cuentas, de la transparencia, de la fis­
calización y del control de los recursos públicos.
• Precisar las acciones permanentes que aseguren la integridad
y el comportamiento ético de los servidores públicos, así co-
mo crear las bases mínimas para que todo órgano del Esta-
do me­xicano establezca políticas eficaces de ética pública y
responsabilidad en el servicio público.

Para ello, se promulgaron y/o reformaron seis instrumentos ju­


rídicos:

• Ley General de Responsabilidades Administrativas. Para detallar


las responsabilidades administrativas y la obligación de los ser­
vidores públicos de presentar declaraciones patrimonial, de
con­flicto de intereses y fiscal.
• Ley de Fiscalización y Rendición de Cuentas de la Federación.
Para fortalecer a la Auditoría Superior de la Federación para el
combate de la corrupción.
198 GABRIEL PÉREZ PÉREZ, MARIO C. CHAVARRÍA SUÁREZ

• Ley Orgánica del Tribunal Federal de Justicia Fiscal Adminis­


trativa. Para crear al Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Ad­
ministrativa, como órgano jurisdiccional con autonomía para
emitir sus fallos y con jurisdicción plena.
• Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República. Para
crear la Fiscalía Especializada de Combate a la Corrupción, co-
mo órgano autónomo para investigar y perseguir actos de corrup-
ción,
• Código Penal Federal. Para establecer las sanciones que serán
acreditables a quienes cometan actos de corrupción: servido­
res públicos y particulares.
• Ley Orgánica de la Administración Pública Federal. Fortalecer
la Secretaría de la Función Pública para la prevención y com­
bate de la corrupción (Segob, 2016).

Una de las principales características del SNA es que se concibe


como un mecanismo ciudadano para prevenir y castigar la corrup­
ción; para eliminar trámites innecesarios y transparentar la contra­
tación de obras públicas. Coordinar actores sociales y autoridades de
los distintos órdenes de gobierno a través de dos comités: Comité
Coordinador y Comité de Participación Ciudadana; así como inves­
tigar y sancionar casos de enriquecimiento ilícito en los servido-
res públicos que, durante el tiempo de su encargo, hayan adquirido
sin poder justificar.
Se contemplan facultades que buscan prevenir los actos de co­
rrupción a través de códigos de ética, protocolos de actuación y
mecanismos de autorregulación utilizando instrumentos como la
Plataforma Digital Nacional, conformada por el Sistema de Evolu­
ción Patrimonial y de Declaración de Intereses; el Sistema Nacio­nal
de Servidores Públicos y Particulares Sancionados; el Sistema Na­
cional de Fiscalización; el directorio de servidores públicos que par­
ticipan en contrataciones públicas y las denuncias públicas por faltas
administrativas y hechos de corrupción.
De acuerdo con la ley promulgada, el SNA se conforma por un
Comité Coordinador, un Consejo Nacional para la Ética Pública y
un Comité de Participación Ciudadana, que se coordinarán entre
sí para cumplir con las políticas en materia de prevención, corrección,
combate a la corrupción y promoción de la integridad pública.
EL COMBATE A LA CORRUPCIÓN EN MÉXICO 199

El consejo está conformado por el presidente de la República


(quien lo preside), el ministro presidente de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación (SCJN), los presidentes de las mesas directivas
de cada una de las cámaras del Congreso de la Unión, los titula-
res de los órganos constitucionales autónomos en el ámbito federal,
el auditor superior de la Federación, el presidente del Tribunal Fede­
ral de Justicia Fiscal y Administrativa, los titulares de los poderes
Ejecutivos de las entidades federativas y los integrantes del Comité
de Participación Ciudadana.
No obstante, uno de los grandes temas que quedó fuera de dis­
cusión es que el presidente de la República no podrá ser acusado
por actos de corrupción o conflictos de interés, sino sólo por traición
a la patria y delitos graves del orden común. Ésta es una de las limi­
tantes más importantes del SNA y deja una laguna en el sistema de
transparencia y rendición de cuentas que se intenta poner en mar­
cha. De acuerdo con la definición de un Estado que asume princi­
pios democráticos, la observancia de la ley tiene que ser vertical y
horizontal, de manera transversal, debería obligar desde el presiden­
te de la República hasta los funcionarios municipales.
El debate que se generó no sólo en los poderes Ejecutivo, Legis­
lativo y Judicial, sino en la sociedad, en el ámbito intelectual, en la
investigación académica y en organizaciones nacionales e interna­
cionales, en torno al SNA, abrió la puerta sobre un tema que parecía
estar fuera del interés gubernamental. Dicha discusión, al margen
de las modalidades o detalles de los cambios en la norma jurídica,
lo que plantea de fondo es la necesidad de reforzar el papel del Es­
tado de derecho, dimensionar sus alcances y mejorar el ejercicio
cotidiano de la ciudadanía en condiciones democráticas.
Si consideramos el conjunto de problemas por los que atraviesa
nuestro sistema político, como el desencanto general con la política
y la democracia, el debilitamiento de la soberanía estatal y el des­
crédito en el ejercicio de la función pública, la implementación del
SNA se presenta como una oportunidad no sólo para reconfigurar
al Estado de derecho, sino para fortalecer el Estado mexicano en su
conjunto, mejorar las condiciones democráticas y construir ciudada­
nía participativa (Attili, 2013).
La búsqueda de la igualdad y libertad como principios de la demo-
cracia mexicana exige ir más allá de los mecanismos procedimentales
200 GABRIEL PÉREZ PÉREZ, MARIO C. CHAVARRÍA SUÁREZ

o formales que se utilizan por ejemplo en el SNA, y es justamente


en el marco de la agenda de investigación sobre calidad de la demo­
cracia que se puede encontrar una metodología adecuada para afian-
zar los avances ya alcanzados y frenar posibles retrocesos.
Del análisis e investigación sobre el origen y contenido del SNA, se
pueden identificar cinco etapas del proceso que se pretende ilustrar.1

IDENTIFICACIÓN DE LA METODOLOGÍA
PARA ABORDAR LA CORRUPCIÓN EN MÉXICO

La corrupción ha debilitado los esfuerzos para combatir la pobreza


y la desigualdad, ha disminuido las posibilidades de crecimiento
económico, alejado inversiones productivas del país y ha sido una
de las causas de la propagación del narcotráfico y de la crisis de
se­guridad pública que vive México. La corrupción, además de ser
un problema ético, es un obstáculo para el desarrollo. El abuso del
po­der público y la impunidad, propiciados por una democracia
inequitativa (Morlino, 2012), han provocado que prácticamente
cualquier servidor público tenga incentivos para realizar acciones u
omisiones en su deber público y obtener un beneficio privado. La
corrupción deslegitima a las instituciones públicas, genera vicios en
la gestión pública, incrementa los niveles de desigualdad, presiona
para la creación de legislaciones y políticas públicas inapropiadas e
ineficaces, y profundiza la distribución inequitativa de recursos
públicos y de un gasto ineficiente.

ESTUDIO DE LOS MODELOS ANTICORRUPCIÓN

Se propuso la creación de órganos constitucionales autónomos para


combatir la corrupción por diferentes vías: instituir una Comisión
Nacional Anticorrupción; la creación de una Agencia Nacional para
el Combate a la Corrupción; la implementación de un Instituto Na­

1
Senado de la República, Dictamen de las Comisiones Unidas de Puntos
Constitucionales, de Gobernación, de Anticorrupción y Participación Ciuda­
dana y de Estudios Legislativos Primera, con Proyecto de Decreto que reforma
y adiciona diversos artículos de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, en materia de combate a la corrupción, presentado el 13 de diciem­
bre de 2013 (Senado de la República, 2016).
EL COMBATE A LA CORRUPCIÓN EN MÉXICO 201

cional Anticorrupción y Control con una fiscalía especial a su cargo,


así como la creación de órganos similares en las entidades federa­
tivas y sus municipios. Sin embargo, la diferencia esencial entre los
modelos propuestos descansa en la institución facultada para sancio­
nar hechos de corrupción, ya sea en el ámbito administrativo, penal
o en ambos.

ESTUDIOS DE DERECHO COMPARADO Y REVISIÓN


DE LOS COMPROMISOS ADQUIRIDOS POR MÉXICO A TRAVÉS
DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES

Esta etapa es interesante porque gran parte de las motivaciones para


aprobar mecanismos anticorrupción tienen su origen en instru­men­tos
internacionales. Los intereses de una economía global con merca-
do internacional han obligado a nuestro país a mejorar las condicio­
nes de inversión extranjera y a elevar las garantías sobre los bienes
financieros. Entre los más importantes se encuentran:

• La Convención para Combatir el Cohecho de Servidores Pú­


blicos Extranjeros en Transacciones Comerciales Internacio­
nales, adoptada por el Consejo de la OCDE el 23 de mayo de
1997.
• La Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción,
adoptada el 4 de diciembre de 2000 y de la cual México fue
sede de la Conferencia de Alto Nivel para su firma, del 9 al
11 de diciembre de 2003 en la ciudad de Mérida, Yucatán.
• La Convención Interamericana contra la Corrupción de la
Organización de Estados Americanos, adoptada el 29 de mar­
zo de 1996 en Caracas, Venezuela, y la cual reconoce el alcance
global de la corrupción y, por tanto, la necesidad de contar con
un instru­mento multilateral para combatirla de forma eficaz.

APERTURA HACIA LAS OPINIONES DE EXPERTOS,


A LA INVESTIGACIÓN ACADÉMICA Y REPRESENTANTES
DE LAS ORGANIZACIONES DE LA SOCIEDAD CIVIL

Como resultado de la realización de dos foros con la participación de


funcionarios, expertos en la materia y ciudadanía, se coincidió en que
202 GABRIEL PÉREZ PÉREZ, MARIO C. CHAVARRÍA SUÁREZ

la corrupción es un fenómeno complejo y multicausal, por lo que


su combate requiere una atención integral que priorice la prevención
antes que las acciones punitivas

• La estructura institucional en materia de combate a la co­rrup­


ción presenta altos índices de descoordinación y fragmentación
en materia de transparencia, de fiscalización, de responsabili­
dades, de evaluación y de finanzas públicas.
• Ausencia de la cultura de la denuncia, en parte por el temor a
las consecuencias de hacerlo y en parte por la falta de confian­
za en las instituciones responsables de velar por la legalidad.
• Débil marco jurídico de responsabilidades, principalmente en
lo que se refiere a las conductas delictivas relacionadas con la
corrupción y su adecuada acreditación.
• Carga de trabajo excesiva en los tribunales correspondientes.
Los tribunales administrativos están saturados de asuntos, prin-
cipalmente fiscales.
• Debilidad en el sistema de documentación y archivo de las
acciones de gobierno. No existe un archivo eficiente para do­
cumentar y organizar las principales decisiones públicas a fin
de permitir a los órganos fiscalizadores reconstruir el proceso de
toma de decisiones en materia de contratos, licitaciones, com­
pras y adquisiciones, obras públicas, etc. y con ello verificar que
éstas se hicieron apegadas a derecho.
• Exceso de trámites o de discrecionalidad de los servidores
públicos para autorizarlos.
• Debilidad en los sistemas de contratación, de permanencia
y de estímulos de los servidores públicos, de ahí la importan­
cia de que los mecanismos de ingreso promuevan la incorpo­
ración de personas éticas, profesionales y responsables (Senado
de la República, 2016).

REFORMA INTEGRAL
CONTRA LA CORRUPCIÓN

La corrupción es un fenómeno social, multifactorial y político muy


complejo. Por lo mismo, requiere un conjunto de medidas y de ac­cio­nes
en múltiples frentes para su combate efectivo. El SNA se conci­bió a
EL COMBATE A LA CORRUPCIÓN EN MÉXICO 203

partir de las sugerencias de académicos, especialistas y re­pre­sentantes


de la sociedad civil a partir de dos enfoques: el preventivo, que con­
templa controles y sanciones que desalienten la corrupción, trans­
parencia en las acciones gubernamentales, incentivos para que los
servidores públicos no se corrompan, y participación ciudadana para
monitorear y fiscalizar de manera permanentemente al gobierno; y
el enfoque punitivo, que incluye la coordinación de instancias respon­
sables de fiscalizar, supervisar y controlar las funciones y el presu­
puesto públicos, instrumentos persecutorios para sancionar actos de
corrupción, modificaciones adecuadas para el marco jurídico y per­
secución y sanción de la corrupción en el sector privado.

CONTRIBUCIÓN A LA CALIDAD
DE LA DEMOCRACIA EN MÉXICO

Con base en el origen institucional del SNA y en el contexto polí­


tico-social por el cual se legisló, se puede decir que como experiencia
en el diseño e implementación de política pública contribuye de al­
guna manera en el mejoramiento de las condiciones democráticas
en México. Ya sea para responder a la creciente presión internacio­
nal que insta a disminuir los niveles de corrupción o para enfrentar
los altos índices de desconfianza ciudadana sobre las principales fi­
guras institucionales del país, el proceso abrió la discusión sobre un
tema conocido pero no atendido.
Sin embargo, el marco legal sobre el cual opera el SNA ha en­
frentado serias dificultades e inercias propias de un régimen presi­
dencialista autoritario que impiden el funcionamiento eficaz del
sistema. Basta mencionar, por ejemplo, que a dos años de su entrada
en vigor persisten omisiones hasta para el nombramiento de los ti­
tulares en sus principales órganos de decisión. Políticas públicas como
el SNA se insertan en un contexto internacional con objetivos muy
específicos para mejorar de manera gradual las condiciones de una
democracia liberal en donde los resultados están cobrando cada vez
mayor importancia que los contenidos y/o los resultados. De ahí la
importancia de estudiar e implementar un marco teórico que per­
mita dirigir nuestra democracia hacia la protección del conjunto de
derechos ciudadanos.
204 GABRIEL PÉREZ PÉREZ, MARIO C. CHAVARRÍA SUÁREZ

Si regresamos a los tres principios que deben cumplir las políti­


cas públicas en las democracias contemporáneas —que se mencio­
nan al inicio—, nos encontramos frente a una dificultad: el SNA se
origina y adopta un contenido propio para resolver un problema
nacional: la corrupción. Pero su alcance es limitado para garantizar
la participación ciudadana en todos los niveles de gobierno, lo cual
reduce significativamente el acceso real a un conjunto de derechos.

SISTEMAS LOCALES ANTICORRUPCIÓN,


PUNTO DÉBIL DEL SISTEMA NACIONAL

En el nivel subnacional, las estructuras institucionales, la división


de poderes, la impartición y procuración de justicia, así como la par­
ticipación ciudadana, responden a incentivos diferentes, de acuerdo
con contextos históricos que debilitan o fortalecen las dimensiones
democráticas. A pesar de que la implementación de Sistemas Lo­
cales Anticorrupción es un mandato constitucional —artículo
113—, el proceso ha mostrado deficiencias importantes que podrían
obstaculizar la eficacia del sistema nacional.
Los gobiernos estatales son parte fundamental en la construcción
de una democracia nacional. Los primeros avances en materia de re-
presentación plural en el Poder Legislativo, en la alternancia del
Poder Ejecutivo y de movimientos sociales con participación ciu­
dadana, se dieron en las entidades federativas. Algunas de las ex­
plicaciones más sustentadas sobre la alternancia del año 2000 en el
gobierno federal, argumentan que no fue más que la conclusión de un
largo proceso que comenzó con la obtención gradual de espacios de
representación en los municipios y estados de la República.
En el contexto global, la importancia de los gobiernos locales es
cada vez mayor al implementar programas y políticas públicas para
atender necesidades específicas de la población. El municipio, como
primer nivel de gobierno y de contacto con la ciudadanía, ha gene­
rado experiencias de primer nivel en la creación de programas de
asistencia social y desarrollo sostenible, por ejemplo. Su inclusión
en planes y programas federales no es sencilla, sobre todo por el ca­
rácter federal de la República, que reconoce facultades exclusivas en
pleno uso de su libertad y soberanía.
EL COMBATE A LA CORRUPCIÓN EN MÉXICO 205

En materia de corrupción, las entidades federativas muestran com­


portamientos diferentes. De acuerdo con la Encuesta Nacional de
Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG) (INEGI, 2017), que pro­
porciona información sobre la percepción de la población acerca de
la corrupción y las experiencias de corrupción que sufrió la pobla­
ción al realizar trámites, pagos y solicitudes de servicios públicos,
además del contacto con autoridades y servidores públicos, reveló que
la tasa de prevalencia de corrupción fue de 14 635 víctimas por ca-
da 100 mil habitantes; mientras que la incidencia fue de 25 541 ac-
tos de corrupción por cada 100 mil habitantes. Estas cifras expresan
tan­to la relación de personas afectadas como las experiencias de co­
rrup­ción registradas en trámites, pagos y soli­citudes de servicios pú­
blicos, así como otro tipo de contactos con servidores públicos en
áreas urbanas (INEGI, 2017).
Por tipo de trámites, pagos y solicitudes de servicios públicos,
además de otros contactos con servidores públicos, las experiencias
de corrupción con mayor porcentaje se dieron con autoridades de
seguridad pública, que registró 59.5%, seguido de los permisos rela­
cionados con la propiedad con 30.7%; trámites ante el Ministerio
Público con 25.1%, y trámites municipales con 18.6%, por men­
cionar las áreas con mayores experiencias de corrupción. Desagre­
gando los mismos datos por entidad federativa, de acuerdo con el
mismo informe (INEGI, 2017), la tasa de prevalencia (víctimas) de
corrupción por cada 100 mil habitantes colocó a la Ciudad de Mé­
xico, Morelos, Sinaloa, Durango y Chiapas como los cinco esta­dos
con mayor prevalencia de corrupción.
Mientras que la incidencia (número de casos) de corrupción por
cada 100 mil habitantes ubica a Sonora, Durango, Sinaloa, Chihua­
hua y Ciudad de México como los cinco estados con mayor in­ci­den­
cia de corrupción.
El primer matiz que hay que tomar en cuenta es que, a diferencia
de otras áreas en donde la vinculación de las entidades federativas se
ancla fuertemente con el gobierno federal, la Ley General del Sis­
tema Nacional Anticorrupción delimita su alcance en donde se ini­cia
la independencia y soberanía de los estados (Congreso de la Unión,
2017).
En principio, no es un hecho negativo pero sí demuestra la ne­
cesidad de armonizar los Sistemas Locales Anticorrupción, no sólo
206 GABRIEL PÉREZ PÉREZ, MARIO C. CHAVARRÍA SUÁREZ

para optimizar los mecanismos establecidos en el sistema nacional,


sino para atender con éxito el fenómeno de la corrupción conforme
a las características especiales de cada entidad.
El problema más importante en las entidades federativas es el
de la participación ciudadana. De acuerdo con el Comité de Parti­
cipación Ciudadana del Sistema Nacional Anticorrupción, al 22 de
febrero de 2018 aún persiste una entidad federativa —Tlaxcala— sin
emitir la convocatoria correspondiente para la integración de las fi­
guras orgánicas de su Sistema Local Anticorrupción; y sólo cuenta
con la reforma constitucional en materia de anticorrupción (sin
haber legislado las reformas secundarias locales) (Comité de Parti­
cipación Ciudadana, 2018).
Las entidades que han concluido con la instalación de la estructu­ra
operativa (sin incluir al fiscal anticorrupción) son Coahuila, Duran­
go, Estado de México, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Puebla, Queré­
taro, Sonora, Tabasco y Tamaulipas; es decir, sólo 11 estados que
representan 34% del total de las entidades federativas.
Sólo 20 estados cuentan con Comités de Participación Ciuda­
dana al 22 de febrero de 2018, lo cual representa 62.5% del total de
entidades: Aguascalientes, Coahuila, Colima, Chihuahua, Duran­
go, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Estado de México, Michoacán,
Na­yarit, Oaxaca, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Sonora, Ta­
basco, Tamaulipas, Yucatán y Zacatecas.
Menos de la mitad de las entidades federativas, tan sólo 31%,
cuen­ta con estructura operativa completa (con fiscal anticorrupción):
Coa­huila, Guanajuato, Jalisco, Estado de México, Puebla, Querétaro,
San Luis Potosí, Sonora, Tabasco y Tamaulipas (Comité de Partici­
pación Ciudadana, 2018).
A poco más de dos años de su entrada en vigor, el Sistema Nacio­
nal Anticorrupción tampoco ha integrado su estructura operativa
para funcionar de manera óptima. Aún falta resolver la ratificación
de 18 magistrados anticorrupción por parte del Senado de la Re­
pública, nombrar a la fiscalía anticorrupción y al fiscal general de la
República.
Como se observa, más instituciones no implican mayor Estado de
derecho; más transparencia no significa menos corrupción; pero
mientras más se participe en la toma de decisiones, siempre habrá
posibilidad de tener mejores condiciones democráticas.
EL COMBATE A LA CORRUPCIÓN EN MÉXICO 207

REFLEXIÓN FINAL

El Sistema Nacional Anticorrupción es un caso paradigmático en


el diseño e implementación de política pública en México por cuatro
razones:
1. Es una de las primeras políticas públicas de nueva generación
que se implementan en América Latina, en razón de los “Objetivos
de desarrollo sostenible”, originados por el PNUD, en el marco de
una agenda global para el desarrollo sostenible y mejoramiento de la
calidad en las democracias contemporáneas.
2. Atiende de manera específica el combate a la corrupción a tra­
vés de la creación de instituciones en todos los niveles de gobierno.
Y se relaciona directamente con el fortalecimiento del Estado de
derecho como uno de los indicadores más importantes de las demo­
cracias con calidad. Gran parte de las disposiciones legales en Mé­
xico —desde la Constitución hasta reglamentos— no contemplan
ningún tipo de sanción en caso de su incumplimiento. La impuni­
dad desencadena consecuencias negativas que vulneran los prin­
cipios de igualdad y libertad en el país. El contexto histórico-social
y político de las entidades federativas, determina en buena medida
su estructura institucional, la voluntad para procesar conflictos y de­
mandas ciudadanas, así como su inserción en el sistema democrá­
ti­co nacional. Sin embargo, el conjunto de dimensiones democráticas
es transversal e involucra a los tres órdenes de gobierno.
3. Se originó mediante un proceso legislativo que se abrió a la
participación ciudadana, con la recepción de propuestas de organi­
zaciones de la sociedad civil y del ámbito académico en materia de
atención, prevención y sanción de la corrupción en México. Para
atender los principales problemas de las sociedades contemporáneas
(como se explica en el segundo apartado), se requiere la participación
ciudadana, crítica, informada y responsable. La participación es cla­
ve para mejorar el desempeño de la democracia en los tres niveles de
gobierno. La democracia se construye desde las sociedades, de aba­
jo hacia arriba; el marco jurídico ya está definido, falta cumplirlo.
Los contenidos y los procedimientos como parámetros de calidad
ya están establecidos, pero falta calidad en los resultados.
4. Muestra la importancia en crecimiento del nivel subnacional o
local para incidir en el buen desempeño de los gobiernos democrá­
208 GABRIEL PÉREZ PÉREZ, MARIO C. CHAVARRÍA SUÁREZ

ticos y, en consecuencia, su contribución es cada vez mayor para me­


jorar o reducir los índices de la calidad de la democracia. La efi­cien-
cia de la legislación federal depende de la eficiencia de la legislación
estatal (como se muestra en el cuarto apartado). Si hay dife­rencias
de contenido y procedimientos, seguramente las habrá en cuanto a
resultados; algunas de las entidades federativas con mayores índices
de corrupción no lograron legislación eficiente para combatirla. La
legislación federal, estatal y municipal, como instrumento del Es­
tado de derecho no siempre está diseñada para resolver problemas
que son cotidianos —como la corrupción—, pero impacta en los ni-
veles nacional e internacional en el desempeño democrático.
Los mecanismos de control para el poder del Estado y la pro­
tección de un mínimo de derechos ciudadanos, en comparación con
el desarrollo institucional de la democracia en América del Norte
y en países europeos, parecen llegar tarde a México.
El fortalecimiento de las democracias de reciente instauración
—como en gran parte de América Latina—, ha sido restringido por
los altos índices de corrupción en los ámbitos público y privado. De
acuerdo con los tres criterios propuestos en la introducción por
Guillermo O’Donnell (2008) para dirigir las acciones de gobierno y
las políticas públicas, se puede decir que el SNA está dirigido hacia la
atención de un grave problema nacional, como lo es la corrupción;
que promueve la participación ciudadana a través de la creación de
instituciones (comités de participación) en todos los niveles; y que
contribuye con la protección de derechos ciudadanos a prevenir la
impunidad y atender los niveles de pobreza y desigualdad. Sin em­
bargo, según el contexto local para el funcionamiento eficaz de este
sistema, depende de las entidades federativas mejorar el Estado de
derecho y, de manera gradual, los indicadores de la calidad de la de­mo-
cracia a escala nacional.

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BL
A
N
C
A
TRANSPARENCIA Y RESPONSABILIDAD GUBERNAMENTAL:
UN RETO PARA LA DEMOCRACIA EN MÉXICO

Ramiro Daniel Sánchez Gayosso*


Alberto Escamilla Cadena**

RESUMEN

En este artículo se aborda el problema que ha representado el desa­


rrollo pleno de la transparencia y la responsabilidad gubernamental
en México desde 2003 hasta 2015. Para ello, se lleva a cabo un aná­
lisis del marco legal que rige al acceso a la información, la transparen­
cia y la rendición de cuentas en México, teniendo como referentes
al Instituto Nacional de Acceso a la Información Pública Guberna­
mental y Protección de Datos Personales (Inai) y los resultados que
éste ha arrojado en los últimos años.
Lo que se tratará de demostrar es que cuando un órgano garante no
cuenta con los suficientes instrumentos jurídicos para desempeñar su
tarea, difícilmente podrá ejercer un auténtico control sobre la in­for­
mación que maneja el gobierno. Los órganos encargados de la trans­
parencia son una pieza fundamental para el desempeño de la de­mocracia,
dado que su responsabilidad consiste en combatir el secretismo y
la opacidad. En este artículo se muestra el nivel de eficacia logrado
en este combate a dos de los principales problemas del México del
siglo pasado.
Palabras clave: transparencia, rendición de cuentas, Inai, demo­
cracia, México.

* Doctor en Estudios Sociales por la UAM-Iztapalapa.


** Doctor en Estudios Sociales por la UAM-Iztapalapa.

[213]
214 RAMIRO DANIEL SÁNCHEZ G., ALBERTO ESCAMILLA C.

INTRODUCCIÓN

La democracia mexicana ha sido objeto de un extenso tratamiento


en los últimos años. Una amplia corriente de estudios ha sostenido la
idea de que se trata de un régimen defectuoso, que no está sopor­
tado por un Estado de derecho (Carbonell, 2008:153-169; Cárde­
nas, 1999:93-137), con un sistema electoral propenso a distorsiones
(Schedler, 2016:118-166) y con escasa o nula rendición de cuen-
tas por parte de políticos y funcionarios públicos ( Jaime, Avendaño
y García, 2012:16; Merino, 2005:11-19). De aquí que en los últimos
años algunos trabajos se han orientado a analizar el desempeño de
la democracia, centrando su atención en la calidad de sus institucio­
nes (Méndez y Loza, 2013:9-24; Cansino y Covarrubias, 2007:67-
79). El tema ha sido abordado desde diferentes dimensiones y, en
términos generales, el balance ha resultado negativo. Dos de estas di­
mensiones que ha cobrado relevancia son la transparencia y la ren­
dición de cuentas por parte de los gobiernos. Un problema que se ha
subrayado en esta materia es que para garantizar un efectivo ejerci­cio
de la transparencia hay un problema no resuelto: el marco jurídico que
sustenta la transparencia gubernamental es inadecuado, insufi­cien­
te y sin los instrumentos necesarios para que las instituciones en­car­
gadas de esta tarea lleven a cabo su función realmente de una manera
eficaz.
Este trabajo tiene como objetivo analizar el marco legal que rige al
acceso a la información, la transparencia y la rendición de cuentas
en México, teniendo como referentes al Instituto Nacional de Acce­
so a la Información Pública Gubernamental y Protección de Datos
Personales (Inai) y la información que éste ha generado en los últi-
mos años.
Si esta institución no cuenta con los suficientes instrumentos ju­
rídicos para desempeñar su tarea, difícilmente podrá ejercer un
auténtico control sobre la información que maneja el gobierno. Los
órganos encargados de la transparencia son una pieza fundamental
para el desempeño de la democracia, dado que su responsabilidad
consiste en combatir el secretismo y la opacidad.
Desde finales del siglo XX aparecieron las primeras demandas que
exigían una apertura y una responsabilidad gubernamental frente
sus ciudadanos. Este proceso de apertura fue dándose de manera gra­
TRANSPARENCIA Y RESPONSABILIDAD GUBERNAMENTAL 215

dual, y no fue hasta entrado el siglo XXI, cuando se estableció un régi­


men de transparencia y rendición de cuentas en gran parte de América
Latina.
Desde el año 2002, México cuenta con un conjunto de disposicio­
nes legales, tanto en su Constitución como en leyes reglamentarias
que pretenden hacer más responsables a los poderes Ejecutivo, Le­
gislativo, Judicial y otras instancias como los partidos políticos y los
sindicatos. Una vez que se han establecido leyes e instituciones en­
cargadas de esta tarea, la pregunta es: ¿el marco normativo actual del
acceso a la información, la transparencia y la rendición de cuentas,
así como el desempeño del Inai en los primeros 13 años, han permi­
tido ejercer un control administrativo hacia las acciones de los go­
biernos? En la medida en que las acciones de las autoridades sean
más transparentes habrá mayor responsabilidad por parte de los po­
líticos y los funcionarios públicos, de lo contrario, si se restringe el
acceso a la información, es menos probable que haya rendición de
cuentas. Las leyes y las instituciones encargadas del acceso a la in­
formación tienen un impacto en el funcionamiento de la democra­
cia, dado que nos permiten conocer si las acciones de los gobiernos
son transparentes o se ocultan. De aquí que la dimensión de la trans­
parencia tiene particular relevancia cuando se trata de entender a
la democracia mexicana.
A lo largo del capítulo se demostrará que, a pesar de la evolución
del marco normativo en materia de transparencia y del fortaleci­
miento de las capacidades institucionales del órgano garante, existen
escenarios en donde ha llegado a privar un estado de antitranspa­
rencia u opacidad (en algunos casos de manera sostenida y ascenden­
te) y de baja rendición de cuentas generados por el mismo Inai en sus
primeros 13 años de funcionamiento.
El trabajo se divide en dos apartados, el primero se refiere a los
me­canismos de responsabilidad establecidos en América Latina y
la relación que guardan con el desempeño de la democracia como
régi­men de gobierno. En esta sección se presentarán diversas com­pa­
ra­ciones entre el apoyo y la satisfacción de la democracia latino­
americana con los diversos mecanismos de transparencia y rendición
de cuentas. En un segundo apartado, se aborda el caso mexicano y el
establecimiento del régimen de transparencia en 2002, así como las
subsecuentes reformas que han dado vida a la institución garante y
216 RAMIRO DANIEL SÁNCHEZ G., ALBERTO ESCAMILLA C.

los resultados que la misma ha arrojado en sus primeros 13 años de


vida (2003-2015).

MECANISMO DE TRANSPARENCIA Y RESPONSABILIDAD


EN EL SIGLO XXI: LA PERSPECTIVA COMPARADA

Los países de América Latina en la última década han tendido a mo­


­dificar sus normas internas hacia una mayor profundización de la
transparencia y la rendición de cuentas. Desde el año 2002 se han
registrado avances en sus marcos legales orientados a la profundi­
za­ción democrática, bajo la cual la gran mayoría transitaron una
década atrás. En algunos casos, como el mexicano, su transición de­
mocráti­ca se dio en el año 2000, pero al igual que el resto de países
de Amé­rica Latina, se incorporó a esta nueva oleada de reformas de-
mocratizadoras de segunda generación que se orientaron a la trans­
formación del sistema político vía el cambio de las instituciones y
órganos de gobiernos para hacerlos más responsables ante la sociedad.
En América Latina, uno de los caminos para lograr el cambio en
las instituciones y las reglas en el ejercicio de gobierno fue a través
de la incorporaron de leyes en materia de transparencia y rendición de
cuentas, asimismo, se buscó la garantía del derecho de acceso a la in­
formación en la constitución o en leyes reglamentarias. Muchas de
estas disposiciones legales buscaron estar en consonancia con lo ex­
pe­rimentado en otros países y que se siguieran modelos como el
Freedom of Information Act de Estados Unidos de 1966 o las leyes
de la década de los ochenta y noventa que en el siglo XX se promo­
vieron en diversas partes del mundo. La novedad de las leyes lati­
noamericanas referentes a la transparencia, en aquellas que buscaban
la protección del derecho de acceso a la información o que se orien­
taron a una mayor rendición de cuentas de los servidores públicos,
radicó en la creación de órganos capaces de hacer valer esas leyes y
proteger el derecho de acceder a la información gubernamental.
La idea de crear leyes y órganos especializados en la materia era
la de avanzar en el proceso de instauración y profundización de la
democracia. El tener una responsabilidad gubernamental mayor,
el poder pedir, exigir y hacer valer los mecanismos punitivos en con-
tra de los servidores públicos que violasen las leyes de transparencia y
TRANSPARENCIA Y RESPONSABILIDAD GUBERNAMENTAL 217

rendición de cuentas, se consideró que estaba estrechamente rela­cio­


nado con la calidad de la democracia misma.1 Los resultados re­cien­tes
del Latinobarómetro o Freedom House (FH), que miden la satis­
facción, el apoyo y el grado de democracia en la región de América
Latina, muestran que en los países integrantes aún no se logra una
mayor satisfacción con este régimen de gobierno (cuadro 1).
América Latina es una región en la que existen democracias con­
so­lidadas y otras que están en proceso de consolidarse. En lo que
respecta a las garantías de derechos y libertades, América Latina os­-
cila entre el pleno respeto y algunas fallas sobre ciertos derechos.
Como se puede observar en el cuadro 1, para 2015 la región se divi­
día en aquellos países que mantenían con una democracia estableci­da
capaz de garantizar elecciones libres y limpias, competencia par­
tidista, la representación e inclusión de grupos minoritarios, las
libertades de creencia, de pensamiento, de expresión, asociación, edu­
cación, etc. Chile, Costa Rica y Uruguay (evaluados con 1) son los
países que para 2015 representaban las democracias mejor estableci­
das en la región; mientras que las peor evaluadas, pero sin dejar de
ser democracias plenas, fueron El Salvador, Perú y República Do­
minicana (2.5 de evaluación).
En el grupo de los países considerados como democracias parcia­
les, encontramos casos como el venezolano, que está evaluado como

1
Al respecto tenemos los estudios realizados por Mikel Barreda y la pro­
puesta analítica de Daniel Levine y José Molina, quienes de manera puntual
han llevado a cabo aportes para el estudio de las democracias latinoamericanas
y del resto del mundo a partir de un análisis multifactorial que permiten ob­
servar el tipo de calidad que se tiene de cada una de ellas. Entre las variables
que han coincidido deben estar presentes en un estudio de calidad de la de­
mo­cracia destacan la responsiveness y la rendición de cuentas. La responsiveness
la entienden como la respuesta puntual de los servidores públicos a deman-
das de información, en otras palabras, la transparencia misma de los funcio­
narios pú­blicos, mientras que la rendición de cuentas es el proceso mediante el
cual se castiga o se premia a los servidores públicos por el desempeño en sus
tareas. Ellos incluyen en este análisis de calidad de la democracia otras varia­
bles más, como la participación, la soberanía, el Estado de derecho, etc., pe-
ro dos imprescindibles que les permiten conocer de mejor manera la calidad de
una democracia son las que en este texto estamos tratando como parte de la
responsabilidad gubernamental (Levine y Molina, 2007; Barreda, 2011).
218 RAMIRO DANIEL SÁNCHEZ G., ALBERTO ESCAMILLA C.

CUADRO 1
COMPORTAMIENTO DE LA DEMOCRACIA EN LA REGIÓN2

Tipo de democracia en América Latina


(índice de Freedom House para 2015)
Países
Países democráticos Puntuación parcialmente Puntuación
democráticos
Chile 1.0 Venezuela 5.0
Costa Rica 1.0 Honduras 4.0
Uruguay 1.0 Colombia 3.5
Argentina 2.0 Guatemala 3.5
Brasil 2.0 Nicaragua 3.5
Panamá 2.0 Bolivia 3.0
El Salvador 2.5 Ecuador 3.0
Perú 2.5 México 3.0
República Dominicana 2.5 Paraguay 3.0
Promedio en la región 1.8 2.6 3.5
FUENTE: Freedom House (2015).

una democracia al borde de un autoritarismo. Ese mismo grupo de


democracias fallidas agrupa a países como México, cuyas fallas en
áreas como la garantía de derechos políticos, en especial la cons­
tante crítica a la violación de derechos humanos en el país, los casos
de corrupción y los recurrentes casos de muertos y desaparecidos en el
2
Freedom House mide el grado de democracia en una escala de 1 a 7, en
donde los países que se ubican en el rango de 1 a 2.5 son considerados como
libres (o democráticos, ya que tienen ese tipo de régimen y cuentan con las liber-
tades y derechos civiles y políticos plenamente garantizados); los que están en
el rango de 3 a 5 son considerados parcialmente libres (o parcialmente demo­
cráticos, ya que su régimen democrático ha logrado garantizar la gran mayoría
de sus derechos y libertades, pero existen fallas que no permiten avanzar hacia
una democracia plena) y los que están en el rango de 5.5 a 7 son los países que
no son considerados libres y, por lo tanto, no son democracias establecidas ca­
paces de generar las condiciones mínimas para que sus habitantes puedan de­
sarrollarse de manera libre.
TRANSPARENCIA Y RESPONSABILIDAD GUBERNAMENTAL 219

marco de la lucha contra el narcotráfico han llevado a que el país


esté mal evaluado, junto a otros como Guatemala, Colombia,  Hon­
duras, Ecuador, Paraguay y Bolivia. Estos países comparten el hecho
de que son democracias electorales, de que sus gobiernos emanan de
elecciones libres, periódicas y competidas; sin embargo, la falla ra­
dica en la garantía de libertades y derechos. Guillermo O’Donnell
bien llamaría a estos casos como “zonas marrones”, donde siguen
prevaleciendo enclaves del viejo sistema que no permiten avanzar al
país hacia una democracia plena (O’Donnell, 1993:174-182).
Lo interesante de cada uno de los 18 países de la región de Amé­
rica Latina es que persisten esas zonas marrones referentes a la ba-
ja intensidad de la ciudadanía y una carente legalidad incapaz de
ex­tenderse en todo el territorio nacional, negando así la expan-
sión de derechos políticos y civiles y haciendo prevalecer un Estado
de derecho débil. Los informes de FH sobre la medición democrá­
tica en la región dan cuenta de ese problema en diversos países.
Pero el análisis del grado de democratización en la región y la
percepción, aceptación y apoyo a la democracia dista mucho de
la realidad. La realidad latinoamericana muestra que existen países
que podríamos considerar democracias establecidas, pero cuentan
con problemas de aceptación a la misma; por otro lado, están aque­
llos países cuyas democracias podrían considerarse defectuosas, pero
gozan de un gran apoyo popular a esta forma de gobierno. El Lati­
nobarómetro, en sus informes periódicos, da cuenta de esta realidad
(cuadro 2).
Partir de la idea de democracia como forma de gobierno y, por en­
de, como forma de vida, ha llevado a que las personas la idealicen
como una respuesta a los males que se presentan y que es capaz de
solucionar problemas de cualquier esfera o ámbito. La idea política
de democracia (Sartori, 1988) está centrada solamente en ese ámbito.
Aunque una idea mayor y profunda de la misma abarque aspectos
de la vida social, económica y cultural de la misma sociedad, llevar­
la a esos niveles implicaría una mayor tarea de medición al respec­
to. La sociedad misma ha entendido a la democracia como un bien
superior que debe ser capaz de resolver los problemas económicos
de un país, que van desde el crecimiento económico hasta la genera­
ción de empleos bien remunerados; de la misma manera, han con­si­
derado a la democracia como un facilitador para la intermediación
220 RAMIRO DANIEL SÁNCHEZ G., ALBERTO ESCAMILLA C.

CUADRO 2
LA DEMOCRACIA COMO FORMA DE GOBIERNO
Y SU APOYO EN LA REGIÓN

Apoyo a la democracia en América Latina


(índice de Latinobarómetro, 2015)
Países de América Latina Porcentaje de apoyo
Venezuela 8.4
Uruguay 7.6
Ecuador 7.0
Argentina 7.0
Chile 6.5
Bolivia 6.5
República Dominicana 6.3
Costa Rica 5.7
Perú 5.6
Colombia 5.5
Brasil 5.4
Nicaragua 4.8
México 4.8
Panamá 4.4
Paraguay 4.4
El Salvador 4.1
Honduras 4.0
Guatemala 3.3
Promedio general 5.6
FUENTE: elaboración propia con base en Latinobarómetro (2015).

en problemas de carácter intrasocial, como la resolución de conflic­


tos armados o la intermediación con los grupos sociales que exigen
demandas específicas; y también se ha considerado a la democra-
cia como un agente capaz de promover la cultura y las raíces propias
de cada nación.
TRANSPARENCIA Y RESPONSABILIDAD GUBERNAMENTAL 221

Entender la democracia de esa manera ha llevado a que la satis­


facción y el apoyo a la misma hayan caído a niveles críticos en don­de
la mitad de los países la apoyaban y la otra mitad no. En el cuadro
2 se muestra esa situación. En una escala de 1 a 10, donde 10 es un
pleno apoyo a la democracia y 1 es un apoyo nulo, la región de Amé-
rica Latina se encuentra con un promedio de 5.6, esto es un apoyo
muy bajo para la misma y apenas nueve países se encuentran por
encima de este promedio. Paradójicamente, en Venezuela, que es el
país mejor evaluado en materia democrática, el apoyo social para
2015 se encontraba muy bien evaluado (8.4), mejor que el de las demo-
cracias estables como Uruguay (7.6), Chile (6.5) o Costa Rica (5.7).
En cambio, la democracia fallida de Guatemala ha llevado a que
apenas 33% de la población la apoyara, mientras que 67% prefiere
una forma de gobierno diferente a la democracia. Este escenario no
dista mucho de Honduras, El Salvador, Paraguay, Panamá y Mé­-
xi­co, en donde el rango de apoyo va de 4 a 4.8, es decir, que 52%
o más preferirían otra forma de gobierno diferente a la democracia
en esos países.
La relación democracia y apoyo a ésta resulta no ser la mejor en
los países de América Latina. Si consideramos la evaluación a la de­
­mocracia y el apoyo representado como porcentaje de la población
respaldándola, pocos son los países que se corresponden en sus me­
diciones. La democracia chilena y la costarricense, que son las dos
democracias mejor evaluadas en la región, son dos casos que no se
encuentran expresados de la misma manera en el apoyo ciudadano.
Por el contrario, las democracias boliviana y ecuatoriana, que han
dado muestras de problemas graves en cuanto a respeto a derechos
civiles y políticos y a la permanencia de sus autoridades en el poder,
el apoyo social las lleva a ser de las mejores evaluadas en la región. Un
caso de violaciones de derechos humanos graves y, por ende, de res­
peto a la legalidad, es Colombia, en donde la democracia goza de un
apoyo popular, pero la evaluación a ella es de las más bajas en la re­
gión. Tal vez el caso más paradigmático sea Venezuela, que a pesar de
ser considerado un país en donde el Estado de derecho, la legalidad
institucional, el respeto a derechos civiles, políticos y humanos son
constantemente castigados y violados, cuenta con las condiciones
básicas de una poliarquía que la hacen una zona marrón bien eva­
luada y apoyada por sus ciudadanos.
222 RAMIRO DANIEL SÁNCHEZ G., ALBERTO ESCAMILLA C.

Ante un aparente proceso de institucionalización de la respon­


sabilidad gubernamental en América Latina a través de leyes y nor­
mas en materia de acceso a la información, transparencia y rendición
de cuentas, los países de la región encuentran configuraciones di­
ferentes en donde cada uno resulta particular y único, pero a su vez
comparten rasgos semejantes. Si cruzamos el índice de mecanismos
de responsabilidad gubernamental que se construyó a partir de las le-
yes en la materia, la positivización del derecho y la creación de ór­ga-
nos garantes, con el índice de tipo de democracia latinoamericana, lo
que podemos observar en la región son escenarios diversos, como
los que se muestran en la gráfica 1.

GRÁFICA 1
RELACIÓN TIPO DE DEMOCRACIA Y TRANSPARENCIA/
RENDICIÓN DE CUENTAS

10.0
Mecanismos de responsabilidad gubernamental

México

8.0 Paraguay Uruguay


Nicaragua
República
Dominicana
Colombia Ecuador El Salvador Chile
6.0
Guatemala Panamá

Honduras Perú Brasil


4.0
Costa
Venezuela Bolivia Argentina Rica

2.0

1.0 2.0 3.0 4.0 5.0
Tipo de democracia
FUENTE: elaboración propia.

A mayor democracia es difícil sostener que existe una mayor pro­


pensión a crear mecanismos de responsabilidad gubernamental. De
los 18 casos analizados de la región, en ese escenario apenas encon­
TRANSPARENCIA Y RESPONSABILIDAD GUBERNAMENTAL 223

tramos cinco casos que se corresponden con esa hipótesis: Chile,


Uruguay, Panamá, República Dominicana y El Salvador. Pero pen­sar
una hipótesis alterna en donde a menor democracia menos meca­
nismos de responsabilidad también es un error, ya que sólo Vene­
zuela, Honduras y Bolivia sustentarían dicho escenario. Los 11
casos restantes varían entre mayores mecanismos y menos democra­
cia; y a mayor democracia, menos mecanismos.
Lo mismo sucede cuando se analiza el cruce entre el índice de
mecanismos de responsabilidad con el de apoyo a la democracia (grá­
fica 2). La lógica llevaría a pensar que a mayores leyes de acceso a
la información, de transparencia y de rendición de cuentas en la de­
mocracia que sea, mayor será el apoyo a esta forma de gobierno; sin
embargo, eso resulta errado. Apenas cuatro casos sustentan esta idea:
Uruguay, República Dominicana, Chile y Ecuador. Tampoco menos
mecanismos implican menor apoyo; Honduras, Perú, Brasil y Costa
Rica respaldarían esa afirmación.

GRÁFICA 2
RELACIÓN ENTRE MECANISMOS DE RESPONSABILIDAD
Y APOYO A LA DEMOCRACIA

10.0
Mecanismos de responsabilidad gubernamental

México

8.0 Nicaragua Uruguay

Paraguay República
Dominicana
El Salvador Colombia Chile
6.0 Ecuador
Guatemala Panamá

Honduras Perú

4.0 Brasil

Bolivia Venezuela
Costa Rica
Argentina
2.0

3.0 4.0 5.0 6.0 7.0 8.0 9.0
Apoyo a la democracia
FUENTE: elaboración propia.
224 RAMIRO DANIEL SÁNCHEZ G., ALBERTO ESCAMILLA C.

Un análisis más que implique a la transparencia misma y a los ins­


titutos de la región es el que podemos conocer a continuación. Al
igual que la percepción y el apoyo que se tiene de la democracia en la
región, en materia de transparencia los datos no son muy optimistas.
En el cuadro 3 se muestra cómo es que no se percibe de la misma
manera la transparencia de país en país en América Latina. El país
con una percepción de transparencia mayor resulta ser Uruguay con
61%, seguido por países como Ecuador y República Dominicana
con 59 y 58%, respectivamente. Mientras que los países que presen­
tan índices bajos de percepción de transparencia en su gobierno son
Guatemala, Perú y Colombia con 24% cada uno, y Brasil con 16% de
percepción ciudadana. Si consideramos que el promedio en la región
es de 36% (promedio sumamente bajo) de percepción de transparen­
cia gubernamental, podemos observar que apenas siete países reba­
san ese promedio y 11 están por debajo de él.

CUADRO 3
TRANSPARENCIA EN AMÉRICA LATINA

Percepción de transparencia gubernamental en América Latina


(índice de Latinobarómetro, 2015)
(%) (%)
Uruguay 61 Honduras 32
Ecuador 59 Paraguay 31
República Dominicana 58 Costa Rica 27
Bolivia 47 El Salvador 27
Chile 44 México 26
Nicaragua 43 Guatemala 24
Panamá 37 Perú 24
Argentina 34 Colombia 24
Venezuela 33 Brasil 16
Promedio general 36
FUENTE: retomado de Latinobarómetro (2015).
TRANSPARENCIA Y RESPONSABILIDAD GUBERNAMENTAL 225

El problema de percepción de la transparencia podría deberse a


diversos factores, tales como la falta de mecanismos legales de trans­
parencia, la deficiencia de estos mecanismos, el poco aprovecha­
miento que hacen los individuos de las herramientas a su alcance para
conocer a su gobierno, los malos servicios que brinda la au­to­ridad
y que repercuten en los individuos, los malos diseños insti­tucio­nales,
etcétera.
Si consideramos la existencia de agencias especializadas en la re­
gión, es decir, los órganos garantes en tanto su vertiente de autono­mía
(cuadro 4) que los haría funcionar correctamente y así promover
una mejor transparencia en la región, lo que tenemos es que de los nue-
ve órganos garantes, apenas tres tienen una autonomía que los po­
si­bilita a trabajar de manera más libre. El caso mexicano es el que
cuenta con la autonomía plena (constitucional); el órgano chileno
y el ombudsman ecuatoriano no han sido reconocidos por sus cons­
tituciones. Los demás órganos garantes varían en el tipo de auto­
nomía, aunque coinciden en que cuentan con las facultades técnicas
necesarias para llevar a cabo las tareas que les confiere la ley y la de­
pendencia a la que pertenecen; tal es el caso de Colombia, Guatema­la,
Nicaragua y Uruguay, ellos pueden realizar la tareas de transparencia
y acceso a la información debido a que cuentan con las capacida­des
necesarias para hacerlo, pero dependen económica y jurídicamente
de alguien más, lo que les impide autodeterminarse. El Salvador y
Honduras son dos países en donde sus institutos de acceso a la in­
formación cuentan con una autonomía financiera y de tipo adminis­
trativo o técnico que los hace funcionar hasta donde se los permita
la dependencia a la que pertenecen, pero son capaces de ejercer su
pro­pio presupuesto.
Un análisis cruzado entre los mecanismos de responsabilidad y la
percepción de la transparencia en la región nos lleva a encontrar que
tampoco hay una relación positiva a mayores mecanismos de res­
ponsabilidad, mayor percepción de la transparencia; pero tampoco
hay una relación negativa entre éstos. En todo caso, lo que te­nemos
son escenarios diferentes y particulares.
Por ejemplo, el caso de México es el que más ha avanzado en crear
y generar mecanismos de responsabilidad gubernamental en la re­
gión; sin embargo, esto no ha impactado en la percepción de trans­
parencia que se tiene en el país. Por el contrario, Ecuador y Re­pública
226 RAMIRO DANIEL SÁNCHEZ G., ALBERTO ESCAMILLA C.

CUADRO 4
ÓRGANOS GARANTES Y AUTONOMÍA

País Órgano garante Tipo de autonomía


Argentina No — 0
Bolivia No — 0
Brasil No — 0
Consejo para
Chile Funcionamiento 0.9
la Transparencia
Colombia Ministerio Público Técnica 0.6
Costa Rica No — 0
Ecuador Defensoría del Pueblo Funcionamiento 0.8
Instituto de Acceso a la Administrativa
El Salvador 0.7
Información Pública y financiera
Procuraduría de
Guatemala Técnica 0.6
Derechos Humanos
Instituto de Acceso a la Técnica
Honduras 0.7
Información Pública y financiera
Instituto Nacional
de Acceso a la Constitucional
México 1.0
Información y Protección plena
de Datos Personales
Comisión Nacional
Nicaragua de Acceso a la Técnica 0.6
Información Pública
Panamá No — 0
Paraguay No — 0
Perú No — 0
República
No — 0
Dominicana
Unidad de Acceso a la
Uruguay Técnica 0.6
Información Pública
Venezuela No — 0
FUENTE: elaboración propia.
TRANSPARENCIA Y RESPONSABILIDAD GUBERNAMENTAL 227

Dominicana, junto con Uruguay, que han implementado menos


mecanismos de responsabilidad que México, reportan que sus ciu­
dadanos perciben más transparencia en esos países.
Si bien la dispersión de los datos en la gráfica 3 no permite en­
contrar una relación entre ambas variables, es interesante cómo
seis casos se agrupan en lo que podríamos considerar como una rela­
ción negativa: a menos mecanismos de responsabilidad, menor per­
cepción de transparencia. En esta situación están Venezuela, Costa
Rica, Argentina, Perú, Brasil y Honduras. De esos seis casos, cinco
de ellos no cuentan con un órgano garante, sólo Honduras lo tiene.

GRÁFICA 3
RELACIÓN ENTRE MECANISMOS DE RESPONSABILIDAD
Y PERCEPCIÓN DE TRANSPARENCIA EN AMÉRICA LATINA

70.00
Uruguay
Ecuador
60.00
Transparencia gubernamental

República
Dominicana
50.00 Bolivia
Chile Nicaragua

40.00
Panamá
Argentina Honduras Paraguay
30.00 Venezuela
El Salvador México
Perú
Costa
Rica Guatemala Colombia
20.00 Brasil

10.00
20.00 40.00 60.00 80.00 100.00
Mecanismos de responsabilidad
FUENTE: elaboración propia.

Lo que podemos encontrar de forma más estable en la región es


la relación percepción de la transparencia y apoyo a la democracia
(gráfica 4). Resulta peculiar cómo es que a mayor percepción de trans­
parencia, mayor es el apoyo a la democracia; al menos el ajuste a la
228 RAMIRO DANIEL SÁNCHEZ G., ALBERTO ESCAMILLA C.

línea de tendencia muestra esa relación. El caso atípico lo podríamos


encontrar en Venezuela, que se desvía de forma notable en compa­
ración con los demás, y que en los hechos la vinculación entre am­
bas variables es inexistente.
GRÁFICA 4
RELACIÓN ENTRE PERCEPCIÓN DE TRANSPARENCIA
Y APOYO A LA DEMOCRACIA EN AMÉRICA LATINA

90.00
Venezuela

80.00
Uruguay
Argentina Ecuador
Apoyo a la democracia

70.00
Chile Bolivia República
60.00 Dominicana
Perú
Costa
Brasil Rica
Colombia Nicaragua
50.00
México Paraguay
Panamá
40.00 Honduras
El Salvador

30.00 Guatemala


10.00 20.00 30.00 40.00 50.00 60.00 70.00
Transparencia gubernamental
FUENTE: elaboración propia.

Un intento más de análisis de los mecanismos de responsabilidad,


pero vistos desde los órganos garantes y su autonomía lo podemos
encontrar en las gráficas 5 y 6. En la gráfica 5 se ilustra que un ór­
gano garante fuerte en la región con autonomía plena no impacta
directamente en la percepción y apoyo a la democracia (México, por
ejemplo). Pueden existir órganos que ni siquiera estén plenamente
facultados para llevar a cabo sus funciones, o que dependan de otra
instancia y que sin las directrices de ellos no puedan trabajar, pero
que en donde existen esos casos la democracia encuentre un mayor
apoyo por parte de los ciudadanos (caso de Uruguay). Aunque exis­
ten casos que invitan a pensar que la tendencia puede ser positiva
TRANSPARENCIA Y RESPONSABILIDAD GUBERNAMENTAL 229

entre ambas variables: Colombia, Nicaragua, Guatemala, El Salva­


dor y Honduras son casos con órganos poco facultados y en donde
el apoyo a la democracia es muy bajo.

GRÁFICA 5
RELACIÓN ENTRE ÓRGANO GARANTE Y APOYO
A LA DEMOCRACIA EN AMÉRICA LATINA

80.00
Uruguay

Ecuador
70.00
Chile
Apoyo a la democracia

60.00
Colombia

50.00 Nicaragua México

El Salvador

40.00
Honduras
Guatemala

30.00
60.00 70.00 80.00 90.00 100.00
Órgano garante
FUENTE: elaboración propia.

Sucede lo mismo con la relación entre órgano garante y percep­


ción de transparencia. Sin embargo, cuatro casos (Colombia, Nica­
ragua, El Salvador y Honduras) muestran que si un órgano no está
plenamente facultado, será muy difícil que se tenga una percepción
positiva de la transparencia en ese país.
Hay casos como el uruguayo en el que, a pesar de tener un órga­no
dependiente del mismo gobierno federal y que funciona con inte­
grantes de la propia presidencia de ese país, los niveles de percepción
de transparencia son los más altos de la región. El caso contrario es
el mexicano, en donde se tiene un órgano plenamente facultado y
constitucionalmente reconocido, pero en el país los niveles de trans-
230 RAMIRO DANIEL SÁNCHEZ G., ALBERTO ESCAMILLA C.

parencia que percibe la sociedad por parte del gobierno son muy
bajos.
Los pocos datos presentados en este último par de análisis im­
piden ver de manera clara una tendencia: es imposible generalizar
ni hablar de quién condiciona a quién. Lo que sí tenemos son casos
de estudio representativos, como es el de México, que nos muestra un
claro problema en materia de transparencia, rendición de cuentas
y en su propio órgano. Especialmente, la gráfica 6 muestra que el ór­
gano garante mexicano no está funcionando de la manera que debe-
ría y por eso presenta tales evaluaciones; puede ser que las causas no
estén presentes a simple vista; sin embargo, su análisis se abordará
de forma detallada en el siguiente apartado, esperando encontrar un
mejor panorama del mismo.

GRÁFICA 6
RELACIÓN ENTRE ÓRGANO GARANTE Y PERCEPCIÓN
DE LA TRANSPARENCIA EN AMÉRICA LATINA

70.00

Uruguay
Ecuador
60.00
Transparencia gubernamental

50.00
Chile
Nicaragua

40.00

Honduras

30.00 El Salvador
México
Colombia
Guatemala
20.00

60.00 70.00 80.00 90.00 100.00


Órgano garante
FUENTE: elaboración propia.
TRANSPARENCIA Y RESPONSABILIDAD GUBERNAMENTAL 231

NORMATIVIDAD EN MATERIA
DE TRANSPARENCIA Y RESPONSABILIDAD
DEL GOBIERNO EN MÉXICO

El 30 de abril de 2002, el Congreso de la Unión aprobó por una-


­nimidad la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información
Pública Gubernamental (LFTAIPG) y el 11 de junio del mismo año,
Vicente Fox Quesada, en su calidad de presidente de la República,
hizo la promulgación de la ley y su publicación en el Diario Oficial
de la Federación (DOF, 2002, primera sección). El objetivo de esta
ley era muy simple: hacer visibles las actividades del gobierno fede­
ral y sus funcionarios, así como permitir a los ciudadanos el acceso
a la información vinculada con sus autoridades.
La creación de una ley de estas características, vinculante a los
servidores públicos del ámbito federal y modelo para los demás ór­de­
nes y ni­veles de gobierno, se produjo en un contexto en particu­lar que
se vivía en el país: la primera alternancia política en México. La tran­
sición a la democracia en la que México estuvo involucrado du­rante
años culminó con la elección de un partido diferente en el poder.
Di­cha alternancia hizo posible que diversas fuerzas socia­les ejer­
cieran presión para que las demandas de apertura gubernamental y
transparencia en la función pública se materializaran con la llegada
de un partido diferente al que gobernó por más de siete décadas.
La primera Ley de Transparencia, de 2002, tendrá dos modifi­
caciones: una en 2007 y una cirugía mayor en 2014, que llevaría a la
eventual implementación de una Ley General de Transparencia. El
tejido legal que se ha realizado desde el año 2002 en materia de trans­
parencia y rendición de cuentas ha sido la base de una ciudadanía
más participativa e involucrada en los asuntos de su gobierno, al me­
nos teóricamente hablando.
La creación de una ley de transparencia, vía el acceso a la infor­
mación, trajo consigo modificaciones notables en el comportamiento
de los funcionarios públicos. La adecuación de sus prácticas y su for­
ma de operación fueron alteradas ante el escrutinio público y ante
la observación constante de los medios de comunicación y la socie­
dad en general, que ahora contaban con una herramienta legal para
conocer mejor el actuar del gobierno federal.
232 RAMIRO DANIEL SÁNCHEZ G., ALBERTO ESCAMILLA C.

Además de los cambios actitudinales que pudiesen verse afecta­


dos por la creación de leyes de transparencia, un cambio fundamen­
tal que derivó de este proceso político y social fue la creación de una
instancia ajena al gobierno, cercana a los ciudadanos y parte fun­
damental del Estado democrático naciente: el Instituto Federal de
Acceso a la Información Pública Gubernamental (IFAI). Siguiendo
el modelo del órgano electoral, en México se creó una instancia es­
pecializada en el tema de transparencia y acceso a la información, que
sería la encargada de velar por el cumplimiento de la ley y que con
el paso del tiempo se convertiría en garante de un derecho humano
(el acceso a la información) y la principal pieza generadora de ren­
dición de cuentas en el país. Esta institución, creada en 2002, sería
reemplazada por el Instituto Nacional de Acceso a la Información
Pública Gubernamental (Inai) con la reforma de 2013-2014, am­
pliando su margen de acción y alcance en sus resoluciones.
De esta manera, la búsqueda de la responsabilidad guberna­mental
se centró en dos grandes pilares que desde 2003 la han tratado de
hacer funcionar: en una Ley de Transparencia y Acceso a la Infor­ma­
­ción y en un órgano autónomo garante. Estos dos centros de respon­
sabilidad han evolucionado desde 2003, al grado de convertirse en
leyes más amplias y rigurosas y en un órgano garante consti­tu­cio­nal­
mente autónomo. Ambas piezas del andamiaje de­mocrático me­xi­ca­
no resultan fundamentales hoy en día para entender una democracia
más allá de meros actos electorales en donde los servido­res públicos,
los gobernantes y la clase política en general son capaces y están
obligados a dar cuenta de sus actos. Al menos en el texto, la ley y la
institución garante deberían ser capaces de generar esos cambios en
su clase gobernante.
La ley de 2002 y las reformas de 2007 y 2013, junto con la nueva
ley de 2014 presentan diferencias en cuanto a su contenido. Si bien
todas se conducen en torno a la transparencia y la responsabilidad
gubernamental, cada una de ellas hace énfasis en áreas específicas,
coinciden en otras y se refuerzan en algunas más. Las principales ca­
racterísticas de estas disposiciones legales están orientadas por el
acceso a la información, la rendición de cuentas, la protección del de-
recho humano a “conocer” de los ciudadanos y el órgano garante que
al final debe promover y proteger tanto los derechos como los pro­
ce­sos de responsabilidad gubernamental.
TRANSPARENCIA Y RESPONSABILIDAD GUBERNAMENTAL 233

EL CONTRASTE ENTRE LO LEGAL DE LOS MARCOS


DE TRANSPARENCIA Y RENDICIÓN DE CUENTAS
CON LOS RESULTADOS

Cada ley de transparencia del mundo ha establecido criterios básicos


que deben estar contenidos en su cuerpo legal para así hacer viable
la protección, disfrute y observancia del derecho de acceso a la infor­
mación (DAI). Para la Organización de Estados Americanos (OEA),
los diez criterios internacionales principales que deben estar conte­
nidos en cualquier ley de transparencia (OEA, 2010) son los que se
presentan en el cuadro 5.

CUADRO 5
CRITERIOS PARA UNA LEY DE TRANSPARENCIA

Principales criterios Significado


Es la expresión clara de los
conceptos fundamentales que
contiene la ley. Una clara definición
1. Nociones claras en la ley
de ellos per­mitirá un mejor
entendimiento y aplicación
de la ley.

Son aquellas autoridades que están


obligadas por la ley a cumplir con
2. Los sujetos obligados a
las disposiciones establecidas, así
transparentar información
como la forma en que deben
hacerlo.

El órgano garante es la autoridad


3. Existencia de un órgano encargada de garantizar a los
garante del derecho y de la ley solicitantes el ejercicio pleno
y efectivo de su DAI.

Principio que se refiere al conjunto


4. Interpretación de normas contenidas en la ley
de la ley por parte del órgano que establecen los criterios bajo
garante los que el resto de las disposiciones
de­ben ser interpretadas.
234 RAMIRO DANIEL SÁNCHEZ G., ALBERTO ESCAMILLA C.

CUADRO 5 (CONTINUACIÓN)

Principales criterios Significado


Es el deber de las autoridades de
5. Promoción de una cultura fomentar el ejercicio del DAI tanto
de la transparencia entre sus empleados como en la
sociedad misma.
Ningún derecho es absoluto, por
ello el DAI encuentra sus límites
en otros derechos o bienes que
tienen una jerarquía normativa
similar. En este caso, entiéndase
que las limitantes al DAI son
6. Limitantes al DAI las restricciones al derecho por
tratarse de información especial
(confidencial, clasificada, reservada
o excepciones) y por el derecho a
la privacidad (en México es
conocido como protección de da­tos
personales).
Son los requisitos que deben
satisfacer la solicitud de un
7. Formas de solicitud
peticionario y el trámite mismo
de acceso
que le da la autoridad a la
solicitud.
Es el tiempo que se ha establecido
para mantener fuera del
conocimiento público información
8. Periodo de reserva
que así lo determinen las
de la información
autoridades y la ley. Una vez
cumplido el plazo, la información
debe ser divulgada.
Son los mecanismos que deben
estar presentes en la ley para que
un solicitante (peticionario) pueda
9. Vías de impugnación
inconformarse ante la negativa de
una autoridad. Estos mecanismos
constituyen un derecho
TRANSPARENCIA Y RESPONSABILIDAD GUBERNAMENTAL 235
CUADRO 5 (CONTINUACIÓN)

Principales criterios Significado


de los ciudadanos para revisar
la violación de su DAI.
La idea de la gratuidad de la
informa­ción se refuerza del hecho
de que la información pública
es de titularidad de los sujetos
activos y los sujetos obligados son
sólo recopiladores, procesadores
10. Gratuidad y catalogadores; por ende, la
de la información divulgación de la infor­mación no
debe presentar un costo al sujeto
solicitante, es el cumplimiento a
uno de sus derechos. Sin embar­go,
la información sí podrá presentar
un costo de reproducción siempre
y cuando sea razonable.
FUENTE: elaboración propia con información de la OEA (2010) y Villanueva
(2009).3

La ley modelo de la OEA ha propuesto estos diez indicadores, que


deben estar contenidos en cualquier disposición legal en materia de
transparencia que se pretenda aplicar en alguno de los Estados miem­
bros. Esto se ha manejado así a partir del caso Claude Reyes vs. Chi­le,
que culminó con la resolución de un tribunal internacional como
lo es la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) en
favor de los demandantes y con el reconocimiento pleno del DAI co-

3
La utilización de estos diez criterios se debe a que son los más completos
para medir el grado de avance de una ley de transparencia. Existen otras me­
didas como las que ha promovido el Centre for Democracy and Law y el Access
Info Europe a través de la creación de un Right to Information Rating (RTI), en
donde se toman seis categorías de medición y a cada una se le asignan puntua­
ciones desproporcionales las unas con las otras, y al final las medidas ideales
se contrastan con las arrojadas por cada país. Este índice se encuentra operan­
do y midiendo desde 2010, mientras que la propuesta de la OEA empezó a dar
sus primeros avances desde 2008.
236 RAMIRO DANIEL SÁNCHEZ G., ALBERTO ESCAMILLA C.

mo un derecho humano que debía ser garantizado por todos los Es­
tados miembros a partir de sus diversos dispositivos legales (Corte
IDH, 2006).
Y aunque estos criterios-recomendaciones se emitieron desde 2007,
cinco años antes, en México se incorporaron siete disposiciones más
a las propuestas por la ley modelo de la OEA. Algunas de ellas datan
desde la primera ley de 2002 y otras se incorporaron con las conse­
cuentes reformas. La ley de 2002 introdujo la Afirmativa Ficta como
un mecanismo de control sobre los silencios administrativos de las
autoridades; esto es, cuando una autoridad no responde una solici­
tud de acceso a la información en los plazos previstos en la ley, se
entenderá su silencio como afirmativa a la solicitud y por ello se de­
berá entregar la información al solicitante tal y como se ha pedido.
También en 2002 se introdujo la información de oficio, entendién­
dose por ella la publicación periódica de información básica de las
autoridades, la cual debe actualizarse constantemente y versar sobre
las actividades propias de la dependencia u órgano, así como de sus
remuneraciones y demás información de interés público. Un aporte
más de la ley de 2002 son las versiones públicas de las sesiones del
órgano garante; la importancia de hacer públicas las sesiones radica
en que, al fungir el órgano como tribunal en la resolución de una in­
conformidad de los ciudadanos, es importante conocer las resolu­
ciones y argumentos sobre el caso.
La reforma de 2007 introdujo el principio de máxima publicidad
para dejar en claro que la transparencia debía estar por encima de
cualquier otro principio, decisión y práctica política en nuestro país,
y las dependencias y autoridades deberían resolver pensando en este
principio.
La ley de 2014 introdujo una demanda ciudadana y es el castigo
a las autoridades que violen el DAI y las leyes de transparencia. Así, se
ha incorporado el criterio “formas de control” de la ley para evitar
infracciones a la misma y, si las cometen, sancionarlas. Las formas de
control de la ley se entienden no sólo como sanciones a los infrac­to­
res de la ley (entiéndase autoridades), sino también a los abusadores
de la ley, como pueden ser los mismos peticionarios.
La construcción de indicadores para evaluar leyes de acceso tam­
bién establece a la prueba de daño y al ámbito temporal de la ley co­-
mo parte sustancial de cualquier marco normativo. La prueba de daño
TRANSPARENCIA Y RESPONSABILIDAD GUBERNAMENTAL 237

es el fundamento legal por parte de la autoridad al momento de


negar el acceso a la información tratando de prevenir un daño al Es­
tado mismo, que ponga en riesgo la seguridad nacional y la de sus
ciudadanos (López-Ayllón y Posadas, 2007:21-65). Por otro lado, el
ám­bito temporal es el lapso en que la ley es aprobada y entra en vigor
y se adecua la realidad institucional a sus disposiciones; la impor­
tancia de revisar el ámbito temporal reside en el análisis del desarro­llo
y evolución internacional del DAI (Villanueva, 2009:13-34).
En México se ha dado una incorporación gradual de criterios pa-
ra diseñar las leyes de transparencia en el país. Pese a este proceso
gradual, no se ha llegado a la incorporación total de ellos aun con la
reforma de 2013. Los órganos garantes y diversas voces en la mate­
ria, han exigido que la tutela del derecho de acceso a la información,
así como de la protección de datos personales y la plena instauración
de la rendición de cuentas en el país se den en leyes diseñadas bajo
los criterios presentados.
Uno de los mayores problemas en materia de transparencia al mo­
mento de resolver negativas de la autoridad tiene que ver con el
proceso de sustanciación de los casos. La reforma de 2013 dejó en
claro que seguirá existiendo información especial ya sea por ser con­
fidencial, reservada o clasificada. Las negativas de acceso a este tipo
de información podrían resolverse de mejor manera si se aplicase la
prueba de daño al momento de emitir una respuesta el sujeto obli­
gado al peticionario. Esta prueba de daño evitaría llevar los casos de
negativa ante el instituto y así se ahorraría tiempo y desgaste para
las tres partes.
Si la ley de 2002 tenía como problema la poca definición en cuan­
to a sus conceptos base y por ello se tuvo que reformar en 2007, la
ley de 2013 no avanzó mucho al respecto. Como se puede observar a
continuación, apenas el acceso a la información se definió y plasmó
en la ley con la reforma de 2007, pero la transparencia y la rendi-
ción de cuentas son materias pendientes de definir de manera clara.
Exis­ten ideas vagas en la LFTAIPG y en la LGTAIPG que permiten
una interpretación de estos dos pilares de la democracia y que se
entien­den por el actuar de los sujetos obligados con los ciudadanos.
En ese sentido, uno de los principales avances tanto en transparen­
cia como en rendición de cuentas tiene que ver con la incorporación
y el aumento de dos indicadores fundamentales: los sujetos obliga­
238 RAMIRO DANIEL SÁNCHEZ G., ALBERTO ESCAMILLA C.

dos y los controles a los sujetos. Aunque los sujetos obligados ya se


encontraban establecidos en la norma, estaban limitados a la admi­
nistración pública federal (249 en total); las reformas de 2007 y 2009
no incorporaron nuevos sujetos, mantuvieron los existentes, pero la
reforma de 2013 incorporó a una cantidad enorme de sujetos, su­
perando los dos mil en todo el país.
Por otro lado, los controles a los sujetos obligados evolucionaron
de simples amonestaciones públicas por parte del órgano garante a
sanciones y amonestaciones de carácter administrativo, económico
y de corte penal. Éstas se incorporaron con la reforma de 2013 y
promulgación de la ley general. En ambos casos (sujetos y sanciones)
se puede considerar que hay un avance en materia de rendición de
cuentas, ya que los ciudadanos tienen más instancias y sujetos a quie­
nes exigir, y también existen mecanismos para castigar de manera
real su incum­plimiento.
Una forma más clara de ver cuánto se avanzó en estas leyes es
como se presenta en el cuadro 6 a partir de la operacionalización de
esos indicadores y en el cuadro 7 con la elaboración de un índice
simple.
Partiendo del hecho de que las normas bajo las cuales ha operado
el órgano garante han evolucionado, podemos deducir que el insti­
tuto de transparencia en México ha presentado resultados diversos
en sus primeros 13 años de funcionamiento. Utilizando datos gene­
rados a partir de sus bases electrónicas en donde están contenidas
todas sus resoluciones desde 2003 hasta 2015, podemos encontrar
variaciones importantes respecto a los resultados que ha arrojado
tanto en materia de transparencia como en rendición de cuentas, tal
y como lo señalan sus leyes de 2002 y 2013.
Un primer dato importante de señalar es que el instituto, durante
estos 13 años de estudio, presenta una brecha entre apertura y cie­
rre de información relativamente pequeña y se ha presentado prác­
ticamente la misma probabilidad de que un recurso de revisión sea
resuelto en favor del promovente o de la dependencia (gráfica 7).
Sin embargo, analizando los datos de forma desagregada, lo que
tenemos son diferencias significativas en estos 13 años en la forma
en que el instituto ha resuelto y orientado la información y trans­
parencia producida por sus decisiones. Por año, podemos encontrar
que en su inicio (2003, su primer año de funcionamiento) las cifras
CUADRO 6
CONVERSIÓN DE LOS INDICADORES EN LAS LEYES DE TRANSPARENCIA Y RENDICIÓN DE CUENTAS

Ley de Reforma Reforma Ley de


Indicadores Subindicadores
2002 de 2007 de 2009 2014
Acceso a la información
Definición clara Transparencia 0.0 0.3 0.3 0.7
Rendición de cuentas
Poder Ejecutivo
Poder Legislativo
Poder Judicial
Sujetos obligados 0.3 0.3 0.3 1.0
Partidos políticos
Sindicatos
Otros
Máxima publicidad 0.0 1.0 No aplica 1.0
Información de oficio 1.0 1.0 1.0 1.0
Capacitación de funcionarios
TRANSPARENCIA Y RESPONSABILIDAD GUBERNAMENTAL

Promoción de una cultura Promoción del derecho 1.0 1.0 1.0 1.0
de la transparencia de acceso a la información
239

en la sociedad
CUADRO 6 (CONTINUACIÓN)
240

Ley de Reforma Reforma Ley de


Indicadores Subindicadores
2002 de 2007 de 2009 2014
Prueba de daño 0.0 0.0 0.0 0.0
Información especial
Límites Protección a datos 0.5 0.5 1.0 1.0
personales
Versiones públicas 1.0 1.0 1.0 1.0
Requisitos de la solicitud
Formas de solicitud Tiempo de respuesta
1.0 1.0 1.0 1.0
de acceso
Prorroga al tiempo
de respuesta
Gratuidad de la información 1.0 1.0 1.0 1.0
Periodo de reserva 1.0 1.0 1.0 1.0
Órgano garante 1.0 1.0 1.0 1.0
RAMIRO DANIEL SÁNCHEZ G., ALBERTO ESCAMILLA C.

Afirmativa Ficta 1.0 1.0 1.0 1.0


Interpretación de la ley 1.0 1.0 1.0 1.0
CUADRO 6 (CONTINUACIÓN)

Ley de Reforma Reforma Ley de


Indicadores Subindicadores
2002 de 2007 de 2009 2014
Vías de impugnación
1.0 1.0 1.0 1.0
(recursos)
Responsabilidades
Formas de control de la ley y sanciones 0.0 0.0 0.0 0.5
Abusos de la ley
Ámbito temporal de la ley 1.0 1.0 1.0 1.0
FUENTE: elaboración propia.
TRANSPARENCIA Y RESPONSABILIDAD GUBERNAMENTAL
241
242 RAMIRO DANIEL SÁNCHEZ G., ALBERTO ESCAMILLA C.

CUADRO 7
AVANCE DE LAS LEYES DE TRANSPARENCIA
Y RENDICIÓN DE CUENTA4

Ley Reforma Reforma Ley


de 2002 de 2007 de 2009 de 2014
Índice de la
0.42 0.56 0.54 0.83
normatividad
FUENTE: elaboración propia.

se encuentran justamente a la par del promedio de este periodo:


50% de los recursos obtenían una resolución en sentido positivo ha­
cia la transparencia y 50% eran resoluciones que contribuían a la
secrecía de la información. La tendencia aperturista de información
gubernamental al público se comportó de forma creciente hasta el
año 2005. Durante sus dos primeros años de funcionamiento, po­
demos ver a un IFAI que resolvía más favorablemente a la transpa­
rencia (53.4% en 2004 y 55% en 2005) y aunque la diferencia entre
2004 y 2005 resulta en apenas 1.6 puntos porcentuales, la posibili­
dad de que un recurso de revisión interpuesto por un particular ante
el instituto era mayor que aquella que se presentaría en años pos­
teriores. A partir de 2006 la tendencia aperturista fue a la baja.
En la gráfica 8 se muestra claramente la tendencia negativa al
cierre de la información, que se fue incrementado año con año. En
otras palabras, a partir de 2006 hay una tendencia al alza de recur­
sos resueltos en el pleno del instituto favorables a las dependencias y
en contra de los individuos promoventes. Es decir, mientras que en

4
Para generar este índice se transformaron los indicadores del cuadro 6 en
variables nominales que adquirirían valores de 0 a 1. En aquellas variables que
estaban compuestas de tres indicadores, cada una tomaba valores de 0.3 (en su
conjunto resultaban 1). En aquellas que tenían dos indicadores, cada una
tomaba valores de 0.5. Y por último, en las que tenían un solo indicador, su
valor oscilaba entre 0 y 1. Las variables (indicadores) pueden estar presentes
o no en cada ley o reforma; si están presentes, entonces toman el valor de 1, si
no lo están su valor es 0; sin embargo, si está presente alguno de los atributos
su valor puede variar entre 0.3 o 0.7. Así, para cada ley o reforma se promediaron
los valores obtenidos después de operacionalizarlas y el resultado fue un índice
simple de las leyes de transparencia en México.
TRANSPARENCIA Y RESPONSABILIDAD GUBERNAMENTAL 243
GRÁFICA 7
RESOLUCIONES DEL INSTITUTO, 2003-2015

Apertura de la
información
46%
Cierre de la
información
54%

FUENTE: elaboración propia.

2006 había casi 50% de posibilidades de que un recurso interpues­


to ante el pleno fuese favorable al promovente, para 2011 esa pro­
babilidad bajaba a sólo un 26.7%. No fue sino hasta 2014 y 2015
que la tendencia se revirtió nuevamente y, como al inicio del funcio­
namiento del instituto, cuando se le conocía como IFAI, el Inai
ini­ciará sus trabajos con una tendencia aperturista dándole la razón
al pro­minente en casi seis o poco más de seis de cada diez ocasiones
(2014 y 2015, respectivamente) sobre las propias dependencias del
gobierno federal.
En este sentido, analizando solamente aquel 46% de recursos
donde el instituto decidió abrir la información y le solicitó a las de-
­pendencias proporcionarla en tiempo y forma al solicitante, encon­
tramos que de 2003 a 2015 (año hasta el que se han utilizado los
informes anuales en la materia)5 casi ocho de cada diez dependen­
cias cumplieron con las resoluciones del instituto y poco más de dos
de cada diez dependencias no lo hicieron (gráfica 9).
Sin embargo, revisar por año estos datos también implica encon­
trar diferencias significativas a partir de un periodo de tiempo. Como
se aprecia en la gráfica 10, de 2003 a 2006 las dependencias cumplían
con la totalidad de las resoluciones del entonces IFAI cuando se les
pedía entregar la información.

5
Para consultar los informes completos y por año del Inai, se accede direc­
tamente desde el portal del sitio (Inai), disponible en <http://inicio.ifai.org.
mx/SitePages/Informes-2013.aspx>.
244 RAMIRO DANIEL SÁNCHEZ G., ALBERTO ESCAMILLA C.

GRÁFICA 8
SENTIDO DE LA TRANSPARENCIA
80.0 73.3 71.7
65.0
60.0 61.7 58.4
58.3
55.0 51.7 55.0
60.0 50.0 53.4
48.3
53.3
46.7
45.0 41.7 40.0 41.7 46.7 45.0 35.0
38.3
40.0

26.7 28.3
20.0

0.0
2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

2010

2011

2012

2013

2014

2015
Plena Opacidad
Logarítmica (plena) Logarítmica (opacidad)
FUENTE: elaboración propia.

GRÁFICA 9
RENDICIÓN DE CUENTAS DURANTE EL PERIODO 2003-2015

Cumplimiento
75.5%

FUENTE: elaboración propia.

Para el año 2007, del 100% de recursos cumplidos baja a sólo


18.2% de cumplimiento y a partir de ahí encontramos una tenden­
cia irregular, siendo 2010 el año en que las dependencias cumplían
en tiempo y forma sólo tres de cada diez resoluciones. Los años
TRANSPARENCIA Y RESPONSABILIDAD GUBERNAMENTAL 245
GRÁFICA 10
RENDICIÓN DE CUENTAS DESAGREGADO

Rendición de cuentas promovida por el Instituto, 2003-2015


120
100 100 100 100 100 100 100

90
53.3
40 46
60 36.7 29 43.3
40 40 43.3 33.3 33 43.3
33.3 18 30
23.3 23.3
30
16.7

0
0
2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

2010

2011

2012

2013

2014

2015
% de recursos resueltos versus la dependencia
% de recursos cumplidos por las dependencias (R.C.)
Lineal (% de recursos resueltos versus la dependencia)
Lineal (% de recursos cumplidos por las dependencias (R.C.))
FUENTE: elaboración propia.

2008 y 2009 fueron los únicos en que los sujetos obligados volvie­
ron a cumplir con la totalidad de las resoluciones vinculantes, pero
desde 2010 hasta 2013 el cumplimiento de las resoluciones del ins­
tituto rondó en tres de cada diez, tanto en 2010 como en 2012 y en
cuatro de cada diez en 2011 y 2013. En 2014 se vuelve a recuperar
100% del cumplimiento y para 2015 la información obtenida mues­
tra que hay un cumplimiento de 0%, es decir, aunque ha existido un
53.3% de resoluciones del Inai pidiendo a las dependencias que cum­
plan con lo que han dispuesto los comisionados, éstas han decidido
no acatar lo mandatado por el órgano garante.
Uno de los mayores problemas que se pueden encontrar hasta
este momento es la capacidad limitada con que contó el IFAI para
lograr que sus decisiones fuesen acatadas (Fox et al., 2007). Éste
sigue siendo un problema para el actual Inai. En caso de incumpli­
miento por parte de los sujetos obligados, el IFAI debía recurrir a la
Secretaría de la Función Pública para recomendarle que iniciase un
proceso sancionatorio acorde a la Ley de Responsabilidades de los
246 RAMIRO DANIEL SÁNCHEZ G., ALBERTO ESCAMILLA C.

Servidores Públicos,6 lo cual dejaba al IFAI sin atribuciones rea-


les en la materia. Sin embargo, la LGTAIP de 2014 otorga facultades al
instituto para sancionar a los sujetos obligados que infrinjan la ley;
lo interesante es que a poco más un año de haber entrado en vigor
esta ley y de tener un Inai capaz de sancionar, los sujetos obligados
hayan optado en 2015 por el desacato al órgano garante.
Al analizar en conjunto tanto el desarrollo de la transparencia
como la rendición de cuentas promovidas por el órgano garante de
México a partir de la incorporación de mecanismos de responsabi­
lidad gubernamental y su eventual fortalecimiento, lo que tenemos
es que a mayor avance normativo, menor ha sido la transparencia y
rendición de cuentas (gráfica 11). Resulta relevante este aspecto ya
que se pensaría que la fortaleza de una institución de transparencia
y rendición de cuentas radica en su diseño normativo e institucio-
nal, lo cual permitiría generar resultados óptimos en su campo; sin
em­bargo, un análisis de la información disponible indica que exis­
ten problemas por parte del Inai para alcanzar los objetivos estable­
cidos por sus leyes y normas internas.

GRÁFICA 11
COMPARATIVO DE RESULTADOS, 2003-2015
125
100
100
83
75 65
56 54
50
50 42 42
42 33
25 18

0

2003 2007 2010 2015
Rendición de cuentas
Transparencia
Índice de normatividad
FUENTE: elaboración propia.

6
Para conocer los resultados de los procesos iniciados por la SFP cuando
el IFAI lo ha recomendado consúltese Ernesto Villanueva (2006).
TRANSPARENCIA Y RESPONSABILIDAD GUBERNAMENTAL 247

REFLEXIONES FINALES

Los avances que se dieron a principios del siglo XXI en relación con
la apertura del gobierno fueron sumamente importantes y termi­
naron impactando en el diseño legal e institucional del país que los
adoptó como medidas propias, dándoles un lugar preponderante en
el actuar diario.
La ley de 2002 fue la que creó los instrumentos e instituciones
necesarias para garantizar la transparencia de la información en el ni-
vel del gobierno federal. Teóricos en la materia han dado cuenta de
la gran importancia que implicó la promulgación en 2002 de una ley
que garantizase la transparencia gubernamental, la cual, si bien no
cumplía con los estándares de otras leyes en el mundo, sí fue una
ley que generó un punto de partida en el tema y a partir de la cual se
puede hablar de un derecho a la información concerniente a todos
los ciudadanos mexicanos y que no es restrictivo para unos cuantos y
de un estado permanente de transparencia en el orden del gobierno
federal (Merino, 2012; López-Ayllón, 2016).
El impacto que tuvo la ley de 2002 en materia de transparencia
fue de tal magnitud que llevó a los legisladores a trasladar el derecho
de acceso a la información a la constitución misma. Algunos análi­
sis acerca de la reforma de 2007 consideran que con ella se sentaron
las bases para una nueva política de transparencia gubernamental, la
cual fue encaminada hacia la rendición de cuentas de “todas las au­
toridades en los diferentes órdenes de gobierno” (Carbonell, 2012:1).
Si bien es cierto que esta reforma permitió ampliar y clarificar el
ámbito de protección y disfrute del derecho de acceso a la infor­
mación, no puede considerarse que a partir de ella se crean las ba-
ses que encaminen a una rendición de cuentas más clara, en especial
porque la ley de 2002 ya había iniciado ese proceso. Ambas leyes y
reformas (2002 y 2007) aportaron elementos suficientes para la cons­
trucción de este proceso inacabado: la ley de 2002 creó las institu­
ciones y procedimientos que garantizarían el ejercicio del derecho
a la información y la reforma de 2007 estableció “el estándar mí­nimo
del ejercicio del derecho y sentó los principios de la política de trans-
parencia gubernamental” (Carbonell, 2012:4).
En los hechos, el estado de la transparencia y de la rendición de
cuentas generadas por el instituto en 13 años de funcionamiento,
248 RAMIRO DANIEL SÁNCHEZ G., ALBERTO ESCAMILLA C.

aunque mostraba en términos generales un equilibrio en la trans­


parencia con respecto a lo que podría considerarse como opacidad
(la información no abierta al público), se pudo constatar que al
hacer un análisis desagregado de la información existen escenarios
diversos en donde llega a privar en la gran mayoría de los 13 años un
estado de antitransparencia (en algunos casos de manera sostenida y
ascendente), que es generado por el mismo instituto.
Sucede lo contrario con la rendición de cuentas en términos agre­
gados: el instituto ha logrado en 13 años de existencia que 77.5%
de las veces los sujetos obligados rindan cuentas de sus actos. Pero
en términos desagregados encontramos que el cumplimiento es de
100% en diversos años (en siete años para ser exactos), y en seis es
donde hay problemas de acatamiento de las disposiciones del ins­
tituto, siendo el 2015 el único año que registra 0% de cumplimiento.
La importancia que se le da en la literatura al derecho a la infor­
mación (Fox et al., 2007) estriba en tres razones importantes: por un
lado, el hecho de que la ciudadanía ejerza un supervisión constante a
través de la información genera una amenaza constante a los gober­
nantes de ser castigados por medio del voto o sanción administra­
tiva, lo cual conduce a un ejercicio honesto del poder; por otro lado,
si se desea una democracia participativa, es necesaria una ciudadanía
bien informada sobre el funcionamiento de su gobierno y para ello,
la información verdaderamente confiable proviene del interior del
mismo gobierno; y por último, el acompañamiento por parte de la
sociedad civil organizada en la labor de gobernar de las institucio­
nes encargadas de ello, hacen que estas instituciones públicas ten­
gan un desempeño adecuado, generando un sistema de rendición de
cuen­tas tanto horizontal como social.
Lo que se puede destacar de estas tres razones sobre la impor­
tancia del derecho a la información es la idea de un fortalecimiento
a la democracia a partir de un empoderamiento ciudadano que con­
lleve una adecuada rendición de cuentas. Las reformas constitucio­
nales de 2007 y 2014 parecieran haber adoptado estas tres razones
para incorporar el acceso a la información y protegerlo como un de-
recho humano que permitiría restablecer el vínculo entre el agente
y el principal, o lo que es mejor entendido como la relación gober­
nante-gobernado, en donde el que gobierna no lo hace sin super­
visión alguna y el que es gobernado no se deslinda por completo de
TRANSPARENCIA Y RESPONSABILIDAD GUBERNAMENTAL 249

los asuntos públicos y está constantemente exigiéndole cuentas cla-


ras a su representante.
Resulta vital seguir insistiendo en la protección del derecho de
acceso a la información, la promoción de la transparencia y la cons­
tante generación de una rendición de cuentas responsable como los
mecanismos necesarios para seguir avanzando en sociedad y forta­
lecer la democracia. El siglo XX nos dio una lección sobre lo que no
debemos tener en materia de transparencia en el nivel constitucio­
nal. La lección fue aprendida y los esfuerzos emprendidos en las dos
primeras décadas del siglo XXI parecieran girar en torno a una moder-
nización de los mecanismos constitucionales capaces de hacer
exigible la responsabilidad en todos los niveles y órdenes de gobierno.
El que pueda ser operable y garantizable lo escrito en la consti­
tución y en leyes secundarias depende en gran medida de la sociedad
misma y de su deseo por involucrarse en la vida pública. Dejar de
lado los beneficios y responsabilidades que nos dan estos mecanis­
mos de empoderamiento ciudadano a través de la transparencia y
rendición de cuentas del gobierno (en plena fase de implementación)
es desvirtuar las bondades que nos ofrecen como sociedad y regre­
sar a estados de opacidad en donde la información regresa (nueva­
mente) al gobierno y no a la sociedad; y en donde esta opacidad es
el rasgo característico de regímenes antidemocráticos.

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CONSTRUCCIÓN DE CONFIANZA INSTITUCIONAL
E INCIDENCIA PÚBLICA PARA EL FORTALECIMIENTO
DE LA DEMOCRACIA EN MÉXICO

Miguel Rodrigo González Ibarra*

RESUMEN

En México el fenómeno de la corrupción se ha expandido por di­


versos ámbitos, lo que ha generado un desprestigio de la política y
de los políticos, con la consiguiente crisis de confianza de la ciudada­
nía. En este capítulo se analiza la relación de la confianza institu­
cional con la ética pública y la construcción de ciudadanía, y de qué
modo la incidencia política contribuye a la construcción de una de­mo­
cracia ética en México.
Con base en la discusión teórica y la descripción cuantitativa de
datos y encuestas de opinión realizadas por organismos internacio­
nales sobre temas de corrupción, transparencia y buen gobierno, entre
otras categorías de estudio, se argumenta que, si bien las institucio­
nes tienen la misión de garantizar la estabilidad política, es impor­
tante revalorar los procesos generados desde las organizaciones de
la sociedad civil a través de la incidencia política, con la finalidad
de coadyuvar en la construcción de ciudadanía y en la definición de
una democracia ética efectiva.
Palabras clave: confianza institucional, incidencia política, ética
pública, construcción de ciudadanía, México.

* Doctor en Ciencias Políticas y Sociales por la UNAM. Actualmente es pro­


fesor-investigador titular en el Departamento de Sociología de la UAM-Izta­
palapa.

[253]
254 MIGUEL RODRIGO GONZÁLEZ IBARRA

PRESENTACIÓN

En las últimas décadas en América Latina, específicamente en Mé­


xico, la corrupción se ha esparcido por diversos ám­bitos, lo que ha
propiciado un desprestigio de la política y de los políticos, y provo­
cado la desconfianza de la ciudadanía. En este contexto, la pobreza,
la desigualdad económica entre la población, el aumento del crimen
organizado en las ciudades y la vio­len­cia social contribuyen a debi­
litar la calidad y estabilidad de la de­mo­cra­cia en la región y, con
ello, abonan a un clima donde los ciudadanos están insatisfechos y
confían cada vez menos en las instituciones y los funcionarios públi­
cos. En la revisión de la literatura existe un cier­to consenso sobre la
existencia de un círculo vicioso que tiene atra­pados a los funciona­
rios públicos y las elites políticas, y se advierte un debilitamiento de
la legitimidad del Estado de derecho y la go­bernabilidad democrá­
tica. Este capítulo aborda cuál es la relación de la confianza institu­
cional con la ética pública y la construcción de ciudadanía, así como
establecer de qué modo la incidencia política contribuye a la cons­
trucción de una democracia ética en México. Como premisa prin­
cipal de trabajo consideramos que si bien las instituciones tienen la
misión de garantizar la estabi­lidad política y la coordinación social,
y con ello contribuir a la creación de confianza institucional, es im­
portante revalorar los procesos generados desde las organizaciones de
la sociedad civil a través de la incidencia política, con la finalidad
de coadyuvar en la construcción de una ciudadanía activa y en la defi­
nición de una democracia ética efectiva.
El argumento de este trabajo se concibe desde una perspectiva
deductiva, en la cual se realizan planteamientos teóricos generales y
se discuten temas específicos para inferir ciertas conclusiones de las
preguntas planteadas. También se utilizó el enfoque de investigación
cuantitativo a través de la descripción de datos estadísticos deriva­
dos de encuestas especializadas por organismos internacionales sobre
temas relacionados sobre corrupción, transparencia y buen gobier­
no, entre otras, para analizar opiniones, comportamientos o cate­
gorías de un objeto de estudio determinado y poder demostrar o
esclarecer cuestiones.
En este contexto, se realizó una revisión bibliográfica de los temas
principales y una selección de datos, mismos que consideramos evi-
CONSTRUCCIÓN DE CONFIANZA INSTITUCIONAL 255

dencias para comprender la relación entre confianza institucional,


ética pública y construcción de ciudadanía en México. Para concluir,
se efectúa una serie de reflexiones que apuntan hacia una mayor
comprensión de los temas y se incluye la bibliografía utilizada y con-
sultada para este trabajo.

CONFIANZA E INSTITUCIONALIDAD DEMOCRÁTICA

De acuerdo con el Diccionario de la Lengua Española (RAE, 2014),


se entiende por noción de confianza a la acción de confiar ; en se­
gundo término, se alude a la esperanza firme que se tiene de alguien
o algo, así como a la seguridad que alguien tiene en sí mismo, a la
presunción y vana opinión de sí mismo. Cuando se trata de una per­
sona la confianza nos advierte que se tiene un trato íntimo y fami­
liar, y cuando se dice acerca de una cosa, se refiere a que ésta posee las
cua­lidades recomendables para el fin que se destina. Asimismo, se
alu­de a una palabra de apoyo que es utilizada en diversos fenóme­
nos que permite a las personas llevar a cabo una acción individual o
co­lectiva; o bien, apunta hacia una creencia relativamente generali­
zada acerca de que las intenciones de los otros serán apropiadas para
llevar a cabo las nuestras.
Portinaro (2016:149) aclara que por confianza debe entenderse
la relación fundada en un diagnóstico realista de la contingencia del
mundo, también advierte una cierta convicción de que entre los ac­-
tores existe un interés solidario en neutralizar esa contingencia. En
este sentido, se advierte que la confianza refiere a una expectativa de
experiencias con valor positivo para el actor, concebida en condi­ciones
de incertidumbre, más que en presencia de una carga cogni­tiva y
emocional con aspectos que permiten superar el umbral de la mera
esperanza. “La confianza es ante todo un recurso sociomoral y un
bien común, que no puede producirse artificialmente, que se ge­nera
mediante un proceso evolutivo; es, por tanto, un resultado acu­mulativo
—involuntario, al menos en parte— de acciones orientadas hacia
algo distinto” (Portinaro, 2016:150). En este mismo sentido, se dice
que la confianza es potenciadora de socialización, ya que gene­ra una
espiral virtuosa en la cual las relaciones sociales se intensifican. Así,
la confianza adopta múltiples aspectos: la confianza en sí mismo y
256 MIGUEL RODRIGO GONZÁLEZ IBARRA

la autoestima personal; la confianza en los demás (interper­so­nal) y la


confianza en las instituciones (sistémica). Esta última se considera
una expectativa general sobre la persistencia y la estabilidad del
mundo social y la validez de las reglas que gobiernan sus interac­
ciones.
Desde otra perspectiva Hardin, dice que la confianza por lo gene­
ral es una relación tripartita que advierte una afir­mación sobre la
confianza a individuos y asuntos particulares; es una noción cogniti­
va que demanda conocimiento, creencia y va­lo­ra­cio­nes; la confian­
za implica expectativas sobre la conducta y el reco­noci­miento de un
contexto que las rodea. Desde una visión ra­cional, la confianza no
depende directamente de sus intereses sino, más bien, de si éstos
están encapsulados en los intereses de la persona en quien confía.
Asimismo, reconoce que la confianza es una categoría compleja que
requiere analizarse en razón con quienes tenemos relaciones en cur­
so. “Cuanto más rica y más valiosa sea la relación para nosotros, es
probable que confiaremos más y seremos más dignos de confianza
en ella” (Hardin, 2010:30-34).
Por su parte, Hevia (2003:15) ha señalado que la confianza su­
pone una actitud de sentido común que es utilizada en los procesos
de interacción entre actores sociales en contextos particulares. Este
autor propone que, cuando se alude a la confianza, se puede com­
prender como una cosa y como una acción que es propiedad de los
sujetos; y, por otro lado, como propiedad de la relación, es decir, co­
mo actividad. Asimismo, destaca la noción de Fukuyama en el sen­
tido de que por confianza se puede comprender “la expectativa que
surge dentro de una comunidad de comportamiento normal, ho-
nes­to y cooperativo, basada en normas comunes, compartidas por
todos los miembros de dicha comunidad” (Fukuyama, citado en He­
via, 2003:15; Fukuyama, 1996:45). Evidentemente, esta última aco-
tación advierte un reconocimiento de los valores o normas que se
constituyen y comparten entre los miembros de un grupo, y que per-
miten la cooperación e intercambio entre los mismos, así como una
revisión de los aspectos sociales y culturales que se presentan para
comprender la formación de capital social y, en este sentido, la ges­
tación de confianza y desarrollo entre sus miembros.
Ahora bien, aunque el término ha sido objeto de múltiples pun­
tos de vista en el ámbito de la ciencia política, consideramos que la
CONSTRUCCIÓN DE CONFIANZA INSTITUCIONAL 257

confianza institucional constituye una propiedad fundamental pa-


ra comprender la constitución, los mecanismos y las estrategias que
utilizan los regímenes y sus gobiernos para confrontar la compleji­
dad de los problemas públicos. Además, es posible que la confianza
—en el ámbito de las instituciones— sea un elemento que permita
comprender las diferencias entre el funcionamiento y la integración
de un sistema político y concretamente de las relaciones que se esta­
blecen entre un gobierno y sus gobernados.
A este respecto, y de acuerdo con Luján (1999:20), la confianza
se invoca cuando se presenta un conflicto y hay crisis de legitimidad,
y con frecuencia se vincula con aquellas preocupaciones que generan
inestabilidad. En este sentido, Huntington (1992:36) advirtió que la
falta de confianza en la cultura de las sociedades crea no sólo obstá­
culos para la formación de instituciones públicas sólidas, sino gene­
ra deficiencias en los mecanismos de relación y lealtad hacia los
intereses nacionales y públicos, y a sus aptitudes y capacidad orga­
nizativa.
Desde otra perspectiva teórica, Luhmann (1996:14-21) ha expli­
cado que la noción de confianza constituye una forma efectiva para
reducir la complejidad de un sistema; la confianza es un mecanismo
que realiza una función específica pero esencial en todo el sistema
(sea una persona, una interacción o una organización), que es la de
reducir la complejidad. En este proceso se advierten aspectos que
la definen como un mecanismo social derivado de creencias y moti­
vaciones y como aquella apuesta acerca de las acciones contingentes
futuras de otros. La confianza es una apuesta al futuro, es decir, in­
volucra una relación con efectos sobre el presente.
Desde las iniciativas que ha planteado la Organización para la
Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), se explica que la con­
fianza alude a la integridad como una condición fundamental de los
gobiernos con la finalidad de proveer un marco ético confiable y
efectivo para la vida económica y social de los ciudadanos. En este
sentido, se advierte la necesidad de generar mecanismos de institu­
cionalidad que, en un marco democrático de igualdad, justicia y
tolerancia, son los componentes para el establecimiento de un buen
gobierno y de sus administraciones públicas. En este sentido, la in­
tegridad requiere que la conducta de los servidores públicos sea acor-
de con la misión del organismo donde se desempeñan, atiendan de
258 MIGUEL RODRIGO GONZÁLEZ IBARRA

manera confiable la función pública, y los ciudadanos reciban un tra­to


justo e imparcial sobre la base de la legalidad y la justicia, que los
recursos públicos sean utilizados de forma eficiente y correcta, y con
mecanismos de transparencia y rendición de cuentas (OCDE, 2000:11).
En este orden de ideas, la noción de confianza advierte una rela­
ción con la cultura de una sociedad abierta, participativa e informa­da
en los asuntos públicos y sobre el funcionamiento de su gobierno en
términos de la institucionalidad democrática. En efecto, la confianza
cumple un papel fundamental en el desarrollo político de una colec­
tividad en razón de que las instituciones constituyen un marco de
legalidad y atienden los requerimientos para el intercambio, la con­
vivencia y la cooperación. Así, la confianza social es indispensable
para generar y promover una cultura cívica participativa, y que posi­bilita
el intercambio, la cohesión social y la acción colectiva de los ciudada­
nos, además de que es un indicador para conocer la institucionali­
dad democrática y el ejercicio del gobierno.
Siguiendo a Uvalle (2003:15), la institucionalidad democrática
es un sistema de capacidades que permiten la gobernación de las or­
ga­nizaciones civiles y ciudadanas. La institucionalidad es un atribu­to
de la vida pública que debe construirse a partir del convencimiento de
voluntades particulares y la articulación de los intereses que definen
el sentido mismo de la acción colectiva. Si lo público no se forma
como un espacio de convivencia responsable, no existen las con­di­
ciones para impulsar la institucionalidad democrática y, por lo tanto,
para generar confianza en los asuntos de interés público.
La institucionalidad democrática permite no sólo impulsar un eje
de articulación, sino su diseño e implementación se enlaza con los
procesos de participación y representación política que son inheren­
tes al paradigma de la sociedad abierta. Es importante matizar que
cuando decimos que existe un proceso de institucionalidad democrá­
tica se advierte un análisis sobre la vigencia del orden institucional,
político y social con la finalidad de valorar su maduración y conso­
lidación de la sociedad, así como de la creación y operación de las
estructuras y procesos institucionales para contrarrestar la incerti­
dumbre y lograr la creación de bases confiables de su desarrollo (Uva­
lle, 2003:17-18).
En suma, la institucionalidad democrática se construye a partir
de referentes basados en la participación colectiva y la representación
CONSTRUCCIÓN DE CONFIANZA INSTITUCIONAL 259

social; se orienta a definir las reglas de un régimen político determi­


nado a fin de facilitar la cooperación de los agentes políticos para
la estabilidad y la gobernabilidad democrática. La institucionalidad
es producto de la confianza y de los arreglos eficaces entre actores
(sociales e institucionales) que garantizan las relaciones entre socie­
dad y Estado sin desconocer los conflictos, la pluralidad, la cultura
y las diferentes capacidades, intereses y valores. La institucionalidad
democrática es importante porque permite reconocer el papel que
tienen las autoridades en la generación de confianza en sus institu­
ciones, políticas y procesos de gobierno impulsados para atender la
coordinación, estímulo y desarrollo de todos los intereses públicos
y comunes.
Finalmente, la institucionalidad democrática es el medio de comu-
nicación entre la sociedad, el Estado, el mercado y los ciudadanos, y
contribuye a las reglas del juego que garantizan que las actividades
públicas, privadas y sociales se desarrollen de una forma relativamen­
te armónica. En este sentido, la institucionalidad genera el espacio
para la interacción de los ciudadanos en la vida pública y con ello
contribuye a la posibilidad de garantizar la vigencia de las libertades
civiles y públicas de un modo justo, con un sentido de igualdad y ar­
monía en la comunidad política.
Así, todo sujeto individual y colectivo posee determinadas capa­
cidades para definir sus intereses y traducirlos en objetivos. Cabe
mencionar que los actores actúan en contextos complejos donde las
instituciones tienden a solucionar problemas de coordinación esta­
bilizando las expectativas sociales mediante la provisión de infor­
mación y sanciones, asimismo estructuran comportamientos en una
dirección equilibrada. La institucionalidad se refiere a la confianza en
el sentido de que son conceptos íntimamente ligados, ya que todas
las formas de confianza refieren a instituciones y reglas que advierten
un conjunto de expectativas acerca de que éstas actúen con base en los
principios de responsabilidad y ética en la actuación.

INCIDENCIA POLÍTICA PARA LA ACCIÓN COLECTIVA

Con base en los elementos conceptuales del inciso anterior, es impor­


tante aclarar qué entendemos por incidencia política en el contexto
260 MIGUEL RODRIGO GONZÁLEZ IBARRA

de los procesos de democratización que han experimentado los lla­


mados regímenes democráticos en las últimas décadas en América
Latina, así como de los cambios sociales y políticos registrados en
el ámbito de lo público no estatal y de la presencia e innovación de
organizaciones civiles, en los cuales es común utilizar la noción de in-
cidencia por diversos actores sociales, públicos y privados.
En este sentido, se puede definir como incidencia política los es­
fuerzos de la ciudadanía organizada desde la sociedad civil para influir
en la toma de decisiones, así como para promover cambios en las
personas que tienen poder de decisión en asuntos de importancia
para un grupo en particular o para la sociedad en general (WOLA,
2005:6). La incidencia política puede adoptar diversas estrategias
dirigidas a influir en la toma de decisiones tanto en los ámbitos local,
na­cio­nal e internacional, y con frecuencia se refiere a un tema o
proble­ma por medio de un cambio en las políticas públicas (Miller,
2013:5-6).
Las estrategias de incidencia pueden incluir actividades realizadas
en redes de organizaciones, así como mediante los medios de co­
municación para formar opinión pública, generar cabildeo con ac­tores
clave involucrados y comunicar temas con líderes de opinión, in­
vestigación, formación de coaliciones y alianzas, entre muchas otras
actividades generadas en el espacio público (Cobb, Ross y Howard,
1976). Cabe señalar que la noción de ciudadanía puede compren­
derse como un medio para generar empoderamiento de los ciudada­
nos e impulsar procesos de participación e incidencia política de un
modo organizado y activo. La noción de ciudadanía advierte múlti­
ples posturas teóricas y conceptuales; sin embargo, la esencia del con­
cepto subraya el espacio legal y los derechos cedidos por el Estado
a los ciudadanos (Marshall y Bottomore, 1950).
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)
en 2004 dice que la ciudadanía es un tipo de igualdad básica aso­
ciada al concepto de pertenencia a una comunidad y que tiene que
ver con derechos y obligaciones de los que todos los individuos están
dotados en virtud de su pertenencia a un Estado nacional (PNUD,
2004). La ciudadanía no sólo implica el reconocimiento de derechos
y obligaciones, es necesario considerar el reconocimiento de una
situación de desigualdad institucionalizada de recursos y poder en las
sociedades; su naturaleza tiene que ver con la propia visión y cons­
CONSTRUCCIÓN DE CONFIANZA INSTITUCIONAL 261

trucción de quienes impulsan iniciativas y estrategias de cambio e


incidencia hacia lo político y hacia las políticas. De esta manera, se
puede concebir una ciudadanía activa y promotora de sus propios
derechos, de legitimación de sus procesos de lucha e intervención
en aquellos ámbitos y espacios donde se generan sus prácticas socia­
les determinadas y donde se justifica el motor de su acción colecti­
va (IFE, 2014:23-25).
Es importante destacar que el ejercicio de una ciudadanía activa
requiere de un Estado de derecho efectivo, responsable y confiable
que sea capaz no sólo de garantizar los derechos ciudadanos, sino
también de respetar las iniciativas autónomas generadas entre la
sociedad civil a fin de garantizar y dar sentido a la democracia. Así,
la participación ciudadana constituye un motor para generar agenda
política y procesos de intervención en políticas públicas con múlti­
ples fines, donde destacan la inclusión social, la rendición de cuen­
tas, la transparencia y la inclusión en las diferentes fases de la política
pública, entre otras acciones relacionadas con el desarrollo de las
actividades económicas y el fortalecimiento del tejido social.
En efecto, el estudio de la incidencia política es importante
porque permite aclarar de qué modo y en qué fases los actores y las
organizaciones promueven procesos de activación e iniciativas so­
ciales no sólo hacia los programas de gobierno, sino hacia las estruc­
turas políticas para su revisión. En este sentido es posible que las
organizaciones, sus dirigentes o visionarios, tengan clara la distinción
sobre cada una de las etapas que integran el ciclo de las políticas pú­
blicas, es decir, establecimiento de la agenda, formulación de la polí-
tica, implementación, monitoreo y evaluación, a fin de valorar los
mecanismos de incidencia y las estrategias que utilizarán para su
despliegue hacia el ámbito público y político.
González y Villar (2003) afirman que las funciones que asumen
las organizaciones de la sociedad civil en los procesos de incidencia
en las políticas públicas se pueden reconocer en los ejes de formu­
la­ción de propuestas, innovación, provisión de servicios, monitoreo
y movilización social. En la primera función se destaca principal­-
mente una estrategia de coalición y busca del apoyo público para
lograr no sólo promover sus opciones de política, sino intervenir di-
rectamente en el diseño y la formulación de políticas. Para el caso
de la inno­vación, las organizaciones definen un conjunto de propues­
262 MIGUEL RODRIGO GONZÁLEZ IBARRA

tas y soluciones en pequeña escala para ser ensayadas hacia escalas


mayores que no se habían considerado por parte del gobierno.
Respecto a la provisión de servicios, se parte de la premisa de
que las acciones que promueven las organizaciones son las que la pro-
pia autoridad gubernamental necesita hacer o al menos considerar.
Por su parte, las acciones de monitoreo se refieren a las actividades
de las organizaciones para asegurar que el gobierno realice lo que
tiene que hacer y se ejecuten las políticas con base en lo establecido.
En lo que respecta a la movilización, las organizaciones generan no
sólo lazos e intercambios con otros actores interesados en motivar
la ac­ción colectiva hacia un tema, sino que también promueven la
coor­dinación, la formación de redes y alianzas políticas, y protestan
por otras vías políticas utilizando recursos no institucionales.
Siguiendo con González y Villar (2003), es posible reconocer las
funciones específicas que realizan determinadas organizaciones,
aunque muchas de ellas formulan propuestas al tiempo que movi­
lizan y plantean otras acciones de innovación o prestación de ser­
vicios, además de generar nuevas perspectivas sobre el tema. De la
misma manera, es importante considerar la existencia de ciertas
fuen­tes de legitimación en el proceso de incidencia con respecto a
su acción, o bien, que se reconozca o se considere justificado el de­
recho a ejercer influencia en las diferentes fases de la política pú­
blica. La construcción de diferentes fuentes de legitimidad de las
organizaciones ante diferentes audiencias durante el proceso de in­
fluencia de políticas es una tarea continua (interna y externamente)
que se requiere para el mantenimiento de las coaliciones y la exten­
sión de su propuesta hacia otros campos y actores. En este sentido, el
reconocimiento de valores y uso de símbolos, así como las tareas de
conocimiento, redes de información e investigación, entre otras,
permite impulsar áreas de oportunidad, lograr una mayor legitimi­
dad con respecto a su representatividad, transparencia y rendición de
cuentas.
Mientras algunas organizaciones buscan incidir en la política bajo
una autoridad técnica o moral y eso constituye una fuente de legi­
timidad para algunas audiencias, otros grupos cuestionan su acción
con demandas de legitimidad política, en tanto se sienten excluidos
del proceso de toma de decisiones de la organización que habla por
ellos (González y Villar, 2003:24).
CONSTRUCCIÓN DE CONFIANZA INSTITUCIONAL 263

Así, es necesario subrayar que las dimensiones del éxito de las


organizaciones en los procesos de incidencia advierten un análisis
del contexto social y político en el que se proponen incidir a fin de
reconocer aspectos de poder clave para reconocer el trabajo de los
grupos y las instituciones y con ello contribuir a la confianza insti­
tucional. En este sentido, es posible identificar algunas áreas o va­
riables de análisis relacionadas con la dimensión de las políticas, la
democracia, el fortalecimiento de la sociedad civil y la ciudadanía.
Para el primer caso, se asume que existe una expectativa —y con­
sidero que hasta cierta confianza— de que se formulen o se gene-
ren los cambios en las políticas o en las legislaciones vinculadas a los
temas. En el nivel de un régimen democrático, es importante ubicar
los cambios respecto a la ampliación del espacio público para la de­
liberación democrática, así como reconocer el papel del gobierno y
su participación en el proceso de políticas públicas. En el nivel orga­ni-
zacional, se espera el fortalecimiento de la capacidad institucional y
la legitimidad de las organizaciones que participan en el proceso de
políticas públicas. En este caso, se prevé que las tareas de inciden­cia
generen no sólo efectos importantes en la construcción de ciuda­
da­nía en términos del reconocimiento y uso de sus derechos, sino
que también se logre generar un impacto en las condiciones de vida,
opor­­tunidades económicas y sociales, entre otras que impulsen las
capacidades de las personas.
Vale la pena matizar que: “Entre la participación en políticas e
incidencia en las políticas existe un amplio abanico de posibilidades,
con extremos de alta incidencia en la política con poca participación
social y su contrario de alta participación social y baja incidencia
en la formulación e implementación de nuevas políticas” (González
y Villar, 2003:27-28). De esta manera, uno de los desafíos impor­
tantes de las organizaciones es generar acciones de incidencia que
promuevan no sólo el uso de herramientas que atiendan las diferen­
cias y promuevan el diálogo, sino que también es relevante la for­
mación de alianzas y el intercambio político con otros actores para
analizar temas y establecer acuerdos que permitan el diálogo con
base en la ley y en los recursos de participación por la vía democrá­
tica, y con ello aportar a la construcción de una ciudadanía con otros
principios y valores éticos y que correspondan con los que se esta­
blecen en un régimen democrático.
264 MIGUEL RODRIGO GONZÁLEZ IBARRA

ÉTICA PÚBLICA Y CONSTRUCCIÓN DE CIUDADANÍA

Para comprender la relación de la confianza institucional con la éti-


ca pública y la construcción de ciudadanía y establecer de qué modo
la incidencia política contribuye a la construcción de una democra­
cia ética en México, es necesario referirnos a la importancia de la
ética pública en los procesos de gobierno. De inicio, Villoria e
Izquier­do señalan que: “La ética se compone de un conjunto de
juicios y de reglas que sirven para orientar nuestro comportamiento
en la vida. Se comporta como una autoridad interna por la que re­
gulamos nues­tros actos y juzgamos nuestra conducta como la de los
demás” (Villo­ria e Izquierdo, 2016:15). La ética tiene una relación
con la moral, la cual se refiere al conjunto de normas y creencias
respecto a la con­secución de una vida buena y justa y conforme a la
práctica de las mismas. Por un lado, existe un cierto consenso acer­
ca de que la mo­ral tiene como misión orientar la conducta de los
hom­bres; la política, por otro lado, tiene como objetivo generar in­
terrelaciones para alcanzar y mantener el poder político con la
función de atender con­flictos sociales a través de decisiones públicas.
Siguiendo a Villoria e Izquierdo, la política se distingue de las re­
laciones comunales, mismas que se basan en relaciones familiares y
grupales y generan solidaridad espontánea; “en estas relaciones la
pertenencia es fruto de circunstancias naturales, no de actuaciones
voluntarias y las relaciones de intercambio están regidas por pau-
tas simbólicas, tradiciones, y reglas estatus, estima y confianza” (2016:
120). Asimismo, la política se distingue del mercado en que éste se
caracteriza por la existencia de agentes autónomos que buscan ma­
ximizar sus beneficios y entran en relaciones de intercambio eco­
nómico. De ahí la necesidad de considerar un orden comúnmente
aceptado y construir instituciones para asegurar el orden; es decir,
la política implica la elaboración de normas y de su cumplimiento,
que proviene de la voluntad activa de los miembros de la comunidad
y que se ejecutan a través de sus representantes.
Ciertamente, la política advierte acciones para alcanzar y expan­
dir el poder pero, asimismo, sirve para atender conflictos sociales
y para la búsqueda de un interés común de una comunidad social y
política compleja en la actualidad. Aristóteles señala que la ética for­
ma parte de la política y constituye la ciencia más importante (1985,
CONSTRUCCIÓN DE CONFIANZA INSTITUCIONAL 265

libro I, cap. 2). Tanto la moral como la política requieren conocer el


bien del hombre, atender lo que es justo y honesto con la finalidad
de determinar lo que es conveniente hacer.
En este orden de ideas, consideramos que es menester cultivar el
bien del Estado y, en esa medida, generar una armonía entre ética
y política, ya que ambas buscan el bien de la humanidad. La pri­
mera a través del fortalecimiento de las decisiones individuales y la
segunda por medio de decisiones públicas que afectan la colecti­vi­
dad. Precisamente, la estabilidad de una organización política re­
quiere una igualdad relativa entre sus miembros y de justicia social que
logre no sólo proteger, sino fundamentalmente orientar las deci­
siones del gobierno hacia el bien común y no hacia los intereses de
los gobernantes. De forma más precisa, y en términos generales, la
mo­ral advierte lo que es conveniente hacer para el hombre en su
persecución del bien, ordenando sus preferencias a través de la ra-
zón, mientras que la política rige a la sociedad para alcanzar el bien
co­mún, legislando lo que le conviene hacer o evitar.
Cuando aludimos a la importancia de la ética pública en los proce­
sos de gobierno destacamos los principios y normas que se aplican
en los temas de gobierno y administración pública y, esencial­men-
te, en la conducta de los individuos que desempeñan un cargo pú­
blico. Diego (2013:59) apunta que la ética pública se concibe como
un área de conocimiento de contenido universal que agrupa valores
y virtudes orientados por el espíritu de servicio público y tiene como
fuente la evolución humana. En otras palabras, la ética pública se
refiere al perfil, formación, conducta responsable y comprometida
de las personas que se desempeñan en la función pública, y tiene por
objeto principal lograr que las personas que ocupen un cargo públi­co
lo realicen con diligencia, honestidad, razón, conciencia, ma­durez de
juicio, responsabilidad y sentido del deber, entre otras funciones que
advierte una función pública digna y virtuosa.
Ahora bien, aunque una democracia se caracteriza por generar
condiciones para la participación ciudadana, libertad de expresión,
libertad de asociación, alternancias en el gobierno, competencia polí-
tica a través de elecciones libres, periódicas y correctas, la ética pú­
bli­ca tiene como función cultivar la inteligencia en valores y moderar
el carácter de los gobernantes. La ética en la política se propone
rescatar la dignidad humana, así como coadyuvar en la lucha contra
266 MIGUEL RODRIGO GONZÁLEZ IBARRA

la desconfianza ciudadana frente a la corrupción y diferentes actos


que atentan contra la estabilidad del Estado; cuando éste descuida
la importancia de la ética en la formación de sus representantes pú­
blicos, se ponen en marcha los motores de la corrupción, como la
codicia, la avaricia y el anhelo de poder en el contexto de una so­
cie­dad de consumo que contribuye al deseo de poseer, acumular ri­
queza y obtener placer. De ahí la necesidad de establecer y reforzar los
valores y principios éticos, así como la necesidad jurídica para cons­
tituir un Estado ético.
Una alternativa para construir un régimen político basado en prin­
cipios éticos es considerar la formación de ciudadanos virtuosos en
el sentido de promover las condiciones por las que los individuos
aspiren a vivir de forma correcta y con sentido. La construcción de
ciudadanía implica, entonces, desarrollar el sentido de identidad,
pertenencia y confianza hacia el lugar y organización en el que se
interactúa socialmente por medio de la participación política. Para
desarrollar esta actitud es necesario generar ciudadanos virtuosos,
bien formados y con capacidad crítica para potenciar sus procesos de
interacción con la comunidad política y para conducirse con ética
y responsabilidad en los procesos de gobierno y cargos públicos a los
que aspiren gobernar con plena conciencia, responsabilidad y juicio.
En este debate es importante aclarar que la construcción de ciu­
dadanía política alude a una forma de socialización de la política y
a la ampliación de lo público. En una perspectiva más amplia, Ál­
varez (2016:94) señala que la ciudadanía consiste en un conjunto
de actores agrupados en torno a un criterio común y que generan
lazos en tanto comparten en una comunidad política experiencias
de memoria, derechos, obligaciones, responsabilidades y sentido de
vida; asimismo, consiste en un espacio que construye identidad,
que se construye como resultado de experiencias políticas o de vida
en común. Cuando invocamos la noción de ciudadanía, se infiere
a un carácter activo y participativo. En este sentido, la participación
ciudadana es la intervención de los individuos en actividades públi­
cas, en tanto, portadores de intereses sociales. Pliego señala que

[…] la decisión de participar es resultado de un actuar reflexivo, de


una decisión; no se trata de una decisión apoyada en la sola pondera­
ción de los costos y beneficios que derivarían de la participación […]
CONSTRUCCIÓN DE CONFIANZA INSTITUCIONAL 267

es más bien una decisión racional de los individuos entendidos como


personas, esto es, condicionada por el conjunto de características
que integran su contexto vital (Pliego, 2000:28).

La participación se vincula con actividades relacionadas con ac­


tos de representación política, campañas electorales y actividades
comunitarias en las cuales se advierten, por un lado, acciones con un
significado político y, por el otro, labores destinadas a lo público.
Precisamente, uno de los mecanismos que contribuyen a la cons­
trucción de una ciudadanía y democracia ética es la incidencia po­
líti­ca que realizan grupos, organizaciones y colectivos en el ámbito
de la política no institucionalizada entre la sociedad civil. En efec­to,
la incidencia política es un ejercicio que refiere a los esfuerzos pla­
nificados por la ciudadanía y que tienen como propósito influir en
políticas y programas estatales a través de diferentes estrategias
de persuasión, colaboración e interacción con el Estado. Las accio­
nes de incidencia van de la mano con la construcción de procesos de
organización y gestión social en temas diversos y plantea una alter­
nativa relativamente autónoma para intervenir en los asuntos de in­
terés público y político.
Como se estableció anteriormente, la incidencia es un medio a
través del cual los individuos, grupos y sectores de la sociedad se in-
volucran en procesos políticos promoviendo iniciativas colectivas
con la finalidad de que los gobiernos sean más responsables, éticos y
transparentes en el ejercicio de sus funciones. La incidencia es un
ejercicio de empoderamiento, colaboración y construcción de ca­pital
social que permite reforzar valores individuales y colectivos, y con­
tribuye a la transformación de las relaciones de poder entre el Esta­
do y la sociedad civil organizada hacia un plano de mayor igualdad
y justicia. En este mismo sentido, la incidencia contribuye a la mo­
dificación de la cultura política y aporta el fortalecimiento de las
capacidades político-administrativas del Estado.
Ante la pérdida de confianza y la escasa confiabilidad en las ac­
ciones de los partidos políticos, la incidencia política es un puente
que permite enlazar a los ciudadanos con las entidades públicas y
el mercado para generar influencia, intercambiar recursos, informa­
ción y bienes entre los actores, así como para generar organización
autónoma y alternativa a los procedimientos e interlocución tradicio­
268 MIGUEL RODRIGO GONZÁLEZ IBARRA

nales. En esta medida, contribuye a la innovación social y a la ges­


tación de una democracia ética basada en las relaciones de con­vi­
vencia, cooperación y armonía entre los miembros de la comunidad.
Siguiendo a Diego y Rodríguez: “La ética en la democracia es el
hilo que une las relaciones de convivencia, de armonía entre los miem­
bros de la comunidad. Los valores y principios éticos son los guías
que marcan el rumbo hacia una sana democracia, hacia la madurez
del sistema político” (Diego y Rodríguez, 2017:14). El fortaleci­
miento de la ética pública y la promoción de acciones de incidencia
política son recursos fundamentales para lograr cambios en la polí­
tica y las polí­ticas; articular la construcción de la agenda de gobierno
que tenga como misión favorecer los intereses del colectivo princi­
pal y generar procesos de inclusión social más amplios y que se
comprendan desde otra perspectiva, más acorde con las demandas y
necesidades de los asuntos públicos y se visualicen las alternativas
de solución.
Desde esta perspectiva, la relación entre ética pública e inciden­
cia política resulta indispensable para comprender, analizar y expli­
car los procesos que desde las organizaciones de la sociedad civil y
el mercado tienen como finalidad la construcción de ciudadanía
como pertenencia a la comunidad política; de otro modo, la cons­
trucción de ciudadanía advierte un ejercicio activo de los derechos
sociales y políticos, así como una formación cívica en el sentido de
la responsabilidad y el cultivo de la ética pública para comprender
y, en su caso, tomar parte en el ejercicio de gobierno.
Debido a los actos de corrupción que se registran en una gran
parte de los países en el mundo, incluido México, así como a los
pro­blemas en el funcionamiento y la calidad de la democracia, es ne-
cesario poner de relieve la importancia de la ética pública y la inci­
dencia política para atender los vacíos político-institucionales y
for­talecer la cooperación y el intercambio con mayor voluntad. En
este sentido, el orden social moderno advierte un sentido ético y de
equidad en la elaboración de las decisiones públicas y apunta hacia
la urgente necesidad de revisar los arreglos que contribuyan al es­
tablecimiento de una mejor institucionalidad democrática. Como
se indicó antes, la institucionalidad democrática no es un concepto
vacío sino requiere de prácticas y arreglos eficaces que garanticen que
la sociedad y el Estado convivan sin desconocer los conflictos, los
CONSTRUCCIÓN DE CONFIANZA INSTITUCIONAL 269

desacuerdos y las tensiones presentes en una sociedad abierta, plu­ral


y culturalmente distinta. En síntesis, consideramos que una so­ciedad
se proyecta a través de valores éticos y se dirige a través de ins­titu­
cio­nes para coordinar, estimular y llevar a cabo procesos de coope­
ración y confianza en beneficio de la comunidad y del bien común
entre sus ciudadanos. En este sentido, la construcción de ciudadanía
advierte la necesidad de generar espacios y prácticas que potencien
la intervención de los ciudadanos en los asuntos públicos y coad­
yuvar a la gestación de igualdad de condiciones entre sus miembros
para el ejercicio de sus derechos políticos, sociales y humanos.

DESAFÍOS PARA LA CONSTRUCCIÓN


DE UNA DEMOCRACIA ÉTICA EN MÉXICO

Villoria e Izquierdo (2016:150-151), en su trabajo intitulado Ética


pública y buen gobierno. Regenerando la democracia y luchando contra
la corrupción desde el servicio público, afirman que frente a la corrup­
ción política no se puede pedir menos política, sino política de ma­
yor calidad. Además, apuntan que la tendencia actual de nuestras
sociedades es olvidar que la política nace para evitar la guerra civil, y
que su fin es generar un gobierno que promueva el interés gene-
ral. La despolitización y apatía democrática existentes no contribuye
a la creación de espacios democráticos y, por el contrario, se apre-
cian carentes de confianza, donde el poder se encuentra en espacios
opacos de decisión fuera del ámbito político y control de los pro­
pios ciudadanos.
En este sentido, los intentos de fortalecer la institucionalidad y
la calidad de la democracia exigen el establecimiento en el media­
no plazo de una democracia ética en la medida en que es necesario
restaurar las capacidades políticas y administrativas del Estado e in-
cluir, cada vez más, a la sociedad civil en la política y en los asuntos
públicos con la finalidad de producir una mejor legalidad y legiti­
midad en la construcción de una política colectiva y de bien común.
Los desafíos para construir una agenda política —con conte­nido
ético y democrático— son enormes, dados los balances generados
por organismos locales e internacionales para nuestro país. Por ejem­
plo, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económi­
cos (OCDE) señala que al finalizar el año de 2017, a México se le
270 MIGUEL RODRIGO GONZÁLEZ IBARRA

evalúa como un país donde el crecimiento económico es fuerte, pe-


ro las desigualdades persisten en todo el territorio; es un país que
en los últimos años ha impulsado reformas políticas y económicas,
pero donde persiste la falta de inclusión social y la desigualdad eco­
­nómica en los ingresos de las personas (gráficas 1a y 1b). Afirma la
OCDE que:

El crecimiento de la productividad de México repuntó recientemen­


te en los sectores que se beneficiaron de las reformas estructurales:
energético (electricidad, petróleo y gas), financiero y de telecomu­
nicaciones [además señala que:] La apertura comercial, la inversión
extranjera directa, la integración en las cadenas globales de valor y
los incentivos a la innovación han impulsado las exportaciones, en
especial las de automóviles. Sin embargo, otros sectores se han reza­
gado, al verse afectados por regulaciones locales demasiado riguro­
sas, instituciones jurídicas débiles, informalidad arraigada, corrupción
y desarrollo financiero insuficiente (OCDE, 2017:4).

Desde otro ángulo, la OCDE indica que el ingreso económico más


alto se concentra en pocas regiones del país donde muchas fami-
lias viven no sólo en la pobreza, sino también en los sitios donde la
inseguridad es alta y las oportunidades son menores para los jóve­
nes. Aunque existe un avance en la construcción de políticas pú­blicas
para la inclusión social, en México persiste la discriminación y la vio-
lencia social y la participación es limitada en el mercado laboral
formal. Si bien México recientemente se ha convertido en un im­
portante exportador mundial de automóviles y otros productos
electrónicos con amplia calidad en el mercado mundial, la inversión
en su población es deficiente, ya que se observan desafíos impor­
tantes como los altos niveles de pobreza urbana, extensa informa­
lidad en la economía, tasas bajas de participación política femenina
en espacios laborales, rezago escolar, exclusión financiera, una nor­
ma de derecho endeble y niveles persistentes de corrupción y de­
lincuencia política en la vida comunitaria.
Las “reformas estructurales” del actual gobierno no han logrado
crear sinergias para resarcir los enormes rezagos y las fallas de go­
bierno para motivar un cambio real en el crecimiento, el bienestar y
la distribución del ingreso. Para la OCDE, las reformas han sido una
estrategia importante para afrontar la crisis y el crecimiento de la
CONSTRUCCIÓN DE CONFIANZA INSTITUCIONAL 271
GRÁFICA 1A
EVOLUCIÓN DE LA POBREZA BASADA EN EL INGRESO
100
90
80
70
Porcentaje

60
50
40
30
20
10
0

1992 1996 2000 2004 2006 2010 2014
Pobreza alimentaria
Pobreza de patrimonio
Ingreso por debajo de la línea de bienestar mínimo
Ingreso por debajo de la línea de bienestar

GRÁFICA 1B
EVOLUCIÓN DE LAS CONDICIONES SOCIALES
70
60
50
Porcentaje

40
30
20
10
0
1990 2000 2010 2015
Rezago educativo
Carencia por material de piso
Carencia por hacinamiento
Carencia por drenaje
Carencia de servicios de salud
Carencia por material de muros
Carencia por acceso al agua
Carencia por electricidad
FUENTE: OCDE (2017).
272 MIGUEL RODRIGO GONZÁLEZ IBARRA

productividad, pero la tendencia para los próximos años es la de­


cre­ciente utilización de la mano de obra en el mercado laboral, el
for­talecimiento de las competencias y para generar salarios ade­
cuados. Los desafíos que urge atender son la pobreza extrema, la
desigualdad en los ingresos, mejorar las oportunidades económi-
cas, disminuir la informalidad, aumentar la participación femenina
y fomentar prácticas empresariales más éticas y responsables.

Las desigualdades siguen creciendo en todos los estados y sectores,


lo que subraya la divergencia de un México moderno, muy produc­
tivo, que compite a escala mundial, ubicado principalmente en la
frontera con Estados Unidos, el corredor central y las zonas turís­-
ticas; y un México tradicional, menos productivo, con empresas in­
formales a pequeña escala que se ubican sobre todo en el Sur (OCDE,
2017:10-11).

Además, se infiere que el país enfrenta un entorno externo débil


e incierto, ya que la economía mundial se mantiene en una situación
de poco crecimiento y muchas economías de mercados emergen-
tes carecen de impulso. En este sentido, los precios de los productos
básicos y los ajustes en las políticas monetarias han sido relativa­
mente flexibles, pero existe un riesgo permanente que desalienta la
inversión productiva y los incrementos en el empleo.
Según este organismo, es necesario hacer que la política fiscal no
sólo sea más congruente, sino sostenible y transparente a través del
fortalecimiento del gasto social en programas para combatir la po­
breza extrema; coordinar mejor la recaudación del impuesto sobre la
renta y ampliar las bases impositivas; desde otra postura, es nece­
sario adoptar políticas para un desarrollo sostenible que atiendan
la desigualdad, la discriminación y amplíen las oportunidades del
mercado laboral. En este orden, se recomienda hacer que el creci­
miento sea más incluyente a través de fortalecer las políticas y los
programas contra la informalidad, la innovación y la lucha contra la
corrupción, y generar un cambio en la cultura de la legalidad a tra­
vés de procesos más claros y confiables (OCDE, 2017:13-14),
Por otra parte, y de acuerdo con el reporte de Transparencia In­
ternacional intitulado Las personas y la corrupción: América Latina y
el Caribe (2017), en los últimos años se han observado en la región
CONSTRUCCIÓN DE CONFIANZA INSTITUCIONAL 273

de América Latina y el Caribe tendencias preocupantes que advier­


ten un deterioro de los derechos humanos y el debilitamiento de
las estructuras de gobernanza. De acuerdo con esta entidad, México
ocupa el lugar 95 de 123 en el Índice de Percepción de la Corrup­
ción de Transparencia Internacional. En América Latina, su lugar
es el sexto entre los países con la mayor percepción de la corrupción y
entre los miembros de la OCDE es el país con la peor reputación en
corrupción. En este marco, los temas sobre el aumento de la vio­
lencia y de la inseguridad, el asesinato de periodistas y líderes en la
sociedad civil revelan que en México existen graves problemas para
mantener la gobernabilidad y la estabilidad política. Asimismo, en
este informe se deduce que más de 50% de los entrevistados dijo
que pagó sobornos o tuvo que dar algún regalo a funcionarios para
acceder a servicios de tipo educativo y hospitalario, así como para ob-
tener un documento de identidad o un servicio público (gráfica 2).
GRÁFICA 2
¿QUÉ GRADO DE CORRUPCIÓN HAY EN LAS DISTINTAS
INSTITUCIONES Y GRUPOS DE LA SOCIEDAD?
PORCENTAJE DE RESPUESTA “LA MAYORÍA O TODOS
SON CORRUPTOS”

Policía 47

Representantes electos 47

Gobierno local 45

Primer ministro/... 43

Jueces y magistrados 40

Los empleados públicos 37

La oficina nacional... 36

Ejecutivos de empresas 36

Líderes religiosos 25
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50
Porcentaje que indica que “casi todos”
o “todos” son corruptos

FUENTE: Transparencia Internacional (2017).


274 MIGUEL RODRIGO GONZÁLEZ IBARRA

Asimismo, y como se deriva de la gráfica 2, se sostiene que seis


de cada diez personas que viven en América Latina y el Caribe
creen que el nivel de corrupción aumentó (62%). Las personas que
viven en Mé­xico perciben altos niveles de corrupción (entre 61 y
64%). En cam­bio, menos de una de cada cinco personas en Uruguay
manifiestan que los policías son sumamente corruptos (19%). En
Brasil y Cos­ta Rica son los más proclives a manifestarse de acuerdo
con que es socialmente aceptable denunciar la corrupción. En este
tenor, la en­cuesta muestra que entre aquellos que denunciaron
efectivamente un incidente ante las autoridades, más de uno de cada
cinco (21%) señala que se tomó alguna medida contra el autor,
mientras que más de una cuarta parte (28%) manifiesta haber pa­
decido consecuencias negativas.
En suma, Colombia, República Dominicana, México, Perú y Ve­
ne­zuela tienen el peor resultado respecto a los índices de soborno y
se percibe un elevado grado de corrupción en los cuerpos policia­
cos, de aquí que los ciudadanos se sientan con desconfianza y una
opinión negativa hacia los esfuerzos gubernamentales contra la
corrupción. Todo lo anterior advierte de serios riesgos en el man­
tenimiento de la democracia y la gobernabilidad política en Amé­
rica Latina y el Caribe, y deriva la ne­cesidad de generar acciones
en todos los ni­veles del gobierno y la sociedad civil de manera con­
junta.
En síntesis, Transparencia Internacional, sobre la base de los re­sul-
tados de la encuesta, sugiere construir otras estrategias de política
para reducir los sobornos en los servicios públicos, en la cual los go­
biernos logren optimizar los procesos burocráticos y definir plata­
formas de atención y canales más eficientes y responsables. Por otro
lado, sugiero preparar a la sociedad civil para participar en la lucha
contra la corrupción por medio de la generación de arreglos que
permitan la interacción conjunta de procesos participativos y de la
incidencia de grupos y organizaciones de la sociedad civil en la ges­
tación de iniciativas, monitoreo y consejos consultivos para atender
el déficit de credibilidad y acceso a la información pública. En este
sentido, es necesario atender el acceso a la justicia y el Estado de dere-
cho a través de procesos de investigación objetivos, eficaces y efi­
cientes que logren eliminar la impunidad e inmunidad política en
temas de corrupción; asimismo, se recomienda que los gobiernos favo­
CONSTRUCCIÓN DE CONFIANZA INSTITUCIONAL 275

rezcan las condiciones para reducir la corrupción como una condi­


ción clave para lograr una sociedad justa y equitativa.
Como se puede deducir de los estudios de la OCDE y Transpa­
rencia Internacional en 2017, la corrupción es una de las variables que
más afecta el desarrollo de la economía y el desarrollo de la políti­
ca en México. A este respecto, y de acuerdo con datos de Riquelme
(2017), en el diario El Economista, una parte importante de los me­
xi­canos considera que su actual presidente (Enrique Peña Nieto)
no ha realizado las acciones necesarias para combatir este problema.
Por el contrario, los estudios de opinión señalan que nueve de cada
diez mexicanos piensan que la corrupción es un problema de todos
los días; la entidad federativa con mayor percepción de la corrupción
es la Ciudad de México, donde 95.1% de sus habitantes considera
que las prácticas de corrupción son muy frecuentes o frecuentes, casi
10 puntos porcentuales por encima de la media nacional, que es de
88.8 por ciento. El estado que menor nivel de percepción presenta
es Querétaro, con 73.3 por ciento. En otro apunte, se deduce que el
ciudadano también es un agente fundamental de la corrupción. Sin
embargo, los mexicanos consideran corruptos a sus vecinos, amigos
y/o familiares. Solamente 30% de los encuestados dijo conocer el mar­
co regulatorio en materia de corrupción, mientras que 49% afirma
desconocerlo y 16% los conoce sólo parcialmente, aunque la ignoran­
cia no exime de responsabilidad (gráfica 3).

GRÁFICA 3
¿CREE QUE EL GOBIERNO DE ENRIQUE PEÑA NIETO
HA REALIZADO O NO ACCIONES PARA EVITAR ACTOS
DE CORRUPCIÓN EN MÉXICO?

No las ha realizado Sí las ha realizado No sabe

56% 28% 16%


FUENTE: Riquelme (2017).
276 MIGUEL RODRIGO GONZÁLEZ IBARRA

En consecuencia, la corrupción se ha convertido en los últimos


años en el principal tema de investigación en razón de que pone en
evidencia el bajo desarrollo moral y la escasa o inexistente puesta
en práctica de instrumentos éticos para fomentar la integridad pú­
blica entre la sociedad y el Estado.
Siguiendo a Villoria e Izquierdo (2016:264-265), el bajo desarro­
llo moral no tiene un fundamento racial ni cultural, sino que es fruto
sobre todo de la ausencia de educación, valores, principios, interac­
ción y educación. En países como México, la desafección en la po­
­lítica y las condiciones en las que se desarrolla la mayor parte de la
población advierten la necesidad de crear mecanismos para el for­
talecimiento del desarrollo cognitivo como elemento central para
impulsar cambios tanto en la conducta individual como en la co­
lectiva.

Si se quiere promover una sociedad con desarrollo moral elevado,


las familias deben generar espacios de diálogo y de interacción, es­
pacios que faciliten la toma de rol, ponerse en la situación del otro
[…] es conveniente que las escuelas fomenten la autonomía y la
libertad de expresión, que abran el debate sobre la justicia y la mo­
ral, que fomenten el contacto de puntos de vista diferentes y que
abran la participación en la definición de reglas y en el ejercicio de
poder (Villoria e Izquierdo, 2016:265-266).

Como lo exponen los estudios citados, la corrupción se desarro­


lla con mayor fuerza en aquellas naciones donde existe desigualdad
económica. Mientras más alta es la desigualdad y mayores las dife­
rencias de estatus, existen mayores posibilidades de generar insegu­
ridad e infelicidad. De este modo, la desigualdad, en sus diferentes
significados, conlleva a una reflexión seria en la agenda del gobier­
no actual con el propósito de motivar el diseño de políticas públicas
de nueva generación para producir confianza. La confianza genera­
lizada es fundamental para la generación de solidaridad social y po-
tenciar la igualdad en la democracia. Por el contrario, la desigualdad
contribuye al aumento de la injusticia, y a que la riqueza y el poder
se perciban conectados con la corrupción. La desigualdad ocasiona,
asimismo, que las instituciones funcionen de manera desigual, dis­
criminatoria y parcial.
CONSTRUCCIÓN DE CONFIANZA INSTITUCIONAL 277

La desigualdad es el caldo de cultivo del capital social negativo […]


de un conjunto de redes de extorsión, de favores mutuos entre oli­
garquías, que aseguran la impunidad y lanzan el mensaje de que ésa
es la forma normal de lograr las cosas […] es difícil confiar en ins­
tituciones públicas que den respuestas universales e imparciales cuan-
do existen niveles de desigualdad brutales (Villoria e Izquierdo,
2016:270-271).

En efecto, en aquellas sociedades como la nuestra, donde la ig­


norancia y la pobreza son muy elevadas, no existen condiciones para
lograr cultivar la confianza de los ciudadanos en las instituciones; es
decir, la política no se comprende como un espacio de deliberación
para la toma de decisiones en beneficio de la comunidad política,
sino como un espacio opaco al que se desea acceder para conseguir
beneficios particulares. En este marco, es importante nuevamente des-
­tacar el valor de la ética, y específicamente de la ética pública y la
incidencia política, para reorientar el sentido de la política y revi­go­
rizar la confianza en el gobierno y la legitimidad de las instituciones
del Estado.
Ahora bien, y considerando los puntos antes indicados, es impor­
tante subrayar que la conformación de un Sistema Nacional Anti­
corrupción en México tiene una oportunidad para generar no sólo
los principios, las bases generales y las políticas públicas que son
necesarias para la coordinación entre las autoridades de todos los
órdenes de gobierno en materia de prevención, detección y sanción
de hechos relacionados con la corrupción, sino también es necesa­
rio incorporar los proyectos e iniciativas de grupos y organizaciones
de la sociedad civil con la finalidad de atender los vacíos relacio­nados
con la fiscalización y el control de recursos.
De la misma manera, es necesario impulsar las directrices básicas
que orienten el accionar de las políticas públicas, definir las bases de
participación de la ciudadanía para intervenir en la creación de una
cultura de integridad, confianza y ética en el servicio público. No
está de más señalar que, a la fecha, la discusión de la agenda para con-
formar el Sistema Nacional Anticorrupción está en marcha, pero
antes de constituirse ya se observan varios desafíos para su operación,
vinculados principalmente a la escasa coordinación gubernamental
y a la complejidad que se deriva del análisis de la corrupción en sus
278 MIGUEL RODRIGO GONZÁLEZ IBARRA

múltiples dimensiones y manifestaciones a escalas local y federal,


lo cual advierte serios retos para lograr un modelo claro y con una ins­
titucionalidad firme hacia los próximos años.

REFLEXIONES FINALES

En este artículo nos propusimos analizar la relación de la confian­


za institucional con la ética pública y la ciudadanía, y de qué modo
la incidencia política contribuye a la construcción de una democra­
cia ética en México. En este sentido, y para generar un mayor de­
bate teórico-empírico, aportamos una serie de tesis para la reflexión
y el debate permanente.
1) La construcción de la confianza institucional y la ética pública
son un ingrediente primordial para vigorizar la institucionalidad de-
mocrática. La institucionalidad democrática requiere la articulación
de esfuerzos en los diferentes sectores (público, social y privado) de
la comunidad política, con la finalidad de encauzar mayores pro­-
cesos de participación y representación política. Asimismo, cuando
se invoca el fortalecimiento de la institucionalidad democrática se
advierte un análisis sobre la vigencia del orden institucional, políti­co
y social a fin de valorar su maduración y consolidación política; es de-
cir, comprender desde una perspectiva abierta y plural, la creación
y operación de las instituciones para contrarrestar la incertidumbre y
lograr la creación de confianza en los procesos de gobierno.
2) Una categoría que aporta al análisis y mejora la institucionali­
dad democrática para el combate a la corrupción, es la incidencia po­
lítica generada desde la sociedad civil hacia las políticas públicas y
la construcción de ciudadanía. Sin embargo, la relación de los pro-
cesos de incidencia con el fortalecimiento de las capacidades polí­
ticas y administrativas del Estado, advierte componentes complejos
en la medida en que este proceso se vincula con aspectos sistémi-
cos y de poder en la vida política e institucional.
3) La construcción de ciudadanía reconoce la importancia de los
derechos sociales, políticos y humanos que las personas tienen para
influir en el diseño de la política social y de proyectos con­cretos a
fin de reducir la desigualdad en sus condiciones de vida. De ahí que
CONSTRUCCIÓN DE CONFIANZA INSTITUCIONAL 279

la participación de los ciudadanos, a través de la incidencia política


y de la generación de proyectos sociales alternativos, permi­te abonar
a la renovación de las capacidades políticas desde la propia comu­
nidad e incide en la demanda de una mejor gestión pública del Esta­
do; asimismo, contribuye al fortalecimiento de los mecanismos para
enfrentar el abuso de poder y atender problemas como la corrupción,
la pobreza, la inseguridad y el desempleo.
4) Para que un régimen democrático madure y genere las condi­
ciones de mayor igualdad, libertad y equidad entre sus ciudadanos es
necesario romper el círculo vicioso de la corrupción política. En
este sentido, se requiere incorporar a la ética pública en los proce-
sos de gobierno y en las diferentes esferas de la sociedad civil con la
finalidad de que los individuos adquieran elementos para una me­
jor formación ciudadana y con un conocimiento claro acerca del
funcionamiento del Estado y su comunidad política. Cuando alu­
dimos a la construcción de una democracia ética en México, subra­
yamos la importancia de fortalecer las relaciones de convivencia, de
armonía entre los miembros de la comunidad a través de valores y
principios éticos que serán las guías que marcan el rumbo hacia una sana
democracia y hacia la madurez del sistema político en su conjunto. La
construcción de ciudadanía en México es un proceso que requiere
potenciarse a través de la acción colectiva y la incidencia política con
la finalidad de que los ciudadanos no sólo expresen sus preferencias
político-electorales a través del voto, sino que se involucren en prác­
ticas referidas a la creación de igualdad de condiciones y derechos
ciudadanos que permitan fortalecer las relaciones de intercambio
y la capacidad político-institucional del Estado y de su comunidad
política. En este sentido, y ante el déficit de confianza institucio-
nal que se observa en una gran parte de las instituciones políticas
en Mé­xico, es necesario vincular los esfuerzos de la sociedad civil
organiza­da para atender, desde otra perspectiva autónoma y des­cen­
­tralizada, las prácticas de exclusión y discriminación detectadas, así
como las diferencias de poder y clase social en la distribución de re-
­cursos en la sociedad.
5) Finalmente, una democracia sin ética no sólo pierde el rumbo,
sino también carece de los instrumentos básicos para gobernar y crea
vacíos que serán utilizados por personas, grupos y organiza­ciones ca­
rentes de un perfil ético. En este sentido, la creación de pro­yectos
280 MIGUEL RODRIGO GONZÁLEZ IBARRA

de incidencia política en el ámbito de las organizaciones de la so­


ciedad civil es una alternativa para potenciar no sólo el interés de
los ciudadanos en los asuntos públicos, sino para impulsar procesos
de organización política basados en principios éticos de con­vi­vencia
y, sobre todo, para mantener o alcanzar la libertad en el seno de una
comunidad política. En este sentido, la relación de la con­fian­za ins-
titucional con la ética pública constituye un puente de aprendi­zaje
para lograr la generación de solidaridad social y potenciar la igual­
dad en la democracia de una forma clara y efectiva.

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BL
A
N
C
A
LA CONSTRUCCIÓN DE CIUDADANÍA EN EL PROGRAMA
DE COMEDORES COMUNITARIOS. EL CASO
DE SANTA MARÍA ATARASQUILLO,
LERMA DE VILLADA (2017)

Manuel Lara Caballero*

RESUMEN

El objetivo general de este capítulo es analizar la formación y opera­


ción de los comités en el programa de Comedores Comunitarios en la
localidad de Santa María Atarasquillo, del municipio de Ler­ma de
Villada, Estado de México, en el año 2017, para determinar, con
un caso de estudio específico, si es posible identificar algunas áreas
de oportunidad que permitan una mayor construcción de ciudada­
nía, entendida como un proceso de participación política de los
ciudadanos en la toma de decisiones sobre cuestiones de interés co­
mún, que abona a mejorar la calidad de la democracia al fortalecer la
gobernabilidad en México. La pregunta que se intenta responder
con la ayuda de las herramientas analíticas de la evaluación es: ¿el
diseño de política pública del programa de Comedores Comuni­ta­
rios construye ciudadanía a través de la participación de los comi­
tés comunitarios? La Cruzada Nacional contra el Hambre (CNCH)
lleva más de cuatro años operando, por lo que es importante hacer
una evaluación preliminar de algunos elementos del diseño e imple­
mentación del programa de Comedores Comunitarios que permitan

* Profesor-investigador del Departamento de Procesos Sociales de la UAM-


Lerma.

[285]
286 MANUEL LARA CABALLERO

reflexionar sobre algunos cambios para mejorar su operación. El


documento dispone de cuatro apartados. En el primero se hace una
descripción del funcionamiento, operación y competencias de los
comités comunitarios en el programa de Comedores Comunitarios.
En el segun­do apartado se hace una evaluación preliminar del diseño
del programa para identificar las áreas de oportunidad y de mejora
en materia de diseño e implementación. En el tercero se desarrolla el
caso de estudio donde se analiza la formación y operación del comité
co­­mu­nitario con base en los lineamientos específicos del programa,
en la comunidad de Santa María Atarasquillo, en Lerma de Vi­llada,
Estado de México. Finalmente, con la intención de poner en pers­
pectiva el ejercicio realizado, se presentan algunas reflexiones.
Palabras clave: construcción de ciudadanía, políticas públicas, Cru­
zada Nacional contra el Hambre, pobreza alimentaria, comedores
comunitarios.

INTRODUCCIÓN

Los resultados del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de


Desarrollo Social (Coneval) muestran que, en el año 2012, 9.8%
de los mexicanos se encontraba en una situación de pobreza mul­
tidimensional extrema. Por tal motivo, desde el inicio de su perio-
do como presidente, Enrique Peña Nieto intentó proponer cambios
sustanciales a la estrategia del gobierno federal para combatir la po­
breza impulsando la Cruzada Nacional contra el Hambre (CNCH),
que busca garantizar la seguridad alimentaria y nutrición de aproxi­
madamente 7.01 millones de mexicanos que no tienen los recursos
suficientes para el ejercicio pleno de su derecho a la alimentación (Co-
neval, 2012).
El decreto que dispone la norma jurídica para la CNCH, con fecha
de publicación 22 de enero de 2013, señala los siguientes objetivos
(Sedesol, 2013a, 2013b): i) cero hambre a partir de una alimentación
y nutrición adecuada de las personas en pobreza extrema y carencia
por acceso a la alimentación; ii) eliminar la desnutrición infantil
aguda y mejorar los indicadores de peso y talla de la niñez; iii) au­
mentar la producción de alimentos y el ingreso de los campe­sinos y
pequeños productores agrícolas; iv) minimizar las pérdidas posco­
LA CONSTRUCCIÓN DE CIUDADANÍA 287

secha y de alimentos durante su almacenamiento, transporte, dis­


tribución y comercialización, y v) promover la participación
co­munitaria para la erradicación del hambre.
La Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) define la CNCH co­mo
una estrategia de bienestar social que no sólo fomenta la coordi­na­
ción entre diferentes dependencias de la administración pública en
sus tres órdenes de gobierno, el sector privado y organizaciones de la
sociedad civil (OSC), sino que también busca que la construcción
de ciudadanía se convierta en el eje transversal que incida en todas
sus acciones con la finalidad de reducir el número de personas en
con­dición de pobreza extrema y carencia alimentaria, a fin de trans­
formar los entornos social y económico, y mejorar la inclusión y el
desarrollo comunitario.
El programa de Comedores Comunitarios busca mejorar las con­
­diciones nutricionales de la población de niños y niñas de 0 a 11
años de edad; mujeres en gestación o lactancia; personas con al­gu-
na discapacidad y adultos mayores de 65 años, con la finalidad de
brin­dar solución a las necesidades de alimentación identificadas den­
tro de las comunidades, cuyas condiciones de edad, discapacidad,
po­breza extrema y de carencia alimentaria los hacen elegibles para
recibir acceso al consumo de alimentos nutritivos y la transforma­
ción de hábitos alimenticios; es importante señalar que este pro­
grama, en sus lineamientos, busca involucrar a la comunidad en la
implementación y operación del comedor a través de la figura del
“comité comunita­rio” (Sedesol, 2016).
Los comités comunitarios son órganos de representación y par­
ticipación social dentro de la CNCH que buscan traducir las nece­
sidades específicas de una localidad en acciones concretas que den
solución y jerarquicen los problemas más importantes; una de sus
funciones es participar en la ubicación, implementación y operación
de los comedores. El objetivo general de este capítulo es analizar la
formación y operación de los comités en el programa de Comedo­
res Comunitarios en la localidad de Santa María Atarasquillo, del
municipio de Lerma de Villada, Estado de México, en el año 2017,
para determinar con un caso de estudio específico si es posible iden­
tificar algunas áreas de oportunidad que permitan una mayor cons­
trucción de ciudadanía, entendida como un proceso de participación
política de los ciudadanos en la toma de decisiones sobre cuestiones
288 MANUEL LARA CABALLERO

de interés común, que abona a mejorar la calidad de la democracia


al fortalecer la gobernabilidad en México. La pregunta que se in­
tenta responder con la ayuda de las herramientas analíticas de la
evaluación es: ¿el diseño de política pública del programa de Co­
medores Comunitarios construye ciudadanía a través de la parti­
cipación en los comités comunitarios? La CNCH lleva más de cuatro
años ope­rando, por lo que es importante hacer una evaluación preli­
minar de algunos elementos del diseño e implementación del pro­
grama de Comedores Comunitarios que permitan reflexionar sobre
algunos cambios para mejorar su operación.
En el caso de México, el programa de Comedores Comunita-
rios es un ejemplo de una política pública que, al menos en sus ob­
jetivos y diseño, busca fortalecer la calidad de la democracia para
transitar hacia un modelo institucional más eficaz y eficiente que con-
tribuya a la gobernabilidad democrática como se establece en la
introducción de este libro, donde es importante la construcción de
ciudadanía al ampliar los canales de inclusión y la voz del ciudada­
no, así como su capacidad de influencia, cooperación y exigencia
al desempeño y las acciones de los gobiernos (INE, 2015:23-25); es
im­portante señalar que si bien la participación ciudadana puede
comprenderse como la acción individual y colectiva que realizan los
ciudadanos para ejercer influencia y control sobre el gobierno, la
intervención directa en la agenda pública, diseño, ejecución y eva­
luación de políticas públicas se hace cada vez más necesaria para
mo­tivar el interés en los asuntos públicos y, con ello, incidir política­
mente en el control social y el ejercicio de la función pública (Gon­
zález y D’Angello, 2017).

LOS COMITÉS COMUNITARIOS


EN LA CRUZADA NACIONAL
CONTRA EL HAMBRE

En el mes de julio de 2013 se publicaron los lineamientos para el


funcionamiento de los comités comunitarios (CC) de la CNCH (Se­
desol, 2013a, 2013b; SINHAMBRE, 2014a, 2014b). A partir de ese
momento hasta el inicio de 2015 se han conformado alrededor de
60 217 comités en los diferentes municipios seleccionados por la
LA CONSTRUCCIÓN DE CIUDADANÍA 289

Sedesol, debido a su alta incidencia de personas que se encuentran


en situación de pobreza extrema y que de manera simultánea pre­
sentan también carencia por acceso a la alimentación, según los cri­
te­rios del Coneval sobre la medición multidimensional de la pobreza.
Los CC son un órgano de participación social y representación en
zonas urbanas, rurales e indígenas que son electos en una asamblea
general donde pueden asistir todos los miembros de una localidad.
El promotor es un actor que juega un papel central en la implemen­
tación de la CNCH porque es el enlace directo entre la sociedad, las
autoridades municipales, estatales y de nivel federal; lo interesante
de esta figura es que, por lo general, son estudiantes universi­tarios que
a través de una institución de educación superior firman un contrato
de medio año donde reciben una compensación econó­mica men­sual
y una capacitación por parte de la Sedesol en el ám­bito federal.
Es importante enfatizar dos puntos: el promotor comunitario pue-
de convertirse en un líder social (Natal y Rojas, 2014) que permita
introducir nuevos modelos, formas de pensar y soluciones en el ám­
bito social, económico y político, donde interactúe con la comuni­
dad para resolver problemas, generar beneficios y ser un motor de
reformas para hacer una contribución a corto plazo; si bien es la co-
munidad la encargada de elaborar el plan, el liderazgo del promotor
comunitario logra que la gente se involucre y participe, y consoli­
dar acuerdos es indispensable. El segundo punto describe el tema del
proceso de selección y capacitación de los promotores, que, si bien
no es materia de discusión en este documento, son un elemento
central para que los comités comunitarios tengan éxito o fracasen; el
problema es que son estudiantes con poca experiencia laboral, con
un rango de edad promedio entre 21 y 24 años, que pueden no te­
ner las herramientas sociales y profesionales suficientes para involu­
crarse adecuadamente con una comunidad o tienen más incentivos
por terminar sus estudios que cumplir con los objetivos de la cruzada.
En una primera etapa, el promotor tiene que conocer, identifi-
car y delimitar la comunidad donde se va a implementar la CNCH
para convocar a los habitantes a una reunión con varios días de anti­
cipación en un lugar de preferencia público, accesible y reconocido
por todos. En los casos en que sea complicado cumplir con todas es-
tas condiciones se puede realizar la asamblea en alguna iglesia o casa,
siempre y cuando a ninguno de los interesados se le niegue el acce­
290 MANUEL LARA CABALLERO

so. El promotor expone el día de la asamblea general los objetivos


de la CNCH, así como las actividades por realizar donde el primer
punto del orden del día es invitar a toda la comunidad a participar en
la mesa directiva del comité, el cual está conformado de un presi­
dente, un secretario, tesorero, vocal de control y vigilancia y siete vo­-
cales que corresponden a las siguientes comisiones de trabajo: salud,
educación, alimentación, seguridad social, vivienda, servicios básicos
de la vivienda e ingreso; en algunos casos especiales donde la comu­
nidad participe mucho, se puede dar la figura de vocales auxiliares.
Los integrantes del comité deben reunir cuatro requisitos para
garantizar que puedan operar con cierto nivel de autonomía (Se­
desol, 2013a, 2013b): i) habitar en la comunidad, barrio, colonia o
localidad donde se constituye el comité; ii) no ocupar cargo de re­
presentación popular, ni ser servidor público de los tres órdenes de
gobierno, asociación partidista, política y/o religiosa; iii) ser una
per­sona reconocida por su honestidad y responsabilidad en la co­
muni­dad, y iv) tener presencia y capacidad de convocatoria en su
comunidad. Las funciones y competencias del CC electo democrá­
ticamente por votación en la asamblea son las siguientes:

• Promover la organización de los miembros de la comunidad,


estableciendo la asamblea general como órgano de decisión.
• Detectar y priorizar la problemática existente en la comunidad.
• Informar a los miembros de la comunidad acerca de los avan­
ces del plan comunitario.
• Establecer los mecanismos de corresponsabilidad entre la co­
munidad y los tres órdenes de gobierno.
• Participar en los procesos de ejecución, supervisión, control y
seguimiento de proyectos y acciones de los programas sociales
federales.
• Si es necesario, participar en la ubicación, implementación y ope-
ración de un Comedor Comunitario (Sedesol, 2013a, 2013b).

En la figura 1 se muestra el proceso completo para la elaboración


del plan comunitario. Los trabajos de la CNCH inician, una vez esta­
blecidos los comités de manera formal en la asamblea, con la elabo­
ración de un autodiagnóstico elaborado de manera conjunta entre
el promotor y los habitantes de la comunidad. En términos gene­
LA CONSTRUCCIÓN DE CIUDADANÍA 291
FIGURA 1
PROCESO DE ELABORACIÓN DEL PLAN COMUNITARIO

Publicaciones y
concertación con
autoridades municipales,
locales y representantes
de instituciones

Análisis de
Asambleas Diagnósticos
oportunidades
comunitarias participativos
y problemática

Seguimiento Propuesta de
y evaluación alternativas

Presentación
Gestión de propuestas,
institucional validación y
Implementación (elaboración selección de
de los proyectos de expedientes alternativas (Plan
e integración de Desarrollo
documental) Comunitario
FUENTE: Sedesol (2013a, 2013b).

rales, el autodiagnóstico incluye (Sedesol, 2013a; 2013b; SINHAM-


BRE, 2014a, 2014b): i) documentos y elementos probatorios donde
el CC se constituyó de manera formal, como fotos, minutas de las
reuniones, el acta constitutiva, lista de asistencias, entre otros; ii) un
pequeño censo de variables sociodemográficas; iii) información de
las seis carencias de la medición multidimensional de la pobreza y
servicios públicos disponibles en la localidad; iv) descripción del
proceso de comercialización y abasto; v) riesgos en la colonia, y vi)
aspectos económicos y sociales. En esta etapa los promotores tienen
que ganarse la confianza de los habitantes de la localidad, porque
no sólo se realizan actividades en los puntos de reunión, sino tam­
bién se hace un recorrido en toda la comunidad para identificar los
problemas en el medio físico, social y económico. La calidad de la in­
292 MANUEL LARA CABALLERO

formación depende del trabajo de recopilación que realice el pro­


motor, por lo que pueden existir importantes sesgos que muestren
incongruencias con la información oficial reportada por el Instituto
Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) o el Coneval.
El segundo paso es elaborar la matriz de inversión, que consiste
en el análisis de oportunidades y problemáticas donde los habitan­
tes de la comunidad tienen que contestar un cuestionario para tener
los insumos necesarios que ayudarán a diseñar el plan comunitario
como (Sedesol, 2013a, 2013b; SINHAMBRE, 2014a, 2014b): i) iden­
tificación de los problemas prioritarios, ii) opciones de solución, iii)
elaboración de indicadores; iv) metas que se proponen alcanzar a
través de indicadores, v) acciones necesarias para cumplir con las me­
tas, vi) recursos necesarios, vii) calendario de programación y viii)
responsables de cada una de las acciones previstas.
En este sentido, los lineamientos de la CNCH hacen hincapié en
que este proceso es de planeación comunitaria participativa, que fo-
menta la construcción de ciudadanía porque:

• Las comunidades tienen derecho a participar en las decisiones


que afectan sus condiciones de vida y trabajo.
• La participación real requiere la intervención de la comunidad
en todas las fases del proceso de desarrollo, como la planeación,
implementación, supervisión, seguimiento y evaluación.
• El desarrollo de las capacidades es esencial para promover la
participación equitativa entre mujeres, hombres y jóvenes.
• Las comunidades tienen recursos que pueden impulsar su desa­
rrollo, por lo que es importante fomentar las capacidades ne­ce­
sarias para aprovecharlos, además de hacerlos visibles, puede
tener un impacto positivo.
• Las comunidades son las primeras interesadas entre todos los
protagonistas del desarrollo en identificar problemas, en el man­
tenimiento y la mejora de su entorno (Sedesol, 2013b).

En la penúltima etapa se elabora el plan comunitario, que es un


documento de planeación, gestión y acción donde se plasma el pro­
ceso participativo de toda la comunidad para atender los objetivos,
intereses, oportunidades, problemáticas, demandas y necesidades de
los habitantes. El CC es responsable de la gestión y aplicación trans­
LA CONSTRUCCIÓN DE CIUDADANÍA 293

parente de todos los recursos financieros, materiales, tecnológicos, hu-


manos, de tipo público o privado, que reciban. La elaboración del
plan comunitario es una de las etapas más importantes en la CNCH,
porque resume toda la información recopilada tanto en el autodiag­
nóstico como en la matriz de inversión para después llegar a tra-
vés del consenso a la jerarquización de las problemáticas, así como
las posibles alternativas de solución avaladas por la comunidad. Los
do­cumentos tienen que ser autorizados en la asamblea general pa-
ra des­pués entregarse de manera formal a los representantes de la
Sedesol en los niveles federal, estatal y la gente del municipio.
Por último, una vez que se haya entregado el plan comunitario,
comienza el proceso para la gestión de los programas sociales del
go­bierno federal que pueden resolver y atender los principales pro­
blemas de las comunidades; es importante señalar que en algunas oca­
siones los gobiernos estatales y municipales pueden canalizar sus
programas y recursos para la atención de algunas necesidades prio­ri­
tarias. La mayoría de los CC hasta inicios del año 2015 han elabora­
do y aprobado sus planes comunitarios, por lo que se encuentran en
la fase de implementación de los proyectos o programas sociales que
se relacionan con las necesidades o la resolución de problemas den­
tro de la comunidad. El comité es competente para dar seguimiento
a las actividades de atención, pero el problema es que no existen li-
neamientos mínimos que contemplen la evaluación en ningún apar-
tado de la guía metodológica, por lo que no existen mecanismos
formales para conocer el éxito o fracaso que tienen las acciones del
gobierno para mejorar la situación de pobreza; hasta aquí concluyen
las actividades de la CNCH, por lo que se espera que haya nuevas
asambleas para continuar identificando problemas y generar alter­
nativas dentro de las comunidades.

EL PROGRAMA DE COMEDORES COMUNITARIOS

El objetivo general del programa de Comedores Comunitarios es


desarrollar, fortalecer y consolidar una estrategia de atención ali­
men­taria y nutricional, propiciando el consumo de alimentos nu­
tritivos, en calidad y cantidad suficientes a grupos poblacionales con
problemas de desnutrición, en riesgo de padecerla y en inseguridad
alimentaria, a partir del fomento y la participación comunitaria y,
294 MANUEL LARA CABALLERO

con ello, contribuir a abatir la carencia por alimentación. Los objeti­


vos específicos son los siguientes:
• Mejorar la situación nutrimental de niños y niñas de 0 a 11
años, mujeres en gestación y lactantes, personas con alguna
discapacidad, adultos mayores de 65 años y aquellos que a tra­
vés de la asamblea general, el comité comunitario determi­ne que
por su condición de pobreza multidimensional extrema y ca­
rencia de acceso a la alimentación pueden pertenecer a la po­
blación atendida.
• Promover la inclusión social de la población atendida por los
Comedores Comunitarios a través de acciones integrales que
involucren a las familias y la comunidad (figura 2) (Sedesol,
2016).
El programa consiste en el establecimiento de un comedor o más
en una comunidad determinada como Zona de Atención Prioritaria
(ZAP) en la CNCH; de no ser así, el municipio se someterá a una
evaluación por parte de la delegación de la Sedesol para que sea in­
corporado a la lista de municipios con una alta incidencia de carencia
alimentaria. De manera general, los pasos que se tienen que seguir
para ins­talar un comedor son los siguientes:
• El comité comunitario debe levantar un acta de acuerdo en
una asamblea general para impulsar el establecimiento del co-
medor, donde de manera simultánea a la aprobación debe nom­
brar una Comisión de Alimentación, que será la responsable
de recibir los bienes y servicios necesarios para la instalación
y operación del comedor, además de identificar y acordar el
espacio físico que albergará el comedor.
• El comité somunitario integrará una solicitud para la instala­
ción del comedor, que deberá estar firmada por los represen­
tantes de la Secretaría de Desarrollo Social.
• La delegación de Sedesol remitirá la propuesta de atención a
su Dirección General de Participación Social en un plazo no
mayor a diez días, para hacer el dictamen técnico y, en su caso,
autorizar la propuesta.
• Con el oficio de autorización de la propuesta emitido por la
Dirección General de Participación Social, la delegación de
LA CONSTRUCCIÓN DE CIUDADANÍA 295
FIGURA 2
PROCESO PARA LA INSTALACIÓN DE UN COMEDOR COMUNITARIO

Se realiza una
asamblea comunitaria
para conformar el comité
comunitario
El comité
Un grupo de en asamblea
cocineras(os) general acepta
atienden a los el comedor
beneficiarios

La asamblea
Se capacita determina al
a un grupo de encargado de la
cocineras y Comisión de
cocineros Alimentación

Se
selecciona:
Diconsa i) grupo de
provee el equipo cocineras;
de cocina y el Comisión de ii) tipo de cocina;
abasto Alimentación iii) espacio físico,
recibe iv) beneficiarios y
equipamiento y v) posibles
abasto mensual cuotas

FUENTE: elaboración propia con base en los “Lineamentos específicos del Pro­
grama Comedores Comunitarios” (Sedesol, 2016).

Sedesol emitirá la aprobación correspondiente y solicitará al


pro­veedor que se lleve a cabo el proceso de instalación y equi­
pamiento del comedor.
• Una vez que se acondicione de manera adecuada el espacio
físico, se podrá contar al inicio con la participación de la Se­
cretaría de la Defensa Nacional, la Secretaría de Marina y otras
296 MANUEL LARA CABALLERO

instituciones públicas para capacitar a la Comisión de Alimen­


tación del comité comunitario, la principal responsable de
ejecutar el programa.
• La atención de las personas que asisten a los comedores que­
da a cargo de los comités comunitarios a través de la Comisión
de Alimentación, que además de llevar el control de los asis­
tentes mediante una lista de asistencia, deberán dar prioridad
en atención a los siguientes grupos de población:
– Niñas y niños de 0 a 11 años.
– Estudiantes adolescentes de 12 a 19 años.
– Mujeres embarazadas y en periodo de lactancia.
– Personas con alguna discapacidad.
– Personas adultas mayores de 65 años.
– Población que sufra contingencias o emergencias que el
go­bierno federal haya declarado zona de desastre, que ame­
riten una intervención excepcional.
– Personas en situación de vulnerabilidad (mujeres violentadas,
personas que no cuentan con un empleo o ingreso suficien­
te, personas migrantes, personas en situación de calle, entre
otras personas con carencia por acceso a la alimen­tación).

La cuota de recuperación será de hasta diez pesos por ración ali­


menticia, que será definida en función de las necesidades derivadas
de los gastos de la operación del comedor, de acuerdo con el tipo de
cocina y las condiciones socioeconómicas de la comunidad, toman­
do en consideración si es una ZAP ur­bana o rural. La capacidad máxi­
ma del comedor será de hasta 120 be­ne­fi­­cia­rios para otorgar dos
raciones al día, cinco días a la semana, donde el comité comunitario
será competente para llevar el control de la lista de beneficiarios y a
través de la Comisión de Alimenta­ción co­brará la cuota de recupe­
ración y registrará a la po­blación atendida.

LA EVALUACIÓN COMO HERRAMIENTA PARA FORTALECER


LA CONSTRUCCIÓN DE CIUDADANÍA

La evaluación de política pública puede verse como un proceso sis­te-


mático de observación, recolección de datos e interpretación enfo­
LA CONSTRUCCIÓN DE CIUDADANÍA 297

cado al conocimiento de una intervención pública como una norma,


programa, plan o política pública, para alcanzar un juicio valorativo
con base en evidencias, respecto de su diseño, formulación, puesta en
práctica, efectos o impactos; también está relacionada con la pro­
ducción de información y conocimiento de los resultados obtenidos
para saber si contribuye con los fines, propósitos y metas estableci­
das para generar valor social. Algunas de las principales caracterís­
ticas de la evaluación de políticas públicas son:

• Determinar la relevancia y el logro de objetivos con base en


elementos como la eficiencia, eficacia, impacto y sostenibilidad,
entre otros.
• Proporcionar información creíble, útil y oportuna que permi-
ta incorporar las lecciones aprendidas en el proceso de toma
de decisiones de los diferentes actores involucrados.
• Brindar información sobre por qué un objetivo o resultado de
una intervención fue alcanzado o no (Cardozo, 2005).

La hechura de una política pública debe reunir un conjunto mí­


nimo de tres elementos que forman parte del proceso central que
describe Merino (2013). En el primer elemento se realiza la selec­
ción de relaciones causales para construir el problema público con
base en un conjunto de supuestos formulados con una teoría, un mé­
todo y una racionalidad previamente especificados. En el segundo
elemento, a partir de la explicación del problema se construye una
argumentación que justifica las razones por las que es necesaria la
intervención del Estado para solucionar un problema social. Por
último, se elabora una propuesta de evaluación para encontrar las
herramientas, técnicas y metodologías pertinentes que permitan
dar una valoración lo más objetiva posible sobre algún aspecto es­
tablecido en los dos puntos anteriores sobre la política pública; lo
importante es que si estos tres elementos no tienen congruencia en­
tre sí y cada uno está bien fundamentado, es complicado delimitar
lo que se espera obtener de una evaluación.
La evaluación es uno de los retos más importantes para el desa­
rrollo de la disciplina de las políticas públicas porque todavía no
existe un acuerdo en el ámbito académico y de la administración pú-
blica sobre su significado y sus alcances, donde además el Consejo
298 MANUEL LARA CABALLERO

Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Cone­


val) ha promovido en México a partir del año 2004 el uso de diferen­
tes metodologías y modelos de términos de referencia de carácter
oficial enfocados a los programas en el nivel federal. No obstante, la
evaluación corre el riesgo de convertirse en un catálogo de meto­
dologías de ejercicios técnicos e intelectuales cada vez más sofisti­
cados que abandonan su propósito inicial de estimar y calcular el valor
de algún aspecto del proceso de política pública, donde ninguna eva­
luación puede ser valiosa por sí misma con independencia de la cosa
cuyo valor se quiera estimar; en este sentido, el centro de la reflexión
en torno a la evaluación es el método más adecuado, colocando
la atención en su argumentación, ya que sin referencias de origen, la
política no es evaluable sólo en sus méritos (Cardozo, 2005).
En la implementación de la política pública se intenta aplicar
lo especificado en el diseño, pero es probable que exista un momento,
situación o circunstancia que modificará los mapas de ruta original
al involucrar diferentes actores con intereses propios y diversos que no
necesariamente aprovecharán los insumos de la manera más eficien­
te posible para realizar las actividades que les corresponden y tener
los productos esperados (Zall y Rist, 2004; Salazar, 2009); por tal
motivo, existen las evaluaciones de procesos, que verifican la relación
entre insumos, actividad y productos y evalúan la consistencia y los
resultados que vinculan desde el diseño hasta los productos. En úl-
tima instancia están las evaluaciones de impacto, donde se busca
conocer los efectos atribuibles exclusivamente al programa para de­
terminar todos los posibles cambios ex post en el diseño, insumos,
actividades que logren los efectos e impactos deseados; es impor­
tante señalar que también se puede realizar una metaevaluación de
los indicadores para ver si realmente cumplen con las características
de un buen indicador, de tener un criterio claro de utilidad para ase-
gurar la disponibilidad de los datos y resultados más relevantes en
el menor tiempo y costo posible.

EVALUACIÓN PRELIMINAR DE DISEÑO


DEL PROGRAMA DE COMEDORES COMUNITARIOS

En este apartado se realiza una evaluación preliminar del diseño del


programa de Comedores Comunitarios con base en la metodolo-
LA CONSTRUCCIÓN DE CIUDADANÍA 299

gía propuesta por el Coneval, que consiste en responder 30 pregun­


tas mediante el análisis de documentos oficiales con la finalidad de
identificar parámetros mínimos en el diseño de políticas públicas que
permitan analizar los siguientes elementos:

1. Justificación de la creación y el diseño del programa.


2. Contribución a las metas y las estrategias nacionales.
3. Población potencial objetivo y mecanismos de elegibilidad.
4. Padrón de beneficiarios y mecanismos de atención.
5. Matriz de indicadores para resultados MIR.
6. Presupuesto y rendición de cuentas.
7. Complementariedad y coincidencia con otros programas (Co­
neval, 2017).

La evaluación previa se realiza mediante un análisis de ga­bi­­ne­te


con base en la información proporcionada por la depen­den­cia, en­tidad
responsable o todos aquellos elementos que una institu­­ción e­­va­lua­
dora considere necesarios para justificar el análisis, como por ejem­
plo, la organización y la valoración de información concen­trada en
registros administrativos, bases de datos, reglas de operación, linea­
mientos, evaluaciones internas y/o externas, documentación pública,
entre otros (Coneval, 2017). Los siete apartados incluyen pregun­
tas específicas que se responden con un sistema bi­nario sustentado
en evidencia documental. En este apartado se ana­lizan de manera
general los siete rubros con su respectiva justificación.

• Justificación de la creación y el diseño del programa

El programa de Comedores Comunitarios identifica la necesidad


prioritaria que se busca atender donde en sus lineamientos específi­
cos, a través del decreto por el que se establece el Sistema Nacional
para la Cruzada contra el Hambre (SINHAMBRE), se busca mejorar
las condiciones nutricionales de los individuos que se encuentren en
carencia alimentaria; el problema se centra en el número de per­sonas
de la población que tienen problemas para obtener una alimenta-
ción satisfactoria, donde con base en la Encuesta Nacional de Salud
y Nutrición del año 2012, 2.8% de los menores de cinco años pre­
300 MANUEL LARA CABALLERO

sentaron bajo peso, 13.6% una baja talla, 1.6% desnutrición aguda
y 23.3% anemia (Sedesol, 2016). No obstante, en términos estrictos
de focalización, no muestra en su totalidad la población que pre­
senta el problema y su ubicación; además, no se ha definido el pla­zo
para la revisión y/o actualización de la problemática que atiende el
programa en ninguno de los documentos oficiales o normativos.
En el diagnóstico y propuesta de atención del programa Come­
dores Comunitarios emitido por la Sedesol se describen tres causas
principales en el árbol de problemas:

• Baja disponibilidad y abasto insuficiente de alimentos. Esta si­


tua­ción se deriva de la pérdida o merma de alimentos; de los
canales limitados de comercialización y abasto, debido en
buena medida a la dispersión y aislamiento de un número
significativo de localidades en el país; y de la baja producción
agrícola nacional, por el deterioro de las tierras cultivables y los
activos productivos limitados.
• Bajo acceso económico a los alimentos. Derivado de los bajos in­
gresos y el bajo capital humano en las regiones marginadas del
país, donde además se presentan situaciones de escasa parti­
cipación comunitaria, rezago educativo, carencia de acceso a
los servicios médicos y baja cobertura de la seguridad social.
• Consumo inadecuado y bajo aprovechamiento de los alimentos.
Debido a los malos hábitos en el consumo de alimentos y a
la inadecuada preparación, manejo y consumo de los mismos,
vinculado a las carencias en calidad de los materiales, los es­
pacios y los servicios de la vivienda involucrados en el procesa­
miento y la preparación de alimentos (Sedesol, 2016:22).

Los efectos más notorios identificados son los siguientes: la baja


ingesta de energía y nutrientes entre la población, lo cual genera
baja productividad laboral, bajo aprovechamiento escolar, desnutri­
ción y mayor vulnerabilidad a enfermedades (Sedesol, 2016). No se
encuentra definido el plazo para la revisión y/o actualización de la
problemática que atenderá el programa en ninguno de los documen­
tos oficiales emitidos por la secretaría encargada, ni por ningún otro
documento legal.
LA CONSTRUCCIÓN DE CIUDADANÍA 301

• La contribución del programa a las metas


y estrategias nacionales

Los lineamientos especifican que el programa de Comedores Comu­


nitarios es congruente con el Plan de Nacional de Desarrollo 2013-
2015 en la meta México Incluyente, donde establece que se debe
enfocar la acción del Estado en garantizar el ejercicio de los derechos
sociales y cerrar las brechas de desigualdad social que aún nos divi­
den. Por otro lado, también está alineado con el Programa Secto-
rial de Desarrollo Social 2013-2018, en específico con el objetivo
de fortalecer el cumplimiento efectivo de los derechos sociales que
potencien las capacidades de las personas en situación de pobreza,
a través de acciones que incidan positivamente en la alimentación,
la salud y la educación.
El programa de Comedores Comunitarios contribuye a las metas
y estrategias nacionales porque busca garantizar el ejercicio efectivo
de los derechos sociales para toda la población, en especial, asegu-
rar una alimentación y nutrición adecuada de los mexicanos que se
encuentran en condición de extrema pobreza o con carencia alimen­
taria severa, a fin de fortalecer el desarrollo de sus capacidades y
mejorar la calidad de vida e incrementar su capacidad productiva. Por
último, el programa se vincula con un objetivo de Desarrollo del Mi­
lenio, que es erradicar la pobreza extrema y el hambre.

• Población potencial, objetivo y mecanismos de elegibilidad

El programa de Comedores Comunitarios define la población po­


tencial y objetivo con base en una metodología de cuantificación que
utiliza el área geoestadística básica (AGEB), las cuales pertenecen a
las Zonas de Atención Prioritarias (ZAP) cumpliendo con los siguien­
tes criterios:

Población potencial:

• En el sector urbano, las AGEB que forman parte de las ZAP ur­
banas.
• En el sector rural, las localidades con menos de 2 500 habitan­
tes que pertenecen a municipios clasificados como ZAP rurales.
302 MANUEL LARA CABALLERO

Población objetivo:

• En el sector urbano, las AGEB con más de 300 habitantes que


forman parte de las ZAP urbanas.
• En el sector rural, localidades con una población mayor a 300
y menor a 2 500 habitantes que pertenecen a municipios cla­
sificados como ZAP rurales.

En este rubro es importante señalar que se define una población


potencial con base en características territoriales vinculadas con las
ZAP, pero no se tiene identificada aquella población relacionada con
carencia en el acceso a la alimentación, por lo que se corre el ries-
go de ubicar un comedor comunitario que pertenezca a una ZAP
donde no necesariamente se tenga una alta incidencia de inseguridad
alimentaria.

• Padrón de beneficiarios
y mecanismos de atención

Los procedimientos del programa para la selección de beneficiarios


hacen específicos sus criterios de elegibilidad, pero no están estan­
darizados y sistematizados porque sólo existen lineamientos genera­
les que establecen que la atención de las personas que asisten a los
comedores quedará a cargo de los comités comunitarios a través de
la Comisión de Alimentación, la cual llevará el control de los asis­
tentes a través de la lista de asistencia al comedor comunitario. La
selección de la población que recibirá el apoyo resultará de la percep­
ción de las personas encargadas del comité, la identificación por
parte de la comunidad y la elección por parte de la asamblea general,
donde con el apoyo de una persona por parte de la Sedesol se debe
responder la siguiente pregunta: ¿qué personas necesitan el apoyo que
otorga el comedor?
Este método de selección es ambiguo porque permite que exista
algún tipo de sesgo en la selección de los beneficiarios, ya que es un
método basado principalmente en la percepción de los encargados
del comité y de las personas de la misma comunidad. En los linea­
mientos específicos del programa se establece que las instancias ejecu­
toras podrán ser:
LA CONSTRUCCIÓN DE CIUDADANÍA 303

 i. La Dirección General de Participación Social.


 ii. Las delegaciones de la Sedesol a través de la Coordinación
Estatal.
iii. Los gobiernos de las entidades federativas, para fines de coor­
dinación y apoyo.
iv. Los gobiernos municipales o demarcaciones territoriales del
Distrito Federal, para fines de coordinación y apoyo.
 v. Los comités comunitarios.

La atención de las personas que asisten a los comedores queda a


cargo de los comités comunitarios a través de la Comisión de Ali­
mentación, la cual llevará el control de los asistentes a través de la
lista de asistencia al comedor comunitario, un documento oficial
sólo de registro donde no se contemplan antes algunas característi­
cas económicas necesarias de los beneficiarios que reciben el apoyo
para saber si cumplen o no con los objetivos del programa; se limita
a preguntar datos esenciales como el nombre, lugar de procedencia,
edad, entre otros. Así que este documento es ambiguo para conocer
si las personas que están recibiendo el apoyo son quienes en realidad
lo necesitan. Por tal motivo, no existen documentos legales que per­
mitan la recolección y sistematización de la información acerca de
quiénes son los beneficiarios del programa, puesto que no necesaria­
mente son los mismos.
Por último, el programa no recolecta información específica de los
beneficiarios porque de manera indirecta utiliza los criterios del Co­
neval para identificar las zonas con mayores índices de pobreza ali-
mentaria utilizando las siguientes variables:

• El acceso insuficiente a alimentos variados y de calidad para


un amplio sector de la población en México se ha hecho evi­
dente a partir de las mediciones de pobreza, elaboradas ante­
riormente por el Comité Técnico de Medición de la Pobreza
(CTMP) y más reciente por el Coneval. El número y proporción
de la población que enfrenta obstáculos para acceder a una
alimentación satisfactoria, de acuerdo con diferentes indica­
dores, se mantienen en niveles que indican que el derecho hu­
mano a una alimentación adecuada aún no es una realidad para
toda la población en México.
304 MANUEL LARA CABALLERO

• La carencia de acceso a los alimentos de los hogares en Mé­


xico. El Coneval desarrolló una metodología que intenta cap­
turar la percepción de la población respecto a la variedad, el
nivel nutricional y la suficiencia de los alimentos que consu­
men, a través de 12 preguntas que indagan si en un periodo de
referencia, por falta de recursos, los hogares experimentaron
situaciones que obstaculizan su acceso a los alimentos. Esta
metodología identifica tres posibles grados de inseguridad alimen-
taria: severa, moderada y leve, así como seguridad alimentaria.
Por último, con la información anterior se identifica a las per­
sonas con carencia por acceso a la alimentación, como aquellas
que residen en hogares con grado de inseguridad alimentaria
moderado o severo:
– Porcentaje y millones de personas en pobreza extrema de
alimentación.
– Porcentaje promedio de la población en pobreza extrema
de alimentación en municipios según grado de marginación.
– Distribución porcentual de la población en pobreza extrema
de alimentación en municipios según grado de marginación,
entre otros.
• Matriz de indicadores para resultados
La matriz de indicadores para resultados (MIR) del programa de Co­
medores Comunitarios cuenta con la siguiente estructura narrativa,
que permite identificar los siguientes elementos:
• Fin. Contribuir a fortalecer el cumplimiento efectivo de los
derechos sociales que potencien las capacidades de las perso­
nas en situación de pobreza, a través de acciones que incidan
positivamente en la alimentación, la salud y la educación, me-
diante la instalación y operación de los comedores comu­ni­
tarios.
• Propósito. Los territorios rurales y urbanos ubicados en las ZAP
tienen acceso a los alimentos variados y de calidad mediante
la instalación y operación de comedores comunitarios cons­
tituidos a través de la participación social.
• Componente. Comedores comunitarios instalados y en opera­
ción dentro del área de cobertura del programa.
LA CONSTRUCCIÓN DE CIUDADANÍA 305

• Actividades. Las actividades de la MIR son tres:


– Supervisión y seguimiento de proyectos de comedores comu­
nitarios.
– Organización del comité comunitario en el marco del pro­
grama.
– Supervisión y seguimiento de proyectos de comedores co­mu­
nitarios.

En términos generales, la MIR permite identificar una narrativa


vertical y horizontal con la finalidad de cumplir con los objetivos del
programa, donde una parte central de las actividades tiene que ver
con el papel que juegan los comités comunitarios en la ubicación,
implementación y operación del comedor. Por tal motivo, es un ejem­
plo de una política pública como expresión de la democracia par­
ti­cipativa donde la ciudadanía manifiesta su voluntad al tomar
par­te en el proceso de negociaciones, definición, toma decisiones y
ejecu­ción sobre el comedor (Bou, 2006); es una herramienta que
fomen­ta la construcción permanente de ciudadanía porque abre es­
pacios que permiten un aprendizaje sobre diferentes formas de ejer­
cer el poder político, la producción de gobernabilidad y una nueva
relación entre el Estado y la sociedad (Briseño, 2011; Pineda, 2004).

• Presupuesto y rendición de cuentas

En términos de la metodología propuesta por el Coneval, el rubro


de presupuesto y rendición de cuentas es el que menos informa-
ción presenta en todos los documentos oficiales relacionados con el
pro­grama de Comedores Comunitarios. En el tema del presupuesto
sólo se especifica que el comité comunitario tiene competencia para
dar seguimiento, implementar y evaluar el uso de los recursos del pro­
grama, pero no menciona información relacionada con mecanismos
de transparencia y rendición de cuentas.
Por tal motivo, es importante modificar los esquemas vigentes de
control, seguimiento y evaluación del presupuesto para lograr que la
experiencia de los diversos comedores comunitarios sea una prác­tica
consolidada, porque necesita comprobar que los recursos desti­nados
generan resultados e impactos que justifiquen su inversión. La eva­
luación es importante no sólo como herramienta de control de re­
306 MANUEL LARA CABALLERO

sultados y el cumplimento de los objetivos, sino también es un espacio


de participación que permite disminuir errores, establecer nuevas
estrategias y hacer los procesos transparentes.
Los sistemas de monitoreo y evaluación basados en resultados son
un enfoque orientado a mejorar la gestión pública para lograr una
mayor eficiencia y eficacia en el uso de los recursos púbicos, en gene­
ral se buscan cumplir con tres objetivos (Bou, 2006): i) orientar las
acciones de gobierno en la provisión de bienes y servicios para ge­
nerar valor público y alcanzar metas cuantificables, ii) promover la
toma de decisiones con base en un proceso sistemático y iii) atender
las demandas de la sociedad en materia de transparencia y rendición
de cuentas.

• Complementariedad y coincidencia con otros programas

El análisis de la complementariedad y coincidencia con otros pro­


gramas permite conocer las acciones que están realizando los tres
órdenes de gobierno y las organizaciones de la sociedad civil para
atender el problema público o la necesidad prioritaria. Los benefi­
cios tangibles de este análisis son: i) evitar la duplicidad de esfuerzos
y recursos; ii) conocer desde hace cuánto tiempo se intenta resolver
el problema; iii) identificar las acciones que no resuelven el pro­
blema; iv) conocer los logros y alcances de los diferentes actores, así
como las reacciones de los afectados; v) tener una visión más amplia
de cómo se ha intentado mitigar el problema, entre otros.
El programa de Comedores Comunitarios de la CNCH tiene com-
plementariedad con tres experiencias internacionales exitosas. La
primera es el Programa “Hambre Cero” de Brasil, que comenzó en
el año 2003, cuando era presidente Luiz Inácio Lula da Silva; este
programa destaca por su capacidad institucional de erradicar el ham­
bre y la inseguridad alimentaria, pues logró que más de 20 millo-
nes de personas de un total de 44 millones salieran de la pobreza en
ocho años de gobierno. El Programa “Hambre Cero” combina pro­
gramas de transferencia de renta a las familias más pobres con polí-
ticas estructurales como la reforma agraria y alfabetización, entre
otras, que por su propia naturaleza requieren más tiempo para su
implantación, pero que son fundamentales para que se pueda lograr
un desarrollo sostenible de modo que la población más pobre pue­
LA CONSTRUCCIÓN DE CIUDADANÍA 307

da acceder a un empleo y, sobre todo, a los recursos productivos que


toda persona necesita para garantizar su seguridad alimentaria. En
este contexto, el gobierno brasileño identificó de inicio, con base
en datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística, la existen­
cia de 9.3 millones de familias y 44 millones de personas por deba­jo
de la línea de bienestar mínimo como población potencial por ser
vulnerables al hambre. Era necesario crear mecanismos, algunos de
emergencia y otros permanentes, que permitieran, por un lado, aba­
ratar el acceso a la alimentación para la población en situación de
hambre y, por otro, incentivar el crecimiento de la oferta de alimen­
tos baratos, ya fuera a través del autoconsumo o de la producción de
subsistencia.
La segunda experiencia son las estrategias del Programa de Trans-
ferencias Condicionadas (PTC) que recomienda la Comisión Eco­
nómica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el cual consiste
en la entrega de recursos monetarios y no monetarios a familias con
hijo(s) menores de edad que se encuentran en situación de pobre-
za o pobreza extrema, con la finalidad de ayudarles a superarla. Las
transferencias están condicionadas porque para percibir el apoyo se
deben cumplir ciertas especificaciones, dependiendo de las reglas de
operación del programa del que sean beneficiarios. Los PTC tienen
dos objetivos, uno a largo y otro a corto plazo. El primero es el ali­vio
inmediato de la pobreza mediante dichas transferencias, y el segun­
do, el incremento y fortalecimiento del capital humano; con este
último se busca romper la transmisión intergeneracional de la pobre­
za. Actualmente los PTC se han convertido en uno de los métodos
más utilizados para la superación de la pobreza y que han arrojado
mejores resultados.
Por último, la tercera experiencia es el Programa Leader (La-
zos entre Acciones del Desarrollo de la Economía Rural), que per­
te­ne­­ce y es cofinanciado por la Unión Europea, donde tiene sus
orí­genes en la política agrícola común (PAC); esta política originó
diversos cam­bios en el sector agrícola que, aunados a la presión me­
dioambiental, la rápida difusión de las nuevas tecnologías, el en­
vejecimiento de la población y el éxodo rural, iniciaron un proceso
de reflexión en las zonas rurales sobre su papel en la sociedad y en
la economía, a ma­nera de poder responder de manera eficaz a los
cambios que ha generado la globalización. Su principal objetivo
308 MANUEL LARA CABALLERO

es aprovechar la energía y los recursos de todos aquéllos capaces de


contribuir al proceso de desarrollo rural formando asociaciones a
escala subregional entre los sectores público, privado y civil. En tér­
minos de política pública, existen elementos similares y comple­
mentariedades respecto a otras experiencias de nivel internacional
donde todas tienen el objetivo de erradicar la pobreza alimenta-
ria. No obstante, cada una cuenta con reglas de operación diferen­
tes y contextos institucionales diversos que pueden incidir en los
resultados.
En el cuadro 1 se muestra un resumen de algunas áreas poten­
ciales de oportunidad que tiene el programa de Comedores Co­
munitarios con base en el análisis de la metodología que propone
el Coneval para la evaluación preliminar de diseño:

• Elaborar un diagnóstico que permita conocer los problemas


a los que se enfrentan algunas localidades para instalar y ope­
rar un comedor.

CUADRO 1
RESUMEN DE LA EVALUACIÓN PRELIMINAR
AL PROGRAMA DE PUEBLOS MÁGICOS

Categoría Cumple No cumple


Justificación de la creación
2 1
y el diseño del programa
Contribución a las metas y estrategias
2 1
nacionales
Población potencial y mecanismos
2 4
de elegibilidad
Padrón de beneficiarios y mecanismos
1 2
de atención
Matriz de indicadores de resultados (MIR) 11 0
Presupuesto y rendición de cuentas 0 3
Complementariedad y coincidencia
1 0
con otros programas
Total 19 11
FUENTE: elaboración propia con base en el Coneval (2017).
LA CONSTRUCCIÓN DE CIUDADANÍA 309

• Identificar en el nivel nacional la población potencial y obje­


tivo de todas aquellas localidades que por sus características
ne­ce­si­tan un comedor comunitario por su alta incidencia de
pobre­za alimentaria.
• Establecer criterios objetivos para registrar a los beneficiarios
de un comedor comunitario.
• Modificar los esquemas vigentes de control, seguimiento y eva­
luación del presupuesto para comprobar que los recursos
destinados generan resultados e impactos que justifiquen su
inversión; los comités comunitarios son una vía para modifi­
car esta situación de manera positiva.

EL PAPEL DE LOS C0MITÉS COMUNITARIOS EN LA CONSTRUCCIÓN


DE CIUDADANÍA EN EL PROGRAMA DE COMEDORES COMUNITARIOS

El papel de los comités comunitarios en el programa de Come-


do­res Comunitarios puede considerarse un espacio de articulación
en la administración pública que permite visualizar y hacer compati­
bles las diferentes decisiones de los actores políticos y sociales en la
CNCH para construir ciudadanía, porque se cumple no sólo con una
función educativa de carácter democrático, sino que tiene el poten­
cial de desarrollar una ciudadanía informada, capaz y comprome­
tida que participe en la vida política del Estado, en sus diferentes
niveles de gobierno, para coadyuvar en la resolución de un problema
tan complejo como la pobreza alimentaria (García, 2011; Goldsmith
y Vainer, 2006; Jiménez, 2011).
La participación es un componente esencial de la democracia por-
que permite que los individuos se conviertan en ciudadanos capaces
de ejercer sus derechos y cumplir con sus obligaciones. El comité
comunitario es un interesante espacio de innovación política que
busca que la gente se involucre de manera directa en los problemas
que les afectan y en los mecanismos de decisión. La construcción de
ciudadanía es un proceso que comienza con la participación polí­
ti­ca en la toma de decisiones sobre cuestiones de interés común, como
lo expresan Rodríguez et al.:
El ciudadano se construye en la participación política. Sin una par­
ticipación en la vida pública no es posible construir la ciudadanía
310 MANUEL LARA CABALLERO

porque los individuos deben intervenir, por diversos mecanis-


mos, en la toma de decisiones sobre cuestiones de interés común:
su autonomía política debe expresarse en la autoorganización de
una comunidad que se da sus leyes mediante la voluntad del pueblo.
La condición de ciudadano ya sea formada en acto pedagógico o
desarrollo político, tiene que consolidar y profundizar la democra-
cia, la cohesión social, la equidad, la participación, en suma, la ciu­
dadanía. El reto es contribuir mediante procesos de movilización
social y política a formar sujetos políticos con identidades simultá­
neas y cambiantes. No obstante, no estamos ante un prerrequisito
de ciudadanía política, es decir, no se trata de construir primero las
condiciones sociales y económicas para vivir con dignidad y des-
pués ocuparse de los problemas de interés común. Estamos ante un
pro­ceso simultáneo. En el acto de dotarse de las condiciones refe­
ridas, de construir una ciudad más al alcance de su mano, se cons­
tituyen los sujetos autónomos que ejercen una ciudadanía plena
(Rodríguez et al., 2013:70-71).

Los resultados de la evaluación preliminar de diseño indican que


la participación de los comités comunitarios en la selección de los
beneficiarios es un tema relevante que puede tener incidencia en
los resultados del programa; en este apartado se analiza la formación y
operación del comité en el comedor comunitario en Santa Ma­ría
Atarasquillo, del municipio de Lerma de Villada, Estado de México,
en el año 2017, para determinar con un caso de estudio específico si
es posible identificar algunas áreas de oportunidad que permitan
una mayor construcción de ciudadanía. Este trabajo consistió en la
elaboración de encuestas a los beneficiarios del programa y entrevis­
tas semiestructuradas a los miembros del comité comunitario con
la finalidad de:
• Conocer los criterios de selección de los beneficiarios del pro­
grama Comedores Comunitarios, así como sus características
socioeconómicas.
• Conocer si el método de selección de las personas que perte­
necen al comité comunitario cumplo con lo establecido en los
lineamientos de la Cruzada Nacional contra el Hambre.
• Analizar la formación y operación del comité comunitario con
base en los lineamientos específicos del programa, en la co­mu­
nidad Santa María Atarasquillo.
LA CONSTRUCCIÓN DE CIUDADANÍA 311
FIGURA 3
UBICACIÓN DE LOS COMEDORES COMUNITARIOS
EN SANTA MARÍA ATARASQUILLO, LERMA
Colonia Cucuhapan

La Manga (La Laguna) Santiago Analco

Santa María Atarasquillo

San Mateo Atarasquillo


San Mateo Atarasquillo
Ejido de San Mateo Atarasquillo

Santa Cruz Chignahuapan El Tiradero Colonia Ojo de Agua


0
0.225
0.45 0.9 1.35 1.8
Kilometros

Comedores comunitarios Institutos deportivos


Calles Atarasquillo
Localidades Vegetación
Lerma
FUENTE: elaboración propia.

La localidad de Santa María Atarasquillo es una de las siete regio-


nes del municipio de Lerma de Villada, que cuenta con una pobla­
ción de 13 769 habitantes, con una concentración importante de la
población total del municipio; colinda con las localidades de San
Mateo Atarasquillo, Santa Cruz Chinahuapan y Santiago Analco. La
estrategia para el levantamiento de la información fue seleccionar
los dos únicos comedores registrados por la Sedesol en la localidad
de interés que se muestran en la figura 3, donde para lograr una ma­
yor representatividad estadística se propuso realizar 85 encuestas en
cada uno. Sin embargo, es importante señalar dos puntos: el pri­-
mero es que el comedor que se encuentra en la periferia fue cerrado
por falta de comensales, por lo que sólo se realizaron encuestas en
el comedor del centro del pueblo de Santa María Atarasquillo. El
segundo punto enfatiza que, si bien es complicado tener una re­
312 MANUEL LARA CABALLERO

presentatividad desde el punto de vista estadístico por el número


de encuestas, es posible tener un sondeo de las variables que inte­
resa analizar; lo importante es que con los instrumentos realiza-
dos después se puede ampliar el tamaño de la muestra, por lo que
a conti­nuación se ilustran algunos de los principales resultados que
se obtu­vieron de las encuestas y de las entrevistas realizadas.
En la gráfica 1 se muestra que 80% del total de personas en­
cuestadas no saben que el comité comunitario es la instancia ciu­
dadana facultada para operar los comedores; esta información es
relevante ya que con base en las reglas de operación del programa,
el comité tiene competencias para seleccionar el padrón de benefi­
ciarios que pueden acceder a los beneficios de este programa social;
no tener este conocimiento es evidencia de que no necesariamente se
utilizaron los mecanismos formales para la conformación del padrón.
Así, 24% de las personas encuestadas respondió que sí había asis­
tido a alguna reunión con el comité comunitario, donde se les ex­plicó
los principales objetivos de Cruzada Nacional contra el Hambre e
identificaron las principales necesidades que tenía la comunidad, como
el comedor comunitario; no obstante, 76% restante no asistió a nin­
guna reunión, los que indica que no necesariamente puede existir
un vínculo entre los beneficiarios del programa y el comité, como lo
establece el diseño del programa.
GRÁFICA 1
NIVEL DE CONOCIMIENTO DEL COMITÉ COMUNITARIO
EN EL COMEDOR DE SANTA MARÍA ATARASQUILLO,
LERMA DE VILLADA, 2017

20%

80%

Sí No
FUENTE: elaboración propia.
LA CONSTRUCCIÓN DE CIUDADANÍA 313
GRÁFICA 2
PARTICIPACIÓN EN REUNIONES DEL COMITÉ COMUNITARIO
EN EL COMEDOR DE SANTA MARÍA ATARASQUILLO,
LERMA DE VILLADA, 2017

20%

80%

Sí No
FUENTE: elaboración propia.

Los resultados de la gráfica 3 indican que a 92% de los asistentes


al comedor analizado no se les realizó ninguna evaluación socio­
económica para que puedan ser parte del padrón de beneficiarios,
donde sólo les comentaron el costo de la comida y no tuvieron que
GRÁFICA 3
APLICACIÓN DE UNA EVALUACIÓN SOCIOECONÓMICA
PARA INGRESAR AL PROGRAMA EN EL COMEDOR
DE SANTA MARÍA ATARASQUILLO,
LERMA DE VILLADA, 2017

8%

92%

Sí aplicó No aplicó
FUENTE: elaboración propia.
314 MANUEL LARA CABALLERO

pasar por ningún tipo de filtro para poder hacer uso de los servicios;
esta información es relevante porque los mismos lineamientos del
programa establecen que se les debe dar prioridad a los siguientes
grupos de población: i) niñas y niños de 0 a 11 años; ii) estudiantes
adolescentes de 12 a 19 años, iii) mujeres embarazadas y en periodo
de lactancia; iv) personas con alguna discapacidad; v) personas adul-
tas mayores de 65 años y más; vi) población que sufra contingencias
o emergencias que el gobierno federal haya declarado zona de de­
sastre, que ameriten una intervención excepcional, y vii) personas
en situación de vulnerabilidad (mujeres violentadas, personas que no
cuentan con un empleo o ingreso suficiente, personas migrantes,
personas en situación de calle, entre otras personas con carencia por
acceso a la alimentación). No existe una base de datos con algún tipo
de información sobre los beneficiarios.
En la gráfica 4 se muestra información sobre la forma en que los
beneficiarios se enteraron del programa, donde 59 de los entre­
vistados comentaron que fue a través de conocidos o familiares; en
segundo lugar, 18 personas por publicidad como anuncios en la tele­
visión y pancartas, cinco personas por los delegados de su comu­-
nidad y tres personas por un servidor público. Esta información es
GRÁFICA 4
FORMAS DE ENTERARSE DEL PROGRAMA DE COMEDORES
COMUNITARIOS, EN EL COMEDOR
DE SANTA MARÍA ATARASQUILLO,
LERMA DE VILLADA, 2017
70
60
50
40
30
20
10
0
Funcionario Conocido Delegado Publicidad Otro
público o familiar o jefe de o medios de
manzana comunicación
FUENTE: elaboración propia.
LA CONSTRUCCIÓN DE CIUDADANÍA 315

relevante por dos aspectos: el primero es que el comité comunitario


tiene poca injerencia en la elaboración del padrón, y el segundo es
que al parecer los servidores públicos casi no intervinieron para uti­
lizar este programa con fines político-electorales.
En la gráfica 5 se presenta información sobre las acciones que los
beneficiarios del programa tuvieron que realizar para poder confor­
mar el padrón, donde 78% de la población encuestada no entregó
ningún documento oficial, no pagó cuota alguna para inscribirse al
programa, no se le aplicó una evaluación socioeconómica y tampoco
se le realizó una visita a su domicilio; con esto se presenta evidencia
de que por lo menos en la localidad analizada no existe algún pro­
ce­dimiento formal para ser beneficiario del programa y esto conlle­
va no integrar a la población objetivo con base en los lineamientos
formales.

GRÁFICA 5
FORMAS DE ENTERARSE DEL PROGRAMA
DE COMEDORES COMUNITARIOS, EN EL COMEDOR
DE SANTA MARÍA ATARASQUILLO, LERMA DE VILLADA, 2017

17%
1%
4%

78%

Documento oficial Cuota Entrevista


Visita a domicilio Prerregistro/registro
FUENTE: elaboración propia.

El programa de Comedores Comunitarios está dirigido a per­


so­nas que presentan alguna discapacidad, aun cuando los lineamien­
tos no especifican una definición al respecto. En la gráfica 6 se
observa que 84% de las personas que asisten al comedor no sufren de
ninguna discapacidad y 16% se encuentra dentro la población ob­
jetivo.
316 MANUEL LARA CABALLERO

GRÁFICA 6
PORCENTAJE DE BENEFICIARIOS CON ALGÚN TIPO DE
DISCAPACIDAD EN EL COMEDOR DE SANTA MARÍA ATARASQUILLO,
LERMA DE VILLADA, 2017

16%

84%

Sí No
FUENTE: elaboración propia.

El programa en cuestión también está dirigido a madres que se


encuentran en lactancia, por lo que en la gráfica 7 se muestra infor­
mación donde sólo 15% del padrón de beneficiarios de las personas
entrevistadas en las tres localidades forma parte de este segmento de
la población atendida.

GRÁFICA 7
PORCENTAJE DE BENEFICIARIAS EN LACTANCIA
EN EL COMEDOR DE SANTA MARÍA ATARASQUILLO,
LERMA DE VILLADA, 2017

15%

85%

FUENTE: elaboración propia.


LA CONSTRUCCIÓN DE CIUDADANÍA 317

Asimismo el programa está dirigido al sector de niños de 0 a 12


años, por lo que en la gráfica 8 se muestra eviden­cia de que la mayo­
ría de las personas que asisten al comedor son madres de familia con
hijos; pero también hay presencia de adultos mayores y al parecer
se da el efecto de que, cuando una persona ingresa al padrón del co­
medor, tiende a invitar a más familiares para que asistan.

GRÁFICA 8
MIEMBROS DE LA FAMILIA QUE ASISTEN AL COMEDOR
DE SANTA MARÍA ATARASQUILLO,
LERMA DE VILLADA, 2017
60
50
40
30
20
10
0
Hijos Esposo/ Madre/ Otros
esposa padre (hermanos,
tíos, suegra,
sobrinos)
FUENTE: elaboración propia.

La gráfica 9 corresponde a la pregunta de si pertenecen a algún


otro programa social, donde los resultados indican que 74% de la
población no pertenece a un padrón de un programa social federal,
mientras que 26% pertenece al algún padrón como Prospera, 65 años
y Más o al Programa Estatal Canasta Básica Trimestral; esta informa­
ción es relevante porque muestra que no existe una relación directa
entre ser beneficiario de los comedores y pertenecer a algún padrón,
aunque en términos de focalización existe evidencia de que los
sectores vulnerables a los que está dirigido el programa no necesa­
riamente están asistiendo.
Por último, con la finalidad de presentar evidencia que en el pro­
grama de Comedores Comunitarios se atiende a su población obje­
tivo establecida en el diseño, se aplicó el cuestionario propuesto por
318 MANUEL LARA CABALLERO

GRÁFICA 9
PORCENTAJE DE BENEFICIARIOS QUE PERTENECEN
A ALGÚN OTRO PROGRAMA SOCIAL EN EL COMEDOR
DE SANTA MARÍA ATARASQUILLO,
LERMA DE VILLADA, 2017

26%

74%

Sí No
FUENTE: elaboración propia.

el Coneval para elaborar el indicador de carencia por acceso a la


alimentación, donde se les pregunta a las familias si en los últimos
tres meses por falta de recursos económicos, adultos y menores, tu­
vieron una alimentación basada en muy poca variedad de alimentos,
dejaron de desayunar, comer o cenar, comieron menos de lo que
pensaban comer, se quedaron sin comida, sintieron hambre pero no
comieron o si comieron una vez al día o dejaron de comer todo
un día, con el objetivo de identificar si los individuos se encuentran en
seguridad o inseguridad alimentaria. En la gráfica 10 se muestran los
resultados en el indicador de carencia por acceso a la alimentación,
donde el 82% se encuentra con seguridad alimentaria, mientras que
18% se encuentra en inseguridad alimentaria; esta información es
relevante porque muestra por qué más de 50% tiene acceso físico y
económico a alimentos nutritivos y en cantidad suficiente para sa­
tisfacer sus necesidades nutricionales; y sólo un bajo sector de la po­
blación encuestada se encuentran con limitaciones para acceder a una
alimentación nutricional.
Con la finalidad de complementar el análisis anterior sobre los
individuos con carencia en el acceso a la alimentación, se presenta
la gráfica 11, que muestra el grado de inseguridad alimentaria de las
LA CONSTRUCCIÓN DE CIUDADANÍA 319
GRÁFICA 10
PORCENTAJE DE BENEFICIARIOS CON CARENCIA
EN ACCESO A LA ALIMENTACIÓN EN EL COMEDOR
DE SANTA MARÍA ATARASQUILLO,
LERMA DE VILLADA, 2017

18%

82%

Inseguridad alimentaria Seguridad alimentaria


FUENTE: elaboración propia.

GRÁFICA 11
PORCENTAJE DE BENEFICIARIOS CON CARENCIA ALIMENTARIA
POR TIPO DE INSEGURIDAD ALIMENTARIA,
EN EL COMEDOR DE SANTA MARÍA ATARASQUILLO,
LERMA DE VILLADA, 2017

27% 35%

38%

Leve Moderado Severo


FUENTE: elaboración propia.

15 personas (18% del total) para conocer el tipo de inseguridad ali­


mentaria que padecen con base en la herramienta proporcionada por
el Coneval; 27% se encuentra en un grado severo, lo que indica que
320 MANUEL LARA CABALLERO

sólo cuatro de 85 personas que asisten al comedor cumplen con los


requisitos establecidos en los lineamientos para formar parte del
padrón de beneficiarios; 35% se encuentra en un grado leve y son
los hogares conformados por mayores de 18 años, mientras que 38%
tiene un grado moderado. En resumen, existe un problema de foca­
lización ya que del total, un porcentaje bajo realmente cumple con
todas las características establecidas en los lineamientos.
Por último, con la finalidad de conocer la participación del comi­
té en el comedor de Santa María Atarsquillo se realizaron entre­vistas
los días 13 y 15 de marzo del año 2017 a las únicas tres participan­
tes que permanecen desde el inicio del programa (2014). En el cua­
dro 2 se muestran los principales resultados del análisis, donde en
la pri­mera columna están las preguntas abiertas que se realizaron a las
integrantes del comité y en la segunda están las respuestas más sig­
nifi­cativas de cada una.
CUADRO 2
ANÁLISIS DE ENTREVISTAS AL COMITÉ COMUNITARIO
EN SANTA MARÍA ATARASQUILLO,
LERMA DE VILLADA, 2017

Preguntas Respuestas

Patricia Montoya Moreno: Entre las mis­mas


voluntarias. Fuimos invitadas a participar en el
¿Cómo se formó
comedor.
el comité
María de la Luz Vallejo: Nos invitaron per­sonas
comunitario?
del ayuntamiento de Lerma.
Rosaura Marcos Solís: Nos citaron para formar
el comité comunitario.

Patricia Montoya Moreno: Como te ha­bía co­


¿Cómo se llevó a
mentado anteriormente, a nosotras nos fueron
cabo la selección
a visitar a nuestros domicilios para invi­tarnos
de los miembros
a formar parte del programa. Y al prin­cipio del
del comité
programa éramos cinco personas que estába­
comunitario?
mos encargadas del comedor, pero has­ta el mo­
¿Cuántos
mento sólo somos tres que seguimos desde que
miembros son?
inició el programa en el 2014, los de­más fueron
LA CONSTRUCCIÓN DE CIUDADANÍA 321
CUADRO 2 (CONTINUACIÓN)

Preguntas Respuestas

cambiando conforme pasó el tiem­po, se salían


algunos y otros entraban.
María de la Luz Vallejo: Nosotras fuimos in­
vitadas a formar parte del comité. Al principio
éramos cinco pero sólo quedamos tres.
Rosaura Marcos Solís: Nos invitaron, se hizo
una junta, pero ya estaban elegidos quienes iban
a entrar. Al principio éramos cinco pero ya se
salieron algunos y sólo quedamos tres, los de­
más han ido cambiando.

Patricia Montoya Moreno: Como ya sólo so­


mos tres, entre nosotras nos repartimos las fun­
ciones y vamos cambiándolas.
¿Cuál es la
María de la Luz Vallejo: Sólo hay una presi­
estructura
denta, una secretaria y una tesorera.
del comité
Rosaura Marcos Solís: Debería de haber una
comunitario?
presidenta, una tesorera, un secretario, vocal de
comisión de trabajo y vocal de control y vigi­
lancia.

Patricia Montoya Moreno: Se realizó una pe-


¿Se realizó alguna ro no fue con ese fin, pues era para quedar de
junta vecinal o acuerdo del funcionamiento del comedor.
asamblea para la María de la Luz Vallejo: No se realizó nin­guna
selección de los junta para la selección de miembros del comité.
miembros del Rosaura Marcos Solís: Sí se realizó una junta,
comité? pero ya estaban elegidos previamente quienes
iban a entrar al comité.

Patricia Montoya Moreno: Nos invitó la Lic.


¿Cómo se enteró
Miriam Montoya y Ramón Morales.
usted de la CNCH
María de la Luz Vallejo: Me invitó la Lic. Mi­
y de la formación
riam Montoya.
del comité
Rosaura Marcos Solís: Por una persona que
comunitario?
nos informó.
322 MANUEL LARA CABALLERO

CUADRO 2 (CONTINUACIÓN)

Preguntas Respuestas

¿Se realizó algún


Patricia Montoya Moreno: No sabemos si se
diagnóstico para
realizó algún diagnóstico.
saber la situación
María de la Luz Vallejo: No sabemos si se hizo
de su comunidad?
dicho diagnóstico.
¿Cuáles fueron los
Rosaura Marcos Solís: No sabemos porque ya
principales
estaba todo establecido cuando nosotras entra­
resultados de
mos al programa.
dicho diagnóstico?
¿Cómo fue que se
llegó a la Patricia Montoya Moreno: Ignoro esa in­for­
conclusión de que mación.
era necesario tener María de la Luz Vallejo: No sabemos.
un comedor Rosaura Marcos Solís: No sabemos cómo se
comunitario en su llevó a cabo dicho proceso.
localidad?
¿Está usted
Patricia Montoya Moreno: No.
relacionado(a) con
María de la Luz Vallejo: No.
trabajo en obras y
Rosaura Marcos Solís: No, la única que sí está
acciones de
relacionada con otros trabajos es la presidenta
programas sociales
del comité comunitario.
federales?
¿Ha trabajado en
la administración Patricia Montoya Moreno: No.
pública federal, María de la Luz Vallejo: No.
estatal o Rosaura Marcos Solís: No.
municipal?
¿El comité realizó
el proceso de Patricia Montoya Moreno: Nosotras no nos
solicitud encargamos de eso, el comedor ya estaba cuan­
del comedor ante do nosotras entramos al programa.
la Coordinación María de la Luz Vallejo: No sabemos.
Estatal del Rosaura Marcos Solís: No se realizó un pro­
programa? ¿Cuál ceso de solicitud por parte del comité.
fue el proceso?
LA CONSTRUCCIÓN DE CIUDADANÍA 323
CUADRO 2 (CONTINUACIÓN)

Preguntas Respuestas

¿Cómo se
involucró el Patricia Montoya Moreno: El lugar lo bus­caron
comité en la los encargados de la Sedesol.
búsqueda y gestión María de la Luz Vallejo: El lugar ya esta­ba
del lugar público cuando nosotras llegamos.
y/o privado que Rosaura Marcos Solís: Cuando nosotras entra­
permita la mos al programa ya se tenía el lugar en donde
instalación del estaría el comedor.
comedor?

Patricia Montoya Moreno: No, porque en el


lugar que estábamos antes, llegaba más gente.
¿Usted considera
María de la Luz Vallejo: No, porque recibía­
que la ubicación
mos más gente en el lugar donde estábamos
actual del comedor
antes.
es la mejor?
Rosaura Marcos Solís: No, porque estaba más
a la vista el otro lugar y teníamos más gente.

Patricia Montoya Moreno: Sólo de mane­ra men­


sual nos podemos llevar una despensa de lo
¿Recibe algún que nos llega del comedor a nuestras casas.
pago económico o María de la Luz Vallejo: Nos podemos llevar
en especie por algunas cosas de la despensa, pero de manera
pertenecer al semanal.
comité Rosaura Marcos Solís: Recibo una despen­sa de
comunitario? manera mensual y el H. Ayuntamiento nos da
dos de manera trimestral, y en la tarjeta de “la
efectiva” nos depositan cada año $2 800.

Según los Patricia Montoya Moreno: No tenemos un


lineamientos listado, nosotras dejamos entrar a quien quie­
específicos ra entrar al comedor.
del programa, el María de la Luz Vallejo: No tenemos dicho
comité tiene que listado y al día tenemos alrededor de 40 bene­
tener un listado de ficiarios.
324 MANUEL LARA CABALLERO

CUADRO 2 (CONTINUACIÓN)

Preguntas Respuestas

las personas que


asisten a los
comedores.
Rosaura Marcos Solís: No contamos con una
¿Ustedes cuentan
lista. Al día aproximadamente son 40 benefi­
con dicha lista?
ciarios.
¿Cuál es el
aproximado de
beneficiarios al día?

¿Qué tanto se
involucran con
Patricia Montoya Moreno: No nos involucra­
cuestiones de
mos.
monitoreo
María de la Luz Vallejo: Nada.
respecto a
Rosaura Marcos Solís: No mucho.
los comedores
comunitarios?

¿Han realizado
alguna
comunicación Patricia Montoya Moreno: No.
con la comunidad María de la Luz Vallejo: No.
sobre los Rosaura Marcos Solís: No.
resultados del plan
comunitario?

¿Han realizado
alguna
comunicación con Patricia Montoya Moreno: No.
la comunidad María de la Luz Vallejo: Nunca.
sobre los resultados Rosaura Marcos Solís: No.
del comedor
comunitario?

FUENTE: elaboración propia.


LA CONSTRUCCIÓN DE CIUDADANÍA 325

La información del cuadro 2 resume algunos de los principales


hallazgos de las entrevistas realizadas a las únicas tres integrantes del
comité comunitario, que al mismo tiempo son las encargadas
de operar el comedor de Santa María Atarasquillo; es importante
señalar que con una revisión exhaustiva de los lineamientos del pro­
grama establecidos en el diseño, no se cumplen muchas de las reglas
para: i) la conformación del comité, ii) su operación a través de
comisiones, iii) la implementación del comedor, iv) así como su ope­
ración. Por tal motivo, en el cuadro 3 se hace una comparación y aná-
lisis de la parte normativa del programa y lo que realmente se está
implementando en el comedor comunitario de Santa María Ata­
rasquillo, en Lerma de Villada, para identificar áreas de oportunidad.

CUADRO 3
ANÁLISIS DE LOS LINEAMIENTOS ESPECÍFICOS
DEL PROGRAMA Y SU IMPLEMENTACIÓN EN EL COMEDOR
COMUNITARIO DE SANTA MARÍA ATARASQUILLO,
LERMA DE VILLADA, 2017

Lineamientos específicos
Implementación del programa
del programa Comedores
en Santa María Atarasquillo
Comunitarios

“Para que la comunidad cuente La comunidad de Santa María


con un Comedor Comunitario Atarasquillo cuenta con un co­
debe estar organizada y consti­ medor, pero no tiene un comité
tuida por un Comité Comunita­ comunitario completo porque
rio”. sólo tiene tres integrantes, que al
mismo tiempo operan el come­
dor.

“Los Comités Comunitarios es­ El comité está integrado sólo por


tarán integrados por la comuni­ la presidenta, la secretaria y la
dad […] y representados por la te­sorera. No hay vocales de co­
Mesa Directiva, conformada por misión de trabajo ni un vocal de
un presidente, un secretario, un control y vigilancia.
tesorero, vocales de comisiones
de trabajo y un vocal de control
y vigilancia”.
326 MANUEL LARA CABALLERO

CUADRO 3 (CONTINUACIÓN)

Lineamientos específicos
Implementación del programa
del programa Comedores
en Santa María Atarasquillo
Comunitarios

“Los comités estarán integrados Los miembros del comité en San­


preferiblemente de forma equi­ ta María Atarasquillo no fueron
tativa entre hombres y mujeres, elegidos democráticamente en la
todos ellos elegidos democráti­ asamblea general, fueron elegi­
camente en la Asamblea General dos por la Lic. Miriam Montoya
Constitutiva”. y Ramón, que fue servidora pú­
blica del ayuntamiento de Lerma;
en su totalidad son mujeres.
“Que se desarrollen en la comu­ Los miembros del comité comu­
nidad trabajando en obras y ac­ nitario entrevistados afirmaron
ciones de los Programas Sociales que no participaron en la elabo­
Federales”. ración del plan comunitario, por
lo no que no cumplen este requi­
sito.
“Electos democráticamente por Los miembros del comité en San­
la mayoría de los vecinos”. ta María Atarasquillo fueron de­
signados por un servidor público
e invitados a formar parte del pro­
grama.
“Los integrantes de la mesa Di­ Los miembros del comité reciben
rectiva y Vocalías del comité despensas, además de per­cibir re­
prestarán sus servicios de mane­ cursos por medio de una tarjeta
ra gratuita”. de $2 800 de manera anual.
“Informar a los miembros de la Los miembros del comité dijeron
comunidad acerca de los avances que no habían informado a la
del plan comunitario”. comunidad acerca de los avances
del plan comunitario.
“Es función del comité identifi­ Los miembros del comité no
car la necesidad de contar con un solicitaron el comedor comuni­
comedor en la comunidad en que tario, fue una decisión de las
se encuentra”. autoridades.
LA CONSTRUCCIÓN DE CIUDADANÍA 327
CUADRO 3 (CONTINUACIÓN)

Lineamientos específicos
Implementación del programa
del programa Comedores
en Santa María Atarasquillo
Comunitarios

“Realizar el proceso de solicitud Los miembros del comité no


del comedor ante la Coordina­ realizaron el proceso de instala­
ción Estatal del Programa”. ción del comedor en la comuni­
dad.

“A través de la Comisión de Ali­ Los miembros del comité infor­


mentación, registrar y llevar el maron que no llevan un registro
control diario del Listado de Asis­ de los beneficiarios, simplemen­
tencia de personas que asisten a te dejan pasar a quien llegue.
los Comedores de las ZAP (For­
mato FCCOM 9)”.

“Es función del comité la bús­ Los miembros del comité no


queda y gestión de un lugar pú­ realizaron ninguna gestión del
blico y/o privado que permita la lugar, cuando entraron al progra­
instalación del comedor”. ma ya estaba ubicado el comedor.

“La cuota de recuperación podrá Las integrantes del comité han


ser de hasta $10.00 (Diez pesos, llegado a cobrar hasta 30 pesos por
00/100 M.N.) por ración alimen­ una ración de comida, esto depen­
ticia y será definida en función diendo del alimento que ofrecie­
de las necesidades de gastos de­ ran.
rivados de la operación del come­
dor de acuerdo a su tipo”.

“Identificar de acuerdo con los Los miembros del comité en­


criterios de priorización a la po­ cuestados dijeron en la entrevista
blación que acudirá a los come­ que ellas dejaban entrar al come­
dores”. dor a quien quisiera entrar.

FUENTE: elaboración propia con base en los lineamientos específicos del pro­
grama Comedores Comunitarios.
328 MANUEL LARA CABALLERO

Después del análisis realizado anteriormente, podemos afirmar


que hay muchas áreas de oportunidad y mejora en materia de im­
plementación en el programa de Comedores Comunitarios en la lo­
calidad de Santa María Atarasquillo, puesto que, aunque en el diseño
del programa están establecidas las reglas, no se llevan a cabo. Los
gobiernos por lo general buscan tres objetivos para implementar po­
líticas públicas donde la gente participe que, si bien no son excluyen­
tes entre sí, tienen un impacto en la manera en que se construye
ciudadanía, el enfoque metodológico y normativo para implemen­
tarlos es el siguiente:

1. La participación pretende profundizar en la democracia para


dotar a la ciudadanía de mecanismos que los involucren en la
toma de decisiones públicas.
2. Las experiencias buscan empoderar a la ciudadanía para gene­
rar capital social, donde lo importante son las relaciones y las
redes que se generan durante el proceso.
3. Los casos que buscan mejorar las acciones de gobierno y po­
líticas públicas para que resuelvan mejor los problemas de la
población (Montecinos, 2011).

La construcción de ciudadanía es un concepto dinámico sujeto


a diferentes interpretaciones, pero fundamental para identificar los
diferentes objetivos en los que se puede focalizar un proceso parti­
cipativo, así como diseñar y evaluar sus resultados. Brugué y Martí
(2011) elaboraron una clasificación en función del papel que se le
quiere otorgar a los ciudadanos y de los resultados que los gober­
nantes esperan obtener de ella como se muestra en el cuadro 4.
En la primera columna se muestran las escalas de participación
que definen diversos mecanismos de participación en función del
papel y las responsabilidades que se le otorgan a la población; en
el nivel más bajo se encuentra el derecho a ser informados, donde el
ciudadano sólo es un receptor pasivo de las propuestas por parte de
las autoridades; el segundo nivel es el derecho a ser consultado, don­
de su intervención se limita a seleccionar entre las diversas alterna­
tivas que se le presentan; por último, se encuentra el derecho a tomar
parte en las decisiones donde el ciudadano es un protagonista ac­
tivo para resolver los problemas públicos que le afectan.
LA CONSTRUCCIÓN DE CIUDADANÍA 329
CUADRO 4
MÚLTIPLES OBJETIVOS DE LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA

En función del papel En función de aquello que


otorgado a los ciudadanos obtienen los gobernantes

Derecho a ser informados Disponibilidad de colaboradores

Derecho a ser consultados Legitimidad política

Derecho a tomar parte en Mejorar la toma de decisiones,


las decisiones fortalecimiento del capital social,
construcción de ciudadanía

FUENTE: elaboración propia con información de Brugué y Martí (2011).

En la segunda columna se encuentran algunas de las posibilidades


que puede obtener el gobierno por fomentar la participación ciu­
dadana en los tres niveles especificados con anterioridad. La dispo­
nibilidad de colaboradores responde a la política tradicional donde
el Estado es el único responsable de establecer y ejecutar la agenda
de gobierno; en el segundo nivel está la legitimidad de las acciones,
que mide el grado de aceptación que tienen los ciudadanos respecto
a cualquier actividad y, en el último peldaño, el Estado puede lograr
tres objetivos: mejorar la toma de decisiones, el fortalecimiento del
capital social y la construcción de ciudadanía.
La propuesta de Brugué y Martí (2011) invita a reflexionar sobre
el pa­pel de los comités en la construcción de ciudadanía, donde la
eviden­cia presentada en el caso del comedor de Santa María Ataras­
quillo muestra lo siguiente:

• No se cumplió con el objetivo de la Cruzada Nacional contra el


Hambre de constituir comités ciudadanos elegidos democrá­
ticamentes que tuvieran un papel preponderante en la elabo­
ración del plan comunitario, la matriz de inversión y la gestión
de los proyectos; en realidad sólo fueron elegidos por auto­
ridades para operar el comedor. Los ciudadanos fueron infor­
mados parcialmente, pero se convirtieron en colaboradores.
• Los ciudadanos no fueron consultados en ningún aspecto de
su competencia como comités sobre la pertinencia de tener
330 MANUEL LARA CABALLERO

un comedor en su localidad, así como la ubicación, por lo que


es complicado tener una legitimidad política; esto se puede ver
reflejado en que uno de los comedores de Santa María Ata­
rasquillo cerró por baja afluencia de comensales.
• Por último, el comité ciudadano cumple con pocas funciones
de su competencia, donde se limita a operar, por lo que no se
puede considerar que tiene derecho a tomar parte en las deci-
siones en esta política pública para el fortalecimiento del ca-
pital social y la construcción de ciudadanía.

CONCLUSIONES

El programa de Comedores Comunitarios en la Cruzada Nacional


contra el Hambre pertenece a un interesante proceso de cambios ins-
titucionales, políticos y sociales, caracterizado por un nuevo en­ten­
dimiento del gobierno y la forma en que se relaciona con la sociedad.
El desarrollo de nuevos instrumentos de participación ciudadana
como los comités ciudadanos se considera primordial para el co­
rrecto funcionamiento de un sistema político que busca mejorar la
calidad de la democracia, donde los gobiernos se enfrentan a pro­
blemas públicos complejos que se pueden resolver de manera más
eficiente si permiten que los ciudadanos actúen en colaboración con
el Estado; este tipo de arreglos en materia de gestión pública fomenta
un mayor compromiso y objetividad para definir la atención prio­
ritaria de sus necesidades, el diseño de políticas públicas, así como
su monitoreo y evaluación.
En la evaluación preliminar en materia de diseño, las encues-
tas y entrevistas realizadas a los beneficiarios del comedor de Santa
María Atarasquillo, en Lerma de Villada, Estado de México, y las
integrantes del comité comunitario, muestran las siguientes áreas de
oportunidad en materia de diseño e implementación.

Diseño:

• El programa describe el problema de la pobreza alimentaria


como una situación que puede ser revertida, donde se define a
la población que atiende esa problemática, pero no se encuen­
LA CONSTRUCCIÓN DE CIUDADANÍA 331

tra definido el plazo para la revisión y actualización, por lo que


es probable que termine el sexenio del presidente Enrique Peña
Nieta y no se tenga información sobre los resultados del pro­
grama.
• El programa no cuenta con información sistematizada que
permita conocer la demanda total de apoyos y características
de los solicitantes, donde en el padrón de beneficiarios sólo se
identificaron nombres de los beneficiarios, no incluye carac­
terísticas, el tipo de apoyo que es otorgado; asimismo, no se
cuenta con mecanismos documentados para su depuración y
actualización.
• En el apartado de la definición de población potencial existe un
diagnóstico emitido por la Sedesol donde se presenta la co­
bertura territorial de las comunidades que tienen altos índi-
ces de pobreza alimentaria, pero no hay una metodología clara
para definir la población objetivo.

Implementación:

• Los criterios de selección de los beneficiarios del programa de


Co­medores Comunitarios en Santa María Atarasquillo, no se
apegan a lo que se establece en los lineamientos específicos del
programa, pues no se tiene un registro de beneficiarios y se
per­mite la entrada al comedor a las personas que deseen en-
trar, sin tener un criterio de selección más riguroso que permi­ta
sólo la entrada de las personas que pertenezcan a la población
potencial y objetivo.
• No existe un comité comunitario en Santa María Atarasqui­
llo como lo establecen los lineamientos de la Cruzada Na­cional
contra el Hambre, donde las cocineras son responsables sólo
de operar el comedor.
• Las autoridades municipales fueron las encargadas de solicitar
el comedor y de buscar el lugar en donde se ubicaría, no se
tomó en cuenta a la ciudadanía por ningún mecanismo formal
(como el comité ciudadano) o informal.
• En términos generales, la población atendida tiene una percep­
ción positiva del programa, ya que no se les pide alguna docu­
mentación o evaluación socioeconómica para ser beneficiario
332 MANUEL LARA CABALLERO

y las cuotas son accesibles por la cantidad de alimentos que se


les otorga. Sin embargo, las cocineras del comedor han ido cam­
biando la dinámica que se establece en los lineamientos a una
cuota de recuperación mayor a los 10 pesos por porción, pues
elaboran guisados más atractivos para que la pobla­ción asista.

En resumen, una vez identificadas las áreas de oportunidad es


im­portante realizar las siguientes recomendaciones en materia de po­
lítica pública:

Diseño:

• Sería deseable incluir un plazo, para la revisión y actualización


del programa con el objetivo de que éste mejore conforme pasa
el tiempo, o si en la próxima administración no se le da conti­
nuidad, conocer los resultados y la incidencia que tuvo en dis­
minuir la pobreza alimentaria.
• El programa debe incluir una justificación teórica que sustente
el tipo de intervención para el problema de la pobreza alimen­
taria.
• Hacer una revisión y actualización de las comunidades que
tie­nen poco acceso a una alimentación nutritiva, para incor­
porar a las comunidades que requieran este apoyo.
• El programa se debe vincular con la agenda de desarrollo poste­
rior a 2015, para mejorar los objetivos y así alcanzar el propó­sito
de erradicar la pobreza alimentaria.
• Es importante desarrollar una metodología para seleccionar
a la población atendida, para incorporar a las personas que
cumplan con las características de la población objetivo.
• Es necesario realizar una base de datos que incluya el nombre
completo de los beneficiarios, el tipo de apoyo otorgado y el
periodo por el cual el apoyo es otorgado y pueda mostrarse
como un padrón.

Implementación:

• El comité comunitario debe tener contacto con la población


atendida al menos una vez al mes.
LA CONSTRUCCIÓN DE CIUDADANÍA 333

• Cada tres meses la Sedesol debe realizar reuniones con el co­


mité comunitario a fin de evaluar la implementación de los
programas sociales, en específico el de los comedores comu­
nitarios.
• El comité comunitario y su respectiva Comisión de Alimen­
tación deben evaluar cada seis meses si la población atendida
requiere el apoyo; en caso de que ya no requieran el apoyo se
deberá incorporar a las personas que cumplan con los requi­
sitos de la población objetivo.
• Se deben elaborar formatos de registro que tengan el nombre
del beneficiario, horario en que asiste y la cuota que está pa­
gando, para llevar un control de beneficiarios y de recursos.
• Las personas que quieran incorporarse al programa deberán
responder un cuestionario socioeconómico, llenar un formato
para solicitar el apoyo y entregar un documento oficial, a fin
de poder armar el padrón y expediente de beneficiarios.
• El comité y su respectiva Comisión de Alimentación deben
realizar el informe mensual de los recursos económicos y físi­
cos que entran al comedor y entregárselo a la Sedesol.
• Las autoridades municipales deberían realizar monitoreos men­
suales en los comedores para evaluar su funcionamiento.

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336 MANUEL LARA CABALLERO

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TERCERA PARTE
DESCENTRALIZACIÓN, RENDICIÓN DE CUENTAS
Y FORTALECIMIENTO DE LAS CAPACIDADES
POLÍTICO-INSTITUCIONALES EN MÉXICO
BL
A
N
C
A
LA CALIDAD DE LA DEMOCRACIA EN LA RENDICIÓN
DE CUENTAS ELECTORAL DEL RUBRO DE LA FISCALIZACIÓN
EN MÉXICO, 2000-2015

Raúl Figueroa Romero*


Alberto Escamilla Cadena**
Luis Fernando Ordaz Bautista***

RESUMEN

El control del dinero que ingresa en las contiendas electorales se


convirtió en un objetivo central de los ciudadanos y las institucio-
nes democráticas que pretenden regular y restringir. Para lograr dicha
meta, se han realizado cambios y reformas en las organizaciones que
administran las elecciones en México; avanzaron en áreas como la
incorporación de la tecnología, mayores herramientas auditables,
contables, de investigación legal e institucional, entre otros elemen-
tos. Sin embargo esto no ha sido suficiente para frenar la entrada de
ingentes cantidades de efectivo, ni tampoco para que los candidatos
y partidos políticos buscaran nuevas maneras de evadir la legislación
electoral. Para estudiar este aspecto, la calidad de la democracia per­
mite pensar a la democracia en el rubro de la rendición de cuentas de
una forma más compleja, porque pone énfasis en elementos electo­
rales y las instituciones administrativas electorales para determinar
si la calidad de la democracia es alta, media o baja. En este artículo se
asume que la calidad de la democracia en el rubro de la rendición de
cuentas electoral con respecto al dinero utilizado por los candida­tos

* Profesor-investigador de la UAM-Lerma.
** Profesor-investigador de la UAM-Iz­tapalapa.
*** Doctorante en Estudios Sociales (Procesos Políticos), UAM-Iztapalapa.

[339]
340 R. FIGUEROA R., A. ESCAMILLA C., L. FERNANDO ORDAZ B.

de los partidos políticos en las contiendas electorales, es una herra-


mienta que permite visualizar y reflexionar acerca del dinero ilegal
que existe a pesar de las constantes reformas en el control y trans-
parencia. En el presente trabajo se estudia el proceso de fiscalización
a los partidos políticos en los procesos electorales federales de 2000,
2003, 2006, 2009, 2012 y 2015 a través del concepto de calidad de la
democracia.
Palabras clave: partidos, calidad de la democracia, fiscalización, fi-
nanciamiento, rendición de cuentas.

INTRODUCCIÓN

El concepto de “calidad de la democracia” se ha posicionado dentro


del ámbito académico para analizar el proceso democrático en Mé­
xico y en otras partes del mundo y determinar si hay una democra-
cia adecuada para las expectativas de la ciudadanía. Dentro de las
demandas que exigen los ciudadanos a las instituciones electorales y
a los candidatos de los partidos políticos en el rubro electoral es que
se apeguen a los lineamientos establecidos en la legislación elec­-
toral en el rubro de la rendición de cuentas del dinero que usan en
campañas los abanderados; es decir, que el dinero posea el rol propio
de apoyo al proceso democrático y no para manipular las eleccio­-
nes en beneficio exclusivo de un solo sector económico o grupo de
la sociedad. Este aspecto contribuye a que los votantes depositen su
confianza y den la legitimidad necesaria que requiere la democracia
mexicana.
Por otra parte, las distintas reformas electorales (1990, 1993, 1996,
2007 y 2014) en el rubro de la fiscalización electoral que se han rea­
lizado en México, propiciaron que se establecieran parámetros para
los ámbitos de origen y uso de recursos en campaña, la forma de re-
visión de los informes contables de los candidatos, un catálogo de
faltas y, como parte de las consecuencias de violar la ley, las sanciones.
Las características antes mencionadas, que conforman la fiscali­
zación, procuran que haya las condiciones precisas para que se gene-
re consenso y certeza en la ciudadanía de una rendición de cuentas de
calidad. Sin embargo, los abanderados de los partidos políticos han
respetado parcialmente los elementos establecidos para que se trans­
LA CALIDAD DE LA DEMOCRACIA EN LA RENDICIÓN 341

parente el uso del dinero en campaña pero, por otro lado, también
han buscado ingeniosas estrategias para cometer acciones ilegales de
financiación que no sean detectadas por la autoridad electoral encar­
gada de realizar la fiscalización. Este hecho repercute en que la cali-
dad de la democracia en el área de rendición de cuentas electoral
posea altibajos debido a las ambivalencias de los distintos resultados
que conforman este rubro. El objetivo de este trabajo es observar
la calidad de la democracia en el rubro de la rendición de cuentas
electoral, pero más específicamente en la fiscalización de los infor-
mes de los candidatos de los partidos políticos en campaña.
Siguiendo los argumentos mencionados, la pregunta que guiará
la indagación será: ¿la fiscalización a los partidos políticos en los pro­
cesos electorales en México ha coadyuvado a incrementar la calidad
de la democracia en el rubro de la rendición de cuentas electoral? El
artículo se divide en cuatro partes: el primer apartado versará sobre
la revisión teórica de la calidad democrática en relación con la fiscali­
zación; el segundo tratará de la revisión legal del Instituto Nacional
Electoral (INE) de acuerdo con sus facultades de financiamiento y
fiscalización y en el tercero se analizará la estructura orgánica del
INE con respecto a la financiación. Por último, se hará la revisión
de datos de ingresos y egresos, faltas cometidas por los candidatos y
multas cobradas a los partidos políticos.
La metodología para este trabajo será cuantitativa y se hará el aná­
lisis de la información de ingresos y egresos en campaña; las fallas
cometidas de los partidos políticos establecidos en los dictámenes con-
solidados y las multas impuestas por el INE en los procesos electo-
rales de los años 2000, 2003, 2006, 2009, 2012 y 2015.

TEORÍA DE LA CALIDAD DE LA DEMOCRACIA


EN LA RENDICIÓN DE CUENTAS
DEL FINANCIAMIENTO PARTIDISTA

La democracia es parte integral del sistema político mexicano desde


hace varias décadas y la participación ciudadana ha tenido un in-
cremento para dar cabida a las diferentes posiciones políticas que
existen en la sociedad mexicana; sin embargo, que haya democracia
en el país no significa que los ciudadanos estén conformes con la ac­
342 R. FIGUEROA R., A. ESCAMILLA C., L. FERNANDO ORDAZ B.

tuación de la administración pública y de los representantes popula­


res, que se refleja en los resultados negativos de las encuestas hechas
por empresas encuestadoras como Latinobarómetro. Otra manera de
medir el proceso democrático es mediante el término “calidad de la
democracia”.
Este término se ha abordado, al menos desde tres formas diferen­
tes, en cuan­to al análisis, medición y amplitud a saber: a) la calidad
democrática basada en estándares de evaluación política antes, du­
rante y después del proceso político completo, es decir, con mayor
amplitud (Morlino, 2000; Altman y Pérez-Liñán, 2010); b) calidad
democrática se fun­damenta en normas de auditoría aplicada a la
política, donde la medi­ción es más profunda (Beetham et al., 2009),
y c) la calidad de la democracia que se apoya solamente en porcen-
tajes y valores de desarro­llo democrático (Morlino, 2014).
Estas tres posibilidades de análisis de la calidad de la democracia,
que se basan en métodos cuantitativos y cualitativos, buscan determi­
nar qué tan adecuada es la democracia comparada con un paráme-
tro ideal. Para este trabajo, se utilizará el método de la calidad de la
democracia que propuso Morlino, el cual se ubica en el rubro em-
pírico de la “buena democracia”, debido a que dentro del ámbito de
análisis posee más elementos que miden la profundización de las
organizacionales democráticas de investigación con respecto a este
concepto.
Por esa razón, Morlino propuso el enfoque de la calidad de la
democracia, a la que definió como el “ordenamiento institucional
estable que mediante instituciones y mecanismos que funcionan
co­rrectamente consiguen la libertad y la igualdad de los ciudada-
nos” (Morlino, 2000:186). Para que la ciudadanía encuentre la satis­
facción de sus expectativas políticas en la democracia se requieren
or­ganizaciones adecuadas para la democracia.
Una democracia representativa de calidad requiere que las con-
tiendas electorales posean una base mínima debajo de la cual no se
puede decir que haya una democracia de calidad; es decir, la demo-
cracia necesita aspectos institucionales propios, ciudadanos y par-
tidistas para que funcione adecuadamente. Estos razonamientos
apuntan hacia el concepto ampliado de democracia, en comparación
con las definiciones mínimas que establecían solamente la emisión de
un sufragio (Bobbio, 1996).
LA CALIDAD DE LA DEMOCRACIA EN LA RENDICIÓN 343

El concepto de calidad tiene tres características de análisis: el


primero de ellos se refiere al procedimiento, el segundo al contenido
y el tercero a los resultados. Teniendo en cuenta este término, una
democracia de calidad supone tres ejes principales: a) la dimensión
procedimental, b) los contenidos de la democracia y c) los resultados
democráticos. Este capítulo se basará en el aspecto procedimental,
que incluye la rendición de cuentas electoral.
Se usa el término de rendición de cuentas electoral en el rubro
del financiamiento a los partidos políticos y candidatos en periodo de
campaña. El concepto de rendición de cuentas se refiere al derecho y
la obligación legal de los partidos políticos y candidatos de financia­
miento y la justificación de la utilización de los recursos en campaña
que sean apegados a lo establecido por la legislación electoral y la
evaluación de los mismos. Por último, se impone un castigo en caso
de que no se cumplan los requisitos establecidos en la ley (Schedler,
2008).
El elemento esencial para que se haga valer la rendición de cuen­
tas son las instituciones que proporcionan, regulan, controlan y veri­
fican el uso del financiamiento público y privado según los objetivos
establecidos por la ley. En México, la autoridad electoral adminis­
tra­tiva es el Instituto Nacional Electoral (INE), que se encarga de
cons­tatar que el uso del dinero entregado a los partidos políticos y
candida­tos sea de acuerdo a lo requerido por la legislación electoral
y constitucional; es decir, si no se cumplen las condiciones de justifi­
cación co­rrecta del aprovechamiento de los recursos estatales y priva­
dos en periodos de campaña el instituto aplica un castigo conforme
a la norma.
El concepto de rendición de cuentas se analiza en dos vertientes:
la horizontal y la vertical. La rendición de cuentas horizontal se
refiere a las instituciones estatales “que tienen autoridad legal y están
fácticamente dispuestas y capacitadas para emprender acciones que
van desde el control rutinario hasta sanciones penales o incluso im­
peachment, en relación con actos de omisión de otros agentes o
ins­tituciones del Estado” (O’Donnell, 2004:12); mientras que la
rendición de cuentas vertical se refiere al ámbito de las elecciones,
donde los ciudadanos por medio del voto retiran su apoyo o lo rei­
teran. En este estudio no utilizaremos este aspecto de la rendición
de cuentas, sino solamente el análisis horizontal.
344 R. FIGUEROA R., A. ESCAMILLA C., L. FERNANDO ORDAZ B.

La calidad de la democracia utiliza el concepto de rendición de


cuentas horizontal, donde las autoridades estatales revisan los infor­
mes contables de los candidatos de los partidos políticos para veri­
fi­car que lo hagan conforme a los preceptos de la legislación electoral.
Las autoridades electorales administrativas usan la contabilidad
como herramienta técnica para llevar a cabo la fiscalización del fi­
nanciamiento de las campañas. A su vez, la contabilidad utiliza la
auditoría para llevar a cabo su tarea de verificación de los informes
de los candidatos de los partidos políticos. La auditoría es “el exa-
men sistemático de los estados financieros, registros y transaccio-
nes relacionados para determinar a los principios de contabilidad
generalmente aceptados, a las políticas de dirección o a los reque­
ri­mientos establecidos” (Schlosser, s/f:4).
Los tipos de auditoría son: a) financiera, b) operativa, c) de cumpli­
miento, d ) de rendimiento, e) administrativa y f) especial. La pri­mera
hace referencia a la revisión de los estados financieros de una insti­
tución; la segunda, a la verificación de los métodos y procedimientos
operativos para ver su eficiencia; la auditoria de cumplimiento,
examina si se cumplieron los acuerdos contractuales de una orga­
ni­zación; la de rendimiento determina si la institución ha consegui-
do el control interno para una mejoría; la auditoría administrativa
conlleva la evaluación integral y conjunta de los aspectos contables,
de recursos humanos y objetivos institucionales y, por último, la au-
ditoria especial implica varios tipos de auditoría.
La auditoría que se usa en México para cotejar los informes con­
tables de los candidatos en campaña es la auditoría financiera que, es
importante decirlo, resulta poco fructífera para valorar adecuada-
mente la calidad de la democracia, debido a que no analiza el pro­
ceso completo sino se focaliza solamente en las finanzas, sin constatar
la razonabilidad de las acciones de los abanderados. La mejor opción
para comprobar la calidad de la democracia en el rubro de la rendi­
ción de cuentas electoral sería la auditoría y administrativa, porque
abarca un mayor número de elementos contables, de recursos huma­
nos y objetivos institucionales.
Por otra parte, la autoridad electoral administrativa es la institu­
ción que se encarga de organizar, garantizar y validar las contiendas
electorales dentro de la democracia; en otras palabras, cumple la fun­
ción de árbitro en las elecciones. Entre las condiciones que esta­blece
LA CALIDAD DE LA DEMOCRACIA EN LA RENDICIÓN 345

la autoridad electoral administrativa están que “la ciudadanía pue-


da expresar en las urnas de manera libre y sin coacciones su vo­luntad
electoral; genere que los partidos políticos y candidatos participen
en las elecciones en condiciones de igualdad y equidad que se es-
tablezcan en la ley” (Patiño, 1997:339); asimismo, que la autori­dad
electoral “sea la máxima autoridad hacendaria en el ámbito de lo elec­
toral, donde el financiamiento a los partidos políticos y can­didatos
sea fiscalizado por la autoridad electoral administrativa, y que impon­
ga sanciones en caso de que no cumplan las leyes que se exigen para
este aspecto” (Merino, 2003:76).
Los elementos establecidos en el párrafo anterior permiten ver
que la autoridad electoral administrativa tiene la función de repar-
tir los recursos públicos a los partidos políticos y abanderados para
que compitan en campaña de acuerdo con los parámetros fijados en
la legislación electoral, además de vigilar que la utilización y el des­
tino de los recursos se apeguen a la norma para que ningún com-
petidor tenga ventaja ilegal sobre sus rivales; es decir, debe propiciar
la equidad en la contienda electoral. En otras palabras, debe garan-
tizar el derecho de los partidos políticos de contar con finanzas para
desarrollar sus actividades en campaña y, al mismo tiempo, examinar
que las mismas cumplan el propósito y las características para las cua­
­les fueron asignadas.
En lo referente al financiamiento, este aspecto atañe “a los ingre­
sos de los partidos de la iniciativa (cuotas, donaciones, colectas y
entrega gratuita o a mejor de precios objetivos y servicios), de la ac­
tividad económica (empresas, arredramiento, utilidad por concepto
de interés, y otros) y de presupuestos públicos” (Wewer, 2006:618).
El financiamiento a los partidos políticos se clasifica en tres ru­
bros: a) público, b) privado y c) autofinanciamiento. El primero hace
referencia a los recursos estatales que reciben en dinero los partidos
políticos y los candidatos para realizar sus labores, además hay apo­
yo para que los partidos políticos tengan acceso gratuito a los medios
de comunicación para dar a conocer sus propuestas, así como fran­
qui­cias postales y telegráficas. El segundo inciso, que versa sobre el
financiamiento privado, se refiere a los aportes monetarios que pro­
porcionan los simpatizantes, militantes y donadores, y el tercero, de
la autofinanciación, abar­ca los ingresos que los partidos políticos
se allegan por medio de rifas, sorteos y otras actividades que realizan
346 R. FIGUEROA R., A. ESCAMILLA C., L. FERNANDO ORDAZ B.

estas organizaciones políti­cas. El punto de debate que se ha pre­


sentado en la ciudadanía es evitar que dinero por parte de indivi-
duos o en­tidades privadas —como el crimen organizado, entidades
anó­nimas, sindicatos, iglesias, empresas nacionales, instituciones
públicas, administración pública o alguno de los tres poderes públi­
cos— des­naturalicen los principios democráticos de un voto por
cada ciudadano.
El tema del financiamiento es un aspecto esencial de la demo-
cracia porque “la relación dinero y política afecta la calidad misma
de la democracia, la representación como principio de organización
política y la imparcialidad y competitividad de los procesos elec­
torales” (Ferreira, 2017:411). Es decir, el ingreso del dinero en los
pro­cesos políticos se volvió un tema de interés ciudadano porque pue-
de imponer el beneficio privado de unos cuantos sobre el interés
general.
Por esa razón, los recursos en efectivo aumentan en periodos de
campaña, porque posiblemente los entregan individuos a los parti-
dos políticos y sus candidatos en los procesos electorales que no son
registrados en los informes contables de las organizaciones políti-
cas, según datos de una consultora (Integralia, 2016). Este aspecto
es trascendente porque no lo ha podido detener la autoridad elec­
to­ral y tiene repercusiones directas en la calidad de la demo­cra­cia
al desequilibrar la competición democrática en favor de un candi-
dato y un partido político.
Vinculado con el aspecto del financiamiento a los partidos po-
líticos, están los límites que establece la legislación electoral del mis­
mo. Por esa razón se han establecido topes de aportaciones de
individuos a los candidatos que buscan proporcionar equidad en la
contienda electoral en el rubro de los recursos para todos los can-
didatos; también como parte de contención de la entrada de ingre-
sos provenientes de agentes prohibidos por la legislación electoral, se
pide que los partidos políticos proporcionen talones para las apor-
taciones de militantes. De la misma manera, la autoridad adminis-
trativa cuenta con facultades para acceder a las cuentas de individuos
y empresas sin que se le pueda interponer el secreto bancario, fiscal o
fiduciario.
Por otra parte, el financiamiento público tiene ciertas limitan-
tes: la primera es que los partidos políticos se alejan de los intereses
LA CALIDAD DE LA DEMOCRACIA EN LA RENDICIÓN 347

ciu­­da­da­nos; en segundo lugar, los recursos que se ponen a dispo­


sición de los partidos políticos puede ser desigual entre las orga­
nizaciones políti­cas más grandes y las pequeñas y, por último, la
competencia del sistema de partidos políticos disminuye (Mair,
2002). Estos as­pectos negativos que conlleva la financiación estatal
a los partidos políticos, por medio de la rendición de cuentas se
procuran que no interfie­ran en la democracia.
Todos los elementos mencionados contribuyen a que el financia­
miento a los partidos políticos en periodo de campaña tenga lími-
tes que hagan posible controlar y supervisar el cumplimiento de los
principios democráticos. De la misma manera, cuando se habla de
financiamiento público estatal para los partidos políticos y sus can­
didatos en campaña, implica la revisión de los recursos por medio
de la fiscalización.
La fiscalización del financiamiento a los partidos políticos se de­fine
como “los medios administrativos de revisión, comprobación, eva-
luación y control de los recursos financieros a través de la au­ditoría
y contabilidad de los partidos políticos y sus candidatos” (Guerrero,
2003:40). Pero en específico, se requiere cotejar que la información
sea veraz y razonable (Adam y Becerril, 1996). Los ele­mentos prác­
ticos que se analizan en la fiscalización a los partidos políticos se
dirigen a verificar el origen, destino y aplicación del di­nero utilizado
por los candidatos de los partidos políticos.
La fiscalización es la herramienta que utiliza la rendición de cuen­
tas electoral para medir la calidad de la democracia; sin esta técnica
sería complicado determinar la condición de la democracia en ma­te­
ria de responsabilidad política de los partidos políticos y abandera­
dos en los procesos electorales.
De la misma manera, la calidad de la democracia depende del
fi­nanciamiento; se puede decir que la parte principal de la calidad
de la democracia en el rubro del procedimiento es la fiscalización;
es decir, estos dos aspectos conforman un solo factor de análisis. Es-
tudiar la calidad de la democracia por medio de la rendición de cuen-
tas, implica la fiscalización del financiamiento de los partidos políticos
y sus abanderados en campaña para tener claridad de análisis.
En el análisis de la fiscalización a los partidos políticos y sus can­
didatos, normalmente se utilizan los siguientes elementos: a) las regu-
laciones sobre los gastos electorales, b) reglamentación de fuentes
348 R. FIGUEROA R., A. ESCAMILLA C., L. FERNANDO ORDAZ B.

de financiamiento, c) régimen sancionatorio y d) reglamento sobre


fuentes de financiamiento (Thompson, 2003:6-7). Para este este tra­
­bajo se estudiarán los ingresos y egresos de los candidatos de los
partidos políticos, las faltas cometidas por los abanderados de los par-
tidos y las multas cobradas a los mismos por los fallos realizados.

REFORMAS DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL


EN MATERIA DE FINANCIAMIENTO Y FISCALIZACIÓN

La historia de la institución electoral administrativa se divide en


tres etapas: la primera estuvo marcada por el origen de la Comi-
sión Federal Electoral y sus capacidades institucionales; la segunda
fase, por la autonomía y creación del Instituto Federal Electoral, y
la ter­cera por la centralización de funciones del Instituto Nacional
Electoral.
La primera etapa de la autoridad electoral administrativa co-
menzó en 1946, cuando se creó la Comisión Federal de Vigilancia
Electoral, que representó el primer órgano centralizado para la rea-
lización de elecciones federales, con la finalidad de acotar el poder
de los líderes locales y municipales. Luego, en la ley electoral de
1951 establecía que la Comisión Federal Electoral era la encarga-
da de realizar el proceso electoral en lugar de la Comisión Federal de
Vigilancia Electoral, que estaba integrada por el secretario de Go-
bernación, dos comisionados del Poder Legislativo y un senador y
un diputado nombrado por su respectiva cámara y tres represen-
tantes de los partidos políticos nacionales. Su tarea era realizar la
distritación electoral y los comités electorales; es decir, su función
iba encaminada a hacer los procesos políticos. El nuevo cambio en ma-
teria electoral se presentó en 1973, que no tuvo repercusiones en
materia de financiamiento.
Posteriormente, se constitucionalizó la Comisión Federal Elec-
toral para que se encargara de realizar las elecciones federales,
donde estuvieran representados todos los partidos políticos naciona­
les después de la contienda electoral de 1976, cuando el candidato
presidencial priísta, José López Portillo, ganó el cargo y se cues­tio­
nó la legitimidad del régimen político; por tal motivo, se elaboró la
Ley Federal de Organizaciones Políticas y Procesos Electorales
LA CALIDAD DE LA DEMOCRACIA EN LA RENDICIÓN 349

(LOPPE). Con la modificación al artículo 60 de la Constitución en


1977 se facultó a la Comisión Federal Electoral de proporcionar los
recursos públicos (LOPPE, artículos 76-81, 1977).
Posteriormente, la modificación electoral de 1987, que se plasmó
en el Código Federal Electoral, generó que en la comisión se confor­
mara la representación de los partidos políticos de acuerdo con las
curules alcanzadas en la Cámara de Diputados. En esta nueva mo­
dificación electoral de 1987 se establecieron diversos apéndices
institucionales que ayudaran a la labor de la Comisión Federal Elec­
toral, como la Comisión Técnica para la Vigilancia del Registro Na­
cional de Electores y las 32 comisiones locales de observación; es
decir, este aspecto fue un elemento que comenzó el periodo de cam­
bios profundos en materia de la autoridad electoral administrativa.
La segunda etapa, de la autonomía y legitimación de la autori-
dad electoral, comenzó con la reforma electoral de 1990, cuando se
creó el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electo-
rales (Cofipe), que dio origen al Instituto Federal Electoral, el cual era
el organismo autónomo encargado de realizar elecciones del Poder
Legislativo y Ejecutivo en el nivel federal y de suministrar a los par­
tidos políticos los elementos necesarios para su funcionamiento; el
instituto se conformaría por 32 delegaciones estatales y 300 subde­
legaciones de nivel distrital.
El Consejo General del instituto se constituiría por el secretario
de Gobernación como consejero del Poder Ejecutivo y presiden-
te del consejo y también cuatro representantes diputados y senado­
res del Poder Legislativo y los seis magistrados y los representantes
de los partidos políticos; es decir, diez consejeros que durarían ocho
años en su cargo (Cofipe, artículo 49, 1990). En la misma reforma
se estableció por primera vez en materia de fiscalización, que este
organismo verificara los informes contables de los partidos políticos
(Cofipe, artículos 70 y 74, 1990).
Dentro de la misma reforma electoral de 1990, fue la primera oca-
sión en que se establecía que en proporción al número de votos ob­
tenidos de diputados y senadores se recibirían los recursos de los
partidos políticos para periodos de campaña. En el aspecto del repar­
to del dinero para la operación ordinaria de los partidos políticos,
se reembolsaría el monto utilizado por el partido hasta en un 50%
de indicado en sus informes contables (Cofipe, artículo 34, in­ciso d,
350 R. FIGUEROA R., A. ESCAMILLA C., L. FERNANDO ORDAZ B.

1990). También se eximiría del cobro de impuestos a las rifas, sor-


teos y la venta de impresos a los partidos políticos.
Con el cambio electoral de 1993, se estableció parte de las ca-
racterísticas del sistema de fiscalización cuando se prohibió que
empresas mercantiles, sindicatos, iglesias, la administración pública,
el Poder Ejecutivo, Legislativo o Judicial aportaran recursos a los
candidatos. Del mismo modo, se vetó que personas o partidos polí­
ticos extranjeros dieran dinero a los abanderados en campaña (Co­
fipe, artículo 49, punto 2, incisos a-g, 1993). En lo que respecta a
la composición del Consejo General del instituto, se le facultó para
que los consejeros fueran ciudadanos independientes de los parti-
dos políticos; es decir, con esta modificación se propició que el IFE
fuera autónomo de los partidos políticos.
La reforma electoral de 1996 fue clave en materia de financia-
miento y fiscalización, porque consolidó el actual sistema de finan-
ciación y revisión de los informes de los partidos políticos. En el
rubro de los recursos de los partidos políticos se estableció que el di-
nero público directo fuera la principal fuente de ingresos de los or-
ganismos políticos (CPEUM, artículo 41, numeral II, inciso b, 1996).
Además se establecieron los límites de aportaciones de los militantes
para campañas, que era de 0.5% del tope de gasto de la contienda
electoral presidencial (Cofipe, artículo 78, inciso b, numerales I-III,
1996). Otro elemento fue la creación del concepto legal de rebase
de topes de campaña; por otra parte, es necesario decir que se con-
formó por primera vez la revisión de los informes de campaña que
se conoció como fiscalización, con la instauración de la Comisión de
Fiscalización del instituto.
La modificación electoral de 2007 fue la creación de la Unidad
Técnica de Fiscalización, que era la entidad especializada para rea­
lizar la investigación y revisión de los informes contables de los can-
didatos de los partidos políticos (Cofipe, artículo 79, punto 1, 2008).
De la misma manera, se redefinió el cálculo del financiamiento
público de los partidos políticos conforme a los ciudadanos inscri-
tos en el padrón electoral nacional (Cofipe, art. 78, punto 1, numeral
I, 2008). El establecimiento de infracciones y sanciones a concesio-
narios de radio y televisión (Cofipe, artículo 341, punto 1, inciso i,
2008). Por último, la reforma electoral de 2014 buscó la centraliza-
ción de la función de la fiscalización recayera en el INE de todos los
LA CALIDAD DE LA DEMOCRACIA EN LA RENDICIÓN 351

informes de pre y campaña de todos los abanderados de los partidos


políticos en los niveles local, estatal y federal (CPEUM, artículo 41,
fracción V, apartado B, párrafo sexto, 2007).
También se creó la fiscalización en tiempo real por medio del Sis-
tema Integral de Fiscalización que se encuentra en internet; ade-
más de que se transparenta toda la información contable de todos
los candidatos en el portal electrónico del INE para que los ciudada­
nos consulten estos datos (LFTAIPG, artículo 1, 2016). En el rubro
de las sanciones, se constituyó la nulidad de la elección por causa de
rebase de topes de campaña del 5%, por recibir dinero de origen ilí­
ci­to y por compra ilegal de tiempo en televisión y radio (CPEUM,
artículo 41, fracción V, apartado B, incisos a y c, 2014). Se estanda-
rizó legalmente el ámbito del prorrateo (LGPP, artículo 83, incisos
a-l, 2014).
Para terminar, el destino de las multas que reciben los partidos po-
líticos nacionales por faltas a la legislación electoral se depositan en
la Tesorería de la Federación, en el ramo 38, para posteriormente
dirigirlos al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt)
y de otros centros de investigación públicos de investiga­ción (DPEF,
artículo 44, 2017).

ESTRUCTURA DEL INE EN MATERIA


DE FINANCIAMIENTO Y FISCALIZACIÓN
A PARTIDOS POLÍTICOS

El INE es el organismo encargado de la administración de las elec-


ciones, repartir el dinero a los partidos políticos para periodo ordina­
rio y de campaña, y fiscalizar que los recursos del financiamiento
otorgado a los partidos políticos estén apegados a lo estable­cido en
la legislación electoral.
El INE se divide en órganos directivos, ejecutivos, técnicos y de
vigilancia. Dentro de la primera categoría se encuentran la direc-
ción central donde se halla el Consejo General y la presidencia del
consejo; en la misma jerarquía también están los órganos colegia­
dos que permiten que funcione el Consejo General, como la Co-
misión de Fiscalización y la Dirección Ejecutiva de Prerrogativas
y Partidos Políticos. Por último, las juntas técnicas centrales, donde
352 R. FIGUEROA R., A. ESCAMILLA C., L. FERNANDO ORDAZ B.

se encuentra la Unidad Técnica de Fiscalización (Reglamento inte-


rior del INE, artículo 4, numeral I-III, 2014).
Las tareas y facultades en materia de financiamiento y fiscali­
zación del INE se clasifican en las que posee: a) el Consejo General;
b) la Dirección Ejecutiva de Prerrogativas y Partidos Políticos y la
Comisión de Fiscalización, y c) la Unidad Técnica de Fiscalización.

A) El Consejo General en materia de financiamiento público anual


posee la atribución de asignar al monto total a distribuir a los parti­
dos políticos según la fórmula número total de ciudadanos inscritos
en el padrón electoral por el setenta y cinco por ciento del salario
mí­nimo diario vigente en el Distrito Federal, mientras que gastos de
campaña para periodo de renovación el Poder Ejecutivo y las dos cá-
maras se destinará un equivalente al cincuenta por ciento del fi­
nanciamiento para el sostenimiento de sus actividades ordinarias, en
cambio para el recambio de la Cámara de Diputados es el equiva-
lente del treinta por ciento del monto equivalente del financiamiento
público anual. También se destina una parte para actividades edi­
toriales, educación y capacitación política que es el tres por ciento
anual (LGPP, artículo 51, punto 1, incisos a, b, y c, 2014).

El Consejo General, en el rubro de fiscalización, aprueba los in­for­


mes de la Comisión de Fiscalización y establece los topes máximos
de precampaña y campaña en las contiendas para presidente, senado­
res y diputados federales y, por otra parte, dicta los lineamientos en
materia de fiscalización, contabilidad y registro de operaciones que
usa la Comisión de Fiscalización, además de generar los reglamen-
tos de quejas y de fiscalización (LGIPE, artículo 44, punto 1, inciso ii,
2014).
También el Consejo General tiene facultades para generar el
funcionamiento del sistema de contabilidad en línea a los partidos
políticos.
B) La Dirección Ejecutiva de Prerrogativas entre las facultades que
posee es dar a los partidos políticos nacionales el financiamiento pú-
blico que tienen derecho, además de apoyar a los partidos ejerzan
sus recursos. También presentar ante la Comisión de Radio y Tele-
visión las pautas de asignación del tiempo en los medios de los can­
didatos partidistas e independientes (LGIPE, artículo 55, punto 1,
incisos d, f, g, h, 2014).
LA CALIDAD DE LA DEMOCRACIA EN LA RENDICIÓN 353

La Comisión de Fiscalización es la parte del Consejo General


del INE encargada de realizar la labor de fiscalización (LGIPE, artícu­
lo 190, punto 2, 2014). También revisa el reglamento de fiscalización,
y revisa y somete a revisión los proyectos de resolución a la aproba-
ción del Consejo General del INE (LGIPE, artículo 192, punto 1,
incisos a, b, c, e, 2014). De la misma manera, delimita los límites
de la revisión de los informes de los partidos políticos y supervisa las
auditorías permanentes y ordinarias de precampaña y campaña. Por
otra parte, prepara los lineamientos generales que se realizarán en los
procesos de fiscalización nacional y localmente.
En cuanto en su relación con la Unidad Técnica de Fiscalización, la
comisión inspecciona la labor de la unidad para garantizar la lega­
lidad y certeza del proceso de fiscalización (LGIPE, artículo 192, punto
1, inciso e, 2014).

C) La Unidad Técnica de Fiscalización posee la facultad de la revi-


sión integral de los informes de egresos e ingresos de los partidos
políticos, precandidatos, candidatos independientes y de los parti-
dos políticos y, de las organizaciones políticas nacionales. También
se encuentran la substanciación de los procedimientos oficiosos y de
quejas sobre el origen y aplicación de los recursos que utilizan los
candidatos partidistas o independientes (Reglamento interior del
INE, artículo 72, número 1, 2014). De la misma manera, presentar la
propuesta de reglamento de fiscalización y contabilidad para la apro­
bación de parte de la Comisión de Fiscalización (LGIPE, artículo
199, punto 1, inciso b, 2014).

Para realizar sus labores, la Unidad Técnica de Fiscalización no


está restringida por el secreto bancario, fiscal o fiduciario (Reglamen­
to interior del INE, artículo 72, número 6, 2014). Las actividades
que le confiere la legislación a la unidad son la auditoría y contabi­
lidad de las finanzas de los partidos políticos y candidatos, así co-
mo vigilar que los recursos tengan origen lícito y que se empleen de
acuerdo con los objetivos planeados en la norma. Revisar los infor-
mes trimestrales, anuales, de precampaña y campaña partidistas y de
los abanderados. De la misma manera, requerir a la comisión que
particulares realicen auditorías a las finanzas de los partidos políti-
cos y presentar el resultado de los informes, dictámenes consoli­dados,
proyectos de resolución y proponer sanciones de acuerdo con la gra­
354 R. FIGUEROA R., A. ESCAMILLA C., L. FERNANDO ORDAZ B.

vedad (Reglamento interior del INE, artículo 72, número 8, incisos


a, c, d, f, g y q, 2014).
Los cuatro ejes sobre los que se basa la fiscalización que realiza
el INE son: a) nacional, b) expedita, c) moderna y d) transparente. El
primero de ellos fortaleció al instituto para revisar los partidos polí­
ticos nacionales; el segundo elemento conlleva que se fiscalice en
paralelo con el proceso electoral para cumplir la legislación electoral;
el tercer aspecto, de la revisión moderna de los informes contables,
requiere de auditores y herramientas tecnológicas que coadyuven a
la fiscalización y, por último, asegurar la máxima publicidad de re­
gistros de contables de los partidos políticos. El objetivo que persi­
gue la fiscalización es involucrar a la ciudadanía en la rendición de
cuentas y la fiscalización, además de que promueve el escrutinio de las
instancias públicas, así como fomentar el voto informado y también
fortalecer la certeza, oportunidad y equidad (INE, 2015).

ANÁLISIS DE LA CALIDAD DE LA DEMOCRACIA


EN MATERIA DE FISCALIZACIÓN EN LAS CONTIENDAS
ELECTORALES FEDERALES DE 2000-2015

Para el estudio de la calidad de la democracia en la rendición de


cuentas en el rubro de la fiscalización en 2000 y 2015, se hará el aná­
lisis del financiamiento que reciben los partidos políticos para los
procesos electorales federales, además de la fiscalización de los recur­
sos y, por último, las sanciones que ha impuesto el INE a los infrac-
tores. El ámbito que abarca la revisión de los informes contables de
los candidatos de los partidos políticos son los abanderados de se­na­
dores, diputados federales y para presidente de la República; es de­-
cir, el análisis abarcará solamente estos rubros y no para aspirantes a
gobernadores, a diputados locales, ni alcaldes, ni regidores. Para co­
menzar este análisis, se hará la revisión del financiamiento públi­
co directo a los partidos políticos nacionales, las faltas cometidas por
los mismos y los recursos cobrados a los partidos políticos en los
procesos electorales federales de 2000, 2003, 2006, 2009, 2012 y
2015.
En el primer rubro del financiamiento público directo se destaca
que en la primera elección de principios de siglo y la contienda de
LA CALIDAD DE LA DEMOCRACIA EN LA RENDICIÓN 355

2003, hubo 11 partidos políticos nacionales que recibieron juntos un


monto de 1 500 456 125.07 pesos en el proceso electoral de 2000
y de 2 421 611 942.12 pesos en la elección de 2003.
Para la elección federal de 2006 participaron solamente ocho
partidos políticos nacionales, que percibieron 2 068 375 613.73 pe­
sos; posteriormente, para el proceso electoral de 2009, concurrieron
siete partidos políticos, que en total devengaron 819 488 876.31 pesos.
Por último, en las contiendas federales de 2012 y 2015, en la pri­
mera participaron siete partidos políticos nacionales que obtuvieron
1 680 560 420.79 pesos, mientras que en el proceso electoral ulte-
rior asistieron diez partidos que tuvieron una bolsa de financiamiento
público directo de 1 172 863 740.94 pesos.
La premisa que se obtiene de los datos anteriormente menciona­
dos es que en la elección de principios de siglo, el dinero que recibie­
ron los partidos políticos para sus candidatos a cargos federales fue
de 1.5 mil millones de pesos, que en comparación con los subse-
cuentes procesos electorales, como en la de 2003, aumentó en casi
cerca de mil millones; es decir, 2 421 611 942.12 pesos. Posterior­
mente, en la elección federal de 2006, descendió en 500 millones
de pesos, con una cifra de 2 068 375 613.73 pesos.
En la elección federal de 2009, la cifra descendió a una tercera
par­te en comparación con 2003; es decir, a 819 488 876.31 pesos. El
monto decayó debido a que la reforma electoral de 2007 eliminó el
dinero utilizado para promocionarse en los medios de comunicación
por los partidos políticos, debido a que se quitó ese rubro de nego-
cios a las empresas televisivas y de radio, por lo tanto, bajó significa­
tivamente el costo de la elección general.
Para la contienda electoral de 2012, el monto usado de 1 680
560 420.79 pesos por los partidos políticos nacionales se asemeja a
la cifra de 2000, que fue de 1 500 456 125.07 pesos; en otras pala-
bras, prácticamente se volvió al costo de las elecciones de principios
de siglo. Posteriormente, en el proceso electoral de 2015, nueva-
mente la suma total del dinero descendió en casi una octava parte
en comparación con el proceso electoral de 2000.
De los datos mencionados se deduce que la reforma electoral de
1996 mantuvo los parámetros de financiamiento estatal directo a
los partidos políticos nacionales al alza en la elección de 2000, 2003
y 2006; por otra parte, con la modificación electoral de 2007 se ge­neró
356 R. FIGUEROA R., A. ESCAMILLA C., L. FERNANDO ORDAZ B.

una tendencia a la baja en la suma total de financiación en esta úl­


tima modificación electoral en el proceso de 2009 y 2012. La dispo­si-
ción del monto del dinero a los partidos políticos para la contienda
electoral de 2015 fue a la baja; en otras palabras, las reformas elec­
torales en materia de financiamiento tendieron a evitar que aumenta­
ra desproporcionadamente el monto del presupuesto estatal federal
(cuadro 1).
CUADRO 1
FINANCIAMIENTO PÚBLICO DIRECTO A LOS PARTIDOS POLÍTICOS
NACIONALES EN LAS ELECCIONES FEDERALES

Monto total de
Número de partidos
Año electoral financiamiento
políticos nacionales
para campaña (pesos)
2000 1 500 456 125. 07 11
2003 2 421 611 942. 12 11
2006 2 068 375 613. 73 8
2009 819 488 876. 31 7
2012 1 680 560 420. 79 7
2015 1 172 863 740. 94 10
FUENTE: elaboración propia con base en las cifras del financiamiento público
de 1997 a 2015 y dictamen consolidado de los informes de campaña de los par­
tidos políticos nacionales de los procesos electorales federales de 2000, 2003,
2006, 2009, 2012 y 2015.

Por otra parte, en el aspecto que refiere a los ingresos y egresos


que reportaron los candidatos de los partidos políticos en los pro-
cesos electorales federales que van desde 2000 hasta 2012, se perci­be
que en todas estas elecciones se presentaron diferencias entre estas
dos cantidades que no se pudieron comprobar que eran legales ante
el Instituto Nacional Electoral.
En la contienda electoral de 2012 se presentó la mayor diferen-
cia entre ingresos y egresos con 835 945 023 pesos, donde todos los
partidos políticos y sus candidatos no pudieron comprobar el ori-
gen de su renta. Posteriormente, en las elecciones de 2000 y 2009
se generaron unas cifras con divergencias entre salidas y entradas de
recursos por 181 668 983 y 157 721 472 pesos respectivamente, don­
LA CALIDAD DE LA DEMOCRACIA EN LA RENDICIÓN 357

de todos los partidos políticos y las coaliciones en la contienda elec­


toral de 2000 y 2009 cometieron faltas en este rubro; solamente el
PRI no tuvo problemas en este rubro en la primera elección de prin­
cipios de siglo.
Se requiere aclarar que estas cifras de los dictámenes consolida-
dos no tomaron en cuenta la investigación en contra de los priístas
en ese momento hecha por el Consejo General del IFE por los fi­
nan­ciamientos ilegales conocidos como “Pemexgate”. De la misma
ma­nera, no se sumaron a esta diferencia al Partido Acción Nacio-
nal (PAN), los recursos ilegales recibidos por Amigos de Fox, A.C.
(Cór­dova y Muruyama, 2006; Cárdenas, 2004). Este elemento antes
mencionado es una desventaja de la fiscalización que se realiza por
parte del instituto porque no tomó en cuenta las pesquisas acome-
tidas por las quejas interpuestas por financiamiento vedado por la
legislación electoral.
Las elecciones de 2003 y 2006 tuvieron las menores cantidades y
diferencias entre ingresos y egresos para los candidatos de los parti­
dos políticos con una cifra de 20 112 674.91 y 75 896 490.04 pesos
respectivamente. Sólo el PAN y Convergencia tuvieron problemas en
este aspecto en el proceso electoral de 2003 y en 2006, todos los par­
tidos políticos cometieron esta infracción. Por otra parte, sólo en la
contienda electoral de 2015, pocos candidatos de los partidos no com-
probaron la legalidad de sus recursos. El análisis de este aspecto per-
mite deducir que si bien se detectó dinero ilegal que ingresó en las
arcas de los candidatos de los partidos políticos y quedó registrado
en los dictámenes consolidados del proceso electoral, sin embargo,
como se demostró en los hechos del PAN (Amigos de Fox) y el PRI
(Pemexgate) en 2000, no aparecen reflejados en las inspecciones con­
tables anuales hechos por el instituto. En otras palabras, existen dos
exámenes auditables para la fiscalización, provocando confusión con
la cifra total en este rubro en perjuicio de la calidad de este aspecto
(cuadro 2).
Del asunto del dinero que los partidos políticos no pudieron com­
probar ante la Comisión de Fiscalización del INE, se deducen conclu-
siones relevantes. Este aspecto es el resultado de la diferencia entre
los ingresos y los egresos reportados en las elecciones; es decir, des-
pués de encontrar la divergencia de datos, la comisión pide a los par-
tidos políticos que rectifiquen las anomalías en la contabilidad y,
CUADRO 2
358

INGRESOS, EGRESOS Y FISCALIZACIÓN DEL DINERO EN CAMPAÑA


DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS NACIONALES, PERIODO 2000-2015

Fondos que no Partidos o


Ingresos (públicos Egresos
pudieron coaliciones que no
Año y privados) reportados
comprobar su pudieron comprobar
(pesos) (pesos)
origen (pesos) egresos

2 de 3 coaliciones,
sólo el PRI no tuvo
2000 1 960 175 069.87 2 141 844 053.67 181 668 983
problemas con sus
cuentas

2003 965 274 667.74 985 387 342.65 20 112 674.91 PAN, Convergencia

2006 3 377 817 802.45 3 453 714 292. 49 75 896 490.04 Todos

2009 743 365 676.00 771 476 621.00 157 721 472.00 Todos

2012 1 769 835 001.00 2 513 782 664.00 835 945 023.00 Todos
R. FIGUEROA R., A. ESCAMILLA C., L. FERNANDO ORDAZ B.

2015 704 684 028.00 663 215 397.00 -44 811 264.00 Ninguno

FUENTE: elaboración propia con datos de los dictámenes consolidados de los informes de campaña de los partidos políticos
nacionales de los procesos elec­torales federales de 2000, 2003, 2006, 2009, 2012 y 2015.
LA CALIDAD DE LA DEMOCRACIA EN LA RENDICIÓN 359

cuando estas organizaciones políticas no pueden enmendar las irre­


gularidades, se cuentan como gastos no comprobados.
Fue en las contiendas electorales de 2000 y 2012 cuando se llevó
a cabo la mayor utilización de recursos ilegales, porque tanto el PAN
como el PVEM y sus abanderados no pudieron comprobar el origen
de 124 millones de pesos, cada uno, en la primera elección de prin-
cipios de siglo, mientras que en el proceso de 2012, nuevamente el
Partido Verde y el PRI lo hicieron por un monto de 205 millones de
pesos; entretanto, los priístas no constataron el uso de 240 millones
de pe­sos. Posteriormente, la elección de 2009 fue el lugar intermedio
en comparación con 2000 y 2012, porque fue donde el Partido de la
Revolución Democrática (PRD) y el PVEM no pudieron comprobar
los mayores gastos con 56 y 51 millones de pesos respectivamente. Los
procesos electorales de 2003, 2006 y 2015 fueron las elecciones don­
de hubo menos sucesos de no comprobación por­que no rebasaron 20
millones de pesos. Sólo en la contienda de 2015 no se detectó por
parte de la Comisión de Fiscalización recursos sin explicación.
En resumen, en las contiendas electorales de 2000 y 2012, donde
estuvieron en juego cargos por los cuales los partidos políticos y sus
candidatos percibían que podrían ganar, fue donde hubo más dine-
ro sin reportar y comprobar por parte de los partidos políticos al
instituto, al que, sin embargo, se le debe reconocer que descubrió el
uso de estos recursos. Cuando se compara con los datos proporciona­
dos por una consultora, se destaca que el flujo en efectivo proporcio­
na­do por los informes trimestrales del Banco de México aumentó
inusual­mente en la contienda electoral de 2012 en cerca de 37 374
millones de pesos, que en contraste con el mismo periodo de 2011
fue de 11 459 millones de pesos (Integralia, 2016). Este hecho per­mite
entrever que aún existe dinero que se utilizó en las campañas electo-
rales tanto fe­derales como locales que el instituto no alcanza a con-
tabilizar y que supera en monto muchas veces las cifras estable­cidas
en los topes de gastos de campaña y de aportaciones de militan­tes y
simpatizantes; además del destino de los mismos (gráfica 1).
En el rubro de las faltas que cometieron los candidatos de los par­
tidos políticos nacionales en las elecciones federales, se aprecia que
las fallas se clasifican en los rubros de rebase de topes de campaña
que en la elección federal de 2000 se presentó en 51 ocasiones, mien-
tras que en 2003 fue de 48; en cambio, en 2006 se generaron 34 opor­
360 R. FIGUEROA R., A. ESCAMILLA C., L. FERNANDO ORDAZ B.

GRÁFICA 1
LOS PARTIDOS POLÍTICOS NACIONALES QUE NO COMPROBARON
GASTOS EN LAS ELECCIONES FEDERALES ANTE EL IFE

Contiendas electorales federales


250

225

200

175
Millones de pesos

150

125

100

75

50

25

0
2000 2003 2006 2009 2012 2015
PRI PT Movimiento Ciudadano
PAN Nueva Alianza Partido Humanista
PRD Convergencia Encuentro Social
PVEM Morena
FUENTE: elaboración propia con datos de los dictámenes consolidados de los
informes de campaña de los partidos políticos nacionales de los procesos elec­
torales federales de 2000, 2003, 2006, 2009, 2012 y 2015.

tunidades. Para las contiendas de 2009, 2012 y 2015, la porción fue


de 44 en el primer proceso, posteriormente fueron solamente dos ca-
sos y, por último, nueve veces.
En otras palabras, se observa que la escala mayor se mantuvo en­
tre 51 y 34 que se presentó en las elecciones de 2000, 2003, 2006 y
2009, mientras que en el rango menor fue entre 2 y 9, y se generó en
las contiendas de 2012 y 2015. Se deduce que existió mayor control
en este aspecto por parte del INE debido a que con la reforma elec-
LA CALIDAD DE LA DEMOCRACIA EN LA RENDICIÓN 361

toral de 2007 proporcionó mayores facultades de investigación que


se reflejó en las indagaciones hechas por la Unidad Técnica de Fis­­
ca­lización para determinar los gastos y evaluar si se rebasaron los
to­pes de gastos de campaña y, por tal motivo, se redujo el número de
asuntos cometidos por los abanderados.
En lo que respecta a las faltas a la legislación electoral de los apor­tes
de los simpatizantes y militantes que se establecieron en el dictamen
consolidado de cada elección, se dividen en rebase de aportaciones
e ingresos a las campañas y omisión de reportar a la autoridad elec­
toral administrativa; se observa que se presentaron en la elección fe-
deral de 2000 con 7; 2003 con 31 casos y 2006 con 126 eventos. Para
el proceso electoral de 2009, fue la última ocasión en que se gene-
raron 35 ocasiones, porque en la contienda electoral de 2012 y 2015
no se detectaron hechos relacionados con este rubro.
Este aspecto parece indicar que el proceso de fiscalización en la
materia que realiza el instituto en la presentación de los talones de
váucheres donde se registran los ingresos dados por los simpati-
zantes y militantes ha mejorado hasta permitir que los partidos po­
líticos se apeguen a la normativa contable establecida por la unidad
Técnica de Fiscalización. Sin embargo, se debe mencionar que si bien
se descubrió este ilícito en los dictámenes consolidados, la unidad
no continuó la investigación sobre dónde se aplicaron estos recursos;
es decir, solamente se persiguió una falta y no las otras posibles vio­
la­ciones derivadas de este ilícito.
De la misma manera, en el rubro de las faltas cometidas en gas-
tos no reportados ni informes en prensa, radio, televisión e internet
se halla que estas acciones ilícitas son las que con más frecuencia
cometen los candidatos y partidos políticos en los procesos elec­
torales, porque en la elección federal de 2000 se presentaron 1 236
casos. Para las contiendas electorales de 2003, 2006, 2009, respec-
tivamente, fueron de 10 614, 284 059 y 535; para las elecciones de
2012 y 2015 no se presentaron estos hechos.
Para este rubro, se deduce que en la contienda electoral de 2006
fue el periodo cuando más faltas se cometieron de gastos no reporta­
dos ni informes en prensa, radio, televisión e internet con 284 059, en
comparación con las 10 614 de 2003 y 535 de 2009. Posteriormente,
en 2012 y 2015 no se presentaron casos, sin embargo, se compara con
las quejas presentadas ante el propio INE y luego por los medios de
362 R. FIGUEROA R., A. ESCAMILLA C., L. FERNANDO ORDAZ B.

impugnación ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Fe­


deración por las acciones promocionales llamadas “cineminu­tos” en
las cadenas cinematográficas Cinemex y Cinépolis realizadas por el
Partido Verde en la contienda intermedia de 2015 (Concha, 2016).
En los dictámenes consolidados de los procesos electorales no
aparecen las faltas realizadas por el Partido Verde con los espots;
es decir, cuando se revisan los informes de los partidos políticos y sus
candidatos no se tienen en cuenta estas infracciones porque la au-
ditoría hecha por la Unidad Técnica de Fiscalización no alcanza a
detectarlas en la labor ordinaria, sino hasta que se interponen las
quejas por recursos ilícitos ante el instituto.
Con respecto al rubro de las faltas, carencias, falsas facturas pre­
sentadas por los partidos políticos en los procesos electorales de
2000, 2003, 2006 y 2009 se encontraron respectivamente de 321,
2 222, 4 541 y 121. En las posteriores contiendas de 2012 y 2015 se
lleva­ron a cabo 15 y 52; es decir, el punto más alto de fallas en este
aspecto fue en las elecciones de 2003 y 2006 con más de dos y cuatro
mil casos, y de allí disminuyó significativamente. Este he­cho podría
indicar que los contadores de los candidatos de los par­tidos políticos
han puesto más atención en cumplir esta obligación.
El elemento que se requiere destacar es la deficiencia con que se
investiga este delito por parte del INE según sus facultades que le atri­
buyen la legislación electoral; sin embargo, no se verifican todos los
aspectos vinculados a la infracción relacionados con las facturas que
le corresponde legalmente al Servicio de Administración Tributaria
(SAT), como lo es la venta de recibos apócrifos, que permiten que se
simulen compras y servicios y de esa manera se justifique el gasto del
dinero ante la autoridad electoral, aunque en realidad nunca se com­
praron los artículos o servicios sino que se desvió el dinero a otros
gastos.
En cuanto a los pagos que se debieron realizar por medio de che­
ques, los partidos políticos en las contiendas electorales de 2000,
2003, 2006, 2009, 2012 y 2015 lo cometieron en proporción de 17,
13, 36, 351, 1 y 70 respectivamente.
Este fenómeno no se presentó en forma desproporcionada cuando
se comparó con las otras faltas en gastos no reportados en televisión
y radio; sin embargo, sólo en la elección presidencial de 2012 se co­
metió un mayor número de fallas en más de 300 ocasiones, que se
LA CALIDAD DE LA DEMOCRACIA EN LA RENDICIÓN 363

contextualiza con el proceso electoral en donde el PRI obtuvo una


porción alta de cargos en disputa, se entiende que esta estrategia con­
­table ilegal se aplicó con el objetivo específico. De la misma mane-
ra que las fallas anteriores, sólo se investiga una parte del delito, pero
no se precisó si los individuos recibieron en realidad ese pago.
La otra falta recurrente fueron las deficiencias en prorrateo. Por
prorrateo se entiende la repartición proporcional de una cantidad de
dinero entre varios candidatos, por lo que en las contiendas fede­rales
de 2000 fue de 16 255; 2003 sin ningún caso; 2006 con 368; 2009
fueron 43; 2012 con tres y, por último, 2015, cuando no se rea­lizó
nin­gún evento. Para este hecho, se nota que solamente en la con-
tienda de principios de siglo fue cuando se generó el mayor número
de casos con más de 16 mil acciones y permite deducir que los par­
tidos políticos en términos generales se apegan a estándares conta-
bles establecidos por el instituto.
Otro tipo de delitos son los relacionados con las facturas que no
son reconocidas y/o no localizadas por la empresa y los proveedo-
res que supuestamente las expidió; solamente se presentaron en la
elección de 2000 con un caso, y en la contienda de 2003 y 2006
fueron de dos y tres respectivamente. También se generaron las fal­
tas en los rubros de errores en contabilidad en el proceso electoral
de 2006 con 435 veces, así como deudas por pagar con tres casos en
la elección de 2006.
De la misma manera, las omisiones de presentar el soporte do-
cumental fueron 690 veces en la contienda federal de 2015. Aun-
que estas fallas se realizaron en una o dos elecciones, también se debe
re­conocer que estas acciones conllevan otros delitos en algunos ca-
sos, como las infracciones en el rubro de la contabilidad, deudas por
pagar que no son investigadas por el instituto (cuadro 3).
Para el rubro de las faltas que se han cometido en las contiendas
electorales federales desde el 2000, 2003, 2006, 2009, 2012 y 2015, el
desglose de las fallas de los candidatos de los partidos políticos su­
mados dieron como resultado que en las tres primeras elecciones
federales desde 2000 hasta 2006 fue donde se realizó el mayor nú­
mero de faltas por parte de los principales partidos políticos nacio-
nales.
El PRD y Partido del Trabajo (PT) tuvieron entre sus candidatos
en la contienda electoral de 2000 los que cometieron el mayor nú­
364 R. FIGUEROA R., A. ESCAMILLA C., L. FERNANDO ORDAZ B.

CUADRO 3
FALTAS COMETIDAS POR LOS PARTIDOS POLÍTICOS NACIONALES
EN LAS CONTIENDAS ELECTORALES FEDERALES, 2000-2015

Número de
Elección Faltas
ocasiones
– Rebase de topes de campaña 51
– Rebase de aportaciones de simpatizantes
y militantes 7
– No reportar gastos y documentos en prensa,
radio y televisión 1 236
2000 – No comprobación de ingresos/egresos 27 324
– Faltas en facturas 321
– Empresas que no reconocen factura a partido 1
– Inadecuación por prorrateo en beneficio
de una campaña 16 255
– Pagos que se debieron hacer por cheque 17
– Rebase de topes de campaña 48
– Rebase de aportaciones de simpatizantes
y militantes 31
– No reportar gastos, documentos y faltas
en prensa, radio y televisión 10 614
– Problemas en recibos, facturas, pólizas,
2003
documentación, cuentas, informes 2 222
de campaña, transferencias, reclasificaciones
– Problemas en pagos 31
– Dinero que debió ser entregado en cheque 13
– Proveedores no localizados o que no
reconocen factura 3
– Rebase de topes de campaña 34
– Problemas en las aportaciones
de simpatizantes y militantes 126
– Fallas de gastos y documento en prensa,
2006 radio, espectaculares, televisión e internet 284 059
– No comprobación de ingresos/egresos 45
– Problemas en recibos, facturas, pólizas,
documentos, cuentas, informes de campaña,
transferencias, reclasificaciones 45 421
LA CALIDAD DE LA DEMOCRACIA EN LA RENDICIÓN 365
CUADRO 3 (CONTINUACIÓN)

Número de
Elección Faltas
ocasiones
– Errores en contabilidad 435
– Dinero y faltas en cheque 36
– Errores de prorrateo 368
– Deudas por pagar 3
– Dinero no identificado 2
– Proveedores que no reconocen factura 2

– Ocultamiento de gastos 1 140


– Rebase de topes de campaña 44
– Omisión de reporte de inserciones en medios
de comunicación 535
2009 – Ingresos no reportados de militantes
y simpatizantes 35
– Fallas en el prorrateo 43
– Pagos que debieron hacerse por cheque 351
– Facturas apócrifas o no presentadas 121

– Gastos no reportados 134


– Ingresos no reportados 277
– Rebase de topes de campaña 2
2012
– Errores en prorrateo 3
– Facturas no presentadas 15
– Pagos que se debieron hacer por cheque 1

– No reportar gastos 364


– Falta en reportar egresos 6
– Omisión en reportar informes de campaña 3
– Falta de facturas 52
2015 – Pago que debió darse en cheque 70
– Omisión de soporte documental 690
– Anuncios no localizados por la autoridad
electoral 580
– Rebase de topes de campaña 9

FUENTE: elaboración propia con base en los dictámenes consolidados de los


informes de campaña de los partidos políticos nacionales de los procesos elec­
torales federales de 2000, 2003, 2006, 2009, 2012 y 2015.
366 R. FIGUEROA R., A. ESCAMILLA C., L. FERNANDO ORDAZ B.

mero de faltas con cerca de 40 960 en varias modalidades, mientras


que en el proceso federal de 2003, los abanderados del PRI, el PRD
y el PVEM fueron los que tuvieron más faltas. Por otra parte, en 2006
todos los partidos políticos analizados cometieron más de 80 mil in-
fracciones y tanto el PRD como el PT cometieron más de 20 mil faltas.
Fue a raíz de la reforma electoral de 2007 que bajó significati-
vamente el monto de las fallas, cuando en la elección de 2009 se
presentó el menor número de faltas con el PAN, con 2 700 infraccio­
nes en comparación con las contiendas pasadas; el PRI con 640 fa-
llas, le siguió el Partido Verde con 160. En la elección presidencial
de 2012, el PRI cometió 200 y el PVEM 150 fallas y en tercer lugar
el PRD realizó 110 fallas. En la última contienda federal analizada, de
2015, los abanderados del PT fueron los que hicieron el mayor nú­
mero de faltas con 480, le siguió el PAN con 30 fallas y, posteriormen­
te, el PRD con 20 infracciones (gráfica 2).
La conclusión de este aspecto fue que los abanderados de los
partidos políticos, a partir de la contienda electoral de 2006, fue cuan-

GRÁFICA 2
FALTAS COMETIDAS POR LOS PRINCIPALES PARTIDOS POLÍTICOS
NACIONALES EN LOS PROCESOS FEDERALES, 2000-2015
Elección federal
327 680
163 840
81 920
40 960
20 480
Faltas cometidas

10 240
5 120
2 560
1280
640
320
160
80
40
20
10
2000 2003 2006 2009 2012 2015
PRI PAN PRD
PVEM PT
FUENTE: elaboración propia con base en los dictámenes consolidados de los
informes de campaña de los partidos políticos nacionales de los procesos elec­
torales federales de 2000, 2003, 2006, 2009, 2012 y 2015.
LA CALIDAD DE LA DEMOCRACIA EN LA RENDICIÓN 367

do cometieron el mayor número de faltas y se apegaron al cumpli-


miento de la legislación electoral; sin embargo, cuando se comparan
las acciones que han realizado los equipos de los candidatos se per­ci-
be que han adoptado nuevas estrategias para violar la ley sin ser
detectados por el INE, ni por la Unidad Técnica de Fiscalización.
En el rubro de las multas que ha impuesto el INE a los principales
partidos políticos nacionales por las faltas cometidas por los can-
didatos, se puede observar que en la contienda electoral federal de
2000 fue cuando se sancionó al PRI y al PAN con los mayores cas-
tigos económicos registrados en la historia de las elecciones en
Mé­xico. El monto fue de 1 200 millones de pesos a los priístas y 598
millones de pesos a los panistas, mientras que al PRD se le gravó con
312 millones de pesos; en esta etapa fue cuando se presentaron las
mayores sanciones en la historia de este rubro. Posteriormente, para
el proceso electoral de 2003, el Partido Acción Nacional y sus aban­
derados, fue la organización que tuvo más sanciones económicas con
598 millones de pesos; luego continuó el PRI con 416 millones de
pesos y tanto al PRD, el PVEM y el PT se les impusieron correctivos por
17, tres y 11 millones de pesos a cada uno.
El proceso electoral de 2006 tuvo un descenso de las multas en
comparación con 2003, porque el PRD y sus candidatos fueron cas­
tigados con un monto de 40 millones de pesos, seguidos del PRI con
23 millones y en tercer lugar estuvo el PT con 20 millones de pesos.
Para la elección federal de 2009, el PRD y el PAN fueron los parti­
dos políticos que recibieron las mayores sanciones económicas por
las faltas realizadas en esta contienda con 99 y 93 millones de pesos
cada uno, mientras que para el PT, el PVEM y el PRI se impusieron
multas de 9, 17 y 29 millones de pesos. Para el proceso electoral de
2012 se observó un alza en las penalizaciones económicas en com-
paración con 2009, porque el instituto impuso un correctivo al PRI
con 496 millones de pesos, al PRD con 226 millones de pesos, al Par­ti­
do Verde con 139 millones de pesos, al PT con 73 millones y al PAN
con 19 millones de pesos; es decir, en este proceso a todos los parti-
dos políticos se les sancionó por las faltas cometidas.
Por último, en el proceso electoral de 2015, el PRI, el PRD y el PAN
fueron los partidos políticos que tuvieron las mayores multas duran­
te esta elección por un monto de 52, 73 y 61 millones de pesos cada
uno; mientras que en esta elección solamente el PT y el PVEM se les
368 R. FIGUEROA R., A. ESCAMILLA C., L. FERNANDO ORDAZ B.

impuso una multa de 8 285 mil pesos respectivamente. La conclu­


sión de las sanciones fue que la elección del año 2000 tuvo el perio­do
con las mayores multas, posteriormente bajó en 2003 y en 2006 llegó
al mínimo, aunque hubo un repunte en 2012, con un nuevo descen­
so en 2015. Se deduce que los partidos políticos y sus candidatos
han puesto más atención para evitar que se les multe con cantida-
des cuantiosas, pero es necesario decir que siguieron cometiendo
acciones contrarias a la legislación electoral sin que fueran detecta­
das por el instituto (gráfica 3).

CONCLUSIÓN

La calidad de la democracia en el rubro de la rendición de cuentas


electoral y en la fiscalización de los recursos de los partidos políticos
en periodos de campaña en México, ha sido conformada a través de
las diversas modificaciones legales e institucionales al INE y, también,
de la misma forma, ha tenido elementos nuevos en los rubros de
revisión de los informes contables de los candidatos de los partidos
políticos, además de la especificación de aspectos pro­pios de la fis­
calización.
El análisis de los aspectos estudiados de las elecciones federales
de 2000, 2003, 2006, 2009, 2012 y 2015 en este trabajo sobre in-
gresos y egresos reportados por los candidatos de los partidos po-
líticos y los recursos que no pudieron comprobar su origen ante la
autoridad electoral, así como las faltas y errores cometidos por los
abanderados en las contiendas electorales y, por último, las mul-
tas impuestas por el INE se deduce que han venido a la baja confor­
me pasan los procesos electorales, lo que parecería indicar que los
partidos políticos han acatado la legislación electoral en materia de
fiscalización; sin embargo, la cantidad de dinero en efectivo, detec-
tado por la consultora Integralia, que se utiliza a lo largo de la cam­
pañas que rebasa en varias veces lo aprobado por el instituto y que
no lo localiza, ni mucho menos descubre el uso ilegal en que se usa.
También es tema de reflexión la herramienta de la auditoría finan­
ciera de que dispone el INE, que no permite hallar el monto antes
mencionado porque es una metodología contable para la rendición
de cuentas poco adecuada para valorar de forma precisa la calidad de
GRÁFICA 3
MULTAS IMPUESTAS A LOS PARTIDOS POLÍTICOS NACIONALES
EN LAS CONTIENDAS ELECTORALES FEDERALES, 2000-2015

3 000 000 000.00


2 500 000 000.00
2 000 000 000.00
1 500 000 000.00
1 000 000 000.00

Dinero de multas
500 000 000.00
0.00
2000 2003 2006 2009 2012 2015
PT 143 366 917 11 227 273.0 20 077 892 9 016 964.7 73 211 924 8 005 163
PVEM 167 251 625 3 148 467.8 9 799 149 17 575 430.0 139 687 521 285 806
PRD 312 322 948 17 977 779.0 40 330 922 99 403 208.0 226 985 755 73 254 707
PAN 598 155 982 598 155 982.0 11 252 927 93 905 005.0 19 923 301 61 647 429
PRI 1 201 907 4 416 775 861.0 23 178 740 29 795 558.0 496 000 001 52 328 153
LA CALIDAD DE LA DEMOCRACIA EN LA RENDICIÓN

FUENTE: elaboración propia en base a datos de Saúl (2013) e INE (2017).


369
370 R. FIGUEROA R., A. ESCAMILLA C., L. FERNANDO ORDAZ B.

la democracia en el ámbito de la rendición de cuentas electoral, es


decir, cumplir con el objetivo de evitar que ingrese dinero ilegal a una
candidatura que impide que la igualdad y la libertad de todos los ciu-
­dadanos se lleve a cabo. No se han agregado otros instrumentos conta-
bles, institucionales o de recursos humanos al instituto que hagan
más eficiente su función de revisión de los informes contables de los
abanderados.
La doble contabilidad que lleva a cabo la Comisión de Fiscaliza­
ción a través de la Unidad Técnica de Fiscalización, una en periodo
de campaña y otra a través de las quejas interpuestas por los partidos
políticos por faltas a la legislación electoral, que perciben que la auto-
ridad electoral no detecta en su labor normal. Juntar ambos aspec-
tos, el dictamen consolidado de los informes de los partidos políticos
nacionales de las elecciones federales y las resoluciones de las de-
mandas por representantes de los partidos, daría mayor calidad y
certeza al rubro de la calidad de la democracia en el área de la ren­
dición de cuentas electoral.
Los partidos políticos han contribuido parcialmente a la calidad
de la democracia en ciertos aspectos como los ingresos y egresos, fal­
tas y el pago de las multas; sin embargo, a la par han buscado nuevas
formas de evadir el control sobre el origen, destino y uso del dine-
ro estatal y privado debido a que, como se demostró, la utilización
de recursos en efectivo aumentó en periodo electoral, con lo que se
muestra que aún no se ha podido supeditar este aspecto a la rendi-
ción de cuentas electoral como parte esencial de la calidad de la
democracia en perjuicio de los principios de libertad e igualdad de
cada ciudadano, que son rubros principales de la teoría de la calidad
de la democracia.
La calidad de la democracia en el rubro de la rendición de cuen-
tas electoral por medio de la fiscalización ha tenido avances en los
aspectos de las herramientas tecnológicas, que hacen más rápida la
revisión de los informes contables de los candidatos de los partidos
políticos, la creación de la Unidad Técnica de Fiscalización como
entidad especializada en realizar la revisión de la información fi­
nan­ciera, el análisis de los ingresos y egresos en campaña, límites de
topes de campaña, así como impedimentos de ingresos de recursos
ilícitos, las precisiones conceptos de prorrateo; sin embargo, por otra
parte, la poca profundidad en las auditorías que realiza el INE, el
LA CALIDAD DE LA DEMOCRACIA EN LA RENDICIÓN 371

co­bro de las multas y las lagunas legales en la persecución de otras


posibles fallas, que se desprenden de las infracciones cometidas por
los candidatos de los partidos políticos que se comentó en el asunto
de los fallos, además de la entrada de dinero ilegal de empresas mer-
cantiles, particulares, crimen organizado, firmas transnacionales y
dinero en efectivo que el instituto no detecta, el cual sirve para com­
prar votos y obtener ventajas indebidas que afecten la libertad e
igualdad que exige el ejercicio democrático pleno y adecuado a los
parámetros ideales de la democracia.
Teniendo todos estos argumentos en cuenta, se puede decir que
la calidad de la democracia en la rendición de cuentas electoral en
México es baja, debido a que los distintos rubros sufren de altiba-
jos que conforman el proceso de fiscalización, contienen carencias
porque los candidatos de los partidos políticos han creado estrate-
gias para realizar sus acciones ilegales sin ser descubiertos. Si bien
en los datos estudiados, como la diferencia entre ingresos y egresos
reportados y dinero que no es justificado, así como en las faltas de­
tectadas por el instituto que cometieron los abanderados y las multas
por las infracciones realizadas por los candidatos se notó una dismi­
nución, la realidad plantea un escenario diferente al que reflejan los
datos de la autoridad electoral.

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PROCESOS DE DESCENTRALIZACIÓN Y CALIDAD
DE LA DEMOCRACIA EN MÉXICO,
1980-2017

David Morales González*


Laura Georgina Ahuactzin Pérez**

RESUMEN

Como parte de una reflexión acerca del papel de los gobiernos lo­
cales en los procesos democráticos de nuestro país, en este artículo
se indaga si los procesos descentralizadores que han estado presentes
desde la década de los ochenta han contribuido a la calidad demo­
crática en México.
La investigación consiste en analizar los principales aspectos de la
descentralización política y administrativa y su relación con los avan­
ces en la democracia en el país desde una concepción amplia de la
misma.
El texto se divide en tres partes: en la primera se presentan as­
pec­­tos teórico-metodológicos sobre los cuales versa el análisis;
pos­teriormente se hace un recuento histórico de los procesos des­
centralizadores en México, para finalmente explicar el rol que han
jugado los ámbitos de gobierno en las relaciones que establecen a par-
tir de los procesos democráticos por los que atraviesan.

* Doctor en Estudios Sociales por la UAM; coordinador de gestión en la


FES-Acatlán, UNAM.
** Doctorante en Estudios Sociales, UAM-Iztapalapa.

[375]
376 DAVID MORALES G., LAURA GEORGINA AHUACTZIN P.

Una de las conclusiones relevantes es que, a pesar de que la des­


centralización político-administrativa ha traído avances importan­
tes en materia de calidad de la democracia, debido a que le otorgó al
ámbito local una dinámica propia político-electoral, la transferencia
de atribuciones, facultades y recursos desde el poder central hacia el
ámbito subnacional generó áreas en que las relaciones interguber­
namentales siguen siendo desequilibradas y verticales.
De igual forma, se reconocen rasgos autoritarios en el sistema po­
lítico mexicano que impactan en la forma en que se relacionan los
distintos ámbitos de gobierno y desembocan en una baja calidad
democrática con respecto a los resultados frente a los ciudadanos.
Palabras clave: administración pública, centralización adminis­
trativa, descentralización administrativa, relaciones gubernamenta­
les, democratización.

INTRODUCCIÓN

En los últimos años se ha intensificado el debate sobre la calidad


democrática en el mundo, partiendo del supuesto de que no basta
evaluar los procedimientos electivos de los gobernantes, sino que
se deben considerar diversas condiciones y cualidades para construir
un gobierno vinculado y verdaderamente representativo de la ciu­
dadanía.
El proceso de democratización en México logró concretarse a
través de diversos componentes del sistema político, específicamente
en los años noventa, con distintas reformas electorales que permi­
tieron la alternancia en el Poder Ejecutivo, así como la consolida-
ción de la pluralidad política en el nivel local. Lo anterior no habría
sido posible sin el fortalecimiento de los gobiernos locales, que con
las políticas desconcentradoras y descentralizadoras desde la dé­-
cada de los ochenta incentivó una actuación política con mayor gra­
do de autonomía en el ámbito municipal y estatal con respecto al poder
central representado por el gobierno federal (Lujambio y Vives, 2000).
La democracia fue dejando de ser la principal demanda de cambio.
A más de tres décadas de un funcionamiento más o menos regular
de la democracia procedimental, la idea de ser una pieza clave para el
cambio en otros ámbitos de la realidad social mexicana, se ha visto
PROCESOS DE DESCENTRALIZACIÓN Y CALIDAD 377

cuestionada al estar presentes en la percepción ciudadana, problemas


más sensibles como la desigualdad económica, la inseguridad y la co­
rrupción política, causantes principales del llamado “desencanto de­
mocrático”. Lo anterior genera cuestionamientos como: ¿cuál debe
ser el alcance de la democracia?, ¿pueden sus principios, valores y
mecanismos ampliarse a otras piezas del sistema político mexicano,
como el diseño del federalismo?
Los argumentos planteados en diversos estudios sobre sistemas
políticos permiten realizar un análisis sobre los procesos de descen­
tralización en nuestro país y su repercusión en la calidad de la demo­
cracia procedimental. ¿Los procesos descentralizadores presentes
desde la década de los ochenta, han contribuido a la calidad demo­
crática en nuestro país? El propósito de este análisis es describir los
principales aspectos de la descentralización política y administra­
tiva, así como explicar su relación con los avances en la democracia
mexicana, recurriendo a una concepción amplia de la misma.
El capítulo está dividido en tres apartados: en el primero se pre­
sentan argumentos teóricos y metodológicos sobre la calidad de la
democracia con autores como Morlino (2005), O’Donnell, Iazzetta
y Vargas (2003), Levine y Molina (2007), Tusell (2015), así como es-
tu­diosos de la descentralización política y administrativa como
Aguilar Villanueva (1996), Guillén (2001), Martínez Cárdenas y Ra­
mírez Mora (2011).
En el segundo apartado se aborda un recorrido sobre la situación
administrativa del país en relación con el federalismo, poniendo
énfasis en los procesos descentralizadores que impactaron en la tran­
sición política de nuestro país.
En el siguiente apartado se analiza el papel de los gobiernos fede­
ral, estatal y municipal, así como aspectos formales que definen el
desa­rrollo democrático, de las relaciones intergubernamentales en la
toma de decisiones con la intención de identificar los elementos de­
mocrá­ticos existentes. Además, se expone una breve reflexión sobre
los factores de la descentralización política y administrativa, así co­
mo aquellos elementos del sistema federal mexicano que permiten
evaluar el desempeño sustancial de la democracia en el país, consi­
derando que el tipo de relaciones que se dan entre los distintos órde­
nes de gobierno puede influir también en la calidad democrática en
nuestro país.
378 DAVID MORALES G., LAURA GEORGINA AHUACTZIN P.

ASPECTOS TEÓRICO-METODOLÓGICOS SOBRE CALIDAD


DE LA DEMOCRACIA Y DESCENTRALIZACIÓN
POLÍTICO-ADMINISTRATIVA

Como línea teórica principal, se recurre al neoinstitucionalismo, ya


que éste considera que la institución es igual a regla y estructura. Di-
cho enfoque será de utilidad para analizar la relación entre modelos
de descentralización política y administrativa, así como de los incen­
tivos que impactan en la calidad de la democracia. Al abordar el
diseño institucional de instancias y organismos de toma de decisio­
nes, autores como North señalan que “las instituciones son limi­
taciones ideadas humanamente que estructuran interacciones
políticas, económicas y sociales […] que se componen tanto de res­tric-
ciones informales (sanciones, tabúes, tradiciones), como formales
(constituciones, leyes, derechos de propiedad)” (North, 1990:97).
En ese sentido, se parte del análisis del diseño formal y normati­
vo que rige la implementación de las descentralizaciones en Mé­xico,
así como las motivaciones de los actores que generan estos arreglos
institucionales y los resultados de los mismos en términos de des­
empeño democrático, incluso aquellas motivaciones de­rivadas de
los vacíos legales que incentivan a la negociación política o actitu-
des antidemocráticas en las relaciones intergubernamentales.
Autores como Goodin señalan que las formas en que surgen y se
transforman las instituciones son tres: accidentalmente, por evolu­
ción y por acciones intencionales (Goodin, 1996:288). Es necesario
analizar las intenciones (qué buscaba el legislador, qué pensaban que
tendría que resultar según los tomadores de decisiones) y las in­ter­
acciones (que se dan tanto en el diseño, como el marco de aplicación
de estas instituciones y políticas públicas derivadas de la descentra­
lización).
Por otro lado, para el análisis cualitativo se considera a autores
como Scott y Meyer, quienes sostienen que las estructuras institu­
cio­nales definen los fines y conforman los medios por los que se
deter­minan y buscan los intereses (Scott y Meyer, 2001:154-190).
En cuanto a las teorías de la calidad de la democracia y conti­
nuando con los enfoques neoinstitucionalistas, el análisis está basa­
do en diversos estudios, como el de Morlino, en los que la calidad de
la democracia se define como aquella que presenta una estructura
PROCESOS DE DESCENTRALIZACIÓN Y CALIDAD 379

institucional estable y hace posible la libertad e igualdad de los ciu­


dadanos mediante el funcionamiento legítimo de sus instituciones
y mecanismos (Morlino, 2005). Lo anterior, sin circunscribirse al
sistema electoral, sino ampliándolo a otras piezas clave para dar res­
puesta a las demandas de la sociedad.
A partir de esta conceptualización, algunos autores (Morlino,
2005) señalan que existen dimensiones y factores que influyen en la
calidad democrática, lo cual permite que el estudio de dicho concep­
to ayude a la consolidación del sistema político caracterizado co­mo
democrático.
Estudios posteriores, como el de Levine y Molina (2007), señalan
que la calidad de la democracia depende del funcionamiento de los
procesos mediante los cuales la población selecciona y controla a
sus gobernantes, no de la eficacia del gobierno en la solución de los
problemas del país (Levine y Molina, 2007).
Sin embargo, una crítica a esta posición es que la selección libre
e informada, así como el control de los decisores, deben generar un
modelo virtuoso de elegir a los mejores representantes y que a su vez
éstos sean capaces de solucionar mejor los problemas públicos.
Por su parte, Vargas-Culell explica que la calidad de la democracia
tiene como objetivo evaluar el estado de democratización a partir
de ciertas características que varían de acuerdo con las particula­
ridades de cada uno de los sistemas en los que se encuentra presen­
te (O’Donnell, Iazzeta y Vargas, 2003).
En un texto de Alex Tusell Collado (2015) sobre la calidad de la
democracia en estados latinoamericanos, el autor realiza un reco­
rrido por los principales autores de la calidad de la democracia e
identifica a Lijphart como uno de los primeros autores que se inte­
resan en ese aspecto. De acuerdo con Tusell (2015), Lijphart con­
cluye en su estudio de 1999 que las democracias consensuales gozan
de una mayor calidad democrática que las mayoritarias, por lo que
con estos argumentos se clasifican las definiciones de la calidad de
la democracia en tres enfoques.
El primer enfoque es el denominado procedimental, el cual se
basa el concepto de poliarquía de Robert Dahl y se enfoca en la eva­
luación de los procesos e instituciones que sirven para escoger elec­
toralmente a los gobernantes y las condiciones necesarias para el
desarrollo democrático, como libertad de prensa y una organización
380 DAVID MORALES G., LAURA GEORGINA AHUACTZIN P.

fuerte de la sociedad civil. Las definiciones que se ubican en este


enfoque son aquellas que contemplan el análisis de las reglas del jue-
go democrático que regulan el acceso al poder político.
En el segundo enfoque se reúnen las definiciones que analizan los
procesos, las instituciones y el poder político, es decir, algunos auto­
res contemplan esta dimensión como una parte esencial para analizar
la calidad democrática.
Para Tusell, en este enfoque se encuentran autores como O’Don­
nell, Vargas-Machuca y Bülmann, quienes reconocen que los Esta­dos
deben tener un marco jurídico que garantice un sistema de dere-
chos, un marco legal que limite la acción de gobierno, además de unas
instituciones que tengan como objetivo la representación, partici­
pación y control del poder político.
Por su parte, el tercer enfoque se centra no sólo en el procedimien­
to sino también en el resultado conforme a los objetivos plan­teados
en los procesos democráticos y el control del poder político. Tusell
retoma a diversos autores que contemplan aspectos en la concepción
de la democracia, como Habermas, quien establece el principio de
argumentación moral y de universalidad (Tussell, 2015).
En ese sentido, Manin enfatiza el debate público como garantía
de una buena democracia y Diamond y Morlino explican que la de­
mocracia debe ser observada a partir de los tres objetivos que persi­
gue: el control de las políticas públicas, la igualdad política y el buen
gobierno.
Los enfoques presentados por Tusell (2015) permiten entender no
sólo la importancia de la calidad de la democracia como un fin en sí
mismo, sino en los procedimientos que se dan en el sistema políti­
co de cada Estado. Es por ello que en el presente capítulo se revi­san
los procesos descentralizadores como un indicador para el aná­lisis
de la calidad de la democracia en nuestro país, más allá de un mero
procedimiento electivo, sino enfocándose en aspectos dis­tri­butivos
del poder político y en el ejercicio equilibrado que se ve refle­jado en
la forma en que se relacionan los distintos órdenes de gobierno.
Quizás uno de los argumentos más sólidos para explicar la inquie­
tud por ir más allá en la revisión de los procesos democráticos en
la búsqueda de elementos que nos permitan evaluar su calidad, es el
planteado por Schmitter, quien señala que “entre más una democra­
cia posibilita que sus ciudadanos, además de elegir a sus represen­
PROCESOS DE DESCENTRALIZACIÓN Y CALIDAD 381

tantes puedan, sancionarlos, vigilarlos y exigirles que tomen decisio­


nes de acuerdo a sus necesidades y demandas, esta democracia será
de mejor calidad” (Mascareño, 2009).
Para el análisis propuesto en el presente artículo, el concepto de
calidad de la democracia se entrecruza con el de descentralización,
la cual se entiende como la transferencia de atribuciones, funcio-
nes, facultades, actividades y recursos de un centro de poder a otros
entes gubernamentales, órganos, instituciones o regiones que origi­
nalmente se encontraban en una situación de subordinación res­
pecto al centro (Mascareño, 2009). De esta forma, la subordinación
es tomada como uno de los principales rasgos autoritarios que afec-
tan a la democracia o que restan calidad a su ejercicio.
A partir de la conceptualización de la descentralización como un
principio de organización al interior de un Estado, es posible identi­
ficar los distintos ámbitos en los que se puede clasificar, como lo son
el político y el administrativo.
En lo político, los procesos descentralizadores se entienden como
la transferencia de poderes o facultades, competencias normativas
y de gobierno hacia un órgano con una base territorial determinada,
como pueden ser una región, territorio o localidad (Ruiz, 2012).
La descentralización política permite a otros entes gubernamen­
tales tener cierta autonomía para crear su propio orden jurídico
—sin contravenir a la Constitución— y un gobierno emanado de
un proceso electoral propio, por lo que se considera mayormente
democrático. Se puede considerar un principio de organización de-
mocrática del poder, lo que sería la base para un ejercicio también
democrático del mismo.
Por su parte, la descentralización administrativa consiste en la
transferencia de actividades administrativas a órganos que guardan
una relación no jerárquica con la administración central; sin embar­
go, la conferencia de actividades no implica una desintegración del
poder del centro sino un traslado de funciones con la intención de
mejorar la administración de los bienes y servicios, pero en estricto
sentido, el ejercicio del poder político sigue siendo bajo un esquema
de subordinación burocrático administrativo del centro hacia el ám­
bito local (Fraga, 1990:197-199).
Con la intención de realizar un análisis sobre la situación de la
democracia en nuestro país a partir de los procesos presentes en el sis-
382 DAVID MORALES G., LAURA GEORGINA AHUACTZIN P.

tema político mexicano, es necesario revisar la desconcentración del


gobierno central, como lo menciona Santiago Velasco Mon­roy, desde
un punto de vista funcional y territorial.
Para el autor, la desconcentración consiste en otorgar autonomía
técnica a ciertos órganos para el desarrollo de sus funciones. Además,
con la desconcentración se promueve el desarrollo de ciertas facul­
tades para el manejo de su patrimonio y de su presupuesto sin que se
pierda la dependencia con el organismo que lo creó (Velasco, 1986).
La desconcentración puede ser funcional cuando se lleva a cabo
mediante un acto legislativo, es decir, por la promulgación de una
ley o un reglamento. En la desconcentración vertical la competen­
cia conferida está integrada por asuntos cuyo despacho correspondía
anteriormente al superior jerárquico.
Por su parte, la desconcentración horizontal consiste en crear
oficinas de igual rango entre sí que pueden tener facultades en una
misma o en diferente región. Finalmente, la desconcentración regio­
nal ejerce competencia sobre un determinado territorio, atendiendo
asuntos que inicialmente corresponden al órgano central. Lo an­terior
arroja claridad en el sentido de que la desconcentración en cual­
quiera de sus formas no genera un efecto sobre la calidad de la demo­
cracia, pues corre en una vía independiente incluso de las relaciones
intergubernamentales.
En la revisión de estos conceptos destaca el análisis de Mascare­ño,
quien explica que existe una profunda relación entre la descentra­li­
zación y el desarrollo de una sólida democracia. El autor explica que
a partir de los años ochenta, los países latinoamericanos vivieron
procesos democratizadores y de democratización del Estado, a
partir de lo cual establece la relación entre descentralizar y democra­
tizar enfocada a los objetivos políticos de cada sistema político.
Con este análisis, el autor retoma a Restrepo (2006, citado en
Mascareño, 2009), quien observa la descentralización como un me­
canismo para ampliar la pluralidad y representatividad política, y
abre el camino para el proceso democratizador sobre todo en gobier­
nos locales.
En ese mismo sentido, algunos autores explican que la descen­
tralización permite que los gobiernos tengan mayor cercanía con los
ciudadanos, contribuyendo a mejorar la calidad de la democracia
debido a que se logra mayor transparencia, al tiempo que el gobierno
PROCESOS DE DESCENTRALIZACIÓN Y CALIDAD 383

estaría sujeto a la rendición de cuentas de una manera más efectiva


(Martínez y Ramírez, 2011).
Asimismo, Boisier reconoce que en los gobiernos locales es po­
sible identificar una mayor participación ciudadana, así como una
mejor organización de la sociedad civil, ya que ambas resultan esen­
ciales en el modelo descentralizador (Boisier, 2004:27-40). Wiesner
apoya este argumento identificando que con los procesos descen­
tralizadores se debe llegar a una mayor autonomía y competencia
política abierta dentro de un ambiente institucional, con lo que se
generaría una variada y amplia gama de innovaciones en la gestión
y participación territorial (Wiesner, 1995).
Otro argumento que permite unir los conceptos de descentrali­
zación y calidad de la democracia es la asignación de los recursos
fiscales, ya que de acuerdo con Wiesner los procesos descentraliza­
dores pretenden mejorar la gestión de los servicios públicos, con lo
que es posible disminuir los desequilibrios territoriales y aliviar la po­
breza (Martínez y Ramírez, 2011).
En este último punto es importante señalar que el tipo de sistema
fiscal de una federación puede funcionar como un conjunto de in­
centivos para mejorar la participación y la calidad de las relaciones
intergubernamentales, o crear sistemas donde se refuerza la depen­
dencia del centro en cuanto a la recaudación y, por lo tanto, gobiernos
no responsivos ante la ciudadanía, lo cual demerita la calidad de­
mocrática.

PROCESOS DESCENTRALIZADORES EN MÉXICO:


LA REDISTRIBUCIÓN DEL PODER

La crisis del Estado mexicano a inicios de la década de 1980 derivó


en una reestructuración gubernamental que implicó cambios cons­
titucionales de suma importancia dentro del sistema federal me­xicano.
En el inicio del gobierno de Miguel de la Madrid se aprobaron
reformas a los artículos 25 y 26 constitucionales, con las que se asig­
nó al Estado (central) funciones de dirección y coordinación en el de-
sarrollo regional; la regulación, protección y promoción de todas las
actividades económicas que involucrasen el interés público, ade­más de
que se otorgó a las entidades la posibilidad de coparticipar en la for­
mulación del Programa Nacional de Desarrollo.
384 DAVID MORALES G., LAURA GEORGINA AHUACTZIN P.

Con estas primeras reformas, se inauguró el proceso de descen­


tralización política y administrativa hacia los gobiernos locales,
el cual estuvo controlado por el centro en sus primeras etapas; sin
em­­bargo, con el paso de los gobiernos y las reformas fue tomando
identidad propia (Fraga, 1990).
Los procesos descentralizadores tenían como objetivo la trans­
ferencia de responsabilidades a los gobiernos locales sobre los asun­
tos en los que antes no tenían incidencia. En ese sentido, al otorgar
mayores responsabilidades a los estados y municipios, también se
abre el paso a cambios en su organización y capacidad de respuesta
que se traducen en una exigencia de mejor uso de sus decisiones,
recursos y resultados, donde el poder es el elemento clave, el poder
de decisión y las bases de financiamiento.
Para el caso mexicano se ubican dos principales etapas en el pro­
ceso de descentralización tanto administrativa como política: la
primera etapa se ubica temporalmente de 1983 a 1999, por lo que
abarca los gobiernos de Miguel de la Madrid, Carlos Salinas y Er­
nesto Zedillo, y la segunda se inaugura con la transición y alternan­
cia en el Ejecutivo del gobierno federal, al asumir Vicente Fox la
presidencia del país.
Durante el primer periodo, el gobierno federal mexicano inició
un extenso programa de descentralización como instrumento para
conservar el poder político y fortalecer la legitimidad del partido en
el poder (PRI), que mostraba ya signos de agotamiento, por lo que
se dotó a los gobiernos municipales de cierta autonomía adminis­
trativa, mas no política. Esta situación demuestra que, pese a que se
pretendía conferir responsabilidades a los gobiernos locales, el go­
bierno central tenía la intención de mantener el control político en
el ámbito local.
La primera etapa de la descentralización en nuestro país culmina
en 1999, año en el que se realizó la reforma al artículo 115 constitu­
cional para reconocer a los municipios como una instancia guber­
namental plena y conferirles una personalidad jurídica propia, así
como la facultad de organizarse políticamente en su régimen in­te-
rior, siempre y cuando se sujeten a los principios federales y estatales.
Podemos considerar que esta última reforma es un ejercicio de­
mocratizador en cuanto a las relaciones intergubernamentales, pues
hay un intento de equilibrar el papel de cada uno de los órdenes de
PROCESOS DE DESCENTRALIZACIÓN Y CALIDAD 385

gobierno en un modelo más horizontal y un poco alejado de las de­


ci­siones del poder central. Sin embargo, existen posturas como la de
Giannoni, quien asegura que al aumentar el grado de descentraliza­
ción se dificulta la consolidación democrática (Martínez y Ra­mírez,
2011).
En el caso mexicano, es necesario cuestionar lo siguiente: ¿cuáles
fueron las consecuencias políticas de la descentralización en tér­
minos del desempeño del sistema federal mexicano?, ¿se logró
equilibrar a las relaciones intergubernamentales o surgieron nuevos
desequilibrios?
La transición política en las gubernaturas de los estados y en el
titular del Ejecutivo federal, aunado a la reforma del artículo 115
en 1999, reunió en 2001 a gobernadores del PRI y del PRD, quienes en
2002 conformaron la Conferencia Nacional de Gobernadores (Co­
nago), la cual tenía como propósito reunir a los ejecutivos estatales
para deliberar sobre asuntos comunes y tomar decisiones propositivas
sobre los temas de interés político (Conago, 2018).
La reunión de los gobernadores atendía lo establecido en el ar­
tículo 117 acerca de que los ejecutivos estatales no pueden celebrar
alianzas con otros estados; sin embargo, una vez que en 2003 se
unieron los gobernadores de las 32 entidades, se dio un fortaleci­
miento de los gobiernos estatales que fue en detrimento de la vida
institucional de los municipios (Conago, 2018).
Si bien las reformas al artículo 115 habían dotado de atribucio­
nes y responsabilidades al municipio, en la dinámica de fuerzas
regionales los gobiernos estatales consiguieron incrementar sus in­
gresos a través de diversas partidas y se dejó de lado la posibilidad de
que los gobiernos municipales pudieran participar en las decisio-
nes que impactaban en sus territorios.
El artículo 115 contempla la participación de éstos, pero no los
mecanismos que garanticen que se lleve a cabo, lo que fortalece el
centralismo de las decisiones tanto de los estados como de la fede­
ra­ción. Esta situación impacta negativamente en la calidad de la demo-
cracia de nuestro país.
Con la transición en el Poder Ejecutivo federal, a partir del año
2000 se inicia la segunda etapa del proceso descentralizador; en ella
México enfrenta una obligada reorganización de las competencias
de las instancias de gobierno, así como de las reglas instituciona-
386 DAVID MORALES G., LAURA GEORGINA AHUACTZIN P.

les bajo las cuales deben interactuar los actores involucrados en pro­
cesos comunes. Es en esta etapa que el Poder Legislativo se centra
en crear los mecanismos jurídicos para establecer un federalismo
cooperativo, es decir, promueve las condiciones necesarias para que
los gobiernos federal y local puedan coordinarse para la consecución
de fines comunes.
El arreglo institucional presente desde la Constitución de 1917
se apoyó de los arreglos informales como la cohesión central ba­-
sada en un presidencialismo fuerte, lo que propiciaba una arena de
disputa por el poder en la que los actores gubernamentales exigían
mayor protagonismo.
En ese contexto, la lógica descentralizadora se explicó en un pri­
mer momento como una acción esencialmente prevista desde el
centro hacia la periferia; sin embargo, las reformas al marco jurí­dico
provocaron que las entidades cobraran una fuerza no prevista, con
lo que aumentaron su participación, la atención de las demandas
ciudadanas y un lugar dentro del pacto federal.
Por su parte, la reforma gubernamental se ha movido en dos ver­
tientes globales que en ocasiones generan tensiones entre sí. La pri­me-
ra trata de la necesidad de realizar un ajuste estructural del modelo
económico poniendo especial énfasis en el traslado de una economía
cerrada a una abierta y, paralelamente, hacer de ésta una arena eco­
nómica competitiva, el saneamiento de las finanzas públicas cuidan­
do los niveles de endeudamiento, así como los montos y plazos de
los empréstitos para reestructurar las condiciones de pago con los
acreedores y la reducción de los límites de acción directa.
La segunda vertiente contempla la urgencia de reestructurar
las formas de funcionamiento político atacando problemas de demo­
cracia electoral, equilibrio de poderes y participación ciudadana.
Entre estos macroprocesos de cambio, se llevan a cabo otros que
abarcan las modificaciones del orden del poder formal que se des­
envuelve dentro de organizaciones públicas en transformación,
al­terando las condiciones de funcionamiento en sus estructuras,
fun­ciones, competencias y reglas.
De acuerdo con Beltrán y Portilla, las líneas principales de acción
que han guiado la descentralización en México son fortalecer el
federalismo, vigorizar la vida municipal y fomentar el desarrollo re­
gional (Beltrán y Portilla, 1986:92).
PROCESOS DE DESCENTRALIZACIÓN Y CALIDAD 387

Por otro lado, María del Carmen Pardo afirma que el primer paso
para la descentralización política mexicana consistió en el reparto
de competencias entre autoridades centrales y locales en una divi-
sión de esferas que se limitan recíprocamente (Pardo, 1986:123). Para
conseguir tal objetivo, se aprobaron las leyes que dieran sustento a
dichas acciones del gobierno federal. Las leyes aprobadas para el fo­
mento del federalismo fueron: la Ley Orgánica de la Administración
Pública Federal y la Ley de Planeación. Por su parte, el Programa
de Descentralización de la Administración Pública Federal tenía por
ob­jetivo la búsqueda del equilibrio de los tres órdenes de gobierno
al compartir la responsabilidad de acciones que recaían sobre el fe­­deral
(Beltrán y Portilla, 1986:91-92), y al mismo tiempo se estableci­eron
Convenios Únicos de Desarrollo.
Como ya se había mencionado, la descentralización política se
dirigió principalmente hacia los municipios con las reformas al ar­
tículo 115 constitucional en 1983 y 1999, en las que se reconoció
al municipio como un ente de organización político-gubernamen­
tal que constituye la base de la división territorial, así como de la
organización política y administrativa de los estados.
En el nuevo arreglo institucional, la principal función de la es­
fera municipal consistió en atender las necesidades comunitarias y
preservar el orden público; asimismo, se le reconoció como la instan­
cia de gobierno más cercana a la ciudadanía, por lo que se contempla
como el mejor capacitado para responder con rapidez y eficacia a las
necesidades cotidianas de la comunidad, o bien para organizar y
conducir las demandas locales cuya respuesta está fuera del alcance
municipal hacia los órdenes superiores de gobierno (Olivos, 2013).
Los avances en la descentralización política no alcanzaron a do­
tar al municipio de las facultades necesarias para hacer frente a los
retos que habían traído las reformas, principalmente la de 1999. Pese
a las responsabilidades que le fueron concedidas, los gobiernos mu­
nicipales tienen una limitada capacidad para asumir las tareas que le
fueron conferidas debido a los escasos recursos, tanto materia­les co-
mo humanos, con los que cuenta, así como por su papel restringido
en los ámbitos de decisión federal y en el desarrollo de las re­laciones
intergubernamentales.
La descentralización política y administrativa tuvo como princi­
pal consecuencia que el municipio mexicano se caracterice por una
388 DAVID MORALES G., LAURA GEORGINA AHUACTZIN P.

organización administrativa subordinada y dependiente de los otros


órdenes de gobierno (Aguilar, 1996:8).
En un análisis realizado por Ady Carrera se explica que el resul­
tado de las transformaciones en el papel de los municipios ha sido
un proceso de descentralización altamente controlado por el gobier­no
federal, quien dicta su intensidad y dirección, por lo que hasta ahora
los estados han sido los principales beneficiarios, mientras que los
municipios permanecen como el ámbito de gobierno menos forta­
lecido (Carrera, 2004).
En contraparte, la dinámica al interior de los gobiernos munici­
pa­les es distinta ya que la exigencia de resultados cobra importancia
por la cercanía de aquellos que los demandan y el juicio sobre los mis-
mos. Un juicio negativo puede llevar a la pérdida del poder político
o al deterioro de la imagen política, por lo que tienen que cambiar
sus formas de respuesta ante la exigencia de mayor eficacia y efecti­
vidad de las políticas públicas.
La anterior situación podemos plantearla en términos de una re­
lación desigual y ante el verticalismo de la misma, podemos decir
que resta características democráticas y se acerca más a un modelo
autoritario.
El proceso de descentralización política y administrativa del Es­
tado mexicano consistió en la redistribución de competencias y re­cur-
sos con la finalidad de desahogar al centro y dotar de una mayor
capacidad de acción al ámbito local. Sin embargo, estos procesos no
se dieron de forma equitativa, por el contrario, estuvieron llenos de
desequilibrios en diversos ámbitos, principalmente en el político y
financiero, de tal forma que los resultados fueron positivos en algu­
nos aspectos pero en otros resultaron contraproducentes en la cons­
trucción de un modelo de participación política equilibrada entre
los órdenes de gobierno.
Uno de los aspectos positivos de la descentralización política fue
la creación de bases favorables para la pluralidad partidaria, la cual
culminó en una transición política, primero en el ámbito local y pos-
teriormente en el federal.
La pluralidad política que se observa en la actualidad debería
estar acompañada por una estrategia con la que se pueda otorgar a
los gobiernos locales mayor capacidad de decisión y un flujo de re­
cursos eficaz y suficiente.
PROCESOS DE DESCENTRALIZACIÓN Y CALIDAD 389

Al respecto, García del Castillo explica que este arreglo supone


un mayor grado de corresponsabilidad y que por lo tanto requiere un
fortalecimiento de las finanzas estatales y municipales, de un apo-
yo para mejorar sus estructuras administrativas, métodos de fun­
cionamiento, tecnología y capacidad de los trabajadores públicos
(García, 1999:7-16).
Todo ello redundaría en eficacia gubernamental, mayor legiti­
midad y mejores servicios públicos. Al mejorar la eficacia guberna­
mental, que aumenta a la vez la calidad de vida de los ciudadanos,
podemos hablar de calidad en la democracia desde esta perspectiva
y en cuanto a las relaciones intergubernamentales.
En general las condiciones de calidad democrática en relación
con los procesos de descentralización que podemos detectar en Mé­
xico, van en el sentido de mayor participación del gobierno local
—principalmente en el nivel estatal—; mayor cercanía del gobierno
con los ciu­dadanos —municipios y estados— que abre la puerta a
mayores posibilidades de accountability —sin que hasta ahora haya
sido posible—; y un grado mayor de autonomía de los tres órdenes
de gobierno —donde el municipio sigue teniendo cierto grado de
sub­ordinación.
Con ciertos parámetros adicionales a las elecciones libres, pode­
mos analizar el desempeño de los gobiernos descentralizados, las
características de sus relaciones intergubernamentales —equilibra­
das o subordinadas—, así como la distribución de los beneficios en
términos de la distribución del poder político (véase el cuadro 1).
La descentralización política y administrativa sentó las bases para
que los gobernadores obtuvieran poder sobre los municipios y un
papel estratégico respecto a las relaciones con elgobierno federal. De
esta forma, la configuración del poder posterior a la transición polí­
tica dio lugar a un reacomodo de fuerzas en favor de los estados, co­-
mo a continuación se explica.

EL PAPEL DE LOS GOBIERNOS FEDERAL, ESTATAL Y MUNICIPAL


EN RELACIONES INTERGUBERNAMENTALES MÁS DEMOCRÁTICAS

El marco normativo del sistema federal mexicano establece las re­glas


del juego bajo las cuales los gobiernos federal, estatal y municipal se
390 DAVID MORALES G., LAURA GEORGINA AHUACTZIN P.

relacionan y coordinan para la ejecución de sus tareas y el logro de


los objetivos gubernamentales.
Pese a los impulsos desde el Legislativo federal y las legislaturas lo-
cales en incentivar una mayor participación política y desarrollo
democrático, las inconsistencias en el marco jurídico y las ambi­güe­
dades en algunos artículos, así como la falta de obligatoriedad de las
normas, han provocado la negociación con base en aspectos infor­
males donde algunos espacios de confluencia, como la Conferencia
Nacio­nal de Gobernadores (Conago, 2018), se asumen como nuevos
centros de poder con lo que se deja en desventaja al resto de los actores.
Las reformas del artículo 115 llevaron a las relaciones interguber­
namentales a una nueva dinámica, debido a que con las atribuciones
concedidas al municipio con la reforma de 1999, estados y muni­
cipios tienen la posibilidad de coordinarse, horizontal y vertical­
mente, con diferentes propósitos.
El proceso de descentralización ha sido impulsado en el aspecto
formal, pero no se ha revisado ni evaluado su forma operativa y fun­
cional. Esto ha obstaculizado el desarrollo del federalismo y, por lo
tanto, democrático en las localidades, municipios, regiones y esta-
dos del país. En ese sentido, la centralización histórica, en todas sus
for­mas, constituye el verdadero problema para efectuar una verda­
dera descentralización que dote al sistema federal mexicano de los
elementos necesarios para un funcionamiento menos vertical y, en
consecuencia, más democrático.
Uno de los retos a los que se enfrentan los gobiernos locales es el
arreglo jurídico-institucional con el que se rige la participación de
los ámbitos gubernamentales, ya que fue diseñado para una etapa
en la que no eran tomados en cuenta para la toma de decisiones, y
no tenían capacidad de gestión. En ese sentido, la reforma política
y administrativa queda corta en las atribuciones municipales ante
la nueva realidad de los gobiernos.
En lo que respecta a las relaciones intergubernamentales (RIG), la
Constitución mexicana establece un sistema vertical en el que los
mecanismos que integran dicho sistema contemplan las interaccio­
nes de los estados miembros de acuerdo con el marco de las leyes
generales, mismas que establecen que la federación, los estados y
los municipios pueden ejercer facultades sobre distintas porciones
de la misma materia o de una materia compartida.
PROCESOS DE DESCENTRALIZACIÓN Y CALIDAD 391

Esta situación también es abordada por Luis Aguilar Villanue-


va, quien explica que el desarrollo en nuestro país ha sido impulsa­
do por el gobierno central a causa de que en la época del Estado
bene­factor se mantuvo la propuesta de que, para mantener la esta­
bilidad del país ante los cambios económicos y sociales, se debían
mantener las decisiones bajo el control de un único centro de mando
(Aguilar, 1996:20).
Las relaciones intergubernamentales en el país se han caracteri­
zado por el predominio de la federación sobre las entidades, rasgo
que se reprodujo con mayor intensidad en la relación que establecie­
ron los estados y municipios a partir de las reformas del artículo 115
constitucional.
Así, el ámbito municipal no sólo ha funcionado con una limi­tada
capacidad de acción proveniente del marco jurídico, sino que a­de­más
se encuentra constantemente vigilado por los otros órdenes de gobier­
no, por lo que el municipio se ha convertido en un actor de control
político más que como instancia para el gobierno democrático.
Otro mecanismo característico del sistema de relaciones intergu­
bernamentales en México, según Serna de la Garza, son los conve­
nios que pueden celebrarse en distintas materias entre federación,
estados y municipios, la cual está contemplada en el artículo 26 de
la Constitución de 1917 (Serna, 2008:559).
Para García del Castillo, las relaciones intergubernamentales
tienen un papel fundamental en la organización del Estado federal
debido a que la coordinación de los entes gubernamentales permi­
te alcanzar mejores resultados de política, lo cual permite fortalecer
los procesos democráticos (García, 1996:97-122). Además, la per­
manente interacción entre políticos, funcionarios y autoridades se
desenvuelve en arreglos informales pero orientados hacia el logro del
cumplimiento de objetivos de carácter formal y legal, lo cual permi­
te reconocer la pluralidad dentro de las decisiones gubernamentales
en los distintos ámbitos.
De acuerdo con la teoría, la descentralización debe ser un me­
canismo para el fortalecimiento de los ámbitos locales en materia
de participación política equilibrada entre los órdenes de gobierno
y en dirección al fortalecimiento de la calidad democrática.
Sin embargo, el problema de la participación política de los go­
biernos radica en que los actores que intervienen representan inte­
392 DAVID MORALES G., LAURA GEORGINA AHUACTZIN P.

reses políticos y electorales, y mantienen una posición dentro de la


estructura política donde persisten rasgos de la hegemonía partida­
ria propia del sistema político autoritario, mismo que se mantuvo
en México hasta finales del siglo pasado.
La alternancia en los gobiernos, tanto federal como local, ha pro­
vocado una pluralidad que en ocasiones significa un obstáculo para
el alcance de los objetivos administrativos y gubernamentales. Es
por eso que la falta de una reglamentación que obligue a los gobier­
nos a coordinarse provoca que los procesos estén sujetos a las volun­
tades, intereses y posturas de los representantes de los gobiernos.
Al respecto, Tonatiuh Guillén señala que “en un modelo federal,
el acotamiento del gobierno nacional por los estados es una forma
adicional de equilibrio del poder político; o mejor dicho, es un ins­
trumento más para la distribución del poder” (Guillén, 2001), por
lo que los procesos en los que se relacionan los gobiernos involucran
necesariamente un juego de poder entre las autoridades de los go­
biernos locales y los representantes del gobierno federal, enmar­-
cados por las facultades que emanan del sistema federal mexicano, y
dependiendo el tipo de relación que se da entre los órdenes —ver­
tical u horizontal—, será más o menos democrático.
De esta forma, el autor explica que el federalismo resulta, desde
esta perspectiva, una forma de organización del poder político cuya
misión es distribuirlo o, dicho de otra manera, evitar su concentra­
ción en un solo actor político gubernamental, como se presentó de
manera muy marcada durante el régimen autoritario fuertemente cen-
tralizado en el Poder Ejecutivo y, por lo tanto, en el gobierno fede­
ral (Guillén, 2001).
No obstante, en la vida política de nuestro país se observa, como
resultado, la incapacidad política y las complejas relaciones inter­
gu­bernamentales que mantienen los actores e instituciones implica-
dos en los procesos democráticos en el marco de sistema federal.
Cuando hay un tema concurrente o derivado de las “facultades
residuales” para los ámbitos de gobierno, es necesario definir los tér-
minos de las relaciones intergubernamentales que están presentes
en el proceso de la política pública, lo cual implica que la situación
debe ser atendida por los tres órdenes de gobierno. Empero, la es­
tructura del Estado mexicano otorga a los gobiernos municipales un
papel importante en la satisfacción de demandas ciudadanas de­-
PROCESOS DE DESCENTRALIZACIÓN Y CALIDAD 393

bido a que son el ámbito de gobierno más cercano a la población y


por ende son los que están más implicados con los resultados y el
desem­peño democrático del país.
Es así que el fenómeno conduce a un problema político-institu­
cional: cómo lograr el fortalecimiento de la democracia en los pro­
cesos que sostienen los ámbitos de gobierno, a partir de los procesos
descentralizadores.
Las relaciones intergubernamentales dentro del sistema federal
mexicano y su repercusión en la calidad de la democracia de nuestro
país, exige diferenciar y observar las coincidencias en el diseño insti­
tucional con las prácticas de los actores implicados, o bien dar cuen­
ta de los incentivos realmente existentes y efectivos para lograr la
participación política. Asimismo, observar cómo se controla el con­
flicto que se origina en la informalidad.
Las bases para el fortalecimiento de la calidad democrática han
sido asentadas por el andamiaje electoral como un aspecto estric­
tamente procedimental; sin embargo, la realidad de los municipios
mexicanos exige la identificación de estrategias que permitan el de­
sarrollo de nuevos esquemas de relaciones intergubernamentales y
esquemas de participación ciudadana más equilibrados. El fortale­
cimiento de los gobiernos municipales y la definición clara de las áreas
de acción de cada ámbito de gobierno, son aspectos necesarios para
mejorar el funcionamiento y los resultados hacia los ciudadanos.
En el caso mexicano, existen leyes y normas que evocan la parti­
cipación de los gobiernos locales para una serie de temas y políti­cas,
que han propiciado el entorpecimiento del sistema y la posibilidad de
evasión de responsabilidades por alguno de los ámbitos de gobierno.
En el escenario de política pública intergubernamental se obser­
va un predominio de los vínculos informales sobre los formales, por
lo que el partido político al que pertenece el representante del go­
bierno cobra un papel importante dentro de la negociación. Los
vínculos reales entre el gobierno federal, estatal y municipal son
generalmente informales debido a la relación que establecen los ac­
to­res políticos, con sus respectivos intereses dentro del proceso.
El cambio en el balance de relaciones entre instituciones y acto­
res obedece a un acomodo distinto de las fuerzas políticas. De esta
forma, las políticas públicas generadas a partir de la negociación
política de representantes de los gobiernos involucrados se convier­
394 DAVID MORALES G., LAURA GEORGINA AHUACTZIN P.

ten en un reto para el sistema gubernamental, por lo que son un es-


pacio para la reflexión sobre las políticas que se cruzan alrededor de
las relaciones entre federación, estados y municipios.
Marga Gómez Reino explica que los sistemas federales deben
exa­minarse a partir de la política territorial, que comprende las uni­
­dades territoriales con identidades e intereses propios articulados
con otras entidades en los planos horizontal y vertical con la fede­
ración (Gómez, 2018). Esta situación debe llevar, al menos en teoría,
a relaciones más equilibradas al realizarse entre unidades dotadas
de cierto grado de autonomía y en razón de eso, una interacción ba­
sada en reglas más democráticas.
No obstante a lo anterior, podemos observar que la descentrali­
zación no necesariamente genera relaciones intergubernamentales
equilibradas. Aunque el fortalecimiento y la mayor autonomía de
los distintos ámbitos de gobierno era necesaria, los gobiernos mu­
nicipales y estatales muestran problemas en su desempeño y en la
relación entre los mismos, ocasionando una especie de malestar con
la democracia y con las elites partidistas que ascienden al poder local.
Los resultados de la calidad democrática demediada se hacen
evidentes en los niveles de deuda pública —estados y municipio—,
ineficacia para resolver problemas que amenazan la gobernabilidad,
mala calidad de los servicios públicos y, por consecuencia, falta de
legitimidad sintetizada en gobiernos locales impopulares.
Un ejemplo de la problemática social que resulta de la incapaci­
dad de coordinación entre gobiernos que comparten una proble­
mática, como lo es la Zona Metropolitana del Valle de México, son
los índices de violencia que compartieron las entidades de Ciudad
de México y Estado de México en el último año de coincidencia de
Miguel Ángel Mancera y Eruviel Ávila.
En 2016, el Estado de México y la Ciudad de México fueron con­
sideradas como las dos entidades del país con mayor número de robos
con violencia, ya que de acuerdo con datos oficiales, de los 51 516
robos cometidos en la Ciudad de México, 13 201 (25.62%) fueron
con violencia, mientras que en el Estado de México, de los 41 339
asaltos registrados, 20 409 (49.36%) fueron violentos (ONC, 2018).
Asimismo, estas entidades estuvieron reportadas con un gran
número de casos de extorsión, con 525 y 407 incidencias en 2016,
respectivamente, y presentan altos índices en delitos de secuestro y
PROCESOS DE DESCENTRALIZACIÓN Y CALIDAD 395

violación. El Estado de México ocupó el primer lugar nacional


en casos de privación de la libertad (174 casos) y crímenes sexuales
(1 414). Por su parte, la Ciudad de México ocupa el cuarto lugar en
secuestro (34 casos) y el quinto en violaciones (398) (ONC, 2018).
Las problemáticas compartidas, como la calidad del aire, la mo­
vilidad urbana y el tratamiento de la basura demostraron la falta de
voluntad política de los ejecutivos locales para emprender acciones
conjuntas en favor de la solución de problemas. En consecuencia, la
popularidad de Mancera y Eruviel bajaron y a la postre pagarían
las consecuencias sociales y políticas de no haber actuado de forma
coordinada.
Entender la relación entre los procesos descentralizadores tanto
políticos como administrativos y su repercusión en la calidad de­
mocrática de las relaciones intergubernamentales implica el análisis
de la compleja relación entre eficacia y equidad entre los ámbitos de
gobierno.
Al respecto, Eaton considera que la relación entre la calidad de la
democracia y la descentralización es de suma importancia debido
a que la primera es una precondición de la segunda, pero que la se­
gunda estimula los resultados de la primera. El autor reconoce que
en los procesos de recentralización existe un retroceso en la calidad
de la democracia, por lo que los nuevos estudios políticos pretenden
enfocarse en las motivaciones que tienen los Estados para regresar
a antiguos regímenes autoritarios (Eaton, 2004).

CONCLUSIONES

La descentralización político-administrativa aunada al proceso de


democratización de las elecciones, ha traído consigo resultados más
eficientes que aquéllos propios de la etapa autoritaria y centralista del
sistema político mexicano.
Para autores como Colomer, “los Estados unitarios en sociedades
complejas […] producen resultados peores que los Estados federa­
les o descentralizados” (Colomer, 2007:247). En el caso mexicano, hay
suficientes elementos para afirmar que desde las leyes que deto­naron
la descentralización y una nueva lógica del sistema federal, dota-
396 DAVID MORALES G., LAURA GEORGINA AHUACTZIN P.

ron a los gobiernos estatales y en menor medida a los municipales,


de capacidad institucional de acción para la solución de los proble­
mas públicos. Hay en el diseño una intención democratizadora del
orden político gubernamental nacional.
Desde la década de los ochenta y de manera más decidida a fi­
nales de los años noventa, se empezaron a ver los resultados de la
descentralización política al mostrar mayor grado de autonomía del
ámbito municipal con respecto al poder central —específicamente
del Poder Ejecutivo—, primero de manera contundente en la al­
ternancia política en el nivel local en diversas gubernaturas y pre­
sidencias municipales, y después en diversos congresos locales que
pluralizaron la representatividad, elementos que permiten hablar en
ese nivel procedimental de un buen desempeño democrático.
Queda pendiente, en el sistema federal mexicano, que en su funcio­
namiento haya un mayor grado de coordinación intergubernamental
con fines comunes, pues a lo largo de la historia descentralizadora,
en las últimas dos décadas se ha visto un predominio regional en
instan­cias de decisión no formales, como la Conago, de las entidades
eco­nómica y políticamente más influyentes con respecto al Ejecutivo
Federal —Ciudad de México, Estado de Mé­xico, Nuevo León, Ja­­lisco,
Puebla, y así de forma descendente—, basadas en decisiones produc­
to de relaciones intergubernamentales desequilibradas cercanas más
a rasgos autoritarios que a definiciones democráticas.
Desde el diseño constitucional, aunado a los mecanismos infor-
ma­les de negociación entre los estados y la federación, se ha dificulta-
do la limitación recíproca del poder entre los tres órdenes de gobierno.
Las relaciones intergubernamentales concretas no han ganado en
horizontalidad y mantienen aspectos francamente verticales y auto­
ritarios, sobre todo entre los gobiernos estatales y municipales. Es-
tos últimos con una limitada participación en diferentes espacios de
coordinación federal, donde sólo tienen voz, pero no voto —como
la administración del Fondo Metropolitano.
A partir de las reformas electorales de las últimas cuatro décadas,
en el nivel local se dieron procesos de democratización que permi­
tieron la alternancia y la pluralidad política. En algunos estados el
proceso fue más lento que en otros, pero ha ido normalizándose
la ocurrencia de elecciones libres y ha mejorado la calidad de los pro­
cesos. Sin embargo, hay un pendiente en el control ciudadano de sus
PROCESOS DE DESCENTRALIZACIÓN Y CALIDAD 397

gobernantes y se ve reflejado en hechos de corrupción en los nive­


les estatal y municipal, así como escasos mecanismos de participa­
ción ciudadana en los procesos de toma de decisiones en el nivel
municipal, situación que se agrava ante la falta de instrumentos de
evaluación que mida el impacto y la relación entre demandas y nece-
sidades de la población y la calidad de resultados gubernamentales.
En una evaluación general de la descentralización y su impacto
en la calidad de la democracia en una definición amplia de la mis­
ma, podemos señalar que hay avances que permitieron al ámbito lo-
cal adquirir una dinámica propia político-electoral; sin embargo, la
transferencia de atribuciones, facultades y recursos desde el poder
central hacia el ámbito subnacional, generó áreas en que las relacio­
nes intergubernamentales siguen siendo desequilibradas, ver­ticales y
por lo tanto de corte autoritario.
Así, en cuanto a los recursos fiscales, el actual sistema de partici­
paciones y transferencias federales ha generado una serie de incen­
tivos negativos en los que los gobiernos locales no se esfuerzan por
generar recursos propios y eficientar su recaudación. Esta situación
refuerza la relación desequilibrada con respecto al poder central y
aumenta la dependencia fiscal y un esquema poco democrático en
las relaciones intergubernamentales y, desde luego, en la posibilidad
de crear mecanismos de rendición de cuentas desde la ciudadanía,
pues los gobiernos locales responden ante la federación a partir del
sistema de coordinación fiscal.
La revisión conceptual y la valoración de la situación actual de la
calidad de la democracia en nuestro país revelan los retos a los que
se enfrenta nuestro sistema político en materia de relaciones inter­
gubernamentales. La descentralización política y administrativa ha
tenido diversos efectos en la distribución del poder entre los entes gu-
bernamentales, lo cual ha puesto en desventaja a los municipios, pues
encuentran limitaciones en las reglas formales y no formales para
participar en la vida democrática de nuestro país.
Promover la calidad de la democracia implica el robustecimien­
to del marco jurídico que regula la participación de los tres órdenes
de gobierno, dando énfasis al fortalecimiento de los municipios a
fin de que éstos puedan jugar un papel activo en la toma de decisio­
nes y así erradicar los rasgos autoritarios presentes en el sistema que
no permiten la evolución favorable de la calidad democrática.
398 DAVID MORALES G., LAURA GEORGINA AHUACTZIN P.

CUADRO 1
CONDICIONES MÍNIMAS DE DESCENTRALIZACIÓN Y RELACIONES
INTERGUBERNAMENTALES QUE APORTAN A LA CALIDAD
DE LA DEMOCRACIA EN MÉXICO

1. Mayor grado de autonomía del ámbito estatal


y municipal con respecto al poder Sí
central (modelo horizontal)
2. Aspectos formales/normativos democráticos
No
de las relaciones intergubernamentales
3. Procesos con los que la ciudadanía selecciona
No
y controla a sus gobernantes en el nivel local
4. Mecanismos de participación ciudadana
No
en el nivel local
5. Distribución del poder político entre
el nivel federal y local (decisiones) y su ejercicio Sí
equilibrado (mecanismos de control)
6. Posibilidad de accountability de acuerdo
No
con necesidades y demandas (evaluación)
7. Mayor grado de transferencia de atribuciones,
facultades, actividades y recursos Sí
desde el poder central al ámbito local
8. Traslado de funciones y mejoramiento
No
de la administración de bienes y servicios
9. Ampliación de la pluralidad y representación
política con referencia concreta a un Sí
territorio y ciudadanía concreta
10. Gobiernos directamente responsables
No
ante la ciudadanía local
11. Sistema equilibrado de recaudación fiscal
No
(disminuir desequilibrios territoriales)
12. Mayor grado de coordinación intergubernamental
No
con fines comunes
PROCESOS DE DESCENTRALIZACIÓN Y CALIDAD 399
CUADRO 1 (CONTINUACIÓN)

13. Definición equilibrada de resultados


No
derivados de las RIG
14. Limitación recíproca del poder entre
No
órdenes de gobierno (modelo horizontal)
15. Capacidad amplia de acción del ámbito local
No
proveniente del marco jurídico
FUENTE: elaboración propia con información de autores y legislación varia.

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BL
A
N
C
A
CAPACIDAD INSTITUCIONAL Y ADMINISTRATIVA:
EL MODELO SINTÉTICO DE INFORMACIÓN DE DESEMPEÑO
COMO INSTRUMENTO PARA MEDIR LA EFICACIA
GUBERNAMENTAL EN MÉXICO (2013-2017)

Alma Patricia de León Calderón*

RESUMEN

La democracia y la calidad de la misma han sido conceptualizadas y


evaluadas por diferentes autores, particularmente por Morlino (2014),
quien plantea una forma de hacerlo para el caso de América Latina.
En este trabajo se retoma la dimensión de Estado de derecho en su
componente de capacidad institucional y administrativa de dicho
au­tor, proponiendo el uso del Modelo Sintético de Información de
Desempeño (MSD) como indicador proxi para cuantificar la eficacia
gubernamental en México, ya que en el modelo de Morlino ésta se
basa en indicadores de gobernanza del Banco Mundial y, por lo tan­
to, se considera que no refleja el desempeño alcanzado por las ins­ti­tu-
ciones gubernamentales, cuestión fundamental en este concepto. El
MSD permite otorgar una calificación al desempeño de los progra­
mas presupuestales y en este trabajo se presenta el análisis de los datos
en el periodo 2013-2017. Se concluye que, en promedio, se tiene un
desempeño aceptable en los programas presupuestales de la admi­
nistración pública federal; sin embargo, faltarían mecanismos para
que, en efecto, fueran considerados estos resultados en la toma de
decisiones y con ello cerrar el ciclo para favorecer la calidad de la de­mo-
cracia.
Palabras clave: eficacia gubernamental, desempeño, democracia.

* Profesora-investigadora de la UAM-Lerma.

[403]
404 ALMA PATRICIA DE LEÓN CALDERÓN

INTRODUCCIÓN

Las aproximaciones conceptuales a la democracia y a la calidad de


la misma son muy diversas (Lijphart, 1999; Dahl, 1971; O’Donnell,
2004; Barreda, 2011). Asimismo, se pueden encontrar varios estudios
que comparan la calidad democrática a partir de diferentes visio­-
nes conceptuales. Particularmente, aquí se retoma el trabajo de Mor­
lino (2014), quien considera que una democracia de calidad es “una
estructura institucional estable que permite que los ciudadanos al­
cancen la libertad e igualdad mediante el legítimo y correcto funcio­
namiento de sus instituciones y mecanismos” (2014:25-26).
Morlino (2014) propone una aproximación amplia para evaluar
la calidad democrática en América Latina a través de tres nociones
distintas de calidad: procedimientos, contenidos y resultados. Con­
cretamente, este trabajo se ubica en la categoría de los procedimientos
que abarca el mecanismo de toma de decisiones y de su aplicación
(Estado de derecho). Dentro de esta dimensión se ubica la subdi­
mensión de “capacidad institucional y administrativa”, que implica

[…] formular, aplicar y poner en vigor las leyes; con énfasis en el sis­
tema de gobernanza, capaz de asegurar la producción de leyes de
buena calidad y la aplicación en todo el territorio nacional de un
proceso transparente para la formulación de políticas con partici­
pación de la sociedad civil, y la presencia de una burocracia estatal
efi­ciente, profesional, neutral y sujeta a la rendición de cuentas (Mor­
lino, 2014:41).

El primer impulso para evaluar la última parte (eficiencia guberna­


mental) consistiría en analizar la profesionalización de la burocracia
y del servicio público, es decir, de la gestión de los recursos humanos
que realizan la función de gobierno y que se sustenta en el mérito, la
igualdad de oportunidades, la calidad y la competencia profesiona­
les, como una condición necesaria para la democracia (Merino, 2006:
37). Sin embargo, existe otra parte muy importante para lograr la
eficiencia del Estado, la cual está implícita en el argumento de O’Don­
nell (2008), y consiste en que las burocracias alcancen los resultados
que la sociedad espera.
Las dos visiones están estrechamente relacionadas pues, como
política pública, la profesionalización se dirige a resolver el problema
CAPACIDAD INSTITUCIONAL Y ADMINISTRATIVA 405

de la improvisación y la falta de calidad en el desempeño de los car­


gos públicos; sin embargo, no basta con crear los procedimientos
de entrada, desarrollo y salida acordes con las capacidades pro­
fesionales que se esperan en cada cargo, es necesario que esas
capacida­des se confronten con la medición de resultados de la or­
ganización en su conjunto; es decir, la profesionalización fracasa
cuando la orga­niza­ción en la que se inscribe no logra mejorar su
desempeño, ni agrega valor a sus resultados (Merino, 2006:69).
En el ciclo de las políticas públicas se asume que existe un pro­
ce­so de aprendizaje, en el sentido en que lo señala Etheredge (1981),
que permite ir afinando los instrumentos que tiene el Estado al lidiar
con los problemas públicos. No obstante, este aprendizaje debe se­-
guir un proceso sistemático basado en evidencia empírica. Idealmen­
te, esta evidencia se produce a partir de la realización de evaluaciones
perió­dicas a las políticas con apego a metodologías probadas en dife­
rentes contextos. Por lo tanto, una buena política de profesionaliza­
ción no ha de medirse tanto por sus objetivos internos, sino por sus
apor­taciones a la eficacia, la eficiencia y el éxito de la organización
en su conjunto (Merino, 2006:69-70).
Morlino (2014) propone la siguiente pregunta orientadora pa-
ra medir la capacidad administrativa e institucional: “¿Qué nivel de
de­sarrollo han alcanzado las instituciones y la administración, y en
qué medida es bueno su desempeño real?”. Para dar respuesta a la
pregunta y cuantificar la eficacia gubernamental, considera indicado­
res de gobernanza del Banco Mundial. En este trabajo se considera
que dicho indicador contribuye más a medir la primera parte de la
subdimensión, es decir, aquella que hace énfasis en el sistema de go­
bernanza, pero no necesariamente en el desempeño alcanzado por las
instituciones gubernamentales, cuestión fundamental para me­dir
dicha categoría.
Por lo anterior, este artículo tiene como objetivo proponer y ana­li-
zar, para el caso de México, el uso del Modelo Sintético de Informa­
ción de Desempeño (MSD) para cuantificar la eficacia gubernamental.
El MSD se basa en el enfoque de la nueva gestión pública (NGP) y
sus objetivos son contar con elementos para la toma de decisiones
de asignación presupuestaria basada en los resultados de los progra­
mas; utilizar la información para mejorar los objetivos, indicadores,
metas y todos aquellos aspectos derivados de las evaluaciones ex­
406 ALMA PATRICIA DE LEÓN CALDERÓN

ternas; así como justificar el incremento o decremento de asignación


presupuestaria. El MSD presenta datos que permiten valorar el des­
empeño de los programas presupuestales, por lo cual puede ser uti-
lizado como un indicador proxi de la eficacia gubernamental, que
forma parte de la categoría de capacidad institucional y administra­ti­
va de Morlino.
El trabajo se basa en los datos que presenta la Secretaría de Ha­
cienda y Crédito Público (SHCP), durante el periodo 2013-2017, los
cuales se encuentran disponibles en la página de transparencia fi­
nanciera de la actual administración federal. Los resultados del des­
empeño se encuentran por programas presupuestales, los cuales, pa-
ra efecto de este trabajo, se concentraron por ramo de acuerdo con la
estructura programática del presupuesto de egresos de la federación
(PEF), con el fin de tener una lectura general del desempeño de los
mismos. Asimismo, para la consecución del objetivo propuesto, este
documento está dividido en tres secciones: en la primera se hace un
repaso de los fundamentos teóricos detrás del MSD, el cual se sus­
tenta en el enfoque teórico de la NGP; en la segunda se describe el
MSD; la tercera sección desarrolla los resultados del MSD de 2013 a
2017. Finalmente, se presentan las conclusiones del capítulo.

EL MODELO DE LA NUEVA
GERENCIA PÚBLICA

La subdimensión “capacidad administrativa e institucional” está cla­


­ramente vinculada al concepto de Estado propuesta por O’Donnell
(2008), quien incluye al menos cuatro dimensiones: 1) la eficacia de
las burocracias estatales, 2) la efectividad de su sistema legal, 3) su
pa­pel como foco de identidad y 4) su capacidad de filtraje. Cuando
éstas se desempeñan razonablemente bien, entonces el Estado cum­
ple con su papel de articulador y ordenador de la diversidad y plu­
ralidad de las relaciones sociales en su territorio (O’Donnell, 2008:
1-2), lo cual contribuye a la calidad de la democracia en términos de
la dimensión del Estado de derecho propuesto por Morlino (2014).
La eficacia de las burocracias estatales es una de las dimensiones
más conocidas, pues en cualquier Estado se da por hecho la existen­
cia de organizaciones complejas y jerárquicamente pautadas, que
CAPACIDAD INSTITUCIONAL Y ADMINISTRATIVA 407

tienen legalmente asignadas responsabilidades apuntadas a lograr o


proteger algún aspecto del bien, o interés, público o común; por lo
que, en la medida en que sus burocracias se ajustan a esas responsa­
bilidades, marcan el grado de eficacia del Estado (O’Donnell, 2008:
2). En este capítulo se enfatiza esta característica.
En México, el gobierno ha tratado de encauzar sus esfuerzos for­
taleciendo el presupuesto basado en resultados de la administración
pública federal (APF), lo que implicaría mejorar la planeación, pro-
gramación, presupuesto, ejercicio, control, seguimiento, evaluación
y rendición de cuentas; a través del uso de la información de des­
empeño para la toma de decisiones, a fin de contribuir, idealmente,
a la consolidación de un gobierno productivo y eficaz en el logro de
sus objetivos.
Derivado de lo anterior, se creó el Modelo Sintético de Infor­
mación de Desempeño (MSD), que constituye un instrumento que
consolida y sintetiza la información de desempeño de los programas
presupuestarios (Pp). Claramente, este modelo está vinculado con
el enfoque de la nueva gerencia pública (NGP), que se orienta más
a los resultados que a los procedimientos internos de una estructura
burocrática.
La NGP es un enfoque que se ha difundido poderosamente a es­
cala mundial, cuyo objetivo se centra en el cambio y modernización de
las administraciones públicas. Sus contribuciones se basan en con­
cepciones culturales de un gobierno bueno y responsable (Barzelay,
2003:242). Entre sus argumentos principales se encuentra el que se
debe presupuestar por productos. La idea es que los funcionarios y
las oficinas gubernamentales pueden ser supervisados más eficien­
temente por centros de poder democráticamente electos —o sus
agentes en el centro del gobierno— si la responsabilidad sobre la
calidad y los costos del producto recae en unidades identificables
dentro de la jerarquía burocrática (Barzelay, 2003:243).
De acuerdo con Merino (2006:13), es a partir de la década de 1980
que inicia este nuevo movimiento de reforma a los patrones ante­
riores de la gestión pública occidental, el cual se basa, entre otras, en
las siguientes ideas: mayor productividad, vinculación más intensa
con los mercados privados, enfoque hacia el servicio; descentrali­
zación en los gobiernos centrales, más efectividad en la marcha de
políticas públicas y fortalecer la rendición de cuentas por resultados.
408 ALMA PATRICIA DE LEÓN CALDERÓN

Por su parte, Leeuw (1996:92) señala que la nueva gestión pú­


blica pondera la aplicación de los conceptos de economía, eficiencia
y eficacia en la organización gubernamental, así como en los instru­
mentos políticos y sus programas, con el fin de alcanzar la calidad
total en la prestación de los servicios, todo ello dedicando menor
atención a las prescripciones procedimentales, las normas y las reco­
mendaciones.
En términos generales, se puede decir que en este enfoque se de­
sarrollan y perfeccionan herramientas de control, especialmente
orientadas a la evaluación de los logros o resultados obtenidos (Broad­
bent y Laughlin, 1998); asimismo, se introducen mejoras en la
gestión mediante la desregulación, la descentralización y la intro­
ducción de competencia y transparencia en la rendición de cuentas
(Coninck-Smith, 1991; Montesinos, 1999).
El dominio progresivo de las ideas planteadas bajo el enfoque de
NGP se debe a una mezcla de razones políticas, sociales, económicas
e institucionales. Las primeras se refieren al incremento de los cri­
terios democráticos de gobierno, que ya no sólo aluden a la elección
libre de los gobernantes sino que demandan además que los gober­
nantes cumplan compromisos públicamente establecidos y que es-
tán relacionados con los verdaderos intereses de la sociedad civil
(Merino, 2006:104). Cuestión que suma al argumento central de
O’Donnell (2008) y Morlino (2014), en el sentido de que un Esta­do,
para llegar a ser democrático, debe considerar diferentes dimensiones.
En la última década, en México, se le ha dado más énfasis al ser­
vicio profesional (Arellano, 2010; Merino, 2006); en este sentido, se
puede asumir que los gobiernos han considerado que es suficiente
el profesionalizar a los servidores públicos para obtener un compor­
tamiento eficaz y eficiente en la administración pública; sin em­-
bargo, la clave está en evitar el sistema de botín por medio de una
institu­ción que sea capaz de defenderse a sí misma y perdurar ante
los vaivenes y las presiones políticas que inevitablemente sufrirá (Are­
llano, 2011:51-52). Por lo que, la construcción del MDS parece ser
una respuesta más amplia para lograr la eficacia de las instituciones
gubernamentales.
Con base en la NGP se desarrolló una serie de reformas institucio­
nales con el propósito de dinamizar y fortalecer el quehacer guberna­
mental en la administración 2006-2012. Así, en mayo de 2008 se
CAPACIDAD INSTITUCIONAL Y ADMINISTRATIVA 409

publicó en el Diario Oficial de la Federación la reforma constitucio­


nal en materia de gasto público y fiscalización, la cual fue aprobada
por el H. Congreso de la Unión en 2007. Uno de los pilares estra­
tégicos de esa reforma fue la adecuación y reorientación del marco
presupuestario y el ejercicio del gasto público (SHCP, s/f:4). La ges­-
tión para resultados (GpR) es un modelo de cultura organizacional,
directiva y de desempeño institucional que pone más énfasis en los
resultados que en los procedimientos, otorga mayor relevancia a qué
se hace, qué se logra y cuál es su impacto en el bienestar de la pobla­
ción: la creación de valor público (SHCP, s/f:5).
Un antecedente por considerar es que México forma parte de la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE),
la cual plantea que para alcanzar sus objetivos se requiere el ejerci­
cio eficiente de los recursos económicos de cada país, por lo cual ha
promocionado estudios y mecanismos para obtener resultados me­
diante el ejercicio eficiente de los recursos públicos, sujetándose a las
políticas del PbR y el Sistema de Evaluación por Desempeño (SED)
en los términos del Performance Budgeting in OECD Countries, pu­
blicado el 17 de septiembre de 2007. Particularmente, en el caso de
México se han retomado las experiencias en materia de SED y PbR
de Canadá, Gran Bretaña, Estados Unidos, Nueva Zelanda y Chile
(SHCP, s/f:10).
Como se observa, uno de los conceptos centrales en la NGP es el
de eficacia. La eficacia puede ser definida como el logro de resul­-
tados (Chiavenato, 2004:132), como el cumplimiento de los objeti­vos
(Koontz y Weihrich, 2004:14). En general, la eficacia está relacio­
nada con el logro de los objetivos y resultados propuestos, es decir,
con la realización de actividades que permitan alcanzar las metas
establecidas, por lo que la eficacia es la medida en que alcanzamos el
objetivo o resultado (Da Silva, 2002:20).
Otro término de interés en este análisis, y que está presente en
la literatura de la NGP, es el de evaluación por desempeño. Sin embar­
go, no existe una definición única sobre lo que significa. Diversos
autores e incluso instituciones de evaluación hacen ajustes al térmi­
no con el fin de adaptarlos al contexto que quieren analizar o en lo
que desean actuar. De manera general, se puede definir como una
forma de revisión y evaluación de la actividad gubernamental que se
centra en los resultados de la gestión pública (Barros, 2002:41).
410 ALMA PATRICIA DE LEÓN CALDERÓN

METODOLOGÍA DEL MODELO SINTÉTICO


DE INFORMACIÓN DE DESEMPEÑO (MSD)

El MSD se basa en el enfoque de la NGP, de acuerdo con lo expuesto


en el apartado anterior, por lo que sus objetivos son los siguientes:
contar con elementos para la toma de decisiones de asignación pre­
supuestaria basada en los resultados de los programas; utilizar la
información para mejorar los objetivos, indicadores, metas y todos
aquellos aspectos derivados de las evaluaciones externas, y justificar
el incremento o decremento de asignación presupuestaria.

VARIABLES DEL MSD

Las variables que utiliza el MSD para valorar el desempeño de los Pp


del gasto programable son:

1) Ejercicio del gasto en términos del presupuesto de egresos de


la federación (PEF).
2) Matriz de Indicadores para Resultados (MIR).
3) Evaluaciones externas del Programa Anual de Evaluación (PAE).
4) Aspectos susceptibles de mejora (ASM).
5) Padrón de beneficiarios incorporado al Sistema Integral de Infor­
mación de Padrones de Programas Gubernamentales (SIIPP-G).

El ejercicio del gasto en términos del PEF considera cada Pp du­


rante los últimos dos ejercicios fiscales. Por su parte, la MIR conside­ra
tres aspectos: 1) calidad en el diseño de la MIR; 2) congruencia de
la programación de las metas respecto del presupuesto, y 3) cumpli­
miento de las metas de los indicadores.
Las evaluaciones externas del PAE consideran los resultados de
la última evaluación externa disponible realizada al Pp. El objetivo
es que las evaluaciones externas permiten estar al tanto de aque-
llos aspectos que requieren atención para mejorar su desempeño.
Asimismo, los ASM describen la valoración en el avance de los ASM
suscritos por los responsables de los Pp, de conformidad con el “Me­
canismo para el seguimiento a los aspectos susceptibles de mejora
derivados de informes y evaluaciones externas a programas fede­
rales”.
CAPACIDAD INSTITUCIONAL Y ADMINISTRATIVA 411

Esta última variable parte del supuesto de que las dependencias


focalizan sus esfuerzos para una mejora continua de los Pp, mate­
rializando las recomendaciones de los evaluadores externos. En este
sentido, esta variable reflejaría el compromiso de los ejecutores de
los Pp con este proceso de mejora continua para conseguir un des­
empeño superior.
Finalmente, el padrón de beneficiarios valora el grado de avance
que presentan los Pp en relación con las recomendaciones que se
de­rivan de los “Informes de confronta entre padrones” elaborados a
partir de la información registrada en el SIIPP-G, así como la calidad
de la información incorporada al sistema (cuadro 1).

CUADRO 1
VARIABLES QUE SE INCORPORAN AL MSD

Importancia
Variable Definición para la mejora
del desempeño
Ejercicio del Considera el ejercicio Ejercer los recursos del
gasto (PEF) del gasto en PEF de conformidad
términos del con el monto aprobado
presupuesto de en el mismo, denota
egresos de la federación una planeación efectiva
(PEF) de cada Pp de las necesidades
durante los últimos dos presupuestales para
ejercicios fiscales. el ejercicio fiscal
de que se trate.
Matriz de Considera tres Una MIR con una
Indicadores para aspectos: a) calidad valoración de calidad
Resultados (MIR) en el diseño de la MIR, alta, implica que el Pp
b) congruencia ha identificado
de la programación de correctamente
las metas respecto la problemática que
del presupuesto pretende atender, las
y c) cumplimiento acciones por realizar
de las metas de los para abordarla; así
indicadores. como los mecanismos
para su correcto
seguimiento.
412 ALMA PATRICIA DE LEÓN CALDERÓN

CUADRO 1 (CONTINUACIÓN)

Importancia
Variable Definición para la mejora
del desempeño
Adicionalmente,
conocer la evolución
de las metas en
congruencia con
las asignaciones
en el presupuesto de un
ejercicio a otro, permite
valorar la pertinencia
de la programación de
las metas asociadas
a cada programa.
Finalmente, a partir
del seguimiento en el
cumplimiento de metas
del Pp es posible
establecer una
valoración respecto
al cumplimiento
de las acciones y los
resultados del Pp.
Evaluaciones Considera los Los diversos tipos de
externas del resultados de la última evaluaciones externas
Programa Anual evaluación externa realizadas a los Pp,
de Evaluación disponible realizada al permiten conocer
(PAE) Pp en el marco del PAE. aquellos aspectos que
requieren atención para
mejorar su desempeño.
Aspectos Valora el avance Es el proceso
susceptibles de los ASM suscritos a partir del cual las
de mejora (ASM) por los responsables dependencias focalizan
de los Pp, de sus esfuerzos para la
conformidad con el mejora continua de los
“Mecanismo para Pp, materializando
el seguimiento a los las recomendaciones
CAPACIDAD INSTITUCIONAL Y ADMINISTRATIVA 413
CUADRO 1 (CONTINUACIÓN)

Importancia
Variable Definición para la mejora
del desempeño
aspectos susceptibles de los evaluadores
de mejora derivados de externos. Esta variable
informes y evaluaciones refleja el compromiso
externas a programas de los ejecutores de
federales”. los Pp con este proceso
de mejora continua.

Padrón de Valora el grado de Contar con un padrón


beneficiarios avance que presentan de beneficiarios
incorporado los Pp en relación con información
al Sistema con la atención de las completa y de calidad,
Integral de recomendaciones que incrementa la
Información se derivan de los transparencia
de Padrones de “Informes de confronta y la rendición de
Programas entre padrones” cuentas; asimismo
Gubernamentales elaborados a partir permite realizar un
(SIIPP-G) 4 de la información mejor análisis de la
registrada en el SIIPP-G, focalización de los Pp.
así como la calidad
de la información
incorporada al sistema.

FUENTE: SHCP (2015:4-5).

VALORACIÓN DEL MSD POR PP

El criterio de selección de las variables se realiza con base en su rele­


vancia como información de desempeño, pues se considera que ya
sea por su tipo, composición o atributos, establecen relaciones de
causalidad con el desempeño del Pp. De esta forma, el MSD esta­
blece un modelo cuya variable dependiente es el desempeño del Pp,
y las variables explicativas son las variables PEF, MIR, PAE, ASM, y
SIIPP-G, que toman una escala que abarca los valores de 1 a 5, don­
de 5 es la calificación correspondiente al máximo desempeño y 1 a
414 ALMA PATRICIA DE LEÓN CALDERÓN

la mínima, como se muestra en el cuadro 2. Aunque cabe mencio­


nar que se considera un logro satisfactorio el resultado cuantitativo
igual o mayor a 3.8 puntos (SHCP, 2015:4).

CUADRO 2
VALORACIÓN DEL MSD

Valoración Desempeño
5 Alto
4 Medio alto
3 Medio
2 Medio bajo
1 Bajo
FUENTE: SHCP (2015:5).

La valoración de desempeño general del Pp, una vez cuantifica­


das cada una de las variables, corresponde a la suma de los valores
obtenidos con su respectivo ponderador conforme a los criterios esta-
blecidos por el modelo.

MSDPp = Σ i=1
n Variable i * Ponderadori

donde:

n : es el número de variables aplicable a la valoración del Pp.


Variablei : corresponde a cada una de las cinco variables MSD que
aplican al Pp.
Ponderadori : es el peso relativo (ponderador) de cada una de las
variables aplicables.

A cada una de las variables involucradas en el análisis le corres­


ponde un peso relativo (ponderador) dentro del modelo.1 A fin de
no afectar la valoración del Pp cuando éste no cuenta con informa­
1
El objetivo de este capítulo no es analizar la forma en que se estructuró la
herramienta del MSD. Pero si el lector busca conocer cómo se calculó el pon­
CAPACIDAD INSTITUCIONAL Y ADMINISTRATIVA 415

ción de desempeño en una o más de las variables contempladas, por


factores ajenos a ellos, se recalculan los ponderadores de conformi­
dad con el cuadro 3.
CUADRO 3
PONDERACIÓN ENTRE VARIABLES

Ejercicio Matriz de Programa Aspectos Información


del Indicadores Anual de susceptibles de padrones Total
gasto para Resultados Evaluación de mejora gubernamentales (%)
(%) (%) (%) (%) (%)
10.0 20.0 25.0 25.0 20.0 100
12.4 25.0 31.3 31.3 Ø 100
13.3 26.7 33.3 Ø 26.7 100
18.2 36.4 45.4 Ø Ø 100
20.0 40.0 Ø Ø 40.0 100
33.3 66.7 Ø Ø Ø 100
18.0 36.0 Ø 46.0% Ø 100
13.0 27.0 Ø 33.0% 27.0 100
100 Ø Ø Ø Ø 100
Ø No cuenta con información
FUENTE: SHCP (2015:5).

Para los escenarios no contemplados en el cuadro 3, se reasignan


las ponderaciones de manera proporcional entre las variables apli­
cables de acuerdo con la siguiente fórmula:
Px
Pxr =
ΣPd
donde:
Pxr = nueva valoración de la variable X.
Px = la ponderación original de la variable X
Pd = ponderadores de las variables disponibles.

derador de cada variable, puede revisar la Nota metodológica del Modelo Sinté­
tico de Información de Desempeño 2015, de la SHCP.
416 ALMA PATRICIA DE LEÓN CALDERÓN

En el cuadro 4 se muestra la codificación cualitativa de las valora­


ciones obtenidas al analizar la información resultante de las variables
aplicables y de sus ponderadores. Cuando presenta un desempeño
“medio alto”, se considera un logro satisfactorio, conforme a lo se­
ñalado anteriormente.
CUADRO 4
VALORACIÓN CUALITATIVA DEL MSD

Desempeño
Rango Valoración
general
[4.6-5.0) Alto 5
[3.8-4.6) Medio alto 4
[2.6-3.8) Medio 3
[1.6-2.6) Medio bajo 2
[0.1-1.6) Bajo 1
FUENTE: SHCP (2015:7).

RESULTADOS DEL SMD 2013-2017

En la presente administración federal, la Secretaría de Hacienda y


Crédito Público ha llevado a cabo la valoración del desempeño de
los programas presupuestales en cinco años (2013-2017). Los resul­
tados del desempeño se dan por programa presupuestario; dichos
programas, para un análisis más amplio, se han concentrado en este
documento por ramo de acuerdo con la estructura programática del
presupuesto de egresos de la federación.
En el cuadro 5 se presentan agrupados los programas presupues­
tarios en dichos ramos; cabe mencionar que éstos han sufrido algu­
nas modificaciones en el periodo de estudio. Destaca que los ramos
que más programas manejan son: el ramo de Educación Pública, Me-
dio Ambiente y Recursos Naturales, así como Hacienda y Crédito
Público. Por su parte, los que menos programas tienen son el Tri­
bunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa, la Comisión Na-
cional de Hidrocarburos y la Consejería Jurídica del Ejecutivo Federal.
Los Pp han ido disminuyendo en el periodo de estudio; en 2013
se tenían 914 programas y para el 2017 el número fue de 524 pro­
CAPACIDAD INSTITUCIONAL Y ADMINISTRATIVA 417

gramas (gráfica 1). Algunas explicaciones para la disminución del


número de éstos puede ser la fusión de los mismos o bien la proba­
ble cancelación de éstos. Lo que valdría la pena cuestionarse son las
razones por las cuales se pudo llegar ya sea a su fusión o a su cance­la­
ción, y si este decremento se fundamentó en la información gene­
rada por el MDS, es decir, si se sustenta en una toma de decisión con
base en los resultados del desempeño de los programas o, en todo
caso, cuáles criterios se han utilizado para hacerlo.
De manera global, podemos observar los resultados que han te­
nido los diferentes Pp durante los seis años en que se ha implemen­
tado el MSD. En la gráfica 2 se presentan estos resultados. Entre los
datos que sobresalen están que la mayoría de los programas se ubi­
­can en un valor “medio” y “medio alto”; este último, como se señaló
anteriormente, corresponde a un logro aceptable.
Se puede observar también que, en términos porcentuales, son
menos los que se ubican en una valoración baja y medio baja. Inclu­
so se observa una disminución a lo largo del periodo de programas en
esta situación. Por su parte, el porcentaje de programas con una va-
loración alta ha ido en aumento. Sin embargo, habría que conside­rar
que hubo una disminución en el número de programas entre un año
y otro, por lo que se tiene que tener cuidado de sacar conclusio­nes
adelantadas sobre las causas que han originado ese incremento.
Idealmente, se esperaría que el MDS sea una herramienta utiliza­
da, para la toma de decisiones en materia de designación del pre­
supuesto, pero también que estuviera vinculado a los cambios en los
diferentes Pp de la APF. Es decir, que los incrementos generales que
se pueden observar en la gráfica 2 obedecieran, en gran medida, a
los cambios que los servidores públicos hicieran en los objetivos, in­
dicadores, metas y todos aquellos aspectos derivados de las evalua­
cio­nes externas, así como de las demás variables que contempla el
MDS, cumpliendo con el objetivo de mejorar en función de las ob­
servaciones y la puntuación obtenida el año anterior.
En el cuadro 6 se muestra la calificación promedio obtenida por
ramo en el periodo de análisis. Se observa que sólo algunos han te­
nido un desempeño alto; sin embargo, éstas son las que presentan
pocos programas. El desempeño general no es homogéneo, es decir,
en algunos es continuo ascendente, en otras desciende y en otras per­
manece igual respecto al primer año. Evidentemente, como en los
CUADRO 5
418

NÚMERO DE PROGRAMAS DE ACUERDO CON LA CALIFICACIÓN OBTENIDA EN EL MSD

Clave Ramo de acuerdo Bajo Medio bajo Medio Medio alto Alto
del con la estructura

2013
2014
2015
2016
2017
2013
2014
2015
2016
2017
2013
2014
2015
2016
2017
2013
2014
2015
2016
2017
2013
2014
2015
2016
2017

ramo programático del PEF


Agricultura,
Ganadería,
8 Desarrollo Rural, 1 16 5 4 1 14 12 9 12 6 7 12 16 10 14 3 10 7 2 1
Pesca y
Alimentación
Aportaciones a
19 3 5 1 1 2 3 3 1 2 5 4 4 2 8 2 13 15 18 10 13
Seguridad Social
Aportaciones
Federales
33 para Entidades 12 2 7 8 1 1 4 10 3 5 1 4 11
Federativas
y Municipios
ALMA PATRICIA DE LEÓN CALDERÓN

Comisión
Federal de
Electricidad/2015
45 2 3 6 1 2 8 4 1 3 12 11 2 1 5 5 1
Comisión
Reguladora
de Energía
CUADRO 5 (CONTINUACIÓN)

Clave Ramo de acuerdo Bajo Medio bajo Medio Medio alto Alto
del con la estructura

2013
2014
2015
2016
2017
2013
2014
2015
2016
2017
2013
2014
2015
2016
2017
2013
2014
2015
2016
2017
2013
2014
2015
2016
2017

ramo programático del PEF


Comisión Nacional
46 1 1 1 3 4 4 1
de Hidrocarburos
Comunicaciones
9 3 4 1 12 13 14 4 1 20 18 15 21 14 13 8 7 10 17 2 4 8 2 7
y Transportes
Consejería Jurídica
37 del Ejecutivo 2 1 1 1 1 2 3 2 2
Federal
Consejo Nacional
38 de Ciencia y 1 1 1 2 2 11 8 10 4 3 4 6 6 8 1 4 2 1 3
Tecnología
48 Cultura 1 5 4 5
7 Defensa Nacional 1 2 2 2 4 2 4 4 2 5 4 6 3 3 3 5 8 5 16 7 10
CAPACIDAD INSTITUCIONAL Y ADMINISTRATIVA

Desarrollo Agrario,
15 Territorial 1 1 1 1 5 6 2 3 20 19 13 9 8 6 6 8 5 6 5 2 3 1 1
y Urbano
20 Desarrollo Social 2 1 1 2 4 6 1 1 2 12 18 17 10 10 11 4 6 10 12 3 6 1 1
419

10 Economía 6 1 1 1 12 10 13 7 1 17 17 14 14 18 5 6 4 2 3
CUADRO 5 (CONTINUACIÓN)
420

Clave Ramo de acuerdo Bajo Medio bajo Medio Medio alto Alto
del con la estructura

2013
2014
2015
2016
2017
2013
2014
2015
2016
2017
2013
2014
2015
2016
2017
2013
2014
2015
2016
2017
2013
2014
2015
2016
2017

ramo programático del PEF


11 Educación Pública 1 1 1 14 5 4 1 1 49 26 27 24 21 43 19 22 18 16 5 9 7 5 1
18 Energía 2 3 2 7 6 4 6 1 6 8 4 2 6 8 6 11 4 4
27 Función Pública 3 1 1 1 3 4 2 2 4 5 4 7 7 1 3 2 1 2
4 Gobernación 3 3 7 11 10 1 25 24 21 14 12 10 6 12 15 14 7 6 6 5 6
Hacienda
6 2 2 6 2 3 2 2 39 15 14 7 6 19 23 19 13 16 5 12 14 12 10
y Crédito Público
Instituto de
Seguridad
y Servicios
51 1 3 4 7 5 2 13 13 20 13 20 15 12 3 7 7 8 4
Sociales de
los Trabajadores
del Estado
ALMA PATRICIA DE LEÓN CALDERÓN

Instituto Mexicano
50 1 3 1 3 4 4 2 7 6 8 10 6 3 4 5 4 6
del Seguro Social
13 Marina 3 1 1 2 6 4 1 4 5 1 1 3 1 3 5 5 2 2 6 1 3
Medio Ambiente y
16 3 4 2 6 8 12 4 4 37 36 36 16 17 22 19 21 16 16 3 10 4 6 3
Recursos Naturales
CUADRO 5 (CONTINUACIÓN)

Clave Ramo de acuerdo Bajo Medio bajo Medio Medio alto Alto
del con la estructura

2013
2014
2015
2016
2017
2013
2014
2015
2016
2017
2013
2014
2015
2016
2017
2013
2014
2015
2016
2017
2013
2014
2015
2016
2017

ramo programático del PEF

Petróleos
47 Mexicanos /2014 2 8 7 6 7 6 7 3
(consolidado)

Presidencia de la
República (2013)/
2 Oficina de la 1 1 2 2 3 2 4 2 2 3 2 4 3 3
Presidencia
de la República

Previsiones y
Aportaciones para
los Sistemas de
25 Educación Básica, 4 2 1 6 1 1 1 8 7 8 2 2 2 2 3 13 2 2 1
Normal,
CAPACIDAD INSTITUCIONAL Y ADMINISTRATIVA

Tecnológica
y de Adultos

Procuraduría
17 General de la 1 1 1 1 1 1 5 4 5 3 3 4 8 5 6 6 4 1 5 3 3
República
421
CUADRO 5 (CONTINUACIÓN)
422

Clave Ramo de acuerdo Bajo Medio bajo Medio Medio alto Alto
del con la estructura

2013
2014
2015
2016
2017
2013
2014
2015
2016
2017
2013
2014
2015
2016
2017
2013
2014
2015
2016
2017
2013
2014
2015
2016
2017

ramo programático del PEF

Provisiones
23 Salariales y 15 17 1 2 6 4 4 3 4 4 2 2 8 1 6 5 4 19 18 21 17 16
Económicas

Relaciones
5 1 1 4 3 8 7 10 2 1 7 4 3 6 7 2 2 2
Exteriores

12 Salud 1 2 1 1 1 3 3 2 12 19 13 9 6 17 11 15 15 19 3 2 5 3 3

Trabajo
14 3 1 3 1 10 11 9 5 3 6 4 3 6 5 1 2 2 2
y Previsión Social

Tribunal Federal
32 de Justicia Fiscal 1 1 1
y Administrativa
ALMA PATRICIA DE LEÓN CALDERÓN

31 Tribunales Agrarios 2 1 2 2 1 2 1 2 3 2 2

21 Turismo 3 2 5 5 7 4 2 5 7 4 7 8 4 4 8 3 3

FUENTE: elaboración propia con base en datos de la SHCP, disponible en <http://www.transparenciapresupuestaria.gob.mx/work/


models/PTP/DatosAbiertos/ Diccionarios/ msd_sed_diccionario.xlsx>.
CAPACIDAD INSTITUCIONAL Y ADMINISTRATIVA 423
GRÁFICA 1
NÚMERO DE PROGRAMAS PRESUPUESTALES 2013-2017
1 200
914
1 000
840
800 769
568 524
600

400

200

0
2013 2014 2015 2016 2017
FUENTE: elaboración propia con base en datos de la SHCP, disponibles en
<http://www.transparenciapresupuestaria.gob.mx/work/models/ PTP/Datos
Abiertos/Diccionarios/msd_sed_diccionario.xlsx>.

GRÁFICA 2
DESEMPEÑO DE PROGRAMAS PRESUPUESTARIOS, 2013-2017
(PORCENTAJE)

2017 23
19
Alto

2015 24
18
2013 16
42
2016 38
Medio
alto

28
2014 26
30
2017 30
35
Medio

2015 36
34
2013 38
5
2016 7
Medio
bajo

11
2014 15
11
2017 1
2
Bajo

2015 1
6
2013 5

FUENTE: elaboración propia con base en datos de la SHCP, disponible en


<http://www.transparenciapresupuestaria.gob.mx/work/models/ PTP/Datos
Abiertos/Diccionarios/msd_sed_diccionario.xlsx>.
424 ALMA PATRICIA DE LEÓN CALDERÓN

casos anteriores, se tendría que analizar caso por caso y programa por
programa para conocer las razones por las que presentan estas fluc­
tuaciones. No obstante, representa una aproximación al desempeño
de la administración pública federal.
Los resultados obtenidos plantean varias cuestiones y tienen re­­-
lación con la propia planeación de los gobiernos. Un proceso de
planeación bien articulado supondría que la decisión de autorizar
nuevas plazas, mayores recursos o una reestructuración organiza­
cional sea el resultado del desempeño de cada programa; es decir,
se busca que la SHCP, la Secretaría de la Función Pública (SFP) o el
propio Congreso, antes de decidir los recursos que le serán asigna­
dos a un programa gubernamental, valoren si dicho programa logró
sus objetivos en el año previo con los recursos que le fueron otorga­
dos para ese fin (Cejudo, 2014:14).
Si bien, aunque el primer paso sería saber qué objetivos se quieren
conseguir, pues no siempre es tan obvio tener claridad al respecto
(Cejudo, 2014), al resolverlo o dar por hecho lo anterior, el siguien­
te paso sería que las dependencias rindieran cuentas antes de que se
les asigne el recurso. El MSD es una herramienta que, si bien puede
tener mejoras, ha sido desarrollada justamente para medir el logro
de los objetivos, es un instrumento proxi para valorar la eficacia del
Estado. Pero aún no es claro que se haya dado el siguiente paso, es
decir, su uso real en la toma de decisiones.
En el discurso oficial se señala que de la estrategia transversal del
Plan Nacional de Desarrollo “Gobierno Cercano y Moderno”, deri­
vó el programa especial denominado Programa para un Gobierno
Cercano y Moderno 2013-2018 (PGCM), publicado en el Diario Ofi­
cial de la Federación el 30 de agosto de 2013, y cuyo segundo objeti­vo
establece “Fortalecer el presupuesto basado en resultados de la APF,
incluyendo el gasto federalizado”, lo que implicaría mejorar la pla­
neación, programación, presupuesto, ejercicio y control, seguimiento,
evaluación y rendición de cuentas, a través del uso de la informa-
ción de desempeño para la toma de decisiones, a fin de contribuir a
la consolidación de un gobierno productivo y eficaz en el logro de sus
objetivos.
Se señala también que, para la instrumentación del PGCM en cada
una de las instituciones, los titulares de las dependencias y entida­
des de la APF suscribieron Bases de Colaboración en las que plasman
CAPACIDAD INSTITUCIONAL Y ADMINISTRATIVA 425
CUADRO 6
CALIFICACIÓN PROMEDIO OBTENIDA EN EL MDS
DE ACUERDO CON EL RAMO, 2013-2017

Parámetro promedio
Ramo
2013 2014 2015 2016 2017
Consejería Jurídica
4.38 4.70
  4.97
  4.50 4.60
 
del Ejecutivo Federal
Aportaciones
4.12 3.90 4.65
  4.32 4.31
a Seguridad Social
Energía 4.05 3.90 4.22 4.11 4.48
Defensa Nacional 4.04 4.00 4.65
  3.54 4.18
Petróleos Mexicanos
3.95 3.30
(consolidado)
Instituto Mexicano
3.94 4.00 3.63 3.60
del Seguro Social
Previsiones y
Aportaciones para los
Sistemas de Educación
3.94 3.00 3.38 3.74 3.71
Básica, Normal,
Tecnológica
y de Adultos
Comisión Federal
de Electricidad/2015
3.89 3.50 3.53 3.62 3.32
Comisión Reguladora
de Energía
Procuraduría General
3.88 3.80 4.19 3.65 3.92
de la República
Tribunales Agrarios 3.86 4.40 4.75
  4.45 4.13
Instituto de Seguridad
y Servicios Sociales de
3.86 3.50 3.69 3.36
los Trabajadores
del Estado
Turismo 3.85 3.80 3.99 4.15 4.19
Salud 3.79 3.40 3.62 3.75 3.97
426 ALMA PATRICIA DE LEÓN CALDERÓN

CUADRO 6 (CONTINUACIÓN)

Parámetro promedio
Ramo
2013 2014 2015 2016 2017
Aportaciones Federales
para Entidades
3.75 2.30 3.57 4.35 4.70
Federativas
y Municipios
Economía 3.67 3.60 3.89 3.95 4.15
Desarrollo Agrario,
3.66 3.30 3.37 3.45 3.47
Territorial y Urbano
Educación Pública 3.55 3.60 3.66 3.75 3.64
Hacienda y Crédito
3.53 3.90 3.84 4.05 4.08
Público
Relaciones Exteriores 3.51 3.40 3.32 3.96 4.10
Función Pública 3.48 3.80 3.97 3.84 3.78
Medio Ambiente
3.44 3.50 3.34 3.61 3.55
y Recursos Naturales
Tribunal Federal de
Justicia Fiscal 3.44
y Administrativa
Desarrollo Social 3.43 3.00 3.60 3.49 3.66
Trabajo y Previsión
3.42 3.60 3.32 3.64 3.98
Social
Gobernación 3.37 3.20 3.46 3.79 3.85
Oficina de la Presidencia
3.34 2.90 4.57 4.50 4.40
de la República
Consejo Nacional de
3.31 3.50 3.70 3.57 4.31
Ciencia y Tecnología
Comunicaciones
3.20 3.00 3.33 3.41 3.91
y Transportes
Provisiones Salariales
3.17 3.00 4.41 4.21 4.17
y Económicas
CAPACIDAD INSTITUCIONAL Y ADMINISTRATIVA 427
CUADRO 6 (CONTINUACIÓN)

Parámetro promedio
Ramo
2013 2014 2015 2016 2017
Agricultura, Ganaderí­a,
Desarrollo Rural, Pesca 3.12 3.80 3.84 3.72 3.72
y Alimentación
Marina 3.10 2.90 3.73 3.85 4.40
Comisión Nacional de
2.54 3.60 2.92
Hidrocarburos
Cultura 3.97
Alto
 
  Medio alto
 
  Medio
 
  Medio bajo
 
  Bajo

Q 
FUENTE: elaboración propia con base en datos de la SHCP, disponible en
<http://www.transparenciapresupuestaria.gob.mx/work/models/ PTP/Datos
Abiertos/Diccionarios/msd_sed_diccionario.xlsx>.

compromisos e indicadores en congruencia con el PGCM. Asimis-


mo, el PND establece en su estrategia 4.1.3. “Promover un ejercicio
eficiente de los recursos presupuestarios disponibles, que permita
generar ahorros para fortalecer los programas prioritarios de las de­
pendencias y entidades”, la línea de acción “Consolidar un Sistema
de Evaluación del Desempeño y Presupuesto basado en Resultados”.
Derivado de lo anterior, el Programa Nacional de Financiamien­
to del Desarrollo 2014-2018 (Pronafide) establece en su objetivo
3: “Fomentar un gasto eficiente, que promueva el crecimiento, el
desarrollo y la productividad dentro de un marco de rendición de
cuentas”; la estrategia 3.1: “Fortalecer un Presupuesto basado en Re­
sultados”. En este sentido, el MSD constituye el instrumento que
consolida y sintetiza la información de desempeño de los progra-
mas presupuestarios, con el fin de promover su vinculación con las
deci­siones presupuestarias fomentando a su vez un ejercicio efi­ciente,
eficaz y transparente de los recursos públicos, a través de la iden-
tifi­ca­ción de áreas de oportunidad para la mejora continua de la efi­
ciencia del gasto.
A pesar de las disposiciones anteriores, al revisar la normatividad
el MSD presenta un problema para cumplir con sus objetivos, ya que
éste es un instrumento que no obliga a los ejecutores del gasto o a
428 ALMA PATRICIA DE LEÓN CALDERÓN

los encargados de los Pp a su uso. Simplemente se toma como “base


para que los ejecutores del gasto tengan elementos para tomar de­
cisiones que les permitan mejorar el desempeño de los programas”,
pero no existe un instrumento que los obligue a ello.

CONCLUSIONES

Existen diferentes concepciones de democracia y de la calidad de


la misma. Morlino (2014) plantea una forma de analizar y evaluar la
calidad de la democracia en América Latina. Particularmente, en
la dimensión de Estado de derecho en su componente de “capacidad
institucional y administrativa” propone como indicador la eficiencia
gubernamental y utiliza como fuente indicadores de gobernanza
del Banco Mundial. Esto plantea limitaciones a la hora de analizar y
evaluar la calidad democrática en esta subcategoría, principalmente
por dos razones: 1) la gobernanza es utilizada como un valor norma­
tivo, como un modelo ideal, argumento que ha sido criticado por
los que lo utilizan como instrumento conceptual,2 y 2) la eficacia y la
eficiencia refieren al cumplimiento de objetivos, más que a los pro­
cesos, cuestión que no cubre el indicador seleccionado.
En este artículo se retoma el segundo punto y se opta por una
aproximación más amplia, en el caso de México, al proponer la in­
corporación del Modelo Sintético de Información de Desempeño,
que ayuda a medir la eficacia gubernamental. Los resultados obte­

2
A pesar de la extensa literatura que existe sobre la gobernanza, no es un
concepto cerrado, ya que hay una gran cantidad de perspectivas, teorías, con­
textos empíricos y niveles de análisis que incluso pueden llegar a ser contra­
dictorios entre sí. Asimismo, existe una diversidad de argumentos que explican
el surgimiento e intensidad en el uso de las nociones de gobernanza, éstos se
pueden agrupar en dos grupos de hipótesis: el primero presupone que hay que
cambiar los instrumentos conceptuales porque cambió la realidad; el segundo
propone que hay que cambiar la realidad con base en nuevos instrumentos
conceptuales. Morlino utiliza el segundo caso, es decir, pone el valor norma­
tivo en los conceptos o teorías (hay que mejorar la realidad) de la gobernanza
como un precepto normativo, como un modelo ideal (Porras, 2016:35). Para
una mayor referencia véase el texto de Porras (2016), quien aborda la polise-
mia de la gobernanza.
CAPACIDAD INSTITUCIONAL Y ADMINISTRATIVA 429

nidos durante el periodo 2013-2017 son alentadores pues muestran


un desempeño promedio aceptable en los programas presupuesta­
les de la administración pública federal. En este sentido, la calidad
de la democracia en términos de capacidad institucional y admi­
nistrativa cuenta con mecanismos que favorecen el desempeño
gubernamental en su conjunto. Sin embargo, en la práctica faltarían
mecanismos de implementación para que fueran tomados obli­
gatoriamente en la toma de decisiones del gasto público y con ello
contribuir efectivamente en la calidad de la democracia.

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BL
A
N
C
A
ENTRE LA UTOPÍA Y LA REALIDAD. ALGUNOS DATOS
E IDEAS SOBRE LA CONDICIÓN QUE GUARDAN
LOS PRECEPTOS DEL ARTÍCULO TERCERO CONSTITUCIONAL
EN EL MÉXICO DE LOS ÚLTIMOS AÑOS

Claudia Alaniz Hernández*


Luis Reyes García**

RESUMEN

El presente texto analiza la condición que guardan en los últimos


años, tres de los preceptos más importantes del artículo tercero cons-
titucional en México: gratuidad, laicidad y carácter público de la edu-
cación. Se trata de mostrar los avances educativos en un contexto
de cambios, reformas continuas y democratización, con el propó­-
sito de señalar que aún hay tareas y logros por alcanzar en la cons-
trucción de una educación integral que coadyuve a consolidar y elevar
la calidad de la democracia.
Palabras clave: educación, reformas, derechos, gratuidad, laicidad.

INTRODUCCIÓN

El presente texto tiene por objetivo presentar algunos datos e ideas


—como balance preliminar— sobre la condición que guardan los prin-
cipios del artículo tercero constitucional en los últimos años. A un
siglo de la promulgación de la Constitución de 1917, las profundas
transformaciones de la sociedad mexicana nos obligan a pensar qué

* Profesora-investigadora de la Unidad 096 CDMX Norte de la Universidad


Pedagógica Nacional.
** Profesor-investigador de la Unidad 096 CDMX Norte de la Universi-
dad Pedagógica Nacional.

[433]
434 CLAUDIA ALANIZ HERNÁNDEZ, LUIS REYES GARCÍA

ha pasado con algunos de sus postulados más importantes. El dere­


cho a la educación es sin duda uno de los ejes centrales que alimen-
taron las expectativas de derechos sociales y garantías individuales de
los mexicanos a lo largo de todo el siglo XX y lo que va del XXI. Asi­
mismo, la educación es uno de los principales medios por los cuales
se incide en los procesos de construcción de la democracia, mediante
la socialización de prácticas, ideas e imaginarios que permiten con­
figurar una subjetividad propicia para la convivencia y la calidad de
la democracia.
En tanto utopía por alcanzar, la educación fue uno de los gran-
des sueños del México rural y fragmentado de la posrevolución. No
fue sino hasta 1921 cuando el Estado formalmente constituido ini­
ció la larga ruta de construcción de un proyecto educativo para toda
la población, con la fundación de la Secretaría de Educación Pú-
blica bajo el liderazgo de José Vasconcelos. A partir de ahí, la lenta
pacificación de los grupos políticos en pugna todavía retrasó un poco
el despegue de los proyectos educativos. Fue el gobierno de Lázaro
Cárdenas el que estableció las bases para una educación masiva con
una estrategia dirigida a la ruralidad mexicana. Desde entonces, mu­
chas reformas ocurrieron para hacer realidad el principio de gratui-
dad para todos. Desde la educación socialista hasta el Plan de Once
Años a finales de la década de los cincuenta del siglo XX, se avanzó
en la construcción de un proyecto de alto impacto para una sociedad
que transitó de lo rural a lo urbano de manera acelerada. Ya en un
contexto donde comenzó a predominar la sociedad urbana hacia la
década de los setenta, el tema de la cobertura educativa fue alcan-
zando notables indicadores en cuanto a la educación básica. Y a par­
tir de ahí, las sucesivas reformas de los años setenta a los dos mil,
casi nos acercaron a la condición de una educación pública gratuita
para todos los mexicanos. No obstante, los cambios sociales en el ám-
bito de las expectativas, los valores y el mundo del trabajo y las pro­
fesiones, pronto plantearon nuevos retos para la educación y ahí
nuevamente es necesario preguntarnos cuál es la condición del de-
recho a la educación y qué tanto los preceptos del artículo tercero
constitucional se han concretado en el contexto de una sociedad más
demandante e inconforme.
El presente capítulo propone hacer un balance, en líneas ge­ne­
ra­les, sobre la condición que guardan tres de los preceptos más im­
ENTRE LA UTOPÍA Y LA REALIDAD 435

­ or­­tantes del artículo tercero: la gratuidad, la laicidad y el ca­rácter


p
público. Sobre la gratuidad exponemos algunas conclusiones a par­
tir de los indicadores de la cobertura y eficiencia del servicio edu­
cativo en el ámbito de la educación básica y la media superior. Los
datos mues­tran que si bien los indicadores de cobertura se ha ele-
vado notable­men­te para acercarse al 100%, aún tenemos dificul­tades
en la eficiencia terminal y la transición interniveles, sobre todo de la
secundaria a la media superior y de la media superior al sis­tema uni­
versitario. Enseguida tratamos el tema de la laicidad desde la recupe­
ración del origen y el significado histórico del precepto, pa­sando por
las dificultades y problemas que se vivieron en México no sólo para
consolidar la separación Estado-Iglesia, sino para asu­mir la viabi-
lidad de la educación laica en una sociedad marcada por ideales y
valores religiosos en la cotidianidad de su convivencia. Ahí mismo
proponemos algunas ideas como marco interpretativo de lo que pasa
con la laicidad educativa en nuestros días.
Por último, proponemos una reflexión sobre la condición que guar-
da el carácter público de la educación. Básicamente, apuntamos que
con las reformas educativas de las últimas décadas la educación pú­
blica ha sido invadida por conceptos, discursos y prácticas del ám­bi-
to empresarial para colocarla en una condición peligrosa. Así, la
educación se encuentra hoy en medio de una tensión, entre un bien
del mercado que se compra y se vende al mejor postor y/o su reivin­
dicación como un derecho social, como un bien público, gratuito y
laico. Asimismo, desde su contribución a la calidad de la demo­cracia,
los logros son aún insuficientes y en estos momentos el país afronta
serios problemas de convivencia, dados los altos índices de violen­
cia que imperan en los diferentes estratos de la sociedad.

EL DERECHO A LA EDUCACIÓN COMO OBJETO DE ESTUDIO.


ALGUNOS ANTECEDENTES

Como objeto de estudio, el derecho a la educación enmarcado en el


artículo 3º constitucional ha sido tema de mayor interés para los in­­
vestigadores a partir de la década de los años setenta, cuando Tena
(1973) abordara los problemas estructurales del sistema educativo
derivados de las decisiones del Congreso de la Unión. En un acerca­
436 CLAUDIA ALANIZ HERNÁNDEZ, LUIS REYES GARCÍA

miento al estado del arte entre 1973-2011, se ubicaron 23 textos so-


bre nuestra legislación educativa, cuyo énfasis se sitúa en el análisis
de los principios filosóficos y vacíos del artículo 3º de nuestra Cons­
titución (Ruiz, 2015:27-29). Por otro lado, el Consejo Mexicano de
In­vestigación Educativa (Comie) identifica 25 investigaciones teó­
­ricas y documentales en el periodo 2002-2012 relacionadas con el
derecho a la educación.
Uno de los hallazgos de dicho estado del arte es que las investiga­
ciones jurídicas iniciales, desde un enfoque histórico y filosófico, tran-
sitaron en la última década a un foco de interés de la investigación
educativa apoyada en la ciencia política, la pedagogía y la sociología,
entre otras disciplinas, al identificar 29 trabajos de análisis jurídi-
co y 34 en el área educativa (Ruiz y Cruz, 2013:56). Con ello, en los
úl­timos años el marco de análisis normativo se ha ampliado al filo-
sófico de la justicia social.
Así, el espíritu del derecho a la educación en nuestro país se ha
rastreado hasta José María Morelos y Pavón, quien expusiera la
necesidad de legislar en favor de la formación de la sociedad en los
Sentimientos de la Nación (1813) al señalar en el artículo 12:

[…] Que como la buena ley es superior a todo hombre, las que dic­
te nuestro Congreso deben ser tales que obliguen a constancia y pa­
triotismo, moderen la opulencia y la indigencia, y de tal suerte se
aumente el jornal del pobre, que mejore sus costumbres, alejando la
ignorancia, la rapiña y el hurto (INEHRM, 2013:117).

Con ello, el derecho a la educación se plasmó en el artículo 39 de


la Constitución de Apatzingán: “La instrucción, como necesaria a
todos los ciudadanos, debe ser favorecida por la sociedad con todo su
poder” (INEHRM, 2013:143). Por su parte, el proyecto de Carranza
para la Cons­titución de 1917 reafirmó el carácter gratuito de la en­
señanza decretada por el presidente Benito Juárez en 1867: “la ense­
ñanza primaria será obligatoria para todos los mexicanos y en los
estable­ci­mientos oficiales será impartida gratuitamente” (Castañón
y Morales, 2014:59).
La Constitución de 1917 mantuvo en el artículo tercero la educa­
ción elemental (primaria) como obligatoria, las posteriores reformas
constitucionales fueron ampliando el esquema del derecho a la edu­
ENTRE LA UTOPÍA Y LA REALIDAD 437

cación: de seis a nueve años en 1993, cuando se incorpora la secun-


daria al esquema de obligatoriedad; a 12 años en 2002 con la inte-
gración de preescolar a la educación básica y a 15 años en 2012 con
la incorporación del bachillerato al esquema de escolaridad obliga-
toria.

EL DERECHO A LA EDUCACIÓN: LA OBLIGATORIEDAD

Una de las características fundamentales que respalda el derecho a


la educación se refiere a su obligatoriedad. Los estudios al respecto la
definen de diversas formas. Vizcaíno (1997) ha analizado el carác-
ter de derecho público de la educación en México; por su parte, Va­
ladés (1997) señala que para garantizar el derecho a la educación es
una obligación del Estado proporcionar servicios educativos, pero que
históricamente ha tomado algunas variantes, como la obligación de
los padres de llevar a sus hijos a la escuela o incluso, de los propios
individuos de asistir a los centros escolares. En las últimas décadas se
posiciona con mayor interés la responsabilidad de la sociedad civil
en la exigibilidad del derecho a la educación de acuerdo con la legis­
lación vigente, “pueden encargarse del monitoreo y evaluación de las
políticas educativas, así como de incidir en el establecimiento de
mecanismos de transparencia y rendición de cuentas por parte del Es-
tado” (Ruiz y Cruz, 2013:51).
Se requiere el respaldo del Estado y sus instituciones, así como
la cooperación internacional para tratar de garantizar la universali­
dad del derecho a la educación. Su importancia radica en que por
sí misma la educación constituye un potenciador de los otros dere-
chos y libertades, además de facilitar el acceso al conocimiento y el
aprendizaje a lo largo de la vida. Esta cualidad de la educación se
reconoce a escala global en el marco de respeto a los derechos hu-
manos:

[…] Las obligaciones en materia de derechos humanos conciernen


a todos los sectores del gobierno, más allá de la división horizontal
o vertical de poderes y responsabilidades que haya. Los mismos de-
ben ser coherentes normativa e institucionalmente, toda vez que los
derechos humanos están interrelacionados e interdependientes. El
438 CLAUDIA ALANIZ HERNÁNDEZ, LUIS REYES GARCÍA

marco jurídico de la educación, a consecuencia de los derechos y


libertades de derechos humanos que supone, implica todo un con-
junto de obligaciones gubernamentales. La simetría entre derechos
humanos y obligaciones estatales los hace sostenibles (Tomasevski,
2002:8).

TENDENCIAS INTERNACIONALES

Al ser un tema de preocupación mundial, desde 1948 la Declaración


Internacional de los Derechos Humanos reconoció el derecho a una
educación elemental gratuita y obligatoria. Sin embargo, existen di­
ferencias entre el papel de garante de dicho derecho y el de oferente
de servicios educativos. Por ello se ha tratado de respaldar a través de
convenios internacionales con el propósito de presionar a los dis-
tintos países a garantizar el derecho a la educación. Sin embargo, a
pesar de la ratificación de los tratados, el grado de compromiso es
variable:

[…] El derecho a la educación está previsto en los cinco instru­-


mentos internacionales de derechos humanos más importantes, y
todos los Estados del mundo son parte en al menos uno de ellos.
Estos tratados definen diferentes aspectos del derecho a la educa-
ción: como derecho civil y político, económico, social y cultural, y tam­
bién como un derecho de todo niño y niña, y asimismo enfatizan la
no-discriminación como el principio de los derechos humanos. El
gran número de Estados partes confirma su aceptación global (To-
masevski, 2002:11).

Los cinco instrumentos a que hace referencia son: la Convención


sobre los Derechos del Niño de 1989 (ratificada por los 192 países);
la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discri-
minación contra la Mujer de 1979 (por 174 países), la Convención
Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discrimi­
nación Racial de 1963 (con 166 ratificaciones); el Pacto Interna­cio­nal
de Derechos Civiles y Políticos de 1966 (con 149 ratificaciones) y el
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Cultu­rales
de 1966 (con 146 ratificaciones). En materia educativa, cabe se­ñalar
que México no ha suscrito la Convención contra la Discriminación
Educativa de 1960, por tanto, no se comprometió a:
ENTRE LA UTOPÍA Y LA REALIDAD 439

[…] formular, desarrollar y aplicar una política nacional encamina-


da a: a) Hacer obligatoria y gratuita la enseñanza primaria, generali­
zar y hacer accesible a todos la enseñanza secundaria en sus diversas
formas; hacer accesible a todos, en condiciones de igualdad total y
según la capacidad de cada uno, la enseñanza superior; velar por el
cumplimiento por todos de la obligación escolar prescrita por la ley;
b) Mantener en todos los establecimientos públicos del mismo gra­do
una enseñanza del mismo nivel y condiciones equivalentes en cuanto
se refiere a la calidad (UNESCO, 1960).

La no ratificación permite explicar, al menos en parte, que el esta-


blecimiento de la obligatoriedad de la educación secundaria se pos­
pusiera hasta 1993 y del bachillerato hasta el año 2012; igualmente,
que el compromiso de proporcionar educación en condiciones
equitativas de calidad para toda la población no fuera prio­ritario
sino hasta la reforma constitucional del artículo tercero de 2012.
En el marco de la Declaración de Educación Para Todos (EPT) de
la UNESCO (1990, 2000, 2015a), se pretende comprometer a los países
a proporcionar educación primaria y secundaria de calidad, equita-
tiva, gratuita y financiada con fondos públicos, durante 12 años, de
los cuales al menos nueve serán obligatorios, incluyendo al menos
uno de preescolar, con aprendizajes pertinentes.
Por ello, el Informe de Seguimiento de EPT (UNESCO, 2015b)
per­mitió establecer líneas de acción para supervisar los avances en los
compromisos comunes para que la infancia del mundo alcanzara la
universalización de la educación básica; obligatoria como condición
para promover el desarrollo sustentable.
Como parte de los tratados internacionales, México oficial­men-
te logró la universalización de la educación primaria y el acceso a
se­cundaria (esquema de educación básica), incluso la UNESCO
consi­deró que el Programa Oportunidades constituyó una política
adecuada para mejorar la incorporación a la escuela de niños en con-
diciones vulnerables (UNESCO, 2015b:105), pero el país observa pro-
blemas para retener la matrícula y evitar la deserción escolar en el
bachillerato:

[…] Cada año alrededor de 1 de cada 6 alumnos desertó de la edu-


cación secundaria en América Latina y el Caribe. Especial interés
tienen los casos de México y Uruguay, cuyos indicadores no mejo-
440 CLAUDIA ALANIZ HERNÁNDEZ, LUIS REYES GARCÍA

raron a pesar de iniciar el periodo con tasas de deserción claramen-


te sobre el promedio de los demás países (Orealc-UNESCO, 2013:86).

De manera particular, la situación se agrava en el caso de los niños


ý jóvenes indígenas monolingües:

[…] La escolarización de poblaciones inmigrantes y minorías étni-


cas, quienes muchas veces enfrentan no sólo la marginalidad social
sino lingüística, también ha contribuido a acrecentar el problema de
la deserción escolar. Los programas de combate a la deserción es­colar
(que han sido importantes en países como Argentina, Brasil, Chile
y México) (Orealc-UNESCO, 2013:95).

Sin embargo, el foco de atención debe estar presente en los pró­


xi­mos años en prohibir el trabajo infantil: “Sobra decir que la inci-
dencia del trabajo infantil sigue siendo mayor en los países pobres: en
2012, el 23% de los niños de países de bajos ingresos trabajaban, frente
al 6% en los países de ingresos medianos altos” (UNESCO, 2015b: 115).
Tal es el caso mexicano:

[…] Hay casi tres millones de niños y niñas de entre 12 y 17 años de


edad que trabajan jornadas extensas (más de 20 horas). La mitad
de ellos no asiste a la escuela. Este fenómeno afecta más a las niñas
que a los niños, a quienes viven en zonas rurales, a quienes habitan
en regiones de alta o muy alta marginalidad, y a los de mayor edad
(INEE, 2015:125).

Por otro lado, cabe mencionar que en nuestro país no existen pro­
gramas específicos para garantizar la creación de escuelas o espacios
educativos mínimos en comunidades pequeñas. Según los datos del
Censo de Población y Vivienda (INEGI, 2010), existen en México
107 557 comunidades de menos de 15 mil habitantes, casi la mitad de
ellas (54 584) cuentan con menos de 100 habitantes. De este uni-
verso, en 54.4% no cuentan con jardines de niños, 49.7% no tienen
primaria, 78.9% no poseen secundaria y 94.5% carecen de instalacio­
nes que impartan alguna modalidad de educación media o bachi-
llerato (INEE, 2014:31). Por tanto, la brecha de atención educativa
en pequeñas comunidades rurales, indígenas, es abismal en compa-
ración con las zonas urbanas. De cualquier manera, la condición indí-
ENTRE LA UTOPÍA Y LA REALIDAD 441

gena resulta más determinante que el tamaño de la población pues


para los niños que viven en las grandes ciudades, la mayor disponi-
bilidad de servicios e infraestructura pública no se ha traducido en
mejores oportunidades para garantizar la educación básica de estos
niños.

BALANCE DE LA EDUCACIÓN OBLIGATORIA

Tomasevski (relatora de UNESCO de 1998-2004) propuso indicado­


res para valorar el cumplimiento del derecho a la educación obli-
gatoria. Se refieren a la disponibilidad, accesibilidad, aceptabilidad
y adaptabilidad de los sistemas educativos. Con respecto a la Dispo­
nibilidad y accesibilidad, la revisión de la gráfica 1 permite ver que
México no se ha preocupado por acercar las oportunidades educa-
tivas a toda la población infantil; el porcentaje de escuelas incomple­
tas y de población en edad escolar que no asiste a la escuela todavía
es elevado.
GRÁFICA 1
PORCENTAJE DE POBLACIÓN
NO MATRICULADA POR EDAD (2013)

59.90 62.80

46.70
37.90
32.70

16.10
11.50
7.20

3 años 4 años 6-12 13 años 14 años 15 años 16 años 17 años 18 años


años
Preescolar Primaria Secundaria Bachillerato

No matriculados
FUENTE: elaboración propia con base en datos del INEE (2015).

Según los datos anteriores, hay una mayor exclusión del sistema
educativo en los niveles de preescolar y bachillerato en el cumpli-
miento de la educación obligatoria en nuestro país.
442 CLAUDIA ALANIZ HERNÁNDEZ, LUIS REYES GARCÍA

A pesar de los avances en la universalización de la enseñanza


obli­gatoria, la condición étnica continúa influyendo en la posibili-
dad de asistir a la escuela y empeora cuando se trata de población
indígena monolingüe: el porcentaje más elevado de asistencia de ni-
ños de dicho grupo se observa a los nueve años de edad (91.6%), lo
cual permite suponer que los padres procuran un aprendizaje míni­
mo de lectura y operaciones básicas en los primeros años de educa­
ción primaria. Conforme aumenta la edad de la población indígena, el
abandono de la escuela se incrementa: a los 17 años la brecha entre
la población no indígena y la indígena monolingüe “alcanza los 52
puntos porcentuales” (INEE, 2015:26), según se puede apreciar en la
gráfica 2.
GRÁFICA 2
ASISTENCIA ESCOLAR 3-17 AÑOS SEGÚN CONDICIÓN INDÍGENA
96.4 92
87.6 93.9
79.8
78.8 88.9 88.5
74.3
67.7 72.3 58.2
70
53.3
29.9 25.5 46.4
31.6 41.4
27.5
20.2 10.8 11.3
10.9 20
7.8 5.9
2.9
5 años 11 años 13 años 15 años 17 años
No indígena, asiste No indígena, no asiste
Indígena, asiste Indígena, no asiste
Monolingüe, asiste Monolingüe, no asiste
FUENTE: elaboración propia con datos del INEE (2015).

La cobertura escolar más alta de niños indígenas monolingües ape­


nas alcanza 88% y se concentra en la primaria: hacia los 17 años más
de 90% de dicha población se encuentra fuera del sistema educa­-
tivo. Parte del problema es que en las comunidades pequeñas no se
instalan escuelas para atender todos los niveles del esquema de edu­
cación obligatoria y muchas escuelas del país funcionan con una in­
fraestructura incompleta: de personal o ambas, como se puede apreciar
en la gráfica 3.
Antes de la modificación de 1993, que estableció la obligatorie-
dad de la educación secundaria, se atendía a 68.6% de la demanda
ENTRE LA UTOPÍA Y LA REALIDAD 443
GRÁFICA 3
HISTÓRICO DE ESCUELAS INCOMPLETAS, 1990-2014 (%)

FUENTE: elaboración propia con datos de la SEP (2016).

potencial, pero con una cobertura de apenas 65.4% de los niños de


12 a 14 años de edad, alcanzando una eficiencia terminal de 76.4%.
Después de dicho año, mejoró sensiblemente el acceso a dicho nivel
educativo (gráfica 4).
Pero la revisión por estado refleja las desigualdades de nuestro sis­
tema educativo para garantizar el acceso a la educación secundaria
(gráfica 5).
Los indicadores de avance de la obligatoriedad de la educación pre­
escolar en México no son tan buenos como los de secundaria: la
atención de niños desde los tres años de edad no llega a 50% de la po-
blación de dicha edad en nuestro país (gráfica 6).
En la revisión por entidad, encontramos que no son las princi-
pales urbes las que han expandido mayormente el nivel preescolar.
El promedio nacional se ubica en 72.41% y destacamos el caso de
Tabasco con una cobertura de 92.56%; en último lugar se ubica Quin­
tana Roo con apenas 59.15% (gráfica 7).
444 CLAUDIA ALANIZ HERNÁNDEZ, LUIS REYES GARCÍA

GRÁFICA 4
AVANCE DE CUMPLIMIENTO
A OBLIGATORIEDAD DE SECUNDARIA
100.00

80.00

60.00

40.00

20.00

0.00
1993-1994

1995-1996

1997-1998

1999-2000

2001-2002

2003-2004

2005-2006

2007-2008

2009-2010

2011-2012

2013-2014
Eficiencia terminal Atención a la demanda potencial
Tasa de terminación Cobertura (12 a 14 años de edad)
Tasa neta de escolarización
(12 a 14 años de edad)
FUENTE: elaboración propia con datos de la SEP (2016).

GRÁFICA 5
CUMPLIMIENTO A OBLIGATORIEDAD DE SECUNDARIA.
POBLACIÓN DE 12 A 14 AÑOS DE EDAD (CICLO 2015-2016)

100.00
90.00
80.00
70.00
60.00
50.00
40.00
30.00
20.00
10.00
0.00
Nuevo León
San Luis Potosí
Coahuila
Zacatecas
Puebla
Yucatán
Jalisco
Colima
Distrito Federal
Nayarit
Sinaloa
Aguascalientes
Baja California Sur
Tamaulipas
Chihuahua
Chiapas

FUENTE: elaboración propia con datos de la SEP (2016).


ENTRE LA UTOPÍA Y LA REALIDAD 445
GRÁFICA 6
AVANCE DE COBERTURA EN PREESCOLAR
A PARTIR DEL DECRETO DE OBLIGATORIEDAD

100.00

80.00
Título del eje

60.00

40.00

20.00

0.00
2001-2002
2002-2003
2003-2004
2004-2005
2005-2006
2006-2007
2007-2008
2008-2009
2009-2010
2010-2011
2011-2012
2012-2013
2013-2014
Atención de 3 años Atención de 4 años
Atención de 5 años Atención de 3, 4 y 5 años
FUENTE: elaboración propia con datos del Sistema Nacional de la SEP (2016).

GRÁFICA 7
CUMPLIMIENTO DE OBLIGATORIEDAD
DE EDUCACIÓN PREESCOLAR (2015-2016)

100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Tabasco
Guerrero
Zacatecas
Distrito Federal
Nuevo León
Yucatán
Michoacán
Campeche
Jalisco
Tlaxcala
Colima
Aguascalientes
Veracruz
Baja California Sur
Chihuahua
Baja California

FUENTE: elaboración propia con datos del Sistema Nacional de la SEP (2016).
446 CLAUDIA ALANIZ HERNÁNDEZ, LUIS REYES GARCÍA

Otro factor que afecta el cumplimiento de la obligatoriedad esco-


lar y que no se ha estudiado en profundidad es el trabajo infantil. La
Organización Internacional del Trabajo (OIT) considera que los ni-
ños mexicanos realizan más horas de trabajo en comparación con los
de otras naciones. El informe de Calidad Educativa 2015 estima que
“un total del 2 839 134 niños de 12 a 17 años realizaron labores do­
més­ticas, extraescolares o ambas […] 20 horas o más a la semana [lo
cual] representa la quinta parte de niños de esa edad” (INEE, 2015:27).
Por tanto, la condición de pobreza y de escolaridad de los padres con­
tinúa obstaculizando la universalización de la educación obligatoria.
Finalmente, con respecto a la cobertura de la educación media
obligatoria en nuestro país desde la reforma de 2012, vale la pena re­
cordar que según datos oficiales en 94.5% de las comunidades meno-
res a 15 mil habitantes no existen instalaciones que ofrezcan dicho
nivel educativo. Ello explica el escaso avance en la cobertura de di-
cho nivel, como se puede apreciar en la gráfica 8.
GRÁFICA 8
CUMPLIMIENTO A OBLIGATORIEDAD DEL BACHILLERATO.
POBLACIÓN 15 A 17 AÑOS DE EDAD (2015)
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Distrito Federal
Tabasco
Durango
Nayarit
Tlaxcala
Baja California
Quintana Roo
Morelos
San Luis Potosí
Querétaro
Chiapas
Yucatán
Coahuila
Nuevo León
Guanajuato
Michoacán

FUENTE: elaboración propia con datos de la SEP (2016).

En México, el cuadro 1 nos ofrece una síntesis sobre los logros y


desafíos para garantizar el derecho a la educación obligatoria que en­
marca nuestra Constitución.
ENTRE LA UTOPÍA Y LA REALIDAD 447
CUADRO 1
INDICADORES EDUCATIVOS BÁSICOS. REPÚBLICA MEXICANA.
CICLO ESCOLAR 2015-2016

Indicador educativo Matrícula Población Porcentaje


Preescolar
Atención de 3 años 919 966 2 210 286.67 41.62
Atención de 4 años 1 972 437 2 204 685.91 89.47
Atención de 5 años 1 911 752 2 219 027.85 86.15
Atención de 3, 4 y 5 años 4 804 155 6 634 000.43 72.42
Primaria
Cobertura de primaria
14 229 059 13 449 408.9 105.79/1
(6 a 11 años de edad)
Reprobación de primaria 0.05
Abandono escolar primaria 0.43
Eficiencia terminal de primaria 99.38
Tasa neta de escolarización
de primaria 13 396 765 13 449 408.9 99.61
(6 a 11 años de edad)
Secundaria
Absorción de secundaria 2 380 007 2 317 491 97.37
Cobertura de secundaria
6 835 930 6 729 596.03 101.58/1
(12 a 14 años de edad)
Reprobación de secundaria 9.93
Abandono escolar
4.25
de secundaria
Eficiencia terminal
87.54
de secundaria
Tasa neta escolarización
de secundaria 6 011 280 6 729 596.03 89.33
(12-14 años de edad)
Bachillerato
Absorción de bachillerato 1 997 613 1 997 614 100.00
Cobertura media superior
5 021 539 6 717 054.05 74.76
(15 a 17 años de edad)
448 CLAUDIA ALANIZ HERNÁNDEZ, LUIS REYES GARCÍA

CUADRO 1 (CONTINUACIÓN)

Indicador educativo Matrícula Población Porcentaje


Reprobación de bachillerato 30.42
Abandono escolar
12.95
de media superior
Eficiencia terminal
67.08
de bachillerato
Tasa neta de escolarización
de bachillerato 3 765 429 6 717 054.05 56.06
(15 a 17 años de edad)
FUENTE: elaboración propia con datos estadísticos de la SEP (2016).

EL PRINCIPIO DE LA LAICIDAD DE LA EDUCACIÓN EN MÉXICO

ALGUNOS ANTECEDENTES

Roberto Blancarte señala que:

[…] la laicidad tiene antecedentes que se remontan por lo menos a


la Reforma protestante, a la pluralidad religiosa que se desprendió
de ella y a las consecuencias políticas que esto tuvo para la confor-
mación del estado en la época moderna. La revolución de las colonias
inglesas de América del Norte y la Revolución francesa significaron
el establecimiento político de los regímenes liberales, a través del prin­
cipio de la soberanía popular y el de la separación de los ámbitos ecle­
siales y del Estado […] (Blancarte, 2012:9).

En el mismo sentido, Carlos Martínez Assad (2013) enfatiza la idea


del laicismo como influencia directa para los procesos de reorgani-
zación social y política para América Latina y México; viene de la
Francia republicana en el siglo XVIII, es el fin de las monarquías abso­
lutistas y la consolidación del Estado moderno en su sentido republi­
cano: división poderes, secularización y separación Iglesia-Estado.
Al igual que sucedió con muchos otros preceptos de la modernidad
ilustrada europea y su énfasis secularizador y racional, la gran ma-
yoría de estas ideas impactaron al mundo entero. Desde luego, la
emergente nación mexicana hacia principios del siglo XIX no escapó
ENTRE LA UTOPÍA Y LA REALIDAD 449

a estas ideas predominantes en la construcción y organización de


una sociedad fragmentada tras más de tres siglos de colonización es-
pañola. En México, la noción de lo laico tiene su aparición en el con-
texto de las disputas entre liberales y conservadores en la prime­ra
mitad del siglo XIX. Fue Valentín Gómez Farías, en su condición de
presidente interino, quien planteó por primera vez el principio de la
secularización y la educación laica en 1833, así como la supresión
de la Universidad Pontificia por considerarla un reducto de la reac-
ción. Estas aspiraciones quedaron sin efecto tras la toma del poder
por parte de los conservadores, con Antonio López de Santa Ana a
la cabeza; dicho grupo dejó el poder hasta finalizada la Revolución de
Ayutla entre 1854-1857. El triunfo definitivo de los liberales en 1857
dio paso a la constitución del mismo año; en este pacto constitucio­
nal quedó plenamente afianzado el principio de la división de po­deres
y el Estado laico mediante la separación Iglesia-Estado.
En estricto sentido, puede hablarse de una educación con orien-
tación hacia la laicidad en México hasta la promulgación de la
Constitución de 1857. ¿Por qué era tan importante la separación Igle­
sia-Estado para dar paso a la educación laica? Desde que se estable­ce
la conquista española, no existió un proyecto formal de educación
para el pueblo; la educación que se brindaba quedaba circunscrita
a los sectores sociales mejor posicionados en la estructura social pira­
midal. Las personas y los sectores menos favorecidos socialmente po-
dían aspirar a aprender a leer y a escribir, con el propósito de formar
parte de los círculos de evangelización; casi siempre vinculados a las
órdenes religiosas y el poder eclesiástico. Esta dinámica se pro­longó
por siglos y en este contexto se configuró un vínculo indi­soluble en-
tre educación y religión, el cual negó el desarrollo de las habilidades
y capacidades de las personas desde una perspectiva secular y ra­
cional. Era necesario separar a la educación de la influen­cia de la
Iglesia para convertirla en un proyecto de modernización racio-
nal, científico, libre del pensamiento religioso. Nos obstante estos pre-
ceptos, la educación laica se estableció apenas tímidamente, pues
más allá de las reformas liberales juaristas, la Iglesia siguió tenien-
do gran influencia a lo largo de todo el siglo XIX y buena parte del
XX. De hecho, durante todo el Porfiriato y hasta la revolución, si bien
el poder político mantuvo su distancia respecto al poder ecle­siástico,
en realidad, como lo señala Martínez Assad, hay una relación de to­
450 CLAUDIA ALANIZ HERNÁNDEZ, LUIS REYES GARCÍA

leran­cia hacia la Iglesia y se le permite cierta influencia en obras de


caridad y en espacios y procesos educativos, aun con el control mo­
nopólico del Estado sobre la educación pública.
Al término de la revolución y en el marco del nuevo pacto consti­
tucional de 1917, el artículo tercero retomó gran parte de la filosofía
educativa laica que los liberales del siglo XIX habían promovido des­
de la Constitución de 1857. Aunque, como apunta Blancarte (2013),
el contenido del artículo tiene un tono de radicalismo anti­clerical,
seguiría suscitando disputas con la Iglesia, primero en el marco de
la Guerra Cristera entre 1926-1929 y más tarde en el con­texto de lla­
mada “educación socialista” durante el cardenismo entre 1934-1940,
periodo en el que se radicalizó aún más el ideal laico del artículo
tercero, anticlerical y hasta intolerante con respecto a lo religioso.
La supresión de la educación socialista al término del sexenio
cardenista en la década de los cuarenta, revindicó el carácter laico del
artículo tercero constitucional y salvaguardó la rectoría del Estado
sobre la educación pública; digamos que redujo el tono de radica-
lismo anticlerical que le había impuesto la educación socialista y dis-
pensó respetos y tolerancia al papel de la Iglesia en algunos ám­bitos
educativos, sobre todo del sector privado.
En realidad, las grandes transformaciones en las relaciones Igle­
sia-Estado y sus implicaciones respecto al carácter laico de la educa­
ción en México en las últimas décadas, ocurren a partir de las reformas
al artículo 130 constitucional hacia mediados del sexenio de Car-
los Salinas. El 28 de enero de 1992 se publicó en el Diario Oficial
de la Federación la reforma al artículo 130, que básicamente estable-
ció un conjunto de prerrogativas y regulaciones jurídicas a la con-
formación y existencia de organizaciones y asociaciones religiosas, en
parte como un reconocimiento a la libertad de culto y la pluralidad
religiosa establecida en las distintas regiones del país. Esta reforma
constitucional dio paso a la reanudación de las relaciones del Estado
mexicano con el Vaticano y abrió un amplio debate sobre las ideas,
los procesos y las prácticas que sobre la laicidad se han establecido
en las últimas décadas en México.
En tanto proceso que evoluciona de manera desigual y en distin­
tas temporalidades, la laicidad tiene que ver al menos con las si-
guientes acepciones; de acuerdo con Blancarte, recuperando las ideas
de Baubérot y Milot (2011), es factible identificar seis tipos ideales
ENTRE LA UTOPÍA Y LA REALIDAD 451

a través de los cuales puede definirse la laicidad en nuestros días: 1)


la laicidad separatista, que enfatiza justamente la separación radicali­
zada de esferas (público-privado) como fin en sí misma; 2) lai­cidad
anticlerical, que se refiere a la exclusión absoluta de lo religioso del
espacio público, generando afectaciones a la libertad de concien-
cia entre los miembros de las distintas creencias religiosas; 3) laici­
dad autoritaria, que tiene que ver con la imposición de la razón de
Estado para desaparecer ciertos poderes religiosos que considere
afectan los valores supremos del Estado, pero poniendo en riesgo la
libertad de conciencia; 4) la laicidad de fe cívica es cuando la laicidad
adopta —en un contexto de valores sociales y políticos— una fe
cívica obligatoria que podría no ser compartida por otras minorías,
afectando la libertad de creencia; 5) la laicidad de reconocimiento, que
da primacía a la justicia social y los derechos individuales, donde
cada persona goza de toda la libertad en la medida en que es com-
patible con la de los demás; y finalmente, 6) el tipo ideal, definido
como de colaboración, donde el Estado se reconoce y ejerci­ta como
autónomo de la organización y autoridad religiosas, pero so­­li­cita su
colaboración en diferentes asuntos de la vida pública (Blancarte, 2013:
10). Blancarte señala que esta tipología nos permite reconocer que
hay distintas formas de laicidad y que pueden coexistir varias de ellas
en los diferentes espacios sociales. En síntesis, las discusiones in-
ternacionales sobre la laicidad llevó a los especialistas en el tema a
pro­poner la Declaración Universal sobre la laicidad en el siglo XXI,
donde se definió a la laicidad como:

[…] la armonización en diversas coyunturas sociohistóricas y geopo-


líticas de tres principios: respecto a la libertad de conciencia y su
práctica individual y colectiva, autonomía de lo político y de la so-
ciedad civil frente a las normas filosóficas y religiosas particulares y
no discriminación directa e indirecta hacia seres humanos […]
(Blancarte, 2013:13).

LA LAICIDAD DE LA EDUCACIÓN EN NUESTROS DÍAS.


CONTINUIDADES Y CAMBIOS

Siguiendo a autores como Poulat (2012), Baubérot y Milot (2011),


Blancarte (2012, 2013, 2016) y Martínez Assad (2013), es pertinen­
452 CLAUDIA ALANIZ HERNÁNDEZ, LUIS REYES GARCÍA

te afirmar que el debate sobre la laicidad contiene un conjunto de


ideas, conceptos y reflexiones sobre un proceso complejo que se vive
a temporalidades y ritmos diferentes en todo el mundo. En Méxi-
co, las primeras nociones de la laicidad son más cercanas a una visión
anticlerical que a una visión racional y fundamentada sobre las re­
laciones Iglesia-Estado y sobre la construcción de un régimen de li­
bertades donde se garantice el respeto a la libertad de las creencias de
las personas en un ambiente de tolerancia y respeto. Ésta es una idea
que adquiere mayor relevancia después de las reformas al artículo
130 constitucional en 1992, donde se reconoce la pluralidad reli­
gio­sa y se establecen bases para el pleno reconocimiento de la liber­
tad de creencias. En este nuevo marco jurídico y en los hechos, la
presencia de distintas cosmovisiones religiosas en los procesos de
la educación es una realidad. En los hechos siempre estuvieron ahí;
es cierto que perdieron influencia y que en algunas etapas de las
grandes transformaciones sociopolíticas que México ha experimen-
tado desde el siglo XIX, sufrieron rechazo y persecución, pero sobre­
vivieron y contribuyeron a mantener viva la creencia mayoritaria: el
catolicismo apostólico y romano.1
Para nadie es un secreto que a la fecha, la mayoría de las órdenes
religiosas que han existido desde épocas muy antiguas encabezan
proyectos educativos de gran ascendencia sobre en todo entre los
sectores sociales de clase media alta y alta. Así, los jesuitas, los la-
sallistas, los legionarios de Cristo, entre otros tantos grupos, tienen
presencia e influencia en los procesos de la educación desde los nive­
les básico hasta superior y de posgrado. Es cierto, respetan la ley
e imparten educación laica, pero de manera discrecional transmi-
ten valores que se originan en una cosmovisión religiosa de la vida.
Si­guen predominando los grupos vinculados al catolicismo y sus
di­fe­rentes corrientes, aunque en los últimos años empiezan a surgir

1
Al respecto, valdría la pena mencionar el surgimiento de la Asociación
Nacional de Padres de Familia (1918) como respuesta de la sociedad conser-
vadora ante la laicidad, más que en defensa del derecho a la educación religio-
sa. Asimismo, desde el surgimiento de los libros de texto gratuitos en los años
cincuenta y todavía en el marco de las reformas de 2011, han realizado quemas
de libros en plazas públicas, principalmente en la región del Bajío, sin que el
Es­tado se manifieste al respecto.
ENTRE LA UTOPÍA Y LA REALIDAD 453

centros escolares vinculados también a corrientes cristianas, pero


de la línea protestante, en diferentes estados y regiones del país.
Ahora bien, el tema de la laicidad de la educación va más allá de
si determinados grupos participan en el proceso educativo operando
en los márgenes de la ley, para de manera discrecional inducir ciertas
simpatías con determinadas creencias religiosas. En realidad, el tema
de la laicidad en el sentido en que lo plantean Poulat (2012), Blan-
carte (2008a, 2008b, 2012, 2013) Baubérot y Milot (2011), entre
otros, tiene que ver si el proceso de secularización se ha establecido
de tal manera en los espacios de racionalización de la vida pública (en
el sentido de Weber), como para consolidar formas de legitimidad
que superen los rituales y ceremonias inspirados todavía en formas
de religiosidad. Como apunta Blancarte, se trata de que las expresio­
nes de lo cívico-laico fundado en el diálogo, la deliberación pública y
la construcción de acuerdos, encuentren formas propias de legitima­
ción que no reproduzcan, como ha sucedido todavía, ciertas for­mas
de religiosidad en cualquiera de sus formas y variantes.
Como lo han documentado algunos estudiosos de la educación
en México —Ignacio Manuel Altamirano, entre otros—, la fuerte
cultura y los valores del catolicismo en México hicieron que aun a
sabiendas de los principios de la educación laica en las épocas en las
que predominaba el México rural, las escuelas de instrucción básica
en muchos pueblos y zonas rurales del país se utilizaron como me­
dios a través de los cuales los niños ensayaron los rezos y las ora-
ciones del clero católico, con los que se les enseñó a leer y a escribir.
Es cierto que esto ha cambiado en las últimas décadas, pero aún se
conservan ciertas prácticas en las escuelas públicas de educación
básica que salvaguardan ciertos rituales de inspiración religiosa.
En efecto, los honores a la bandera recreados reiteradamente
como tributo a la patria y sus valores cívicos; la reverencia y hasta el
misticismo que le acompañan, la convierte en un acto casi religioso
contrario a los principios de la laicidad, sobre todo el de las liberta­
des, pues tendrían que asumir que —en pleno ejercicio de su dere-
cho individual— podría no estar de acuerdo en participar en dichas
ceremonias. Pero como se trata de un acto obligatorio en las ceremo­
nias de todos los lunes o en fechas especiales, entonces todos tienen
que hacerlo; en este sentido, se pone en operación una especie de
imposición. Los niños y los adolescentes no tienen ninguna posi-
454 CLAUDIA ALANIZ HERNÁNDEZ, LUIS REYES GARCÍA

bilidad de ir en contra de estas disposiciones del sistema educativo.


Por lo demás, la realización de las ceremonias de honores a la bande­ra
no es garantía de que por el hecho de hacerlas, los niños efectiva-
mente sean mejores ciudadanos y mejores patriotas. Así, se con-
vierte en un acto mecanizado que probablemente nada aporta a la
formación de los niños y adolescentes. Es más, algunos pequeños
comienzan a mirarlo con fastidio y hartazgo, sobre todo a medida
que van haciendo conciencia y se dan cuenta de que la patria y la ban­
dera, que tanto se adora y se sacraliza, muchos no la respetan en su
vida de adultos, sobre todo aquellos que ocupan cargos de respon-
sabilidad en el gobierno y en los órganos de representación.
En síntesis, la verdadera laicidad de la educación pasa por el he­
cho de que la educación efectivamente se convierta en un proceso de
formación integral que contribuya a que el individuo desarrolle to-
das sus facultades y capacidades racionales, sobre todo aquellas que
le permiten analizar, reflexionar y construir buenos juicios para to­
mar buenas decisiones en todos los ámbitos de su vida privada y pú­
blica, a efecto de contribuir a la construcción de una sociedad que
dialoga, se respeta, toma acuerdos y establece la ética racional como
un principio que orienta todos los procesos de socialización e inter­
acción en el nivel individual y colectivo.

LA CONDICIÓN DE LO PÚBLICO DE LA EDUCACIÓN EN MÉXICO

En el imaginario social de nuestros días existe una idea más o me-


nos extendida de que la educación pública en México enfrenta una
grave crisis. Exceptuando instituciones específicas como la UNAM,
la UAM, el IPN y la UPN, así como algunas universidades estatales, so-
bre todo los campus instalados en las capitales de los estados, desde
la educación básica hasta la media superior en todas sus modalida-
des, se enfrenta un grave problema en el rendimiento de los apren-
dizajes, lo que contribuye a configurar en muchos niños y jóvenes
trayectorias escolares truncas, fracaso escolar y deserción, con to-
das las implicaciones sociales que ello trae. La garantía jurídica de
la obligatoriedad para todos los mexicanos hasta la educación me-
dia superior es aún una quimera. A continuación exponemos algu-
nas ideas en torno a cómo en los hechos, independientemente de lo
ENTRE LA UTOPÍA Y LA REALIDAD 455

que establece la norma legal del artículo tercero constitucional, la


educación pública enfrenta una crisis de continuidad a partir de dife­
rentes factores.
No es que la educación pública esté siendo transferida a empresas
privadas para su operación, pero hay varios ámbitos de la educación
básica, media superior y superior donde las políticas y las prácticas al
interior del sistema educativo están abriendo paso al discurso, los
conceptos y formas de organización que provienen de la em­presa
privada, y entonces empiezan a instrumentarse de facto: una pri­va­
tización de los espacios públicos. En buena medida, la falta de co-
bertura constituye en los hechos la creación de nichos de mercado
en todos los niveles educativos, donde el Estado ni siquiera regu­la
mínimamente las condiciones en las que se imparte la edu­cación pri-
vada, ante su incapacidad para atenderla en el sector público. La cues-
tión no es nueva; en varios países en el mundo, como bien apun­ta
Chomsky (2012) y Brooks (2013), hay un ataque contra la educación
pública, ya mediante la instrumentación de evaluaciones estanda-
rizadas a los maestros, mediante el ahorcamiento presupuestal y
hasta la formación de las llamadas escuelas chárters en varios es­tados
de la Unión Americana, donde hay escuelas que siguen funcio­-
nando con presupuesto público pero son administradas por agencias
privadas. Todo ello contribuye a fortalecer las tendencias privatiza-
doras de la educación, como acciones enmarcadas en el contexto de
las políticas neoliberales en todo el mundo; donde magnates, gran-
des grupos financieros internacionales y hasta los gobiernos, buscan
convertir a la educación en un gran negocio rentable para el merca­
do a escala global.
En las escuelas públicas de educación básica, media superior y
su­perior; las reformas educativas que vienen instrumentándose
desde los años noventa parecen avanzar hacia la concreción de estos
objetivos globales. El discurso de la calidad, de las competencias, del
conocimiento útil, la fragmentación y reducción del currículum
pri­vilegiando los aprendizajes pragmáticos, ponen a la educación pú-
blica mexicana en correspondencia con las grandes tendencias mun­
diales. Asimismo, tras más de 20 años de haberse incorporado al
lenguaje de la educación, el concepto de calidad no ha logrado defi-
nirse con precisión por sus principales promotores; y es que en esen­
cia se trata de un concepto ajeno a los procesos educativos, pues qué
456 CLAUDIA ALANIZ HERNÁNDEZ, LUIS REYES GARCÍA

tanto progresa un estudiante en sus aprendizajes sino puede ser equi­


parable con la planeación, diseño y fabricación de un producto que
tendrá un valor de uso y de cambio en el mercado. La calidad de un
producto no es idéntica a la calidad de un aprendizaje, entendido
como proceso complejo de interacción que concreta logros en fun-
ción de una gran cantidad de factores complejos sobre los que no se
tiene un control total y absoluto, pues pueden ser cambiantes, alea­
torios e inesperados.
Por otro lado, en el marco de este discurso de la calidad, en las
últimas décadas se ha reforzado la tendencia a adecuar los objeti-
vos de la educación básica con la idea del conocimiento útil orien-
tado al trabajo temprano y el saber hacer, idea central del enfoque
por competencias en educación, presente en los planes y programas
des­de las reformas de 2006-2008. Aunque no se dice, ni se reco­noce
por parte de la burocracia que dirige la educación, el sistema edu-
cativo actúa cada vez más como dique, como obstáculo para que los
jóvenes configuren trayectorias escolares de largo plazo. Pueden avan­
zar hasta el nivel medio superior, pero ahí se termina todo porque
después de eso es muy difícil acceder al sistema universitario que cada
año reduce su número de espacios en las diferentes carreras pro­
fesionales. Las universidades públicas se ven obligadas a limitar su
matrícula en virtud del ahorcamiento presupuestal que vienen su-
friendo desde hace varios años. En este sentido, el tema de la reduc­
ción del financiamiento hacia las instituciones públicas de educación,
es una de las causas que contribuye a la crisis de todo el sistema
educativo. De la educación básica a la media superior, el gobierno
trata de mantener la cobertura dado el carácter obligatorio que es-
ta­blece el artículo tercero para estos niveles educativos. Pero en la
educación superior no es así, ahí la matrícula cae estrepitosamente
porque las universidades ya no tienen infraestructura y profeso-
res para atender a más estudiantes, tal como se muestra en los datos
presentados en la primera parte de este texto.
A la par de la crisis de financiamiento público que afecta a todo
el sistema público de educación, está creciendo de manera acelera-
da el sistema educativo privado, que aprovechando la demanda de
educación superior de miles de jóvenes en todo el país, ha diseñado y
opera una red de planteles e instalaciones educativas que ofertan to-
do tipo de carreras. Es un mercado que ofrece productos educati­vos
ENTRE LA UTOPÍA Y LA REALIDAD 457

de distintas calidades y precios, establece una dinámica de negocio


con sus consumidores y logra configurar la noción de empresa edu­
cativa, algunas más rentables y con mejores ganancias que otras,
siempre a la caza de nuevos clientes. Es un negocio que ha prospera­
do al amparo de las políticas educativas que desprestigian y golpean
el sistema público de educación, pero que, salvo algunos casos excep­
cionales, no son alternativa de formación profesional ni de prepa-
ración de fuerza de trabajo de alto nivel, convirtiéndose en un gran
engaño para muchos jóvenes.

A MANERA DE CONCLUSIÓN

El compromiso asumido por los Estados en general como garantes


del derecho a la educación se expresa en tres obligaciones: a respe-
tar el derecho, a protegerlo y a hacerlo efectivo. Por tanto, garan­-
tizar el derecho a la educación es mucho más que avalar su oferta o
el acceso. Implica comprometer el aprendizaje básico para una digna
inserción social.
Los avances en el acceso educativo en nuestro país son innega­
bles, las reformas del artículo tercero han ampliado los años de
escolari­dad obligatoria (principalmente se cumple en la educación
básica), pero el hecho de que la educación no se consagre como un
derecho, tal como ocurre en otros países de América Latina (Ar-
gentina, Brasil, Bolivia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador,
Guatemala, Paraguay, Perú, República Dominicana, Nicaragua,
Venezuela Uruguay), no posibilitan el incremento de la correspon-
sabilidad del Estado como garante del mismo.
Finalmente, podemos afirmar que la educación sigue siendo una
utopía en tanto forjadora de expectativas; no está exenta de ten­-
siones y problemas, cuya resolución no sólo corresponde a los gobier­
nos sino también a la sociedad organizada. En el caso de México,
es preciso reivindicar y trabajar por hacer realidad los preceptos más
importantes del artículo tercero constitucional, no sólo se trata de
contar con un marco normativo sino de hacer que éste se acerque
lo más posible a las prerrogativas que define en bien de la sociedad.
Esto mismo contribuiría a reforzar los procesos de democratización
de la vida pública en todas sus vertientes. Sí, la construcción de la de­
458 CLAUDIA ALANIZ HERNÁNDEZ, LUIS REYES GARCÍA

mocracia no sólo en su versión procedimental sino sobre todo como


sistema de pautas de convivencia que permiten la construcción de
un espacio público donde todos cabemos y somos capaces de poner­
nos de acuerdo en favor del bien común.

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BL
A
N
C
A
SOBRE LOS AUTORES

RAÚL FIGUEROA ROMERO

Es licenciado en Ciencia Política por la UAM-Iztapalapa (con men-


ción honorífica). Licenciado en Derecho por la UAM-Azcapotzalco.
Maestro en Estudios Sociales por la UAM-Iztapalapa. Doctor en
Estudios Sociales con especialidad en Procesos Políticos (Ciencia
Política) por la UAM-Iztapalapa. Trabaja temas de democracia, ca-
lidad de la democracia, sistemas electorales, sistemas de partidos,
Estado de derecho, derecho constitucional, derecho electoral, dere­
chos humanos, derecho-política y políticas públicas. Actualmente
es miembro del SNI y profesor-investigador titular C en la UAM-
Lerma, Departamento de Procesos Sociales.

RAÚL HERNÁNDEZ MAR

Es doctor en Ciencias Sociales por la UAM-Xochimilco en la línea


Sociedad y Territorio; maestro en Políticas Públicas y licenciado en
Política y Gestión Social por la misma institución. Fue profesor de
tiempo parcial en el Departamento de Política y Cultura de la UAM-
Xochimilco y actualmente se encuentra adscrito al Departamento de
Procesos Sociales de la UAM-Lerma e imparte clases en la licenciatu­
ra en Políticas Públicas. Es integrante de la Red Mexicana de Eco­lo­

[463]
464 SOBRE LOS AUTORES

gía Industrial (Remei) y tiene perfil Prodep. Se especializó en temas


relacionados con diseño, implementación y evaluación de políti-
cas públicas, estudios metropolitanos y ambientales. Ha participado
en diversos congresos, coloquios y seminarios, tanto nacionales como
internacionales y ha publicado varios artículos relacionados con sus
líneas de investigación, tanto en revistas nacionales como interna-
cionales.

GONZALO FARRERA BRAVO

Es catedrático e investigador del Instituto de Investigaciones Jurí-


dicas de la UNAM y de la UAM-Iztapalapa. En la Escuela Libre de
Derecho es catedrático de la Clínica de Teoría Política e investiga-
dor honorario. Profesor del posgrado en Derecho y del posgrado
en Pedagogía de la UNAM. Profesor de la especialidad en Adminis-
tración de Justicia del Consejo de la Judicatura, Poder Judicial del
Estado de Michoacán, UMSNH.

ALFONSO LEÓN PÉREZ

Es politólogo y doctor en Estudios Sociales en la línea de procesos


políticos por la UAM-Iztapalapa. Profesor-investigador en el De-
partamento de Relaciones Sociales de la UAM-Xochimilco. Profesor
invitado en la maestría en Seguridad Nacional del Centro Estudios
Superiores Navales de la Secretaría de Marina (Cesnav). Miembro
del SNI del Conacyt. Evaluador de Programas Sociales en el nivel
fede­­ral y estatal. Líneas de investigación: sociedad civil, organiza­
ciones civiles, democracia, sistemas de partidos y políticas públicas.

LAURA VALENCIA ESCAMILLA

Es doctora en Ciencias Sociales con especialidad en Ciencia Política


por la Flacso-México. Especialista en Derecho Constitucional por el
Centro de Estudios Constitucionales en Madrid, España. Realizó
un diplomado en Derecho Parlamentario Comparado por la Uni-
versidad Iberoamericana, así como la maestría en Ciencia Política
por la UNAM. Actualmente, es profesora-investigadora titular C en
la UAM-Xochimilco y forma parte del SNI del Conacyt.
SOBRE LOS AUTORES 465

GABRIEL PÉREZ PÉREZ

Es jefe del Departamento de Ciencias Sociales de la UAM-Cuaji-


malpa. Doctor en Filosofía Política por el Departamento de Filoso­
fía del Derecho, Moral y Política de la Universidad Complutense
de Madrid, doctor en Ciencias Sociales, con especialidad en Relacio­
nes de Poder y Cultura Política por la UAM-Xochimilco y licencia-
do en Ciencias Políticas y Administración Pública por la Facultad de
Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Profesor-investigador titu-
lar C de tiempo completo en la UAM-Cuajimalpa; miembro del SNI,
nivel 1. Ha colaborado en publicaciones junto con destacados poli­
tólogos y teóricos de la política, como Leonardo Morlino, Philippe
C. Schmitter, Gianfranco Pasquino y David Held. Líneas de inves-
tigación: estudios sobre ciudadanía, calidad de la democracia, cul-
tura política y teoría política contemporánea.

MARIO CHAVARRÍA SUÁREZ

Es profesor asociado del Departamento de Ciencias Sociales en la


UAM-Cuajimalpa. Doctor en Ciencias Sociales y Humanidades por
la UAM-Cuajimalpa. Maestro en Sociología por la Universidad Ibe­
roamericana, Ciudad de México; diplomado en Derecho Electoral
por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación; diplo­
mado en Análisis Político Estratégico por el Centro de Investi­gación
y Docencia Económicas; licenciado en Sociología por la UAM-Az­
capotzalco. Secretario Técnico y Asesor Parlamentario en distintas
comisiones ordinarias y especiales del H. Congreso de la Unión, Poder
Legislativo Federal; Subdirector del Área de Capacitación en Polí-
ticas Públicas y Gobierno en Instituto Público de Investiga­ción.

RAMIRO DANIEL SÁNCHEZ GAYOSSO

Es licenciado en Ciencia Política por la UAM. Maestro en Cien-


cias Sociales por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales
(Flacso), sede México y candidato a doctor en Estudios Socia-
les, UAM. Especialista en temas de acceso a la información, trans-
parencia, derechos humanos e instituciones políticas. Participante en
congresos nacionales e internacionales.
466 SOBRE LOS AUTORES

ALBERTO ESCAMILLA CADENA

Es doctor en Estudios Sociales por la UAM-Iztapalapa. Profesor-inves­


tigador titular C de tiempo completo en la UAM-Iztapalapa. Miembro
del SNI, nivel 1. Imparte cursos de licenciatura sobre Teoría Política
y Sistema Político Mexicano en la UAM-Iztapalapa. Imparte cursos
de Política Comparada a nivel maestría en la UAM-Iztapalapa. Ha
publicado en revistas y libros. Ha coordinado y publicado libros
sobre presidencialismo mexicano, la democracia en México y los
procesos electorales a nivel local. Es coordinador de la línea de Pro­
cesos Políticos del Posgrado en Estudios Sociales en la UAM-Izta­
palapa.

MIGUEL RODRIGO GONZÁLEZ IBARRA

Es doctor en Ciencias Políticas y Sociales por la UNAM. Orienta su


trabajo hacia el estudio de la acción colectiva, análisis de políticas
públicas e incidencia política de la sociedad civil en México. Actual­
mente, es profesor-investigador titular C, definitivo por concurso
de oposición en el Departamento de Sociología de la UAM-Iztapa-
lapa, donde dirige el proyecto “Incidencia política y construcción de
ciudadanía en la Ciudad de México, 2015-2018”. Ha sido director
de tesis de licenciatura y posgrado y forma parte del comité edito­
rial de la revista Polis-México, en UAM, así como de la revista Tiempo
de Gestión de la Universidad Autónoma de Entre Ríos en Paraná,
Argentina.

MANUEL LARA CABALLERO

Es licenciado en Administración por el Instituto Tecnológico Au-


tónomo de México (ITAM); obtuvo la maestría en Economía Social
en la UAM-Iztapalapa y es doctor en Política Pública, concentra-
ción en Economía Pública, por el Tecnológico de Monterrey, cam-
pus Ciudad de México, donde realizó una estancia de investigación
en la Harvard Kennedy School of Government. Pertenece al SNI,
nivel 1, y tiene perfil deseable Prodep. Sus líneas de investigación
son: inclusión social; análisis, diseño y evaluación de políticas pú-
blicas y medición económica.
SOBRE LOS AUTORES 467

LUIS FERNANDO ORDAZ BAUTISTA

Es candidato a doctor en Estudios Sociales, línea Procesos Políticos


de la UAM-Iztapalapa. Actualmente desarrolla la investigación: “La
fiscalización a los partidos políticos en México modalidades y órga­
nos revisores del INE, 2000-2015”. Becario Co­nacyt.

DAVID MORALES GONZÁLEZ

Es licenciado en Ciencia Política, maestro y doctor en Estudios


Sociales por la UAM, y master en Desarrollo Local por el Instituto
de Eco­nomía y Geografía del CSIC, España. Fundador de la asocia-
ción civil Observa, A.C. “Por una Cultura de Paz”, y actualmente es
pro­fesor de la licenciatura en Ciencias Políticas y Administración
Pú­blica en la FES Acatlán, de la UNAM. Ha sido director de Asuntos
Internacionales y director de Descentralización en el Instituto Na­
cional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal (Inafed) de la
Secretaría de Gobernación. Fungió como asesor parlamentario en
la Co­misión de Desarrollo Metropolitano de la LXIII Legislatura
de la Cámara de Diputados, y ha sido consejero electoral distrital en
el Instituto Nacional Electoral (INE). Ha contribuido en diversas
pu­blicaciones de análisis político y desarrollo local, además de dar
po­nen­cias e impartir cursos, diplomados y conferencias sobre gobier­
nos locales.

LAURA GEORGINA AHUACTZIN PÉREZ

Es candidata a doctora en Estudios Sociales en la línea de Procesos


Políticos, por la UAM-Iztapalapa, maestra en Estudios Sociales por la
UAM-Iztapalapa, licenciada en Administración por UAM-Azcapot-
zalco. Líneas de investigación: relaciones intergubernamentales, ca­
pacidad institucional de los municipios, políticas públicas y zonas
metropolitanas.

ALMA PATRICIA DE LEÓN CALDERÓN

Es doctora en Ciencias Sociales, en el área de Sociedad y Territorio,


por la UAM-Xochimilco, maestra en Estudios Regionales por el Ins­
tituto Dr. José María Luis Mora, licenciada en Economía por la
468 SOBRE LOS AUTORES

Universidad Autónoma de Zacatecas y licenciada en Derecho por


la misma universidad. Es candidata al SNI. Actualmente es profe-
sora —investigadora en el Departamento de Procesos Sociales de
la División de Ciencias Sociales y Humanidades de la UAM-Lerma.
Sus líneas de investigación son: capital social y organizaciones no
gubernamentales, análisis de redes sociales (ARS) enfocado al estu-
dio de políticas públicas; migración y comunidades transnacionales,
así como evaluación de políticas públicas.

CLAUDIA ALANIZ HERNÁNDEZ

Es doctora en Educación. Profesora-investigadora de tiempo com-


pleto en la Unidad 096 CDMX Norte de la Universidad Pedagógica
Nacional. Especialista en Políticas Educativas de Educación Bási-
ca, Educación Cívica y Formación para la Ciudadanía. Tiene perfil
Prodep y es miembro del SNI del Conacyt e integrante del cuerpo
académico consolidado “Sociología de la Educación Básica”. Ha
publicado artículos en revistas especializadas y capítulos de libros so­
bre la temática señalada en sus líneas de trabajo. Panelista en con-
gresos nacionales e internacionales.

LUIS REYES GARCÍA

Es doctor en Estudios Sociales, línea de procesos políticos, por la


UAM -Iztapalapa. Profesor-investigador de tiempo completo en
la Uni­­dad 096 CDMX Norte de la Universidad Pedagógica Nacio-
nal. Especialista en temas de Sociología Política y Sociología de la
Edu­cación, sobre los cuales ha publicado diversos artículos en re-
vistas especiali­zadas y en capítulos de libros. Es profesor con perfil
deseable Prodep desde 2008. Ha dirigido tesis de licenciatura y
posgrado y participado en congresos nacionales e internacionales.
Desafíos para la calidad de la democracia
y las políticas públicas para el fortalecimiento
de la gobernabilidad en México
se terminó en diciembre de 2018
en Imprenta de Juan Pablos, S.A.
2a. Cerrada de Belisario Domínguez 19
Col. del Carmen, Alcaldía de Coyoacán
México, 04100, Ciudad de México
<juanpabloseditor@gmail.com>

1 000 ejemplares
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