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Los fantasmas no existen: explicaciones científicas a los fenómenos 'paranormales'

Relatos relativos Por  Jordi Pereyra


La creencia en fantasmas, espíritus y demás fenómenos paranormales está muy arraigada desde
la antigüedad. Los textos de las religiones mesopotámicas hablan de espectros que se forman en el
momento de la muerte del individuo, adoptando su personalidad y su memoria. Los familiares tenían
la obligación de realizar ofrendas de comida y bebida a los muertos para facilitar su vida en el otro
mundo porque, de lo contrario, sus fantasmas podrían traer mala fortuna y enfermedad a los vivos.

Este tipo de creencias aún sobreviven en la actualidad pero, ¿qué hay de verdad en las historias de
fantasmas? A pesar de que miles de investigadores paranormales han intentado encontrar indicios
de la presencia de seres sobrenaturales durante las últimas décadas, nadie ha conseguido obtener
una sola prueba convincente que demuestre su existencia. Todas las supuestas pruebas físicas
encontradas hasta el momento han resultado ser falsificaciones, errores de cámaras o demasiado
ambiguas como para revelar nada de valor.

El ejemplo más significativo de mala praxis en el mundillo sobrenatural son los llamados orbes, esos
círculos blanquecinos que aparecen en las fotos de vez en cuando. Los cazadores de fantasmas dan
la noche por buena cuando descubren estas cosas en sus fotos del cementerio pero, en realidad,
como cualquier aficionado a la fotografía sabrá, no son más que partículas de polvo, humedad o
insectos que se encuentran cerca de la cámara cuando salta la luz del flash. Al estar tan cerca, la luz
que reflejan aparece desenfocada en la imagen, dando lugar a esa huella circular característica.

Sobre las fotos no hay que hacer muchos comentarios. Con Photoshop a mano, hoy en día
cualquiera puede producir imágenes convincentes de fantasmas y apariciones. Este tipo de pruebas
de la existencia del mundo paranormal requieren una dosis mucho mayor de fe que de pensamiento
crítico.

Lo que realmente convence a la gente de la existencia de espíritus y entes fantasmas son los
testimonios de otras personas. Lo complicado, en teoría, sería encontrar una explicación convincente
para los miles de experiencias fantasmales que tiene continuamente la gente a lo largo y ancho del
globo terráqueo. En teoría. En este artículo quería hacer un repaso rápido de algunas de las causas
naturales que pueden inducir a la gente a pensar que ha visto un “suceso paranormal” porque,
aunque muchos creyentes digan lo contrario, la ciencia (mejor dicho, el sentido común) sí puede dar
explicaciones a muchas de estas experiencias. Así que os dejo unos cuantos ejemplos que la
industria de los documentales de fantasmas, las tiendas de espiritismo y el lobby de los exorcistas no
quieren que sepas.

Visiones, ruidos y 'presencias'

Un caso muy curioso lo mencioné aquí. Resulta que en 1998 empleados de un laboratorio decían
percibir figuras fantasmagóricas grises en su visión periférica que desaparecían en cuanto intentaban
fijar su vista en ellas.Pero, cuando dos investigadores decidieron buscar qué podía estar
produciendo estas visiones en vez de declarar que el laboratorio estaba encantado e intentar
venderlo al mejor postor sin revelarle su oscuro secreto, se dieron cuenta de que un ventilador
estaba haciendo vibrar el aire con una frecuencia de 18.98 hertzios (pulsaciones por segundo, que
es lo mismo). Casualmente, esta es casi la misma frecuencia con la que nuestros globos oculares
entran en resonancia. Esto significa que, a esa frecuencia, la leve pulsación del aire transferida a
nuestros ojos se amplifica muchísimo, deformando el tejido y activando las células que reciben la luz
en nuestras retinas.

¿Y qué prueba hay de que esta teoría tiene algún sentido y los investigadores no se lo estaban
sacando de la manga? Pues que, cuando apagaron el ventilador, nadie más volvió a tener visiones
fantasmales. Este mismo fenómeno podría explicar qué ocurre en lugares donde tienen lugar a
menudo avistamientos que se consideran paranormales, como la típica casa encantada.

Luego hay otras situaciones en las que la gente percibe cosas que están fuera de la
normalidad como un fenómeno sobrenatural, simplemente porque los conocimientos sobre algún
tema en concreto son limitados y no tienen ninguna otra explicación a mano.

Por ejemplo, aunque es relativamente infrecuente que un edificio produzca sonidos, no es extraño.
Las estructuras de nuestras casas no son completamente rígidas y, con el tiempo, se van
deformando y creando zonas donde la tensión se acumula que, al ceder, se puede liberar
bruscamente produciendo sonido. Este fenómeno puede aparecer por la distribución del propio peso
que aguantan las paredes o por los ciclos de dilatación y compresión que experimentan durante el
día y la noche debido a los cambios de temperatura. Hasta el agua corriendo por las tuberías
puede hacer sonidos raros que, en el silencio de la noche, parecen mucho más intensos de lo que
realmente son.

¿Entras en una habitación y notas un cambio brusco de temperatura? Es posible que para ti sea un
indicador de la presencia de un fantasma, pero es mucho más probable que la habitación esté fría
por cualquier otro motivo: una ventana mal sellada, una mala circulación del aire, la parte de la casa
en la que no da el sol... Hay mil causas totalmente naturales que dan una explicación más
convincente.

¿Y qué pasa con la gente que siente presencias en su casa? Eso tiene que ser una señal de que
algo del otro mundo puede estar presente a su alrededor, ¿no? Pues resulta que incluso las
percepciones más subjetivas pueden tener una causa externa de la que no somos conscientes.
Pongamos el caso de los infrasonidos: ruidos que están ahí, perturbando el aire, pero que nuestros
oídos son incapaces de percibir.

Se han hecho experimentos exponiendo a grupos de voluntarios a varias canciones, algunas


de las cuales contienen infrasonidos de fondo y otras no. Durante las canciones que contenían
infrasonidos, el 22% de los participantes admitieron haber experimentado ansiedad, tristeza y
escalofríos. De hecho, los infrasonidos producidos por los órganos de las iglesias podrían
inducir estos mismos estados en la gente que acude a ellas.

 
Teniendo en cuenta que muchos fenómenos que experimentamos en nuestro día a día, como el
viento, los rayos o las olas, pueden generar infrasonidos, no es descabellado pensar que el malestar
subjetivo que muchas veces se atribuye a los fantasmas pueda estar asociado con una fuente de
infrasonidos natural.

La ouija y el efecto ideomotor


¡Pero aun así hay cosas que la ciencia no puede explicar! ¿Cómo explicas entonces que en un
tablero de ouija el vaso se mueva solo? ¡Sin duda hay algún espíritu moviéndolo! Bueno, es que
existe la posibilidad de que, para empezar, no intervenga ningún espíritu. Si los espíritus pudieran
mover vasos, no les haría falta que todo el mundo tuviera las manos puestas encima.

El causante de que se mueva el vaso (o el objeto que sea) sobre el tablero de ouija es un fenómeno
muy bien estudiado llamado el efecto ideomotor. Es un proceso psicológico que hace que una
persona realice movimientos involuntarios, dejándose llevar de manera que no nota que ella mismos
está interviniendo en el movimiento.

¿No me creéis? En el programa Brain Games, de National Geographic hicieron un experimento para
ver si un grupo de voluntarios se estaba comunicando con los muertos o, por el contrario, estaban
produciendo ellos mismos el mensaje de ultratumba. Durante una primera sesión de ouija los
participantes hicieron varias preguntas a un espíritu sobre un tablero y la entidad les guió
perfectamente por las letras para mostrarles su mensaje. Pero, entonces, el presentador pide a los
participantes que se venden los ojos para realizar una segunda sesión de ouija. El resultado: el
espíritu ya no es capaz de acertar sobre las letras y su mensaje se vuelve absurdo.

Sabiendo que cuando los participantes tienen los ojos vendados el mensaje que aparece es ilegible,
¿no es más probable que sean ellos mismos los que están moviendo la pieza sobre el tablero
involuntariamente?

En fin, esto son el tipo de cosas que encuentras en el mundo de lo paranormal: personas que no
persiguen encontrar una explicación racional a estos fenómenos, sino que buscan cualquier señal
que confirme las creencias que hace tiempo ellos mismos han decidido que son las correctas. Y
aunque existan explicaciones perfectamente lógicas y naturales para los fenómenos paranormales,
simplemente las ignorarán como si no existieran o buscarán excusas para invalidarlas.

Por eso es importante mantener una actitud crítica ante estas cosas. Os quedaréis sin algunas
anécdotas entretenidas que podéis contar en las fiestas, es verdad, pero vale la pena a cambio de
deshacerse del miedo a las supersticiones de la edad media.

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