Defina las fuerzas apolíneas y dionisíacas y cual es el lugar en la tragedia griega.

Instintos artísticos de la Naturaleza. ​Es así como Nietzsche define las dos fuerzas, la
apolínea y la dionisíaca, que gobiernan al artista (y al mundo) en la creación de su obra de
arte. El arte es pensado por Nietzsche en el texto ​El origen de la tragedia​ como la forma
más acabada de expresión metafísica del mundo y la actividad que le permite al ser
humano tener acceso a los fundamentos de la realidad. Así como para Sócrates y Platón, la
realidad es inteligible y se accede a través de la razón y el conocimiento, para Nietzsche la
realidad es estética y se accede a través del arte.
Para la tradición griega Apolo es el dios del arte, la música en perfecta armonía, y es quien
desde los sueños inspira a las producciones artísticas. En el sueño, el individuo representa,
juega con lo real. En la realidad, el escultor, el artista, juega con el sueño. Lo apolíneo, es la
representación de la armonía, de los ideales, de todo aquello que el hombre crea como
ideal que termina por transformarse el rector moral. El arte enteramente apolíneo, si bien
redime la vida desde sus ilusiones, lo hace separándose de ella y finalmente negándola. La
Escultura y poesía épica, son expresiones características del arte apolíneo.
Por otro lado, Dionisio. Dios del vino, se lo asocia con la embriaguez y el éxtasis. Tiene el
poder de elevar al hombre individual al olvido de sí, rompiendo el principio de individuación,
y así diluirlo en la existencia humana de lo universal y natural. Woodstock, las raves, los
carnavales, los rituales chamanes, son todos rituales con fuerte presencia de fármacos y
bailes, que arrancan al ser humano de su individualidad para amasarlo con el entorno, con
la comunidad y con la naturaleza. Nietzsche destaca esta “pérdida de individuación” como
un fenómeno artístico. En la griega clásica, estas prácticas existían y eran parte de la
idiosincracia y de la vida. Existían festividades dionisíacas tanto de alegría como de lamento
nostálgico, pero con las características comunes de ser “redención del mundo y días de
transfiguración”. En la expresión artística apolínea hay una representación de ideales
oníricos, que muestran armonía, perfección, pero no transfiguración del mundo. Lo
dionisíaco borra los límites: de las instituciones, de la familia, de la propia individualidad.
En la expresión de lo dionisíaco, el ser humano pasa a ser la obra de arte. Todo lo que era
percibido en la imaginación y en los sueños, ahora lo percibe en sí
Nietzsche describe metafóricamente como el dios Apolo, con la cabeza de medusa en
mano, protegía la penetración en el arte de la fuerza dionisíaca. Pero esta fuerza vital fue
tal, que termina por romper esa defensa. La fuerza dionisíaca irrumpe, sacándole el velo
maya al arte apolíneo que tapaba la realidad. Lo dionisíaco se presenta en la música (de la
melodía, de los sonidos, no así de las armonías apolíneas) y en la danza (que pone en
juego el cuerpo). Dionisio invade las producciones de la tragedia griega, pero no como un
conquistador saqueador, sino en alianza con lo apolíneo, para lograr expresar por completo
la metafísica de la naturaleza. Así el artística logra ser un mejor “imitador”, a través de la
tensa armonía entre estas dos fuerza. Nietzsche da el ejemplo de las obras de Esquilo y
Sófocles, donde señala un ​entretejido entre sí, de lo apolíneo y dionisíaco, ​a partir de la
composición entre la figura del héroe trágico, representando lo apolíneo, y la irrupción
musical del coro, representado la fuerza dionisíaca. Nietzsche también tiene una fuerte
crítica a la influencia socrática en parte de la obra de Eurípides, donde señala un
advenimiento de lo apolíneo a través de lo que él define como estética socrática, Esta
nueva estética está caracterizada fuertemente por un tono explicativo, racionalista, llevando
a la ruina lo que él considera la cúlmine de la tragedia griega, cuando la convivencia entre lo
apolíneo y lo dionisiaco, lograba un equilibrio profundamente artístico.