Está en la página 1de 2

La prostitución

La prostitución se define como el acto de participar en actividades sexuales a cambio de


dinero y/o de otros beneficios. En general, la sociedad tiene el concepto de que esta
actividad es ejercida solo por las mujeres, no obstante, también es llevada a cabo por
hombres y desde orientaciones sexuales diversas (heterosexuales, homosexuales y
transexuales).
El término genérico empleado para referirse a quien la ejerce es prostituta y, en el caso
de los hombres, se utilizan términos variados, generalmente peyorativos. En algunos casos,
la persona implicada en esta actividad puede ser directa o indirectamente obligada a ello,
por ejemplo, mediante engaños, extorsiones o amenazas de diferentes tipos.
Tradicionalmente, la prostitución se ha ejercido en sitios destinados exclusivamente a este
fin, llamados burdeles o prostíbulos. Estos han sido habitualmente casas regentadas por una
persona, en las que hay mujeres u hombres, según la orientación del lugar, y habitaciones
privadas donde se atiende a los “clientes”. También se practica en calles urbanas y laterales
de carreteras industriales, así como en bares y clubes nocturnos, hoteles y servicio a
domicilio. Estos últimos, en comparación con los anteriores lugares, presentan menor
control de seguridad y mayor vulnerabilidad de las víctimas.
Existen diferentes posiciones respecto a esta problemática. Por un lado, aquellas que están
a favor del abolicionismo de la prostitución, que la entienden como una actividad ilícita en
la que no existen clientes sino prostituyentes y los involucrados no son trabajadores sino
víctimas. Por otro lado, se encuentran posturas en contra del abolicionismo que buscan la
legalización de tal actividad y la defensa de los derechos de quienes la ejercen considerados
como trabajadores.
En relación con esto, la situación legal de la prostitución depende de cada país. En
algunos, esta es ilegal, en otros, el intercambio de servicios sexuales por dinero no lo es,
pero sí las actividades que la rodean como los burdeles, la captación de clientes en lugares
públicos o la publicidad. Los objetivos de tales regulaciones incluyen el control de
infecciones de transmisión sexual, la reducción de la esclavitud sexual, el control de la
ubicación de los burdeles y la disociación total de la prostitución como organización
criminal.
Respecto a este tema, Argentina se manifiesta a favor del abolicionismo. Por esto, en
julio de 2011, el gobierno sancionó un decreto que prohibió la publicación de avisos
gráficos de oferta sexual en los medios de información como una medida para evitar el
consumo. Además, un estudio de 2012 demostró que la explotación sexual ha cambiado
para evadir la ley, en este sentido los explotadores les otorgan a las víctimas ciertas
libertades como tener sus documentos o poder salir de los lugares de explotación.
Finalmente, puede mencionarse la investigación llevada a cabo por distintos expertos en el
tema desde un enfoque abolicionista. Sonia Sánchez y María Galindo en su libro Ninguna
mujer nace para puta (2007) explican, desde la perspectiva de la “puta”, la situación de
violencia vivida y denuncian a los victimarios como fiolos o parásitos. De esto se
desprende que las víctimas encabecen un cambio social en forma de protesta para
comunicar a otras mujeres sus saberes y vivencias y, así, hacer visible la problemática.

También podría gustarte