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3. Ante los amos.

2:18-25

Criados estad sujetos, se refiere a los criados o empleados domésticos o


sinónimo de siervos, eran esclavos familiares, estad, es un mandato
imperativo, no es opcional, sujeto de la palabra jupotasso (jupo, debajo y
tasso ordenar) ordenar debajo, ponerse bajo sujeción, no solo obedecer
sino ponerse alegremente bajo su autoridad, en el campo del hogar como
laboral. esta también es una batalla contra el alma, el orgullo se opone a
sujetarse, pero debemos hacerlo por causa del Señor y con las fuerzas de
él.
con todo respeto a vuestros amos; en 1 era Pedro no hay enseñanza para
los amos, posiblemente porque todos o la mayoría de los creyentes serian
de clase pobre, deberían estar sujetos con todo respeto, ya antes les había
dicho honrad a todos. al temer reverencialmente al Señor motivara a
tratar a los demás con ese temor.
no solamente a los buenos y afables, sino también a los difíciles de
soportar. Es “fácil” sujetarse a los que nos tratan bien o a los que son
correctos, justos, considerados y amables, el creyente es llamado a tener
una conducta diferente a los demás, no debe rebelarse a los patrones o
jefes que son difíciles de soportar, o que son moralmente torcidos o solo
cuando están bien y no cuando esté áspero, o nos tratan cruel o
injustamente. Es allí cuando damos testimonio de una vida que no es de
este mundo, que es de Cristo y que vivimos bajo su presencia
Porque esto merece aprobación, esta es una aprobación de parte de Dios
esta actitud de respeto y obediencia a los amos sin importar su
temperamento es una gracia que hacemos movidos por la Gracia de Dios
en nosotros y eso el Señor lo ve con agrado.
si alguno a causa de la conciencia delante de Dios, la conciencia, es decir
el entendimiento de que está haciendo la voluntad de Dios y consiente de
su Presencia y sin importar el “yo”. Elías y Eliseo fueron hombres que
vivieron como en la presencia de Dios (1 Re 17:1, 18:15; 2 Re. 3:14, 5:16).
sufre molestias padeciendo injustamente, al recibir con mansedumbre los
tratos injustos mostramos a Cristo en nuestras vidas, las personas se
asombran y pueden ver con claridad a Cristo viviendo en nosotros y de esa
manera pueden ser atraídos a Él.
Pues ¿qué gloría es si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Sufrir
pacientemente por nuestras propias faltas, no tiene nada de sobrenatural
ni gloria para Dios, tampoco es de buen testimonio más bien da mala
reputación al nombre de Cristo, si un empleado peca o falta el respeto a
su amo o jefe y es abofeteado, amonestado o despedido por ello y él lo
acepta con paciencia. No tiene gloria ni aprobación de Dios
Más si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es
aprobado delante de Dios. Por el contrario, actuar bien y padecer con
paciencia por causa de ello, trae aprobación (caris, gracia) de Dios, una
traducción dice “esto es gracias para con Dios”, cuanto nos cuesta vivir
una obediencia sumisa aun hasta padecer por ello, pero a Dios le agrada
porque es reflejo de su Amado Hijo. Pedro no dice es gloria o fama para el
creyente, esto jamás debe buscarlo sería quitarlo de solo Aquel que lo
merece, es abominación o idolatría. Pero si podemos querer ganarnos las
gracias de parte de Dios, él podría decir “gracias porque estas exaltando a
mi Hijo al actuar así porque el hizo eso con perfección”
Pues para esto fuiste llamados; parte del llamamiento del creyente es a
sufrir pacientemente por ser de Cristo. La nueva vida en Cristo traerá
inevitablemente trato injusto en ocasiones de los que se oponen
Porque también Cristo padeció por nosotros, el gran incentivo es que
también Cristo fue tratado de esa manera y lo soporto.
Dejándonos ejemplo para que sigáis sus pisadas. Estas dos primeras
palabras en el original dirían “escrito por debajo” como un patrón de
letras para calcar, al poner encima un papel y trazar los mismos
caracteres, como el original para hacer copias. Al parecer estos
sufrimientos no son los sufrimientos expiatorios, sino los sufrimientos
ejemplares, por lo tanto, en esto podemos seguir sus pasos. Los siguientes
dos versos son ejemplos que el Señor dejo.
El cual no hizo pecado, el primer ejemplo que nos dejó el Señor es que ni
bajo presión se desvió al pecado, (no se desvió) él es impecable, no podía
pecar, nosotros si podemos pecar, pero el no a ablandado sus normas a
nuestra debilidad o a los circunstancias que nos encontramos, así como el
Señor se sometió a la perfecta voluntad de Dios siendo obediente hasta la
muerte, nosotros debemos seguir sus pisadas y no ser hallados de
pecados de rebelión en su buena voluntad para con nosotros. En 1 Jn. 2.1
se trata de alguien que peca a propósito y se puede “ver”
ni se halló engaño en su boca, el no hizo pecado ni tampoco hallaron
engaño en su boca, en el dicho y en hecho fue impecable.
Quien cuando le maldecían, no respondía con maldición, el segundo
ejemplo (no se defendió) la palabra maldecir es amontonar palabras
ofensivas y viles contra alguien, Cristo sufrió un maltrato verbal
inimaginable, fue escarnecido y burlado terriblemente, pero no respondió.
El profeta dice enmudeció su boca. Is.53:7
Cuando padecía no amenazaba, él tenía toda autoridad como Dios, tan
solo una palabra suya podía lanzar a sus maldicientes a la eternidad
oscura, pero “enmudeció no abrió su boca Is. 53: 7” su corazón lleno de
amor no tenía espacio para la venganza o la amenaza, él estaba allí para
sufrir por amor a nosotros y nos da ejemplo a no buscar venganza ante los
maltratos, enmudezcan, lloremos por los que nos rechazan como el lloró
por la cuidad que le rechazo. La venganza es la reacción natural pero el
creyente tiene que ir mirando al Sufriente. El juicio y la venganza son la
“extraña obra” del Señor, alguien dijo que “solo cuando la gracia y la
misericordia hayan agotado sus poderosos ministerios sobre la tierra,
vendrá la espada” (Is.28:21)
Sino encomendaba la causa al que juzga justamente, el tercer ejemplo es
que (no se vindicó) no busco justicia, se puso completamente al cuidado
de su Padre celestial, el día de su vindicación es futuro cuando toda rodilla
se doblara ante su presencia (Fil. 2: 10). El fue entregado a Pilato, este lo
entregó a los judíos, pero él se había entregado antes a su Padre celestial,
esto es un ejemplo para los creyentes para que en cada circunstancia nos
encomendemos a él. Nuestro sufriente salvador es el glorioso ejemplo
para librarnos de la insensatez de querer vindicarnos a nosotros mismos y
así con su gracia y poder ser preservados, y aprender a encomendar toda
cosa o circunstancia que nos pase al Vindicador justo en el día que el a
prefijado.
Quien llevó el mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, el
Señor no solo sufrió para dejarnos ejemplo, sino que también sufrió como
sustituto por nosotros y allí lo hizo solo, porque solo él podía hacerlo, llevo
nuestra condena y castigo en lugar nuestro, cargo nuestros pecados y el
juicio que implicaba aquello, A la cruz.
Para que nosotros estando muertos a los pecados se nos ha enseñado a
seguir el ejemplo de nuestro Señor en el sufrimiento. Una razón es que ya
estamos muertos a los pecados, a esa vida gobernada por el pecado que
solo piensa en el “yo”, es ese el propósito por lo cual el Señor se inmolo en
lugar nuestro y para que ahora estemos como ausentes de esas acciones y
reacciones que teníamos cuando estábamos en nuestros pecados. Lo cual
ahora cristo los había llevado a la cruz. Ahora entonces vivamos a la
justicia a esa nueva vida, un andar sometido gozosamente al Señor a su
santidad y rectitud. por cuya herida fuisteis sanados. La herida que le
causaron nuestros pecados y el juicio que cayó por ello, trae salud a
nuestra alma herida, por los pecados que el los llevó. Esta sanidad es algo
que goza cada creyente. Aun el cuerpo no lo disfruta, pero cuando él
venga será cumplido.
Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, no hay nada más triste
que una oveja perdida y descarriada, la oveja no tiene dientes filosos, ni
garras para defenderse así era el pasado de todo creyente estábamos a la
deriva e indefensos contra el enemigo de nuestras almas, pero ahora no.
Pedro al parecer hace referencia al profeta Isaías 53.6, pero también
siguiendo las instrucciones que está comunicando puede ser que el
creyente no quiera someterse a las instrucciones del Señor por tanto
siendo su Pastor no quiera su cuidado, esa actitud es triste.
Pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispos de vuestras almas. Llego un
momento que el Señor nos hizo entender nuestra triste condición y solo
había un camino de esperanza, volver Al Buen Pastor que no solo nos
sostiene, sino que ha dado su vida en rescate por nosotros, no solo es
nuestro Pastor sino también es nuestro Obispo (sobreveedor uno que
vigila) él tiene un cuidado vigilante de nuestras almas, no es la iglesia que
nos pastorea y vigila sino el Señor mismo y personalmente. ¡Bendito sea el
Pastor y Obispo de nuestras almas ¡

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