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Por:
Montero, Ángel / 067451575
Desarrollo:
Habla de “fake news” y la manipulación de los datos personales que uno confía, por
ejemplo, en su cuenta de Facebook, sin leer los “términos y condiciones” antes de abrir
su perfil.
Y el filme también muestra cómo antes de “ayudar” al Brexit y al actual presidente de los
Estados Unidos, participó, o mejor dicho, “probó” sus herramientas de influencia en
campañas políticas en otros países: se menciona a Italia, a países del Tercer mundo y a
la Argentina (se ve una imagen, exultante, de Mauricio Macri).
Para ser bien claros: lo que la compañía británica Cambridge Analytica hizo en los
Estados Unidos y Gran Bretaña fue utilizar ilegalmente datos personales de millones de
usuarios de Facebook para poder incidir en los procesos electorales.
Así de sencillo.
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Karim Amer y Jehane Nouhaim no deben tener Facebook. Son los directores de este
tan didáctico como complejo documental, en el que uno, mucho antes de arribar a su
desenlace, no sabe bien en quién confiar o no. Y ya preparan para HBO uno sobre la
secta NXIVM.
Para empezar a tirar el hilo del ovillo, los directores se centraron en dos personajes.
Uno es un ciudadano común, David Carroll, profesor en los Estados Unidos, quien le
pide a la compañía que le devuelva sus datos personales.
El hombre insistirá hasta llegar, como suele decirse, a las últimas consecuencias.
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El otro sí es controvertido. Brittany Kaiser, una joven algo veleta o panqueque, que la
pasaría muy bien en y con la política argentina. Primero participó muy activamente en la
campaña presidencial que llevó a la Casa Blanca a Barack Obama. Y luego pasó a ser
ejecutiva de Cambridge Analytica. Y, por lo que cuenta y se ve, decisiva en la elección
que el magnate Trump le ganó a Hillary Clinton.
Muchas de las campañas por las redes sociales, que hablaban de la esposa del ex
presidente demócrata Clinton como una corrupta y que “merecía” estar tras las rejas,
fueron orquestadas por Analytica.
Si Brittany Kaiser pasa a ser casi el eje alrededor del cual se siguen las investigaciones
-cómo el Parlamento inglés cita a responsables de la compañía, y ella sigue las
reuniones desde un televisor, se esconde en Tailandia, vuela de regreso a los Estados
Unidos-, no es la única. Por supuesto, los responsables de Analytica aparecen -no
todos hablan- y si el pez por la boca muere, cuando abren la boca…
Carole Cadwalladr, periodista de The Guardian y The Observer, que investigó como
nadie el asunto, da más claridad aún, y se pregunta si alguna vez “podremos tener una
elección libre y justa”.
Si “los derechos de datos personales son derechos humanos”, todo lo que hizo esta
empresa, que cerró en mayo de 2018, fue vulnerarlos. Cambridge Analytica obtuvo
información de millones de usuarios de Facebook a través de un cuestionario de
“personalidad”. Y luego se declaró en bancarrota.
Lo que cuenta Nada es privado es tan universal que asusta. Esa es la sensación más
primaria que nos abofetea al terminar de verla.