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1.

El mundo a principios del siglo XX


Los avances en la ciencia, en la industria, en los transportes
y en las comunicaciones hicieron que Europa disfrutara hacia
1900 de un nivel de vida mucho más alto que en 1800. Este
desarrollo tuvo como consecuencia un gran crecimiento de
las ciudades. Los países europeos más poderosos
controlaban además las materias primas y el comercio en el
resto del planeta. Por el poder mundial competían
Inglaterra, Francia, Alemania y un país en ascenso: Estados
Unidos. Las disputas entre todos ellos condujeron a la
Primera Guerra Mundial.
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En España, se produjo a fines del siglo XIX el llamado
Desastre de 1898, cuando la derrota militar frente a los
Estados Unidos acabó con los últimos restos del antiguo
imperio español (Cuba, Puerto Rico y Filipinas).
Durante los primeros años del siglo XX el sistema político de
la etapa anterior continuó inalterado, esto es, el Partido
Liberal y el Partido Conservador siguieron turnándose en el
poder, sin que hubiera apenas diferencia entre sus políticas.
La sociedad estaba dominada por una oligarquía integrada
por nobles terratenientes y por la alta burguesía financiera;
era un bloque social conservador que no sólo controlaba la
economía, sino también las elecciones (recordamos aquí el
caciquismo). Por debajo se hallaba la pequeña burguesía,
que se sentía marginada por el bloque dominante pero que a
la vez temía al proletariado; la mentalidad de estas clases
medias solía ser reformista; de ellas surgieron intelectuales
y escritores disconformes, a veces revolucionarios. En último
término encontramos a la clase obrera (el proletariado de las
zonas industrializadas y las masas de los campesinos), que
soportaba durísimas condiciones de vida; en ellos prendieron
las ideologías revolucionarias con sus organizaciones
sindicales de carácter socialista y anarquista.

2. La literatura a principios del siglo XX


Desde finales del siglo XIX surgen en Europa y América
corrientes de ideas de tipo disidente o inconformista. En las
Artes y en las Letras cunden impulsos renovadores frente a
las tendencias vigentes.
En España, las ansias de renovación se producen en medio
de la decadencia política y el marasmo social. Muchos de los
escritores jóvenes abominan de la realidad que ven en torno
y se alzan contra la literatura inmediatamente anterior.
Al principio se llamó modernistas a todos los escritores
animados por tales impulsos innovadores; aunque adoptaron
variadas posturas estéticas e ideológicas, todos ellos
coincidían en su actitud rebelde frente a los valores
burgueses, en su rechazo al materialismo y la
deshumanización del mundo capitalista. Pero con el tiempo,
el término modernista se fue reservando para designar a
aquellos autores (especialmente poetas) que se despegaron
del mundo que aborrecían y encauzaron su inconformismo
hacia la búsqueda de la belleza, de lo exquisito; se
proponían ante todo una renovación estética. Y, al mismo
tiempo, se creó la etiqueta de Generación del 98 para
aquellos autores españoles (especialmente prosistas) que se
orientaban más bien a profundizar en problemas humanos o
a analizar críticamente la penosa realidad española.

3. El Modernismo

La concepción más restringida del concepto de Modernismo


considera a este como un movimiento literario que se
desarrolla aproximadamente entre 1885 y 1915. Tiene su
cuna en Hispanoamérica y su principal impulsor y máximo
representante es el escritor nicaragüense Rubén
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En España, el Modernismo conoce dos fases: el Modernismo
polémico y el Modernismo domesticado. El primero comienza
aproximadamente en 1892, con la llegada de Rubén Darío a
España, y se extiende hasta 1904; esta es su época de
esplendor. Después, cuando los autores modernistas ya
ocupan un lugar central en el mercado editorial, atenúan la
actitud provocadora y combativa que los había caracterizado
en la primera etapa.
Las figuras más características del Modernismo en España
son Manuel Machado, Villaespesa y Marquina. Ahora bien,
hay tres importantes autores que estuvieron inicialmente en
la órbita del Modernismo, pero que luego desbordaron sus
cauces: Valle-Inclán, Antonio Machado y Juan Ramón
Jiménez.

3.1. Influencias

El Modernismo hispánico se halla fuertemente influido por la


literatura francesa, en concreto por dos movimientos de la
segunda mitad del siglo XIX: el Parnasianismo y el
Simbolismo.
. El Parnasianismo está representado por poetas como
Théophile Gautier o Leconte de Lisle. Los parnasianos
defienden el ideal de el arte por el arte, instauran el culto a
la perfección formal y pretenden construir una poesía
serena, equilibrada (frente a la vehemencia romántica). Len
gustan temas que serán después típicamente modernistas:
la mitología griega, el exotismo oriental, las civilizaciones
antiguas...
. El Simbolismo es una corriente que arranca de Baudelaire y
se desarrolla con Verlaine, Rimbaud y Mallarmé. Los
simbolistas no se contentan con la belleza externa ni con la
perfección formal (aunque no las desprecien), sino que
quieren ir más allá de las apariencias. Para ellos, la realidad
sensible encierra significaciones profundas y la misión del
poeta es descubrirlas; se sirve, para ello, de símbolos, esto
es, de imágenes físicas que sugieren algo no perceptible
físicamente (una idea, un sentimiento...). Se trata, en suma,
de una poesía que se propone sugerir todo cuanto está
oculto en el fondo de las cosas. A este arte de la sugerencia
no le convienen ya las formas escultóricas, cinceladas, que
perseguían los parnasianos, sino un lenguaje musical.

También se advierten en los modernistas huellas de la


literatura española, fundamentalmente de los poetas
postrománticos: Bécquer y Rosalía de Castro.

3.2. Temas

La temática del Modernismo apunta en dos direcciones: la


que atiende a la exterioridad sensible (lo legendario y lo
pagano, lo exótico, lo cosmopolita) y la que apunta a la
intimidad del poeta, con su vitalismo y su sensualidad, pero
también con su melancolía y angustia. Pues bien, a partir de
este último aspecto puede explicarse la unidad temática de
la literatura modernista.

1. Desazón “romántica”. Son notables las afinidades de


talante entre románticos y modernistas: vemos análogo
rechazo de una sociedad en la que no encuentra lugar la
poesía y parecida sensación de desarraigo y de soledad. La
melancolía (a veces, la angustia) es un sentimiento central.
Es sintomático de este talante la presencia de lo otoñal, lo
crepuscular, la noche.
Además, la crisis espiritual que alimenta a los modernistas
les lleva a exaltar por encima de la razón las pasiones y lo
irracional; el misterio, lo fantástico y el sueño vuelven a
poblar los poemas.

2. Escapismo. Como el romántico, el modernista se evade


del mundo con el que está en desacuerdo. Hay una evasión
en el espacio (se trata del conocido exotismo de la literatura
modernista, cuya aspecto más notorio es el gusto por lo
oriental). Y hay también una evasión en el tiempo (hacia el
pasado medieval, renacentista, dieciochesco) que es fuente
de evocaciones históricas o legendarias. En la misma línea
se sitúa el gusto por la mitología clásica, con su brillantez y
su sensualidad pagana.
De acuerdo con tales preferencias, aparecen por los poemas
dioses, ninfas y centauros; vizcondes y marquesitas;
Pierrots y Colombinas; mandarines y odaliscas. Es un mundo
de pagodas, de viejos castillos, de salones versallescos y de
jardines perfumados; un mundo con cisnes y libélulas, flores
de lis y flores de loto, marfil, jades y perlas Todo ello
obedece a la necesidad de soñar mundos de belleza en los
que refugiarse de un ambiente mediocre.
3. Cosmopolitismo. Es un aspecto más de la necesidad de
evasión, del anhelo de buscar lo distinto. Ese
cosmopolitismo desemboca, sobre todo, en la devoción por
París, inspiradora de muchos versos modernistas.

4. Amor y erotismo. Se advierte un contraste entre un amor


delicado y un intenso erotismo: así, por un lado,
encontramos muchas manifestaciones de un amor ideal,
imposible, acompañado casi siempre de melancolía; por
otro, vemos también numerosas muestras de un erotismo
desenfrenado, que unas veces pueden interpretarse como
un desahogo vitalista ante las citadas frustraciones y que en
otros casos enlazan con las actitudes asociales y amorales
características del espíritu modernista.

5. Los temas americanos y lo hispánico. Hay también en el


Modernismo hispanoamericano un cultivo de temas
indígenas. Al principio es una manifestación más de la
evasión hacia el pasado y sus mitos, pero más tarde
obedece al anhelo de buscar las raíces de una personalidad
colectiva. Y esa misma búsqueda de raíces explica la
presencia de los temas hispánicos en ese periodo.

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3.2. La estética modernista. El lenguaje y la métrica

El Modernismo profesa un culto casi religioso a la Belleza. La


poesía se considera el arte supremo y se concibe como la
búsqueda de la armonía, de lo absoluto. Las principales
características son las siguientes:

1. Literatura de los sentidos. Los poetas pretenden sugerir


con las palabras las sensaciones que otras artes consiguen a
través del sonido, el color o la luz. Por ello aluden
frecuentemente a instrumentos musicales (arpas, liras,
flautas) o a colores, sea directamente, sea por medio de
objetos preciosos (azul, violeta, rubí, zafiro); o recrean
olores exquisitos, generalmente insinuados por medio de
flores y plantas (nardos, jazmines, sándalo).
Observamos dos direcciones: la de la brillantez y los grandes
efectos y la de lo delicado y delicuescente. Así ocurre con los
efectos sonoros: encontramos desde los acordes rotundos
(la voz robusta de las trompas de oro) hasta la musicalidad
lánguida (iban frases vagas y tenues suspiros / entre los
sollozos de los violoncelos); o, también, con los efectos
plásticos: desde lo brillante (amor lleno de púrpuras y oros)
hasta lo tenuemente matizado (diosa blanca, rosa y rubia
hermana).
2. Recursos estilísticos. Los modernistas se sirven de todos
aquellos recursos que se caracterizan por su valor
ornamental o su poder sugeridor.
Los frecuentes recursos fónicos responden al ideal de
musicalidad: así, los simbolismos fonéticos (las trompas
guerreras resuenan), la armonía imitativa (está mudo el
teclado de su clave sonoro) o la simple aliteración (bajo el
ala aleve del leve abanico).
El léxico se enriquece con cultismos, neologismos, vocablos
exóticos, acumulación de palabras esdrújulas, adjetivación
ornamental, etc.: unicornio, gobelinos, pavanas, ebúrneo
cisne, sensual hiperestesia...
La preeminencia de lo sensorial se manifiesta en el
abundante empleo de sinestesias: verso azul, risa de oro,
sones alados, sol sonoro...
Destaca asimismo la riqueza de imágenes: Nada más triste
que un titán que llora, / hombre montaña encadenado a un
lirio; la libélula vaga de una vaga ilusión; y la carne que
tienta con sus frescos racimos...

3. Variedad métrica. Se experimenta con estrofas, versos,


acentos y rimas en la búsqueda incesante de originalidad y
ritmo musical. Típicos versos modernistas son los
alejandrinos, los dodecasílabos, los eneasílabos y también
los versos libres. En cuanto a las estrofas, predominan los
sonetos más diversos, las silvas, los serventesios y, dado el
interés por la lírica popular de muchos de estos poetas, las
coplas, seguidillas, romances y cuartetas.

4. La Generación del 98
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4.1. Nómina del 98
Se denomina Generación del 98 a un conjunto de escritores
españoles que nacen a la vida literaria en los últimos años
del siglo XIX y el despuntar del siglo XX y que se define por
una coincidencia, en el espacio histórico de un decenio, de
localización geográfica, frecuentaciones sociales, influencias,
actividades profesionales e intelectuales, inquietudes y,
sobre todo, temática y enfoque de la misma. El grupo está
integrado por Unamuno, Azorín, Baroja, Maeztu y, con las
matizaciones que se verán después, Antonio Machado y
Valle-Inclán.
El 98 es el año de la derrota de España en la guerra con
Estados Unidos. La liquidación de lo que fue un gran imperio
hace que se tome conciencia de la debilidad del país, se
analicen sus causas y se busquen soluciones. Es lo que
harán los noventayochistas, pero había antecedentes.

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4.2. Precursores: los regeneracionistas y Ganivet
Se llama regeneracionistas a un conjunto de pensadores que
ya desde años antes del 98 propugnaban medidas concretas
para la regeneración del país. Intentaban combatir el
caciquismo, aconsejar obras que pudieran enriquecer a
campesinos y obreros, trabajar a favor de la educación y la
orientación profesional, y luchar contra el ruralismo, el
aislamiento y la cerrazón a Europa, en la que veían modelos
de progreso. Entre los regeneracionistas destaca
especialmente Joaquín Costa.
Ganivet, en su Idearium español, había analizado los rasgos
del alma española, las glorias pasadas, los males
contemporáneos y la necesidad de una renovación espiritual,
asentada, eso sí, en las tradiciones profundas.
Las ideas de los regeneracionistas y de Ganivet hallaron eco
en los miembros de la Generación del 98.

4.3. Evolución
La Generación del 98 no forma un bloque monolítico: es
preciso atender a su evolución.

4.3.1. La juventud del 98


Antes de 1900, la labor de Unamuno, Maeztu, Azorín y
Baroja se emparenta con movimientos políticos
revolucionarios: aunque procedentes de la pequeña
burguesía, adoptan un izquierdismo radical.
Es distinto el caso de Valle y de Machado. El Valle-Inclán de
1900 es ideológicamente tradicionalista ( y estéticamente
modernista). Machado no se dará a conocer hasta 1903, con
Soledades, un libro de poesía intimista; sus ideas
progresistas de entonces no pasan todavía a su obra.

4.3.2. El grupo de los Tres

Componen este grupo Azorín, Baroja y Maeztu. En 1901


publican un Manifiesto en el que diagnostican la
descomposición de la atmósfera espiritual del momento, el
hundimiento de las certezas filosóficas, de los dogmas... Sí
observan entre los jóvenes un vago ideal altruista de
mejorar la vida de los miserables. Lo que queda, entonces,
es encontrar algo que canalice esa fuerza. Pero ahora ya no
confían en las doctrinas políticas. Piensan que sólo una
ciencia social puede poner al descubierto todas las llagas
sociales y estudiar soluciones.
Como vemos, los Tres han abandonado las ideas
revolucionarias anteriores y se han aproximado más al
reformismo de los regeneracionistas.
La campaña fue un fracaso y el episodio los condujo a un
desencanto total. Y en ese desengaño de la acción concreta
les había precedido Unamuno, quien en el año del Manifiesto
confiesa que ya no le interesan demasiado los asuntos
económico-sociales; lo que le preocupan ahora son los
problemas espirituales del pueblo.

4.3.2. La madurez del 98


Los escritores adoptan unas posiciones fuertemente
personales, lejos del común radicalismo juvenil. No
obstante, queda en todos ellos la lucha por algo que no es lo
material, es decir, un anhelo idealista. Presentan, además,
otros rasgos comunes:cierto irracionalismo neorromántico
(coinciden en ello con los modernistas); una especial
preocupación por las cuestiones existenciales (el sentido de
la vida, el destino del hombre...); un enfoque subjetivo del
problema de España, es decir, una mirada empañada por los
anhelos y angustias personales; además, lo que les
preocupa ahora no son tanto los problemas materiales
concretos como el “alma” del país (sus valores, sus
creencias).
La evolución ideológica de los autores es curiosa. Unamuno
se debatiría toda su vida entre contradicciones y luchas
íntimas. Baroja se recluye en un escepticismo radical. Azorín
derivó hacia posturas conservadoras. Finalmente, Maeztu se
convierte en un portavoz de las derechas lindantes con el
fascismo.
Ahora podemos apreciar el signo inverso de las trayectorias
de Antonio Machado y Valle-Inclán. Machado, en Campos de
Castilla (1912), incorpora por fin preocupaciones
noventayochistas; pero pronto las desborda y avanza hacia
posiciones que lo distancian de los típicos hombres del 98.
Valle, hacia 1917, pasa de su tradicionalismo inicial a un
progresismo a veces muy radical. Por tanto, igual que
Machado, está en un plano muy distinto del que por
entonces ocupaban los cuatro primeros noventayochistas
estudiados.

4.4. Temas del 98

El tema de España es central. Los noventayochistas nunca


abandonaron su intensa preocupación por el país. Rechazan
el ambiente político del momento y denuncian, sobre todo
en su juventud, el espíritu de la sociedad: su ramplonería,
su apatía, su parálisis... En cambio, exaltan, especialmente
en su madurez, una “España eterna y espontánea” ; de ahí
su interés por el paisaje y la vida de los pueblos y por lo que
hay de permanente en su historia.
Las tierras de España fueron recorridas y descritas por ellos
con dolor y con amor: junto a una mirada crítica que
descubre la pobreza y el atraso, encontramos, cada vez
más, una exaltación lírica de los pueblos y el paisaje; sobre
todo de Castilla, en la que ven la médula de España. Su
atracción por lo austero de las tierras castellanas inaugura
una nueva sensibilidad, una estética de la pobreza.
Por lo que respecta a la historia, si al principio rastreaban en
el pasado las raíces de los males presentes, cada vez más
bucean en ella para descubrir los valores permanentes de
Castilla y España, sus “esencias”. Es muy significativo que,
por debajo de la historia externa (reyes, hazañas...), les
atrajera lo que Unamuno llamó la intrahistoria, es decir, “la
vida callada de los millones de hombres sin historia” que con
su labor diaria ha hecho la historia más profunda.
Por último, en los hombres del 98 el amor a España se
combina con un anhelo de europeización, muy vivo en su
juventud. Con el tiempo, dominará en casi todos una
exaltación casticista.

Las preocupaciones existenciales ocupan un lugar central en


la temática noventayochista. Hay que situarlas en la crisis
de fin de siglo. Encontramos en estos escritores ese
malestar vital, esa desazón “romántica” que vimos en los
modernistas. Así, ellos o sus personajes se interrogan sobre
el sentido de la existencia humana, sobre el tiempo, sobre la
muerte, etc. Y son frecuentes los sentimientos de hastío de
vivir o de angustia.
Estrechamente vinculado con lo anterior está el problema
religioso. Los del 98 fueron agnósticos en su juventud.
Baroja se mantuvo en esta actitud toda su vida. Unamuno,
en perpetua lucha entre su razón y su sed de Dios, fue un
temperamento profundamente religioso, pero angustiado y
fuera de la ortodoxia católica. Azorín y Maeztu, en cambio,
adoptaron con el tiempo posiciones católicas tradicionales.

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4.5. Estilo
Al igual que los modernistas, los hombres del 98
reaccionaron contra la grandilocuencia o el prosaísmo de la
literatura anterior. Todos ellos se propusieron renovar la
lengua literaria, y aunque cada uno posee un estilo
fuertemente individualizado, encontramos algunos rasgos
comunes:
cierto ideal de sobriedad (contra el retoricismo), pero
también un gran cuidado de la forma (contra el prosaísmo);
gusto por las palabras tradicionales y terruñeras: ponen en
circulación un enorme caudal léxico que recogen en los
pueblos o toman de los clásicos, llevados de su amor a lo
castizo y a las raíces culturales españolas;
un fuerte subjetivismo, que se manifiesta en el tono lírico de
muchas de sus páginas; y de ahí que en sus visiones del
paisaje sea difícil separar lo visto de la manera de mirar.
Finalmente, hay que destacar las innovaciones en los
géneros literarios. Ante todo, el grupo del 98 configuró el
ensayo moderno, dándole una flexibilidad que le permitiría
recoger por igual la reflexión literaria, histórica o filosófica,
la visión lírica del paisaje, la expresión de lo íntimo, etc. En
cuanto a la novela, se abandonan las maneras de la prosa
realista. Ya no se pretende reflejar con exactitud la realidad,
porque lo que interesan son las experiencias subjetivas o los
problemas de conciencia. Eso explica el gusto por la
sugerencia, por la imprecisión, por la pincelada rápida que
evoca los descrito, la tendencia a lo inconcluso, etc. Y eso
explica también que sea una novela que admite profundas
novedades técnicas, de manera que caben en ella la rapidez
impresionista y la andadura libre de Baroja, el ritmo lento de
Azorín, que rompe con la preeminencia de la fábula, o la
introspección y las distorsiones de la realidad de las novelas
de Unamuno.

1. MODERNISMO LITERARIO
2. EPOCA (DESASTRE DEL 98)
España perdía las ultimas colonias de ultramar, como
consecuencia de la derrota militar sufrida frente a la flota
estadounidense. Estos hechos tuvieron lugar en un momento
en el que el país vivía fuertes tensiones sociales debido a las
malas condiciones de vida del proletariado.
En plano político, el siglo XX se inicio con la mayoría de edad
de Alfonso XIII(1902). El monarca apoyo el golpe de estado
de Primo de Rivera, quien impuso una dictadura que duro
hasta 1930.
3. QUE ES EL MODERNISMO?
El modernismo es un movimiento artístico que se inicio hacia
1880 y se mantuvo vigente a lo largo de los primeros años
del siglo XX, hasta la primera Guerra Mundial(1914)
aproximadamente.
Las primeras manifestaciones literarias tuvieron lugar en
Hispanoamérica, a partir de 188o, fruto del deseo general
por una renovación de la literatura.
Los autores principales de esa época fueron el poeta Rubén
Darío y José Martí.
4. CARACTERISTICAS
Se opone al Realismo y se parece al Romanticismo.
Se expresan sentimientos íntimos.
Sus temas se centran en países exóticos y lugares
idealizados e inexistentes.
Su lema es el arte por el arte, es decir, crear belleza sin otra
intención.
El lenguaje es culto y refinado.
Predomina la forma sobre el fondo. Dan más importancia al
lenguaje que al significado.
Tienen gran riqueza de vocabulario
5. ESCRITORES ESPAÑOLES
Tomás Morales Castellano .
Alberto Álvarez de Cienfuegos
Ricardo Gil
Manuel Machado
Eduardo Marquina
Manuel Reina Montilla
Salvador Rueda
Saulo Torón Navarro
Alonso Quesada
Francisco Villaespesa

1. Características de la Generación del 98 (a ver si así entra


mejor…) Material más o menos chorra y coloquial (¡ojo a la
hora de redactar los exámenes, que corresponden a un
registro formal!) creado por Tomás del Rey Tirado para
evitar el sesteo de sus alumnos en clase (Colegio Sagrado
Corazón de Sevilla) y de paso explicar esta pregunta. Con mi
agradecimiento y homenaje al trabajo de José Carlos Carrillo
Martínez , en cuyos apuntes me he basado.
2. GENERACIÓN DEL 98, DEL 27… ¿QUIÉN TIENE LA CULPA
DE TODO ESTE LÍO? Julius Petersen, un crítico alemán, que
introduce el término de generación en literatura. Tomás del
Rey Tirado. Colegio Sagrado Corazón (Esclavas) de Sevilla
3.
Proximidad entre los años de nacimiento.
Formación intelectual semejante.
Convivencia personal.
Un hecho histórico generacional los une.
Existe un líder de la generación.
Empleo particular del idioma (frente a lo anterior)
Petersen plantea las siguientes CONDICIONES para
considerar a un grupo como generación  11 años de
Unamuno a Machado Autodidactismo.Influencias comunes.
Compartieron tertulias, periódicos, manifiestos, sobre todo
en su juventud    ¡Hombreeee! EL DESASTRE DEL 98
 Unamuno (o Nietzsche, o Schopenhauer )  Sobriedad,
simplicidad; rechazo de lo ampuloso Tomás del Rey Tirado.
Colegio Sagrado Corazón (Esclavas) de Sevilla
4. El problema de España
Conocimiento de España : viajan, describen campos,
ciudades, monumentos; quieren recrear literariamente la
historia del país .
Unamuno: “Me duele España” ¡Ay! El símbolo de Castilla:
Representa la esencia española, y su actual decadencia.
Temas (España en su..) Paisaje Historia Literatura Tomás del
Rey Tirado. Colegio Sagrado Corazón (Esclavas) de Sevilla
5. Su evolución
Desde el compromiso radical (anarquista, revolucionario..)
A posturas más tranquilas, conservadoras Pero A. Machado y
Valle-Inclán no siguen esta evolución Se van
comprometiendo más con la izquierda Con el paso de los
años Tomás del Rey Tirado. Colegio Sagrado Corazón
(Esclavas) de Sevilla
6. Algunas características de su estilo
Reaccionan contra la retórica , el prosaísmo y la
grandilocuencia de la literatura anterior. Renuevan el
panorama literario de principios de siglo.
Estilo sobrio y directo.
Cuidan la forma de su prosa, son exigentes.
Recogen palabras que están en desuso (es una muestra del
pasado que hay que conservar)
Visión subjetiva (emotiva o intelectual), entonación lírica y
sentimental. Asocian el paisaje al estado de ánimo, de ahí
que el símbolo de la decadencia española sea la yerma
meseta castellana.
Tomás del Rey Tirado. Colegio Sagrado Corazón (Esclavas)
de Sevilla
7. Temas importantes
Además del tema de España
La vida y la muerte, el sentido de la vida, el paso del tiempo
. (Unamuno especialmente)
La religión . Diversidad: desde los católicos fervorosos como
Azorín y Maeztu hasta los agnósticos como Baroja , pasando
por los dubitativos, como Unamuno .
Tomás del Rey Tirado. Colegio Sagrado Corazón (Esclavas)
de Sevilla

Introducción
A continuación realizaremos una explicación acerca de una
de las mas importantes e influyentes corrientes literarias
conocida como Modernismo, que ocupo un lugar muy
importante durante fines del siglo XIX y principios del XX.
Esta corriente fue un resultado varios pensamientos nuevos
y tomados de anteriores pensamientos literarios como por
ej: el Romanticismo. Este cumple un papel no muy amplio
pero de alguna manera importante dentro del Modernismo,
lo cual lo averiguaran a continuación durante el desarrollo
del informe.
Desarrollo
Razón del termino "Modernista"
El termino "moderno" se utiliza para nombrar lo que sigue la
"moda" de una época, es decir aquello que va de acuerdo
con las tendencias de su tiempo. La iniciativa de dar este
nombre al movimiento de América Latina partió de Rubén
Darío, quien es un articulo sobre Ricardo Contreras
publicado en Chile publicado en 1888, califico el estilo de
este escritor mexicano como "expresión moderna". Dos años
mas tarde, en un comentario sobre una visita realizada a
Ricardo Palma, empleo el termino "Modernismo" para
calificar el "espíritu nuevo" que movía a un grupo de
escritores.
Durante un tiempo la denominación fue empleada de una
manera peyoritativa, para referirse a la nueva generación de
escritores llamándolos decadentes, amanerados y
extranjerizantes. El modernismo no recibió el
reconocimiento y el respeto publico hasta que Rubén Darío
se acredito su legitimidad como movimiento estético con
valores propios y con fuerzas renovadoras positivas.
Comienzos
El modernismo literario tuvo su origen en Hispanoamérica,
entre los años 1880 y 1914, impulsado en especial por el
poeta nicaragüense Rubén Darío.
Aquí en Hispanoamérica se registro una lenta pero creciente
reacción contra las corrientes académicas y románticas,
protagonizadas por varios y renombrados escritores como
por ejemplo González Prada, Salvador Díaz Mirón, entre
otros.
En el desarrollo del modernismo, es posible identificar los
siguientes momentos:
Iniciación: La primera generación modernista (1882-1896).
José Martí y Manuel Gutiérrez Nájera inician un trabajo de
actualización de la lengua, principalmente en la prosa,
aunque también en el verso, muy fijos al modelo español.
Culminación: En 1888, Rubén Darío publica su libro Azul. En
esta época ya se habían realizado grandes innovaciones en
la palabra poética. Por medio de su obra en Chile, Argentina
y España, Darío realiza una tarea excepcional, que consolida
el Modernismo como movimiento continental y se convierte
en su síntesis más brillante, tanto en América como en
España. En 1896 se edita Prosas Profanas, el libro de Darío
que oficializa el Modernismo en Hispanoamérica.
Continuación: La segunda generación modernista.
Consagrado Rubén Darío como jefe de la escuela del
Modernismo, cuando ya los iniciadores habían muerto
prematuramente, los escritores de esta segunda generación
continuarían la obra con sus aportes personales. Ellos son,
entre otros, Leopoldo Lugones, Ricardo Jaimes Freyre,
Amado Nervo, y Julio Herrera y Reissig.
Características y Estilo
En sus comienzos, el estilo modernista fue muy recargado y
estuvo dominado por los temas exóticos e indigenistas, pero
con el tiempo se fue haciendo cada vez mas depurado y
alcanzo expresiones de gran purismo lírico, como las rimas
de Juan Ramón Jiménez.
Los temas preferidos por los poetas modernistas reflejaban
el mundo antimista y subjetivo del autor, así como una
atracción por lo original e insólito y cierta carga de
melancolía.
El poeta sentía una absoluta necesidad de evadirse hacia
paraísos idílicos y una gran añoranza del pasado mítico y
legendario, sentimientos que solían acompañarse del culto
por la belleza y lo erótico y del rechazo del mundo real.
Es muy frecuente la alusión de culturas lejanas, también los
escritores de este movimiento se caracterizaban por su
deseo de ser cosmopolitas y trascender la realidad en la cual
vivían, esto los llevo a tomar imágenes tomadas de culturas
exóticas, europeas, de Oriente o pertenecientes a otras
épocas.
Para expresar sus preocupaciones y sentimientos, los
modernistas recurrieron a una renovación formal y
estilística, en la que eran frecuentes los símbolos, los giros
complejos con palabras de gran sonoridad o la laberíntica
combinación de las rimas de un amplio vocabulario
metafórico, integrado por un amplio vocabulario metafórico,
integrado por flores (loto, crisantemo, nenúfar), animales
(cisne, ibis, cóndor), piedras preciosas, colores, ciudades
exóticas y abundantes referencias a otras artes.
Modernismo y otras corrientes literarias
Entrándonos un poco mas al tema de la evolución, nos
encontramos con otra corriente literaria conocida como
Romanticismo.
Este movimiento romántico, que domino el horizonte de las
letras hispánicas durante todo el siglo XIX, se convirtió para
los poetas modernistas en el fantasma que se deseaba
superar.
Entre los autores de este moviento el único cuya importancia
se reconoció y se mantuvo fue Gustavo Adolfo Bécquer. Los
demás eran vistos como representantes de una poesía
demasiado cargada de razón y logicismo, que era necesario
dejar atrás.
En su faceta americana, el romanticismo significo también
una exaltación del sentimiento patrio, lo cual llevo a que
gran parte de los autores hicieran una poesía dedicada al
elogio de los héroes de la independencia y los momentos de
gloria nacional. Los cánones del momento dictaban que la
poesía debía estar dedicada a la exaltación de sentimientos
nobles y a la difusión de ideas filosóficas, políticas, sociales.
Los modernistas quisieron liberar a la creación poética
autónoma y que su único propósito era buscar belleza. Del
Romanticismo, sin embargo, tomo el modernismo algunos
de sus temas, entre ellos la evasión a mundos irreales o
exóticos, la melancolía, el desencanto y la duda existencial.
También el gusto por la vida bohemia y la actitud desdeñosa
frente la sociedad burguesa fueron motivos románticos que
los modernistas acogieron en sus creaciones.
Finalmente en las primeras décadas del siglo XX el
Modernismo en América Latina dio paso a las escuelas de
vanguardia, que se impondrían con fuerza en todo el
continente. Sin embargo, la influencia de la escuela de
Rubén Darío siguió siendo importante en muchos países
durante varios años y muchos poetas que no se acogieron a
los movimientos de vanguardia y continuaron por la senda
que había abierto el nicaragüense. Pero igualmente poco a
poco comenzaban a llegar jóvenes autores cargados con la
influencia de los surrealistas, dadaístas, etc. (algunas
características del vanguardismo), que nuevamente habían
tomado de la gran inspiración de Europa, sin embargo los
autores latinoamericanos ya habían aprendido a elaborar las
influencias llegadas de fuera para convertirlas en materia
propia.
Simultáneamente con la llegada del Vanguardismo y la
continuación del Modernismo, existía en América Latina una
tendencia al Realismo, que domino sobre todo en el campo
de la prosa.
Y así con todo lo que significo el Modernismo en su
momento, paso a ser el modelo para atacar y superar.
A continuación haré una breve cronología de la vida Rubén
Darío y acotare una de sus obras.
Rubén Darío
Nació en Metapa, Nicaragua, en el año 1867. Su verdadero
nombre era Félix Rubén García Sarmiento.
Fue periodista y diplomático. Hasta 1898 vivió, publicó y
actuó en Chile, Centroamérica y la Argentina. En 1898 viajó
a España, y vivió en Francia y otros países de Europa.
Murió en León, Nicaragua, en 1916.
Escribió prosa y poesía. Entre toda su producción se
destacan tres
Obras que ayudan a comprender la evolución del
Modernismo: Azul, Prosas profanas y Cantos de vida y
esperanza. Los raros, en prosa, y El Canto Errante son otras
de sus obras.
Tres Obras:
Azul (1888): fue su primera obra importante. Publicada en
Valparaíso, está constituida por relatos breves y algunos
poemas. Significó para su autor el reconocimiento en
América y en España. Sus rasgos son: sensualidad, erotismo
y musicalidad. En los sonetos que cierran la obra, Darío
revela sus preferencias y su cosmopolitismo.
Prosas profanas: fue publicado en Buenos Aires, en 1896.
Las variaciones temáticas y las audacias métricas, son
tantas que provocaron en América y en España grandes
polémicas. Predomina el tema erótico, envuelto en un arte
cromático y perfecto.
Cantos de vida y esperanza (1903): Los temas del libro son,
entre otros: el paso del tiempo, la misión del poeta, la
búsqueda de la fe, la preocupación por el futuro de América,
etc. El libro termina con una expresión de temor y duda
sobre el misterio de la vida. De contenido diferente, este
volumen presenta el mismo cuidado formal y la notable
variedad de metros y riqueza de lenguaje que caracterizan
al gran poeta.

Conclusión
Luego de haber hecho mención de cómo el Modernismo se
fue formando y cuales fueron sus características como
corriente literaria, arribo a un pensamiento bastante positivo
acerca del tema, creo yo que fue una corriente que tuvo, sin
duda alguna, de exponente a Rubén Darío, y que si no fuera
por su influencia el "Modernismo" no seria lo que hoy en día
conocemos como un pensamiento totalmente mágico que
toma del Romanticismo pero no entrega nada, ya que las
corriente que le continúan poseen una ideología totalmente
nueva y diferente. Asimismo lo que quieren lograr estas
corrientes es apartar totalmente al Modernismo, objetivo
que de alguna forma no logran ya que en la actualidad aun
las famosas obras, como por ejemplo las de Rubén Darío,
continúan siendo renombradas y apreciadas por la población
en general.

El modernismo E-mail
aven5Postal publicitaria para L'Avenç, Diario de Barcelona.
R. Casas.El Modernismo es un movimiento de renovación
cultural que se manifestó en la obra de creadores
provenientes de distintos países de Europa e
Hispanoamérica; por ello fue el primer fenómeno cultural
"internacional", pues sus variadas manifestaciones se
desarrollaron en dos continentes con evidentes vínculos
entre estas.

El modernismo literario fue impulsado por el poeta


nicaragüense Rubén Darío. Hasta aquel entonces las ideas y
modas se desarrollaban en la Corte de alguna potencia
dominante y fluían desde Europa al resto del mundo; es la
primera vez que ocurre a la inversa. El gusto europeo es
conquistado por un estilo liderado por un iberoamericano,
aunque este estilo estuviera inspirado en el medievo
europeo y los mitos grecolatinos.

El modernismo artístico recibe nombres específicos en cada


idioma: Art nouveau (arte nuevo), Jungenstile, Modern
Style, Liberty etc... Denominaciones que recogen el carácter
preciosista, novedoso, joven, libre y cosmopolita que es
común a los autores que pueden adscribirse a este
movimiento.

Desde la perspectiva estética, el modernismo se singulariza


por manifestarse a través de múltiples disciplinas creativas:
arquitectura, artes decorativas (cerámica, mobiliario,
vidriera, forja y joyería), pintura y dibujo, diseño gráfico,
escultura y poesía, principalmente. Respecto de tendencias
anteriores, se distingue por el gran desarrollo de las artes
decorativas, que superaron los procesos de producción
artesanal, aportando concepciones modernas para producir
las piezas en serie y comercializarlas a gran escala (por
ejemplo en joyas, cerámicas, mobiliario y artes gráficas).

1ruben darioRubén Darío.

Sus principales fuentes de inspiración modernista son la


naturaleza y los motivos exóticos, tanto de origen fantástico
como de culturas orientales; especialmente formas y
materiales provenientes de Japón y China, que los estetas
modernistas contribuyeron a difundir. En la literatura
modernista resulta significativo que la mayor parte de los
creadores escogieran la poesía como medio de expresión. Su
líder incuestionado fue Rubén Darío, cuya vida trashumante
le permitió divulgar su estética entre decenas de literatos de
Hispanoamérica y Europaa. Darío propició la reinterpretación
y el traslado de las ideas, sensibilidades y formas
modernistas a los hispanos de ambas orillas del Atlántico;
también consiguió atraer la atención de prestigiosos
creadores europeos hacia la poesía escrita en castellano.

Entre los autores del modernismo hispanoamericanos


influidos por Darío puede nombrarse Amado Nervo, Alfonso
Reyes, Carlos Reyles, Enrique Larreta, Leopoldo Lugones,
Julio Herrera y Reissig, Enrique Gómez Carrillo, José María
Vargas Vila y Rufino Blanco-Fombona. La mayor parte de
ellos viajaron desde sus respectivos países a París y a
Madrid, donde trabajaron como diplomáticos y
corresponsales de periódicos iberoamericanos. En España se
integraron plenamente en la vida cultural, compartiendo
tertulias, proyectos y sensibilidad con poetas modernistas
como Salvador Rueda, Juan Ramón Jiménez, Manuel
Machado y Eduardo Marquina y Francisco Villaespesa, entre
otros.

modernismo9Prosas profanas. Rubén Darío. platero5Platero


y yo. Juan Ramón Jiménez. alma3Alma. Manuel Machado.
eglogas_marquinaEpílogos. Eduardo Marquina.

Los poetas del modernismo se enfrentan a la ansiedad del


fin de siglo y a la vulgaridad de la sociedad industrial con la
exhaltación de la belleza y la exquisitez, que ellos asocian a
lugares exóticos y a épocas remotascomo la Grecia clásica o
el medioevo. Al igual que los artistas de éste movimiento,
los poetas desarrollaron un mundo interior de belleza,
armonía y hedonismo que les alejaba de una realidad que le
disgustaba.
Plasman la belleza mediante la perfección formal de una
poesía serena y equilibrada, acompañada a menudo de un
cierto preciosismo manifestado en el empleo de versos
medievales y en el uso de un léxico arcaizante y sofisticado;
en éste último abundan las palabras de orígen francés y
griegas, así como algunas palabras castellanas que habían
caído en desuso.

En las artes plásticas y la arquitectura, el modernismo tiene


algunas características del modernismo: el uso de la línea
curva y de la asimetría de las formas en las composiciones y
diseños, así como por la estilización deliberada de los
motivos. El objetivo era generar complacencia en los
sentidos, con formas delicadas y una especial atención a la
figura femenina, cuya sensualidad y delicadeza se enaltece.

La principal seña de identidad de la Arquitectura modernista


es la importancia de conjugar la decoración exterior y la
interior, esta última era planificada a menudo
simultáneamente, para crear una impresión unificada del
conjunto inmueble - mobiliario - apliques - piezas
decorativas. Las fachadas, rejería y puertas reciben una
mayor atención, siendo a menudo diseñadas por los mismos
arquitectos en colaboración con los especialistas en cada
materia.
Se trata de formas blandas y redondeadas que se
manifiestan en fachadas, portales, escaleras e incluso en el
mobiliario.
El hecho de que se este movimiento se desarrollara en la
fase de maduración de la Revolución Industrial propició que
se incorporaran procedimientos de construcción basados en
materiales hasta entonces poco empleados, como el hierro y
el vidrio.
En España, Domènech i Montaner es clave en la definición
de la arquitectura modernista; también es muy
representativo su discípulo Josep Puig i Cadafalch, aunque el
máximo arquitecto modernista fue Antoni Gaudí, a quien
dedicamos una sección propia.

palau-mus-domPalau de la Música Catalana, Barcelona.


1905- 1908. Lluís Domènech i Montaner. amatller-puigCasa
Amatller, Barcelona. 1898-1900. Puig i Cadafalch. casa-
batllo-gaudiCasa Batlló, Barcelona. 1904-1914. Gaudí.

Las Artes Decorativas modernistas alcanzaron notoriedad


por emplearse intensamente como complemento de la
arquitectura, caracterizándose por unas formas suaves y
motivos vegetales que arropan al asunto principal. Destacan
creadores que le dan tanta importancia a los contenidos
como a los continentes, caso de Gaudí que diseñó
personalmente paneles cerámicos, vidrieras, apliques de
forja y muebles modernistas.
pavo-real--florPavo real y flor. Daniel Zuloaga. Col. Eleuterio
Laguna

La persecución de un resultado conjunto y armónico provocó


los autores modrnistas se organizaran en equipos de
diseñadores, tanto en la obra nueva como en las reformas.
Por ejemplo - ya en 1877 - en la reforma de la Casa Batlló,
colaboraron con Gaudí los arquitectos Jujol y Rubio i Bellver,
los forjadores hermanos Badía, los carpinteros Casa y
Bardés, el ceramista Sebastià Ribó y los Talleres Pelegrí,
productores de vidrieras.

Por el creciente protagonismo de lo decorativo en la


arquitectura interior y exterior, la cerámica fue una de las
disciplinas en las que más se plasmó el modernismo. Su
máximo exponente fue el ceramista Daniel Zuloaga, que
realizó revestimientos para edificios y decoración interior en
toda España y en el extrajero, así como piezas de pequeño
formato que se exportaron a multitud de países; fue el
primero que confirió categoría de arte a una actividad antes
entendida como meramente artesanal.

broche-durrioBroche. Durrio, ca 1895-1896. MNCARSmujer-


y-libelula-masrieraMujer y libélula. Lluis Masriera.La Joyería
fue otra arte suntuaria en la que se manifestó intensamente
la estética modernista, favorecida por la mujer de esa
época.

En España destaca el orfebre Lluis Masriera, miembro de


una conocida saga catalana de artistas, que además fue
pintor, dramaturgo y escenógrafo. Su obra presenta una
gran influencia de Lalique. Fuera de Cataluña, sobresale el
bilbaíno Paco Durrío, que trabajó fundamentalmente en París
y que, además de diseñar joyas con influencias simbolistas,
fue también ceramista y escultor.

modernismo6Cartel publicitario de Fotografos Napoleón. A.


de Riquer1atelier casasAtelier Casas & Utrillo. Ramón Casas,
1898. MNAC, Barcelona

Los catalanes Ramón Casas y Santiago Rusiñol fueron los


dos máximos representantes del modernismo en pintura.
Ambos le dedicaron una especial atención a la mujer y
Rusiñol, también, a los paisajes. Otro pintor de mujeres fue
el cordobés Julio Romero de Torres aunque éste se
distinguió por sus tonos oscuros, propios de la escuela
española, frente a los colores vivos del modernismo
pictórico catalán, más ligado al estilo centroeuropeo.

El desarrollo de la publicidad motivó una gran salto


cuantitativo y cualitativo del Diseño Gráfico modernista, que
adquiere una importancia sin precedentes. En Cataluña,
Alexandre de Riquer y Ramón Casas realizaron las
principales contribuciones en carteles publicitarios y
participaron en la elaboración de revistas como Els Quatre
Gats, Pel & Ploma, y Forma. De forma independiente - desde
Córdoba y Madrid - Romero de Torres también trabajó en el
diseño de carteles.

modernismo8Eva, 1904. Enric Clarasó. MNAC,


Barcelona.modesti-j-llimonaModestia, 1891. Josep Llimona.
MNAC, Barcelona.1_blay_flor_bosqueFlor del Bosque, 1896.
Miquel Blay. MNAC, Barcelona.

La renovación que se llevó a cabo en el género de la pintura


se dio también en la escultura modernista; pero no fue una
renovación radical ni inmediata, sino que el cambio de
orientación estética tuvo una evolución mucho más lenta.
Los catalanes Enric Clarasó, Josep Llimona, Blay y Arnau se
convertirían en los más destacados del modernismo en la
escultura.

La identificación de los músicos españoles con los motivos y


ritmos hispánicos motivó que ningún músico español de
fama internacional de esa época pueda ser asociado a la
música modernista que se dió en otros países europeos.
Las variadas manifestaciones del movimiento modernista
dejan de tener sentido histórico a partir del comienzo de la
Primera Guerra Mundial (1914), cuando la destrucción y la
muerte sacuden el mundo, acabando con el ambiente de
belleza, delicadeza y perfección ensalzado durante tres
décadas por el modernismo.

Aún así, el estilo modernista han seguido empleándose y


reinterpretándose hasta nuestros días, especialmente la
pintura modernista.

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