Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Una crisis es una situación que nos estresa y nos causa angustia, porque no la podemos
manejar adecuadamente, utilizando los métodos a los que estamos acostumbrados y que nos
han dado resultados positivos en el pasado.
Nuestra actitud es determinante, tanto en la manera de vivir la crisis, como en los resultados
que obtendremos al final.
No lo permitas.
"El hombre no es prisionero de sus hábitos. Grandes cambios pueden ser forjados
en el por las crisis, una vez que dichas crisis han sido reconocidas y entendidas".
Norman Cousins (Escritor y editor americano
El inicio de una crisis, de cualquier tipo, nos estresa, angustia e incluso puede “paralizarnos”
momentáneamente, porque nos encontramos ante una situación “nueva”, ante la cual, los
recursos que siempre utilizamos no funcionan.
Pero de nuestra actitud y de nuestra forma de reaccionar, depende el buscar y encontrar la
solución o quedar atrapados en el dolor y los problemas.
¿Crees que la crisis económica, sólo nos afecta en lo que se refiere al dinero?
Definitivamente, NO.
Los problemas que nos trae la crisis o que creemos que nos va a provocar en un futuro
cercano, nos provocan estrés, angustia, tensión, temor, etc.
Estas emociones hacen que nos enojemos o irritemos fácilmente, nos pueden volver agresivos
y nos pueden causar sentimientos de frustración, inseguridad, tristeza y/o depresión.
Las crisis económicas (y cualquier tipo de crisis) y las emociones que las acompañan, nos
provocan problemas en nuestra:
Salud,
relaciones,
autoestima y autoimagen,
capacidad para tomar decisiones adecuadas,
etc.
De esta manera, la crisis económica puede provocar crisis en otras áreas de nuestra vida, en
momentos en los que, de por sí, estamos agobiados.
Está comprobado que reaccionamos igual ante la crisis en sí, como ante la idea de que la crisis
está próxima.
Emocionalmente nos afecta igual, si la vivimos, como si estamos convencidos que la vamos a
vivir, aunque al final, esto no suceda.
regresar al índice.
¿Qué hacer?
1. En primer lugar es importante, si tienes problemas en diferentes aspectos de tu vida,
separarlos.
¿Cómo?
Utiliza una hoja de papel para cada situación o problema y escribe hasta arriba, el
aspecto que vas a tratar en cada una.
Por ejemplo:
Situación económica en mi negocio, en mi casa, problemas con mi pareja, con mi jefe,
salud, depresión, angustia, insomnio, problemas con mis hijos, etc.
Cuando empieces a preocuparte por algo que crees que va a pasar, pregúntate:
¿Qué tan probable es que suceda, con la magnitud que lo estoy imaginando?
Recuerda que nuestra imaginación no tiene límite y trabaja a una gran velocidad.
La realidad nunca va a la par que la imaginación.
Si estas muy estresado o tienes dudas de si estás angustiado o deprimido, pídele a
alguien de confianza, que sea objetivo, que te ayude a analizar la situación.
El mañana no ha llegado.
Si vives en el mañana, preocupándote, descuidas el presente, que es el momento en el
que podemos hacer algo positivo.
Si puedes hacer algo para evitar un problema que se te va a presentar, hazlo hoy.
Si necesitas actuar para cambiar una situación o solucionar un problema, actúa hoy.
Pero no te pases parte de tu tiempo pensando en lo que tienes que hacer en un futuro
o en lo que va a suceder el día de mañana.
Es muy diferente planear una acción, que preocuparse o "rumiar" sobre una situación.
La planeación tiene un principio y un fin.
Es concreta y objetiva y una vez terminada, no sigues pensando en ese asunto.
Simplemente analizas, decides y en el momento indicado, actúas.
Así como cuando tu coche se descompone, lo llevas al taller y si tienes una molestia en
los dientes, vas con el dentista, si cualquier área de tu vida necesita atención, no tiene
nada de malo que la busques.
Con frecuencia, no vemos las soluciones porque estamos demasiado inmersos en los
problemas, necesitamos poder ver la situación desde "afuera" o pedirle a alguien que
está afuera, que vea las cosas con más objetividad y claridad y nos oriente.
Cuando esto sucede, las conductas que usualmente presentamos son poco eficaces,
por lo que necesitamos buscar nuevas respuestas.
Para poder encontrarlas y llevarlas a cabo, necesitamos ser flexibles y estar dispuestos
a tolerar la incomodidad y el estrés que cualquier situación nueva y desconocida puede
generarnos.
Pero si no estamos dispuestos a salir de nuestra zona de comodidad (confort) y nos
afianzamos a lo anterior, no vamos a encontrar las mejores soluciones y el sufrimiento
va a ser mucho más intenso.
Además, es importante aceptar que los cambios son parte de la vida y se van, a dar
nos guste o no.
Por lo tanto, lo mejor es aceptarlos y tratar de adaptarnos lo mejor posible, para
aprovecharlos y obtener beneficios de ellos.