Está en la página 1de 2

Complejo Educativo Andrés Delgado

Licenciatura en Educación Preescolar

Alumno: Estefani Elizondo Razo

Docente: Cristina Castro

Materia: Iniciación al trabajo docente

Trabajo: Cuento sobre mi experiencia como practicante

Fecha: 1 Noviembre del 2021

Se habría llegado el gran día, El primer día de clases donde me tocaría prácticar, toda
una aventura en el aula, nervios, alegría, entusiasmo.
En este día me pare frente a los niños sin saber qué decir o hacer, a pesar de tener muy
bien estudiado mi planeación con las actividades y propósitos que me había planteado
desarrollar.
Me imagino que los niños me miraban también con nervios al ver a alguien desconocido
y miedo de no saber qué hacían ahí sin su mami; las dos partes adaptándonos.
Para mí, los niños son como hojas de papel en blanco, uno como maestro debe
encargarse que sus hojitas no vayan limpias de regreso a casa, sino con textos de
aprendizaje y momentos agradables.

Es muy cierto que cada día aprendemos algo nuevo, desde como resolver una sencilla
suma a grandes valores que irán con nosotros cada día de nuestra vida. En cada una de
las Jornadas de Práctica he comprendido que, como profesores, nuestra responsabilidad
realmente es grande e importante para nuestro futuro, y para el de los demás.

Uno no puede llegar triste, enojado y cargando problemas personales a salón de clases
en el que te espera un grupo de niños con ganas de aprender, que quizás pasan los
peores momentos en casa y lo que buscan es sentirse tranquilos por lo menos en un
lugar; un maestro aprende a tener tacto pedagógico para tratar a los niños ante diversas
situaciones y ese será el mejor estímulo para ellos, el sentirse queridos, respetados y a
gusto en un ambiente de aprendizaje agradable. Es todo un reto para mí acudir a los
distintos contextos a realizar mis prácticas y más porque como docentes debemos
motivar e inspirar a los niños, sonreír para hacerles comprender que nos alegra
recibirlos con bien un día más, para decirles con nuestra cara que son importantes para
nosotros, para contagiarles esa sonrisa con la cual quizá no llegaron.

Entendí que a diario habrá niños más interesados en realizar un dibujo, en cantar, en
platicar con sus compañeros, en recortar y hacer muchas cosas más, pero es lo más
natural y con paciencia como sus maestros será bueno reconocerles empleando frases
motivadoras hacia ellos, por ejemplo: qué bonito dibujo hiciste, qué bonita voz tienes,
los chistes te salen muy bien y qué bueno eres para hacer manualidades, entre otras más.
Hubo un momento que la maestra a cargo del grupo me ayudaba y daba palabras de
aliento, para que los niños tomarán como autoridad el que yo estuviera frente al grupo, a
cargo de consignas y actividades a realizar.

Poco a poco y conforme pasaban los días iba aprendiendo, a paso de tortuga, pero
aprendiendo, algunas técnicas, actitudes, actividades, juegos, cantos y demás
herramientas que me ayudarán a tener el control de la situación del periodo de
adaptación.
Como enseñanza me deja que la maestra me ayudaba, enseñaba, y creo que no hay nada
mejor como el practicar y darse cuenta de todo la enseñanza que conlleva estar en un
preescolar, frente a un determinado número de alumnos, el compromiso, que se asume,
y que no sólo es como lo dicen bailar, jugar, etc.

También podría gustarte