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Lecciones de Derecho Del Trabajo de La Seguridad Social para Estudiantes de Ciencias Economicas
Lecciones de Derecho Del Trabajo de La Seguridad Social para Estudiantes de Ciencias Economicas
1. Requisitos legales
Ya se ha dicho que el empleador goza de los poderes de organizar y dirigirla empresa.
Como complemento necesario de esas facultades, la ley confiere al empresario el ejercicio
del poder disciplinario, de modo tal que, ante el incumplimiento del trabajador, ya sea por
acciones’ u omisiones’’, pueda sancionarlo. Si el principal no pudiese sancionar los incum
plimientos del dependiente, los deberes a cargo de este serían solo morales. Las facultades
disciplinarias conforman los atribuios de organización y fiscalización que posee el emplea
dor y se hallan ínsitos en la subordinación jurídica.
Claro que el ejercicio del derecho sandonatorio no puede quedar librado a la arbitra
riedad del prmdpal, sino que debe ser funcional, es decir, estar dirigido a lograr los fines
de la empresa, sin admitirse que el empleador haga ur¡ uso abusivo de esta potestad. Ya se
ha mendonado que el empresario goza de una situación de superioridad en la relación
laboral, por lo que el agregado de este poder podría desequilibrar más aún la desigualdad
típica del contrato de trabajo.
Siguiendo a Paul Durand podemos dedr que el ejercicio del derecho disciplinario
“...debe mantenerse equidistante de lo arbitrario como de lo impotente, puesta que el desor
den puede resultar tanto de la falta de autoridad como de la injusticia.de las sanciones"
El régimen disciplinario que tiene a su merced el empleador se extíende desde una
sanción de tipo moral, sin acarrear la pérdida del salario (Uamado de atención, apercibi
miento, amonestaciones, etc.), que solo actúan sobre el "honor profesional" más allá de
que también actúe como un mal antecedente, hasta las de tipo económico (suspensiones)
denominadas así porque mientras el dependiente se encuentra suspendido -y consecuen
temente, privado de prestar servicios- no devenga salario. Ambos tipos de sanciones que
darán registradas en el legajo de cada empleado.
1 Hacer lo prohibido.
2 No hacer o cumplir sus deberes, instrucciones u órdenes.
Cabe subrayar que la ley veda expresamente que la medida disciplinaria consista en
una modíBcación del contrato (ait. 69, LCT) o en la imposición de multas. Al respecto, hay
que distinguir la multa de la suspensión.
La suspensión consiste en no permitii, durante un lapso determinado, que el traba
jador preste servidos, con io que se lo afecta y sanciona al privarlo de ganar su salario. En
cambio, la multa consiste en cobrarle una suma de dinero. Por ejemplo; seria una multa
-prohibida por la ley- hacerlo trabajar deno lapso sin derecho a cobrar salario.
El principal efecto que produce la suspensión es el de liberar al dependiente de su
obligación de poner toda su capacidad de trabajo a disposición de su empleador, pero, so
bre todo, la de dispensar a este último de su deber de darle ocupación. AI no haber presta
ción laboral no nace, directamente, durante el lapso de la suspensión, derecho a remune
ración.
La suspensión de estos efectos del contrato no implica la suspensión total del contrato
ni de todas las prestaciones comprometidas por las partes, sino tan solo cienos efectos, ya
que quedarán subsistentes las obligaciones de conductas [fidelidad, buena fe, guardar se
cretos de la empresa, no concurrencia, etc.).
Esta suspensión debe cumplir los recaudos comunes a todas las otras suspensiones
(fuerza mayor, falta de trabajo no imputable al empleador, etc.), teniendo como límite el
plazo de 30 días [por año), el que no podrá superar contados desde la primera suspensión,
aunque en rigor de verdad el plazo de un año es retrospectivo y se cuenta a partir de la últi
ma suspensión y hada atrás, puesto que antes de tomar una medida habrá de remontarse
en el tiempo un año hacia atrás.
Para la validez de la suspensión se requiere el cumplimiento de tres requisitos, a sa
ber; justa causa, plazo máximo y fijo, y notificación escrita (art. 218, LCT).
Lafahade alguno de estos recaudos trae aparcado que el trabajador tenga derecho a
percibir su remuneración por lodo el tiempo que estuviere suspendido.
Justa causa- toda suspensión debe llevar ínsita una razón que la amerite, de lo contra
rio el obrar arbitrario del patrón violaría además de la obligación de conceder ocupación
efectiva, el deber de buena fe, no ajustándose su conducta a lo que es propio de un buen
empleador, como exige la ley (art- 63, LCT). Dicho de otro modo, ei empleador solo pue
de sancionar si el dependiente incurrió en un hecho o una omisión reprochable, es decir,
cuando ha caído en un incumplimiento contractual o legal con culpa o dolo (Intención).
Por ejemplo, si el trabajador falta al empleo por un hecho ajeno a su voluntad (enfermedad,
paro total de transpones, etc.), no debe set sancionado, ya que no hubo culpabilidad.
Dentro de este marco, la suspensión será la consecuencia de una conducta antiju
rídica del trabajador a sus qbligacLones derivadas d d contrato de trabajo, q ue si bien no
se hallan tipificadas con el rigor ni la especificidad’ con que d derecho penal reguia los
La LCT no emimeta cuáles son ios posibles incumplimientos sancionables, por lo que hay una
gran libertad del empleador para decidir cuándo hay un hecho o una conducta leprochable,
aunque su decisión -en caso de suspensione.s, por ejemplo- luego podrá .ser objeto de revisión
por los tribunales si el trabajador impugna la sanción y decide reclamar el pago de los saiaiios
que no le dejaron ganar.
delitos, consisten en faltas o incumpUmiemos a los deberes que la ley le impone. Es decir,
deben encuadrar dentro de las medidas legaimente admisibles (sanción de tipo moral o
económico), excluyendo todo menoscabo de la dignidad del trabajador.
Los incumplimientos y las faltas sanción ables pueden surgir tanto de deberes de con
ducta como de prestación. Oe tal modo, puede ser motivo pasible de sanción una llegada
tarde o un trabajo negligente, como una violación a los deberes de no concurrencia, fideli
dad o falta de respeto a sus superiores o compañeros.
Plazo máximo y fijo: por así disponerlo la ley, la suspensión debe ser aplicada para
cumplir en un lapso fijo y determinado de antemano para ser válida. Esto significa que el
empleador no puede notificar una suspensión en estos términos: “Queda suspendido por
haber llegado tarde el 9/9/04", porque carece de la identificación de los números de días
en que rige la sanción. Deberá decir: "Por haber llegado tarde el 9/9/04 queda suspendido
por dos dias, suspensión a cumplir a partir del lunes 13/9/04"
Existe un plazo máximo de suspensión que es de 30 dias en el año contados desde*
la primera suspensión y si se diera el caso de que el empleador lo. exceda, sea aplicando
una suspensión de más de 30 días o bien sumando Vctiias suspensiones dentro del lapso
de un año que totalicen más de 30 días, al trabajador le asistirá el derecha de: a) colocarse
en situación de despido, si previamente impugnó la sanción, o b) mantener la relación y
reclamar los salarios caídos (an. 223, LCT).
La Jurisprudencia en forma mayoritaria ha sostenido que la suspensión injustificada
por un plazo inferior a 30 días na da lugar a que el trabajador puede considerarse despedido
con justa causa. Se entiende que es suficiente con el reclamo de los salarios correspondientes,
evitando recurrir a la máxima medida de extinguir el contrato de trabajo (ari. 10, LCT).
Cuando el empleador haya agotado la totalidad de los días de suspensión previstos
por la ley (3Ü días), frente a un incumplimiento del trabajador (cualquiera sea el grado de
gravedad), tal vez corresponda entonces disponer el despido con causa, invocando los an
tecedentes.
Teniendo en cuenta que los plazos totales de las causales de suspensión son limitado*
a 90 dias (entre causas económicas y disciplinarias), algunas veces el empleador queda
impedido de disponer de 30 días de suspensión por razones disciplinarias. En efecto, si se
han dispuesto 75 días de suspensión por fuerza mayor, no podrá luego el prtncipal, ame
un i11cumplimiento del dependiente, aplicarle una suspensión disciplinaria superior a 15
días, aunque la inconducta del trabajador hubiere motivado una suspensión más gravosa.
Claro que, una vez transcurrido el plazo de un año ya referido, el empleador vuelve a tener
tal derecho.
Aunque la norma no lo contemple expresamente, la suspensión debe ser por día. des
cartándose la posibilidad de que se haga por horas de trabajo.
Notificación por escrito: la notificación por escrito resulta un extremo exigido por la
ley. teniendo como sustento el derecho de defensa. En tal comunicación escrita debe iden
tificarse con claridad y precisión la justa causa, es decir, el incumplimiento que se imputa*
Con precisa determinación del hecho u omisión imputada, la fecha y hora -en su caso- del in
cumplí miento y. de ser posible, Otras drcunsianctas que hagan a la situación. Por ejemplo; "Pot
y el plazo de suspensión, no pudiendo el empresaño modificar con ulterioridad la causal
invocada. En ese orden, se ha entendido insuficiente la expresión genérica de *incumpli-
miento de las obligaciones laborales” o ‘‘injuTias” como modo de comunicar ia sanción.
Se persigue el propósito de que el trabajador conozca el contenido derto e invariable
de la causa de la suspensión, como una forma de salvaguardar el derecho de raigambre
constimcional de defensa en juicio (art 18, Consfitución Nacional). Esta norma ordenato-
TÍa cuya inobservancia por parte de quien deba cumplirla (asalariado) constituye el medio
de dar a la otra parte la posibilidad de encarar su defensa sabiendo qué cargos le endilgan.
En cuanto a su materiaUzadón, pueden utilizarse distintas maneras: mediante una
nota confeccionada por el patrón y suscripta por el dependiente, un acta labrada por un
escribana público, a través de la remisión de una carta documento o telegrama.
La comunicadón no debe contener inexorablemente la detallada y pormenorizada
descripción de todas las circunstandas referidas a los hechos constitutivos de la sanción,
pero sí para tener por cumplido tal extremo, deben ser particularmente puntualizadas los
hechos o las omisiones que se imputan.
Se trata de un acto receptício que solamente existe y se perfecciona por el conoci
miento que de él tenga el destinatario. Por eso, es Importante si se indica -además de) plazo
de la suspensión- a p a i^ de cuándo habrá de cumpUise, y tener en cuenta cuándo habrá
de llegar la comunicación (por ejemplo, en caso de telegrama o carta documento) a cono
cimiento del trabajador.
Principios: como se dijo más arriba, nuestro ordenamiento jurídico no estipula en for
ma detallada qué sanción corresponde a cada inobservancia de ios deberes del trabajador,
como ocurre en el derecho penal, debido a que resulta materialmente imposible contem
plar la variedad de indisciplinas. Adicionado a ello, puede ocurrir que una misma infrac
ción cometida por más de un empleado merezca sanción distinta, ya que se deberán tener
en cuenta diversos factores; antigüedad, jerarquía, reincidencia, capacidad intelectual, cir
cunstancias particulares del hecho, etcétera.
Por ejemplo, no se puede castigar de igual modo a un trabajador que liega tarde y
tiene 15 años de antigüedad en la empresa sin antecedentes disciplinarios, que a uno que
llega tarde y hace 10 días que ingresó a trabajan
Desde esta perspectiva, es menester contar con una serie de principios rectores o
pautas que orienten al sandonador, la manera de utilizar correctamente el régimen disd-
.plinario. Veamos.
Juridicidad: la sanción debe encontrarse dentro del esquema legal, como así también,
no puede estar prohibida por él (por ejemplo, no es válida la mulla o la modificación del
contrato).—’--------- --- —-
Raciomdidad: constituye una derivación del principio general de razonabilidad, que
debe regir en la ejecución del contrato de trabajo. Ya dijimos que la ley no trae un catálogo
haber faltado el respeto Ud. el viernes 10/9/04 a su supervisor José Martínez, aproximadamente
a las 14 horas, en el pasillo del secior envasadoy frente a varios trabajadores, a] negarse® cum
plir la orden de limpiar la grasa que rodeaba a la máquina N® 4, queda suspendido por cinco
días, sanaón a cumpUr a partir del lunes 13/9/04"
de sanciones según la falta cometiday que resulta esencialmente necesario que la potestad
disciplinaria del empleador sea ejercida en forma razonable, excluyéndose aquellos casos
en los que se actúa con abuso de derecho, arbitrariedad o capricho.
Proporcionalidad', el empleador deberá actuar con criterio prudente y racional, y no
podrá abusar de este derecho. Así es que ante una falta grave, la sanción debe ser grave;
ante una falta leve, la sanción debe ser leve.
ConíemporaweiíiíMi: entre el incumplimienta y la suspensión debe existir una relación
de contemporaneidad que justifique el nexo causal entre ambos, y no debe confundirse
con Ja inmediatez entre ellos, en tanto la relación lógica depende del tiempo en que los
hechos hayan llegado a conocimiento del empresario. Es decir, si el empleador considera
que cierta conducta del trabajador merece una sanción, debe apbcarla de inmediato desde
que la conozca. Si deja pasar un lapso considerable (por ejemplo, 15 días) sin reaccionar
-salvo que haya tenido que efectuar una investigación antes de tomar la decisión o bien un
sumario-, se considera que ha consentido el incumpUmlento.
Es posible que la causa del inmmplimiento llegue a conocimiento tiempo después de
ocurrido, oque pasado un cierto letpso, la inconducta adquiera gravedad en virtud de hechos
desconocidos al momento de aplicarse la sanción, de modo tal que Justifican acentuar la
gravedad de esta, por ejemplo, ampliando la suspensión.
Habrá circunstancias en que transcurra un lapso prolongado. Esto puede ocurrir en
aquellos casos en los que ames de adoptarse un castigo se instruya un sumario previo o sea
necesario o recomendable producir una averiguación interna o una investigación. Empero,
en tales casos será el patrón quien debe acreditar que no hubo negligencia o desidia de su
parte entre el tiempo que va desde la falta hasta la sanción. Lo recomendable es reaccionar
contemporáneamente al conocimiento del hecho ocurrido.
Transitoriedad: la medida disciplinaria debe ser de duración temporaria, o sea que
resultan improcedentes sanciones de carácter permanente. Ello seria un despido.
No duplicación de sanciones', la jurisprudencia invariablemente ha sostenido en ma
teria de sanciones el principio non bis in ídem, según el cual nadie puede ser penado más
de una vez por la misma causa. Se ha descalificado la legitimidad de la suspensión cuando
aparece una decisión tardía a una sandón menor oportunamente impuesta por el mismo
hecho. En suma, una misma falta cometida por el dependiente no puede sancionarse dos
veces, sin perjuicio del valor que los antecedentes paseen para graduar las sanciones pos
teriores, incluido el despido.
Igualdad de trato-, el plexo norniativo se apoya en el artículo 16 de la Constitución
Narional que consagra el principio de igualdad ante la ley. Por su parte, la LCT, en armóni
ca consonancia con el precepto constitucional, prohíbe cutíquier tipo de discriminación
fundada en el sexo, raza, nacionalidad, religiosos, políticos, gremiales o de edad (ait. 17,
LCT) y lo reitera, en su artículo 81, que dispone que el empleador debe dispensar a todos
los trabajadores igual trato en igualdad de situaciones.
Esto significa que la suspensión no debe implicar discriminación alguna y ante ella
debe ceder la supuesta ejemplaridad de sancionar a unos sí y a otros no en condiciones
similares. En cambio, si uno de ellos ya tenía antecedentes disciplinarios o sumó a la riña
una inconducta adicional (por ejemplo, insultar al capataz que les ordenó detenerse) las
L ecciones de Derecho del Trabjud y de la Seguridad Social
Nota del director: aunque la ley argentina no lo prevé -salvo algunos estatutos especiales-, es
muy lecoinendable que el empleador, antes de disponer uná sanción, abra un sumario, por más
eletncnial que sea. Ello sigtúfica darle la ocasión al trabajador de hacerse olí, dar su versión y de
esgrimir, sí las tiene, sus excusas. En ese marco, además, el principal puede efectuar las averigua
ciones complementarias que considere convenieniesy, luego, tomar la decisión con más funda
mentos y seguridad. Por lo común, el empresario toma la decisión ame la simple acusación de
un supervisor, capataz o directivo sin corroborar la razonabllidad de ella y puede caer en error.
Además, aun siendo cierto que el acusado incurrió en incumplimiento, podrían mediar razones
que evidencien su falta de culpa corno para no ser sancionado o circunstancias atenuantes que
permitan graduar más benévolamente la sanción. Sise actúa de este modo, hay m enos riesgo de
que más tarde, en el debate judicta] planteado por el dependiente, e! empleador se encuentre
con la sorpresa de que los hechos no eran como se los habían contado.
Capítulo 30
En el capítulo atinente a los principales deberes y derechos de las partes, ya fue apun
tada que el trabajador tiene derecho a percibir la retribución pactada, la convencional o
legal con solo cumplir su obligación de poner su capacidad laboratíva a disposición del
empleador Es que, como también se explicó cuando se desarrolló el tema del principio de
ajenidad en los riesgos de la empresa -o de indemnidad, como lo ha denominado Fernán
dez Madrid- es un riesgo del empresario aprovechar o no esa capacidad laboratíva como
contrapartida del aprovechamiento que puede hacer de los frutos del trabajo del depen
diente, al renunciar este a quedarse con tales frutos.
Sin embargo, ese riesgo es atemperado por la ley limitándoio solo a los que son pro
pios del giro de la empresa. Cuando el empleador no puede aprovechar esa capacidad la-
borativa por causas ajenas a su responsabilidad, la ley lo faculta para suspender temporal y
muy limitadamente los deberes que asumió de dar ocupación y pagar la retribución,
2. Concepto
En efecto, entre las facultades que la LCT reconoce al empleador, encontramos la de
disponer suspensiones por razones económicas, es decir, cuando sufra una falta o dismi
nución de trabajo o una situación de fuerza mayor.
En caso de sufrir una situación de falta de trabajo o de disminución de trabajo -en
rigor, lo que sufre el empleador es una falta de necesidades de producir, que se refleja en la
innecesariedad de hacer trabajar a sus dependientes- que no sea imputable al empleador,
podrá suspender a sus dependientes hasta un plazo máximo de treinta (30) días por año.
Como luego veremos, son casos en los que seria excesivo hacer que el empleador pague
LGCCIONB9 DE D esecho del T eabajo y de la S eguiodad Social
salarios cuando, sin culpa alguna de su pane, no necesita a sus tTabajadares o a pane de
eüos, pues han caído las ventas o la facturación de un modo importante.
Si, en cambio, lo que impide que el empleador produzca o preste servicios es un he
cho de fuerza mayor o caso fortuito (art. 1730, Código Civil y Comercial de la Nación], po
drá suspender hasta setenta y dnco (75) días por año. En ambos casos, la suspensión es sin
goce de haberes.
Por esta razón, el director de esta obra ha sostenido alguna vez, ocupándose del despido por fal
ta o disminución de trabaja, que la LCT socializó las pérdidas pero no las ganancias. Ver Maza,
Miguel Á ; Despido por falta o liismínución de trabajo, Ed. Radas SBL, Buenos Aires, 1984.
En ese juicio, el empleador deberá demostrar al juez dos grandes hechos: en primer
lugar, la situación objetiva de falta de trabajo, disminución de trabajo o de fuerza mayor,
es decir que temporalmente no necesitaba producir los bienes o prestar los servicios en
cuyo proceso emplea a sus dependientes o bien que estaba momentáneamente impedido
de hacerlo. Además, deberá demostrar que se trató de una situación totalmente ajena a su
responsabilidad y que hizo todo lo necesario para evitar que esa circunstancia negativa se
produjera.
Analizaremos, a continuación, las situaciones posibles englobando en el primer caso
la falta de trabajo y la disminución de trabajo, ya que, en términos generales, resultan prác-
dcaraente un mismo suceso: que el empleador no necesitaba temporalmente a sus tra-
bajadores o a una parte de eUos por haber cesado o disminuido momentáneamente sus
necesidades empresariales.
Por ejemplo, algo asíocurríó entre fines de 2001 y principios de 2002 cuantiólas crisis derivadas
del acorralamiento del dinero y ja devaluación d é la m oneda produjeron una paraliiaciótl del
mercado. Empero, debemos aclarar que esa situación más que falta de trabajo fue calificable
como fuerza mayor.
5. Suspensión por fuerza mayor
La ley laboral omite definir la fuerza mayor, por lo que a tal efeao habrá de valerse del
concepto que emana del artículo 1730, CCCN.
La fiierza mayor o caso fortuito en esta materia consiste en la imposibilidad de cum
plimiento de la obligación de dar ocupación por un hecho que no haya podido preverse o
que previsto no se ha podido evitar (art. 1730, CCCN). Debe tratarse de un impedimento
insuperable e insalvable que haga absolutamente imposible el cumplimiento de la obliga
ción por pane del deudor en forma temporal.
Así como en la falta de trabajo las circunstancias hacen que ei pago de los salarios
cuando no se necesitan resulte un encarecimiento irrazonable del costo empresarial, en
este supuesto lisa y llanamente no tiene ningún sentido que el empleador siga ocupando
-mientras dure la contingencia- al personal.
Se tratan de hechos de características imprevisibles (no pudieron preverse) orimpo-
sibles de evitar (aun cuando se hayan previsto no se han podido evitar). Por ejemplo, hay
fuerza mayor cuando un huracán provoca la destrucción de una parte importante de la
fábrica, lo que obliga a paralizar las actividades hasta poder reparar los destrozos y poner
e] estabiedmiento otra vez en fúncionamiento. Si bien ese fenómeno climático puede pre
verse, no es posible evitarlo.
Si la fábrica fuera afectada por la calda de un meteorito o de otro cuerpo celeste cuyo
choque con el planeta no había sido predicho ni anunciado -es decir, un suceso imprevi
sible-, se trataria de caso fortuito. Dentro de esta categoría (caso fortuito) está el llamado
"hecho de! príncipe" que son las decisiones del Estado que, por sus efectos, impiden al
empleador continuar temporariamente sus actividades. Así, como se decía en e! ejemplo
citada en nota, cuando a fines de 2001 el gobierno impidió la libre circulación del dinero
en el mercado, algunas empresas vieron momentáneamente imposibilitada su actividad.
6. Eí requisitOTje la antigüedad
Además de los requisitos formales (notificación por escrito al trabajador de la causal
suficientemente explicada y con indicación del plazo de la suspensión^ el articulo 221, LCT
impone un recaudo adicional cuando la suspensión no alcanza a todo -e! personal, de la
empresa o de una sección o área. En efecto, dicha norma prevé que, en tales supuestos, la
suspensión debe recaer en primer lugar sobre el personal menos antiguo. Por ejemplo, si
la empresa, como consecuencia de una fuerte reducción de las ventas, considera necesario
-para no quebrar-«uspender a la mitad de los operarios del sector producción (entendien
do que con la otra mitad del personal es suficiente para producir la cantidad de bienes que
No basta con notificai "por falta de trabajo" Deben indicarse los motivas que provocarian esa
situaciún; "Ante la fuerte retracción del mercado, como consecuencia de la decisión oficial de
restringir el retira de dmero de ios bancos, que provoca la disminución de las ventas a solo el
30% delgpro habitual de«sta empresa, procedemos a suspenderlo por disminución de trabajo
en los términos de! art 21S, LCT por el plazo de treinta días a contar desde el prárímo tunes
20/9/04"
necesita para cubrir las ventasj, debe suspender a los operarios de ese sector con menor
antigüedad,
Y dicho artículo 221 agrega que, cuairdo se trate de personal con igual antigüedad
o ingresados en el mismo semestre, debe comenzar por suspender a los que no tuvieran
cargas de familia y, luego, a los que tengan menos cargas familiares.
LA SUSPENSIÓN PREVENTIVA
DEL CONTRATO A FIN DE SUMARIAR
AL DEPENDIENTEY LA SUSPENSIÓN
PRECAUTORIA
M ig u e l a , M aza
1. Introducción
Como ya ha sido dicho, en la estrucnira de la LCT, su Tímlo X está destinado a regular
la "suspensión de ciertos efectos del contrato de trabajo" por diferentes motivos; enferme
dad o accidente inculpable (arts. 208 y sigtes.], servicio militar y convocatorias especiales
(arL 214), desempeño de cargos electivos (art. 215), desempeño de cargos gremiales (art.
217, LCT y ley 23.551); mientras ios artículos 218 a 223 (Capítulo V del mencionado Título
X) entremezclan la regulación legislativa de la suspensión por motivos económicos y por
razones disciplinarias.
Vale ia pena reiterar que dicho Título X refiere a la suspensión de "ciertos efectos" del
contrato, expresión lingüística que implica que el vínculo contractual se mantiene vivo y
vigente, aunque brevemente congelado en solamente algunos aspectos. Es que las posibi
lidades legales de suspensión, ya jueguen como derecho del trabajador (por enfermedad o
accidente, por ejemplo) o del principal (como sanción, o con motivo de fuerza mayor), solo
afectan algunos y determinados efectos o, para expresarlo mejor, alcanzan únicamente al
gunos derechos y deberes de las partes.
Así, por ejemplo, en la suspensión causada por la enfermedad del dependiente que
da temporalmente suspendido el deber fundamental comprometida por el trabajador, es
decir, la prestación de su aporte psicofísico al proceso productivo. Cuando el empleador
suspende disciplinariamente, el agente debe abstenerse compulsivamente de su obliga
ción laboral pero, a la par, cesa de forma temporal la obligación consecuente del patrón de
abonar salarios.
No obstante, en todos los casos, otros deberes y derechos continúan en vigor junta al
contrato todavía vigente. Así, si durante la suspensión alguna de las partes cometiera una
injuria en los términos del artículo 242, LCT, la otra podrá denunciar el contrato. A modo de
ejemplo, digamos que los deberes de fidelidad (an. 85, LCT) y de no concmxencia (art 88)
se mantienen en vigencia para el dependiente, del mismo modo que siguen activas para el
empleador el deber de dar igualdad de trato (arL 81), de diligencia e miciativa (art. 80) y,
para ambas panes, el de obrar de buena fe (an. 63).
Nos interesa, abora y en particular, dentro del Capitula V del Título X de la LCT, el ar
tículo 224, cuyos muy complejos e imprecisos alcances normativas intentaremos delinear.
2. El régimen normativo
Aclarado ello, es hora de analizar el caso del artículo 224, LCT (t.o. decreto 390/76),
que involucra bajo el subtítulo "suspensión preventiva* por lo menos, dos tipos de suspen
sión. Empero, luego veremos que la jurisprudencia yla doctrina reconocen un tercer tipo,
bajo la denominación de “precautoria* a los fines de llevar adelante sumarios o investiga
ciones antes de sancionar.
Analizaremos primero los dos tipos de suspensión preventiva, previstos en el propio
texto del artículo 224, LCT. Esta norma dice en su primera parte; “Cuando la suspensión
se Origine en denuncia criminal efectuada por eí empleador y esta juera desestimada o el
trabajador imputado, sobreseído provisoria o definitivamente, aquel deberá reincorporarlo
al trabada y satisfacer el pago de los salarios perdidos durante el tiempo de ¡a suspensión
preventiva, salvo que el trabajador optase en razón de las circunstancias del caso, por con
siderarse en situación de despido. En caso de negativa del empleadora la reincorporación,
pagará la indemnización por despido, a más de los salarios perdidos durante el tiempo de la
suspensión preventiva".
El párrafo final establece: “$iia suspensión se originara en denuncia criminal efectua
da por terceras o en proceso promovido de oficio y se diese el caso de la privación de la liber
tad del trabajador, el empleador no estará obligado a pagar ¡a remuneración por el tiempo
que dure la suspensión de la relación laboral, salvo que se tratara de un hecho relativo o
producido en ocasión del trabajo".
Y bien, como se puede advertir a simple vista, la primera parte del artículo 224 se re
fiere a la suspensión operada ante una denuncia criminal efectuada por el propio emplea
dor. En cambio, la segunda parte alude a la suspensión derivada de una denuncia realizada
por un Tercero o iniciada de oficio por una autoridad pública y en la medida en que prive
de la libertad al dependiente.
En ambos casos, la norma se caracteriza por su típica regulación expostfacto', abste
niéndose de definir la institución y de establecer expresamente sus requisitos y caracterís
ticas paraliiñitarse a reglar los efectos y consecuencias jurídicas.
También se denota que solamente se regula, siempre en orden a las consecuencias,
el caso de que la denuncia haya sido desestimada o, cuanto menos, mediare el sobresei-
E$ decir que el an. 224, LCT no dice, por ejemplo: cuando el empleador haya denunciado penal
m ente a un empleado suyo podrá suspenderlo ptevendvamente hasta que recaiga una decisión
en el proceso penal. El añículo se limita a dar por supuesto que el empleador suspendió al em
pleado en tal situación y solo regula los efectos de esa suspensión.
miento provisional o definitivo del trabajador. Si este resultare condenado hay que enten
der, ante el silencio de la ley, que no habrá responsabilidad patronal alguna, y que podría
el empleador hasta romper el contrato invocando el articulo 242, LCT, que, como luego se
verá en esta misma obra, es una facultad del empleador ante un grave incumplimiento del
trabajador que halla imposible, según las reglas del sentido común, proseguir el vínculo
laboral.
En cambio, manteniéndose la inocencia del trabajador jpor sobreseimiento o desesti -
mación de la denuncia o por declaración expresa de su inocencia), surge claro el deber del
patrón-denunciante de reincorporar (si es que el agente no se consideró injuriado y despe
dido contemporáneamente con la denuncia, o si no lo hace al producirse el sobreseimiento
Ddesestimación} ai dependiente y abonarle las sumas que hubiera debido pagarle como
sueldos durante el tiempo de suspensión por él causada.
Tanto la denuncia infundada como la negativa a reincorporar constituyen un caso de
injuria encoadrable claramente en el artículo 242, LCT.
Ahora bien, focalicemos la lectura del precepto para observar que se condiciona la
suspensión del segundo párrafo (la dispuesta por el empleador ante denuncia de terceros
o por proceso promovido de oficio) al requisito fáctíco de la privación de la libertad, con lo
que esta suspensión, más que una "facultad patronal" es una "suspensión de hecho"
Es obvio que el empleador podría, en lugar de permitir la suspen.sión, cesantear al
agente aduciendo "pérdida de confianza" y evitar los riesgos al final del proceso penal.
La jurisprudencia, aun antes de plasmarse la regulación de la LCT, ya había estable
cido desde antaño que la causa de esta suspensión podía configurarse ante la detención y
procesamiento del trabajador o cuando la naturaleza de los hechos requiere una investi
gación previa. Asimismo, dejó establecido jurisprudencialmente que, en tales casos, no se
trataba de una sanción, sino de una medida preventiva condicionada a la existencia de un
proceso penal, sin limitación de tiempo.
Hemos subrayado algunos conceptos constantes en la traza de la línea jurispruden
cial. como son el hecho de la "detención" la "necesidad" de la investigación previa, el "con
dicionamiento" a un “proceso penal” y el carácter "no sancionaiorio" de la institución, y
ello así, ya que se trata de las pautas liminares sobre el particular.
3. Alternativas de suspensión
Tal como lo adelantamos líneas atrás, el articulo 224, LCT alude implícitanieme a dos
casos, pero la doctrina legal de los tribunales fue abriendoiuna brecha para admitir un ter
cer tipo, pese al texto legal.
El maestro lusio López señaló que la jurisprudencia ha tratado esta dase de suspen
sión con tres variantes: a) la producida por la detención del trabajador; b) la ocurrida ante
su mero procesamiento penal (en caso de ser denunciado por el propio empleador); y c)
la fundada en la necesidad de realizar una investigación interna previa (sumario) a decidir
una sanción.
Nos parece daro que la detención física del dependiente (privadón de su libertad),
ante el proceso promovido por terceros o de oficio, toma imposible su aporte laboral, pre
cisamente por la ausencia de la libenad ambulatoria. Por eso, el hecho mismo de la de
tención suspende necesaria y fáctícamente el cumplimiento del deber de trabajar y sus
obligaciones y derechos consecuentes, en una situación que permite ser catalogada como
una suspensión de hecho tomada por válida por la ley.
Dicho de otro modo, la ley advirtió que, cuando el trabajador es detenido por una
denuncia que efecmara alguien que no es el empleador (un tercero o por la propia justicia
de oficio) -detención que no significa, por sí, que ese trabajador sea culpable-, no puede
cumplir su obligación de ir a trabajar. Ylo que hace es imponer la suspensión -sin pago de
salarios, obviamente- para que ese dependiente, que aún no ha sido declarado culpable,
no sea despedido por ausencias laborales que no se deben a su voluntad sino a la deten
ción sufrida.
Queda salvado el incumplimiento que implicarían esas ausencias laborales en razón
de que hay un hecho impeditivo del cumplimiento del deber de prestar tareas, ajeno al
empleador y-en principio- al trabajador.
Pero menos sencilla es la situación jurídica cuando tai detención obedece a la denun
cia crimina] del propio empleador, pues el precepto bajo anáUsis. implícitamente, parece
posibilitar (siguiendo la doctrina de la vieja ley U.729 y del decreto 33.302/45) al principal
para suspender "preventivamentel sin decidir el despido, a fin de promover la investiga
ción en sede penal
En este caso de suspensión por denuncia del empleador (art. 224, primer párrafo)
no es necesario que medie detención y estimamos que media un fundamento o motiva
ción de orden fáctico: es posible que el empleador que acusa al trabajador, en lugar de
sancionarlo de inmediato, según las facultades que le confieren los artículos 219 y 242,
LCT, prefiera no anticiparse y opte por denunciarlo penalmente, suspenderlo para que no
preste servicios y esperar el resultado del proceso penal a fin de despedirlo más tarde si es
hallado culpable.
Como no media privación de libertad [supuesto tenido en cuenta por el art. 224, LCT
en el otro supuesto), para que esta facultad patronal tenga virtualidad, la razón tenida en
cuenta por el legislador es que resulta inevitable que durante la mamitación de la causa pe
nal la relación laboral seria prácticamente imposible entre las partes. No es fácil imaginar
que el trabajador, denunciado por el empleador, siga trabajando en forma normal y que el
patrón -que lo denunció penalmente- confíe en aquel mientras tanto.
Más aüá de esta posibilidad de suspensión, cabe recordar que, cuando el trabajador
es denunciado penalmente .por su empleador, puede decidir considerarse injuriado (por
ejemplo, por falsa denuncia) y en situación de despido indi reno, sin tener que esperar la
culminación del proceso penal. Esta posibilidad no opera, claro está, cuando la denuncia
ha sido efectuada por alguien que no es empleador o cuando los tribunales han actuado
de oficio.
Igualmente, y como es muy obvio, el empleador podría despedir al trabajador denun
ciado por él o por terceros sin recurrir a la suspensión preventiva.
4. La suspensión precautoria, creada por la jurisprudencia
Resta detener, por ñn, ei análisis en la tercera de las hipótesis planteadas, es decir, esa
suspensión a la que la doctrina ha denominado "precautoria" y que es la dispuesta por el
principal para realizar un sumario interno en la empresa.
Surge evidente que el artículo 224, LCT no ha receptado esta posibilidad y tampoco lo
habían hecho las leyes antecesoras (ley I1.729y art, 6, decreto 33,302/45).
Pese a eUo, la jurisprudencia le dio cabida y la doctrina admite su aplicación sine lege
cuando haya motivos razonables, habiéndose señalado que la suspensión unilateral de!
empleado por parte del principal consrituye una causa de justificación del no cumplimien
to del deber patronal de dar ocupación y remunerar apoyada en el artículo 78, LCT, sin que
se requiera, además, una norma legal eiqsresa.
En general, los autores estiman viable esta forma de suspensión por un plazo máximo
de 30 días -aplicando el límite del artículo 222 por analogía- y consideran que no es po
sible mantener al trabajador suspendido sin salario y en estado de incertidumbre por un
tiempo mayor. Por eso, también la generalidad'de los doctrinarios y los jueces admite que
la suspensión se prolongue, con causa objetiva y justificada, por un lapso más prolongado
-siempre dentro de lo razonable- abonándose salarios durante la prolongación del suma
rio más aUá de los primeros treinta día.s.
5. Conclusiones
E n síntesis, el e m p le a d o r p u e d e su s p e n d e r al tra b a ja d o r si él m ism o lo h a d e n u n c ia
do p e n a lm e n te y h a sta qu e recaiga reso lu ció n . Si es co n d e n a d o p o d rá d esp ed irlo . Pero e n
caso co n trario (declaración de in o cen c ia, d esestim ació n de la d e n u n c ia o so breseim ien to),
d eb e reintegrarlo v pagarle to d o s los salarios caídos; esto, sin perjuicio del d e rech o del tr a
b a ja d o r a co n sid erarse in ju riad o y d esp ed id o , ya sea c u a n d o m e d ió la d e n u n c ia p e n a l o
b ie n al final, c u a n d o el e m p le a d o r im e n ie reintegrarlo, p u es n o fue co n u eiiad o .
También puede el patrón suspenderlo hasta treinta días sin goce de salarios cuando
opte -antes de disponer sanciones- por realizar un sumario para investigar lo ocurrido y la
eventual participación de ese trabajador.
P o r últim o, si el tra b a ja d o r es d e te n id a en virtu d d e u n p ro ceso p en a l in iciad o por
los trib u n ales d e oficio o p o r d e n u n c ia d e terceros (n o el em p lead o r), la su sp en sió n e s im
p u e sta al em p lea d o r p o r la ley, q u e justífica la im po sibilid ad del tra b a ja d o r d eten id o p a ra
c o n c u rrir a trabajar.
Capítulo 32
Ger ar d o Mag n o
Por ejemplo, un trabajador que vive solo podría demostrar que se descompuso a primera hora y
que no pudo avisar al empleador hasta la tarde, cuando llegó un pariente a su casa y lo asistió.
Ya sea por considerar que no está enfermo o accidentado o por entender que la contingencia no
le impide prestar scrvicio.s por su faita de gravedad.
la prestación de tareas por parte del trabajador, pero no el pago de las remiuieraciones por
parte del empleador.
La licencia mencionada se computa por cada hecho que incapacite al trabajador (una
licencia por gripe, otra licencia por un problema intestinal, etc.) y una vez que desaparece
la causal incapacitante, obteniéndose el alta médica, debe reintegrarse de inmediato a su
trabajo,
Ahora bien, el artículo 208 mencionado establece que la recidiva (reiteración de epi
sodios) de enfermedades crónicas (por ejemplo, el asma) no será considerada enfermedad,
salvo que se produjera luego de los dos años de la úlüma manifestación. Estas recidivas son
recaídas, y corresponden a enfermedades crónicas. Cada una de estas recaídas será des
contada de la licencia paga, por cuanto son consideradas producto de una misma enfer
medad. Salvo que entre dos manifestaciones hubieren transcurrido un plazo de dos años.
En cuanto al ingreso apercibir por el trabajador durante esta licencia, debe ser el mis
mo que percibiría si no se hubiese incapacitado. A! respecto, la ley establece que si se trata
de una remuneración fija, la suma correspondiente al trabajador será la que venia perci
biendo, con más ios aumentos que se hubieren dispuesto. En cuanto a las sumas variables,
se hará un promedio de lo percibido en los últimos seis meses (art. 208, segundo párrafo,
LCT).