Está en la página 1de 5

República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior


Universidad Bolivariana de Venezuela
P. F. G. Informática para la Gestión Social
Maturín - Edo - Monagas
Tramo I - Sección 01

U.C: ÉTICA
ENSAYO

Profesora: Estudiante:

Reyna Villegas Natacha Genrinho # C.I: 31.483.303

13 de Junio del 2022


Transformaciones
Científicas y Tecnológicas.

La gran cantidad de avances científicos y tecnológicos de las últimas décadas han


revolucionado la forma de entender el mundo y la comunicación entre los seres
humanos. Estos avances permiten mejorar la calidad de vida de la gente y que el
mundo esté más conectado que nunca.
De esta forma, México recibe la influencia del desarrollo científico y tecnológico
de otros países. En el caso de la salud, la prevención, tratamiento y cura de las
enfermedades se benefician con aparatos más precisos y medicamentos más
efectivos, que permiten mejorar la calidad y la esperanza de vida.

Por ejemplo:

En 1950 la esperanza de vida al nacer era de 48 años y en 2005 pasó a 75 años.

En México se han logrado avances y los científicos mexicanos contribuyen con


investigaciones e inventos.

Algunos ejemplos de avances científicos y tecnológicos:

● Autos eléctricos: Autos con motores libres de petróleo y más velocidades


empiezan a convertirse en una opción para los ciudadanos y el medio
ambiente.

● Turismo espacial: La nave espacial comercial Virgin Galactic tiene


programado iniciar este año una serie de vuelos suborbitales y se espera
poder llevar a los pasajeros a viajes más profundos a medida de la
tecnología evoluciona.

● Biología sintética: La creación de nuevas formas de vida artificial creadas


para realizar funciones útiles se consolidará en 2014.

● Tecnología portátil: La tecnología portátil dejará de ser un accesorio o


dispositivo electrónico y migrará hacia el cuerpo a medida que los servicios
digitales se hagan cada vez más pequeños.

● Energía eólica: Los científicos buscan alternativas a los combustibles


fósiles tradicionales, es por ello que la energía eólica se transformará en
una fuente alternativa para el 2014.

Premio nobel del Dr. Mario Molina.

El Dr. Mario J. Molina, del Instituto tecnológico de Massachusetts (MIT), ganó el


Premio Nobel de Química en 1995 al exponer la teoría de cómo ciertos químicos
elaborados por el hombre pueden llegar a la capa de ozono que protege la Tierra de
los rayos ultravioletas del sol, y con ello provocar daños impredecibles a la
humanidad.Su estudio, realizado con el apoyo de otros dos científicos, atrajo la
atención mundial respecto al daño que causan ciertos elementos químicos y
"contribuyó a nuestra salvación frente a un problema ambiental global que pudo
haber tenido consecuencias catastróficas”, dijo el comité del Nobel que otorgó el
premio.

Oscar Pistouris.

Nació el 22 de noviembre de 1986, es un atleta sudafricano, a los 11 años de edad


le amputaron las piernas y las perdieron, pero con todo y todo sigue y compitiendo
ya la hora de salida le dan ventaja.

Beneficios de los avances científicos.

Energía atómica: La energía producida en campos de medicina y exploración


espacial.

Sociedad: La sociedad de hoy se encuentra en una nueva etapa de desarrollo


industrial del siglo pasado, las exigencias que demanda este nuevo orden mundial,
donde el conocimiento y la información son el motor de los avances científicos y
tecnológicos.

El fin del mundo no llegó gracias a las transformaciones científicas y


tecnológicas.

A medida que se va desarrollando la civilización científico-tecnológica disminuye


progresivamente la parte de trabajo muscular en la fuerza productiva, sustituyendo
las herramientas simples por máquinas automatizadas que aumentan
prodigiosamente la productividad de los trabajadores. Al mismo tiempo va
cambiando en cantidad y calidad el trabajo humano, cada vez más tecnológico,
disminuyendo en la producción el número de obreros no calificados e
incrementándose el de especialistas, científicos, técnicos o de nivel
universitario.En este sentido cabe destacar el hecho de que empresas como General
Dynamics, General Electric o IBM, descartando su personal administrativo en el
total de su fuerza laboral, tienen ya tantos ingenieros, especialistas, técnicos,
investigadores y personal de nivel universitario como trabajadores manuales, lo
cual indicaría que está llegando, más que obreros no especializados, un
proletariado tecnológico que sin pasar por la dictadura del proletariado de Marx
puede asumir la gestión directa de las empresas, profundizando la democracia
económica para realizar así la democracia política.

La revolución científico-tecnológica es la más importante de todas las


revoluciones del siglo XX, ya que el país que hace una revolución social y no
alcanza los más elevados niveles de progreso económico y tecnológico se queda
desenganchado de las fuerzas históricas, que son fuerzas económicas con otro
nombre. Pues sí una revolución socioeconómica no es un tiempo de mayor
acumulación e inversión de capital social que el régimen sustituido no se justifica
históricamente, ya que la humanidad, aumentando en población, no puede perder
niveles de productividad ni de volumen de producción. Y como la historia sólo se
plantea lo que puede resolver en cada momento de evolución de la humanidad,
pudiera suceder que un régimen que se diga muy revolucionario, si no progresa
económica, cultural, social y científicamente se convertirá en su devenir dialéctico
en su contrario: reaccionario, por fiarlo todo a la ideología más que a la economía,
a la técnica y la ciencia combinadas armónicamente.

Las revoluciones políticas, si se quedan en el limbo de las ideologías o de la


retórica de las frases altisonantes, periclitan durante algunos años hasta que sus
contradicciones internas y externas, cuando coinciden como factores de
desestabilización económica, social y política, las van superando inexorablemente
por otros sistemas más concordantes con el desarrollo socioeconómico y
tecnológico.

La agricultura de los países del Este, por ejemplo, varias veces inferior en
productividad por hombre y por hectárea respecto de los países industrializados del
Oeste, queda cuestionada si no es capaz de autoabastecer a una población de lento
crecimiento demográfico anual. Quizá porque no se abonan debidamente los
campos no se emplean semillas de alto rendimiento o no es empleado suficiente
equipo de producción científico y tecnológico, dejando la agricultura con un
desarrollo muy desigual con relación a la industria, primando sobre todo el
crecimiento de la industria pesada. De esta manera una economía centralmente
planificada, que dice preverlo todo para superar la crisis del capitalismo, tendría a
su vez una crisis de crecimiento desproporcional entre su agricultura y su industria.
Así las cosas, el trabajo humano rinde poco y el capital obsoleto lentifica el
crecimiento económico, mientras que la mejor educación general y especial de los
trabajadores, las mejores máquinas, contribuyen tanto al aumento del producto
interior bruto como el trabajo y el capital no educados y renovados.

En un país como Estados Unidos, según estudios estadísticos fidedignos hechos


por Edward Denison -The sources of the economic growth in the United States-,
desde 1929 hasta 1957 el crecimiento promedio anual del producto interno bruto
(PIB) fue del 2,93%. Pero de esta cifra, por más empleo y más horas de trabajo le
correspondió un 0,80%, y un 0,43% por aumento de existencias de capital; por la
mejor educación del trabajo manual y tecnológico, 0,67%; por la innovación de
máquinas y métodos de producción, 0,58% el resto, o por otros factores
productivos, 0,45%.

A la luz de estas cifras sobre la economía más poderosa del mundo salta a la vista
que de ese 2,93% anual de crecimiento del PIB de Estados Unidos, por más horas
de trabajo, más trabajadores empleados y por más existencias de capital
correspondió un 1,23% contra 1,25% por mejor educación, mejores tecnologías y
el importante factor de innovación.

La sociedad posindustrial, aunque siempre puede haber una sociedad más y más
automatizada, si en algo se distingue de la época del maquinismo simple es que las
máquinas, en vez de ser vigiladas por los obreros, se van integrando en cadenas
automáticas y semiautomáticas de producción, donde la productividad del trabajo
crece más por mejor educación, innovación y nuevas tecnologías que por más
cantidad de trabajo no calificado o más capital obsoleto o de baja productividad.

En este orden de ideas, las grandes potencias industriales, donde los ordenadores
y la automatización del trabajo manual e intelectual van progresando
aceleradamente, hacia finales del siglo en el total de sus exportaciones será más
importante, como elevados ingresos de la balanza comercial exterior, el know how,
las patentes, los procedimientos de fabricación, que la mera exportación de
mercancías. Así las cosas, los gastos en investigación + desarrollo (I+D) tienden a
subir como el factor más eficiente del crecimiento económico y de las empresas
industriales.

En Estados Unidos, por ejemplo, la inversión anual en I+D asciende al 2,5% del
PIB, o sea, unos 90.000 millones de dólares: cinco veces más que en 20 países
latinoamericanos. Ello explicaría que la inversión, el consumo, el ahorro, la
formación bruta del capital, el consumo de energía por habitante, sea entre cinco y
ocho o más veces inferior en América Latina que en Estados Unidos, ya que
aquélla sólo invierte anualmente el 0,3% de su PIB en I+D.

Por otra parte, los fondos para I+A estimados como porcentaje de las ventas de
las empresas norteamericanas, alcanzaban a un promedio del 10% para las cuatro
primeras compañías, 12,9% para las ocho siguientes y 12,2% para las siguientes 20
compañías. En cambio, las pequeñas empresas de los países en desarrollo no
invierten ni poco ni mucho en I+D, quedándose con un capital viejo incapaz de
competir en el mercado mundial; dejan así a sus países con monedas raquíticas,
balanzas de pagos en déficit, mucha inflación monetaria, desocupación en masa,
con una crisis estructural que sólo puede superarse dando más primacía a la
educación, la innovación, la integración de la ciencia, la técnica, la industria, el
trabajo y el capital, para mejorar la calidad de vida, la libertad, la productividad y
la igualdad entre los hombres. No hacemos, pues, apología de la ciencia y de la
técnica como ideología tecnocrática, sino como basamento de la democracia,
haciendo del hombre el sujeto de la historia.

También podría gustarte