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U.C - Etica - Ensayo - Estudiante - (Natacha Genrinho) - C.I. - 31.483.303 - Tramo I - Sección 01
U.C - Etica - Ensayo - Estudiante - (Natacha Genrinho) - C.I. - 31.483.303 - Tramo I - Sección 01
U.C: ÉTICA
ENSAYO
Profesora: Estudiante:
Por ejemplo:
Oscar Pistouris.
La agricultura de los países del Este, por ejemplo, varias veces inferior en
productividad por hombre y por hectárea respecto de los países industrializados del
Oeste, queda cuestionada si no es capaz de autoabastecer a una población de lento
crecimiento demográfico anual. Quizá porque no se abonan debidamente los
campos no se emplean semillas de alto rendimiento o no es empleado suficiente
equipo de producción científico y tecnológico, dejando la agricultura con un
desarrollo muy desigual con relación a la industria, primando sobre todo el
crecimiento de la industria pesada. De esta manera una economía centralmente
planificada, que dice preverlo todo para superar la crisis del capitalismo, tendría a
su vez una crisis de crecimiento desproporcional entre su agricultura y su industria.
Así las cosas, el trabajo humano rinde poco y el capital obsoleto lentifica el
crecimiento económico, mientras que la mejor educación general y especial de los
trabajadores, las mejores máquinas, contribuyen tanto al aumento del producto
interior bruto como el trabajo y el capital no educados y renovados.
A la luz de estas cifras sobre la economía más poderosa del mundo salta a la vista
que de ese 2,93% anual de crecimiento del PIB de Estados Unidos, por más horas
de trabajo, más trabajadores empleados y por más existencias de capital
correspondió un 1,23% contra 1,25% por mejor educación, mejores tecnologías y
el importante factor de innovación.
La sociedad posindustrial, aunque siempre puede haber una sociedad más y más
automatizada, si en algo se distingue de la época del maquinismo simple es que las
máquinas, en vez de ser vigiladas por los obreros, se van integrando en cadenas
automáticas y semiautomáticas de producción, donde la productividad del trabajo
crece más por mejor educación, innovación y nuevas tecnologías que por más
cantidad de trabajo no calificado o más capital obsoleto o de baja productividad.
En este orden de ideas, las grandes potencias industriales, donde los ordenadores
y la automatización del trabajo manual e intelectual van progresando
aceleradamente, hacia finales del siglo en el total de sus exportaciones será más
importante, como elevados ingresos de la balanza comercial exterior, el know how,
las patentes, los procedimientos de fabricación, que la mera exportación de
mercancías. Así las cosas, los gastos en investigación + desarrollo (I+D) tienden a
subir como el factor más eficiente del crecimiento económico y de las empresas
industriales.
En Estados Unidos, por ejemplo, la inversión anual en I+D asciende al 2,5% del
PIB, o sea, unos 90.000 millones de dólares: cinco veces más que en 20 países
latinoamericanos. Ello explicaría que la inversión, el consumo, el ahorro, la
formación bruta del capital, el consumo de energía por habitante, sea entre cinco y
ocho o más veces inferior en América Latina que en Estados Unidos, ya que
aquélla sólo invierte anualmente el 0,3% de su PIB en I+D.
Por otra parte, los fondos para I+A estimados como porcentaje de las ventas de
las empresas norteamericanas, alcanzaban a un promedio del 10% para las cuatro
primeras compañías, 12,9% para las ocho siguientes y 12,2% para las siguientes 20
compañías. En cambio, las pequeñas empresas de los países en desarrollo no
invierten ni poco ni mucho en I+D, quedándose con un capital viejo incapaz de
competir en el mercado mundial; dejan así a sus países con monedas raquíticas,
balanzas de pagos en déficit, mucha inflación monetaria, desocupación en masa,
con una crisis estructural que sólo puede superarse dando más primacía a la
educación, la innovación, la integración de la ciencia, la técnica, la industria, el
trabajo y el capital, para mejorar la calidad de vida, la libertad, la productividad y
la igualdad entre los hombres. No hacemos, pues, apología de la ciencia y de la
técnica como ideología tecnocrática, sino como basamento de la democracia,
haciendo del hombre el sujeto de la historia.