Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
53
más conforme aparece otra publicación. A su vasta obra de ficción hay que
añadir una serie de ensayos de gran importancia. La obra ensayística de Aira
es inseparable de su obra de ficción ya que la complementa. En ensayos
dedicados a otros autores como Copi o Alejandra Pizarnik, Aira desarrolla su
propia teoría sobre la literatura que se halla transcrita en sus ficciones. Cum-
pleaños (2001) es un breve ensayo autobiográfico en el que Aira, al cumplir
los cincuenta años, realiza un balance de sus propias concepciones. De este
cuestionamiento personal surgen pautas teóricas para la comprensión de su
obra.
La complejidad de la escritura de Aira reside así en un juego de vaivén
incesante entre la teoría y la anécdota. Su obra funciona como una transposi-
ción de pensamientos heterogéneos: las teorías de diversos filósofos como
Leibniz, Nietzsche o Deleuze comparten el espacio textual con las teorías de
Lévi-Strauss, la obra novelística de Raymond Roussel o la creación artística
de Marcel Duchamp. Tal densidad teórica, aunada a la propia teorización de
Aira, puede resultar paradójica dado el carácter frívolo e/o insensato de las
tramas de las novelas: guerras de gimnasios con chinos que se transforman en
gigantes y cerebros en peceras que se transforman en liebres, monjas maléfi-
cas que urden un complot fabricando cyborgs, escritores célebres clonados,
una mujer que se transforma en abeja gigante, un juego de palabras entre dos
payasos de circo que abarca la totalidad de una ficción, un pollo listo para ser
horneado que resucita y asesina a una madre y a su hijo, un manual de autoa-
yuda para personas que no son fotogénicas, un intelectual deprimido porque
su seminario sobre el ensayo no tiene inscriptos mientras que el mundo se
acaba por el congelamiento de la atmósfera… por sólo mencionar unos ejem-
plos al azar. Sin embargo, en la obra de Aira, las cosas no son lo que parecen.
Al escribir historias disparatadas, Aira contrasta con otros grandes nombres
de la literatura argentina. Por ejemplo, la muy seria Respiración artificial de
Ricardo Piglia, considerada por la crítica como un hito de la literatura argen-
tina de los años 80, se sitúa en los antípodas con respecto a la obra de Aira.
De hecho, dentro del ámbito literario argentino se suele hablar de dos bandos:
‘los de Piglia’ y ‘los de Aira’.
La perplejidad que puede causar hoy día la obra de César Aira se puede
comparar con la que, en otra época y por otras razones, causó la obra de
Manuel Puig. Sin embargo, el desconcierto que pueda causar Aira no impide
que haya adquirido un papel de liderazgo y que se haya erigido en referencia
entre los escritores de la joven generación, la que constituirá la producción
literaria argentina de este milenio.
Se trata de una literatura fin de siglo marcada por el signo de la continui-
dad y la transformación, ambas presentes tanto a nivel formal como a nivel
temático. El continuo, concepto mayor de la obra de Aira, aparece a través de
tramas que ponen de manifiesto, de diversas formas, un movimiento cíclico
que implica el retorno a una situación inicial. ‘Caos’, ‘catástrofe’, ‘confabula-
ción’, ‘indiferenciación’, ‘combinatoria’, son también palabras claves en una
obra en la que, a menudo, el fin del mundo (o de Argentina) es el telón de
fondo de peripecias que mezclan, como ya lo hemos señalado, la extravagan-
54