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Introducción
El general Martín Miguel de Güemes, fue uno de los primeros patriotas en hacer suya la causa revolucionaria y luchar
sin descanso por ella. Hoy conmemoramos un aniversario más de su fallecimiento.
Güemes tuvo grandes hazañas en su vida. Fue premiado por el rey de España como reconquistador y defensor de
Buenos Aires por su actuación contra los ingleses en 1806 y 1807. Triunfó en Puesto del Marqués el 14 de abril de
1815 contra los realistas. El 6 de mayo de 1815 fue electo gobernador de la Intendencia de Salta por el pueblo y el
Cabildo. El 14 junio de 1820, San Martín lo nombra general en jefe del Ejército de Observación que debía marchar por
el ALTO PERÚ en auxilio de San Martín.
Güemes murió el 17 de junio de 1821, en La Horqueta, había sido herido diez días antes. El año pasado, el Gobierno
nacional convirtió a 17 de junio en feriado nacional.
Junto a sus gauchos, Güemes pasó a la inmortalidad y es una de las figuras clave del proceso de emancipación de la
corona española.
Bandera de ceremonia:
Recordamos que en 1821, el General Güemes, fue herido de muerte en el centro de la ciudad de salta precisamente
en las calles del Belgrano y Balcarce, y luego de diez días de agonía, fallece 17 de junio estoicamente como un
símbolo de nuestro irrenunciable amor a la patria. Nos ponemos de pie para acompañar a la bandera de ceremonia.
Con la música marcial de la marcha de la bandera ya está con nosotros la enseña patria que el general Güemes
defendió hasta la muerte.
Es su abanderado:………………………………………………………….……………………………………, sus
escoltas:…………………………………………………………………………………………………………………ac
ompañados por la docente de …………………………………año:……………………………………………..
Himno nacional:
Los cien gauchos de fuego eran feroz canto de libertad que entonaban las huestes de Güemes. Con fervor de siempre
entonamos las estrofas del Himno Nacional Argentino.
Minuto de silencio:
¡padre salteño! por la espalda herido, huyendo, desangrándote en la oscura senda de Chamical no quiero verte.
Sino aquí, ya de vuelta del olvido, viva plasmada en bronce tu figura con que tu gloria triunfa de la muerte.
Hacemos un minuto de silencio en honor a nuestro héroe gaucho y por los caídos en defensa de nuestra frontera.
Conocedor de todos los rincones de su tierra, un hábil jinete, valiente y hasta la temeridad. Con una cautivante
personalidad que imponía respecto y despertaba admiración.
Fue antes que nada un caudillo. Pero un caudillo como lo define el etimología de la palabra: cabeza promotora y
pensante de sus adeptos. Que renunciaría a todo por ellos. Por sus ideales, por su patria.
Su ideal mayor, la libertad, mensaje totalmente comprendido por su pueblo, que también anhelaba la Independencia,
palabras que simbolizan el sentir de un pueblo valeroso insobornable, que jamás claudicaría.
El general Martin miguel de Güemes encontramos al arquetipo de caudillo, padre, y amigo. Porque además de ser un
soldado de agallas que pudo frenar las acometidas realistas en el norte a lo largo de diez años de combate.
También encontramos en la personalidad de Güemes al padre solicito, que aun renunciando a la vida familiar que por
su condición de hacendado podía llevar, nunca dejó de lado el rol que debía cumplir.
Amigo hasta la muerte, porque lo último momento de su vida no abandonó a ninguno de sus camaradas, aunque esto
le valiera una herida, herido de muerte. Bien pudo ocultarse y dejar que los realistas cargarán contra sus gauchos,
pero no primero estuvo la lealtad con los suyos y es por ello que en la noche del siete de junio de 1821 es
sorprendido y herido en el centro mismo de nuestra salta.
Una partida realista en la a la ciudad, hay un tiroteo por la noche y Güemes recibe dos tiros por la espalda.
A caballos llega a su campamento del Chamical, casi al amanecer.
Aun sabiéndose pronto a morir no acepta el ofrecimiento del Comandante español, es más hace jurar a sus
lugartenientes, gaucho como el que no dejarán de luchar hasta que la independencia esté asegurada.
Esta es la más grande enseñanza que nos deja Martin Miguel de Güemes: jamás claudicar, camas de ser sobornarnos
por los intereses, dejarlo todo por la patria, hasta la muerte.
¡qué gran ejemplo para nuestros dirigentes de hoy! ¡qué pesado herencia, y pocos grasa de justificar!
En la persona de Güemes la palabra gaucho, mejor dicho el significado de la palabra como se revaloriza cargando en
ella todas las aceptaciones altruistas en su máxima expresión.
Es por ello que querido niños sintamos nos orgullosos de que por cualquier circunstancia no llame el gaucho, pero
cuidado, el legado muy grande y debemos honrado.
Números alusivos:
Despedida
Fue un ejemplo para la posteridad, porque desde su renunciamiento nos muestra su compromiso con la
patria, que es su compromiso con el bien común, así damos por finalizado este sencillo acto en homenaje a
Martin Miguel de Güemes.
Palabras alusivas
Paso a la Inmortalidad del General don Martín Miguel de Güemes
Un retrato humano, histórico, político y militar de la figura más trascendente de la provincia de Salta y del noroeste
argentino: Martín Miguel de Güemes. Desde su nacimiento -en 1785- hasta su temprana muerte, la vida de este líder en el
marco de las luchas por la independencia de nuestro continente. La permanente defensa de Güemes en el noroeste
argentino contra las invasiones españolas, entre 1814 y 1821; su indisoluble relación con el plan sanmartiniano; y la
guerra de recursos.
● El hijo de Salta
● La Guerra Gaucha
● La tierra en armas
● Salta se desangra
En efecto, en aquel año de 1816, el hecho de que Güemes, pese a sus diferencias con Buenos Aires, no cortara sus vínculos con
las Provincias Unidas, del modo en que lo hizo Artigas, fue clave para que el Congreso de Tucumán pudiera realizarse y
romper definitivamente las cadenas con España, paso decisivo hacia la creación de una Nación soberana.
En todo ese período, el accionar del gobernador de Salta al frente de sus legendarios gauchos constituyó una barrera defensiva
vital para los patriotas, conteniendo a los españoles en la frontera norte, muy cerca de donde sesionaba el Congreso.
Es indudable entonces que los salteños tienen derecho a pedir que la memoria de Güemes sea especialmente honrada en este
Bicentenario de nuestra Independencia, junto a la de otros artífices de ese acontecimiento. Pero es dudoso que un feriado -de
fines tan recreativos que hacen olvidar los fundamentos- sea el mejor camino para recordar la extraordinaria trayectoria
de Martín Miguel de Güemes y las hazañas que protagonizó juntos a sus gauchos.
La historia
Martín Miguel de Güemes nació el 5 de febrero de 1785, en la ciudad de Salta, de padre español y madre criolla. Con apenas 14
años, en 1799, empezó la carrera militar enrolándose en la 6ª Compañía del Tercer Batallón del Regimiento Fijo con asiento en
Salta.
Cuando en junio de 1806 se produce la primera invasión inglesa, el regimiento en el que Güemes servía como cadete es
convocado para auxiliar a Buenos Aires. Llegó a ser ayudante de Santiago de Liniers quien en 1807 lo nombró teniente de su
escolta de granaderos. Pero al año siguiente, la muerte de su padre, obligó a Güemes a regresar a Salta.
Adhirió a la Revolución desde sus inicios. Y en los primeros años se desempeñó en el Alto Perú en acciones destinadas a
interceptar las comunicaciones enemigas. Por diferencias con Juan José Castelli, regresa nuevamente a Salta.
En 1811, le tocará proteger la retirada de Juan Martín de Pueyrredón, luego de la derrota de Huaqui. Tras un período en Buenos
Aires y Montevideo –participa del sitio a esa ciudad hasta fines de 1813 y es ascendido a teniente coronel, vuelve a Salta y es
entonces que inicia la formación de milicias gauchas en el marco de su plan defensivo de guerra de guerrillas, que lo hará
pasar a la historia. Un idea sagaz, no siempre bien vista por Buenos Aires, más proclive al centralismo del mando. Pero el modelo
de Güemes se adaptaba mejor a la realidad y a las necesidades del momento ya que permitía que cualquier poblador se alzara en
armas y asumiera los costos del esfuerzo de guerra.
En 1814, con su ejército campesino, Güemes detiene el avance del general realista Ramírez de Orozco, que había ocupado
Jujuy, y lo fuerza a retroceder al Alto Perú.
Por su condición de hijo de una familia acaudalada y de prosapia, a Güemes no le costó ser aceptado por la elite local como jefe y
acceder a posiciones de poder. Y en 1815 es elegido gobernador de Salta.
Como general, creó el célebre Regimiento conocido como "Los Infernales", con el uniforme rojo que pasó a la historia y quedó
asociado a su nombre. Los Infernales adquirieron pronto fama y fueron admirados incluso por el enemigo en virtud de su destreza
como jinetes, su velocidad de ataque y su gran capacidad para la emboscada y la retirada.
Estos gauchos de Güemes rindieron su mejor servicio a la Patria cuando, a partir de 1815, derrotados ya los últimos intentos del
Ejército del Norte de vencer a los realistas, y con una situación internacional muy desfavorable –Fernando VII había vuelto al trono
y la derrota napoleónica le permitía concentrarse en recuperar sus dominios ultramarinos-, la guerra de guerrillas salteña impidió
el avance realista, dio tiempo a las Provincias Unidas para declarar la Independencia y a José de San Martín para preparar
y realizar la Campaña de los Andes.
Entre 1812 y 1821, la frontera norte sufrió nueve invasiones realistas. Las últimas seis fueron rechazadas por las milicias de
Güemes. Cuando en 1816, se produce la muy temida invasión realista, las tropas españoles no podrán ir más allá de Jujuy.
El plan de San Martín era que, una vez que él iniciara el avance por mar hacia Lima, Güemes lanzara finalmente una ofensiva
sobre el Alto Perú. En la organización de esa expedición ocupó el jefe salteño los últimos meses de su vida. El Directorio lo había
reconocido como jefe del Ejército de Observación pero no había respondido a su solicitud de respaldo financiero y
logístico.
Los primeros meses de 1821 fueron difíciles: enfrentado al gobernador de Tucumán, sufre además una rebelión interna en su
propia provincia en reacción por la fuerte presión impositiva a que la había sometido para financiar la guerra, y el cabildo de Salta lo
depone. Esto es aprovechado por los españoles que apoyarán a sus adversarios internos.
Güemes recupera el poder en mayo, pero los españoles sitian Salta y el gobernador es herido cuando atraviesa ese cerco.
Muere el 17 de junio de 1821, como consecuencia de esas heridas, en Cañada de la Horqueta, cuidado por sus gauchos. Está
sepultado en la Catedral de Salta.
"A nada temo –decía-, porque he jurado defender la Independencia de América, y sellarla con mi sangre. Todos estamos
dispuestos a morir primero, que sufrir por segunda vez una dominación odiosa, tiránica y execrable."