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Universidad Técnica de Machala

Facultad de Ciencias Agropecuarias


Estudiante: Pamela Pérez.
Fecha: 8 de noviembre de 2021.
Asignatura: Calidad de suelo en la acuicultura.
 Lodo y sedimentos en acuicultura.

El sedimento hace parte integral de la actividad piscícola y se define como la capa


superficial del fondo del estanque o de la laguna de oxidación que se forma por la
sedimentación de sólidos en suspensión, nutrientes y partículas del suelo que están en
contacto con el agua. Se calcula que el 5% en peso del alimento dado a los peces no es
ingerido y que un 15% del alimento suministrado se convierte en heces, lo que permite
estimar que un 20% del alimento ofrecido en los cultivos se transforma en sedimento.

A nivel ambiental toda explotación de peces debe disponer de un área para la recolección
de los sedimentos que genera, en donde se almacenen por intervalos de tiempo variables, de
manera que permita y facilite los procesos normales de degradación orgánica. En el país,
las Corporaciones Autónomas Regionales no disponen de manuales de manejo en este
sentido y su control se basa solamente en constatar la existencia de tales lagunas de
sedimentación. La investigación nacional referente al tema es escasa, pudiéndose citar el
análisis de sedimentos de estaques piscícolas realizado por la Universidad de los Llanos
(2009), donde se caracteriza la concentración de materia orgánica, pH, macronutrientes y
micronutrientes en dos granjas localizadas en Villanueva (Casanare) y Lejanías (Meta),
dedicadas al cultivo de cachama blanca.

Los análisis revelaron diferencias entre las fincas para los valores de pH, fósforo, calcio,
cobre, hierro, zinc, boro y azufre. Se puede decir que los lodos provenientes de piscicultura
poseen un alto contenido de materia orgánica y nitrógeno, lo que mejora las condiciones del
suelo en relación con la fertilización y la promoción de actividad microbiana; las
concentraciones de metales pesados en lodos no sobrepasan los límites establecidos. Se
podrían aplicar en suelos degradados, preservando y mejorando sus características, evitando
su deterioro.
En el cultivo de peces, la interface agua - sedimento es altamente dinámica (cambios
súbitos a nivel bioquímico). El agua con su oxígeno y el Ph que ronda en el entorno –
húmedo – son ambos los responsables del zoológico de posibilidades de transformaciones
químicas que puede florecer al cambio de la temperatura y/o a la intensidad de los rayos
solares.

Por eso es necesario tener una sana política de trabajo en el retiro de los sedimentos (lodos
– fango), de los espejos de agua después de la recolección de la cosecha de peces. La
estrategia es evitar esta clase de inestabilidades sistémicas que afectan con determinación el
normal desarrollo y crecimiento de los peces.

Los mantos de lodo, más allá de ser simples sedimentos, son organismos fermentados en
procesos de descomposición que en su transformación bioquímica pueden producir toda
clase de gases tóxicos, sulfatos (sales) y ácidos que afectan la salud de los peces.; sin contar
el estrés ambiental que genera estas condiciones de inestabilidad.

-El primer afectado es la calidad del oxígeno disuelto

-El carbono (c) puede unirse a 4 hidrógenos para formar metano (ch4), a hidrógeno y
oxígeno para formar ácido carbónico (h2co3), a oxígeno para formar dióxido de carbono
(co2). Estos compuestos formados son gases que afectan el medio ambiente Acuático y la
producción piscícola; el metano resulta tóxico y los otros compuestos son responsables de
la acidificación del medio.
-El nitrógeno se une a 4 hidrógenos y forma el amoniaco (nh4), este a su vez puede perder
un hidrógeno y formar amonio (nh3), o puede unirse al oxígeno para formar nitrito (no2) o
nitrato (no3). El amonio y el nitrito son compuestos tóxicos para los peces de cultivo.

-El azufre (s), se une al hidrógeno para formar sulfuro de hidrógeno (h2s), gas incoloro con
olor fétido y más tóxico que el monóxido de carbono (co) en los sistemas acuáticos. Al
unirse al oxígeno e hidrógeno formará ácido sulfúrico (h2so4) que acidifica el medio. Estas
son tan solo algunas reacciones que ocurren en la columna de agua, en el sedimento y en la
interface, pues la expresión de la actividad de todo ecosistema acuático es dinámica y sus
reacciones dependen de los componentes del suelo y del manejo que se brinde al cuerpo de
agua.

 Factores ambientales principales.

El clima. El clima es uno de los factores que influyen de manera directa sobre la formación
del suelo, pues condiciona la velocidad de meteorización de la roca madre. Los elementos
más importantes del clima en la formación de suelo son la temperatura y la precipitación.
Estos dos parámetros del clima afectan la tasa de meteorización química y el crecimiento de
las poblaciones de organismos, así como la velocidad de descomposición de la materia
orgánica. Por una parte, el agua es el solvente y medio para todas las reacciones y procesos
del suelo, mientras que la temperatura determina la tasa de reacciones químicas y la
intensidad de la actividad biológica. Biota. La biota está representada por los organismos
vivos. Por su actividad biológica, los organismos que integran la fauna del suelo tienen un
rol fundamental en  la fragmentación, transformación y translocación de materiales
orgánicos del suelo. En cambio, las raíces de la vegetación participan activamente para la
formación del suelo, ya que son capaces de crecer dentro de las grietas y fisuras de las
rocas, acelerando la meteorización. Las plantas contribuyen a la meteorización química
debido a que producen ácidos orgánicos y dióxido de carbono, que son compuestos que
aceleran el proceso de descomposición de los minerales y la liberación de nutrientes
requeridos por las plantas. Por otra parte, la vegetación crea microclimas por: reducir la
velocidad del viento, formar un área de sombreado de la superficie del suelo. También, los
musgos y líquenes que crecen sobre las superficies de rocas contribuyen al proceso de
meteorización del material parental. El relieve. La forma de la superficie de la tierra
desempeña un papel fundamental en la formación del suelo. El relieve influye en la
distribución del agua recibida por medio de la precipitación, por lo que afecta directamente
el proceso de la erosión hídrica. Como regla general, las superficies elevadas con relieves
inclinados o convexos pierden más agua por escorrentía, arrastrando sedimentos, por lo que
los suelos son más someros. En cambio, las superficies más bajas que son cóncavos o
depresivos reciben agua extra y sedimentos, por lo que el desarrollo de los suelos es más
profundo. Además, en el hemisferio norte las laderas con orientación sur reciben más
radiación solar que las de orientación norte, por lo que las laderas al sur son más cálidos y
menos húmedos. Tal vez las diferencias entre las temperaturas sean de apenas 2 grados y de
humedad sea mínima, sin embargo, los efectos con el tiempo se maximizan, formando
suelos con un contenido de materia orgánica más elevada en las laderas del norte. La roca
madre. Los suelos se derivan principalmente de las rocas, por lo que se le denomina
material parental. Estos materiales definen en gran parte el color, la composición, la textura
y la estructura de los suelos. Sin embargo, un mismo tipo de roca puede dar lugar a suelos
con distintas características, dependiendo las condiciones del medio en el que evolucione.
El material parental incide sobre la fertilidad del suelo en muchas maneras. En primer
lugar, el tipo de material parental determina los minerales que predominan en el suelo. En
segundo lugar, el material parental es la principal fuente de los nutrientes que se liberan en
la solución del suelo, que posteriormente pueden ser absorbidos por plantas, otros
organismos o lixiviados. La formación del suelo es un proceso constante que involucra la
interacción entre el material parental, la biota, el clima, el relieve y el tiempo.  El suelo es
un recurso no renovable a corto plazo, debido a que para la formación de 1 cm de suelo
tienen que pasar cientos o miles de años.
 Suelos formados a partir de un material de partida local: suelos residuales.

Formados a partir de un material de partida local, se encuentran por lo general en las


colinas y se extienden hasta sus estribaciones, a lo largo de las lindes de los valles. Los
suelos residuales no suelen encontrarse en amplias superficies Ilanas, sino en zonas ya
suavemente inclinadas, ya bastante escarpadas. La presencia de roca sólida o de material
rocoso parcialmente descompuesto debajo del subsuelo indica que el suelo residual se
formó en el lugar.

 Suelos formados a partir del material de partida transportado: suelos


sedimentos.

Se forman a partir del material de partida transportado, las partículas que componen los
suelos sedimentarios pueden haber sido transportadas por el viento o por el agua. Si las
partículas han sido transportadas por el viento, el suelo se forma a partir del loess, que suele
ser la mejor capa vegetal agrícola que arrastra el viento desde otras zonas. Se encuentra con
frecuencia en terrenos de topografía fuertemente ondulada o colinada. Por lo regular el
loess es bastante fértil y contiene una buena cantidad de materia orgánica hasta grandes
profundidades. Si las partículas han sido transportadas por el agua, el suelo se forma a
partir del aluvión y el suelo sedimentario que se produce es un suelo aluvial. Los suelos
pueden ser transportados por aguas en movimiento como la de lluvia, la de los ríos o de las
marismas. La sedimentación puede ocurrir en aguas acumuladas como en los lagos, los
pantanos o el mar. El agua puede ser dulce o salina (interiores, costeras o de estuario). El
transporte puede haber ocurrido hace mucho tiempo o estar ocurriendo hoy.

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