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1. DEFINICION
En el presente artículo se trata de explicar cuáles son los principales factores y procesos
responsables de la pedogénesis.
Los factores de formación de suelos son agentes o fuerzas que interactúan para generar
procesos, transformaciones o modificaciones en los materiales que dan origen a los
suelos.
En la literatura científica mundial se ha establecido que son cinco los principales factores
responsables de la pedogénesis, el orden de importancia de estos cinco factores, según
su mayor o menor influencia en los mecanismos de la formación de los suelos, no es
fácilmente determinada, varia de acuerdo a las características del factor y a las
condiciones del sitio donde se encuentre.
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o antiguos, gruesos o delgados, según como haya sido la dinámica eólica o fluvial durante
el deposito y la relación con las emisiones volcánicas de los piroclastos.
Hay que tener en cuenta igualmente, que el tipo y tamaño de los materiales que forman
los suelos, dependen también del origen y caudal de las corrientes de agua que
remueven, acarrean y depositan estos materiales. De la misma manera, los sedimentos y
aluviones depositados en alguna época, en un sitio determinado, es posible que hayan
sido retomados, removidos, retransportados y redepositados posteriormente en otros
lugares, debido a los cambios en la dinámica fluvial.
El material parental fue considerado por los primeros edafólogos como el factor mas
determinante en la formación de los suelos; de hecho, los primeras clasificaciones de
suelos se fundamentaron en las características y composición del material geológico.
Cualquier roca consolidada bien sea ígnea, metamórfica o sedimentaria puede dar origen
a un suelo, la velocidad de intemperización o desintegración de las rocas depende
fundamentalmente de su composición mineralógica; los minerales blandos se alteran
fácilmente liberando los elementos que dan origen a los suelos, los minerales duros
resisten más la acción de los factores activos.
El cuarzo es el mineral constitutivo de las rocas que más resiste al proceso intempérico.
Desde el punto de vista pedológico es importante tener en cuenta el contenido de cuarzo
en las rocas; la cantidad de este elemento presente en una roca permite establecer una
clasificación, las rocas ricas en cuarzo se denominan ácidas, las de poco cuarzo se
denominan básicas.
Las principales rocas ácidas son, el granito, la granodiorita y las tonalitas, contienen
generalmente más del 25% de cuarzo y a veces hasta el 50%.
Los suelos formados a partir de estas rocas tienden a ser permeables y friables,
generalmente ácidos, con bajos contenidos de bases y baja reserva de nutrientes
minerales; los colores predominantes en ellos son amarillos o pardo amarillentos debido al
bajo contenido de hierro en las rocas originales; además, la mineralogía de las arcillas en
estos suelos tiende a ser caolinitica en los climas más cálidos y húmedos y
montmorillonítica, vermiculítica o illítica en los climas fríos y áridos.
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Las principales rocas básicas son los gabros, las diabasas y los basaltos, tienen
generalmente colores oscuros, en su constitución mineralógica no existe abundante
cuarzo, predominan los feldespatos y los olivinos.
Las rocas básicas son ricas en minerales de hierro y magnesio con feldespastos de
calcio, que se descomponen con rapidez, produciendo una cantidad elevada de arcilla e
hierro libre.
Las cenizas volcánicas son materiales minerales muy importantes en el origen de los
suelos, su contenido y distribución en el mundo son muy significativos, y los suelos
derivados de ellas son muy variados y extensos.
Las cenizas volcánicas se componen de fragmentos de vidrio volcánico, feldespatos
fácilmente intemperizables y minerales ferromagnésicos, con cantidades variables de
cuarzo. La mayoría de las cenizas volcánicas son andesíticas, moderadamente básicas
en su composición, sobre todo las existentes en la cercanía a la Cuenca del Pacifico.
Las cenizas volcánicas dan propiedades bastante definidas a los suelos que originan a lo
largo de una amplia gama de condiciones climáticas, la principal característica que
heredan los suelos de la cuenca volcánica es la presencia de “alofana”, un silicato de
aluminio amorfo que imprime a los suelos condiciones especiales como las siguientes:
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La densidad aparente es muy baja debido fundamentalmente a la abundancia de
poros, por lo que presentan una sensación de esponja.
La abundante porosidad les permite una alta capacidad de retención de humedad.
Los agregados estructurales son muy débiles.
Carecen casi totalmente de adhesividad y plasticidad cuando el material está
húmedo, en ocasiones se deshidratan irreversiblemente.
Presentan alta capacidad de intercambio catiónico.
No se dispersan con facilidad, por lo que la determinación de la textura en el
laboratorio se hace muy difícil.
2.2. EL CLIMA.
Las dos características del clima que se miden con mayor frecuencia y que más se han
correlacionado con la formación de los suelos son las precipitación y la temperatura. Es
bien conocida la importancia del agua bajo cualesquiera de sus manifestaciones: agua
lluvia, agua freática, humedad relativa, etc., y de la temperatura, como factores climáticos
en la formación de los suelos.
El clima no solo influye en la formación de los suelos por el control de algunas de las
reacciones químicas y físicas que se suceden en el proceso evolutivo, sino porque sirve
de controlador y modificador del factor orgánico y aún del factor relieve, puesto que actúa
directamente en la evolución de las formas de la superficie terrestre. Además, el clima no
es un factor muy estable, puede sufrir cambios severos en años equivalentes a la edad de
algunos suelos.
El viento es otro componente del clima que tiene influencia directa e indirecta en el estado
y en la evolución de los suelos. El viento como el agua es un agente importante de
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transporte, acarrea materiales que pueden estar evolucionando en un sitio determinado y
participando en una determinada reacción, hacia otros sitios a donde pueden llegar a
modificar o cambiar una segunda reacción que se está dando en ese nuevo lugar.
La vegetación superior o sea los árboles, arbustos, hierbas y pastos aportan gran
cantidad de residuos orgánicos con diferentes composición, los cuales al descomponerse
liberan sustancias y elementos variados que generan reacciones en el suelo o modifican
las que se están sucediendo. Es bien sabido que los tejidos vegetales se diferencian entre
sí por su variada composición y por su amplio índice de descomposición, lo cual genera
una cadena más o menos larga de reacciones y una secuencia amplia de liberación de
elementos.
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(roedores, hormigas, ácaros y muchos otros insectos, además de hongos y bacterias) la
cual encuentra el medio propicio para su alimentación y vivienda.
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características de los suelos están íntimamente ligadas a las condiciones de relieve y
pendiente; así por ejemplo:
Profundidad del suelo; en áreas estables y planas los suelos tienden a ser mas
profundos.
Espesor y diferenciación de los horizontes; los procesos pedogenéticos evolucionan
a mayor profundidad en las áreas estables y bien drenadas, lo cual permite la
diferenciación de horizontes genéticos.
Contenido y estado de la materia orgánica; en las áreas planas y secas la materia
orgánica se descompone fácilmente, en las planas y húmedas se acumula.
Contenido de humedad en el perfil; en las zonas pendientes y escarpadas el
drenaje interno se facilita, en las zonas planas el movimiento del agua dentro del
perfil es más lento.
Colores en el perfil; el desarrollo de colores se produce mejor en áreas pendientes.
Reacción del suelo; en áreas planas hay acumulación de cationes y bajo contenido
de iones hidrógeno, se presenta pH alto; en las zonas pendientes y escarpadas se
favorece el lavado de sales solubles, la concentración de hidrógenos aumenta y el
pH disminuye.
La reacción mas evidente entre las propiedades de un suelo y las condiciones de relieve,
se dan en las zonas planas y húmedas; en estas áreas no existe erosión, por lo tanto la
pedogénesis no se interrumpe; el movimiento del agua a través del perfil se produce en
forma vertical, lo cual permite que los procesos pedogenéticos evolucionen en un mismo
cuerpo del suelo.
Al relacionar el relieve con el factor clima, se encuentra influencia directa, el relieve influye
en las fuerzas que determinan los cambios climáticos, los cambios morfológicos y las
diferencias de altura, modifican la distribuyan de las lluvias, gobiernan los cambios de
temperatura, determinan en parte la distribución y clase de vegetación, influye en el
movimiento del agua dentro del perfil e influye también en la fuerza y dirección de los
vientos.
Si establecemos relación entre el relieve y los seres vivos que intervienen en la evolución
de los suelos, encontramos interdependencias muy directas; la acumulación de la materia
orgánica e índice de descomposición de la misma dependen en gran parte del factor
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relieve.
También se puede establecer relación entre relieve y el material parental, de ella podemos
establecer interrelaciones muy claras. Un material parental blando e inestable, puede
degradarse fácilmente, con lo cual se modifican las formas del relieve. A su vez las
condiciones de relieve determinan los tipos y los grados de erosión superficial, este
proceso renueva la superficie y modifica las procesos pedogenéticos. Es claro también
que las formas del relieve dependen del tipo de material geológico; la composición y
resistencia del mismo determina la elevación y la estabilidad de las formas del relieve e
indirectamente la continuidad de las reacciones pedogenéticas.
El tiempo ha sido considerado como un factor relativo dentro de la génesis de los suelos;
en el proceso pedogénetico el tiempo cero es el momento en que se completa un proceso
catastrófico, lo cual da comienzo a un nuevo ciclo de desarrollo del suelo. Una catástrofe
se puede definir como el cambio repentino en la superficie de un terreno o en el nivel
freático ocasionado por un proceso geológico, como un levantamiento o una inclinación
de una masa litosférica; puede ser el cambio rápido de una ladera, debido a la erosión
geológica o a la erosión antrópica. La catástrofe también puede ocasionar cambios
repentinos en la vegetación, o en el clima de una región. Un cambio en el material inicial
de un suelo, puede ocurrir por un deposito considerable de sedimentos ( loess, ceniza
volcánica, materiales aluviales, sedimentos coluviales), aluviales, coluviales o eolicos.
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3.1 Ganancias. Incluye todas las adiciones o llegada de materiales al suelo, bien sean
líquidas, sólidas o gaseosas.
3.2 Perdidas. Incluye todos los procesos mediante los cuales el suelo pierde parte de
los materiales constitutivos, bien sea de la superficie o de cualquiera de sus
horizontes.
Cada uno de los procesos fundamentales incluye una serie de procesos específicos, los
cuáles describimos a continuación.
3.3.1. Eluviación. Salida y movimiento de materiales de un sitio del perfil hacia otro;
mediante este proceso se pueden formar los horizontes álbicos.
3.3.2 Iluviación. Llegada de materiales de una parte del perfil a otra, es un proceso
consecuente del anterior; mediante éste se pueden formar los horizontes espódicos y
argílicos.
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3.3.4 Calcificación. Llegada y acumulación de carbonato de calcio en un horizonte
subsuperficial del perfil, mediante el cual se forma el horizonte cálcico, y
consecuencialmente el petrocálcico.
3.3.11 Laterización. Consiste en la migración química del silicio fuera del suelo, lo cual
genera la concentración residual de sesquióxidos; este proceso genera la formación de
horizontes óxicos; ocasionalmente se cementa formando lateritas y plintitas.
3.4.5 Gleyzación: Consiste en la reducción del hierro, la cual se sucede en ambientes sin
oxigeno (anaeróbicos); este proceso genera en el suelo colores grises, verdosos y a
veces hasta azulosos. En los suelos mal y pobremente drenados son característicos
estos procesos.
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