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ELECTIVA

“CANCIÓN DE LA VIDA PROFUNDA”

LAURA VALENTINA RODRIGUEZ PALACIOS

CODIGO: 202010090237

DOCENTE: PABLO URIBE RICAURTE

CORPORACION UNVERSITARIA REPUBLICANA

SALON B-201

GRUPO: 1-B

ABRIL-2020
POEMA “CANCIÓN DE LA VIDA PROFUNDA”
Hay días en que somos tan que un verso, un trino, un
móviles, tan móviles, monte, un pájaro que cruza,
como las leves briznas al y hasta las propias penas
viento y al azar. nos hacen sonreír.
Tal vez bajo otro cielo la
Gloria nos sonríe.
Y hay días en que somos tan
La vida es clara, undívaga, lúbricos, tan lúbricos,
y abierta como un mar.
que nos depara en vano su
carne la mujer:
Y hay días en que somos tan tras de ceñir un talle y
fértiles, tan fértiles, acariciar un seno,
como en abril el campo, que la redondez de un fruto nos
tiembla de pasión: vuelve a estremecer.
bajo el influjo próvido de
espirituales lluvias,
Y hay días en que somos tan
el alma está brotando lúgubres, tan lúgubres,
florestas de ilusión.
como en las noches lúgubres
el llanto del pinar.
Y hay días en que somos tan El alma gime entonces bajo
sórdidos, tan sórdidos, el dolor del mundo,
como la entraña obscura de y acaso ni Dios mismo nos
oscuro pedernal: puede consolar.
la noche nos sorprende, con
sus profusas lámparas,
Mas hay también ¡Oh Tierra!
en rútiles monedas tasando un día... un día... un
el Bien y el Mal. día...
en que levamos anclas para
jamás volver...
Y hay días en que somos tan
plácidos, tan plácidos... Un día en que discurren
vientos ineluctables
(¡niñez en el crepúsculo!
¡Lagunas de zafir!) ¡un día en que ya nadie nos
puede retener!
COMENTARIO GENERAL.

El hombre es voluble, no es estático y el movimiento y el


sentimiento es algo esencial en él mismo. El movimiento, la
felicidad y las ganas de vivir es algo que no se puede
separar del ser humano. Este es capaz de dar vida desde el
punto de vista físico, espiritual, de crear y hacer que otros
seres humanos lo sientas así.

Pero de la misma forma que damos vida, también la podemos


quitar, hacer sufrir y mostrar lo peor y más monstruoso de
nosotros mismos. El ser humano es capaz de ser feliz con un
gesto, un único acto, una sensación de placer mínima. El ser
humano es sexual y el hombre desea la mujer física y
emocionalmente. Además, la mujer puede dar vida. El ser
humano ama la vida.

Cuando sufrimos y el dolor llega a lo más profundo de nuestro


ser, como la muerte, nuestro sufrimiento es infinito y la fe
se quiebra, se rompe. La vida es algo inherente al ser humano
y la fuerza de la vida sólo termina cuando esta se acaba
definitivamente con la llegada de la muerte.

Estamos ante un poema muy vitalista, con mucha fuerza y que


intenta describir, casi de manera fotográfica, diferentes
puntos de vista con respecto al ser humano. De la misma forma
que el ser humano tiene su parte negativa, destaca sobre
todo lo positivo del mismo. No sólo estamos hablando de la
fuerza de la propia vida, sino también de cómo el ser humano
puede aportar, puede dar a los demás, ser generoso,
conformarse con lo mínimo y, al mismo tiempo ser feliz.

También nos da esa visión del ser humano que sufre, que tiene
sentimientos y que puede sentirse agredido emocionalmente.
Sin embargo, esos momentos se vencen por el propio espíritu
de la persona, que busca siempre el volver a levantarse, al
continuar su camino vital extrayendo lo mejor de la vida.
Las fases de la vida, por las que cada persona pasa, son
pequeños momentos catárticos que hacen que vayamos creciendo
interiormente en todos los aspectos, ya sean culturales,
religiosos, sociales, emocionales, etc. Lo importante es
extraer lo mejor de cada uno de ellos y crear así un camino
propio que nos haga sentir la felicidad, que nos haga
encontrarnos.

SIGNIFICADOS
Sustantivos:
días: Tiempo que emplea la Tierra en dar una vuelta sobre sí
misma, equivalente a 24 horas, y que se utiliza como unidad
de tiempo; se cuenta normalmente desde las doce de la noche
hasta veinticuatro horas después.
Briznas: Filamento o hebra, especialmente de una planta o de
un fruto.
Cielo: Parte de la atmósfera y del espacio exterior vistos
desde la Tierra, en la que están las nubes y en donde se ven
el Sol, la Luna y las estrellas.
Gloria: Oración de la misa católica y de los cristianos
orientales en el oficio de la mañana y que es un himno de
alabanza a Dios.
Mar: Masa de agua salada que cubre aproximadamente las tres
cuartas partes de la superficie terrestre.
Adjetivos:
Leve: Que es ligero o pesa poco.
Tiembla: Moverse o agitarse [una persona o un animal] con
movimientos rápidos, continuos, involuntarios y de poca
amplitud
Plácidos: Que es o está tranquilo, sosegado, y transmite
sensación de paz.
Bien: Conjunto de propiedades o riquezas que pertenecen a
una persona o grupo.
Mal: Idea abstracta de lo que se aparta de lo bueno o justo,
de lo contrario al bien como ley suprema y especialmente
desde el punto de vista moral.
Verbos:
Somos: Seguido de un participio forma la voz pasiva de los
verbos
Sonríe: Mostrarse favorable para alguien [determinada cosa]
Tiembla: Moverse o agitarse [una persona o un animal] con
movimientos rápidos, continuos, involuntarios y de poca
amplitud
Brotando: Nacer o salir [una planta] de la tierra.
Cruza: Pasar perpendicularmente de un lado a otro de una
línea
Significados:
Pedernal: Piedra muy dura formada principalmente por sílice
y que al romperse forma unos bordes muy cortantes.
Sórdidos: Que es miserable o sucio.
Trino: Que contiene en sí tres cosas distintas.
Florestas: Pequeña extensión poblada de árboles diversos.
Influjo: Poder de una persona o cosa para determinar o
alterar la forma de pensar o de actuar de otra u otras.
Biografía:

Porfirio Barba Jacob


(Seudónimo de Miguel Ángel Osorio Benítez; Santa Rosa de
Osos, 1883 - México, 1942) Poeta y periodista colombiano
polémico e influyente, cuya obra suele clasificarse dentro
de un modernismo ecléctico. En su primera juventud fue un
sencillo maestro de escuela rural en Antioquia, donde fundó
la campesina Escuela de la Iniciación. A los 23 años,
habiéndose trasladado de Antioquia a Barranquilla, comenzó
a publicar sus primeros poemas, entre ellos la Parábola del
retorno, muy conocida en Colombia. Después, con algunos
amigos trovadores colombianos, se trasladó a México.

Porfirio Barba Jacob

Comienza así una vida de


incesante recorrido por varios
países de América, siempre
alternando su tarea de
periodista con su vocación de
poeta. Establecido en Monterrey,
fundó en esa ciudad la Revista
Contemporánea y fue jefe de
redacción del periódico El
Espectador. Por sus ataques al
régimen de Porfirio Díaz pasó
seis meses en la cárcel, de la
cual fue sacado por los
revolucionarios. Posteriormente colaboró en México capital
con El imparcial y El independiente, así como en la revista
El Porvenir. De México se vio obligado a huir al publicar el
reportaje periodístico titulado "El combate de la ciudadela
narrado por un extranjero", que relata los sucesos que
siguieron al asesinato del ex presidente Francisco Madero.
Pasó entonces a Guatemala en 1914, donde dejó honda huella
literaria. Ese año su amigo el poeta y cuentista guatemalteco
Rafael Arévalo escribió su mejor cuento, titulado El hombre
que parecía un caballo, relato que se refiere a Barba-Jacob
y que, al mismo tiempo que dio notoriedad al autor, señaló
el inicio del forjamiento de la leyenda del poeta colombiano.
También de Guatemala tuvo que huir, dejando a medio publicar
su obra Tierras de Canaán.
En 1915 viaja por segunda vez a Cuba (ya había visitado la
isla en su primer viaje hacia México), donde compone sus
poemas Canción innominada, Elegía de
septiembre, Lamentación de octubre, Soberbia y Canción de la
vida profunda, que es su poema más célebre. Tras pasar
algunos meses en Nueva York, se trasladó a Honduras, donde
fundó el diario Ideas y Noticias en un pueblito del norte,
La Ceiba. De Honduras pasó a El Salvador el 7 de junio de
1917, día en que ocurrió el terremoto que destruyó la ciudad.
Porfirio Barba Jacob escribió como homenaje su folleto El
terremoto de San Salvador, narración de un sobreviviente.
Regresado a Monterrey, fundó el periódico El Porvenir, que
llegaría a convertirse en un gran diario del norte de México.
En 1920 se encontraba de nuevo en México capital, escribiendo
crónicas espantosas y sensacionalistas, como la serie de
cinco reportajes titulada Los fenómenos espíritas en el
palacio de la Nunciatura. Los relatos se desarrollaban en el
palacio que había sido destinado para residencia del Nuncio.
El gobierno prohibió la entrada del representante papal, por
lo cual el edificio quedó vacío y se convirtió más bien en
sede de las orgías del poeta colombiano, quien, entre otros
excesos y extravagancias, se dedicaba por aquel entonces al
consumo y exaltación de la marihuana. En esta época escribió
poemas como "El son del viento", "Balada de la loca alegría",
"Canción de la soledad" y otros.
Durante el año 1921 dirigió la Biblioteca Pública del Estado
de Jalisco, adonde fue a visitarlo el escritor español Ramón
del Valle-Inclán. Tuvo que dejar ese cargo debido a sus
escándalos. El año siguiente fue expulsado igualmente de
México a causa de las diatribas lanzadas contra el gobierno
de turno. Volvió de nuevo a Guatemala, y logró hacer del
periódico El Imparcial el más importante de toda
Centroamérica. Viéndose expulsado de este país y luego
también de El Salvador, se disfrazó de cura y se dedicó a la
predicación a lo largo de las plantaciones bananeras de
Honduras.
En 1925 regresó por tercera vez a Cuba, donde simpatizó con
los fundadores del partido comunista, pero un año más tarde
estaba dirigiendo el periódico La Prensa de Lima. Caído en
desgracia ante el gobierno de Perú, después de vagar largo
tiempo en ambientes de miseria, el embajador de Colombia lo
repatrió a su país. Habían transcurrido 20 años desde su
salida. Durante tres años recorrió diversos pueblos y
ciudades de Colombia dando recitales de sus poemas. También
se desempeñó como jefe de redacción de El Espectador de
Bogotá. Más tarde viajó de nuevo a Cuba, donde se encontró
con el poeta español Federico García Lorca.

Finalmente, en 1930 se le abrieron de nuevo las puertas de


México, y allí publicó durante varios años, en el periódico
Excélsior, su columna "Perifonemas", en una prosa magistral,
no igualada por ningún otro periodista contemporáneo de
América. Lastimosamente, sus artículos no han sido recogidos
en un volumen. Por otra parte, el propio Barba Jacob no
estimaba mucho su producción, dado que entendía su profesión
de periodista como una mera forma de ganarse la vida. Nunca
se preocupó de publicar sus propios versos, pues jamás se
sentía satisfecho con sus escritos, sino que los pulía
continuamente, pero sus poemas aparecieron en las más
prestigiosas revistas del continente.

Todavía en vida del poeta, sus amigos le publicaron tres


recopilaciones: Rosas negras (1932, en
Guatemala), Canciones y elegías (1933, en México) y La
canción de la vida profunda y otros poemas (1937, en
Manizales). Una cuarta recopilación fue publicada
póstumamente en una imprenta oficial, con el título Poemas
intemporales (1944). Murió en Ciudad de México consumido por
la marihuana, el alcohol, la tuberculosis y la miseria.
El conjunto de su obra muestra un estilo modernista
anacrónico, lleno de palabras altisonantes, pero con un ritmo
emocionado, angustioso, sincero y pasional. Influido
por Baudelaire, tiene más vida interior que imaginación, y
temperamento más romántico que modernista; se acerca unas
veces a la belleza formal de Rubén Darío, a la delicadeza
de Amado Nervo, al vigor de José Santos Chocano y al sentido
trágico de José Asunción Silva, en una agitación lírica menos
irregular que su vida misma; fue indudablemente un gran
poeta.
FUENTE:

 https://www.biografiasyvidas.com/biografia/b/barba_jac
ob_porfirio.htm

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