Integrantes: María Jimena Gómez, 39.606.388 Milagros Sampayo, 34.044.753 Erika Irahola, 38.212.858 Marcelo Cobo, 29.587.332 Carolina Sol Crespo, 42.705.815
1) En razón a que las potestades ambientales regulatorias vinculadas con
materias interjurisdiccionales que -como las referentes a las telecomunicaciones, en virtud de su especialidad técnica- se encuentran reservadas a la competencia federal, podemos inferir que, en la situación planteada el municipio de Jesús María no posee autonomía para dictar normas vinculadas a la materia. Ya que el art 41 CN dice que las leyes de presupuestos mínimos de protección del medioambiente son competencia del Congreso Nacional, pudiendo las provincias reglamentarlas o complementarlas estableciendo criterios más estrictos, siempre y cuando no alteren “el piso" de la ley nacional. Es por ello que, la situación planteada debe ser declarada inconstitucional en virtud de lo dispuesto por el incs.13 del artículo 75, dado que incluye una intromisión en aspectos regulatorios que son propios de la competencia de las autoridades federales en la materia. La Ordenanza en cuestión viola el principio de supremacía nacional establecido en el artículo 31 de la Constitución Nacional, ya que el poder de policía reconocido a las municipalidades para legislar sobre cuestiones ambientales lo habilita únicamente en los casos en que las mismas no interfieran en las materias y finalidades desarrolladas a nivel federal. Según lo estipula el art. 42 de la Constitución Nacional, a través de la legislación se establecerán los marcos regulatorios de los servicios públicos de competencia nacional, de lo que se puede concluir que la reglamentación del servicio telefónico es facultad delegada por las provincias a la Nación, estando por ello vedado a aquellas ejercer. El Federalismo supone centros diferentes de autoridad, hay división en el ejercicio del poder dentro de un estado sin subordinación de uno a otras, hay coordinación y cooperación. Se ocupa de la descentralización del poder teniendo en cuenta el territorio. Es una división territorial del poder y no una descentralización política.
2) El municipio si es una descentralización del poder conforme lo prevé la
forma de estado Federal. La reforma constitucional de 1994 en su art.123 plasmó el deber de las provincias de asegurar la autonomía de sus municipios, regular su alcance y contenido en los ámbitos institucional, político, administrativo, económico y financiero. Considerándose, así como entes autónomos y no así autárquicos.
En la doctrina, Frías sostiene que la municipalización de la vida pública
argentina es una de las consecuencias notables de la descentralización, añadiendo que el proceso concierne a lo institucional pero también a la cultura política, para luego advertir que la autonomía municipal se afianzó primero en la doctrina, tardíamente en la jurisprudencia de la CSJN ("Rivademar, Ángela D. B. Martínez Galván de c/ Municipalidad de Rosario", de 21 de marzo de 1989) antes en el ciclo constituyente provincial y luego ha sido coronada por la reforma nacional de 1994.
En el caso concreto podemos encontrar las descentralizaciones de poder tanto
del Estado Federal con la provincia de Córdoba y de ésta con su respectivo municipio (Jesús María). Pese a que en la situación planteada resulta improcedente el actuar de la municipalidad, podemos observar las atribuciones que posee dentro del Poder de Policía que le otorga el Estado Provincial, con la posibilidad de establecer las limitaciones respectivas a la salubridad, cuestiones medioambientales, etc.
3) Las relaciones típicas son:
a) Subordinación, los ordenamientos locales deben ajustarse al ordenamiento
federal.
b) Participación, de cierto espacio a la colaboración de las provincias en decisiones
del gobierno federal, a través de la cámara de senadores.
c) Coordinación, delimita competencia federales y provinciales mediante distribución o
un reparto. En caso de la municipalidad Jesús María, se identifica una relación de subordinación cuando la Constitución Nacional da a cada provincia la regulación de sus intereses y le delega al gobierno federal la potestad de cada provincia. Las provincias y municipios deben ejercer sus competencias sin alterar condiciones materiales, económicos, jurídica o cualquier orden establecido por legislación nacional que posibilitan el cumplimiento de los fines de gobierno federal. Es por ello que se observa en dicho la caso la inconstitucionalidad de la exigencia municipal en donde las antenas instaladas en zonas restringidas debían trasladarse a una distancia no menor que los 500 metros del ejido urbano, en el entendimiento de que la municipalidad había invadido facultades que fueron delegadas por las provincias a la Nación, entrometiéndose en aspectos regulatorios de competencia nacional.