En economía, se entienden las necesidades humanas como la unión entre una
sensación de carencia específica y el deseo de satisfacerla, es decir, como una deficiencia que activamente deseamos subsanar. De acuerdo al abordaje típico de la economía, estas necesidades son infinitas e ilimitadas, es decir, no cesan nunca de reproducirse, mientras que los recursos necesarios para su satisfacción son limitados y finitos, o sea, que se cuenta con un número concreto de ellos. Así, la economía es la ciencia que estudia esta relación imposible y los métodos para tratar de resolverla. Las necesidades humanas se encuentran allí en donde haya un ser humano, independientemente de si se encuentra solo o en grupo, aunque en este último caso, obviamente, las proporciones se incrementan. Su estudio y organización, además, han sido objeto de estudios por parte de la economía, la psicología y otras muchas disciplinas, a partir de las cuales se puede intentar una clasificación:
De acuerdo a su importancia, se pueden distinguir tres tipos de necesidades
humanas:
Primarias o biológicas, las cuales determinan la subsistencia fisiológica
del individuo y su salud inmediata, como alimentarse, dormir, beber agua, abrigarse de los elementos climáticos, etc. Fundamentales o sociales, aquellas que son también elementales para el correcto o completo desarrollo de un individuo saludable, pero que no están determinadas por la biología humana, sino por su forma de socialización, tales como el afecto, la seguridad, la identidad, una vivienda digna, etc. Secundarias o suplementarias, cuando no se trata de necesidades vitales o básicas, sino de las añadidas una vez que las primeras dos están satisfechas, y que por lo tanto varían de una época a otra y de un grupo humano a otro, como son la riqueza, la participación política, la representación legal, la recreación, etc.
Según su carácter social, o sea, de dónde provengan, se pueden clasificar
en:
Necesidades individuales, cuando toman en consideración únicamente al
individuo, o sea, de uno en específico, incluso si ello contradice las necesidades del grupo al que pertenece. Necesidades colectivas, cuando toman en consideración a la totalidad de una colectividad, comunidad o sociedad humanas, incluso si ello contradice las necesidades individuales de alguno de sus miembros.
Según su importancia económica se pueden clasificar en:
Necesidades económicas, cuya satisfacción requiere de un esfuerzo
productivo de parte de la sociedad entera o al menos de parte del individuo, es decir, de actividades económicas. Por ejemplo, para satisfacer nuestro deseo de alimentarnos, es preciso poder adquirir comida que ha sido previamente preparada, para lo cual fue necesario contar con insumos que fueron previamente recolectados, producidos u obtenidos. Necesidades no económicas, cuya satisfacción no implica ningún mecanismo productivo, sino que pueden satisfacerse de otras maneras. Por ejemplo, para respirar sólo necesitamos aire, y para obtener afecto, sólo necesitamos a un ser querido. En ninguno de ambos casos aparece la cadena productiva humana.