La investigación también analiza la relación entre los
adolescentes y los operadores de servicios de salud, educación y protección, a fin de conocer cómo se genera el acercamiento y el vínculo entre ambos grupos.
“Este instrumento facilita la compresión de hábitos, costumbres y
conocimiento de las y los adolescentes respecto a los servicios de atención y brinda elementos suficientes para que todos los actores participen de forma activa y constante en la implementación de estrategias encaminadas a disminuir los índices de violencia en la Ucayali”, precisó Génesis Rojas Santos, Sub Gerenta de la Juventud, Poblaciones Vulnerables y Proyectos Sociales del Gobierno Regional de Ucayali
Cabe señalar que para el desarrollo del estudio se realizaron 122
entrevistas a servidores públicos de 34 instituciones de educación, salud y protección; y se aplicaron 500 encuestas a adolescentes de 18 colegios de Callería y Masisea.
LA VOZ DE LAS Y LOS ADOLESCENTES
Sobre el acceso a los servicios de apoyo y atención a la violencia,
los adolescentes identificaron como una de las principales barreras, el desconocimiento de los servicios, la actitud crítica de las autoridades y la mirada estereotipada de padres, autoridades y funcionarios hacia ellos.
Otro hallazgo importante es la valoración que las chicas y chicos
tienen del buen trato, ya que consideran como características principales del operador de servicio público, amabilidad, atención, alegría, empatía, comprensión y que brinde seguridad. Sobre el perfil del docente, las y los adolescentes consideraron que debe brindar buen trato, escuchar con respeto, ser comprensivo, brindar confianza y que le guste enseñar y compartir con sus alumnos.
LA MIRADA DE LOS OPERADORES
El estudio recoge además las percepciones de los operadores de
servicios públicos en relación con la problemática de los adolescentes, y explican que ellos deben responder a sus mandatos institucionales, por lo que la atención es limitada y carente de una visión integral del adolescente que permita contribuir con el pleno desarrollo de sus potencialidades.
Frente a esta situación, los servidores públicos consideran que es
necesario fortalecer la relación directa con las y los adolescentes, y reconocen que deben priorizar cualidades como el respeto, la comprensión, la capacidad de asumir retos, la predisposición, la capacidad de escucha y atención, la empatía y el lenguaje asertivo.
Refieren también que es importante conocer la realidad regional y
a los adolescentes en el contexto urbano y el indígena, a fin de comprender sus estilos de vida para el mejoramiento del acceso y la calidad en los servicios de atención.