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Cuando el hombre aprendió a escribir, escribió poesía. Desde entonces le acompaña en todas partes y en las
más variadas circunstancias: en el mar, en la ciudad, o en la montaña en la prisión o en el altar; en los sueños
universales de felicidad a en el dolor, la alegría o la muerte y también en el amor y la esperanza. La poesía misma
es esperanza.
La poesía es un inmensa océano, en sus aguas se reflejan las múltiples facetas de la realidad. Pero no es un
espejo inerte, por el contrario, devuelve embellecidas las imágenes para hacer más alegre este tránsito terrestre e,
incluso, para sobreponerse, para superar a la muerte misma, como quería ese viejo poeta español, cuando
Los hombres que están en este Campamento de Chacabuco no podían permanecer ajenos al llamado de la
poesía. Este Concurso es una clara muestra de ello. Han llegado 41 poemas originales. Y como en toda poesía
auténtica, en estos trabajos está presente la realidad que viven, que va desde el humilde tarro "choquero", hasta el
Se ha sembrado la primera semilla. Es nuestro el deber de vigilia constante para cuidarla y hacerla florecer en
todo su esplendor.
Después de una minuciosa lectura y análisis, este Jurado seleccionó 10 poemas para ser leídos en este Acto.
Hubiéramos deseado leerlos todos ante ustedes, pero ello no es posible. Los 10 poemas seleccionados, por orden
"Fue anoche"
"Así es el choquero"
Vaya para los autores de los 41 poemas presentados nuestro más cordial y fraternal estímulo y nuestros
deseos de que continúen perseverando y ascendiendo en esta hermosa y fecunda tarea de hacer poesía. Poesía
Nota: Los poemas fueran leídos por Rolando Carrasco y Mario Céspedes el día 31 de enero de 1974 desde las
21 horas. Los Diplomas fueran entregados al domingo siguiente en ceremonia especial. El Comedor servía de
Santiago Cavieres
Santiago Cavieres
Y vuelve al macetero
de madrugada,
feliz de su desvelo
María Eliana
Por si acaso te inquieran
tus tres hermanas
o el chico que te quiera
María Eliana
Navegaríamos...
tomada de mi mano
harías titilar
mi corazón
EL VOLANTIN DESTROZADO
Guillermo Cisternas
Vengan todos,
vengan a nuestra fiesta
y escuchen la mejor música,
aquella que crece desde el fondo de sí mismos
y congregadas las voces suenan como una canción
de un río claro y profundo.
Fue anoche,
allá en el Sur,
entra la última primavera acumulada,
que llegaron tus manos
como un suave golpe de agua.
No hablaste.
Estabas ahí.
El sol, mientras tanto,
proponía a los árboles
su estatura de sombras.
Y en e1 silencio de la luz y de los patios
trataban mis hijos con pasitos de esquina y mariposa.
Y entre su sombra y la mía
volantines transitorios
levantaron hacia el Norte
su vuelo de alambre
desplomando una flor imaginaría.
Jorge Montealegre I.
Compañero inseparable
Del vagabundo aventurero,
eres guitarra y sandalia errante,
caminante humilde
de la senda que el vagabundo recorre
Choquero chacabucano
habitante de la cocina fría,
de la melancólica llama,
del fogón sin dueño.
silencioso testigo de la intimidad triste
que se bebe sorbo a sorbo
con nostalgia y rabia.
Así es, prisionero y libre.
Choquero que haces posible
la conversación del café,
la rueda del mate amargo
el hogar presente en el recuerdo,
la choca guitarreada
y el ají caliente de esperanza
que hierve día a día
en el choquero de la historia:
Así es:
negro,
alegre y triste,
pobre,
libre y prisionero.
Así es el choquero,
Tres pensamientos frente a la reja
II
III