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ociedad e
información.
Resumen
Artículo
I. La Sociedad de la Información
Como representación del pensamiento y el conocimiento, la información nos lleva a considerar que la
sociedad la recibe y queda expuesta a la que proviene del lenguaje corriente de los medios masivos,
así como a la generada por el lenguaje literario, científico y técnico de la literatura especializada. En
ambos casos, la sociedad produce la información, creando un interés consciente e inconsciente por
transmitirla, ya sea de manera individual o colectiva: puede ser información estratégica disponible
sólo para un selecto grupo o de uso abierto para todos. Puede ser solicitada, necesitada y utilizada
por individuos o grupos de poder, como el Estado, consorcios comerciales y grupos políticos.
Hay grupos sociales cuyo nivel educativo los induce a demandar, conscientemente, información para
los proyectos que ponen en marcha, ya sean cotidianos o académicos. Hay otros sectores que usan
la información de una manera inconsciente, como un acto reflejo, pero sólo toman la que tienen a la
mano y no emprenden una búsqueda sistemática, quizás porque sus propios proyectos de vida son
limitados y los académicos, pobres y de poca proyección.
Hoy en día las comunidades científicas de primer orden, además de reconocer el valor de la
información, la exigen como un requisito fundamental para realizar investigación o presentar
programas de desarrollo social. Así lo demuestra su gasto en información y la infraestructura que se
requiere para su uso, como es el caso de los productores de información (editores) y las instituciones
que la organizan para su uso colectivo y social (bibliotecas). Cabe mencionar que los países
latinoamericanos ya empiezan a transformar sus enfoques en cuanto a esta situación. Como
resultado de ello, la información figura entre sus prioridades. 1
Todavía se tiene la idea de que la información se genera con tal facilidad que es, por lo tanto, parte
del patrimonio natural de los pueblos, como son los bosques, los ríos, el mar, etcétera. Cuando
diferentes grupos ecologistas reportan que este patrimonio natural está en riesgo, se adoptan
medidas para evitar su pérdida. Entonces se advierte lo que cuesta rescatarlo y mantenerlo. Igual
pasa con la información, oral o impresa: siempre creemos que, por ser un ingrediente obligado en
todas nuestras acciones, no cuesta ningún esfuerzo producirla, obtenerla, organizarla y difundirla.
Todo lo contrario: si no actuamos y no ponemos ningún empeño en conseguir y ofrecer a nuestros
pueblos la información que requiere para su desarrollo, no habrá un uso real de ella y tal desarrollo
será también cuestionado.
El valor social y económico de la información proviene del reconocimiento individual o colectivo que
se le confiere, de la necesidad de la sociedad por utilizarla o poseerla. Aunque este valor se traduce
en un costo y un precio, la colectividad y sus instituciones han buscado los medios para que se tenga
acceso a este bien cultural: de manera individual, comprando la información directamente, o bien, a
través de los subsidios o los programas sociales del Estado, que absorben los costos mediante
legislaciones que favorecen a las industrias editorial y de la información, así como a los productos
computacionales, las telecomunicaciones y las bibliotecas, todos promotores de la lectura de
información.
Cuando la sociedad y los grupos gobernantes reconocen el valor de la información, también admiten
que el poder está vinculado a ella. Así como hoy en día se reconoce abiertamente la imposibilidad de
vivir aislados y nos integramos a los procesos globalizadores, también debemos admitir que hoy,
más que nunca, la información y el conocimiento que tengamos los unos de los otros, será el eje de
nuestro desarrollo y el de los demás. 2
Todas estas posibilidades de riqueza que conlleva la información, se perderían si ésta no se lee. La
lectura es el gran complemento que hace que la información sea útil y valiosa. Esta sociedad actual,
llamada Sociedad de la Información, no sería tal si no considerara como prioridad el que los grupos
que la forman ejerzan la lectura, como parte de la riqueza humana y social que propiciará el
desarrollo económico sostenido.
Sociedad de la Información implica que el ingreso y la riqueza provienen de manera importante del
sector de la información, la industria, los productos, los servicios y los resultados de su uso; pero, al
mismo tiempo, la sociedad de la información incluye una noción de servicio universal, al hacer
accesible la información a todos. De ahí que la UNESCO la denomine "La sociedad de la información
para todos"3, hecho que nos compromete a defender y garantizar el derecho a la información, y a
facilitar los medios de comunicación y acceso. Es decir, para que exista un marco de libertad y
democracia que permita que todo ciudadano, independientemente de su condición social,
económica, étnica, religiosa, política e idiomática, tenga acceso a la información y existan los
mecanismos que lo faciliten, es necesario reconocer, aceptar y preservar la diversidad de cada grupo
social que habita el planeta.
Los últimos años del siglo XX nos permitieron ver y disfrutar, o padecer, cambios en las formas o en
la infraestructura de las comunicaciones. Los ciudadanos adultos, en general, se enfrentaron a
maneras de comunicación bruscamente diferentes a las que, históricamente, estaban
acostumbrados, ya sea por la enseñanza de sus padres y abuelos, su propia experiencia, los relatos
del pasado que, esencialmente, se apoyaban en una tecnología emanada de la Revolución
Industrial, la cual permitía el uso cotidiano del transporte, el telégrafo, el teléfono y, de manera muy
innovadora, el fax y la televisión, para establecer una comunicación doméstica, profesional,
comercial o política. Sin embargo, con el vertiginoso desarrollo de la electrónica y la posibilidad de
transmitir datos por cable, la computación y las telecomunicaciones irrumpieron en la vida cotidiana
de los ciudadanos, adultos y niños, experimentando otras formas de comunicación. Los niños de hoy
nacieron para convivir con esta última tecnología. Todo lo anterior es parte de un libro de historia o
un documental de efemérides.
Cuando el joven llega a la universidad, sabe distinguir el lenguaje de los conceptos, con el fin de
codificar el conocimiento teórico de la identificación palabra-objeto. En un sistema educativo que se
transforma, al igual que su entorno, donde se busca la aplicación especializada en tareas muy
específicas, la fabricación de productos es distribuida y la adquisición de conocimiento se logra por
diferentes vías.
La educación superior tendrá que basarse en la calidad de las funciones básicas, para la adquisición
y la generación de conocimiento: leer, escribir, comentar y discutir habilidades esenciales para la
educación, la comprensión del conocimiento y las tecnologías más complejas, que penetran todos
los aspectos de la vida. Estas habilidades debieron ser adquiridas en el ciclo básico de la educación
y dominadas en los años siguientes, para que al llegar a la universidad sean utilizadas plenamente
en la información y el conocimiento, producto de procesos más complejos.
La educación superior tiene que ofrecer soluciones y opciones a los jóvenes que viven en una
sociedad, donde la información es el elemento de cambio más codiciado, las oportunidades de
trabajo se hacen más específicas y el ciclo productivo ya no es lineal, porque se distribuye
ampliamente en la globalidad, a partir del más bajo costo y la más alta calidad, además de integrar
todos los procesos, las ideas, los diseños, la comercialización y el almacenamiento.
Hay ejes rectores de la vida actual, como globalización, diversidad, pluralidad, conocimiento-
información, tecnología, calidad y costos,4 que, al mismo tiempo, son los de las universidades que,
hoy día, tienen la obligación de interactuar, alimentarse y retroalimentarse del Estado y la sociedad
civil, pues son comunidades de especialistas que preservan, defienden y expresan libremente su
opinión sobre el saber y la cultura, además de buscar nuevos conocimientos, así como su aplicación
e innovación sin limitaciones doctrinarias e ideológicas.5
Los países desarrollados y en vías de desarrollo han apostado a la educación superior como la gran
opción para mantener y/o alcanzar un desarrollo económico, sustentable, social y humano; sin
embargo, los ejes rectores de la vida cotidiana, económica y comercial, ponen a las universidades
ante tendencias internacionales concurrentes, pero no exentas de contradicción entre ellas, como
pueden ser:
En los tiempos por venir, la sociedad global y la universidad se moverán en un ambiente de respeto
a la diversidad de los grupos sociales y sus instituciones, y hacia el intercambio de ideas e
información. Con el fin de apoyar sus funciones y retos, la universidad tendrá que contar con
bibliotecas actualizadas para el acceso, libre y sin censura, a los recursos de actualidad y
vanguardia, útiles en la docencia y la investigación que, a través de la información, hagan accesible
el conocimiento que puede mantener al mundo en movimiento y equilibrio.
Pero lo más importante es que la universidad tiene que educar para la vida, en un mundo en
constante movimiento, donde hay cambios obligados en:
En los primeros días del año 2000, toda la prensa internacional promovía la Biblioteca Nacional de
Francia en la red (http://gallica.bnf.fr): una biblioteca virtual con multimedios, de tipo general, que,
aunados a los esfuerzos de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, mostraba al gran
público una nueva realidad de las bibliotecas: sus colecciones y las formas de acceso a la
información. 7
Para un sector del ambiente académico en docencia e investigación, cada vez más se hace una
realidad el acceso a Internet II,8 que favorecerá de manera notable el uso de información, en cuanto
a velocidad, seguridad y autenticidad de los usuarios. Algunos países Europeos, así como Estados
Unidos, Canadá, Europa, México, Argentina, Chile y Brasil, a través de convenios entre
universidades, serán los beneficiarios, a través de Internet II, de la globalidad y el intercambio
universal, de manera más eficiente.
Se tienen que cuidar aspectos formales y técnicos, acordes con las normas bibliotecológicas y
tecnológicas, que faciliten la inclusión y explotación de los datos en mil posibilidades (metadatos).
Los protocolos de la red y normas como la Z39.50 o la ISO 10162/3, así como los estándares para el
documento electrónico, que se darán como un hecho natural, de la misma forma que las interfaces
de usuarios, serán prioritarios para que el uso de la información se realice de manera fácil, como el
lenguaje natural. 9
Todos los aspectos técnicos de la información y la tecnología, pueden o no aplicarse de manera fácil
y directa cuando nuestro entorno se ve afectado por la economía, el éxito o la crisis.
Las tecnologías y las técnicas ofrecen grandes ventajas para trabajar con la información. Sin
embargo, todavía se enfrentan a limitaciones, a las cuales se les tendrá que dar solución de manera
inmediata en el siglo XXI, con el fin de beneficiar al ciudadano, como usuario de la información, y
respetar los esfuerzos de los creadores y productores de fuentes informativas. 11
En la controversia entre los usuarios y los productores de información, destacan reflexiones como:
5.
6. Ante estos dos derechos, de información y autor, la comunidad bibliotecaria y de información
en el siglo XXI tiene que convertirse en un primer actor, porque la biblioteca y el bibliotecario
se vuelven representantes idóneos del usuario de información como grupo social. Al mismo
tiempo son un intermediario profesional entre éste y el productor-editor, pues conocen los
procesos, necesidades e inversiones de producción de información, tanto impresa como
electrónica.
7. Encontrar el "justo medio", como se referían Platón y Aristóteles, siempre es muy difícil, pero
una obligación. 5.1 El autor escribe para que lo lean, para que una comunidad amplia o
pequeña se entere de sus ideas, de sus decires. 5.2 Los seres humanos tienen que nutrirse
del conocimiento acumulado y el nuevo, con el fin de vivir y alcanzar su desarrollo como
grupo social, como país. En la actualidad, ¿cómo podemos aspirar a una sociedad de la
información-conocimiento si no podemos leer y acercarnos al saber? 5.3 ¿Qué pasaría si los
posibles lectores se niegan a comprar información por los altos costos y las muchas
restricciones? 5.4 ¿Qué pasaría si los autores-editores ignoran al destinatario de su obra y
continúan en su escalada de incrementos en los costos y las restricciones para el uso de la
información, debido al derecho de autor? 5.5. Los autores-editores, entonces, no vivirían de
su trabajo, mientras que los ciudadanos no podrían ejercer la lectura. ¿Seguirían siendo
ciudadanos o seres humanos? 5.6. Quizás ambas posiciones nos lleven al mismo caos
cultural- educativo y a la ausencia de desarrollo, pero recordemos que el mundo global que
recibe al siglo XXI tiene que funcionar en un concierto de balances y contrapesos, pues no
puede constituirse sólo en un mundo de ricos, porque los pobres, si son muchos, pueden
hacer naufragar la barca en la que todos viajamos.
8.
En un futuro inmediato deberíamos identificar un uso y un costo social para la información, a
fin de que todos los países y toda las clases sociales estén en igualdad de posibilidades de
uso de la información.
V. El Bibliotecario
Sólo he mencionado algunos de los retos y escenarios que imagino para el siglo XXI. A partir de
éstos, el bibliotecario y todo especialista de la información, tendrán que buscar su formación
profesional y desarrollo laboral.
En su formación el bibliotecario puede contar con un núcleo básico de conocimiento, para conocer y
entender cómo se genera el saber en el tiempo y el espacio que le haya tocado vivir (el real y el
virtual), además de cómo se registra la información, cómo circula y cómo se difunde. El estudiante
tiene que desarrollar actitudes y conductas que le permitan interactuar con las comunidades
científicas, profesionales y sociales, que producen conocimiento, además de editar y usar
información.
Los servicios y los usuarios van juntos, pues uno depende del otro, en una correspondencia. Los
servicios son diseñados en función del consumidor, a los cuales en la actualidad se agregan las
telecomunicaciones y las supercarreteras de la información, por una nueva tipología de usuario: el
usuario personal y el corporativo, el de la propia universidad y el asociado con clave de
identificación, así como el navegante de la red que se acerca libremente a los servicios.
Una vez que la biblioteca tenga claro sus potencialidades y limitaciones en cuanto a colecciones y
usuarios, es fácil que llegue a una conclusión casi natural, tomando en consideración el mundo
global, sustentado en las tecnologías electrónicas: necesitamos compartir nuestras colecciones y
colaborar con un "sistema global de bibliotecas", real y virtual, para tener acceso a la información
que requieren nuestros usuarios. Con esto también se vería revitalizada la biblioteca, como la
institución que con la ayuda de la electrónica y otras tecnologías, se posiciona en el mundo global
como la gran oferta de información organizada, abierta, plural y democrática.
No obstante, no es suficiente el deseo de colaborar y firmar convenios: cada biblioteca tiene que
hacer accesible su propia información, a fin de que pueda circular fácilmente a través de las fronteras
geopolíticas y por las carreteras del ciber-espacio.
Al mismo tiempo, hay que tomar en cuenta que la colección de cada biblioteca se compone de
información con un valor universal e información local, que en este tránsito del siglo XX al XXI
adquiere un valor importante, así como una demanda constante en cuanto a rescate y promoción.
En relación con los convenios de colaboración, muchos son los aspectos por atender para facilitar el
intercambio de información y el acceso a ella. Entre ellos podemos citar, de manera general:
1. Las normas. Se vuelven un valor de cambio universal, a fin de que la información local se
posicione en el mundo global. Estas normas reflejan la rica intersección de tareas que
confluyen en los actuales servicios bibliotecarios, pero tendríamos que destacar las normas
bibliotecarias y las tecnológicas que inciden en la organización y la disponibilidad de la
información.
2. Las tecnologías. Tendrán que mirarse desde el punto de vista del acceso masivo por
bibliotecas y usuarios, y la compatibilidad de sus procesos y programas.
3. El personal. Se demandará el más especializado, capacitado, interdisciplinario y siempre
actualizado.
4. El presupuesto. En su manejo, obtención y composición, obligadamente tendrá que variar.
Se deberá pensar en el presupuesto corriente, los fondos externos, las campañas para
fondos especiales y la participación empresarial, a fin de respaldar las acciones de los
programas de colaboración.
*1 Programme of the Federal Republic of Germany for Specialized Information (1985) The Federal Minister for Research and
Technology Public relations Office, Bonn, 111 p.
Morales, Estela (1998) Latin America and the Caribbean" [chapter 8.], in World Information Report, 1997/98: 167-180 & in
http://www.unesco.org/webworld/wirerpt/vers-web-htm
*2 Morales, Estela (1998) México: Tradición e impacto en la producción contemporánea de fuentes de información sobre América
Latina, UNAM-FFyL [Tesis de doctorado], México, 510 p., pp. 218-222
*4 Bell, Daniel (2000) Internet y la nueva tecnología. Letras Libres (13): 56-61
*5 UNESCO (1997) Recomendación relativa a la condición de personal docente de la enseñanza superior [aprobada por la
Conferencia General en su 29ª reunión]. París, 23 p.
*6 Tünerman, Carlos (1997) La nueva visión de la educación superior. UNAM-ed. Praxis, México, 55 p.
*7 El servidor Gallica 2000 en Uno más Uno, México, miércoles, 26 ene., 2000, p. 35.
*8 La piel que cubrirá el planeta ya está en México, en Uno más Uno, México, martes, 8 feb., 2000 p. 6
*9 INEGI, SECOFI, TAPLIN (1999) Seminario Tecnologías de la Información y las Comunicaciones. Vinculación Unión Europea y
América Latina. México, D.F., 22-23 nov. 1999 (Bibliotecas Virtuales)
*10 Stueart, Robert D. (1999) The economic crisis and other challenges in accessing to science and technological information in
Asia,.in: 65th IFLA Council and Conference. Bangkok, Thailandia, Aug. 20-28 (Science and Technology Libraries, CD. 065-122-E.
*12 Halverson, Aniko L. & Joye, Volker (1999) Information Literacy in the Electronic Arts library: Strategies for the Hybrid Professional
in: 65th IFLA Council and General Conference. Bangkok, Thailandia, Aug. 20-28 (Arts Libraries Workshop, CD. 999-157 (WS)-E
Conclusiones
Ante las transformaciones cualitativas que impone el status de sociedad de la información a los
diferentes grupos humanos (niños, jóvenes, adultos y aun viejos), es necesario que el sistema
educativo nacional desempeñe un papel protagónico y propositivo, con el fin de que siempre avisore
el futuro que pronto se convertirá en presente.
Desde la escuela elemental y a plenitud en la universidad, los programas educativos tienen que
reconocer que para ingresar y mantenerse en la sociedad de la información y sus futuros estadios
superiores, los procesos lógicos, los análisis y la reflexión, tendrán que formarse y fomentarse. Los
lenguajes básicos para usar la información y apropiarse del conocimiento que conlleva, tendrán que
dar prioridad al número de cursos y la calidad con que se ofrecen. Serán obligados el idioma local y
al menos uno de intercambio internacional, así como el dominio de las matemáticas y las
aplicaciones computacionales, acompañadas del manejo de formas de lectura y escritura que
permitan comprender las ideas y el saber por adueñarse. Asimismo, es importante la posibilidad de
comunicar ante el mundo las preocupaciones propias, las inquietudes y el acontecer diario.
En relación con sus carreras, programas de estudio y ofertas a la sociedad, la Universidad tiene que
mostrar una cara más actual y acorde con las necesidades y expectativas de la propia población. No
puede hablar de cambio o pretender transformar a sus estudiantes, si no realiza cambios en ella
misma, en su estructura, procesos y mecanismos de admisión, así como en la permanencia y egreso
de los propios alumnos.
Los cambios en la currícula tienen que ser más oportunos y ágiles. Algunos de los antiguos "apoyos"
y/o "complementos" a la educación, se han vuelto parte integral del proceso de enseñanza-
aprendizaje, por lo que los responsables de la planeación, la dirección y los presupuestos de la
Universidad, tienen que hacer los cambios necesarios en diseño, actitudes y acciones. Así la
"biblioteca y los laboratorios de cómputo" podrían funcionar como parte integral de todo curso, de
toda acción educativa, no como un accesorio o complemento.
Vista desde una perspectiva más amplia, la biblioteca estará en donde se encuentre un alumno y un
profesor. Como centro rastreador y proveedor de información, deberá contar con los recursos
humanos, informativos y tecnológicos que requieran los programas educativos que se ofrezcan. La
Universidad y su biblioteca no pueden existir y tener calidad, si no se ven y operan juntas. La
información no tiene fronteras. Quizá todavía haya restricciones políticas y económicas, pero en un
mundo global y una sociedad de la información, la Universidad y su oferta educativa tendrán que
existir en función de su biblioteca y la información local y global.
Los directivos, profesores y bibliotecarios no cuentan con poderes especiales para adivinar el futuro,
pero sí tienen la posibilidad de estar capacitados para, a partir de situaciones y factores conocidos,
construir escenarios probables para el futuro, el cual se deriva de un presente y un pasado, de los
que podemos aprender y hacer uso.
Bibliografía
Bell, Daniel (2000) Internet y la nueva tecnología. Letras Libres (13): 56-61
El servidor Gallica 2000 en Uno más Uno, México, miércoles, 26 ene., 2000, p. 35.
Halverson, Aniko L. & Joye, Volker (1999) Information Literacy in the Electronic Arts library:
Strategies for the Hybrid Professional in: 65th IFLA Council and General Conference.
Bangkok, Thailandia, Aug. 20-28 (Arts Libraries Workshop, CD. 999-157 (WS)-E
La piel que cubrirá el planeta ya está en México, en Uno más Uno, México, martes, 8 feb., 2000
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Morales, Estela (1998) Latin America and the Caribbean" [chapter 8.], in World Information
Report, 1997/98: 167-180 & in http://www.unesco.org/webworld/wirerpt/vers-web-htm
(1996) La biblioteca del futuro, en La biblioteca del futuro. UNAM, Dirección General de
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Programme of the Federal Republic of Germany for Specialized Information (1985) The Federal
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Tünerman, Carlos (1997) La nueva visión de la educación superior. UNAM-ed. Praxis, México.
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and technological information in Asia,.in: 65th IFLA Council and Conference. Bangkok,
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