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Historia Proceso econémico y perfiles de politicas macroeconémicas Pert colonial 1532-1800" Carlos Lazo Garcia RESUMEN La interaccién econémica que la colonia peruana mantuvo con Espaiia y Europa se dio también en el campo del pensamiento econdmico y en los disefios de conduccién macroeconémica del Estado virreinal. En este marco interactivo, la teoria y la prictica mercamilista y liberal pasaron por una necesaria «re-creacién» con el fin de adecuarlas al espacio peruano colonial y a su rol de mercado colonial dependiente de Espana. I. MENTALIDADES Y POLITICAS ECONOMICAS Elestudio de laracionalidad econémica maaero y de su correspondiente curso plurisecular enla sociedad peruano-colonial revela la sucesién de tres mentalidades rectoras de la praxis econémica. Se trata de las mentalidades bullonista, mercantilista y liberal, que respectivamente rigieron durante los lapsos 1532-1548, 1549-1760 y 1761-1821 11 La politica econémica bullonista En su aspecto teérico, el bullonismo! tuvo como objetivo la acumulacién de metales preciosos bajo la conviccién de que de solo este hecho y de la conservacién de tales metales dependia la riqueza y el bienestar econémicos. A esta acumulacién le era inherente {2 posesion directa de los espacios donde existieran minas de oro y plata, el atesoramiento y no la capitalizacin de los metales finos extraidos: «En dicha tierra y 4 Estudio auspiciado por el Instituto de Investigaciones Histérico-Sociales de la UNMSM. Ea fa investiga- cig participaron también Ecuardo Vasquez Monge, Carlos Morales Cerdn y J. Torres V. 1 Rene Gonaid. Historia de las doctriias econdmicas. Madrid 1961, hibro Il cap. 11; Ramén Carande: Carlos Quinto y sus Bangueros. Ratcelona 1977, tomo I, parte I, cap. [V; Picrre Vilar: Creeimtenta y desarrotto. Barcelona 1976, pég. 135 y siguientes; Roland Moussier: Los sighos xv7 y xvir. Barcelona 1981, Tomo I. Libro Il, cap I. dvvesmeacionts SCCMLBS AKO VLN® 10, pp. 89-107 [unmsa / unis, Lima, 2002] 89 provincia del Perti -escribié en 1541 Luis de Morales— hay muchos hombres ricos y con cantidad de dineros, los cuales tienen en sus casas como. pedazos de ladrillos, y no hacen més frutos con ellos que si no lo tuviesen»?. De otra parte, la acumulacién butlonista presuponia ja aplicacién de conductas exaccionadoras motivadas por la idea de ser dichas riquezas «el botin», «el premion © la dote que la autoridad de Dios concedia por los méritos de ta conquista y cristianizacion. Sobre este argumento la tradicién oral del siglo xvi ofrecia la si- guiente explicaci6n: «; Qué significa esto? Sino que hubo un dios con estos gentiles miserables, y con nosotros, como sea un padre que tiene dos hijas: Ja una muy bianca, muy discreta y lena de gracias y donaires, la otra muy fea, legafiosa, tonta y bestial (los naturales). Si ha de casar a la primera, no a menester darle dote sino ponerla en palacio (...), A la fea, torpe, necia, desgraciada, no basta esto sino darle gran dote y con tado eso dios y ayuda, Lo mismo hizo Dios con estos (los indios) y con nosotros los espafioles»?, El premio referido en el parégrafo precedente también se contemplaba como Proveniente del Estado, por los méritos vasallaticos logrados en defensa de los intere- ses regios. Por esta raz6n a los meritorios el gobierno les concedia beneficios a través de disposiciones politico-administrativas (capitulaciones, concesiones reales de tierras y hombres, confirmaciones, reconocimientos de servicios y contratos de cardcter Sinalagmaticos). La dconaciéu papal de estos territorios al rey de Castilla justificaba y teforzaba estos beneficios, donacién que convertia a cada conquistador y colono es- pafiol en un «vicario» o brazo secular de la cristianizacién del Pert, accion que se entendia estaba prevista en los libros sagrados, tal como lo habria de recordar aiios mds tarde Solérzano y Pereira con las siguientes palabras: . Roma 1681. Tomo 1, pagica 157 36 dwesreaciones Socauss Obviamente, todas estas contradicciones que -en el Perd virreinal- desdecian el programa mercantilista, sobrevenian del hecho de tratarse de un mercantilismo aplicado aun mercado colonial, que por serlo terminaba dirigiendo su crecimiento hacia fuera, y de la circunstancia de hallarse este mercado sujeto a una metrépolis en donde existia un mercantilismo informal y difuso, respecto al cual sus criticos coincidian en subrayar la presencia anémala de los siguientes hechos: una balanza comercial desfavorable, aban- dono de la produccién nacional, dependencia de la manufactura extranjera, ausencia de una politica arancelaria promotora de la produccién interna y encarecedora de la manu- factura extranjera, y la presencia de una estructura aduanera y tributaria muy daiiosa a la produccidn local por contribuir a la elevacién de los costos de la misma. Situacién que, a pesar de las remisiones indianas, determinaba una permanente descapitalizacién de la economia espaiiola. A propésito de esta situacién, en 1724 Gerdnimo de Uztariz y Hermiaga exclamaba: «E] manantial se agota con el poco tréfico nuestro y excesivo de los extranjeros que no dejan parar los caudales en Espafia mas tiempo del necesario para sacarlos».!” Y por su parte, mucho mds explicito, recalcaba Miguel de Zabala y Aujién que «Habiendo puesto Dios en nuestras manos el admirable tesoro de las indias, son los extranjeros los que disfrutan de la mayor parte, no teniendo los espafioles mas que el nombre de aquel comercio, por ser los géneros casi todos de extranjeros».® A estos arbitristas habria que sumar los nombres det Marqués de Santa Cruz de Marcenado, autor de Rapsodia econdmico politica mondrquica, comercio suelto y en compa- fifas general y particular en México, Perd y Filipinas (1732), y de Bernardo de Ulloa, quien en 1740 publicé un texto titulado Restablecimiento de las fabricas y co- mercio espaiiol: errores que padecen en las causas de su decadencia, cuales son los legitimos obstdculos que los destruyen y los medios eficaces de que florezcan. Autores cuyas criticas se sumaron a las de los ya mencionados. 13 La politica econdmica liberal A partir de los afios sesenta del siglo xvit, en la politica del gobiemo colonial se impusieron las ideas del liberalismo econémico. La receptividad de estas ideas fue facilitada por las situaciones extema e intema del mundo peruano-colonial. La situacidn extema era favorable dado el interés que dichas ideas despertaron en Espafia, que creyé encontrar en ellas el secreto para acelerar un proceso de refor- ma destinado a modernizar las economias espafiola ¢ indiana, a imagen del ejemplo ofrecido por las economfas desarrolladas de Europa. La idea de que el despegue de la economia espafiola estaba uncido a una mejora sustantiva de su economia colonial y, ademas, sustentado en un desarrollo de la pro- 19 Gerénimo de Uztariz: Teoria y prictica de comercio y marina. Madrid 1732, pagina 10. 20 Miguel de Zabala y Auii6n: Misceiénea econdmica-politica, discursos varios sobre ef modo de ativiar tos Vasatlos con et aumento del reat erario. Madrid 1749, pagina 15. Invesmiaacsonts Soames 8 duccién y la libertad de comercio y precios, habia sido originalmente planteada por José del Campillo y Cosio en su Nuevo sistema de gobierno econdmico para Amé- rica, libro escrito en 1741 y publicado mucho después de su muerte, en 1789. La libertad, afirmaba el autor, es «el alma del comercio sin ta cual [éste] no puede flore- cer ni vivir»”!, La libertad -acotaba~ es la «vivificadora de la agricultura, de las artes, de las fabricas, de las manufacturas y de la industria», En lo que respecta a América, ‘Campillo proponia establecer un sistema de intendencias, repartir las tierras incultas entre los indios, promocionar el cultivo de frutos que tuvieran amplia acogida en el mercado europeo, tecnificar la produccién agricola y minera, y establecer fabricas para sustituir los productos extranjeros, prohibiendo en cambio la creacién de fébricas cuyas confecciones perjudiquen a las pocas que existen en Espafia. La obra de Campillo seria complementada con las recomendaciones que en 1761 dio al gobierno espaiiol Bemardo Ward, ministro de la Real Junta de Comercio y Moneda, luego de! reconocimiento que hizo de las capitales econémicas de Europa por orden del rey espafiol. Como fruto de su viaje, Ward escribié un texto que tenfa por membrete: Proyecto econdmico en que se proponen varias providencias, di- rigidas a promover los intereses de Espatia con los medios y fondos necesarios para su planificacién (Madrid 1771). Trabajo en el cual, luego de recomendar los cambios para el relanzamiento de la economia peninsular, abordé el tema de la econo- mia americana con cl fin de «darle un nuevo ser». Retomando las ideas que ya habia expuesto Campillo, y proponiendo otras de su propia reflexi6n, sefialé que eran dos los objetivos que debian guiar las innovaciones en América: «Hacer ities a los indios y disponer que el consumo del nuevo mundo lo disfrute Espafta».”” Elespiritu econémico reformador de Campillo y Ward estuvo también presentee en las obras de Pedro Rodriguez de Campomanes y Pérez (en 1786, presidente del Su- premo Consejo de Castilla), y en Baltasar Meichor Gaspar y Marfa de Jovellanos, ambos prolificos escritores de mentalidad liberal. ‘Campomanes proponia la constitucién de un frente interestamental comprometido en el desarrollo de la produccién y defensa de las medidas liberaies (sociedades eco- ndmicas de amigos del pais) y, asimismo, la libertad de precios, la especializacién de Jas Indias en ja produccién de materias primas utiles a la industria espafiola, la dismi- nucién de los derechos de entrada a Espaiia de los productos benéficos a la economia interna del pafs, la revocacién del derecho de puerto tinico detentado por Cadiz y la supresion de los privilegios de las compaiifas comerciales monopélicas”. 2 José del Campillo y Costo: Nuevo sistema de gobierno econémico para América (1741). Madrid 1993, pagina 110. Bemardo Waré: Proyecto econdmico en que se propone varias providencias dirigidas a promover tos intereses de Espaia, con lox medias y fondos para su planificacién, Madrid 1779, paste Ul, cap XI 23. Rafael Anes: «llacia Ia configuracién del pensamicnto liberab: en Aporiaciones del pensamtiento econd- mico Iberoamericano Siglos XVI-XX, Madrid 1986, pagina 99 y siguientes. 2 98 nesriaciones Sccmes Sus recomendaciones para Espatia, las presemté Campomanes en su obra Bosquejo de politica econémica espanola delineado sobre el estado pre- sente de sus intereses (1750). En esta obra reclamé para su pais una , quedara muy poco lugar para el artesano confeccionista peruano, Tampoco les imports que, para Espafia y Europa, el Pera no podia ser «pais de fabrica en aquellos géneros en que debe ser pais de consumo»™. En la dependencia econ6mica de Espaiia y Europa los propulsores peruanos de Ja reforma liberal hallaban una razén de peso para la subordinaci6n politica del Peni, tal como lo puntualizaba el virrey Gil de Taboada cuando escribfa que era positivo que la dependencia politica de América respecto a Espafia estaba fundada «en los consumos» proveidos de Europa”. Algo muy similar sostenia por estos afios el virrey mexicano conde de Revillagigedo, al afirmar que

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