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Un ejemplo del género narrativo

"El hijo", de Horacio Quiroga, es un cuento magistral. De hecho, el autor decía


que era lo mejor que había escrito en su vida.
Parece cumplir en él los diez preceptos del Decálogo del Perfecto Cuentista, con
el que Quiroga trató de sintetizar las características del cuento breve, de impacto.
Lo publicó en un diario, y posteriormente en un libro. Como gran parte de su
obra, el espacio donde transcurre es la selva de Misiones y los temas que trata son el
amor (el amor paternal), la locura (pues el personaje padece visiones) y la muerte ( la
muerte violenta de un ser querido por accidente es uno de los espectáculos más
crudos de este cuento).
Pertenece al género narrativo porque cuenta una historia. La historia de un padre
y de un hijo que viven solos y aislados en la selva. El chico solo tiene trece años y el
padre es viudo. Pero con esto no se hace una historia. Estos datos solo nos presentan a
los personajes. Para que ella pueda contarse e interesar al lector, a esta situación se le
debe agregar algo: la complicación.
La complicación es un hecho inesperado que de pronto acaece en la vida de los
personajes y cambia su destino. Frente a este problema, los personajes reaccionan de
distintas maneras, buscan salidas o producen aún más conflictos. Entonces la trama
del cuento se desarrolla.
Pero todo cuento, que es una narración breve, debe llegar a su final, debe
encontrar el modo en que el problema termina. Claro que resolución no es sinónimo
de solución. Significa que el problema o conflicto se da por concluido. En la inmensa
mayoría de los cuentos de Quiroga, la complicación lleva a la muerte.

Estructura

En el cuento " El hijo", hay un inicio que presenta a los personajes - muy pocos:
un padre y un hijo- en su habitab. Viven en una selva casi tropical. En el norte
argentino, y en verano, como el narrador anuncia desde el comienzo, el calor es difícil
de sobrellevar.
Mientras que la Naturaleza vegetal -y los insectos- parecen desbordar de
energía, de vitalidad, el ser humano se encuentra ante un reto: sobrevivir pese a las
condiciones adversas.
El padre le ha enseñado al hijo a tener normas: por ejemplo, a cumplir con la
palabra. El hijo de trece años debe aprender a vivir en la selva con todo lo que ello
significa (cazar, pescar, cortar malezas, cuidarse de alimañas, protegerse del sol de
mediodía), pero también debe obedecer al padre, que es su maestro, su familia, su
autoridad.
Mientras el padre trabaja en su taller mecánico -parece reparar máquinas, armas-
el hijo está aprendiendo a usar una escopeta cazando pájaros de orilla de río.
Normalmente va con su amigo Juan, pero ese día Juan no está junto a él.
Esta zona del cuento donde el lector conoce a los personajes se llama
presentación.
Por supuesto que con conocer al papá y al chico no basta. Algo debe suceder... y
sucede. Es un evento que aparentemente está dentro de lo esperado: suena un tiro de
la escopeta del chico en la selva.
El padre, experto en armas, reconoce su sonido. Supone que su hijo está cazando.
Y luego se deja llevar por el trabajo, sumido en sus pensamientos y en sus recuerdos.
Pero cuando se da cuenta que el hijo no ha cumplido con la orden paterna "
vuelve a la hora de almorzar", empieza su inquietud. "Y levanta los ojos al monte".

El hijo con la Saint-Etienne en mano

Surge entonces la complicación. El hecho inesperado es que el hijo "no ha


vuelto". Son las doce. El padre y el reloj empiezan una relación severa: cuanto más
tiempo pasa, más angustia llena el corazón del padre. Más rápido corren sus
pensamientos adivinando un accidente. Esta parte del cuento es lenta y el narrador
intenta transmitir a través del estilo indirecto libre el miedo y a la vez el torrente de
pretextos que explicarían que el hijo estuviese en pleno mediodía libremente por la
selva tórrida con peligro de una insolación, en forma despreocupada.
Pero cuando el padre sale a buscar al hijo, desesperado, tal como lo revela " la
cabeza al aire y sin machete", la complicación se duplica, se agiganta. Ahora no es el
único tiro que ha sonado lo que ha cambiado el destino de la vida del hijo. Ahora
también sucede otro hecho inesperado: jamás ese hombre que conoce los peligros de
la selva correría a la peor hora del sol de verano tropical sin la cabeza cubierta.
Insolarse y por ello morir es algo que sucede con frecuencia. Salir sin machete es salir
a merced de las víboras y sin la posibilidad de abrirse cómodamente camino. El padre
busca enloquecidamente a su hijo hasta que de pronto, desemboca en un espacio.
En ese espacio él " ve " lo que ha sucedido. El cuento llega entonces al
desenlace. Pero el narrador de Quiroga, no devela toda la información.
Aparentemente, el hombre parece encontrarse con su hijo sano y salvo. Pero todo es
una alucinación. El padre está destruido en alma y cuerpo. Delira. En verdad, lo que
ha visto es el cuerpo de su hijo desangrado con las piernas enredadas en un alambre
de púa. Muerto desde la mañana. Así, se llega al trágico final.

La verdadera visión que tiene el padre frente a sí

El narrador

El narrador que utilizan los cuentos de Quiroga es un narrador OMNISCIENTE,


EXTERNO, EN TERCERA PERSONA. La función del narrador es presentar los
personajes, contar la acción que se produce y ambientar el espacio en que todo se
desarrolla.

Significa que en el texto hay una voz que cuenta la historia, una voz externa, que
no es un personaje.
Por lo tanto, habla de otros, no de sí mismo. Habla en tercera persona: él, el
padre, el hijo, ellos.
Es omni- (todo) -sciente , todo lo sabe. Sabe cómo ha sido el pasado de los
personajes, sabe lo que sucede en distintos puntos espaciales, sabe cómo terminará el
problema.
Pero no lo dice. Porque su función es narrar la historia, que tiene un desarrollo,
por eso va dando la información de a poco, la dosifica, para crear intriga.
Este narrador parece conocer al dedillo Misiones, en Argentina. Es una zona
selvática, aislada del resto del país como lo muestra este mapa:

Autor no es lo mismo que narrador.

Es como un dios que sabe todo lo que sucede y lo que sienten y piensan los
personajes.
PERO NO ES EL AUTOR. Se debe distinguir entre AUTOR y NARRADOR. El
autor fue un escritor, un artista, un hombre muy imaginativo que se ganó la vida -
entre otras cosas- escribiendo cuentos y publicándolos en periódicos y revistas. El
autor -Horacio Quiroga- murió en un hospital de Buenos Aires en 1937.
Pero el NARRADOR es una función del texto. Es la voz que cuenta. Así como
hay personajes, hay un ser invisible que habla: es el narrador.
En el cuento El hijo, de Horacio Quiroga, la acción narrada puede resumirse en
pocas palabras: un hombre pierde a su hijo a causa de un accidente de caza. A pesar
de relatarse un hecho único, el cuento alcanza una gran densidad emocional, pues su
verdadero tema es el proceso psicológico mediante el cual el padre toma paulatina
conciencia de que ha sido golpeado por la fatalidad.
La mayor parte del cuento es la descripción minuciosa y rica de las distintas
etapas de ese proceso que comienza en una feliz y confiada espera y concluye en la
patética alucinación final.
Los sucesivos pasos de la acción, se articulan mediante una graduación en el
tono afectivo de las situaciones presentadas, con el objeto de crear el clima emocional
del cuento:
1- Presentación objetiva de un hecho real: padre e hijo se despiden alegremente.
2- La acción se desplaza ahora al punto de vista del protagonista: conocemos su
satisfacción frente a la alegría del hijo, lo vemos reconstruir mentalmente su camino,
complacerse en evocar su imagen, reflexionar acerca de las dificultades que debió
vencer para educarlo según sus principios.
3- Referencia a sus frecuentes alucinaciones: tienen todo el carácter de una
premonición, pero su tono sombrío se diluye mediante la afirmación: "Pero hoy... el
padre se siente feliz, tranquilo y seguro del porvenir,"
4- Segunda presentación objetiva de un hecho real: suena un estampido, que
ubicado en ese preciso punto de la estructura narrativa tiene el poder de instalar a la
tragedia, de manera contundente y real, en el espacio del cuento, destruyendo, no aún
en el ánimo del protagonista pero sí en el del lector, toda esa felicidad expresada en el
párrafo anterior.
5- Referencia a otro elemento de la realidad exterior y objetiva: alusión a la
altura del sol. Breve descripción de la naturaleza en función de señalar el tiempo
transcurrido: ya es el mediodía.

A partir de aquí el relato se limita a narrar los actos que ejecuta el padre (mirar
el reloj, volver por un momento a su tarea y luego la búsqueda desesperada) y a
describir paralelamente su estado de creciente angustia, el cual constituye el núcleo
de significación del cuento.
Aparente desenlace del cuento (alucinación del padre, que cree ver desembocar a
su hijo de un pique lateral), de carácter feliz pero irreal.
Desenlace definitivo: esta vez real pero desdichado, destinado exclusivamente al
lector ( observemos que abandonamos al padre "sonriendo de alucinada felicidad" y
no asistimos a su toma de conciencia final con respecto a la muerte del hijo) .

La importancia del tiempo en el cuento: el cuento consiste en relatar una espera,


primero tranquila, luego inquieta y finalmente desesperada.
Existen frecuentes alusiones a la hora del día ("El sol, ya muy alto, continúa
ascendiendo.", "El padre echa una ojeada a su muñeca: las doce.", etc.),
contribuyendo, por su ubicación en el curso del relato a crear un clima de inquietud y
de sombríos presagios.
Puede observarse que los lapsos transcurridos entre la partida del hijo y el
momento en que comienza la inquietud paterna, y entre éste último y el desenlace
alucinatorio, son iguales: tres horas de tiempo real. No obstante, son desiguales los
espacios que ambos períodos ocupan en el relato y la incidencia que cada uno de ellos
tiene en el proceso psicológico que presenta el cuento.
La naturaleza, al igual que el protagonista, es presentada a través de distintos
estados, vale decir sufriendo un proceso de transformación a medida que avanzan el
día y el relato:
Plenitud: "Es un poderoso día de verano en Misiones, con todo el sol, el calor y
la calma que puede depara la estación. La naturaleza, plenamente abierta, se siente
satisfecha de sí."
Crispación: “El sol, ya muy alto, continúa ascendiendo. Adonde quiera que se
mire -piedras, tierra, árboles-, el aire, enrarecido como un horno, vibra con el calor.
Un profundo zumbido que llena el ser entero e impregna el ámbito hasta donde la
vista alcanza, concentra a esa hora toda la vida tropical."
Espera: “Su hijo no ha vuelto, y la naturaleza se halla detenida a la vera del
bosque, esperándolo ... " "Pero la naturaleza prosigue detenida."
Resumen del cuento el hijo de Horacio Quiroga : Un Padre viudo cría a su niño
con amor, y lo ha regalado una escopeta. El sufre de alucinaciones.

Su muchacho tiene trece años, se va a cazar en el monte, donde hay palomas,


tucanes, garzas. El padre ve alejarse a su hijo, con dirección al monte.

Luego uno muy lejos, suena un ruido de bala, La Saint-étienne, piensa el padre al
reconocer la detonación, dos palomas menos en el monte.

Luego el padre revisa la hora, las doce, levanta los ojos al monte su niño debería
ya estar de regreso. Pues su niño y él se tenían confianza, el muchacho dijo que
regresaría antes de las doce.

El padre ha vuelto a sus quehaceres y en el monte es tan fácil perder la noción


del tiempo, que ya daban las doce y media, y su criatura no regresaba, no es suficiente
una ciega confianza en la educación de un hijo.

El padre se adentró en el monte, recorre los lugares de caza conocidas, y no


encuentra a su niño, adquiere la seguridad de que cada paso en adelante lo lleva al
cadáver de su hijo. ¡pero dónde!¡en qué parte!

No lo llama en voz, pero su corazón clama a gritos, tan solo de ver a su hijo,
hasta que de pronto se le escapa una voz:

¡chiquito! No hubo respuesta alguna.

¡hijito mío! ¡chiquito mío!

En eso ve a su hijo, camina hacia él, puesto de rodillas rodeándole con los brazos
las piernas de su muchacho, el hijo le acaricia la cabeza.
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Cachorros de Hombre de Horacio Quiroga

Juntos regresan a casa, aunque quebrantado de cuerpo y alma, sonríe de


felicidad.

Sonríe de Alucinada Felicidad…Pues el padre va solo de regreso. No ha


encontrado a su hijo, porque tras él, al pie de un poste y con las piernas en alto,
enredadas en el alambre de púa, su niño bien amado yace al sol, muerto desde las diez
de la mañana.
Datos del cuento "El hijo"

Autor: Horacio Quiroga Forteza

Nacionalidad: Uruguay.

GENERO LITERARIO: Narrativo.

ESPECIE LITERARIA: Cuento.

ESCENARIO: La Selva en la Provincia de Misiones


Personajes

El padre: un hombre viudo, ha criado a su criatura, y lo ha regalado una


escopeta. Sufre de alucinaciones, por ejemplo, cree ver a su hijo envuelto en sangre,
mientras el muchacho limaba la hebilla de su cinturón de caza, en otras lo ve rodando
con la frente abierta por una bala.

El hijo. Tiene trece años, su padre le regalo una escopeta Saint-Étienne calibre
16, cuádruple cierre y pólvora blanca.
Juan, amigo del muchacho, posee un fusil de nueve milímetros, es un regalo del
padre del difunto.
El Hijo” es un cuento que refleja un sentimentalismo paternal intenso. En donde
se manejan tanto vivencias reales como fantasías, con fuertes dosis de tragedia y
fatalismo. Pasando de lo real a lo ficticio sin divagar, describe sólo lo necesario.

El texto recrea con naturalidad una cálida y amorosa relación de Padre - Hijo.
Quiroga muestra la fortaleza que se le escapa a un pobre padre amante de la vida, que
alucinado en una pesadilla, presiente a su hijo en peligro.
Es interesante la forma en que está escrito el cuento, pues lleva al lector a través
de fuertes emociones, que van desde el suspenso a la certidumbre, asando de la
desseperacion al alivio, hasta llegar al final sorpresivo

Biografía de Horacio Quiroga


Escritor y poeta uruguayo, Horacio Quiroga está considerado uno de los
maestros del relato corto en español.

Comparado a otros grandes cercanos al horror como Edgar Allan Poe, Quiroga
comenzó su carrera literaria ligado a la poesía tanteando los estilos de la época, como
eran el simbolismo o modernismo.

Quiroga estudió en el Instittuto Politécnico de Montevideo y en el Colegio


General. Colaboró con numerosas revistas y diarios y, tras pasar una temprada en
París tras la muerte de su padrastro, Quiroga volvió a Uruguay. Allí publicó su primer
libro, pero tras el homicidio accidental de su amigo Federico Ferrando, de la que el
propio Quiroga fue culpable, decidió establecerse en Buenos Aires, donde escribió y
publicó antologías como Cuentos de amor, de locura y de muerte, La gallina
degollada y otros cuentos o Cuentos de la selva y otros relatos.
La vida de Quiroga se movió entre lo trágico y desafortunado, con grandes
desgracias y muertes tanto en lo familiar como en su círculo de amistades. Tampoco
en lo económico fue afortunado y quebró en varias ocasiones. Se estableció en varias
ocasiones cerca de la selva, lo que se deja ver en parte de su obra.

Quiroga murió en Buenos Aires tras suicidarse al conocer que padecía un cáncer
de estómago.

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