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Bordieu, P.

“CLASE INAUGURAL”
Todas la proposiciones de la sociología como Cs deben aplicarse a ella misma y al sujeto que las
hace, para lograr una mirada objetivadora y por lo tanto critica. Para ingresar en la sociología se
deben desgarrar las adherencias y adhesiones existentes y renegar de todo vinculo de filiación o
afiliación.

El sociólogo debe hallar armas contra los determinismos sociales en la propia ciencia que saca a la
luz, en su conciencia.

La sociología de la sociología enfrenta los logros de la ciencia que se está haciendo, con la ciencia
que ya está hecha, moviliza certidumbres. Es decir que hace ciencia en contra de su preparación
como con su preparación.

Bordieu plantea que del dominio del pasado incorporado se sobrevive a sí mismo en el presente.

La Sociología del sistema de enseñanza, contribuye al conocimiento del sujeto de conocimiento, ya


que introduce de manera directa todos los análisis reflexivos en las categorías de pensamiento
inmersas que delimitan lo pensable y determinan lo pensado: basta con evocar el universo de
supuestos, censuras y lagunas que la educación determina como aceptables o no para trazar un
circulo de saber cerrado (suficiencia desposeída) lo que da a los sujetos una posición de elite
(preferencial).

Una ambición mitológica es aquella en donde se ubica el sociólogo en el lugar de censor, es decir
como aquel que posee el poder para constituir que pertenece solo al decir autorizado (que está
calificado para hablar). Es desde esta posición quien está calificado para clasificar a los ciudadanos
según su fortuna, por la tanto es más un juez que un científico.

Sus juicios sitúan a un hombre, acto, opinión, etc., en un lugar jerárquico “que le corresponde”,
con todas las consecuencias prácticas que ello implica, y con la justa estimación publica.

Para romper con esta ambición mitológica, la sociología debe tomar como objeto, en lugar de caer
en ella, la lucha por el monopolio de la representación legítima del mundo social.

Es la lucha de las clasificaciones, que es una dimensión de cualquier tipo de lucha de clases, sean
definidas por edad, sexo o clases sociales.

Es decir que debe apuntar a transformar la visión del mundo, al liberase de esos límites
incorporados que son las categorías sociales de percepción del mundo social.

Esto conlleva el descubrimiento de que se esta inevitablemente comprometido en la lucha por la


construcción de la taxonomía legitima. el objeto de conocimiento debería ser, entonces, el
conocimiento del funcionamiento y las funciones de las instituciones que se encuentran
comprometidas en ella, como lo son el sistema escolar o los grandes organismos oficiales de censo
y de estadística social.
La sociología en lugar de resolver las discusiones, debe llevar adelante un análisis de las
representaciones de fuerza y de los mecanismos de su transformación. Al sociólogo le
corresponde construir un modelo de las luchas por la imposición de la representación verdadera
de la realidad, que contribuya a crear la realidad tal y como se presenta en el momento de ser
registrada.

Este principio de división (de clases) que es a la vez objeto y producto de las luchas entre los
grupos que aspiran a monopolizar el poder contribuyo a producir la propia realidad que permite
pensarla. (Cita a la sociedad feudal, donde no había división de clases pero si luchas por el poder y
pone de ejemplo a los obispos y a los caballeros).

La observación que en un momento determinado establece el sociólogo respecto de las opiniones


de las diversas clases sociales, y los propios criterios de clasificación son producto de las luchas
simbólicas que han contribuido a hacer las clases (la idea de clases sociales). Es decir que en gran
parte el resultado presente de las luchas pasadas depende del efecto de la teoría ejercida por las
sociologías del pasado.

Las descripciones hechas por el sociólogo siempre estarán sometidas a las luchas políticas. Estarán
bajo la mirada del discurso de la lógica del momento que consagrara algunas y desacreditara
otras. Por la tanto con el poder de hacer ver y hacer creer que confiere la capacidad de prever; las
observaciones de las ciencias ejercen inevitablemente una política eficaz que puede no ser la que
quisiera ejercer el científico.

El conocimiento de los mecanismos permite determinar las condiciones y medios de una acción
dirigida a dominarlos, por lo que Bordieu rechaza los sicologismos que tratan lo probable como
destino; allí el autor ubica los movimientos de emancipación, para probar que ciertas dosis de
utopismo puede ayudar a crear condiciones políticas de una negación practica en el observador.
Sobre todo el conocimiento por si mismo ejerce un efecto cada vez que una parte de la eficacia de
los mecanismos cuyas leyes de funcionamiento estable dependen del conocimiento, cada vez que
se enfrenta a los fundamentos de la violencia simbólica.

VIOLENCIA SIMBOLICA solo se puede ejercer contra sujetos cognoscentes cuyos actos de
conocimiento, por ser parciales y mistificados, encierran el reconocimiento tácito de la
dominación que está implicado en el desconocimiento de las bases reales de la dominación.

Bordieu va a plantear que la objetivación va a ser parcial o falsa, mientras se niegue a ver el punto
de vista (particular) desde el cual se enuncia. Puesto que plantea que construir “el juego” como un
espacio de posiciones objetivas es causa de la visión que pueden tener los ocupantes de cada
posición sobre las demás posiciones y sus ocupantes.

Objetivar un conjunto de objetivaciones y percibirlas como son; estrategias simbólicas dirigidas a


imponer la verdad parcial de un grupo, como la verdad de las relaciones objetivas entre los
grupos.
La ciencia se refuerza cada vez que se refuerza la crítica científica, el campo científico tb es un
campo de luchas, ya que la verdad es un objeto de lucha. Esta lucha puede conducir a la verdad,
cdo obedece a una lógica tal, que es la única forma de vencer al adversario, sea empleando contra
él las armas de la cs y cooperando así al progreso de la verdad científica.

La posibilidad de hacer trampa con los imperativos científicos a través del juego de la politización,
amenaza la existencia de la sociología como disciplina científica.

La ciencia social solo se puede constituir rechazando la demanda social de instrumentos de


legitimación o de manipulación. Al intentar hablar por el pueblo lo único que logran es tratar de
adormecer el sufrimiento relacionado con la ruptura social haciéndose pueblo solo en la
imaginación. El sociólogo tiene como misión ser fiel a la lógica de su investigación y como agente
histórico, históricamente situado y socialmente determinado, debe reflexionar sobre si y a través
de él todos los agentes sociales todos los agentes sociales pueden saber un poco mejor lo que son
y lo que hacen. (Debe tener una visión crítica sobre sus saberes y prácticas que sea
transformadora y exhaustiva, para que su investigación una contribución a la mejora social y de su
campo de estudio.)

A veces se topa con mecanismos de defensa colectivos que tienden a garantizar el rechazo a
conocer una realidad traumática, hecho que se encuentra en estrecha relación con intereses
(políticos).

Es necesario buscar en una historia estructural de los espacios sociales los medios para cerrar la
brecha que se abre entre los lentos movimientos de infraestructura y la agitación que se registra
desde los distintos campos que conforman el campo social.

El principio de acción histórica reside en la relación entre dos estados de lo social. Es decir entre la
historia objetivada de las cosas, en forma de instituciones y la historia encarnada en los cuerpos,
en forma de disposiciones s que Bordieu llamo habitus.

La noción de campo supone una ruptura con la representación realista que lleva a reducir el efecto
del medio al efecto de la acción directa que se efectúa en una interacción.

La estructura de las relaciones constitutivas del espacio del campo es la que determina la forma
que pueden revestir las relaciones visibles de interacción y el contenido mismo de la experiencia
que de ella pueden tener los agentes.

El principio de movimiento perpetuo que sucede dentro del campo reside en las tensiones que
produce la estructura constitutiva del campo. Hay acciones y reacciones de ciertos agentes que
luchan por mantener o mejorar su posición en el campo. Por lo que ejercen presión sobre los
demás.

El espacio institucional donde todos los agentes sociales tienen asignado su lugar produce en
cierta forma las propiedades de aquellos que lo ocupan y las relaciones de competencia y conflicto
que las oponen.
Los campos sociales son campos de lucha destinados a transformar o conservar estos campos de
fuerzas. Y la relación que mantienen los agentes con el juego y puede ser el principio de su
transformación.

Un campo social solo puede funcionar si encuentra individuos socialmente dispuestos a


comportarse como agentes responsables para perseguir las apuestas, contribuyendo así por su
propio antagonismo a conservar la estructura o en ciertas condiciones a transformarla.

Las inversiones son ilusiones bien fundadas. La ilusio, en el sentido de la inversión en el juego, solo
se convierte en ilusión ene l sentido originario de la acción de engañarse, cuando se aprehende el
juego desde afuera.

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