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¿Y dónde está el negocio de la publicidad?

Al leer este tan interesante artículo por el licenciado Martín Avdolov solo me vino
una palabra a la cabeza “ingenio”. El ingenio básicamente se define como la
capacidad de inventar o imaginar, pero también conlleva la creatividad e
inteligencia. La historia que nos fue narrada acerca del zapatero Marco de Venecia
representa más que un ingenio una gran invención, es simplemente brillante como
los agentes publicitarios tienen en sus manos el poder de hacer crecer una
pequeña empresa como eran los zapatos de Marco.

Si analizamos la historia más a fondo notaremos que es totalmente cierto que la


publicidad permite que las empresas puedan tener mejor concentración en su
producto y que el publicista se haga cargo de que se dé a conocer, de esta manera
se presentan los productos y sus cualidades sin tener que poner en riesgo su
calidad o fabricación. Como nada puede ser perfecto y siempre se necesita más, a
principios del siglo XX el publicista pasa de ser un informante a un agente de venta.
Este cambio de paradigma afectó el desempeño ya que los publicistas manejaban
algo que no conocían y los pagos y cobros se volvieron desorganizados. Aquí se
despidieron los agentes publicistas de sus grandes comisiones, y esto me hizo
preguntarme, ¿dónde estaban aquellos agentes de ventas individuales? aquellas
tiendas? aquellos vendedores?. Aun así hay mucho que agradecer de esta situación
ya que el publicista con el paso del tiempo llega a ser un agente más completo.

Ahora volvamos a nuestro presente que es el siglo XX1, existen cientos de


productos parecidos, donde todos hacen lo mismo pero es la marca la que vende.
¿Cómo los publicistas crean esa marca?, lo más importante de esta pregunta es
analizar que últimamente las agencias publicitarias deben trabajar y esforzarse aún
más pero poseen un sueldo insuficiente y personal limitado en la mayoría de sus
casos. El trabajo debe ser mejor pero las condiciones son desalentadoras. Aquí es
donde nos hacemos la pregunta de si los clientes están dispuestos a invertir en la
imagen y promoción de su compañía o si prefieren quedarse estancados en un
pequeño pueblo. Tocando nuevamente el tema de Marcos veremos cómo su
negocio no se extendió hasta que este tuvo una publicidad más elevada, sus
zapatos seguían siendo los mismos pero el alcance era distinto.

Analicemos lo siguiente, Marcos el zapatero ¿qué podría necesitar para que su


negocio vuele por los aires? la respuesta es fácil, un publicista. Marcos necesita
más que una persona que venda su producto, alguien que sepa comercializarlo,
presentarlo y llevarlo al público que realmente está interesado. Si los zapatos
estuviesen en una plataforma de Facebook, Twitter, Instagram o incluso Tiktok, se
necesita un contenido ingenioso con estrategias inteligentes para que tengan un
mejor alcance. Y si adivinas Marcos no puede hacer esto solo, necesita un
publicista que maneje estas pendientes y que no lo haga solo por un cheque, más
bien que lo haga por el futuro de los zapatos de Marcos y de su imagen y
reputación como profesional.

Siendo una estudiante activa de mercadeo he dedicado mi tiempo a analizar ciertas


cosas de diversas marcas y a echarle un ojo o incluso comparar las diversas
estrategias que están utilizando. Al analizar la empresa “Coca-Cola” por ejemplo
me di cuenta de que la creatividad, ingenio e inteligencia es lo principal que debe
poseer un publicista. Esto es lo que plantea la diferencia entre marcas,
honestamente nadie confunde Coca-Cola con ningún otro refresco, no sólo por la
riqueza del producto en sí, sino por aquel cuerpo de agentes que día y noche
trabajan para que la marca sea diferente y atractiva.

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