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En mi juventud, he descubierto que hay dos posibles razones por las que las
metas que a veces queremos y luchamos por alcanzar, parecen quedarse solo en
papel. Te las comparto a partir de reflexiones bíblicas:
En este pasaje, Lucas narra el llamado que le hace Jesús a sus primeros
discípulos. Simón, Santiago y Juan eran pescadores. Se dedicaban a eso,
conocían los trucos, se supone que eran expertos, sabían que el mejor momento
para pescar era en la noche, pero en toda una noche ¡no tuvieron éxito! Por la
mañana llega Jesús, alguien que ante los ojos de ellos no sabía nada de pesca y
les da la indicación que a plena luz del día, tiren las redes.
Eso sí, cada uno de nuestros tiempos es distinto. Dios trabaja con cada uno de
nosotros de manera singular. La cuestión es, que sea hoy o sea mañana, frente a
cualquier sueño que tengamos, debemos luchar por alcanzarlo recordando
siempre que Dios es dueño del tiempo y las circunstancias.
Como Pablo, a veces se nos mete en la cabeza que el plan que tenemos es el
mejor para nosotros, e incluso para el mundo. Soberbiamente creemos tener la
razón y le huimos a la idea de reconocer que no es lo que Dios quiere. No es hasta
cuando nos retiramos verdaderamente a meditar, o en caso extremo, hasta que Él
nos da una buena sacudida, que abrimos con humildad los ojos.
Nuestro Padre a veces nos lleva por caminos que no son los que pensábamos
fueran los mejores y no es sino en la medida que los cruzamos con fe, que
comenzamos a visualizarlo de otra manera.
Es muy sencillo pronunciar las palabras del Padre Nuestro «hágase Tu Voluntad
así en la Tierra como en el Cielo», pero cuán difícil es decirlo con el corazón. Es
normal que nos cueste, a mí y a muchos nos ha costado. Pero abandonarnos en
Dios, es la mejor manera de alcanzar los sueños.
Descubre a Dios en tus planes y «cosas más grandes verás», tal como Jesús le
dijo a Natanael al momento de llamarlo. En el hermoso pasaje de Jn 1, 45-51, el
Señor le da Su palabra de que verá cosas más grandes que esa primera
experiencia con Él.
Es decir, Dios conociendo tus más profundos anhelos, te dice que en el plan que
tiene para ti, conseguirás todas esas cosas soñadas, y otras aún mayores. Su
amor nos conduce a alcanzar logros que todavía en el presente ni siquiera nos
imaginamos, superando toda expectativa.