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Economía

Una transformación productiva en la que la agricultura, la industria y los servicios, en especial los
de alto contenido tecnológico, tendrán un papel prioritario. Son sectores con altísimo potencial para
generar empleo; aumentar la productividad, que se traduce en más altos salarios y mayor
rentabilidad de las empresas; garantizar la seguridad alimentaria que necesita el país; tener un
modelo productivo con sostenibilidad ambiental, y aprovechar las capacidades de las regiones de
acuerdo con su vocación productiva. Dejar atrás la dependencia del petróleo y el carbón, sectores
que nos exponen a riesgos ambientales y macroeconómicos, y pasar a tener una estructura
exportadora más diversificada y competitiva internacionalmente. El mundo está cambiando
rápidamente: nuestros productos mineros van a escasear en un futuro cercano y el planeta nos
pide que busquemos nuevas maneras de prosperar y usar nuestras riquezas. Ciencia, tecnología,
innovación y emprendimiento para que las empresas de todos los tamaños sean más competitivas,
generen más valor  y puedan contratar más personas que hoy están desempleadas, en la
informalidad o que pasaron a la inactividad después de la búsqueda sin éxito de un trabajo.
Triplicaremos en los próximos 4 años el gasto en investigación y desarrollo, que hoy es apenas
0,3% del PIB,  para dejarlo en el 1% del PIB. Lo haremos con un fondo público-privado de ciencia,
tecnología, innovación y emprendimiento. Centros de Investigación e Innovación enfocados en los
desafíos del país: ciencia y tecnología para la agricultura, la industria y los servicios, energías y
cambio climático, salud y bioeconomía. En varios casos los centros de investigación deben ser
creados para coordinar redes de investigación y estos estarán ubicados en las regiones de acuerdo
con sus ventajas geográficas y productivas. Por ejemplo, los asuntos de energía y cambio climático
podrán estar en la región Caribe y los de Bioeconomía en la región Pacífico. Planes regionales de
ordenamiento productivo. Para cada región haremos planes de ordenamiento productivo
aprovechando las Regiones Administrativas y de Planificación (RAP): Pacífico, Caribe, Amazonía,
Santanderes, Llanos, Central y Cafetera. Muchas obras y proyectos de importancia son de escala
regional y necesitan mejor coordinación departamental. Mejor infraestructura física, tecnológica, de
información y administración para que las empresas puedan competir en los mercados
internacionales con mayor rentabilidad y menos obstáculos. El papel activo de las pequeñas y
medianas empresas, que emplean a 2 de cada 3 trabajadores, y- que necesitan apoyo público para
su innovación y emprendimiento, a través de crédito y formación técnica para sus empleados. Un
Sistema Nacional de Cuidado, como red de protección integral para niños, niñas, adultos y adultas
mayores y personas en situación de discapacidad. Además de mejorar el bienestar de todos y
todas, posibilita una mejor participación de las mujeres en el mercado laboral. En 2020, cuando
Colombia sufría el efecto más fuertes de la crisis, fuimos los únicos en presentarle al país
propuestas concretas de reactivación; “empleos de emergencia”, con prioridad en las ciudades más
afectadas por el desempleo, con fortalecimiento de la infraestructura social (educación, salud y
cuidado) y con prioridad en el trabajo de las mujeres y “estudiantes primero” para los y las jóvenes 
que han visto truncadas sus trayectorias en la educación universitaria y en la formación técnica,
tanto en instituciones públicas como privadas. En la
reforma pensional: una transición hacia una estructura pensional de pilares, que garantice una
cobertura universal de los adultos y   las adultas mayores.
En la reforma laboral, contemplamos una normativa laboral que proteja verdaderamente a los
trabajadores en actividades de contratación por horas, formalización del trabajo y programas de
formación para el trabajo. Esta normativa debe ser resultado de una gran concertación nacional
con los sindicatos, los empresarios y el gobierno.
En la reforma tributaria, proponemos una nueva estructura tributaria que tenga impuestos más
progresivos, lo que quiere decir que deberán ser pagados por personas de más altos ingresos y
riqueza; lucha contra la evasión y eliminación de exenciones y beneficios tributarios ineficientes. El
objetivo es recaudar 33 billones de pesos adicionales –llevando los ingresos tributarios como
porcentaje del PIB al promedio latinoamericano–.  Los recursos públicos son sagrados y serán
administrados en nuestro gobierno con ética y transparencia. 
Educación
La pandemia dejó a millones de estudiantes sin clases por meses, con consecuencias de largo
plazo en los niveles de aprendizaje y la deserción. Vamos a hacer de esta crisis una oportunidad
para no solo recuperar las pérdidas generadas por la pandemia sino también para transformar
nuestro sistema educativo, desde la primera infancia hasta la universidad. No podemos volver a lo
mismo, vamos a construir algo mejor.
La educación pasará de ser una fábrica de reproducción de las desigualdades a una fábrica de
creación de oportunidades y para lograrlo, empezaremos por cerrar las brechas que se crean
desde la más temprana edad, llevando la cobertura en primera infancia a todos los niños y niñas de
3 a 5 años. En educación básica y media, priorizaremos los colegios con mayores dificultades,
entre otras, mejorando la infraestructura de 10.000 establecimientos. El aumento de la calidad  de
la educación pública pasará, también, por mejorar las condiciones de trabajo y la formación de los
docentes. 
En la educación superior, el énfasis estará en fortalecer la educación pública, con medidas para
reducir las barreras de acceso, a través de la financiación y de mentorías para los estudiantes más
vulnerables y del aumento de la cobertura con más sedes, más profesores.
Nuestro sistema educativo se adaptará a las características y especificidades de la ruralidad, con
mayor cobertura desde la primera infancia, currículos flexibles, acompañamiento a las familias y
facilitando la transición entre la educación media y superior.

Anticorrupción
Mi propuesta para combatir la corrupción y recuperar la confianza en las instituciones .
La lucha por la legalidad y contra la corrupción fue mi prioridad tanto en la Alcaldía de Medellín
como en la Gobernación de Antioquia, desde allí enfrentamos retos inmensos y tuvimos logros muy
importantes y todo lo que aprendimos lo estamos retomando hoy, para mejorar y proyectarlo a nivel
nacional.
Yo no solo mantengo la lucha contra la corrupción como prioridad en mi programa de gobierno,
también me propongo abordar el problema de manera innovadora, basada en la experiencia. Lo
vamos a lograr y para ello le propongo al país ocho líneas estratégicas que de manera
responsable, realista y clara, sin populismo ni promesas altisonantes, nos permitirán avanzar en la
lucha contra la corrupción. Espero que me pidan cuentas por su cumplimiento a lo largo de mis
cuatro años de gobierno.
Seguiremos haciendo política de manera coherente y consistente con unos principios éticos,
porque como se llega al poder así se gobierna. Yo no hago alianzas con quienes han estado
vinculados a la corrupción en el pasado, no compro votos ni ofrezco puestos o contratos a cambio
de financiación, porque no todo vale con tal de ganar. Y, no menos importante, cuenten con mi
absoluta voluntad política para estar al frente del tema como presidente.
Partiremos de entender que la corrupción no es solo un asunto administrativo y de meter gente en
la cárcel, es también un asunto de derechos, es un crimen que deja víctimas con nombres propios
a las que unos ladrones les impiden satisfacer sus derechos. En mi gobierno daremos prioridad a
reconocer a las víctimas, a nombrarlas, a buscar reparar el daño colectivo que se les causa.
Pondremos en marcha todos los mecanismos para prevenir la corrupción y denunciar a los
corruptos, pero también buscaremos recuperar los activos robados y fortalecer los procesos de
judicialización, desde la perspectiva de las víctimas.
Pasaremos de políticas y estrategias anticorrupción generales a planes y programas por sectores y
definidos en contextos territoriales. El exceso de unificación y centralización en el combate a la
corrupción ha llevado a que las medidas no se compadezcan con los riesgos de corrupción en lo
cotidiano. En mi gobierno la prevención y lucha contra la corrupción estará enfocada en la
problemática de cada sector, con metas territoriales y mecanismos de seguimiento desde las
organizaciones sociales que la sufren.
Finalmente, si definimos una nueva manera de abordar la corrupción tendremos que adecuar la
institucionalidad para su implementación. Transformaremos la Secretaría de la Transparencia en
una Agencia Nacional de Prevención y Lucha contra la Corrupción, con autonomía administrativa y
financiera que tenga capacidad de liderar, coordinar y apoyar los procesos sectoriales y
territoriales, pero que además asuma la responsabilidad por los avances y rinda cuentas. Una
Agencia al nivel de las que existen en los países de la OECD.
Mujeres
La desigualdad en Colombia sigue teniendo rostro de mujer. A pesar de todos los esfuerzos de las
organizaciones y movimientos de mujeres, los avances legales y de políticas y los recursos que el
país ha invertido para avanzar en la igualdad y los derechos de las mujeres, persisten profundas
brechas. Estas brechas son aún más profundas entre diferentes grupos poblacionales y territorios
en el país.
La igualdad de género es un deber del Estado, y un tema de justicia con las mujeres. Es además
un factor determinante del desarrollo productivo: las sociedades con mayores niveles de igualdad
entre mujeres y hombres tienen sistemas democráticos más incluyentes, efectivos, transparentes y
con mayor rendición de cuentas, cuentan con economías más fuertes y mayor resistencia a las
crisis económicas y financieras y, además, tienen mayores niveles de redistribución y de justicia
social. Es un momento decisivo para cambiar el rumbo de Colombia y lo vamos a lograr avanzando
en la igualdad con las mujeres y garantizando sus derechos.
El diagnóstico es contundente. La cancha en el país no está nivelada para la participación
económica, social y política de las mujeres y nuestro compromiso es poner a todo el Gobierno a
trabajar para nivelarla. Convertiremos las brechas entre hombres y mujeres en oportunidades para
un desarrollo productivo, incluyente y sostenible. Atenderemos las necesidades de las mujeres en
toda su diversidad. Tenemos el compromiso, la experiencia y la voluntad política de trabajar para
alcanzar la igualdad con las mujeres y defender sus derechos.
Por eso nuestro compromiso es visibilizar en todas las propuestas sectoriales de nuestro programa
de gobierno las brechas entre hombres y mujeres. Este programa muestra énfasis puntuales de
cómo se aterrizarán nuestros compromisos con las mujeres.

Ambiente
Históricamente, el medio ambiente no ha sido un eje fundamental del desarrollo del país. Tampoco
se les ha dado un rol protagónico a los recursos naturales, a los servicios ecosistémicos ni a los
grupos, personas y comunidades que durante años han trabajado y protegido el patrimonio natural.
Nuestro compromiso político es que esta historia cambie.
Nuestra propuesta se compone de los siguientes 4 ejes centrales: I. Colombia lucha contra la
deforestación, III. Protección y aprovechamiento sostenible de la biodiversidad, III. Colombia
lucha contra el cambio climático, IV. Colombia Anfibia.

 Nuestra meta como país debe ser eliminar la deforestación para el 2030, para lo cual debemos
reducirla en al menos 50% para el 2026.
 Implementaremos el Plan Nacional de Zonificación Ambiental para orientar la inversión pública
y el desarrollo productivo, e implementaremos al 100% el Catastro Multipropósito.
 El 7 de agosto comienza el gran programa de educación ambiental para que toda Colombia
conozca la riqueza de nuestra biodiversidad y haya una apropiación social de los bosques,
valorándolos y repensando cómo acoplar el uso que las comunidades le dan al suelo con la
protección.
 Vamos a restaurar 1.000.000 hectáreas en nuestro cuatrienio. La restauración será un área
crucial no solo como respuesta a la crisis climática y a la crisis de pérdida de biodiversidad sino
también en la generación de empleo.
 Muchos de los procesos de deforestación del país son procesos ilegales de corruptos y
violentos que buscan acaparar tierras, explotar maderas y minerales. Acaparan baldíos
ilegalmente. Seguiremos la huella del dinero para encontrar a sus verdaderos culpables en
lugar de seguir castigando a los eslabones más débiles en las cadenas de la ilegalidad.
 Reduciremos las emisiones de CO2 en 51% y apoyar la adaptación al cambio climático,
 Impulsaremos la bioeconomía como fundamento para el desarrollo de Colombia.
 Diseñaremos e implementaremos un plan agresivo de adaptación al cambio climático que
ponga en el centro una apuesta por la adaptación climática inclusiva, justa y fortalecida en
nuestra biodiversidad.
 Impartiremos las bases para que en las próximas décadas el país regenere sus relaciones con
la naturaleza, masificando el uso de las soluciones basadas en la naturaleza y en la producción
agropecuaria.
Comunidades negras, afro, raizales y palenqueras
El pueblo Negro, Afrocolombiano, Raizal y Palenquero ha sufrido de manera desproporcionada las
consecuencias del conflicto armado, las diversas formas de violencia, la ausencia del Estado y la
falta de oportunidades. La discriminación y violencia han resultado en que hoy cuenten con
indignantes condiciones de salud, vivienda y seguridad, así como menos oportunidades educativas
y laborales que el promedio de los colombianos. Nuestro compromiso es escuchar para proponer a
los y las jóvenes, a las mujeres, a los líderes y líderesas locales y a las organizaciones de la
sociedad civil que representan a las comunidades negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras.
Nuestro compromiso será (i) destinar al menos un 10% del total de la inversión del próximo plan de
desarrollo para su beneficio, (ii) realizar un censo de población y vivienda para estas poblaciones,
(iii) cumplir los compromisos del acuerdo de paz, los acuerdos en Chocó y Buenaventura, (iv) hacer
un plan renovado de etnoeducación, (v) nuestro modelo de salud aprovechará la interculturalidad y
los saberes ancestrales y (vi) reglamentaremos la ley 70 de 1993.
Nuestro equipo de gobierno contará con profesionales afro calificados académicamente y con
conocimiento de territorio para impulsar la transformación de sus comunidades, más allá de la
dirección del Ministerio del Interior.

Transporte
La infraestructura no es el fin, es un medio para abrir la puerta de las oportunidades y para
conectar territorios. En materia de infraestructura vamos a construir sobre lo construido. 
Nuestra propuesta tiene tres ejes estratégicos principales: (i) asegurar los cierres financieros y
acelerar la ejecución de proyectos estratégicos que desarrollen la multimodalidad en el país. (ii)
Transformar la movilidad en las ciudades y regiones. Queremos cambiar la ecuación del automóvil
como principal actor de la movilidad, migrando hacia un transporte sostenible, limpio, seguro,
equitativo y con enfoque de género. Cero muertes en las vías debe ser un objetivo de toda la
sociedad y (iii) Profundizar la conectividad rural, vinculada a los planes de ordenamiento productivo
de cada región.
Para lograr estos objetivos cerraremos los caminos de la corrupción y el clientelismo político en el
sector, que en el pasado ha frenado la ejecución de obras.

Turismo

La pandemia golpeó con particular gravedad al sector del turismo, resaltando las vulnerabilidades
del sector. Colombia tiene todas las características para convertirse en una potencia turística en la
región. Además, un país que desarrolla el turismo es un país que avanza integralmente. Si hay
turismo hay seguridad, desarrollo de infraestructura, mejoramiento de los entornos, conservación
de las edificaciones y ecosistemas, empleo, comercio e innovación, entre otros.
Nos proponemos (i) reactivar el sector y estimular la generación de empleo, (ii) desarrollar una
política de turismo social y construcción de infraestructura hotelera y (iii) reformar la
institucionalidad del sector. Nos hemos fijado cuatro metas:

• Recibir 9 millones de visitantes no residentes.

• Generar $9.000 millones de USD en divisas.

• Generar 100.000 empleos directos adicionales.

• Desarrollar 20.000 unidades turísticas sostenibles.

Recuperación de la educación
Las niñas, los niños y los jóvenes de Colombia han sido uno de los grupos más afectados por la
pandemia. Después de 20 meses desde el inicio de la crisis del Covid-19, todavía no estamos en
un escenario de educación esperanzador en el país. El 63,8% de los estudiantes están estudiando
hoy en alternancia y 2,1 millones de estudiantes alcanzaron a estar 20 meses sin clases
presenciales (de ellos 1,8 millones del sector oficial). Y aunque no hay cifras totalmente claras
sobre cuántos estudiantes han desertado y cuáles son las pérdidas de aprendizaje de los jóvenes,
es claro que las consecuencias pueden ser nefastas y perdurar muchos años.
Dado este contexto, proponemos un Plan Nacional de Recuperación y Transformación de la
Educación. Esta propuesta se sustenta en el retorno masivo a las clases 100% presenciales en los
colegios, la recuperación del aprendizaje perdido durante la pandemia y los primeros pasos hacia
la reforma del sistema educativo. En este planteamiento pretendemos mostrar una ruta de urgencia
para la educación que permita recuperar las pérdidas causadas por la pandemia. 
Sin embargo, estamos convencidos de que no podemos volver a las mismas escuelas de antes de
la crisis. Tenemos que construir un sistema educativo diferente ya que históricamente éste ha
estado marcado por las desigualdades, por la falta de oportunidades y de recursos, por diferencias
dramáticas entre la educación pública y privada y por la brecha entre regiones y entre contextos
urbano y rural. Tenemos que recuperar los daños profundos en la educación de los jóvenes en
Colombia, transformarla y poner este asunto en el centro de la agenda nacional. 
Este programa está compuesto por cinco ejes: 1. Retorno 100% presencial a la escuela.
2. Medición del aprendizaje a nivel nacional y de colegio.
3. Plan de emergencia de recuperación del aprendizaje.
4.Adaptaciones del currículo para la recuperación del aprendizaje
5. Plan Maestro de Infraestructura Educativa, con la rehabilitación y mejora de 10.000 sedes
educativas en los primeros tres años de gobierno.

Personas con discapacidad


A pesar de los esfuerzos por trabajar en la inclusión de las personas con discapacidad, todavía
persisten brechas significativas en analfabetismo, escolarización, logro escolar, empleabilidad,
ingresos y participación en deporte, entre otros.
No toleraremos la discriminación hacia las personas en situación de discapacidad en Colombia y
por ello nos proponemos solucionar los problemas de discriminación con voluntad y capacidad del
Estado.
Vamos a buscar los estudiantes no escolarizados, eliminaremos espacios excluyentes,
ampliaremos el alcance del certificado de discapacidad, implementaremos el Sistema Nacional de
Cuidado, crearemos la estrategia deportiva Colombia Paralímpica, daremos empleos de
emergencia con enfoque diferencial e implementaremos el Plan Nacional de Accesibilidad.

Relaciones internacional
El norte de nuestra política internacional será el apoyo decidido al multilateralismo y la integración,
sobre todo en el ámbito regional. La política exterior debe ser, igualmente, una palanca
transformadora del desarrollo interno que le apuesta a la educación, la innovación, la ciencia y la
tecnología y que está al servicio de todos los colombianos, los residentes y quienes viven en el
exterior. 
Nuestra política exterior defiende la democracia, la preservación del Estado de derecho y el
respeto a los derechos humanos. Una política de relaciones exteriores inspirada en la equidad de
género, en la que el derecho a la igualdad de la mujer ocupa su lugar como un bien público
universal y no se agota en la paridad.
Vamos a robustecer y profesionalizar, cada vez más, el servicio exterior y su institucionalidad,
como pilar que fundamenta nuestra propuesta.

Pueblos indígenas
Los 115 pueblos indígenas han padecido de manera desproporcionada las consecuencias de la
pobreza, la desigualdad, la violencia y la falta de oportunidades educativas y laborales que hoy
aquejan a una gran parte de los colombianos. A pesar del rol central que han jugado y que siguen
jugando en áreas tan importantes para el país como la conservación del medio ambiente, la
ciencia, la educación, la cultura y el fortalecimiento de la democracia, las políticas del Estado
colombiano han hecho poco por mejorar el bienestar de los pueblos indígenas. Tal y como lo
hicimos durante nuestros gobiernos en Antioquia y Medellín, vamos a empezar a revertir esta
realidad.
Durante nuestro gobierno, el Estado será el principal aliado de los pueblos indígenas.
Trabajaremos de la mano de la guardia indígena para mejorar su seguridad – en particular la de
sus líderes y lideresas – y recuperar así la confianza en la Fuerza Pública. 
Garantizaremos su autonomía, respetando el derecho fundamental a la consulta previa. También
adecuaremos la educación a su historia y a su cultura, impulsando la etnoeducación y
acompañando a los estudiantes indígenas en su tránsito a la educación superior. Respetaremos
sus costumbres, con acciones decididas para preservar sus lenguas y sitios sagrados. 
La política de salud y, en particular, de prevención y atención a la malnutrición, tendrá un enfoque
diferencial que reconozca las dificultades a las que se enfrentan los pueblos indígenas y se adapte
a sus prácticas.  Trabajaremos de la mano para luchar contra la crisis climática y la deforestación,
monitoreando y conservando nuestra biodiversidad y formalizando territorios indígenas en áreas
con altos niveles de deforestación.  Dejaremos de estigmatizar la coca y, en cambio,
reconoceremos e impulsaremos sus usos ancestrales, medicinales y nutricionales. Finalmente,
cumpliremos con las disposiciones étnicas contenidas en el Acuerdo de Paz en materia de
desarrollo rural, participación política, protección a la vida, programas de sustitución y reparación a
las víctimas.

Desarrollo rural
El campo colombiano tiene serios problemas de informalidad, desigualdad y además es poco
competitivo. Por eso vamos a ordenarlo, desarrollarlo de manera sostenible y volverlo más
equitativo. Esto nos permitirá hacer del campo un lugar más seguro y más próspero para todas las
personas, especialmente para quienes lo habitan.
Para ordenar el campo, llevaremos el catastro multipropósito a todo el país, haremos realidad la
formalización de las 7 millones de hectáreas contenidas en el Acuerdo de Paz e impulsaremos la
Jurisdicción Agraria.
Para hacerlo más competitivo, invertiremos en la educación, formación y capacitación de los
jóvenes rurales y en bienes públicos rurales. La educación pasará por aumentar el número de
escuelas de campo (ECAS) y de extensionistas, la creación de un centro de investigación
agropecuario y la inversión y el uso de tecnologías digitales agropecuarias. Invertiremos además
en el mejoramiento de al menos el 30% de las vías terciarias, en los distritos de riego en
construcción y en la asociatividad de los pequeños y medianos productores.
Para volverlo más equitativo, nuestro principal instrumento será el Acuerdo de Paz. En línea con
esto, vamos a continuar con la entrega de 3 millones de hectáreas y a darle un nuevo impulso a los
PDET, a los Planes Nacionales Sectoriales y al PNIS, corrigiendo las fallas que ha habido en su
implementación.
Además, llevaremos el Sistema Nacional del Cuidado al campo y priorizaremos a las mujeres en la
entrega y formalización de tierras para cerrar las brechas de género que existen en el campo.
Finalmente, nuestro campo será ambientalmente sostenible. Promoveremos prácticas
agropecuarias y actividades que contribuyan a proteger nuestra biodiversidad y a la lucha contra el
cambio climático, haciendo un buen uso de la tierra,  aprovechando las nuevas tecnologías,
fomentando el turismo y fortaleciendo las prácticas de pesca responsable.

Defensa y seguridad
Los colombianos tienen miedo. Mientras las ciudades están asediadas por el incremento de
homicidios y hurtos, grandes extensiones de los territorios están controlados por organizaciones
criminales. Nuestra propuesta integral de seguridad pondrá el respeto por la vida y los Derechos
Humanos en el centro, para devolver la tranquilidad a los colombianos. 
En las ciudades, abordaremos tres frentes: la seguridad, la justicia y la convivencia ciudadana. 
Estas medidas incluyen el aumento del pie de fuerza y la transformación de los CAI en Centros de
Atención Integral a la Ciudadanía, un plan de descongestión judicial para los delitos que más
afectan a los ciudadanos, tales como el hurto, violencia basada en género y homicidios y un
programa nacional de cultura ciudadana para la convivencia. Además, nos enfocaremos en
construir oportunidades con habilidades para la vida, deporte, cultura y recreación, crearemos
entornos protectores para los jóvenes más vulnerables.
En el territorio, nuestra propuesta se divide en tres grandes frentes: el control territorial, el control
institucional y el desarrollo integral del territorio. Para retomar el control del territorio empezaremos
por restablecer la confianza de la población civil hacia la fuerza pública.  Además, diseñaremos
estrategias de combate a la criminalidad teniendo en cuenta los diferentes contextos territoriales,
en especial las afectaciones de seguridad de las comunidades, sus lideresas y líderes.
Ampliaremos la policía rural y haremos del Sistema de Alertas Tempranas de la Defensoría del
Pueblo un insumo fundamental para el diseño estratégico y operacional de las Fuerzas Militares.
También utilizaremos nuestras facultades constitucionales para negociar con el ELN, siempre y
cuando sus acciones reflejen voluntad para hacerlo, y someter a la justicia las organizaciones
criminales. El desarrollo rural, la sustitución voluntaria, el reconocimiento de los usos alternativos
de la hoja de coca y la persecución de los eslabones de mayor valor dentro de la cadena criminal
del narcotráfico guiarán nuestra política de drogas mientras avanzamos en el camino de la
regulación.
Finalmente, vamos a reformar nuestras instituciones policiales y militares.
Crearemos el Ministerio de Seguridad y Convivencia Ciudadana para dar un carácter civil a la
policía. La fuerza pública tendrá como eje de su cultura institucional el respeto, la promoción y la
garantía de los derechos humanos. También profesionalizaremos la carrera policial y militar,
mejorando sus condiciones laborales (en particular, de salud física y mental), promoviendo la
incorporación y el ascenso de las mujeres.

Ciencias y tecnología
Ni este ni los gobiernos anteriores le han apostado seriamente a la ciencia, la tecnología y a la
innovación (CTI). El resultado es que invertimos menos que nuestros países pares en CTI,
tenemos pocos investigadores, no contamos con una normativa, institucionalidad y gobernanza
fuertes y el sector privado enfrenta barreras para incrementar su productividad e innova poco. 
Vamos a remediar esta situación con una nueva Política de Ciencia, Tecnología e Innovación que
se traducirá en cinco nuevos centros de investigación. Nuestra política de
CTI consta de cinco grandes ejes. Primero, haremos un acuerdo nacional por la financiación de la
CTI, entre el sector público, las empresas, las universidades y la sociedad civil para llevar, al final
de nuestro gobierno, el porcentaje de inversión en el sector al 1% del PIB. Segundo, tendremos un
plan de formación y vinculación de capital humano altamente calificado para formar, atraer, vincular
y retener personal altamente calificado en todos los sectores de la sociedad. Tercero,
reformaremos la institucionalidad del sector para i) darle la importancia que requiere la política de
CTI, ii) remover las barreras normativas que desincentivan la inversión y iii) evaluar con rigor el
impacto de los programas que se implementen. iv) tendremos programas de apoyo a la ciencia de
excelencia en los cuales apoyaremos iniciativas de investigación definidas y dirigidas por los
mismos investigadores en las universidades, industrias, institutos y centros de investigación del
país. Por último, crearemos programas de apoyo a la innovación empresarial, apoyando a las
innovaciones con potencial de avance y creación de mercado, con un sistema de ventanilla única
para tecnologías innovadoras y de alto potencial.

Vivienda
Hoy más de cinco millones de hogares carecen de una vivienda adecuada. La superación de la
pobreza y el fortalecimiento de la clase media requieren una política pública que ofrezca vivienda a
precios asequibles y bien ubicada, con acceso efectivo a los servicios públicos en todas las
regiones de Colombia, en sus zonas urbanas y rurales, con territorios sostenibles ambientalmente,
que se adaptan y mitigan el cambio climático. En nuestras experiencias de gobierno en Antioquia y
Medellín, mejoramos las condiciones de vida de la mano de intervenciones que vincularon a las
comunidades en la construcción social del hábitat. 
Esta propuesta tiene el compromiso de ofrecer 1,2 millones de soluciones de vivienda en el periodo
de gobierno, que incluyen apoyos a la vivienda nueva, al mejoramiento habitacional y al arriendo, 
el otorgamiento de títulos de propiedad en zonas urbanas y rurales, vincular la gestión del
ordenamiento territorial con la sostenibilidad ambiental y la lucha contra el cambio climático, y
ampliar el acceso a servicios públicos, llevando acueducto y alcantarillado a un millón de personas
adicionales y energía a todas las colombianas y colombianos sin acceso.

Cultura
Colombia tiene dos grandes riquezas: la ambiental y la cultural y esas dos riquezas deben ser
claves en nuestro desarrollo presente y futuro. Nuestro proyecto cultural será de todo el gobierno,
no solo del Ministerio de Cultura.
Nuestra propuesta se basa en cuatro ejes. Primero, promoveremos la educación artística y cultural
para posicionarla como un principio fundamental de la educación y la diversidad cultural,
priorizando la cobertura en zonas rurales. Segundo, vamos a dignificar el empleo de artistas y
cultores, que son el motor de nuestra diversidad cultural y quienes más sufrieron durante la
pandemia, con especial atención a las desigualdades entre hombres y mujeres y distribución
territorial en el país. Tercero, incentivaremos la participación de las expresiones y prácticas
culturales, especialmente de nuestros y nuestras jóvenes. Cuatro, reformaremos la institucionalidad
del sector para su fortalecimiento y descentralización.

Transición energética
Colombia debe encaminarse hacia una transición energética pertinente, incluyente, justa,
generadora de bienestar y de un crecimiento económico que genere empleos . Para avanzar de
forma decidida en la reducción de la economía basada en la minería del carbón y de las emisiones,
se requiere una visión estratégica, que combine el sentido de urgencia con la protección de la
seguridad energética del país. 
Esta es, además, la oportunidad más importante de este siglo para generar desarrollo sostenible
con nuevas fuentes de trabajo en múltiples regiones. Para la consecución de este objetivo,
proponemos un plan compuesto por 11 acciones:
Avances regulatorios para que llevemos la generación de energías renovables al 30% o más de la
capacidad instalada del país en 2026.

(2) Ampliaremos el alcance y objetivo del Fondo de Energías No Convencionales y Gestión


Eficiente de la Energía (FENOGE).

(3) Masificaremos los recursos energéticos,especialmente con energía solar, distribuidos a través
de la autogeneración en grandes ciudades y el campo.

(4) Crearemos el Centro Nacional para la Lucha contra el Cambio Climático.

(5) Promoveremos las Misiones de Territorios Inteligentes en Energía, para resolver problemas
transversales sobre la base de la conectividad digital y de modelos de valor compartido.

(6) Llevaremos la transición energética al hogar con la transición de gasodomésticos y leña a


electrodomésticos.

(7) Trazaremos una ruta con el sector constructor para que la mayoría de las nuevas edificaciones
residenciales en el país sean Neto Cero Carbono (NCC) para el año 2030.

(8) Promoveremos el crecimiento urbano ordenado con el objetivo de reducir la expansión no


planeada de las ciudades y sus emisiones.

(9) Introduciremos la Planificación Integrada de Recursos con consideraciones ambientales y de


generación de valor social.

(10) Llevaremos energía a los 430.000 colombianas y colombianos que hoy no tienen acceso a
ella.

(11) Por último: convertiremos la transición energética en un proyecto educativo y de


oportunidades, con perspectiva de género, que permita la creación de empleos.

Política minera
Por muchos años, la minería ha sido la prioridad de los gobiernos de turno, sin que esto se haya
traducido en mejores condiciones de vida para los habitantes de las regiones mineras. Durante
nuestro gobierno, la política minera tomará en cuenta las especificidades sociales y ambientales de
cada territorio para así aprovechar este recurso de una manera ambiental y socialmente sostenible.
La actividad minera en Colombia se lleva a cabo de manera legal e ilegal, desde la informalidad y a
diferentes escalas con efectos socioeconómicos y ambientales diferentes. Entender y considerar
las diferencias entre estos tipos de minería en nuestro país es crucial a la hora de diseñar una
política minera integral.

Para la minería tradicional y de subsistencia:

 Impulsaremos los programas de formalización en la pequeña minería a partir de la


modernización y ajuste de los procesos e instrumentos legales diferenciales en esta materia.
 Los procesos de formalización contarán con programas integrales de formación y asistencia
técnica, ambiental y administrativa a los mineros tradicionales y de subsistencia.
 Debido a la no renovabilidad del recurso explotado, la minería en cualquier escala es temporal
en un territorio. Por ende, fomentaremos el emprendimiento, los encadenamientos y proyectos
productivos para la diversificación económica de las zonas mineras, para que la población y en
especial los jóvenes accedan a fuentes de ingreso diferentes a la minería (economías post-
extractivas).

Para la extracción ilícita de minerales:

 Fortaleceremos la Unidad Nacional contra la Minería Ilegal y Antiterrorismo (UNIMIL) de la


Policía Nacional, incrementando los mecanismos de comando y control articulados con las
autoridades ambientales en las zonas de mayor incidencia de este delito, con el fin de ejercer
una vigilancia y control más efectivos.
 Vamos a perseguir e impactar los mecanismos de lavado de activos que se asocian con la
minería criminal.
 Intensificaremos los programas de minería limpia y de eliminación del uso del mercurio en la
minería del oro, apoyando la implementación y apropiación técnico-social de tecnologías
limpias, efectivas y rentables para los pequeños mineros.
 Articularemos los sistemas de información para las áreas en riesgo o en procesos de
deforestación.
 Vamos a liderar una verdadera articulación interinstitucional en la lucha contra la criminalidad
organizada.

Para la minería a mediana y gran escala:

 Fortaleceremos y acompañaremos a los gobiernos locales y comunidades beneficiarias de las


regalías para que tengan la capacidad de hacer seguimiento a las inversiones y de esa forma
apoyar a los organismos de control estatal, así como para participar activamente en la
definición de las prioridades de inversión en sus localidades.
 Será la nación la protagonista de un mecanismo genuino de comunicación y concertación con
las comunidades étnicas y las empresas para que la consulta previa revierta en acciones
efectivas y beneficios reales.

Propuestas generales:

 Realizaremos un Gran Diálogo Nacional Minero-Energético con el propósito de superar el


conflicto social en torno al sector, a través de la definición conjunta de las bases para un nuevo
esquema de explotación y aprovechamiento de los recursos naturales no renovables, en
función de un desarrollo sostenible que ayude a superar las grandes brechas sociales en
Colombia.
 Estableceremos la etapa de licenciamiento ambiental para la fase de exploración minera.

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