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Breve ensayo sobre la vigencia de la Epistula ad

Pisones de Horacio
Erwin Olivera Villanueva

Esta carta que fué dirigida a Lucio Pison y sus dos hijos para muchos investigadores
es una guía y critica a la poesía, algunos consideran que estos tópicos son aplicables
al arte en general (Iriarte 177) y otros que en tonos más peyorativos como es caso
de Escalígero lo denomino: “un arte poética asistemática” en su VI libro,
Hipercriticus, la resumió en 36 preceptos (1561); muy a pesar de ello pues considero
que debería ser un texto obligado para todos aquellos que nos dedicamos de alguna
manera a las artes escénicas, desde el punto de vista del teatro que se desarrolla en
mi ciudad, considero que las puestas en escena son carentes de muchos de los
postulados de Horacio, quizás por falta de pericia u otros factores indiscutibles que
hacen que el trabajo del actor sea básico o a veces nulo y que van en contra de una
buena representación tal como lo menciona el poeta. Uno de los factores de los
cuales somos testigos es que en general los países del tercer mundo consideran que
el arte dramático es de poca importancia para el desarrollo de los pueblos alejados
y por lo tanto no está presente en las ciudades periféricas como la mía, sino
centralizado en las capitales, siendo este un factor importante por el cual no se
profundiza los conocimientos de las artes escénicas, y por ende no se desarrolla
con la importancia debida, ya en el tiempos de Horacio bajo su propio contexto
también ocurría que el divertimento estaba apegado a lo vulgar: “poco considerado
por la rusticidad latina frente al arte inimitable de los griegos, despreció el teatro
romano, así contemporáneo como de los siglos precedentes” (D’amico, 1954, p.
246) en ese sentido en los tiempos del poeta también se dio una situación similar
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por la cual a manera de descargo y en rechazo total a esta forma de concebir al arte
en el tiempos romano nace esta epístola, hoy el llamado es latente, puesto que el
facilismo en el cual nos hemos encasillado en este mundo posmoderno, los actores
estamos viviendo en una especie de oscurantismos cual medioevo que nos está
poniendo retos frente a los cambios tecnológicos y de gustos de los públicos en
general, ya no hay corrientes artísticas duraderas sino conceptos temporales
artísticos que duran el tiempo al cual nace otro concepto, este reto nos lleva a
reflexiona a los actores sobre la creación de públicos más duraderos y
comprometidos con este arte; La creatividad que nos enseña el teatro puede ser
nuestra mejor aliada en este devenir tan desigual con el cual tenemos que hacerle
frente a esta sociedad liquida, casi gaseosa que sólo exige el deleite de corta
duración y sin tomar en cuenta la calidad del espectáculo, el mensaje o la cantidad
de signos de comunicación que están presentes en toda representación escénica.
Horacio concibe una reflexión casi idílica que cito textualmente: “Era muy grato ver
al rustico, fuera de sus labores, cerca del citadino, al torpe junto al docto” (1974) la
cual hacía mención al público del teatro griego que en las Dionisiacas era un
acontecimiento que no podía perderse el ciudadano común ni los grandes
legisladores como Solón (Bayman 1955) considerado uno de los siete sabios de
Grecia. La asistencia a los espectáculos dramáticos durante en la historia del teatro
ha tenido sus altibajos al parecer, cabe resaltar que en el tiempo romano los más
reconocidos eran los mimos los cuales gozaban del reconocimiento de las
autoridades el sostén económico y la asistencia de grandes cantidades de público
(D’amico, 1954) también podemos mencionar que al igual que los griegos en lo
tiempos de Marlowe, Jonson y Shakespeare la concurrencia era variopinta, las
butacas no tenían zonas de preferencia y más aún los actores estaban junto al
público: “se podía ver que junto al carnicero se sentaba el hombre de clase media; a
lado de la ramera ostentosa, la joven de existencia recatada; cerca del bebedor
consuetudinario… otro bebedor consuetudinario, porque en eso todos los ingleses
se asemejaban bastante” (Bayman 1955) estos son algunos casos que la historia
pone en contexto de los asistentes al teatro a los cuales se volcaban en masas por
momentos incontrolables ya sea por divertimento, como una forma de crítica o
como
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de La forma
Rioja (UNIR)de culturizarse o estar a la altura de los acontecimientos de dichos
pueblos, pues la mayoría de los espectadores tanto los griegos como el público
Iiabelino al final daban un veredicto de aprobación o desaprobación del espectáculo
lo cual se entiende que estos públicos no solo eran asistentes, sino que conocían los
conceptos básicos de una buena obra, ya sea por su poesía, por su estructura
dramática tal como lo menciona Horacio o por la calidad de los actores que
representaban los diferentes personajes con sus respectivas complicaciones e
implicancias que tenían que asumir creíblemente.
El público en la actualidad se ha tornado clasista, ya que hay un pequeño sector de
la población que asiste a los teatros de forma frecuente haciendo de este bien
cultural una pedagogía para sus hijos y su entorno; en número se reduce cuando
cuestionamos a ese público, si entiende las vanguardias del teatro o sobre los signos
y símbolos que se utilizan en una puesta en escena, siendo este un problema
generalizado en todas las naciones; frente a ésta problemática ya hay algunas
iniciativas que se están poniendo en práctica, las cuales podríamos tomar en cuenta
como punto de partida para el lanzamiento de un proyecto cultural que se podría
implementar en mi ciudad como es la creación de públicos (Freeman 1984) que
tiene que ir de la mano de leyes aprobadas por los estados como es el caso de
Colombia con la aprobación e implementación de una ley que difunde, protege,
apoya tanto a las artes escénicas dramáticas como a los ejecutantes que ejercen
esta noble profesión, reconociéndolos como profesionales indispensables para el
desarrollo de la nación; esta implementación se extiende a las escuelas y centros
universitarios (ley del teatro colombiano 2007) quizás Horacio al hacer esta
reflexión no pensó en las repercusiones que hoy tendría.
Conjunto a este reto de formalizar una escuela para formar espectadores se deben
tomar en cuenta algunos aspectos importantes y la respuesta también viene de
alguno de los postulados de Horacio, pues como sabemos el poeta apunta su
intencionalidad a la “enseñanza y deleite” que es la primera dualidad que plantea
pues estos términos se suman como marco general a uno que en específico apunta
a la perfección de las obras y que lo menciona textualmente así: “el poeta no puede
ser mediocre” (1974) parafraseando este tópico horaciano claro está que un ciego
no puede guiar a otro ciego, ni la enseñanza de un arte se puede poner en manos
inexpertas,
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(UNIR)que se ha venido haciendo en determinados lugares como es el
caso de mi ciudad; por lo tanto también habría que agregar a la preparación
constante del actor el conocimiento de la pedagogía teatral, puesto que si se desea
instruir a una masa de espectadores, el actor con todas sus artes no podrá llegar a
ese público ávido de conocimiento de formas de teatro, de signos y símbolos como
lo mencionamos anteriormente, sino que tendría que adentrarse en este mundo de
la pedagogía teatral y de esta manera poder sistematizar conocimientos, brindar
estrategias que ayude a la interpretación y lectura de una puesta en escena, siendo
esta herramienta cada vez más indispensable en el conocimiento del teatro y
tomando en cuenta que este es un campo mucho más desconocido por la población
y por los mismos actores, puesto que surge como una respuesta educativa para
renovar metodologías que optimicen el proceso de aprendizaje(Garcia- Huidobro
2012) pues dentro del teatro ya es una necesidad para enseñar a actuar, enseñar a
dirigir y enseñar a docentes que puedan enseñar a otros docentes el arte de la
interpretación, construcción de personajes, diferentes estéticas actorales y muchos
conceptos propios del teatro en específico y de las artes escénicas en general.
En conclusión, para deleitar a un público es necesario el conocimiento a
profundidad de las artes escénicas, los cuales deben estar dotadas múltiples
estrategias de enseñanza y aprendizaje y así poder echar a andar proyectos como
las escuelas de espectadores. La respuesta a la falta de público fue un llamado que
al igual que Horacio hoy en día se tiene que abordar con múltiples estrategias entre
ella la creación de espacios para la formación de espectadores que puedan tener la
capacidad de interpretar signos y símbolos teatrales siendo una estrategia en pleno
desarrollo y que podría asegurar un público asiduo a las representaciones
dramáticas. El manifiesto idílico de Horacio en la “epistula ad pisones” con respecto
al público asistente al teatro se dio en muchas ocasiones de la historia con sus
respectivas contextualizaciones.

BAYMAN, E. (1955) Consejos para un comediante. Siglo veinte. Argentina


D'AMICO, S. (1954) Historia del teatro universal. Losada. Argentina
ESCALÍGERO,
© Universidad Internacional J.C. (1561)
de La Rioja (UNIR) Poetices libri septem. apud A. Vincentium. Francia.
FREEMAN, R.E.(1984)Strategic management: a stakeholder approach.Pitman.
Boston
GARCIA-HUIDOBRO, M.V.(2012) Pedagogía Teatral. Ediciones Universidad Católica
de Chile. Chile
IRIARTE, T. (1777), El ‘Arte Poética’ de Horacio o ‘Epístola a los Pisones’, traducida
en verso castellano por…, Madrid, Imprenta Real de la Gazeta.
Ley 1170 (2007). Por medio de la cual se expide la ley de teatro colombiano y se
dictan otras disposiciones 07 diciembre 2007. Colombia
Ramos O. (trad.) (1974) Horacio: Arte poética y otros poemas. Bogotá. Instituto
Caro y Cuervo

© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)

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