Al analizar la zona de estudio, Funza-Mosquera, se identificaron tres
fenómenos que actualmente están cambiando el carácter y las dinámicas del territorio, el primero, llamado “enclaves satelitales multiescalares”, hace referencia a la llegada de ciudadelas (archipiélagos) sobre la periferia del casco urbano de los municipios, principalmente como respuesta a las migraciones poblacionales provenientes de Bogotá, estos enclaves responden a las características y dinámicas de sus pobladores, siendo la pendularidad la más importante y la que más impacto genera sobre el territorio, consolidándolo como ciudad dormitorio, y aumentando la intensidad de los flujos sobre los principales vectores de movilidad en el sector sobrepasando la carga que estos corredores pueden soportar.
El segundo fenómeno, llamado “desplazamiento e infiltración del mosaico
rural”, hace referencia al desplazamiento de las actividades de producción agrícola al interior de las zonas urbanas de los municipios, como resultado de la competencia por la ocupación del suelo rural, debido a que los ingresos que reciben los agricultores por sus cosechas, no les permite competir contra los precios que ofrecen las constructoras por la compra de sus suelos, obligándolos a reubicarse dentro del casco urbano en espacios de menor tamaño y por lo tanto menor productividad.
El tercer fenómeno, llamado “soporte ambiental fragmentado”, hace
referencia a las diferentes afectaciones que se han realizado y se siguen realizando sobre las estructuras ambientales del territorio, desde la reducción y el endurecimiento del borde del Humedal Meandro del Say, su separación del rio Bogotá endureciendo la zona en que se unían estos cuerpos de agua, la reducción de masas de arboles con el fin de liberar espacios para el cultivo y la construcción, entre otros; han generado la disminución de la biodiversidad del territorio, ha afectado el funcionamiento de los ecosistemas, y ha provocado la disminución de los servicios ecosistémicos generados. Impactando de manera directa la capacidad de soporte de las actividades urbanas, industriales y especialmente rurales que dependen de la disponibilidad de los servicios que prestan estas estructuras.
En síntesis el territorio se entiende como un “Nodo agro-industrial”, ya que su
principal carácter es la producción de insumos, productos y servicios agrícolas e industriales, así como un punto de confluencia de actividades logísticas locales, regionales, nacionales e internacionales.
De este modo se generan tres estrategias relacionadas a los potenciales
proyectuales encontrados, el primero enfocado al mejoramiento de los sistemas de movilidad del territorio, promoviendo la eficiencia en los desplazamientos aumentando la competitividad de la región y consolidándo al sector como el nodo logístico y de producción agro-industrial mas importante de la red metropolitana, a través de proyectos como la generación de tramos, carriles y circuitos especializados para la movilidad de mercancías y productos agrícolas e industriales; la ampliación y mejoramiento de diferentes perfiles viales dentro del casco urbano; la generación de carriles de desaceleración sobre la calle 13 permitiendo recoger los accesos a todas las industrias ubicadas sobre este corredor vial; y por último la construcción de la variante Bogotá-Siberia buscando recoger los flujos que se concentraban sobre la carrera 5ta en Mosquera y luego Carrera 9na en Funza, que implicaban atravesar el casco urbano de ambos municipios.
El segundo potencial se enfoca en el aumento de la producción agrícola del
territorio promoviendo la producción eficiente de alimentos, consolidando al territorio como despensa alimentaria nacional, a través de proyectos como la delimitación de distritos agrícolas especializados, generando estructuras como invernaderos y torres de cultivo verticales donde se asegure la disponibilidad de espacio suficiente para la producción de alimentos, aumentando el rendimiento de las cosechas, a partir de la tecnificación de los métodos de producción tradicionales permitiendo controlar las condiciones climáticas donde se producen los alimentos y eliminando la necesidad del uso de pesticidas.
Por último, el tercer potencial se enfoca en la recuperación y reconexión de las
diferentes estructuras ambientales, humedal Meandro del Say, Rio Bogotá, Humedal tres esquinas, Rio Subachoque, Cerro de Madrid, buscando restaurar los diferentes ciclos ecosistémicos del territorio, consolidando un sistema ambiental conectado, aumentando la biodiversidad de flora y fauna, potenciando la producción de servicios ecosistémicos que permitan seguir soportando las diferentes actividades del territorio, a través de proyectos como la recuperación de los bordes del humedal Meandro del Say; el ensanche del borde del humedal Meandro del Say en algunos puntos cercanos al casco urbano recuperando área de superficie perdida con el paso del tiempo; la reconexión del humedal Meandro del Say con el Rio Bogotá y el humedal Tres Esquinas; la infiltración de corredores verdes dentro del casco urbano de Funza y Mosquera que permitan la permeabilidad de flora y fauna, mejorando la calidad del espacio urbano así como la calidad del aire; y por último, la generación de un anillo verde perimetral a los cascos urbanos que delimiten el crecimiento urbano de estos municipios sobre la periferia rural.