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Calle 13

La ramada

Al analizar la zona de estudio, Funza-Mosquera, se identificaron tres


fenómenos que actualmente están cambiando el carácter y las dinámicas del
territorio, el primero, llamado “enclaves satelitales multiescalares”, hace
referencia a la llegada de ciudadelas (archipiélagos) sobre la periferia del casco
urbano de los municipios, principalmente como respuesta a las migraciones
poblacionales provenientes de Bogotá, estos enclaves responden a las
características y dinámicas de sus pobladores, siendo la pendularidad la más
importante y la que más impacto genera sobre el territorio, consolidándolo
como ciudad dormitorio, y aumentando la intensidad de los flujos sobre los
principales vectores de movilidad en el sector sobrepasando la carga que estos
corredores pueden soportar.

El segundo fenómeno, llamado “desplazamiento e infiltración del mosaico


rural”, hace referencia al desplazamiento de las actividades de producción
agrícola al interior de las zonas urbanas de los municipios, como resultado de
la competencia por la ocupación del suelo rural, debido a que los ingresos que
reciben los agricultores por sus cosechas, no les permite competir contra los
precios que ofrecen las constructoras por la compra de sus suelos,
obligándolos a reubicarse dentro del casco urbano en espacios de menor
tamaño y por lo tanto menor productividad.

El tercer fenómeno, llamado “soporte ambiental fragmentado”, hace


referencia a las diferentes afectaciones que se han realizado y se siguen
realizando sobre las estructuras ambientales del territorio, desde la reducción
y el endurecimiento del borde del Humedal Meandro del Say, su separación
del rio Bogotá endureciendo la zona en que se unían estos cuerpos de agua, la
reducción de masas de arboles con el fin de liberar espacios para el cultivo y la
construcción, entre otros; han generado la disminución de la biodiversidad del
territorio, ha afectado el funcionamiento de los ecosistemas, y ha provocado la
disminución de los servicios ecosistémicos generados. Impactando de manera
directa la capacidad de soporte de las actividades urbanas, industriales y
especialmente rurales que dependen de la disponibilidad de los servicios que
prestan estas estructuras.

En síntesis el territorio se entiende como un “Nodo agro-industrial”, ya que su


principal carácter es la producción de insumos, productos y servicios agrícolas
e industriales, así como un punto de confluencia de actividades logísticas
locales, regionales, nacionales e internacionales.

De este modo se generan tres estrategias relacionadas a los potenciales


proyectuales encontrados, el primero enfocado al mejoramiento de los
sistemas de movilidad del territorio, promoviendo la eficiencia en los
desplazamientos aumentando la competitividad de la región y consolidándo
al sector como el nodo logístico y de producción agro-industrial mas
importante de la red metropolitana, a través de proyectos como la generación
de tramos, carriles y circuitos especializados para la movilidad de mercancías
y productos agrícolas e industriales; la ampliación y mejoramiento de
diferentes perfiles viales dentro del casco urbano; la generación de carriles de
desaceleración sobre la calle 13 permitiendo recoger los accesos a todas las
industrias ubicadas sobre este corredor vial; y por último la construcción de la
variante Bogotá-Siberia buscando recoger los flujos que se concentraban
sobre la carrera 5ta en Mosquera y luego Carrera 9na en Funza, que implicaban
atravesar el casco urbano de ambos municipios.

El segundo potencial se enfoca en el aumento de la producción agrícola del


territorio promoviendo la producción eficiente de alimentos, consolidando al
territorio como despensa alimentaria nacional, a través de proyectos como la
delimitación de distritos agrícolas especializados, generando estructuras
como invernaderos y torres de cultivo verticales donde se asegure la
disponibilidad de espacio suficiente para la producción de alimentos,
aumentando el rendimiento de las cosechas, a partir de la tecnificación de los
métodos de producción tradicionales permitiendo controlar las condiciones
climáticas donde se producen los alimentos y eliminando la necesidad del uso
de pesticidas.

Por último, el tercer potencial se enfoca en la recuperación y reconexión de las


diferentes estructuras ambientales, humedal Meandro del Say, Rio Bogotá,
Humedal tres esquinas, Rio Subachoque, Cerro de Madrid, buscando restaurar
los diferentes ciclos ecosistémicos del territorio, consolidando un sistema
ambiental conectado, aumentando la biodiversidad de flora y fauna,
potenciando la producción de servicios ecosistémicos que permitan seguir
soportando las diferentes actividades del territorio, a través de proyectos como
la recuperación de los bordes del humedal Meandro del Say; el ensanche del
borde del humedal Meandro del Say en algunos puntos cercanos al casco
urbano recuperando área de superficie perdida con el paso del tiempo; la
reconexión del humedal Meandro del Say con el Rio Bogotá y el humedal Tres
Esquinas; la infiltración de corredores verdes dentro del casco urbano de Funza
y Mosquera que permitan la permeabilidad de flora y fauna, mejorando la
calidad del espacio urbano así como la calidad del aire; y por último, la
generación de un anillo verde perimetral a los cascos urbanos que delimiten el
crecimiento urbano de estos municipios sobre la periferia rural.

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