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SENTIR, PENSAR y ACTUAR

Las emociones se representan en el teatro del cuerpo, mientras que los


sentimientos se representan en el teatro de la mente. Podríamos decir que las
emociones son físicas y públicas, mientras que los sentimientos son mentales y
privados. Aunque las emociones, los sentimientos y los pensamientos son tres
conceptos distintos en su significado, comparten el bucle del cerebro-cuerpo-
cerebro y el equilibrio entre los tres, pensar, sentir y actuar en una misma
dirección, es la base del bienestar y el rendimiento. Pero vayamos por pasos,
¿qué es un pensamiento? Y ¿un sentimiento?, Y ¿una emoción? Y ¿cómo
afectan estos conceptos a nuestro bienestar y rendimiento?

Los pensamientos son el mapa mental aprendido a través de la experiencia por


asociación; las emociones son los cambios físicos y bioquímicos corporales
desencadenados a través de los pensamientos; y los sentimientos son la
percepción y la experimentación de estos cambios corporales. El bucle entre
estos tres conceptos se produce en el cerebro, que genera una serie de
cambios neurofisiológicos en el cuerpo. Estos cambios son detectados por los
sensores corporales y la información llega al cerebro. Es entonces cuando,
junto con los pensamientos asociados, se generan los sentimientos
correspondientes a la emoción.

Las emociones alteran el ritmo cardíaco y respiratorio, la presión arterial, el


sistema endocrino y el sistema inmunológico, entre otros. Todos estos cambios
afectan a nuestro bienestar físico, emocional y mental e influyen en nuestro
rendimiento. Tener autoconciencia de las consecuencias que los
pensamientos, las emociones y los sentimientos desencadenan en nuestra
persona y saber autocontrolar y gestionar estas consecuencias es la clave para
gozar de un bienestar íntegro que repercuta positivamente en nuestro
rendimiento. El cerebro, más bien, los tres cerebros de que disponemos, tiene
mucho que ver en este proceso. La semana que viene conoceremos un poco
más qué función realiza cada uno de nuestros cerebros y cómo influye en
nuestros pensamientos, emociones y sentimientos.

Dice el diccionario que reflexionar es pensar o considerar una cosa con

detenimiento y cuidado. Dice, también, que se trata del proceso que permite

analizar detenidamente algo con la finalidad de sacar conclusiones. analizada

como esa cualidad que se atribuye a los buenos profesionales y a la buena

gente, en general: pensar con detenimiento las cosas; pensarlas para sacar
conclusiones y mejorar lo que se es o lo que se hace; poner en marcha un

mecanismo emocional y cognitivo donde se pueda reflejar, como en un espejo,

lo que ocurre y nos preocupa.

La cosa es que la tradición del pensamiento idealista y sus querencias por el


dualismo entre opuestos fue asentando la idea de que los seres humanos
somos una conjunción de elementos diversos que se mueven en un equilibrio
inestable. Y esa dualidad se proyecta y multiplica en las diversas dimensiones
y niveles de la existencia humana: somos ying y yang, cuerpo y alma,
pensamiento y acción, biología y psique, sentimiento y conducta. El ser
humano y sus acciones concebidos como entidades disociadas internamente
en una permanente búsqueda de reconciliación entre contrarios. Este
preconcepto se ha ido diseminando como una evidencia incontestable en la
forma que tenemos de percibir lo que son y lo que hacen las personas.

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