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PRESENTACIÓN 1

¿Te acuerdas de esto? ¿Alguna vez lo has visto? O, mejor


aún ¿escuchado? ¿Sabes cómo se siente el ronquido de
una aguja cuando suena la música? Sí, estamos hablando
de acetatos, de longplays.

Llegó vin-hilos y llegó para quedarse.

TAPA

GUIÓN VIDEO 1:
Para algunos una moda, para otros un capricho. Tal vez sea
la nostalgia de quienes sienten que con la música regresan a
sus buenos tiempos, o la curiosidad de los más jóvenes. Lo
cierto es que los discos de vinilo, los tan recordados Long
Play, volvieron de ultratumba luego de que fueran
sepultados por los CD en los años 80.
Mucha gente desconoce que en el 2020 se vendieron más
de 12 millones de discos de acetato en Estados Unidos,
alcanzando una suma de 146 millones de dólares,
convirtiéndose en el mejor récord histórico alcanzado desde
1988. De hecho, después del Iphone, el dispositivo de audio
más vendido el año pasado fue el tocadiscos.
Ha sido largo y tendido el debate sobre la música en
acetato, en cassette, en CD o en digital. Cada soporte tiene
su público, pero bien sabemos que la textura del sonido que
pasa por la aguja del picó propicia una experiencia sensorial
que adiciona valor a este formato.
(SE RUEDA TEMA “AY QUÉ PESADO” DEL GRUPO MECANO,
DEL DISCO “ENRE EL CIELO Y EL SUELO”)
PRESENTACIÓN 2:

Para mi generación, esto es sinónimo de historia, de


anécdotas, de familia, de buenos momentos. Y aún le
rendimos tributo. Es todo un movimiento, una cultura.

No te lo pierdas. Recuerda que llegó vin-hilos y llegó para


quedarse.

TAPA

GUIÓN VIDEO 2:
En Caracas, los vinilos se han hecho tendencia en diversos
espacios. En el Museo del Transporte, todos los domingos
se juntan dueños de vinilos para ofrecerlos a a
coleccionistas, melómanos y conocedores. En el Eje del
Buen Vivir, al lado de la plaza de los museos, en el local
Matiné, hacen ferias de acetatos un par de veces al mes. La
Plaza Alfredo Sadel en Las Mercedes o la Plaza Francia de
Altamira también se han sumado a esta onda en diversas
ocasiones. Bajo el Puente de la Avenida Fuerzas Armadas,
donde tradicionalmente nos encontramos a los libreros,
también hay puestos de venta de vinilos.
Y hay quienes venden al menudeo de forma permanente.
Omar Viñas, conocido como El Dealer, es uno de los más
emblemáticos. Su casa se ha convertido en una especie de
museo vintage que rinde tributo a la mejor música de todos
los tiempos. También existe un lugar mágico llamado El
Marchante, a quienes se les puede comprar bajo pedido a
través de sus redes sociales.
¿Cuál es el encanto detrás de un vinilo? Su historia, el
camino recorrido, los recuerdos que esconde, el aroma, el
contacto con los dedos y el característico ronquido de
fondo. Su sonido, en definitiva, es muy peculiar.
(COLOCAR “VISITE NUESTRO BAR” DE HOMBRES G, DEL
DISCO GRANDES ÉXITOS)
PRESENTACIÓN 3:
Un viaje en el tiempo, una explosión sensorial, una
narrativa única e irrepetible. Eso y más es la música en
acetato. Acompáñame en este recorrido porque vin-hilos
llegó y llegó para quedarse.

TAPA

GUIÓN VIDEO 3:
¿De verdad suena mejor la música en vinilo o estamos
presenciando una fiebre retro como tantas otras?
Desde 1980, los soportes de grabación de audio digital
como el Disco Compacto (CD) supuso un cambio radical en
la industria. Por fin teníamos entre las manos un formato de
calidad que podría perdurar en el tiempo sin desgastarse
con el uso y manteniendo todas sus propiedades.
La música en discos de acetato tiene su magia, pero que
requiere también de ciertos cuidados y atenciones para que
perdure más a pesar de su uso.
En los últimos años hemos padecido a una triste época de
decadencia en la calidad de las grabaciones, magnificada
principalmente por los archivos digitales compartidos con
una enorme compresión digital para poder ser descargados
rápidamente y reproducidos en streaming. El infame MP3 y
sus derivados se adueñaron del mercado de masas muy a
pesar de los más exigentes melómanos.
Y tú ¿sacrificarías el sonido por la compresión? ¿A cuál team
perteneces: al digital o al analógico?
(RODAR “Break on Through (To the Other Side)” DEL
GRUPO THE DOORS EN EL DISCO DE LA BANDA SONORA
DE LA PELÍCULA, DIRIGIDA POR OLIVER STONE)
Presentación 4:

La música en acetato está a otro nivel. Cada mínimo surco


guarda un sinfín de sensaciones y sentimientos que nos
han marcado durante muchos años. Vamos, recorramos
este camino, porque vin-hilos llegó y llegó para quedarse.

TAPA

GUIÓN VIDEO 4:
Los más jóvenes se preguntarán ¿por qué desapareció la
música en vinilo? El declive de este formato comenzó en los
años 80, con la aparición del soporte digital. El Disco
Compacto (CD) se fue ganando su lugar porque ofrecía
ventajas indudables frente a los vinilos, como la ausencia
total del típico ruido del rozamiento de la aguja al deslizarse
por los surcos de la superficie del disco. Sí, ese ronquido
que hoy valoramos tanto, a finales del siglo pasado resultó
ser un obstáculo. ¿Quién nos entiende?
La reproducción de un CD se realiza por pequeño láser, ya
que su luz se proyecta y se refleja sobre su superficie,
haciendo de este proceso una experiencia completamente
silenciosa. Además, no sufre el desgaste de la música en
acetato. El rozamiento continuo de la aguja sobre la
superficie de los discos va arrancando poco a poco material,
erosionándolos, lo que con el tiempo reduce la calidad de
sonido y también la vida útil de la aguja. Sin embargo, el
vinilo es capaz de recoger absolutamente toda la
información que los micrófonos capturaron durante la
grabación y allí radica su principal ventaja. Esto es posible
porque es un formato analógico. Y tú ¿tienes discos de
acetato en casa? ¿Qué piensas hacer con ellos?
RODAR “Black Dog” DEL GRUPO LED ZEPPELIN

Se ha hablado bastante de la desaparición de lo que es el


arte en las portadas de los discos desde que entró el
formato de los CD en el mercado. Ahora el resurgimiento
del vinilo está en alza y algunas websites de streaming y
apps ponen la portada del álbum a pantalla completa.

Para hacer la portada, debes de tener en cuenta la técnica


que vas a utilizar, los detalles, los colores y ese estilo que te
caracteriza para cuando una persona eche el primer vistazo,
sepa que estilo de música va a escuchar por primera vez y
que ese conjunto de canciones nos transmitirá una historia.

Te comento que hoy en día, el diseño de portadas para los


discos se considera una rama dentro del diseño editorial. Es
debido a que hay previamente una maquetación igual que
se hace con una revista o un libro.

La portada de un disco ha contribuido desde sus inicios a


aportar firmeza al mensaje de las canciones y por ende, al
mensaje que desea transmitir el artista. Tal es así que en
hoy en día, existen numerosos casos donde la imagen que
muestra la portada de un álbum resulta ser tan
trascendental que se convierte por sí misma en una
representación de la cultura popular.

A veces una imagen es más poderosa que mil notas


musicales. La portada de Abbey Road ha trascendido
durante los últimos cincuenta años, como lo ha hecho
también la música de los Beatles. No solo por ser el último
álbum de los Beatles, sino porque la imagen de ese paso de
peatones tomada por Iain MacMillan se ha convertido en un
icono y en un lugar de peregrinación, origen de rumores
maliciosos. En su día se dijo que Paul McCartney (el único
beatle andando descalzo y con la pierna derecha hacia
delante) estaba muerto y que había sido reemplazado por
un figurante.

La importancia del diseño de las portadas es tal, que varios


artistas se han especializado o han conseguido fama a
través de estos encargos, como fue el caso del equipo de
diseño británico Hipgnosis (a través de su trabajo en los
discos de Pink Floyd, entre otros) o de Roger Dean,
conocido por las portadas de Yes y Greenslade. La famosa
portada de Warhol de Sticky Fingers de los Stones mostraba
la icónica imagen de una entrepierna, con un prominente
miembro viril que se intuía debajo, con una cremallera
auténtica que se podía subir y bajar. En nuestro país fue
censurada y cambiada por otra totalmente distinta y, en mi
opinión, más impactante, la imagen de unos dedos
sangrientos que salían de una lata de conservas.
Maravillosa.

También hay fotógrafos famosos que han dejado su huella


en el mundo de la música, como son David Bailey, Hiro,
Annie Leibovitz o Robert Frank, que ilustraron álbumes de
los Stones. En todos esos casos la imagen se ha creado
específicamente para un álbum, pero en otras ocasiones ha
sido al contrario: Lo sellos discográficos han construido
identidades partiendo de las imágenes más impactantes del
siglo XX, un retrato de Céline, mayo del 68, el Black Power
Black o un café de Hamburgo.

Como estamos viendo, el renacimiento de los discos de


vinilo no puede explicarse desde una única perspectiva. Hay
muchas razones que invitan a apostar por ellos, como su
sonido, la posibilidad de consumir música de una forma
diferente o el coleccionismo. En algunas personas se dan
varias de estas razones simultáneamente, pero hay un
motivo más que también debemos considerar, y que no
afecta únicamente al vinilo: la moda. Es injusto meter a
todo el mundo «en el mismo saco», de hecho, las tres
razones que he defendido antes no tienen nada que ver con
modas o tendencias pasajeras. Sin embargo, es muy
probable que a algunas personas, sobre todo a las más
jóvenes, les atraigan los vinilos como una forma de
diferenciarse y reafirmar su personalidad.

Por supuesto, esto no tiene por qué ser negativo, pero esta
forma de acercarse a los discos de vinilo es menos sólida
que la que recurre a alguno de los tres motivos anteriores
porque puede ser perecedera. Las modas pasan (aunque
algunas regresen posteriormente), por lo que muchas de las
personas que apuesten por los vinilos simplemente como
una tendencia se acabarán cansando de ellos porque son
menos prácticos y más «difíciles» de consumir que los
formatos digitales. Esto me lleva también a mencionar otro
de los «motores» de la industria del vinilo en países como
Estados Unidos o Japón, aunque la verdad es que no tengo
claro que en España tenga demasiada relevancia: la cultura
hipster.

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