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Campaña y programa de educación y seguridad vial

Educación para la seguridad vial) es el proceso de adquisición, desarrollo e


integración de las capacidades o competencias destinadas a promover la
seguridad en el tránsito, mejorar las relaciones y conductas viales, y prevenir
los siniestros en las vías (evitando o minimizando los daños, cuidando el
ambiente y salvando vidas). Es un proceso permanente de instrucción y
aprendizaje (desde la etapa del preescolar y durante toda la vida) en materia de
seguridad vial y promoción de una «cultura vial» en la sociedad, que incluye a
las estrategias de prevención, políticas de precaución y normas legales en la
materia; a través de conocimientos, destrezas, habilidades, hábitos, valores y
actitudes

manera no formal e informal desde las familias, organismos estatales,


instituciones privadas y medios de comunicación. Para su desarrollo tanto las
instituciones públicas (ministerios, agencias viales, ayuntamientos, municipios,
etc.) como las privadas y mixtas aportan recursos económicos, coordinan o
promocionan proyectos, organizan campañas publicitarias, lanzan libros, y
realizan conferencias, encuentros o talleres.

Hechos como la existencia de diferentes elementos en circulación (humanos,


vehiculares y ambientales), de distintas funciones desempeñadas por las
personas (conductores, pasajeros, peatones, ciclistas, trabajadores viales y
agentes),[3][35] y de que los trayectos de los transeúntes pueden coincidir;
hacen importante la difusión de la educación vial y de su cultura propia.

La educación vial tiene impacto en cuestiones de salud pública, movilidad y


derecho, pero no solo atañe a estas áreas. Las acciones de los seres humanos en
las vías involucran o pueden involucrar a otras personas, por lo que representan
también problemas éticos y de relaciones sociales (resolución de conflictos,
actuación colectiva, convivencia armónica, espacios públicos, etc.).[36]
HHechos como la existencia de diferentes elementos en circulación (humanos,
vehiculares y ambientales), de distintas funciones desempeñadas por las
personas (conductores, pasajeros, peatones, ciclistas, trabajadores viales y
agentes),[3][35] y de que los trayectos de los transeúntes pueden coincidir;
hacen importante la difusión de la educación vial y de su cultura propia.

La educación vial tiene impacto en cuestiones de salud pública, movilidad y


derecho, pero no solo atañe a estas áreas. Las acciones de los seres humanos en
las vías involucran o pueden involucrar a otras personas, por lo que representan
también problemas éticos y de relaciones sociales (resolución de conflictos,
actuación colectiva, convivencia armónica, espacios públicos, etc.). echos
como la existencia de diferentes elementos en circulación (humanos,
vehiculares y ambientales), de distintas funciones desempeñadas por las
personas (conductores, pasajeros, peatones, ciclistas, trabajadores viales y
agentes), y de que los trayectos de los transeúntes pueden coincidir; hacen
importante la difusión de la educación vial y de su cultura propia.

La educación vial tiene impacto en cuestiones de salud pública, movilidad y


derecho, pero no solo atañe a estas áreas. Las acciones de los seres humanos en
las vías involucran o pueden involucrar a otras personas, por lo que representan
también problemas éticos y de relaciones sociales (resolución de conflictos,
actuación colectiva, convivencia armónica, espacios públicos, etc.).

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