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IGNORAR A TUS HIJOS O PONERLOS EN RIDICULO ES SINONIMO DE GOLPEARLOS ¡!!

Hay acciones que son más dañinas que un golpe. Cuando ignoras a tu hijo, lo humillas, lo intimidas
con amenazas, lo comparas y ridiculizas, estás ejerciendo un tipo de violencia emocional que
puede ser igual o más grave que un golpe.

 A menudo se escucha que hagas tiempos fuera con tu hijo, sobre todo en los berrinches, o que si
vienen llorando todo el camino de regreso a casa, no le hagas caso, pensando en que tal vez si no
obtienen tu atención, harán las cosas diferentes con el tiempo. Esta lógica de ignorarlos pensando
que así su comportamiento cambiará es una gran mentira y una fórmula de escape muy fácil para
padres que no pueden lidiar con las emociones de sus pequeños.

Cuando un niño hace un berrinche, llora o pide atención, está externando una necesidad y lo peor
que puedes hacer es alejarte y dejarlo lidiando solo con emociones que aún no comprende, pues
estás usando el miedo instintivo de la separación para controlar su comportamiento, lo que es
igual a golpearlos.

 Esto se debe a que cualquier tipo de violencia, ya sea física, sexual, emocional y psicológica activa
la misma parte del cerebro. Y de acuerdo con la UNICEF, en México el 62% de niños y niñas han
sufrido maltrato en algún momento de su vida.

 El instinto de los niños naturalmente es recibir atención y contención cuando se encuentran en
peligro o en un momento de estrés, no rechazo y distancia, ya que esto sólo le da el mensaje de
que su conducta no es aprobada por sus papás.

 Esto con el tiempo desencadena todo tipo de problemas emocionales, desde una ruptura de la
comunicación, hasta problemas para relacionarse con los demás y trastornos extremos de estrés.

 Cualquier tipo de necesidad debe ser atendida, es un derecho universal de los niños, por lo que
ignorar es un tipo de abuso, no importa si se trata de un berrinche, hay que contener de manera
respetuosa y positiva, aceptar que los niños tienen que vivir sus emociones para poder
entenderlas y después enseñarles por qué su conducta no es la correcta.

 Castigarlos mandándolos a su cuarto, al rincón a reflexionar, dejarlos llorando solos, no provocará


cambios en su conducta, al contrario, provocarás rompimiento en la comunicación, en el lazo, en
la confianza y solo generarás episodios de estrés, resentimiento y una salud emocional deficiente.

 Los niños necesitan saber que son entendidos en lugar de castigados, que pueden demostrar su
ira sin ser rechazados y que pueden quejarse para ser tomados en serio. Estas experiencias le
ayudarán a su vida adulta pero desde que son recién nacidos lo hacen y es igual de importante
como lo es el llanto por hambre.  

Es importante que tengas rutinas, que respetes horarios, que seas firme pero respetuosa, que le
enseñes sobre las consecuencias de sus actos, sin violentar ni exponer, tu hijo merece ser tratado
con respeto.

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