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Venezuela está inmersa en la más severa crisis económica que haya

encarado país latinoamericano alguno en la historia moderna, con sombrías


perspectivas de recuperación económica en el corto plazo y sin que se vislumbre
una voluntad política decisiva para diseñar e implementar un programa económico
integral, que atienda los desequilibrios macroeconómicos, las profundas
distorsiones de los precios relativos y la disfuncionalidad de instituciones que
mantienen la economía en un estado de caos.

El panorama económico es aterrador, con el colapso de la actividad


económica, una inflación que ronda el 10.000.000%, el racionamiento de multitud
de productos y un desempleo que supera el 30% de la población activa. A esto se
une la elevada tasa de homicidios en el país y la fuerte represión por parte de
Nicolás Maduro.

La economía de Venezuela está orientada a las exportaciones de materias


primas. La principal actividad económica de Venezuela es la explotación y
refinación del petróleo para la exportación, la extracción y refinación está a cargo
la empresa estatal Petróleos de Venezuela.

A partir de 1945 y durante más de 30 años, la economía venezolana


experimentó un fuerte crecimiento y desarrollo económico constante, esto trajo
como consecuencia que muchas personas de diferentes parte del mundo
emigraran hacia Venezuela durante la década de los 50, 60 y 70. Ya en la década
de 1980 y también parte de la década de los 90, la economía venezolana se
contrajo debido a la caída de los precios del petróleo, la inflación se disparó hasta
alcanzar picos anuales de 84 % en 1989 y 99 % en 1996.

Pero a pesar de estas elevadas tasas de inflación, la economía venezolana


seguía siendo estable y figuraba como la cuarta economía más grande de América
Latina. Desde el final de la crisis de principios de los años 1990, la economía
venezolana tuvo más de una década expansiva de crecimiento macroeconómico,
por encima de la media del resto de América Latina.
De acuerdo con el BCV, Venezuela recibió de 1998 a 2008 alrededor de
325 mil millones de dólares a través de la producción petrolera y la exportación en
general,18 y de acuerdo con la OPEP para noviembre de 2018 la extracción
petrolera cayó a 1 170 000 barriles diarios.

A pesar de las tensas relaciones con los Estados Unidos, este país es un
vendedor de bienes y servicios a Venezuela. Las exportaciones estadounidenses
a Venezuela incluyen maquinarias, productos agrícolas, instrumentos médicos y
vehículos. Venezuela era uno de los principales proveedores de petróleo
extranjero a los Estados Unidos, ubicándose en 2017 en cuarto lugar con apenas
un 41 % de los barriles extraídos. Cerca de 500 empresas de Estados Unidos en
diferentes áreas económicas están representadas en Venezuela.

Con inmensas dificultades para cubrir la demanda interna de divisas, el


rígido mecanismo de control de cambios que ha regido el país desde 2003 ha
colapsado y, desde septiembre del año pasado, la economía se ha quedado sin
mercado cambiario legal u oficial y a merced de un mercado paralelo no
legalizado, cuya tasa de cambio ha adquirido un comportamiento explosivo. El
sector externo no es el único en problemas en Venezuela. La economía atraviesa
una crisis fiscal como resultado de la pesada carga de la deuda externa
acumulada, de la caída de los ingresos petroleros y de la no menos importante
caída de los ingresos de origen no petrolero, que han sido erosionados por la
inflación.

Desde que Hugo Chávez Frías impuso estrictos controles de cambio en el


año 2003, en un intento de implementar su sistema económico de nacionalización
y expropiaciones y evitar la fuga de capitales. La situación económica del país
empeoró, se incrementó la corrupción durante su gobierno y se produjo una serie
de devaluaciones de la moneda. Ya desde su mismo primer periodo de gobierno
(1999-2006), Hugo Chávez decidió establecer una relación con el sector privado
basada en un discurso desafiante, en el recurso arbitrario y el «decretismo». Por
otra parte, el capital nacional comenzaba a percibir al gobierno de turno no solo
como insensible a las necesidades del sector productivo nacional, sino además
como promotor de una agenda de reformas muy amenazantes a la propiedad, a la
seguridad jurídica y a la rentabilidad esperada de la iniciativa privada.

Decidido a imponer una agenda global de reformas, con una habilitación


especial concedida por el Parlamento, Chávez logró imponer en noviembre de
2001 un conjunto de 49 nuevas leyes y reformas que cruzaban transversalmente
áreas que iban desde el sector de hidrocarburos hasta los impuestos, pasando por
una nueva ley que regulaba la vida de las instituciones financieras y la tenencia y
el uso de la tierra. Sin embargo, el gran giro ocurriría una vez reelegido Chávez en
2006, cuando expresamente y afianzado en su ideal del «socialismo del siglo xxi»
decidió intervenir más decisivamente sobre la propiedad y el control del sector
productivo nacional. En el llamado «Plan de Desarrollo Económico y Social de la
Nación» para el periodo 2007-2013, Chávez y su ministro de Planificación, Jorge
Giordani, plasmaron la nacionalización de todos aquellos sectores considerados
estratégicos de la economía nacional.

En 2007 Venezuela venía presentando una inflación de 22.5% una de las


más altas de la región y casi de los tres últimos años de la primera década del
siglo.26 El país entró en recesión en el tercer trimestre de 2009 con una
contracción del 3,3 % después de experimentar crecimiento por 22 trimestres
seguidos, igualmente, en el primer semestre del 2010, el PIB de Venezuela se
contrajo en 3.5 %, totalizando cinco trimestres consecutivos sin crecimiento La
corrupción produjo una crisis bancaria en el 2009, unos 28 bancos fueron
intervenidos, algunos fusionados otros liquidados. En diciembre de 2014 según
reportes del Banco Central de Venezuela el país venía en el segundo trimestre de
reportar una caída de 4,9%, luego de registrar una contracción de 4,8% en los
primeros tres meses del año, para el tercer trimestre el país registró una
contracción de 2,3%, este comportamiento económico de Venezuela en lo que va
del año 2014, de acuerdo con los parámetros internacionales, dos trimestres
continuos con contracciones económicas apuntan hacia una recesión.

De acuerdo a varios analistas estiman que Venezuela entró en un ciclo de


«estanflación», que implica contracción económica e inflación alta. Para 2015,
Venezuela tiene la tasa de inflación más alta del mundo, superando el 100 %
interanual, convirtiéndose en la tasa más alta en la historia del país.

En noviembre de 2017 Venezuela entra por primera vez en hiperinflación


con una inflación del 50,6 % solo en el mes de octubre.

El 2018 es un año pésimo para la economía con retraso en el pago en sus


Bonos, pérdida del volumen de sus exportaciones de petróleo, pérdida de la
producción nacional de aluminio, cemento y hierro. Al final de 2018 la inflación
acumulada llega a 1 698 488.2%31 (más de un millón %) los pronósticos para este
año no son alentadores según el FMI el PBI real proyectado para 2019 caerá un
porcentaje negativo -25% y con una Tasa de inflación, precios promedio al
consumidor de 10 millones por ciento.

En un informe de la Asamblea Nacional de enero 2020 la inflación


acumulada durante el año 2019, asciende a 7 374.4%.34 La hiperinflación
acumulada el año 2020 llegó a 3 713.00% una de las más altas.

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