Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Primero fueron las relaciones públicas, luego en la publicidad en medios masivos, después
el marketing uno a uno y ahora, cada vez más, será un marketing de algoritmos y de
“agregadores” que diluirán a las marcas establecidas. Éste es el nuevo, nuevo marketing,
en medio de la “nueva realidad” que traerá la pandemia del Covid-19.
Conviene repasar 2 de los conceptos torales del marketing que, aunque viejitos, formaron
parte de la masa crítica de la profesión.
El primero es el Neil borden con su marketing mix, donde él necesitaba los ingredientes de
un plan de marketing: planeación de producto, políticas de precio y márgenes, marca y
posicionamiento, canales de distribución, fuerza de ventas, publicidad y promoción,
empaque, display, procesos de servicio, logística, logística, análisis y manejo de
información.
El segundo es Jerome Mcarthy y las clásicas 4 Ps: Precio, Producto, Plaza y Promoción, que
posteriormente fueron las 4 Cs de Lauterborn: Costo, Clientes, Conveniencia,
Comunicación.
A pesar enunciados que muestran aspectos integrales y la influencia de la investigación de
mercados, fueron los medios masivos, y en particular la televisión, lo que se “comió” a la
disciplina. Fue por este medio tan grandioso, sexy y de alto impacto que a los
mercadólogos nos catalogaron como publicistas.
Con la televisión se dio un desplazamiento hacia lo visual y, por un tiempo, se podía
asegurar que la mayoría de la audiencia estaría conectada al monitor. Por ejemplo, en los
60s un anunciante estadounidense podría llegar al 80% de la audiencia femenina con un
anuncio simultáneo en las tres grandes cadenas:CBS, NBC, ABC. (Vanishing Mass Markets/
Business Week).
El decline de la inversión publicitaria en medios masivos tradicionales seguirá cayendo. La
inversión continuará migrando vertigosamente a redes sociales, a sistemas relacionales
CRM (Custumer Relationship Management) y Big Data.
Hoy se busca atender un cliente a la vez y generar conocimiento preciso de sus hábitos y
patrones de consumo. El “segmento de uno” se está asentando.
Y aún hay más: dada la pandemia y el encierro, emergen 3 consideraciones:
1. Cambio de hábitos. El enemigo número uno de las innovaciones, de las marcas
nuevas, de nuevos productos y servicios es el hábito. Los hábitos se imponen y
descalifican incluso a los atributos mejorados de un producto nuevo pueda tener.
El encierro, sin embargo, obligó a todos a cambiar de hábitos: nuevas formas de
conexión, consumo, comunicación.
Esta adaptación forzada facilita el espacio a los nuevos jugadores. Por ejemplo:
Skype le lleva 22 años de ventaja a Zoom y en 2 meses Zoom y otros lo arrollaron.